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FACULTAD DE TEOLOGIA SAN DAMASO José Maria Magaz Fernandez Historia de () la Iglesia Antigua 1 Pi © 2007 PUBLICACIONES DE LA FACULTAD DE TEOLOGIA “SAN DAMASO” Jerre, 10 E - 28005 Mapeip ISBN: 978-84-96318-46-5 Derosrro Lecat: $. 1479-2007 En cubierta: “Noé saliendo del arca”. Catacumba de Dino Compagni. Via Latina, Roma. HISTORIA DE LA IGLESIA ANTIGUA Jost Marta Macaz M SUBSIDIA INSTRUMENTA 1 INTRODUCCION LA HISTORICIDAD DE LA IGLESIA. CONSIDERACIONES METODOLOGICAS ! La historia de la iglesia presenta cierta peculiaridad dentro de las ciencias teolégicas pues unas veces quiere negarse su caracter teolégico y otras la objetividad cientifica de sus resultados. Pero un correcto planteamiento de la relacién entre historia y teologia aplicadas a la iglesia puede mostrar cémo la historia de la iglesia es verdadera historia al mismo tiempo que disciplina teolégica. EI planteamiento de la naturaleza de la historia de la iglesia remite inmediatamente a su relacién con la eclesiologia. Ambas ciencias tienen por objeto la misma realidad de la iglesia y la fron- tera entre ambas slo puede determinarse por razones objetivas, sean teolégicas 0 metodolégicas. En efecto, siendo 1a misma realidad estudiada por las dos disciplinas, la eclesiologia y 1a historia se acercan a la iglesia con método y finalidad distintos. La primera intenta comprender la estructura teolégica de la iglesia en tanto que la segunda trata de describir su desarrollo hist6rico. Asi, 1a historia de la iglesia busca la raz6n interna del desarrollo de la iglesia en su contacto con la sociedad donde se ha implantado, descubriendo sus mutuas interferencias, buscando la explicacién de determinadas decisio- nes 0 analizando los resultados de su actuacién, teniendo siempre presente las leyes de la evolucién histérica. 1 Publicado en XX Siglos X, 40 (1999/2) 18-29. 8 José Maria Macaz TROLOGIA E HISTORIA La eclesiologia y la historia se acercan a la iglesia desde cami- nos diferentes y al encontrarse con ella se sittian en planos distin- tos, de modo que llegan a descubrir diferentes objetos de estudio. Las diferencias entre una y otra son las existentes entre la teologia y la historia. La teologia comprende un hecho revelado, la iglesia, y la historia analiza el desenvolvimiento del mismo a lo largo del tiempo. En cuanto hecho revelado, la iglesia viene determinada por unos presupuestos previos, estudiados desde la teologia, y la historia, con sus propios métodos, estudiara el desenvolvimiento de aquella iglesia sin otro condicionamiento que los derivados de sus propios métodos cientificos. De este modo, la historia de la iglesia es el estudio del desa- rrollo de una realidad revelada desde el momento en que ésta comienza su andadura y entra en contacto con las diversas socie- dades. “El tedlogo nos presenta el punto de vista de Dios sobre la naturaleza profunda de la Iglesia y su papel en el misterio de sal- vacion de la humanidad. El historiador de la Iglesia nos describe las vicisitudes concretas de esa Iglesia, situandolas en el marco mas general de los acontecimientos profanos, sin ninguna inten- cién apologética o edificante, movido por el tinico afan de mostrar y explicar lo que ha sucedido”, asi se expresa Roger Aubert en la introduccién a la Nueva Historia de la Iglesia *. La realidad revelada de la iglesia nace del plan salvifico de Dios revelado en Cristo al aparecer en él de modo pleno las posi- bilidades de salvacion ofrecidas por Dios a los hombres. Este pro- yecto salvador tiene su prolongacién en el tiempo y en el espacio en el conjunto de personas que por la fe y el bautismo constituyen la iglesia para manifestar y realizar historicamente la presencia salvadora de Cristo en el mundo mediante la misteriosa accién del Espiritu. Este es el nticleo dogmatico que estudia y desarrolla la eclesiologia, el cual es aceptado por la historia de la iglesia como algo previamente dado. Una vez mostrada la realidad dogmatica de la iglesia, suscep- tible de ser estudiada a través de métodos teoldgicos (eclesiologia), queda el discurrir de esa realidad a través del tiempo en contacto con el mundo. Este aspecto, que constituye la realidad social y 2 R. Aubert, Introduccién, en L. J. Rodier, R. Aubert, M.D. Knowles, Nueva Historia de la iglesia, Madrid 1982, vol. I, 19. Historia DE LA A ANTIGUA 9 visible de la iglesia, es el estudiado por la historia. Su inicio es la venida del Espiritu Santo en Pentecostés y su final la parusia; entre uno y otro estan todas las manifestaciones de la vida de la iglesia. Una definicién de ésta, dada su complejidad, sélo puede ser aventurada como un disefio indicative que constantemente habra que matizar. Asi, H. Jedin, en la Introduccién al Manual de Historia de la Iglesia, hace suya la definicién de J.A. Mohler como “la serie de desenvolvimientos del principio de luz y vida comuni- cado por Cristo a la humanidad, para unirla de nuevo con Dios y prepararla para la bienaventuranza’ *. De este modo, la realidad iglesia, dada dogmaticamente en tanto que revelada, tiene un desarrollo hist6rico que le es inherente de manera que su historia es la expresién de la propia vida de la iglesia y elemento necesario de su propia estructura. Esta historia puede y debe ser abordada con las técnicas propias de la ciencia historica, aunque el historiador de la iglesia, para llegar a su plena comprensién, habra de hacerlo desde su conviccion de fe. La FE DEL HISTORIADOR La historicidad es un elemento esencial de la estructura reve- lada de la iglesia pues la historia es el lugar donde ella aparece y se desarrolla *. La iglesia, por tanto, es historia y participa de los condicionamientos de toda historia humana, Y. Congar ha desarrollado este aspecto de la iglesia en lo que llama la “ley de la encarnaci6n”. La iglesia, que nace del modelo de comunién intratrinitaria, cumple su misi6n en la tierra segtin la logica de la condicién humana que consiste en ser hombres encar- nados, miembros de una misma especie, destinados por natu- raleza a vivir en sociedad, comunicandose a través de las cosas sensibles y sometidos a la ley del progreso. “Mientras que la vida trinitaria, en su estado perfecto, nos sera dada de una manera puramente espiritual, aqui abajo, como toda cosa espiritual, nos * HL Jedin, Introduccién, en Manual de Historia de la Iglesia, vol 1, Barcelona 1970, 28. * M. Chappin, para fundamentar teolégicamente la historia de la igle- sia parte de la historicidad de la revelacion y de la teologia, Introduccion a la historia de Ia Iglesia, Estella 1997, 32, 34. 10 Jost Maria Macaz se 4 ofrecida en realidades sensibles, en un orden de signos y de figuras, homogeneo y connatural a nuestra humanidad” °. La salvacién se ha ofrecido a los hombres siguiendo una logica semejante. La revelacion no se realizé de modo inmediato e interior, sino a través de un pueblo. La redencién se Ilevé a cabo también a través de la encarnacién siguiendo una logica propia- mente humana. La misma ley de encarnacién gobierna toda la obra de la divinizacion del hombre, de modo que la iglesia de la tierra sigue totalmente una légica de la encarnacién, humana y divina al mismo tiempo. La iglesia es un pueblo socialmente con- siderado y a él se incorporan los hombres mediante el ministerio de un grupo, lo que quiere decir que es esencialmnete apostoélica o jerarquica. “La incorporacién a Cristo se realiza esencialmente a base de medios sensibles y colectivos; es sacramental y apostélica, eclesiastica, en una palabra” *. De ahi que la iglesia necesite de una vida organizada y, por tanto, haya leyes, disposiciones para el culto, 6rganos de unidad y de gobierno. La historicidad como dimension inherente de la iglesia supone que la ciencia que la estudia es ciencia teolégica y no una ciencia positiva mas, ni una mera historia del cristianismo. Si la historia de la iglesia ha de abordarse con los métodos cientificos sin nin- gan limite a la verdad que pueda descubrir, su comprensién final, dado el caracter histérico de la realidad revelada que es, depen- dera de la actitud de fe del historiador, pues de otro modo se le escaparia el sentido ultimo de la realidad que estudia. Por eso, la historia de la iglesia es ciencia teolégica. En otras palabras, el his- toriador de la iglesia debera estar atento a descubrir la presencia del Espiritu Santo en los acontecimientos. “De la accion conjunta de este factor divino con el humano, en el tiempo y en el espacio, surge la historia de la Iglesia”, en expresién de Jedin 7. La fe del historiador no es un prejuicio que impide compren- der objetivamente los acontecimientos sino que los valora en rela- cién a la estructura teolégica de la iglesia. El modelo de iglesia que olrece la revelacion se convierte en instancia critica de su historia, de modo que el historiador, al juzgarla, sera mucho mas exigente con ella que si lo hiciera desde cualquier otra ideologia. Por ello, 5 Y, Congar, Cristianos desunidos, Estela 1967, 114. © Tb, 122. 7 O.c., 28. HISTORIA DE LA IGLESIA ANTIGUA "1 la fe, en este sentido, contribuye también al descubrimiento de la verdad histérica ° La fe del historiador no pone ningun limite, desde esta pers- pectiva, a su libertad de investigacién. Por otra parte, una inves- tigacién histérica realizada sin ningdn presupuesto ideolégico no es posible dado que la ideologia esta inserta en las estructuras del conocimiento °. Toda investigacién se realiza desde una ideologia, lo cual no impide unos aceptables resultados cientificos, siempre que se reconozcan los limites de la particular posicién ideoldgica. Por otro lado, la fe cristiana, entendida en toda su radicali- dad, supera los planteamientos ideologicos, ya que consiste en la adhesién absoluta de la persona y de la obra de Cristo y no en la mera asuncién de una doctrina, por lo que, al aceptar la fe como criterio interpretative y dador del sentido Ultimo de la historia de la iglesia, puede poner menos limitaciones que cualquier otra ideologia para su correcta comprensién. Sin embargo, se ha de reconocer que esta tarea es dificil de lograr y que los historiadores de la iglesia quedan frecuentemente, como cualquier otro historia- dor, prisioneros de sus prejuicios ideolégicos. Cuttura & IGLesia El modelo de iglesia revelado va revistiendo diversas formas culturales y sociales a lo largo del tiempo. La ciencia histérica se ocupa de descubrir, analizar y tipificar esas formas. Las diversas formas son las propias que genera la sociedad y la cultura y a ellas ha de adecuarse la iglesia, pues desde que ésta comienza su recorrido hist6rico queda sometida a sus propias leyes estructu- rales. Esas formas culturales y sociales estan ahi, a ellas se debe adaptar, y de alguna manera la condicionan. “A la manera como el grano de trigo germina y brota, echa tallo y espiga, pero perma- nece siempre trigo, asi la iglesia realiza su esencia en un proceso * _M. Chappin lo expresa asi: “el historiador catélico tiene un privilegio: sabe cual es la orientacién que ha de tomar en sus investigaciones y no tiene por qué esconderse tras una “neutralidad” que, de todas formas, no puede existir”, 0.c., 120. ° PL, Berger, T. Luckmann, La construccién social de la realidad, Buenos Aires 1983. 12 Jose Maria Macaz historico con formas varias, pero permanece siempre igual a si misma” El modelo eclesial revelado se encuentra con el mundo para llevar a cabo su misién que no es otra que la de transmitir los valores del Reino de Dios expresados por Cristo, su fundador, e ir transformando a la humanidad segun el plan de salvacion manifestado por Dios en Cristo y realizado por la comunidad de salvacion que es la Iglesia. Cuando tiene lugar el encuentro entre la iglesia y el mundo se producen, como en todo encuentro, una serie de interrelaciones. La iglesia va al encuentro del mundo para ofrecer el nuevo sentido procedente del evangelio y ello supone una pretensién transformadora que hace inevitable un choque cultural. Esto produce dos efectos imprescindibles: la necesidad de adaptarse a la sociedad, por un lado, y la de mantener la distancia necesaria para conservar su identidad, lo cual provoca, en muchos casos, el choque, la persecucién 0 el enfrentamiento. En esta tension entre adaptacién e inadaptacion a una sociedad esta la historia de la iglesia. Puede suceder también que la iglesia, en su encuentro con nuevas culturas a las que se dirige, encuentre valores aceptables u homologables a su propio mensaje; en ese caso debe recono- cerlos y adaptarse a ellos una vez que han entroncado su sentido con el del evangelio. A veces, la iglesia es capaz de crear determi- nadas formas culturales llegandose asi a una identificacién entre fe y cultura. En ambos casos, existe el peligro de no percibir con el paso del tiempo el agotamiento de ese valor cultural, confun- dirlo con el valor permanente que la iglesia ofrece y convertirlo en un freno para la propia evolucién de la iglesia impidiendo asi su misi6n. Por esto, la iglesia es un esfuerzo permanente de adapta- cién a las formas culturales, sujetas siempre a la provisionalidad historica. "© Jedin, 0.c., 27. HISTORIA DE LA IGLESIA ANTIGUA 13 La HISTORIA DE LA IGLESIA COMO CIENCIA La historia de la iglesia considerada como ciencia trata de entender cémo un modelo de iglesia revelado puede pervivir a lo largo del tiempo en contacto con la sociedad y la cultura. Como ciencia debera aportar una explicacién y moldear el material his- trico de modo que resulte aceptablemente comprensible. Aqui cada historiador aportara su peculiar sabiduria historica y elabo- rara una teoria acorde con su vision de los hechos. En la exposi- cion de los mismos debera, ante todo, descubrir el nexo causal del progreso interno y externo de la iglesia, analizar la relacién de la institucién eclesial con el entorno social al que se dirige y sirve, mostrar la razon interna que determina el desarrollo de los acon- tecimientos o desentranar el haz de relaciones en que muchas veces estén entrelazados los hechos para descubrir aquél que es determinante en todos ellos. De esta manera se amplia considerablemente el objeto de la historia de la iglesia, ya que no se trata sdlo de describir la histo- ria interna de la institucién eclesial, sino también su interrelacion con la cultura y la sociedad en cada momento. Esta vision global de la iglesia viene dada también desde la teologia, dado que la iglesia se define como el pueblo de Dios, que es el sujeto activo de su historia. Esta categoria teolégica funda- menta las posibilidades de una historia social de la iglesia en la que los protagonistas no sean determinados personajes o institu- ciones, sino el mismo pueblo y por tanto habra de descubrir las estructuras de “larga duracién” que estan en la base de la historia y no sélo los hechos 0 acontecimientos que afloran puntualmente en determinados momentos ''. Aquéllas son mas dificiles de des- cubrir pero son las que determinan y explican los acontecimien- tos. El campo de atencién de la historia de la iglesia es muy amplio e invade el de otras ciencias eclesiasticas, de modo que una primera impresién podria sugerir la exposicién enciclopédica de unos conocimientos acerca de la iglesia. Por otra parte, existen las ciencias auxiliares de la historia de la iglesia que se han desgajado de ella y logrado su autonomia cientifica. Ambas consideraciones pudieran Ievar a concebir la imposibilidad de la historia eclesias- "\R, Braudel, La larga duracién, en La historia y las ciencias sociales, Madrid 1970, 60-106. 14 José Maria Macaz tica como ciencia independiente, bien por creer que su campo es inabarcable 0 porque ha quedado invadido por otras ciencias en otro tiempo auxiliares. En cambio, la historia de la iglesia tiene su raz6n de ser ya que, al estudiar el nexo causal de los hechos 0 descubrir en el haz de relaciones la razon determinante de unos acontecimientos, concentra ese campo en un punto concreto que explica sin desconectarlo de su entorno. Esta es la misién insus- tituible de la historia de la iglesia como ciencia. El conocimiento del pasado y su juicio sobre él es absolutamente imprescindible para el progreso de otras ciencias teolégicas o pastorales que tie- nen la misi6n de ofrecer perspectivas nuevas al creyente. La his- toria se ocupa del pasado en la medida en que éste perdura en el presente para mostrar los rasgos vigentes y condicionantes de la actualidad. Desconocer el pasado por una falta de interés por la historia se reflejara ineludiblemente en la precariedad de muchas propuestas teoldgicas 0 pastorales. EL Meropo El método de esta disciplina no difiere del empleado por la historia en general basado en el andlisis critico, imparcial y cienti- fico de la fuentes. Tras una critica de las mismas, vendra la valo- racién de los hechos tratando de descubrir su causalidad histérica y remitiendo esta valoracién al caracter revelado y dogmatico de la iglesia en donde aparece su modelo, no para ocultar sus aspectos negativos sino para formular una critica positiva de los mismos, de modo que la historia de la iglesia se pregunte por el balance que la iglesia realiza con respecto a su ideal en cada momento dado, derivando en una verdadera teologia de la cruz, descubriendo que su vertiente humana esta en permanente reforma y en constante tensién escatologica. Por ello, segtun las circunstancias, debera saber reconocer los rasgos positivos que se dieron en sus adversa- rios asi como desvelar las responsabilidades, si las hubiere, de los propios responsables catdlicos en los momentos criticos. Al hacer la historia de la iglesia, el historiador procedera al andlisis de las fuentes dadas sin otra limitacion que la que se pueda dar en otros campos de la historia, procurando hacer hablar a las fuentes con objetividad para conocer la verdad. En un segundo momento, sacar los resultados de su investigacion mostrando su causalidad historica, en donde tampoco encuentra HISTORIA DE LA IGLESIA ANTIGUA 15 ninguna limitacion. Y finalmente remitira esa valoracion al carac- ter dogmatico de la iglesia con el fin de contrastar sus resultados con el modelo revelado por lo que esta actitud se mostrara siem- pre critica, dado que aquel modelo quedara siempre por encima de la realidad actuando siempre como ideal !”. En esta valoracién final deben estar presentes tres aspectos complementarios como son la teologia de la cruz, la tension escatolégica y la necesidad inherente de reforma de la iglesia. TEOLOGIA DE LA CRUZ La teologia de la cruz supone que la muerte de Cristo es el culmen de cualquier instancia critica de la humanidad, el momento supremo de generosidad y entrega del Senor a los hom- bres ya su iglesia, por lo que ésta, su continuadora, debera estar, en lo posible, a su altura a lo largo de la historia. Los analisis concretos demostraran por desgracia que esa no es la realidad y pondran ante los ojos situaciones de mezquindad y miseria, de limitacion y pecado, remitiendo siempre al ideal de perfeccion del crucificado. La iglesia, al estar en el mundo y participar de sus mismas leyes, se muestra como santa al querer expresar el ideal del Sefor, pero también pecadora, compuesta por miembros pecadores que estan muy lejos de alcanzar ese ideal. “Dado que la iglesia, cuerpo de Cristo, es verdaderamente humana, constituida por hombres que conservan su personalidad humana y dirigida en nombre de Cristo por hombres que actuan con sus cualidades y defectos humanos, no tiene nada de extrano descubrir que en la iglesia, tanto en la accién de su jerarquia como en la vida de sus miembros, hay lugar para el error y el pecado” "*. Esta conciencia de pecado en la iglesia es imprescindible para conseguir su perfeccionamiento. La historia de la iglesia nos interroga sobre cémo pudo haber sido en unas determinadas cir- cunstancias para que en el presente se pueda hacer mejor. ‘2M, Chappin, 0.c., 120 ss. R. Aubert, 0.c., 26. H. Urs von Balthasar, Casta Meretrix, en Ensayos teolégicos, II Sponsa Verbi, Madrid 1964, 239 ss 16 José Maria Macaz TENSION ESCATOLOGICA La valoracién historica ha de hacerse también teniendo en cuenta la tensién escatologica en que esta inmersa la vida de la iglesia. El lugar de la iglesia es la historia pero el concepto cris- tiano de historia no se agota en la vida de la iglesia sino que tiene un pasado y un futuro que comienza en Dios y en Dios termina. Esto pone de relieve la importancia que tiene para el cristianismo su concepcién escatolégica. E] Cristo resucitado ha anticipado el final de la historia y ha abierto un futuro de vida y esperanza para el hombre, ese futuro en el que todas las cosas seran recapitula- das en Cristo y en donde llegara a su término la nueva creaci6n “*. Por lo que toda la historia de este mundo esta en tensién hacia ese futuro de esperanza. También la vida de la iglesia ha de contemplarse desde esta perspectiva, dado que la misién de la iglesia es justamente hacer avanzar al mundo en la direccion del futuro de esperanza mani- festado en Cristo resucitado. La iglesia es la institucion de la esperanza "5. Todos sus logros y fracasos deben juzgarse desde este futuro y en direcci6n a este futuro. Se trata aqui de un juicio de valor que tiene el historiador de la iglesia como creyente que le ayuda a descubrir la verdad y a proyectarla hacia esa verdad futura. REFORMA PERMANENTE. La iglesia parte de un modelo revelado por su fundador y esta encaminada a un futuro en el que Cristo aparecera en toda su plenitud de triunfo. Un modelo dado y un ideal al que tender. Entre ambos esta la vida de la iglesia. Ello supone que ella misma esta en permanente reforma '*. Ese modelo dado es perfecto en si y no necesita de reforma pero en tanto tiende a la realizacion de su ideal ira adaptandose a los condicionamientos propios de cada época, de modo que en cada una de ellas, y segiin las circunstan- 14 W. Pannemberg, Tesis dogmaticas sobre la doctrina de la revelacion, en La revelacién como historia, Salamanca 1977, 117-146; Fundamentos de Cristologia, Salamanca 1974. 15 Lumen Gentium, Concilio Vaticano I. Documentos. Madrid, BAC, 1986. 