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sigatoisae soitifog MAS ALLA DE LA SOCIOLOGIA El grupo de discusién: teoria y critica por JESUS IBAREZ editores Spats ‘Sgentina R. sae PREFACIO - . Para comenzar, uno ha de comenzar pregunténdose qué es lo Jue comienza, Situacién bastante més embarazosa que Ia del ciem+ iG que, antes de echar a andar, duda sobre qué pata moverd primero", Pues uno de los que pomposa e irreflexivamente se sutodenominan socidlogos, y que ademés ha cedido a la petulante tentacién de situarse en una perspectiva critica, pasa por el ya de por sf extrafio trance de escribir una tesis doctoral, pero més extrafio atin si Ia tesis la escribe un sociblogo y Ia escribe a des- tiempo. El candidato a doctor se encuentra en la situacién de un ciempiés cuyo émbito de duda supera ampliamente el problema del orden de movimiento de las patas: ya que ignora cuéntas patas tiene y si en realidad tiene patas, en todo caso no sabe si con las patas se puede andar y —elast but not least»— si el andar sirve para algo. Dudas que, de la mano de Antonio Machado, planeando sobre Descartes, le depositan a 1a orilla de Scrates*, Las paradojas se anudan a las paradojas, Ya es dificil hablar ‘como socidlogo: pues {cémo se distancia ei socidlogo de Ia so- ciedad de la que é1 mismo y su discurso forman parte? El soci6logo critico toma nota de esta dificultad y desplaza el foco de su atencién del objeto a los instrumentos —especialmente al len- ‘guaje—; pero la dificultad subsiste, pues 2edmo puede establecer | Lexatra.o (1957.9. 1) renin, pera ffir invented Yeica, w los que cuenian la fabula del clempite que perdié la capacidad de andar cuando ‘alguien le preguntd qué pate movie primero, Para ello ampl ‘fibula: le pregunta fue hecha, dice, por un metodélogo que. deresba me capacided de marcha de ln comunided de lox ciempiés; otro individvor fueron spaces de dar respuestas algo mis razonables, y, como resultado de le inves: tigncén, Ta capacidad media de marcha de le comunidad de clempiés melons tun poco. No es un azar que Sdcuaves est otra yer de moda: gracias, sobre todo, 4 Maurice CiaveL (1977), Cuando el fuguro humano ‘parece blogveado, cuando el saber de lo general —“y el poder— nos arrastran «00 calleién sin sali, ‘qeremoe ‘regres, mediante una cura de ignorancie, « Jo singular, al hombre con" mindeeula--, A scada uno en tanto que ea ireemplazable y nico, en tanto. que quizk es, en esta scledad ontologies, el terreno oftesido al trabalo del dion desconocidoe. Dasaxtt (1977) 2 Jestts Ibdfiez tun saber en la materia de un lenguaje que se modifica por el hecho ilizarlo? > : de urlleaber sobre la sociedad es I6gicamente imposible, pero —agu{ estin para demostrarlo los socilogos, viviendo de la socio- Jogia— es précticamente posible. {Cémo es es0? La afirmacién sobre la ignorancia necesaria del socidlogo es la aplicacién de una Vieja paradoja: la paradoja de! ementiroso». Si yo digo que mien to —-o que mo s6—, ic6mo puedes estar td seguro de si lo que —o de si sé Jo que digo? Bertrand, RUSSELL fevacu6 esta peredoja mediante su tcoria de los niveles de lengus- fer en le expresion «(yo digo que) no sé» hay dos niveles de len- guaje, un segundo nivel («yo digo») domina sobre el primer nivel (ano 86»), produce su verdad. Sélo se rodea la paradoja estable- ciendo un orden jerdrquico* que divide y clasifica interiormente ‘2 cada uno de los socidlogos, que divide y clasifica a los sociélogos fen el conjunto social’. La evacuacién de la paradoje es la esqui- ‘pero una esquizofrenia socialmente reguleda, jerar- izada. Aisa posibilidad préctica del saber del soci6logo es fundada por a Sucesién de dos hechos: que 61 mismo se adelante a atribuirse Tine Gittad —aplicaciéo del princiio de Inceriumbre— e+ deta ae Et Ws tereoucido en framnento en BovnDiny (S76, tetcamen Piedad un mods genera boda deiner como le dali gre 30 7 gfrmacn aun vera de nag con Is arate el doe Serum Sntndaa pri se auleve caper todo el tentdo de te speto be "dtnnon musica cr fh tome de um rato de Snuexiey erations (alniayenltra oy dives aeyden + Respondedot, un ota ido fro Reponder no ponder ore nal se ma Soe: conoat yu one cna part de Ia expos °F gave Gove "ay reams on modes htc de refuar poet ee amnimente, iting. coblando » Sécrate! oe Joo lpr 2, "ve abe En arsine ier he tomade consi oo Fe ene rece eno Antoine mero 2 hn besko ie tela aimee 2 af agmare 1. Ea nce modern ve itngita siveen.eraruladon sere oe OE mcueyo sae qe ch youbeto no sabe sada, Enel mundo See aces elo cxpet, od el dcumnen perk, el medley Stele, al covdro 7 eh encsdradsn TSathors fern el picunnse 1966, . 148), tefalbe te a oe yar fbern intl, en ene necenrin equlzcteni haber te te rare armonte etembica ai donde ts cums hn desearadat Shen carkter tego. de In realidad eu a go tere ya 80 ano enol inttor 4 at ine me's, come todo tnstrumento de encucta, sno une pate ander prs et mismo moso sla une pare deaf mine, exe LEUNG Seine ae uromentoy pera co el mundo obj Go ei Woe Eland Wi (0550), en Bovaoity (5TG, p. 30. 5 Prefacio S e el nombre de sociGlogo (adelanténdose designer con él una parte de su actividad) y que el derecho a esa denominacién le sea reco- nocido por los demas. El movimiento se demuestra andando, y ya sabemos qué pata hay que mover primero. El primer movimiento es un farol. Pero para que ese farol se sostenga y él se mantenga en el juego, un juego en el que el ganador gane el derecho de pro- ducir la verdad de la reulidad social, la realidad social como orden jerdrquico, como orden de dominacin, contribuyendo @ la produc- cién desde el lado préctico de su actividad de dispositivos de dominacién, justificando esos dispositivos desde su lado teérico, hhaciéndolos pasar por méquinas tedricas que los instituyen como necesarios..., ha de ser aceptado por los demés como sociélogo, hha de lograr que abdiquen en él su pretensién de hablar y de pensar sobre Ia sociedad, que dejen que los represente. Para forzar esa aceptacién puede poner en marcha dos dispo- sitivos, el dispositivo privado de Ia propiedad, de la propiedad del nombre de sociélogo, 0 el dispositivo pablico de la institucién, de la instituci6n del nombre de socidlogo. El primero es «estocéstico», el segundo «mecénico» ’. El primero opera en el mercado, es arbi- trario, particular y contingente, siempre pendiente del azar de las voluntades, teniendo perpetuamente que demostrat que sabe. El segundo es necesario, fundado en ley, el saber queda de una vez por todas instituido por el titulo que se lo confiere. Uno, que ha adquirido en el mercado el derecho privado de propiedad del nombre de sociélogo, pasa por el trance de convalidarlo publica. mente, mediante le decisién de un tribunal que va a juzgar lo que escriba, que le va a juzgar por lo que escriba aquf y ahora, Nuevas paradojas se anudan en este punto, Pues 2de dénde extracn los sefiores que le van a juzgar el derecho a juzgarle, con arreglo a qué medida es su saber de un ‘orden superior al suyo, emo pueden ellos saber si sabe 0 no sabe?: s6lo en la medida en que estén por encima de él, porque han Tle- gado antes @ ese lugar, dominan sobre él, estén en condiciones de producir un discurso de un nivel légico superior el del suyo, un discurso que es Ia medida del suyo, que produce su verdad; de modo que su derecho a juzgarle, a hablar de él en funcién de 7 Usiizando 1a terminologle de LevtSreavss (1988, pp. 308317: 1973, pb sinas 5496350), que clisificn los modeloe que repreentan una realidad empltica fn amecinicor» y eestadiscose, sean los elementos que lntervienen en ellos bean 0.0 del mismo orden de magnityd 0 estén o no en la misma excale que for fendmenon que tienen gue represents "Es la diferencia entre el profesor numererio (funcionario) y_ el profesor 10 mumererio (contretado)" el profesor no umerario tiene que demoutrar wi fapecidad en cada momento, ef profesor mumerario la demuestra de una vez ere todas. a Jestis Ibéfiex verdad, es el mismo derecho que él tiene « hablar de la sociedad como sociélogo, midiéndola y juzgéndola. 'Y. Zqué puede pretender él con ese reconocimiento piblico de ‘su saber, siino es el derecho a decir que sabe cuando incluso su yo de segundo nivel sabe que no sabe? ‘Con fo que escriba va a intentar pasar un examen, un examen para obtener el grado de doctor, el derecho a lamarse docto, sabio, Escendiendo un escalén en la pirdmide jerarquizada del saber socio- T6gico, pero un escalén que ocupa un lugar paradéjico, pues es ‘una posicin en exceso respecto a In cara discente de la pirémide y unt posicién en defecto, el grado cero que abre el acceso a los grados que cuentan, respecto a su cara docente, Més arriba del ‘oficialmente necesario para ejerver como productor del sa- ber, més abajo del punto oficialmente suficiente para ejercer como reproductor de ese saber. Prestarse a pasar por un examen es cam- biar todo 1o que ha sido y ha hecho hasta shora —sus acciones ‘como productor y reproductor del saber sociolbgico—, por lo que eseriba aqui y ahora, por el papel que va a registrar el juicio del tribunal sobre eso que escriba. Si ese juicio fuera negativo, dtodo Jo anterior nada valdria? El examen es una «ceremonia de objetivaciéne : el examinan- do queda frente al punto de mira del poder, objetivado, en el doble sentido tebrico de objeto y préctico de objetivo. Los rituales de examen (clinico, pedagégico, industrial) han jugado un papel central en el movimiento de las llamadas ciencias humanas: han fensefiado « producir datos —registros escriturales de los fenéme- fnor— y @ tratarlos, a comparar unos registros con otros. Una de fas caracterfsticas esenciales del modo socrético de producir y re- producir saber es que no deja tres de s{ huellas escriturales: es un Giscurso sin texto, un discurso incitante, que incite « hablar al ‘otro, mientras el texto le roba la palabra. Para ser, con. derecho, tujeto de seber hay que haber sido objeto, y objeto escriturado °. En el examen se disuelve la singularidad y s6lo quedan las gene- ralidades: las generalidades que se construyen a partir de les hue- {las registradas. En la escritura yo desaparezco, desaparezco como singularidad Gnica e irrepetible; sélo queda lo que escribo, mis tesiduos. Es el modo préctico de matar a Sécrates ". sublicenses, 7 sableacoote, 7 Precio exsumo, ae ia experiencia de la eEacvele Cries do ce ee ce vine con perateoca © intasiad, wo rte aquallo Seer ce revstoe easiturls pablo. Oe Seeatas no gundam is buon ncuidas on ol dscaro do Pao, Prefacio . 7 5 Para ese viaje, Zse necesitaban tantas alforjas? 