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ere PIERRE HADOT ZQUE ES LA FILOSOFIA ANTIGUA? PIERRE HADOT FONDO DE CULTURA ECONOMICA En memoria de AI. VOBLKE ISBN 965-16-5358-6 Al final de la obra, elector encontzard, iguas indieadas en Jay notas: " ° Puna eleeion conmplementar« Llegaré el lempo en que prefericemos, para per inamnos en. la moral y en la razon, recut ables de Jenofnic mas que 3 la Brblia, yeni que ans serviremos de Montaigne y de Ho- Facio como gulus en la senda que conduce a Ia ccomprensicin def sabio, y del mi mis sime ple y més iriperecedero de todos, Séerates Neprzscue! Los antiguos filésofos griegas. como Epicuro, Zenén, Socrates, et, se mantuviere les ia verdadera [dea deh filésoto que fo que se ha hhocho en les tiempos modernos. “—Cusndo vas por fin a empezar a vivir virwo. man anteiuno que le eon: siones acerea de la vit tud—, No se trata de especular constantemente, sino que hay que pensar asimismno de «ina buena ‘vez en ia aplicacion. Pen ia se considera [[que vive de una manera eonforme « ‘que ensefia. Kant EL deseo es lo que engends nsamient. Pronino losnfo en la vided? Ser de hombres. Suuicio emus escrigulas en adopt testoiea sa pretesto de que con ante: saxamns provecho de formulas epicureas Nigvascuie Es més importante desear hacer ef bien que conocer la verdad, Perraaes ls gents, véase Ia "Btbllografie",p. 307 Conssero que nadie presté peor servicio a gee nero humano que aquellos que ensefiano; fa Hlosota come um fo merectario Stueea ‘que con grandes cayas de sal ee honrada y, a semejanca «con sus amigos; y, cuand se mis filosofica era visit sim Pasca, te seducen, © misino. Pero jamds te lames ésofo y n0 toleres que nico te de ese nombre Enictero Er noses dis ay profesor de los, pero no Bidsolos Twoneav ‘Sin vittud, Dios no es mas gue una palabra, Puorna No hice cacla este dia, —2069, no vivid usted? Tales mds fundamental, sino Ja mas llustre do sus ocupaciones. Montane PROLOGO. Reflexionamos muy pocas veces en To que es en sf la filo- sofia," En realidad, es exiremadamente dificil definicla. A los estudiantes de filosofia se les hacen conacer sabre todo las filosofias. El programa de la oposicién para acceder # la docencia les propane con regularidad, por ejemplo, a Piston, Aristoteles, Epicuro, los estoicos, Plotino y, despues de les “inieblas" de la Edad Media, muy a menudo ignoradas en los programas oficiales, Descartes, Malebranche, Spinoza, Leib riz, Kant, Hegel, Fichte, Schelling, Bergson y algunos con- temporéneos. Para el examen, habré que redactar tha diser- tacién que musstre que se conocen bien los problemas planteados por las teorias de tal o cual autor. Owra disertacion dara testimonio de fa capacidad que se tenga de reflexionar sabre un problema califieado de “filosofico”, porque en ge neral fue iratade por los filésofos antiguos © contempors- neos. En sf, no hay nada que censurar. En efecto, por lo visto, sdlo estudiando a las filosoffas se puede tener una Idea de la filosofia. Sin embargo, ts historia de Ia “Tilosofta” no se con- funde con la historia de las filosoffas, si por “Cilesoffas” com- prendemos los discursos te6rieos y los sistemas de los Fkiso- fos. Al lado de esta historia, bay legar en realidad para un estudio de los camportamientas y de la vida filosGticos. La presente obra desearia precisamente intentar deseribir los casgos gencrales y comunes del fenémeno hist6rico y es- piritual representado por la filosota antigua. El lector me dirs: epor qué limitarse a la Filosofia antigua, tan lejana de nos- 2 PRoLocO wos? Yo tendria varias respuestas Ante todo, es un campo en el que espero haber adquirido cierta competer: tia. En sequade lugar conio_lo devia ristoele, pata von? prender las cosas tay que verlas deservollarse hay que tomarlas desde su nacimiento. Si hoy hablamos de “fitosofia’, es porgue los griegos inventaron la palabra philosophia, que quire decir “amor a la sabiduna’ yporgus la trac de ls philosophia eriega se transmitié a la Edad Media, luego a los Tiempos Modems. Se trata, pues, de zecebrar el fenémeno sn.suarigen tomande conciencia del hecho de quel filosofia #5 lun fernOmeno histérico que se inicié en el tiempo y evoitt- cioné hasta nuestros dias, po yeven “Tengo [a intencion de mostwar en diferencia que ex: que de ella se da a los estudiates par las necesidades de la ensesanvza universitaria. Tienen la impresién de que todos los Flosofos alos que estudian se afznaron ports gana = ventet, cada uno de tuna manera original, una nueva cons- truceidn sistemaitica y abstracta, de: U otra manera, el universe 0, pur lo menos, si se trata de fil6so- fos contemporaneos, que pretertdicron elaborar un nuevo dis- acerca del lenguaje. De estas teorias gue podiamos Hamar det se derivan, en casi todos los sistemas, coe- que en cierto meclo sacan las conso- cuencin, para cl hombre y para le sociedad, de lo incioe genereles dal sistema e invitan asf a hacer cierta eleccién de vido, a adoptar clerta manera de componamienta, El proble mma de saber siesta eleccion de vida sera efectiva es del todo sewundari y acceri, No cabs ela perspectiva dal siscuso Consideta que una representact ( 9s erronea si ge api ca a la Filosofia de la Antigedad, Evident it videntensente, ne se tral de negar Ia extraurdinaria capaciead de los fildsofes antigues pasa desarrollar una reflexién te6rica sobre los problemas mas surtiles de Ts teotia del conocimiento 0 de ta logica 0 de la yROLOGO fisica, Mas esta actividad tebrica debe ser situad en una pers- pectiva diferente de la que corresponde a la representacion comin que tenemos de la filosofia, Ante todo, por lo menos desde Sderates, la opeién por un modo de vida no se localiza fl final del procese de Ie actividad Alosdfica, como uma especie de apéndice accesorio, sino por el contrario, en su Srigen, en Una compleja inieraccién entre la reaccién erties otras actitudes existenciales, la vision global de cierta ma- neva de vivir y de ver el mundo, y la decision voluntaria misma; (Yeats opcion determing, pues, hasta elerto punto la doctrina misma y el modo de ensefianza de esta doctrina. El filosdfico se origina por tanto en una eleccion de w tia opéién existencial, y no a Ja inversa. Fn See Gata deciéion y esta eleccidn jamds se hacen en la soledad nunca Kay ni lilosofia ni fildsofos fuera de un grupo, de una Comlinidad, en una palabra, de un “escuela” losofica y, Pee Sunmente, esta ditima corresponde entonces ante todo = {a Gleccién de cisrta manera de vivir, a cievta eleccion de vide, cleria opcion existencial, que exige del individuo tm cambio ‘otal de vida, una conversién de todo el ser y, por dltimo, ciexto deseo de ser y de vivir de cierto modo, Esta opei6n exlstencial ‘a su vee ua vision del mundo, y Is tarea del disturso Jar y justificar racionalmente tanto este ‘ppeién existencial como esta representacion del mundo. El dhecurse Gilosdfico tedrico nace, pues, de esta intcial opcién gestencial y conduce de nuevo w ell, ex la medida en que, por gu fuerza logica y persuasiva, por la acciin que pretend eer Carsobre el incerlocutor, incita a maestros ¥ dise{pulos vivir realmente de conformidad con su eleccién inicial, o bien es fie agama manera la aplicacion de un cierto ideal de vida ‘Quiero decir, pues, que el discurse filaséifico debe ser com- prendido en Ia perspectiva del modo de vida del que es al mise iho tiempo medio y expresiéa y, en consecuencia, que 1a f- Josoffs es en efecto, ante toda, uta manera de vier, pero que se vincala estrechamente con el diseurso [ilos6fico. Une de los inlales de este libro seré la distancia que S2pa~ de la sabiduria. La primera no es mas que un dia. No se trata de eponier ico tesrico y impli filosofico sera 4 PRALOSO or la otza la sabiduria como modo de vida stlencioso, que se Practicar‘a a partir del momento en que el discurso habria, aleanzado su terminacién y su perfecci6n; es el esquemna que Propone E, Weil’ cuando escribe: “El filésofo no es ‘sabio': no tiene (o no es) la sabidurfa, habla y aun cuando su no tuviera otro objetivo que suprimirse, esia no quita que ha- blard asta el momento en gue haya llegado a un resultado y fuera de Jos instantes perfectos a los que habré llegado' Aqui tendriarans una sitzacién andloga a la del Traczatus logico-philosophicus de Wittgenstein, en el que el discurso Blosofico del Tractaties se supera finalmente en una sabiduria silenciosa,* En efecto, la otra manera, desde el Ba es sabio, pero no se considera un simple discurso que se de- tendria en el momento en que aparecicra la sabidurta; es al mismo tiempo ¢ indisolublemente discurso y modo de vida, discurso y modo de vida que tienden hacia la sabidurfa sin Jomés aleanzarla. Peto también es cierto que ol discurso de Pla. tu, de Aristételes o de Plotino se detiene en cl umbral de ci tas experiencias, que, si no son Ia sabiduria, soh una especie de primera impresién de cl ‘Tampoco habria que oponer modo de vida y discurso como si correspondicran respectivamente a la prictica y a la teorfa, El discurso puede tener un aspecto prictico, en la medida en que tiende a producir un efecto en el auditor o el lector. En cuanto al modo de vide, puiede ser no tedrica, evidentemente, sino teorético, es decir, contemplativo. Para ser clatt, tengo que precisar que interpreto la palabra ‘discurso” en el sentide Rlosofico de “pensamiento discursi. vo" expresado en el leriguaje escrito u oral y no en el sentido, difundido en nuestros dfas, de “manera de hablar que revela una actitud” ("discurso racista” por ejemplo). Ademas, me niga a confundir lenguaje y funcién cogn proposite las lineas muy aclersdoras de J. Ruf Citaré a esie la signifeaing Se Ly forme wT Rte, De FROLOGO, 1 En cla, erode sant pont cnoeer in 24s, 8 cleros spectos, conocer mejor. El pensar ‘econoce porla capaci para defiir una conduct azonoble, por [a clad de representacion metal y de abstraceidn, El acim) (eapaa de dsingut la forma telanguar, o algunas combinactones de objeto) planta, ast como el ailo pequeRo que an no hala» al sordomsude que no fie educad [..] El estuda alinico demies- tea gue no existe covrelacign ente el detarzello del lenguajey el Gel inelgencis un deficient intelectual pucce hablar an as\- coer ma iseligente [Jen el hombre normal a menudo las facultades de claboracin parccen estar nds 0 menos abramadas por las faculades de express. Por lo visto, los grandes dese Subrintentos se hacen Independientemente del lengua, a partir de equernas (pattems) claborados en el cerebro Insisto en este punto porque encontraremos a lo largo de este libro situaciones en las cuales se sigue ejereiendo Ia acti- vidad filosofica, a pesar de que el discurso no pueda expresar esta actividad. [No se trata de oponer y de separar por una parte la filosolia como modo de vida y por la otra un discurso filosdfice que seria en cierto modo exterior a Ia filosofia, Muy por ef con- rario, se trata de mostrar que el discutso filoséfico forma parte del mode de vida. Pero, en cambio, hay que reconocer que la.cleceisn de vida del fildsofe deter Esto equivale a decir que no se pueden considerar Iés discur- por si mismas, ni estudiar su estructura independientemente dal filosofo que los desarrolls. ¢Podemos separar el discurso de Socrates de fa vida y de la muerte de Socrates? jentes paginas aparecer 2 menuda una nociSn, la de ejercis es Designo vine a wricticas, que podfan ser de order fisico, como el régimen Blimentaic, © cicursivo, conto el dlogoy Ta meditacion, 0 intuitivo, como la contemplacion, pera que estaban todas destinadas a operar una modificacién y una transformacion enel sujeto que las practicaba. El discurso del maestro de fi- losoffa podia, adems, tomar é! mismo la forma de un ejercicio fo on Myuhe et penste ches ks JH, Vornant tambscr Gree, Pasi, WL, p38. te PROLOGO espiritual, en ja medida en que ese discurso era presentado de un modo tal que el discipulo, como auditor, lector o interio- eutor, podia progresar espiritualmente y se transiormaba en lo interior. Nuestra demostracién se desarrollard en tres etapas. La pri mera consistira en recordar Ia historia de las primeros empleos de la palabra philosophia y en comprender al sentido de la definicisn filosotica de esta palabra por Platén, cuando, Bunguete, definié la philosophia como el deseo de la sabiduria. Luego, intentaremos encontrar las caracteristicas de las diferentes filosofias de le Antigiiedad consideradas en su aspecto de modo de vida, lo que finalmente nos llevara a estudiar los rasgos comumnes que las unen, En una tercera ets- pa, intentaremos exponer pot qué razén y en qué medida la filosolia fue concebida a partir de la Edad Media como activi- dad puramente tedrica, Nas preguntaremas, por dl posible volver al antiguo ideal de la filosofia. Para nuestras afirmaciones, nos apeyaremos mucho en los textos de los antiguos filésotos. Eso ser4, creo yo, prestar servicio a los estudiantes que no siempre tienen facil acceso’ a las Fuentes. Las reflexiones gue presento al lector son cl fruto de langos trabajos consagrados a los fildsofos y a la filosofia antiguos, Dos libros influyeron mucho en ma lo largo de estas investi- gaciones. Ante todo Ia obra intitulada Seelenfuhrung (Direc ‘etd de las alinas} de P. Rabbow.” publicada en 1954, gue ex- ponia las diferentes formas que podian adquirir estas practicas en los epicareos y on los estoicos, ¥ que asimismo tenfa el meérito de mazcarla contnutdad que existe entre la espiritua lidad antigua y la espiritualidad eristiana, pero limitandose guiziis de modo demasiado exclusive a los aspectos retéricos de los ejercicios espirituales. Luego fue la obra de mi esposa, quien habia escrito, antes de conocerme, un libro acerca de Séneca y le tradicién de la direccién de conciencia grecorro- mana,! que reubicaba la obra del filésofo estoico en Ta pers ‘pectiva general de ia filoscfa a1 ‘Tuve el placer de reunirme c 2 dos fildsofos, quienes, cada Manic soho Eoudvion der So PROLOGO " uno de una manera independiente de la mia, también se interesaban en estos problemas: el muy afiorado AJ. Voelke,” cuyos estudios sobre la [ilosafia como terapia del alma estin recién publicados, y mi colega polaco J. Domanski,*® cuya ‘bra acerca de la concepeisn de Ta filosofia en le Edad Media yen cl Renachmiento seré publicada en breve; en ella muestra ‘como la concepcign antigua de la filosofia fue ccultada, pero sélo en parte, en. la Edad Media, y como revivie en ¢] Renaci- miento, po ‘on Petrarea y en Erasmo, Adem ute mi srtienio intitulado “Bjercicics espirituales y antigua”, publicado en 1977, ejercio una influencia sobre idea que M. Foucault se formars de la “culture de sf mismo” En otra parte indigue las convergencias y divergencias que existlan entre nosotros Debo expresar de todo vorazén mi agradecimiento a Erie Vigne, quien me propuso est bra, me sugiti6 su plan yy tuvo conmigo una paciencia ejemplar. Por sus consejos y Sus esctitos, mi querida eolega R. Hamayon me aclaré los muy complejos problemas que plantea el chamanismo, (Que aqut encuentre I expresion de mi profunda gratitud! Mis agradeci- imientos més expresivos son muy en especial para S Simon, asf coma para Gwenaélle Aubry, Jeannie Ca Iisetrautt Hadot, quienes releyeron esta obra para eliminat, en Ia medida de lo posible, las torpezas v los errores. rsentado como dsertacidn doctoral an 1983 y Pt: on ads tarde), fpslicaco ea £996, ie Sou de set, Bais. 984, p. 57 Michel Foucault PRIMERA PARTE I LA DEFINICION PLATONICA DEL FILOSOFO Y SUS ANTECEDENTES I. LA FILOSOFIA ANTES DE LA FILOSOFIA La “HISTORIA” DE. LOS FRIMEROS PENSADORES De GRECIA “La filosoffa antes de la Filosofia.” En efecto, las palabras de la familia de phifosophia no aparecen antes del siglo v a.C. v no fue definida filoséficamente més que en ef siglo 1, por Platon; sin embargo, Arist6teles y, con él, toda la tradicién de la historia de la filosofia consideran filésofos a los primers pensadores griegos' que aparecieron a principios del siglo vi, en Ia periferia de la zona de infiuencia griega, en las coloni de Asia Menor, exactamente en la ciudad de Mileto: Tales, matemdtico y técnico, uno de los Siete Sabios, célebre por haber predicho el eclipse de sol del 28 de mayo de 585. Anaximnandro y Anaximenes. Este movimiento del pens: to se extend tras colonias griegas, esta vez las de y del sur de como en el siglo viene a fijar su residencia a fines del si- slo vien Crotona y luego en Metaponto, Poco a poco, el sur de +y Sicilia se vuelven el centro de una actividad intelectual muy viva, por ejemplo con Parménides y Empédocles. Todos estos pensadores proponen una explicacién ra¢ional del mundo, y aquf da un giro decisivo la historia del pensa- to, Existian en efecto, antes de ellos, en el Cercano Orien- y de hecho también en la Grecia areaica, cosmogonfas, pero eran de tipo mitico, es