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L GENERO La construceién cultural de la diferencia sexual S.C. Bourque - J. Butler LK, Conway - S, Cucchiari M. Lamas - S.B. Ortner G. Rubin - J. Scott H. Whitehead Marta Lamas Compitacién introduccin © 1996-2003 Univensina NacionaL AvrovoMa De México ‘CooRDnXACION BE HUNANIDADES, Proctaa UNWERSITARO be Esvuptos be Genito, UNAM. © 19962008, or cractersticastpogricas y de eicién -Micust ANGEL PoaRDA, libre editor Derechos reservados conforme a ISBN 968-842.5729 IMPRESORK MEXICO ‘Kmargura 4, San Angel, Alvaro Obregon, 01000 Maco, DF UNIVERSIDAD NACIONAL AUTONOMA DE MEXICO Doctor Juan Ramén de ta Fuente Rector Doctora Olga Elizabeth Hansberg Coordinadora de Humanidades Doctora wciela Hierro Direcrora aet vv¥6 PUEG Prosnaua Universiranic of Estuoios 0¢ Gewero Comué Editorial Dota Cardaci + Mary Goldsmith + Graciela Hierro + Claudia Lucott ‘Mercedes Pedrero + Greta Rivara + Martha Judith Séactez ‘Marfa Luisa Terrés + Margarita Velézquez Gloria Carcaga Coordinasora del C2 Editor Berenise Hernéndez * Mauro Chavez. Publicactoner Gave Rus El trdfico de mujeres: notas sobre la “economia politica” del sexo° L; LITERATURA sobre las mujeres -tanto femmusta como an- tifeministe~ ¢s una larga meditacién sobre la cuestiGn de La naturaleza y génesis de la opresién y la subordinacidn soctal de Jas mujeres. No es una cuestién trivial, puesto que las respuestas que se ie den condicionan nuestras vistones del futuro y nuestra evaluaci6n de st es realista 0 no la esperanza de una sociedad sexualmente igualitaria, Lo que es més rmportante, el andlisis de Jas causas de opresidn de las mujeres constituye ia base de cual- quer estimacién de lo que habrfa que cambiar para alcanzar una sociedad sin jerarqufa por géneros, Asf,s1 en la raiz de ta opresi6n femenina encontramos agresividad y tendencia al domimo innato cn Jos hombres, el programa feminista requerisfa légicamente ya sea el extermunio det sexo delincuente o bien un programa euge- nésico para modificar ese eardcter. Si el sexismo es un producto secundario del despiadado apetito de beneficios det «: entonces se marchitarfa en caso de una revolucién socialista exi- tosa. Si ta hist6rica derrota mundial de las mujeres sucedié a ma- nos de una rebelin patriarcal armada, es hora de que guerrilleras amazonas empiecen a entrenarse en los Adirondacks.’ 30, Ladke de Goran (coor), cONACYT/UAM Itaptapa, "Reconocimento es un palabra inadecueca pars aj, come la mayor, es pou de ics fotos aoa responsabiida de To ave poe lin es B51 26 (GAYLE RUBIN Estaria fuera de los limites de este trabajo hacer una completa de algunas de las actual popular ejemplificaaa en The Imperial Animal. ei supuesto derro~ camiento de matriarcados preni int todo sobre Los fenémeno: mn social del primer vo: en del 0 esbozar algunos elementos ce una explic: va del problema. En alguna ocasién, Marx pregunt6: “,Qué es un esclavo ne~ gro? Un hombre de la raza negra, Sélo se convierte en esclavo cen determmadas relaciones. Una devanadora de algodén es una méquina para devanar algodén. Sélo se convierte en capital en determinadas relaciones. Arrancada de esas relaciones no es capi tal, igual que et oro en si no es dinero nt el precio del azsicar es azti- (Marx, 1971b, p. 28). Podrfamos parafrasear: {Qué es una icaciGn es esposa, mercay odi 10 humano en determmadas relaciones. Fucra de esas deer epeo se cones coun me epitie? para empezar a desenredar el sistema de relaciones por el cual las mujeres se convierten on presa de los hombres esté en las obra ‘que se superponen, de Claude Lévi-Strauss y Sigmund Freud, La domesticacién de las muyeres, bajo otros nombres, est te estudiada en ia obra de ambos. Leyéndolas, se empieza # vis~ lumbrar un aparato social sistematico que emplea mujeres como TRAFICO DE MUIERES = materia prima y modela mujeres domesticadias como producto. Ni Freud ni Lévi-Sifaliss-vieton su propio trabajo a esta i y cierta- mente ninguno de ellos eché una murada critica al proceso que describen; por Lo tanto, sus andlisis y descripeiones deben ser leidos mas 0 menos como Marx ley6 a los economistas que lo precedieron (sobre esto, véase Althusser y Bs 69), Freud y Lévi-Strauss son en cierto sentido ané social que es la sede de fa opresisin de Ja sexuales y alguios aspectos de la persor midividuos. He llamado a esa parte de la vida social de un término més elegante. Como del fema de sexo/género” es el conjunto de disposiciones por el que una sociedad transforma la sexualidad biolégica en productos de 1a actividad humana, y en el cual se sa- usfacen esas necesidades humanas transformadas. El objeto de este ensayo es Iegar a una definicién mas de- tema de sexo/género, por la via de una fectura a- 10 de un texto a sus prei de algunos textos psicoan: por Jacques Lacan, cuya pro} freudianas tiene fuerte influencia de Lévi-Strauss. 8 oa aN Més adelante volveré a un refinamtento de ta defimciéa del sistema de sexo/género, pero primero trataré de demostrar ta ne- cesidad de ese concepto examimando el fracaso del marxis clésico en cuanto a Ja plena expresiin 6 conceptializacién de ia opresién sexual. Ese fracaso deriva del hecho de que el marxis- iid, ConTO Teoria de Ia vida social, préchcamente no esté interesado en el sexo, En ef mapa del mundo social de Marx, los seres huma- nos son trabajadares, campesinos o capitalistas; el hecho de que también son hombres o mujeres no es visto como muy significa tivo. En contraste, en los mapas de la realidad social trazados por Freud y Lévi-Strauss hay un profundo reconocimiento del lugar de Ia sexualidad en Ja soctedad, y de las profundas diferencias entre la experiencia social de los hombres y la de las mujeres. MARK No Hay ninguna teorfa que explique la opresi6n de as mujeres “en su infimita variedad y monstona similitud, a través de las turas y en toda la historia~ con nada semejante a la fuerza ex ‘catoria de 1a teorfa marxista de Ja opresiGn de clase. Por eso. 20 es nada sorprendente que haya habido muchos intentos de aplicar cl andlisis marxista a la cuestiGn de las muyeres. Hay muchas ma- neras de hacerlo, Se ha sostenido que las muyeres son una reserva de fuerza de trabajo para el capitalismo, que los salarios general- mente més bajos de Jas mujeres proporcionan plusvalia extra al patrén capitalista. que las mujeres sirven a los fines dei consumis- ‘mo capitalista en sus papeles de acministradoras del consumo fa- miliar, eteétera Sin embargo, algunos artfculos han intentado algo més ambi- c1oso: ubicar ta opresiGn de Las muyeres en el corazén de ta diné- ‘mica capitalista sefialando la relacidn entre el trabajo doméstico y la reproducci6n de a mano de obra (Benston, 1969; Dalla Costa, EL TRAFICO DE MUJERES 39 1972; Larguia y Dumoalin, 1972: Gerstein, 1973; Vogel, 1973: Se- combe, 1974: Gardiner, 1974; Rowntree, M. y J., 1970). Hacerlo es colocar de Ileno a las mujeres en 1a definicién del capitalismo, e1 proceso en que se produce capital mediante ta extraccidn de plus- valia a ia mano de obra por el capital En pocas palabras, Marx sostuvo que el capitalismo se distin- gue de todos los demas modos de produccién por su objetivo tint co: la creaci6n y expansién del capital, Mientras que otros mocios de produceién pueden encontrar su objetivo en 1a fabnicacién de cosas titles para la satisfaccién de necesidades humanas, o en a produceién de un excedente para una nobleza dominante, o en una producci6n que asegure sacrificios suficientes para la edifica- cidn de Jos dioses, el capitalismo produce capital, El capitalismo es un conyunto de relaciones sociales ~formas de propiedad, eteé- tera- en que la produccidn adopta la forma de conversién del di- nero. las cosas y as personas en capital. Y el capital es una tidad de bienes o de dinero que, intercambiada por trab reproduce y se aumenta a sf misma extrayendo trabajo no pagado, © plusvalia, de la mano de obra para sf misma, El resultado del proceso de produccién capitalista no es ni un ‘mero producto (valor de uso) mi una mercaneia, es decir.un Va- Jor de uso que tiene valor de cambio. Su resultado, stt produc- to, ¢8 la creacién de plusvalfa para el capital, y por lo tanto la real sransformacién de dinero o mercancfa en capital... (Marx, 1969: 399; subrayados en el original Elntercambio entre et capital y la mano de obra que produce plusvalia, es decir, capital, es sumamente especifico. El trabajador recibe un salario; el capitalista recibe las cosas que el trabajacor na hecho durante el tiempo de su empleo. Si el valor total de las co- ‘sas hechas por €! obrero (o 1a obrera) supera el valor de su salario. 