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LOS APAGONES

Rafael Luna (07-02-10)

La frecuencia con que vienen ocurriendo las interrupciones fortuitas o programadas del
servicio eléctrico, denominadas por el ciudadano común como APAGONES, ha originado
que distintos voceros públicos y privados se hayan pronunciado públicamente acerca de las
causas que desde sus respectivas visiones vienen ocasionando estas interrupciones, las
cuales, son una clara señal de la actual emergencia operacional del Sistema Eléctrico
Nacional (SEN).

Para los voceros gubernamentales, estas interrupciones se deben a que durante la década
pasada no se realizaron las inversiones necesarias en trasmisión y generación que hubiesen
permitido al SEN afrontar con fiabilidad cualquier repentino y rápido crecimiento del
consumo eléctrico como el que ha ocasionado la bonanza económica del país en los últimos
años.

En cambio, para sectores empresariales, laborales y expertos calificados la agudización de


las fallas del servicio se debe mayormente a la negligencia de la actual administración, la
cual no ha realizado la inversión y el mantenimiento requerido para atender tanto los
múltiples problemas existentes en las redes eléctricas como la falta de holgura operacional
del parque de generación eléctrica.

Este señalamiento de responsabilidad pareciera que también es compartido por la opinión


pública nacional ya que en la reciente encuesta nacional Ómnibus de la empresa Datanalisis
del pasado mes de octubre, el 66.9% de los encuestados se manifestaron insatisfechos con la
gestión gubernamental en el sector eléctrico.
Ciertamente esta manifestación de insatisfacción y la controversia pública acerca del origen
y causas de la actual crisis eléctrica requieren de respuestas objetivas de fácil comprensión
acerca de si el reciente crecimiento del consumo eléctrico pudo o no preverse y, en caso
afirmativo, por qué no se realizaron las inversiones requeridas ni el debido mantenimiento
que hubieran evitado los inconvenientes y daños que actualmente sufre la población en su
cotidianidad.

Con esta finalidad, adelantaremos que la causa principal de las interrupciones del servicio
eléctrico ha sido ciertamente una falta de inversión en generación eléctrica que se inició en la
década pasada y que se ha visto agudizada, durante la actual administración, por la
conjunción de políticas económicas y regulaciones gubernamentales de diversa índole que
han coadyuvado a obstaculizar la inversión en el sector energético del país.

Como consecuencia de esta insuficiente inversión Venezuela se colocó en el grupo de los


cinco países Latinoamericanos y del Caribe que incrementaron menos sus respectivas
capacidades de generación eléctrica durante el período 1994 – 2007, tal como se desprende
de las Estadísticas Energéticas Anuales de la Organización Latinoamericana de Energía
(OLADE), ente político y de apoyo técnico, mediante el cual los 26 Estados Miembros
realizan esfuerzos comunes para la integración energética regional.

Ahora bien, con el propósito de apoyar el presente análisis causal se hará uso del contenido
del “PLAN DE DESARROLLO DEL SERVICIO ELÉCTRICO NACIONAL 2005 – 2024”
(PDSEN), enfatizando, lo que concierne a pronósticos del consumo eléctrico e inversiones
programadas para la expansión del parque de generación eléctrica; así como de los Informes
Anuales del Centro Nacional de Gestión del Sistema Eléctrico (CNG), anteriormente Oficina
de Operación de Sistemas Interconectados (OPSIS), los cuales recogen los sucesos más
importantes y los valores históricos de las principales variables del SEN.

Esta referencia al PDSEN se fundamenta en el hecho de que sus propuestas responden a una
visión consensuada acerca de las causas de la problemática eléctrica y sobre el cómo
enfrentarla, por cuanto fue elaborado por un equipo de profesionales y técnicos coordinado
por el actual Ministerio del Poder Popular para la Energía y el Petróleo e integrado por
representantes de las empresas eléctricas tanto públicas como privadas y de PDVSA, OPSIS,
CAVEINEL y la Fundación para el Desarrollo Eléctrico (FUNDELEC).

Sin embargo, aun cuando los pronósticos y los planes de inversión del PDSEN guiaron de
manera inmediata la planificación de las empresas eléctricas públicas y privadas, según
revelan los Informes Anuales de OPSIS correspondientes a los años 2005 y 2006, debe
anotarse que las altas autoridades no le concedieron el carácter de Plan rector y, por tanto, no
lo dieron a conocer nacionalmente.

Iniciando el análisis en cuestión, puede afirmarse que la evolución reciente del consumo
eléctrico contradice totalmente el argumento gubernamental que sostiene que las frecuentes
interrupciones del servicio son el resultado de su inesperado y rápido crecimiento, ya que el
Informe Anual 2008 del CNG da cuenta de una tasa de crecimiento promedio interanual del
consumo para el período 2004-2008 de 5.2%; valor éste que resultó bastante menor que la
tasa promedio de crecimiento real de la economía para ese mismo período e incluso inferior
a la tasa promedio interanual de 6.7% prevista por el PDSEN para el período 2004-2009.

Por otra parte, en materia de inversión, el sector eléctrico inició a mediados del quinquenio
2000-2004 un plan de adecuación y expansión del parque de generación termoeléctrica por
cuanto una grave sequía provocada por el fenómeno climático El Niño ocasionó una
situación crítica en el suministro de electricidad debido a que el grado de indisponibilidad
del parque termoeléctrico, consecuencia de su antigüedad, incrementó peligrosamente la
dependencia del SEN de la fuente hidroeléctrica.

Al mismo tiempo, el Ejecutivo Nacional orientó su Política Energética hacia el uso del gas
natural como fuente primaria de energía para la generación eléctrica puesto que los planes de
PDVSA preveían un incremento importante de la producción del gas asociado al petróleo y
una perspectiva favorable para búsqueda y desarrollo de las reservas de gas no asociado al
petróleo o gas libre.