decir, describian la historia del mundo como una lucha entre entidades personificadas. Eran “genesis” en el sentido biblico del libro de! Genesis, "Hbro de “ raremos Jos fragmentos We sus obras en Zes Présoevatiques, ed L. tado como Durwont en Parfs, Bbliothéque de In Pkinde, 1988, Véase asimismo, ‘dleioa que exed paca el publico estudiantll, Les Eco! Gallimard, Paris, Folie Essas, nom, 152 a 2 LA DEFINICION PLATONICA DEL FILOSOFO las generaciones’, destinado a devolver a un pueblo el recuer- do de sus antepasados y a vincularlo con las fuerzas césmi cas y las generaciones de los dioses. Creacién del mundo, creacién de! hombre, creacién del pueblo, éste es et objetivo de las cosmogohias. Como lo demostré claramente G. Naddaf? sibien los primeros pensadores griegos sustituyen esta nat (on mitica por una teoria racienal del mundo, no por dejan de consetvar el esquema ternario gue estructuraba las cosmogonfas miticas. Proponen una teoria del origen del mundo, del hombre y de la ciudad, Esta teorfa es racional porque pretende explicar el mundo no por medio de una lue entre elementos, sino de una lucha entre realidades “fisi- cas” y el predominio de una sobre las demas, Esta transfor- macién radical se resume por otra parte en la palabra grieza phasis, que, ori , significa al mismo tiempo el cor mienzo, el desarrol do del proceso mediante el iajeto de su procedimiento s racionales, en toda la tain flosética gigs serén influenciadas por este esquema cosmogénico origi ‘oyectado, pero al cual remplazardn las Leyes). quiso a st vez eseribir un gran tratado sobre la phusis, en toda st sign, desde cl origen del mundo + del hombre hasta el origen de Atenas. Aqui de nuevo encot racjones” que devuelve a los atenienses at recuerdo de su origen y-de sus antepasados para arraigarlos en el orden universal ¥ propone, en Timeo, lo introduciendo en ella la figura mitica del Demiurgo que pro- duce el mundo al mirar el Modelo eterno que son las Ideas." La FILOSOFIa ANTES DE LA FILOSOMA 2 En el libro x de las Leyes, Platén ya no se contenta con pro~ poner tn relato mftico: pretende fincamentax su cosmoganta, sobre una demostracién rigurosa que se apoya en argumer= Jes por todos. En este esfuerzo racional, (citamente a la nocion de phusis, concebi primeros pensadotes griegos, carécter primordial, original, de sustituye pues un esquema creacionista hace del automatism dela ‘dela racionalidad del alma y el alma como principio primera, anterior a todo, se identifica entonces con la pi La“PAIDEIA” de otra corriente del pensami Sonne felleroe las practcae las foorias que slide & una exigencia fundamental de Ia mentalidad griega, el de formar y de educa cién excelenicia requerida por ta nobleza de sangy e se volvera, para los flésofos, la virtud, es decir, la nobleza ¢el pp.443.535 Exvatien, Grate, Ro 5.289, ™ LA DEFINICION PLATONICA DEL FILOSOFO alma. Podemos darnos una idea de esta educacin aristo- ratica gracias a los poemas de Teognis, que son un compen- dio de preceptos morales.’ Esta educacisn es impartida por los adultos en el grupo social mismo. En él se ejercitan para adquirir las cualidades: fuerza fisica, valentia, sentido del deber y de! honor que convienen a los guerreros y que son personificadas por grandes antepasados divinos alos que se toma por modelos. A partir del siglo v, con el auge de la de- mocracia, las cludades tendran el mismo afan de formar a Jos futuros citidadanos por medio de los ejercicios del cuerpo, gimnasia y musiea, y del espiritu. Pero la vida democratica engendra huchas por el poder: hay que saber persuadir al pueblo, hacerle tomar tal o cual decisién en Ia asamblea. Es, pues, necesario, si se quiere llegar a ser un jefe de! puebio, adquirir el dominio del lenguaje. A esta necesidad respon: deri el movimiento sofistico. Los sorisras pet stoi v Con el auge de le democracia ateniense en el siglo v, toda esta actividad intelectual, que se habfa difundido en las colo- nias griegas de Jonia, de Asia Menor y del sur de Italia, viene a establecerse en Atenas, Pensadores, profesores, sabios cone vergen hacia esta ciudad, importando modos de pensamiento que hasta entonces eran alli casi desconocidos, y quz son més © menos bien acogides, Por ejempla, el hecho de que Anaxsigoras,! procedente de Jonia, haya sida acusado de ateis- mo y haya tenido que exiliarse muestra claramente que la idea de investigacién que se habfa desarrollado en las colo- nas grlegas del Asia Menor cra muy inslita para los atenien- ses, Los famosos lov son.a menudo, tam- bien ellos, extranjeros, Protagoras y Prédico vienen de Jonia;, ual deboia ter spun i Alon dba. pp, 296248, fotos ete lo soto y ncaa, of i bra angus je. Declare, La onegue das tations roliiass he Jes Grees, Parts, 1904. “ “st ™ LA FILOSOFIA ANTES DE LA FILOSOFIA 2% Gorgias, de Italia del sur. El movimiento de pensamienta que representan parece ser al mismo ticmpo uma continuidad y tuna ruptara con respecte al que Io precedi6. Contimuidad en Ta medida en que el método de argumentaciéa de Parméni- des, de Zenén de Blea 0 de Meliso se descubre en las parado- jas sofisticas, continuidad también en la medida en que los Sofistas apuntan a reunir todo el saber cientifico 0 historico acumulado por los pensadores que les son anteriores, Pero ruptura también, porque, por una parte, someten a una erftica radical ese saber anterior, insistiendo, cada uno a su manera, cen el conflieto que opone la naturaieza (phusis) a las conven- clones humanas (nomoi) y porque, por otra parte, su act vyidad se orienta muy en especial hacia la formacién de l juventud con vistas al triunfo en la vida Suensefianza responde a una necesidad. El auge de la vida democratica exige que los ciudadanos, sobre todo los que quieren acceder al poder, posean un dominio perfecto de la palabra. Hasta en- tonces, los jévenes eran formades para la excelencia, para la areié, a través de la sunusia, es decir, a través de la frecuenta- cién del mundo adulto," sin especializacién, Los sofistas en cambio inventan la educacién en un medio artificial, que, quedaré como una de las caracteristicas de nuestra civiliza- cién.!? Son profesionales de la ensefianza, ante todo pedago- ‘gos, aunque haya que reconocer la notable originalidad de un Protagoras, de un Gorgias o de un Antifn, por cjemplo. Me- diante un sueldo, ensefian a sus alumnos las formulas que les permitirén persuadir a los auditores, defender con la misma habilidad el por y el contra (antilogfa). Platéa y Aristételes les reprochatan ser comerciantes en materia de saber, nezo- Giantes al por mayor y al por menor. De hecho, ensefian no séio la técniea de! discurso que persuade, sino también todo Io que puede servir para conseguir la elevacién de punto de "Acerca de fa sumusia of Plton, Apatow, 19 » Sehallavdn tos fragmentos de fos soFstas en Les Préscera p20 bpp. 980-117 Dumont, Lae Sophisies. Frey rokgtares, Paris, 1989, Aces inenes de Pericles, S818 Lynch, Arestate’s Seto, pp. 3848 "ffs soplsteque, Pais, 1995, ‘Staton, Sofie, 2228 224d: Aristételes, Reldactonessofsicas, 185 322. 26 LA DEFINICION PLATONICA DEE FILOSOFO vista que siempre seduce a un au 5s decir, la cultura ia, de geomatria‘o tores, hacen su propia publicidad dando conferenciss pablicas en las cuales ponen de relieve su saber y su habilidad. Son pro- Fesores ambulantes que permiten sacar provecho de su técnica no sélo de Atenas, sino tambien a otras ciudades, Ast la area, la excelencia, esta vez cancebida como compe- fa, ane debe permitir esempefar un papel en ciudad, ile ser objeto de um apreniraje sel aujto que la aprende ene aptitudes naturales y se ejeteita lo sufciente Meesdote, Heo TL LA APARICION DE LA NOCION DE “FILOSOFAR" E). TESTIMONIO DE HERODOTO Es casi Seguro que los presocraticos de los siglos vil y a, Jenéfanes o Parménides, por ejemplo, y hasta quizas, a pe- sar deal testimonios antiguos pero muy discutibles, Pitdgoras! y Heréclito?, no conocieron ni el adjetive phi- Tosophos ni el verbo philosophein (filosofar), y con mayor razon la palabsa pkilosophia. En efecto, estas palabras no aparecen, segan toda verosimilitud, mas que en el siglo v, 2m. Jes" en e! que Atenas brilla tanto por su pre- -2 como pat su proyeccién intelectual, en ides, de los sofistas, en la época riador Herédoto, oriundo de Asia Menor, a lo largo de sus nusntosos vias, lega a vivir fen Ja célebre citidad. ¥ precisamente, quizés es en su obra.en wade encontramos Ja primera mencién de una actividad tuno de aguellos a los que .. Bste, or gullaso de st poder y de sus riquezas, se dirige a Solon en estos termninos:' "Mi huésped ateniense, el rumor de vs sabl- duria (sopiigs), de ts v igado hasta nosotros. Se » Opiniones di terespecto: R Joly. Le vhéme pilesophigus des genres de vie de on ‘ager Pata =, 1560, Bp. 1554 fs una proyeccién sobre 9, ge ” 28 LA DEFINICION PLATONICA DEL FILOSOFO nos ha dicho que teniendo el gusto de la sabidurfa (philoso- hedn), visitaste muchos pafses, movido por tu deseo de ver" Aqui vishunbramos lo que enstonces representan la sabidu- rfa_y la filesofia, Los viajes que Solén emprendié no tenian /o que conocer, adquirir una amplia experiencia de la realidad y de los hombres, descubrir al mismo tiempo comarcas y cosurmbres diferentes. Observaremos a este res- dagacion.* Una experiencia ast puede hacer de aquel que la posee un buen Juez de las cosas de la vida humana, Por ello Creso pregunta a Solén quién es en su opinion el hambre mis feliz. ¥ est contesta que nadie puede ser dicho feliz. antes de que se haya visto el fin de su vida. Herddoto revela pues la existencia de una palabra que quizés ya estaba de moda, pero que en todo caso Tegaria a estarlo, en la Atenas del siglo ¥, la Atenas de la democracia y de los sofistas, De una manera general, desde Homero, las pa- Jabras compuestas con philo- servian para designer cidn de alguien que encuentra de vivir, en consagrarse a tal cual es el placer y na adh pues el interés que se toma en la sophia? La acripap piLosories, ORGULEO De ATENAS ‘iglo V estaban orgullosos de esta actividad terés en la ciencia y la cultura que flo- recian en su ciudad. En la Oracion finebre que Tuctdidest le hace pronunciar en memoria de los primeras soldados eafdos Ch anterior p22; si Merdellro hablabs en efecto de flisofos, en suf 38 (ef, p-27,n,2), sesalaremos entonces que vinculabs Hlesafia con indagacicn * Acerca de palabra philosophies, ease tamincn E. A. Havelock: rej #0 Cambridge, Mass. 1963, pp. 2800283: W. Burkert art. vada p 27m), "Tusidides, Historia dela guest Plopunsso, 1 40,4 LA APARICION DE LA NOGION DE "FLOSOFAR vp jogio del modo de samnos lo bello con sim- plicidad y filosofam empleados son compuestos de pi hein, Aqui, sefialemos al pasar, se pr el triunfo de la demoeracia, Ya no se trata de perso! cexcepcionales o de nobles que consiguen alcancat !a cia fareté), sino de que todos los ciuidadanos pueden esa meta, en la medida en que les guste ls consagren al amor de la soph tema: es Atenas Ia que revel6 al mundo le filo Esta actividad abarea todo lo que se refiere a la cul telectual y general: especulaciones de los presocré ct rica, arie de per cas nacients, teria del lengua, eenica retorica, ore Pes juzgamos por una se Gorgias en su Flosio de Helena, Bsta, deca, no fue respons de st acto, porque fe empujada a actuar aso Bien a causa de ‘oluntad de los dioses, o bien bajo presin de la violencia mo por pain sen las que lo s0- Sin duda se trata de lus discusiones pal ue es 0° fistas se enfrentaban para demostrar su talento, opom ws discursos a propésito de temas que no se vinculaban con t problema particular, juridica o politico, sino que respondiar cultura general. La Noct6n pe “sorea” hos y philo-sophein suponen, Pues, OT Pr yey ae ieconocer eloramente gue joséfica de la noci6n de a dudan siempre Para definir sophia, los intérpretes modemos entre Ia nocién de saber y la de sabiduria. El que es sop/05, ces » LADEFINICION PLATONICA DEL FILOSOFO el gue sabe muchas cosas, que vio muchas cosas, que viajé mu cho, que tienen una cultura enciclopédica, o es aquel que sabe conducirse bien en la vida y que esté en la felicidad? Habremos de repetirlo a menudo a lo largo de esta obra, las dos nociones distan de excluirse: el verdadero saber es finalmente un saber hacer, y el verdadero saber hacer es un saber hacer el bien. Desde Homero, las palabras sophia y sophos eran emplea- das en los contextos més diversos, a propésito de conductas ¥ de disposiciones que, al parecer, no tenfan nada que ver con las de los “fl6sofos"." En la Iliada, Homero? habla del carpin- , quien, gracias a los consejos de Atenea, entiende de toda sophia, es decir, himno homérico A Hermes," después de haber narrado vento de la lira, agrega que este dios modeld él tnismo e! ins trumento de una sophia, diferente del arte de saber, Ja flauta de pan, Se trata pues aqui de un arte, de un saber ha- cer musical A juzgar por estos dos ejemplos, podemos preguntarnos legitimamente si, en el caso del fabricante de barcos como en el del miisico, la palabra sophia no designa preferentemente actividades, précticas, que estén sometidas a medidas y a reglas y que supenen una enseflanza y un aptendizaje, pero que, ademés, exigen también la ayuda de un dios, una gracia divina, que revels al artesano 0 al artista los secretos de fabri- caci6n y los ayuda en el ejereicio de su arte. De igual manera, Solén" emplea sophié en cl siglo vit a.C para designar Ia actividad poética, que es el fruto al mismo tiempo de un largo ejercicio y de la inspiracién de las Musas. Este poder de la palabra poctica, inspirada por las Musas y que da su sentido a los acontecimientos de la vida humana, aparece con mayor claridad en Hesiodo, a principios del si- glo vu. Sino emplea literalmente la palabra sophia, expresa con 8B, Gladigos, Sophia wid. lamage of the Wise Man in Gre heim, 1963; GB. Kerferd, “The the Peried before Plato", images of Mar 1228, LAAPARICION DE LA NOCION DE “FILOSOFAR™ 3 mucha fuerz: | contenido de la sabiduria poética. Testimo- sensato. Las Musas vierten sobre la lengua y los aquel a quienes escogieron un rocfo suave, una dulce miel “Todos fijan en él su mirada cuando interpreta las leyes nas con rectas sentencias y él con fitmes palabras en un mo- mento resuelve sabiamente un pleito por grande que sea" Las palabras del poets, por su parte, cambian los corazones: ma de una desgracia, con el alma recta des. garrada se consume afligide an su corazén, luego que aado servi- or de las Musas cante las gestas de los antiguas y ensalee 3 lus felices dioses que habitan el Olimpo, al punto se olvids aquél de guna deseracia. ;Rapidamente Pues si alguien, v sus penas y ya no se acuerda de ‘cambian el nimo los regalos de las diosas| dos registros al parecer muy diferentes, ridica y politica: los reyes administra de los hombres. En este encantamiento po- po un esbozo de lo que serdn losolcos, ya sean del noes sélo por que cuen- las desgracias, sino porque hacen acéeder al poeta y al que Jo escucha.@ una vision c6smrifca, SI “regocijan a la poderosa mente de Zeus su padre", es paigue le cantan le hacen ver “lo que es, lo que tregua de las preocupacior demos descubri mas tarde Jos ejercicios espiritual orden del discurso o de !a contemplacién. medio de la belleza de los cantos y.de las yp 454; P. Lat Entealgo, The sw Haven, 1970 (resena cnt 2 LADEFINICION PEATONICA DEL FILOSOFO sera, lo que fue" y es precisamente lo que cantaré el propio Hestodo en sti Teogonia. Una sentencia epictirea, que sé atri~ buye al discfpulo de Epicuro, Metrédoro, dir: “Recuerda que, nacido mortal y con una vida limitada, subiste, gracias 2 Ja ciencia de la naturaleza, hasta !a infinidad del espacio y del tiempo y viste lo que es, lo que serd y lo que fue". Y, antes de {0s epicuireos, ya Platén habia dicho que el alma, a quien per~ tenece la elevacién del pensamiento y la contemplacion de Is totalidad del tiempo y det ser, no considerara la muerte como algo alo que hay que temer.'