1 capitalismo ha logrado su propésito. Bi capitalista recupera el costo del salario mas un incremento: la plusvalia, Esto puede suceder porque el salario no es determinado por et valor de to que 0 GAYLE RUBIN cl trabajador hace, sino por el valor de lo necesarto para mante- nerlo a él o a ella con vida ~para reproducirlo 0 reproduciria dia a pata reproducir toda la fuerza de trabajo de una generacién otra. Asi, fa plusvalfa es la diferencia entre lo que fa clase traba~ Adora en conjunto produce, y la cantidad de ese total que se rect- la hacia el mantemimiento de fa clase trabajadora. wuesos y los cerebros de los trabajacores existen- tes se reproducen. y se engendran nuevos trabajadores... el consumo individual del trabajador, dentro del taller 0 fuera de <1, ya sea parte del proceso de produccién o no.es pues un fac- tor de la produccién y reproduccién del capttal, tanto como el limprar la maquinaria... (Marx, 1972: 572). Dado en individuo, la produccién de fuerza de trabajo consis te en su reproduccién de sf mismo o su mantenimiento. Para su mantenimiento necesita determinada cantidad de medios de subsistencia... La fuerza de trabajo sélo se pone en accién trabajando. Pero con ello se const miisculos, cerebro, nervios, eteétera, restaurarlos... (Ibid., p. ¥ nanos, y es preciso La diferencia entre la reproduccién de ia fuerza de trabajo sus productos depende, por lo tanto, de la éeterminacién de 1o que hace falta para reproducir esa fuerza de trabajo. Marx tiende a hi cer esa determinacién con base en la cantidad de mereancias ~al ‘mentos, ropa, vivienda, combustible~ necesaria para mantener La salud, la vida y las fuerzas de un trabajador. Pero esas mercancias tienen que ser consumidas antes de que haya sustento, y no estén en forma inmediatamente consumible cuando se adquieren con el, salano. Es preciso realizar un trabajo adicional sobre esas cosas antes que puedan convertirse en personas: la comida debe ser co- ida, 1as ropas lavadas, las camas tendidas, la leita cortada. eteé- tera. Por consiguiente, el trabajo doméstico es un elemento clave EL TRAFICO DE MUJERES 4 en el proceso de reproduccién dei trabajador del que se extrae ‘a. Como en general son mujeres qutenes nacen el trabajo doméstico, se ha observado que es a través de a reproduccidn de In fuerza de trabajo que las mujeres se articulan en el nexo de la que es el sine qua ni a de ls myers par Lem ‘| tener que esa utilidad explica ta génesis de la opresién de las mu- ta.|Es precisamente en este punto que et! dei Aimazonas y en ins utiliza la violacién ‘a para mantener a las mujeres en su s habituates de la wucstras mujeres c nes secretas. conocimientos masculinos arcanos, eteétera. Y la Europa feudal precapitalista estaba lejos de set una sociedad don- sexism. El capitalismo retom6, y reorganiz6 hombre y 1a mujer que eran muy anteriores. Ningtin andl reproducciéa de la fuerza de trabajo en el capital plicar el ligado de 1os pies, los cinturones de castidad m ichizadas indignidades ce Ja increfble panoplia brzantina, a GAYLE RUBIN por no hablar de 1as més ordinanas, que se han infligido # las mu- eres en diversos lugares y tiempos. El anélisis de la reproduccién de la fuerza de trabajo no explica ni siquiera por qué son general- mente las mujeres las que hacen el trabajo doméstico, y no los hombres. A esta luz es interesante volver al examen de Marx de Ia re~ produccidn de ta mano de obra. Lo que hace falta para reproducit al trabajador es determinado en parte por las necesidades biol6 ‘5 del organismo humano, en parte por las condiciones fisicas del lugar en que vive y en parte por la tradicién cultural. Marx ob- servé que la cerveza es necesaria para la reproducci6n de la clase trabajadora inglesa, y el vino es necesario para la francesa.

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