2Cémo uno que pretends et socio, pregunta para ue cada noe Pegune yra que todos rompan_a hablar, puede entrar en un juego que teorica y précticamente Te aniquile? nese De seguir el consejo de WiTtoENs ® aqui miner, jo STEIN, aquf habrla que ter- Y deberfa terminar si pretendiera construt tio y coherent, on dcure que amy dora run dee to —contuviese en sf todos los meta-discursos posibles—. Pero su pre- tensién es, a la fuerza, mucho mas modesta: haciendo de necesidad virtud, asume fa pluratidad y la contradiccién. Lo que va a eseri- bir se sostiene, efectivamente, de una voluntad plural y contradic- toria: cumplir con ef trémite’ administrative del doctorado, produ- cir un texto que contribuya @ comunicar a los posibles lectores el saber adquirdo através de To experiencia personal, y todo elo sin wunciar al zumbido provocador e incitante que disuelve mites y los saberes. ee __ 1. La tesis doctoral es un trimite y un tito, dos caras —t6o- nica y mitica— de todo examen. Como Fito, culmina la secuencia de los ritos iniciativos: 1 que pasa este examen recibe, de manos de sus pares, Ia alternativa, el derecho a proclamarse igual ellos yy @ actuar igual que ellos ®, El nuevo doctor recibe un titulo, es marcado y etiquetado, se le asigna un lugar, el lugar més alto, en el sistema institucional del saber“: marca que le separa, lugar De To que no ve puede hablar, mejor ev callaree, Wrrrornermn (1973, alternative, «doctors: ye es, en derecho, Igual alos toreroe que se Ja dan; sun diferencias verda Fancién ‘el 3 civil del mereado, del favor alestorio y-veratt del cadémicos,tradicionales consutuye una préctica habitual ahtemativa de doctor se Je permita tutear, ratar de ti a td ‘oe al que recibe AT etedrtico: sano de wu eauvaecin tec, por compari el nombre de e'cTitulos deriva del tatin atts wari de, ae shin Ole ot) ede Geniicante del titulo: mace de pertcoenca, diploma) y valorado ancién del tae 6 an enya me ec cl a ca ei ee eal ona lle serene Pere aS pls Baie ge 6 Jestts Ibdhiex distanciado, desde el que puede hablar pero no escuchar, lugar de Ia comunicacién irretroactiva, lugar de —en los dos sentidos de Ia palabra— dictador. La tarea que se le exige cumplir, la tesis doctoral, es un ejercicio de lectura, de lectura del texto del poder, la escritura de un discurso acorde con ese texto —de una prolongacién del texto—: el criterio de evaluacién es Ia concor- Gancia del discurso con el texto; concordancia en la forma, de taht el estilo— o mejor, ausencia de estilo— que caracteriza a la escritura académica, y que Ilevaré a a ablacin de toda huella personal, significada por la climinacién en los enunciados de! su- Feto en primera persona, que desaparece detrés del plural —implt- Gito 0 explicito—, el «nosotros» que denota a erepiblica de los Sabioe» y connota la «Majestad» —plural mayestético— del po- der; concordancia en el contenido, pues el discurso es —denotada- mente una taracea de datos y'de citas, una escritura estirada hhasta cubrir exhaustivamente una extensiOn —aun a riesgo de que Ia comprensién se pierda—, lo que connota un homena (ignificante de la positividad, de la situaciOn actual, instituida, de Ine relaciones de, poder) y a ia autoridad (la cita cobija al citante tras Ia autoridad.del citado, pero a la vez erige a éste en autori- dad). Las crticas suelen versar sobre lo que falta, m&s que, sobre fo présente: falta tal dato, falta de citar a fulano, Siempre mirando més alld del discurso presente, en direccién al texto, que es el lugar de todos los discursos posibles. Esta tesis incluye un ele mento de antitesis, no sélo porque esté hecha a destiempo, sino Propiedad (en tn socledad civil), de exhibie y usar sw titulo, Une marca, ave Pemareay le permite. marcar a ots, una, sefiel de omogeneidad, El titulo Mabe inttuclonalizado, su registro oficial, Toda funcién de designacion ctlor marca fw limiter de nu octividad: «conducir cade uno & Yadad'del slovlacro,cleificer magiatralmente el error y devolver ls TEivtne ‘numinosor "(Leomone, 1974, p. 102). Bl doctor a0 debe produc tare, Raber debe \wensitar por él —debe ser transparente al aeber—y lo ‘eve eatirar ou texto para. que cubra todos los casos, pars con ar ere, edo Io. mucvo: elo Un comentariat, un glosador, que "In Ley Yor sucesor nuevos, que van emersiendo a impulsos “hoe rosupere el conflisto socal. El dicurso del doctor est see a na prces, primero a tn Kfurgia —en au origen medieval luego wrest que oe le proveccén formal de ta Titurgia—: Le Uturaie remule le sein detign, Is Tégice regula cl enunclado. La logics y le Tturgia devoran tat 7 9s, contadisines entre ln realidad y el texto. EL ‘yor del ‘peble en nombre del Otro, para au Muna, (eso. nome 10 pregunteis a mf, que, #09 PeSranter doctores tiene Ta Sante Madre Iglesia que ov sobrin responders) Gi doctor es dialéctico, ea el cual ventido de lx palabra: concili Prefacio - 4 también porque aspira a cumpli el trémite, sin renunciar @ sub- ane en cierta manera, el rito®. . Hay un curioso hueco en la bibliografia i le invengneon noc st que conespondene le descripten te nolégica—, a la fundamentacién —metodolégica— y a la justifi- ae laahalienn de is prictsn twegadara de lor we cidlogos que se aman —se Haman a si mismos y/o son lamados por los demas— criticos *. Abundan, aunque no tanto en nuestro Pee eels toe cee cetacean spon neces fundados— a otras perspectivas de la investigacién (especialmente metodolégico la estadistica, tiene su modelo técnico en la encues- area lencisas pricicamente ebaslto nob ue ells ee Eee eerie shi ata i tna Cam TH wom, suas Jeremete,wbterido aq, anand do cami at cana at ate handle pena nnaletndl, Psmnde Cn ee ce ee angst i rete car Me ett i meal tnaie hg inser pael sic aa Dearie Utt, p37 ¥ say, abn Renton, ih natn ym tog he Souk mnt “tate fe Ryo senda dena, ee ernntnda: e's ley un pinto de sequin mao, tin cama ee all ete Meee Sons In ae a fre ee ian PONG CAD iad” nant peetae t faerea de esposerve con una ley, un sima falsamente sometida legs « camblerla te cr act lcm como A Tinea panasnaae cites ie ee a : ore Ealoen 1976). ae eee Tie each eater gran en Bieta, como sled y smo i, ve ccna city Se ect ities Be Comins Solr, Resid SRR th ferns ans Seo iy a, 1 ones pr sur cea ol ile ea ree nen 9 ie reas ot Amano ie Mico. GWT sere ees ae'tcey Dias Since C9Te’. 13). mi so wee faltedttl of mis"pchemen’ i, seed wcolga: eset See ma un apeio &e finance (weit tee soa Ba ame eather anatase tu Sgn ase Se ae Seale ntl bencones Tein" 9 oles ae ee ee ae eat aerate Metal oes fee ey nau onan oad wet Gato ita wrlone lw aus mules ont povpecee wee‘ Grolacds a sha cop eungoe ‘anni crete Sand tino fore eec oa o terse Suite tt vas) o pllenten clndetan ton Giro en que su publicncién ests prosrta por In cenwu vane See Sinful gun Ets cn one & cree moln cof sto, a ante aide sgl ein de al ‘analizar A realidad de su mitificacién. ae aed y ta net Silla il mods de poeder de un teins cut te puede ccméieatCaparese'cce ft webdols Sas mae wen te prt 8 Jesis Ibdiex do alguien pregunta por, zbibliografie», el preguntado queda ata- cado de parélisis: busca desesperadamente —en el acerbo del saber sociolégico— un. titulo, un articulo, une idea, y slo encuentra lun negro vacio; mientras acuden a su imsginacién oleadas de tratados, articulos © ideas que no corresponden al espacio cienti- fico acotado a la sociologia, y menos al espacio cientifico acotado a las téenicas de investigacién social *. ; 3. Para cumplir los dos objetivos, el candidato doctor in- ta presentar como tesis un trabajo que constituye una reflex fobre fo que ha hecho hasta afore: durante afos ha trabsjado como investigador empirico, sabiendo hacer medianamente bien Tas cosas, pero sin saber muy bien por qué y para qué las hacia asi, La reflexién sobre un campo articula dos operaciones de fle- xi6n: flexién del campo sobre sf mismo, del conjunto sobre las partes y de las partes sobre el conjunto, de unas partes sobre tras; flexién de otros campos sobre él. En definitiva, es una ope- raci6n de transporte y comunicacién. Este trabajo se acopla como ‘un guante a la situacién de reconversién —algo més que el reci- clajoyde que hablan los tecnécratas— en que se encuentra. Durante muchos afios ha trabajado en un campo —estudios sobre semiolo- gia y_semantica de 1a comunicacién publicitaria— éptimo desde jos pintos de vista tecnolégico (el sistema pone a disposicién del investigador sobrados medios), metodolépco (el. tabalo est tra vesado por un vector de urgencia préctica que impone el que. su: Terultedos se acoplen # la realidad —podando cualquier veleidad especulativa—, pero —al mismo tiempo— al hacer rebotar cual- quier vinculacién afectiva o ética, incita como compensacién a un Gierto ensayismo Iidico, a aplicar y poner a prueba conceptos J teorias, cogidos aqui y allé, espigados al ras de lecturas ansiosas ¥ apresuradas, de modo que el motor de Ia urgencia acaba trans- formindolas en. metodologia stil) y epistemoldgico (el mercado es fl terreno donde se cuece Ia sociedad de consumo); pero pésimo desde el punto de vista ético-politico, pues la actividad del inves- tigador de mercados se inscribe en un horizonte préctico de ena Te mp ner, eqornra en Mints (196, Aptaic): sanave we modo So dioale en, ‘una artesanfa que sabe hacer bien las cosas —como lo prucban Teac an ra cosa i en pods suneut no we ie is bce vi De cpocdren 2 toe exmcon el marinmo, él pcan, dete te ne sgt at investaadr soc vite alla wgenone ne. ce ech ea eran aparentenente mi neperadon 30 Bitch a mlete on cl lngune poco, cn une novela Go cles. Hee Soe noe ta balla oe on vn aur eas ioc 9 0 Sissi" cca ‘bao In ice socloet. Prefacio . . 9 jenacién de las necesidades y manipulaci6n de los deseos. Las Gireunstancias por que atraves6 el pais pueden justificarlo, Ahora que esas circunstancias empiezan a cambiar, cuando ya es posible levantar la cabeza, y mirar en torno y hacia atrés, e incluso —con precaucién— hacia adelante, parece legado el momento de cam- biar de trabajo, de poner a disposicién de los demés —devolvién- dosela— la experiencia acumulada, Reconversién en el sentido de a dovencia —recuperando un impulso inicial truncado por las circunstancias— y la escritura piblica —rompiendo la maldicion de una supuesta agrafis—. Los dos objetivos le levan a escribir un texto: # froter su discurso contra el texto —contra el texto de la ideologia domi- hnante— hasta aplanarlo, de modo que el discurso sélo sea una ampliacién, una pagina més, del texto; podando todo vestigio de palabra. El discurso es explicito y el texto implicito. Un discurso €8 —en cuanto a su contexto lingiiistico— «una segmentacién de Ja cadena ilimitada del lenguaje» ® en la dimensién del habla. Cada discurso se suelda con esa cadena por dos puntos privilegiados, el comienzo y la conclusién. Comenzar un discurso es una operacién paradigmética: asumir una posicién de discurso, escoger uno entre todos los discursos posibles, atribuirse el tener algo que decir. Con- cluir un discurso es una operacién sintagmética: fundir el discurso con el silencio, revertirlo al lenguaje, en la dimensién de la lengua. En su contexto existencial el discurso es «lenguaje puesto en ac- cin, y necesariamente entre partes». Quién habla?, 2a quién (© con quién habla?, cpara qué? Un texto pertenece —en su con- junto lingiifstico— ‘a la dimensién de Ia lengua, y es —en su contexto existencial— un modo de silenciar al lector. {Hasta d6n- de puede asumir la posicién de palabra sin subvertir —excesi ‘mente— el texto? Es evidente que nos deslizamos por un espacio de tanteo y compromiso (pero el compromiso tiene una virtud epistemol6gica: ajusta a Ia realidad las fantasfas omnipotentes). 