* Por otra pate, !a sophia también puede designer la habili- dad con la cttal uno sabe conducirse con fos demas, destreza que puede Negara ser astuctay disimulo, Por ejemplo, en el Ibro de sentencias que codifica le educacién aristocratica que Teognis, quien escribe en el siglo vi a., dirige a Cirmos, se encuentra el consejo: "Cirnos, muestra a cads uno de tus amigos un distinto aspecto de ti mismo. Matizate conforme 3 los sentimientos de cada uno. Un dia dinete a uno y juego has de saber, a proposito, cambiar de personaje, pues Iz habilidad (sophié) es atin mejor gue una gran excelenscia (areté)”. \Vemos pues la rigueza y la variedad de las componentes de la nocién de sophia. Se encuentran en la representacién le- gendaria y popular, tego histérica, que se hizo de la figura de los Siete Sabios*, de la que yx encontramos la huella en algunos poetas del siglo vt, luego en Herédoto y en Platén. Tales de Mileto (finales del siglo Vu-v1 a.C.) posce ante todo un saber que podriamos calificar de cientitico: predice el eclipse de sol del 28 de mayo de 585, afirma que la tierra des. cansa en el agua: pero asimsmo tiene un saber técnico: se le pruebas de clarividencia politica: intenta salvar a los griegos de Jonia, proponiéndoles formar una federacién. De Pitaco de 8 Of plow, Carus, estas, sentoeias, traducido y comentado par JAF, Balaudé, Parts, 1994, p. 210 {sentencia 10). ee Plato, Popa, as tory 213, ingen de Sieben Wei LA APARICION DE La NOCION DE “FILOSOFAR" 3 mos, un hombre politico, cuya bienhechora legislaci6n deja un largo recuerdo, mas también es un poeta que expresa en sus versos su ideal ético y politico, Quilén de Esparta, Pe- riandro de Corinto, Bias de Priene (los tres de principios de! siglo vd) son asimismo hombres politicos, célebres por algu- nas leyes que hab(an promulgado 0 por sti actividad oratoria y judicial, Las indicaciones que se refieren a Cleobulo de Lin- dos son las més inciertas: solo saberios que se ie atributa un cierto nimero de poemas. Se adjudicaban a estos Siete S: bios maximas, “frases breves y memorables’, dice Platén, pronunciadas’ por cada uno de ellos, cuando, habiéndose reunido en Delfos, quisieron ofrecer a Apolo, en su templo, las primicias de st sabidurfa y fe consagraron las insceipcio- nnes que todo el mundo repite: "Condcete a ti mismo”, "Nada en demasia”. En efecto, toda una lista de maximas que se de- fa eran obra de los Siete Sabios estaba grabada cerca del templo de Delfos y la costumbre de saseribirlas, para que fee ran leidas por todos los transetintes on las diferentes ciudades griegas, estaba muy difundida. Es asf como en 1966 se des cubrié en Ai-Khantin, en la fromtera del actual Afganistan, durante las excavaciones realizadas en una ciudad de un ane tiguo reino griego, la Bacttiana, una estela mutilada, que, como lo demostré L. Robert, comprendia originalmente una serie compleia de 140 maximas délficas. Fue Clearco,” el discipulo Ge Atisteteles, quien las habia hecho grabar en el siglo 1 é.C. Vernos aqut la importancia que el pueblo griego atribufa a la ‘A partir del siglo vi se agregar otro compazente a la no- cién de sophia, con el desarrollo de las cfencias “exactas”, la medicina, Ia aritmética, Ia geometria, la astronomfa, Ya no sélo hay “expertos” (sophoi) en el ambito de las artes o de la politica, sino también en ¢l cientifico. Por otre lado, desde Tales de Mileto se desarrollé una reflexién cada vez mas pre cisa en el campo de lo que los griegos Namaban la phusis, es Plagsn, Promos, 343 a, SL Robert, ‘be De! waciriane”,eadsnie des ins pp. 16.437 18 Gf Hagel. "The Spiritual Guide", pp 441-44 ‘Yous. Inscriptions grecques nouvelles dela rons et bales dttres, Comptes nds, 188, M LA DEEINICIGN PLATONICA DEL FILOSOFO decir, el fenémeno del creci bre, pero también del universo, reflexion que ademas 2 me- nudo se mezclaba intimamente, como en Herd plo, o sobre todo en Demécrito, con consideraciones éticas. En cuanto a los sofista én de ensefiar a los jévenes la soy el epitatio de Trasimaco— es la sophia” * Para los sofistas, la palabra nnifica en primer lugar un saber hacer en Ja vida py que entrevimos, sobre todo la cultura cie en Ia medida en que forma parte de la cul ica, por lo menos ra general 2 Trasimaseo, a vat, Dumont, p. 1072, IM. LA FIGURA DE SOCRATES. vo una influencia decisiva en Ia de- que Platén propone en su diélogo el Banquete y que es una verdadera toma de conciencia de fa si- tuacién paraddjica del filésofo en medio de los hombres. A ello se debe que tendremos que detenernos en forma detallada no en el Sécrates histérico, dificilmente conocible, sino en la fi gura mitica del pensador tal cual fue presentad por la primera generaci6n de sus disefpulos. La FiGtiRa DE SOCRATES. ‘A menudo se ha comparado a Séerates con Jests.! Entre otras ‘snalogias, es muy clerto que tuvieron una inmensa influencia historica cuando ejercieron sit actividad en un espacio y un los testimonios “ocu jarables de Jenofonte, los didlo- 0s de Platén; sobre Jesits, los Evangelios; y, sin embargo, es muy para nosotros definir con certeza lo que fueron tanto el Jestis hist6rico como el Sécrates historico, Después de su muerte, sus disefpulos? fundaron eseuelas para difundir su mensaje, pero esta vez las escuelas fundadas por los “socraticas" parecen mucho més diferentes las unas de las otras que los cristianismos primitivos, lo que permite 3 dad de la actitud socratica, Séerates inspiré a Ant{stenes, el fundador de la escuela ciniea, que preconizaba Th, Doman, Soerare ot Jésus, Paris, 19H. Sabre Séerates, ef F, Wolk, 3 36 LA DEFINICION PLATONICA DEL, FILOSOFO Ja tension y la austeridad, y que influiria profundamente en el el fundador de la escuela de Cirene, para en sacar el mejor provecho posible de la situacién que se no despreciaba pues el espa: cerfa entonces el fundador de fa escuela Uno solo de sus disefpu- 2a porque supo dar a terario, © mas bien durante siglos sal- ygos un Imperecedero val escuela que funds sobre! sofia, concebida, lo veremos, coma cierto discurso vincu- ido con un modo de vida y como un modo de vida vine Tendriamos quizés una idea muy ‘Séerates si las obi por sus di hubiera conservade toda cos", que pont interlocutores, xy que recordar, en todo caso, qué el dato fum- damental de los dislogos de Platén, la puesta en escena de gos en los que Sécrates liene, casi siempre, el papel del uador, no es uct invento de Platén, sino que sus f dislogos pertenecen a un género, el dislogo “socratico”, que era una verdadera moda entre les dise{pulos de Socrates.” El éxito de esta forma literaria permite entrever la impresién extraordi- naria que produjo en sus contemporaneos y sobre todo en sus discipulos la figura de Sécrates y la manera en que conduefa sus reuniones con sus conciuidadanos. En el caso de los didlo- G08 Socrticos redactados por Plat6n, la originalidad de esta forma literaria consiste menos en la utllzacién de un discurso dividido en preguntas y respuestas (pues el diseurso dialéctico ‘existfa mucho antes que Sécrates) que en el papel de personaje 2 Ariatoeles, Patica, 1447b 10. Cf C.W. Maller, Die Kuriclogs der Append Plaronica, Msich, 1975, pp. 179 3s LAFIGURA DE SOCRATES u central del didlogo asignado a Sécrates. De ello resulta una re- ‘muy particular, por una parte entve el autor y su obra, y por la otra entre el autor y Sécrates. El prometerse eon su obra, pues se contenta Teprocucir un debate que opuso tesis contrari demos suponer que prefiere la tesis quee hace mascara de este Sti- Platén, Nunca aparece en ellos el “Yo" del auttar que dislogo y tam poco se pone et escena en snterfocutores. Pero evidentemente tarmpove prec’ compete a Sécta- teados, Es pues a thenudo muy jogos Ja parte sceratica ¥ la poco tiempo despues u muerte, una figura mitica, Pero es precisamente este de Socrates el gue dejé una huella indeleble en toda la ria de la fitosofia EL NO SABER SOCRATICO Y LA CRITICA DEL SABER SOFISTICO En su Apologia de Sécrates, en la que Platén reconstruye su manera el discurso que Sécrates pronuncié ante sus jueces durante el proceso en el que fue condenado, éste relata como uno de sus amigos, Querefén« pregunt6 al oraculo de Del si habia alguien mas sabio (sophos} que Socrates, y l 0 le contesté que nadie era més sabio que Séerates. Es se pregunta entonces To que quiso decir el ordculo y se lanza a una larga indagaci6n dirigiéndose a personas que, conforme a le tradicion griega de la que hablamos ez el capitulo ante~ rior, poseen la sabidurfa, es deeir, el saber hacer, hombres de Estado, poctas, artesanos, para lescubrir a alguien més sabio que él, Se da cuenta entonces de gue todas estas personas crest todo, cuando no saben hada. De ello concluye pues que si éles el mas sabio, es porque, por su parte, no cree sa ber lo que no sabe. Lo que el ordculo quiso decir es pues que \ *Platsa, Avoiogia, 20-23 38 LA DEFINICION PLATONICA DEL FILOSOFO el més sabio de los seres humanos es “aquel que sabe que no vale nada en lo que se refiere al saber".* Esta seré precisamente a detinicién platénica del filésofo en el Banguete: 3 no saber, La tarea de Sécrates, la que le fue contiada, dice la Apolo- fa, por el orfeulo de Apolo, sera pues hacer que ciencia de su propio no saber, de su no sabiduria. Para 4 cabo esta mision, Sécrates tomaré, él mismo, alguien que no sabe nada, es decir, la de la inger famosa tronfa socratica: la ignorancia fingida, candido con el cual, por ejemplo, indayo para saber si alguien era mas sabio que él. Como dice un personaje de la Rept- “Esta no es sino la habit mnfa de Sécrates y yo ya a los presentes que 10 estarias dispuesto a responder, ¥ que, si alguien te preguntaba algo, harfas como que no sa- bes, 0 cualquier otra cosa, antes que respondes” Por ello, en las discusiones, Sécrates siempre es el interno- gador: “es que confiesa no saber nada", como lo sefiala Aris- Loteles.” "Sécrates, desprecidndose a si mismo —nos dice Ce cerén—, concedia més de lo necesario a los interlocutores a quienes deseaba refutar® ast, pensando una cosa y d otra, se complaci almente este disimulo ue los griegos Haman ‘ironfa’.”* A decir verdad, ao se trata de una idea preconcebida de dlisimu- 4g, sino de una especie de humorismo que se niega a tomar demasiado en serio tanto a los demas como a si mismo, porgute, precisamente, todo le que es humano, y aun todo lo 0, es algo muy inseguro, de le que poco puede uno enorgul .. La mision de Sécrates es pues hacer tomar canciencia a ios hembres de su no saber. Se trata aqui LA FIGOR DE SOCRATES 3 revolucién en la concepcién de! saber. Sin oe Sécrates puede dirigirse, y lo hace gustoso, a os peofanes fy, ‘solo tienen un saber convencional, que no acttian sine Enfluencia de prejuicies sin fundamento pensado, & aaentrores que su presunto saber no se basa ef nada. sevabre todo a los que estan persuadidos por st Se OTe ar asta Soest, aba hati cos iE canajes de este tip: par una parte los aris Peon dee eos rage varménides, Empedocles o Heraelito, que oponian s , Te ignorancia “de la multitud; por fa otra, os dem ‘eoriss feats de su Saber que preteadian poder vender el sabor a tao Apeoia, 29 2 “6 LA DEFINICION PLATONICA DEL FILOSOFO saber se refleren no a conceptos sino a valores: el valor de la muerte por una parte, el valor del bien moral y del mal moral por la otra, Sécrates no sabe nada del valor que se debe atri- buir a la muerte, porque no esta en su poder, porque la experien- moral y de la intencién moral, porque depenen de su eleceisn, de su decisién, de su compromiso; Hienen pues su origen en él mismo, Aqui de mutevo el saber no es una serie de proposiciones, una teorla abstract certeza de una elecci6n, de una decisiGn, de una saber no es un saber a secas, sino un saber-lo-que-hay-que- preferir, luego un saber-vivir. Y es este saber del valor el que Jo guiard en las discusiones lievadas con sus interlocutores:”* “Y si alguno de vosotros discute y dice que se preacupa, no pienso dejarlo al momento y marcharme, sino que lo voy & intetrogar, a examinar ya refutar, y, si me parece que no ha adquirido Ja virtud y dice que si, ie ceprocharé que tiene en menos Jo digno de mas y tiene en mucho lo que vale poco’, Este saber del valor procede de Ia experiencia interior de ‘Sécrates, de la experiencia de una eleccién que fo'lmplica en su. totalidad. Aqui, de nuevo, no hay, pues, saber mas que por medio de un descubrimiento personal que procede del interior, Esta Interioridad es ademés reforzada en Sécrates por la re- presentacién de este daiméx, de vor divina, que, nos decirlo, pero en ello pode- mos ver, en todo caso, una especie de figura de lo que mas tarde se llamaria la conciencia moral. Parece, pues, que Sdcrates haya admi tamente que existfa en todos los hombres un deseo innato del bien, Es tam- bin en este sentido en el que se presentaba como simle partero, cuyo papel se limitaba a hacer descubrie a sus interlocutores sus posibilidades interiores. Entonces, comprendemos mé significado de la paradoja socritica: nadie es malo volui Eiica a Niedinaco,v ‘ca Aristoteles, Morad Euler, 3 ba21a7, 5, 1216 6 68 Tenafonse ‘LA FIGURA DE SOCRATES a hombre comete el mal moral, es:porque eree encontrar el bien en él, y'sies virtuoso, es que sabe con toda su alma su ser en dénde radica el verdadero bien, Toda son a su interlocutor "per- palabra, de cual es el es el verdadero valor. En el fondo del sa- amor del El contenido del saber socratico es, pues, en Jo esencial, “el valor absoluto de la intencién moral” y Ia certeza que propor ciona la eleccién de este valor. Evidentemente, la expresién es moderna, Sderaes no la hubris emplead, Pero puede ser) ra subrayar el alcance del mensaje socraticn. Bn efecto, po- tlomos decir que un vlores absolute para un herrbre cuando esté dispuesto a morir por é. Tal es precisamente la actited de ‘Sécrates cuando se trata de “io que es mejor”, es : prefiere la muerte y el peligro antes que renunciar a su deber y a su mision. En el Criton,*! Platén imagina que Sécrates hace hablar a las leyes de Atenas, que le ‘hacen comprender que si pretende evadirse y escapar a su con- iplo de desobe- su propia vida por encima de lo que es justo. ¥, como lo dice Sécrates, en el Fedor: “se- gin yo opino, hace ya tiempo que estos tendones y estos hue- sos estarfan en Mégara 0 en Beocia, arrastradas por la espe- ranza de lo mejor, si no hubiera crefdo que es més justo ¥ mas noble soportar In pena que la ciudad ordena, cualquiera que sea, antes de huir y deserthr” Este valor absoluto de la eleccién moral aparece también en otra perspectiva, cuando Sécrates" declara: “Para el hom- bre de bien, no, durante su vida ni una vez que ha muer(o”. Esto significa que todas las cosas que pare- cen males a los ojos de los hombres, la muerte, la enferme- Apologia, Ao a8 LA DEFINICION PLATONICA DEL FILOSOFO dad, la pobreza, no son males para él. A sus ojos no hay més zal, la falta moral; no hay mas que un solo bien, un solo lutviad de hacer el bien, lo que supone que no nos znegamos a examfnat siesnpre rigurosamente nuestra manera ée vivir, a fin de ver si siempre esta dirigida e inspirada par esto voluntad de hacer el bien. Podemos decir, hasta cierto punto, que lo que interesa a Socrates no es definir lo que puede ser el tedrico y objetivo de la moralidad: lo que hay que 10 saber si se desea real y coneretamente hacer lo hacer, ‘que se considera justo y bien: cémo hay que actuar. En la Apo- logéa, Sdcrates no da ninguna razdn teérica para explicar por qué se obliga a examinar su propia vida y la vida de los dextids: Se contenta con decir, por una parte, que es Ia mision que le fue confiada por el dios ¥. por la otra, que sdlo una lucidez asf, un rigor asf con respecto a s{ mismo puede dar sentido a la vida: “Una vida sin examen no tiene objeto vivirla para el hombre”. Quizas encontramas aqui, todavia confuso ¢ indistinte, cierto esbozo de la idea que ser’ desarrollada més tarde, en una problematiea muy diferente, por Kant: la moralidad se constituye a si misma en la pureza de la intencién que dirige Ja accidn, pureza gue consiste precisamente en dar un valor absolute al bien moral, renunciando por completo a su in- terés individual Todo hace pensar ademas que este saber jamas se adquiere. No solo es a los demés sino a él mismo a quienes Sécrates no deja de poner a prueba, La pureza de la intencion m siempre ser renovada y restablecida, La transforma mismo nunca es definitiva, Exige una perpetua reconquista. CILDADO DE SI, cmDADO DE Los OTROS Al hablar de Ia exi decta que “nunca indo y, sin embargo, Jams fwera del mundo", Sucede Io mismo con el extrano, el inclasificable Socrates, £1 tampoco esta en ol mundo ni fuera del mundo. * Apologc, 38 SMM Py, ged phospho erases ss, Part 96, 9.38 LA FIGURADE SOCRATES « Por una parte propone, a los ojos de sus conciudadangs, un trastocamiento total de los valores que les pavece incompren- sible? 