Con base en este balance de demanda y oferta, el PDSEN determinó que para atender el
crecimiento del consumo previsto y compensar el potencial hidroeléctrico era necesario que
el grupo de proyectos que estaban ejecutándose, mayormente por empresas públicas, para la
instalación de 4.050MW de generación termoeléctrica que utilizarían con prioridad gas
natural, fuesen completados durante el período 2006–2009. Sin embargo, lo cierto es que tal
como lo registran los Informes periódicos del CNG el SEN ha tenido un incremento en
nueva capacidad térmica de sólo 1.423 MW, durante el período 2004-Oct.2009, por cuanto
la entrada en servicio de algunos de los proyectos ha sido demorada total o parcialmente.

Puede deducirse que estos atrasos derivan, principalmente, de una insuficiencia o


inadecuada utilización de recursos financieros en las empresas públicas, que ha resultado de
la conjunción de una política de gasto público que no ha priorizado la inversión en
infraestructura pública; de un rezago tarifario que ha originado que el precio promedio de la
electricidad en términos reales haya disminuido en un 57% en el período 1999–2007, según
indican las Estadísticas Consolidadas Año 2007 de la Cámara Venezolana de la Industria
Eléctrica (CAVEINEL); y de una falta de voluntad política para enfrentar las conexiones
ilegales y el manejo fraudulento de los medidores.

Asimismo, el retardo en los proyectos ha sido consecuencia del déficit de gas natural que se
ha originado en el país por la disminución de la producción petrolera propia de PDVSA y
por el poco éxito que ha tenido la búsqueda y desarrollo de las reservas de gas natural no
asociado, aun cuando, para estimular esta actividad se dictó en el año 1999 el Decreto
Presidencial con Rango y Fuerza de Ley Orgánica de Hidrocarburos Gaseosos, mediante el
cual se desnacionalizó la industria del gas para dar mayor oportunidad al sector privado
nacional y extranjero de participar en todas sus fases.
Este resultado adverso en el aprovechamiento del gas se ha debido al viraje estatista del
régimen que ha originado, por ejemplo, importantes demoras en la ejecución del
emblemático proyecto Mariscal Sucre que desarrollaría el 65% de las reservas probadas de
gas libre del país, así como también al hecho de que las actividades exploratorias realizadas
en la mayoría de las áreas geográficas asignadas a las empresas privadas no han dado los
hallazgos esperados.

En atención a lo expuesto, puede concluirse que aun cuando el gobierno nacional dispuso de
un acertado pronóstico del consumo eléctrico y, en consecuencia, de un adecuado programa
de inversiones, actuó con negligencia e ineficiencia al no asegurar los recursos financieros y
la oferta de gas natural requerida para la expansión oportuna del parque termoeléctrico, por
lo que el SEN no ha podido garantizar un suministro estable del servicio eléctrico en
períodos de sequía como el actual.

Por último, no puede concluirse el examen de los factores que condicionan los frecuentes
Apagones sin antes detallar el tema de las pérdidas eléctricas (energía no facturada) técnicas
y no técnicas; por cuanto la magnitud de estas últimas viene afectando de manera
significativa la disponibilidad de recursos financieros propios de las empresas y, por ende, la
prestación fiable del servicio eléctrico.

Mientras las pérdidas eléctricas técnicas se originan en las instalaciones propias de


generación y trasmisión de alta tensión, las no técnicas o pérdidas comerciales son el
resultado de la toma ilegal de energía y del manejo fraudulento de los medidores que
realizan los usuarios bajo el amparo de una negligente o corrupta gestión de las empresas
distribuidoras.

Es necesario destacar que ha habido la creencia generalizada de que las pérdidas no técnicas
ocurren principalmente en los sectores marginales y barrios populares porque allí se
visualizan miles de conexiones ilegales. Sin embargo, tal como lo señala el PDSEN y
estudios elaborados por empresas consultoras, estas pérdidas son de tal magnitud que es
imposible que se concentren mayormente en estos sectores, por lo que puede concluirse que
estas pérdidas están presentes, principalmente, en los sectores residenciales y comerciales
formales, y en la pequeña y mediana industria.

En cuanto al crecimiento de las pérdidas eléctricas totales, su evolución histórica indica un


ritmo creciente a partir de la década de los sesenta, cuando representaron hasta el 16% de la
generación bruta de energía, y una aceleración de ese crecimiento durante la actual
administración. Así, según las Estadísticas Consolidadas del 2007 de CAVEINEL las
pérdidas totales en ese año alcanzaron los 32.726 GWh, es decir, un 28,9% de la generación
bruta, mientras que la energía no facturada en baja tensión, donde se ubican las pérdidas no
técnicas, se ubicaron en 28.024 GWh una cantidad que resultó superior al consumo del
sector residencial nacional y duplicó el del sector comercial.
Esta agudización del problema se debe a que la actual administración actuó con negligencia
al no implementar estrategias tales como las contenidas en el PDSEN, o sea, impulsar la
incorporación del delito eléctrico en el Código Penal, aplicar subsidios directos para usuarios
sin capacidad de pago; y fortalecer programas dirigidos a corregir irregularidades en la
medición y a optimizar la facturación y el cobro del servicio. Precisamente, ha sido la
ineficiente aplicación de estos programas lo que ha caracterizado la pésima gestión
comercial de las empresas públicas, particularmente, la que corresponde a CADAFE cuya
energía no facturada, en instalaciones de baja tensión, significaron en el 2007 el 73% del
correspondiente total nacional.

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