16 Y. Congar, Verdaderas y falsas reformas de la iglesia, Madrid 1953. HISTORIA DE LA IGLESIA ANTIGUA 7 cias, se ira plasmando mejor o peor, pudiendo hablar de que la iglesia fue mejor en un momento 0 en otro; en este sentido, la igle- sia necesita de una reforma permanente pues nunca se dara por satisfecha en cuanto a las realizaciones concretas del modelo. CRISTIANDAD, SECULARIZACION Y CATOLICIDAD, La division en periodos de la historia, al margen de conside- raciones pedagégicas, es un elemento fundamental para lograr la racionalidad que la ciencia quiere descubrir en el devenir histérico, por ello todo historiador debe esforzarse por encontrar la clave interpretativa que ofrezca una explicacion racional y cientifica de la division historica. Cada historiador ofrecera su particular vision dentro del amplio marco de la clasica division cuatripartita de la historia que J. A. Méhler introdujo en la historia de la iglesia. Para encontrar esa racionalidad interna en los hechos se ha de atender a los rasgos que definen, o si se quiere determinan, a la iglesia en cada momento, los cuales pueden proceder de facto- res internos 0 externos a la vida de la iglesia '’. Factores internos son los que afectan a la propia institucién, como enfrentamientos doctrinales, organizacién jerarquica, manifestaciones misticas 0 desarrollo liturgico, por ejemplo, y los factores externos los que determinan la vida de la iglesia proveniendo del exterior, como su adaptacién cultural, la relacién con los estados 0 las luchas con otras religiones, etc. A veces unos y otros estan interrelacionados y no pueden entenderse los unos sin los otros. La historia no ha de escribirse solo desde la contemplacién de unos 0 de otros facto- res sino que justamente saber descubrir cual es el predominante en cada momento es precisamente su tarea. La division de la historia de la iglesia esta determinada por dos grandes conceptos que de alguna manera dan sentido y expli- can toda su historia: el largo proceso que conduce a la cristiandad y el no menos largo proceso de secularizacién que se inicia en la época moderna y va sustituyendo a aquél por otra concepcién de la sociedad. Ambos conceptos estan en relacion dialéctica y el uno no se sostiene sin el otro. La cristiandad se va construyendo poco a poco desde la conversién de Constantino hasta llegar a su plenitud 17 H. Fries, Cambios en la imagen de ia iglesia y desarrollo his dogmatico, en Mysterium Salutis, vol. IV/1, Madrid 1973, 231-296. Is José Maria Macaz, en la edad media y la secularizacién ira lentamente destruyendo aquel modelo y planteando las nuevas posibilidades de insercién de la iglesia en la sociedad a lo largo de la época moderna. La cristiandad y la secularizacién estan en la base de toda interpretacion de los acontecimientos de la historia de la iglesia. Esto no supone emitir un juicio positive o negativo de estos pro- cesos, pues frecuentemente ese juicio dependende de la posicion ideoldgica que se adopte. Valorar positivamente la cristiandad y negativamente la secularizacién, o viceversa, es simplificar unos fenomenos muy complejos que no pueden sencillamente contrapo- nerse. Por el contrario, la cristiandad y la secularizacion tendran, a la vez, aspectos positivos y negativos para la vida de la iglesia. Ambos conceptos explicativos de la historia de la iglesia deberian comprenderse desde la catolicidad. Esta nota esencial de la iglesia subraya ante todo el caracter universal de la misma. Universal como apertura a todas las gentes, sin distincion étnica 0 cultural; universal como voluntad de situarse en el mundo entero; y universal en cuanto exigencia de la misién evangelizadora. La misién fundamental de la iglesia catélica es la proclamacién del evangelio a todas las gentes extendidas por todo el mundo. Desde la perpectiva de la catolicidad, la cristiandad y la secula- rizacion se pueden entender con otros matices. La cristiandad logré la evangelizacion entendiéndola como 1a identificacion entre igle- sia y sociedad en el interior del mundo occidental; pero dejé fuera otras sociedades. La cristiandad realiz6 la catolicidad como identi- ficacion con la cultura occidental. La secularizacién fue rompiendo progresivamente la cristiandad como modelo sociocultural, pero en cambio logré llevar la presencia de la iglesia a todas las sociedades, con lo que la catolicidad adquirié nuevas connotaciones. El proceso de secularizacién discurre en paralelo a la expan- sién del mundo a finales de la edad media a causa de los grandes descubrimientos geograficos, los cuales coinciden con la apertura de la iglesia a todo el mundo. Por otra parte, la secularizacién va unida también con la implantacién del principio de libertad en la configuracién institucional de la nueva sociedad. Ambos hechos, de indole muy diversa, sirvieron a la iglesia para asentarse en la nueva sociedad plural. Por tanto, el proceso secularizador no se debe interpretar solamente como una progresiva reduccién de la presencia de la iglesia en la sociedad, pues ese mismo proceso abrié las puertas a la iglesia en el mundo entero. Entender la catolicidad como identificacién con una cultura, es poner limites HISTORIA DE LA IGLESIA ANTIGUA 19 a la catolicidad. La catolicidad consiste en que la iglesia preserva su identidad una en la asimilacién de las diversas culturas. Deste este punto de vista, en la época moderna la iglesia comenzé a ser més realmente catélica. Y. Congar ha comprendido la catolicidad de Ja iglesia como una capacidad de asimilacién de todos los valores humanos y cul- turales. Tratando de entender la catolicidad desde su dimension cualitativa, afirma que si “la iglesia es apta y esta destinada a extenderse por el mundo entero, es en virtud de la capacidad uni- versal de asimilacién de sus principios constitutivos. La catolicidad de la iglesia, considerada como propiedad de su ser, es la univer- salidad dinamica de su unidad: la capacidad que sus principios de unidad tienen para asimilar, colmar, exaltar, conquistar para Dios y reunir en El a todo el hombre y a todos los hombres, todo valor humano” "*. La catolicidad tiene un fundamento cristolégico pues Dios ha constituido a Cristo principio de salvacién para el mundo. Ello quiere decir que en “Cristo se encuentran todas las fuerzas divinas, todos los dones eficaces de Dios que realizaran esa unién con El y esa consumacién de todas las cosas en El’. Por eso, su gracia y todas las energias divinas procedentes de El, “se adaptan a todo estado, a toda condicién, a todo temperamento, a todo pue- blo, incorporando a Cristo y conduciendo por El al seno del Padre todos los valores humanos dispersos por el mundo” Esta dimension de la catolicidad no significa pérdida de la unidad, pues la catolicidad es expresién de la unidad y desde ésta se ha de comprender. La unidad no destruye la diversidad que trae consigo la catolicidad. La unidad de la iglesia tiene su expre- sién visible en la sociedad, pero esto no excluye “una necesidad de adaptaci6n a esa diversidad y a esa diferenciacion”. La unidad y la catolicidad de la iglesia se complementan mutuamente, ya que lo disperso y diferenciado de la humanidad se integra en la unidad de la iglesia, sometiendo lo disperso a una purificacién, hacién- dolo renunciar a su excesivo particularismo. “Asi pues, los valores culturales 0 temperamentales, asumidos en la unidad, no pueden pretender imponerse a ésta, y menos atin tratar de subordinar a ellos el cristianismo” *. * Y. Congar, Cristianos desunidos, Estela 1967, 151 ™ Oc, 152, 156 ® O.c., 174; 180 ss 20 José Maria Maaz La CRISTIANDAD, El siglo IV, tras la conversion de Constantino, contemplé el giro que dio el estado romano con respecto a la iglesia provocando en ella unos cambios profundos derivados de su nueva situacion de libertad. Es obvia la influencia que esto produjo en la marcha de la iglesia. De perseguida y después tolerada, el cristianismo pasé a ser la religion oficial del estado romano, para el que las demas religiones, en poco tiempo, seran declaradas ilegales. Recibié todo el apoyo del poder politico para su desarrollo y se convertié en el lazo de vertebracién politico mas importante del imperio. Comenz6 la imbricacién de los intereses politicos y religiosos y se dio por primera vez la version de un imperio cristiano. La gran masa de la sociedad se convirtié, con lo que se perdi la autenticidad la fe. Los obispos y el clero adquirieron funciones temporales al lado de las puramente religiosas. Todo ello puede significar el famoso “giro constantiniano”. Con la libertad conquistada aparecié un modelo de relacién igle- sia-estado del que se iran dando sucesivas versiones a lo largo de la historia medieval y moderna, con diferencias a veces muy profundas. La conversion de Constantino cambié radicalmente la imagen de la iglesia. El paso a la edad media esta sujeto a grandes polémicas, segtin se adopte como criterio el fin del imperio romano y la lle- gada de los pueblos germanicos (siglo V), o la ruptura del mundo mediterranco con la invasién arabe (siglo VII), segtin la clasica tesis de Pirenne ”!. Desde el punto de vista eclesiastico, parece mas decisiva la caida del imperio y la llegada de los nuevos pue- blos que van a delimitar el nuevo mapa de Europa, pues la inter- vencion de la iglesia fue determinante en la configuracién de las nuevas sociedades. En la edad media se encuentra un primer periodo compren- dido entre los siglos VI al VIII en el que tuvo lugar la transforma- cién politica y social del imperio romano en una nueva sociedad que dio lugar al nacimiento de Europa como realidad socio-politica. En este largo proceso intervienen con parecida significacién tanto la caida del imperio romano como las invasiones germanicas y la iglesia, iniciéndose aqui el mas profundo proceso de inculturacion 2H. Pirenne, Mahoma y Carlomagno, Madrid 1993. HISTORIA DE LA IGLESIA ANTIGUA 21 entre iglesia y sociedad. La evangelizacion y conversién de Europa llevaron consigo a la creacién de un modelo que condicionaré la evolucion de la historia eclesiastica posterior. La contribucion de la iglesia al nacimiento de Europa dio como resultado la formacién de unos pueblos y unos reinos cris- tianos en occidente entre los que va a destacar el reino franco. La caida del imperio romano de occidente habia dejado en el recuerdo la nostalgia del imperio cristiano surgido tras la conversion de Constantino. La lejania cultural y geografica del imperio cristiano oriental y la constante necesidad de defensa de la iglesia en una sociedad politica y socialmente inestable, hacian imprescindible la busqueda de un apoyo politico nuevo que se encontré en el pueblo franco. Los papas de la época iniciaron esta relacién que, tras una serie de altibajos, culminé con la coronacién imperial de Carlomagno y la creacién de los estados pontificios. El simple enunciado de estos acontecimientos esconde una realidad mas compleja pero indica que entre los dos mas altos poderes, temporal y espiritual, se ha llegado a una alianza que es expresién de una base comin, cual es la conciencia de pertenen- cia a una misma sociedad unida por los lazos de la fe cristiana y guiada por las ideas politicas y religiosas. La especial fragilidad por la que pasa la iglesia romana y la crisis de sus relaciones con el imperio oriental, en progresivo distanciamiento, hacen que, en aquella alianza, el poder imperial prevalezca, en la practica, sobre el espiritual, por lo que se puede hablar de una pérdida de liber- tad de la iglesia condicionada por el poder politico. Por ello, este periodo caracteriza a la iglesia como un imperio cristiano con la primacia del poder politico sobre el religioso. Al imperio carolin- gio sucedi6, tras un periodo oscuro en el que puso de manifiesto Ja debilidad de la iglesia, el sacro imperio romano germanico sin alterar el significado de las relaciones entre sacerdocio e imperio. La pérdida de libertad de la iglesia se manifesto no sdlo en el aspecto politico, sino también econémico y espiritual. Es el momento en que cristalizan las tendencias feudales surgidas en el periodo anterior, en las que la iglesia se inserta claramente. El feudalismo entré en la vida de la iglesia condicionando no sélo su postura econdémica, sino también moral. Las limitaciones del sis- tema se manifestaron claramente en el régimen de iglesia privada © propia, extendida con formas diversas por todo el occidente, en donde permanece ambigua la procedencia de los cargos eclesias- ticos otorgados por el sefior laico como beneficio. El sistema trajo 22 José Maria Macaz consigo un profundo decaimiento moral del clero. Por ello, en el seno de esta sociedad surgié un poderoso movimiento de reforma liderado definitivamente por Gregorio VII que pretendié recuperar Ja libertad de la iglesia. Fruto de estos esfuerzos fue el encumbra- miento del papa, que aparece ahora como el simbolo del poder poli- tico y religioso de una sociedad que se entiende como cristiandad. El modelo de cristiandad alcanzé su culminaci6n en los siglos XII y XIII, aunque la idea como tal hubiera nacido en el periodo anterior y fuera delimitada con cierta precision por Nicolas I. Este papa entiende la cristiandad como la gran comunidad de pueblos cristianos que esta por encima de divisiones politicas 0 naciona- les; en ella, el papa esta puesto directamente por Dios para admi- nistrar la redencién a toda la iglesia de oriente y occidente, por lo que puede juzgar a todos sin ser juzgado por nadie ni siquiera por el emperador; Ja autoridad episcopal procede de la pontificia y los sinodos necesitan de su aprobacién. El papa es la encarnacién de la iglesia. Ideas nacidas en pleno siglo de hierro que no tendran, sin embargo, su consolidacion hasta el triunfo de la reforma gre- goriana La cristiandad supuso la culminacion de un modelo en el que la iglesia logré el mas alto grado de indentificacién con una deter- minada sociedad, lo cual se puso de relieve en los acontecimientos de los siglos XII y XIII, donde los papas ejercieron un arbitraje politico indiscutible. La construccién de la sociedad cristiana occi- dental por obra de la iglesia podra ser valorada de diversas mane- ras. Pero para hacerlo con justicia habra que aceptar el sistema sociocultural creado y desde él criticar las diversas posturas de la iglesia, encontrando aciertos y desaciertos. Este modelo de sociedad queda en la historia de la iglesia como un punto de referencia indiscutible para analizar la historia posterior. Lo que suceda a partir de ahora seré el estudio de la desintegracién de aquel modelo, siendo ésta justamente, desde entonces, una de las dificultades que tiene la iglesia para encon- trar su puesto en el mundo y sus relaciones con la sociedad. Tras lograr la maxima identidad con una sociedad y tener la experien- cia historica de las limitaciones que esto conlleva, la cuestion es descubrir el camino y el grado de insercidn de la iglesia en la sociedad, algo a lo que por otra parte, no puede renunciar, dada su mision evangelizadora. Desde esta perspectiva, las edades moderna y contemporanea de la iglesia aparecen como la desinte- gracion del modelo de cristiandad. HISTORIA DE LA IGLESIA ANTIGUA 23 LA MODERNIDAD La edad moderna introdujo las primeras rupturas del modelo inicidndose un proceso secularizador que dura hasta nuestros dias. La autonomia del individuo, el valor de la raz6n, la liber- tad de la naciente burguesia, el surgimiento de la conciencia nacional, el nacimiento del estado moderno, los gérmenes de la ciencia experimental, van a proyectar una nueva sociedad que se ira implantando progresivamente. Estos nuevos valores no son indiferentes a la iglesia puesto que surgen contra ella. La estruc- tura eclesial aparece demasiado monolitica y coarta la libertad del individuo, de modo que se plantean como una conquista frente al poder eclesiastico. Sin embargo, estos valores modernos no nacen de una fuente distinta de la cristiana ya que, en si mismos considerados, proce- den del cristianismo pero no reconocen este origen. En expresion de J. B. Metz, “en el pensamiento moderno -con su principio tras- cendental- palpita un a priori medieval-tomasiano, es decir, aque- lla concepcién del ser antropocéntrica en cuyo horizonte la pala- bra revelada se comunicé a la reflexion humana; y, en la medida en que el pensamiento moderno se ha apropiado de ese horizonte, esta actuando en él una creciente auto-comprensién filoséfica del cristianismo” ”, Estos valores, cristianos en su esencia, nacen contra el cris- tianismo. La iglesia misma era incapaz de reconocer su origen, pues se enfrentaba a ellos y los condenaba. En este mutuo des- conocimiento esta el drama de la iglesia en la sociedad moderna. La historia de la época moderna es la historia del largo proceso de secularizacién que dio como resultado el distanciamiento entre la iglesia y la modernidad. 22 J. B. Metz, Antropocentrismo cristiano, Salamanca 1972, 184. Metz también subraya las equivocaciones de la modernidad al intepretar el antropocentrismo: “muy a menudo, el pensamiento moderno ha asimilado de manera equivocada el horizonte que asoma en Tomas y ha convertido la filosofia en una autocompresién racionalista que trata de comprenderse a si misma, adecuadamente, en su origen histérico y, de esta manera, ‘disociarse’ de él’, ib., 156. 24 José Maria Macaz Historiocraria La primera Historia de la Iglesia es la de Eusebio de Cesarea. Recoge los acontecimientos de la persecucién de Diocleciano y se prolonga hasta el 324. Previamente habla de Jestis y los apésto- les. Transmite las listas episcopales de Roma, Alejandria, Antioquia y Jerusalén. Hace una exposicién detallada de las herejias. Da noticia de muchas fuentes y actas de los martires. A Eusebio le suce- dieron Socrates (narra del 305 al 439), Sozémeno (narra del 324 al 425) y Teodoro de Ciro (324.423). Evagrio el Escolastico narra las controversias cristolégicas desde el 431 al 594. La Historia de Eusebio fue traducida al latin en el 403 por Rufino de Aquileya que fue la base de la lectura de la Edad Media junto a otra traduccién que hizo Casiodoro conocida como la Historia Tripartita. Jerénimo refundié también la Historia de Eusebio. A san Agustin debemos La Ciudad de Dios, de gran influen- cia medieval. La Edad Media carece de historias generales de la iglesia; en cambio si existen historias sagradas y profanas. Gregorio de Tours (+594) escribio la Historia de los Francos. Isidoro de Sevilla la Cronica, Etimologias, Historia de los godos; Beda el Venerable (#735) la Historia Ecclesiastica gentis anglorum y Sobre las seis edades del mundo. Existen historias de obispados como el de Reims de Flodoardo (#966). A partir de la reforma del siglo XI surgen historias de la igle- sia como la de Hugo de Fleury y Ptolomeo de Lucca. El siglo XII conoce teologias de la historia y no historia propiamente dicha que venian a apoyar los programas de reforma de la iglesia. La historia de la iglesia seria un progresivo declive del ideal evangélico haciéndose necesaria la reforma. Durante los siglos XIII al XV no hay historias de la iglesia propiamente dicha. En el siglo XV comienzan las historias de los papas El Humanismo y el Renacimiento trajeron el gusto por la his- toria y el lema ad fontes! Lorenzo Valla criticé la Donacion de Constantino; se dio una critica generalizada de las fuentes. Del circulo de Erasmo salieron las ediciones de las antiguas historias de la iglesia y de las actas de los concilios. EI luteranismo, que pensaba que la iglesia se habia falsificado a lo largo del tiempo, hizo surgir una historia de Ia iglesia que trataba de jus- tificar ese postulado. Asi Matias Flacius escribié las Centurias de Historia DE LA IGLESIA aNTIGUA 25 Magdeburgo replicadas desde el lado catélico por César Baronio en los Anales Eclesidsticos (1607) llegando hasta Inocencio III. El cisma protestante oblig6 a fijar el concepto de iglesia y ello contribuy6 a que estas historias se deligasen de las historias pro- fanas y sagradas medievales. Estas obras, realizadas por catdli- cos, pretenden defenderse de los ataques protestantes; tienen por tanto un marcado caracter apologético. La ensefianza de la historia de la iglesia es una disciplina tardia en la ensefanza que comenzé a cultivarse como tal en la Alemania protestante en 1650. El gran historiador protestante que dio importancia a la enserianza de la historia eclesiastica fue J. L. Mosheim, autor de Institutiones historiae ecclesiastique anti- quioris (1737); su discipulo ilustrado J. Schréckh escribio Historia religiones et ecclesiae Christianae (1777). A mitad del siglo XVIII la historia eclesiastica entré en las universidades. No faltaron historiadores romanticos que exaltaron el cristianismo como Chateaubriand, autor de El genio del Cristianismo (1802) 0 De Maistre que escribié Del papa (1819). En el siglo XIX la fundamentacion de la historia de la iglesia como ciencia teolégica e historica se debe a J. A. Mohler al insistir en la historicidad del cristianismo y en el desenvolvimiento orga- nico de la revelacion. Definié a la historia de la iglesia como la serie de desenvolvimientos del principio de luz y vida comunicado por Cristo a la humanidad para unirla de nuevo con Dios y prepa- rarla para la bienaventuranza. J. Hefele escribid una Historia de los concilios (1855-74) que todavia se utiliza. J. Déllinguer siguié el impulso de Mohler y escribio Reformation (1846-48). J. P. Migne publicé las fuentes patristicas. Aparecieron colecciones sobre la historia eclesiastica de paises concretos, como Francia, Espajia, (desde 1847) e Inglaterra. Hizo época la apertura del Archivo secreto Vaticano por Leon XIII en 1884 que permitié el estudio de H. Denifle sobre Lutero y de L. Pastor sobre la Historia de los papas (#1928) PRIMERA PARTE LA IGLESIA APOSTOLICA CapiruLo 1 LA EPOCA DE JESUS DE NAZARET. I, INTRODUCCION. JUDAISMO Y HELENISMO. Bibliografia. J. Jeremias, Jerusalén en tiempos de Jestis, Madrid 1985; F. Josefo, Antigiiedades judias; H. Koster, Introducién al Nuevo Testamento, Salamanca 1988; J. Leipoldt, W. Grundmann, El mundo del Nuevo Testamento, Madrid 1973; J. Maier, Entre los dos testamen- tos, Salamanca 1996; B. J. Malina, El mundo del Nuevo Testamento, Pamplona 1995; J. Paul, El mundo judio en tiempos de Jestis, Madrid 1982; R. Penna, Ambiente histérico-cultural en los origenes del cristia- nismo, Bilbao 1994; A. Pifero, Origenes del cristianismo, Madrid 1991; E. Schiirer, Historia del pueblo judio en tiempos de Jesis, Madrid 1985; R. Trevijano, Origenes del Cristianismo, Salamanca 1995. Las campafias de Alejandro Magno (336-323 a. C) Ilevaron consigo la helenizacién a los paises conquistados y por tanto tam- bién a Palestina. En la campania del 332 conquistd la costa que une Siria y Egipto (en el 331 fundé Alejandria). Los egipcios y los judios, dominados desde hacia tiempo por los persas, acogieron a Alejandro como libertador. Josefo narra el encuentro, enmarcado en la leyenda, entre Alejandro y el sumo sacerdote en el que des- taca el respeto del conquistador hacia la religion judia y el reco- nocimiento del sumo sacerdote hacia Alejandro. Hasta la legada de Alejandro las relaciones entre judios y griegos apenas existian. Sus conquistas impusieron el griego (koiné) desde el Nilo al Indo. s 1. _ SELBUCIDAS Y MACABEOS A la muerte de Alejandro, los sucesores (diédocos) reales fue- ron sus generales o administradores que se repartieron el imperio: Macedonia para Antipatro, Egipto para Ptolomeo I, Tracia para Lisimaco, Asia Menor para Antigono y Babilona para Seleuco I Nicator, Hubo constantes enfrentamientos entre ellos, pero la cultura helenistica se impuso. Esta situacién dio lugar, con el 30 José Maria Macaz tiempo, a tres monarquias helenisticas encabezadas por los suce- sores directos de los Diddocos, los Epigonos (nacidos después): Macedonia con Antigono, Egipto con Ptolomeo II y Siria y Asia Menor con Antioco I Soter. Esta situacién se mantuvo asi hasta la llegada de los partos por el este y de los romanos por el oeste. Durante el s. Ill a. C., egipcios y sirios se enfrentaron entre si en cinco guerras por el control de Palestina. La quinta guerra siria terminé en el 200 a. C. con la victoria de Antioco III poniendo fin a la dominacién de los ptolomeos en Judea y pasé a depender de los seléucidas. Antioco, que queria tener un pueblo adicto entre Siria y Egipto, traté bien a los judios permitiéndoles vivir segtin las leyes de sus antepasados. Pero debido a sus pretensiones en Asia Menor y Grecia, atrajo la aten- cién de Roma. Diversos enfrentamientos con los romanos conclu- yeron con la paz de Apamea en 188 a. C. mediante la cual fue obli- gado a pagar fuertes indemnizaciones de guerra. Para ello confiscé