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Bleger, José “Temas da psicologia — 1# ed. 39 relmp.~ Buenos Aires: Nueve Visién, 2009 420 p., 20x14 om ~ (Psicologia Contemporénea) LS.B.N. 978-950-602-015-6 1. Pelcologia - I, Titulo COD 150 I.G.BIN. 978-950-602-015-6 LaFGi@Eoria Toda reproduccién total o parcial de esta obra i por cualquier sistema ~ineluyendo el fotoco- piado- que no haya sido expresamente autori zada por el editor constituye una infraccién a los derechos del autor y sera reprimida con penas de hasta seis afios de prisién (artfculo 62 delaley 11.793 y artfeulo 172 del Cédigo Penal) © 1985 por Ediciones Nueva Visién SAIC, Tucumén 3748, (1189) Buenos Aires, Ropiblica Argentina. Queda hecho el depésite que marea Ie ley 11.723. Impreso en la Argentina / Printed in Argentina La entrevista psicoldgica (Su empleo en el diagnéstico y la investigacién) Publicado por el Departamento de Psicologia de le Faculted de Filosofia y Letras. Universidad de Buenos Aires, 1964 La entrevista es un instrumento fundamental del método elinico y es —por lo tanto— una téenica de investigacién cientifica de la psicologia. En cuanto técnica, tiene sus propios procedimientos 0 reglas empirieas con los cuales no sélo se amplia y se verifies el conocimiento cientifico, sino que al mismo tiempo se lo aplica. Como veremos, esta doble faz de la técnica tiene especial gravitacién en el caso de la entrevista porque —entre otras razones— identifica © hace confluir en el psieélogo las Zunciones de investi- gador y de profesional, ya que la técnica es el punto de interaccién entre la ciencia y las necesidades practicas; es asi que la entrevista logra la aplieacién de conocimientos cientificos y al mismo tiempo obtiene o posibilite Nevar Ja vida diaria del ser humano al nivel del conocimiento y la elaboracién cient{fica. ¥ todo esto en un proceso inin- terrumpido de interaccién, La entrevista es un instrumento muy difundido y de- bemos delimitar el aleance de la misma, tanto como el en- citadre de la presente exposicién, La entrevista puede tener en sus miltiples usos una gran variedad de objetivos, como en el caso del periodista, jefe de empresa, director de escuela, maestro, juez, ete. Aguf nos interesa la entrevista psicolégica, entendiendo por tal aquella en la que se persi- guen objetivos psicolégicos (investigacién, diagnéstico, te- rapia, etc,). Queda de esta manera limitado nuestro obje- tivo al estudio de la entrevista psicolégica, pero no sélo para sefialar algunas de las regles prdctieas que posibilitan su empleo eficaz y correeto, sino también para desarrollar en cierta medida el estudio psicolégico de la entrevista psico- légica, En este sentido buena parte de lo que se desarro- Mara aqui puede ser utilizado 0 aplicado en todo tipo de entrevista, porque inevitablemente intervienen en todas ellas factores o dinamismos psicolégices. La entrevista psi- colégica, de esta manera, deriva su denominacién exclusi- iades, tal como ya lo he sefialado, En la consideracién de la entrevista psicolégiea como técnica, incluimos entonces aqui dos aspectos: uno es el de las regias o indicaciones practicas de su ejecucién, y e] otro la psicologia de la entrevista psicolégica, que fundamenta 9 a las primeras. En otros términos, incluimos la téenica la teoria de la técnica de la entrevista psicolégica. Circunscripta de esta manera, la entrevista psicolégica es el instrumento fundamental de trabajo no sélo para el psieélogo; sino también para otros profesionales (psiquia- tra, asistente, trabajador social, socidlogo, etc.) La entrevista puede ser de dos tipos fundamentales: abierta y cerrada. En la segunda, las preguntas ya estén previstas, tanto como lo estén el orden y la forma de plan- tearlas, y el entrevistador no puede alterar ninguna de estas disposiciones. En Ja entrevista abierta, por el con- trario, el entrevistador tiene amplia libertad para las pre- guntas o para sus intervenciones, permitiéndose toda la flexibilidad necesaria en cada caso particular. La entre- vista cerrada es en realidad un cuestionario, que toma contacto estrecho con la entrevista en cuanto que un manejo de ciertos principios y reglas de la misma facilita y posi- bilita la aplicacién del cuestionario. Peto la entrevista abierta no se caracteriza esencial- mente por la libertad para plantear preguntas, porque, ‘como Jo veremos més adelante, la médula de la entrevista’ psicolégica no reside en el preguntar ni en el propésito de recoger datos de la historia del entrevistado. Aunque los fundamentos se den un poco més adelante, debemos ya subrayar gue la libertad del entrevistador, en el caso de Ja entrevista abierta, reside en una flexibilidad suficiente como para permitir en todo lo posible que el entrevistado configure él campo de la entrevista segiin su estructura psicolégica particular, 0 —dicho de otra manera— que el campo de la entrevista se configure al maximo posible por las variables que dependen de la personalidad del en- trevistado. Considerada de esta manera, Ia entrevista abierta posibilita una investigacién més amplia y- profunda de la personalidad del entrevistado, mientras que la entrevista cerrada puede permitir una mejor comparacién sistemé- tica de datos, tanto como otras ventajas propias de todo meétodo estandarizado, i Desde otro punto de vista, tomando en cuenta el ni- mero de participantes, se reconoce la entrevista indivi- 10 dual de la grupal, segtin sean uno 0 mas los entrevistado- res y/o los entrevistados. La realidad es que, en todos los casos, la entrevista es siempre un fenémeno grupal, ya que aun con la participacién de un solo entrevistado, su relacién con el entrevistador debe ser considerada en fun- cién de la psicologla y la dindmica grupal. Otra forma de distinguir diversos tipos de entrevista deriva del beneficiario del resultado, y asi se puede reco- nocer: a) Ja que se realiza en beneficio del entrevistado, que es el caso de la consulta psicolégica o psiquidtrica; b) la que se lleva a cabo con objetivos de investigacién, en Ja que importan los resultados cientificos de la misma; c) la que se realiza para un tercero (una institucién). Cada una de ellas implica variables distintes e tener en cuenta, ya que modifican 0 actiian sobre la actitud del entrevistador tanto como del entrevistado, y sobre el cam- po total] de la entrevista. Una diferencia fundamental re- side en que, exceptuando el primer tipo de entrevista, las otras dos requieren que el entrevistador cree intereses y participacién en el entrevistado (que lo “motive”). Entrevista, consulta y anamnesis Tanto el método elinico come Ja técnica de la entrevista proceden del campo de la medicina, pero la practica médi- ca imeluye procedimientos similares que sin embargo no deben ser confundidos ni superpuestos con la entrevista psicolégica. La consulta consiste en la solicitud de asistencia téc- nica o profesional, la que puede ser prestada o satisfecha de multiples formas, una de las cuales puede ser la entre- vista. Consulta no es sinénimo de entrevista, porque esta Ultima es sélo uno de los procedimientos con les que el téenico 0 profesional, psicdlogo 0 médico, puede atender Ja consulta. En segundo lugar, la entrevista no es una anamnesis. Esta iiltima implica una recopilecién de datos previstos, de tal extensién y detalle, que permita obtener una sinte- u sis tanto de la situacién presente como de Ja historia de un individuo, de su enfermedad y de su selud. Aunque una buena anamnesis se hace sobre la utilizacién correcta de los principios que rigen la entrevista, esta ultima es sin embargo algo muy distinto. Bn la anamnesis, le preocupa- cién y la finalided residen en la recopilacién de datos, y el paciente queda reducido a un mediador entre su enferme- dad, su vide y sus datos por un lado, y el médico por otro, Si el paciente no ofrece los datos, hay que “extraer- los” de él. Mas alld de los datos que el médico tiene pre- vistos como necesarios, toda aportacién del paciente es considerada como una perturbacién de la anammesis que con frecuencia es tolerada por cortesia, pero considerada como superflua 9 innecesaria. No son poces las oportu- nidades en que la anamnesis se hace por razones estadis- ticas 0 por cumplimiento de obligaciones reglamentarias de una institueién, y en estos casos queda en manos de personal auxilier. A diferencia de 1a consulta y 12 anamnesis, la entre- vista psicolégica intenta el estudio y la utilizacién del comportamienio total del sujeto en todo el curso de la relacin establecida con el técnico, durante el tiempo en que dicha relacién se extienda. En la préctica médica resulta de suma utilidad tomar en cuenta y utilizar los conocimientos de le técnica de