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‘conocidos en sus respectivos pases. Pese a su circulacién ‘cada ver menor, e incrementan ls revista culeraes,y el Internet dinamiza los poderes de la informacién, Desde los aos ochentas por lo menos, pierde densidad y convicidn la técnica que aplica alos expacios eultualescrte- ios dela economia: dependencia, rubdewarralo, perifria. Elo creativ ef centro esti en todas partes, yas sedlficlte adie sin del abajo aristico e intelectual, se desvanece la posta in colonizada. Un desaffo enorme sige a continuacisn el ncoliberalsmo insist en ela reneabilidads de la culeur,y bur- ca imponer la nocién del best-seller como lo snico desable. Hay resistencias vigoross a es cruzada del rendimienta co- ‘mercial pro la situacindista de se esperanzadora, Qué se sabe hoy de lo que ocurre culturalmente en ‘América Latina en atméseras dominadas por Ia economia y |a politica? Son compaginables la globalzacién y el nuevo aldacionismo? Qué une y qué divide a pales hermanados por las deficiencias de I economia y las gravismae insuli- Ciencias dela politica? La cultura iberoamericana existe, pero los modos traicionales de percibila han entrado en etss, ‘Miré lor muro de as patvae iat. 154 sDESPERTEY YA ERA OTRO» [LAS MIGRACIONES CULTURALES Marchar hacia ninguna pare, con lacondicion de gue el viaje eve a todo ados Bl sigo 20s, entre otras cosas y muy fundamentalmen- te, époed de migraciones voluncaras y a la fuera, causdas por el ansia de alterntivas, la urgencia de mejorar el nivel de ids, el afin de aventura, ls ganas de sobrevivie. En otro sentido, no tan dramético, pro igualmente profundo, els {lo ex de podeross ¢interminables migraciones culturales. ‘Aal por ejemplo, en América Latina estas migraciones han sida a tal punto radicals que, en distintos periodos,inven~ tan o legtiman (corroen 0 rectfican) aparencias urbanas, jerarquias y comportamiencos familiares, estlos del consu- ‘mo, esculas del sentimientoy el sentimentalismo, idlatias frenétias que las més de las veces, nadie recuerda a ls cin- ‘co afios de su apogeo. No me refiro aqu slo a as transfor maciones de gran alcance civilizatovo, sing tambign alas re laciones entre industria cultural y vida cotidiana, entre el tuniverso de imagenes y productos comerciales y las ideas del ‘mundo, En las metamorose inevtales y en los desplaz- 155 sicotos de hibits, comtumbesy cena, los migames Cale son vanguard anes, que al alopar mo- dy actndes de rapt sbandonan lecurs devocons rss aor dl emp bre, convenes sta ei Ss apeenit musi, cada del maionaims, cone sions jugadarcinmadiiables de lo malig de To femenin. Estas migaciones son, en snes ovo de kn ‘Pande pinje de moe tempo +¥ pues contéis con ode, falta cova contnuidade ‘A picipios dl glo lo propio en América Lanes Ie homogeneda der cence avon de a como cl sean reno ces, lcs como e thio desma iimidacsn ans ls metas que Imuy pocosconoen, el homens continuo s he hdses (restos como plsinor gels dla guada dels go Iesane), el anallabetin generaliad, el papel propor dlrane dela clara orl spercin que enifeae e ful profaional con un ang espinal supei,lmisin de at pasts (de preferenca en verstn dear), reco ante la cencia que busca devas la fy as mance Seas (prada) de ser hombres ser mujeres, a sujecion femenin (La mje en cay con la at ot). sempre aparuos, ol pavor ant la tcnlopy en donde abe is on ean a al rend i Por un bispo( elona,provocan puso ls primers Fondgrafn (nen nano dentro qu cava ocy see ran (se cconden ens set fos epetdoe de ie at ver vara dene apa sa locomoror inignan lo revaluconarion mesianos del Convenin de Agusee lentes de 1914 contemplar en un wc Sus ene gos lo gc lon cvi deena mr isl serbian Istombay, sc horvinan lepers ea Replica Do 156 sminicana al ver a Judas en las peliculas sobre la Pain de Cristo, motivo por el cual se lnzan con cuchillo a desgarar las sabunas