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s Studio Clifford Geertz ore Reflexiones antropologicas sobre temas filosoficos age sabe paral ce ans spore tomes las6 cos p PALL DOs - CAPITULO EL LEGADO DE THOMAS KUHN: EL TEXTO APROPIADO EN EL MOMENTO JUSTO La muerte de ‘Thomas Kuhn —«1om» para todos aquellos que lo conocian y un extraordinario niimero de personas le la maba asi, teniendo en cuenta su consciente negativa a adoptar el papel de la celebridad intelectual que sin duda era—, al igual que su vida profesional en general, tiene las trazas de ser vista, en estos dias de guerra de cultura, como otro apéndice, otra nota a pie de pigina o idea adicional a su obra La estructura de Jas revoluciones cientificas, escrita en los cincuenta y publicada en 1962." A pesar de due produjera un buen namero de obras importantes, incluidas La tension esencial (1977), una obra al menos tan original y mucho mis cuidads, y La teoria del cuerpo negro y la discontinuidad cudntica (1978)? una investigacion meticulosa cuya recepeidn poco calurosa por la comunidad sica tan celosa como siempre de sus mitos de origen le afects mucho, fue La estructura, que era como él mismo solia referir- 1. Kubo, TS, The Srature of Scenic Relations, Chicago, Universityot Chi «cago Press, 1962 (fa east: La evans de las revolute teifs, Madi, Fon Ado de Cultura Esomimics, 2000), 2, Kubn, TS. The Essential Towson, Chicago, University of Chicago Pees, 1977 (era cat: Lo rennén esencal, Maalid, Fondo de Cultura Leonsiaics, 1983), Kulm, Black boy Theory andthe Quantum Discontinats, 1895-1912, Chica, ‘Chicago Press, 1978 aad. cast. La teva de ewer negro yl dicomtnutdad concn, Made, Alianza, (987), nwversiy of 136. REYLEXIONES ANTROPOLOGICAS SOBRE TEMAS FILOSOFICOS sea ella, la que lo definié a los ojos del mundo ¥, reactivamen: te, a Jos suyos propios. Vivid, con angustia y pasién, a su som- bra durante casi treinta y cinco afios. Sus notas necrolégicas, ue fueron muchas, se coneentraron casi exclusivamente en cll incluyendo una peculiarmente desagradable, obtusa y sin inge nio, en el londinense Economist, que conclufa con tina desafor tunada ocurrencia sobre el cambio de paradigma que el propio Kuhn acababa de suftit, Y después de tener casi listo para su pu- blicacién, en la dima época de su lucha contra un céncer de pulmén, su tan esperado segundo pase del tema, del que ya ha bia habido numerosos preestrenos, sobre cémo cambian las ciencias, su reputacidn se nutriré durante muchos afios de aque- Ila obra ‘Surge entonces la pregunta: gpor qué La estructura tuvo un impacto tan enorme? gPor qué tod particulas y filésofos hasta socidlogos, historiadores, eriticos li terarios y teéricos politicos, por no hablar de publicistas, di- vulgadores y sabelotodos de la contracultura encuentran en el libro algo alo que asemtir vehementemente o bien contra lo que FSiccionar con igual pasisn? No puede ser tan sélo que el libro sea osacio, innovador, incisivo y esté maravillosamente bien es: tito, Es todo eso con el afiadido de ser académico y estar escri to con el corazén. Pero hay muchos’otf0s libros, dentro y fue ra de la historia de la ciencia. Excelencia y relevancia, por muy reales que sean, no aseguran ni la fama ni el reconocimiento —gendntas personas, después de todo, le han prestado aten- ion al libro Feeling and Form de Suzanne Langer? De modo un tanto misterioso ¢ incierto, misterioso € incierto incluso pata Kuhn, que nunca dejé de mostrar sorpresa y seria preocupacion por la recepcidn de su libro, La estructura fue el texto apropia- do en el momento justo, Desde los afios veinte (y especialmente tras la obra Ideologie und Utopie (Ideologta y utopia) de Karl Mannheim publicada en 1929) lo que se llamé la «sociologia del conocimiemto» se aplics 1 feaber DE BOSS KTS Las a7 un campo tray otto de ht actividad intelectual. La religion, Ta historia, la filosofia, la economia, el arte, la literatura, el dere cho, cl pensamiento politico o incluso la misma sociologia fue ron sometidos a una forma de anilisis que perseguia exponer Sus conexiones con el contexto social dentro del cua! aquellos se daban, viéndolos como construcciones humanas evolucion das histGricamente, emplazadas culturalmente y colectivamente producidas. El resultado fue a veces crudo y determinista, re Guccionismo marxista o historicismo hegeliano, otras veces sutil y vaeilante, una busqueda circunstanciada de desarrollos locales, tina sugerencia cudlficada de relaciones espeecifieas, Pero, crudo © sutil, precipitado 0 tentativo, no se aplicd, salvo algunas