5, por otra parte ign que el msyor bien para ws hombe es preci iments tenereonsesaione cada a seen da viru ye Ios otros tomas de los que vosoles me habs oido dilogar cuando the examizaba ainfeonoy 20s, ys digo que una vida sin exo tes no rome shen vila para el habe, me ered an menos. ‘Sus conciudadanos no pueden percibir su invitacién a cues: tionar de nuevo todos sus valores, toda su manera de actuar, 2 ino como una ruptura radieal con la raciGn a cuidar de si mismo, no seria un llamado a desprender= iudad, viniendo de un hombre que, en cierta manera, mes tan fala, del sofa que uve de vida paca refugiarse en su buena concien: ero por otra parte el retrato de Sécrates, fades en el Banguete de Platén, y de hecho tam pl ‘cual ¢5, un hombre casi ordinario, ‘que conversa con tado el mundo en las calles, en las tiendas, ‘en los gimnasios, un hombre regalén capaz de beber més que jagarse, un soldado valeroso y resistente, ;do de si mismo no se opore pues al interés en la it~ dad, De mianera totalmente notable, en Ia Apologia de Sdcrates yen el Critén, lo que Sdcrates proclama como su deber, como ‘quello a lo que debe sacrificar todo, hasta su vida, es la obe- diencia a las leyes de la ciudad, esas “leyes” personificadas, que, en el Crizén, exhortan a Sécrates a no abendonarse a la (entacién de evadizse de la caircel y de huir lejos de Atenas, haciéndole comprender que su salvacién egoista serfa una Ss apnlogia, 38 Pa LA DEFINICION PLATONICA DEL FILOSOFO icia con respecto @ Atenas. Esta actitud no es con. so, pues Fenofonte hace decir a Sécrates gue se puede “obedecer a las leyes deseando que camblen, como se sitve en la guerra deseando la pag’. Merleau-Ponty* lo recaleé: crates tiene una manera de obedecer que es una manera de séfica y el valor , que decir con encion moral No hay, es huye a si mismo El cuidado de si znismo es, Ja cindad y las demés, cor del pro- pio Socrates, cuya razon de vivir as ocuparse-de los demas. ” hay un aspeeto al mismo tiempo ero” “popu lar” que encontraremos ademds en algunas filosotias de la Spoca helentstica: yo soy precisamente el hombre adesuado para ser ofrecido por el dios a Ia cludad. En efecto, no parece humano que yo tenga des Jidadas todos mis asuntos y que, durante tantos aftos, soporte {gue mis bienes Familiares esién en abandono, y, en cambio, esié siempre ocupandome de lo veestra, aoereandome a cada uno priva- dornante como un padr= 0 un hermano mayor, inteaiands con- vencerle de que se preocupe por ls vircud. Asf Socrates esta, en efecto, fuera del mundo y en el mun- do, trascendiendo a los hombres y a las cosas por su exigen- yel compromiso que implica, mezclado a los hom- bres y a las casas, porque no puede. haber verdaders Filosofia sino en lo e¢ 10. ¥, en toda la Antigtiedad, Socrates se- guird siendo asf el modelo del filésofo ideal, cuya obra filosé- fica no ¢s mas que su vida y su muerte.*® Como lo eseribia Phutarco* a principios del siglo md.C.: POM, Meroau-Ponty, op. eit, 7.43 5M, Medea LA FIGURA De S6CRATES ")Séerates no haeta disponer grades para os a ba et una citedre profesoral; mo tenia horaio fj pacs ts 0 pasearse con ss eeipulen Pero a veces, bromeand con is 0 ebiendo c yendo a ln guerra oa! Agore con los. por wi timo yendo a In prsion y bebiend el veneno,flosof, Fas el priniero eu mostra dus, ea fodo empoy en tado luge, en to To que nos sucede yen todo logue bacerros, la vida cotidians da ia posibilidad de Hlosofar. IV. LA DEFINICION DEL FILOSOFO EN EL “BANQUETS” DE PLATON Es EvibenTE que no sabemos si Sécrates, en sus discustones con sus interlocutores, empleé la palabra filosofia. En todo caso, es probable que si esto hubiera ocurrido, habria utiliza. do esta palabra dandole el sentido comin de la epoca, es de- cir, que la habria empleado, como se hacfa entonees, para designar la cultura general que los sofistas y otros podian dispensar a sus jemplo los raros contramos en las Mentorables. Jenofonte. Empero, bajo la laton va a dar, EL. “BANOUETE” DE PLATON El Banguete es, con la Apologia, un momumento ‘en memoria de Sécrates, un monumento maravillosa y habit mente construido, como Platén sabia hacerlo tan bien, entre Jazando con arte temas filoséficos y simbolos miticos. Como en la Apologla, la parte tedrica esié reducida a su mfnimo’ encontramos en él algunas paginas, de hecho muy impor- tantes, que se refieren a la vision de la Belleza, y lo esencial consagrada a describir el modo de vida de Sécrates, que se revelard precisamente como el modelo del fildsofo. La defini- cin del fitésofo,? propuesta a lo largo del didlogo, adquiriré con ello mucho mas sentido, La figura de Socrates domina, pues, todo el dislogo presen- DEFINICION DBL FILOSOFO EN EL “BANQUETE" DE PATON 53 de tragedia. Séerates mucho tiempo en su hy la serie de discursos que los pa promunciar en honor de Eros, por si misma casi tan larga como la de todos los demas ora- dores juntos. Cuando al final del banquete Hega Aleibiades, ebrio, coronado de Mores, acompahado por una flautista, éste hard un largo elogio de Socrates detallando todos los aspec tos de su person imas lineas de la obra. el personaje de ido y sereno, en medio de los convidados dormidos, aun habiende bebido mas que los dems. Solo Agatan, Arisisfanes y Sdcvates segutan despiertos y bebiendo cen una gran copa que se pasaban de derecha a izquierda. Sécrates conversaba pues con ellos [...] los obligaha progresivamente reconocer que compete al reise hombre ser capiz de componer comedia y tragedia (...] Fue Aristolanes quien se quedo dormido primero, Iuega Agatan, cuando ya era de dia. Sdcrates [..]e le vanto y partis. Tomé el camino hacia el Liceo y. después de unas ‘cuantas saluciones, pasé come lo habeia heche en otra ccasién el resto del dia Este final det didloga hizo soar a los poetas, Aqué pen- samos en los versos de Helderlin? acerca del sabio que sabe soportar la intensidad de la felicidad que ofrece el dios: "A cada quien su medida. Grande es el peso de la desgracia, mis pesada afin la felicidad. Hubo un sabio sin embargo que supo permanecer lucido en el banquete, de mediodia hasta la plens nocke, y hasta los primeros resplandores del amanecet Con ia misma serenidad, sefiala Nietzsche,’ salié del ban- ‘quete y supo entrar en Ia muerte: Fue a la muerte con la calma que le atribuye la deseripeson de Platon, cuando, el o A DEFINICION PLATONICA DEL FILOSOFO {guete con Jos primeros resplandores del amaneces, para iniciar un nuevo dia, mientras que, detris de dl, sobre las baneas y el suelo, los convidedos adormecidos se quedan atts sonando eon SO- erates, el verdadero erétieo. Sécrates muriendo se valvis el ideal nuevo, jamés halado antes, de la élte de la javentud. Como lo ha mostrado D. Babut,‘los n en su importancia en la construceién del dislogo des al misino tiempo a describir a Séerates y a idealizar companta de los bebedores se fijé un programa que deter- minaba tanto la manera en que se beberia como el tema de los, diseeirsos que cada uno de los participantes debe iar. Bl tema fue cl Amor. Relatanda el ban on Con Sui Larea, en qué orden se sucedie- Jo que dijeron los diferentes oradores, de Eriximaco, de Aristéfanes y de Agat6n, por Una léctica, preparan el elogio del Amor por Diotima, isa de Mantinea cuyos propésitos citar Sécrales cuando Megue su mn a punta del didlogo, pero sobre todo ex el discur- 1a yen el de Alcibades, percibimos que los raszos de la figura de Bros y los de fa figura de Sécrates tienden a confundirse. ¥ finainente, si se entremezclan de manera tan manera mitica, cl otro de manera histérica, sofo, Esie es el sentido profundo del didlogo: EROS, SOCRATES Y BI. FILOSOFO El elogio de tos por Sécrates ests desde luego compuesto a manera proplamente socratica. Esto quiere decir que S6- crates no hara, como los demas convidados, un discucso en el al cualidad. No habla- DEFINICION DET FILOSOFO ENEL"BANOUGTE" DE PLATON 55 76 € mismo, puesto que no sabe nada, sino que haré hablar a los ders: lugar a Agatén, quien seaba de hacer bre todo, ha declara- antes qu y do gue el Amor es bello y gracioso. Sécrates empieza, pucs, por interrogar a AgatSn para preguntarle si el amor es deseo de lo que se posee o de lo que no se posee. Si hay que admitir que el amor es deseo de Io que no se posee, y siel amor es deseo de "a, gno hay que concluir de ello que el amor no puede, él mismo, ser bello, puesto que no posee la belleza? Después de haber obligado a Agatén a admitir ests posielin, lo Socrates expondra su teoria del Amor, sino que va Jo que le hizo comprender, acerca del Amor, Ja sacerdotisa de Mantinea, durante una conversa- ci6n que en otro tiempo sostuvo can ella, Puesto que se rela ciona con otza cosa, y con otra cosa de la que carece, el Amor no puede ser un los los demas comensales que hasta 3 Eros no es mas que un dain, un ser fos hombres, entre los inmortales y los mortals. ion intermedia entre dos io de una situacfon de me~ Giador: ef demonio esta en relacion con bres, tiene un papel en las iniciaciones a encantaciones que sanan los males del alma las comunicaciones que vienen de los dioses a los hombres, nto durante la vigilia como durante el suefio. Pata hacer- Je comprender mejor esta representacion de Bros, Diotimat bropone a Sécrates un relato mitico del macimiento de este demonio, Fl dia del nacimiento de Afrodita hubo un banquete joses. Ai final de le comida, Penia, es decir "Po- rivacion" se acercé para mendigar. Poros, es decir ‘iguera”, “Oportuno”, estaba entonces dormido, 56 LA DEFINICION PLATONICA DEL FILOSOFO iento de Afrodita, esta prendado de la pobre, indigents, mendigo. nacido el dfa del nat crates y al fil6sofo. Primero, Ei pobre ¥, lejos de ser delicado y Pero también, como digno hijo de Pores, este Eros ena- morado es un “cazador peligroso”: “esta al acecho de lo bello y de lo bueno; es valiente, audaz y activo, hébil eazador, siem- pre urdiendo alguna trama, évide de sabidurfa y rico en recur- sos, un amante del conocitmiento a lo largo de toda su vi tun formidable mago, hechivero y sofis abrigo de Sécrates eran el tema favorito de los poetas eémi- cos." ¥ el Sécratcs @ quien describe sus Nubes? es un digno hijo de Poros: "Intrépido, bel descarado, desvergonzado [ de patabras, un ver- ‘ona su desvergiienza, y ya antes que él, logo, Agatén hace lo mismo. Para Alcibiades, Sécra- tes es también un verdadero mago."! que embruja las almas por medio de sus palabras. En cuanto a la robustez de Fros, ts encontramos en el retrato de Socrates en los ejércitos que DEFINICION DEL FILOSOFO EN EL“BANQUETE” DE PLATON 57 2a Alcibiades: resiste el frfo, ol hambre, el miedo, al mismo smpo que és capaz de soportar tanto el vine como las priva- ciones. "2 po el retrato del fildsofo, en la medida en que, de Penia, Eros es pobre y deficiente, pero sabe, con su habili- dad, compensar su pobreza, su privacién y su deficiencia. Para Diotima, Eros es pues filo-sofo porque esta medio camino entre fa sophia y la ignorancia, Platon'-no define aqui fo que para é] significa la sabidurfa, Sélo deja entrever que se trata de un estado trascendente, puesto que, hablando con prople- dad, s6lo, a sts ojos, Jos dioses son sabios.™ Podemos admi que la sabiduria representa la perfecei6n del saber identifica do con la virtad, Pero, como ya lo dijimos y como habremos de na adic greg, abet o sophie. menos ima, dos categorias de seres que no filosofan: 15 y los sabios, porque precisamente son sabios, y los insensatos, porque creen ser sabios: ininguno de los dioses ama la sabidurfa wi desea ser sabio (sophos) [porue ya lo es, coma (ampoce azaa la sabidurfa cualy ‘que sea sablo, Par otro lado, los ignorantes ai aman la ‘que no cree estar necesitado no desea tampoco lo que no cree necesitar. Pero Séctates pregunta entonces: "En estas co geudles son, Diotima, los que filosofan puesto que no son ni Jos sabios nf los insensatos?” Contesta Diotima: ' Banquete, 220-4 wer pp 2930 infta, pp 296-297 3 LA DEFINICION PLATONICA DEL FILOSOFO Hass para us nito os ya eridente —djo— que son los que estdn en madio de esos dos, entre los cuales esa ambign Boos La sabidaria, en efecto, c= una de lav cosas ins belly y Eros os amor defo belo. de modo que Ezos es neceariomente arate de la sabidusts y por ser armance de le sablduta etd por tanto, en model sabi y de ignorant, ¥ Is cause de esto e también st acimlente, ya que es hijo de un padte stbio (sophes)y "eo ea Fevursos y dena mae ao sabia e tdibonte Aqui de nuevo reconocemos, pues, con los rasgos de Eros, no silo al fil6sofo, sino a Sécrates que, al parecer, no sabla nada, coma los insensatos, pero que, al mismo tiempo, era consciente de no saber nada: era por ello diferente de los in- sensatos, por el hecho de que, consciente de su no saber, desea bba saber, aun si, como Io vitnos,"* su representacién del saber era profuridamente distinta de la representacién tradicional ‘Séerates 0 el fildsofo es pues Eros: falto de la sabiducta, de la belleza, del bien, desea, ama la sabiduria, la belleza, ef bien, Es Bros, lo que quiere decir que es el Deseo, no un deseo pasi- vo y nostdlgleo, sino impetuoso, digna de este "cazador pell- groso” que es Eros, Al parecer nada més sencillo y més natural que esta posi- cidn intermediaria del filésofo, Se encuentra a medio camino entce el saber y Ia ignorancia, Podemos pensar que le bastard practicar su actividad de lilésofo para superar defi mente la ignorancia y alcanzar la sabidurfa. Pero son mucho mas complejas En efecto, en el segundo plano de esta oposicién entre sa- bios, filésofos e insensatos, se deja entrever un esquema logt co de divisién de los conceptos muy riguroso y que no per mite una perspectiva tan optimista, En realidad, Diotima ‘opuso los sabios y los no sabios, lo que quiere decir que establecié una oposicién de contradiceiér que no admite ningiin intermediario: se es sabio 6 no se es, no hay punto medio. Desde este punto de vista no pedemos decir que el flésofo sca un intermediario entre el sabio y ei no sabio, pues si no es “sabio” es necesaria y deci¢idamente “no sa” bio". Esta pues destinado a nunca alcanzar Ia sabiducfa, Pero Ch supra, pp. 48 ys. DEFINICION DEL FILOSOFO EN EL "BANQUBTE” DE PLATON 59 en Jos no sabios, Diotima introdujo una divisién: hay los que son inconscientes de su no sabidura, que son propiamente los insensatos, y los gue son conseientes de su no sabidurta, que son los filésafos. Esta vez, podemos considerar que en la categoria de los no sabios, los insensatos, inconscientes de su no sabiduria, son lo contrario de los sablos, y desde este punto de vista, esta vez, es decir conforme a esta oposicion de contrariedad, los fildsofos son intermediarios entre los sabios y los insensatos, en la medida en que son no sabios conscientes de su no sabiducfa: no son entonces ni sabios ni insensatos. Esta division es paralela a otra, que era muy co- tin en la escuela de Platdn: la distincién entre “lo que es bueno” y “lo que no es bueno”. Entre estos dos términos no hay punto medio, porque se trata de una oposicién de con- tradicei6n. Pero, en lo que no es bueno, se puede distinguir entre lo que no es ni bueno ni malo y lo que es malo. Esta ‘ver la oposici6n de contrariedad se establecera entre le bue- no y lo malo y habra un intermediario entre to bueno y lo malo, a saber, lo “ni bueno ni malo’.! Estos esquemas log. cos tenfan una enorme importancia en la escuela de Platén."