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La cronica, el espacio urbano y la representacién de la violencia enla obra de Pedro Lemebel Juan Poblete University of Caifornia-Santa Cruz ‘Comounapequena victoria deangeles marchitos iguen entonando la fiesta mas allé de los permitidos, rompiendo el timpanooficial que encauzan el trinsito juvenil en las pas Dlindadas del ordenamiento, Pedro Lemebel Ietropuccion La relacién entre la vida social y el discurso escrito (en sus varios ;elacién historica y fluctuante en donde las, formas de la representacién adquieren, pierden o recuperan su capacidad de expresar y dar cuenta de una realidad especifica, segtin ‘varian las demandas sociales y las posibilidades tecnologicas que vehiculan tal vision. La erénica nacié tanto como mediacion entre Europa y América en el llamado editor de tijeras cuya labor era simplemente elegir, recortar y pegotear los materiales que venian ya preparados del exterior, cuanto como lugar de entrada de una sensibilidad popular centrada en el caso sensacional o espectacular que permitia una sociabilidad amplia y popular basada en un conocimientoy una sensibilidadcompartidasqe por las vias de distribucion desigual del capital ba a instaurar y promover . De este modo, entre una narrativa popular, lo que Jests Martin-Barbero Hama una rmatriz cultural popular, y el imaginario tendencialmente masivo € industrializado de la naciente prensa de masas. Por otro lado, en otra dle sus ver través del cual se especializa adquitiendo por vez primeraunaindependencia espectoal patrocinio estatal oeclesiéstico, Como lo demuestran Angel Rama y Julio Ramos, lacrénicaesademéselvehiculo textualconelcualelescritormodernista construyest.especificdad discursiva enla criticaala modernidad ya 118 + Juan Poblete lamodernizacién positivista delasociedad latinoamericana. Lacrénica funciona aqui como un espacio que permite a atticulacisn delescritor con el mercado y ala vez.como la superficie que registra el programa de critica negativa de dicho mercado y su modemidad que —como definicion de si mismo— el nuevo escritor se autoconfiere Dados no deberia extrafiarmos que hoy —en una nueva encrucijada de transformaciones culturales profundas con el is de consumo lector y los géneros escriturarios dominantes, entre los imaginarios nacionales y urbanos y las formas de discursividad globales, ‘ En este contexto resulta sugerente la hipotesis de José Joaquin Brunner acerca del carécter 6pico de la sociologia y de su ya secular lucha con la novela por el derecho a autoconcebirse como la representacion masajustada y comprensiva delas com social. Ocupada de los grandes procesos, de los macrorrel ‘macrovisiones de la mocernizacion, dice Br Nilas grandes calegorias sistemicsdelengujecelesociloga ni sus pequeios concepts de interpreta ce In vile cote, parce ote etal dole la novela contemperinea, Agel fehacientement is q | vida interior y colectiva. (Brunner, “Sobre el erepdsculo de la sociologta y el comienzo de otras narrativas”, 28) El soci6logo chileno atribuye ademés a la novi Proporcionar “un punto de vista, desde la actual bre la contemporaneidad”. Por mi parte, yo quisiera sostener que dicha capacidad ha (relencontradoenlacrénica un ‘nuevo’ vehiculode larga data en la historia de las interfaces entre oralidad y escritura, vida cotidiana y sistemas de representacién y circulacién discursiva en cuya obra se dedica el resto de este ensayo— ha llamado el “hacer graffiti en el diario” 0 “panfleteo en la radio" y que ottos han denominado ‘narrativas de urgencia” o visto como earacteristica de génerosalternativoscomo eltestimonio quesupuestamentesefalarian también el fin dela literatura de ficciényyelcomienzo literaria® Come la novela pata Brunner, la crénica tiene en mi hi cualidad de proponer una articulacion diferente entre tenn y mucho mas allé de ellas, es “el control de ofinida sta como “el conjunto de modelos culturales que rigen las prcticas sociales”.