la entrevista y todo Jo referente a Ja relacién interpersonal. Una parte del tiempo de una consulta debe reservarse como entrevista y otra para completar la indagacién o Jos datos que se requieren en la anamnesis, pero no exis- ten razones por las cuales ésta deba degradar en un “in- terrogatorio”. La entrevista psicoldgica es una relacién de indole particular que se establece entre dos 0 més personas. Lo especifico o particular de este relacién reside en que uno de los integrantes de la misma es un técnico de la psico- logia que debe actuar en ese rol, y el otro —o los otros— necesitan de su intervencién técnica. Pero es un punto fundamental que el téenico no sélo utiliza en Is entrevista sus conocimientos psicolégicos para aplicarlos al entre- vistado, sino que esta aplicacién se produce precisamente a través de su propio comportamiento en el curso de la entrevista, La entrevista psicolégica es entonces una re- lacién entre dos o més personas en la que éstas intervienen como tales. Para subrayar el aspecto fundamental de la entrevista se podria decir, de otra manera, que ella con- siste en una relacién humana en Ja cual uno de sus inte- grantes debe tratar de saber lo que esta pasando en la misma y debe actuar segiin ese conocimiento. De ese sa- ber y de esa actuacién segiin ese saber depende que se satisfagan los objetivos posibles de le entrevista (inves- tigacién, diagnéstico, orientacién, ete.). De esta teoria de la entrevista deriven algunas orien- taciones para su ejecucién, La regla basica ya no consiste en obtener datos completos de Ja vida total de una per- sona, sino en obtener datos completos de su compor- tamiento total en el curso de la entrevista, Este comporta- miento total incluye lo que recogeremos aplicando nuestra funcién de escuchar, pero también nuestra funcién de vivenciar y observar, de tal manera que quedan incluidas Jas tres reas del comportamiento del entrevistado. La teoria de Ja entrevista ha sido enormemente influi- da por conocimientos derivados del psicoanilisis, la Ges- talt, la topologia y el conductismo. Aunque no vamos a resefiar especificamente el-aporte de cada uno de ellos, conviene sefialar someramente que el psicoanélisis ha in- fluido con el conveimiento de la dimensién inconsciente de la conducta, de la transferencia y la contratransferen- cia, de la resistencia y la represién, de la proyeccién y la introyeccién, ete. La Gestalt ha aportado la comprensién de la entrevista como un todo en el cual el entrevistador es uno de sis integrantes, y considera el comportamiento de éste como uno de los elementos de la totalidad. La topo- logia ha condueido a plantear y reconocer el eampo psico- légieo y sus leyes, tanto como el enfoque situacional. El conductismo ha influido con la importancia de la obser- vacién del comportamiento, Todo ello ha conducido a la posibilidad de reslizar la entrevista en condiciones meto- dolégicas més estrictas, convirtiéndola en instrumento cientifico en el cual el “arte de la entrevista” se ha visto reducido en funcién de une sistematizacion de las varia- 13 bles, y es esta sistematizacién la que posibilita un mayor rigor en su aplicacién y en sus resultados. Se puede ense~ har y aprender a realizar entrevistes, sin tener que quedar librado a un don o una virtud imponderable. El estu- dio cientifico de la entrevista (la investigacién del instru- mento) ha reducido su proporeién de arte e incrementado su operancia y manejo como técnica cientifica. La investigacién cientifica del instrumento mismo ha conducido a que la entrevista incorporara algunas de las exigencias del método experimental; pero también ha conducido @ que la entrevista psicolégica en general cons- tuya un procedimiento de observacién en condiciones controladas 0, por lo menos, en condiciones conocidas. De esta manera, la entrevista puede ser considerada, en cier- ta medida, de la misma manera que el tubo de ensayo para el quimico, segiin una comparacién feliz de Young. De esta teorfa de la técnica de la entrevista (que se- guiremos desarrollando) dependen las reglas practicas 0 empiricas; ésta es la tinica forma racional de compren- derlas, aprenderlas, aplicarlas y enriquecerlas, La entrevista como campo El énfasis puesto en diferenciar la entrevista de la anam- nesis procede del interés que tiene pare Ja investigacion de la personalidad el hecho de que se constituya un cam- po de determinadas caracteristicas, éptimas para dicho estudio. Al igual que en el caso de la anamnesis, en la entrevista tenemos configurado un campo, y con ello que- remos significar que entre los participantes se estrue- tura una relacién de la cual depende todo lo que en ella acontece. La diferencia basica, en este sentido, entre en- trevista y cualquier otro tipo de relacién interpersonal (como la anamnesis) reside en que en la primera la regla fundamental a este respecto es tratar de obtener que el campo se configure especialmente y en su mayor grado por las variables que dependen del entrevistado. 4 Si bien todo emergente es siempre relacional o, dicho de otra forma, deriva de un campo, tratamos en la entre- vista de que dicho campo esté determinado predominan- temente por las modalidades de la personalidad del entre- vistado. De otra manera, se podria decir que el entre- vistador controla le entrevista, pero que quien la dirige es el entrevistado. La relacién entre ambos delimita y de- termina el campo de la entrevista y todo lo que en ella acontece, pero el entrevistador debe permitir que el cam- po de la relacién interpersonal sea predominantemente establecido y configurado por el entrevistado, Cada ser humano pose sistematizada su personali- dad en una serie de pautas 0 en un conjunto o repertorio de posibilidades, y son éstas las que esperamos que se pongan en juego o exterioricen en el curso de la entre vista. Asi, pues, la entrevista funciona como una situacién en la que se observa una parte de la vida del paciente, que se desarrolla en relacién a nosotros y frente « nosotros. Ninguna situacién puede lograr le emergencia de la totalidad del repertorio de conductas de una persona y, por Jo tanto, ninguna entrevista puede agotar la personalidad del paciente, sino sélo un segmento de la misma. La en- trevista no puede reemplazar ni excluir otros procedimien. tos de investigacién de la personalidad, pero estos dltimos tampoco pueden prescindir de la entrevista. Especial- mente Ja entrevista no puede suplir el conocimiento y la investigacién de earécter mucho més extenso y profundo que se logra, por ejemplo, en un tratamiento psicoanalf- tico, el cual, en el curso de un tiempo prolongado, permi- te la emergencia y manifestacién de los niicleos y segmen- tos més diferentes de la personalidad. Para obtener el campo particular de la entrevista que he resefiado, debemos contar con un encuacire fijo, que consiste en una transformacién de cierto conjunto de v3- riables en constantes. Dentro de este encuadre se inclu. yen no sélo la actitud técnica y el rol del entrevistador tal como lo he resefiado, sino también los objetivos, el lugar y el tiempo de la entrevista. Bi encuadre funciona como una especie de estandarizaciin de la situacién estimulo que ofrecemos al entrevistador, y con ello pretendemos 15 no que deje de actuar como estimulo para él, sino que deje de oscilar como variable para el entrevistador. Si el encuadre se modifica (por ejemplo, porque la entrevista se realiza en un sitio diferente), esta modificacién tiene que ser considerada como una variable sujeta a obser- vacién tanto como lo es el mismo entrevistado. Cada en- trevista tiene un contexto definide (conjunto de constan- tes y variables} en funcién del cual se dan los emergentes, y estos dltimos sdlo tienen sentido en funcién de dicho contexto.! El campo de la entrevista tampoco es fijo sino din- mico, queriendo significar con, ello el hecho de que esta sujeto a un permanente cambio, y la observacién se debe extender del campo especifico existente en cada momento: a ls continuidad y sentido de estos cambios. En realidad se podria decir que la observacién de la continuided y contigitidad de los cambios es lo que permite completar la observacién e inferir la estructura y sentido de cada campo; respondiendo a esta modalidad del proceso real, se debe decir que el campo de la entrevista cubre la tota- lidad de la misma, mientras que “cada” campo no es otra cosa que un momento de ese campo total y de su dinémica (Gestaltung)? Una sistematizacién que permite el estudio detallado de la entrevista como campo consiste en cenirar el estudio sobre: a) el entrevistador,.en el que se incluye su actitud, su disociacién instrumental, contratransferencia, identifi- cacién, etc,; b) el