2) El primer terreno de compromiso se refiere a Ia forma, serd el estilo, El estilo es 1a huella de la singularidad en la escri- Las pretensones inicales del socislogo critica, infladas de perulanca, raufragaron en el mar de la manipulecgn: su trabajo se bunde en @ més a Y Veedad, el Bien y In Belleza). "Fars (1971, p. 94). ® BavenastE (1971, 10 Jesits Ibdiez 2 el exceso de estilo supone la pérdida de la intencién, el lengua 2 ‘utiizado como un arma; él defecto de estilo supone In pérdida de la fuerza; se mata al lector por exceso, se sulcida tl exctitor por defecto, El estilo académico se postula como imper- Sonal, por tanto sin fuerza: es una castracién. No se puede escri- fh asf'sobre una perspectiva metodolégica que pone en juego la singularidad del investigador, que se_aprende transformando, ese Singularidad. Se impone un compromiso que, sin renunciar al es filo lo haga funcionar, permita manejarlo intencionalmente, 'b) El segundo terreno de compromiso se referird al contenido, ‘a ta extension de las referencias lingifsticas —citas— y existe fiales —hechos—. El repertorio de las referencias puede est Estructurado por una légica de la extensién (buscard la exhausti- Sidad) 0 por una légica de la comprensién (buscaré la, pertinen- Gia): el criterio de exhaustividad es objetivo, el de pertinencia es cil menos en parte— subjetivo. El modo académico de haccr res onde, en general, a 1a l6gica de la exhaustividad. La acorecisy, Fel tema del trabajo como reflexién sobre la. propia _activid favettigadora genera una soluci6n de compromiso: permite que /2 exbaustividad se pliegue sobre la pertinencia. El repertorio de Rost referir seré el conjunto de hechos indicados por trabajos Ge investigacién realizados por el autor; el repertorio de textos. & Shar verd el conjunto de textos que han alumbrado —proporcio- gndo un armazon teérico para poder pensarlo— ese trabajo (le Dibliografia incluida al final constituye, en consecuencia, un reper Boric. basico de las lecturas pertinentes para poder incorporar le Derspectiva metodolégica a 1a que llamamos «estructural» y Para Ebrirse a otras perspectivas metodologics). - El tercer terreno de compromiso se referiré a le. enuncia- ciés) (los dos primeros se refieren al plano del enunciado): la Tot blo ot nme de slo, w foe wn len sunt, ee chgt personal 7 teeta del Asn em m8 a ie ig primers perce de ns Dubs : Balan donde form Rod lo qrones tens vebales de eo exten a ime dene Es ety el elo siempre ene algo eu Wut: We Sect tot pace Set eum mde me ae Bhcion vena 9 nlters de oe pags, 8 ge, ea eg ea see Me: et a ERO, ano al deserroio metodoldgico— de todos nosotros he sido Ta de At me Prefacio a enunciacién viene indicada en el enunciado por su sujeto™ (que es el embrague entre el contexto existencial de la enunciacién y el contexto lingiistico del enunciado). La escritura académica de a expulsar al sujeto real —de la enunciacién— del enunciado: bien sustituyéndolo por un sujeto demasiado vacio (forma no per- sonal —él>—, forma personal no terminal indefinida —«se»—: la polaridad «yo/ti» es negada por intervencién de «ninguno» © de un etercero»), bien sustituyéndolo por un sujeto demasiado leno (pluralizando' «yo»: sustituyendo el «yo» concreto por el «nosotros», indicante de la abstraccién de la ciencia y/o manifes- tante de la majestad del poder). En el extremo opuesto, el uso de la primera persona en un texto cientifico indica una hipertrofia de la funcién-autor (y un cierto narcisismo del autor). La produc- ci6n cientifica implica «invencién» y «comunicacién»: la invencién cexige la transformaci6n del ruido en sentido® —los lugares de invencién son lugares muy ruidosos—; Ia comunicacién, por el contrario, exige la eliminacién del ruido, su abstraccién te6rica y su ablacion préctica. El lugar tradicional de invencién ha sido el individuo, 1a materia prima, su inconsciente —el ruido de sus pasiones y de sus deseos—: la invencién era producto de un «yo» y la comunicaci6n se producia en el ambito de un «nosotros»; hhabfa una tensiGn entre la enunciacién —su sujeto era «Jo», que ha inventado— y el enunciado —su sujeto era «nosotros» entre quienes se establece la comunicacién—. Hoy el lugar de invencién se desplaza del espacio del individuo a un espacio social (0 mejor: se pone de maniliesto que cl espacio del individuo era s6lo un espacio imaginario), al encuentro de individuos en el espacio del lenguaje: encuentros intermetodol6gicos ¢ interdisciplinarios, de puntos de vista diferentes, cada uno actuando inicialmente como tun ruido para los demés, como una informacién que hay que inte- * En Dunots (1970, p. 159 y sig) puede verse une teorta completa de las releciones entre lo indices de detinador ~el que habla y de destinaario —al {ue ewuchi=s Lu reacién Gtete seria eyo/ti pero'@ partir dee reac, Yom desviscién respecto a sla, se conrruyen numerosor artefact rete, {aor gue detinador y cextinatrio se desplaran intercambian, 2a “pantir devon Forssren (1960) se hs puesto de manifieto el pagel oruminador el ovorden (Gel sido) —sorder from noise, principles— Sa Gaeipulo Aruaw (3!2m, 19920) ha splicado aus ldene al orden. bil6pca, po- ‘hondo so afonis en el papel onganizador dal ezar.E Monty (977) hu aplcedo ster ideas al orden antoposcea. A nbvees fics, biggie 9 antroponciales, {Oda organizacién {el stomo, el orgamimo, le tela) provede. del coat pe bo et obre de un demiurgo exterior al cao, es producto de la intersccin’ de ftden ye deorden, que emerge en cl coon y a patr del tos. Ast se disipa lvemisteio do la ceacén® (o mejor, el itr se deaplaga del orden al caos fal" que enerso 2 Jestts Ibdfiex i » ‘en sentido; encuentros que evitan el enfrentamiento dual Somo forma de comunicacién (el enfrentamiento tradicional entre ins sescuclas»), pues no se combaten las personas, sino que st debaten las ideas; el enfrentamiento se cumple en el plano fenunciado, y no en el plano de la enuneiacion. Bl sujeto del com: promiso es un «nosotros», pero no el «nosotros» abstract de la feneralidad, sino un «nosotros» conereto que engloba, de la parte del destinador al conjunto de los téenicos que han trabajado desde fa perspectiva metodol6gica que consideramos, de ta parte del des tinatario al conjunto de los que pueden trabajar desde ella o tenet fen cuenta: menos general que el «nosotros» ideal, menos singular fue el «yo» actuante, es un sujeto particular, lugar la vez invenci6n y comunicacién. ; . TI texto escrito supone un transporte y acumulacién de mas: rialea: los materiales han sido transportados por el. discurso det Tutor —destinador— desde el almacén de su memoria 0 lugar [Hi eafrentamiento dual —Is averrs— et el principio de tods comunicai frentamicversarion frente a frente, permite 1s sincronia dele emisiga SPE etegion dsl menue: disingiendo el vencodor ¥ et vencdo, imgiee 2 Sr ytbten ioe doa ula ver ¥ qe sun vooes oe recubrane (Guuexswwe. 1976, Pisina 107), Hon. (1973, p. 153 rmanifieto como Fatento*—dual— de comiunicacion a aden ln ene Gl oO"), Be gor al to neonate orerics i cotiencie ae, dentine itso Jo Sree So une concn Fe ee eee temor en moet, 7 eleven Sl te ree be gon wearer tambin usr, caperer 6 U4 ue fate emg ae eS a sateen epee fay” dot game a can, sii aoe eee ate Lacon, be demorade eno, ao nous eonntlc. 7 "pdr el Falo, el Orden simbélco— hace ls comuniacin un tera, -al ies eco de oo dermal, del ceidio del Esp pea (c nilo Zest cbiene mediante Idetfcaign tmeginerin com Ie ma “eT adipic ue ve de In Senza con oh nae, un 00 10 erect, eral PF Ooaen bio saiiado por ca diferent SPIRE cs Tint; a sn enn 0 eit, Sanne entee reaie Ie scedn de omen su ie Ane re ge ln conciencie de sf; in poscion exguizo paranoid aa ee oe ge Sowa la vead cn la detrcsion de los obits, Sere et aa Ins von. procul por celeste 1 ete es da cefica ediico re el camino 8 TEESE MTs iar negtver da pensunento y ol tel weg Prefacio . . 13 inscripeién en su cuerpo de la lengua, y han sido acumulados —continuamente— en el texto. La escritura es tiempo de invencién ra el destinador, la lectura es tiempo de invencién para el des- tinatario: el texto es cl lugar de su encuentro mutuo (el tercero que hace la comunicacién posible). El texto escrito es la base ma- terial del «nosotros» concreto que es el sujeto del discurso. Este «nosotros» indica el nivel chomskiano de xcompetencia»: intersec- cién entre la institucién social de la lengua y su apropiacién por los individuos, terreno comin —de comunicacién— entre éstos. El tema del tebajo es una reflexion sobre el agrupo de di cusién. El punto de vista, 0 punto ideal de reflexién, sobre esa técnica serd sincrénico: estard situado, hacia arriba, en un plano que corta perpendicularmente el proceso histérico de su aparicién y desarro- Ho, a la altura del momento presente. Desde ese punto ideal podre- mos contemplar esa técnica en perspectiva, que en direccién hori- zontal la compararé con otras téenicas (a su lado otras de Ins tée- nicas estructurales». —mal Mlamadas «técnicas cualitativas»—, frente a ella las técnicas «distributivasy —mal lamadas «técnicas cuantitativas»—), que en direccién vertical permitiré hablar sobre ella articulando tres niveles de discurso (tecnol6gico, metodolégi- ©0, epistemolégico). Si hacemos del «grupo de discusién» el objeto de nuestra refle- xin es, empiricamente, porque es —de las «técnicas estructura- les»— a que més experiencia ha incorporado durante los dltimos afios en nuestro pais: pero esperamos demostrar que este hecho no es de azar, que esta técnica de investigacién que resume y ejem- plifica una perspectiva metodolégica, a la que Tlamaremos «estruc- tural», constituye su aplicacién a la vez més concreta y mds gene- ral, lo mismo que la técnica de «encuesta» resume y ejemplifica ‘otra perspectiva metodolégica, @ ta que lamaremos «distributivay. La comparacién seré, pues, entre el «grupo de discusiGn» y otras téenicas xestructurales», entre las téenicas y las técnicas «distributivas», La reflexién integraré, articuléndolos, tres niveles un nivel * Los tees niveles sefalados por, ta escuela de BacueLano: especialmente Bouroity (1976), para el que el domilo clentfico de los thechos.sociless ‘=u ereceidn como objetos de saber clemtficos— supone tres operaciones, jerar- Guizadas, cada une de ellas dando rez6n de la siguiente: una sconguista contra 1s itusion del suber inmedisto» (nivel epistemolégieo), una sconstrucein teérice» (Givel metodolégico) yuna scomprobacién emplricas (nivel tecnolégca). La Jestis Ibdhex 4 i se hace (aunque el —o atecnolbgicor—, esto es, cémo se hace (aunque eet np define une puta soma, un procelimiens eaneico, én definitiva una prescripeién, sino que abre una red plural, de rocedimientos situando al investigador en la pista ® de la inven: Eidn del procedimiento adecuado para cada 280 conereto de inves én yen el horizonte para pensar en las consecuenci Ice resultados de la elecei6n de ese procedimiento; um nivel te rico —o emetodoldgicon—, est0 es, por qué se hace asi (pregunta ae implica una doble demanda, de justilicacién moral y de cohe; encia Idgiea, de acuerdo con al gntenido y on fa forms det iscurso del poder); un nivel prictico —o «epistemol6g esto ie pon ct in ron Cculta el aspecto politico, a voluntad que se afirma detrés de los actos de investigacién, el poder que impone fines y abre la post Bilidad de los medios —rupturas epistemologicas— necesarios pars realizarlos). Cada nivel exige un discurso que esté dominado por el siguiente, de_ mayor potencia Ligica, que constituye su emels: Tenguaje>. El discurso resultante serd un discurso plural, 4 ticule los tres niveles. ; aeneie reflexiGn sobre esta téenica, y sobre Ta perspe estruetyal ds Ta investigncién, de la que es epicaién privileged, exige también, para llegar ja, coniencia de, ous posiiidadss su limites, un punto de vista diacrénico: situado, asimismo, 2 1 r mn plano que atraviesa el Mencia? culminacion y egolamient, Una mirada bifonte re ‘ae sees (iggy 13" ney, Dee heel soe ee Newel Se ucts Gavi, pe). Ua fen onions Satta ie so. cue conve m