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Dravid MW saeis Bou Ost we OCTAVA EDICION Gerente de divisién: Miguel Angel Toledo Castellanos Supervisor de edicién: Edmundo Carlos Zéiga Gutiérrez Supervisor de produecién: Timoteo Eliosa Garcia PSICOLOGIA SOCIAL, Octava edicién Prohibi por cualquier medi la la reproctuccién total o parcial de esta obra sin autorizacién escrita del editor. McGraw-Hill Interamericana DERECHOS RESERVADOS © 2005 respecto a la cuarta edici6n en espaol por McGRAW-HILL/INTERAMERICANA EDITORES, S.A. DE C.V. A Subsidiary of The McGraw-Hill Companies, Inc Prolongacién Paseo de la Reforma 1015 Torre A-Piso 17, Santa Fe, 01376 Delegacién Alvaro Obregén, México, D. F. Miembro de la Camara Nacional de la Industria Editorial Mexicana, Reg. Ném. 736 ISBN: 970-10-5398-2 ISBN: 958-410-070-X (edicién anterior) ‘Translated from the Eighth English Edition of Social Psychology By David G. Myers Copyright © 2005, 2002, 1999, 1996, 1993, 1990, 1987, 1983 by The McGraw-Hill Companies, Ine. All rights reserved. ISBN 0-07-291694-X 1234567890 0987643215 Impreso en México Printed in Mexico De Ncw Hl oan u X Contenido Pensamiento grupal: ;los grupos dificultan ‘0 fomentan las buenas decisiones? Lahistoria detris de la investigacién: Irving Janis sobre el pensamiento grupal Sintomas del pensamiento grupal Grticas al pensamiento grupal Enfoque: El pensamiento grupal vel desastre del Challenger Prevencion del pensamiento grupal Solucién de problemas en grupo La historia detris de un Premio Nobel: Dos mentes son mejores que una Influencia de la minorfa: zcémo influyen los individuos en el grupo? Constancia Conan en sé mismo Deserciones de la mayoria Ese liderazgo la influencia de la minora? Post scriptum personal: ¢Los grupos son ‘malos para nosotros? La conexién social Parte tres _ Relaciones sociales capitulo 9 Prejuicio: desagrado por los demas ¢Cual es la naturaleza y el poder de los prejuicios? Definiién de los prejuicios Prejuicios raciaies Prejuicios de genera Cuéles son las fuentes sociales de los prejuicios Desigualdades sociales: posicién desigual precios Socialtzacién ‘Apoyos insttucionales Cuales son fuentes motivacionales de los prejuicios Frustracion y agresin: la teoria det chivo expiatorio” Teoria de a identidad social: sentrse superior ‘los demas Motioos para evitar ls prejuicios Cudles son las fuentes cognoscitivas de los prejuicios Categorizacin:clasificacn dela gente en grupos 313 sua 315 317 318 319 321 323 323 324 324 326 328 329 333 334 334 336 341 35, 345 347 349 351 351 358 359 359 Distincion: percepcion de la gente que destaca Atribucién: ces un mundo justo? ¢Cuales son las consecuencias de los prejuicios? Estereotipos que se autoperpetiian Impacto de la dscriminacion: la profecia autorrealizada Amertaza de los estereotipos L historia detrds de la investigacién: Claude Steele sobre la amenaza de los estereatipos Los estereotipos sesgan tas juicios sobre las personas? Post scriptum personal: Podemos reducir los prejuicios? La conexién social tulo 10 Agresién: dafiar a los demas {Qué es la agresién? Cudles son algunas de las teorfas de la agresion Agresin como biologi ‘Agresion como respuesta ala frustracion ‘Agresiin como comportamiento social aprendido Cusiles son algunas de las influencias en la agresién Incidents que generan aversgin ‘Actioacin Caves de agresién Influencia de fs medios: pornografia y iolenca sexual Influencia de fs medios:teleoisiin Iniluenciade tos medios:videojuegos Influencas grupates La historia detrés de a investigacién: Craig Anderson sobre la violencia de los videojuegos Como se reduce la agresividad 2Catarsis? e aprendizaje Un investigador cl a catarsis Post scriptum personal: Reforma de una cultura violenta La conexién social 362 367 370 370 378 379) 381 382 384 384 388 391 as 417 a7 419 420 421 423, A eapitulo 11 Atracci6n e intimidad: agradar yamar a los demas Qué lleva a la amistad y ala atraccién? Proximidad Enfoque: Gusto por las cosas asociadas, Atraccién fisica La historia detras de la investigacién: Ellen Berscheid acerca del atractivo Semejanza contra complemento La historia deteds de la investigacién: James Jones acerca de la diversidad cultural Agradar a quienes nos agradan Enfoque: Lo malo es més fuerte que Jo bueno Gratifcaciones de ta relacin {Quées el amor? Amor apasionado ‘Amor de comparieros {Qué permite las relaciones cercanas? Apego Equidad Revelacn de si mismo Cémo terminan las relaciones? Enfoque: Internet crea intimidad ‘oaislamiento? Divorcio Proceso de desprendimiento Post scriptum personal: Hacer el amor La conexién social capitulo 12 Ayudar (Por qué ayudamos? Obtener recompensas, evitarcastigos Psicologia evolution Comparacién y evaluacién de as teorias de la ayuda Altruismo genuino Enfoque: Los beneficios (y los castos) del altruismo inducido por la empatia ¢Cudndo ayudamos? Niimero de espectadores La historia detrds de la investigacién: John M. Darley acerca de las reacciones de la gente ‘Ayudar cuando alguien mas lo hace 425 428 28 82 4B4 439 43 49 $1 454 454 458 460 460 462 467 469 470 472 473 475 477 a7 488 489 493 494 495 496 302 Contenido Presiones de tiempo Similitud 2Quién ayudara? Rasgos de personalidad Fe religiosa Cémo podemos incrementar la ayuda? Eliminar las restricciones acerca de la ayuda Socilizacién det altruismo Enfoque: Comportamiento y actitudes entre los rescatadores de judios Post scriptum personal: Llevar la psicologia social a la vida La conexién social capitulo 13 Conflicto y conciliacién {Qué ocasiona el conflicto? Dilemas sociales Competencia Percepcién de injusticia Error en a pereepcin {Cémo se puede lograr la paz? Contacto Cooperacin Enfoque: 2Por qué nos importa quién gana? Enfoque: Branch Rickey, Jackie Robinson Y Ia integracién del beisbol Comunicacion Conciiacién ost scriptum personal: Conflicto entre los derechos individuales y los comunales La conexién social 503 504 505 506 507 509 509 512 515 517 517 519 520 520 528 532 538 539 542 550 353 561 563 Parte cuatro Aplicacidn de la psicologia social capitulo 14 Psicologia social en la clinica {Qué sesga los juiicios clinicos Correlaciones itusorias Exceso de confianza y reirospeccién Diagnéstcos autoconfirmatorios 567 568 368 569 2Qué es la agresién? zCudles son algunas de las teorias de la agresién? Agresion como biologia “Agtosicn como respuesta a la frustracién Agtesicn como comportamiento social aprendido Claves de agresion Influencia de los medios: pornogratia y violencia sexual Influencia de los medios: television, Influencia de los mediios: videojuegos Influencias grupales iCOmo se reduce la agresividad? Catarsis? 2Cudles son algunas de las influen- {jy propuesta de aprendizae social Cias en la agresidn? Incidentes que generan aversién Activacién Post scriptum personal: Reforma de una cultura violenta capitulo 10 Agresion: danar a los demas iuestra conducta ‘unos a otros es mis extranio, tunque no se cumplié el pronéstico en broma de Woody Allen de que “para 1990 Ja principal forma de trato social seré el secuestro”, estos afios estan lejos de ser serenos. El horror del 11 de septiembre de 2001 representé el acto de violencia mas dramético, pero no el més catastréfico en términos de vidas humanas. Por la misma 6poca se calcula que la carniceria humana de las guerras tribales en el Congo habia costaco la vida a tres millones de personas, unas asesinadas con machetes y muchas otras muertas de hambre y enfermedades al huir del terror de sus aldeas (Sengupta, 2003). Los vecinos ruandeses, que en el genocidio del verano de 1994 vieron la muer- te de 750 mil personas (incluyendo la mitad de la poblacién tutsi), entienden esta ca- pacidad de masacrar humanos (Staub, 1999). Tanto odio y destruccién no es particular de las regiones del Medio Oriente y Afri- ca luego del 2000. En todo el mundo se gastan a diario mas de dos mil millones de dé- lares en armas y ejércitos, cantidad que podria alimentar, educar y resguardar el ambiente de millones de pobres del mundo. En el siglo anterior, en aproximadamen- te 250 guerras murieron 110 millones de personas, cantidad suficiente para poblar una “nacién de muertos” con més de la poblacién conjunta de Francia, Bélgica, Ho- Janda, Dinamarca, Finlandia, Noruega y Suecia (figura 10-1). Las muertes no son s6- lo de las guerras mundiales, sino también de genocidios, como el que ocurri6 con los vir. ola & 382 parte tres figura 10-1 El siglo mas sangriento. Ene sigloxla Jaman fue la mas escolaizada la més hhomicda dela historia (datos de Renner, 199) ‘Ademés de los genocidios y las hambrunas provocadas por el hombre, hhabo aproximadamente 182 millones de “muertes por desagrado de as asas” (White, 2000 “Toda arma fabricada, todo acorazatio botado, todo cohete lanzado significa, a finde cuentas, un robo a los gue tienen hambre y no Ia satisfacen, los que tienen frio y no se tapan.” —Presdente Dwight Eisenhower, discus ante la Sociedad Estadouniense de Editors de Periéicos, 1853. “Hay una forma de liberar a la humanidad de la amenaza de la guerra?” = Albert Einstein carta a Sigmund Freud, 1882. Relaciones sociales ‘Muertes relacionadas con las guerras de nuestra era (millones) 120 100 law a =a >a ~ (hasta 1995) armenios, de 1915 a 1923, por el Imperio Otomano, el genocidio paquistani en 1971 de tres millones de bengalies y el millén y medio de camboyanos muertos en un reinode terror iniciado en 1975 (Sternberg, 2003). Como se observa en el genocidio que come ti6 Hitler en contra de millones de judios, de Stalin contra millones de rusos, de Mao que involucré a millones de chinos y de los primeros estadounidenses que sacrifica- ron a millones de amerindios; como se ve, el potencial humano para la crueldad ex: traordinaria abarca todo el planeta. {Somos como el mitico minotauro, mitad hombre y mitad bestia? ¢Qué explica ese dia a mediados del verano de 1941 cuando la mitad no judia del pueblo polaco de Jeb- wabne maté a la otra mitad en un macabro frenesi de violencia de la que sobrevivie- ron apenas tna docena de los 1 600 judios? (Gross, 2001) ,Qué explica esta propensién alastimar? + dLaagresidn es una predisposicién biol6gica o la aprendemos? * (Qué circunstancias disparan los estallidos de hostilidad? + {Los medios influyen en la agresividad? + {Cémo se detiene la agresividad? Estas son nuestras preguntas en este capitulo. Pero antes tenemos que aclarar el término “agresién”. {Qué es la agresién? Los thugs, miembros de una fraternidad criminal det norte de la India, eran agresivos: entre 1550 y 1850 estrangularon a mds de dos millones de personas y afirmaban que lo hacian en servicio de su diosa. Pero hay personas que usan también el témino “agresivo” para referirse a un vendedor dindmico. Los psicélogos sociales distinguen esta conducta segura, enérgica y emperiosa del comportamiento que lastima, daita 0 destruye. En el primer caso es asertividad; en el segundo, agresividad. 