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rr seta deepal popar con aetna epee Sinead do te ele fsa pbs qs clerobncn nr Sci demensaysanetren ope cine dca manlosacone “Ta Catsuds ar conta irae er ue secmplacac deci cx fest cab epcaonte laren gel dl putin y ofl St dre ogee Come spe roel ae ene aca dele ints ean decidido a favor del Rey. 7 ss = ee 5 Barros Area, ap eit toa Xp. 6870 o Capfroto IL LAS ARMAS DE LA NACION: GUERRA, INDEPENDENCIA E IDENTIDAD NACIONAL ‘La construcciin social de Ta nacién reyuirié de numerosos y variados medios. De acuerdo con la historiografia clsica y con la conviecin nacionalista, en el caso de Chile las guerras habrian jogado un papel fundamental en el arraigado sentimiento nacional que es posible observar en su poblacién,y que se remontaria asus Grigenes mapuches y a la conquista espafiola™. En el caso que estamos estudiando parece pertinente preguntarse de qué manera la guerra pudo convertirse en un instrument ‘eelaboracién de identidad nacional en el mundo popular, especialmente cuando en ‘general quienes han abordado el tema loan asociado mi bien al ideario ibertario tn el marco de las grandes revoluciones yentre las elites criollas. Bn una perspective ovedoca, on oe dltimoe aoe ¢ ha propwesto,contrariamente, que el bajo pueblo no ‘adhiri la eausa independentista ni fe staid por losrmevos prinipios, sino que, ‘menos durente la Patri Vieja habra sido indiferente ala crisis politica impulsada por Ia clase dirigente,resistiendo la reclutaforeada. Bn ese sentido, la primera fase de las, guerras de Independencia no habria generado ningén tipo de identidad nacional." “ncluir el tema militar como una varigble central en el proceso de construecién de tal identidad se relaciona con ef hechc de que la guerra estuvo en el centro de las ‘grandes convulsiones revolucionarias de fines del siglo XVIII y comienzos del XIX, Como lo pusieron en evidencia los easos estadounidense y francés. La guerra, por to mismo, cambié de naturaleza durante esos procesos de modernizacién politico- cultural, tel como ocurriria en la experiencia latinoamericena durante Ia transicién WF Rani A. Enc, Meri de hil Sang, Nascimento, 1948, tomo, p 487; Mai Géngora ‘Enmore de saben Coleen a alge 9 Xx, Santago, alerts, 185, alc Tardy Lein “Resatsfradoeydoeobre de apt: l taf pueblo chen a guera {e mependencn {8103810 pc Una ss salary se insnuabe en Maria Angle Manes siate Tatra yap op cts) eu Ana Maa Conrado La Phebe, wn cas Bade ca (he 8171832 oc 6 desde un sistema colonial a un orden republicanonacional moderne. Siguiendo el trabajo pionero de Clément Thibaud la guerra cambié a lo argo del proceso de Ja Independencia americana, pues de ser las fuerzas militares aparatos destinados fundamentalmente a la defensa continental ante un eventual ataque externo antic cespatiolhubieron de ransformarse en ejércitos destinadasa combatira su metr6poli En efecto, la organizacion de juntas de gobierno y de cuerpos defensivos a partir de 1810 buscaba mantener la soberania mondrquica espaiiola en América, propésito que ‘enel transcurso del proceso mut6 ala lucha contra dichaautocidad y sus representantes en el continente: los virreyes. Esta modificacién en el sentido de la guerra supuso, a su yer; un cambio en las razones por las cuales se combatia y, por tanto, de sus ‘otivaciones. Al eomienzo,la causa para ello estaba ligada con el deseo de respetar al rey, pero mas tatde se vincu a otros valores y prinipios relacionados coa la ruprura con la métrépol y la ereacion de un Estado Nacional independiente, de inspiracién eral, Desde ese panto de visa, las fuerzas sociales con las cuales combatitian los eves ejércitos deberian obedecer a motivaciones distintas de les originales, lo cual, significaba una transformacin tanto en la composicién social de los cuerpos militares, ‘como en el incentive para pelea Esto exigia estimularo crear una identificacion con ‘otros referentessimb6licos, distintosa la monarqufa, para que los sectoresaconvocar el bajo pueblo, estavieran dispuestos ala lucha, Como sofala Thibaud, sila revolucisn es tun proceso, la guerra es un momento de creacin de identidad, una identidad nacional, toda vee ave la transformacién que estaba tenlendo lugar requeria de un nuevo tipo de moral en el combate: la inspiracién en una causa sagrada, esto es a patria, La guerra deberia ayudar 2 crear un soldado patriota y eiudadano, Enel caso de Chile este imperativo adquiere especial relevancia, toda ver que se ‘até excepeionalmente, de una colonia con presencia de fuerzas militares regulates ‘desde comienans del siglo XVIL, como producto de su cercania con el Estrecho de ‘Magallanes, puerta de entrada de corsarios y piratas de imperios rivals, ast como por la belicosidad del pueblo mapuche, que obligé a establecer una “frontera” en el rio Bio Bio, De este modo, sila Conquista se consolid6 répidamente en el resto de! ‘mperio espail, sin necesidad de un fuerte respaldo castrense, en el caso de Chile la presencia de un ejécito regular acantonado en la “frontera” otorgé una relevancia distinta a dicho elemento. ello debe sumarse el hecho de que el principal impulsor {dela causa independentsta en su primera fase, José Miguel Carrere se erigié como una figura militar antes que civil. Gran parte de los historiadores coinciden en que ‘dicho caudillo representé un punto de inflexién en la evolucién del proceso, tanto porque “populariz6” la causa al atraer al “populacho”, como porque como militar 3 hmentTboud Reps en armas, Lor ocr Blanine en I ue de ndendencia ex Gaembia eran ct empujé el ideario Iiberal en busca de “legitimacién”.