* Fn la confluencia de ambas propuestas, podemos postular que la cronica ofrece la posibilidad diaria de articular los significados nnaenla lecturao escucha de un text transiitido por como sefala Susana ‘medtios modemos de comun Rotker hablando de la iidonde “el idioma delascifras” pierde efectividad para experiencia, vasea porque serepiteinterminablemente © porque se encierra en el lenguaje especializado de los expertos, surgen los relatos orales y las cronicas que los acogen como "saberes originales" para narrar lo inexplicable” Desde este punto de vista entonces, Ia crénica funciona recogiendo —en tanto sucedéneo contemporaneo— la version posmodera de los roles hist adjudicados ala novela de costumbres cuyas pantas debian simulténeamentecomomanuales desocializacion y dena de los ciudadanos. En otra parte he sugerido que la novela de costumbres nacionales desarrollada en el siglo xx por autores como Alberto Blest Gana y Ignacio Manuel Altamirano en Chile y México, respectivamente, se uuniaa un proyecto denacionalizaciénde lacultura desaeroll la reorganizacién encargaba de ligar la cotidianidad vital y ling nuevos y tos (c novela y el folletin) que la industria editorial europea ponte alcance. Clave alli eran la explicacién y constitucion de un orden en el cual el pablico, los autores y el estado tenian su rol asignado ee! 120 + Juan Poblete En Ia erénica contemporénea, en cambio, podemos [Procesos todavia parcialmente similares y, en parte, ya radicalmente diferentes, La cr6nica de Monsivais o Lemebel intenta atin conectar la vida diaria y sus lenguajes con el texto escrito como una forma de alcanzara un publico ampliocon iculad Por mediios modernos decomunicacién.Sinembargo, epocal en que: Jos compromisos hist6ricos que se habia autoasignado en de la modernizacién~ la crénica contemporanea yan pretensiones estratégicas de largo aliento ni los alanes de de lo social que animaron la novela decimo: institucionalizaciéncan6nica. Mas queconstituirciudada: dentrodelonacional-estataloexplicarun orden, lasci hoy la resignacién (pero también las miltiples posibilida. panfleto meditico que busca explicar provisoriay contingente tun desorde de lo soci intervenir apreciar ae Insaladasen el agen el ahora banca ah el cotidiano ae fae heterogenizados, desplegando| Por otro lado, y para termi _género, més que entender esenci diversamente idestrezasy los recursos delo tactico. wrcon estas consideraciones sobre el imperantes y alas un constante desafio a las formaci formaciones lectoras corresponctientes, me interesa reiterar sui ‘emplazamiento historicamente definido en la articulacién entre una ‘matriz cultural popular (ala cual respond asi como parte de su estructura y dura (vehiculado por medios de comunicacién modems) y un ho ¢seritural (que busca explotar, en el dable sentido de usar y expai Tos limites de lo que la escrituraliteraria y periodistica autorizan) La MODERNIDAD CHILENA Y SUS ReLATOS Si como ha dco irc amen, Noda es meno an conceptoqueuranaratva rela logicoqueunadelnscecereern haya producido sean relatos alguns lptimadores cats ote, inrelevantes los mas. Enelcaso chileno la modernidad neoliberal del pinochetismo y el Pospinochetismo ha generado al menos tres tipos de discursos a los cuales me gustaria referime aqui Por un tado las respuestas intel economicismo y pragmatismo neoliberal modernidades alternativas a los grads indesea. neoconservadoras al que han propuesto dos de secularizacién La crénica, el espacio