* En efecto, servian para distinguir las cosas que no concen el més y el menos, y las que son susceptibles de grados de intensidad. Bl sabio9 lo que es bueno son absolutos. No ad- Zones: no se puede ser mas © menos sabio o mas To que es intermediario, In" sofo nunea alcanzara la sabiduria, pero pucde progresar en su direcci6n, La filosofia pues, segtn ol Banquete, noves la ing un.modo de vida x. un discurso determinados por la idea de sabidurta a etimologia de la palabra philoso} amor, el deseo de la sabidurfa’, se vuelve pues el programa mismo de la filosofia. Podemos decir que con el Sécrates del Banguete, la losofia adquiere delinitivamente en la historia una tonalidad al mismo tiempo ironica y trégica. Irénica, puesto que el verdadero fildsofo siempre sera aquel que sabe pp. 174178 y 229230. (ON PLATONICA DEI FILOSOFO que no sabe, que sabe que no es sabio, y que por consiguiente no es ni sabio ni no sabio, que no esta en su lugai mundo de los insensatos Sécrates. Trigica también, porque rado y desgarrado por el deseo de se le escapa y ak que queria ser cristiano, pero que sabia que cristiano, el filésofo sabe que ne puede que jamas una distancia insuperable ent filosofia se define por consi rece, es decie, por una norma trascencente que se le escapa y sin embargo que posee en sien cierta manera, segtin la céle- bre formula de Pascal, tan platénica: “No me buscerias, si no ime hubicras encontrado,” Pi ird: "Lo que careciera por completo del bien jams buscarfa el bien’. Por ella el Sé- tecates del Banguete aparece al mismo tiempo como el que pre- \guna sabiduria y como un ser cuya manera e admira. Pues el fildsofe no es solo am intermedia- rio, sino un mediador, como Eros. Revela a los hombres algo del mundo de los dioses, del mundo de la sabiduria. Es como esas figurilias de silenos! que, exteriormente, parecen grotes- cirse que su vida no merece ser vivida si se comporta co hace. Sefialémosio de paso, com es semejante a Sécrates, es asimismo no esculpido que, bajo la ironfa y el humor, disimula concepelones muy profundas. § 10, en Obras completa, xs, pp. 300-301 53 Brunsefvig (Classiques Haebede) 5460), 9.44 p12, Fradot, 2,8 Plas, Banguote, Pars, 108 DEFINICION DEL FILOSOFO EN EL "BANQUETE” DE PLATON 61 No solo es la figura de Eros la que se deprecia y se demisti- Banguete, pasando del rango de dios al de demonto, El filésofo, que toma conciencia de si mismo en el Be quete, aparece pues, a semejanza del Sécrates que des: fades pudo verlo en la ex pedicién de Potidea, Sécrates tiene la eapacidad de mante- ahi-y aventajar entonces a todos los demas en el arte de beber sin embriagarse, y sin embargo, durante la escasez, soportar valientemente el hambre y la sed, estar tan a gusto cuando no hay nada que comer como cuando hay abundancia, soportar fcilmente el fro, no temer a nada, mostrar un extraordinario valor en el combate, Es indiferente a todas las cosas que sedu- cen a las hombres, belleza o riqueza 0 ventaja cualquiera, ¥ que Is parecen carentes de importancis. Pero también es algui que puede absorberse por completo en la meditacién, - dose de todo lo que lo rodea. Durante la expedicién de Potides, sus comparieros de armas lo vieron reflexionar, de pie e inmé- rante todo un dia, Y es asitnismo lo que Ie sucede al prin- cipio del didlogo y que explica su retvaso al Hegar al banquete. Platén desea quizsis dar a entender asi que Sécrates fue iniciado por la sacerdotisa de Mantinea en los misterios del amor'y que aprendié a ver la verdadera belleza; aquel que ha alcanzado una visién asi llevaré, dice la sacerdotisa de Mantinea, la nica vida que vale la pena ser vivida y adquiriré de esa manera la excelen- cia (areté), la virtud verdadera,** Esta vez, la filosofia aparece, tendremos que repetitlo* como una experienéle del amor. Asi, Socrates se revela como un Se¥qite, si no és tin dios, puesto que de entrada aparece como un hombre comin, es sin embargo superior a les hombres; es en efecto un daéridrr, una mezela de a A DERINICION PLATOMICA DEL FILOSOFO. importancia capital en toda le historia de la filosofia, Para los ¢ la misma manera que para Platén, yen la perspec singue del comin de los mortales. Poco importa, diran los estoicos, que nos encontremos a un codo 9 a 500 brazas por debajo del agua, no por-clio estamos menos ahogados.” Hay, en cierta manera, una diferencia de esencla entre el sabio y el no sabio, en el sentido de que sélo el no sabio es susceptible de mas 0 de menos, mientras que el sabio corresponde a una in absoluta que no admite grados. Pero el hecho de aus el filésofo sea no sabio ne quiere decir que no haya dite. ta progresar hacia la sabiduria especie de estado trascendente ‘que por una mutacién brusca no existe, o muy raras sar, pero siempre en el inter’ hacia la sabidutia, pero de manera asintota, aleanzarla, Las demas escuelas filoséficas no tendrén una doetsina tan precisa de la di entre filosofia y sabiduria, pero, de una manera general, In sabiduria parecer ser un ideal que gua y atrae al filésofo, y sobre todo la filosofia sera considcrada lun ejercicio de la sabiduria, Inego la préctica de un modo de vida. Esta idea perduraré todavia en Kant, y esta implicita en todos ios filésofos que definen etimologicamente lo Filosofia como el amor a ja sabiduria. Lo que los filésofos conservaron menos del modelo del Socrates del Bassguete, es su ironia y su humor, al que hace eco el Sécrates bailador del Banguete dle Jenoforite.® Tradicionalmente se privaron de que na se puede esperada, ¥ ademis el sabto jamas poder 48 DEFINICION DEL FILOSOFO ENEL “BANQUEE” DE PLATON 63 quello que més bubieran necesitado. Nietzsche” lo percibis claramente: “Sobre el fundador del cristianismo, la ventaja de Sécrates es Ia sonrisa que matiza su gravedad y esa sabiduria lena de travesura, que da al hombre el mejor estado de énimo”. IsoceatEs. La oposicidn entre filosofia y sabidurfa se encuentra par lo demés en uno de los contempordneos de Platén, el orador Isdcrates. Observamos en este tiltimo, primero, una evolueién Gel concepto de Is filosofia con res} la época de los safis- tas" “Nuestra ciudad dio a conocer Ia filosofia, que descubtié todo esto, ayudé a establecerlo, nos eduscd para las aceiones, nos apacigué, y diferencié las desgracias producidas por la ignorancia y las gue resultan de la necesidad, y nos enseno a rechazar las primeras y a soportar bien las segundas” La filosofia sigue siendo la gloria y el orgulio de Atenas, pero st contenida cambi6 considerablemente. Fn Ia descrip: ‘ign de Isderates ya no s6lo se trata de cultura general y cien- ica, sino de una formnacién para la vida, que transforma tas jones humanas y nos arma contta la adversidad. Pero en el resto de los saberes considero cabins (sophie) 2 quienes son capaces de aleanzar lo mejor con sus opiniones, y Hlosolos spk Iesophoi} a los que se dedican a unas actividades con las que répi damente conseguirsn esta int Isécrates distingue, pues, primero una sabidurta ideal, la enistémé, concebida como un saber hacer perfecto en el c portamiento de la vida, que sc fundamentarfa en una capaci 6 LA DEFINICION PLATONICA DEL FILOSOFO tica (sophia) que es un tacto adquirido por una solida forma- \cio, que permite poder tomar decisiones razona- bles, pero conjeturales, en las situaciones de todo tipo que se yesentan; por ultimo la formacién misma del fuicto, que no es ofia es, para él, indisolublemeate, el arte de decir bien y de vivir bien. et philosemie dans fa panes antique, Paris, 198, pp. 16-18. SEGUNDA ParTE LA FILOSOFIA COMO MODO DE VIDA V, PLATON Y LA ACADEMIA “EL Banquere” de Platén inmortali7é la figura de Sderates como filésofo, es decir, como hombre que intenta, al mismo tiempo por medio de su discurso y de su modo de vida, acercarse y hhacer que se acerquen los demés a esta manera de ser, a este estado ontologico trascendente que es Is sabidurta. La filoso- softs de la An- rendrn pes lar estrechamente, en LA FILOSOFIA COMO FORMA DE VIDA TEN LA ACADEMIA DE PLATON. El proyecto educador De nuevo tenemos que volver al estrecho lazo que vineule a Socrates y Eros, el fildsofo y el amor, en el Banguete de Pla- t6n. En él aparece en efecto el amor, no stile como deseo de lo que es sabio y de lo que es bello, sino como deseo de fecun- didad, es decir, de inmortalizarse produciendo, Dicho de otra mores creador y fecundo. Hay dos fecundidades, ima,! la del cuerpo y la del alta, Aquellos cuya fe- cundidad reside'en el ciierpo buscan inmortalizarse engen- drando hijos, y aquellos cuya fecundidad mora en el alma intentan la inmortalidad en una obra de la inteligens Titeraria o técnica, Pera Is forma mas elevada de im es el dominio de sf mismo y la jsticia, y se ejerce en la orga- hizacidn de las ciudades o de otras instituciones. Varios his toriadores vieron en ello, en esta menciéa de las “i Giones", una alusi6n ala fundacién por Platén de su escuela Benguet, 208 e LAFIEOSOFLA COMO MODO BE VIDA asemejanza de Eras, feuporei), sobre cémo debe ser el hombre bueno y io que “2 En el Fedro, Platén hablaré de “sembrar los ins excelente os ocuparse com eeviedad de esas cosas, cuando alguien, haciendo use de la dinléctica y buscando un alraa adecuada, lauta y siembro palabras con fundamento, capaces de ayudarse & y que no son estériles, sino por- L. Robin resumié estas temas platonicos de la siguiente manera: a fecunda no puede fecunda y fructifcar més que me- ovmercio cor of ala, en a Gal se bran reconoctdo sculdades nessa ee oes no pe mas que por la palabra viva, por le couversaciondlara quest pone una vida comin, } Braun pon cal lot haba concebido ta suya,en su esiado presente por la continuidad de la tradicién, sesagon * Descubrimos pues otro aspecto capital de la nueva defini- cién de la filosotia que propone Platén en el Barguete, ¥ que marcard de manera definitiva la vida filoséfica de la Anti- gtiedad. La filosoffa no puerle Nevarse a cabo mas que par la comunidad de vida y el didlogo entre maestros y discipu el seno de una escuela. Varios sigios después, Seneca’ slabard de nuevo la importancia filoséfiea de la vida en comin: Barquete, 208 be. fs Paris, 1981 sou PLATON YA ACADEMIA ° Le viva vor y la convivencia te seran mas stiles que Is palabra ‘escrita; es preciso que vengas @ mi presencia: primero, porque les hombres sm faa mas de la vista que del ofdo; luego, sorque el camino es largo a través de las praceptos, breve y efivaz a través de los ejemplos. Clsantes, el estoico, no hublese lmitado a Zeno si tan sélo le fblese escuchado: particips en su vida, peneiré en sis secretes, eximind si vivia sega sus normas. PlatGn, Aristoteles ¥ toda fs pleytde de sabios que habia de tomar rumbos opuestos, apzovecharon més de la conducta que de las ensefianzas de 1rc0 y Polieno no les hizo hombres en esa época, en fundar wa i aescolar consagrada a la educacisa filosofica. Otros discfpulos de Socrates, Antiste- nes, Buclides de Megara, Aristipo de Cirene, o un personaje como Iséerates, Io hardn al mismo tiempo que él, pero la ‘Academia de Platén tendré una considerable resonancia tan= to en su época como para Ia postetidad, por la calidad de sus iniembros y la perfeceion de su organizacion, En toda la his- toria de Ja filosofia ulterior encontraremos el recuerdo y la imitacién de esta institusion y de las discusiones y debates que tuvieron lugar en ella.* “Academia”, porque iss a dades de la escuela se levaban a cabo en salas de reunion que se encontraban én an gimnasio de los alrededores de Atenas, madv precisamente la Academia, y porque Platn habia adquirido, cerca de ese gimnasio, una pequefia propiedad en la que los miembros de fa escucla se podfan reunir 0 hasta vivir en comin? ‘ Séerates y Pitégoras Los antiguos decian que la originalidad de Platén consistfa en el hecho de que, en cierto modo, habla realizado una sintesis, entre Sdcrates, a quien conocié en Atenas, y el pitagorismo, 0 LA FILOSOFIA CoMO MODO DE VIDA que habria conocido durante su primer viaje a Sécrates habria recibido el método del didlog interés dirigido hacia los problemas de la conduceién de la vida; de Pitagovas habria heredade la Idea de una formacién pot las matemsticas y de una posible aplicacion de estas cien- ias al conoci i samiento, el Es indiscutible que Platén conocié a algunos pitagéricos: de hecho, los pone en escena en sus diilogos. Pero, debido a las weer bres de nuestros conocimientos nes futuras una “via”, una regla de "que distingue de los demds hom- bres a quienes la practican ¥ que atin existia en la época de Platén, En efecto, las comunidades pitag6ricas desempefia- ron un importante papel politico en las ciudades del sur de Italia y de Sicilia, Podemos creer legitimamente que la fun- dacién de la Academia fue inspirada tanto por el modelo de la forma de vida socratica como por el de la forma de vida pi- tagética, aun sino podemos definir con certeza las caracteris- ticas de esta altima." La intenci6n politica €s politica: cree en la post a por media de la educaciér imonio autobiogratico que da Platén en la Carta vit me- rece que se le preste atencién. Relata cémo, en su juventud; querfa, a semejanza de fos demas jévenes, ocuparse de los, ‘Nument, ff. 24, ed. y wad. des Places Comentari cine Teo, 7.24 Die 3, tad Festagie Repitaics, 600 b, J.P. Lynch, Antodle's School, p. 61 PLATON Y LA ACADEMIA n asuntos de la citedad; e6mo descubri6 entonces, por la muerte de Sécrates y por su examen de las leyes y de las costumbres, hasta qué punto era diffcil administrar de manera correcta los asuntos de la ciudad, para reconocer por ultitao que todas las ciudades existentes en su époce, todas sin extepcion, tenfan un régimen politico malo. Por ello, dice, "me vi iresis: levado a alabar la verdadera filosofta ya procla- ¢ puede reconocer en donde radica la ica y en la vida privada’, Pero no se smente de extenderse bablando de abstracciones, Para Platén, su “tarea de filosofo" consiste en actuar. Si in tenta desempefar tn papel politico en Siracuss es part no Pasar a sus propios ojos “por un hombte de labia” incapaa de actuar.”" En efec thos alumnos de la Academia desern- pefiaron un papel politico en diferentes ciudades, hese como, cansejeros de soberanos, o como legisladores, 0 como opost- tores a la 1s sofistas pretendicren formar a los j6venes para la vida politica, pero Platon quiso hacerlo dacan- dolos de tin saber muy superior al que 103 sofistas podfan pro- porcionarles, de un saber que, por una parte, se fandamentarfa ‘en un riguraso método racional, y que, por la otra, conforme a fa concepcidn soc separable del armor del bien vy de la transformacién interior del hombre, No sélo quiso for- mat habiles hombres de Estado, sino hombres. Para Wear a Platon debe pues hacer un in- ia comunidad intelectual y es piritual que se encargard de formar, tomsndose el tiempo que a hombres nuevos. En realidad, en este inmea- Aristotelee, insiste en el hecho de que sus miembros vivian como una comunidad de hombres libres ¢ iguales, en la medi Parente re "°K. Galser Ptdadems Academica, States, 1988, pp. 15398 n LA FILOSOFTA COMO MODO DE VIDA da en que aspiraban igualmente a la victud y a la investigacion ch comin. Platit no cobraba honoratios a sus alttmnos, en virtud del principio de que hay que dar fo que es igual que son iguales. Segtin los principi uno conforme a sus méritos y a sus vecesidades. aqui aue, persuadido de que el hombre no puede vi hombre mas que en una ciudad perfeeta, Platén querfa, en espera de que ésta se realizara, hhacer vivir a sus discipulos en las condiciones de una ciudad ideal y deseaba, a poder gobernar una ciudad, que pudiesen regir su pr: conforme a las normas de esta citdad ideal, '* Bs lo tara hacer, también, la mayoria de las escuel posteriores.!? En espera de poder dedicarse # una actividad politica, los miembros de la escuela se consagraran a una vida desintere- sada de estudio y de practica espiritual. A semejanza, pues, de ios sofistas, pero por otras razones, Paton crea un medio ‘educativa relativamente separado de la ciudad. Sécrates, pot su parte, tenfa otro conceplo de la educacién. A diferencia de los sofistas, consideraba que le educacién debia hacerse no en un medio artificial, sino, como sucedia en la antigua tredi- uma importancia capital al contacto vivi vez Platén comparte esta convicciéa. Eni \cto vivo'y del amor, pero, como lo dijo Lynch, in [a instituctonaliz6 en su escuela. La educacién se haré en el seno de una comunidad, de wa erupo, de un cfrculo de amigos, donde reinara una atmosfera de PLATONY LA ACADEMIA, 2 Formacion e investigacion en la Academia ‘Conocemos poco el funcionamiento instituctonal de fa Acade- ‘Como habrentos de repetirlo, ne hay que repiesentarse, fegorias de miemams: por una parte sdanes y profesores; pot la atra los mas javenes, los estudiantes. Estos th pel de Plat6n, Bl primer sucesor, Espeusipo, pasece haber sido elegido por el propio Platén. En la Antigiedad se constderaba sighificativo el hecho de que dos mujeres, Axiotes y Lastentia, hayan sido alomnas de Platon y de Espeusipo. Axiotea,?! se decia, habia llevado sin vergtienza el simple manta de los fil6- Jo que permite suponer que los miembros de la Aca- como o1r9s filésofos de Ia epoca, apreciaban ese tale imgufa de los dems. Podemos pensar, a juegar iciones posteriores de la escuela, que, aparte de jones, de las cursos y de los trabajos ctentificos, su corganizaci6n celebraba algunas comidas en comin.” ‘Ya hemios hablado de los miembros de més edad, que esta ban asociados a Platén en la indagacién y en la ensenanza. Espeusipo, Jenécrates, perranecié en la Academia 20 afios a titulo de discipulo, luego de profesor. Se trata de fildsofos y de sabios, sobre todo de astrénomes y de ma- ematicos de aka eategorta, como Eudorio y Teste. representacién de la Acedemia y del papel que en ella tensa Platén seria guizés muy diferente sise bubieran conservado las obras de Espeusipo, de Fendcrates ¥ de Eudoxi. Lynch, ap ei, pos SHES 993, 4 LA FILOSOFIA COMO MODO DE VIDA La geometrfa y Jas demds ciencias mateméticas tenfan un ‘papel de primera importancia en la formacién. Pero no repre- sentaban mds que ura ptimera etapa en Ia formacion del presentaciones sensi ca La geometria no solo era objeto de una ensefianza el mental, sino de profundas investigaciones. De hecho, es en la ‘Academia donde las matematicas conocieron su verdadero iento, Es alli donde se descubris la axiomatica mate~ mética que formula las presupos de los razonamier- tos: principios, axiomas, definiciones, postulados, y porte en orden los teoremas deduciéndolos uros de otros. Todos estos trabajos desembocatén, medio siglo después, en la redaccion por Buclides de sus famosos Elemerstos.** Segiin la Repriblica.