el dinero de los templos. Su hijo Seleuco IV Filopator (187-175) intenté apoderarse del tesoro del templo de Jerusalén. El reinado de su hermano Antioco IV Epifanes (175-164) profundizé el proceso de helenizacién de toda Palestina. En el 167 tomé Jerusalén y maté o vendié como esclavos a varios miles de Judios circuncisos. Sobre las ruinas de la ciudad edificé una fortaleza, la Acra, en la que instalé una guarnicion griega y una comunidad de judios helenistas. A Jerusalén la llamé Antioquia y proyecté la helenizacién total de Judea. Prohibié la circuncisién y la observancia del sabado, ordené hacer sacrificios paganos y eri- gid un altar a Zeus Olimpo en Jerusalén y en Garizin. Su politica atacaba directamente al primero de los mandamientos y ponia en duda la existencia de Israel. Este es el ambiente en el que estallé la rebelién de los Macabeos (167-164). El primero en levantarse fue Matatias al que sucedié Judas (166-160), uno de sus hijos, el cual continu la insurreccién mediante la guerra de guerrillas derrotando varias veces a los sirios. En el 164 conquisté Jerusalén y restauré el culto. Judas consiguié el apoyo de Roma, enfrentada a los seléu- cidas. Su hermano Jonatan (160-143) consolidé el reino aprove- chandose de la divisién de los seléucidas pero al asumir también el cargo de sumo sacerdote provocé profundas divisiones entre los judios. Le sucedié su hermano Simén (143- 134). De este modo, los macabeos fueron consolidando un estado judio independiente, HISTORIA DE LA IGLESIA ANTIOUA at basado en sus tradiciones, contrario a todo el proceso de heleniza- cién, que continué con la dinastia de los Asmoneos (142-63). Los asideos Los macabeos Ilevaron a cabo su revolucién con el apoyo de las fuerzas antihelénicas entre las que destacaban los asideos (piadosos) que promovian un amplio movimiento de conversién. Pero al triunfar la revolucién macabea, se produjo un distancia- miento entre los asideos y los macabeos. Los asideos se confor- maban con que se hubiera restaurado la ley y el culto del templo, en tanto que los macabeos querian extirpar de Israel a los ateos y conseguir la libertad politica del pais. Sin embargo, el hecho que provocé entre ellos una escisién de graves consecuencias para el futuro fue la ya aludida investidura de Jonatan como sumo sacer- dote. Seguin la tradicion, el cargo de sumo sacerdote estaba reser- vado a los descendientes de Aarén y Sadoc y el nombramiento de un asmoneo era considerado como una vulneraci6n de la ley. Un grupo de los asideos combatio el sumo sacerdocio de Jonatan, se retiré al desierto de Qumram y, capitaneados por el Maestro de Justicia, formé el grupo de los esenios. La mayoria de los sacer- dotes no tomé parte en esta escisién y continud celebrando sus servicios en el templo, formando, como descendientes de Sadoc, el grupo de los saduceos. Otros, laicos en su mayoria, dirigidos por los doctores de la ley y los escribas, y por lo mismo, procedentes de los maestros de la sabiduria, con un cierto influjo helenistico, oponiéndose a los saduceos, optaron por otro camino, apareciendo el partido de los fariseos. Los esenios los consideraron traidores por aceptar a Jonatan. La oposicién que representan los asideos habia aparecido, dentro del estamento sacerdotal, en el periodo anterior a los macabeos, oponiéndose a otra corriente mas abierta a la heleniza- cién. Muchos vivieron en el desierto y querian ser un movimiento de conversién que buscaba la obediencia radical a la ley (aspecto que conservan los esenios) incorporando a la escatologia conno- taciones apocalipticas. La crisis religiosa vivida por la politica de Antioco IV Epifanes contribuy6 al desarrollo de la apocaliptica con la redaccion del libro de Daniel. Los martires son alentados con la figura del Hijo del Hombre que, como Juez supremo, vendra a impartir justicia sobre la tierra, restaurando el pueblo de Dios. El libro de Daniel se nutre del ambiente de los asideos y denota las 32 José Maria Macaz, diferencias entre éstos y los macabeos, preocupados de la restau- racién politica. Los macabeos y los asideos unieron sus esfuerzos contra la politica de Antioco IV Epifanes porque entendian el celo de Yavé de manera parecida consistente en defender ante todo la ley de Yavé. De esta concepcién surgurén también, mas adelante, los celotas. 2. DOMINIO ROMANO DE PALESTINA El dominio romano de Palestina comenzo con la intervencion de Pompeyo en el afio 65 a.C. Las campafias militares de Pompeyo se comprenden desde el cambio de actitud que la dinastia asmo- nea protagonizé frente a Roma en tiempos de Alejandro Janeo (103-76). La legada de éste al poder coincidid con un cambio politico en las relaciones de Roma con Oriente. Hasta entonces, Roma estaba enfrentada con el imperio de los seléucidas, lo que mantenia a Judea en una cierta neutralidad frente a Roma. Pero a comienzos del siglo I desaparecié el poder de las seleucidas y su vacio fue ocupado por nuevas potencias en Oriente, entre las que se encontraban el reino del Ponto con Mitridates IV, el de Armenia con Tigrano | y sobre todo el de los partos. El reinado de Alejandro Janeo se situ6 en este proceso de orientalizacion de estos reinos frente a Roma lo que se manifestd en la defensa a ultranza del elemento judio y la destruccion de las ciudades helenistas. A todo ello se ha de afiadir la complicidad de Janeo con la pirateria que ocasionaba graves perjuicios a la nave- gacién y al comercio. Los reinos anteriormente citados mantenian contactos con los piratas. Este fue el motivo de la intervencién militar de Pompeyo en Oriente en el afio 67. Fruto de esta accién militar se creo la provincia romana de Siria. Tras la desaparicién de Alejandro Janeo, reiné en Judea su esposa Salomé Alejandra (76-67). Después de su muerte, el poderio de los asmoneos decayé, agravado por las luchas civiles entre sus hijos, Aristobulo Il (67-63) e Hircano II (63-43). Hircano fue expulsado por su hermano y buscé apoyo entre los nabateos de Petra. Con la ayuda también del idumeo Antipatro, derroté a Aristobulo, En esta situacion, los dos hermanos Ilamaron en ayuda a Pompeyo. Aristobulo estaba apoyado por los saduceos € Hircano por los fariseos. Pompeyo se decanté por Hircano II al Histowia De 1A IGLESIA ANTIGUA 33 que puso como sumo sacerdote mientras que Antipatro y sus hijos Fasael y Herodes comenzaron su ascenso politico en Israel. Judea quedé de este modo incorporada a la provincia de Siria. Pompeyo tomé Jerusalén el afio 63 y dejé a Scauro en Siria como gobernador. Los partidarios de Hircano II le abrieron las puertas y resistieron los partidarios de Aristobulo. Sin embargo, la penetracién de Pompeyo en el templo provoco el rechazo de los judios. Judea habia recibido a los romanos como aliados y ahora se mostraban como conquistadores. Aristébulo y sus hijos fueron deportados a Roma e Hircano quedé como sumo sacerdote en total dependencia de los romanos. El antagonismo de los dos par- tidos, sin embargo, no desaparecié. Esto suponia el fin del reino asmoneo. El gobernador de Siria, Aulio Gabinio (57-55), se dedicd entonces a reconstruir las ciudades asoladas durante la gue- rra asmonea dandoles un marcado caracter helenista. Este es un periodo muy significativo en el proceso de helenizacién de Palestina en el que aparecieron constantes levantamientos contra Roma. Alejandro, hijo de Aristébulo, y éste mismo, protagoniza- ron revueltas que fueron sofocadas violentamente por Gabinio y Antonio (futuro miembro del triunvirato). Bajo Craso (54-53), nuevo gobernador de Siria, se intervino en el 54 el tesoro del tem- plo para financiar la campana contra los partos y bajo Casio (53- 51), sucesor de Craso, se redujo a esclavitud a poblaciones enteras por impago de impuestos. En este contexto, la dinastia asmonea se convirtié, para muchos, en el simbolo de la resistencia contra Roma, de la misma manera que lo habia sido la dinastia macabea contra los seléucidas. Durante la guerra civil que enfrenté a Pompeyo y a César (49 a. C), éste liberé a Aristébulo y le puso al frente de dos legiones para combatir a Pompeyo. Hircano y Antipatro se pusieron al lado de Pompeyo, pero tras la batalla de Farsalia (48 a. C) que le resulté adversa, se pasaron al lado de César. La politica oriental de César fue favorable a los judios. En el 48-47 tuvo que hacer frente a la guerra de Egipto. Al comienzo de su mandato, estando a punto de la derrota, encontré el apoyo de Hireano y Antipatro, el cual dirigid un ejército en apoyo a César. Este, en recompensa, confirm6 el titulo de sumo sacerdote de Hircano y le nombré etnarca; a Antipatro le otorgé la ciudadania romana y la exencién de impuestos. César permitié de este modo la ascension politica de Antipatro y sus hijos. 34 José MARIA Macaz Antipatro, idumeo, era hasta el momento, consejero de Hircano, Pero desde este momento su ascensién politica fue en aumento con el apoyo de César Ilegando a controlar efectivamente el poder en Judea, de la que fue nombrado procurador. Sus hijos fueron gratificados también con elevados cargos administrati- vos: Fasael fue nombrado gobernador de Jerusalén y Herodes de Galilea. Mas tarde consiguié del senado romano la declaracién del judaismo como religion licita dentro del imperio. Tras la muerte de César (44 a. C), los idumeos aumentaron su poder y se inicié el proceso politico que convirtié a Octavio en Augusto, titulo otorgado en enero del 27 a. C. En este momento se puede considerar el nacimiento del Principado como régimen poli- tico que duré hasta la abdicacién de Diocleciano en el 305 d. C. El Principado consistia en que el monarca quedaba enmarcado en las estructuras del estado con el titulo oficial de Imperator Caesar Divi filius Augustus, uniéndose a los otros dos factores, el senado y el pueblo. A partir del ario 23 a. C., a sus funciones afiadié las de procénsul vitalicio y la potestad tribunicia plena, sin colega y vitalicia también. El 16 creé un cuerpo de policia para la ciudad de Roma al mando del praefectus urbi, investido de atribuciones judiciales sumarisimas y poderes militares que se convertia en representante de las funciones estatales en ausencia del Principe. El 12 fue nombrado pontifice maximo uniendo la suprema direc- cién del estado y del culto. El 2 a. C. fue elevado a la categoria de padre de la patria. 3. Reiapo pz Herones et. GRanpe (40-4 a. C) Tras la muerte de César (42 a. de C.), Antonio dominé en Oriente y con él logré consolidar el poder en Palestina Herodes el Grande. El conflicto entre Antonio y Octavio hizo peligrar la posicién de Herodes pues en principio apoyé a Antonio frente a Octavio, pero tras la batalla de Accio (31 a C), en la aquél per- dio el poder, en un gesto espectacular, se presenté ante Octavio en Rodas y puso su corona real al servicio del vencedor. Octavio agradecié el gesto y renové a Herodes como rey de Judea afa- diendo un afio mas tarde Samaria y Jericé, Aunque dependiente de Roma, de quien recibi6 el reino, goberné con mucho poder y autonomia; durante su reinado nombré y destituyé a su antojo a los sumos sacerdotes. Los romanos le concedieron muchos privi- HISTORIA DE LA IGLESIA ANTIGUA 35 legios, incluso el de guerrear en ciertos casos con paises extranje- ros; sin embargo, permanecié siempre al servicio del imperialismo romano en Oriente. Herodes no volvié a restaurar los ideales de los asmoneos sino que se puso al servicio de la politica pacifista de Augusto. Del 27 al 13 a. de C. podemos considerar la época de pros- peridad de su reinado. Reconstruyé muchas ciudades segtin el modelo helenistico, construyé su palacio en Jerusalén y edificé la fortaleza Antonia. Pero su realizacién mas grandiosa fue el templo. La obra se inauguré el 20/19 a. de C.; los trabajos se termina- ron sin embargo en el 64 d.C., apenas 6 aiios antes de que fuera destruido por Tito, Construyé también el palacio-fortaleza sobre Masada y el mausoleo Herodium. A él se debié igualmente un sis- tema de riegos y acueductos, el desarrollo del comercio terrestre y maritimo y la seguridad en las comunicaciones. Herodes el Grande fue un rey helenista que extendié su influencia fuera de su reino, a ciudades de Fenicia, Siria, Asia Menor y Grecia, lo que sirvi6 para la extensién de la diaspora. Su judaismo, en cambio, era muy superficial. El mismo procuré for- marse en la cultura griega, erigié templos paganos en la ciudades helenistas y en la administracién habia muchas personas de edu- cacién griega. Toda esta politica era financiada por los judios de su reino, por lo que nunca fue un rey muy popular. A su muerte habia logrado unificar a casi toda Palestina, cuando sélo habia heredado Judea. Pero su reinado tenia un doble mal congénito, su manera helenista de vivir y gobernar y la constante dependencia de Roma. Favorecié la religion judia pero el pueblo nunca olvidé que era idumeo (recientemente convertido por la fuerza por los asmoneos), ni que su poder dependia de los romanos, odiados por el pueblo judio mas tradicional. Ni los fariseos ni saduceos le apoyaron cla- ramente, aunque se plegaban a su politica. Las tragedias de su vida familiar contribuyeron a su fama de cruel. Hizo ejecutar a su segunda mujer Mariamne, al antiguo sumo sacerdote Hircano, a los hijos de su matrimonio con Marianme, Alejandro y Aristébulo, y a su hijo mayor Antipatro. Por eso ha pasado a la posteridad como el asesino de los inocentes (Mt 2, 16-18). Su relacién con los grupos religiosos fue habil. Controlé a los sumos sacerdotes, a los que relevaba frecuentemente, eligiéndolos principalmente entre los saduceos y limité su cargo a las estrictas funciones del culto. Mantuvo a raya a los fariseos impidiendo que 36 José Maria Macaz el cumplimiento de la ley afectara a sus funciones como sobe- rano y castigé con dureza la critica a sus acciones de gobierno. Mantuvo una relaci6n fluida con los esenios. Pero los grupos reli- giosos no se le enfrentaron abiertamente porque defendié y apoyd la remodelacién del templo y el culto segtin las exigencias mas tradicionales. Al final de su reinado nacié Jesus. 4, REVUBLTAS TRAS LA MUERTE DE HERODES Después de la muerte de Herodes en el afio 4 a. de C. su reino fue dividido entre sus tres hijos. Arquelao recibié los territorios de Judea, Samaria e Idumea y el titulo de etnarca (del 4 a. C al 6 d. C). Fue depuesto y exiliado a Vienne, en las Galias. Arquelao era el rey al que José temia al regresar de Egipto y por eso marché a Nazaret de Galilea (Mt 2,22) donde reinaba el otro hijo de Herodes, Antipas. Los territorios de Arquelao pasaron a depender directa- mente de un procurador romano a partir del 6 d. C. Herodes Antipas recibié Galilea y Perea con el titulo de tetrarca (4 a. de C. al 39 d. C.) y bajo cuyo mandato ocurrieron la muerte de Juan el Bautista y el juicio de Jestis. Fund6 Tiberiades. Lo menciona Lc 3,1 como tetrarca de Galilea y es el que Jesus calificé como “zorro” (Le 13,32). Aparece en Lc 23, 6-16 como el soberano al que envid Pilato para interrogarle. Es el asesino de Juan Bautista. Fue desterrado por Caligula en el 39 a Lyon de las Galias. Filipo recibié como tetrarca Iturea y Traconitide (4 a de C. al 34 d. de C.). Los sucesores de Herodes se disputaron el poder en Roma tratando de que Augusto favorecicra mas a uno que a otro pero finalmente confirmé los términos del testamento de Herodes. Los fariseos tenian la esperanza de recuperar la influencia que tuvieron con los asmoneos en la nueva etapa politica. Pero Arquelao no se incliné por esta orientacién lo que motivé agitacio- nes y revueltas que empezaron en el templo de Jerusalén y reani- maron las esperanzas mesianicas. Varo, legado de Siria, se vio obligado a intervenir; sofocé en un primer momento la rebelién y se retiré a Antioquia. Pero al poco tiempo estallé de nuevo la revuelta debido a que el procurador de Judea, Sabino, oprimia al pueblo y se comportaba arbitrariamente cn todo. Los rebeldes utilizaron las instalaciones del templo para delenderse; los romanos se apoderaron de su tesoro. Los judios lonraron acorralar a Sabino en el palacio de Herodes. También el HISTORIA DE LA IGLESIA ANTIGUA 37 grupo de los bandidos, que Herodes habia perseguido, reaparecié en Galilea dirigido por Judas, hijo de Ezequias. Igualmente apare- cid un tal Simén en el territorio del Jordan y Atronges en Judea que incluso se autoproclamaron reyes. De nuevo Varo intervino para sofocar la rebelién con ayuda de los nabateos. Segiin Josefo 2.000 judios fueron crucificados. A partir de entonces se arraigé en la conciencia del pueblo la idea de que Roma era un poder hos- til a Dios y a Israel. En el 6 d. C. Arquelao fue apartado del poder y Judea pasé a ser administrada directamente por Roma a través de un procura- dor (el primero de ellos Coponio 6-9 d.C). Muchos judios ya antes se habian mostrado a favor de la presencia romana porque ello permitia una mayor autonomia en los asuntos judios que la que pudiera ofrecer un rey con marcadas tendencias helenistas. Por otra parte, Judea se convertia en provincia subordinada a Siria y su legado Quirino (6-11) pronto dejé ver su autoridad mediante la realizacién de un censo, lo que probaba claramente el dominio extranjero. La cuestion de los impuestos ofrecié extrema resisten- cia entre los judios dando lugar al nacimiento del celotismo cuyo fundador, Judas de Gamala, llamado el Galileo, goz6 del apoyo de muchos fariseos. Josefo sitaa en esta coyuntura la fundacién de una “cuarta filosofia” que propugna la lucha armada contra Roma. Procuradores romanos Primero s6lo en Judea (del 6 al 41) y luego en toda Palestina (del 44 al 66), los gobernadores se encargaban de los asuntos militares, juridicos y financieros; para los asuntos de mayor importancia debia consultar al legado de Siria. Segin Schiirer, bajo Augusto y Tiberio recibieron el nombre de prefecto y desde Claudio el de procurador aunque con las mismas atribuciones. Habia provincias senatoriales, imperiales y aquellas que presen- taban alguna diferencia por su cultura, religion o barbarie; Judea pertenecia a éstas tltimas. Las provincias imperiales y senatoria- les estaban administradas por personas de rango senatorial, anti- guos c6nsules 0 antiguos pretores. Las clasificadas en tercer lugar estaban regidas por gobernadores de rango ecuestre. Residian en la Cesarea maritima y solian venir a Jerusalén durante las gran- des fiestas judias residiendo en la fortaleza Antonia. Disponian de una modesta ayuda militar reclutada en Siria 0 Palestina pero 38 Jost Maria Macaz no entre los judios pues estaban exentos del servicio militar. El grueso de estas tropas solia estar en Cesarea. El pueblo judio gozé con los gobernadores romanos de ciertos margenes de autogobierno. Ya desde Herodes el pueblo prestaba juramento de vasallaje al emperador. Josefo habla de una consti- tucién aristocratica en la que los sumos sacerdotes tenian la res- ponsabilidad de la nacién. El sanedrin actuaba como un auténtico gobierno. El sumo sacerdote era al mismo tiempo presidente del sanedrin cuyos miembros eran nombrados y depuestos a voluntad por el gobernador. El sanedrin tenia amplios poderes legislativos y ejecutivos. La jurisdiccién civil estaba en sus manos y se regian por la ley judia. Los delitos politicos se reservaban al gobernador. El ejercicio de la justicia estaba regulado seguin la ley judia por el Sanedrin y los tribunales locales; las sentencias de muerte se las reservaba el gobernador. Los judios tenian plena liber- tad para el ejercicio de su religién. Como no toleraban ninguna imagen, se decidié que las tropas romanas no exhibieran sus insignias en Jerusalén; las monedas de cobre tampoco lIlevaban efigie alguna. Sin embargo, era obligatorio rezar por el emperador y la prosperidad de Roma. No impusieron el culto al emperador, excepto en la época de Caligula. Eximieron a los judios de pre- sentarse ante los tribunales en sabado o dia de fiesta, no sdlo en Judea sino en todo el imperio. Dos veces al dia en el templo se hacia un sacrificio por el César y por la nacién romana. Bajo la autoridad directa de Roma no era concebible una res- tauracién del régimen sacerdotal, por ello, aunque la aristocracia sacerdotal abrigaba sentimientos antirromanos, los preferia a los movimientos mesianicos de liberacién; en ellos veia Roma movi- mientos antiestataeles y los reprimié con dureza. Preferian el limi- tado autogobierno que les permitian los romanos que un enfrenta- miento con Roma. Los mas beneficiados fueron los fariseos, pues volvieron a ejercer gran influencia a través del sanedrin. Il. NACIMIENTO Y BAUTISMO DE JESUS Bibliografia. R. Aguirre, Del movimiento de Jestia a la iglesia cris- tiana, Bilbao 1987; J. Blank, Jestis de Nazaret. Historia y mensaje, Madrid 1973; G. Bornkamm, Jestis de Nazaret, Salamanca 1990; J. Danielou, Los manuscritos del Mar Muerto y los origenes del cristianismo primitivo, Madrid 1961; R. Fabris, Jestis de Nazaret. Historia e interpretacién, Salamanca 1992; G. Firpo, Il problema cronologico della nascita di Gest, eng ar paieomtepiate HisTORIA DB LA IGLBSIA ANTIGUA 39 Brescia 1983; J. Jeremias, Teologia del Nuevo Testamento, Salamanca 1977; A. G. Lamadrid, Los documentos del Mar Muerto, Madrid 1971; J. F. Meier, Un judio marginal, Nueva visién del Jesus Historico, Pamplona 1998; H. Stegemann, Los esenios, Qumran, Juan Bautista y Jestis, Madrid 1996; G. Theissen, Sociologia del movimiento de Jestis, Santander 1989; Ib., El Jestis Historico, Salamanca 2000; W. Trilling, Jestis y los proble- mas de su historicidad, Barcelona 1975. 