3 Agresién: daflaralosdemés capitulo 10 383 Grabado det siglo xix en eb ‘que se aprecian gu ‘spiiols er a conguista del Jmperio azteca de Moc Enel capitulo 5 definimos agresién como un comportamiento fisico 0 verbal diri- agresién gido a lastimar a alguien. Esto excluye a los accidentes de trénsito, los tratamientos — Comportamientofsicoo dentales, los empujones en las banquetas y el suicidio asistido. Incluye bofetones, in- verbal que tiene ef sultos directos e incluso chismes, asf como hacer que la gente decida cudnto tiene que Prpésito de lastimar a dafar a alguien; por ejemplo, qué descarga eléctrica aplicarle a otra persona, alguien. Esta definicién abarca dos formas de agresién. Los animales exhiben una agresivi- dad social, caracterizada por despliegues de ira, y agresividad silenciosa, como cuando un depredador acecha a su presa. La agresividad social y la silenciosa ataften a regio- nes cerebrales distintas. En los seres humanos los psicSlogos designan a estas dos for- mas de agresividad “hostit” e “instrumental”. La agresign hostil surge de la ira y su agresién hostil meta es daar. La agresién instrumental pretende lastimar slo como medio para Agresidn provocada por conseguir algin otro fin ‘enojo y que se eecuta Casi todo el terrorismo es agresiGn instrumental. “Las campafias de ataques suici- "0 fv er sf misma das terroristas tienen en comin una meta secu- oe lar y estratégica’, concluye Robert Pape iota) (2003) después de estudiar todos los ataques suicidas con bombas de 1980 a 2001. Esta me- taes “obligar a las democracias liberales a re- tirar fuerzas militares del territorio que los terroristas consideran su patria”. En 2003, go- bernantes estadounicienses e ingleses justifi caron el ataque a Irak no como un acto hostil para matar iraquies, sino como un acto instru- agresin instrumental AgresiGn que sirve como medio para algiin otro fin mental de liberacién de defensa en contra de yo supuestas armas de destruccién en masa. La F ri 4 agresién hostil es “caliente”; la instrumental, f ve “ria” Lauria ha armedo Casi todos los asesinatos son hostiles. capaci de desrucin sin Aproximadamente la mitad ocurren en rifias, -poege ogo, nunca los usaramos conta unmet Stapacidad de ir mientras que otros son resultado de tridngu- “posite enemigo, sino que nos permit Raripesn cmauirizckn Jos amorosos 0 pleitos iniciados por influen- _negociar desde una posicion de fuerza." Gael MedinMagas @ 384. parte tres comportamiento instintivo Patrén de comportamiento innato, no aprendido, que exhiben todos tos miembros de una especie. Relaciones sociales ia del alcohol o las drogas (Ash, 1999). Estos asesinatos son accesos emocionales im- pulsivos, lo que explica por qué los datos de 110 naciones muestran que aplicar la pe- na de muerte no reduce los homicidios (Costanzo, 1998; Wilkes, 1987). No obstante, algunos asesinatos y actos violentos de represalias y coerciGn sexual son instrumen- tales (Felson, 2000). Desde 1919, més de 1 000 asesinatos de pandillas fueron frios y caleulados. ¢Cudles son algunas de las teorias de la agresién? Al analizar las causas de la agresién hostil y la instrumental, los psicdlogos sociales se han enfocado en tres grandes ideas: 1) hay un instinto agresivo de ratces bioldgicas, 2) Ia agresividad es una respuesta natural a la frustracién, y 3) el comportamiento agre- sivo se aprende. AGRESION COMO BIOLOGIA Los filésofos han debatido si nuestra naturaleza humana es en esencia la de un “no- ble salvaje” benigno y satisfecho o la de un bruto. La primera idea, postulada por el fil6sofo francés del siglo xvi Juan Jacobo Rousseau (1712-1778), culpa a la sociedad, no a la naturaleza humana, de los males sociales. La segunda, que se vincula al filéso- fo inglés Thomas Hobbes (1588-1679), considera que las leyes de la sociedad son ne- cesarias para refrenar y controlar al bruto humano. En el siglo x la idea “del bruto” (que el impulso agresivo es innato y, por ende, inevitable) fue defendida por Sigmund Freud, en Viena, y por Konrad Lorenz, en Alemania. Teoria del instinto y psicologia evolutiva Freud especulaba que la agresividad humana surge de un impulso autodestructivo, Asi, se redirige hacia otros la energia de un impulso primitivo hacia la muerte (que, en términos generales, llamaba “pulsién de muerte”). Lorenz, experto en comporta- miento animal, consideraba que la agresividad era un factor de adaptacién, mas que de autodestruccidn, Freud y Lorenz estaban de acuerdo en que la energia agresiva es, instintiva (no aprendida y universal). Si no se descarga, se supone que se acumula hasta que explota o hasta que un estimulo apropiado la “libera”, como un ratén que escapa de la ratonera. Aunque Lorenz (1976) también afirmaba que tenemos mecanis- ‘mos innatos para inhibir la agresividad (como volvernos indefensos), temia en las im- plicaciones de armar nuestro “instinto de lucha ” sin hacer lo mismo con nuestras inhibiciones. El desequilibrio en el enfoque por el cual se liberan las tendencias agre- sivas explica por qué en las guerras del siglo xx murieron mas personas que en todas las guerras anteriores. La idea de que la agresién es un instinto se derrumbs cuando la lista de supuestos instintos humanos se alarg6 hasta practicamente cualquier conducta humana imagi- nable. En 1924, en una revisidn de libros de ciencias sociales, se enumeraron seis mil supuestos instintos (Barash, 1979). Los cientificos sociales han tratado de explicar el comportamiento social déndole nombres. Es tentador jugar este juego de explicar nombrando: “Por qué los borregos permanecen juntos?” “Por su instinto gregario.” “2Cémo sabe que tienen un instinto de rebaiio “Mirelos: siempre andan juntos.” La teoria del instinto fracasa al tratar de aclarar las variaciones en la agresividad de persona a persona y de cultura a cultura. ¢Cémo explicaria un instinto humano com- partido de agresién universal la diferencia entre los pacificos iroqueses antes de la lle- gada de los blancos y los hostiles iroqueses después? (Hornstein, 1976) Aunque la agresi6n tiene una influencia biolégica, la propensién humana a agredir no parece cumplir los requisitos para ser un comportamiento instintivo. Agresién: dafiara los demas Ahora bien, nuestros lejanos antepasados en ocasiones encontraron la agresividad como algo adaptativo, sefalan los psicélogos evolutivos David Buss y Todd Shackel- ford (1997), El comportamiento agresivo era una estrategia para adquirir recursos, de- fenderse de ataques, intimidar eliminar machos rivales en la competencia por las hembras y disuadir a las parejas de ser infieles. En algunas sociedades preindustria- Jes, ser un buen guerrero conferfa una posiciGn superior y mayores oportunidades re~ poductivas (Roach, 1998), Buss y Shackelford creen que el valor de adaptacién de la agresividad ayuda a explicar los relativamente altos niveles de agresidn entre hom- bres a lo largo de la historia humana. “Esto no significa [. | que los hombres tengan un ‘instinto agresivo’ en el sentido de alguna energia reprimida que hay que descar- gar. Mas bien, los hombres heredaron de sus antepasados mecanismos psicolégicos” que aumentan las probabilidades de dejar sus genes en las generaciones futuras. Influencias neuronales Como la agresién es una conducta compleja, ningiin punto del cerebro la controla; pe- 10 los investigadores han descubierto sistemas nerviosos tanto en animales como en seres humanos que facilitan la agresién. Cuando los cientificos activan estas éreas del cerebro, la hostilidad aumenta; cuando las desactivan, la hostilidad disminuye. Asi, es posible hacer de animales déciles una furia y de los iracundos, sumisos. En un experimento los investigadores colocaron un electrodo en una zona que in- hibe la agresién del cerebro de un mono dominante. Un mono més pequefo, al que se eniregé un botsn que activaba el electrodo, aprendid a oprimirlo cada vez que el tira- xno lo intimidaba. La activacién cerebral funciona también con los seres humanos. Des- pués de recibir estimulacidn eléctrica indolora en la amigdala (una parte de los icleos cerebrales) una mujer monté en célera, estrellé su guitarra contra la pared y por poco no atiné a la cabeza de su psiquiatra (Moyer, 1976, 1983), Entonces, cel cerebro de las personas violentas es anormal en algtin sentido? Para averiguarlo, Adrian Raine y colaboradores (1998, 2000) usaron escaneos cerebrales pa- ra medir la actividad cerebral de asesinos y medir también la cantidad de materia gris en hombres con trastorno de conducta antisocial. Descubrieron que la corteza pre- frontal, que funciona como freno de emergencia en las zonas cerebrales profundas re- lacionadas con el comportamiento agresivo, era 14 por ciento menos activa que lo normal en asesinos que no habian sido abusados y 15 por ciento menor en los hom bres antisociales. Otros estudios de asesinos y presos en espera de ejecucién conti man que un cerebro anormal contribuye a una conducta anormalmente agresiva (Davidson y colaboradores, 2000; Lewis, 1998; Pincus, 2001). ;La anormalidad cere- bral por si misma predispone a la violencia? Posiblemente no, pero en algunas perso- nas violentas es un factor (Davidson y colaboradores, 2000). Influencias genéticas Laherencia influye en la sensibilidad del sistema nervioso a las claves de la agresivi- dad. Desde hace mucho se sabe que se pueden criar animales para que sean