entrevistado, incluyéndose aqui la trans- ferencia, estructures de condueta, rasgos de ecardcter, an- siedades, defensas, ete.; ¢) la relacién interpersonal, en Ja que se incluye la interaecién entre los partieipantes, el Proceso de comunieacién (proyeccién, introyeccién, iden- tficecién, etc.), el problema de le ansiedad, ete. Aunque no profundizaré aqui en eada uno de los fenémends sefia- lados, poraue ello implicarfa en gran medida casi toda la + Contexto o encuadre, han sido estudiados en J. Bleger, "Psico- analisis del encuadre psicoanalitico”, en Simbiosie y ambigiedad, Paidés, Buenos Aires, 1967, 2 Gestaltwng: proceso de formacién de Gestalten, 16 psicologia y la psicopatologia, estos aspectos estén invo- Iucrados en las consideraciones siguientes. Concordancias y divergencias Una diferencia fundamental entre entrevista y anamne- sis, en Jo que atafie a la teorfa de le personalidad y a la teorfa de la técnica, reside en que en la anamnesis se ope- ra con el supuesto de que el consultante conoce su vida y est4 capacitado, por lo tanto, para dar datos sobre Ja mis- ma, mientras que el supuesto de la entrevista es el de que cada ser humano tiene orgenizada una historia de su vida y un esquema de su presente, y de esta historia y de este esquema tenemos que deducir Io que no sabe. En se- gundo lugar, lo que no nos puede dar como conocimiento explicito se nos ofrece o emerge a través de su compor- tamiento no verbal; y este iltimo puede informar sobre su historia y sobre su presente en grados muy variables de coincidencia 0 contradiecién con lo que verbal y conscien- temente exprese, Por otra parte, ademés, en distintas en- trevistas el enirevistado puede ofrecernos distinias his- torias o diferentes esquemas de eu vida presente, que guar- darén entre sf relacién de complementacién o de contra- aicoién, Las lagunas, disociaciones y contradicciones que he indieado conducen a algunos investigadores a considerar Ja entrevista como instrumento de poca confianza. Sin embargo, en estos casos, el instrumento no hace més que reflejar lo gue corresponde a caracteristicas del objeto de estudio. Las disociaciones y contradieciones que obser- vamos corresponden 2 disociaciones y contradicciones de Ia personalidad misma, y la entrevista, al reflejarias, nos permite trabajar sobre ellas durante su transcurso; que esto tltimo se haga o no depende de la intensidad de la angustia que se puede promover y de le tolerancia que el entrevistado tenge para la misma. De igual manere, los eonflictos que trae el entrevistado suelen no ser los conflietos fundamentales, asi como las motivaciones que alega son generalmente racionalizaciones. La simulacién pierde el valor que tiene en Ja anam- is como factor de perturbacién, ya que en la entrevista la simulacién debe considerarse como una parte disociada de la personalidad que ell entrevistado no reconoce total- mente como propia. Puede ocurrir que el mismo entre. vistador o diferentes entrevistadores recojan en distintos momentos partes diferentes ¥ aun contradictorias de la misma personalidad. Los datos no deben ser evaliados en tuneién de que sean ciertos 0. erréneos, sino como grados © fenémenos de disociacién de la personalidad, Una si. tuacién tfpica, y en cierta medida inversa a la que co. mento, es la del entrevistado que tiene rigidamente orga. nizada su historia y su esquema de su vida presente, como medio defensivo « la penetracién del entrevistador y a su propio contacto con areas conflictivas de su situactén real y de su personali 0 de entrevisiado repite siempre su misma historia estereotipada en distintas en. trevistas, sea con el mismo o con distintos entrevistadores. Cuando se entrevista a distintos integrantes de un grupo o institucién (en la familia, escuela, fabriea, ete.) estas divergencias y contradiecionés son mucho més fre. cuentes y ‘notorias, y constituyen datos muy importantes sobre cémo cada uno de sus miembros tiene organizado en una misma realidad un campo psicolégico que le es especitico. La totalidad nos da un {ndice fiel del carde. ter del grupo o la insttucién, de sus tensiones y confi tog tanto eomo de su particular organzacion y dindmica | Como resulta f4cil inferir de todo lo expuesto, la t6e- nica y su teoria estén estrechamente entrelazadas con Ta teorla de la personalidad con la cual se trabaja; el grado de interaccién que un entrevistador es capar de lograr en. fe elas a la pauts de su operancia como investigador La entrevista rio consiste en “apliear” eonsignas, sino en investigar en la personalidad del entrevistado a la vez que on smuestras teoras y nuestros propos instrimentos de 18 Bl observador participante En las ciencias de Ja naturaleza, segdn el punto de vista tradicional, la observacién cientifica es objetiva, en el sen- tido de que el observador registra lo que ocurre, los fend- menos que son externos e independientes de él, con abs- traceién o exclusidn total de sus impresiones, sensaciones, sentimientos y de todo estado subjetivo; un registro de tal tipo es lo que permite la verificacién de lo ohservado por terceros que pueden rehacer las condiciones de la ob- servacién, No interese ahora discutir la validez de este esguema, que ya ha resultado estrecho ¢ ihgenuo aun den- tro de las mismas ciencias de la naturaleza, Me interesa, en cambio, observar que en la entrevista el entrevistador forma parte del campo, es decir, que en cierta medida condiciona los fenémenos que é1 mismo va a registrar. Se plantea entonces el interrogante de la validez que pueden tener datos recogidos en esas co1 7 Tal summum de objetividad en la investigacién no se cumple en ningén campo cientifico, y menos atin en psi- cologia, en donde el objeto de estudio es ¢] hornbre mismo. En cambio, la maxima objetividad que podemos lograr sélo se aleanza cuando se incorpora al sujeto observador como una de las variables del campo. Si el observador esté condicfonando el fenémeno que observa, se puede objetar que én tal caso no estamos estu- diando e] fenémeno tal cual es, sino en relacién con nues- con Io cual ya no se hace una observacién es naturales. ‘A esto se puede responder, en forma global, iciendo que este tipo de objecién ya no es vélido, porque se basa en una cantided de supuestos que no son correctos. En forma més particular, veamos algunos de estos supuestos. 2Qué se quiere d con la expresién .“observacién Seguramente se refiere a una observaciGn en las condiciones en las que se da realmente el fenémeno. En esto se superponen consideraciones onto- égicas con otras de tipo gnoseolégico; por las primeras se admite la existencia de un mundo objetivo, que tiene exis- tencia de por si, independientemente de que sea 0 no cono- ig cido por nosotros. Pero si nos atenemos a las segunidaé, Somos nosotros las que conocemes, y por ello tenemos que incluirnos necesariamente.en el proceso, del eonogimiento, tal como se da én: la realidad. Esta segunda afirmacién no invalida de ninguna manera Ja primera, porque-ambas se refieren a cosas distintas: una, a la de Ia existencis de los fenémenos, y otra, a la del conocimiento que de ellos se aleanza, Pero, ademés, las condiciones naturales de la eon- duota humana son las condiciones humanas ... ‘Toda con. ducta se da siempre en un contexto de vinculos y relacio. nes humanas, y la entrevista no es una distorsién de las pretendides condiciones naturales, sino todo lo contrario: Ja entrevista es la situacién “natural” en que se da el fend. meno que nos interesa justamente estudiar: el fenémeno psicolégico. De tal manera, el enfoque ontolégico y gno. seolégico coinciden y gon la misma cosa, Se podré, sin embargo, insistir todavia en que ‘la entrevista no tiene validez de fnstrumento eientifico por. que las manifestacionies del objeto que estudiamos depen. den en ese caso de la relacién que se establece con el extrevistador, y por lo tanto todos los Yenémenos que zpa- Tecen estén condieionados por esa relacién. Este tipo de objecién deriva de una concepeién metafisica del mundo: el suponer que cada objeto tiene cualidades que dependen de su naturaleza interna propia y que determinadas rela. Clones modifican o subvierten esa pureza ontolégica o esas cualidades naturales. Lo cierto es que las cualidades de todo objeto son siempre relacionales; derivan de las con. diciones y relaciones en las cuales se halla cata objeto en cada momento. Cada situacién, humana es siempre original y tinica; Por To tanto, Ja entrevista también lo es, pero esto no solo Tige en los fenémenos humanos sino también en los fend. menos de la naturaleza: cosa que ya sabia Herdelito, Esta criginalidad de cada sueeso no impide el establecimiento de constantes generales, es decir, de