™ En ese sentido, habria sido su cardcter de uniformado la palanca impulsora de Te radicaliracién ideol6zica, ale cual la guerra habria ofrecido el marco necesario para transformar el conflico en tuna cuestién nacional. Ms an, en los iltimos ais también se ha propuesto que fue la guerra Ja que revolucion6 el ideario politico ehileno y lo difundid, pues las transformaciones politicas se rlacionaron con la necesidad de ineluir a los sectores popolares pera su movilizacién.!” En concordancia con esos planteamientos, el objetivo de este capitulo es analizar el papel jugedo por la guerra y el ambito militar en laconstruccién de una identidad nacional entre los sectores populares. Nuestro interés radica en las estrategias atriotismo en proporcién a ie alta confianza que Jes ha dispensado ls patria son los sabios del arte dela guerra es justamente el que ‘ds necesita su defensa” Silaurgencia en mejorar el apsrato defensive alcanas cierto acuerdo Ie forma de lograr la rectuta general que se deseaba fue el problema siguiente, Hemos sefalado cela hip6tesis queen esta primera fase, 1810-1811, parece no haber habido un interés or estimular una motivacién patrstica que failitara tanto la conscripeléa como la acepracién de las exigencias que implicaba un enrolamienta de distinta naturaleza en materia de instracciony diseiplia. En general, odos los cuerpos militares creados «ran comandados por exponentes de las clases dirigentes y Ta tropa la formaban campesinos oartesanos. Tal fue el caso de O'Higgins, quien organiz6 dos regimientos ‘de caballerfa en lazona de Los Angeles, uno de Ios cualesel de Laja—fue conformado Archie de gaa Js gel Cara Tomo 2 pp 81503 US, ‘fk del 10d ened 182, Archi dl gonial Mel Cares To 3,708, "Bando del 28 de enero de 182 Archit dl gone Mig arr, Teme 3, 24524 %6 a te a sa aa nee ‘eam ne re a ed ‘en esta etapa, y si una conviccidn en la necesidad de contar ‘con material de guerra Seen cee rea eee Gaede isoradores ye Decors ives ala inden de hile, Too XPS, pp 38 aS % Chado yor Diego Bars Aron, it, tome Vp. 30. = Leanando Lea, op ct en comida y bebida, ya promesa de saqueo: “Habfan arengado ala tropa asaltadora ‘de un modo bastante lsonjero, pues no ha feltado quien diga que a un saqueo les franquearon en algunas casas si se portabsn con el valor que necesitaba la accién™™. Como afirmata un opositor a Carrera, el paso de las tropas era motivo de robo de animales y-de todo cuanto encontratan en el camino, earente de eualauior sentido de disciplina y respeto a la jerarquia: “Los soldados que pasaban andaban gritando y ‘agartando cuanto topabanello es que mas parece una manga de langostas que pasa, talando todo que expedicién militar, porque no reconocen subordinacién ni hacen {nici de sus oficiales, y a su presencia roban sin pudor”™. sta imagen de tropas completamente insubordinadas e indisciplinadas esta claramente recogida en el tuabajo de Leonardo Leén que hemos citade, donde se ejemplifican las numerosas ‘oportunidades en que éstas, partir de fines de 1811, asolaron las zonas por donde pasaban, tal como acurrié durante el conflict con Martinez de Rozas en Concepcién, cuando “los excesos que estas tropas cometieron en los pueblos del trénsto, jams se olvidardn de la memoria de sis habitantes. baste solo saber que al soldado se Jes daba por orden que podfa llevar a su campamento y rancho a la concubina que gustase” ‘A posar de ests licencias, aco después Carrera dejebaen claro que no se cumplia Ja recluta mandada y que las milicias de caballeria tenien un contingente inferior al esperado, estando, en el caso especifico que citeba, 143 hombres por debajo de 4 euota. Ei esta época se atribuia esta falencia a la accién de “antipatr supvestaménte difundian mentiras respecto a la actividad castrense, inidiendo en Jareticencia popular ala recluta. Qué hacer para revertir tal situacién? La Junta de Gobierno aconsejaba que se explicaran las “comodidades que resultan de somejante vida" y se les ofrecieran “$2 de gratficacién”. Si ello no daba los frutos esperados, “puede Ua. por fuerza contra los que no sean casads o no tongun madres viudas, ni familias huéefanas que mantener”. Carrera también atribufa la lentitud de la recluta a que “Ios comisionados hacen violencia para alistar,o que la gente campestre, ‘engaiiads o timida antes de resolverse, presume que viene a ser mortificada”.* “Cara de Manuel Anon Talavera a don André Sache de Quer Archiv del ger jot Mig Cara, oI, 7p. 6268. ‘% Cartage Doming Slamanca de 18 deine da 151 archive dl gna Jo igual Cres, “ono pp. 14 Faves Mle, op cep 2 Giade pr Leonardo Lebn op. cep 25 ™ “Ofc ln Jn de Gobiero a delgado de Quiles 15d esr de 112, Archive dl gene bat Miguel Cre Tomo 3,5. 153 = ClreulardeCaneraa loscoaaaats deal, 23 ddd 81, pet de septembre de 181, pporLecearo Lala, Como es evidente, el problema central del momento era logrer el alistamiento avceserio, pero no habfa un interés mayor por activar ua referente simblice nuevo ytrascendente. Esto se hace mas claro si se considera la evaluacién que el propio {gobierno hacia del problema de le deserciém popular: “El gobierno est resentido en Jo més vivo de la pésima conducta de tos hombres que alimenténdolos la patria y atendiéndolos en todo con regalo, se niegan a la correspondencia més debida en el momento que los necesita en su apuro y cuando mejor se le proporciona el instante de lenarse de honor y levarse su premio con solo la eonstancia, sin necesidad de una scciénvil”.®* Ordenaba la represin de des granaderos, pues era su deseo escarmentar 6 "os bacbaros”.Bn otras palabras, hasta este momento no existia la percepcién de la accesidad de persuadir, sino parece haberse considerado que la motivacin patriétice debi emerger “naturalmente® 0 simplemente que los oldados estaban obligados a sbedecer: Esta misma impresién tiene Leanardo Leén para el perfodo que él estudia, irmando que los nuevos jefes no dstingufan entre los antiguos inguilinos y peones yel nuevo pueblo con uniforme, pues para ellos los pobres debian obedcer y seguir ss Grdenes. Esto s Jo que explicarfa que para el bajo pueblo la tarea de nutri los regimientos no fuera més que eso, una obligacién, pero no la edscripcién o defensa de ‘un prineipio.