que hacen las vees de pantalla y marr al trador. Y, ubicuos y omalmodos, presiden las ceremonias los siombolos que represencan a la Pata, el Pueblo, el Pararca, a Majer, Ia Honra, la Decenci, el Heroism, la Gratitud ‘Nacional, la Fe, los Dones de Dios, la Santi, la Devo- cin. En los primerosafios del siglo latinoamericano, lo simbdlco eel segundo lenguaje social lahorro de tiempo, cl inercambio de certezs, el aflanzamienco enfrentado si muleineo de las trdiciones populares, la dedaracién de per ddurabilidad del tadicionalismo, el apuntalamiento de la ‘mentalidad republican, En América Latina, una de las primeras migracionescul- turales de importancia se desprende de la Revolucién Mesi- ‘ana, que as no desruya el tabi de I sacrosanta propiedad privada, si exhibe a carcter moral de algunos hacendados 4; lo inesperado, acclera y masifica la movilidad socal. La Revolucisn no silo expulia a cientos de miles del pais; ram: bin, mediante la conminacién de las armas, introduce en cena a campesinos y obreros, deceta la relavidad de la ‘moral (La muerte no mata a nadie, / la matadora es la suer- tes), crea escalasinsélcas de ascenso y genera una esttica inesperada. Un persanaje de Ler de abajo, el idealsta Solis, minutos antes de que lo alcance una bala perdida, exclama: ‘Qué hermosa es la revalucién, aun en sa misma bazbarie's YY ia bella aeribuida a as alegorise de a violencia se despic- 4 eto seguido en la literatura y la pinera de América Lati- na, geners el muralismo de Rivera, Orozco y Siqueios, se cexpresa en la novela del realsmo social, prestgia a los ma- ‘chos de Mariano Amuela y Martin Luis Guzmén y alos com- padsits de Evaisto Carzego, prepara el campo para los pis. ters de Zapata, es el sustrato de Canaima, Canaclaro y Dov Barbara, y origina wna de las tsis de Octavio Paz en Fl labe- into dela soledad:oLa revolucin es la revelacién. La vio- 157 lencia siempre ha exstido, pero por vex primera s le conce- de imporancia a su wansfiguracién artistic y litera, En las migraciones hstricas del campo a las cudades, a las razonesclsicas(salarios de hambre, desempleo, caciquis- ‘mo, desastres agratos, latifundios) se ahade la de los despla- zados por el acoso del epuchlo chico. infimno grande Ia ce rrazén del fanatsmo y la earencia de toda privacidad. Un. tema constante de novelas, eventos obras de teatro ubice- dos en provincia tel trnsio alas libertades urbana, lejos, del expionaje parroquialy de la obligacién de compartc con los vecinos ls imposiblessecretos de lareedmara. Derde f= tes del siglo XIX se insttucionaliza el sbismo entre provincia, Y capic, y cada quien calfca moralmente cual «el paraiso Y aul ese inferno. Bla distribu de funciones a ca Pita le toca el equilibro entre Ia conducta mas devenfadada y las trampas morales, y la provincia se encargn del aisla- miento y el cuidado de la ortodosia. El resultado desinteyra alos sectores del sedentarsmo, por set tants los queen cada sgeneracién ambicionan la libertad de movimiento yeleeci- ‘miento de oportunidades,y porque excascan ls deciidos & ‘esis al tradicionalismo en sus sitios de orgen, con resulta dos incieros en el mejor de los casos. Desdicha del centrais- smo: el que se queda en la provincia araiga en el pasado; el, {que se va, por el mero hecho de hacerlo, se cree domiciliado ‘enel porvenir. ¥no hay un presente compatid, En las primera décadas del siglo XX tiene lugar una mi- sgracién mds bien escas ysélo asumida por una vanguardia (deliberada o involuncaria) en las ciudades. Es el viaje de le costumbyes que en México, al amparo de la revolucién y del anticlericalismo de los revolucionaros, permite pregonar el amor libre, el desenfido sexual, la blatemia civil. (En 1921 Jos estidentistas mexicanos exclaman: Viva el mole de gua- jolote y muera el cura Hidalgo!) Sila homoserualidad se Practica menos criptcamente pero de ningtin moda se exal- "ise