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Desde una cmoda y confortable existencia cuesta bastante ponerse en la piel de Omar, el protagonista
de esta dura, emotiva y muy recomendable pelcula Palestina.
Ahora que vemos en las noticias que los Palestinos han matado recientemente a cinco israelitas, ya nos
tememos lo peor. De nuevo habr ms muertes, ms ataques, ms crmenes, ms destruccin de casas
palestinas y ms ahogo sobre la franja y ms pnico y mayores de dosis miedo para los Israelitas, que han
comprobado que tienen al enemigo, vido de sangre, en casa.
El protagonista es Omar, un joven que trabaja en una panadera y est enamorado de Nadia, la hermana
de su amigo de la infancia Tarek. Suea con vivir con ella, donde sea, pero juntos. El problema es que
Omar debe contribuir a la causa palestina, luchar contra el invasor Israel, aunque sea derramando su
sangre, en cuyo caso ser un mrtir ms. Omar junto a Tarek y Amjed, una noche en una excursin
nocturna matan en un cuartel a un soldado israel, valindose de un fusil con mira telescpica.
Accin-Reaccin. Los Palestinos en esta ocasin golpean y los Israelitas responden con contundencia.
Omar es detenido y pecando de pardillo, se ve ms pronto que tarde ante la tesitura de tener que
colaborar con el enemigo, o de pasar lo que le queda de vida en la crcel.
Es evidente que para Omar tiene sus riesgos porque si vuelves una de dos: o has soportado lo indecible sin
cantar, en cuyo caso es raro que te dejen en libertad, o te has ido de la lengua, eres entonces un traidor
y trabajas para el enemigo.
Omar afirma (no puede decir otra cosa), que ha soportado ah dentro sin cantar. Como sus amigos no ven
nada raro entre las filas Israelitas tras la liberacin de Omar, se creen la versin a medias, pero Nadia
comienza a recelar, al dar por bueno lo que dicen esas voces maledicentes que tildan a su amado de
traidor o colaborador. Omar, como los buenos polticos, ni afirma ni desmiente la mayor. Y se marca un
plan, un punto de fuga, que me deja para el recuerdo un final impactante.
Los jvenes palestinos con ese muro de la vergenza frente a s, parecen animales acorralados, para
quienes irse al extranjero o volar por los aires cometiendo un atentado, parece convertirse en sus
dos nicas opciones vitales.