ngaleobo— a cane FO Oa tao, Cease caturaln, copontine), un lenge dee Satin Fe ec os Tai Sm a ‘Sino ai oT io en un sentido literal de chugar de Se ew ooee pat lt seeks Tae ean Soe re racic eae 2 ke ek Ti get 2p puter a Se arene hae (obese Ae Prefacio oy trospectiva y prospectiva: rememoracién de las condiciones hist6- ricas de su génesis, proyeccién de los limites de su aplicabilidad. La «Introduccién» —cémo hemos, colectiva ¢ individualmente, Negado a esta técnica— es el momento retroyectivo. Una «Exodue. cin» final —cémo podremos seguir con ella y, en la medida de su posible agotamiento, salir de ella— serd el momento proyectivo. El «grupo de discusién» constituye el tema del discurso, pero no su centro; el discurso no es centrado, La referencia a un centro genera un espacio cerrado, pero este discurso se abre, se derrama en Iineas de fuga que constituyen aberturas en direcciones dispersas, gérmenes de otros discursos posibles. Estas aberturas se producen escrituralmente mediante «Notas» (para dejar abierto el tiempo de lectura). «Notas» que cumplen funciones miltiples y contradictorias: al lado de las tradicionales que «perfeccionans el texto —obturando las posibles salidas— (referencias bibliogréficas, definiciones de términos, extensiones en direccién sistémica —como la introduccién de nuevos conceptos (© nuevos paradigmas— o en direccién operatoria —como los ejem- plos—), se incluyen otras que lo «dialogizan» —abriéndolo a la discusién y a la reconsideracin— (aplicacién de los principios de relatividad e incertidumbre a Io que se ha dicho, exposicién de posiciones complementarias o contradictorias, complejificacién de los concepts...) El texto resultante pretende ser un espacio abierto. No un Ambito en el que se sumerge el lector, como son. todos los textos que pretenden constituir la tinica interpretacién valida del mundo. Sino un instrumento que ayude al lector a repensar sus experien- cias; que le incite a reescribirlas. Este texto exige una lectura activa, no para comprenderlo —interpretarlo—, sino para negarlo —anaiizarlo— Sélo esta lectura activa (que redistribuye entre autor y lectores las tareas de lectura y escritura) hard operatorio el «nosotros» que, explicita o implicitamente, Jo enuncia, El texto es un terreno de encuentro (de colaboracién y/o lucha), una maquina de produc- cién de otras sociologias posibles. INTRODUCCION . (Génesis del «grupo de discusién») Abordaremos la génesis del «grupo de discusién» desde dos pers- ectivas, que reflejan —respectivamente— su despliegue imaging. tio y su repliegue real La primera perspectiva se inscribiré en el orden del saber (en el orden de los discursos: la cara abstracta de la epistemologia), EL egrupo de discusién» aparece por encima y por delante de la encuesta estadistica, por encima porque es mayor su potencia me- todolégica (I6gicamente superior y mateméti la encuesta pertenece al habla, el «grupo de discusién» a la lengua), por delante porque se funda en una ruptura epistemoldgica poste. rior (la renuncia a Ia ilusién de transparencia del lenguaje y su consideracién como objeto, y no sélo como instrumento, de la investigacin social), y estos dos aspectos del «grupo de discusién» son reales. Pero han generado la expectativa —ilusoria, imagine. ria— de que, por ser metodolégicamente superior y epistemol6gi- camente posterior, es précticamente més «progresivo», un elemento de liberacién frente a la encuesta manipulativa. Sin’ embargo, en |a préctica, el «grupo de discusién» se ha i de una manipulacién mucho més a fondo de la que pe encuesta; la encuesta se integra en procesos de manipulacién de la incidencia de los fenémenos, el «grupo de discusion» en pro. cesos de manipulacién de su sentido (especialmente en los estudios Mamados de «motivacién»: para todos los mercados politicos, de bienes, de mujeres o de mensajes). La segunda perspectiva se inscribiré en el orden del poder (en i orden de las précticas: la cara concreta de la epistemologia). Las técnicas de investigacién social aparecen como instruments empiricos de unos discursos cientificos —las sociologias—: pero, Por una parte, los discursos cientificos tienen una cara préctica, 82 inscriben en dispositivos practicos de dominaci6n; pero, por otra parte, Tas técnicas no son meros instrumentos empiricos de los discursos, instrumentos de un saber empirico, constituyen dis Positivos précticos de poder. La autohom(a tedrica de las ciencia y la heteronom{a préctica de las técnicas manifiestan sus efectos de saber, pero ocultan sus efectos de poder. Hay una heteronomia Préctica de las ciencias (toda formacién discursiva se inscribe en » Jestis Ibdiex un diopostivo préctico: su negeci6n constituye Ja ideotog, Cen, un disrruna, autonomia t6rica de las ténicas (a técnica plone iste) Pies preguntas 10 real, pero les plantea en un, S°pmer wae ormootad por la urgencia préctica:. bajo la ilusén de) empi- tiempo ncotconde un plegamiento a los fines del sistema), F¥ dese, rismo of ‘ine teenices, precede al de las ciencas (Filtrandolo tem rrollo de las Vjante el formalismo metodolégico que niege realidad eMngue ‘se le escapa; condicionéndolo positivament); responde to ue octets. del desarrollo del capital —no es acumulaci@n a eee orsan espacio meramente tecnol6pico-— (B0 hay ésnices sbetracforea» y ln apoaterioridad> de una téenice solo indict et tha surgido después). El desarrollo de Tas cienci puesta ha surgids s{ decarrllo de las téenicas: cumple la funcién précticn mmemorie dels siempre a mano, ¥ 1a funciin mitica de oculier, Sejeitn superficie de su continuidad y su coherencia, les contradic: Tikes Gesgarramientos que su aplicacién, causa, Cs Hane de clones y dessfnien surge en un momento del desarrollo del captil enue ee no de produccién y acumulacién— con una funcién Productive, como dispositivo préctico en el proceso de ‘produceién Prot ict ce'(gvomos humans acoplables al capita). Le teenies de «grupo de discusiOn» surge en otro momento de! desarrollo del Ceptal = -capitalismo de consumo— con una funcién consuntiva, capita antivo préctico en el proveso de acoplamiento, d¢ fos come, spon capital. La primera vale para ta producciOn y elroy individve® Josat’Gncluidos los seres humanos cosficados): [a fecha vale pera el consumo de personas, para su vinculaciOn & le méquina del capital. Mine J otra perspective constituyen como una tesis ¥, Ue ante, “peo reversibies: desde el punto de vista subjetivo Jes antiiesis, spertadas por el «grupo do discusién» son 1a esis, ut itusione®lovpor la realidad de su aplicacén prictice: desee el unto de vista objetivo, Tos requerimientos pat st aplicacién Tul y ahora serén la tesis, que seré negada por {as fantasias del sau Jador de desviara hecia Sus fines propios: pero las Tuvoves investi or fr tas desviaciones son recuperadas, sélo qued Ie si tesis (nica del capital 1 LAS TECNICAS DE INVESTIGACION’ SOCIAL COMO SABER: RUPTUI Ss SONG SABER: RUPTURAS EPISTEMOLOGICAS bas spn as ruptur epistemolégicas, son ruptura sent br mu em vr go ak 3a cna maa nu chechon err ae ict pede ln ate em mbién, con ella, Ia cosa rupture ingle: desconstuye la neidaiieetig ne construir con sus fra Feeney heh ig Set es hoe contri para econstuiruna cena); “abel ¥ sue dee DEOLOGIA) 1. fsoein Todo orden social tomo textos inplcine "s funcionan como matrices de discur Be fom textos implicitos que producen discursos explicitos, ds ie ee orden hacigndolo comprensible, produciem, & una explicacign global y compatible de todos tos fensmenos Son saberes sistémicos ' ' Todo saber supone nee Ps ee ve el cruce de una dimensién esistémicas y it UY tote" coat Cer ae weet Fa Ss Sea en Gea ge Si he i Scat i el ha ina 2 Jesiis Ibéfiex esos discursos, la magia al mito? En las sociedades histricas, 168 eso discormediatos s6lo son parcialmente operatorios © deieh de sepeeperatorios en absoluto, Esto ocurre porque, al ester fundadas Ser operalfades en cl dominio de una parte sobre otra, 8 raves de estas smcrones de propiedad, el saber inmediatamente opsratar 1es eave a la parte que tiene el poder. A las demés partes s6lo Tar undo mteo/mbic implica une wnlded coe ol Rombre,y el mance eae ems hi ene fires y fond; exe ot coun 0 rg, Gcotre psioY SP, aca) unad en. oO ea cone sratn prerndn (como el carain sombrio 9 Tose, Fe ac ee el slic, de inves), al enone oe als dose de Teno ervey el undo, Ba, undad do on cl taereamble eT oa a figuras so deagnns del fondo, we dem ey relia, fens s figuras: a emuctiry 628 cede de ceserviegindoe se obicivan y converten on ObiCOs tos jucarn omens Jpraciones tecnica, eto Nemo, Crammenes “taponibies ex todo Tugar y/o momento; vette; Gengeamiento del fondo: el poder del emir, La HE, Pcendeneln dv Le magn ene i mondo ae abet, Suan. inferor 8 Te unigad (ote, oS lie iment, acumulanco o}6% 1 PETC FS ay dee ufendo), ia religign’tene estate ied” do unidad eo decir Sidnr por. revelacém, Para recupe como. coriplerento, del per Pe reese al modo ec, ee DeoN ilo tenia/ ein, rid, produc, del modo lon, ee clo, em unm Ge fond per,» difrecia dee isle ye ee, Pty “acl mundo, reptiendo,momentos/usares re, Ses otn por un red enlace is snaoe® Pera Do seiieiae Y lesa aa, weicin_ del primero: por eo, 68 It Matra Poms de une avencin, ef germen imeinaio del concen @H Pte recuerdo para Je vei, a erdgn,prveco imagine eI ld isan, ee oasis conjunc ncaa 1a medals on fenones, medicines no, comaniabeg oO plement) eat ce, comuncable, een, Pe Oe Yc) inde ean mada tcrco yun modo pricics (noting, fy ‘comunicacén, Ho do. dew ennciacién). Cuando. 18 camuniyeén, del eyecto dorset a wnidad dl mundo, sam ‘quedan lot eh pravecte, TetMgccion, Las ponblidads vitules son, inte de) stoma tebrico, que permite pensar coherence Em tagsign. tecnica. Tu representacion concep ae operas EE Jens Lar poids opaias ton inerais JS rane ren na moral, ltaria y pragmica, ée fivamente ito @ fracaso de las acciones. Cuando rerladoy, pins mundo socal, se denibla tambien ¢9 or Breve tabrco et un saber monista, cspeculativos cl mote, egmente, contingents ¥ deducido, de lo uniycret 8 ra debile de mperaves catego, jnconic et | mek tong oa nenge el conenido de fondo de as vias, wt erate as tenicas de Investigacion como saber 2 se les dispensan sabere: & un ord parcial de reciones (come el ssber'de lon expert, retin of pendence cls a ey su fates 7 © estén circunscritos s6lo a un dmbito parcial ey fe saber de los padres, que se agota en la institucién fami- oie ore a oder, pelea de sujeto a objeto’, sdlo ented Sous 9h ce or Pate conie en apap an owe impredect .