1. La recna El dia y el afio del nacimiento de Jests no se saben con exac- titud. Mateo dice que Jestis nacié “los dias del rey Herodes” (Mt 2,1) y Lucas, que el nacimiento se produjo durante el censo que se hizo “siendo Quirino gobernador de Siria” (Le 2,2). En cuanto a Herodes, el escritor Flavio Josefo dice que murié antes de la pas- cua (el 11 de abril) del ano 750 de la fundacioén de Roma. De aqui habria que deducir que el nacimiento de Jestis se produjo poco antes del 750. Seguin Le 3, 23 Jesus comienza su ministerio cuando tenia treinta afios, mas exactamente, “el ario 15 del reinado del empe- rador Tiberio, siendo Poncio Pilato gobernador de Judea” (Lc 3,1). Calculando que el afo 15 del reinado de Tiberio coincide con el afio 785 del calendario romano, el sabio Dionisio el Exiguo, por mandato del papa, fijé en el siglo VI el nacimiento de Jestis en el ao 753, convirtiéndolo en el afio 1 de la era cristiana. La fecha del 25 diciembre (0 bien el 6 de enero segun el calen- dario Juliano usado en la iglesias de oriente), como dia del naci- miento de Jestis, tiene un significado liturgico mas que histérico, introducida a lo largo del siglo III. La fiesta de la navidad no nacié, como se ha interpretado frecuentemente, para sustituir a las fies- tas paganas del solsticio de invierno, sino porque se relacionaba con el dia en que fue creado el sol considerando a Cristo como el nuevo sol de la historia. El sol habria sido creado, segun el AT, el 28 de marzo, asociandose luego al 25, dia en que se conmemoraba la pasion y la concepcién de Cristo. Nueve meses después, el 25 de diciembre, naceria Jesucristo. Lucas situa el nacimiento de Jesus en el marco de un censo mandado por Quirino. Sin embargo, no se ha podido demostrar la existencia de un censo de Augusto para todo el imperio y el censo en el que tomo parte Quirino, gobernador de Siria, se realizé en Judea el 6 d. C., justo en el momento de la retirada de Arquelao y 40 José Maria Macaz la llegada de un procurador romano a Judea. El censo tenia fines fiscales y desde ese momento los tributos, en vez de destinarse al rey, iban al imperio. Los historiadores se inclinan a pensar que Augusto nunca dicté censos que abarcaran a todo el imperio, dada su heterogeneidad administrativa (provincias setatoriales, imperiales, especiales). Pero el censo al que se refiere Lucas, segtin los datos arqueolégicos, pudo ser el segundo ordenado por Augusto (aunque no un censo para todo el imperio), promulgado el afio 746 de la fundacion de Roma. Se podria concluir, por tanto, que Jesus nacié entre el 746 y el 750 de la fundacién de Roma. Por tanto, Dionisio el Exiguo se equivocé en dos 0 tres afios. Juan Bautista “El arto decimoquinto det imperio de Tiberio César... tlego ta palabra de Dios a Juan, hijo de Zacarias en el desierto” (Le. 3,1-2). Esta indicacion cronolégica de Lucas sitia con exactitud el bautismo de Jestis pudiendo precisar el comienzo de su actuacién publica en el afio 28 6 29. Josefo (Ant. 18 5, 2 (117-119) y los sinépticos (Mc 6, 17-29; Mt 14,3-12; Le 3 19-20) dan noticias complementarias sobre Juan Bautista. Josefo dice que “exhortaba a los judios a lle- var una vida recta, a practicar la justicia con los demas y la piedad para con Dios, para luego recibir el bautismo... Fueron muchos los que siguieron sus pasos, profiindamente movidos por sus palabras. Herodes era consciente de la gran influencia de Juan sobre el pue- blo y temia que esto condujera a una rebelién, puesto que todos parecian dispuestos a hacer cualquier cosa que Juan les pidiese. Decidi6, pues, ser el primero en atacar y librarse de Juan antes de que sus palabras provocasen un levantamiento y se viese envuelto enuna dificil situacién. Consiguientemente, Juan fue apresado y tle- vado a Maqueronte, la fortaleza mencionada, donde, victima de las sospechas de Herodes, fue ejecutado”. Segiin Josefo, el Bautista propone el rito de inmersion en el agua como muestra de conversién y para el perdén de los pecados, con la esperanza puesta en el juicio escatolégico inminente, como un medio de salvacion dirigido a todo el pueblo. El movimiento farisaico y esenio tenian caracteristicas mas elitistas aunque practicaran igualmente ritos bautismales. Para Josefo, la razon de la muerte del Bautista causada por Antipas fue meramente politica, sin embargo, en su predicacién esta ausente totalmente HISTORIA DE LA IGLESIA ANTIGUA 41 la figura de un mesias con notas exclusivamente politicas, por ello no es licito verlo como el representante del mesianismo politico que culminaré en la guerra judia. Probablemente el encarcela- miento y posterior muerte de Juan se deba al miedo de Antipas a que un movimiento inicialmente religioso pudiera derivar hacia la rebelién politica. Los evangelistas, en cambio, ven la causa de la muerte en la condena del matrimonio de Antipas con Herodias. El lugar de encarcelamiento no lo mencionan. Juan fue mantenido en la carcel durante un tiempo y, al final, la intervencién de Herodias precipito su ejecucion. Su muerte tendria lugar poco después del bautismo de Jestis. Los evangelistas transmiten también su modo austero de vivir. La predicacion de Juan Bautista, segun los evangelios, podria condensarse en el anuncio del reino de Dios que se acerca para juzgar a los pecadores. De la ira de Dios s6lo es posible escapar por medio de la conversién de la que es simbolo el bautismo como compromiso para iniciar una vida nueva. Era también el instru- mento que volvia a reconstruir el pueblo escogido de Dios libran- dolo del futuro juicio divino. Hasta la aparicion de Juan, existian numerosos ritos de puri- ficaci6n que incluian la inmersién de todo el cuerpo, pero cada uno realizaba tales ritos de manera auténoma, sin la colabora- cién de un bautizador. Juan fue el primero que procedié asi. Era un bautismo para el perdén de los pecados que preservaba a los hombres de la perdicién en el juicio final. A continuacién Jesus adopté este rito bautismal y lo practicé de forma auténoma. Esta seria la explicacién mas sencilla del bautismo de la comunidad cristiana ya que fue practicado desde el principio no como un rito de purificacién auténomo, sino como una accién realizada por otros cristianos. Hacia el centro de Perea, frente a Jericé, se encontraba aquel lugar “en el desierto” en el que Juan solia bautizar, “al otro lado del Jordan” (Jn 1,28; 10,40). Este lugar, llamado Betania, (“lugar de las barcas”), estaba situado en la zona oriental del Jordan y por ello podia Antipas actuar contra él, puesto que estaba dentro de su jurisdiccién politica. La eleccién de la zona oriental es una clave para entender la actuacién del Bautista. Es el lugar por el que en otro tiempo Josué habia conducido al pueblo de Israel al pais sagrado a través del Jordan. Juan, con su predicacién, que- ria poner a los judios en la misma situacién que Israel antes de 42 José Maria Macaz entrar en la tierra de salvacién, es decir, retornar al desierto y ahi, desde la conversién sincera, anhelar y hacerse merecedor de la tierra de promision. Juan Bautista creé un movimiento que perduré después de su muerte. Algunos hacen remontar a los mandeos, que proceden del Jordan, a Juan el Bautista. Pero la influencia mayor es la que ejercié sobre el propio Jestis y sus discipulos. Segtin Jn 3, 22-23 Jestis habria bautizado al mismo tiempo que Juan después de la separacién. Jestis lo considera mds que un profeta y como el més grande entre los nacidos de mujer (Mt 11, 7-11). Juan y los esenios Entre el bautismo de Juan y los ritos de purificacin esenios hay algunos rasgos comunes pero destacan mas las diferencias. Juan bautizaba a otras personas mientras que en Qumran tenian lugar ritos de inmersién auténomos; el bautismo era un acto unico en la vida; en Qumran lo realizaban varias veces al dia. Para Juan el bautismo preservaba de la perdicién en el juicio final, tenia caracter sacramental, mientras que en Qumran los ritos ser- vian para la verificacién de la pureza cultual. El bautismo de Juan garantizaba el perdén de los pecados en el jucio final; los bafios de Qumran no implicaban la idea del juicio final o la mediacion del perdon de los pecados. Para Juan, el bautismo sellaba el hecho de la conversion; para los esenios la conversion consistia en el cum- plimiento estricto de la Torah y se concretaba en el retorno de la diaspora y en la entrada en su Unién. Las diferencias entre uno y otros son son enormes. Ambos reivindicaban para si la posibilidad exclusiva de preservar a Israel de su destruccion en el futuro juicio de Dios; los esenios mediante el ingreso en su Unién y Juan mediante su bautismo. Los esenios rechazaban el culto sacrificial en el templo porque se regia por el calendario lunar; de Juan, en cambio, no existen referencias de este rechazo. Por tanto, la relacion de Juan con los esenios, si existi6, no fue tan determinante como para considerarlo discipulo un suyo. También se ha querido relacionar a Jesus con los esenios; el bautismo de Juan asi lo indicaria. Ademas, Jesus dedicé un tiempo al retiro en el desierto, lo que evoca la preparacién esenia de dos afios; adopté una practica de oracion y meditacion pareci- das a las esenias; los avisos a los discipulos sobre vestido y viajes HISTORIA DE LA IGLESIA ANTIGUA 43 se parecen al c6digo de conducta esenio. Hay otras semejanzas como la actitud ante la riqueza, la prohibicion del divorcio, la seleccién de los doce comparada a los doce miembros del consejo de la comunidad. Pero la diferencia fundamental entre los esenios y Jestis se encuentra en la predicacién del reino a todos los hom- bres. 3. BauTIsMo DE JESUS EN EL JORDAN La historicidad del bautismo de Jestis se apoya en la unani- midad de la tradicién evangélica. En la descripcién del bautismo, los evangelios ponen el relieve en la recepcién del Espiritu, debido a la dificultad especial que el bautismo de Jestis creaba en los evangelistas. Por esta razon, la comunidad primitiva no pudo crear estos relatos para apoyar su practica bautismal. Por el contrario, cuando fundamentan esta practica, no hacen referencia alguna al bautismo de Jestis por Juan. Es el significado penitencial lo que causa extrafieza en el bautismo de Jestis. El tiene que ponerse al lado de los pecadores para recibir el bautismo del perd6n de los pecados. Por eso los evangelistas se centran en la recepcién del Espiritu de Dios que desciende sobre El, manifestando que Jesus, mediante el don del Espiritu en el momento del bautismo, qued6 plenamente constituido para su mision como Hijo de Dios con la actitud del siervo fiel. El bautismo de Jestis se narra en Mc 1,9-11, Mt 3, 13-17, Le 3,21 y Jn 1, 32-34 y supuso el comienzo de su vida publica. Todos los textos contienen dos elementos, el descendimiento del Espiritu sobre Jesus y una proclamacién unida a él. La comunicacién del Espiritu significa inspiracién profética, es decir, que es llamado a ser mensajero de Dios. Al descenso del Espiritu siguio una proclamacién: “Tt eres mi unico Hijo, mi amado. En ti he puesto mis complacencias” (Mc 1,11). Parece que la proclamacién recoge ¢ interpreta una cita de Is 42,1: “He aqui a mi siervo a quien yo sostengo, mi elegido en quien se complace mi alma”. El bautismo de Jestis se comprende, pues, en el contexto del Siervo de Dios. Jestis tuvo conciencia, ya en su bautismo, de ser el Siervo de Dios prometido por Isaias. Parece probable que Jestis, después de su bautismo, con- tinué al lado de Juan durante un breve tiempo en la region de Perea, en la otra orilla del Jordan. Mas tarde se habria separado 44 José Maria Macaz de él, arrastrando a una parte de sus discipulos. Tras la sepa- racién del bautista, Jests habria bautizado en Judea, mientras que Juan se habria trasladado cerca de las fuentes de Samaria. Después del arresto de Juan, Jestis comenzé en Galilea la procla- macién del Reino de Dios a los pobres, pecadores y enfermos. Ill. GRUPOS RELIGIOSOS EN TIEMPO DE JESUS Bibliografia. J. Jeremias, Jerusalén en tiempos de Jestis, Madrid 1985; J. Leipoldt, W. Grundmann, El mundo del Nuevo Testamento, Madrid 1973s F. Garcia Martinez, J. Trebolle, Los hombres de Qumran, Madrid 1993; H. Stegemann, Los esenios, Qumran, Juan Bautista y Jesiis, Madrid 1996. 1. Los ESENIOS Se han propuesto varias teorias sobre el origen de los esenios. Segtin una primera teoria, los esenios habrian nacido al separarse de los asideos cuando Jonatan asumié el cargo de sumo sacerdote (152 a.C). El Maestro de Justicia esenio, que podia ser el sumo sacerdote depuesto, se opuso a aquella medida, originando una escision entre los asideos; unos aceptaron a Jonatan, y otros, con el Maestro de Justicia, marcharon al desierto y se instalaron en Qumram, surgiendo asi el movimiento esenio. Sin embargo, esta teoria reduce el movimiento esenio a la comunidad de Qumran y relaciona directamente su nacimiento con la crisis provocada por las persecuciones de Antioco IV Epifanes, lo cual no se apoya en los textos esenios. Otra teoria se centra en los origenes babilénicos. Probablemente en tiempos de Judas Macabeo (166-160), anima- dos por sus victorias, un grupo de judios conservadores residentes en Babilonia regreso a Israel, pero el choque con la realidad pales- tina dio origen al movimiento esenio. A él se uniria el Maestro de Justicia proponiendo un regreso al desierto como solucién a los males de Israel. Con sus seguidores fund6 la secta de Qumran, mientras que la mayoria de los esenios permanecian en la socie- dad judia. Movimiento esenio y secta de Qumran no se identifi- can, sino que ésta aparece como una forma peculiar de entender HISTORIA DE, LA IGLESIA ANTIGUA 45 el esenismo. No hay, sin embargo, suficientes pruebas de que el movimiento esenio haya nacido en Babilonia. Una tercera hipotesis distingue claramente entre el movi- miento esenio y la secta de Qumran y lo presenta como un movi- miento palestino, anterior a la crisis creada por el proceso de helenizaci6n de los seléucidas, en relacién directa con la tradicién apocaliptica del siglo III a. C. Aunque es dificil datar con preci- sién el momento exacto en que surge como realidad distinta de la apocaliptica, se podria situar a comienzos del siglo II a. C. Por otro lado, en el nacimiento de la secta de Qumran tiene un papel esencial el Maestro de Justicia, el cual se ofrece para guiar a los fieles por el camino justo y dar a conocer a todos la inminencia del juicio divino. Esto le oblig6 a dar nuevas prescripciones sobre las fiestas y los sacrificios siguiendo el calendario solar, sobre el Templo y la ciudad, sobre el estatuto del Rey, y a ofrecer diferen- tes interpretaciones sobre la pureza, los diezmos y el matrimonio. Aqui habria que buscar los indicios que motivaron su ruptura. En realidad, el Maestro de Justicia ofrece una nueva interpretacion de los textos sagrados, basando su autoridad en una revelacion divina en la que se apoyan también sus seguidores. Flavio Josefo (La guerra judia, 119-161), Las antigiiedades judias, XIII, XIV, XVII), Filén de Alejandria (Hypothetica, conser- vado en la Praeparatio Evangelica de Eusebio, 8. 11. 1-18), (Todo hombre virtuoso es libre, 12-13) y Plinio el Viejo (Historia Natural, 5.73. 1-3) transmiten unas noticias sobre los esenios que se vieron extraordinariamente enriquecidas con el hallazgo de los manus- critos del Qumran en 1947. Las obras mas importantes para conocer el modo de vida de la comunidad son la Regla de la Comunidad, El Documento de Damasco, los Himnos, la Regla de la Guerra y los comentarios biblicos o Pesharim. Todos son escritos de la propia comunidad a través de los cuales se pueden extraer los rasgos principales de su vida. La figura mas destacada de los esenios y de la comunidad de Qumran es el Maestro de Justicia, un personaje del que es dificil trazar su perfil historico. Casi con toda seguridad fue un sacer- dote sadoquita que ocupo el cargo de sumo sacerdote en tiempos de Jonatan (162-142), habiendo sido, con muchas probabilidades, su antecesor. Jonatan ocupé el cargo el 152. El titulo mismo de Maestro de Justicia indicaria que era sumo sacerdote, pues es un titulo que conlleva la maxima autoridad doctrinal de Israel. Los escritos de Qumran lo presentan como el hombre suscitado por 46 Jose Maria Macaz Dios para dirigir la comunidad, como el destinatario de una reve- lacién especial de Dios. Cuando Jonatan ocup6 el cargo de sumo sacerdote se revelé contra él. Es posible que terminara sus dias ajusticiado, victima del poder representado por el rey y sacerdote, aunque no crucificado. Segan la Regla de la Comunidad, en Qumran habia sacer- dotes, levitas y laicos, con un Consejo que parece ostentaba una autoridad superior. La presidencia correspondia a un inspector; también habia unos jueces y ancianos de los que no quedan cla- ras sus funciones. Segun el Documento de Damasco, los miembros. de la comunidad vivian en campamentos, con lo que se indicaria que habitaban cn aldeas con sus mujeres € hijos, dedicados a las tareas habituales de la agricultura y el comercio, aunque separa- dos del resto de los judios. Se ingresaba en la comunidad esenia después de pasar un riguroso escrutinio. Habia un periodo de pre- paracion que podia durar unos tres afios antes de la incorporacién plena. El que ingresaba en la comunidad esenia llevaba no solo su persona sino todo su patrimonio, material, intelectual y espiritual. El patrimonio transferido pasaba a una cuenta especial, para el caso de que por causa de muerte, abandono o no aceptaci6n, el candidato no se incorporara plenamente. Cuando esto se produ- cia, la comunidad esenia se hacia propietaria del patrimonio. Los esenios celebraban después de la oracion una comida ritual comunitaria presidida por un sacerdote que recitaba los textos de bendicion sobre la comida y la bebida. Cada participante debia realizar antes un bafio de inmersi6n, obligacion ritual que no tenia nada que ver con el perdén de los pecados. Los esenios no eran célibes, aunque la imagen que han transmitido asi lo pareciera. La razon es que consideraban el matrimonio como un acto unico en la vida; es decir, sdlo se podian casar una vez. Una vez casados a los veinte anos de edad, la dificil situacion de vida de las mujeres, hacia que enviudaran pronto, por lo que habia muchos varones esenios que no vivia en matrimonio. También los esenios de Qumran estaban casados. Los judios seguian el calendario solar probablemente desde su regreso del exilio de Egipto en el siglo VI a. C.; era el que regulaba las celebraciones festivas y el culto del templo. En Babilonia, en cambio, se utilizaba un calendario lunar. Este calendario habria sido seguido por los judios que estuvieron exiliados en Babilonia. Fue también en el siglo VI a. C. cuando el dominio persa impuso este calendario en todo el oriente, incluido Egipto. El calendario HisToRIA DE LA IGLESIA ANTIGUA 47 lunar dominaba la vida profana de Israel. En el 167 a. C., el sumo sacerdote Menelao, lo impuso en templo y en el 152 a. C. Jonatan determiné que el culto de Israel se rigiera por él. Los esenios rechazaron el calendario lunar por entender que mediante él se profanaban todos los dias festivos dedicados al Sefior y se atuvie- ron al calendario solar de 364 dias pensando que se ajustaba a lo ordenado en la Torah. El sol era el elemento determinante del calendario porque era lo tinico que podia establecer una separa- cion adecuada entre las tinieblas y la luz. Los sacrificios y ofren- das realizados segiin el calendario lunar no se ajustaban a lo que estaba prescrito y por tanto eran completamente nulos. Segtin los esenios, los sacrificios realizados en el templo no se ajustaban ala Torah. Por eso emplearon su propio sistema. Su actitud no supo- nia, en cambio, un rechazo del templo, sino sélo su calendario. Los esenios vinculan la salvacién a su existencia en el pais sagrado de Israel. Los judios de la didspora no alcanzarian la sal- vacion si no regresaban antes del juicio final. Ademas, para alcan- zar la salvacién era necesario ingresar en la Unién esenia, abierta a todos los judios, pues era la que interpretaba correctamente la voluntad de Dios. ‘Todas las cosas estan prederterminadas por Dios desde antes de la creacién. No hay un mundo malo sobrena- tural igual a Dios. Pero en esta concepcién se introduce un dua- lismo entre el espiritu de la verdad o de la luz, y el espiritu de la mentira o de las tinieblas, entre los Angeles buenos y los angeles malos. La division entre el bien y el mal afecta a los hombres que se diferenciaran entre hijos de la luz e hijos de las tinieblas. Pero al final Dios destruiré el mal y se declararé el triunfo del Bien. Los esenios creian que el fin del mundo estaba cerca. El Maestro de Justicia pensaba que veria el juicio final y el tiempo salvacién para Israel. En este contexto tiene importancia la figura del Mesias. Los esenios esperaban la aparicién de un mesias indi- vidual que regiria a Israel con justicia y aniquilaria a sus enemi gos. Este mesianismo no colectivo tendria dos figuras, un mesias regio, descendendiente de David, para los asuntos politicos, y un mesias sacerdotal, descendiente de Aarén, que dirigiria el culto en el templo. Por encima de ellos, un profeta a la manera de Moisés complementaria las leyes de la Torah. Los esenios esperaban la resurreccién de los muertos, los cuales habitarian después de su muerte en el paraiso descrito en Gn 2-3, aqui en la tierra, en el monte Ararat. a8 José Maria Macaz 2. Los FARISEOS Los fariseos, mas rigidos y cerrados, formaban una agrupa- cion de piadosos dominados, en tiempos de Jestis, por los escri- bas. Considerandose los representantes del judaismo correcto, tomaron de los saduceos la importancia de la ley y la radicali- zaron, creando un precepto para cada situacién; miraban con desprecio al pecador y desconocedor de la ley olvidando al Dios misericordioso. Los fariseos, como los esenios, tienen su origen en el movi- miento de los asideos y en su oposicién a los saduceos. La época de su aparicién pudo ser la del sumo sacerdote Jonatan, pues Josefo los menciona por primera vez en este lugar hablando jun- tamente de los saduceos y esenios. Fariseos es la forma griega del hebreo perusin y significa los segregados. Es verosimil que las expresiones casa de Absalon, hombre de mentira (frente al Maestro de Justicia), traidores, encontrados en algunos documentos de Qumran, se refieran a ellos, indicanado que no quisieron unirse a los esenios cuando estos se separaron de los asideos. Los esenios se considerarian los verdaderos seguidores de los asideos y los fariseos en cambio serian unos apéstatas. No eran un movimiento dirigido por sacerdotes, aunque entre ellos los hubiera, sino un movimiento laico dirigido por los doctores de la ley. A diferencia de los esenios, no rompieron con el templo ni con sus sacerdotes. Muchos esenios se hicieron fariseos y se ganaron a grandes secto- res del pueblo. Al principio se pusieron al lado de los asmoneos, pero en tiempos de Juan Hircano I se separaron (éste se apoy6 en los saduceos) llegando a una total ruptura con Alejandro Janeo. Este, en cambio, recomend a su mujer y sucesora Alejandra que se reconciliara con ellos. En este momento se introdujeron en el Sanedrin. Con Herodes el Grande perdieron influencia y lo reco- braron tras su muerte. Herodes los respeté porque tenian gran influencia sobre el pueblo. En tiempos de Jestis se convirtieron en un movimiento reli- gioso debido a la influencia del rabino Hillel el cual desligé la observancia de la ley del marco cultual y la trasladé al ambito cotidiano; conect6 igualmente con las ideas populares y se abrié a influencias helenisticas. El destino del hombre y del pueblo depende del cumplimiento moral y ritual de la ley, actitud moral que puede adquirirse mediante el aprendizaje, de ahi la importan- Historia DE LA IGLESIA ANTIGUA 49 cia de la escuela. Tal vez, por eso, Josefo los considera una secta filosofica. Estas ideas condujeron a los fariseos al individualismo. Ellos pueden cumplir con la ley individualmente en medio de la sociedad. Aunque Dios habia prometido la justicia a Israel como pueblo, los fariseos se enorgullecian de recibirla individualmente si cumplian la ley. En consecuencia, los conceptos de retribucién y castigo, resurreccion y juicio, eran entendidos de manera indivi- dual por los fariseos, estableciéndose un paralelismo con las ideas griegas de la inmortalidad del alma y del juicio de los muertos. Seguin Jeremias, no se debe sobrevalorar el numero de los fariseos. Josefo habla de 6.000 fariseos durante la época de Herodes en todo el reino. La poblacién de Jerusalén era de 25 a 30.000; el conjunto de sacerdotes y levitas era de 18.000; los ese- nios contaban con 4.000. Los doctores de la ley fueron sus dirigentes y proceden de los sabios. Son fieles a la ley enriquecida con la tradicion oral, lo que les dio el apoyo del pueblo. En cambio, esta tradicién oral era rechazada por los saduceos. La ley era considerada mas impor- tante que el culto, lo que posibilité que, cuando desaparecié el templo, el judaismo sobrevivié apoyado en las sinagogas y dirigido por los fariseos. Para impedir que la ley fuera transgredida por ignorancia dieron una serie de disposiciones cuya observancia los protegia de la transgresion. Habia 613 preceptos, 248 manda- mientos y 365 prohibiciones. Su cumplimiento exige