las condiciones que se repiten con més frecuencia, ‘Lo individual no exeluye lo general, ni la posibilidad de introducir la abstraccign y categorias de anélisis, 20 5 Esto tiltimo se opone a un narcisismo que se prolong como supuesto dentro del campo cientifico de la psicolo- gia: el de que cada ser humano se considera a si mismo como un ser distinto y \inico, resultado de una particular diferencia (de Dios, del destino o de la naturaleza). EL ser humano descubre paulatinamente con asombro que tiene Jas mismas visceras que sus semejantes, asi como descubre (0 se-resiste a descubrir) que su vida personal se teje sobre un trasfondo comin a todos los seres huma- nos. En el caso de la entrevista, esto no s6lo rige para el narcisismo del entrevistado sino también para el del en- trevistador, quien tiene también que hacerse cargo de su condicién humana y no sentirse por encima o en situacién privilegiada frente al entrevistado. Y esto ltimo, que resulta facil de decir, no resulta nada fécil de lograr. Entrevista ¢ invesiigacién Cierta concepcién aristocrética 0 monopolista de la cien- cia ha hecho suponer que la investigacion es tarea de ele- gidos que estén por encima 0 por fuera de los hechos coti- dianos y comunes. De esta manera, la entrevista es, en os concepcién, un instrumento o una técnica de la “prdctica’ con la cual se pretende diagnosticar, es decir, aplicar co- nocimientos cientificos que en s{ provienen de otras fuen- tes: la investigacién cientifica. Lo cierto es que no hay posibilidad de una correcta ¥ fructifera entrevista si no se ineluye la investig: En otros términos, la entrevista es un campo de trabajo en el cual se investiga la conducta y Ia personalidad de seres frumanos. Que esto se Ileve a cabo 0 no es cosa que ya no depende del instrumento, de la misma manera que no va~ mos a invalidar o cuestionar el método experimental por el hecho de que un investigader pueda emplear un labo- ratorio sin atenerse a las exigencias del método experi- mental. Una utilizacién correcta de la entrevista integra en Ia misma persona y en el mismo acto al profesional y al investigador. Una entrevista tiene su clave fundamental en la in- a vestigaciOn que se realiéa en su decurso. Las observacio. nes que se registran en la misma lo son siempre en fun- cidn de hipotesis que va emitiendo el observador. Aclare- mos mejor qué se quieve signifiear con esto. Se postula generaimente de manera muy formal que la investigacién consta de etapas netas y sucesivas que se escalonan, una ite 0 ene u ipétesis y posteriormente Ja ver én. Lo cierto, sin embargo, es que la observacién se realize siempre en funcién de ciertos supuestos y que quando éstos con conscientes y manejados como tales, observacién se enriquece, Hs decir que la forma de obser- yar bien es In d ipotesis mientras se ob- en el curso de la entrevista verificar y rectificar ipétesis durante su transcurso mismo en funcién‘de Jas observaciones subsiguientes, que a st vez se enrique cen con las hipétesis previas. Observar, pensar e nar eoineiden total gador. El pensar sobre lo que se esté haciendo debe inter- en todas las acciones humanas, y cuando esto se sistemSticamente en un campo de trabajo definido, ndo.a verificacién lo que se ha pensado, se esta yealizando una investigac én. El trabajo profesional del psicélogo, del psiquiatra y del médico sélo adquieren su real envergadura y trascendencia cuando coinciden la in- vestigacién y la tarea profesional, porque éstas son las unidedes de una praxis.que resguarda de la deshumaniza- cin en la tarea m4s humana: eomprender y ayudar a otros seres humanos. Indagar y actuar, teoria y préctica, debe ser manejados como momentos “inseparables, for. mando parte de un solo proceso. Con frectiencia se alega falta de tiempo para re aitrevistes exhaustivas (0 correctas). Aconsejo re pien por Jo menos una entrevista en forma periédica y regilar: se descubriraé muy pronto cuén witil resulta-no jener tiempo y qué facil es la racionalizacién y la nega- cidn de dificultades, 2 El grupo en la entrevista Entrevistador y entrevistado constituyen un grupo, es decir, un conjunto o una totalidad, en el cual sus inte- grantes estén interrelacionados'y en-el que la condueta de ambos es interdependiente, Se diferencia de otros gru- os por el hecho de que uno de sus integrantes asume un rol especifico y tiende a cumplir determinados objet La interdependencia e interrelacién, el condiciona- miento reeiproco de sus respectivas conductas, se realiza a través del proceso de la comunicacién, entendiéndose por tal el hecho de que la conducta de uno (conseiente o no) actéa (en forma intencionada o no) como estimulo para la conducta del otro, y 2 su vez esta dltima reactia en calidad de estimulo para las manifestaciones del pri- mero. En este proceso.la palabra juega un rol de enorme gravitacién, pero interviene también, activamente la co- municacién preverbal: gestos, actitudes, timbre y tona- lidad afectiva de la voz, eteétera, El tipo de comunicacién que se establece es altamen- ignificativo de la personalidad del entrevistado, espe- cinlmente del cardcter-de sus relaciones interpersonales, es decir, de su modalidad para relacionarse con sus seme- jantes, En este proceso que se produce en la entrevista, el entrevistador observa. ya eémo y a través de qué el entrevistado condiciona, sin saberlo, efectos de los cuales 41 mismo se queja 0 resulta-una vietima. Importan muy particularmente los momentos de cambio en l2 comunica- cién y las situaciones y tematicas frente a las cuales ocu- rren, asi como las inhibiciones, interceptaciones y blo- queos. Ruesch ha establecido una ek individuo pone en juego en la comunicacién. Pero el tipo de comunieacién no. sélo tiene importan- cia porque ofrece datos de observacién directa, que inclu- so pueden ser registrados, sino porque es el fenémeno clave de toda la.relacién interpersonal, que a su vez puede ser manejado por el entrevistador y, con ello, graduar u orientar le entrevista. Transferencia y contratransferencia, En la relacién que se establece en Ja entrevista hay que contar con dos fenémenos altamente significativos: la transferencia y Ia contratransferencie. La primera'se re. fiere a la actualizacién en Ja entrevista de sentimientos, actitudes y conductas inconseientes, por parte del entre, tado, que corresponden a pautas que éste ha estable. cido en el curse del desarrollo, especialmente en la rela. cién interpersonal con su medio familiar. Se distingue entre fransfereneia negativa y positiva, pero ambas son siempre coexistentes, aungue con un predominio relativo, estable o alternante, de alguna de las dos. Integran le parte irracional e inconsciente de le conducta y cons yen aspectes de la misma no controlados por et paciente, Otra ecepeién similar subraya en Ia transferencia las acti, tudes afectivas que el entrevistado vivencia o achla en re. lacion con el entrevistador. La observacién de estos fend. menos nos pone en contacto eon aspectos de la conduct y de Ja personalidad del entrevistado que no entran entre jos elementos que 61 puede referir o aporiar voluntaria © conselentemente, pero que agregan una dimensién impor. tante 2] conceimiento de la estructura de su personalidad y al caracter de sus conflictos. En la transferencia el entrevistado asigna roles al entrevistador y se comporta en funcién de los mismos, En otros términos, traslada situaciones y-pautas a una reali dad presente y desconocids, y tiende a configurar a esta ‘Ultima como situacién ya conocida, repetitive, ____ Con la transferencia el entrevistado aporta aspectos fnrecionales o inmaduros de su personalidad, su grade de dependencia, su omnipotencia y su pensemiento magico, En ellos es donde el entrevistador podré encontrar lo que el entrevistado espere de él, su fantasia de la entrevista, su fantesfa de ayuda, es devir, qué cree él que es ser ay, dedo y estar sano, incluidas las fantasies patolégicas de cnracién, que con mucha frecuencia consisten en el logro de aspiraciones neuréticas, Se podra igualmente despis. tar otro factor importante que es el de la resistencia » la entrevista oa ser syndedo 0 curado, y la intention de 2 setisfacer anhelos frustrados' de dependencia o de pro- teccién, En la contratransferencia se incluyen todos los fené- menos que aparecen en el entrevistadoz, como emergentes. del campo psicolégico que se configura en la entrevista; son las respuestas del entrevistador a las manifestaciones del entrevistado, el efecto que tienen sobre él, Dependen en alto grado de la historia personal del entrevistador, pero si aparecen o se actualizan en un momento dado de le entrevista es porgue en ese momento hay factores que operan para que