Tres poemas

Leopoldo Mara Panero

i
La orina en el rostro y la lluvia cayendo sobre m
Dibujan la silueta oscura de la vida
en que un nio escupe sobre m.
Y el ro pardo sigue su camino ignorndome a m
Y a mi rostro.
Y un pjaro vuela sobre la nada y el mundo est en llamas.
Y el pjaro sigue volando lentamente sobre las ruinas.
Sobre el deastre de la vida en que solloza un viejo.

II
Hay un nfora rota en mi crneo
y en mis pies bailan los peces
atrozmente blancos del sueo
en que la pesadilla de la vida sigue
flotando entorno a m y
un nio grita sobre el poema y
la pgina escupe contra m.
Y los nios corren entorno a m gritando:
Scardanelli, Scardanelli y la pgina
sigue como un pus.
Porque la nica conciencia posible de la vida, Hegel lo dijo.
Es conciencia del mal de la vida
que es un viejo llorando sobre la pgina.
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III
Hay un ro de alcohol contra el silencio y
slo el alcohol sabe de la vida
slo l conoce el rostro oscuro de mi alma
en el que intilmente bailan los peces sin sollozar jams
temiendo slo a la vida, temiendo solo
al dolor oscuro de mi alma y
el verso dibuja la masacre. Y ya
no lloro, sino escupo como si fuera
mi casa la ceniza y los nios se ren de
mi alma como si el mundo estuviera
hecho de cenizas y la vida fuera un animal oscuro
un animal de fondo, lo dijo Juan Ramn.
Y el sufrir sin dolor como una encina en el verso,
como el dolor de un alma en pena que gime
intilmente para que nazca el verso
como una encina contra el verso,
como el dolor de un alma
en pena que solloza sin sollozar jams.
Como una herida sin alma, como una herida,
como una herida en la piel que nunca solloza:
la luz que nunca sufre, Salinas lo dijo.
la luz que escupe sobre el mundo.
y el mundo que tiembla como un pjaro en mis manos
volando sobre la ruina.