estudio, dis- cernimiento y casuistica que interpretan los doctores de la ley. Muy importante es su teologia de la retribucion. Los fariseos practicaban la obra de amor para el merecimiento propio. Los actos del cumplimiento de la ley se cuentan en el haber de sus merecimientos. Los actos de amor borran las penas por las trans- gresiones de la ley. Como los asideos y los esenios, los fariseos estan convencidos de la misericordia de Dios que se dirige no al pecador, sino al justo. Los fariseos, al poner toda la importancia en el cumplimiento individual de la ley, quitaron importancia al pueblo como tal. También rechazaron las esperanzas apocalipticas surgidas en tiempos de los macabeos por la desilusién que creaba la demora de la parusia y las sutituyeron por la conversién, el cumplimiento de la ley y las buenas obras. Aunque rechazaban la apocaliptica, aceptaban, sin embargo, sus esperanzas escatolégicas. Los fari- seos creian en la venida del mesias, esperaban el reino de Dios, hablaban del e6n futuro y tenian fe en la resurreccién de los 0 Jose Maria Macaz muertos. La expectacién mesianica la expresaron en los Salmos de Salomon. Dios le dio a David la realeza en Israel y le prome- tid un reino perdurable que ha perdido por sus pecados y que el mesias recuperara. El reino futuro de Dios viene a colmar una expectacién politica y nacional y es ademas un reino celestial. Los fariseos se consideraban, como los esenios, el resto santo. Algunos investigadores han puesto de relieve la cercania de Jesus y de los fariseos. Parece que, en efecto, Jestis estaba mas cerca de ellos que de otros grupos judios. Para Jestis son impor- tantes las categorias de pureza y santidad, reconoce que hay jus- tos entre ellos y recomienda hacer lo que dicen. La misma proxi- midad explica que tuviese con ellos importantes enfrentamientos. Los fariseos no serian los responsables de su entrega y muerte sino los saduceos. Los sapucEos Los saduceos habian surgido antes de los Macabeos, prove- nian de los circulos abiertos al helenismo y en tiempos de Jestis habian evolucionado hacia un partido politico. Buscaban ante todo la voluntad de Dios expresada en la ley a la que desean servir con obediencia absoluta. Sin embargo, no lograron crear un movi- miento masivo, representaban un cierto racionalismo religioso y adoptaron, por otro lado, una actitud oportunista hacia los roma- nos. El nombre de saduceos proviene probablemente del linaje sacerdotal sadoquita. Desde los tiempos de Salomén los descen- dientes de Sadoq ejercian las funciones sacerdotales en el templo de Jerusalén. Los saduceos nacieron de la escision que se produjo en las fuerzas judias con motivo de la asuncién del sumo sacerdo- cio por parte de Jonatan. Los esenios no lo aceptaron y se retira- ron al desierto; los fariseos lo aceptaron conformandose como un grupo laico y los sacerdotes que lo aceptaron, como descendientes de Sadoc, se les denominé saduceos. A los saduceos, ademas de las familias sacerdotales dirigentes, pertenecian las principales familias burguesas de Jerusalén y la nobleza del campo judio. Esta alianza de fuerzas se formé para defender los intereses de la clase sacerdotal en el momento en que Jonatén asumié el cargo de sumo sacerdote. En ellos se asociaron tendencias liberales y conservadoras; liberales en tanto defensores del helenismo; HISTORIA DR LA IGLESIA ANTIGUA 51 conservadoras como defensores del estatuto religioso del estado palestino del templo fundado en la ley. Los saduceos rechazaban la ampliacién de la Ley por la tradi- cién oral (en contra de los fariseos), sdlo reconocen el Pentateuco como texto canénico estricto (lo que no significa que rechacen a los Profetas), no aceptaban los usos populares en el culto (en contra de los fariseos), rechazan las pretensiones proféticas y apocaliticas tanto de los asideos como de Qumram, defienden la salvaci6n intrahistérica limitada a Israel propugnando su exten- sién a toda Palestina mediante la purificacién y circuncision de sus habitantes y no aceptan la resurreccién. Pretendian encajar el Estado del Templo dentro del imperio romano del que recibian cierta autonomia (en contra de Herodes el Grande que queria un estado palestino abierto a judios y gentiles). Los saduceos insisten en la libertad frente a una interven- cién directa de Dios en los asuntos humanos. Tal vez, este rasgo provenga de la influencia helenistica y como consecuencia de que tuvieron que ocuparse durante mucho tiempo de los asuntos poli- ticos. Con los primeros asmoneos perdieron poder, pero lo volvie- ron a recuperar con Juan Hireano y sus sucesores. Con Salomé Alejandra perdieron de nuevo influencia en beneficio de los fari- seos. Los saduceos aparecen como los principales adversarios de Jestis y responsables de su condena a muerte. Continuaron sus ataques a la primera comunidad cristiana y también fueron res- ponsables de la muerte de Santiago el hermano del Senior. Los cELOTAS Otro de los grupos de gran influencia en la sociedad judia en tiempos de Jestis fueron los celotas. Este grupo debe compren- derse en el contexto mas amplio de la resistencia nacionalista de los judios frente a Roma. El imperio romano no es mas que el cul- men del proceso de helenizacin al que se vio sometida la socie- dad judia desde el siglo II. Cuando Roma irrumpe en el mundo judio se crearon dos tendencias enfrentadas en la sociedad judia: una progresista, favorable a Roma y la helenizacién, y otra nacio- nalista opuesta a Roma. Este nacionalismo radical dio origen a varios enfrentamientos armados y a la creacién de todo un linaje de lideres revolucionarios cuya trayectoria va del 47 a. de C. al 74 52 José Maria Macaz, d. de C. El duro reinado de Herodes el Grande silencié este movi- miento pero resurgié después de su muerte. El lider mas antiguo fue Ezequias que actiia en los anos pre- vios al 47-46, cuando Herodes lo captura y manda ejecutar. El 4 a. de C. aparece Judas, hijo del anterior. En el 6 d. de C., otro tal Judas el Galileo, que la mayoria de los historiadores identifican con el anterior, es descrito por Josefo. Jacobo y Simén son hijos de Judas el Galileo y fueron ejecutados en el 46-48 d. C. Otro hijo © nieto de Judas fue Menahem, que desempené un papel impor- tante en la revoluci6n del 66. En este mismo ario surgio también Eleazar que se convirtié en el lider de Masada y el defensor de esta fortaleza hasta su conquista final. El vocabulario que emplea Josefo para designar a los resis- tentes judios contribuye a identificar a los celotas. Bandidos, sicarios y celotas son los términos empleados por el historiador para definir a los resistentes. Los partidarios de Ezequias se denominan bandidos o bandoleros, al igual que los partidarios de Menahem. Los sicarios (portadores de la sica o daga con la que perpetraban sus actos terroristas) definen, segtin los romanos, a todos los resistentes armados. En un principio, Josefo identifica a los sicarios y a los bandidos, pero segan va avanzando su obra los diferencia. El término sicario se aplicaba al principio a personas aisladas y ahora a un grupo organizado que defiende la fortaleza de Masada. Las escaramuzas anarquicas de los partidarios de la violencia se fueron transformando, después del 66, en una guerra nacional que moviliz6 las distintas tendencias. Hubo otros extremistas judios autodenominados celotas. La expresién aparece ya en el judaismo antiguo e indica el celo violento por el cumplimiento de la ley; una violencia sagrada que castiga al que infringe la ley. La palabra se aplica al discipulo de Jestis, Simén el celota. En tiempos de Jestis la expresién celota no tenia todavia el significado politico y colectivo que adquirié des- pués del 66, sino solo era un término que calificaba a un hombre celoso, entusiasta o incluso fanatico. Eran muy distintos de los bandidos y sicarios. Su primera manifestacién colectiva fue pro- bablemente su negativa a ofrecer sacrificios por Roma y el empe- rador en el afo 66 a instancias de Eleazar (hijo del sumo sacer- dote Ananias), que era su lider en esta coyuntura. La negativa a sacrificar en favor del emperador representaba un acto violento que equivalia a una auténtica declaracién de guerra contra Roma HISTORIA DE LA IGLESIA ANTIGUA 53 por lo que a partir de este momento el término celota adquirié connotaciones militares. La doctrina con la que justificaron y emprendieron la lucha ayuda a comprender su actitud. El reino de Dios en Israel es incompatible con cualquier otra dominacién; aunque Israel habia sido sometido muchas veces, ello se aceptaba como un castigo. Los celotas, sin embargo, rompieron con esta tradicién pues esta- ban dispuestos a sacrificar el dinero, la hacienda 0 la vida por la monarquia de Dios, Cuando ya estaba todo perdido y Tito invité a los sitiados en Jerusalén a poner fin a su resistencia, los celo- tas proclamaron la soberania universal de Dios y denominaron al mundo templo de Dios. Esta doctrina tuvo consecuencias en otro orden. Los roma- nos sostenian el principio juridico de que con la conquista de un pais sus tierras pasaban a ser propiedad del estado romano, cuyo usufructo se dejaba a sus habitantes. Sobre este principio basa- ban su exigencia de impuestos. Pero esto entré en conflicto con la idea de que Dios habia dado la tierra en propiedad inalienable a Israel. El aumento de los impuestos y su violenta recaudacion hizo que muchos apoyaran las tesis celotas. Los pobres, pequefios campesinos y terratenientes les apoyaron. Veian en las calamida- des economicas la gran calamidad del tiempo final a la que habia de suceder el tiempo de salvacién. De ella se esperaba un nuevo reparto de la propiedad. El pobre tiene la proteccién de Dios. Los celotas abominaban de las imagenes en todas sus for- mas; las del emperador producian mayor escandalo. (Algunos mas radicales no osaban tocar las monedas romanas porque en ellas estaba la imagen del emperador). En el momento de la guerra, se dividieron entre si y se enfrentaron a los otros grupos judios y todos sucumbieron en el tragico desenlace final. IV. VIDA PUBLICA DE JESUS Bibliografia. Blank, Bornkamm, Dodd, Fabris, Jeremias, Theisen, La aparicién ptiblica de Jestis esta en relacién con la pre- dicacién de Juan Bautista, dato en el que coinciden todos los evangelios y por tanto puede considerarse un hecho seguro. Jestis conocié y asumié el mensaje del Bautista y estuvo de alguna forma vinculado a su movimiento. Cuando Juan fue condenado 54 Jos® Maria Macaz a muerte por Herodes Antipas malinterpretando politicamente su mensaje (segtin el relato de Josefo), entonces Jestis comenzé su propia accién publica; esta actividad pudo durar entre un aio segtin los sinépticos, 0 tres afos segdin Juan. Jestis enlazé de muchas maneras con el Bautista. De él tom6 sus primeros discipulos. Como Juan, predica al aire libre y ensefia a sus discipulos una oracién para mantenerlos unidos; y como él exhorta a la penitencia. Rechazan ambos toda expectacién poli- tica y nacional, aceptan a los pecadores notorios y convocan al resto santo, no como un grupo separado, sino abierto a todos, incluso a los rechazados por la sinagoga. Pero también hay enor- mes diferencias. Juan es asceta, Jestis, en cambio, esta abierto al mundo; Juan anuncia el juicio inminente, Jestis la cercania del reino de Dios; el Bautista permanece en el marco de la expecta- cién mientras que Jestis pretende realizar su cumplimiento; Juan se encuentra todavia en el ambito de la ley, con Jestis comienza el evangelio. Por eso, el menor en el reino de Dios es mayor que Juan 1, JEsUs ¥ Los piscipuLos La tradicion presenta a Jess como maestro o rabi y este dato no es propio de la comunidad primitiva porque para ésta Jesus es ante todo el Sefior. Ensefia en las sinagogas o al aire libre, en el area del templo, habla y discute con maestros y escribas judios. Jestis vive y se desplaza por Galilea y por Judea junto con un grupo de personas, distintas de sus parientes y de la muchedum- bre, que le siguen para escuchar sus palabras o presentarle sus enfermos. Este grupo es designado con el nombre de discipulos; a veces se le identifica con los doce o con los apéstoles. El grupo de discipulos es distinto de los simpatizantes 0 curiosos e indica la especial relacién que se ha establecido entre ellos y Jestis. Dentro del grupo de discipulos hay unas cuantas mujeres ligadas por vin- culos de parentesco con Jestis 0 con los doce, gesto original con respecto al judaismo de la época. Los sinépticos mencionan la eleccién y constitucién del grupo de los doce en el contexto de la actividad de Jesus en Galilea. Los tres dan la lista de doce, siendo el primero Simon y el ultimo Judas. Algunos proceden de un ambiente helenizado como Andrés y Felipe. Segun Jn Felipe, Andrés y Pedro son naturales de Betsaida HISTORIA DE LA IGLESIA ANTIGUA 55 de Galilea; Pedro tiene su residencia en Cafarnatin; Santiago y Juan, hijos del Zebedeo, viven a orillas del lago; su madre forma parte del grupo de mujeres que siguieron a Jestis desde Galilea. Los hermanos Pedro-Andrés, Santiago-Juan son pescadores del lago. Mateo es un publicano. La profesién de los demas es desco- nocida. El sobrenembre de Simé6n “cananeo” o “celote” sugiere que pertenecia a alguno de los movimientos radicales de liberacién, aunque no en la linea politico-militar de Judas el Galileo, sino mas bien en los ambientes celosos del templo. Judas Iscariote pudiera también estar comprometido en algun grupo de reforma de Israel. Incluso Pedro, cuyo sobrenombre Barjona pudiera tener el significado de “extremista o bandido”, pudiera estar en relacion con estas tendencias extremas. La noche del arresto de Jesus los doce estan armados con dos espadas y Pedro hace uso de ella. En resumen, el grupo de los doce discipulos agrupados en torno a Jestis esta formado por hombres, procedentes de la clase media, trabajadores auténomos o empleados; un grupo heterogéneo en cuanto a la orientacién religiosa 0 ideolégica. Algunos estan casa- dos. Jesiis toma la iniciativa en la llamada de los doce. Aunque los relatos de vocacién de Pedro-Andrés, Santiago-Juan y Mateo estan elaborados conforme a los intereses catequéticos, se des- cubre el nticleo histérico en la frase de Jestis “os haré pescadores de hombres” (Mc 1,17). Siguiendo el estilo profético, resuena como una orden y anuncia una promesa que no deja sitio para otras ocupaciones y significa participar en la misma misién de Jesus, consistente en reunir a los miembros del pueblo de Dios para el juicio definitivo (Jer 16,6). Parecido es el cuadro de la vocacién de Mateo con el imperativo: “sigueme” (Mc 2,14). No existe otro para- lelismo en el judaismo contemporaneo. Aunque hay grupos de los discipulos (talmidim) que acuden a un maestro para estudiar e interpretar la ley llevando vida en comin con él, los discipulos de Jestis, en cambio, no se retinen para estudiar la ley sino para compartir su misién con él. La institucion de los doce se remonta a Jesus porque la per- tenencia de Judas Iscariote era un motivo de escandalo para la comunidad primitiva. La tradicion mas antigua citada por Pablo (1 Co 15, 3-5) dice que el resucitado se aparecié a los doce. El grupo de los doce simboliza a las doce tribus de Israel (Mt 18, 2 Le 22,30) y por tanto hay que considerarlo como ei nucleo original del nuevo pueblo de Dios, es decir, de la iglesia. 56 José Maria Macaz. Dentro de los doce se encuentra Pedro y todo lo que signi- fica la confesion de Cesarea (Mt 16, 17-19). En esta expresién se quiere ver la fundacién de la iglesia por Jestis. Muchos la consi- deran pospascual. Sin embargo, la expresién en si misma puede pertenecer al Jestis histérico, aunque se ha de considerar que esta manifestando un deseo de futuro: “sobre esta piedra edificaré mi iglesia”. Jesus envia a los mensajeros a predicar el reino de Dios. La autoridad que les concede esta acorde con esta misién y proviene de la posesién del Espiritu. Jesus, al conferir autoridad con oca- sién de enviar a los mesajeros, hace sobre ellos una especie de derramamiento del Espiritu que los capacita para vencer a los instrumentos de satanas y destruir su reino. La autoridad de los mensajeros incluye la comunicacién de la salvacién. El servicio de mensajero es, por su misma esencia, un representar a Jestis (Mt 10,40). 2. JESUS Y LA IGLESIA Donde tiene lugar la actuacién publica de Jestis va dejando adeptos que le acojen a El y a su mensaje sobre el reino de Dios. Se encuentran por todo el pais, principalmente en Galilea, pero también en Judea y la Decapolis. Muchos discipulos acompafian a Jestis en sus desplazamientos. Entre ellos, destaca el grupo de los doce, a quienes Jestis envia. Y asi va surgiendo en medio de este mundo, la comunidad de los que pertenecen al reino de Dios. Ahora bien, gJests quiso congregar realmente una comunidad propia? La duda surge porque la palabra ekklesia sélo aparece dos veces en los evangelios, Mt 16,18, donde significa iglesia univer- sal y Mt 18,17, donde significa iglesia particular. Si por ekklesia hubiera que entender una organizacién como la que se formé en lo sucesivo, seria una anacronismo atribuir a Jess la fundacién de una iglesia. Pero el sentido de ekklesia es otro. Teniendo en cuanta un paralismo con Qumran (4 QpPs 37 III 16 -a propésito del salmo 37, 23b-24a-}, se concluye que ekklesia significa pueblo de Dios. Jesus habla muchas veces y con muchas imagenes del pueblo de Dios congregado por él. Jestis no fue el primero ni el unico en intentar congregar al pueblo de Dios. En el judaismo contemporaneo, fariseos, gru- HISTORIA DE LA IGLESIA ANTIGUA 587 pos bautistas, esenios, pretendian esto mismo, congregando al resto santo, aunque con la peculiaridad de ser un resto cerrado y elitista. También Juan Bautista congrega al resto, en este caso abierto, preparando el camino de Jestis. Jestis rechaz6 todos los intentos por realizar la comunidad del resto por medio de la sepa- racién. Al contrario, llamé a los proscritos de los otros grupos e invité a su mesa a los pobres, lisiados, paraliticos y ciegos (Le 4,13). Jestis ofrece a todos los pecadores la salvacién. Este men- saje de apertura radical caus6 un gran escandalo entre los judios. Puesto que Dios es tan bondadoso y ama al pecador, por eso Jesus no sdlo congrega al resto santo, sino a todo aquél que quiera per- tenencer a la comunidad del nuevo pueblo de Dios. Jestis anuncié el reino de Dios como consumacién escato- logica de Israel y por ello buscé ante todo su conversién. Pero la radicalidad de este mesaje superé el particularismo del pueblo judio abriéndolo a una comunidad universal. Como signo del reino abierto a todos se encuentran las comidas compartidas con publicanos y pecadores. En Jestis desaparecieron aquellas limitaciones que se basaban especialmente en las prescripciones de pureza y, probablemente también, las leyes sobre alimentos e incluso la casuistica de la Tora, que antes de Jestis hacian impo- sible extender a toda la humanidad el unico plan salvifico de Dios. La justicia podia ser aceptada por todos los gentiles de buena voluntad. Estos elementos son la base de la nueva comunidad de la Iglesia que tiene su momento original en la formacién del grupo de los discipulos en general y de los doce apéstoles en particular. La llamada a reunir a aquellos que quisieran seguirle en el camino del reino, unido al rechazo de la mayoria del pueblo judio, fue el factor determinante en la configuraci6n de la iglesia. V. JUICIO Y MUERTE DE JESUS Bibliografia. J. Blinzler, El proceso de Jestis, Barcelona 1960; C. H. Dodd, La tradicién histérica en el cuarto evangelio, Madrid 1978; R. Fabris, Jesus de Nazaret, Salamanca 1992; S. Légasse, El proceso de Jestis, Bilbao 1995; R. Penna, Ambiente histérico-cultural en los origenes del cristianismo, Bilbao 1994; E. Schiirer, Historia del pueblo judio en tiempos de Jestis, Madrid 1985. 58 Jos® Maria Macaz, 1. SiTvacion POLITICA EN TIEMPOS DE TIBERIO Y PILATO. Poncio Pilato habia sido enviado por Tiberio (14 al 37) para suceder a Valerio Grato como prefecto de Judea el ano 26 d. C. El cargo implicaba la pertenencia al orden ecuestre, por lo que antes habia desarrollado una carrera militar. Estuvo diez afios en Judea, hasta el 26 d. C. Tanto el NT como los historiadores sitaan Ja ejecucion de Jestis de Nazaret bajo su mandato. Josefo y Filén (Legatio ad Caium, 38, 299-305) coinciden en juzgar negativa- mente su administracién en Judea. El juicio de los evangelios es parecido. Pilato provocé a los habitantes de Jerusalén al permitir que las tropas romanas entraran en la ciudad con las ensenas des- cubiertas mostrando la imagen imperial. El pueblo se concentré en Cesarea suplicando que suprimiese tal abominacién; al final Pilato cedié. También mando aplicar los tesoros del templo a la construccién de un acueducto para Jerusalén y cuando visité las obras, de nuevo el pueblo se manifesté contra esta medida, pero esta vez Pilato disolviéd la manifestacion violentamente. Le 13,1 describe el episodio de los galileos segun el cual Pilato habia hecho pasar por la espada a un numero de galileos que se estaban pre- parando para presentar sus ofrendas en Jerusalén. Finalmente, el episodio de los samaritanos reunidos en el monte Garizin (aio 35) donde suponian que se encontraban los vasos sagrados del templo, mostr6 el talante de Pilato. La muchedumbre fue atacada por las tropas y muchos de ellos murieron. Los samaritanos, que no daban ningun matiz politico a esta manifestacién, acusaron a Pilato ante Vitelio, legado de Siria, quien lo mand6é a Roma para responder de su conducta. Filén reproduce una carta de Agripa I a Caligula en la que narra cémo Pilato, sabedor de que los judios no querian estatuas del emperador, colocé escudos votivos sin imagenes pero con el nombre del emperador y ricamente adornados en el palacio de Herodes donde él mismo residia. Los judios no toleraron tampoco esto; acudieron a Tiberio y éste mando que se colocaran en el tem- plo de Augusto en Cesarea. En este contexto se ofrece un juicio sobre él: “Era por naturaleza inflexible y duro, como consecuencia de su arrogancia”; tenia miedo de que los judios recurrieran a Roma porque corria el riesgo de que salicran a la luz todas sus “arbitrariedades, sus violencias, sus rapifias y brutalidades, sus torturas y la serie de ejecuciones sin proceso, su crueldad terrible HISTORIA DE LA IGLESIA ANTIGUA 59 y sin limites’. Se hizo muy impopular y fue suspendido de sug funciones. En el 41 Claudio suprimié la funcién de gobernador de Judea entregando la provincia en calidad de reino a Agripa I, Pero haber ejercido durante tanto tiempo el cargo demues- tra que su administracién no fue tan negativa y que los juicios de Filén y de los evangelios sean exajerados. Queda claro que no quiso comprender el caracter judio, pero sus relaciones con los sumos sacerdotes fueron buenas, en connivencia con Caifas, que ocupé6 el cargo durante todo el tiempo que estuvo Pilato. Ante todo, debia mantener el orden publico ejerciendo un poder coerci- tivo que carecia de limites para los que no eran ciudadanos roma- nos. Los gobernadores solian seguir la politica de Roma. 2. COMPLOT Y ARRESTO DE JESUS. Las fuentes histéricas sobre el juicio y muerte de Jesus son fundamentalmente los evangelios de Mc y Jn (Mt y Le siguen a Mc). Las fuentes no cristianas se limitan a Josefo y Tacito. Antes de su pasién y muerte, hubo un complot contra Jestis narrado por Mc 14,1-2 