da una suerte de iberacén femenina que meocls crea 138 tividad inesperada y disponibilidad corporal voluntaria,ale~ jada de cualquier prostiucidn. Actos que hoy no lamarian 1h atencién son entonces escandalosos, demostraciones le awtonomia espistua. Ejemplos: la fordgrafa italiana Tina Modoti se desnuda y Edward Weston la fotografia en una notes, pregonando las formas que son tanto més deseables porque son artisticas, yal inversa. Frida Kahlo pina la vida Yel door y vive sus amores sin preguntar por cortesia a qué ‘exo pertenecens, Teresa de la Pata, Gabriela Mistral, Marfa Tsien Bombal y Victoria Ocampo dan cuenta en sus esrtos cde una sensibilidad radicalmenteajena ala impuesta por ef patrarcado, no una vsensiblidad fereninas, sino sencila- ‘mente no sujeta al machismo. Las sufragistas, al exgilos, inician el uso de sus derechos. Unos euantos y unas canas rmigran de habitos de vida y pensamiento, y anancian el fin dela dictadura de los comportamientos ij. {AS MIGRACIONES TRAMITADAS POR LA TECNOLOGIA Eline: Para qu un relat al uz del fot pudiondo _gozar eno escurites Una migecin esencial del siglo es la que va del en teetenimiento del hogar o del rato al espectculoflmico, es deci, lo que vade lo prvado 0 muy minortario al ptblico tal y como se produce en Ia oscuridad. El entretenimiento privado, si al nombre hemos de drle al muy piblico sene de 1s familia, incluye veladas ltco-mausicales,sermones patiar- cakes, lecciones de abnegacién maternal, ruedas de chismes Y hortigamientos que son redes de castigo para quienes se ‘esvian de lt norma. En el vat tradicional, se le concede al, ‘melodrama el reanimar con frases sonoras la stent wat fal canons lel chi ‘sedan oporaidad slo cencioso Perla loge cine todo lo trastoca, i Juno revoacidn (lec ol imposed de 2 elena cin een clu en a en ampli ~ancopoligco- de efectos mas profundor cea Andra Laide primers ita dl 0 La eae lof scala lene alge mucins eaiones qe ‘5 sypontan inamovible, ls pefcions slogan desciye st ceilidad stains como eres pcs alodramiias cmumbria Das ote tes pote a as polls incorporatsun concimieto gal (el ‘mensaiy finan, pro inves) a emusidalr cil das que se moderian aves del imtcion since Ia asinlacin a eonaaconeny adgueen un vase epee toro veal aes ec que sn ver teats wad. El cine encumbra Idols» modo de interme, espejos omuntaro, los somos dl habla pope los impone asus usuarios (uens tl ver nuns es hilo im iC Te hab Ena ala cau jng a msc inser imento del pocaliis CY en acl das lege ls mas ¥ adie que ol 4 Beshoven ai lee 4*Sahespere), tients el endo de a eaidads e despa de a co 1 los mein lecicos Al progam Ques oso tabi cnt aul que elas ect, t= plcos may ample, rameters lo digo ge hacen las veces de eco dela concen, lex pons Soe ediamosy amamor al puso dela entailed rmulo de cansanis y productos tazales masts de cous fic mos novels ea ge para sus fecuentalors son lo genuios pons cee de la menguindd ya curd de avd silos on su inmensa mayor eo es, no wsexpubles de waarsents ‘inematogrifico 160 ‘Una comprobacién entre muchas, a de Rosario Caste- Nanos (en El ws de la palabra, Excésior, México, 1970), cuando describe ls efecto del cine en su pueblo, Comin, indigena en un 70 por cient: Hl exreno del cine hablado. Esto amerit la construc- «iin deun eifco especial, nico ene pueblo que tenia dos piso. Las platas eran el sitio reservado para la ctema de In crema; la hints a propia de personas honorables funque no muy pedsperas desde ef punto de vista econé- ‘ico lor palos exaban destinads alos aresanos y las ge levias «la plebe, que semaba un gran escindal, exupia y ‘rab pequeios prayers alos privileiados de abajo. No sempre se aguardaba el orden dels roles y su alteracién ‘olvaincomprensible la pelicula, Pero a quién pola im- pore emejante cos? Las rlaciones del pablico con el fspeceiculo al que adn eran muy confuss, Les paecia tun juego sucio el hecho de