agresivos. En unas ocasiones se hace por razones practicas (Ia cria de gallos de pelea); en otras, se hace para investigaciones. La psicéloga finlandesa Kirsti Lagerspetz (1979) tomé ratones albinos normales y crié juntos a los mas agresivos y en otro grupo a los menos agresivos. Después de repetir el procedimiento durante 26 generaciones, tenia un gru- pode ratones feroces y otro de ratones tranquilos. Laagresividad varia entre los primates y los seres humanos (Asher, 1987; Olweus, 1979). Nuestro temperamento (qué intensos y reactives somos) viene en parte con nosotros al nacer, por la influencia de la reactividad de nuestro sistema nervioso sim- pitico (Kagan, 1989). El temperamento de una persona, manifestado en la infancia, perdura (Larsen y Diener, 1987; Wilson y Mathany, 1986). Un nifto temerario o impul- I capitulo 10 385 @ 386 parte tres, Los genes pedisponen agresiviad dl perro de combat Relaciones sociales sivo y proclive a las rabietas corre el riesgo de ser un adolescente de conducta violen= ta (American Psychological Association, 1993). Un nifio que no es agresivo a los ocho aitos probablemente sera una persona pacifica a los 48 (Huesmann y colaboradores, 2003). Asi, los gemelos idénticos, cuando se les pregunta por separado, coinciden més que los gemelos fraternos sobre si tienen un “temperamento violento” o si se meten en pleitos (Rushton y colaboradores, 1986; Rowe y colaboradores, 1999). La mitad de los gemelos idénticos de criminales convictos (pero slo uno de cinco gemelos frater nos) también tiene antecedentes delictivos (Raine, 1993), En estudios de seguimiento a largo plazo de varias centenas de nifios neozelandé- ses se revela que el comportamiento agresivo mezcla un gen que altera el equilibria de los neurotransmisores con abuso infantil (Caspi y colaboradores, 2002; Moffitt y colaboradores, 2003). Ni los “malos” genes ni los “malos” ambientes por si solos pree disponen a la agresividad y la conducta antisocial; més bien, los genes predisponena unos nifios a ser més sensibles y a reaccionar mas al maltrato, Naturaleza y crianzaine teractiian. Influencias bioquimicas 4 La quimica sanguinea también influye en la sensibilidad neuronal a la estimulacién agresiva. Tanto experimentos de laboratorio como datos de policia indican que cuan- do las personas son provocadas, el alcohol dispara la agresividad (Bushman, 1993) Taylor y Chermack, 1993; Testa, 2002). Las personas més violentas tienen mayor fene dencia 1) a beber, y 2) a volverse agresivas cuando estan alcoholizadas (White y co laboradores, 1993). Considere lo siguiente: # + En experimentos, las personas alcoholizadas aplicaron descargas més intensas_ Y se sintieron mas enojadas cuando recordaban conflictos en sus relaciones (MacDonald y colaboradores, 2000). f * Los estudios de violadores revelan que poco mas de la mitad habian bebido antes de cometer su delito, En una encuesta reciente de casi 90 mil estudiant de 171 universidades, cuatro de cinco que habfan tenido relaciones sexuales Agresin: dafiar a los demas indeseadas reconocieron que antes habian con- sumido alcohol y drogas (Pressley y colaboradores, 1997). Lo mismo hicieron, se supone, la mayoria de sus atacantes. * En 65 por ciento de los, homicidios y 55 por ciento de las rifias domésticas y los ataques, los asaltantes 0 la victima habian bebido (American Psychological Association, 1993), * Silos alcohslicos que golpean a su esposa se someten a tratamiento y solucionan su problema de alcohol, por lo regular cesa su conducta violenta (Murphy y O'Farrell, 1996) El alcohol aumenta la agresividad porque reduce la conciencia de las personas y su capacidad de ponderar las consecuencias (Hull y Bond, 1986; Ito y colaboradores, 1996; Steele y Southwick, 1985). El alcohol desindividualiza y desinhibe. Laagresividad también se correlaciona con la hormona sexual masculina, la testos- terona. Las influencias hormonales son mucho més intensas en animales inferiores a los seres humanos, pero faérmacos que reducen las concentraciones de testosterona en hombres violentos hacen ceder las tendencias agresivas. Cuando oyen el timbre de los buscapersonas, los individuos con concentraciones muy elevadas de testosterona in- dican sentirse algo mas inquietos y tensos (Dabbs y colaboradores, 1997). También son mas impulsivos e irritables y toleran menos las frustraciones (Harris, 1999). Después de los 25 aos de edad, las concentraciones de testosterona y los indices de delitos violentos disminuyen juntos. Las concentraciones de testosterona son ma- yores en reos de delitos violentos planeados y no provocados, que los de delitos no violentos (Dabs, 1992; Dabbs y colaboradores, 1995; 1997, 2001). En el rango normal entre hombres adolescentes y adultos, 1os que tienen mayores concentraciones de tes- tosterona son més proclives a la delincuencia, el consumo de drogas y las respuestas agresivas a las provocaciones (Archer, 1991; Dabbs y Morris, 1990; Olweus y colabo- radores, 1988). La testosterona —dice James Dabbs (2000)— “es una molécula peque- fia de grandes efectos”. Inyectarla a un hombre no lo volver autométicamente agresivo, pero los hombres con menos testosterona reaccionan con menos agresividad cuando los provocan (Geen, 1998). La testosterona es como la potencia de una pila: s6- losilla pila est muy descargada las cosas se notan lentas. Otro culpable que también se encuentra a menudo en la escena del crimen es una concentracién baja del neurotgansmisor serotonina, para el que los Iébulos frontales que controlan los impulsos tienen muchos receptores. En primates y seres humanos se encuentra poca serotonina entre jévenes y adultos proclives a la violencia (Bern- hardt, 1997; MehIman, 1994; Wright, 1995). Ademés, sien el laboratorio se reducen las ‘concentraciones de serotonina, aumenta la reaccidn a sucesos adversos y la disposi- cién a aplicar supuestas descargas eléctricas. Es importante recordar que el trénsito entre testosterona, serotonina y comporta- mento fluye en los dos sentidos. Por ejemplo, la testosterona puede facilitar el afén de dominio y la agresividad, pero las conductas de dominar o derrotar también aumen- tan las concentraciones de testosterona (Mazur y Booth, 1998). Después de un partido de un mundial de futbol o un gran juego de basquetbol entre rivales, la testosterona > capitulo10 387 Alcohol y atau sexual. Hombres ordinaros gu bebieron demasiado” fue descrip hecha pool Nex York Times deta tuba g tac a nas 50 mujeres que sister al desfie de Nucoa “ork en juno de 2000. “Provistos de bebidas oh, pasar ato tocoras, mojarasy guitarles as sas y fs p (Staples, 2000). alone “Evitariamos dos tercios de todos los delitos si p todas los jévenes aptos de 12.a28 afios en suspensin criogénica.” David Lykken, The Atscial Persea, 1995 Algunos violadores ‘agresivos, para liberarse de Los impulsos per sistentes y nocivos y reducir sus penas de carce, han solicitado ser castrados, ¢Hry que ‘concederles esa solicitud? Yssien tal caso se juzga que ya no representan un riesgo de violencia sexual, hay que reducir 0 ‘liminar su condena? e 388 parte tres teorfa de la frustracién-agresién Teoria que firma que la frustracin prepara para la agresin, frustracién Impedimento de alcanzar na meta desplazamiento Acto de redirigir la agresién a un ebjetion distinto ala fuente de frustracin, EL nuevo ‘objetivo es mus seguro 0 sociatmente més ceptable. aumenta entre los fanaticos del equipo ganador y desciende entre los perdedores (Bernhardt y colaboradores, 1988). Las personas varadas en la parte baja del escalafén socioeconsmico tienden a tener poca serotonina. Los psicélogos evolutivos han pos- tulado la existencia de una respuesta natural en preparacién para correr los riesgos que esas personas necesitan en la persecucién de sus intereses (Wright, 1995). Por tanto, las influencias neuronales, genéticas y bioquimicas predisponen a algu- nas personas a reaccionar con agresividad ante los conflictos y las provocaciones. :Pe- 10 la agresidn es una parte tal de la naturaleza humana que haga inalcanzable la paz? La Asociacién Psicolégica Americana y el Consejo Internacional de Psicélogos se han unido con otras organizaciones para avalar una declaracién sobre la violencia redac- tada por cientificos de una docena de paises (Adams, 1991): “Es cientificamente inco- rrecto [decir que] la guerra u otra conducta violenta esta programada genéticamente en nuestra naturaleza humana [o que] la guerra sea causada por ‘un instinto’ o por cualquier otra motivaciGn”. Asi, como veremos, hay maneras de rediucir la agresivi- dad humana. AGRESION COMO RESPUESTA A LA FRUSTRACION Es una tarde célida. Cansado y hambriento después de dos horas de estudio, usted pi- de algunas monedas a un amigo y marcha a la maquina de refrescos més cercana. Mientras la maquina traga sus monedas, usted casi siente el sabor del refresco frio y refrescante. Pero cuando oprime el bot6n, no pasa nada. Lo intenta de nuevo. Nada. De nuevo oprime los botones. Los golpea. Al final, sacude y aportea la maquina, Us- ted vuelve retumbando a sus estudios, con las manos vacias y sin las monedas. Hay que advertirle a su compafiero? ZEs mas probable que usted diga 0 haga algo dafino? Una de las primeras teorias de la agresiGn, la popular teoria de la frustracidn-agre- sin, respondia que si. “La frustracidn siempre lleva a alguna forma de agresién”, de- cian John Dollard y colaboradores (1939, p. 1). La frustracién es todo aquello (como ‘una maquina vendedora que no sitve) que nos estorba en la consecucién de una me- ta, La frustracién aumenta cuando nuestra motivacién para alcanzar una meta es muy fuerte, cuando esperamos una gratificacisn y cuando el obstaculo es insalvable. Cuan- do Rupert Brown y colaboradores (2001) entrevistaron a los pasajeros ingleses del ferry que se trasladaban a Francia y descubrieron muchas més actitudes agresivas en un dia en que embarcaciones francesas bloqueaban el puerto impidiendo su viaje. Im- posibilitados de alcanzar su objetivo, los pasajeros estuvieron mas de acuerdo (al res- ponder a unas viftetas) en un insulto dirigido a un francés que habia derramado