y Le 22, 1-2; pudo tratarse de una verdadera reunion del sanedrin con Caifas a la cabeza para atentar contra él (Mt 26,3; Jn 11,47-48). Mientras la ensefanza de Jesus se limite a Galilea, s6lo sintié la oposicién de los fariseos, pero cuando Jesus comenzé a predicar en Jerusalén entré en el punto de mira de las mas altas autoridades. La entrada de Jests en Jerusalén, en la que fue acogido y saludado por sus admiradores y discipulos, contribuyé a ali- mentar las sospechas, pues tuvo manifestaciones nacionalistas y mesiénicas. También parece que esta entrada hay que colocarla antes de la pascua fatal (segtin Jn), coincidiendo, tal vez, con el episodio del templo en el que Jestis se enfrenté con los mercade- res y traficantes. A este respecto, C.H. Dodd afirma, apoyandose en la narracién de Mc, que cuando Jesus entré en Jerusalén para la pascua tenia ya amigos y adeptos en Jerusalén y, seguin Jn, habia visitado la capital en la fiesta de los tabernaculos situada entre mediados de septiembre y octubre, o sea, unos seis meses antes de la pascua en que Jestis encontré la muerte. Los judios querian atentar contra Jestis por la vulneracion constante que hacia de la ley, lo que acarreaba la acusacién de blasfemia. Pero contra esta teoria esta el hecho de que Jesus no 60 Jose Maria Macaz tuvo palabras radicalmente condenatorias de la ley. Y sobre todo, que por esta causa no habria sido juzgado por las autoridades del templo, sino por un tribunal rabinico, que en caso de condena le habria azotado 0 excomulgado, pero no condenado a muerte. La verdadera causa de su oposicién estaria en la actitud que Jestis adopté frente al templo. Segin Dood, los que aclamaron a Jests pudieron ser galileos que se encontraban en Jerusalén para la fiesta de pascua ademas de los conocidos que alli tenia. Salieron a su encuentro y la tltima milla vino a ser como una mar- cha triunfal en la que pudieron gritar vivas al reino que ya llega, facilmente interpretadas como manifestaciones nacionalistas y mesianicas. La purificacién del templo no tenia intenciones poli- ticas, sino religiosas; no le importaba la independencia del estado judio, sino el culto a Dios. “No convirtdis en mercado la casa de mi Padre”. Estas palabras de Jn ponen de relieve el principio que guié a Jesus en esta accién, diferenciando claramente entre el culto y los intereses econdmicos. Segiin Mc, Jestis acusa a los sacerdotes de haber convertido el templo en cueva de bandidos. “Bandido” no es un ladrén, sino el forajido violento (la misma palabra se emplea para el revolucionario). El cargo que Jestis hacia a los sacerdotes no era apropiarse del dinero, sino haber convertido el templo, que es casa de oracién para todas las naciones (Is 56,7), en centro de poder de unos pocos, la casta sacerdotal. Segtin Légasse, la accion de Jesus, al emprenderla con los mercaderes y cambistas del tem- plo, no niega las funciones sacerdotales ni su posible enriqueci- miento, sino que cuestiona la funcién del templo mismo. El episo- dio del templo enfrenté directamente a Jestis con los sacerdotes, los cuales buscaron, a partir de ahora, su muerte. Tanto la entrada en Jerusalén como la expulsién de los mer- caderes impulsaron a las autoridades a tomar una decision sobre Jestis. Las autoridades judias intervinieron contra Jestis por un doble motivo: por su oposicién al templo y porque su actua- cién habia despertado esperanzas nacionalistas y mesianicas en muchos partidarios y entusiastas. Las autoridades judias no deseaban un enfrentamiento abierto con las autoridades romanas, pues les permitian un cierto margen de maniobra. Las autorida- des romanas intervinieron contra Jess por el segundo motivo, es decir, porque las esperanzas mesianicas podian derivar en una revuelta politica. Seguin los datos que se desprenden de todos los relatos, la iniciativa del arresto de Jests se debié principalmente a las auto- HISTORIA DE LA IOLESIA ANTIOUA 61 ridades del templo, que podian disponer de un cuerpo de policia. A pesar de que Jn menciona la presencia de una cohorte romana, ello parece improbable, ya que Jestis no es llevado ante la autori- dad romana sino judia. 3. EL proceso DE Ji os Tanto la autoridad judia como la romana pudieron ser res- ponsables en el proceso de Jestis. ¢Cudl de las dos era compe- tente en el proceso y juicio de Jesus?. Segun la tesis de Brandon, la unica autoridad competente en el proceso de Jestis fue el gobernador romano y la imputacién fundamental que se le hizo fue de caracter politico: participar en una sublevacién armada siguiendo la linea de los celotas antirromanos. El papel de la auto- ridad judia, limitada a los circulos sacerdotales del templo, habria sido tan s6lo de colaboracién y apoyo a la intervencién romana. El proceso judio se habria reducido a una mera audiencia informal ¢ instructora con vistas a la entrega del reo a Pilato, o bien a un intento por parte del sanedrin de salvar a Jestis, haciendo que se retractase de sus intenciones mesianicas. La tesis de H. Cohn, por el contrario, sostiene que las auto- ridades judias Ievaron la iniciativa, actuando el sanedrin como tribunal supremo, en el arresto, proceso y condena de Jestis por motivos religiosos. Pilato se limit a ejecutar el proyecto de los judios, que querian a toda costa eliminar a Jesis, presentando ante el gobernador el aspecto politico de su mesianidad. En esta hipétesis se afirma que el sanedrin, bajo la administracién romana, no tenia facultades para emitir y ejecutar sentencias de muerte y por ello acudia a Pilato. Hecho éste que soporta también la tesis anterior, pues la cruz era un suplicio romano reservado a delitos politicos. Hay tres datos histéricamente comprobados y admitidos generalmente. a) Jestis de Nazaret fue condenado a morir en la cruz en Jerusalén bajo la administracion del gobernador romano Poncio Pilato por los afios treinta. b) El titulo de la cruz, Jesus nazareno rey de los judios, recoge la causa de su muerte. c) La autoridad judia desempefié cierta funcién en el debate del proceso que concluyé con la condena de Jestis a la pena capital. Se puede diferenciar, por tanto, el proceso judio y el proceso romano. 62 Jos Maria Macaz Teniendo en cuenta todos los elementos convergentes de la tradicién se puede intentar la reconsturccién del proceso judio. En la noche misma en que fue arrestado, Jests fue conducido al palacio en donde residia el sumo sacerdote judio Caifas, en donde tuvo lugar un primer interrogatorio sobre su actividad. Después de esta audiencia informal, Jestis quedo bajo la custodia de los guardias al servicio de la autoridad del templo. Por la mafiana temprano Jesus comparecié ante una reunion del sanedrin, en Ja que quedé formalizada la instruccién nocturna y se tomo la decisién de entregarlo al gobernador romano bajo la acusacién de reivindicacién mesianica y consiguiente acusacién popular. La iniciativa de esta decisién se debe a las autoridades religiosas que administran el templo, es decir, de los altos funcionarios del culto, los jefes de los sacerdotes que controlan también el sanedrin. Anas fue sumo sacerdote desde el 6 al 15 d. C.; cinco de sus hijos y uno de sus nietos fueron sumos sacerdotes, por lo que prolongé su influencia. Los judios le reprochan su nepotismo, exacciones y brutalidad. Caifas era yerno de Anas y permanecié 19 anos en el cargo, del 18 al 37 d. C., coincidiendo con todo el mandato de Pilato que empezé el 26. Fue Caifas quien tomé la responsabilidad en el caso de Jesus, pero si fue llevado primero ante Anas tal vez fuera debido a la influencia que continuaba ejerciendo. Los evangelios presentan el proceso de Jestis ante Pilato segtin este esquema: los jefes de los sacerdotes condujeron a Jesus ante Pilato y presentaron su acusacion. Pilato interroga a Jestis que se calla o responde sélo de forma reticente; el goberna- dor romano intenta liberar a Jestis pues se ha dado cuenta que es inocente; pero ante la obstinacién de los jefes judios que han movilizado a la gente contra Jesus, ordena que lo ejecuten en la cruz. Le de forma clara, y los otros implicitamente, dicen cual es el motivo de la acusacién judia ante Pilato: hemos encontrado a éste sublevando a nuestro pueblo impidiendo dar tributo al César y afirmando que es el Cristo, rey (Le 23,2). Todo el proceso romano gira en torno al calificativo rey de los judios, recogido en el titulo. Sus pretensiones mesiénicas serian una amenaza para la sobe- rania de Roma en Palestina. Los evangelios intentan demostrar que Jesus es totalmente inocente de la acusacién politica. Pilato mismo reconoce que Jestis no es una amenaza para el orden publico ni pone en peligro la soberania romana en Judea. En la Palestina del siglo I todos los movimientos de oposicién a Roma tenian connotaciones mas 0 menos mesianicas. El mesia- HisTORIA DE LA IGLESIA ANTIGUA 63 nismo, en general, podria ser definido como la busqueda de la res- tauraci6n religiosa, social y politica de Israel, siguiendo el modelo ideal del reino de David, a través de un mediador historico. Esta definicién general se diversifica en los grupos y tendencias repre- sentados por los fariseos, saduceos, esenios y celotas. La procla- maci6n del reino llevada a cabo por Jesus de Nazaret fue interpre- tada mesianicamente por el pueblo. Muchos consideraron a Jesus el mesias, aunque se distinguié claramente de aquellos grupos. Su ataque al sabado, la ley y el templo lo alejaban del mesianismo nacionalista judio fariseo 0 saduceo. El caracter religioso de su proyecto, expresado en su peculiar visién de Dios como padre, la acogida a los pobres y su propuesta ética basada en el universa- lismo del amor, chocaba con el mesianismo politico celota. La peculiaridad mesianica de Jesus dentro del mesianimo general de su época es lo que hace comprender la unién de inte- reses de judios y romanos en su juicio y condena a muerte. Jestis era cl mesias pero distinto del mesias esperado por los fariseos (nacionalista religioso}, distinto de los intereses del templo contra el que actué Jestis (saduceo) y distinto del mesias politico de los celotas. Los sacerdotes temian el mesianismo que Jesus habia suscitado en el pueblo y, puesto que habia atacado al templo, quieren eliminarlo. Ademas, este mesianismo de Jestis podia soli- viantar al pueblo y provocar la intevencién romana lo que va en contra de los intereses de los sacerdotes que gozan de una cierta autonomia politica por parte de Roma. En esta base mesianica apoyan los sacerdotes la acusacién de Jestis ante los romanos, que sélo interpretan el mesianismo de Jestis de manera politica. En definitiva, la ambivalencia sobre el concepto de mesias en los afios treinta es lo que Ilev6 a Jestis a la condena a muerte. El nucleo histérico subyacente en los relatos evangélicos podria expresarse asi. Las autoridades judias, especialmente los jefes de los sacerdotes, presentaron al gobernador romano Poncio Pilato el caso de Jestis como una acusacion de caracter religioso- politico, poniendo de relieve su peligrosidad para el orden publico. Pilato, desconfiado y receloso frente a los judios y celoso de su poder, tomé finalmente la decision de condenar a morir a Jesus para evitar posibles denuncias a Roma y garantizar, como era su obligacién, el orden publico. Su presencia en Jerusalén confirma el dato evangélico de que su muerte fue en las proximidades de una fiesta judia. En conclusi6n, Pilato juzg6 a Jess segtn el derecho romano que regulaba las causas de los subditos del impe- 64 José Maria Macaz, rio, condenandolo a morir en la cruz. La pena capital, reservada a los rebeldes y los traidores, servia en Palestina como medida disuasoria contra cualquier intento de revuelta en contra de Roma inspirado en motivos religiosos o politicos. La condena de Jestis a la cruz aparece como el dato mejor contrastado de los relatos evangélicos. Jestis fue condenado a muerte y ajusticiado por la autoridad romana bajo Poncio Pilato. Los evangelios no coinciden en fechar el dia de su muerte, 15 segun los sinépticos y 14 de nisan segin Juan. De los estudios astronémicos resulta que durante el periodo en que Pilato goberné Judea, esto es, desde el 26 hasta el 36 d. C., sélo hubo dos afios en que el 14 de nisan coincidiera con un viernes: el 30 y el 33. De aqui, teniendo en cuenta que el ministerio publico de Jestis se inicié el 27 0 el 28, y duré dos 0 tres afios, puede deducirse que el 14 de nisan del afio 30 parace la fecha mas probable: fecha que corresponderia al 7 de abril de nuestro calendario. 2 CapiruLo 2 LA COMUNIDAD JUDEOCRISTIANA DE JERUSALEN Bibliografia. R. Aguirre, La comunidad de Jerusalén, Madrid 1989; J. Delorme, El ministerio y los ministerios segin el nuevo testamento, Madrid 1975; H. Késter, Introduccién al Nuevo Testamento, Salamanca 1988; G. Lofink, La iglesia que Jestis queria, Bilbao 1986; E. Lohse, Teologia del Nuevo Testametno, Madrid 1978; Ib., Introduccién al Nuevo Testamento, Madrid 1986; J. Maier, Entre los dos testamentos, Salamanca 1996; A, Pifhero, Fuentes del cristianismo, Madrid 1993; Id., Origenes del cristianismo, Madrid 1991; A. Pitiero, J. Pelaez, El Nuevo Testamento, Madrid 1995; J. Rius Camps, El camino de Pablo a la misién de los paga- nos, Madrid 1984; Id., De Jerusalén a Antioquia. Génesis de la Iglesia cristiana, Madrid 1989; J. Rolof, Hechos de los Apéstoles, Madrid 1984; M. Simon, Les sectes juives au temps de Jesus, Paris 1960; E. Schweizer, A. Diaz Macho, La iglesia primitiva. Medio ambiente, organi- zacién y culto, Salamanca 1974; R. Trevijano, Origenes del cristianismo, Salamanca 1995; E. Trocmé, Le livre des Actes et Uhistoire, Paris 1957; R. Schnakenburg, La iglesia del Nuevo Testamento, Madrid 1995; C. Vidal Manzanares, El judeo-cristianismo palestino en el siglo [, Madrid 1995; P. Vielhauer, Historia de la literatura cristiana primitiva, Salamanca 1991; A. Wikenhauser, Los Hechos de los Apéstoles, Barcelona 1981. I, LAIGLESIA MADRE DE JERUSALEN El judeocristianismo lo formaron a aquellos primeros judios convertidos al cristianismo que desarrollaron su actividad en Palestina, sobre todo en Jerusalén, hasta la destruccién de la ciudad en el afio 70. No se incluye aqui ni al representado por Pablo, ni el de los primeros heterodoxos cristianos ebionitas; en definitiva, la comunidad cristiana primitiva de Jerusalén o iglesia madre formada mayoritariamente por judios. Durante el tiempo que duré la misién paulina en Arabia y Antioquia (30-50), Pedro, Juan y Santiago, el hermano del Senor, eran los dirigentes de la comunidad de Jerusalén y se les conocia como las columnas (Gal 2,9). A partir del aio 50 quedo Santiago como jefe indiscutible de esta comunidad. 66 Jose Maria Macaz La fuente mas importante para conocer la vida de la Iglesia primitiva es el libro de los Hechos de los Apéstoles. El valor hist6- rico del libro es relevante pues resiste bien un analisis compara- tivo con algunas cartas de Pablo cuando narran los mismos acon- tecimientos y con las fuentes extrabiblicas. Pero al mismo tiempo, el autor presenta algunas interpretaciones teolégicas de las que depende la estructura interna del libro. En los primeros capitulos, segun Trocmé, utilizaria un claro paralelismo entre el relato de la creacién del Génesis y el nacimiento de la Iglesia, entre la salva- cién del Sinai y el cenaculo, en tanto que los materiales utilizados para describir la misién paulina, segin Rius Camps, pretenderian mostrarnos la progresiva apertura de Pablo hacia los gentiles. Hoy se acepta que Lucas pertenecié a una generacion posterior a Pablo por lo que la investigacién se pregunta por las fuentes del libro de Lucas. Seguin Vielhauer, el autor elaboré el contenido del libro partiendo de los materiales de la tradicién. El método de la historia de las formas aplicado por Dibelios a He permite reconocer su valor histérico. En la primera parte (He 1-12) resulta dificil deter- minar si el autor utilizaba fuentes orales o escritas. En la segunda, (He 13-28) aparecen los relatos narrados en primera persona del plural nosotros, para los que se han propuesto varias hipdtesis. Seguin algunos, Lucas, autor del texto, fue un testigo presencial, aunque esto lo rechaza actualmente la critica; para otros, el autor de la fuente nosotros fue un acompafiante de Pablo y su contenido fue incorporado posteriormente por el autor del libro. Pero en con- tra de que fuera una fuente previa esta el hecho de que no supone ‘una ruptura con el contexto y por tanto pudieran ser del propio autor. Por otro lado, Dibelius no ha considerado los relatos nosotros como fuente independiente; piensa que Lc ha utilizado descripcio- nes sobre los viajes de Pablo que pueden proceder de un acompa- jiante o de varios, de un documento o de varios; estas descripciones son la fuente para trazar el itinerario de viaje en He 13-21; dentro de esta fuente interpreta el nosotros como una manera de redactar el autor para dar a entender su participacién en los viajes de Pablo. Esta hipétesis se ha impuesto ampliamente. 1. Ex REGRESO A JERUSALEN. DEFINICION DE LA COMUNIDAD El libro de los Hechos s6lo se centra en la comunidad de Jerusalén pero supone la existencia de otras comunidades en HISTORIA DE LA IGLESIA ANTIGUA, 67 Galilea y Damasco (9,2.31). Tras la dispersion de los discipulos ocasionada por la muerte de Jestis, regresaron a Jerusalén y la comunidad que aqui se formé jugé un papel especial. El regreso a Jerusalén pudo estar motivado porque era el lugar mas idoneo para difundir el anuncio de Jestis resucitado y la venida del reino; o también porque quieren dirigirse a todo el pueblo de Israel sin reducirse a una élite de elegidos; 0 porque responde a su espe- ranza escatolégica que tendria en Jerusalén su centro de manifes- tacién. En cualquier caso, estan convencidos de que en Jestis y en su propia comunidad se cumplen las promesas hechas a Israel. La comunidad se autodenomina los santos (Rm 15,25), los elegidos (Mc 13,22.27), iglesia de Dios (Hech 5,11; 8,1.3). La pala- bra ekklesia traduce el hebreo qahal (version de los LXX) para referirse a la asamblea santa de los israelitas en el desierto. Con estas expresiones manifiestan su conciencia de ser el Israel esca- tolégico 0 el pueblo de Dios de los ultimos tiempos. La palabra ekklesia, que aparece aqui por primera vez en Hechos, expresaba, ya desde los comienzos, la conciencia que tenian los discipulos de Jerusalén de ser la definitiva comunidad de salvacién. No se hace distincion entre la iglesia universal y la comuni- dad local y ambas reciben el mismo nombre de ekklesia porque en toda comunidad local reunida se halla presente el pueblo santo de Dios. Estos discipulos de Jestis no se separan del pueblo de Israel sino que son un grupo especial dentro de él. También se les conoce como la secta de los nazarenos (He 24,5; 28,22) de manera parecida a como se habla de los fariseos 0 de los esenios. 2. Los poce En la comunidad juegan un papel especial los doce. El grupo se remonta a Jestis y simboliza su voluntad de congregar a todo Israel, como el pueblo de la nueva alianza, ante el reino de Dios que viene; por tanto, su funcion no se agota en ser sélo un érgano de mando. La comunidad pospascual mantiene viva esta misma idea por lo que pronto recomponen el grupo sustituyendo a Judas. Los primeros capitulos de He mencionan repetidamente a los doce en la comunidad de Jerusalén. Predican y ensefian, dan testimonio de la resurrecci6n, los creyentes ponen el productode los bienes a sus pies, sufren la persecuci6n, deciden dar unos dirigentes propios a los helenistas, se retinen y deciden en la asamblea de Jerusalén. 68 Jost Maria Macaz, En un momento posterior, al irse perdiendo la esperanza de la conversion de Israel, pudo ir desapareciendo el significado del grupo de los doce. Cuando Pablo sube a Jerusalén después de su conversién en el 38 encuentra no a los doce sino a los apéstoles. Es un grupo limitado (1 Co 15,3-11) entre los que esta Santiago, Bernabé y después Pablo. En un estadio posterior, se unirian los dos conceptos, “Doce apéstoles”. Dentro de este grupo destaca el papel de Pedro y Juan; sobre todo Pedro, que aparece reiteradamente como portavoz de los apéstoles. Su actividad misionera va mas alla de Jerusalén; Pablo sube a conocerlo. 3. Penrecosrés Para el nacimiento de la iglesia es fundamental la experiencia de Pentecostés cuando el Espiritu Santo viene sobre los apésto- les iniciando el tiempo de la Iglesia como comunidad histérica y sociologica de creyentes guiada por el Espiritu. Los cristianos de Jerusalén no se consideraban al principio como un grupo especial dentro del mundo cultural judio. Tomaban parte en el culto del templo, practicaban la circuncision y se atenian a las prescripcio- nes judias de los alimentos. Pero se diferenciaban radicalmente del resto de los judios de Jerusalén por su conciencia entusiastica de la posesién del Espiritu de Dios que al final de los tiempos habia de ser impartido, y que hacia hablar en otras lenguas, otorgaba el don de la profecia, obraba milagros y daba la certeza a los miem- bros de la comunidad de que estaban entre los escogidos de Dios. La historia de pentecostés (He 2,1) procede en su forma primitiva de la comunidad de Jerusalén y es el testimonio mas importante de la conciencia de su identidad y de la posesién del Espiritu. Los doce, aun cuando se hubieran dispersado tras el domingo después de Pascua, podian haber vuelto a Jerusalén para la peregrinacién de Pentecostés. El relato de Pentecostés esta en relacion con el del bautismo de Jestis (Le 3,21s) y su posterior discurso programatico (Le 4,16- 21), poniéndose de relieve en ambos la importancia que tiene la recepcion del Espiritu, en un caso sobre Jestis y ahora sobre la iglesia indicando la nueva etapa que ahora se abre. Queda poco claro en qué consistié lo extraordinario del fendmeno, si en una capacitacion especial de los discipulos para “hablar en diferentes HISTORIA DE LA IGLESIA ANTIGUA 69 lenguas” (v.4), es decir, un fenémeno extraordinario de lengueje, 0 “en oir en su propia lengua la proclamacién de las maravillass de Dios” (v.11), un fenémeno de audicién; o incluso, segtin 12-13, podria tratarse de una especie de proclamacién extatica 0 una explosion de glosolalia. Lucas utilizaria varias tradiciones cuyo nucleo histérico serian la fiesta de Pentecostés y la expresién “llenarse del Espiritu Santo”. Pudo tratarse del recuerdo de algo que les sucedié a los discipulos durante la primera fiesta de Pentecostés, después de la muerte de Jestis. La reconstruccién histérica del fenémeno podria consistir en que los discipulos después de viernes santo huyeron a Galilea y alli Pedro y los demas apéstoles tuvieron las primeras aparicio- nes del Resucitado. Esto provocé la vuelta a Jerusalén para reunir a todos los discipulos de Jestis que andaban dispersos. La recons- titucién del grupo pudo tener lugar el dia de Pentecostés, que era la fiesta siguiente a la de Pascua. Aqui quedaron convencidos de que debian anunciar la Buena Nueva para lo cual habian recibido el don del Espiritu Santo. II. PERSECUCION Y MISION. MUERTE DE ESTEBAN Bibliografia precedente. G. Theissen, Sociologia del movimiento de Jestis, Santander 1989; Ib., Colorido local y contexto histérico en los evan- gelios, Salamanca 1997. 