que el protagonist que moria en la plicul, acribillado a ros, apareiera en la pelicula siguiente, bafado en agua de rss. Pro lo soportaban co- ‘no soporaban todas las arbtaredades de que los hacia ‘itimas le gents de ax 'Y aun se dio el caso de una mujer, vendedora ambu- Iante de dales, a la que le hicieron la broma de que st vida apareceriaproyectada en el cine. Traté por todos los rmedios de eval, y cuando lo considers imposible, co- ‘mena dvulgar episodio que haseaentonces haban sido jgnorades. Se habia vucko loeay nunca recupers el jico. Los productos de Hollywood, quimer a bso precio, even wer dl comport te, Pee be pes to Iconian a Holywood a imagen yu senmenismo. Taras st ine mexicano, yen menor medida cl aren: tio el beasts sf aban, se expres ¢ meee compo nutes semejants, Cada plc popula ine 161 tcaye el canon sti y geval ane el cul caremes de al- temas los ludidonse in asprando, eyed genuinala dionién. Los ldolos del cine som eae del compat tment clas es concede eto ans oad por la hora del Angelus (es cada ver. més riesgoso enfientar a lv eens pels demo) Yel epi moderne Surge cundo el metio nuevo revi ls adciones La ine idm er respec peo lor esas son gradualmene de ‘asadores porque, al anplifcare en apt Jo ances Se vudhe pintorco. Sin que se prec dbidamente, los ‘més pars conde as enaconts personales taste trai l cin, su sentido del mo, eso deecenato ponents, lov gags, combinacin de penonajes principales 'y secundarios, la sum: vee Bloc Alborro ante a epercon de hs amas sds de shane ‘iaeseaneaal— En Améia Latn, in opcones pox el ine son sofjalapimer, my storia version mdrna deo que el i pans wr ao cs comideable ater de lo gnto nico, bs epee dors efrentan aio gus antes nimaginaen,perciben sues radcone son también sunt dela steams. ltment del costumbre y de sf, se sumergen sin eal en lesen vrei por iba, prenden encom ata las regs de Tos nuevos empos, ¥ se produce lo yo {punado porel cine mud el csi monopole en lo tocanet ideas yvvencas ontemporines Poco en, todos en pel. cus, deli exracn sentido de lo que va con la épocn legato dela realidad inminnt, las modas ques ben so ent ls prohbiciones|No cs lo mismo sua pubes omo maldcon pobre pro honrador) que eseeaa co tno vitor sobre cl india no es gl dai Toque Seviene a lamene en un pli conyuyal que ivr fs 162 textuales de los melodramas o su equivalence (St cruzs es pucrea te vas para sempre aunque re lleves mi corandn'). En isints niveles, el cine aproxima los sentimientosy las ati- tudes queen cada etapa parecen imposibles,y que en un lax tao breve 0 no demasiado largo se legiciman. Antes de The Wild Oney de Rebelde sin cause, los jovenesincomprendidos son una pesaila, después son un fenémeno impuesto por los tiempos. ‘De all lo indetcnible de Ix migracin cultural de los es- pectadares de cine, para ya no hablar de los cindlos. Dela ‘moda que se fier con lenttud se pasa a la impregnacién instntinea de poses o de posicionesradcales. Dela pacien- cia o la resignacign ante el entreenimiento ain dominado por la fala y la comunidad, se pasa a un lenguaje interna ‘onal de widoarla, de mitos que son frato coral de la sole- dda erotzada o elajada por ls imagenes dela pantalla La televsbn: el arasamiento dela privacidad ‘Una migracin culcural fundamental en la segunda mi- tad del siglo 30% la que va del cine, especticulo en sociedad, ala ecevisin, el regreso a la familia que modifica los anti- {guoe métodos de manejo hogarefio. Con la television ces e didlogo audible entre un publico y un medio masvo, surge un gestor y censor interesado (el raring) y el entretenimiento se vuelve dogmitic, mientras amenaza al espectador: «O me ‘yes 0 te quedas a slas con tus pensamientos» ¥ esta migre én es de larga resomancia especialmente en lz provincia, Segin algunos, la televisén e el gozo incontaminado que i> baal familia de los peligro dels calles; otros, muy pocos, la