café y.con el boicot a una patisserie francesa que ponfa en peligro los mediios de vida de un aldeano pastelero local ‘Como se ve en la figura 10-2, la energia agresiva no siempre estalla contra su fuen- te. Aprendemos a inhibir las represalias directas, sobre todo cuando otros desaproba- rian el castigo; en cambio, desplazamos nuestra hostilidad hacia blancos mas seguros. El desplazamiento se aprecia en la vieja anécdota sobre el hombre que, humillado por su jefe, regafta a su esposa, la cual grita al hijo, quien patea al perro y éste muerde al cartero. Sin embargo, en experimentos en la vida real la agresién desplazada es mas probable cuando el blanco comparte alguna semejanza con el instigador y realiza al- giin acto irritante menor que estimula la agresién desplazada (Marcus-Newhall y co- laboradores, 2000; Miller y colaboradores, 2003; Pedersen y colaboradores, 2000). Cuando una persona guarda un enojo de una provocacién anterior, incluso una ofen- sa trivial, una que de ordinario no habria producido ninguna respuesta, puede propi- ciar una reacci6n explosiva desproporcionada. ‘Varios comentaristas han observado que la comprensible ira de los estadouniden- ses por el ataque terrorista del 11 de septiembre de 2001 contribuy6 al deseo de atacar Irak. Los estadounidenses buscaban una salida para su ira y la encontraron en un ti Agresidn: dafiara los demas Directa Agresion abierta Desplazada Instigacion para agredir Agresion interna Frustracién (como suicidio) (objetivg) Otras respuestas (como retraimiento) rano malvado, Saddam Hussein, que en otro tiempo ha- sido su aliado. “La ‘verdadera raz6n’ de esta guerra —sefiala Thomas Friedman (2003)— fue que después del 11 de septiembre Estados Unidos necesitaba golpear a al guien del mundo musulmén [. ..| Golpeamos a Sa por una raz6n simple: porque podiamos y él lo merec de los defensores de la guerra, el vicepresidente Richard Cheney (2003), parece coincidir. Cuando se le pregunté por qué el resto del mundo estaba en desacuerdo con que Estados Unidos emprendiera la guerra, contests: “No pa saron por la experiencia del I1 de septiembre” Teoria revisada de la frustracién-agresion Las pruebas de laboratorio sobre la teoria de la frustracién agresi6n arrojaron resulta dos contradictorios: algunas veces la frustracién incrementaba la agresividad, pero otras no. Por ejemplo, sila frustracién era comprensible, si, como en tin experimento, un cémplice interrumpia a un grupo que resolvia un problema porque su aparato de sordera se habia descompuesto (y no porque dejaba de prestar atencién), la frustra: cidn Iigvaba a la irritacién, no a la agresién (Burnstein y Worchel, 1962) Leonard Berkowitz (1978, 1989) se dio cuenta de que en la teoria original se exage- raba el vinculo entre frustracién y agresiGn, asi que la revis6. Berkowitz plantes la hi- 2, una disposicién emocional para agredir. La ira surge cuando alguien que nos frustra podia haber actuado de otro modo (Averill, :983; Weiner, 1981). Una persona frustrada tiene més probabilidades de atacar si cla ves de agresién jalan el tapdn y liberan la ira embotellada (figura 10-3). A veces el ta- pon saita sin esas claves; pero como veremos, las claves de la agresién la amplifican (Carlson y colaboradores, 1990), potesis de que la frustracién produce La frustracién es lo mismo que la deprivacion? Imaginese a alguien que se siente extremadamente frustrado en lo econémico, Io se- xual 0 lo politico. Tengo la sospecha de que se imaginé a alguien econémica, sexual o politicamente deprivado, y por una buena razén: cuando las comunidades sufren despidos labo- pitulo 10 389 figura 10- Teoria clasica dela frustracién y Ia agresién, L agredit. EL adela roe que lat para explicar Ia agresin host a 390. parte tres figura 10-3 Resumen simplificado de la teoria de la frustracién-agresi6n revisada por Berkowitz. “Yo dirfa que una persona tiene una deprivacién si le falta un objeto que en general se considera atractivo y deseable, pero se frustra cuando habia anticipado el placer de poseer ese objeto y no puede satisfacer sus esperanzas.” Leonard Rerkowit (1972), “Los males que se soportan con paciencia cuando parecen inevitables, se vuelven ssoportables cuando se insimia la idea de ‘escapar de ellos.” Alexis de Tocqueville, 1656, Relaciones sociales =" hee rales, los indices delictivos aumentan (Catalano y colaboradores, 1997). Cuando el de- sempleo en Estados Unidos se redujo notablemente en la década de 1990, lo mismo ‘ocurrié con los indices de delincuencia. Cuando volvid a aumentar a comienzos del siglo x41, otro tanto pasé con los delitos violentos. Pero la frustracién no siempre se relaciona con la privacién. Las personas con ma- yores frustraciones sexuales no son los célibes. Los mas frustrados en lo econémico no son los habitantes pobres de las ciudades perdidas de Jamaica. Cuando la miseria es- taba en todas partes durante la depresién de la década de 1930, el indice de delitos violentos no era demasiado elevado. Como concluyé en 1969 la Comisién Nacional Estadounidense sobre las Causas y la Prevencién de la Violencia, el progreso econé- ‘mico llega a aumentar la frustracién y acrecienta la violencia. Del mismo modo, los te-* rroristas suicidas palestinos no han sido los més deprivados de sus compatriotas. Como el ERI de Irlanda de! Norte, las Brigadas Rojas italianas o la banda de Bader- Meinhof de Alemania, por lo regular pertenecen a la clase media (Krueger y Malecko- va, 2003; Pettigrew, 2003). También eran de clase media los atacantes del 11 de septiembre, que habian pasado por un entrenamiento profesional y viajaban por el mundo. La humillacién colectiva y el antagonismo nutten el terrorismo mucho mas que la deprivacién absoluta. Vamos a detenernos para ver por qué. ‘Antes de los tumultos de 1967 en Detroit, en los que murieron 43 personas y se in- cendiaron 683 edificios, el gobernador de Michigan se jactaba ante los medios de co- municacidn de la legislacién de vanguardia en cuanto a derechos civiles en su estado y de los aproximadamente 367 millones de délares en ayuda federal canalizados a De- troit en los cinco afios anteriores. Apenas se acababan de transmitir estas palabras cuando un extenso vecindario afroamericano en Detroit estallé en el peor trastorno ci- vil de Estados Unidos del siglo pasado. Las personas estaban pasmadas. ;Por qué Detroit? Aunque las cosas todavia eran ‘malas en comparacién con la riqueza de la poblacién blanca, habia mayores injusticias en otro lado, La Comisién del Consejo Nacional sobre Des6rdenes Civiles, estableci- da para que diera con la respuesta, concluy6 que una causa psicolégica inmediata fue la frustracién de las expectativas alimentadas por las victorias de los derechos civiles en los frentes legislativo y judicial en la década de 1960. Cuando ocurre una “revolu- cién de expectativas crecientes”, como pas6 en Detroit y en otros lados, las frustracio- nes pueden aumentar aun si las condiciones mejoran, El principio funciona dondequiera. El equipo del politélogo y la psicdloga cientifi- «a social Ivo y Rosaline Feierabend (1968, 1972) aplicaron la teoria de la frustracién- agresi6n al estudio de la inestabilidad politica en 84 paises. Cuando los habitantes de las naciones que se modemnizaban répidamente pasaban a las ciuidades y mejoraba el alfabetismo, se vuelven mds conscientes de las posibilidades materiales. Pero como la riqueza se reparte con lentitud, la brecha ensanchada entre las aspiraciones de las per- sonas y lo que consiguen intensifican la frustracién. Aunque las privaciones son me- nos, la frustracidn y la agresividad politica se incrementan. Las expectativas superan la realidad. El punto no es que la deprivacién y la injusticia social sean irrelevantes para las, agitaciones sociales, sino que la frustracién surge de la brecha entre expectatioas ¥y logros. Agresién: dafara los demas Cuando los logros cumplen las expectativas y cuando los deseos estan al alcance de nuestros ingresos, no nos sentimos frustrados sino satisfechos (Solberg y colaborado- res, 2002). Deprivacién relativa La frustracién se complica si nos comparamos con los demés. Los sentimientos de los trabajadores sobre su bienestar depende de si su pago es justo al compararlo con los que hacen su mismo trabajo (Yuchtman, 1976). Un aumento de salario a la policia de una ciudad, a la vez que aumenta su moral, puede desmotivar la de los bomberos. Estos sentimientos, Ilamados deprivacién relativa, pronostican las reacciones de los grupos minoritarios a las desigualdades percibidas (Kawakami y Dion, 1993, 1995), La deprivacién relativa explica también por qué la felicidad tiende a ser me- nor y los indices delictivos mayores en comunidades y naciones con grandes de: guaidades en el ingreso (Hagerty, 2000; Kawachi y colaboradores, 1999). También explica por qué los alemanes orientales se volvieron contra su régimen comunista su nivel de vida era superior que el de algunos paises de Europa occidental, pero frustrantemente menor que el de sus vecinos de Alemania occidental (Baron y co- laboradores, 1992). La expresién deprioacidn relatioa fue ideada por investigadores que estudiaban la satisfaccién que sentian los soldados estadounidenses en la Segunda Guerra Mun- dial (Merton y Kitt, 1950; Stouffer y colaboradores, 1949). Irénicamente, los miem- bros de la fuerza aérea se sentian més frustrados con sus ascensos que los policias militares, aunque los ascensos de éstos eran mas lentos. Los ascensos en la fuerza aérea eran répidos y los integrantes se consideraban, en lo individual, en mejor po- sicién que el promedio de los miembros de esa fuerza (predisposicién al servicio del yo ). Asi, sus aspiraciones llegaban mas alto que lo que obtenian. El resultado era la frustracién. En la actualidad, una fuente posible de esta frustracién es la riqueza que se obser- va en programas y comerciales de televisidn, En culturas donde el televisor es un elec- trodoméstico universal la deprivacién absoluta (falta de lo que otros tienen) se convierte en relativa (sensacién de desposeimiento). Karen Hennigan y colaboradores (1982) analizaron los indices