1. Las PRIMERAS PERSECUCIONES Aunque la comunidad de Jerusalén mantuvo estrechas rela- ciones con el templo y con el judaismo participando en el culto dia- rio (por lo menos antes de la eleccién de los didconos y la primera persecucién) y utilizando incluso alguna de sus salas (He 2, 46; 5,12), en estos primeros tiempos se dieron también los primeros enfrentamientos con las autoridades judias. Pedro y Juan compa- recieron ante el sanedrin por un motivo que no esta muy claro (He 4 1-22). La comunidad cristiana no tenia una agresividad especial hacia el alto clero judio pero si es cierto que atribuia mayor auto- ridad a Jestis que a las autoridades religiosas y al templo. Los judeocristianos eran especialmente molestos para los saduceos. En cambio, algunos fariseos, como Gamaliel, intentaron 10 Jos® Maria Macaz evitar el choque directo con ellos. Pero la actitud de Gamaliel no fue la corriente mayoritaria, Las autoridades judias veian un peli- gro en los judeocristianos debido a que temian la posibilidad de un levantamiento en Palestina y la consiguiente intervencién de Roma. Por otro lado, los saduceos rechazan la fe en la resurreccién. Gracias a la mediacién de Gamaliel (He 5,34-39), Pedro y Juan fueron reprendidos verbalmente y azotados (He 5, 40). Pero el fracaso de esta medida terminé por desencadenar una verda- dera persecucién. 2. HEBREOS Y HELENISTAS Pronto surgié también un conflicto entre los mismos cristia~ nos debido a la heterogeneidad social y cultural existente en la primera comunidad. En Jerusalén habia una importante colonia de helenistas, judios de cultura y lengua griega que, procedentes de la diaspora, se habian instalado en la ciudad. Tenian su propia sinagoga, leian la biblia en griego y su judaismo habia recibido el influjo del pensamiento heleno. Los helenistas tenian mejor posi- cién econémica y se habian adaptado a la cultura y lengua griega de sus lugares de residencia. Esto habia influido en la misma ciu- dad de Jerusalén donde el griego era tan corriente entre los judios como el arameo. A los judios grecoparlantes se los denominaba helenistas y no eran en Jerusalén un fenomeno extraordinario. En la comunidad cristiana hubo pronto un grupo de estos judios helenistas convertidos al lado de otro compuesto de judios no helenistas que se denominaba los hebreos. El primer conflicto en la comunidad cristiana de Jerusalén surgio entre ellos. El conflicto estall6 por motivos econémicos. Los helenistas se quejaban porque sus viudas eran desatendidas en la asisten- cia cotidiana (He 6,1), expresion con la que se designa la ayuda material para la vida cotidiana que se repartia en la comuni- dad cristiana, como se hacia también entre los judios pobres de Jerusalén. La solucién que dieron los apéstoles fue dar a los helenistas una organizacién propia y pidieron a la comunidad que buscara siete hombres de entre los helenistas para ponerles al frente de ellos (He 6,1-7). La asamblea acepté la propuesta, eligié a siete y los presento a los doce, que los establecieron en su nueva funcion, mediante una oracién acompafiada de la imposicion de manos. HISTORIA DE LA IGLESIA ANTIGUA 7 Los siete realizarian no solo una tarea administrativa, sino tam- bién misionera y de servicio a la palabra de Dios, como se vio en el caso de Esteban y Felipe. Sus nombres eran Esteban, Felipe, Procoro, Nicanor, Timén, Parmenas y Nicolas, (todos nombres griegos) (He 6,5). Por tanto, en la comunidad judeocristiana de Jerusalén habia dos grupos, los hebreos y los helenistas. Los hebreos, partidarios de las tradiciones judias; los helenistas, mas abiertos. Los fariseos se mostraron hostiles contra los helenistas, mientras que com- prendieron mejor a los hebreos, entre los cuales habia muchos fariseos, pues, como ellos apoyaban la independencia judia y res- petaban la ley y el templo. Probablemente los doce apéstoles per- tenecian a este grupo. El lider natural de los hebreos era Santiago, el hermano del Sefor, distinto de los apéstoles de este nombre. La iglesia primitiva de Jerusalén fue dirigida por Santiago hasta su muerte en el aio 62 y a su alrededor se formé un poderoso par- tido que pretendia monopolizar la vida de la comunidad. En frente estaban los helenistas que se vieron en constante conflicto con el sanedrin, tal como se refleja en la historia de Esteban al que se puede considerar su lider. No resulta facil, sin embargo identificar, a los helenistas. O. Cullmann ve en ellos a esenios convertidos, Gaechter y Trocmé los consideran judios palestinenses que hablan griego y M. Simon judios de la diaspora. Se trata sin duda de un grupo heterogéneo en el que, segiin Danielou, pueden caber todos. Para Rolof, eran judios de la diaspora de habla griega convertidos al cristianismo. Este autor da mucha importancia a la barrera lingiistica, la cual pudo ser causa de un desdoblamiento de la comunidad de Jerusalén, una para los helenistas de lengua griega y otra para los hebreos de lengua aramea. 3. LA MUERTE DE ESTEBAN Esteban habia sido elegido didcono cuando se produjo el con- flicto entre los hebreos y los helenistas. Habria entrado en una discusién proselitista con miembros de la sinagoga de los libertos (procedentes en su mayor parte de Roma; capturados en la guerra de Ponpeyo y libertados posteriormente, estaban ligados a la sina- goga; los judios de Roma que acudian a Jerusalén se hospedaban en la hospederia contigua a esta sinagaga). Esteban creia encon- 72 José Maria Macaz trar aqui facilidad a su predicacion. Pero ocurrié todo lo contrario. Fue llevado ante el sanedrin acusado de blasfemia (He 6,8-15). Esteban interpretaba la ley de modo parecido al de Jestis y relativizaba el valor del templo con lo que su detencién contaba con una base legal. Argumentaba que Jestis era el Mesias verda- dero por lo que la edad de la ley habia tocado a su fin. El discurso de Esteban no podia ser aceptado por sus oyentes de modo que acabé en un linchamiento (He 7,54-60). Pero no fue una ejecucién regular por lapidacién pues las autoridades judias carecian de competencia para ello. El discurso de Esteban (He 7, 2-53) es una composicién de Le y no puede emplearse para reconstruir sus ideas ni las de sus partidarios los helenistas. Pero posiblemente la tradicién utilizada por Le si contiene el motivo histérico del comienzo de la persecu- cién que puede estar recogida en He 6,11: fue acusado de criticar a Moisés, esto es, a la ley, y de blasfemia. Por tanto, el conflicto se planteaba en torno a si la ley de Moisés continuaba teniendo vigencia para los cristianos. Esteban critica la resistencia de Israel a los profetas que cul- mina en el rechazo a su enviado Jestis; es decir, Israel no cumple la voluntad de Dios, sino los ritos de un templo hecho por hom- bres, rechazando el culto verdadero. Esta critica del templo esta en relacién directa con las palabras de Jests que también se atre- vié a criticar su culto. Al servicio de esta idea est4 una concepcién cristolégica muy primitiva basada en la tipologia Moisés-Cristo. Moisés queda totalmente superado por el envio de Cristo que es el verdadero intérprete de la ley de Dios. Por tanto, Esteban y los helenistas no predicaron a Cristo como el fin de la ley (Rm 10,4) ni promovicron una predicacién a los paganos prescindiendo de la ley, al estilo de Pablo, lo que hicieron fue, apoyandose en Jesus, afirmar que el cumplimiento de la voluntad de Dios es mas impor- tante que la ley. Seguin los Hechos (He 7,58b. 8,1a), Saulo estuvo presente y alenté la muerte de Esteban. Pero hay datos para dudar de esta informacion pues aunque Pablo admite que persiguié a los cris- tianos (podria tratarse de otra persecucién), afirma a la vez que antes de su vocacién e incluso varios afos mas tarde, era desco- nocido en la comunidad de Judea (Gal 1,22). La muerte de Esteban plantea el problema de su datacién exacta unido a que las autoridades judias no podian condenar a muerte. Segtin esto, se da la fecha posterior al 37 cuando Pilato HISTORIA DE LA IGLESIA ANTIGUA 73 marcha hacia Roma creando un vacio de poder que permitié a Caifas ejecutar a Esteban. Pero esta fecha no concuerda con la conversion de san Pablo que fue antes del 37 y posterior a la muerte de Esteban. También se sugiere la fecha del 33, momento cn que Pilato, habiendo perdido la confianza de Tiberio, ha prefe- 1ido no enfrentarse a las autoridades judias cerrando los ojos ante \ muerte de Esteban. La fecha armoniza mejor con la conversion «le Pablo. Nada se dice sobre el papel de Pedro, Santiago y Juan y de los doce en el contexto de la persecucién de Esteban. Parece que no fueron afectados por ella. A partir de aqui se desencadenaria tina persecucién contra los judeocristianos de la que no estuvo susente la violencia con el fin de exterminar el movimiento que estaba demostrando una capacidad de resistencia superior a la esperada. 4. La PRIMERA MISION EN PALESTINA La persecucién duré poco, pero provocé el éxodo de los judeo- cristianos de Jerusalén y se extendié a otros lugares, pues Pablo iecibid mandatos judiciales para llegar a Siria. Al final de la perse- cuicién la nueva fe habia logrado penetrar en Samaria, extenderse «1 Judea y mantener su influencia en Galilea. Excepto los doce, \a totalidad de la comunidad buscé refugio fuera de Jerusalén. Il exilio debié ser perpetuo para la mayoria que no regreso a JJerusalén. Pero no afecté de igual manera a los helenistas que 41 lus hebreos, Estos se volvieron a incorporar posteriormente a ln vida de la comunidad de Jerusalén quedando ésta compuesta Principalmente por los hebreos hasta la destruccién de la ciudad. KI origen de la iglesia en Galilea es un enigma, aunque se pueden admitir algunos datos seguros. Por un lado, habria en las luentes de los evangelios una tradicion galilea diferente de la de derusalén que vendria de la primera catequesis galilea. Ademas exlnen inscripciones judeocristianas muy arcaicas descubiertas eh Nazaret que serian prueba de una evangelizacién muy antigua ly cual es apoyado por el hecho de que algunos apéstoles tenian Itzon familiares con Galilea. Por otro lado, entre las sectas judias ne inciiciona a los galileos identificados con los celotas descritos jr Josclo, Los primeros cristianos galileos pudieron tener con- 74 Jost Magia Macaz tacto con los celotas y muchos de ellos pasaron a la comunidad cristiana. La nueva fe entré en Samaria de manos de los helenistas de Jerusalén y mas tarde recibié la confirmacién de Pedro y Juan en nombre de los apéstoles (He 8,14-25). Segtin Cullmann, los hele- nistas serian bien acogidos por los samaritanos con quienes com- partian la oposicién al templo y al sacerdocio de Jerusalén. Sin embargo, la misién no prosperé en los primeros momentos por la confusién que provocé el episodio de Sim6n el Mago (He 8,9-10) el cual recibié el bautismo de manos de Felipe (He 8,13) pero Pedro no le otorga sus poderes (8,18). Pedro emprendié también viajes misioneros a Lida, Saron, Cesarea, Gaza y Jope. En Cesarea tuvo lugar el bautismo del centurién Cornelio (He 10,1). La primera expansién debio ser des- controlada y al margen de los apéstoles, por lo que a continuacién estos se vieron obligados a supervisar la obra realizada. 5. La PRIMERA MISION FUERA DE PALESTINA Fuera de Palestina hubo también conatos evangelizadores fruto de la persecucién. Un grupo Ilegé hasta Fenicia, Chipre y Antioquia. Cuando Pablo y Bernabé Ileguaron a Chipre en el 45 encontraron aqui comunidades cristianas establecidas. El gran foco de expansién del cristianismo durante los quince primeros afios fue Siria. Y Antioquia fue el primer centro cristiano después de Jerusalén. Dado que el concilio de los apéstoles no tuvo lugar hasta 14 0 incluso 16 6 17 afios después de la conversion de Pablo y que la comunidad de Antioquia habia sido fundada antes de la vocacién del apéstol, se desprende que a més tardar esa iglesia se fund hacia el 35 d. C., puesto que el concilio de los apéstoles debe fecharse en los aftos 49 6 50 d. C. Entre la muerte de Jesus y el comienzo de la misién de los gentiles que vivian liberados de la ley, transcurrieron pues pocos aiios. En Antioquia se anuncié el evangelio a los gentiles por pri- mera vez como norma general de actuacién. Ya existia el prece- dente del bautismo del centurién Cornelio realizado por Pedro. Antioquia era la primera ciudad en la que surgia una comunidad cristiana compuesta por paganos y judios (Gal 2,2). Segun el relato de Galatas, parece que ambos grupos se hallaban separa- Historia De LA IGLESIA ANTIGUA 75 dos, pues los judios seguian sometidos a las normas judias sobre los alimentos. En Antioquia se dié por primera vez el nombre de cristianos a los miembros de la comunidad. El kerigma de la comunidad helenistica antioquena anterior a Pablo esta centrado en la proclamacién de Jesus, crucificado y resucitado por Dios. Probablemente denominé evangelio al men- saje de Cristo. Esta expresion no procede ni de Jestis ni de la comunidad que habla arameo, sino de un ambiente grecoparlante y significaba, en su acepcién normal, simplemente mensaje, noti- cia. Pablo recibié este evangelio como una tradicion (1 Co 15,1). El lugar central de la predicacién no lo ocupa la venida futura de Jesus sino el anuncio del acontecimiento, ya ocurrido, de la muerte y la resurreccién como principio de una nueva alianza. Por ello, la cena del Sefor se considera la actualizacién de este acon- tecimiento salvifico. Las “palabras de la consagracién”, tal como son citadas en 1 Co 11,24-25, se basan en esta interpretacion de la cena del Senor. Esta comunidad tendra una importancia decisiva no sélo para abrir la fe cristiana a los paganos sin obligarles a hacerse judios, sino también para toda la aclimatacién del cristianismo a la cultura helenista. También proporcioné una importante base urbana de misién y organizacién gracias a la amplia red de sinagogas helenistas permitiendo la difusién del evangelio de Jerusalén a Antioquia y Damasco. El hecho de que los apésto- les enviaran a Bernabé para hacerse cargo de la comunidad de Antioquia demuestra que la nueva situacién era asumida por la comunidad de Jerusalén. En el periodo de paz que viene después de la persecucion (unos ocho 0 nueve afios) comenzé a verse como natural la entrada de gentiles en la comunidad, lo que hacia posible que la iglesia se convirtirera en una religién universal, antes incluso de que Pablo comenzara su misi6n. Ill. KERIGMA DE LA PRIMITIVA COMUNIDAD. Bibliografia. R. Bultmann, Teologia del Nuevo Testamento, Salamanca 1987; O. Cullmann, Cristologia del Nuevo Testamento, Salamanca 1997; J. Gillet, Las primeras palabras de la fe, Pamplona 1982; J. Jeremias, La Ultima Cena. Palabras de Jesus, Madrid 1980; E. Kasemann, Los comien- zos de la teologia critiana, Ib., Sobre el tema de la apocaliptica critistiana, en Ensayos exegéticos, Salamanca 1978; E. Lohse, Teologia del Nuevo 76 José Maria Macaz, Testamento, Madrid 1978; X. Leon-Dufour, Resurreccién de Jestis y men- saje pascual, Salamanca 1973; W. Pannenberg, La fe de los Apéstoles, Salamanca 1975; J. Rolof, Hechos de tos Apéstoles, Madrid 1984; L. Schenke, La comunidad primitiva, Salamanca 1999; R. Schnackenburg, Cristologia del Nuevo Testamento, en Mysterium Salutis, III/1, Madrid 1971. 1, ELEMENTOS CONSTITUTIVOS DE LA COMUNIDAD La iglesia naciente va adquiriendo su vida propia y los cris- tianos comienzan a reunirse en casas particulares como en el cenaculo. En reuniones frecuentes y preferentemente nocturnas, principalmente en la noche del sabado, tenia lugar la instruc- cion, la fraccién del pan, la comida y las oraciones de alabanza (He 2,42.46). Hechos contiene tres sumarios (2,42-47; 4,32-35; 5,11-16) en los que se presentan los elementos constitutivos de la comunidad de una manera general. La semejanza de los tres sumarios es grande. La ensefanza podia consistir en transmitir palabras de Jestis, las mas relacionadas con su muerte y resurreccién. También en cuestiones éticas lo decisivo era la palabra de Jesus. Fueron tomando forma algunos contenidos doctrinales de cris- tologia y escatologia. En todo ello jugaba un papel importante la argumentacion a base de la Escritura. La coinonia significa comunidad de vida basada en la convic- cién de que el vinculo que los unia era Jestis. Los miembros de esa comunidad se transmiten unos a otros lo que han recibido como don del Senor y, en esa transmision, la salvacién recibida queda histéricamente configurada como comunidad de vida. La fraccién del pan es el lugar donde se realiza esa comuni- dad de vida. Significa la celebracién eucaristica. En los primeros tiempos de la iglesia, la eucaristia se celebraba como un ban- quete, en el que adquirian particular relieve, la fraccién del pan, al comienzo, y la copa de la bendicion, al final, como recuerdo de la ultima cena de Jesus. La oracién estaba vinculada a las costumbres judias como el rezo de los salmos. Pero se diferenciaba en la cercania con que percibian a Dios como Padre con el que se puede mantener un dialogo filial. La oracion se hacia también en nombre de Jestis aunque es dificil saber cuando comenzé a dirigirse la oracion al mismo Jesus. La ocasién para ello pudiera ser la aclamacion litur- HISTORIA DE LA IGLESIA ANTIGUA 7 gica maran athd (ven Senior). Las oraciones estaban reservadas a los apéstoles, ancianos y profetas, entre los que habia mujeres. Los prodigios hace referencia a la vida exterior de la comuni- dad que se expresa sobre todo en las curaciones. 2. RESURRECCCION DE JESUS El nucleo del kerigma gira en torno a la resurreccién de Jestis. Dios ha resucitado a Jesus al tercer dia (1 Co 15, 5; Rm 10,9) y asi ha cumplido sus promesas. La resurreccién de Jestis no se puede equiparar a la de un muerto, sino que es proclamada como victoria sobre la muerte. En 1 Co 15,5-8 se mencionan los testigos a los que se aparecié el Sefior resucitado pero faltan datos sobre el tiempo y lugar de las apariciones. Pudo ser Galilea o Jerusalén. Esta afirmacién fundamanta la atribucién a Jestis de una serie de titulos y funciones que le sitaan en una estrecha rela- cién con Dios y le convierten en necesario para la salvacién de los hombres: Senor, Mesias, Hijo, Siervo de Dios, Hijo de David. La resurrecci6n sirvié para dar sentido a la vida y muerte de Jestis. Su entrega es rescate de todos (1 Tim 2, 6); su muerte es expiacién (Rm 3,25-26); su resurrecci6n es primicias de los que duermen (1 Co 15,20}. Los hechos de Pascua confirman que el crucificado es Sefor de la comuniad creyente y del mundo creado. Esta sobera- nia la ejercié ya durante su ministerio terrestre (1 Tes 4,5,; 1 Co 7,10.12; 9,14; 11,23) y le pertenecia ya antes de su existencia (Fil 2,6-11) como sefior de la historia (1 Co 15,22-28) y de la creacién (Co 1 15-16; 1 Co 8,10). Bautismo. Con el bautismo reciben el Espiritu del Seftor y quedan aso- ciados a la muerte y resurreccién de Cristo (Rm 6,3-11). El bau- tismo fue practicado desde el principio. ¢Cual fue el proceso por el que la comunidad primitiva Ileg6 al bautismo?. Sin duda, presu- pone el bautismo de Juan, interpretado cristianamente; el propio Jestis y sus discipulos pudieron tal vez bautizar (Jn 3,22; 4,1); hubo un movimiento bautista seguidor de Juan al margen de la comunidad cristiana; tanto el de Juan como el cristiano se admi- 78 Jost Maria Macaz nistran para el perdén de los pecados. La diferencia fundamental entre el bautismo cristiano y el de Juan es que aquél se adminis- tra en nombre de Jesucristo y confiere en el presente el perdon de los pecados y el don del Espiritu: “Arrepentios, bautizdos cada uno en el nombre de Jesucristo para que se os perdonen los pecados, y recibiréis el don del Espiritu Santo” (He 2,38). La comunidad helenistica practicé el bautismo con la misma naturalidad que la palestinense y va mas alla cuando interpreta el bautismo como participacién en la muerte y resurreccién de Cristo (Rm 6,3-11). Sobre la practica del bautismo se han trans- mitido pocas noticias: se pronunciaba la confesion de fe en el Sefior y se hacia la imposicion de manos. En los primeros tiem- pos no se impartia una catequesis formal a los que solicitaban el bautismo. Para la recepcién del Espiritu se imponian las manos y a los enfermos se les daba la uncién en el nombre del Sefior. La salvacion se confirma con la recepcién del Espiritu que los nuevos creyentes también habran de recibir. 4. Eucaristia Pronto practicaron el banquete comunitario siguiendo las comidas que Jestis habia celebrado con los suyos durante su vida terrena. A la primitiva comunidad de Jerusalén pertenecen las palabras del relato de la institucién eucaristica (Mc 14, 22), la ale- gria escatolégica como signo exterior de la fiesta de la comida y la exclamacién littirgica conservada en arameo jmaran athd!. El banquete eucaristico que celebra la comunidad se basa en la tiltima cena celebrada por Jestis. La tradicién de la ultima cena, en un principio, era independiente de la historia de la pasién (1 Co 11,23-25). Sobre el pan y el vino se pronuncian sendas bendicio- nes, todos los comensales reciben una porcién y se unen en una comunidad de mesa. Las palabras sobre el pan ponen de relieve que todos los que participan en el banquete participan también en el cuerpo de Cristo entregado a la muerte y con ello en su virtud expiatoria. Las palabras sobre el cdliz expresan que con el derra- mamiento de sangre se alude a la entrega de la vida, a la muerte expiatoria de Cristo Jests. Su muerte fundamenta el nuevo orden salvifico mediante el cual se otorga el perdén de los pecados. El pensamiento central comtin a las dos redacciones de las palabras de la cena (Mc/Mt, Le/Pablo) seria que en la eucaristia Historia Dé LA IGLESIA ANTIGUA 7” experimenta la comunidad la actualidad de la muerte de Cristo recibiendo de su Sefior el perdén de los pecados. La comunidad realiza la celebracién con su mirada puesta en la futura venida del Sefior consciente de que esta en camino hasta el encuentro definitivo con El. En Le/Pablo se encuentra la expresién “después de comer” antes de las palabras sobre el caliz indicando que la celebracion se hacia en el contexto de una comida. Pero pronto se separ6 de ella quedando la eucaristia como una accién littrgica distinta de la comida. 