ello suceda asi. Durante mucho tiempo se los ha considerado como elementos perturbadores de la entrevista, pero progresivamente se ha reconocido que ellos son indefectibles o ineludibles en su aparicién, y el entrevistador debe también registrarlos como emergentes de la situacién presente y de las reaeciones que provoca ef entrevistado. Por lo tanto, a la observacién en lz entre- vista se egrega también la autoobservacién. La contratransferencia no constituye una percepeién, en un sentido riguroso 0 limitado del término, pero si un indieio de gran significacién y valor para orientar al en- trevistador en el estudio que resliza, Sin embargo, no es de facil manejo, y requiere una buena preparacién, expe- riencia y un alto grado de equilibrio mental, para que pueda ser utilizada con cierto grado de validez y eficiencia, ‘Transferencia y contratransferencia son fenémenos que aparecen en toda relacién interpersonal y por eso mis- mo también se dan en la entrevista. La diferencia reside en que en esta Gltima deben ser utilizados como instru. mentos técnicos de observacién y comprensién. La interae- cién transferencia-contratransferencia puede también ser estudiada como una asignacién de roles por parte del en- trevistado y una percepeién de los mismos por parte del entrevistador. Si, por ejemplo, Ia actitud del entrevisiado invita y provoca rechazo en el entrevistador, este fltimo debe proponerse estudiar y observar su reaceién como efee- to del comportamiento del entrevistado, para ayndarlo a rectificar diche conducta, de cuyos resultados 6 mismo puede quejarse (por ejemplo, que no tiene amigos y que nadie Io aprecia). Si el entrevistador no es capaz de obje- B tivar y estudiar su reaceién, o bien reaceiona con irritacién y rechazo (asumiendo el rol proyectado), ello es ua indice Ge que su manejo de la contratransferencia se halla per- turbado y de que —por lo tanto— se desempefia mal en la entrevista. Ansiedad en la entrevista La.ansiedad constituye un indice del curso de una entre- vista y debe ser atentantente seguida por el entrevistador, tanto la que se produce en él mismo como la que aparece en el entrevistado, Debe ser vigilada no sdlo su aparicién sino también su grado o intensidad, porque si bien dentro de deterthinados limites es un agente motor de la relacién interpersonal, esta ltima puede quedar totalmente per- turbada e incontrolada si sobrepasa cierto nivel, por lo que el umbral de tolerancia a la misma debe ser permanente- mente detectado, Entrevistado y entrevistador se enfrentan con una situacién desconocida, ante la cual no tienen to- davia estabilizadas pautas reaccionales adecuadas, y la si- ‘tuacién no organizada implica una cierta desorganizacién de la personalidad de cada uno de los participantes; esa desorganizacién es la ansiedad. EI entrevistado solicita ayuda técnica o profesional cuando experimenta ansiedad 0 se ve perturbado por los mecanismos defensivos frente a ia misma. Durante la en- trevista se pueden incrementar tanto su ansiedad como sus mecanismos defensivos, porque lo desconocido que enfren- ta no es sélo la situacién externa nueva, sino también el peligro de lo que deseonoce en su propia personalidad. Si estos factores no se presentan, el lograr que aparezcan en una cierta medida en la entrevista forma parte de la funcién de motivar al entrevistado que el entrevistador tiene que Hevar a eabo. En algunos casos, la ansiedad se hail delegada o proyectada en otra persona, que es auien solicita la entrevista y manifiesta interés en que la misma se lleve a cabo. 6 La ansiedad del entrevistador es uno de los factores més dificiles de manejar, porque ella es el motor del inte- rés en la investigacién y del interés en penetrar en lo deseonocido, Toda investigacién requiere la presencia de ansiedad frente a lo desconocido, y el investigador tiene que poseer capacidad para tolerarla y poder instrumen- tarla, sin Jo cual se cierra la posibilidad de una investi- gacién eficaz; esto titimo ocurre también cuando el inves- tigador se ve abrumado por la ansiedad o recurre a mecanismos defensivos frente a la misma (racionatizacién, formalismo, eteétera). Frente a la ansiedad del entrevistado no se debe re- currir a ningtin procedimiento que la disimule o reprima, como puede ser el apoyo directo o el consejo. La ansiedad s6lo debe ser manejada comprendiendo los factores por los cuales aparece y operando sogiin esa comprensién. Si lo que predomina’son los mecanismos defensivos frente a la mis“ ma, la tarea del entrevistador es la de “desarmar” en cierta medida estas defensas para que aparezca cierto gr2- do de ansiedad, lo que significa un indice de la posibi- Vidad de actualizacion de los conflictos. Todo este manejo +técnico de la ansiedad tiene que ser hecho teniendo siempre en cuenta la personalidad-del entrevistado y por sobre todo el beneficio que-para 1 puede significar la movilizacién de la ansiedad, de tal manera que aun frente a situa- ciones muy claras no se debe ser activo si cllo significa abrumar al entrevistado con conflictos que no podré tole- rar. Esto corresponde a un capitulo muy diffcil: el del asf denominado timing de la entrevista, que es el tiempo propio © personal del entrevistado, que depende del grado y tipo de organizacién de su personalidad, para enfrentar sus conflictos y para resolverlos. El entrevistador El instrumento de trabajo del entrevistador es é| mismo, ‘su propia personalidad, que entra indefectiblemente en juego en la relacién interpersonal; con el agravante de que ‘el objeto que debe estudiar es otro ser humano, de tal ma- a nera que, al examinar Ia vida de los dems, se halla diree- tamente implicada la revisién y examen de su propia vida, de su personalidad, conflictos y frustraciones. La vida y la voeacién de psiedlogo, de médico y de psiquiatra merecerfan de por si un estudio detallado, que no emprenderé ahora, pero quiero que recordemos que son los técnicos encargados profesionalmente de estar todos los dias en contacto estrecho y directo con el submundo de la enfermedad, los conflictos, la destruccién y la muerte. Hu- bo que recurrir a cierta ficcién y disociacién para el desa- rrollo y ejercicio de la psicologia y la medicina: ocuparse de seves humanos como si no lo fuesen, Hl entrenamiento del méaico tiende inconseiente y defensivamente a esto, al iniciar todo el aprendizaje por el contacto con el cadaver. Cuando queremos ocuparnos de la enfermedad en seres hu- manos tomados eomo tales, nuestras ansiedades aumentan, pero al mismo tiempo tenemos que deponer el bloqueo y las defensas. Por todo esto ia psicologia ha tardado tanto en desarrollarse y en infiltrarse en la medicina y la psi- quiatria. Lo cual resultaria paradéjico, si no taviésemos en cuenta Ios procesos defensivos; pero el médico, cuya profesién es tratar enfermos, es el que proporcionalmente mas escotomiza 0 niega sus propias enfermedades o las de sus familiares. En psiquiatria, medicina psicosomética y en psicologia, todo esto ya no es posible; el contacto directo con seres humanos, eomo tales, enfrenta al téenico con su propia vida, su propia salud o enfermedad, sus propios conflictos y frustraciones. Si no gradia este impacto su tarea se hace imposible: o tiene mucha ansiedad y entonces no puede actuar, o bien bloquea la ansiedad y su farea es estéril, El entrevistador debe operar disociado: en parte ac- tuando con una identificacién proyectiva’ con el entrevis- tado y en parte permaneciendo Zuera de esta identificacién, observando y controlando lo que ocurre, de manera de gra- duar asi el impacto emocional y la desorganizacién an- siosa. En este sentido, serfa necesario desarrollar la-psico- logia y la psicopetologia del psiquiatra y del psiedlogo, tanto como el problema de su formacién profesional y el de su equilibrio raental. 