urbano * 121 {queel crecimiento del” tigrecito” de América Latina haimplicado, Me refieroal trabajo de socilogos como Pedro Morandé y Carlos Cousiio «queintenta rehistorizary resacralizarelespacioneutroy supuestamente ahistérico que el neoliberalismo chileno ha instalado cone nombre de mercado En Morandé y Cousiio, como ha destacado recientemente Jorge Larrain, se pueden irazar lineas de contacto con previos Flispanismos basados en nociones esencializantes de raza y mestizaje. Comin tambien es el énfasis en el catolicismo, lo ritual y la teatralidad como zaiz-de una cultura moderna latinoamericana y mestiza cuyas bases habrian sido sentadas en la modernidad barroca de la colonia.” ‘Lo que resulta extraotdinariamente atractivo en este tipo de feorizacion, es su capacidad de articular una vision especifica € hist6ricamente fundaca de al menos parte de la cultura popular Jatinoamericana con un proyecto politico cuando no autoritario casi siempreconservador. ualmenteimportanteesclcuidado porentender Jos mecanismos de codificacién/decodificacién y produccién/ recepcién que animan a esa cultura popular de origen mestizo, Un aspecto central al menos en la teorizacién de Pedro Morandé es el maridajeideol6gico de oralidad yescritura bajoelmanto detcatolicismo colonial, la forma en que la letra catélica y espafiola genera una escritura del cuerpo mestizo hispanoamericano basada en la ppatticipacion colectiva en ritos fundadores de comunidad eidentidad. sélo puedo sugerirlo, que esta conexié . cuerpo subalterno describe bien las ceremonias atravesadas por poderes desiguales y violentos, en los ritos de ‘comunicaciény comuniéntruncados,quecaracterizanmuchascrénicas de Pecito Lemebel. Los otros tipos de respuestas a la modemidad chilena neoliberal se asf: por un lado, los transitélogos,esdecir aquellos to de renarrativizar el mercado como desarrollo jenunlargo proceso de democratizacion ecesarias trensiciones. Finalmente, una pautado por sucesivas fercéra posicién es la de los intelectuales de vanguardia, algunos le los cuales Jon Beasley Murray engloba bajo Ia ribrica de “the Chilean culturalstleft’” entre los que cabria citar el trabajo de autoras como Nelly Richard o Diamela Eltt, el grupo de criticos de ARCIS y yo gregaria en un lugar especialy diferente, la labor discursiva de Pedto Lemebel. Es esta tltima la que quiero visitar aqui Lemebel ha publicado: incontables (cuentos), 1986; La Esqu corazén (cr6nicas), 1995; Loco Afi. Crénicas de sidaro, 1996 y De Per 122 + Juan Poblete Yy cicatrices. Crénieas radiates, 1998." Lo que Lemebel eseribe, entonces, sonsobre todocrénicas.Cronicasextraordinariassobrela matginalidact ;pacio urbano de Santiago de Chile. Crénicas {2breelplacery la violencia, el dese, last, lsespaciosalternatives, lncolonizaciéndela vida lasaturacion dela experienciaosi negacion en Tos limites constrictores del.mercado y el consumo o la falta de consumo. Como ya serialamos, han propuesto que el lugar de la cronica en la bi latinoamericana tiene que ver simul profesionalizacin de escritormoderno que la crcnica hace posible conlaexperimentaciondenuevas formasdelenguajeydeexperencieg que la urbanizacién y masificacién de la vida generéen eleontinenrs atfines delsigloxxy comienzos delxx*Carlos Monsivdissehareferiie izo,enelcualeltextoresponcle in vergtienzasocomplejosestéticos pero ala vez aso programaticas, Unter royecto de nacién. rodoesta porescribirse,grabarse, desplegar, reportear este nuevo pats es primo informarnos crénica y reportaje de la ara citar a Valle Inclan, que el present caminos més realistas” (Egan, "Lo marginal en el 99). La cronica decide entonces intervenir en ese espacio liminar entre lag havrativas consolidadas y osificadas