califican de varedio de la inmoralidads por desdicha im- prescindble; alos defensores de la idemtidad nacional (c6tem Y tabu) les resulta el sindnimo menos cruento o més ameno dela fatalidad integracionista; la mayora la asume con grati- 163 sud vehement ds. Como se, apart ier ds ‘nas del amen y, de muy det manera infunde tau epecadore un cee competi: Es exaerding to lo que en sentido posto, nor dena de os ance ts, margindor de tls prodgoe de le tecnologlas El ‘cambio de hbitosmodiea notin del pesado censure fala medida en que carca de panacea, Yen lien Sib se aia del pando monbrono l pore te becho de sencions divert Ts televise el cal por a sceda de cons is phn itn anor io po votes sdentaria eens AS MIGRACIONES DEL DESEO DE CAMBIO Labia deka censure: «Base con quel probban para que me interes. Silo siguen proibiendo me spationa» ‘Una migracin cultural de primer orden es Ia de los scc- tores que ya encuentran itracional la censur,y la califican de eatenatora de sus derechos en los especticulosy la ren sa. El proceso es complejo En el siglo 2%, la exnsura hace las veces del Sper Yo, dela vigilancia amorosa de las tadi- cones, de la imposbilidad de vivir Ia madurer de erterio ‘mientras no lz compartan los nis de cuatro 0 seis aos de edad, Entre oos menestees, la censura exalt la hipocresa mds deplorable, elige siempre laroncera por sobre la com- plejdad, impide el desazollo de ls emdteas por at decilo ‘aduleas, le infunde a través de cores abruptos incoheten- ia o estupider a cientos de peliculas, ydiluvin amonertacio- nes conta los que se desvian de la norma (l final eigico es 164 lol del regafo moa. Yl censure atiene a a ani> gu creencia: lt wperveiones al entrar en dl terreno de lo Indecble, lo imepresenable, lo invisible, desaparecen del planer Con esto, el morlsmo no se vuelve Lo Bacrtenido, pero si envia a espectadoresy lectores a extract a conttaco- iene los esimuos intelectual, estos, lcs. La com plejidad posible se localiza en los intrstcios del pac dela industria on los eepesentancesprofesionals de a moral y las buenas costumbres, qu «cambio del Nihil Obs impo- nen ss exigencias limica: un sto de honor pra los pers taj sacerdotales,srmonesubicuos,azepentmientos gr tos por los pecados que se puderancometr, close-ups dela ‘Virgen Mari, exposines de angustia ala simple mencin del adulterio, pecionesincesintes de pein 8 Distoy 4 Ue mamacta de mirada siempre acuos.Y, por supueo, de rant el age de laces, se intent da ia impresén des: ‘dedader donde el pocido es indeenble precsamente por ‘que ocure en a fccién, yl elidad iene a ser el mundo ‘de acchanzr alimentada por el chisme yadecentada por la sociedad de parjsy familia. {Aceptan 0 no ls censra los expecadores? Una minors decrecente a exge, los habituados ella oo la repiran © los dive, y a una minora en expasi les results ofensi- va, nacepuble. Huyen dea cent los que protest abier Tamene contra su cxisenci, se niegan ver peliculas per- lesy sein del ridcul de los cores peliculas por senos aU ae libe, besos rds 0 mujeres a punto de dar sls aque no eiben el minim abukamieno corporal. Lo mis divenido para la industria y los epecadores es al desfio ‘afoso Tos censors ls estrategias para enunciat as vere des del desco y la serulidad. Hasta donde le es posible, la cdiara pone de tele To condenado explictamente en ls Aidlogs, a en el foreje de lo visual y lo verbal se ane en fran medida la ambicin de un cine xtc y complejo, ya 165 al simula cena princpios dels alos stems el tremendmo se altel pin del camp des iter de expres ‘Cio se da el echazo? EI primers tad del siglo 20% oaths oponen aI upresién de exes excena, canciones, yl mayor poy implcia»expliciamente a ensra, a Yor dela socedad ene cidad dela concen Sim. Ya paral cncuenas se iin movinienos def ‘indian que, no sin graves dena cree, van do Blegando alos censor la ada gue componen el Estado, la iglesia cain