delictivos en ciuidades estadounidenses por la época en que se introdujo la television. En 34 ciudades en las que en 1951 era comtin la pose- sidn de uno de estos aparatos, la tasa de robos de ese afio (delitos como hurto en tien- das 0 robo de bicicletas) aumento de manera extraordinaria, En otras 34 ciudades, donde el gobierno habia congelado la introduccién de la televisiGn hasta 1955, ocurri6 ‘un salto semejante en las tasas de robo, pero hasta ese afi. AGRESION COMO COMPORTAMIENTO SOCIAL APRENDIDO Las teorias sobre la agresién que se basan en el instinto y la frustracién suponen que Ae las emociones internas surgen impulsos hostiles que saca naturalmente la agre- ‘si6n del interior. Los psicdlogos sociales afirman que el aprendizaje también “saca” Ja agresin de nosotros. Los beneficios de la agresion Por experiencia y por observacidn de los demés aprendemos que la agresién trae di- videndos. En experimentos se han transformado animales déciles en feroces luchado- res. Por otto lado, las derrotas graves fomentan la sumisién (Ginsburg y Alle, 1942; Kahn, 1951; Scott y Marston, 1953). Las personas también aprenden sobre las recompensas de la agresidn. El nifio cu- yos actos agresivos intimidan a otros nifios serd cada vez mas agresivo (Patterson y colaboradores, 1967). Los jugadores de hockey agresivos (los que mas son enviados a capitulo10 391 deprivacién relativa Percepcién de que uno no std tan bien como aquellos com quienes se ‘compara “Una casa puede ser grande 0 pequena; si std rodeada de casas igualmente pequefias, satisface todas las necesidades sociales de alojamiento. Pero dejemos que surja un Palacio al lado y, de ser “El descontento de las mujeres aumenta en la misma proporcién que su desarrollo,” —Biizabeth Cady $ 1815-1002, sutra cestadounidense e 392 parte tres Loque hace la mano, hice la tras. Enel faroso experiment de Baars, nos expuests de un adulo contra (je observaro, teoria del aprendizaje social Teoria que establece que aprendemtos el comportamiento social por medio de obseroar eimitar ya traves de recompensas y castigos. Relaciones sociales m1 3 Ja banca de castigo por juego brusco) anotan mas goles que los otros (McCarthy y Kelly, 1978a, 1978b). Los adolescentes canadienses que juegan hockey y cuyos padres aplauden las agresiones fisicas exhiben el estilo de juego y actitudes mas agresivas (Ennis y Zanna, 1991). En estos casos, la agresiGn es un medio para conseguir ciertas recompensas. La violencia colectiva también paga, Después de los tumultos de 1967 en Detroit, la Ford Motor Company aceler6 sus esfuerzos por contratar trabajadores de minorias, 1o que incité al comediante Dick Gregory a bromear: “El verano pasado el fuego lleg6 demasiado cerca de la planta de Ford. No quemen sus Mustang, chicos’. Lo mismo ocurre con los actos terroristas, que como consecuencia propician que los impotentes llaman una amplia atencién. “Mata uno y atemoriza a diez mil”, dice un antiguo proverbio chino. Privado de lo que Margaret Thatcher Ilamaba “el oxige- no de la publicidad”, seguramente el terrorismo disminuiria, concluy6 Jeffrey Rubin (1986). Es como los incidentes de espectadores desnudos en la década de 1970 que sal- taban a las canchas de futbol para aparecer unos segundos en la televisién. Cuando las cadenas decidieron ignorar los incidentes, el fendmeno terminé, Aprendizaje por observacién Albert Bandura (1997) propuso una teorfa del aprendizaje social de la agresién. Cree que aprendemos la agresién no sélo por experimentar sus beneficios, sino también al observar a otros. Como con la mayoria de las conductas sociales, aprendemos la agre- sidn al mirar a otros y tomar nota de las consecuencias. Imaginese esta escena de uno de los experimentos de Bandura (Bandura, 1961). Un nifio de una guarderia de Stanford trabaja en una actividad interesante. Una adulta se encuentra en otra parte del salén, donde hay juguetes de madera para armar y un mu- fieco inflable grande, Bobo. Después de trabajar un minuto con las piezas de madera, la mujer se levanta y durante casi diez minutos ataca al mufieco. Lo golpea con un mazo, lo patea y lo avienta mientras grita: “Dale en la nariz...tiralo. .. patéalo” Después de observar este estallido, el nifio pasa a otro cuarto con juguetes muy atractivos. Dos minutos después la experimentadora lo interrumpe, le dice que son sus mejores juguetes y que debe “guardarlos para los otros nifios”. El nifto pasa a otro salén con diversos juguetes para juegos agresivos y pacificos, incluyendo un mufeco Bobo y un mazo. Los nifios que no fueron expuestos al modelo agresivo adulto rara vez desplegaron tun juego o una conversacién de agresividad. Aunque frustrados, jugaron en paz. Los que habian visto al adulto agresivo tuvieron muchas mayores probabilidades de to- mar el mazo y descargarlo sobre el mufieco. Haber visto el comportamiento agresivo del adulto redujo sus inhibiciones. Ademés, los nifios reprodujeron los actos del mo- Agresién: dafar a los demas delo y sus palabras. Observar una conducta agresiva disminuy6 sus actitudes y les ‘mostié formas de agredir. Bandura (1979) cree que la vida nos expone a modelos de agresividad en la familia, Ja subcultura y los medios de comunicacién masiva. La familia, Los nifios que practican la agresividad fisica suelen ser hijos de padres punitivos que al disciplinarlos ejemplifican la agresién con gritos, bofetadas y golpes (Patterson y colaboradores, 1982). Estos padres tuvieron a su vez padres que les apli- caban castigos fisicos (Bandura y Walters, 1959; Straus y Gelles, 1980). Aunque pocos nifios abusados se convierten en delincuentes o en padres golpeadores, alcanzan a ser 30 por ciento los que abusan de sus propios hijos, cuatro veces mas la tasa de la pobla- cidn en general (Kaufman y Zigler, 1987; Widom, 1989). La violencia a menudo engen- dra violencia. La influencia de la familia también se manifiesta en los mayores indices delicti- vos en culturas y en familias con padres ausentes (Triandis, 1994). En Estados Uni- dos, la Oficina de Estadisticas de Justicia indica que la minoria de los delincuentes juveniles que no crecieron con los dos padres suman 70 por ciento de las detencio- nes de menores (Beck y colaboradores, 1988). A partir de tales datos, David Lykken (2000) calculé que los nifios estadounidenses criados sin padre tienen aproximada- mente siete veces més probabilidades de ser abusados, de abandonar la escuela, de fugarse, de sufrir un embarazo adolescente y de cometer delitos violentos. Las fami- lias de dos padres no sélo difieren por el mayor cuidado y la disciplina positiva de los padres, sino también porque son menos pobres, tienen més logros educativos y sufren menos desalojos. Pero el efecto de la falta del padre esté mediado por mas que el hundimiento en la pobreza. La correlacién entre la falta del padre y la violen- Cia se extiende a todas las razas, niveles de ingreso, escolaridad y residencia (Staub, 1996; Zill, 1988). Ademas, en un estudio inglés en el que se hizo el seguimiento de mas de diez mil nifios durante 33 aftos desde su nacimiento, el riesgo de que los ni- ios tuvieran problemas aumentaba después de la separacién de los padres (Cherlin y colaboradores, 1998), La correlacién también se aprecia con el paso del tiempo. En Estados Unidos, en 1960 apenas poco més de uno de cada diez nifios no vivia con sus dos padres y s6lo 16 mil infractores juveniles fueron detenidos por delitos violentos. En 2003, tres de diez. nifios no vivian con los dos padres y una poblaciGn de menores de tamaiio equi- valente tuvo mas de 100 mil detenciones por delitos violentos. El punto no es que los hijos de hogares sin padre tienen probabilidades de convertirse en delincuentes 0 en individuos violentos (cuidados por madres atentas y una familia extensa, la mayoria de estos nifos prosperan). Tampoco es la falta del padre la tinica explicacién plausi- ble de la correlacién. El punto es simplemente que cuando y donde falta el padre, el riesgo de violencia aumenta. Al parecer, la situacién tiene su importancia Lacultura. _ El ambiente social fuera del hogar también ofrece modelos. En comu- nidades donde se admiran las imagenes de “machos”, la agresi6n se transmite conti- nuamente a las nuevas generaciones (Cartwright, 1975; Short, 1969). Por ejemplo, la violenta subcultura de las pandillas de adolescentes ofrece a sus miembros mas jéve- nes modelos de agresividad. También imporia la extensién de la cultura, Muéstreme un hombre de una cultura no democratica, subdesarrollada econémicamente, con grandes desigualdades econs- micas, que prepare a los hombres para ser guerreros y que haya participado en una guerra, y yo le mostraré a alguien que esta predispuesto a sostener y exhibir una con- ducta agresiva (Bond, 2003). Muéstrenos alguien de una cultura que valora el honor y también mostraremos a alguien con una mentalidad agresiva, ataden Richard Nisbett capitulo 10 393 o 394 parte tres figura 10-4 Punto de vista sobre la agresién del aprendizaje social. Lacstimulacién emocional deunaexperienda aversive motive la agresividad. Que finalmente sed una agresiono cualquier otra reapuesta depende de qué consecnencas hayamos aprendido a espera. Fonte: Bsndoen Bena, m7 Resumen Relaciones sociales (1990, 1993) y Dov Cohen (1996, 1998). En Estados Unidos —dicen— el hombre blan- co sobrio y cooperativo que se establecié en Nueva Inglaterra y la regidn central del Atléntico produjo una cultura muy diferente que el blanco agresivo y defensor del ho- nor (muchos de ellos son mis antepasados primos escoceses ¢ irlandeses) que color zaron el sur de Estados Unidos. Los primeros eran agricultores y artesanos; los segundos, cazadores y ganaderos més agresivos. Hasta la fecha, las ciudades y regio- nes estadounidenses pobladas por surefios tienen indices de homicidios entre blancos mucho mayores que las pobladas por nortefios. Por ejemplo, el Texas Panhandle (cu- xyos pobladores vienen del sur alto) tiene indices de homicidios de blancos cuatro ve~ ces superiores a los de Nebraska, cuyos pobladores vinieron del este, el medio oeste y de Europa. En el Texas Pandhandle incluso