*” Compartinios ee jucio en su totalidad para esta subfase que estamnes ‘malizando, aunque creemos que a partir de 1812 la situacién no fue exactamente 1h misma, al menos de parte de segmentos de los jefes patriotas, en concreto de carvers, Reconfirmando las dificultades para lograr el mimero necesario de reclutas, Ia Junta daba cuenta ademas de la mala calidad de los incorporados, convirtiéndolos > un elemento cas inutilizable, pues se haba buscado a “los hombres més discolos e insuceptbles (sic) de disciplina”. Asimismo, la mayorfa de lo soldadas reclutados pare auxliar ala Junta bonaerense habian desertado,lo cual fas interpretado debido “al mal tratamiento que recibieron en su visje”. Esta realidad contrastaba con las ecesidades defensivas, especialmente desde enero de 1812 el estar el conticto centre Santiago y Coacepeién, que obligé al traslado de tropas al sur. En tal coyuntura, In reaccién gubernativa fue insist en la recluta obligatoria, pues “la necesidad de soldados crece a proporciin de laseritcas ircunstancias de reino...obre con la mayor cnergia para remitir esta gente... valiéndose del efecto mismo sino bastan los medios de suavidad y prudencia, de los de fuerza, pues el interés general prefiee en todo caso al particular del individu” ‘% “Ofici de a Jas de Gober al Comandante gai Ignac Carta” Archiv gra ead gu Carers, om 39-32. 1% Lecatdo Leb, opc 8.258 % Arce da gen ot Mil Care, 18y 23 de eneo de 182, Tone 3,59. 34238, En sfntess, en esta primera fase la urgencia estaba en crear un aparato armado ‘medianamente adecuado, més que en desplegar un nuevo imaginario capes de dar vida @ un nuevo tipo de recluta, Hubo un pequeto intento de persuadir atrayendo a Jos sectores populares com dinero 7 ciertas licencias (saqueos), pero las necesidades defensivas parecioron imponerse + con ello los métadas de recluta foreosa 0 sea, la violencia. No fue la ténica, por tanto, I persuasiGn nacionalista, el intento de crear un referente identitario comin, pzes dadas las relaciones sociales jerdrquicas, ello parece haberse dado por descontaio. La desercién y la indiscplina de la tropa, pero fundamentalmente Ia guerra, habrian de modificar esta perspectiva. 2. Nacién y guerra: zhacia un pueblo patriota y ciudadano? 1812-1814 Et perodo inmediotomente siguiente, 1812-1814, ofrecié un comexto diferente, Aebido a que la guerra se hio presente en el conficto entre Santiago Concepelén, debiendo movilzarsetropas desdela capital lsu, puesTa Junta encabezada por José Miguel Carrera via el control de larebedfa penquista como na cuesti bisice para ‘mantener la integridad del naciente pas. Tal realidad se profundsé con la iaasién desde el Viereinato peruano en 1813, ue conviti el ejecicio de la autonomfa en un conficto nacional. Aunque no es posible percibir una total ruptura en materia de defensa, toda ver que la creacién de referenes ytipos humenos nuevos no era un proceso corto, st se observa los prineros indices conseients de la urgenca de hacer algunos cambios en ambas materias,En ese sentido los intentos parecen provenit ‘riginalmente desde arriba, es dec, desde ls autoridades,a parts de cuya cin se ‘empezarona produir ena tropassctiudesditintas,pero que no debeninterpetarse como un cambio definitive y profundo, sin transicional A mediados de 1812, las nuevas eutoridades asumieron Ta guerra ya no como wn fenémeno que pudiera enfrentarse de manera aiconada, sino como una cieneia,como lo afirmaba Juan Macken, tanto de estrategias como de mentaliéad. El Jefe de la Junta, José Miguel Crrera trasmiié un decreto en el cual se planteaba la distin entre una milicia de antiguo réginen y una més moderna, siendo el primer cambio Ia especificacion de que “ere injustoconfundir los soldados de le patria eon los smercenariosal apricho de sus amos” * Esta precisiénes lave, pues el naciniento de Jos ejéretos modernos supuso Ia desapericién de una concepeién de lo malta como un negocio (l sistema mercenaric), peo también de los ejrcitos comandados por _ristrata de cardcter amateur que caracterizaron el siglo XVII europe apareciendo 7 Oost Canal ands de Qin eg 3a e812 chin dra nd Cara Toop. 5 80 Ja ciencia militar como una rama especifica del conoeimiento, proceso simbalizado por Prusia La experiencia revolucionania francesa, por su parte, le incorporé a la ‘guerra una causa trascendentey el compromiso de sus habitantes con ella: la revelucién debi6 ser salvada con un Lamamiento al patriotismo, de modo que nacién y guerra se refuncieran todo en uno, Coherente cxn esto, el decreto de Carrera que estamos citando reffejaba un cambio de perspectiva de primer orien, pues implicitamente apuntaba a Ta cuestiéa de la motivacién para el combate, un problema inexistente hhasta entonces, "Aunque esta eonstatacién pudiera no haber implicado una modificacién total de politica, demuestra la evolucion que los temas militares y la defensa habian estado texperimentando, ELfondo del asunto queca més claro si se advierte que en un decreto ‘dealgunos dias despoés,la Junta sefialabaexplicitamente que el ejercicioinstivucional dela violencia se elacionaba con la ciudadanfa, pues “en el sistema de la libertad civil ‘cada hombre es com la fuerza de In expresiensoldado de su pats, se zcabaron flizmente Jas diferencias de estado, as militares sa ciudadanos armados y cada ciudadano es un guerrero para sostener los derechos de la sociedad. Desapareaca enteramente la ‘humillante idea de los mercenarios que vio el despotismo como 2 os satdlites dela tirenia” Bl fin de sistema mercenaro ya categorizacién de ciudadano armado era ‘an importante peldaiio en una sociedad que avanzaba hacia la modernizacién politica y hacia la idea de “uaa nacidn en armas” La defensa de la patria se levantaba como ‘una responsabilidad de los profesionales ce la guerra, como ya se habia seaalaé pero también del conjunto soci [Esto mostraba una revolucién en el émbito de las ideas poliicas, toda vex que hasta entonces los ideres