ex cepciones que quedaron como tales, a la actividad intelectual nds prestigiosa, més importante de todas: las ciencias naturales Apartadas en un mundo de pensamiento autopropulsado, ta fisica, la quimica, la geologia, incluso la biologia, no se me: aban con la sociologia 0, en cualquier caso, con la socioloxia Gel conocimienco. Lo que de historia [Aistory] podia haber era principalmente de tipo practico y monumental y excesivamen te liberal, una historia [story] de logros decisivos que conduct ria sucesivamente a la verdad, la explicacién y la condicién ac tual de las cosas. La sociologia que podia haber, la de un Max Weber o Robert Merton, era demasiado “externalista”, preo- cupada por los efectos sociales de la ciencia, las normas insti tucionales que la gobiernan o el origen social de los cientificos, ‘Los asuntos llamados internos —por qué y c6mo las teorias y Jas pricticas de los cientificos toman la forma que toman, sus citan el interés y ejercen la influencia del modo como lo ha cen— quedaban fuera de su alcance, explicables, de setlo, por las energias de la razén, los misterios del genio o la simple na turaleza de las cosas que deja huella en una mente cualificada. Fuc esta linea divisotia, aparentemente incuestionable, st puestamente incomunicable, que separatia la ciencia como una forma de actividad intelectual, una manera de conocer, de la 138 REPLESIONLS ANTROPOLOGICAS SOBRE TEMAS HILOSOFICOS ciencia como un fenémeno social, una manera de actuar, la que cuestiond y comunicé por primera vez Kuhn en La estructura En verdad, no fue el Gnico en hacerlo. Otras figuras como Nor ‘wood Rusell Hanson, Michael Polanyi, Paul Feyerabend, Mary Hesse, Imre Lakatos y con posterioridad Michel Foucault e lan Hacking, algunos de ellos criticos de algunos de los argumen- tos particulares de Kuhn, otros rivales o simplemente con tra- yectorias propias, unieron también las dos actividades desde los cincuenta en adelante. Con todo, Kuhn y La estructura, mis {que ning otro, allané el camino y, porque no siempre es pru- dente o cémodo ira la cabeza de un grupo de ataque, provoc las criticas de los Viejos Creyentes. La obra, disefiada como wun entrada inconformista en la International Encyclopedia of Unified Science de Neurath, Carnap y Mortis, de inspiracién positivista, era tan esquematica, panoramica, llena de confian: zay libre de compromisos que marcé por sf misma los térmi- nos del debate. Se convirtid ea la imagen misma del estudio de coma tarea mundana; devino, por acular una expre- "su. paradigma dominance, lista.para la imitacién, la. am pliacidn, el desdén o el derribo. Es innecesatio aqui y, de cualquier modo, imposible tevisar de nuevo el sinfin de argumentos a favor y en contra de las te sis que La estructura propuso: que el cambio cientifico es dis continuo y alterna largos periods de estabilidad normal y breves cexplosiones de agitacién «revolucionarian; que la investigacién cientifica «normal» esta gobernada por ejemplares estableci- dos, Jos famosos paradigmas que presentan modelos a la co- munidad relevante para la resolucién de enigmas (puzzle-sol- ving]; que tales paradigmas son «inconmesurables» y que los cientificos que operan bajo paradigmas diferentes captan en el jor de los casos sélo parcialmente los puntos de vista que los otros respectivamente adoptan; que «la eleccidn de teorias» —el movimiento de un paradigma a otro— se describe mejor como una cuestin que remite a Ja «conversién» intelectual de un cam- HLLPGADO DE TEMAS RUIN [1 BY bio de Gestalt que como un asunto gradual consistente en con frontar punto por punto la teoria que se abandona con aquella que, por el contrario, se adopta; y que el grado en el que esos paradigmas han cristalizado en una ciencia es una medida de su madurez, su «dureza» o «blandura», asi como st distancia y re ferencia con respecto a empresas no cientificas. El propio Kuhn modificé algunas de estas formulaciones en una serie de apén dices, replanteamientos, réplicas y «segundos pensamientos» En su opinién, muchas de ellas habian sido distorsionadas, comprendidas, mas bien mal utilizadas, tanto por sus detracto- res como por sus defensores." Otras pocas, especialmente la afirmacién de que el cambio cientifico no consiste en un acer- camiento implacable a una verdad en actitud de espera sino en bandazos de las comunidades disciplinarias, las mantuvo frente alos ataques de todos los cuarteles general Fue, de hecho, esta iltima afirmacién suya, de amplio al- cance, la que hizo de La estructura una obra revolucionaria —una llamada