de la Historia Nacional y ta cvanescenca cela historia dela vida nacional cotidiana.O para decile os términos, ya citaclos, de la teorizacién de los movitnientos SPetales en Touraine, la crOnica iterviene al nivel de la lucha por la ‘historicidad’, es decir, allidonde se disputa y produce culturabente el sentido de la vida social através de la codificacicn discursiva dela experiencia Lemebel, por su parte, define su crénica en algin momento como “la tentacion de iluminar el suceso crudo y apagarle la luz ala verdad ontologica”(Blanco y Gelpt, “El desliz que desafia otros recorridos, Entrevista con Pedro Lemebel” 94) Este gay saber o saber del ay se {2Pone en tonos foucaltianos a otras formas mas in “Siempre odié a los profesores de filosoia, en realidad profesores, Me cargaba su postura doctrinaria sobre rotos, los indios, los pobres, las locas. Un trafico [de dise éramosajenos, Esaeslarazin porlaquemisescitos pas ionalizadas; 1a ersnica el e5paeo bono + 123 meatos masivos antes de transformarse en libros, Es una costumbre heredada dela dictadura. Algoasicomo ‘hacer grafittieneldiario” (0 tsa came ea alternativa a dos formas de saber: lperiodismo cotidiano y limitado y el saber académico sobre l otto y Sus problemas.” La crénica asimismo como alternativa a un cierto Saber literario: “Tal vez la ctonica sea el gesto escritural que adopté porque no tenia la hipocresia ficcional de la literatura que se estaba haciendo enese momento.” Lacténicaentonces comodesconfianzade Ja representacién literaria y, dice Lemebel, de “todos esos montajes estéticos de la burguesia”, es “un pasaporte para cruzar una frontera”, el excedente de un recorrido, los clesperdicios iletrados de una teoria (92-7), La crénica final tiva al saber-poder del pinochetismo — tilenacomolohallamado. ‘Moulidn— y al deus secuelas, un saber otro quese opone a lamezela de saber-poder dictatorial que concentré el monopolio juridico,el del saber y el despligue del terror (96), Hiroress, Antes de pasar a examinar algunas crénicas en mayor detalle, me gustaria adelantar cinco hipétesis de trabajo: Primera: aunqueen unciertosentidoelmundode Lemebelhasido © esté siempre en proceso de ser colonizado completamente por la igica del mercado neoliberal, lo que él busca son los margenes 6 bolsones desentido queescaparianal menos parcialy provisoriamente dominio de esa logica espacio, Allt donde el discurso neoliberal preferria no entrar, donde pareciera que no hay valor posible de ser producido, en borcie o frontera externa de los verdaderos lugares valorizados por ‘apitalismo se instala la prosa generativa de Lemebel y explora oxtuccidn de experiencias, elactivo habitar de aquellos que viven en los margenes. “Hipotesis segunda: paradgjicamente Lemebel hace ingresar estos Actores y estos lugares a una economia del valor introduce una nueva mediaciénquelosrecupera yapropiacomo valoreslterariosyestéticos, Esto noes unaacusaciénquedenuncieesta mediaciéncomounanueva 124 * Juan Poblete fuente de alienacién o plusvalia sino més bien la constatacién leq Ja actividad literaria y mas generalmente la produecion de disease Participan del proceso general dela producciin histrica del senti En parte la fata relativa de interés por definir el gémero al ne que ver en Lemebel con una ci formasdepercepci dde pactos narrativos que establecen claros limites entre la ficeion ylo real, Hipotesis tercera: La literatura, ent consumodeay narrativa breve) delahistoriaqueex Y reacciones, En su concisién hori Sus cuatro paginas y veinte minutos, la erdni una reflexion que dinamizaelcotidiano cu queaquellas élites que han tradicionalmente accedidle alo etesentido, ls fugacesy poderosasencuentrosdecuerpos marginal que caracterizan una