independentistas hablaban generalmente del pueblo como ‘una abstraccién, queriendo significa, la mayoria de as oportunidades, solo Ia elit. Como sefila Francois Xavier Guerra y se ha analizado en el capitulo anterior, en, teste proceso de mutacién cultural que signifies la revolucién, la soberania popular ppodta conducir a una “ficcién democratica”, ya que en la idealidad el mmo politico se ampliaba, aunque en la realidad una 3ran mayoria de la poblacién no curmplicra con Tas condiciones para ser ciudadanos actives. En esas condiciones, el poder real ‘Seguiaradicando en los grupos dirigentes los que asumian los intereses de a sociedad toda, levanténdose como encarnacién sinbélica de dicha soberan‘a. Asi como ya se cité, “el pueblo, se expresa a través del promuciamiento’,‘actia’ a través del jefe sublevadoy ‘habla’ através de ls intelectuales, autores de las proclamas que siempre oagin, cp pp. Tye Deereto publica por bao de In Jnte Guertin”, Archive del pnealfo Mie Carera, one 69.24 a Jos acompatian”.2 Este uso de la palabra pueblo es lo que explica la indiferencia ‘gubernativa respecto de la busqueda de formas de atraccién de la tropa, en la fase recién vista. Contrariamente, la aparicién del referente ciudadano al que aludia el Gecreto de la Jonta, la idea de la “nacin on armas”, seiiala la pereepcién de una {ncorporacién social de distinta naturaleza, que si bien no se relacionaba con el ¢ejercici ciudadano reall voto—lo hacia desde el émbito simbétic, la idea de una * comunidad imaginada” con Ta cual exstia un deber anterior a cualquier oto,¢] que se rmaterializaba en el plano bélico. La ciudadania, por tanto, se confundia con el deber y ¢l sacrificio militar ala patria, Aunquees evidente que tal cambio también fue geiiado ‘or la Ienta respuesta del bajo pueblo a ls lamados de alistammiento hechos por los jefes patriotas y ls urgencias de Ia guerra a comienzos de 1812, es importante que tuna compenetracién ms eal del bajo pueblo con la causa independentistalevantade fuera considerada como una necesidad, superdndose en algune medida la perspective jerdrquica que predominaba sin contrapeso en la primera subfase. Elnacimiento de este sentido del “deber”, sin embargo,no ocurria por generacién espontdnea, sino debia ser inducido. De allf que se considerara que, junto con la segoridad, la primera preocupacién de las autoridades debia ser el crear esas ‘yirtudes patriéticas. En el decreto ya citado, se afirmaba que: “es el primer deber del gobierno animar el entusiasmo patri6tico”, para lo cual se insticay6 sustituir la “escatapela antigua subrogando el emblema chileno con la mixta de colores blanco, azul yamerillo”.Carzera explicaba al Coronel del Regimicnto de Milicias de Los Andes {que “se lo transeribe para que cuide de hacerio a los cuerpos de su dependencia y {que lo haga cumplr ala mayor brevedad en el euerpo de su mando”. Este decreto luego se extend a “todas las clases del Estado”, com la nica diferencia de no poder user los civil las presillas de oro y plata privativas de los militares. Se incentivaba ‘su uso por los funcionaries seculares y eclesistics, castigéndose a todo militar que no lallevara. El desarrollo del pariotismo estaba estrechamente vinculado con las necesidades e Ia quorra, pues lo simbélico iba unido al perfeccionamiento de la fuerza militar, lneual debfa asumir caracteristicas mas profesionales. En ese sentido, se orden6 gue ‘todas las compaties estavieran conformadas por la gente adecuada, “bien monteda”, hhaciéndole vestr el traje pertinente, la chaqueta de uniforme y el sombrero negro con “cucarda” (escarapela), como lo estaban casi todos los cuerpos de caballeria de Santiago, 2Qué importancia revestfa tal medida? El decreto explicitaba su sentido: “esta pequeiia exteioridad infunde en las tropas una ilusién respecable y ventajose, 3 Rancolstavier Goer, oc, pp. 35132, 3 “Glide JS Carters! Cand de Quits Age" 3 ojo de 132 Achvo dl ena igat (aro oma 89-215. 2 yasi debe ponerse en planta con ol meyor empefo y brevedad”.™ Como sefaldbamos antes, el imaginario se nutrfa en el caso de lo militar, en esta época, més que del Jenguaje bercario lustrado, de las exterioridades que ayudaban a crear un sentido de unidad orgdnica y simb6licaditinta, Los uniformes debian ayudar a afirmar un nuevo referente de la naci6n chilena, aunque esto tampoco surtié un efecto inmediato Esto, por supuesto, iba acompafiado de medidas menos atractivas, dados los imperatives de la profesionalizaciin, como la necesidad de diseiplinar aos oficiales, pero especialmente ala tropa. Enefect, juntocon el iniciodela creaci de un sentido de cuerpo a través de los elementos mencionados, el decreto apuntabe igualmente ‘otro rasgo de un ejército profesional: la disciplina. Como se explicé la tropa se caracterizabs por su insubordinaciOn y por su tenue relacién conla legalidad,cuescion {que faciitaba la deserciéa y Ios saqueos en Jos pueblos donde llegaban, dificultando lastareas militares. Como se quejaria Carrera, “no puede haber acierto donde no hay subordinaciéns aguel nuevo choque presentaba ventajas que desaparecieron porque ‘nuestros soldados semeticron al pueblo en seguimiento de los que huaa, Notacaban o perseguian en orden. Cada oficial, cada soldado hacia sa antoos unos entraban a pelear yotros a robar; hablo de soldados”", En un intento por controlar tales tendencias, la Aautoridad ordens a os jefes de milicia que debia “celarse por la subordinacién delos soldados, Jos cabo, los sargentos [pues] sin este ireno no puede haber buenas tropas, por lo que debe corregirse y castigarse cualquier desobediencia de acuerdo a su Esta adhesion a la causa reelista continu facia el norte, cuando el efécito de Pareja logré cumentar sus reclutas alcanzando a tres mil al llegar al ro Maule, con eaballeria,artileria y una significative miicia montada* No obstante, esta adhesin “esponcémea’ a la causa del rey no mejoré Ia naturaleza Ge las fueratsmilicianas del periodo, las que igualmente carecien de instruccién “y sin mas armas que unas lanzas de coliges, aunque con buenos caballos,maé servian de confusién y desorden que utlidad”.