y una represntacén gos de soe dad sls padres de aia). Dead lo sna eclarece in eco ula semtabltads de censur, que infu 2 ontario sensu: basta el exon ao ver una pela Pre Sue act un dt de taglla, Lor sare intel se tifa en con de mutlacione pohibicones polo omni la cena valve por afro, vencida pore tterio ico © or la mess inpostbed de car ron tes Qu diene fe vlecasetes) maa to propca chines ineprsdon, Jory lector se fit de bla «ttancntnet oe sent se auieren Ebi tedevisvo cn gran ecollo psa lot ops ves ala ens. La tees, ffeil eu dele de le Orc ing pion mane as de tolerance donde we citlanstemdicamente ls epic Ios queen obudeacin alas uadiones de companenda a épocs poi y ln epectadores, condos, eign, No 5 puede controlar el fir de imigens los consti mandany la derecha slo ves las provoaconey audit ‘nis ostensible (Si india teers no amp psi camente nus cent epecador sent quel da 20 ‘tanscure) Es imposible conglar an medi an tal ted del icq ya no ex concebile qu a ona ign Sendo la gan aduana dels migracones clare y par 166 ce el libre tratamiento de los temas, la recreacin del habla popular, la indole de los personajes, la naturaleza del humor, la presentacin de heterodiaslegtimas del comporeamien- ‘0, el distanciamiento del melodeema convencional. El cam: bio acurre cuando no se admite ver las actos sensusles como 4 través de espejo. En el viaje de lo indeible y lo impenss- ble 2 lo decible y lo interpreable, el especador (que es el pueblo, que es ratos el ciudadano) aprende a govar de ls Tiberades expresivas como si siempre le hubiesen perencc do; hace de frases inocuas lemas de la obscenidad: se orien ta sardénicamente con el recuerdo de las prohibiciones.¥ el, video-casett, al trancfeile cada persona la responsabli- dad dal criterio moral, liquida lo bisico dela censura su don. del ocultamiento absolu, Ya para 1980 0 1985, a la censura de indole ecleséstica la frena Ia ubicuidad teenoldpica. :Quidn detene las antenas parabslicas? Los obispos se tesignan («Que los ricos se per- ierean, al fin que entregado al diezmo todavia les sobra di- nero), la censura sélo consigue adhesions Formales,con- fesiones de fe radicionalista en las encuests. Esta seria verdaerasiness del proceso: a¥o no admito que en laele- isin se proyecte lo que me entsiasma en la aleoba y en Jmaginacibn.» Se cera el viaje que va de lo prohibido ala necesidd de clegir entre emul de eras [MIGRACIONES DE NACION SENTIMENTAL roc a bisgueds de wn nuevo pasado cultural En los afossesentas, las clases medias en América Latina hacen un terrible descubrimienta: ante la nica propucst cultural disuibuida por doquier, la norteamericana, resutan 167 anticuados © muy parcales los offecimientos culturses de {que disponen. Por lo menas, aslo viven amplisimos sctores dle jovenes que, desde Elvis Presley, hacen del roc su via de Jngreso ala modemidad. Lie Richard, Chuck Bery,Jery Lee Lewis, Elvis Presley, sivian mundialmente al rock, I sensacién tepidante que rescomoda el tiempo vita. Ya se quiere vive 2 otro ritmo, con el expejismo de la edad en el fondo. La juventud ya no seréantesala de a condicién adul- 1, sno lo opuest: Ia etapa de autonomia compara y ani ‘x que impulsa otras experiencias del sexo (todavia machists, eto con un moralismo rebajado),y envuelveen un solo giro a laaudicién mistica de los discs ala marihuana, el de, las tradiciones prehspénicas (hongos, peyote, estados de ‘wance), el esoersmo (El libre tibetano de lot muertos, esti ‘ores marginals como Charles Fort) y la tadicin oriental, tal y como se deja spresir en algunos libros y en ls Ieciones de siniiados. En casi todos los patses Intinoamericanos surgen fuer: ras contraculturalesy el rock repercute en Ia lcerata,afec- tando a las nociones lircas. Los resultados son desigua- les, extaordinaros © patéticos, pero un movimiento, msi cal y narrativo dura af, funda comunas, hace de San