* los futuros filésofos no deberan-ejerci- tarse.en Ja dialéctica ins que cuando hayan adquirico clerea madurez, y lo hardn durante cinco afios, de les 30 a los 35. No sabemos si Platén aplicaba esta regla en su escuela. Pero, los elercicios dialécticos tenian su iugar en la Acad léctica era, en la época de Se planiteaba una “tes! iva del tipo. cpuede ensei locutores atacaba la tesis, caba interrogando, es deci preguntas habilmente ele puestas tales que se viera tesis que pretendia defender. defendia. E} primero - haciendo at defensor dela ‘crates siempre te papel del interrogador y jamis el de quien contestaba, pues lied, 526; Phutarco, Propdsitos de mesa, ih, 718 24, of I Hadet ars libinais p98 fF. Lasterre, La nulssarte des mathumnasiques 4 Pogue de Plato PLATON YEA ACADEMIA, 15 confesaba no saber nada”. La dialéctica no solo ensensba a a conducir atinadamente interrogatorios, laensettanza,*t hasta el siglo 1a.C, La formacién dialéctica era absolutamente necesatia, en la tenia como centro el discurso gente para un perfecto dominio de la palabra y del razo- namiento. A los ojos de Platon de hecho era peligrosa, pues amenazaba con hacer creer los j6venes que se podia defer ‘exige de los interiocutores tina asces trazisformacion dé ellos, mismos. No se trata de una lucha eiftre 66 indivieluos en la que el més babi impondré su punto de vista, sino de un esfnerzo hecho en comin por dos inter locutores que quieren estar de acuerdo con las exigencias yacionales del discurso sensato, del logos. Oponiendo su método al de los eristicos comtemporaneos que practieabat la controversia por sf misma, Pl Y¥si, en cambio, como ahora ty yo, fuesen amigas los que auie rnacesatio entonces contestar de mancrs. la diseusién, Pero, tal ver, lo mas con ducente a la diseusion consista no sélo en contestar la verdad, sine tambiés con palabras que quien pregunta admita conoger. Un verdadero didlogo no es posible mas que si verdader mente se quiere dislogar. Gracias a este acuerdo entr renovado en cada etapa de la discusion, 10 ;nterlocutores el que impone su verdad por el contrario, el didlogo les ensefa a ponerse en del otro, Iuego a sobrepasar st propio punto de vista w LA FILOSOFIAa COMO MODO DE VIDA a su sincero esfuerzo, fos interlocutores descubren por sf mis- mos, y en.si mismos, una verdad independiente de medida en que se someten a una autoridad superior, ‘Como en toda la lilosofia antigua, \a fasofia con: movimiento por medio del cual hecho este logos no representa tna especie de saber absoluto; se ‘rats en realidad del acuerdo que se establece entre interlocuto- res que s ven Ilevados a admitir en comiin ciestas posi acuerdo cn el que rebasan sus puntos de vista porticalares.* Esta ética del didlogo no sc traducia necesariamente on un perpetue dislogo. Sabemos por ejemplo que algunos tratados de Aristételes, que de hecha se oponen a ta teoria platénica de dhs ideas, son manuscritos de preparacton a las lecclones ora- Tes que éste habja dado en Ia Academia; ahora bien, se presen- tan camo un discurse continuo, en forma didéctica.! Pero en efecto parece que. confortte a una costumbre que se perpe- tuo en toda la Antigtiedad, los auditores podtian expresar sus opiniones después de Ia exposicién.” Hubo seguramente muchas otras exposiciones de Espeusipo o de Eudoxio expre- sando cada uno puntos de vista muy diferentes. Habia pues una bisqueda en comdin, intercambio de ideas, y se trataba una vez mis de una especie de didlogo. Platén® conccbfa de hecho al pensamiento come wa a nto y el dis- curso son, sin duda, la misma cosa, pero zh !e hemos puesto uno de ellos, que consiste en un didlogo interior y silencioso del alma consige misma, el nombre de razonamiento?” La eleccion de vida platénica Es, pues, esta ética del didlogo la que explica, como acabamos de entreverlo, ia libertad de pensamiento que reinaba ea a =cp ehaften und der Li MT Dag, Ai 2b ean. 172 DSof debe und Lebenst S Akademie der Wissens- 1994, fascieul 8 p. PLATONY LA ACADEMIA 7 Academia. Espeusipo, Jenécrates, Eudoxio o Aristoteles pro” fesaban teorias que no estaban en nada de acuerdo con las d& ‘odo acerca de Ia doctrina de las Ideas, y hasta {én del bien, puesto que sabemos que Eudoxio pensaba que el bien supremo eta el placer. Estas controver sias, que fueron iitensas entre los miembros de la escuela» Gejaron kuellas no sdlo en los dialosos de Platén o en Aristo- lent Academia era un lugar de | habla oitodoxia de escuela ni dogm ‘Si jodeinos preguntarnos sobre qué podia funda- id ce la comunidad. Es posible decir, creo yo que si Platén y los demas profesores de la Academia estaban en desacuerdo sabre puntos de doctrina, admitian wodos 312 embargo en diversos grados la eleccién del mado de vida, de Ia forma de vida, propuesta por Platén. Esia eleccién de vida carecer, primero en adherirse a esta ética del didtogo, de la que acabamos de hablar. Se trata, precisamente valvienda ala expresion de J, Mitelstrass,® de una “forma de vida” que practican los inteslocutores porque, en Ja medida bn que, en el acto de! didlogo, se plantean como sujetas per tambien se superan a sf mismos, experimentan el logos, uC Jos trasciende y, finaimente, este amor al Bien, que supone todo esfuerzo de didlogo. En esta parspectiva, el objeto de 1 discusién y el contenido doctrinal tiencn una importa secundaria. Lo que cuenta es la prictica del didlogo transformacién que provoca. A-veces hasta la funcién del dis logo sera enfrentarse a la aporia y revelar asi los limites d=) lenguaje, a inmposibilidad en la que a veces se encuentra un de comithicar la experiencia moral y existencial. Finalmente, se trataba sobre todo, segtin a expresion 2 L. Brisson, © de "aprender a vivir de manera filoséfica”, con UF alin comin de practicar una investigacién desinteresada, &™ 2 0f la obra de H.-J. Kramer, mencionada enti pa. 6 b iM suc aber den sokralschen Dialog", Das Gesp@- 8 LA FILOSOFTa COMO MODO DE VIDA tuna conversi6n® que pone en juego "toda el alma’ toda la vida moral. En efecto, la ciencia o el saber jamais son para Platon un canocimiento puramenté teérico y absiracto, que se podria “poner ya hecho” en el alma, Cuando Séerates, como ya lo vimos,” decfa que la virtud es un saber, no enten- dia por saber el puro conocimiento abstracto del bien, sino un conocimiento que elige y que quiere el bien, es decir, una disposicién interior en la que pensamiento, voluntad y deseo no son mas que uno. También para Platén, si la virtud es cieneia, la ciencia es ella misma virlud. Podemos pues pensar que en la Academia existfa una concepcién comein de Ja cien- cia como formacién del hombre, como lenta y duca- cidn del caracter, como “desarrollo armonioso de toda la personalidad humana’, finatmente como modo de vida, desti- una vida buena y por consiguiente la ‘saivacién’ del alns ‘Allos ojos de Platén, la eleceién del modo de vida Bloséfica era Jo mas esencial. Es de lo que imonie la narracién de Er en la Reptiblica, que presenta miticamente la eleccién como si se hubiese hecho en la vida anterior** Ali estaba todo el riesgo pata ol hombre, queride Glauedn. Por este motivo se deben desatender los otros estudios y preocuparse al maximo solo de éate, para lnvestigar y conocer si se puede des cubriry aprender quien fo hard capary entendide pare di el modo de vida valoso del perverso, y elegir siempre ex todas partes lo mejor ex tanto sea posible. PLATON YLA ACADEMIA, 7” Ejercicios espiriruales ssa senda’ Este tipo de vida supone ademss un ester considerable, que es necesario renovar cada dia. Con respecto aeste tipo de vida, se distinguen los que “filosofan en verdad” de los que “no filosofan en verdad”; estos dltimos no tienen mas que wn harniz exterior de opiniones superficiales.”” A este tipo de vida alude Plat6n cuando evoca la figura de su dis- ‘fpulo Dién de Siracusa. Consiste “en hacer sas caso a la vir~ ‘ud que al placer”, en renunciar a los placeres de los sentidos, en observar también clerto régimen afimentario, en “vivir cada dia a fin de volverse lo mas posible duefo de si”, Como lo mostré claramente P. Rabbow,® parece que en efecto en In Academia s¢ estilaban ciertas practices espirituales, cuya huclla encontramos en varios pasajes, En las dltioas pagi ue es neces es mas que vanera que se ponga en ar- monfa con el universo y se asimile a la divitidad. Pero no da detalles sobre la manera de practicar esos ejercicios. Bs en otros dislogos en donde es factible encontrar interesantes precisiones, Podrfamos hablar de “preparaci6n para el suefio” cuando Platén® evoca las pulsiones inconscieities que ris Tevelan los suetios; por ejemplo, esos deseos "terribles y salvajes” de vio~ lacién o de homicidio que hay en nosotres. Para no tener ese \ipo de stefios hay que prepararse de noche esforzéndose por despertar la parte tazonable del alma mediante discursos interiores e indagaciones referentes temas elevados, dedi- céndose a la meditacién, y calmando asf el deseo y la edlera. Rabiow, Paidagogis. Die Geundlegung dev aberdlandicche Rxsephongs- in dor Soba 80 LA FILOSOFIA COMO MODO DE VIDA Sehalaremos per otro lado que Platént# recomienda dormir pgco: “No hay que guardar del sueno més que lo que es ti para [a salud; ahora bien, esto no es mucho, en cuanto esto ha Megado a Otro ¢} capaces de cambiar nuestras disposiciones interiores. Nos diremos asi que no sabemos lo que es bueno y lo que es malo en esos tipos de acciderites, y que no sirve de nada indignarse, que ninguna cosa humana merece que se le atribuya dema- siada importancia y que, como en el juego de dados, hay que tomar en cuenta las cosas tal cuales son y actuar en conse- La mds célebre practica es el ejercicio de Jan Platén hace referencia en el Fedsn, que relata precisamente la muerte de Socrates. En él, Socrates declara que un hombre que se pasé la vida en Ja Filosofia posee necesariamente el valor de moriz, puesto que la filosofia no es mas que un ejercicio de cuerpo. En efecto, el cuerps nos causa a las pasiones que engendra, a las necesidades que nos im- pone. Es, pues, necesario que el filosofo se purifique, es deci que se esfurerce por concentrar y recoger el alti, liberarla la dispersion y de la distraccidn que Je impone el cuerpo. Ag pensaremos en las largas concentraciones de Socrates en mismo evocadas en el Barquete, durante las cu nece inm6vil, sin moverse y sin comer. Este ejercicio es ins solublemente ascesis del cuerpo ¥ del pensamiento, despojo de las pasiones para acceder 2 la pureza de la inteligencia. El didlogo es ya, en cierto sentido, un ejercicio de la muerte. Pues, como le dijo R. Schacrer,* “la individualidad corporal deja de existir en el momento en que se exterioriza en él 0 del mismo tipo om el Critdt, of. Martens, Die 'R. Di Giuseppe, Fa teoria della morte nel Fedawe es PLATON Y LA ACADEMIA ai Jogos", Este fue uno de los temas favorites de! pensamiento del afiorado B. Parain:** “El lenguaje no se desarrolla mas que sobre la muerte de los individuos". Fn la perspectiva del relato de la muerte de Sécrates que es el Fedén, vemos pues que él “yo" que debe morit se trasciende en un “y ajend a la muerte, porque se identifies con ento. Eso es lo que da a entender Sécrates al fi didlogo:* "No logro persuadir, amigos, a Critén, de q soy este Socrates que ahora esté dialogando y ordenando cada una de sus frases, sino que cree que yo Soy ese que verd ‘un poco mas tarde muerto”, Si en el Feddn se presenta este ejercicio como un ejercicio de la muerte, que pi muerte, en ia Repiiblica® pare alma o de mirada desde arriba di tuna espe ida a la real La mezquindad es, sin duds de suspirar mano L. YY aquel espivitu al que corresponde Ia cantemplacidn sublizne del tiempo todo y de toda la realidad, zpiensas que puede creer ‘que la vida humana es gran cosa muerte como algo que hubiers que emer. lo ings opuesto @ un alma que haya ilidad fntegra de lo divine y la hu» Aqui, de nuevo el gjercicio que cons mente. de punta de vista y en abrazar la Yotalidad de la real in universal permite vencer ef.temor a la La grandeza del alma se revelaré asi como el fruto de rsalidad del pensamiento, Fl filésofo descrito en el Teereto% dirige la misma mirada desde arriba hacia las cosas de aqui abajo, Su pensamiento pasea por todas partes su vue~ Jo, en los astros y sobre la tierra. A eso se debe que Platén lo describa con buen humor, como un extrafio perdido en el mundo humano, demasiado humano, y corriendo el riesgo, af igual que Tales el sabio, de caer en un pozo, Ignora las luchas © B.Parain, “Le langage et existence", en el ibro colective L'Bxistence, 82 LA FILOSOFIA COMO MODO DE VIDA por las magistraturas, los debates politicos, los festines ame- nizados por flautistas. No sabe ni litigar en ol teibunal, ni in- juriar, ni alabar. Las mayores propiedades le parccen poca Cosa, “habituado como est a abarcar con la Jos no fil6sofos; éstos ida sino porque se com- Teeteto es que si ciudad, es a los ojos de la gencralidad de los hombres a quie- nes la ciudad corrempié y que no reconocen como valores En cierta medida, la ética del didlogo que es, en Platén, ol 10 espiritual por excelencia, se vincula con off0 proce- Ila sublimacién del amor. Segtin el mito de Ia preexistencia de las almas, el alma Vid, cuando atin 70 habia descendido al cuerpo, ias Formas, las Normas tras~ cendentes. Al caer en el mun: je las olvide, y ya ni si- ra puede reconocerlas intuitivamente en las imagenes gue encontraré en el le. Pero solo la Forma de fa en esas Ima- .on los cuerpos bellos. La emocién, ante tan bello cuerpo es pravocada inconsciente de la visién que tuvo de la be~ jencia anterior.»? Cuando el alma |de amor terrestre, es esta belleza trascendente In que Ia atrae. Aqui encontramos el estado del fildsofo del que hablaba el Banguere, estado de extraneza, de contradiceién, de desequilibrio interior, pues el que ama esté desgarrado entre su deseo de p27 PLATON YA ACADEMIA, 8 ‘mado y su impulso hacia ta belieza trascendente que lo atrae airavés del objeto amado. El sublimar su am Su amor, como lo di dard esa fecundidad spiritual que se manifestar4 en la practice del discurso flo- séfico, Pademos descubrir agut en Platén fa presencia de un elemento irreductible la r 3d discursiva, heredado de Socrates, el poder educador de la presencia emorosa:* "No aprendmos mis que de quien amamos."* ‘Por ois lado, bajo el efecto de la atraccidn inconsciente de a Forma de la belleza, \a experiencia del amor, dice Diotima en el Banguere,* se elevard de Ia bellera que esté en los cuer pos ala que 1ego on las acciones y en tas, ciencias, hasta la si in de una belleza maravillosa y loga a aquella de la que goza el ini- pera tods enth- en ef alma la virtud. La mnces Ia experiencia vivida de wma pré- cia, De la experiencia de la presencia del ser amado nos de uma presencia trascendente. cieneia, ea Platén, macion del set, es "Fi concepto hasta la geo jento que compromete la totalidad del alma, que sicmpre esta vinculada con Eros, con el deseo, con el impulso y con la elecciéa. “La nocién de conocimienio puto, es decir, de puro entendimiento, decfa tambien Whitehead,* es totalmente ajena al profesotes atin no habi © Feito, 253 Cf supra, pp. 42-43. Goeth, Convereaciones eon Beckermet, 12 de mayo do 155, Maacionady por A, Parmentisr, Lg pilosophie de Whitohead et le prob lame de Dice, Par, 1968, p.222, 1.83: leoncepto siempre esta rarest de 84 LAFILOSOFIA COMO MODO DE VIDA EL DISCURSO FILOSOFICO DE PLATON Hasta aqui no hemos hablado mas que del dislogo oral, tsl como debfa practicarse en la Academia, pero del que no po- demos darnos una idea mas que mediante los didlogos que encontramos en Ia obra escrita de pleando la formula "...dice Platén’, Sin embargo, este giro es muy inexacto, pues en su obra escrita Platén no dice nada en re. Cuando, antes que él, Jendfanes, Parméni- los sofistas y Jenofonte no se habian privado wen primera persona, él hace hablar a personajes fic- ticios en situaciones ficticias. Solo en la Carta vit es donde hace referencia a su filosoffa, describiéndola de hecho mas bien como un modo de vida y mas que nada declarando que sobre lo que es objeto de sus preocupaciones no redacté nin- guna obra escrita y que jamds la habré, pues se trata de saber que de ninguna manera puede ser formulado a sem Janza de los demas saberes, pero que surge en el alma, cuando se ha tenido una larga familiaridad con la actividad en la que consiste y a la que se ha consagrado la vide dialogos, En ac muy supe: lastlica escrito, Es que en cl discurso oral** estd la presencia concreta de un ser vivo, un verdadero didlogo que vincula a las dos almas, un intercambio en que el disett™ so, como dice Platén, puede contestar las preguntas aue se le hacen y defenderse a si mismo. El didlogo es pues person lizado, se dirige a tal persona y corresponde a sus posi dades y a sus necesidades, Como en la agrieultura se requier? de tiempo para que la semilla germine y se desarrolle, 3e ne cesitan muchas conversaciones para hacer broiar en el alia Gel interlocutor un saber, que, como lo dijimos, sera idéntico a la virtud. Fl didlogo no transmite un saber ya hecho, una informacién, sino que el terlocutor conguista su saber por +, 294 6300, sobre fos inconve PLATON Y LA ACADEMIA 85 ropio esfuerzo, lo descubre por sf mismo, pien- no puede r [as preguntas, es impersonal, y pretende dar d inmediato un saber ya hecho, pero que no ticne Ie dimension tica que representa una adhesidn voluntaria. Sdlo hay ver- dadero saber en el didlogo vivo. Si, a pesar de eso, Platén esc: logos, quizds sea pri- mero porque quiso dirigirse no sélo a los miembros de su escucla, sino a ausentes y a desconocidas, “E] discurso escrito va a rodar por todos lados.”