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Ideas Vien la representacion pictérica 3 El andlisis «sin sentido» Los andlisis ¢ intentos de sistematizacion en este cam- po que viene laméndose teorfa de la imagen. son relativa- mente recientes. Un ejemplo de ello es el libro titulado Introducci6n a la teoria de la imagen, de Justo Villafane,' algunos de cuyos planteamientos vamos a comentar. En este tipo de estudios la diversidad de enfoques y resultados es paralela a la ausencia de una propuesta teorica y meto- dologica unitaria, Advertimos, por tanto, que el contenido de la obra aludida no tiene por qué ser extrapolable a otros trabajos sobre el mismo tema. La eleccién se debe, simple- 1. Madrid, Pirtmide, 1985, 2, Citemos algunos, clegidos porsu grado de plobalidady por su intentode sistematizacion, e inssiendo en su diversidad de enfoques ¥ resultados: Vilebes, ta lectira de fa imagen, Barcelona, Paidos, 1983: F. Maree, Teoria y andlisis de las irdgenes, Barcelona, Universidad de Barcelona, 198%) 8, Zunzunegui, Mira fa tmagen, Servicio Editorial Universidad del Pais Vasco, 1984; J. Pericot, Sense de fa tmagen. Un andisispregmatco de a tmagen, ‘Barcelona, Aviel, 1987; R. Guberm, La mirada opuienia. Exploracion de Io ‘conosferacontempordiea, Baresiona, Gustavo Gi, 1987-Estareciemte probe ‘acion de steorfas de la imagens cs un fenémeno paralelo a la ereclente limportanciay omnipresenciaen nuestra sociedad delasimagenesteenolopeas, sean ot cipal «chaos a myora denote ios se circunscribebasicament al mundo de las imagenes con % utliza en mayor 0 menor grado el aparatoterminolgeo y conceptual dela on mente, a que se trata de una propuesta del mas puro for- malismo. Precisamente del tipo de formalismo cuyo alean- ce y consecuencias queremos plantcar. Después de analizar en los primeros capitulos del libro Ja naturaleza de la imagen, el proceso perceptivo y el «alfa- eto» visual (el punto, la linea, el plano, el ritmo, la propor cin, etc), el autor nos dice, en el capitulo titulado La sintesis icdnica, que la composicién es la combinacién de todos los elementos que constituyen el salfabeto», y que de este orden 0 combinacién se deriva la ssignificacién plasti- ca» de la obra, Para Villafaiie, conocer la significacién plis- tica de la composicién es la principal y la ultima finalidad de la teorfa de In imagen. Veamos qué entiende por signifi- cacién plastica: El concepto de significacién plistica es tan simple como fundamental dentro de la Teoria de la Imagen. Normalmen te, en una imagen existen, asociados, dos tipos de significa cidn plastica de la imagen. Es posible, sin embargo, que una imagen earezca de sentido, pero siempre poseerd ese otro tipo de significacion cua aislamiento es el objetivo primordial de la Teorta de la Imagen en lo que se refiere al andlisis iconico. Este planteamiento constituye una cuestion de princi- pio dentro de esta disciplina, va que si la Teorfa de la Ima- gen cuenta con algiin campo de trabajo espectfico, éste, sin ‘duda, es el estudio de los elementos formales que compo- nen la imagen, asi como del andlists de la significacion que dichos elementos producen, En mi opinién, es provechosa asimismo una cierta beligerancia respecto a tal planteamien- to, puesto que de todos los aspectos que se integran en una semidtica,y us autores provienen, en bastantes ocastones, del campo de las Ciencias de la informaciin, Es probable que el hecho de que sus autores ‘mente provea elcampe do hist del are xis sel © en cl esquetmatismo los erores de certs interpretaciones de ls imagenes {el pasado. Quizas para entender la imagen fotogrfica,cinematogrfica 0 Clecronica no se neceste mucha informacion historica, pero sin ella dif mente pocirl comprenderse la pintuira renacentista 0 barroca, Sefialemos| También, para relaiizar la sapnesia novedad de las actuales teorfas de Is Imagen, que hace varias generaciones que loshistoriadores del arte investigan, feflexionany teortzan sobre la naturalezayelsentido deciertotipodeimagenes, ‘como por ejemplo las imagenes pietGricas o eseultieas. 92 imagen (estéticos, sociolégicos, téenicos, ete), este compo- nente formal al que me refiero es, desde huego, el menos desarrollado pese a ser, como he dicho, el més especitico. [il subrayado es nuestro.) [Aparte de la adopcién de unos criterios terminol6gicos yy conceptuales un tanto confusos, de este texto se derivan Algunas ideas que no podemos compartir. Si hablamos de imagenes artfsticas, estamos de acuerdo en que en ellas se presentan, asociados, un componente llamémosle sintécti- Co (plano formal, significante) y un componente seméntico (plano conceptual, significado). El autor también nos dice ‘que en una imagen se integran componentes estéticos, so Giolégicos, técnicos, ete. Ahora bien, en medio de estas afir~ maciones se defiende igualmente que se puede aisfar la lla- mada significacién plistica del sentido © componente se- méntico de la