28 Esta disociacién con la que tiene que operar el entre- vistador es a su vez funcional o dinamica, en el sentido de que tiene que actuar permanentemente la proyeccién ¢ introyeccién, y tiene que ser lo suficientemente plastica © “porosa” para gue pueda permanecer en los limites de una actitud profesional. En su tarea; el psicélogo puede oscilar fécilmente entre la ansiedad y el bloqueo, y esto no perturba su tarea siempre que pueda resolver ambos fenémenos en la medida en que aparecen, El paso de la normalidad a la patologia de la entre- vista se torna insensible, Una mala disociacién, con intensa y permanente ansiedad, hace que el psiedlogo desarrolle conductas fébicas u obsesivas frente a sus entrevistados, y entonces evita realizar entrevistas o interpone instrumen- tos y tests para evitar e} contacto personal y la ansiedad consiguiente. El clasico apuro del médico, que tanto se emplea en Ja sétira, es una permanente fuga fébiea de los enfermos. La defensa obsesiva se manifiesta en cambio en entrevistas estereotipadas en que todo est& reglado y previsto, en la elaboracién rutinaria de historias clinicas; es decir, el instrumento de trabajo, la entrevista misma, se transforma en un ritual, Mas allé est el bloqueo, en que siempre aplica y dice lo mismo, en que siempre ve lo mismo, en que aplice Io que sabe y con lo que se siente seguro. La urgencia por los diagnésticos y la compulsién a emplear drogas son otros de los elementos de esta fuga y ritual del médico frenteal enfermo, En todo, esto se fo- menta la alfenacién del’ psiedlogo y del psiquiatra y la alienacién del paciente, y'toda‘la estructura hospitalaria y sanatorial pasa.atener el efecto de un factor alienante més, Otro riesgo es el de la ptoyeceién de los propios con- flictos sobre el entrevistado y una cierta compulsién a ocu- parse, indagar o hallar perturbaciones en la esfera en que las esté negando en sf mismo. La rigides y la proyeccién conducen a encontrar solamente Jo que se busca y se ne- cesita, y a condicionar lo que se encuentra tanto como lo que no se encuentra. Un ejemplo muy ilustrativo de todo esto, pero bastante comin, es el caso de un médico joven que iniciaba su entrenamiento en psiquiatria y que pre- senejando una entrevista y el diagnéstico de una fobia 2» t dijo que eso no era asf, que lo que tenfa el paciente no era fobia ni enfermedad, porque él también lo tenia, Si en un momento dado la proyeccién con la que opera el técnico es demasiado intensa, aparece una reaceién f6~ ica en el mismo campo de trabajo. Por el contrario, si se bloquea demasiado se aleja y no entiende lo que ocurre. Distintos tipos de personas pueden provocar reaccio- nes contratransferencieles tipicas en el entrevistador, y éste tiene permanentemente que poder observarlas y re- solverlas para poder utilizarlas como informacién e ins- trumento en el curso mismo de la entrevista. Se puede, de otra manera, deseribir esta disociacién con la que tiene que trabajar el entrevistador diciendo que iene que jugar los roles que en él son promovides por el entrevistado, pero sin’ asumirlos en su totalidad. Si, por ejemplo, siente rechazo, asumir el rol seria mostrar y ac- tuar el rechazo, rechazando efectivamente al entrevistado ya sea verbalmente o con la actitud o de cualquier otra manera; jugar el rol significa pereibir el rechazo, com- prenderlo, hallar los elementos que lo promueven, las mo- tivaciones dei entrevistado para que ello ocurra y utilizar toda esta informacién que ahora posee para esclarecer el problema 0 promover su modificacién en el entrevistado. Cuanto més psicépata el entrevistado, tanto més se posi- bilita que el entrevistador asuma y acide los roles. Asu- mir el rol implica la ruptura del encuadre de la entrevista. Fastidio, cansancio, suefio, irritacién, bloqueo, léstima, ca- rifio, rechazo, seduccién, eteétera, son todos indicios con- tratransferenciales que el entrevistador debe percibir co- mo tales en la medida en que se producen, y tiene que resolverlos analizdndolos para si mismo en funcién de la personalidad del entrevistado, de la suya propia, y en funcién del contexto y el momento en que aparecen en la comunicacién. El psiquiatra inseguro o de poca experiencia no sabe qué hacer con todos estos datos, y para no verse abruma- do recurre con frecuencia a la receta, interponiendo entre él y su paciente los medicamentos; en estas condiciones la farmacologia se constituye en un factor alfenante porque fomenta Ia magia en el paciente y en el médico y los 30 vuelve a disociar de sus conflictos respectivos. Algo muy similar es lo que el psiedlogo hace con mucha frecuencia con los tests. Para contrarrestar esto es importante —y aun imprescindible— que el psiquiatra 0 el psicdlogo no trabajen aislados, que formen por lo menos grupos de es- tudio y de discusién en los que se revea el trabajo que se realiza; para caer en la estereotipia no hay mejor clima que el del aislamiento profesional, porque el aislamiento termina por eneubrir las dificultades con la omnipotencia. El entrevistado Examinar las contingencias de una entrevista significaria no otra cosa que pasar revista a toda la psicologia, psi- quiatria y psicopatologia, por Jo cual sélo me referiré aqui 2 unas pocas situaciones tipicas en el campo de la psico- logia clinica, y en especial a algunas que habitualmente no se toman en cuenta y son, sin embargo, de gran im- portancia. En términos genereles, para que una persona concu- rra a una entrevista debe haber llegado a una cierta per- cepcién o insight de que algo no anda bien, de gue algo ha cambiado 0 se ha modificado, o bien se percibe a si mismo con ansiedad o temores. Estos tltimos pueden ser tan intensos o intolerables que reourre en la entrevista a una negacién y resistencia sistemética, de tal manera que, légicamente, busca asegurarse de que no pasa nada, logrando que el técnico no reconozea nada anormal en él. En alguna ocasién se ha definido como enfermo a toda aguella persona que solicita una consulta; abstraceién hecha de que tal definicién carece de valor real, es sin embargo cierto que‘el entrevistador debe aceptar ese cri- terio, aunque sea solamente como incentivo para indagar detalladamente tras las represiones y negaciones 6 esco- tomizaciones del entrevistado, Schilder ha reunido.en cinco grupos los individuos que concurren al médico, sea porque sufren o hacen sufriz a los demas; ellos son: a) los que concurren por quejas 31 corporales; b) por quejas mentales; ¢) por quejas debidas ala falta de éxito;d) por quejas referentes a dificulta- des en la vida diaria; e) por quejas de otras personas, Siguiendo en cambio la division de E. Pichon-Rivitre de Jas Greas de conducta, podemos considerar tres grupos, segiin que el predominio de inhibiciones, sintomas, quejas o protestas recaiga més sobre el area de la mente, del cuer- po 0 del mundo externo. Bl paciente puede traer quejas, lamentes 0 acusaciones; en el primer caso predomina la ansiedad depresiva, mientras que en el segundo, la ansie- dad paranoide. Estos agrupamientos ‘no tienden:a diferenciar los en- fermos orgénicos de los enfermos mentales ni las enfer- medades orgdnicas de las funcionales o psicogenéticas, Se eplican a todos los tipos de entrevistados que concurren a cualquier especialista y tienden més bien a una orienta- cién sobre la personalidad del sujeto, sobre la forma en que trata de redueir sus tensiones, scbrellevar o resolver sus conilictos. Podemos reconocer y diferenciar entre el enirevista- do que viene a la consulta, y el que traen o equel al que “lo han mandado”, En estas aetitudes tenemos ya un indice de importancia, aunque diste de ser sistematico 0 patog- noménico, El que viene tiene un cierto insight o percep- cién de eu enfermedad y corresponde al paciente neurético, mientras que el psicético, en cambio, es trafdo. EH] que no tiene motivos para venir pero viene porque lo han man- Gado, corresponde a la psicopatia: es el que hace actuar a otros y delega en otros sus preocupaciones y malestares, Tenemos, entre otros, el caso de aquel que viene a consultar por un familiar, En estos casos, realizamos 1a entrevista con el que viene, indagando su personalidad y su eonducta, ¥ con esto ya pasamos del entrevistado al grupo familiar, Si el entrevistado precede un informante, se le debe comunicar que lo que él diga sobre el paciente Je seré comunicado a este wltimo; anticiparle antes que informe. Hsto tiende 2 “limpiar el campo” y @ romper con divisiones muy diffeiles de manejar ulteriormente. El que viene a la consulta es siempre un emergente de los conflictos grupales de la familia; diferenciamos ade- 32 més entre el que viene solo y cl que viene acompaiiado, que representan distintos grupos familiares. E] que viene solo es el representante de un grupo fa- miliar esquizoide, en el que la comunicacién entre sus miembros es muy precaria: viven disperses 0 separados, con un grado acentuado de bloqueo afectivo. Con frecuen- cia, frente a éstos, el téenico tiende a preguntarse con quién puede hablar, o a quién informar. Otro grupo fa- miliar, de caracter opaesto a éste, es aguel en el cual vie- nen varios a la consulta, y el técnico tiene necesidad de preguntar quign es el entrevistedo o por quién vienen; es el grupo epileptoide, viscoso o aglutinado, en el cual hay una falta o déficit en la personificacién de sus miembros, con un alto grado de simbiosis o interdependencia, Asi como en el anterior el enfermo est4 aislado y abandonado, en este caso esté demasiado rodeado por un euidado exe- gerado o asfixiante, Estos dos tipos polares pueden encontrarse en sus