-Y atribuir la norma, poder explicar y predecir‘, El orden Sean Tarlo ean eaten rata adearteecitee ts ‘tecnologias> 0 fbelase Couric, ‘pera obtener una Ientes). Le moral Pv esl acim en etn, yl contenido de fondo ea floes cl Feet. Soni mean ene ets dos o_o dy, Boseduct el sidye ceiene de hewrogesilds” "SORE _-- [zona] RELIGION] +, — [RAGTICA 1 Ciencia a ~ ‘ad cet * Geese) — 5 (Sitoxoon, 1966.) No hay ave entender « sujetor como Individvo Rumano existent! suk ce get la bin tate re (cis tary por ot lengua oma el tire te conatye come’ ston —tesventre, 197 ne some stce CisT6p. 1 lips elpoder, dentro de una rsa iad de edt nce \ioenelne wen une nega si rac Yc dene ened, det cont Serer sobre una fuente de incertumbre que eecta a Te perecucin ineclone. La concepion Oe Cnowien es" demasiado onaliso fmitlor de MAReH Simon y lo #2 ahd sol Gor ebay el anne Fee rae eas er tande'e deermions avis ue lo mlnen y © no ejarse determiner por elle. Cuando’ el poder 2 poder es invisible y los sbltos Py Jesits Iodiiex social atribuye # aquellos que, por ser objeto del poder, deben ignorar, un saber ilusorio que cubre la realidad de lo que ignoran, que, en particular, oculta el hecho del poder y su brutalidad. El Saber distribuido esponténeamente justifica al poder, racionalizén- dolo, ante los que lo padecen, para que actien razonablemente, de modo eficaz, para que las relaciones de poder se reproduzcan, pero sin poner en cuestiGn ef hecho y el derecho de esas relaciones. Pero las sociedades histGricas estén atravesadas por un vector de cambio. El repertorio de saberes que distribuyen esponténeamente sobre si mismas n0 puede ser estable: son necesarios crecimientos uantitativos (aplicaciones acumulatives de un punto de vista @ objetos distintos) y desarrollos cualitativos (produccién de nuevos puntos de vista). Asi se producen las rupturas epistemolbgicas *: Conquistas contra el saber esponténeo, reducciones aparentes del Grea de no-saber que oculta. Algunas de estas rupturas han produ- tido el tipo de saber al que lamamos cientifico, otras la aplicacién de ese punto de vista a la sociedad misma. El discurso cient {6 sistémico y operatorio, puede crecer continuamente en su dimen- si6n propia digiriendo una masa creciente de fenémenos, en un proceso al parecer indefinido, lo que ha permitido acariciar la Hlusion de haber recuperado, a un nivel superior y ademés diné- mico, la unidad primitiva de magia y mito. Vistblen, cl poderoeo tiende a parar a Jos otro y a moverse con libertad; cuando poder se hece invisible y lor mibdton visbls, el poderoso tiende « mover ‘ato normas a low otros. En Espaia, et franguismo he fracesado en au intento Ge evolucionar de uno # otro modo de ejercicio del poder: el poder inicial de Puanco, ganado con le expads, ete como el poder feudal sengrientamente {toe sibdlion quedaban_puralizados en «temor y temblors); cuando, después del Driner plan’ de estabilizacién tccnocritice, el poder intente normalizare, regular Biimoviniento de low subgitos en el entorno de unas normas, la situacién extala Guaco rewlt6 imprevisble arta cl final de sus dias, pero no foe capez do Gcterminer fos movimientor de for espalcles, pues pretendis etarles cuando debla Dretender hacerles moverse en orden) TL expresién erupture. epistemoidalces ex de Bacwstann: el concepto de ruptures depende del de «obstdeulow (FeleciOn imaginaria del cientifico con ra Drictice cenffca), une sruptures hace frente a un cbstéculo 0 grupo de obstécw- fe, capone une. dscontinuided histgrica (apericin de una clencie 0 reorganize fea de sus. axloms) ¥_epistemol6gica (abandono de las nociones de sentido oma), Bacuevaan (1938). La concepeiée Je Bacastasd es excesivamente psico- fogisa por ave eurgen loe obsticulos una y otra ver?): Lecourr (975, p. 38) fice que hny algo que Bacreako designa pero no piensa, Ia sideologia» (eral se imaginara de los indvidos con sus condiciones reales de existenciay, unt fonda que have alusién a lo realidad —ALIWOSsEn, 1976, p. 101). ALIMisseR Y nus seguidores tatan de pensar 1o que BACHELARD slo habta designado: hblaréa escorts epstemoligicor 0 smuteciin de una problemética precientficn en una Dproblematicacienifieas (ALTWSS6R, 1966, p. 24). FL corte coria I ideologla Ge le ciencia: demeriado tajentemente, pues no toda deologia consituye un Sbstdoulo epstemologco ni todo obstdculoepistemolégico proviene de una idealogia (Casrauts, 1975, p. 151). Las téenicas de investigacion como saber ~ - 8 Pero el punto de vista cientifico no es un punto de vista uni tario: por una parte, su aplicacién a un mismo objeto esté some- tida a mutaciones, rupturas epistemoldgicas internas, el proceso de su operacién no es sélo de crecimiento, sino también de desarrollo; Por otra parte, su aplicaciGn a los objetos llamados sociales plan- tea problemas diferentes que su aplicacién a Toe objeto lamados ‘sicos. RUPTURAS EPISTEMOLOGICAS QUE FUNDAN LA INVESTIGACION SOctOLOGICA En el campo concreto de las t6enicas de investigacién social pode- ‘mos sefialar, grosso modo, dos grandes olas de rupturas epistemo- ogicas. ‘A. La proto-ruptura: emergencia del deseo de una investigacion socioldgica (extension del dmbito espacio/temporal de la observacién) La primera ola, a la que habria que designar como pre-cientifica, supone una ampliacién del campo de observacién. Podemos ima- ginar una «linea de universo»*, que enlaza todos los puntos del espacio-tiempo que recorre a lo largo de su vida cada individuo hhumano: la linea de universo» de cada individuo esté condicio- nada socialmente, 1a posibilidad de pasar por uno u otro punto del espacio en uno u otro momento del tiempo no es aleatoria, cada individuo esté atrapado por su red de relaciones sociales, hay puntos del espacio-tiempo social que nunca atravesaré, en la me~ dida en que esté implicado en relaciones de exclusién (como el preso al que le esté vedado casi todo el espacio por un tiempo, como el loco al que Ie esté vedado un espacio, el espacio de las relaciones que rechaza y que al decir de Platén constituyen su mundo propio, todo el tiempo). y en todo caso la probabilidad de atravesar uno u otro punto queda afectada por las relaciones que Ie clasifican, La mayor parte de los individuos quedan confinados durante toda su vida en Ia red de sus elineas de universo» mis + Munxowsxs fundis los conceptos dB espacto y tempo en el més general de suniverso» (conjunto de todor Tor sucesos)" dado un wstema de referencia, un Suceso esth determinado por tres coordenadas en el expacio ¥ una coordene tiempo. La «linea de universo» es el conjunto de fas posiciones de un punto Iévil respecto est sistema de cuato coordenadas. (LAscevin, 1956, pp. 21-22). vamente recorra agota todos ‘Sus puntos de observacién posibles; de los restantes sélo recibiré referencias de segunda mano ninguna referencia. En todo tiempo yy lugar se han producido cataclismos sociales que han sacado de us cauces previsibles las «lineas de universo» de muchos indivi duos: muchas de las «observaciones» que han prefigurado las tciencias sociales se deben a estos «viajerose (vagabundos, comer- cantes, soldados 0 misioneros). Pero, a partit de cierto punto del espacio-tiempo, en la Europa del siglo xrx, las «lineas de universo» _ de muchos individuos empiezan a salirse de sus cauces a impulsos de un hormigueo espectficamente epistémico: por el simple deseo de conocer o6mo viven sus semejantes. Asi surgen los primeros investigadores sociales que realizan las primeras «encuestas» s0- ciolégicas: encuestas extensivas de Le PLay en Francia’, encues- tas intensivas de Une' y ENGELS? en Inglaterra, Esta ruptura ‘amplia el campo de observacién, pero no modifica, a no ser en la intencién que se afirma cientffica, la relacién de observacién. La direcci6n en que se amplia el campo depende de una decision del obstrvador, que, por olra parte, mantiene con lo observado una relacién semejante a la que mantiene en la vida cotidiana, una relacién vivida. En los tres casos citados, la observacién se amplia en direccién a la clase obrera —tendremos que preguntarnos por Qué precisamente allf y entonces surge la curiosidad por conocer ‘emo viven los obreros—, y los observadores, en vez de construir ‘un concepto de las cosas observadas, s¢ dejan arrastrar en su per- ‘epeidn por las nociones previas que trafan: as{, como corresponde ‘a sus respectivas opciones politicas, 1a percepcién es —manifies- tamento— reformista en Le Piay, tecnocrética en URE y revolu cionaria en ENGELS. B. Las dos grandes rupturas: emergencia de instrumentos metodolédgicos que permiten aplicar sisteméticamente ese deseo La segunda ola, propiamente cientifica, se escaide en dos ruptu- ras: una ruptura estadistica y una ruptura lingiistica. 7 Frédéric Le Pua (1858) (cegin Cuvitian, 1954, p. 27. Lx Pay es el antece- denie remote del grape «Economie et humarisme> (en Expaie, cH). andrew Une (1835) (segin Cuvituen, 1954, p. 319). * Federico Enoris (1848) (cegin Cuvitisn, 1956, p. 319) Las técnicas de investigacién como saber +27 1, La ruptura estadistica: ablacién del sentido (Ia observacion como persecucién de los hechos brutos) La ruptura que se podria denominar «estadistica» ® se aplica a la destruccién de esas nociones previas, ideolégicas, pretendiendo fun- dar una posicién y un modo de observacién que neutralicen la ideologia del observador. Para ello, los investigadores se embarcan en dos direcciones aparentemente contrapuestas: una de ellas va- ciard a esas nociones de todo contenido (sin percatarse de que, al destruir el concepto de ta cosa, destruyen también la cose), otra ‘as sustituird por conceptos construides cuyo contenido puede ser controlado (aunque construyen un concepto que en realidad se . refiere a otra cosa) ". ro disurso entfico—! pero en sna primera ‘Supa'se recrre 4 in estadfsicn para romper st discon ieolleo que recubre ‘obiet‘taungue se vasive a reesbrir con otro dscune, pretenddamente cen {eo peo ideolico en cuanto no es posible teeeendeno). ero Ia opeiien “tatralcssocalenr no es tensile: to socil es natral (puts Ta sociedad forma fre de in naturalenn- cuando" el proceso social pone en peligro el icho coo pc i'la"capecie lo dexcubrincr) lo matoral ex social (pues on sociales ‘an clencias gue estuian la naturales’ Buino. pags con wd vide exe descr Mien "y Onusizo cea), El eruce entre Jo. natural y" Jo sosil slcansa hoy ds perspecivesimite: por unk parte descbtimos un orden prelingsico em el trando natural (odo orden supone scddigore el eSdigo genetic es el mAs cabo- ‘ado ~-ente Tor prelnpsticos—-, pero Im perintencin. de cualquier forme lpi {ir colficacgn,"une merea stem de mares exable, y todo conecimento {Sho order ich nib» dun te orden sae YF el'conociniento significado) por otra pane, ant de haber cvelguier orden In‘teido que haber un con y el aos cr una diutbucién ruta de slementon WG neanatble eatanicamente (een el comienzo ent la distibuciin Atomon, Dnt o conse cuslesquisre, Desorden, ron, harapos, multe, malta, lands {Ex pedenon, dexcomponiiones y merelas, horn, con, caa nears ables cerade, {empestad, indorenciable 9 tohu bo En to comienzos enn lr ditbvclones. te dones. Lo. dado, lo eal, no son mts que don slestorios. SeRMeS, 1977, p. 13) De'inodo que In evtaisin (en la media en que la vida cs on tetmeredo de Sieh ode on mth ic) esr ue ain, 7 figin momento, para enentarnon al rido de fondo, al desorden Pulsionl que Moran rca eprines or wetloes iendromos que voher a eles nS i tab reson ‘brn ‘Aes deg cera era, tee Teferencia al aor original, a a realidad noseparada. que precede 4 tds erencign,» todo orden. Vesela dvera © inquietente novela de Tew, «Lot L-inautinoss) Donxires (1976, pp. 40 y sig) critica los conceptos previos —prenociones— ‘eoerados por la précticn (estén elaborados mediante In préctica ¥ para elles) 28 Jesits Ibdiex ‘a> Destrucei6n del sentido esponténeo: reduccién fisicalista de la realidad social primera direccién fue alentada por las esperanzas que desper- Taonrian momento as concepeiones de In cacuela de Viena, espe Gialmente Nevrat i", NeuRATH pretende construir una obser ‘vacién purificada de elementos ideoldgicos, tanto en su dimensién existencial como en su dimensiGn lingiistica: existencialmente, pensando una situacién elemental que envuelve a «individuos per- fipientes y objetos que ejercen estimulos» y