** ‘Contrariamente, en Linates O'Higgins informs a Carrera de Te accién patriética {e oficiales, los guardias nacionales y *valientes promaucaces aracaron en columa & Se eo Rodrig Halestore Rovirr dela gra dela dependence Chile Cierra. Tae y Docent Relat la Tepe do hil VV. Dini dl genre! jo Miguel Crea, S963, También “arc del obernaor de Taeahunne dee ‘aul dee Staab! desman de Pei" ns ce trindrry Dacements Rvs {la Indepndons deChile, . p278283 2 RodlgverBallestss pit 2-6 ‘Comandante elisa Antoni Quntnil ctado por Leonard La, tp. 254 85 ‘media rienda al enemigo que inmediatamente se rindi6”, entregndoseles eomo premio {$200 y “una gran cantidad del pueblo se junta abrazar asus libertadores?.** ‘Hablefido organizado su Cuartel General en Talca, Carrera insistia en levantar Ja moral de la tropa mediante recursos patriéricos, buscando aflanzar la causa independentista como causa popular. Arengando a los soldados en esa provincia, recaleabs la gosta en desarrollo: “El pueblo se levanta del abatimiento en que yacfay Aospliege el valor, la onergiay los recursos inagotables de altivo patrotsmo. Un ejército 6e 12.000 hombres reunidos en pocas horas alos orillas del Maule bate el estandarte tricolonalmaismo tiempo que por la primera vee aparece en los mares del sur el pabellén de la libertad americana” ** El discurso carrersta unfa la idea de indopendencia y Libertad alla de le guerra y al patriotsmo -el compromiso- de su ejército nacional, hasta entonces més une aspiracién que una realidad. Ainasi,y a juicio deuntestigo de Ta €poce esta arenga provocé un gran impacto entre le tropa, aunque no la suficiente. En efecto: “Esta proclama habria alcanzado los mas ventajosos efectos si las tropas nillicianasno hubiesen visto después con més adhesién sus hogares que la defensa a aque se les obligabe, pues las deserciones eran continuas, ain de cuerpos enteros, del ‘mismo modo que se comportaban Ios incorporados alos realistas”.** En otros casos, la adhesién transitoria a una causa u otra se relacionaba con los desgarros que le {guerra provocaba, no solo el enrolamiento forzoso o el enganche, sino las tropelias {que cometian las tropas 2 su paso; al menos asi fue pereibido: “El desarreglo y la ‘nsubordinacion de estas tropas {patrioras), las vejaciones,latrocinios, violencias y ‘muertes que ejecutaban en los campos tanto soldados como fos eomisionades, atin, ce los més decidides en la causa de la libertad, fue otra mayor guerra y estrago en. toda Ja provineia de Concepeién, asi es que muchos patriotas se transformaron en. roalistas" 2 ‘Esta inconsistencia en el actuar de las tropas desalentaba al propio Carrera, quien debfa rendirse ante la evidencia de a falta de identificacién con los intereses de la naciente patria. En tal estado animico escribié: “Me auimira la poca subordinacién (sie) de los habicantes de Chile que miran con la mayor indiferencta su libertad e independencia del gobierno que le trae todos sus males. La energia y justo castigo podré solamente contenerlos. Cuando tengo que apelar a semejantes recursos conozco In impotencia de sus fuerzas, y que la veterana es la nica que puede salvar la patria hasta gue a Jos dems con la llustracion y castig se les hage cumplir con su deber, Reina Ud, la fuerza que le sea posible y remita Ud. reos a los que no obedezcan sar de Ogg a Cares Campatia de Linares) Ahir gone Bernas Ogg, Tomo 1p.8 PRade(gues Benes opt,» Bl = hie id pe 86 iegemente”.* La persistente indisciplina en medio de fragor dejaba poco espacio para algo mas que el castigo, ordenando “me los remitira Ud. escoltados y con wna ‘barra de grillos”® En otras palabras, ante la ausencia de un “despertar espontineo” ela ealtad nacional entre el bajo pueblo, frente al evidente fracaso de las politices ins persuasivas que se habfan intentado, la fuerza apareefa como el recurso con més potencialidad, el castigo y le coercién. No se remunciaba a un futuro pueblo ideal, soldado imbuido de valores patriticos, peo ello debia esperar. Mientras tanto, lo imperativo era ganar la guerra, En suma, ni las eutoridades espafoles ni las ehilenas podian contar eon certeza on el respaldo popular, pues éste solfa cambiar, no existiendo una identificacién nacional. Esta indefinicion intents ser redirigida a través de algunos instrumentos de cstimulacion patristce, tales como ls prédicas sacordotales“oraciones pacréticas”) ‘que buscaban despertar en Je masa popular una adhesién republicana en reemplazo e la monérquica. Jevalmente, comenzaron a lanzarse proclamas con la finalidad de reforzar la causa patriota y sustraer a los nativos del reino de laconscripcién relist Durante el Sitio de Chillin, se lan26 uno de estos documentos destinades a los “soldados del enemiga” esto es,a aquellos que formaben parte del ejército de Pareja, especialmente los chilotes, Precisaba tal proclama la extrafera ante la desafecci6n de Ia justa causa, pues “_Cémo os habéis olvidado que soischilenos, hermanos nuestro, de una misma patra y rligién y que debéis de ser libres a pesar de os tiranos que os cengaiian?