Francisco, California, la meta, quire actalizar a los hi Pies, oye con fanaismo (el dinico nivel aceptable de recep- Gidn) a Bob Dylan, los Rolling Stones, los Beatles, los ‘Who, Janis Joplin, Jimi Hendrix, los Doors, James Brown, Credence Clearwater Revival, Led. Zeppelin, cayas letras (Grice) se eseudian con el apasionamienta debido los clisi- cos intantineos Durante una década, Ia perspectiva es rligisa (en el sentido amplio del término), y muchos no ceen a John Len- non cuando en 1971, en su entrevista de Rolling eon, sen- tenciat «The Dream it over» Para ellos, el suehio perduts, porque, a partie de la misca, secre la primera alterativa no palin alos reglmenesy las eadiciones muta y opresi- 168 vas, y se generan las clidades rapsédicas de Bob Dylan, el acento orpistico de los Rolling Stones, a poesia inesperada 4c los Beales, Pesala 0 seo, el rock cambia vidas y men- talidades. De 1960 a 1970, aproximadante, se ataca alos adictos al rock por su fala de nacionalismo. En cada pats, se imponen versiones enacionales» del rack, may azucaradas debido a la ‘censura social ecesdstica y gubernamental. Y por eo la van ‘uardia juvenl extrema lo que, desde fuera, se calfica de sdesnacionalizacidns, Pero los rockeros, muy especficamen- te, ven el inglés como el idioma de las visiones nis significa: tivas. La samericanzacins (en rigor, a divrsificacién) es inevitable, ens caso no por simpatias politica oafanes colo- tizados, sino por ser un trmite de eliminacién de controle, ba puesta al dia de as sensaciones En los relatos donde el rock es atmésfera y dexino, los personajes oyen discos como siatendieran profi, ye pal- sje acco define la existencia. HI idolo ese Siper Yo, y el. grupo predileto es cultura familia. Los jévenesesritores a diferencia de la generacién anterior, formada en la iteraura vel cine, ven en el idol el estilo-de-vida, y las personajes de sus relat desean encarnat las eualidades acsibuidas alos se- rmidioses del rock, y viven paa a frase incisva, el dsplante, cl sexo experimentado como alucnacién la alucinacién pre- femtada como orgasmo, el desflo de la droga, la incompren- #i6n del tedioso mundo de ls adultos. ‘Algunos de estos libros (y sus fuentes, The Catcher inthe ‘ye de Salinger, por ejemplo) se estudian como manuales de comportamiento. Decenas de miles de j6venesasan el cie- lo dal tradicionalismo con acitudes la ver imitaivas y ori- ginales, colonizadas y nacionalstas. Los conservadores pro- restan, la iaquerda regafa.. vel impubo de las conducts ‘xacetbadas trasciende de inmediato lo sermones morlistas: auge de las cases medias lavinoamericanas (enfentadas aun horizonte s6lo aberto selectivamente), ensefs del consi 169 mo que difunden los medios elecerénices, implantacén de la mentalidad eapitaistaentee ls mass, crecimiento dl ni vel de desinformaciga, LA GRAN MIGRACION: EL FEMINISMO Y LA CONDUCTA, DEAS MUJERES cil mes may os ance flan de modo on frecuencia inslitos, Apenas a fines de los ereinas, y gracias & 4a cltura popular, le es dado a una mujer elogiar 3 un hom= bre. Clebra la mexicana Lucha Reyes al gigod,e arn Qué rechulo es mi arn, ay mam, ‘esando me paseo con él ‘Ay, se mira tan remono con es tirantes ojo, ‘08 pantalones ojos, con esa caida de oos, supelo muy ondulado, ‘muy bien envaslinad. |Mamé, me muero por él sto, ahora costumbrismo divertido, en su momento es ‘asi escandaloso, como tampoco se concibe que lar mujeres tusen cabello corto, fumen, se enfunden pantalones, preten- ddan derechos. Al avance femenino se resisten la Familia, la ‘educaci6n parroquial, la cultura labora, los partidos polit os, la Iglesia catéica, en suma, el conjanto denominado ‘moral y Buenas coscumbes» que se opone incluso ala edu- cacién de las mujeres atenido al refrin: «Mujer que sabe Jaci, ni tiene marido ni tiene buen fin.» Todo resist al ejer-

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