parte importante de la poética de Lemebal el del enunciado el encuentro discursivo de formas ‘origendiverso ya menucio opuesto que d genérico de la crénica al nivel de Periodismo, historia, literatura, antr la enunciacién (oralidad cotidiana, logia, et.) De esta forma, la ¥ la sociologia y la antropologia por el ot Cuenta discursiva de laemergencia leesos orosactoresy experiencing cotidianas descuidados por los grandes relates aj Gociolégicos, antropolégicos oliterarios) sin caer del distanciamiento ni en las codificaciones de etnometodologia o el relato etnogréfico "= Cuartahipotesis: El iengus le conesponde a la definicién 0, la crénica se propone dar aje deLemebel,aunqueestetizadocomo Benérica de Ia crénica contemporénea, con la lecalizacion vernacula del espafiol se media baja y baja. Fsta modalizacién de su dieeurso como una resistencia a la presion Por el chileno ‘roto’, actiia La cr6nica, el espacio urbano * 125 homogeneizadora di -rario que busca siempre leer el texto ,e| otto siempre asimilable alo ya conocido; defiende un sentido fuerte de Otredad localizada. Al mismo tiempo «se lenguaje chilenizado y popular local se hala en tensién creativa y uaje estetizado més global o universal que lo ida y lo hace comunicable. Quintahipétess:loque distancia Lemebel deotrosesfuerzos por representar el espacio de lo local y margin Popular marginal) esa fuerstnsitencin des pron en conexion sintomatica que esas representaciones tienen con procesos de base econémica y social. Lejos di estrategias retorica, su discurso de la represe seliga siemprea as condiciones historicasy materiales que hacen posibleese discurso y esa préctica de vida cotidiana marginal. Sintomatico es en ‘estesentidoqueantelapregunta:” Hay alganfondo deojo permanente en tus crénicas?” Lemebel responda inmediatamente: El golpe military sus golpecitos. Es un fantasma tenebroso que me fat ted puis te poptn See pene, mn perdonando, reconciliando el dolor tatuado en la memoria, Pero ‘creo que te refieres al ojo deseriptivo que paisajea mis crénice, al ver el ojo que recoria fragmentos de esta realidad consumada y smida en la fragua visual de la TV, No sé (Blanco y Gel 95) Lo que me interesa es la certeza en adscribir el lugar central al Golpe militar de 1973 y a sus secuelas como ojo estructirador de sus ‘ronicas y a Ia vez una cierta resistencia 0 desgano a la hora de subsumir su trabajo bajo el tépico del flaneur moderno que repasa la ciudad en su paseo interminable en busca de la sensacién y la experiencia. Es como 5i, simultaneamente a la resistencia al cliché vanguardista que intenta describir un proceso supuestamente global de la modemizacién, toda experiencia que la crénica de Lemebel Fecuperase tuviese st fundamento material firmemente asentado en el suelo hist6rico local que el 11 de septiembre marca en la historia ee bel, es de este mod my rosa de Lemebel, es de este modo, mas con sinpsdesinmgene Como pertatbbiertencea sar Jaexperiencia literaria del valor. Fila nos habla tambien eintensamente 126 + Juan Poblete de la alicnacién, la injusticia y la violencia en espacios concretos. Por ello en uno de sus pocos intentos por defini “metaforizonos6loparaadornar, mis bien y el escenario del crimen, En este sentido mis c boceto de tiza que marca un cuerpo en la vereda’ desliz” 95) La Esquina is a CORAZON {La esquina de Ja ‘pobla’ es un corazon donde apoyar la oreja, msc timbalragueconvocalvemesoctashad, Quisiera concentrarme ahora en el iblicado en 1997. Lleva por sublitulo,a pesar Jo componen, el de crénica urbana, asi en singul como marcando una voluntad de sentido global y unitario. En este libro la esquina aparece comoel lugar deafectos,identificacionesy desidentificaciones, Como