(Chiloces! Ya confesdis vuestr alucinamiento y que fuisteis conducidos a CChilea destruir a rligiin santa de vuestros pares y verter la sangre de hombres libres y cristianos. Tiempo tenéis ain de salvaros. Venid a nuestros brazos y seréis perdonados". Si se observa, estos mecanismos apuntaban més bien @ un concepto de nacién y de nacionalismo de orden cultural, toda vez que se hacia coincidir la nacion y 1a ‘acionalidad con el teritorio y Ia herencia cultural cristianc-catica, mis que con la ciudadania y los derechos que su pertenencia ofreia, Asimismo, se levantaba una imagen maternal de la patria, como acogedora y capaz de perdonar a cambio de la lealead, No obstante, parece haber estado claro para los lideres del momento que tales arengas eran insuficientes para revertir el atractivo realist, ofrecendo junto con la identificeciOn nacionalista una “compensacién” material. Deca el documento ‘que estamos itando: “Cada tno de vosotros que con armas se pase a las banderas de la patria, para zliviar sus miserias tendréis 50 pesos y seréis conducidos @ vuesttos © Docureeto de Carrera O'Hlgaus, Archive dl gneral Beano Orgies Tmo, pp 218 y 223 ® Joa igus carrera al Cite de Mics de Concopeién 4d bri de 183, ckado por Lads op-cit, pss "Prodan hin dl go Berard Oggi Tomo yop 251.252 ‘hogares”.Bs decir la proclama también reffojabe las epremiantesnecesidades bélicas dearmas y hombres, como la nevesidad de asegurariea aquélles su sustento material Nodebe olvidarse queinciada la guzrra las funciones estates se separaron, quedando cenmanos dela Junta as medidas mis bien de orden politica social y cultural (ono el Instituto la Biblioteca Nacional, is simbolos patros,et.),mientras Carrera asumia las responsebilidades militares, induido el financiamiento que ellas requer‘an, Esto explica, en alguna medida, la continua queja de falta de recursos y su efecto en los afanes defensivos™ Las divergencias politicas entre partidos rivalesy la urgencia de detener el avance del ejército de Pareja después del Sitio de Chillén, infuyeron para que el revés sufrido por las fuerzas de Carrera ceterminara au separacién del mando militar ysu reemplazo por O'Higgins como Comandante General de los ejércitos patiotas a fines de 1813. Con motivo de este cambioy Ia ascensin de O'Higgins en febrero de 1814, 1a, Junta de Gobierno lana6 un Manifiesto al efécito en ol cual so reafirmaba la idea del papel determinante deo militar ena sobrevivencia dela patria,y dela nocesidad de premiar las acciones més valerosas:")Soldados de la Patrial: desde el principio dela {guerra conocié el gobierno que a vosotros era deudor el Estadio de su salvacion, y que a més de la gloria que adquiriais con ser los restauradores de Ia libertad era preciso istinguiros y recompenser vuestras fatigas.Vais a abrir la campaiia al mando de un nuevo jefe y elevaros al rango a que os han hecho acreedores vuestros servicios, Que el enemigo no subsista por més tiempo en nuestro territorio, que se estremezca al ‘mirar alos valientes defensores de‘a libertad”. Este manifiesto es importante, oues devela otro aspecto del papel de la guerra, cen la formacién de una identidad nacional, exponiendo la causa de Ie patria como ‘motivacién para la lucha, en deemed de a adhesién caudillesca. El desplazemiento de José Miguel Carrera del mando de ls tropas suscit6 deserciones importantes entre la ficialidad ya tropa, puesal parece- habia logrado convertirse.en un jefe reconocido, Segin un oficio del Cabildo de Concepcién los soldados det Ejéreito Restaurador ean “criados por los sefiores Carrera: les dediean sus servicios piblicos y privados con buena voluntad, respiran entusiasme, valor e intrepidez evando os ven @ la cabeza de ‘us tropas, mientras que su desmaye de énimo y apatia los conturba si por accdente ‘5 Aunque sea istdo on interprets deorcionos como una frna de asia veda, eve ‘anbién un vrsin que pone el acento en las fetes econmicas de os nacenes pies ov ende ce sus lereta send la ecsen ye cago ua fess da soagar a subsetenla de lov guerre Consese arta Len Alejandro Mote, Pedio Baar "La remoria dager: tne iraascareases soe el pros de ndependeni”, VII Congren hrgemtino Chen de ettios Hite olntepacigy calla Men: "litre guerra y revlon en Amica el Sur 10001830, Sal, Argentina, 2d abel de 2007, “Manifesto dela Jat de eliern Br" Archive dl gee Berar Og Tomo. e308 38 se separan un momento"? El cabildo informaba que si se cumplia la separacién de Carrera se produciria con seguridad la dispersiin de los soldados, especialmente de os sgranaderosy de los nacionales, la mayorfanaturales de esas 2onas, quienes no querian iantenerse en el cuartel sin sa general Zsa situacién es Ja que indujo a la Junta a publicar el manifesto del que estamos dardo cuenta, ntentando mantener la adhesion rnilitar popular y de oficiales en funcién de la causa nacional y no de Ia admiracién personalista, Independiente de las rencilas politcas, la persuasién patrstica que se Intentaba,traslufa la espiracién a desarlar una neva moral de combate, la cual se vinculaba con una causa superior. Bs interesante, gualmente, que para reforzar su prop6sito la Junta aludiera en el ‘Manifiesto al pasado prehispénicn sefialando “que la fema de vuestro nombre y del ‘valor del araueano se conserve inmartal y que todos vuestros conciudadanos os sean eudores desu libertad tan suspirada”, Esta reivindicacién dela valentiay capacidad combativa del pueblo mapuche era una ravedad, pues no se habia utilizado ente las tropes con anterioridad a 1810, A la ver rofuerza la ipétesis de un nacionalismo més bien cultural simbélico, pues insiste en un Imaginario pasado comin y retrotrae la historia patra ala resistencia indigene. Esta tendencia se acrecenté en el peor aio de Ja guerra, 1814, cuando junto con insstiren el Virrey como el “eneiigo”, se enfatig cn la obligacin de resists, como correspondia a una nacién heredera de Lautero y CCaupoticén:*_Y consentir$is con el ejemplo del inmortalrauco que tenéis la vista, cencorvar la cerviz como viles esclavos,y someteros cobardemente y sin gloria un pniiado de miserables aventurere?.Yo ogo cl juramento solemne ye grito entusiasta {gue resiena y deciava sin excepcign de una sola vor, que las aguas del noble Bio Bio ceuyas mérgenes estamos pisando y que por ts sighos han sido la barrera.entre la libertad y le esclevitud, no lo serén ni por un solo momento, parque desde hoy en adelante y para siempre el suelo de Pence y de todo chileno llevaré el glorioso nombre ‘ayo titulo ha inmortalizado el de Arauco de tierra de libertad”.