a las armas para aquellos que veian en la ciencia el ct ‘mo bastin del privilegio epistémico o un pecado contra la ra- 26n para aquellos que la vefan como el camino real [royal] a lo realmente real [rea!). Que las discontinuidades teoréticas sean ono tan prominentes en otros mbites como supuestamente lo son en fisica; que los cambios de Gestalt y la inconmesurabili- dad sean la norma en el cambio de teoria o que lo sea la minu- ciosidad; que la teoria y los enunciados generalizados, los ¢s- quemas conceptuales y las concepciones del mundo sean por encima de todo realmente el niicleo del asunto: todo esto pue- de dejarse a un lado para resolverlo en el tipo de estudio al que La estructura sirve de ejemplo y de reclamo. Lo que permanece como legado de Kuhn, lo que enfurece a sus aponentes mis in- transigentes y desorienta a sus seguidores mas entregados, es Su * Véase TS. Kul, Bl coma desde le ecrceers, Conant, |v) Hangeland (comps), Barcelona, Paids, 2002 4N. dele HHO. REILENTONES ANTROPOLOGHCAS SOBRE TEA apasionada insistencia en que la historia de la ciencia es la his- tovia del crecimiento y la sustitacin de comunidades cientificas cooptadoras, definidas normativamente, dirigidas de maneras diversas y, con frecuencia, en aguda competicign. ©, por citar de La estructura y no meramente aludit a ella: «Tanto la ciencia ‘normal como fis revoluciones son [...) actividades basadas en a comunidad. Para descubrirlas y analizarlas, priméro hay que desenmarafas la cambiante estructura de la comunidad de las ciencias en el tiempo. Un paradigma gobiera [..] no un objeto sino a un grupo de practicantes. Cualquier estudio, tanto de una investigacién dirigida por un paradigma, como de una invest gacion que tiene por objetivo romper uno de ellos, debe empe- zas por localizar el grupo 0 grupos responssables»? Con este fitme emplazamiento de «las ciencias» en el mun- do donde se sigue el orden del dia y se hacen carreras, donde se forman alianzas y se desarrollan doctzinas, el mundo en el que todos nosotros vivimos, La estructura dio paso, sin obsticulo alguno, a Ia irrupeién de la sociologia del conocimiento en el estudio de aquellas ciencias, Como la socialogia del conoci- miento estaba, en su misma naturaleza, libre de debate, divi sidn y variedad de puntos de vista (asi coma en algunos de sus, practicantes mas exuberantes, de un tono inconformista dise fiado para darle dentera al establisherent), su compromiso con las ciencias fue y continia siendo més pleno que el que habia es- tablecido con la literatura, la historia 6 el pensamiento politico, el cual de hecho recordaba sus reftiegas, prolonigadas y envene- nadas, con la celigisn, Una vez vertida, empero, esta aplicacion de las categorias, razonamientos, procedimientes y propésitos caracteristicos de las ciencias lhumanas a la practica de las cien- cias Hamadas tendenciosamente «reales» no puede ahora ser invertida ni siquiesa por las contramedidas mis desesperadas, Apesar de los gritos de «subjetivismon, «irracionalismon, «psi- 3. The Structure of Sionifc Revolutions, op. i pigs. 179-180 Hi LIGA DE THOMAS KLIN LL ul cologia de masas» y, emo no, de ht imprecacién favorita de es tos dias, arelativismon, gritos repetidamente laneados contra La estructura (y contea «Kubo», quien ha sido acusado de no creer en la existencia de un mundo externo por personas de quien se esperaria un mayor nivel de argumeatacién), su arden, del dia, con independencia del destino de sus aseveraciones particulaces, es todavia vigente. Crece a gran velocidad la suje cidn de las Ciencias a la atencién, firme y superficial, bien in- formada ¢ ignorante, de los historiadores, los socislogos, los antropélogos, los economistas, incluso Jos escritores de ciencia ‘los profevores de inglés, reacios a derenerse en los fimites de fa autoridad disciplinaria o de cohibirse ante las solemnidades cde los laureados con el Nobel, Este genio particular, una vez fuera de la botella, no puede ser devuelto a ella, por muy ¢5- pantoso o maltratado que él (ella?) pueda ser—o para quién Es bastante evidente que, cuando publicé La estructura, Kuhn no era del 1odo consciente de lo rebelde que iba a volverse el genio y de cuanto se iba a extender. El gran estallido de es- tudios sociohistéricos de la ciencia, Edimburgo, Paris, Biele feld, Boston, Jerusalen, San Diego, et., asf como la enorme ex- Blosion de jeremiadas en su contea, retrasaba en gran medida lo que el propio Kuhn caracterizé en sus piiginas iniciales conto tun ensayo reflexivo sobre algunas cosas que le venian preoct pando