espacio y coyuntura, como acciénenel tiempo y en elespacioe Ta que se cruzan y enfentan trayectorias. La esqtina e enerucijaday sorpresaL jesemanifiestanpasiones, escenario de la expresion. Pero también como espacio de comunién y comunicacin social espacio generador dediscursosy contradiseursca, que buscan ensus formas de publicidad pobre de posthabermasiano de publicidad y de esfera pu tuna forma de hacer politica co ol cuerpo, ean iy gan yas {a esquina entonces, también como residue y resto en donde los discursos chocany se dan vuelta,como accidentes que interrumpen el ico normal de In palabra of y ln jan en el chispso dela colisién, invertda otrastocada, La esquina por timo come cl cohusion del lector que choca en su fcorrido place por ls ees literara con estas barricadas texuales que Lemebellevanta precaria Imagistralmente para recordarie que hay otros actoresciuladanos otros cuerposy deseos, otras frustraciones. stascrénicassetransforman asien pequefias violencas arménicas dela retorica, se mepermitela cexpresin, que buscan siempre desnuda las grandes violencias dla represion cle la sexualidad, a opresicn ideoligica y economic, las La crénica, el espacio urbano * 127 clases y la politica en la “modernizacién barbara” de la polis chilena (Moulin 130). Quiero analizar tres de estas crénicas cexhaustividad espero poder sugerir de qué formas, procesosoconqué estrategiasreconstruyeemebelalgunos ce susespacies decomunidad, alienaciény violencia enelmedio de la megalopolis chilena neoliberal Deberia empezar apuntando que las crénicas de Lemebel se escriben ‘con una serie limitada pero inspirada de instrumentos. Si tuviera que nombratlos diria que son: la voz, el ojo y el falo. Entre los tres dibujan cas socialesque pueblanelmundo urbanodelcronista. Alos, {nstrumentos habria que afiadir las dinémicas que privilegian. Entre ellas destaco una: cuando termina la descripcién, cuando el discurso ppasa de la referencialidad descriptiva ala fiecionalizacion, ésta, 0 sea Ialiteratura,irrampe siemprecomo violenciaqueinterrumpe. Violencia que pone fin alas comunidades y comuniones, a los espacios ut6picos yalas dinamicas de pluralizacion del mundo. Violoncia que recuerda Siempre que el mundo representado reconoce en la injusticia y la desigualdad su forma de estructuracién primaria, PRiMieRa CRONICA: “COLSCPTEROS EN EL PARABRISAS” Para empezar me gustaria sefalar claramente con esta ci Limite expresivo e ideologico que acecha el proyecto de Lemel formaqueese limite toma cuando dehechoseenfrascaeniautopizacion de los espacios residuales de la premodemidad en la moxernida neoliberal. Como los cizcos, las fiestas populares y los estadic fatbol, que describe en otras de sus cronicas,las micros, los buses vejos yy destartalados que hasta hace poco poblaban las calles de Santiago y ‘ensucian ahora los aires de p son agutlos protagonistaso mas bien la ocasion espacial de esta historia urbana: Asi, las micros se exilian en su desguafiangada senectud. Buses ‘erodinémicos borran su carnaval ceici sin iesgoy numeraciones codificadas qu Ios antiguos recorridos. (Lemebel, Laes Esta crdnica sobre el viaje en esos viejos y destartalados buses santiaguinosesideokigicamentealgo diferentea las mejores de Lemebel, Se tocan aqui esos limites en la forma de un cierto costumbrismo posmodernoquese solazaen eldetalle pintoresco deaquel mundoque se extingue, como las crénicas que se multiplicaron en el cambio de 128 + Juan Poblete siglo a comienzos del veinte, en todas las grandes ciudades latinoamericanas, a lamentar la desaparicin del mundo de ana frente a la irrupcion de la barbarie popular y masiva. En este texto, ipatia y apertura hacia ef mundo popular urbano estén violencia, el