poblaciones con bajos indices de pobreza tienen indices de homicidio mucho mayores que en las poblaciones de Nebraska con tasas elevadas de pobreza. Noes la violencia en general a la que recurren los surefios, sino —refieren Nisbett y Cohen (1996)—a la violencia que defiende la propiedad y el honor y la que castiga. “Un hombre tiene derecho a matar para defender su casa”, coincidieron 18 por ciento de blancos no sureios y 36 por ciento de blancos surefios. Los hombres blancos sure- fos tienen dos veces més probabilidades que los blancos rurales del medio oeste de declarar que tienen un arma para protegerse. Los surefios apoyan con més firmeza las guerras y las llamadas de atencién (con lo que modelan la violencia en las relaciones sociales). Ademés, quienes viven en “culturas de honor”, como Brasil, expresan mas simpatia por la reacciGn violenta de un marido a Ja humillacidn de la infidelidad de su esposa (Vandello y Cohen, 2003). Las personas aprenden respuestas agresivas tanto en la experiencia como por ob- servaciGn de modelos de agresividad. Pero cudndo ocurren las respuestas agresivas? Bandura (1979) afirma que los actos agresivos estén motivados por experiencias ad- versas: frustracién, dolor, insultos (figura 10-4), Estas experiencias nos activan emo- cionalmente. Pero que actuemos agresivamente depende de las consecuencias que anticipemos. La agresividad es mas probable si estamos activados y si parece seguro ¥ productivo agredir. La agresién se manifiesta de dos formas, __Hay tres teorias generales de la agre- como agresién hostil, que surge de emo- _ sin. La postura instintioa, defendida por ciones como la ira y pretende lastimar, y Sigmund Freud y Konrad Lorenz, afir- agresién instrumental, que es un medio ma que la energia agresiva se acumula para algtin otro fin en el interior, como el agua tras un di- que. Aunque las pruebas que tenemos prestan poco apoyo a esta teorfa, la agre- sidn tiene la influencia bioldgica de Ia herencia, la quimica sanguinea y el cere- bro. De acuerdo con la segunda hipstesis, la frustracién es la causa de ira y hostili- dad. En presencia de claves de agresién, esta ira provoca agresividad. La frustra- cin procede no sélo de la privacién, si- Agresién: dafar a los demas no de la diferencia entre expectativas y resultados. La teoria del aprendizaje social presen- ta la agresién como un comportamiento aprendido. Por experiencia y en la obser- vacién del éxito de los demés, a veces aprendemos que la agresién produce ga- nancias. El aprendizaje social es el ve- hiculo de la influencia familiar, cultural ¥y mediatica sobre la agresiGn. ¢Cudles son algunas de las influencias en la agresion? 2En qué condiciones agredimos? Los factores que nos jalan del gatillo son incidentes que generan aversién, actioncién, los medios de comunicacién y el contexto de nues- tro grupo. INCIDENTES QUE GENERAN AVERSION La receta de la agresi6n incluye muchas veces alguna forma de experiencia aversiva: dolor, calor excesivo, un ataque o un apifiamiento, Dolor Bl investigador Nathan Azrin queria saber si suspender descargas eléctricas en las pa- tas de dos ratas reforzaria sus relaciones positivas. Azrin planes activar las descargas y luego, cuando las ratas se acercaran una a la otra, suspenderlas. Para su sorpresa, el experimento result6 imposible. En cuanto las ratas sentian el dolor se atacaban antes de que el experimentador pudiera apagar las descargas. Cuanto més intensas fueran las descargas (y el dolor), mas violento era el ataque. Esto ocurre slo con las ratas? Los investigadores descubrieron que en una amplia variedad de especies, la crueldad que los animales se imponian unos a otros corres- pondia golpe a golpe con la crueldad que se les imponfa a ellos. Como explica Azrin (1967), la respuesta de dolor y ataque ocurrié cen muchas cepas de ratas. Luego vimos que las descargas producian ataques cuando pa- res de las especies siguientes eran enjaulados:ciertos ratones, hamsters, zarigieyas, ma- paches, marmotas, zorros,nutrias, gatos, tortugas, monos arilla, hurones,ardllas rojas, gallos, lagartos, cangrejos de rio, anfibios y varias especies de sexpientes, incluyendo la boa constrictor, la vibora de cascabel, la sexpiente marrén, la mocasin de agua, la cobra de Kentucky y Ia serpiente negra. La reaccién de descargas y ataque se manifiesta en mu- chas especies de criaturas. De todas las especies en que las descargas propiciaban ata~ ques, éstos fueron répidos y constantes, de la misma manera que en las ratas, como si se “aprotara un bot6n’”. Los animales no eran selectivos con sus blancos. Atacaban animales de su especie y de ‘otras, muiiecos de peluche y aun pelotas de tenis. Los investigadores variaron también la fuente del dolor. Descubrieron que no sélo las descargas inducian los ataques. Produjeron las mismas reacciones calor intenso y “dolor psicolégico”, como de pronto no premiar a palomas que habjan sido entrena- das para recibir una recompensa por picar un disco. Desde luego, este “dolor psicol6- gico” es frustracién. capitulo 10 395 Las normas icas actuales impiden a os maestros uso de estimulos dotoroso. 396 parte tres Ataque por dolor Frastrado perdi des primeros combate elope de cnmpeonat de pesos pesados contra Evander Holi, v sintiendo dolor Mike Ty Iordiendo ln ore de Holy Te ruego, buen Mercucio, El diaes cslido, los Capuleto estan fuera, ‘Sinos topamos con ellos, no escaparemos a una pelea. Por ahora, en estos dias ardientes, se agita la sangre mala Shakespeste, Romeoy Iai Relaciones sociales EI dolor también incrementa la agresividad en los seres, humanos. Muchos podemos recordar una reaccién de esa clase después de golpearnos un dedo del pie o durante una jaqueca. Leonard Berkowitz y colaboradores lo demostra- ron pidiendo a estudiantes de la Universidad de Wisconsin «que metieran una mano en agua tibia o en agua tan fria que causaba dolor. Los que metieron la mano en el agua fria di- jeron que se sentian més irritados y fasticiados, y se sintie- ron més deseosos de gritar a otra persona que producia un ruido desagradable. A la vista de tales resultados, Berko- witz (1983, 1989, 1998) propuso que la estimulacién aversi- ‘va, més que la frustracién, es la energfa basica que propicia laagresién hostil, Sin duda, a frustracién es un tipo impor- tante de estado de desagrado. Pero cualquier suceso ad- verso, sea una esperanza fallida, un insulto personal o un dolor fisico, puede incitar un estallido emocional. Incluso el tormento de un estado depresivo acrecienta la posibilidad de que se presente un comportamiento agresivo hostil Calor Durante siglos se han propuesto teorias sobre el efecto del clima en los actos humanos. Hipécrates (circa 460-377 a.C.) comparaba la civilizacién griega de sus dias con el barbarismo de lo que hoy es Alemania y Suiza y pensaba que la causa era el clima aspero del norte de Europa. Mas adelante, los ingleses atribuian su cultura “superior” al clima ideal de Inglaterra. Los pensadores franceses proclamaban lo mismo de Francia, Como el clima se mantiene constante, al tiempo que las caracteristicas culturales cambian, es evidente que la teo- ria climatica de la cultura tiene una validez limitada Sin embargo, las variaciones climaticas temporales pueden afectar el comporta- miento. Olores ofensivos, humo de cigarro y contaminacién del aire se han vinculado con comportamientos agresivos (Rotton y Frey, 1985). Pero el irritante ambiental mas estudiado es el calor. William Griffitt (1970; Griffitt y Veitch, 1971) descubrieron que, en comparacién con estudiantes que respondieron cuestionarios en una habitacién con temperatura normal, los que estuvieron en un salén demasiado acalorado (mas de 32°C) notificaron sentirse més cansados y agresivos, y expresaron mas hostilidad contra un desconocido. En experimentos de seguimiento se revelé que el calor tam- bién incita actos vengativos (Bell, 1980; Rule y colaboradores, 1987). 2El calor ineémodo aumenta la agresividad en el mundo real como en el laborato- rio? Considere lo siguiente: * Ena calurosa Phoenix (Arizona), los conductores sin aire acondicionado tocan més la bocina detras de un coche parado (Kenrick y MacFarlane, 1986), * En las temporadas 1986 a 1988 de beisbol de ligas mayores, el mimero de bateadores golpeados por el lanzador fue dos veces mayor en los partidos jugados a mas de 32°C que en los partidos jugados a menos de 27°C (Reifman y colaboradores, 1991), Los lanzadores no tiraron més bolas descontroladas en dias calurosos: no dieron més bases por bola ni mas bolas sueltas. Simplemente le pegaron a més bateadores. + Los motines ocurridos en 79 ciudaces estadounidenses entre 1967 y 1971 sucedieron principalmente en dias calurosos. + Enestudios en seis ciudades se ha descubierto que cuando el tiempo es caluroso, es mas probable que ocurran delitos violentos (Anderson y Anderson, 1984; Cohn, 1993; Cotton, 1981, 1986; Harties y Stadler, 1988; Rotton rey, 1985). + Enel hemisferio norte no sélo en los dias calurosos hay mas delitos violentos, sino también en las estaciones mas célidas del ano, veranos mas calurosos, aos mds calurosos, ciudades més calurosas y regiones més calurosas (Anderson y Anderson, 1998, 2000). Anderson y colaboradores anticipan que si sobreviene un aumento de unos 2°C en la temperatura mundial, s6lo en Estados Unidos habria por lo menos 50 mil asaltos violentos mas al ato. Estos resultados del mundo real muestran que la incomodidad producida por el calor propicia directamente la agresividad? Aunque la conclusién parece plausible, estas correlaciones entre temperatura y agresién no la prueban. Ciertamente, las perso- ‘nas son mas irritables en un clima calido y hnimedo. En el laboratorio, las temperatu- ras elevadas acrecientan la activacion, asi como pensamientos y sentimientos hostiles (Anderson y colaboradores, 1999); sin embargo, puede haber otros factores. Quizé las tardes caidas de verano empujan a la gente ala calle, donde entran en juego otros fac- tores que influyen en los grupos. Ataques Ser atacado 0 insultado por otro es un estimulo que conduce a la agresiGn. En varios experimentos, incluyendo uno de Kennichi Ohbuchi y Toshihiro Kambara (1985) de la Universidad de Osaka, se confirma que los ataques intencionales generan ataques en represalia. En la mayor parte de esos experimentos, una persona compite con atra en, tun concurso de tiempos de reaccién. Después de cada ensayo de prueba, el ganador escoge qué tanta descarga eléctrica aplica al perdedor. En realidad, cada persona jue- {ga con un contrario programado, que aumenta continuamente la intensidad de las descargas. {Los verdaderos participantes responden con misericordia? De ninguna ‘manera. La respuesta mas frecuente es “ojo por ojo”, ACTIVACION Hasta aqui hemos visto que la estimulacién aversiva estimula la ira. ¢Tienen el mis- mo efecto otras activaciones, como las que acompafian al ejercicio o al sexo? Imagi- memos que Tawna, quien acaba de terminar una estimulante carrera breve, llega a casa y se encuentra con que el hombre con el que iba a salir esa noche dejé un reca- Las Angeles, mayo de 1983. Ls motines som mas probables en los meses ‘lures del verano e 398 parte tres Relaciones sociales do diciendo que tenfa otros planes. 