desde sus dias en el instituto y en la Society of Fellows de la Universidad de Harvard. Las causas de toda esta ¢ contracritica que pronto se extendié a ambitos no cientificos 0 cientificos en potencia son variadas, se han comprendido mal y han sido muy discutidas. Ya se ha producido la cambiante ubi- cacién de las ciencias (y de los cientificos) en la culiura con tempordnea, las preacupaciones morales que surgen de sus aplicaciones militares y su creciente distancia de !a inceligibili- dad general, asi como un mayor escepticisme ante la posibilidad de una investigacién neutral, la ambivalencia cada vez mas pro- fanda del rapido cambio reenoSégice y las explosiones en ba H42_ REPLEXIONES ANTROPOLOGICAS SOBRE TEMAS HLOSOHEOS universidad a finales de los sesenta, Para otros, el culpable es el fin de la modernidad, el misticismo New Age, el feminismo, la deconsttuccién, el declinar de la hegemonia de Occidente, la politica de financiacién de la investigacién @ alguna combina. cidn de todo edo. Si bien Kuhn estaba al tanto de muchos de esos temas, interés no se centraba tanto en ellos como en la comprensién de camo la ciencia pasé de Aristételes a Newton, de Newton a Maxwell y de Maxwell a Einstein y, dadas las contingencias del mundo, de cuilles fueron las razones de su inesperado éxito, Dejando a un lado el debate en torno a «la Bomba», que, hasta donde sé, nunca trat6 piiblicamente, aquellas cuestiones ape nas ocupaban un lugar destacado y mucho menos central en el mundo de finales de los cincuenta y principios de los sesenta, tun mundo preocupado pero alin compuesto, Se hicieron pre: sentes independientemente tras la aparicion de La estructura y fueron entonces polémicamente ligadas a ella por su inespera- da y espontinea audiencia de masas —positivamente, como una desmitificacién de la autoridad cientifica, su encierro de nuevo en el tiempo y la sociedad; negativamente, como una revuelta en su contra, un repudio de la objetividad, la impar- cialidad, la légica y la verdad—. Rezd para que lloviera y se produjo una jnundacién Mis allé de su actitud hacia las obras, las meta-obras y las meta-meta-obtas que st reunieran en el entorno de La extrc ‘ura ttas finales de los sesenta —y fueron dlecididamente abiga trados—, Kuhn se vio en la situacién de tener que afitmar sus puntos de vista una y otra ver de varias formas y en foros di- vvers0s. No es que sus posiciones fueran oscuras 0 poco trans: parentes y directas en su primera expresién. Si apuntaban algo, era precisamente su excesiva claridad, Pero tenian que abrirse camino en un ambiente intelectual difereme a aquél en el que se habian formado originariamente. Kubn, que habia comen- zadlo como un fisico «normal» para convertirse en un historia Sa a Ty: VE AWHAUEEOE CHOMAS KERN Da 13 dor «normil» (lt historiogratia centrada en los anilisis de caso, aprendida al parecer de James Bryant Conant, fue tan conven: ional como heterodoxes fueron sus tr gutnentos), no se seKia cémodo con doctrinas que cuestionabn 0 bien la posibilidad del conocimiento genuino, o bien la realidad de sus avances nuinos. A pesar de vodo el énfasis que puso en las consideracio. nes sociologicas para la comprensidn del cambio de teorias, no tuvo mrs que desdén hacia fa idea de que tales consideraciones afectan el valor de verdad de teorias como la de la propagacion dela hus. 0 el movimiento de los planetas. Kuhn no es el primero en haber conseguide, muy pronto en su cartera, trastocar muchas ideas y tener entonces que lle- gar aun acuerdo con sus implicaciones de largo aleance, diffe. Jes de asumir, « medida que se convertian en sabiduria comin. Lo mismo puede decitse de Gadel, quien habsria deseado que sn prucba se hubiera resuelto por otra via y asi poder pasar parte del resto de su vid intentando establecer la integridad de la razén por otros medios: y de Einstein, a quien le inquietaba la escisidn que introdujo en la teoria fisica con su concepcién coudntica dela ley procuré a continuacién tapar de algiin mo do la brecha. Sobrevivir a los efectos posteriores de un terre- moto que uno ha contribuiclo especialmente a producir puede set tan dificil y de tanta relevancia como acasionar el remblor original. Se necesita una conviccién serena y una ironia sobre uno mismo bien asentada para poder hacerlo. La revolucién que Kuhn (quien tenfa una cousigna bordada en su cast que rezaba «Dios Salve Este Paradigma») puso et marcha pertur bard nuestras ceriezis, como Sacudi6 hus suyas. durante todavia mucho tiempo.

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