** Los didlonos pueden ser consi- derados obras de propaganda, adornados con todos fos pres- tigios del arte literario, mas destinados a convertir a Ia filo- sofia. Platon los lefa en las sesiones de lecturas pablicas que eran, en la Antigtiedad, el medio para darse a conocer. Pero los diélogos llegaban también lejos de Atenas, Es asi como Axtotea, una mujer de Fliune, hat de la Repiiblica, los historiadores antiguos pretenden que oculte durante mu- cho tiempo que era mujer. En una Vida de Plat6n.”' que data de gente a filosofar, pero, por atro lado, muchos de fllosofar de manera superficial’ ‘Mas, pata convertir a este modo de vida que ¢s es necesario dar una idea de lo que es | con este fin la forma del dialog: Primero, el género literario del didlogo "socrat gue pone en escena como interlocutor principal ak ptopio Socrates, esté muy de moda en su época. Y precis: didlogo “socratico” permite hacer resaltar la ética del Pructicada en Ia escuela de Platén. De hecho, pocemos leeiti- mamente suponer que algunos didlogos nos traen un eco de lo que fueron las discusiones en el interior de la Academia. Solo seialaremos que, muy vivo en Jos primeros dialogos, bersonaje de Sécrates tiende a volverse cada vez mas abst 8s LAFILOSOFIA COMO MODO DE VIDA to en los didlogos mas dios, para por tltimo desvanecerse searia encontrar ea ellos agregan las numerosas incoherencias doctrinales que se pue- den descubrir cuando se pasa de un didlogo a otro." Todos Ios historiadores s¢ ven obligados a admitir Finalmente, ade- mas por diversas razones, que los dialogos no nos revelan mis que de manera muy imperfecta lo que podia ser la doc- trina de Platon, que estén “mas ac4 de le filosofia platonica”™ ¥ "que no nos transmiten mas que una imagen particular- ‘mente empobrecida y limitada de la actividad de Platon en la ‘Academia’ ‘V. Goldschmidt,” de quien no se podrla sospechar que de- seara minimizar el aspecto sistematico de las doctrinas, pro- puso la mejor explicacién de este hecho al det inteneidn profunda dé la Platén, ‘gue no consiste ientar en el ejemplo del didlogo al que el lec lusion de asistir, Ias exigen- cias de la razon y finalmente ta norma del bien En esta perspectiva de formaci6n, el papel del didlogo es- crito consiste primero én cnsefiar a practica® prk los miétodos de la razén, métodos dialécticas y también geo- PLATON Y LA ACADEMIA a in dominar en todos los éml in. Eso es lo que da 2 enten- larga discusién que iatrodujo en que peemit medida y de in, 2 propésito de roblema o, mis bien, hacerlo 1 fin de que pueda resolver puesto 0, mais bien, para Lipo de cuestiones? del problema planteado dela manera més posible no debe ser mas que una preacs- ppscign secundaria y no un fin principal, si ereemos a la razén, que os preseribe atribuir mas bien nuestra estima y la mayor fm Esto no excluye el hecho de gue Jos diglogos tengan tam- bién cierto contenido doctrinal,” puesto que suelen plantear eciso y proponen o intentan proponer una rene, pero no sun ecesariamente coherentes los unos con los otros. Es notable 10 el Parménides 0 el Softsta por ejem- las condiciones de posibilidad de dialo- gor exactamente se esfuerzan por aclarar todas las presiposi icitas er la ética del verdadero didlogo, es dectr, en Ja eleecisn del modo de vids platénico, Para poder entenderse, ms atin para poder entenderse al elegir el bien, es necesario suponer en realidad la existencia de “valores normativos”, ine nies de las circunstancias, de las canvenciones y de duos. gue funcamenten la racionolidad y la rectitud 88 LA FILOSOFIA COMO MODO DE VIDA del discurso:” "si alguien... no admitiese que hay Formas de las cosas que son y se negase a distinguir una determinada For- rho tendré adénde La afirmacion de las Formas es pues inherente a todo logo digno de ese nombre, Pero entonces se plantea el proble- ‘ma de su conoci (en efecto, no se les puede conocer de poner su teoria de las formas bles, y por consiguiente se verd obligado a la discusién de los problemas que plantean su existencia y sus relaciones con las ‘cosas sensibles, El discurso filosofico de Platon se fimdamenta por tanto en la eleccién deseada de dialoger, luego en la expe- iencia concreta y vivenciada del dialogo hablado y vivo. Se refiere esencialmente a la existencia de objetos inmutables, es garantes de la re sna [a existencia alma, que, mas que el cuerpo, asegura la identidad del duo.* Lo comprobamos ademas en la mayoria de los 208, estas Formas son sobre todo los valores morales, que fundamentan nuestros juicios acerca de las cosas de la vida humana: se trata ante todo de intentar determinar, en la vide det individuo y de la ciudad, propia de cada cosa, es punta a punta de los didlogos: lo que es bel lo que est dien.* El saber platdnico, a semejanza del saber socritico, es ante todo um saber de los valores. R. Schaerer escribié: “La esencia del platonismo es y si gue siendo por tanto supradiscursiva’. Con eso queria decir que el didlogo platénico no dice todo, no dice lo que $01 Normas, no dice lo que son las Formas, ni la Raz6n, ni el Bien, si la Belleza: todo esto es inexpresable en el lenguaje ¢ inac- cesible a toda definicin. Se experimenta o se le muestra en el armies, el Pdr, el peimet Alc a Caren ‘Schaerer. op | PLATON Y LA ACADEMIA we logo y también en el deseo, Pero nada se puede decir de Este mod un papel capi antigua encontraremos estos dos polos de Ia a fica que acabamos de distinguir: por una parte, ls eleccisn y la prdctica de un modo de vida; por la otra, un discurso filo» séfico, que, al mismo tiempo, forma parte integrante de este modo de vida y hace expi ss presuposiciones tedricas, implicadas en este modo de vida, un discurso filosdfico que, inembergo, al final parece incapaz de expresar lo que es esen: para Plat6n, las Formas, el Bien, es decir, lo que se experi de una manera no discursiva, en el deseo y en el didlogo, VL ARISTOTELES Y SU ESCUELA LA FORMA DE Vina “TEORETICA’ representacién que solemos tener de la filosofia de Aris- ‘les parece contradecir por completo la tesis fundamental ‘que defendemios en esta obra y segtin la cual la filosofia fue concebida por los antiguos como un modo de vida. En efecto, no podemos negar que Arist6teles afirma con énlasis que el saber mas elevado es el elegido en funcién de él mismo, por tanto aparentemente sin ninguna relacion con el modo de sida de aque! que sabe. Sin embargo, esta afirmacion debe ser sittuada en el mareo general de la representacién que Aris iene de los modas de vida y que revela el objetivo que signa a la escuela que ‘ip6 diirante mucho 5 poco probabl 335 fundd en Atenas sa propia escuela filoséfic a actividad se ejercfa en el marca dei girmasio llamado el Licco, no lo haya influido el modelo de Ia Academia, deseaba proponer a su escuela fines diferentes de los de la de Platén, Pescubrimos en el origen de la esextela de Atistoteles, como en el de la Academia, el mismo deseo de crear una institucién ‘adera.? El nombramlenta del sucesor de Aristoteles 5 face por eleccién y también sabemos que uno de los mien dtos de Ia escuela se encargaba de la administracion material de la institucién, Jo que hace suponer cierta vida en comin. Al igual que en la Academia, hay dos tipos de miembros: los antiguos, que participan en Ja ensefianza, y los jévenes. y hay, como en la Academia, cierta igualdad en: i ARISTOTELES Y SU ESCUELA * ejemplo Aristételes, Teofrasto, Aristoxeno y Diecarvo, El acct? a laescuela es asimismo totalmente Pero existe una profuunds diferencia entre el pro apunta la escuela de Aristételes y el proye: escuela de Platon tiene esencialmente una zum sien ella se leva a cabo una gaclon matemstica y de di ue basta ser filésoto ps hay pues unidad entre filosot escuela de Aristoteles, como wrepara mas cue para la vida fi Cay politica se dirigiré a un publico mas vasto, a hombres politicos, exteriores a la escuela, pero que desean instruisse sobre la inejor manera de organizar la ciudad. En efecto, la felicidad que el hombre puede encontrar en Is vida politica, en la vida activa (es la dicha a2 proporciona la practica de la virtud ea la ciudad), y el gost filos6fico que coresponde a la theoria, es decir, a un tipode a Ia actividad del ententi- idad pol ta cudad: a sus ojos el contrario. a “vida segim cl entendimiento’,? que se sitiae® Jada del hombre, correspor- ey sustraida de los tna "a. No esté sometida s las ud, Brinda place dolor 0 con Ta impureta idos. Estos placeres son ademés mayo- es para aquellos que alcanzan la verdad y la realidad gue diendo a su parte més al gue conlleva i Rachrchs sur appre raze Tee Phulosopiiccerlairiek, 78, 1988-0959, pp 2 126'3 30; Mich, Lalit grecgue aca toe 6.6, Rodier, Bes de Aeistotcles. Buca a > Bteaa Niedmnaco. % 2 LAFILOSOFIA Como MoDo DE VIDA para los que ain la buscan. Asegura la independencia con respecto al otro en la medida, precisa Arisidteles, en que por otra parte se est seguro de una independencia con resbecto a agra a Ia actividad del ‘uno depende mas que de si mismo; su actividad ser quizs mejor si tiene colaboradores, pero cuanto més sabio sea, mds podré estar solo. La vida conforme al espiritt uo busca © come resultado mas que ella misma, es pues amada por si ‘misma, ¢s para s{ misma st propio fin y, se podria decir, su pro- pia recompensa. La vida conforme al espfritu brinda también la ausencia de ', perturbaciones. Al practicar las virtudes morales nos encon- ‘tramos en plena lucha contra kas pasiones, pero tambien contra muchas preocupaciones materiales: para aciuar en la ciudad hay que intervenir en las luchas politicas; para ayudar a los dems es necesario tener dinero; para practicar la valentia hay que ira la guerra, Por el contratio, la vida filos6fica no pue- de viviese mas que en el tiempo libre, mediante el desprendi- miento de las preocupaciones forma de vida representa “el hombre no viviria de esta manera en cuanto hombre, sino en cuanto que hay algo divino ene!’ » trasciende constituye su verdadera personalidad, como esencia,consistiera en estar por encima de si mismo: “La mente ¢s nuestro yo en la medida en que representa lo que decide y lo que es mejor", Como en Platén, la eleccién filosdtica conduce asf al yo individual a superarse en un yo superior, a elevarse aan punto de vista universal y trascendente, En cierto sentido, en Aristételes, esta paradoja inherente a 172 B27 y De le peneracit de fos animales, 8, 737 a2. ARISTOTELES ¥ SU ESCUELA 9% la vida del espfritu corresponde a la paradoja inherente @ la nocién de sal Platén. En él por consigu jurfa se describia camo un estado jombre y sin embargo (teles no afirma que esta vide del espiritu sea que debamos contentamos con progresar hacia el reconoce que no podemos aleanzarla “mas que en la medida ae lo posi la distancia que separa al hombre de Dios y, diremos, al fildsofo del sabi también admite que no podemos alcanzarla mas que en escasos momentos. Cuando Aristoteles'" desea hacer comprender lo que puede ser el modo de vida del principio primero, el Pen- samiento, del que estn suspendidos el mundo de los astros y el de la naturaleza sublunar, declara gue “f,..] su actividad es como la mas perfecta que nosotros somos capaces de realizar por un breve intervalo de tiempo; é) esta siempre en tal esta- do, algo que para nosotros es imposible” Para Dios el acto de contemplacisn es la beatluud soberana “Si pues Dios est perpetuamente en un estada de goce com- parable con aquel en el que a veces itos sucede encontrarnos, y si se halla en un estado de goce atin ma- ‘yor, 80 €s todavia mas mata contemplacién del Intelecto re ms que en raros momen- tos, pues lo propio de jn humana es no poder estar continuamente en aceién."” Lo gue supone que, el resto del tiempo, el filtsofo debe contentarse con esta que consiste en buscar- Hay diversos grados en la actividad de theort. Resulta que entonces, para Aristételes, en un modo de vida “teorético". A este respecto es importante ‘no confundir “teorético” con, “te6rico”, “Teérico” es una palabra aie en efecto tiene un origen grieyo, pero que muncs meniciona Aristételes, y que significaba, en un registro que no era floss. of LA FILOSOPL4 COMO MODO DE VIDA ‘que se refiere « las procesiones", En el lenguaje mo- tin diseurso ropio Aristételes sole emplea la a pata designar, por tina po! el modo de conocimiente cu: 9 obj pot Ia otra, el en consagrar su vida a este modo de conaci- ida, “leorético” no se opone a "préc: cho de otra manera, "teorético” puede apl practicada, vivida, activa, que brinda fel tteles lo dice explicitarmente:® La vida préctica so se dirige necesariamente hacia el otro, como Jo piensan algunos, y no solv son “practicas” los pensamientos ‘que apuntan a resultados que serén producto del actuar, pues son “précticas’, atin mucho mas, las actividades del espiritu (thecr¥ai) las reflexiones que tfenen su fin en sf mismas y son desarra- Hadas con miras a ellas mismas, En las siguientes Imeas, Aristoteles da a entender que el mo- delo de esta accién contemplativa es el propio Dios y el uni- verso, que no cjercen ninguna accién dirigida hacia el exterior, sino que se toman a sf mismos como objeto de su aceiés Aqui aparece, de muevo, que el modelo de un con que no busca como meta mas que a si mismo es el Intelecta Pensamiento que se piensa, que mo tiene ni otra ob- mo, ¥ que no se interesa en otra cosa. iempo una ética ‘como fin mas qu ingita a a) cons| ARISTOTELES ¥ SU FSCURTA 95 en desear el conacimiento por sf mismo sin perseguir ningtin otro interés particular y cgoista que seria ajeno al conaci- miento. Es una ética del desinterés y de la objetividad, ‘Los DIFERENTES NIVELES DE LA Vis “rEORETICA” Si consideramos las actividades de rigor en la escuela de Aris- tteles, es muy cierto que nos veremas cbligadas 2 reconocer que la vida filosética se presenta con los rasgos de lo que s= podris llamar una gran empresa cientifiea, En esta perspecti va, Aristoteles revela ser un gran arganizador de Ta Inve gacion.