2Es més probable que Tawna se enfurezca des- pués de correr que si oyera el mismo mensaje después de despertarse de una siesta? O al haber terminado de hacer ejercicio sus tendencias agresivas habrén desapare- cido? Para dar con la respuesta, considere cémo interpretamos y nombramos a nues- tros estados corporales. En un famoso experimento, Stanley Schachter y Jerome Singer (1962) encontraron que experimentamos estados de activacién corporal de diversas maneras. Estos vestigadores activaron a hombres de la Universidad de Minnesota inyecténdoles adrenalina, La sustancia produjo rubores corporales, palpitaciones cardiacas y acele- raciGn de la respiracin. Cuando se les advirtié a los sujetos que la adrenalina produ- ciria estos efectos, los hombres sintieron pocas emociones, incluso si esperaban con tuna persona hostil o euférica. Desde luego, podian atribuir sus sensaciones corpora- les a la sustancia. Schachter y Singer hicieron que otro grupo de hombres creyeran que la adrenalina no producia estos efectos secundarios. Luego los colocaron en com- pafiia de una persona hostil o euférica. {Cémo se sintieron y cémo actuaron? Se eno- jaron con la persona hostil y se divirtieron con la euf6rica. El principio es que un estado de actioucién orgéica alimenita una emocidn u otra, dependiencdo de cémo se interprete y se de- nnomine la activacién. En otros experimentos se indica que la activacién no es tan emocionalmente ind ferenciada como Schachter crefa, aunque la agitacién fisica intensifica casi cualquier emocién (Reisenzein, 1983). Por ejemplo, Paul Biner (1991) informa que las personas consideran desagradable la estética del radio, sobre todo si estén activadas por una luz. brillante. Dolf Zillmann (1988), Jennings Bryant y colaboradores encontraron que las personas que acaban de trabajar en una bicicleta de ejercicio o de mirar una pelicula de un concierto de los Beatles atribuyen facil y erréneamente su excitaci6n a una pro- vocacién. Luego se desquitan con una agresin mayor. Aunque el sentido comtin nos Ievaria a suponer que la carrera de Tawna habria agotado sus tensiones agresivas, de modo que aceptaria la noticia con calma, en estos estudios se indica que la activacién rnutre las emociones. La activacin sexual es otra forma de estimulacién, como la ira, y por consiguien- te se amplifican una a la otra (Zillmann, 1989). El amor nunca es tan apasionado co- ‘mo después de una rifa un susto. En el laboratorio, los estimulos ersticos son mas excitantes para las personas que acaban de ser asustadas. Del mismo modo, la acti- vacién de una montaia rusa puede extenderse a los sentimientos amorosos por nuestra pareja. Una situacién frustrante, calurosa o insultante aumenta la activacién. Entonces, la activacién, combinada con ideas y sentimientos hostiles, forma una receta para una conducta agresiva (figura 10-5). CLAVES DE AGRESION Como dijimos, la violencia es més probable cuando claves de agresién jalan el tapén. y liberan la ira embotellada. Leonard Berkowitz (1968, 1981, 1995) y colaboradores descubrieron que la vista de un arma es una de tales claves, sobre todo cuando se per- cibe como instrumento de violencia y no de recreacién. En un experimento, nifios que acababan de jugar con pistolas de juguete se sintieron mas dispuestos a derribar los bloques de otro nifo. En otro, hombres irritados de la Universidad de Wisconsin apli- caron descargas eléctricas mas intensas a su atormentador cuando habia cerca un ri- fle y un revélver (supuestamente dejados de un experimento anterior), que cuando se quedaban raquetas de badminton (Berkowitz y LePage, 1967). Las armas priman ideas hostiles y juicios de castigo (Anderson y colaboradores, 1998; Dienstbier y co- laboradores, 1998). Lo que esta a la vista esté en la mente. Asi, Berkowitz no se sintio sorprendido de que, en Estados Unidos, la mitad de todos los asesinatos fueran come- Agresién: dafiara los demas tidos con pistolas y que con las pistolas de los hogares se matara més a los habitantes que a los intrusos, “Las armas no sélo permiten la violencia —escribié—, sino que la estimulan. EI dedo jala el gatillo, pero el gatillo también puede jalar al dedo.” Berkowitz tampoco se siente sorprendido de que los paises donde se prohiben las pistolas tengan menores tasas de asesinatos. En comparacisn con Estados Unidos, Inglaterra tiene una cuarta parte de habitantes y un dieciseisavo de asesinatos. En Estados Unidos hay diez mil homicidios con arma de fuego al afio; en Australia hay alrededor de una docena, en Inglaterra dos docenas y en Canadé 100. Cuando en Washington, D.C,, se adopts una ley que restringfa la posesién de armas de fuego, los asesinatos y los suicidios por este medio se redujeron aproximadamente 25 por ciento. No hubo cambios en otros métodos de asesinato y suicidio ni en las regiones colindantes a la zona que abarcaba la ley se dieron tales reducciones (Loftin y co laboradores, 1991). Los investigadores también han examinado el riesgo de violencia doméstica con y sin armas. Estas investigaciones son polémicas, porque los hogares varian de muchas ‘maneras. En un estudio patrocinado por los Centros de Control de las Enfermedades, se compararon propietarios y no poscedores de armas del mismo género, raza, edad y vecindario. El resultado irdnico y trégico fue que los que tenian un arma en casa (por lo regular para defenderse) tenian 2.7 veces mas probabilidades de ser asesina- dos, casi siempre por un familiar 0 un amigo cercano (Kellerman, 1993, 1997). En. otro estudio se encontré un aumento de cinco veces en el riesgo de suicidio en hoga- res con armas (Taubes, 1992). En un reciente estudio nacional se vio que habia dismi nuido un tanto el vinculo entre armas y homicidio o suicidio. En comparacién con otras personas del mismo género, edad y raza, quienes poseian armas en casa tenian 41 por ciento més probabilidades de ser victimas de un homicidio y 3.4 veces mas probabilidades de morir por suicidio (Wiebe, 2003). Un arma en casa ha significado a ‘menudo la diferencia entre un pleito y un funeral 0 entre el sufrimiento y un suicidio. Las armas no son sélo claves de agresiGn, sino que también establecen una distan- cia psicolégica entre el agresor y la victima. Como nos ensefiaron los estudios de obe- diencia de Milgram, la separacisn de la victima facta la crueldad. Un cuchillo puede matar a alguien, pero es més dificil atacar con un cuchillo que jalar el gatillo ala dis- tancia (figura 10-6). capitulo 10 399 figura 10-5 Elementos de la agresién hostil. Una situacion adverse pede inctaragrsin ppoue provocn Cogicones etirienos basing a Como activacin Estas reaccones nos hacen me prolivesa percbir THtenciones dafiosany a imac ogrsiracoei Feene amps ge Anderson Deus y DNV, <€ 400 parte tres figura 10-6 Armas usadas para cometer asesinatos en Estados Unidos, 2002. Saou Relaciones sociales Objetos contusos 5% Manos, pies ™% tras armas oe INFLUENCIA DE LOS MEDIOS: PORNOGRAFIA Y VIOLENCIA SEXUAL El aumento en los delitos violentos informado entre 1960 y comienzos de la década de los noventa, sobre todo entre menores de edad, nos orilla a preguntarnos por las razones del cambio. Qué fuerzas sociales han causado este aumento desmesurado de la violencia? El alcohol contribuye a la agresividad, pero su consumo no ha cambiado mucho desde 1960. Otros factores biolégicos (testosterona, genes, neurotransmisores) tam- bign ejercen una influencia en la agresividad pero no explican los grandes cambios culturales. :Acaso la nueva violencia esté alimentada por el crecimiento del indivi- dualismo y el materialismo? Por la distancia en aumento entre ricos y pobres?Por la disminucién de familias de dos padres y el aumento de los padres ausentes? ;Por qué los medios ofrecen mas modelos de violencia y de sexualidad sin restricciones? Esta tiltima pregunta surge porque han coincidido los aumentos en las tasas de violencia y de coercidn sexual con el aumento en el caos y la insinuacién sexual de los medios Esta correlacién histérica es pura coincidencia? Para averiguarlo, los investigadores han explorado las consecuencias sociales de la pornografia (que el diccionario Webs- ter define como representaciones eréticas destinadas a excitar la activacién sexual) y los efectos del modelamiento la violencia en peliculas y television, En Estados Unidos, la pornografia se ha convertido en un negocio mayor que el futbol, el basquetbol y el beisbol profesionales juntos, ya que al aio se gastan unos 10 mil millones de délares en cable y cadenas satelitales o en cines y peliculas de pago por ver, en peliculas en habitaciones de hotel, sexo por teléfono, revistas de sexo y en ‘unos 400 mil sitios de Internet de paga (National Research Council, 2002; Rich, 2001; Schlosser, 2003). En una encuesta de estudiantes universitarios, 57 por ciento de los hombres y 35 por ciento de las mujeres dijeron que habian buscado sitios relacionados con el sexo, aunque s6lo 6 por ciento de los hombres y 1 por ciento de las mujeres lo hacian “frecuentemente” (Banfield y McCabe, 2001). Las investigaciones de la psicologfa social sobre la pornografia se han centrado prin- cipalmente en las representaciones de violencia sexual. En un episodio comtin de vio- lencia sexual, un hombre fuerza a una mujer. Al principio, ella se resiste y trata de rechazar a su atacante. Poco a poco se excita y su resistencia se funde. Al final entra en éxtasis y pide mds. Todos hemos visto 0 leido versiones no pornograficas de esa secuencia: ella se resiste, él insiste. Un hombre de empuje toma y besa a la fuerza a Agresién: dafar a los demds una mujer que protesta. En momentos, los brazos que lo querian alejar lo abrazan, pues la resistencia quedé superada por la pasién desatada de ella. En Lo que el viento se Ilead, Scarlett O'Hara es llevada a la cama entre protestas y patadas, y despierta cantando. Los psicdlogos sociales sefialan que mirar estas escenas de ficcién de un hombre que se impone con su fuerza a una mujer y la excita distorsiona las percepciones de cémo reaccionan las mujeres en la realidad a la coercién sexual y aumentan la agre- ion de los hombres contra ellas, por lo menos en el contexto del laboratorio. Percepciones distorsionadas de la realidad sexual cAtestiguar violencia sexual refuerza el “mito de la violacién’, es decir, que algunas mujeres aceptan el asalto sexual, que “no significa no”? Para averiguarlo, Neil Mala- muth y James Check (1981) mostraron a hombres de la Universidad de Manitoba dos peliculas de un asalto sexual o bien dos peliculas en que un hombre vence sexualmen- tea.una mujer. Una semana después, cuando los entrevisté otro investigador, quienes vieron las peliculas con la violencia sexual ligera aceptaban mas la violencia contra las mujeres. En otros estudios se confirma que la exposicidn a la pornografia aumenta la aceptacisn del mito de la violacién (Oddone-Paolucci y colaboradores, 2000). Por ejemplo, mientras pasaban tres tardes viendo peliculas de violencia sexual, especta- dores hombres en un experimento de Charles Mullin y Daniel Linz (1995) también se sintieron gradualmente menos molestos por violaciones y vapuleos. En comparacién con otros que no fueron expuestos a las peliculas, tres dias después expresaron tam- ign menos simpatia por las victimas de la violencia doméstica y calificaron sus lesio- nes como menos graves. Asi, se preguntaron los investigadores Edward Donnerstein, Daniel Linz y Steven Penrod (1987), qué mejor manera para un personaje malvado que hacer que las personas reaccionen impavidamente a las torturas y la mutilacién de mujeres que mostrar una serie progresiva de esas peliculas? Observe que el mensaje sexual (que a las mujeres les gusta ser “tomadas”) era su- til y no parecia que suscitara argumentos en contra. Dadas las frecuentes imagenes en los medios de mujeres que ceden su resistencia en los brazos de un hombre fuerte, no nos deberia sorptender que incluso las mujeres lleguen a pensar que otras mujeres di fruten ser superadas sexualmente, aunque précticamente ninguna cree que a ella le gustaria (Malamuth y colaboradores, 1980). “Que me excite un hombre que me ven- za? Jamds en la vida.” Agresién contra las mujeres Las evidencias también sugieren que la pornografia contribuye a la agresiGn real de hombres contra mujeres, En los estudios correlacionales apareci6 esta posibilidad. John. Court (1985) observé que en todo el mundo, a medida que la pornografia se hizo mas asequible en las décadas de los sesenta y setenta, la tasa de violaciones denunciadas aument6 notablemente, excepto en paises y regiones donde la pornografia estaba con- trolada (ejemplos que contradicen esta tendencia, como Japén, donde se consigue por- nografia violenta pero la tasa de violaciones es baja, nos recuerdan que otros factores son también importantes). En Hawai, el ntimero de violaciones denunciadas se mul- tiplicé nueve veces entre 1960 y 1974, cayé cuando se impusieron temporalmente res- tricciones a la pornografia y volvieron a subir cuando éstas se levantaron. En otto estudio correlacional, Larry Baron y Murray Straus (1984) descubrieron que las ventas de revistas de sexo explicito (como Hustler y Playboy) en los 50 estados de Estados Unidos se correlacionaron con las tasas de violacién en dichos estados, después de controlar otros factores, como el porcentaje de hombres jévenes en cada estado. Alaska ocupé el primer lugar en venta de esas revistas y el primer lugar en violaciones. Nevada fue el segundo en las dos medidas. capitulo10 401 “La pornografia que retrata la agresin ‘sexual como si fuera agradable para la ictima aumenta la aceptacidn del uso de la coercién en las relaciones sextales.” —Consenso de as cencias sociales, Taller del Ministerio de Said sobre Pomnografiay Sed Pablca (Koop, 1987) e 402 parte tres, rifestabr la parte de a pornosrafo eran una exces ala mano? "Lae fia on ‘ue prducca una mayor regutarse si cometer los tas puede dar es que et ‘nds allé de leerla overla.” Laexposicién repetida a peliculas erdticas con sexo pido y sin compromisos tiende también a * Reducir Ia atracign por la pareja de uno, Incrementar a fceptacin del sexo extramarital y dela suisin de is ‘mujeres a los hombres, © Aumentar la pereepcién masculine de las mujeres en términos sexuaes. (uente ose Myers, 2000), Relaciones sociales Al ser entrevistados, delincuentes sexuales de Canada y Estados Unidos aceptan que consumen pornografia. Por ejemplo, William Marshall (1989) notificé que los vio- adores y abusadores de nifios de Ontario consumen pornografia mucho més que otros hombres. En un estudio del FBI se refiere también una exposicién considerable a la pornografia entre asesinos en serie; lo mismo indicé el Departamento de Polict de Los Angeles a propésito de los abusadores de nifios (Bennett, 1991; Ressler y co- laboradores, 1988), Aunque los experimentos controlados se limitan a las conductas de corto plazo que pueden estudiarse en el laboratorio, revelan lo que los estudios correlacionales no ha- cen: la relacién causa-efecto. En una declaracién consensuada de 21 de los principales cientificos sociales se resumen los resultados: “La exposicién a la pornografia violen- ta aumenta la conducta punitiva hacia las mujeres” (Koop, 1987). Uno de estos cienti- ficos sociales, Edward Donnerstein (1980) mostré a 120 hombres de la Universidad de Wisconsin una cinta erdtica neutra o una erdtica agresiva (una violacién). Luego los, homibres, supuestamente como parte de otro experimento, “ensefiaron” a un cémpli- ce, hombre o mujer, algunas sflabas sin sentido y escogian la intensidad de las descar- gas que aplicaban por las respuestas incorrectas. Los hombres que habfan visto la Cinta de la violaci6n aplicaron descargas mucho mas intensas (figura 10-7), sobre to- do siestaban enojados y si la victima era mujer. Silla ética de estos experimentos le parece molesta, quédese tranquilo de que los in- vestigadores saben la experiencia polémica y poderosa que dan a sus sujetos. Estos participan después de dar su consentimiento informado, Ademés, al terminar el ex- perimento los investigadores develan los mitos que comunican las cintas (Check y Malamuth, 1984). a justificacién de estos experimentos es, ademés de cientifica, de corte humani- tario: Agresién: dafiar alos demas Intensidad promedio de las descargas 50 ——S Blanco femering ge _—____> 30 F Blanco masculine 20 9 Neutra Erétiea Erética agresiva Condiciones de la pelicula * En una cuidadosa encuesta nacional en Estados Unidos, 22 por ciento de las mujeres dijeron que habfan sido obligadas por un hombre a realizar alguna clase de actividad sexual (Laumann y colaboradores, 1994). * En otra, 18 por ciento de las mujeres refirieron una experiencia que correspondia a la definicién de violacién (Tjaden y Thoennes, 2000). Seis veces de siete el perpetrador fue alguien que conocfan, * En encuestas de 6 200 universitarias de todo el pais y 2 200 trabajadoras de Ohio, Mary Koss y colaboradoras (1988, 1990, 1993) encontraron que 28 por iento de las mujeres indicaron haber pasado por una experiencia que Ilena la definicién legal de violacién o intento de violacién (aunque la mayoria, asaltadas en una cita o por un conocido, no lo llamaron violacién; los “guiones “de las mujeres de una violacién comprenden la violencia de un desconocido; Kahn, 1994). * Encuestas de otros pafses industrializados arrojan resultados semejantes (véase Ia tabla 10-1), Tres de cuatro violaciones de desconocidos y casi todas las violaciones de conocidos no se denuncian a la policia, As la tasa de violaciones conocida subestima enormemente la tasa real. En ocho encuestas se pregunt6 a universitarios hombres si habia alguna probabili- dad de que violaran a una mujer “si estuvieran seguros de que nadie lo sabria y no fuera posible recibir un castigo de ninguna manera (Stille y colaboradores, 1987).Una proporcién perturbadora (alrededor de una tercera parte) admitieron que por lo me- nos habia una ligera posibilidad de que lo hicieran. En comparacién con los hombres que indicaron que no habia ninguna posibilidad de que violaran a una mujer, aque- los se parecian mas a los reos de violacidn en cuanto a que crefan en los mitos de la violaciGn, en que se excitaban con representaciones de violaciones y en que se condu- cian de manera agresiva hacia las mujeres, tanto en el laboratorio como en las citas reales. Esta agresividad es mayor entre aquellos que tienen las actitudes en favor de la violacién que cultiva la pornografia (figura 10-8). Educacién consciente sobre los medios de difusién Asi como la mayoria de los alemanes toleraban en silencio las degradantes imagenes antisemitas que alimentaron el holocausto, en la actualidad la mayoria de las perso- capitulo 10 403 figura 10-7 Después de ver una pelicula erdtica agresiva, hombres universitarios aplicaron deseargas més intensas que antes, sobre todo a una mujer Donner 180. “La pornografia es la teoria y la violacién es la préctica.” Robin Morgan (1980, p39), u 404 parte tres figura 10-8 Hombres agresivos sexualmente. Los homies que imponen el sexoa las mujeres

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