produce ); sinformaciéa>, 1 to ‘hutvo, Si todo fuera stigifciciéns, 0 habrla comunicaciéa (por ciemplo, una Conversciga a. base. de-slugnre comuness); sl todo fuera einformacigas, tam ‘poco habrfa comunicaci6o (por elemplo, una secuencia aleatorie de lets): Ia Eivialided Ia exquizarenis son low doe limites de le comunicacién (e tank talle demesiado poco o demasiado mucho). El evaloro de ln comunicacién de Dende de la sinfornaciGor que se trenamite (esi un menaje ex lo que sive Dare modifica’ el comportamiento del receptor, el valor de un meniaje ex tanto {ade grande en cuanto’ el mensaje ex rusceptible de eportar mis modificeciones eee comportamiento [..] ea cuanto ea mkt nuevo, pussto que To que os 78 ‘Sonocido et integrado por el Feceptor y pertenece a wu mundo interiors —MOLas, $958, p. 27); pero para. que la einformecisns tranwmidda sea Intelisible, be de contener igificacin> (clo que’ a lor ojos del observador aparece como el szare —Mouss, 1965, p. 22 De AKC lo ‘uevo ee apoya en 10 conaxido, Ie opoticiém hubria que referirse un contexto més complejo. En cuanto « la tstrurture del mensaje: la Teoria de In Informacion ha ftentado evaluar el grado Ge orsenizacin de un mentaje por un algoriimo que. exprese la desviaci6o Seapecto s une cetructurn totalmente desordenada —como al los mensajes Bo bieran sido excritoe por monce tecleando al azar; pero e¥e ilo et algerie Dosible para morfoloplas lnesles, de dimensién uno. Lax morfologis naturales Ton pluridimensionales, y el habla, en cuanto tiene como referee morfologes onsiderat dliversonniveles.discetor —fonemas/monemas/fraser— envuelion por especion fxpresivorcontinuoe —entonacién, gece, movimienior— (y eato s6lo para al fontexto lingtistic, en tener en cuenta le compleja articulacién entre el contexto fingitstico > el exitenca). i articulamos ambos contexion —operacién necesaria pare una consieracién dindmice dela sinformacin/significaciéo>—, ay una wacién de interacelin entre el emisor y ef receptor, Iw sinformaciéne tends {Ppreciptar en une forme el interlocutor, hay une situscin de parida dinkmice {henle ineetable (nestablidad objetva y/o desconocimiento aubjetvo de Ta ea Biided) que permite # In ver disinguir estdleamente el mensaje de las morfo Togtes naturales (como configuracién ‘menos probeble por forma mfa geométrica ‘yo musical) y hacerle funclonar como factor de establlizecién (controlar y deter hiner le situaci6n inestable). «La relacién I = —klog. p (..) encubre en reat (dad usa relacén muy profunda de nafuraleza topol6gco/dindmice. Ea une rele ‘on que lig la rareza de las condiciones Iniciaes de un proceso inestable « le omplelidad topolégice de Ie situacion revultantes (Twos, 1974, p. 188). THOM (974, p, 198-7 slg) ha construido un modelo pare Ie erticulacion de cice exe clon: sSi_E ce el eapaciosultrato, el eapaciopantala sobre. el que. aparece In forme F a Interpreat, o intoducirts «partmettos ocaltoe, ule Las técnicas de investigacién como saber 3 2. La ruptura lingiiistica! desconstrucci6n y reconstruccién del sentido (la observacién como caza del sentido latente) La ruptura que se podria denominar slingiifstica» proyecta articu- lar Ia informacién y la significaciOn: inyectando informacion en la teoria, de modo que los fenémenos recuperen toda su violenci necesaria para que puedan desenclavarse de su estado positive y advenir # sus estados posibles, con lo que la teorfa se hace critica, negedora del estado actual de’cosas («tiene que disolver la rigidez del objeto fijado aqui y ahora en un campo de tensiones entre lo posible y lo real» *); empapando de significado los datos, rescatando significado que su produccién ciega, de modo que Ia mirada se retrae del resultado al proceso, del objeto al instrumento, especial- mente al lenguaje, descubriendo que lo que parecia instrumento décil y transparente para sefialar cosas del mundo es opaco y vis- coao, y que en realidad no hay nada detrés de ese lenguaje, no 2 posible distinguir las palabras de las cosas, [Benurias mubtendiendo un expacio sintemos 1. En el expacioproducto Ext tiene far el proceso dinkmico ‘propiamente dicho, cuyas singularidades darén neck Talento por proyeccion sobre Ea ln forma Fs (p. 208). La transformaci6n «sie fifeado > sigiicanter serfa une foreign que, api ‘morfologta le, m0 fblosta de lenguajer como aplicaciones del modelo asocla el significado de frases eueatalee le eatrytura de eatéetrofes en cl espacio/tiempo (en realidad, « far ineryetacioner dinkmicae de eset catsstofes que suminieta su percepelén), finace del po — exprevrdn un estado, faves fd'fin ‘el somienso de un set, fra ‘telin ranaitive (vénse note 32 de_este mismo capital, p. 35). Toe CGocepclones se rclieren a a sgnificacn —aigtel—, no al vetido —anslogo— {tase nota 65 del capitulo 6, p. 163): le sigificacidn se wupedita al sentido y F dlentido no es formalinble (ee pueden formelizar —dado un fin— lor medios, eo lee fines no son formalizables). Hey trea tipos de cédigor, wegin Joe signos se encuentren en una relacién Vivica de excluslén, Inclusi Toe primeror.serdn_diacrticoss Mitintivor-, au nica funcién sera sefilar algo totalmente nuevo, poraréa | Wimtsimo dé informacién 'y el tlnimo de sigificacion; los segundos serén ‘laonémicors —clusffentorios~, su nica funcién serh fe'conocido, portrin el miximo de rignificactin y el mfnimo de informacién; lee trceror serdn stemdoticose —significativor—, permiten incluir lo muevo en, Jp conocido, articular Informacién y sgnficaci. Guiravo (1972, pp. 192). Tenguas comportan cOdigos entre cuyos oy por exo. dejan al emisor (dein) un margen de opciin que seria el soporte del eatlo; y que permite isteme de Ta lengua su. pectliridades eligiendo Inelor se presten a mus dovaoe de. expreiéa in Sennes. (1969, p. 4), e4 el ercido esencale: «En la crema consecvencia del empirismo, el sentido es totalmente inmergido en fuido el espacio. de la comunicacion es granular, el didiogo ex condenedo a In facofonin; el trangporte de la comunlcacion es transformactin perenne. Enton- tes, el empirismo en, exrictamente, el rwido.esencial y- accidental» ‘s*AponNo, «La sociologin ¥ le investigacion empiricar (1966, p. 275). jar To conocido en 4 Jesiis Ibdfiex a. Articulacién de lo subjetivo y Io objetivo: renu ala objetividad absolute (relatividad ¢ incertidumbre del conocimiento sociol6gico) El investigador asume una funcién-sujet la informacién se transduce en significacién (y en sentido). En las perspectivas empirista y formalista el investigador es una «ecuaciGn Personal», un rozamiento, un ruido que hay que reducir: la infor: maciGn y’el sentido no se comunicst Este ponerse el investigador en primer plano, a cuerpo deseu- bbierto, tiene dos implicaciones: la primera te6rica, 0, si se quiere, ‘metodoldgica; Ia segunda préctica, 0, si se quiere, epistemolégico- politica El investigador social pertenece al mismo orden de realidad que investiga: «el observador es él mismo una parte de su obser. YaciSn» *, Esta situacién, que parece constituir un obstéculo epis- temol6gico, funda la posibilidad de su conocimiento y extiende el campo de observacién a su propia subjetividad. Hay un espacio de comunicaci6n entre el investigador individual y la sociedad que Je incluye, no como producto o reflejo, sino como parte de lo ‘mismo. Este espacio de comunicaciGn es, precisamente, el lenguaje, Saussure”, para acceder al dominio cientifico del lenguaje, lo Analiza como la oposicién de dos planos, el habla (serie actual de variaciones individuales) y la lengua (convencin social virtual): esta concepcién, individuo y sociedad como términos de una opo- siciGn, refleja el positivismo durkheimiano, Apoyéndose sobre ella, Levi-SrRauss encontrard en el «inconsciente estructural» * la zona de sutura, en la que se identifican individuo y sociedad, actividad consciente e inconsciente: cuando un individuo habla consciente- mente, es inconscientemente hablado por la sociedad («Las leyes de la actividad inconsciente estén siempre fuera de la aprehensién subjetiva [...]; sin embargo, son ellas las que determinan las modalidades de esta aprehensién»®); penetrando introspective. mente en el inconsciente, para lo cual hay que hacerle hablar —sa- lirse de si mismo—, el individuo accede a la vez a su intimidad més secreta y a su exterioridad més publica («Para hacernos salir de nosotros mismos, nos ponemos en coincidencia con formas de actividad que son a la vez nuestras y otras» *). CHomsKy™ LevrSraauts (1960, p. 115 1971, p. 28). 2» LamSreauss (197 » Lavistmaust (1971, p. 2) » LaviSeaauss (1971, p. 28) 2 Lar melor exporicién de Tas concepciones de Cuomsey se encuentra ea ‘Ruwsr (968). La oporicige competencia/actuscién permitisé comprender le crew Las téenicas de investigacién como saber * 35 desplazaré la oposicién sosiriana a la oposicién «competencia/ fctuacién» (la «competencia» es «el saber linglstico implicito de Jos sujetos hablantes»; la «actuacién es una explicitacién en una multitud de actos concretos»): 10s dos términos de la oposicién estén en el mismo plano, en el plano individual de la oposicién individuo/sociedad>; xcompetencia» y «actuacién» s6lo son sepa ables en el orden de las palabras, pero no en el orden de las ‘cosas, como aparentemente son separables. «individuo» y «soci dads, El individuo puede explorar la sociedad actuando ou propia competencia. «As{ se desploman las viejas antinomias del "yo" yel “otro”, del individuo y la sociedad. Dualidad que es ilegitimo (...) reducir a un solo término original, sea éste el "yo" que de- biera estar instalado en su propia conciencia para abrirse entonces a la del "préjimo”, o bien sea, por el contrario, la sociedad, que preexistiria como fotalidad al individuo y de donde éste apenas se desgajarfa conforme adquiere la conciencia de si. Es en una realidad dialéctica, que engloba los dos términos y los define por relacién mutua, donde se descubre el fundamento lingiifstico de la subjetividad> ie Ssine Sh, 57) aay de wun seme rama vn tlitenie en cata Crean, poo To ctende ‘como sm mero prncilo cla Eadene Cuonsny casey fa conpcencn tomo sun seme Ge proton re ses ubyeenes sth jum oncrices (Rowe, 1968, pI Dewvemore C971, pe 181) ks HgQlaicn estructural alo tome note del sueto somo suet. del enuncao (yom embrague entre ov contetos Ta nico y exstencia), Larnguisicn eautural er una lingtatea e ia lengua del entociado yu en 1929 Buse (1977) ponulaba una linghistice del hebla Uyde te enunciacisoys despues de cineuenta os de alenciamieno, Bani" 26816 inci publ on nombre dont dicipslo VoLocuinoy= low lingistes wuelven a at ideas de Batis. El esto jocea tn papel cenel, fantom las cxpresionesindieatvas (Que se refiren a una realded exterior Sen cm en a xan evita (ue, engen ne eld inwrior y/o unm. simulsion de la tealdad exterior). Vénse nota 16, P- 2. En el modelo topoldgico/dinémico det habla construido por THom i907 Sobre I sn de Feat (93) dvi we "relerensia Tut’ Soceso espaco/temporal el proceso ‘iene Togar en um dominio U vel expe Erte deemade For a akon ae puntos replsy "sseae— yh com Imentario cerrado Gue constuye sl onjunto de eatrofer del proces}; en cada Ihomento del proceso, el sonjunt de puntos regulares se dstbuye en un némero Fino Ue Componentes conexor, idiviuslzebes coma states (epin.THSNiDR, ia accign oe proceso. y son dependientes los ies de een ecién 0 plocesos pueden ser cactantesy que desig: bjetodiresto objeto indirstoo.ctcnstantes