* La guerra, de este forma, basoé despertar en el bajo pueblown orgullo patrio, asenténdolo en ls idee de ‘une ravaguerrera hija de un pueblo indigena indmito,primer bastin dele resistencia nacional, cuyos herederos no podian traicionat. Ms que oftecer como motivacién de ‘combate los derechos civilesy la ciudadani, los ideres de la Patria Vieja vieron en €l pasado historico uno de sus principales recursos para seducira la trope, empezandoa articular la “idea” de una comunidad Hamada Chile como nacion guerrera. ‘La muerte de Pareja y la decisién del Virey Abascal de aplastar la experiencia, revolucionaria en el reine de Chile, dervé en el arribo a fines de enero de 1814 al puerto de Arauco del brigadier Gabinc Gainza al mando de tropas realistas, con 1 Archiv del gn Berard Ogi, Toro lp. 302 28 ener de 1814, en id Tomo, p37 0 cierto mimero de armas y pertrechos militares. Aunque no se tatabe de un militar destacde,logré posesonarse de lca, enarbolano el pabelién de la monarguia al norte del io Maule, euestin que no ocurrfa desde 1813, sembrando inguetad en el band patriot, el que debisreplegarse hecia ef norte Ala presencia de Gain vino 4 sumarse el nombramiento de Francisco de la Lastra como Directar Supremo ¥ ua Consejo Consultivo que vio con buenos ojos In posibildad de un avenimiento con el Virrey Abascal,representada en la voe del eomodoro inglés Hyer, pues através do steel Virreyofreia un acuerdo, aunque bajo exgencia dela reposiién del Antiguo Regimen. Las autoridades en Santiago estaban dispuestas una negocacibn que reconoceriaala monarquié, peo modifcaria el status colonial de Chile, consiguiendo més autonomia™. Desde el punto de vista de la guerra, el Tratedo de Liscay es portent, pargue desde que comenzaron sus tatativas a preacupacién por el tema defensive, que habia sido incesante desde 1816, entré en un estado de hibernocién, siendo la principales medidas gubernamentale en ese terreno las pensiones para vindas de muertos en la guerra y la ereacin de una sal de armas, deseuidéndose 1 apertrechamiento del ejéeito y el rforeamiento de las tropas. Como sefialé en su momento Cemilo Henrique, tras la firma del tratado el gobierno “ve entrogé una segutidad letirgic. El eraro se exhausts deminay por s mismo la fuerea militar, zo se dio un peso para levantar tropes y preparase para el futuro” 2 sta situacininciié en la verificacén de un nuevo golpe de Bstado encabezado ‘por Careraloque condujoaladeposicin de De laLasray la creacidn de wna nueva Junta. Este acin fv, naturalmente, echezada por O'Higgins, qulen marché con sus Tuorzas hacia Ta eapital abriéndose un nuovo flanco de debilidad frente ae agresién rmondequica, especialmente desde modiados de 1814, cvando aribé a Chile el general Mariano Osoria, compafiado del batalién peninsular de los Talavera. I curso de los ttimos meses de la guerra debe relacionarse con estos, acontecimientos, pues el descuido de a politica dfensiva uvo efectos ene plano de laefcacia militar como de la generacin de un nuevo tipo derecluta, esdela primera * Como recordaria aos después José Miguel Infante, “durante los gobiernos do Osorio y Mareé de] Pont, Neira fue el terror de os tiranos.. yes hizo todo el mal posible”™". Tan asi parece haber sido que Mares del Pont, luego ‘Seamenazar contra cualquier ocultamiento del paradero de Rodriguez y Neira, orden6 poner precio a suscaheras: “Los que sabiendo existen los expresads Neira y Rosriguee id No, 10 de embed 16 Tomo 25328. ELAR. XXIl del endo de? de enre de 1817, di: Tada gar, pall ronda opiqete pode sagaraal oe ware puch o manta pustay enborados en cp pudendo otras hay 9 sin emo es ot sudo hllades erin condor aa Real ciel cond amis perder sop de isan, eda setenclados, labora, al cee St. Lia con geile por una, fobloal seaside napa or elm erminn 8d med lad desarvido¥ sears" oS tomo Hp. 320. % dehie Ogg, Tmo pp 296297. (E1Valins ce, 5 de febrero de 83, 108 ls entreguen vivos o muertos... eles gratiicard ademés con mil pesos que sees darn ‘en el momento de entregar eualgutera de las personas dichas®.* El caso de Neira ha sido el mis discutido después del de Manvel Rodrigues, Para Guerrero Lira, Neira no fue un guerilleo politic, sino solo un bandido. Desde cl punto de vista que aqui se plantes, al ingresar al ejército patriota Neira fue ‘sutorizado para asaltar las propiecades de los espafcles y quedarse con el botin, es deci, ara hacer aquello que siempre habia hecho. En ese sentido, es probable que su compromiso ideol6gico no fuers muy profundo, lo cual no implica que estuviers ‘susente del todo. Enos hechos, entre 1815 y comienzos de 1817 las crrerias de Neira, 5 de otros como €],estuvieron estrechamente ligadas a la anunciada invasién dese 21 otro lado de los Andes: “En este tiempo se levantaron en las campafas de Chile ‘nmediarasa la cordillera algunas rartidas que llamaban la atenciGn de las tropas del rey y olras pasaban la cordillera en euxilio de San Martin”. El propio general San ‘Martin explicitaba suslazes con estos “salteadores" “Al Sr Miguel Nea, comandante de partida patrota, Donde se halle: Mi estimado Neira: sé con gusto que esti Ud, ‘wabajando bien; sigaas{y Chile es libre de los marurrangos. Dentro de poco tendré el ‘gusto de verlo, su paisano y amigo. Si necesita armas y municiones, aviseme raviando (Gic) para ensiarlas- 8, Martin” En todo caso, las autoridades realists no tenfan dudas sobre la conexién entre Rodrigues, Neira y el cardcter poltico de su accionar. Hacia fines de 1816, cuando Ts accién de las guerrillas y montoneras se habfa acrecentado y Mareé del Pont se devidibu yuner preci ala caberade nbs lideves, sus considerandos decfon releciéa, precisamente, con el impacto de sus correrfas que él asociaba a bandidaje. En efecto, afirmaba el Gobernador de Chile: “Por cuanto ya son insufribles los excesos que ccometen en los partidos del Sud les salteadores y dems fascinerosos capitaneads ‘por el famosa José Miguel Neira, que después de tener intima comunicacién con los, rebeldes de Mendoza por direccin del insurgente D. Manuel Rodrigner, sectetario que fue de los cabecllas Carrera, roban y matan no solo alos transetintes, sino también alos vecinos de aquellos partidos que no se allan seguros en sus casas y haclendas, fovoreciendo a mas de esto,a cuantos vienen de ia otra banda dela cordiliera, sin otro, destino que espiar los procedimientos del gobiemo y el actual estado det reino”.