obra, Io cual parece indicar, y con ello esta~ mos en desacuerdo, que una obra pose dos significados distintos (gel de las formas de la obra y el de la obra?), y ‘concretamente que Ia composicién tiene un significado in- dependiente, auténomo y desligado del resto de componen- tes de la imagen. Partiendo de esta base, la teoria de la imagen que comentamos sdlo es, en realidad, una teorfa de a forma de la imagen, puesto que consiste en disociar el signo artistico y centrarse tinicamente en su aspecto visual, pero ademas, como en seguida veremos, ignorando 0 sub- Estimando el peligro que supone el hecho de separar la forma de una representacién de su funcién. Continuemos con las,palabras del autor: [ul el andlisis de este tipo de significacién asociada pri mariamente a los elementos formales de la composicion es imprescindible para entender la naturaleza irrepetible de cualguier imagen, asi como para efectuar, posteriormente, Gualguier otro tipo de andlisis (de contenido, de estilo, ieo- rnografico, etc). Desde esta perspectiva, podria enunciarse el concepto de significacién plastica, en una primera aproximacién, como 3, J.Nillafane, op. et p17 93 1a suma de todas las relaciones producidas por los elementos icénicos organizados en estruciuras segiin un principio de orden, al margen del sentido del que, ocasionalmente, la ima- ‘gen es portadora.* Se nos dice aqui que los otros tipos de andlisis, como el iconogréfico, de contenido, etc., deben hacerse «posterior- mente», Io que parece indicar que los temas iconogriticos ¥y sus objetivos se consideran aspectos que se suman 0 yux- iaponen a las formas, independientes de ellas, y no como aspectos constitutivos de muchas obras de arte, que estan estrechamente vinculados a la forma de la representacién y Son tan importantes como ésta. Mas adelante leemos que el concepto de significacién plastica, que es lo mismo que de- cir el analisis compositivo, se realiza al margen del sentido de la obra. Como ya se ha senalado en varias ocasiones —¥ de diversas maneras atin volveremos sobre ello— si se estu- dia la forma de una representacién disociada de su fun- ‘ci6n, y por lo tanto de las ideas, conceptos y valores que pretende comunicar, se ignora su verdadera naturaleza y sentido, lo que limita la interpretacién y facilmente con- duce a conclusiones erréneas. En el texto que sigue a continuacién encontramos un. claro ejemplo de la fragili- dad de este planteamiento y de los errores que comporta. Dice a En la representacién visual existen multitud de icono- ‘erafias que no son otra cosa que variaciones plasticas de un ‘determinado tema. Asi, por ejemplo, en la pintura sacra son ‘numerosas las representaciones de la «anunciacién, la «eru- cifixiono, la «tiltima cena®, la eadoracione, ete. Em cada uno de estos repertorios el sentido, es decir, el componente sernin- tico de la imagen, es el mismo y, sin embargo, seria ridiculo, no establecer diferencias entre las distintas manifestaciones iconogrificas, Tales diferencias se explican, bésicamente, en funcion del concepto de significacion plastica al que me ‘estoy refitiendo, [El subrayado es nuestro.)° 44 Bddem, 172 5. tbidem, 173 94 Pues bien, a nuestro juicio ni las diferentes representa~ ciones de un’ mismo tema iconografico se reducen a ser simples «variaciones plésticas», ni estas variaciones pue- den explicarse sdlo desde las formas, ni, como también lee- mos en el texto, «en cada uno de estos repertorios el senti- do, es decir, el componente semédntico de la imagen, es el mismo», Precisamente en otro capitulo de este libro (IL 1.) nos hemos referido a uno de los temas que cita el autor al de la Anunciacién— y a sus paginas remitimos para justificar lo que afirmamos, Recordemos que, como Baxan- dall ha demostrado, las Anunciaciones del siglo xv tenfan ppara sus intérpretes distintos sentidos, en funcién de la idea, El momento o el sentimiento que se queria expresar, todo fllo de acuerdo con un cédigo que era compartido por el artista y su pablico. Y si comparamos, por ejemplo, las escenas de cardcter intimo y terrenal de las Anunciaciones tardomedievales y renacentistas, con las Anunciaciones ti- picamente barrocas, en las que domina el ambiente celes- Tal, no es dificil advertir en estas diltimas un mayor énfasis ten la glorificacion del suceso, acorde con el nuevo espiritu de la Contrarreforma.® Los icondlogos han realizado numerosos estudios aue han puesto de relieve cémo ha cambiado la funcién y el significado de un mismo tema iconografico a lo largo de determinado perfodo histérico.’ Pero en realidad a veces ni siquicra es necesario recurrir a la investigacién histérica para advertir que un mismo tema puede tener o compatibi- 1. Es Male, EL ont religiso del sig x al siglo xm, México, FCE, 1952 198) M76" A propésito de este toma, s interesante observar eémmo en ee erccate Ik propia, oredoxiareligiosay académica en asurtos tees Fo uals fenar in eicala dela representacionartistca. Puede ve. Tn Beiter npr ini cadres RU se cope del siglo nv), Mada Alianza Forma 1985 (1978), sae or 1b cay pp, 88-91, donde stadia este problema en elacion a la evo eet anes Anunciacion ela pinta seilana dela primeraitad del Siglo eden verse algunos: por empl en F Sal, A Henitas of Pages onder Ranpun Books, 1976 E Panola, Estudio sobre Ionolgt, Madi Kade Tere 030s oR. Winkower, Alegory and the migration of Symbols, Nucra York, Thar apd Hudson, 1987 95 lizar distintos sentidos. En ocasiones es suficiente con observar las obras con un poco de atencién. Para referit- nos a otro de los temas citados por Villafaite, el de la adora- cidn (nos centraremos en la Adoracién de los Magos, la mas popular), es notoria la diferencia entre el cardcter cor. tesano, Iujoso y optimista de la Epifanta de Gentile da F: briano (fig. 47), y el de la Epifania del triptico del Bosco que se conserva en el Museo del Prado (fig. 16), en euyo paisaje vemos algunos ejércitos, a gente huyendo o luchan- do contra animales y, en el interior de la ruinosa cabana, un extraio grupo de personajes de desconocidas intencio nes. Y side la mera observacién directa pasamos al estudio historico e identificamos a la semidesnuda figura del lepro- so, en la puerta de la cabana, como a Herodes espiando a su rival, o bien recordamos que los sapos —que aqui vemos aplastados por el obsequio de oro que representa el sacrifi- cio de Isaac y alude al de Cristo— son simbolos del demo- nio y del pecado, parece imponerse Ia idea de que, entre los objetivos de la obra del Bosco, existen algunos que no se encuentran en la de Gentile, aunque el tema de ambas obras sea el mismo.’ Sin salirnos del tema de la Adoracién de los Magos y de su sentido genérico como manifestacién de Cristo a los gentiles, podrian afiadirse muchas otras variantes que no slo son svariaciones plisticas», sino que también afectan por ejemplo, actitud, se ha utilizado para referirse a las tres edades de la a las distintas razas o partes de la tierra (Europa, Asia y Africa), o puede aludir, en determinados contextos, a cier- tos valores y costumbres sociales contemporaneas (como 8 En relacién ala Adovacion de los Magos de Gemile da Fabriano véase msadelanteel cap. 1V- 4. Paralainterpretacion conografics-lcanclogiea dela Epifania del Bosco puede verse |. Bango y F. Mass, Bosch, Realidad. sinbolo » fantasia, Vitoria, Silex, 1982, pp. 185-188. Laldenificacion del personaje en tl umbral dela cabana con Herodes es defendida convincentemente por fH. ombrich en «The Evidence of imagese,en CS. Singleton ed), Inorpetaion: Theory ane Practice Baltimore, John Hopkins, 1969, pp. 35-104, concretamente enpp. 75:89, unensayo quetambign esun magnifico eercciod tie 96 Fi 16. El Bosco, La Adoracién de los Magos (detalle, parte central io! triptioo). Hacia 1510. Madd, Museo del Prado 97 fen el caso de las indumentarias de los Reyes, a veces ana- terdnicas, 0 de la veneracién de uno de los Magos, que pos- trado, besa el pie del Nifio, una actitud que refleja una forma de homenaje vasallatico de la sociedad feudal).? En Un sentido estrictamente religioso, la Epifania puede aludir ‘a Ia eucaristia," y con connotaciones menos espirituales, destaquemos su funcién como simbolo de sumision de los poderes temporales a la Iglesia, y también que fue un tema utilizado por los comitentes y donantes —que en ocasio- nes se incluyen en la obra o Se representan directa 0 indi- rectamente como Reyes— para aludir y legitimar —sin olvidar su devocién religiosa— su privilegiada posicion en Ja sociedad de su tiempo (como ocurre en la Epifania de Gentile). La figura de Herodes o la presencia de los sapos en la Epifanfa del Bosco, nos recuerdan que los diversos clementos que configuran o se incluyen en la escena en la que se integra la Adoracién pueden introducir variaciones significativas en la intencionalidad de la obra. ¥ ain cabe ampliar més el aleance del contexto: una Epifania, por ejem- plo, en un contexto funerario, suele aludir al tema de la Megada al otro mundo.'' En fin, dificilmente podremos explicar la presencia del Rey Inca que vemos en la Adora cidn de los Magos de la Iglesia de Santa Barbara de Habe (Pera) (fig. 17), en términos exclusivamente formales, pues- to que como ¢s presumible tan interesante ¢ infrecuente representacién obedece al propésito de evitar que los indi- ‘genas se sinticran discriminados del contexto religioso. Es 9, Muchos de los semtidos que pueden yuntaponerseen el tema de la Epi fanfa son bien conocides (puede verve, por ejemplo, L. Réau eonogrphie an Chetan. vo. Il, Pari, PUE, 1987, pp. 236-233), por lo que solo ctaremos| ‘algunos estudios que tratan aspectos muy particulares, como en estecano, para tltema de laprosguess, Bango, Solire el origen de la presquinesis en la Epifantaa los Magoss, Traea y Basa (Barcelona), "7.1978, pp. 25-3. 10. U. Nilgen,

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