interactar los acanter sux rerpectvon dominios jin na. playt conexa de puntos eatestrtcos fo de interac). Por ejemplo, une Tre tate (que se’ puede contraer 8 un 36 Jess Ibéiiez Pero Ia subjetividad esté cargada de afectos ¢ intereses, de fuerzas opacas al sentido: hay en ella algo que es efecto de la totalidad social, en ella se reflejan las tensiones, las contradiceio- nes, del orden social, de modo que no puede abarcar transparente- mente esa totalidad (precisamente esa impotencia da razén de la evasion de Levi-Srrauss: huida de la propia sociedad, que no puede comprender y en la que no puede actuar acordemente, @ sociedades primitivas que constituyen @ la vez su antes y su afuera, el camino perdido y la utopfa inencontrable). El investigador tiene que asumir esta limitacién, tiene que reconocer que no puede construir un saber compatible con todos, {que la comunicacién entre los que saben de la sociedad, los socié- Jogos, conserva, como un ruido especifico, un vector de enfrenta- miento dual, No existe un discurso cientifico unitario y exhaustivo, In actividad del socidlogo incluye un elemento ideol6gico, irreduc- tible; la sociologia se fragmenta en una red plural y contradictoria de_ sociologias posibles. b. Articulacién de lo empitico y lo te6rico: coimplicacion ialéctica de empiria y teorfa (la teorfa como manifestacién de la empiria reprimida) Se establecen nuevas relaciones entre Ia actividad de construccién tebrica y Ia actividad de constatacién empirica: no serén niveles paralelos, que nunca se encuentran, ni tampoco se confundirén tltva 99_poede representar on el grafo=\_ (Eva come | manzans>) 0 en el irafo = (cEva pare a Cains); sueto en, prectamente, el actante que sobrevive lay catdttofee (on este caso, Eva, que precede a la catéstrofe gencrativa 0 Gucede a ln catfstrofe degenerative) ‘Pero ef habla no ex casi nunca meramente Indiative (eEl habla. categérca, ef hapla asumida, el habla aseriva.n0 existe mis queen. conteaton cientifios. En todos. toe otrce dominios de In creacén, Yerba! impera, In fici6n y no. le gerei6o. Toda ln actividad verbal se reduce Trepartr tn "palabra de oto" y le "palabra que parece Ia de otro” —BAKiN, Soh p- 219). El habla Interiorizadn e1. el fundamento de In personalidad: ‘ol habla n0 constituye la expresign de la personalidad interior, sino que, al com- in constituye une palabra reprlmida 0 interiorizadas (p. 210, Este Denonalded interior quo se expresa ex una ficcidn (un ideologema: In ideologta Ro alcanza slo alo que el sjeto dice, sino también al mismo sujeto): ence frando a los hombres en af miemos se evita que actien en el espaco/tiempo tmterior, 7 st tron los que mandan— pueden tener verdaderamente Is pala Star act rujeton verdaderos, aobrevivir a. fodas lan catésuofes. Yel papel del fujto no ve agota en extn dnkimica verdadero /cconel (exeror/interioe); ademés {de un papel activo, el aujto tiene un papel reflexive, («Pare incluso, como lo Indien tudezmente ‘Srenctn BRown —1969—, que el poder reflexivo no. pode Hectuarse min que en une pequefa parte semidesgriada del todo, precsemente bor le. virtd y el vic dew aleamiento, wu datanci, 6a finitud ablerta Feopecto a la toualidade ager Monin, 197%, p- 125 Esta rflerivided per tulle al mujto recuperar mu potencia de accién) Las técnicas de investigaci6n como saber 37 en un continuum. La teoria cumpliré dos funciones respecto @ la actividad empirica: alumbrard la bisqueda de los datos pertinen- tes («la teoria domina el trabajo experimental desde la misma concepcién de partida hasta las ultimas manipulaciones de labo- ratorion®), y seré su horizonte de comprensiGn. La actividad empirica serd retroactiva respecto a la construccién te6rica: obli- gard a reconstruirla, y no solamente a hecerla crecer, para que dé Taz6n de nuevos datos. La actividad de construccién teérica y la actividad de constatacién empirica, froténdose una sobre otra en tun proceso dialéctico inacabable, colaborardn, cada una desde su plano, en la tarea de investigacién: «la construccién del total tiene como condicién primera un concepto de la cosa sobre el que se organizan los datos, tan dispersos, concepto que aquella (J. 1. la consideracién de a sociedad como un todo) debe acercar una y otra vez al material y transformarse de nuevo al contacto con Gte, a partir de una experiencia vive —no de lo que ya haya sido establecido de acuerdo con los mecanismos de control inst lados socialmente—, a partir del pensar rememorante de lo pen- sado en otro tiempo, a partir de la imperturbable consecuencia fe las propias reflexiones» (ADORNO). Esta tarea se inscribe en un proyecto, de resonancias hegelia- nas, de significar la totalidad, mediante una teorfa que dé razén de ella y a la vez constituya un momento préctico en el proceso de su transformacién total. La teorfa no seré superficie de_reflejo, sino fabrica: pues alcanzarla es poner a la vez la mirada y las ‘manos en lo que sostiene armada Ia trama social, de modo que serfan idénticas la textura de la sociedad y la textura de la teoria, péginas superponibles del mismo texto (cnombrar lo que secreta: ‘mente mantiene unido el engranaje», dice ADORNO™). También aqu{ tropezamos con el lenguaje: 0 con una funcién més general, la funciGn de intercambio, de la que serian aplicaciones las for. ‘mas de intercambio de bienes y servicios, de mujeres, de palabras, ‘suya elucidacién ha producido los nicos saberes’ sociales con estatuto cientifico, 1a economia con Marx, la etnologia con Levi Strauss, la lingifstica con Saussure, Toda relacién de intercam- bio esta’ mediada por un concepto, por un equivalente abstracto, sobre el que los términos son superponibles: la sociedad serfa un sistema de sistemas de intercambio; la trama del tejido social serfa ‘una trama I6gica, trama que oculta la pantalla ideol6gica y que las ciencias sociales criticas ponen de manifiesto, Este poner de mani- fiesto no seria una operacién de siinple denuncia —apelacién a Porren (1989, p. 107) % ADoRNO, «Le socioloula y Ta investisactin emplticas (1966, p. 274) 38 Jesits Ibdiex Dios o al amo— (sometida a fa critica que, a través de Bruno Baver, hacia MARX a los criticoseriticos): pues Ia operacién de ponerla al descubierto funda la posibilidad de operar sobre ella. EL término sociologia tiende « desplazarse al término sociol6gics expresién utilizada por ADORNO ® y BARTHES ™ para designar un proyecto de alcanzar la Idgica que subtiende el orden social. La relacién de intercambio ejerce una violencia sobre los tér- minos, disuelve su singularidad concreta en equivalencia abstracta: es la raiz tiltima de toda explotacién, del productor en el mercado, de la mujer en el matrimonio, del significante en el texto. Redu- citla, mediante Ia operaciGn tedrica que la descubre, es liberar In violencia propia de esos términos, ponerles en situacién de defenderse (Bart HES diré que Ia tarea politica del arte de nuestro tiempo es Ia manifestacion del significante, de la fuerza enco- rrada en el signo y disipada en sentido: destruir la fuerza de la ideologia para liberar nuestra propia fuerza). Articulacién del lenguaje y la realidad: el lenguaje como ,, instrumento y como objeto de la investigacién sociolégica (renuncia a la ilusién de la transparencia del lenguaje) La, observacién se revela como uns opera En los manuales de técnicas de investigacién designar como «recogida» (0 «recolecciGn») de datos: designacién fengafiosa en los dos términos. Ambos sugieren que la observacién ‘es mero reflejo de algo que le es anterior y exterior, cuando es una intervencién que modifica lo observado y produce como resul- tado de esa modificacién un fendmeno, que no es siquicra el dato», pues el «dato» es sélo el registro escritural de ese fené- meno. ‘La observacién es un proceso de produccién de datos. Queda planteado el problema de la relacién entre lo que habia antes y lo que es producido por el proceso de observacién, entre Ia cosa y el fenémeno. Es ls aplicacién a este nivel del principio de incertidumbre. Pero el proceso de produccién de datos es tn proceso lingifs- tio, un intereambio de précticas significantes, de discursos: ello ‘es patente en los procesos primarios de produccién de datos, cuan- do el artefacto tecnoldgico para la produccién es una entrevista, % En el titulo de mu Hho «Socoléelce> (1966). % Bn su articulo. «Sociologia y sociol6sicas (1969. Partiendo de la erities del naturaismo burgués (que disfraza tox cfdigoe 4 entidades firme que edesslienar el signe, manifestindlo, man fetando el eédigo. del que forma part, me parece que consituye hoy Ta tarea verdaderamente politics, lnssto ea ln pelabra, de todo arte nuevo» (19696, p, 185) Las técnicas de investigacién como saber ~ + 39 ero no es menos cierto en los procesos secundarios, cuando se utilizan datos preexistentes, que también han sido producidos por artefactos tecnolégicos que incluyen intercambios verbales, El fe- rnémeno, a través del cual captamos la cosa, es un fendmeno lin- sifstico, un signo. El investigador tropieza de nuevo con el lenguaje, y esta vez de bruces. Este tropezén destroza el proyecto empirista de des- componer el mundo en hechos atémicos: pues estos hechos se ma- nifiestan en un lenguaje que esté estructurado, Para hacer funcionar el lenguaje no basta confrontar cada pal bra con Ie cose (como corresponde a su dimensién referencial ™), sino que hay que confrontarla también con el conjunto estructu- rado del lenguaje (como corresponde @ su dimensién estructural). Hay palabras que apuntan s cosas, como los nombres, y, en ese sentido, son intercambiables con elias; hay palabras que apuntan fa dimensiones de la situacién, como los deicticos” que organizan ™ Ocoew y Ricwaeos (1954, p. 36) han construido un célebre diagrama para representar la estructura del signo: Referencia (Concepto significado) simbolo “~~ Referente (Gorma vigificante) (cose nombrads) (Los parénesis han sido afindidos pare hacer corresponder aproximadamente. Ia terminologia de Ocoen y RicwAKos con la terminologia més en so) La relscién ‘El signe. Ginificante/sgnificado) con. cl referent tl signo te reicre a la cosa, designandol La relcién interior al sign (ignticente/ combinatoria—; una telacién entre st Jor cf fonido ameras, distingulble de los sonidos «met Signlicedo (el concepto «mesa, distinguible de ) yet concepto estanies, ). SAUSSURE (1868, p. 196) recoge” ya esta distinci6n, aunque 06 utiliza la “nomenclature scelerencal/estractrals (SAUSSURE hablabe de etsterast gos muevores an i {eodueldo el término estructura ‘# Jaxonsow (1965, p. 176) los llama cembreguese, porque embragan el con texto convencional scbre el, contexto existencial (el dscurso sobre. el mundo). Brevonsre (I97T, p. 173) demuestra que los defcticos (indicadores de persone luge, tempo, objeto.) implican rlaciones det sujeto en Te stuactén de deur yino'remiten a la realidad objeiva. Sow signce vector (seménticamente) que 36 Tienan'en el acto’ de Ia nus tuna maiz abstracte que no lados; por eso se plerde la funcién referencial 0 Indicative de los defclcos 9 slo we conserva la funcién referencia! de los nombres (deignatve). 