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Javier Melloni

La disolucin de los pronombres


Horizonte que expande todos los anhelos. Infinita plenitud alcanzada y
siempre por alcanzar. Pura transparencia. La insoportable levedad del ser
transformada en comunin de todo con todo, de todos en todos, de
todos y todo hacia todos. Formas sin contornos, donde cada cual es uno
mismo y cada cosa es presencia sin invadir, sin suplantar a nadie ni
nada. Al contrario, donde todo entra en lo ntimo del otro y de lo otro. Y
uno se deja entrar, sin tener que defenderse.
Disolucin de los pronombres: ni yo, ni t, ni l ni ella. Ni tampoco
nosotros, ni vosotros, ni ellos ni ellas. Y, a la vez, estoy yo, ests t, est
l, estamos nosotros, vosotros, ellos. Estamos y somos todos, sin la
menor suplantacin de ninguno. Disolucin tambin de nombres, verbos,
adjetivos y adverbios. Porque todo ello son escisiones de un mundo al
que nuestra gramtica trata de dar unidad. En el cielo, en cambio, en
cada nombre hay el dinamismo de un verbo y el matiz de todos los
adjetivos, y de todos los adverbios.
xtasis del ahora, sin que haya maana ni ayer, sino la inocencia del
instante, sin que pueda ser anticipado ni posedo.
Disoluciones que no son aniquilacin, sino abundancia de la forma que
se transforma. Nuestro contorno sin plenitud es tenso, crispado, armado.
Cuando alcanza su completud, pierde la membrana que lo atenazaba, y
el gusano se convierte en mariposa.
Trnsito, entonces, del no-cielo al cielo. Ofrecerse, dejar de defenderse.
Cielo: el estado del ms puro ofrecimiento. El ser como donacin, no
como retencin. Anhelo indecible de vivir sin defenderse.
Mar del ser, donde la ola no slo sabe que no est separada del mar,
sino que es mar.
Telogo

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