5. COMUNIDAD DE BIENES Los cristianos de Jerusalén ponian los bienes en comun con caracter voluntario (He 2,44; 4,34) aunque también se die- ron algunos casos de egoismo. Podia tratarse de una caja comun para remediar a los mas necesitados siguiendo el ejemplo de la sinagoga; pero Lucas va mas lejos y parece sugerir una verdadera comunicacion de bienes. Sus relatos podrian estar inspirados en la experiencia de los esenios lo que demostraria la influencia que ejercié la comunidad de Qumran en los primeros cristianos. Pudo influir también el modelo fariseo de atencién a los pobres mediante una colecta realizada en las comidas comunitarias. En cualquier caso la descripcién de Hechos permanecera siempre como un modelo de comunidad a imitar en el futuro. El segundo sumario de Hechos (4,32-35) destaca particu- larmente la comunidad de bienes como uno de los elementos constitutivos de la comunidad ya expuestos anteriormente. “Los apéstoles daban testimonio de la resurreccién el Senor con mucha eficacia. Y gozaban todos de gran simpatia (v. 33). Entre ellos nin- guno pasaba necesidad, ya que los que poseian tierras 0 casas las vendian, llevaban el dinero y lo ponian a los pies de los apéstoles; luego se distribuia segiin lo que necesitaba cada uno” (v.34). Los vv. 32-35 estan estructuralmente unidos. En el v. 33 se dice que la comunidad de bienes esta intimamente unida al testi- monio de la resurreccién del Sefor. Mientras los apéstoles llevan a cabo su mision de dar testimonio de la resurrecci6n (1, 22) con mucha eficacia, es decir, con su proclamacién valiente (v. 29) y con profusion de signos y prodigios, la comunidad cristiana hace realidad visible en su vida la eficacia concreta de ese testimonio. En los wv. 34-35 se cumple la promesa de que en la comunidad 80 José Maria Macaz, salvifica no habra pobres pues los que poseen propiedades las venden, se forma una caja comun y se distribuye el dinero entre los necesitados segun las necesidades de cada uno. Lucas no habla de una especie de cooperativa de propieta- trios y productores, ni de una socializacién de los bienes de pro- duccién, ni de una administracién comtn de la economia, sino simplemente dice que los propietarios vendian sus posesiones con entera libertad, segun lo requerian las necesidades del momento, para colaborar al sostenimiento de los necesitados. La diferencia con la practica de Qumran es grande. La comu- nidad de bienes practicada por los esenios constituia todo un sistema complejo y perfectamente coordinado de administracién econémica y de productividad sobre la base de una ausencia absoluta de propiedad personal. El que entraba en la orden tenia que entregar su fortuna a la comunidad y trabajar para ella y si se quebrantaba esta regla debia atenerse a severas sanciones. Algunos factores externos contribuyen a comprender este modelo. Los discipulos de Jesus dejaron Galilea después de pas- cua y se trasladaron a Jerusalén abandonando sus posesiones por lo que se encontraron sin recursos econémicos para subsistir dependiendo del resto de la comunidad; ellos constituian para los residentes en Jerusalén un ejemplo de desprendimiento a imitar. Por otra parte, el ambiente de expectacién escatolégica vivido por la comunidad invitaba al desprendimiento. También hay que tener en cuenta la mala situacién econémica por la que pasa Jerusalén en estos tiempos, en concreto la carestia que tuvo lugar en tiepos de Claudio (He 11,28). Por ultimo, el modelo de Lucas encontré su referente en la actitud mantenida por el propio Jestis que habia renunciado a toda posesion personal. JERARQUIA EN LA COMUNIDAD PRIMITIVA Los apéstoles eligieron entre los helenistas a siete diaconos para atender a las viudas, pero también adquirieron los minis- terios de predicar y bautizar. Por tanto, los diaconos son colabo- radores de los apéstoles a quienes transmitieron determinados poderes para ejercerlos entre los helenistas; su lider, como ya se indicé, podria haber sido Esteban. Parece que la misma funcion realizaron los presbiteros entre los hebreos; de ellos sobresale Santiago el Justo, futuro obispo de la comunidad de Jerusalén. HisToRIA DE LA IGLESIA ANTIGUA 81 Por tanto, los apéstoles Pedro, Santiago y Juan no se reservarian la direccién de la iglesia local de Jerusalén, que recaeria sobre Santiago el Justo, en tanto ellos ejercerian una funcién para la iglesia universal. La estructura jerarquica de la iglesia primitiva tendria en primer lugar a los doce apéstoles, Ellos son los testigos de la resu- rreccién y los depositarios de todos los poderes; dirigen el culto, administran el bautismo, presiden la comida fraternal, imponen las manos. En definitiva rigen 1a vida de la iglesia como servi- cio. Mientras los doce permanecieron en Jerusalén, dirigieron la comunidad colegialmente. Pedro seria el primero entre los doce. Seguin los datos del NT, existié un liderazgo de Pedro en el seno de los doce y en la primitiva comunidad de Jerusalén que tuvo su origen en el Jestis histérico. Después de la muerte de Jestis el especial papel jugado por Pedro tuvo mucho que ver con su testimonio sobre la resurreccién de Cristo. Segtin 1 Co 15, 3-5, la primera aparicion del resucitado se hizo a Pedro y la ultima a Pablo, estando en medio las apariciones a los doce, a mas de 500 discipulos, a Santiago, el hermano del Senor, y, sobre todo, a los apéstoles. El papel de Pedro en los comienzos de la comunidad primitiva quedaria reflejado en el texto de Le 22,31. Los discipulos desfalleceran, pero Jestis velara por Pedro para fortalecer la fe de los hermanos. Seguin estas palabras lo que Pedro realizé después de pascua en la primitiva comunidad fue dar testimonio de la fe en el resucitado ante los demas discipulos, fortaleciéndolos en su fe. De esta manera reunié al grupo de discipulos dispersos en Jerusalén después de la resurreccién. Por eso su papel es definido como Roca, Kefas, Petros en Mt 16,18. El sobrenombre es expre- sién del cargo y designa la funcién de Pedro en la comunidad pri- mitiva. Dirige la eleccién de Matias, es el portavoz en Pentecostés, habla en nombre de los apéstoles ante el Sanedrin, hace viajes de confirmacién e inspeccién fuera de Jerusalén, bautiza a Cornelio y su gesto tiene fuerza normativa para el futuro. Pablo viene a conocerle. Los apéstoles, que pueden ser fijos 0 itinerantes, en un pri- mer momento dirigen y administran la iglesia; pero pronto nece- sitan colaboradores. Por ello, en segundo lugar, encontramos a los presbiteros y didconos. Ambos tendrian las mismas funciones, unos para el grupo de los hebreos y otros para los helenistas. Los presbiteros 0 ancianos estan al lado de los apéstoles y toman parte en las decisiones del concilio de Jerusalén. Los didconos 82 Jos® Maria Macaz no sdlo se ocupan de la caridad sino también de la evangeliza- cién y del bautismo. Cuando los helenistas se vieron obligados a marchar de Jerusalén, el colegio de los presbiteros quedé como la unica jerarquia de la comunidad local. En tercer lugar, encon- tramos una jerarquia que podiamos denominar misionera com- puesta por apéstoles y profetas que reproduciria el mismo modelo de competencias que la anterior: en primer lugar los doce y luego sus colaboradores que serian del mismo rango que presbiteros y diaconos. A la misma categoria y autoridad de los apéstoles se van incorporando algunos colaboradores como Santiago el Justo, representativo de la jerarquia fija, y Pablo y Bernabé, por parte de los itinerantes. Entre estos colaboradores misioneros surgiran también personajes y funciones de la misma categoria que presbi- teros y diaconos como el caso de Tito. La comunidad de Antioquia presenta a este respecto nove- dades. Las figuras claves de la iglesia de Antioquia son profetas y maestros, sin que se pueda diferenciar entre ellos, pues ambas funciones caen en el mismo grupo de personas. Se sigue en la linea de los helenistas, cuyo grupo destacaba por su naturaleza carismatica y por los dones del Espiritu. Parece que eran predi- cadores ambulantas y carismaticos establecidos en la comuni- dad, pero dispuestos a emprender la marcha si el Espiritu se lo indicaba. Se les denominoé en Antioquia apéstoles, al revés que en Jerusalén, donde el titulo se reservé a los doce. El apelativo lo encontramos con este mismo sentido en la Didagé. HISTORIA DE LA IGLESIA ANTIGUA 83 IV. LA CONVERSION DE SAN PABLO Bibliografia. G. Barbaglio, J. J. Bartolomé, G. Bornkamm , J. Gnilka, H. Késter, P. Vielhauer. 1. OrIGENES Dr SAN PaBLo El impulso mas importante a la expansin de la iglesia ven- dra de la mano del apéstol Pablo. El que luego sera conocido como apéstol de los gentiles habia nacido en Tarso, una ciudad culta de la diaspora, en el seno de una familia judia cuya estricta obser- vancia de la ley le impidié estudiar en las escuelas griegas. Su personalidad quedé marcada por el judaismo como religin, por el helenismo como fenémeno cultural y por el marco social y politico que le ofrecia el imperio romano. Su nacimiento pudo ocurrir entre el 5 y el 10 d.C. Poseia la ciudadania romana desde su nacimiento y por ello gozaba de facilidad de movimientos por el imperio. Tarso tenia estatuto de ciudad libre, sus ciudadanos estaban sujetos a tributacion; su familia no era ni transeunte ni extranjera; probablemente no era de clase social baja. Era artesano textil, tejedor de lona o fabri- cante de tiendas. Tuvo una buena formacién helenistica: utiliza la version griega de la Biblia, argumenta a la manera griega, domina el griego literario, utiliza conceptos politicos, literarios y filosoficos. Todo ello indica que tuvo una sélida formacién griega. Tiene exce- lentes recursos retéricos. Hombre urbano, familiarizado con los templos y mercados, el foro o los estadios. Su lengua materna es el griego pero podia conocer el hebreo y el arameo. Pronto fue enviado a Jerusalén a realizar estudios rabinicos con el ilustre fariseo Gamaliel pues en la diaspora no se daban las condiciones para esta formacién ni para la fiel observancia de la ley. Tiene influencia de las corrientes apocalipticas y de Qumram. El mismo Pablo se describe a si mismo como buen fariseo, irreprensible en su conducta (Gal. 1,45 Fil. 3,6) y observante de las tradiciones patrias, lo que se manifiesta en la actitud apasionada por la defensa de la ley y la aniquilacién de sus transgresores. Fue este celo religioso, y no el extremismo politico, lo que le convier- tid en fanatico perseguidor de los discipulos del Seftor. Es decir, lo que le enfrenté con los helenistas cristianos fue el rechazo 84 Joss Maria Macaz de estos a la ley y al templo, no el caracter mesianico de Jestis. Debido precisamente a este caracter fariseo, Pablo comprendio mejor a los hebreos de la comunidad de Jerusalén que a los hele- nistas, contra los que lanzé toda su ira. Saulo presencié el martirio de Esteban, aunque en Gal 1,22 dice que era un desconocido para los cristianos de Judea en los momentos iniciales de la comunidad primitiva; por ello Lucas podria haber manipulado la descripcién del martirio de Esteban para destacar el profundo cambio que se va a producir en Pablo y éste no haber estado presente en su muerte. Algunos de estos cristianos helenistas estaban en Damasco y alli se dirigio Pablo contra ellos. Parece mas probable que Pablo persiguiera a los cristianos fuera de Jerusalén o incluso fuera de Palestina. No es creible que llevara cartas del sumo sacerdote para traer a Jerusalén a cristia- nos residentes en Damasco pues carecia de semejante poder juris- diccional. Lo mas probable, es que Pablo perseguia a los cristianos del lugar donde él residia y que la persecucion consistia en impo- ner los castigos normales propios de la sinagoga o en excluir de la misma a los miembros de la comunidad judia que se habian hecho cristianos 0 que quizas hacian propaganda del mensaje cristiano dentro de la comunidad hebrea. Esta expulsion podia tener conse- cuencias sociales y econémicas y quizé también la posibilidad de acusarlos ante los tribunales locales o las autoridades romanas. 2. LA EXPERIENCIA DE Damasco. La conversién de san Pablo esta narrada por Lucas y por el propio Pablo. Los relatos de Hechos no son una biografia sino, en todo caso, una “autobiografia teolégica”. Lc menciona el aconte- cimiento en tres lugares distintos: He 9,1-19; 22,6-21; 26, 12- 23. Los tres relatos tienen diferencias. Es posible que hubiera una antigua tradicion cuyos elementos serian la localizacion del suceso en Damasco, la actividad como perseguidor y el cambio profundo producido en él, asi como la intervencion de Ananias en la integracién de Pablo en la comunidad. La conversi6n es vista como una experiencia teofanica pues se da la aparicién de una luz y la escucha de una voz, seguida de una curacion y de la investi- dura apostolica tras el bautismo e ingreso en la comunidad. HISTORIA DE LA IGLESIA ANTIGUA 85 El testimonio paulino sobre su conversién es de unos veinte afios posterior al acontecimiento y no aborda directamente el tema sino que esta tratado en el contexto de discusiones sobre la legi- timidad de su ministerio. No la describe hist6ricamente sino que habla de ella como lo que legitima su misién, aunque ciertamente es la raz6n Ultima de su actuacién y el motivo decisivo de su pre- dicacién. Pablo hace referencia a su conversion en Gal 1,15-1 2,1-9; Fil 3,8.14; 1 Co 9,1; 15,8; 2 Co 3,18; 4,6. En el camino de Damasco tuvo un encuentro con el Senor (He. 22, 4-10) que provocé su conversién. El mismo Pablo habla de lo que significo este encuentro en Fil. 3. Fue una situacion en la que la iniciativa la llevo el Senor, una experiencia religiosa que supuso haber hallado la justicia de Dios no en la ley sino en la fe en Cristo. A este proceso Pablo lo llamo “revelacion” en Gal. 1,15. La conversion y la vocacion misionera de Pablo nacieron unidas en esta experiencia de Damasco lo que significa haber descubierto el cambio que supone la fe en Cristo con respecto a la ley judia, cambio radical y objetivo que provoca en el mismo Pablo su con- version y su vocacién misionera hacia los paganos. Por tanto, no debe plantearse esta revelacién en el sentido subjetivo sin tener en cuenta la tradicion de los apéstoles, sino en el sentido objetivo asumiendo también esa tradicion. El nucleo del acontecimiento vivido por Pablo en su conver- sién pudo constar de varios elementos. Ha visto al Serior (1 Co 9,1; 15,8); se trata una aparicién del resucitado que le situa en igualdad de condiciones que los primeros testigos de la resurrec- cién. Se reconoce profeta de Cristo (Gal 1,5) en lo mas intimo de su ser y, como los profetas, llamado desde el seno materno. Fue una revelacién (Gal 1,16; 2 Co 12,1-7) mediante la cual Dios le dio a conocer a su Hijo desvelando el mundo nuevo que habra de sustituir al actual, destinado a la destrucci6n al estar dominado por el mal y la muerte. Es conocimiento (Fil 3,10) por el que sabe que Cristo vive y le conoce, conocimiento que cambia su vida radi- calmente convirtiendo en basura todo lo anterior y sintiéndose seducido por Cristo. 3, ACTIVIDAD MISIONAL EN ARABIA. Los acontecimientos de su conversién tienen lugar tres anos antes de su primera visita a Jerusalén (Gal 1,18), por tanto, pue- 86 Jost Maria Macaz den datarse en el afio 35. La datacién siempre es aproximada. Pablo aporta una cronologia fiable en Gal 1,11-2,1 para el tiempo entre su conversién y el concilio de Jerusalén. Después de su conversién Pablo realizé una actividad misio- nal en Arabia durante tres afios, es decir entre el 35 y el 38. Poco sabemos del origen de la comunidad de Damasco. Cuando Pablo se convierte ya hay una comunidad cristiana en Damasco for- mada por los helenistas expulsados de Jerusalén. Estos cristianos de Damasco son judios y por eso dependen de la jurisdiccién del sumo sacerdote de Jerusalén. Pablo tras su conversion, predica en las sinagogas. Ananias es un hombre piadoso “segiin Ia ley” (He 22,12). Se puede precisar mas la composicién de esta comunidad. Segtin Danielou, ademas de los judios helenistas puede haber en ella esenios convertidos procedentes de la comunidad de Damasco, de la que tenemos sus reglas en el Documento de Damasco de Qumram. Los tres afios pasados en Arabia después de su conver- sion estarian dedicados a afianzar su formacién cristiana recibida con la influencia de la secta esenia. Segan Grundmann, serian galileos, pero lo mas comtn es aceptar los datos de Hechos y por tanto serian helenistas cristianos asentados alli tras la persecu- cién de Jerusalén. Tras su estancia corta en Damasco marché a Arabia, al sur de Damasco. Aunque sometida a los romanos, la administra- cién estaba en manos del rey nabateo Aretas IV (9 a. C.-39 d. C). Existian aqui comunidades judias de la diaspora importantes entre las que Pablo hizo su primera misién y coseché sus primeros fracasos. Por ello, tal vez, el rey Aretas se mostré hostil a Pablo. Después de tres afios (38) visité a Pedro en Jerusalén. No se pueden reconstruir los términos de la entrevista. La comunidad de Jerusalén probablemente acogié mal al antiguo perseguidor. Bernabé salié garante de la autenticidad de su conversion. No hay en esta etapa atisbos del planteamiento gentil, el cual vendria mas tarde, ni tampoco muestras de independencia apostélica. Si parece probable que la visita fuera para exponer su evangelio a la comunidad primitiva. Luego se dirigié a Tarso y de aqui a Antioquia, donde ya existia una comunidad compuesta por los helenistas provenientes de Jerusalén. Bernabé habia sido enviado por los apéstoles a Antioquia para encargarse de esta comunidad y asocia a Pablo a la tarea evangelizadora. HISTORIA DE LA IGLESIA ANTIGUA 87 Vv. MUERTE DE SANTIAGO EL MAYOR Bibliografia. R. Aguirre, La comunidad de Jerusalén, Bilbao 1989; Filén, Legacién a Gayo Caligula; F. Josefo, Antigiiedades judias; tb. La guerra de los judios, Barcelona 1987; A. Paul El mundo judio en tiempos de Jesus, Madrid 1982; E. Schirer, Historia del pueblo judioen tiempos de Jestis, Madrid 1985; Theisen, Colorido local y contexto hist6rico en los evangelios, Salamanca 1997; C. Vidal Manzanares, Bl judeo-cristianismo palestino en el siglo I, Madrid 1995. 1. Srruacion poirica. CaLicuia y AcripA T Caligula (37-41) dio a Herodes Agripa I (37-44) los territo- rios de su tio Felipe (Traconitide, Iturea), el norte de Abilene, los territorios de Herodes Antipas (Galilea y Perea) en el 39 y finalmente le concedié el titulo de rey. Claudio afiadio Judea en el 41 con lo que su reino se parecié al de su abuelo Herodes el Grande. Murié en el 44 d. C. en Cesarea. Agripa I apoyé a las tradiciones judias, dejé que los fariseos recuperaran todo su liderazgo, él mismo obserbaba fielmente la ley y practiacaba los sacrificios rituales en el templo, actitud claramente alabada por Josefo. Tal vez detras de esta piedad hubiera un frio calculo politico. Al mismo tiempo como hiciera su abuelo, favorecié la cultura helenistica. En el invierno del 39-40 Caligula mandé levantar una estatua del emperador en el templo de Jerusalén. Al conocer la noticia una multitud de judios pidi6 al gobernador Petronio que pospusiera el cumplimiento de la orden. El gobernador, para no crear altercados, oculté al principio este hecho al emperador. Posteriormenete Caligula accedié a un aplazamiento por razo- nes de tipo practico pero ordené que se cumpliera la orden en el futuro, Petronio solicité la revocacién de la orden y Herodes Agripa intercedié ante el emperador para evitar la colocacion de la estatua. Finalmente, la muerte de Caligula resolvié de manera pacifica la situacion. Entre los judeocristianos el hecho no aparece recogido en las fuentes de modo que podemos concluir que los enfrentamientos de Caligula con los judios no les afectaron. En realidad ellos pen- saban que el final del templo estaba cercano. Se ha formulado la hipotesis de que los apocalipsis sinépticos estén inspirados en BH Jost Maria Macaz este acontecimiento (Mt 24, Me 13, Le 21). Pero mas bien habria «jue interpretarlos bajo la inspiracién del libro de Daniel. 2. Muerte pe Santiaco EL Mayor A la muerte de Caligula, Agripa se encontraba en Roma y apoyé a Claudio para que éste se hiciera con el poder imperial. La popularidad de Agripa aumenté entre los judios. No tardé Agripa en emprender acciones contra los cristianos para grangearse el apoyo de los judios. La mas importante de ellas, segtin He 12, 1 ss, fue ejecutar a Santiago, hijo del Zebedeo, en el afio 43. La fecha concuerda con la informacion de He 12,20-23 y de Josefo por lo que se puede considerar segura. También encarcelé a Pedro. De este modo pretendia descabezar un movimiento que no sélo no habia desaparecido con las acciones anteriores sino que se estaba extendiendo entre los judios de la diaspora y los gentiles. Esto era Jo que creaba animadversién entre los judios y la raz6n del ataque de Agripa. Pedro no sélo legitimaba la entrada de gentiles sino que habia pasado por alto ciertas normas rituales (He 10). La persecu- cin afecté a toda 1a iglesia y no sélo a los helenistas. Agripa pretendia con este hecho congraciarse principalmente con los fariseos que tenian un gran poder sobre el pueblo. La comunidad cristiana dentro del judaismo habia evolucionado considerablemente. Por una parte, habia perdido la esperanza de una conversién de Israel. Y por otra, el nacionalismo judio sospe- chaba que los cristianos habian abandonado la observancia de la ley, actuaban fuera de Judea y admitian a los gentiles en su seno. Los fariseos ya no veian en esta comunidad una rama judia, digna de tolerancia, sino que la combatian como una secta extrafia al judaismo y enemiga de la nacién. La oposicién de Agripa a la iglesia y la orden de ejecutar a Santiago el Mayor se explica porque queria conseguir el apoyo de la casa de Anas, que habia nombrado sumos sacerdotes a dos de sus hijos, Jonatan y Matias, en afio 43. La persecucién de los cristianos y el retorno de la casa de Anas al poder en el templo estan relacionadas. Agripa sacrificé a Santiago al odio de la casa de Anas. Pedro salvé la vida en circunstancias extrafias, huyé a un lugar sin determinar y antes ordené que se avisara de su deci- sién a Santiago, el hermano del Seftor (He 12, 17). Tanto Mc (6,3) HISTORIA DE LA IGLESIA ANTIGUA 89 como Mt (13,55) lo presentan como hermano de Jestis. Santiago habria tenido una aparicion de Jestis resucitado (1 Co 15,7) lo que le llevé pronto a la fe. Tanto él como su madre y hermanos apa- recen pronto integrados en Ja comunidad de Jerusalén, incluso con anterioridad a Pentecostés (He 1,14). Diez afios después, su papel en la comunidad era decisivo. Pablo, tres afios después de su conversién, lo equipara a los apéstoles (Gal 1,18) y mas tarde, Jo consideraba una columna de la iglesia (Gal 2,9), junto a Pedro y Juan. Habia sido desde el principio, igual que el resto de sus fami- liares, miembro de la comunidad. La decisién era apropiada. Santiago era un celoso cumpli- dor de la ley, lo que limaba asperezas con los judios. Si Pedro podia aparecer como un dirigente heterodoxo de cara a los judios, Santiago podia ser considerado como un fiel observante y detener cl proceso de agresién de Agripa hacia la comunidad cristiana. Desde ahora hasta su muerte Santiago ser el lider de la iglesia de Jerusalén. El momento en que asume la direccién de la iglesia es conflictivo en lo politico, social y econémico unido al problema de la admision de gentiles en la iglesia. Existe una importante tradicén posterior sobre Santiago. Seguin el Evangelio de los Hebreos (relacionado con una comu- nidad judeocristiana egipcia del siglo Il) Cristo se aparecié en primer lugar a Santiago; en el Evangelio de Tomas se dice que los apéstoles después de la ascensién debian acudir a Santiago el Justo. Santiago ocupa un lugar preponderante en las Hipotiposis dlc Clemente, en los tres Apocalipsis de Santiago encontrados en Nag Hamadi y en los escritos pseudoclementinos. Hegesipo, segtin sebio, dice que Santiago contaba con la confianza de escribas y fariseos confirmando su relacién con el judaismo rabinico. Lo mismo aparece en la carta que se le atribuye. Es decir, Santiago 1076 de un prestigio que perduré durante cierto tiempo en un sec- lor del cristianimo primitivo. La muerte de Agripa detuvo sus acciones contra los judeocris- linnos y se inicié un periodo de paz para la iglesia (“la palabra de Dios crecia y se multiplicaba” He 12,24) que, dirigida por Santiago, hien visto por los judios, crecié sin conflictos. Para los judeocris- lianos suponia la desaparicién de un oponente importante. Para los judios, en cambio, su muerte fue considerada como un desas- ive nacional. Tal vez si su reinado hubiera continuado (tenia 44 inos) se podria haber evitado la guerra judia. Su hijo Agripa II era

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