Miguel Angel Santos Guerra La evaluacion como aprendizaje Una flecha en la dianaSantos Guerra, Miguel Angel La evaluacién como aprendizaje : la flecha en la diana. - la ed. - Buenos Aires : Bonum, 2007. 128 p.; 22x15 cm. ISBN 978-950-507-813-4 4. Educacién. 2, Evaluacién. |.Titulo CDD 370.7 Director del Departamento de Educacién: Dr. Julio César Labaké Diagramacién: Beton Correccién: Lorena C, Klappenbach © 2007 Copyright por Editorial Bonum Ay. Corrientes 6687 - C1427 BPE Buenos Aires Republica Argentina Telefax: (01) 4554-1414 ventas@editorialbonum.comar www.editorialbonum.comaar Queda hecho el depésito que marca la ley 111.723. Todos los derechos reservados. Respete nuestro trabajo editorial, no haga fotocopias. Impreso en la Argentina Es industria argentina ISBN 978-950-507-81 3-4 No se permite la reproduccién parcial o total, el almacenamiento, el alquiler, la transmisién o la transformacién de este libro, en cualquier forma o por cualquier medio, sea electrénico 0 mecénico, mediante fotocopias, digitalizacién u otros métodes, sin el permiso previo y escrito del editor. Su infraccién esta penada por las leyes 11723 y 25446.- Se terminé de imprimir en septiembre de 2007 en Buenos Aires Print, Anatole France 570, Sarandi, Provincia de Buenos Aires. Tirada: 1700 ejemplaresSéptimo principio: La evaluacién es un catalizador de todo el proceso de ensefianza y aprendizaje La evaluacién permite poner sobre el tapete todas nuestras concep- ciones: sobre la sociedad, sobre la formacién. Podrfamos decir a al- guien: “Dime cémo haces la evaluacién y te diré qué tipo de profe- sional (e incluso, de persona) eres”, La evaluacién condiciona el proceso de aprendizaje, aunque se haga a posteriori, ya que el evaluado trata de acomodarse a los criterios de evaluacién. Este hecho es tan potente que, a veces, se hace mds im- portante superar la evaluacién que el aprendizaje. mismo. De ah{ la importancia de concebir, disefiar y realizar una evaluacién justa y enriquecedora. Es cierto que los ejes de la sociedad neoliberal introducen peligrosos elementos en las practicas profesionales (obsesién por la eficacia, in- dividualismo, competitividad, relativismo moral, conformismo so- cial...), por lo que el proceso de evaluacién tendr4 que obedecer a directrices que sean sensibles a los valores. Octavo principi EI contenido de Ia evaluacién ha de ser complejo y globalizador sQuées lo que hay que evaluar? ha logrado memorizar, aunque esos datos sean irrelevantes y estén prendidos con alfileres? Hay que evaluar también las destrezas, los procedimientos y las actitudes. ‘olamente los datos que el aprendiz El aprendizaje incluye muchas facetas, no todas igualmente evalua- bles, No es lo mismo evaluar la adquisicién de un concepto que el dominio de una destreza. La comprobacién de ambos aprendizajes exige métodos diferentes. Micuet Ancet Santos Guerra * 15El hincapié que se ha hecho en la evaluacién de conocimientos ha operado en detrimento de otras dimensiones del aprendizaje que to- dos consideramos tedricamente importantes. ;Cémo no valorar la ca- pacidad de comunicacién de un aprendiz de docente? ;Cémo no tener en cuenta la disposicién para un trabajo cooperativo? ¢Cémo olvidarse de la actitud ética hacia la tarea y hacia las personas? Noveno principio: Para evaluar hace falta tener un conocimiento especializado del proceso de ensefianzalaprendizaje Existe el error muy asentado de que para hacer tareas de formacién no hacen falta saberes especificos. Como si la ensefianza causara el apren- dizaje de forma automdtica. De la misma manera, se piensa que la evaluacién es un proceso elemental que consiste en preguntar por lo que han aprendido los evaluados. Se trata de simplificaciones peligro- sas. Por simplistas y por interesadas. De ahf se deriva la necesidad de que los profesores tengan una formacién especifica como docentes. ;Cémo se pueden evaluar las actitudes si ni siquiera se sabe en qué consisten y cdmo se desarrollan? (Bolivar, 1995). Es preciso que la institucién albergue la docencia, no como un simple adorno 0 una actividad intrascendente, sino como una dimensién fun- damental de la prdctica profesional. Resulta imprescindible disponer de mecanismos que favorezcan una formacién pertinente de los profe- sionales. Esa formacién no se produce por arte de magia, sino como consecuencia de rigurosos procesos concebidos y desarrollados desde presupuestos didacticos.