costumbrismo y la evoca micrera” se interrumpen cuando irrumpe charco en la violencia delimpacto. Todo es chispazo y ardorde huesos ! astillados” (102-103), Las canciones de la radio, la performance de les cantores populares, el sexo afiebrado del escolar que se: 1omasexual encandilado, la fiesta entera de la co 2 asia su fin. Como en a cronica del mercado persa Ja entrevision de un espacio popular plural en donde comunidad o coexistencia cle elementos residuales y dominantes que spaa la logica excluyente del mercado neoliberal pareciera posible, ces de compra y venta, el mercado popular traza su propia | historia en la mezcla de retazos paleoliticas con a produecién en serie de mercancias taiwanesas”{106]") se desgrana, se desarma como. | vision en la violencia que regrosa en la forma del robo en el mercado © el choque en la calle para recordarle al cronista y al lector que este espacio urbano esta sobredeterminado por una ubicacién historica opresiva, Elmomento ut6pico termina asi amenudoen Lemebel, en y "cia pautada desde el Golpe por sus golpecitos de violencia Sscunpa cRonIca Se trata de una cronica titwlada “Barbarella Clip" sobre los videoclips, Comienza, como muchos textos de Lemebel, constatando la degradacion en el espacio del mercado de una exp supuestamente originaria y auténtica: la sexualidad, décadas, la poi de os seserta perdi el La cr6nica, el espacio urbano * 129 A partir de esta constatacion de la sobrecodificacién de ai sexualizada,destineutralizacion publi exhibe el cuerpo como una sabana d slogan o tatuar cédigos de precios seg ‘con precisi6n 60)),LLemebel puede postular su politica dea resistencia Lal embate neoliberal. No se trata tanto de cuerpos que se hallen siempre fuera del espacio cle circulacién del mercado, sino més bien de cuerpos y deseos que ocupan un lugar marginal, un ugar suplementario y cescentrado: “Quiz en las plazas espinudas dela periferia(..) esa s del pendex” marginal. La modulacion adverbial, el ivierte de la incertidumbre de lo utépico, de este hipotético ‘afuera’ de unmercado aparentementeomnipresenteysaturadordelo Ja apatia, se encuentren esos bolsones de resistencia popul han softado los teéricos desde Foucault a Michel de Certau pasando por Josefina Ludmer. ‘Cuando la crénica avanza, el quizas se pierce en la certeza de la del recital, los pendex, solitarios en el living desuscasas,resultaninofensivos frente alaparato, Neutralizada su transgresién de cuerpos ceseantes, por la secuencia video” (60). Pero este escamoteo del cuerpo, encuentra, tal vez ya veces, su limite enelcuerpo popular, masivo y multitudinario del joven pobladar de la marginalidad santiaguina. Hay pues todavia una titima vuelta posible de la tuerca: el pendex (‘pendejo’, 0 sea joven) entonces “despeganclose de la oscuridad,, pice fuego para prender un pito y contesia algunas preguntas”(63). Si la oscuridad del cine aparecio antes como el ambiente que hacia posible una cierta comunién de ‘opelo negro”) en que un la el sexo oral de los supuestos espectadores para quienes el cine rasnacional deviene la ocasién de Praécticas locales. Aqui, en “Barbarella Clip,” la oscuridad es el trampolin desde el que salta el marginal con una lamarada que enciende la flama de una interaccién diferente, Vedmosla enesta larga, ita 130 + Juan Poblete La crénica, el espacio urbano * 131 ~ Nes television? = Aveces cuando no hay nd qu hacer y gues — Qué ves? e = Video Clips, retaes yom onda, Que una ums? = Ya. Tecatona elt = (Aspiacén profi) Que onda? = Los videos porno, por Sample ue tener un psapculasy una ming, Yiunacasa, porque en loshoteles tampoco te dejan entrar por mene earns poco te dejan entrar por = iY cdmo lo haces? = Quer — Fo, tun cuerpo o unos cuerpos