formas extremas, 0 en formas menos acusadas, o mixtas, Ciro tipo es el que viene acompafiado por una persona, milier 0 amigo, que es el caso del f6bico que necesita del acompafiante. El caso de los matrimonios cuyos integran- tes se inewlpan mutuamente de neurosis, infidelidad, etcétere, es otra situacién en la que, como en todas las an- teriores, la entrevista se realiza con todos los que han concurrido, manejados como un grupo diagnéstico que —co- mo lo veremos— es también siempre en alguna proporeién terapéutico; en éste, el téenico acta como observador par- ticipante, interviniendo en momentos de tensién, o eusndo se interrumpe la comunicacién, o para sefialar los entre- cruzamientos proyectivos. En los grupos que concurren 2 la consulta, el psicé- logo no tiene por qué acepiar el criterio de la familia sobre quién es el enfermo, sino que debe actuar conside- rando a todos sus miembros implicados y al grupo como enfermo. En estos casos, el estudio del interjuego de roles ¥ de la dinémica del grupo son los elementos que sirven de orientacién pare hacer tomar insight de Ja situacién a todo el grupo. mR E] balance de la enfermedad en un grupo familiar es de gran importancia. Por ejemplo, en un matrimonio o pareja en que uno es f6bico y el otro su acompafiante, cuan- do el primero mejova 0 cura, aparece la fobia en el segun- do. El scompafiante fébico es, entonces, también un f6- bico, pero se distribuyen roles en la pareja, ‘En otras opcrtunidades, la familia solo aparece cuan- do se ha adelantado en el tratamiento de un paciente y éste ha mejorado o esta en vias de hacerlo; la normaliza- cién del paciente hace que la tensién del grupo familiar no se “descargue” ya més a través de él, y aparece entonces el desequilibrio o la enfermedad en el grupo familiar, | Todo esto explica en gran proporcién un fenémeno con el que siempre hay que contar en la familia de un enfermo: la culpa, elemento que hay que tomar en cuenta para valorarlo y manejarlo adecuademente, Es mucho mas | manifiesta en el caso de la enfermedad mental en nifios © en deficientes intelectuales. Esto se relaciona también con el fenémeno que ha sido llamado “el nifio equivoeado”, en el que los padres traen a la consulta al hijo més sano y sélo una vez que se han asegurado de que él téonico no los inculpa ni los acusa, pueden hablar o consultar sobre el hijo més enfermo. Aaui, y en relacién con todos estos fenémenos, la psi- cologia grupal —su conocimiento y su correcto manejo— tiene una ‘gravitacién fundamental, no sélo para las en- trevistas diagnésticas y terapéuticas, sino para valorar también curaciones, o decidir el cese de una internacién, etcétera, Funcionamiento de la entrevista ‘He insistido en que el campo de la entrevista debe ser configurado fundamentalmente por las variables de la per- sonalidad del entrevistado. Esto implica que lo que ofrece el entrevistador debe ser lo suficientemente ambiguo como para permitir la mayor puesta en juego de la personalidad del entrevistado. 34 Si bien todo ello es cierto, existe sin embargo un marco oun limite en el cual la ambigiiedad no debe existir, sino todo lo contrario, en que el limite debe ser mantenido y a veces defendido por el entrevistador; éste cubre todos Jos factores que intervienen en el encuadre de la entre- vista: tiempo, lugar y rol téenico del profesional. El tiem- po se refiere a un horario y un limite en la extensién de Ja entrevista; el espacio abarca el marco o el terreno am- biental en el cual se realiza la entrevista, El rol téenico implica que en ningin caso el entrevistador debe permitir el ser presentado como un amigo en un encuentro fortuito. El entrevistador tampoco debe entrar con sus reacciones ni con el relaio de su vida, tampoco entrar en relaciones comerciales o de amistad, ni pretender ningtin beneficio de la entrevista que no sean sus honorarios y su interés cientifico 0 profesional, Tampoco la entrevista debe ser utilizeda como una gratificecién narcisistica en la que se juega de mago con un despliegue de omnipotencia, La cariosidad debe limitarse a lo necesario para el beneficio del entrevistado. Todo lo que sientz 0 viva como reaecién contratransferencial debe ser considerado como un dato de la entrevista, no debiendo responderse ni actuar frente al rechazo, la rivalidad o la envidia del entrevistado. La petulancia o la actitud arrogante o agresiva del entrevis- tado no deben ser “domadas” ni sometides; no se trata ni de triunfer ni de imponerse al entrevistado. Lo que nos corresponde es averiguar a qué se deben, eémo funcionan y qué efectos acarrean al entrevistado, Este tiltimo tiene derecho, aunque tomemos nota de ello, a hacer uso, por ejemplo, de su represién 0 su desconfianza. Con muchi- sima frecuencia, el grado de represién del entrevistado depende mucho del grado de represién que tenga el entre- vistador hacia determinados temas (sexualidad, envidia, etcétera). Si intervenimos preguntando, las preguntas de- ben ser directas y sin subterfugios, sin segundas, intencio- nes, adecuadas a la situacin y al grado de tolerancia del yo del entrevistado. La apertura de la entrevista tampoco debe ser am- bigua, recurriendo a frases generales o de doble sentido, La entrevista comienza por donde comienza el entrevis- Re tado. Hay que tener en cuenta todo lo que puede haberle costado decidirse a concurrir a la entrevista y lo que pue- de significar como humillacién y menoscabo para él. El entrevistado debe ser reeibide cortésmente pero no efusi- vamente; si se tienen datos del entrevistado proporciona- dos por otra persona, se le debe informar, tanto como, se- gitn ya lo dijimos, anticipar al informante, al comienzo de Ja entrevista, que esos datos que se refieren a tereeros no serén mantenidos en reserva. Esto tiende a mantener el encuadre y a evitar las divisiones esquizoides y la actua- cién psicopatica, asi como a despojarse de todo lo que { puede trabar la espontaneidad del téenico, quien no debe tener compromisos contrafdos que pesen negativamente so- bre la entrevista. La reserva del entrevistador para con Jos datos que proporciona el entrevistado se halla impli- cita en la entrevista, y si de la misma se eleva un informe @ una institucién, esto dltimo debe también conocerlo el entrevistado. La reserva y el secreto profesional rigen tam- bién para los enfermos psicéticos y para el material de entrevistas con adolescentes 0 nifios; en este ultimo caso, no debemos sentirnos autorizados a relatar a los padres, por ejemplo, detalles de la entrevista con sus hijos. El silencio del entrevistado es el fantasma del entre- vistador novel, para quien el silencio del entrevistado sig- nifica un fracaso o un indice de su impericia. Con un mf- nimo de experiencia, sin embargo, no hay entrevistas fra- casadas; si se observa bien, toda entrevista aporta datos de importancia sobre la personalidad del entrevistado. ‘Hay que reconocer Ios distintos tipos de silencio (silencio pa- ranoide, depresivo, fébico, confusional, eteétera) y obrar en funcién de este conocimiento. Si dl silencio total no es lo éptimo en una entrevista, (desde el punto de vista del entrevistador), tampoco lo es la catarsis intensa (desde el punto de vista del entre- vistado). Con frecuencia el que habla mucho en realidad deja de decir lo més importante, porque el lenguaje no es sélo un medio de transmitir informacién sino también un poderoso medio para evitar la informacién, Todos estos son, por supuestos, datos valiosos, que deben ser consig- nados y valorados. La “descarga” emocional intensa tam- 36 poco es lo éptimo de una entrevista; con ello generalmente el entrevistado logra una depésitacién masiva en el entre- vistador y luego toma distancia y entra en una relacién persecutoria con éste: el confesor se transforma fécil- mente en perseguidor, El fin de la entrevista debe ser respetade como todo el encuadre, y la reaecién a la separacién es un deto de gran importancia, tanto como la evaluacién de cémo se va el entrevistado y eémo quedamos nosotros contratransfe- rencialmente con respecto a él. EBnirevistas bien realizadas insumen mucho tiempo, del que con frecuencia no se dispone, especialmente en instituciones (escolares, hospitalarias, fabriles, etcétera), En estos casos lo més conveniente es reservar, de] tiempo disponible, un lapso para realizar aunque sélo sea una entrevista diaria en condiciones éptimas. Esto impide las estereotipias en el trabajo y las racionaiizaciones de la evitacién fébica, Ademés es importante reservarse el tiem. po necesario para estudiar las entrevistas realizadas, y es mejor atin si esto wltimo se realiza en grupos de trabajo. El psicélogo y el psiquiatra no deben trabajar aislados, porque