EL MAGO
Vida y milagros del escritor Paulo Coelho
PrN toute Merete aMul sche ea eta et erd
una cronica de dana goodyear
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|
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en dos semanas, en
1987. Es una historia
que aparece en Las mit
Y UNA Nocxes; en el masnavi de Rumi, y
que fue luego adaptada por Jorge Luis
Borges —esta Ultima fue la version que
el brasilefio Coelho leyé primero-.
Trata sobre un hombre al que se reve-
la en suefios que debe abandonar su
hogar para ir en busca de un tesoro y
que, al llegar a su destino, descubre
que el tesoro en realidad se encuentra
enterrado en su tierra natal. En la na-
tracién de Coelho, el protagonista es
un nifio pastor andaluz (Coelho afir-
Mma que él mismo es aquel nifio) que,
mientras duerme junto con su reba-
fio en una iglesia abandonada, suefia
‘que encuentra una fortuna enterrada en las Piré-
mides de Egipto. El nifio vende su rebaito y com-
pra un boleto para Tanger, yen el desierto conoce
‘un alquimista, quien le ensefia que «donde est
tu tesoro, ali estar también tu corazén». Cuan=
do el niio llega a las Pirdmides y empieza a cavar,
tuna banda de Indrones lo ataea, aun cuando éste
les explica que est buscando el oro que se le re-
vel6 en un suefio. Los ladrones abandonan al nifio
suyo se encuentra en una iglesia abandonada en Espai
ue no es tan estiipido como para creer en esas cosas, Rebosante
de alegria, el nifio regresa a la iglesia de su tierra natal, donde
desentierra un cofte leno de monedas de oro. El alquimi
sido traducido a sesenta y cuatro idiomas y ha v
veinte millones de copias. Una versio:
entrar en produecién el 2008, tendra como protagonista a Lau-
rence Fishburne en el papel del alquimista, Fishburn
guion y dirigiré la pelicula,
Los libros de Coelho ineluyen ocho nos
memorias, varias recopilaciones
ribié el
dos libros de
le textos breves, un volumen de
citas y el Manat Det. GuERRERO De LA wz, un libro de perogrulla-
das. En conjunto han vendido casi cien millones de eje
Botones de hotel, meseras y policias reconocen su rostro;
ego.
del eseandalo de Ménica Lewinsky, el presidente Bill Clinton fue
fotografiado Mevando una copia de Ex. auuimists. En sus textos,
Coelho, quien es catélico ~aunque
por ahi «besando la mano del Papa» como investi-
gador y como sabio, un hibrido entre C eda y Khalil
Gibran, Su cosmologia, que incluye angeles y demonios, simbo-
los, presagios y, para cada persona, un destino al que él ama
«leyenda personal», promete que cualquier cosa que se busque
~amor, dinero, inspiracién— puede obtenerse con facilidad. Su-
cesos cotidianos, como el clima 0 las coincidencias, los ve como
milagrosos. Muchos de sus libros comienzan con una oracién a la
Virgen Maria y un epigrafe del Evangelio de Luc:
tuna novela publicada en el 2003, sobre una prostituta
radicada en Ginebra, es una excepeién a lo anterior, pues tan
incluye un «Himno a Isis», descubierto entre los manuscritos de
Nag Hammadi, Santiago del Pozo es el duefio de una compaiiia de
marketing de Hollywood, que trabaja en una adaptacién de Las
vatquinias, el libro de memorias de Coelho sobre los cuarenta dias
que pas6 en el desierto de Mojave, y se describe a si mismo como
un «cat6lico en rehabilitacién». Fl dice: «La belleza de su prosa
se encuentra en la capacidad que tiene para di
ya cristianos, pero también en que abre la puerta a un nuevo
tendimiento sobre lo divino». Su talento especial parece ser su ca
Pacidad de dirigirse a todos a la vez. El tipo de espiritu
ma que no es de los que van.