localizados en la conjuncin sexual. Aqui reside el potencial performative de los cuerpos yel deseo presente-on algunos y solo algunos de los textos de Lemebel. En su prefiguracién Vease José Joaquin Brunner. “Sobre el creptisculo de la sociologia y e! comienzo de otras narrativas “En Entrevista con Pedro Lemebel, géneras bastardos” de Marcelo Mellado, dice Lemebel: "mee sentido comodo en la radio endonde le sus crdnicas], 134 + Juan Poblete ime he sentido mas police on tarp mises ls retome aoa dbsde donde salen yloseietaoonlncraldad dadana Me gas ede per des eto ued rnformain ei ohm Deve. gun rare Je por Artur xb en “Culture Feonomics and Pls in atin American Social Movements Theory und Research” (71). ae Susana Rother. “Chudades excita por la volencia (o modo de eect arta “guns del Apoclizeis, que demrlla un ens an exenaa baba folograt, vio, perrmante intalcén, 5 taba Mera a "Yerespecalmenta ics dos stm proyectos conaron Nusrat dea Clty he reson hie Véanse Julio Ramos, Desentcuertros de la modernidad; Angel Rama, Rubén ro Sisana Rother Latent lr, Ramos ele, por ep queen el contexio periodistico en quel crénice aparece, ésta funciona como Aleampo de encuentro de terture-hechaagy mara como “pci del ajar ide ih enon Cspacos no tera, qi perm por op rmarcary comprencer STievor defo iter. se ora fete que caren has rina noveentistas delimit al cladeirodelcampo de oltre y la marca quel separ de ts etsy campos trrion *Veaseladscuion de concept de crnicnycuevolcion en Linda. Egan, Lo Marginal ene conte Las Cosas de apoyo de becas del Fondo Ia ironia propia de todo fo descentrado, pl ‘nuestra épocay conciencias, A lasociologfa no le vs bien un mundoenque La exénica, el Espacio urbano * 139 predominan los estilo de vida, ls formas de consumo y no de prosucc os travestismos y las parodias...” (31). Innecesario agregar que éte precisamente el espacio en que se despliegan las cronicasde Petro Lemebel F to que no quiere decir que este ethos/estereatipo hom : aventura urbanaalacazadela ex, dina no seencuentre presente en Lemebel. Se hall, si yya.esa otra vision. Te yeanse losensayos de Dana Polan, “The Public's Fear or, Media as Mons «d Kluge”,y de Fredric Jameson, “On Negtand Kluj phere, Bruce Robbins, editor. so esta poétiea contorsionista del contrabando feniiael impacto neoliberal en los pobres.Se permea cierta just ‘Como siesta arqueologia del desecho, reflotara por un la utopia en el avalio de sus escorias” (108-9). > Beatriz Sarlo me sugirié una lectura diferente del didlogo que p recordaba en st formato més los intorrogatorios policiles que la etn moderna, 2Como en su sagaz descripcion de las Fiestas patrticas, conviven ‘grandes determinaciones estruct wsielest de rellota en estos camavales patros, la voz de una dentidad perdida ents fas caseteras Aiwa (Lemebel, "La esquina’”’ 69) conlos deseos a rates y 50 ‘a ratos menos mediados del mundo popular: “Esias fiesias son asi, u ‘marasmo efervescente que colectiviza el deseo de pertenencia al terrtori (emebel, La Esquina 2 Veanse: Nelly Rich: “EI Modelaje grafico cleuna ddentidad publicitaria nsayos decitcn cultural sobre el Chile de la Bisuiccraria Artede la fuga: Cultural Critique, Me inédlito presentado en LAS, terature. Minneapolis: University Brunner, José Joaquin. “Sobre el crepiisculo de la sociologia y comienzode otrasnarrativas”.Revstade rin ultra 15 Santi de Chile, 1997): 2831. Cousito, Carlos. Razény Ofrenda, Ensayoen tornoal Ani ita. Santiago de Chile: Universi Catélica de Chile, Egan, Linda D. “Lo marginal en el centro, Las Crénicas de Carl ‘Monsivais”. Tesis doctoral vols. University of California: San Barbara, 1993, Namero de pedido: 9835056,

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