esto favorece su alienacién en el trabajo. La interpretacién Un interrogante frecuente e importante es el de si se debe interpretar en las entrevistas realizadas con fines diag- nésticos. En este sentido hay posiciones muy variadas, en- tre las que se cuenta, por ejemplo, la de Rogers, quien no sélo no interpreta sino que tampoco pregunta, alentando al entrevistado a proseguir por medio de distintas téeni- cas, como por ejemplo repetir en forma interrogativa la iltima palabra del entrevistado o alentando con la mirada, el gesto o la actitud a que prosiga, La entrevista es siempre una experiencia vital muy importante para el entrevistado; significa con mucha fre- cuencia la dnica posibilidad que tiene de hablar lo mis sincerameute posible de si mismo con alguien que no lo aT juzgue sino que Jo comprenda. De esta manera, la entre- ista acta. siempre como un factor normativo 0 de apren- dizaje, aunque no se reourra a ninguna medida especial para lograrlo, En otros términos, ia entrevista diagnésti- ca es siempre y al mismo tiempo, en alguna medida, te- rapéutica, Bl primer factor terapéutico es siempre la compren- sign del entrevistador, quien debe comunicar algunos fac- tores de esta comprension que puedan ser ttiles al entre- vistado. En la entrevista diagnéstica, segén nuestra opi- nién, se debe interpretar por sobre todo cada vex que la comunicacién tienda a interrumpirse 0 distorsionarse. Otro caso muy frecuente en el que tenemos que intervenir es para relacionar lo que el mismo entrevistado ha estado co- municando. Para interpretar, nos debemos guiar por el monto de ansiedad que estamos resolviendo y por el monto de ansiedad que creamos, teniendo en cuenta también si se van a der otras oportunidades para que el entrevistado pue- da resolver ansiedades que vamos a movilizar. En todos los casos debemos interpreter solamente sobre los emer- gentes, sobre lo que realmente esté operando en el aqui y ahora de la entrevista, Un indice fundamental de guia de la interpretacién es siempre el beneficio del entrevistado y no la “descarga” de une ansiedad del entrevistador. Ademés, siempre que se interprete, se debe saber que Ie interpretacién es una hipétesis que debe ser verifieada o rectifieada en el mismo campo de trabajo por la respuesta que movilizamos o con- dicionamos al poner en juego dicha hipétesis. Con todo, conviene que el entrevistador novel se atenga primero y durante algin Hempo 2 comprender al entrevistado, hasta que pueda adquirir la experiencia y el conocimiento sufi. cientes pare utilizar la interpretacién, Bl éptimo alesnce de uns entrevista es el de la entrevista operativa, en la cual se tiende a comprender y esclarecer un problema 0 una situacién que el entrevistado aporta como centro 0 motivo de la entrevista. Con gran frecuencia, en este sentido, una entrevista logra mucko si se consigue esclarecer cuél es el verdadero problema que se trae detrés de lo que se trae en forma manifiesta. 38 Aconsejo Ja Jectura del articulo de Reik “El abuso de la interpretacién”, y tener en cuenta por lo menos dos co- sas al respecto: que toda interpretacién fuera de contexto y de timing resulta una agresién, y que parte de la forma- cién del psicélogo consiste también en aprender a callar. Y como “regla de oro” (si las hay), que tanto més es nece- sario callarse cuanto mayor sea la compulsién a interpretar, Informe psicolégico B] informe psicol6gico tiene como finalidad condensar 0 resumir conclusiones referentes al objeto de estudio, In- cluimos aqui solamente el informe que se refiere al estudio de la personalidad, que puede ser empleado en distintos campos de la actividad psicolégica, y en cada uno de ellos se deberd tomar en cuenta y responder espectficamente al objetivo con que dicho estudio se ha levado a cabo. Se trata, por otra parte, solamente de una guia y no de casi- lleros a Ilenar. En el campo de Ja medicina, por ejemplo, un estudio completo abarca un triple diagnéstico o un triple informe, a saber: el diagnéstico médico, el psiquidtrico y el psico- légico. Puede tratarse, por ejemplo, de un brote esquizo- frénico (diagnéstica psiquidtrico), en una persona con insuficiencia cardiaca (diagnéstieo médico) y personalidad obsesiva (diagnéstico psicoldgieo), entendiendo que este ejemplo sélo sirve como tal para diferenciar los tres de informes, que no siempre es necesario que se den con- juntamente, El orden en que se redacta un informe no tiene nada que ver con el orden en que se han recogido los datos o en el que se han hecho las deduceiones. 1) Datos de filiacién: Nombre, edad, sexo, estado ci- vil, nacionalidad, domicilio, profesién u oficio. 2) Procedimientos utilizados: Entrevistas (ntimero y frecuencia, téeniea utilizeda, “elima” de las mismas, lugar en que se lleveron a cabo). Tests 39 40 8) 4) 5) (especifiear los utilizados), jueyo, registros ob- Jetivos (especificar), etcétera. Cuestionarios (es- pevificar). Otros procedimientos. Motivos del estudio: Por quién fue solicitado y objetivos del mismo. Actitud del entrevistado y referencia a sus motivaciones conscientes. Descripeién sintética del grupo familiar y ae otros que han tenido o tienen importancia en la vida del entrevistado, Relaciones del grupo familiar con Ja comunidad: status socioeconémico, otras rela- ciones. Constitucién, dinémica y roles, comunica- cién y cambios significativos del grupo familiar. Salud, accidentes y enfermedad del grupo y de sus miembros. Muertes, edad y afio en que tue vieron lugar, causas de las mismas. Actitud de la familia frente a Jos cambios, a la enfermedad y al enfermo. Si resulta posible, incluir el grupo en alguna de las clasificaciones reconocidas. Problematica vital: Referencia sueinta de su da y sus conflictos actuales, de su desarrollo, ad- quisiciones, pérdidas, cambios, temores, aspira- ciones, inhibieiones y forma de enfrentarlos 0 sufrirlos. Diferenciar entre lo afirmado por el en- trevistado y por otras personas de su medio con Jo inferido por el psicélogo. Diferenciar entre lo que se afirma y lo que se postula como probable. Si hay algiin dato de muy especial valor, espe- cificer Ia técnica con la que se lo ha inferido 0 Getectado. Incluir una resefia de las situaciones vitales mas significativas (presentes y pasadas), especialmente aquellas que asumen el eardeter de situaciones conflictivas y/o repetitivas. Deseripcién de estructuras de conducta, diferen- clando entre las predominantes y las accesorias. Cambios observados. Descripcién de rasgos de carécter y de la perso- nolidad, inciuyendo la dinémica psieolégiea (an- siedad, defensas), citando la organizacién pato- grdfica (si la hubjere). Incluir una apreciacién del grado de madurez de la personalidad. Cons- 8) 9) 10) li) titucién (citar la tipologia empleada). Caracte- ristieas emocionales e intelectuales ineluyendo: manejo del lenguaje (léxico y sintaxis, ete.), ni- vel de conceptualizacién, emisién de juicios, anti- cipacién y planeamiento de situaciones, canal pre- ferido en la comunicacién, nivel o grado de coor- dinacién, diferencias entre manejo verbal y mo- tor, capacidad de observacién, andlisis y sintesis, grado de atencién y concentracién, Relaciones én- tre el desempefio intelectual, social, profesional y emocional, y otros items significativos en cada caso particular. Considerar las particularidades y alteraciones del desarrollo psicosexuel, cambios en la personalidad y en la conducta. Si se trata de un informe muy detallado 0 muy riguroso (por ejemplo, un informe pericial), in- cluir resultados de cada test y de cada examen complementario realizado. Conclusién. Diagnéstico y caracterizacién psico- logica del individuo y de su grupo. Responder es- pecificamente a los objetivos del estudio (por ejemplo, en el caso de Ia seleccién de personal, orientacién vocacional, informe escolar, eteétera). Incluir una posibilidad pronéstica desde el pun- to de vista psicolégico, fundando los elementos so- bre los cuales se basa. Posible orientacién, Sefialar si hacen falta nue- vos exémenes y de qué indole. Sefialar la forma posible de subsaner, aliviar u orientar al entre- vistado, segiin el motivo del estudio 0 segéin las necesidades de la institueién que ha solicitado el informe, ay : b Bibliografta Abdt, L. EB, “The Anelysis of Structural Clinical Interview”, J. Clim, Psychol, 5, 1949. Baranger, W., “La situacién analitica como campo dinamico”, Rev. Urug. Psicoanal,, IV, p. 1, 1961-62, Barilari; M. y Grasso, L., La vida del enfermo y su interpretacién, Anamnesis, E! Ateneo, Buenos Aires, i948, Berg, C., The First Interview, G. Allen and Unwin, Londres, 1954, Binger, C, The Doctor's Job, Norton, Nueva York, 1945. 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