# La escuela de Aristoteles se consagra a una inmensa busqueda de informacion en torios los campos. Se retine todo tipo de datas hist6ricos (por ejemplo la lista de los vencedores en los juegos piticos), sociolégicos (las constituciones de las, diferentes ciudades), psicol6gicos 0 flosdficos (las opiniones de Jos antiguos pensadores}. Se recogen también incontables observaciones z50légicas o botinicas. Bsta tradici6n seguirs siendo honrada, a lo largo de los tiempos, en Ta escuela aris- no estén destinados a satisfa- idad, pues el investigador aristotélice no , cin y el razonamiento, xy gute confiar mds.en b 's hechos que en los razonamientos, y en en la medida en que concuerdan con los, Es puts indiscutible que, para Arist6teles, Ia vida del esp 2 tpPatin arcs, Midler 1968p a2 oF, Bourgey, Observation ct expérience chez Aristote, Paris, 1953, pp. 69 yes ° De ta genoracon dl fos animales, 760 b 30, 96 LAFILOSOFIA COMO MODO DE VIDA ritu consiste, en gran medida, en observar, en investigar y en reflexionar acerca de estas observaciones. Pero esta actividad se hace con cierta Intencién, que podrfamos atrevarnos a de- finit como tna pasion ca josa por la realidad, en todos sus aspectos, ya sean modestos 0 sublintes, porque en todo se encuentra un sello de lo divino, Nada es més instructivo a este respecto que las primeras pat tratado de Aris Las partes de los artimales,#? en el que taal mismo tiem- po los campos y las mativaciones de la investigacion. Tras haber distinguido, en engendradas e incorrupti 3S que estan sometidas a la generacién y a fa destruccién, Aristételes opone los medios que tenemos para conocel En lo que se refiere'a las sustancias cternas, es decir, a los astros y a las esferas celestes, nuestros conocimientos son uy escasos a pesar del gran deseo que tenemos de conocerlas, mientras que en lo que se refiere a las sustancias perecederas, que estén a nuestro alcance, disponemwos de muchos datos. Y la razén por la que Aristételes invita a consagrarse al estudio de estos dos campos de la realidad es el placer que procura su conocimiento:” Los dos estudios tienen eada uno su atractive. Bn lo gue se reflere: 2 los seres eternas, a pesar de que sélo los palpamos paco, sin embargo, debico a la excelencia de ese conocimento, nos brin nas alegria que la que podriamos obtener de las cosas que asta a uestre alcance, asi como la visién fugitiva y parcial de las pet sonas amadas nos da més alegrfa que la observaci6n presisa de muchas otras cosas, por grandes que sean. Pero por otro lado, en) To que se refiere a la certeza y Ja amplitud de los conocimnientas, la Gioncia de las cosas terrestres In ventaja Algunos, continda Aristétctes, diran quizés que para estu- diar la naturaleza viva hay que dedicarse a realidades despre- ciables. Aristételes contesta a este escrtipulo evacando de nuevo el placer de Te contemplacion: ARISTOTRLES ¥ SU ESCUELA or A decir verdad, algunos de estos seres no ofrecen un aspecto ‘2gradable; sin embargo, la Nataraleza que Ios fabrics con arte procura placezes indecibles a quienes, cuando los contemplan, pueden conocer las causas y son flésofos de raza. Y ademés, seria poce razonable y absurdo que encontréramos placer en contem- plar las imagenes de esos seres, porque en ellos captasemos al mismo lempo al arte, por ejemplo del escultor 0 del pintor que los fabricd, pero que, al examinarlos aisladamente elaborados por la Naturaleza, no experimentaramos une alegria aun mayor ante esta contemplacién, por lo menos si podemos comprender sus ccauisas. No hay pues que abandonarse a una repugnaneia pueril menos nobles. Pues en todas las las palabras que Jeros, quieaes, eb el momento tarse frente a su fogon; Ios invit6, en elect profundas tendencias que ani- 1 modo de vida teorétie, Si seres de ve tarlas las cosas, dice Arisi6teles,* como el objeto de su amor mueve al amente. A eso se debe que los astros y las esferas celestes, que son ellos mismos principios de atraccién; nos producen tanto placer cuando los observamos como la visién, fugitiva e impzecisa de la persona amada, En cuanto al estu- dio de la naturaleza, nos proporciona placer en !a medida en que descubrimos en ella un arte divino. El artista no hace ms que el arte de la naturaleza y, en cierto sentido, el arte humano no es mas que un caso paiticular del arte funda- mental y original perteneciente a ls naturaleza, Por eso la be. lleza natural es superior a toda belleza 2: Pero, se did, hay cosas repulsivas. Sf, pero, zno se vuelven bellas para Bb, taftsiea, 8 LAFILOSOFIA COMO MOO DE VIDA nosotros cuando ¢] arte las imita?® Si nos complacemos al ver la reproducctén que hace el artista de Sefialemos de paso que es precisamente.en la época helenistica, que se inicia et arte griego se vuel personajes de clase nes la habilidad de la naturalera, sobre todo porque es del in- terior de donde hace crecer a los seres vivos, que es en cietto modo un arte inmanentc? Nos complaceremos estudiando todas las obras de la naturaleza si buscamos su intencion, fa Jinalidad que persiguié su accién. Scgrin Aristoteles, presentimos asi en la naturaleza una pre- sencia divina, Fs el sentido de la frase de Herdclito que evoca, Los extranjeros que Megan a visitar al flésofo esperan ser recibidos en la habitacin principal, en Ia que se encuentra el hogar de la casa en que arde él fuego en honor de Hesi pero Herdclito los invita a acercarse a la estufa de la cocina; ues todo fuego es divino, Esto significa que lo sagrado va no imita a ciertos lugares tar de Hestia, sino que toda la realidad fisiea, Los seres parte de divino. Deciamos, a propésito de Platon,” qu expetimenia en la contemplacivin de los sezes es el que ses I contemplar ai ser amado. Para el fl6so! » porque sabe situarlo en la perspectiva leza y det movimiento general y jerarquizado de todo el w verso hacia el principio que es lo supremo deseable. Este ® Postica, 1448 b 10. Age, the Greek p25; zelacion entre fa filostia yal arte Robert, “Heracic 8 soa fousncaus, en L Riker, Serpe itnora ARISTOTELES YSU ESCUELA 8 estrecho lazo entre conot Ja formula de la Metafisi jento y afectividad se expresa en “Lo supremo deseable y lo su «an el conosimiento de los seres ¢s porque finalmente no desea induce a'lo supremo deseable, Podrta- a citando la observacion de Kant: ‘teresarse al punto por las bellezas de la naturaleza [...] siempre es indicio de un alma buena”. La razén de ello, dice sitio Squello que | sensual 9 de un fin que él mismo El gozo que se tiene de las bellezas de Ia naturaleza es, en cierto modo, pa raddjicamente, un interés desinteresado, Ex la perspectiva aristotélica, esta indiferencia corresponde al desprendimiento de s{ mismo por medio del cual el individuo se eleva al nivel del espiritu, del intelecto, que es su verdadero yo, y toma con- ciencia de la atraceién que sobre él ejerce el principio supre- mo, supremo deseable y supremo int actividades tan diversas como la redaceién del catélo- go de los vencedores en los juegos piticos y la veexign acerca n de los animales y 4a de- peineiplo primeyo del mo- considerar actividad de “sa primero, que es Pensa: manera en que Aris prender Jo que puede ser la beatitud del pensamicnto divina comparéndola con fo que experimenta, en raros momentos, intelecto humano. En efecto, parece que la beatitud del in- ‘electo humane llega a su punto més elevaco cuando, en ciertes momentos, piensa, con una intuicidn indivisible, la indivisi- fda rey. la, § 42 LAFILOSOFIA COMO MODO DE VIDA lad de la beatitud divina.*? No hay nada mas lejano de la \ teorfa que lo teorstico, es decir, la contemplacisn. ‘Mas que de vida de sabio, habria pues que hablar de “vida ejercitandose en Ia sabidurfa’, de vida “filo-s6fica”, en la me- ‘que la sabiduria representa para Aristételes la perfec- cidn de la theGria. Pava él, el intelecto humano dista mucho de poseet esta perfeccién; sélo en ciestas momentos se ace a ella, La vida teorética consta de miltiples niveles jevaray zados, del mas modesto al mas elevado, y ademas el propio vimos, al hablar de la felicidad de la la dicha de quien busca es inferior a la de quien sabe, El elogio que hace Aristételes de la vida | conforme al espiritu es al mismo tiempo la descripeién de unt tipo de vida en efecto practicado por él mismo y por los ibros de su escuela, y un programa ideal, un proyecto, invitacién a elevarse por grados hacia un estado, la sa- idutfa, que es mas divina que humano: "S6lo Dios puede gozar de ese privilegio’. Los Lintrres pet DISCUASO FILOSOFICO desconcierta al lector moderno, no séle por su concision a menudo desesperante, sino sobre todo por la incertidumbre de su. constituirian las diferentes partes del sistema de Aristételes."" © Metafsica, lentendimi "oor tee es leweotats on iguana orate 05 SRISTOTELES ¥ SU ESCUELA 1 Para explicar este fenomeno, es necesaric, primero, ubicar la ensefianza del fildsofo en el marco de la escuela de ta que se dieigen siempre aun au La mayor parte de sus tratadies, salvo quads los de moral y de politica, que sin duda iban a ‘son eco de lecciones orales que impartid en st escucla. Por otra parte, entre estas obras, muchas no constituyen ¥. daderas unidades, por ejemplo la Metafisica 9 el tratado Del cielo, sino que son la reunion artificial de dientes a cursos dictados en momentos muy distintos. Fueron los sucesores de Aristoteles, y sobre todo sus comentadores,” quienes llevaron a cabo estos agrupamientos e interpretaron su obra, como si fuera la exposicién tedtica de un sistema de explicacién de toda la realidad. Cuando Aristételes dicta un curso no, se trata, como lo sefialé con mucha precision R. Bodétis® “de un ‘curso’ en el sentido moderno del término, curso al que asistirfan alunos jensamiento del maestro, con "No se trata de “in- cle sus oyentes cierto contc- y sambien de Nevar a cabo formar”, de trasegar en el cereone. nido tedrico, sino "de formarlos’, una indagacién 1 esper , una eritica. La ensefianza se conserva siempre fundamen- lente como un didlogo. Los textos de Aristételes, tal eua- Jes legaron a nosotros, son notas de preparacion para cursos, & las cuales se suman las correcciones ¥ modificaciones det pro- originadas por sus discusiones con los demas miembros de la escuele. Y estos cursos estan destinados ante todo a familiarizex a los disefpulos con los métodos de pen- samfento. A los ojos de Platén, el ejercicio del didlogo era mas importante que los resultados obtenidos en dicho ejercicio. Asimisma, para Aristételes, Ia discusion de los problemas es © R Bods, Le Pi © R,Badess ibid > hoz LA FILOSOFtA COMO Mono DE VIDA, finalnente mas formadora que su solucién. En sus cursos muestra de manera ejemplar por medio de qué procedi to de pensamiento, de qué método, se deben investiga ssausas de los fenémenos en todos k Le gusta abordar l mismo problema desde diferentes ang Jos, partiendo de distintos puntos de arranque. Nadie five més consciente que Aristételes de | discurso filoséfico, como instrumente del conoci mn en primet lugar de la realidad misma, Todo lo es sencilla es inexpresable con et lenguaje. La capacidad iscursiva del lenguaje no puede expresar sino lo compuesto, se puede dividir sucesivamente en partes. Pero el len- guaje nada puede decir de los indivisibles, por ejemplo del punto en el orden de la cantidad; a lo sumo puede hacerlo de manera negativa, negando su contrario. Cuando se trata de sustancias simples, como el Intelecto primero, que es el prin= cipio del movimiento de todas las cosas, el discurso no puede expresar su esencia, sino s6lo describir sus efectos o proceder por comparacién con la actividad de nuestro propio intelecto, Solo en rares momentos Ie es posible al intelecto humano ele- instantiinea de e ia en que puede imitar en cierta manera la lad del Intelecto divino.** de su incapaci- ycon mayor razén la conviccién. El discurso no puede influir, en forma independiente, sobre el auditor, si carece de Iz colabo- , no baste con escuchar un discur. lo, para saber, es decir, para acceder lad, Primero es necesario, para com- prender el discurso, que el auditor ya tenga cierta experiencia de aguello de lo que habla el discurso, cierta familiaridad con ARISTOTELES ¥ SU ESCUELA 10s su objeto.” Luego se requiere de una lenta asimilacién, capaz de crear en el alina una disposicién permanente, ua habitus: “Los principiantes de una ciencia ensartan frases, pero no saben lo que dicen, pues hay que asimilarlo y esto requiere los ojos de ya frecuentacién con los con los hechos observadas. al que para Platén, Aristoteles, sélo nace de una conceptos, Jos métodos, y tambi naturaleza como con las necesidades racionales © las procedi- mientos del intelecto. Sin este esfuerzo personal, el oyente no los discursos y éstos serdn intitiles para él mm mas cierto en el orden préctico, en el que se tra- urs0s filos6ficos no bastan para que uno se vuelva © Hay dos categofias de oyentes. Los primeros ya tienen predisposiciones naturales a la virtud, o recibieron una buena educacién. A ellos, los discursos morales pueden serles, les: los ayudardin a transformar sus virtudes naturales, 0 (0, en virtudes conscientes y acom pafiadas de prudencia.t' En este caso podemos decir, en cierto sentido, que no se predica mas que a conversos. Los segundos, son esclavos de sus pasiones, y en este caso el diseurso moral no tendr ninguna infinencia sobre eilos*? “Quien es propen- soa obedecer a sus pasiones escuchard cn vano y sin prove- cho, pues ademas el fin no es el conocimiento sino Ta acetén” Para este tipo de auditores, se necesitars, pues, algo més que discursos para formarlos en la virtud: "Es necesario trabajar mucho tiempo por medio del hébito al alma del oyente de manera que ejerza bien sus atractivos y sus repulsiones, al igual que se voltea fa tierra que debe alimentar las semi Este trabajo de educacién, Aristdteles considera que es la ciudad Id que debe llevarlo a cabo mediante la coaccién de 108 LA FILOSOFLA COMO MOBO DE VIDA sus leyes y la coercién, El papel del hombre ps gislador es, por tanto, velar por la virtud dadanos, y asi por su felicidad, organizando por una parte tuna ciudad en que, en efecto, los clucladanas podran ser educa ofos.acceder a la vida teorética. Por e650 Arist6:eles no piensa en fundar una moral individual sin re- lacign con la ciudad,® sino que en la Erica a Nicémacg se dt- rige a los hombres politicos y a los legisladores para formar describiéndoles los diferentes aspectos de la virtud y de la felicidad del hombre, a fin de que puedan legisla de fal modo que den a los ciuda lad de practicar Ja vida virtuosa o, a ciertos privilegiados, ta vida filoséfiea Como lo dice excelentemente 8. Bodéiis,* Ia finalidlad de las Bticas y de la Politica apunta a “un objesivo mas alla del saber”; rho slo se trata de “esponer en un discurso ta-verdad acerca de un cierto ntimero de cuestiones particulares’, sino ademas, al mismo tiempo, de cont humano. Arist6teles, al igual que Platén, cifra en ios poltt esperanza de transformar la ciudad y los hombres. Pero Platon euentan con ningtin aliadio con puedan acudlr en Socorro de las causas justas y conservar la vida, sino gue, como un hombre que ha eafdo entre tetas. no estan dis- = Repibion, 4962 5, 108 1A FILOSOFIA COM MODO DE VIDA jes en el dasio ni sor capaces de hacer frente a st fuaria salvaje, y que, antes de prestar algan servicio al Estado o a Jos amigos, hen de perecer sin resultar de pravecho pars sf mismos ‘0 para los demas. Quien reflexiona sobre todas estas cosas se que- da quieto y se ocupa tan s6lo de sus propias cosas, como alguien gue se coleca junto a un muro en medic de una tormenta para protegerse del polio y de la Huvia que trae el viento: ys mirando a idad, se da por eontentocon algun. modo el pueda estar limpio de injusticia y sacrilegios, a través de su vida aquf abajo y abandonsrla favorabiemente dis puesto y alegre ¥ con una bella esperanza. LAS ESCUELAS HELENISTICAS 109 La vida filoséfica fue muy activa en la época helenistica, pero, por desgracia, no Ja conocemos mas que de manera imperfecta y de ella tendriamos una represeniacion muy di- ferente si se hubieran conservado todas las obras filossficas que fueron escritas durante este periodo. Los esctitos de los sofos 110 eran entonces, como en nuestros dias, editados de ejeraplares y ampliamente difundidos. Vueltos a arias veces, lo que daba origen 2 qumneresos errores (y lo que obliga a los eraditos modernos a un enorme irabajo de critica cuando desean estudiar esos textos), sin duda, a veces eran vendidos por libreros, pero las obras més técnices se ‘conservaban simplemente en las bibtiotecas de las diferentes, escuelas filoséficas. A lo largo de los siglos, se perdi6 gran Cuando lente para proporcionar el mas minimo remedio @ la corrup Gién dela ciudad, cqué puede hacer sino practicar la flosofia, parte de ese valioso material, sabre todo en Atenas durante of solo 0 coni otros? Por despracia es Is siluacion en la que se saguco de la ciudad por Sila en marzo de 6 8... pero tam- encontraban casi todos los filésofos de la Antighedad> en ign en Alejandria, debido a las sucesivas destrucciones de la telacién con el mundo politico, incluso Mares Aureli | Biblioteca. Ast desaparecieran miles de obras, y los demas ‘aunque emperador, también expres su senti cataclismos que dieron fin al peciod helenistico también ant- tencia ante la Incomprensién y la Inereia de sus sWbditos.* ‘quilaron muches grandes tesoros de poesia ¥ de are, cuya exis Mas, por otra parte, los fldsofos de la época helenistica, in- Jencie sdlo entrevemos por las imitaciones que de ellos hicie- cluso los epictireos,” jamas se desinteresardn de la politica, des- ron los romanos. Pero, por no citar mis que un solo ejemplo, empefiando « menudo el papel de consejero de los prineipes o el filgsofg’ Crisipo, juno de los fundadores del estolcismo, de embajador de una ciudad, como lo atestiguan las inscrip- escribié porto mefios 700 tratados, ninguno de los cuales so- > cones concedidas con frecuencia en su: honor. Los filosofos brevivid y de ellos solo reeuperamos algunos raros lragmen- estoicos tendran un papel importante en la elaboracién de las tos en los papiros deseubiertos cn Herealano y gracias ¢ las relormas politicasy sociales en varios Estados; por efemplo,el | citas que de ellos hicieron autores de estoica Bsfero ejerce una poderésa Tifitene® sobre los reyes aa visi6n de fa historia de la Filosofia est, pues, frrem de Esparta, Agis y Cleomenes: el estoico Blosio sobre el refor- mente falseada por contingencias histéricas. T mos de ella una representacién muy diferente si hubieses iberio Graco.* A veces también se oponen ‘a a los emperadores romanos. En general, desaparccido las obras de Platén y de Aristoteles y se hubieran Jos filésofos nunca renunciaron a le eseranza de cambrar la conservado las de los estoicos Zenén ¥ Crisipo. Sea lo que sociedad, por lo mends mediante ejemplo de su vida, lésofo se da cuenta de que ¢s totalmente impo- en la Pars, 1993,

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