* Patece seguro que a pesar de sirdicirselos reiteradamente como salteadores, el problema més grave se vinculaba a que tal “bandidaje”tenfa una connotacién politica, ig ee Gat Mri Cntr dei a8 ero de 65 one, 2 % Jeo Roig Ballesterns at mo 2p. 234 S_Vetviao Feral No9, 24d tel 124 Ying Ferando VIL La Gate Miia dt Gio de Cie, 7 den de 1816 Ta I,» 320. 104 que era su carécter de correos y agentes Je San Martin y del Bjércto de lob Andes en Chile 1a participacién nomerosa, si se infer de los informes espatioles, de sectores populares en la preparacin einvasién dl Bjército de los Andes, le quit6 al proceso Independentista un rasgo exclusivamen‘e intraelitario, populsrizdndolo, aunque ‘probablementelaadhesiin a ls nuevos principio poiscos no escuiera ran clara. Con {odo las eutoridades metropolitanas insis‘on en sus llamados al “pueblo” a respetar al rey y no seguir alos bandidos: “Chilens... Revonoced por vuestros enemiges a taantos lo son del Soberano... Yuestras aersonas, vuestros dependientes, vuestras haciendas, uestras bestias, sirvan con alegre pronttud a la buena causa, empléense todos en deseubrir y seguit las gavillas do salteadores y asesinos, no encuentren en Chile amistad albergue..gQuerréis més bien ser soldados de wn salteador Neira,de tin ingame inmoral Rodriguez que del mejor y dl mas grande de los reyes? ;Querréi tsociaros a las gavillas de bandidos y n> a Tos vencedores?”.?® Al parecer, en las postrimerias de la Reconquista otros sateadores como Neira se sumaron al bando Frdependentista en el centro del pa(s~-como el ladrén Sixto Guajerdo, por ejemplo-, {onde se librarian las batllas decsivas, haciendo posible que el desorden cundiere” Para entonces, dichas montoneras y gavllas eran tiles al bendo independentisca, et que las estimoleba. No obstante, qué pasaria cuando las nuevas autoridades patriotas Tes quisiesen hecer abandonar tales prdciicas y reponer e! orden? Ba sintesis, durante el proceso de Independencia fue la guerra le que popularizd “leonfiete y dinamsind Ta evolucin de las ideas, al torarse un imperativola creacién de un “soldado-ciudadano". A pesar de que ello no fue consciente hasta e gobierno dde Carrera y 10s inicios de la guerra, conenzando a utiligarse algunos instrumentos castrenses para generar adhesin ale nacknte “comunidad imaginada” laude Chile, libre de la tutela espafolaeinspirada enlos preceptos liberales republicans el bajo ‘pueblo se constituyé en un elemento clave en el éxito de la causa independentista, ‘Dado el profundo quiebre identitario qu2 ello significaba, el bajo pueblo en general no adhirié a esta causa, sino més bien rsistié con los instrumentos a su mano, tales ‘Como a desercisn 0 él saqueo. No seria sino segunda fase dela guerra, ens finales de la Reconquista, cuando segmentos del mundo populer, especialmente de peones, ‘gos ysultadores se sumaron a lashuestes lideradas desde Argentina, como actvos lagentes de desorden social. Su aporte ala victoria se apoyd en su propia identidad ‘peonal, tila los afanes desarticuladores auspiciados por los lideres patriotas. STi, NaS17 de enero de 147 Tomo. 320, 2 Archiv de Miter de Gur, 01 wo: Expediene de semavos mitre Eater ets erin Abordada nl primo capi. 105 Capriruto TIT ‘TIEMPOS DE GUERRA? POR LA PATRIA CHILENA Y AMERICANA Los primeros diee afios de nuestra historia republicans han estado asociados a figuras emblematicas como O'Higgins, José Miguel Infante, los generales Raméa Freire, Francisco Antonio Pinto y Manvel Blanco Encalada, Estos “préceres" hacen alusién a una etapa ambivalente, pues a la ver que sefialan el inicio del periodo zest independentista propiamente tal, remiten igualmente a tiempos dominados ot los confiictos belicos y una marcada inestabilidad politica. Como es sabido, son posterioridad a la caida de O'Higgins Chile experiment6 sucesives cambios de tnbierno y ensayos constirucionales, Io que favorecié entonces,y ha perpetuado wia autrida bistoriografia, una inverpretaciOn que ha enfatizado los rasgos de ruptura, calificando el peciodo como “anarquia”. Parte de eve proceso se relaciona can el fuerte protagonismo alcanzado por los militares, lanzados al estrellato politico como efecto te Tas guerras de Independencia, ganada on los campos de batalla. América Latina sentr6 en un era de cauaillismo militar, donde las instituciones no lograron afincarse ‘oino originalmente esperaban los ideres de la gesta emancipadora. Aunque el caso «hileno se escape parcialmente a esta realidad, el nuevo orden deseado tampoco se alcene6 on su plenitud, Bn Jo que a este estudio importa, la inestabilidad aludida se vincul6 en parte con el hecho de una Independencia inacabada, en tanto la guerra siguiésiendo una experiencia reiterada y cotdiana para uns parte del pais, ya fuera porque se trataba de onas que se mantuvieron en conflico por a necesidad de configurar fuerzas armadas, ‘capaces de derrotar al enemigo ospefiol, acantonado en el subsistente Virreinato Peruano, Como sefalamos antes, la estrategia de San Martin apuntaba @ Ja derrota realist en ese territorio, requsito para la consolidaciGn del quiebre de las Provincias, Unidas del Rio de la Plata y de Chile con la metrépol. Tal situacion detereainé que tna de las prioridades del gobierno de O'Higgins, posiblemente la mésime, fuera 1h preparacion de las fuereas que parttian a “Liberar” al Perdis un ejérito y una ‘scuadtra de guerra. Por otra parte, el control de la zona central ogrado por el Bjéreito 107

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