pre
los
Once auxvtos,
id quepropugna esta abierta a todos. Sus principio son
dichos como: «Todas las cosas son una», «Cuan-
do quieres realmente una cosa, todo el Univer-
so conspira para ayudarte a conseguirla» y «Lo
extraordinario se encuentra en el camino de las,
'S un maestro indulgente
(«No hay pecado alguno en ser feliz», eseribe)
y ademas tiene empatia. En sus memorias y en
los prologos de sus novelas, Coelho destaca sus
Propios defectos e imperfecciones, se perdona a
simismo por ellos y, por extensién, perdona a sus
lectores por los suyos,
Los argumentos de Coelho tienden a ser ale-
goricos, y sus lectores a menudo afirman ver sus
ropias vidas reflejadas en sus libros. «Su forma
de escribir es como la misica, es muy hermosa»,
declaré la actriz Julia Roberts en el 2001, en un do-
cumental para la televisién sobre el autor. Coelho
escribe en portugués, y algunos criticos literarios
de Brasil bromean entre si diciendo que la tra-
duceién debe mejorar su prosa. «scribe con un es-
tilo no literario, con un mensaje que sélo confirma
lo que nos dice el sentido comin», dice Manuel da
Costa Pinto, un columnista del diario Fouta pe Si0_
Pauto. «Entrega a sus lectores una receta para la
felicidad»,
Mario Mestri es profesor de Historia de la
Universidade de Passo Fundo y uno de los pocos
criticos brasilefios que no rechaza de manera au-
a Coelho. «A pesar de pertenecer a gé-
neros distintos ~ha escrito-, las narraciones y los
personas comunes»,
tom:
libros de autoayuda de Coelho tienen un
efecto fundamental: anestesiar las conciencias
alienadas mediante la consoladora reafirmacién
de convenciones y prejuicios vigentes. Faseinado
Por sus descubrimientos, el lector coelhista ex-
plora lo conocido, derriba puertas que ya estaban
abiertas y se ve envuelto en visiones sentimenta-
les, tranquilizadoras, egocéntricas, conformistas
y fascinantes del mundo que lo aprisiona. Cuando
termina de leer un libro, quiere otro que sea dife-
rente pero exactamente igual». Mestri se refiere a la
obra de Coelho como «narrativa esotérica yuppie.
‘Y como para probar lo dicho, este invierno (boreal)
Starbucks distribuy6 cinco millones de vasos de
tamaiio «venti» impresos con una cita de Coelho:
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«Recuerda tus suefios y lucha por ellos. Debes saber lo que quie-
res de la vida. Solo una cosa puede hacer imposibles tus stefios:
el miedo al fracaso. Nunca olvides tu Leyenda Personal. Nunea
Coelho tiene casi sesenta afios. Su nombre ~que da nombre a
una suite del Hotel Ambasciatori de Roma y a una bebida de cho-
colate caliente del hotel Le Bristol de Paris~ se pronuncia Co-el-
Es un hombre bajo y macizo, con el aspecto seguro y curtido
de alguien que vive la vida al aire libre; viste botas vaqueras de
color negro, jeans negtos y camisetas de manga corta también ne-
gras. En las noches, agrega a su atuendo una chaqueta de casimir
negra con una cinta roja sujeta a la solapa, la cual indica que es
iene eabello cano y
lolleva muy corto, excepto por una pequeiia cola de caballo que le
sale de la parte posterior de la cabeza, En el antebrazo iquierdo
tiene un rudimentario tatuaje de una mariposa azul, que él y su
esposa ~Christina Oiticica, la pintora que lo disefié~ llevan desde
1980, como si fuera un «anillo de matrimonio». Christina,
es su dima esposa (ha tenido tres antes). Su reloj es nuevo. Lo
tun caballero de la Legién de Honor francesa,
recibié hace unas semanas de la International Watch Company,
que le encargé escribir siete relatos cortos, uno sobre cada mo-
delo que produce la compaiiia. Cobré sus honorarios en forma de
una donacién para el Instituto Paulo Coelho, una fundacién que
ayuda a nifios que viven en la favela Pavao-Paviozinho, en Rio de
Janeiro. El encargo le tomé una semana.
Una noche de marzo, Coelho esti en Paris, donde hace tres
alos compré un departamento en un edificio de 1925, en el barrio
XVI. El lugar esté poco amoblado, pero de manera exquisita, como
siuna persona de gustos rococé estuviera en proceso de mudan-
2a: sillones de cuero blanco, almohadas decoradas con disefios de
rosas en flor, cortinas de seda anaranjadas, un espejo antiguo, En
un vaisselier* de la cocina se pueden ver algunas solitarias bote-
las de licores finos. Coelho y Christina no tienen hijos; su sobrina
de veinticinco afios, Paula, quien trabaja como su asistente, vive
con ellos. Coelho también es duefio de un molino transformado
cn vivienda, en los Pirineos franceses, y de un departamento en
la playa de Copacabana, en Rio de Janeiro. Vive varios meses
del ano en cada lugar, y el resto de su tiempo lo pasa viajando,
Por la maftana, debe partir en un viaje de una semana a Italia, para
promover su més reciente novela, La navis pe Portone2io, mientras
1 Vasr a rans orignal nota del trator3
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Christina y Paula pasan unos dias en el sur de
Francia. Coelho se sienta en un escritorio con
tablero de vidrio y empieza a revisar sus mensa-
jes de correo electronico en la computadora, en
una oficina con repisas casi vaefas, excepto por
algunos libros sobre Iraq y una gastada baraja
de tarjetas con imagenes de santos.
Dos semanas antes, Coelho estuvo leyendo
tuna seccién de su pagina web dedicada a «mi
lagros cotidianos», y eso Io llev6 a publicar un
anuncio personal, invitando a los primeros diez
lectores que le respondieran a que lo acompa-
Haran en una fiesta que darfa en Espaiia el 19
de marzo para celebrar las festividades de San
José. «Somos guerreros de la luz y creemos en
los sueiios, los milagros y las sefiales», eseri-
, explicando por qué queria conocerlos, «Al
dia siguiente, me habian legado un centenar
de pedidos. ‘Tenia solicitudes provenientes de
Japon, Cataluita, Amériea del Sur, América del
Norte, Europa. Se van a sentir intimidados, La
gente espera hasta seis horas para que les fir~
me un libro». Se siente culpable por los lectores,
que vienen desde lejos —tendrén que pagar por
su propio transporte y alojamiento, y s6lo esta-
4n unas horas con él-, pero esta determinado a
honrar su promesa.
La ilusién que tienen los leetores de que Coel-
ho hable directamente con ellos y sobre ellos se
ve reforzada por el hecho de que él a menudo se
h
EI personaje central de Ls ausa pe Porroneto es
una gitana rumana adoptada de nifia por eristia-
nos libaneses, que vive en Londres y que descu-
inspirado en sus vidas para escribir su ficeién,
bre poderes sobrenaturales a través de la danza,
Athena, el nombre que adopta el personaje, fue
inspirada por un encuentro que Coelho tuvo con,
luna aeromoza rumana que asistié a una char-
Ja suya en Viena hace varios afios. La aeromoza
cené con él y més adelante lo acompaiié en un
viaje que hizo a través de Rumania, La prostituta
de Once suxutos también tiene una homéloga en-
tre sus lectores.
Paula y Christina entran en la habitacién
acompatiadas por un amigo de Coelho, un cha-
man de la selva amazénica que se encuentra de
visita, «iSiéntense, siéntense!», ordena Coelho. Ellos lo hacen.
El chamén lleva colgado en el cuello un amuleto en forma de
ojo sujeto por una tira de cuero. Ha venido para la fiesta de San
José trayendo consigo un suministro de ayahuasea de la selva
tropical. Coelho dejé de usar drogas hace veinticineo afios, pero
alienta a los presentes a que prueben la ayahuasea,
Sobre la mesita de café hay un paquete de DHL dirigido a él
«