40 Jesis Ibéhex a espacio (ste, ‘aqui; 30, alli) y el tiempo (ahora, mafiana) en tomo al hablante, a sitvaciones respecto a la situacién de enun- Ciacién,y,-en.ese sentido, nos introducen en ellas. Pero, fuera de ‘casos como éstos,. no es posible superponer el contexto conven- ional del lenguaje con el contexto existencial en el que es utilizado. Cualquier situacién de empleo del lenguaje envuelve como minimo seis elementos: un destinador (el que habla), un destina- tari (aquel con quien habla: las dos funciones, a lo largo de ‘una conversacién, son intercambiables), un referente (aquello de fo que habla), un’ oédigo (una convencién lingifstica), un medio de fransmisiOn y un mensaje. El lenguaje puede realizar seis funcio- nes ®, relacionando esos elementos: referencial (operaci6n del men- saje sobre el referente), expresiva (operaciOn del destinador sobre el mensaje), conativa (operacién del mensaje sobre el destinata- io), estética (operacién del mensaje sobre si mismo), fética (ope- racién de verificar el medio) y metalingiistica (operacién de veri -ficar el e6digo). Cuando realizamos una entrevista con cuestion io, s6lo aplicamos con propiedad la funcién referencial, la de ‘seflalar cosas 0 situaciones (describibles en términos espacio-tem- porales) externas al lenguaje, presentes en el contexto existencial ero no en el convencional (dejando aparte el problema de que fesa5 cosas y situaciones han sido constituidas por el lenguaje, en su dimensin de la lengua, que ahora aplicamos en su dimensiGn del habla). Sélo aplicamos los nombres y eventualmente los deicti- cos. Entre otros, resbalamos sobre los siguientes tipos de fend- menos producidos por la situacién: expresién de emociones del entrevistado (el término xemociones» oculta dimensiones tan esen~ tiales como los «deseos» y xcreencias»), el efecto —conativo— ‘que la situacién ejerce sobre él (que incluye los mecanismos que permiten que las respuestas le sean «extirpadas»), todas las con- Rotaciones —estéticas— de su discurso (que, salvo que sea un l6gico profesional, incluyen casi todo lo que habla), cualquier verificacién del medio —entrevista— (entre otros: sus pausas 0 silencios, sus precipitaciones, cuéndo esté «in» 0 «outs...), cual quier verificacién —metalingiifstica— del cédigo (con lo que no sabemos si entrevistador y entrevistado hablan el mismo idioma). Bien porque no se producen (pues la estereotipaci6n del marco convencional y la rigidez del marco existencial s6lo permiten eva ccuaciones verbales convulsivas), bien porque se pierden (en el proceso de registro, y posterior tratamiento, de los datos). Para recuperar el sentido, adherido a esos materiales que se pierden, ha sido preciso buscar situaciones de interaccién verbal TaKonson (1965, p. 214 y lad. Las téenicas de investigacién como saber ~ mt {que los produzcen —como fenémenos— y permitan retenerlos —que produzcan los datos que los registran—. Su contexto exis- tencial: para que sca productivo de fenémenos, ha de invertir el deseo 0 el interés de los actuantes y ha de permitir un ajuste fino de sus posiciones reciprocas que permita una dinamizaci6n —por retroaccién— de sus actuaciones; para que sea productivo de datos, ha de incluir mecanismos de registro, dispositivos de memoria, no sélo de los discursos —el contexto’ convencional- sino también de los elementos significativos no verbales (c6digos Kkinésicos —gestos—, prosédicos. —tono de voz—, proxémicos —movimientos de aproximacién 0 alejamiento—), asf como del propio marco situacional La investigacién social adopt6 situaciones de interaccién verbal que habjan sido producidas por la prictica psicoanalitica, en el anilisis individual y en Ia psicoterapia de grupo. Aunque hubo que invertir Ja correlacién entre medios y fines: en la cura psicoa- nalitica el discurso es un medio (el fin es Ia transformacién del destinador: una conacin reflexiva), en la investigacién social el discurso es un fin. El discurso producido en esas situaciones serd la materia prima sobre la que trabajaré el andlisis: el discurso, que en la cura tiene papel de analizador, seré el analizado, El discurso hablado (tinica posibilidad de manifestacién del lenguaje: Ia lengua s6lo se manifiesta en el habla) seré el objeto privilegiado de la investigaciOn. En nuestra sociedad el lenguaje funciona como equivalente general de valor —en un sentido rigu- rosamente homélogo a como funciona respecto a las mercancias el dinero— de todas las précticas significantes. Pero, por exten sin, todas las précticas significantes serén incluidas en el campo de investigacién (tanto las que tienen una funcién inmediatamente significante —literatura 0 periodismo, mtisica, pintura 0 cine...—, como las que ocultan su funcién significante bajo una funcién econémica —cocina, moda vestimentaria, disefio arquitect6nico 0 planificacién urbanistica—): los premiosos ensayos de «andl contenido» —emprendidos por los sociélogos del «new deal» or Lasswert (1949), Su trabajo forme parte del ecfuereo de Ia quer, es un Ftenio de. poner de’ manifieto le propaganda slemana. En un ‘vago inteato Dcifoa, el andlsie de contenido se aplics después lau imégenes 0 estereotipos de une hipétesis estructural del lengusje (el lenguaje forma un sistema y 0 tere Tepettori) a2 Jesits Ibdiiex tendrén un cumplimiento inesperado, cuando se abandona la tec- nologia estadistica por la tecnologia lingiistica. 4s En el Imite de esta direccién metodol6gica surgird Ia sospecha de que el lenguaje —y, en general, las précticas significantes de Tas: que es equivalente general de valor— no es s6lo un instru: ‘mento para investigar la sociedad, sino el objeto propio del estu- dio: pues, al fin y al cabo, el Ienguaje es lo que la constituye (o al menos es coextensivo con ella en el espacio y en el tiempo. Gancla Catvo ® recogerd una sugerencia del lingllista MeILuET: sivconsideramos «lo que hay de regularidad en el lenguaje como tun ente en sf», el objeto de la psicologia estaria constituido por «las infracciones» —del hablante individual— «en la realizacién de la lengua en el habla», el objeto de la sociologia por las «anoma- Iias en el sistema» —en la dimensin de la lengua—. Las ciencias tociales desembocarfan en una semiologfa: «semiologia de lo in- comsciente, con LACAN; semiologfa de las relaciones de parentesco Ly de los ‘corpus miticos, con Levi-Stravss; semiologla de las relaciones y de las contradicciones sociales, con el marxismo de ‘AutusseR; semiologia de la literatura, con Bart HES y GENETTE; temiologla del archivo y del documento hist6rico, de la que la arqueologia foucaltiana constituye el discurso del método» ‘© Gancta CaLvo (1973, p. 7) no amme esta mugerenela, generade por lat opodiionesslengus —gramlicn—/socleded (coletvo —socilog{«—/indvidual SPmicologie rs que @ intenta daleczar. De todos modos, lo que hubris que Gatationar Ta! compartmentecién estanca en clencian seperadss, ye que, como Seremon mis adelante, cada clencia er une perspective sobre la totlidad, y of Tinea de fay clencias up slstcma de interrlaciones actives (7 10 meramente ‘lasifeaoran) ene elie. ‘S'punoist (1973, p. 19. Et autor emplea el teemino ssemiétiny, qus hemor teaducdo por ssemiologan, El teming wtemioticar (acutado por Piaxcn) tera Huindimente cl mismo. signftcado que el término wsemioiogte» tld por Shuscuna (empleado mis correntemente en Europa): Ducxor y Tonoxov (1872, tex, Gets (1975, p. 30) clsifia las cist (somortas al estudio. lingtistco. dol plano de Te expresén), lax segundas cores Sonderien les antiguas aciencian sccslea> Gsomorfas al estudlo lingstico del Plano del contenide). Rausteva (1974b, p. 21) utilize el término «remiGtica» en fn sentido. diferente (en un intento de ilenar el hueco, que el mit 1 In etemidcas 8 (to mt 1 rece fobre es sulto como conereccién eronotopoldgica yo como lugar de referencia; Ia esemidtican resttaye la materialided del sujet, Ia eneraia liede en las préc- tees tignficanter; el tujto no es un punto vacio ni un Stomo indivisible, sina {bn tujeto en. proceso. Si claificamos las perspectivan de la invetigacién soclal enplrice en edistibutivan, scstuctural». J edalética, tendremos: le perspec She edistibuives ev clactiic, indicaive (Corresponde a le esemiGticar eo el Las técnicas de investigacién como saber « a) 3. Superioridad y anterioridad logica y préctica de Ia tecnologia linglistica sobre la tecnologia estadistica La tecnologia estadistica (distributiva) tendrd su lugar propio su- bordinada a Ia tecnologia lingifstica (estructural), pues contar uni- dades es una operacién posterior y l6gicamente inferior a la de establecer identidades y diferencias; s6lo se puede contar aparte Sendo de Gnas, o esemidicn 10; In peiectiva entrar ob seientv, ‘Since conaponde lu sanbilens “ae nsten 0 eetlonan de Gua Specie sdadccos arco don pion (oomeponde © In em Ciaran Ce de avrnvao comin Hy SS cestan sider dere (minor inescomponibl) ¥ se mde, me diets wdodes, an connate tahnict cm. agn les. que or eile ta urideor Li diesencis ‘no cicbleTometos ef eeplo be In ferencla Sioa: "omen heeoesuale etadiiceneste © malrmese, ero homosscaes Fenmaalete(.) 7 tansctasescemenal’o nleclamentes “Deusen Coa fa, pa ave lnfrapnanal 9 biowlacn ‘no fay deren, nial rein hay fret, nivel Saeco fay sbvelfreni: La dsrntia sexal Eitpoa e cade pence, noes opsucion don ton ano In apo (ede bacda tonsa, $976, 88), alton tom Heconet uown, iSrtcn. 99, dsmamraninio de be cusps onged anc alte en as Fc, La eid smtOlc tata Se cables conines (Chace consnen Tnereoncncossynlons uc erin ncoalentr » reprise Beown, 1972, ontlda la eparacons ortanie bata, Sia ae uate sonar medi lose onde Inrspertanl 9 nivel colateos A nivel layer fron fnexainic ta "sldo fone” pus dren del prowao’ desta Gril lacrdoo dele vsuan, conti de un orden de Gereeiae & Glenenorinerestes(pocio siete alate a rohen ene eng tocar ae monemar con seo «prt de fonemas semfniamente wah ‘Xv ‘colstva in exadisicn en semigo wlgbr puede conar hombres 9 mo: fres"ger ans on Se opseae ant earscmince,qoe Cassone In Spelegce snsulaofommince co" open aleve truafomn tor bors on ios cas pe thats (hay ntneicién en cada penn” ene lo mciao lo fone), ‘print lo femening en le hombres Yo muctlino en ar maleesy Ie oxbliad "altnouuar el peso de imereltn- 2 compicacta ene hom a ia ented conta doy veces ts opel: insncienteenis a bce ttten besadoen to auton de excloones —rden ero con violencia an a ie eae “na orem poncarajray, wil, Somintnente ciundo_iaverign ie siden para fo cual ene que pon fine de'meniewo,ropodulndso oy staan de eantpton'y tego poee Recess ds fog tion ern por ends conorpn, Cam Saute (Oa, Digi 1) geataa a opie legun/habla 4 open, sordenreps CorfeoatSrenpincedccacdens: ci augue tatemica al ord sepuadr tage une matenies cialis aoe independance nape de ln medion se tse conjnin, tora ets, topline teu on qe Stic, clnimers aie again pc ate propicdde Yeas que como dear th tn recut welein volando a cmp. de tr sace sua, le fel ce teins de inn 24 yp fee ue eet frocis sunsatva ence cane mimers; en cB, ea) popedodr ies dan ‘sin dein racine. oni atosraioe Blah —etero hon Sou o trea nga), La hatondica camucurel ee prners “ Jess Ibéfiex aquello‘que previamente se sabe que esté separado de lo otro y es taal tdbnico. Las tenicesscuallatvas> no son menos maton ticas que las «técnicas cuantitativase: lo son antes y més, pues la rmathesis —eciencia del orden calculable» “— es, hist6rica y logi- camente, anterior al ndmero, Potente que la matemécica distbutive, y amber reflejen y refuerzan In violencia ‘al onde. ‘"Poucaux (19666, p. 87). +A lor dos extremos del episteme clsico tene- ‘mos, pees, una mathesis como cienca' del orden calculable 'y una génesis como ‘nfl de le consttucén de lor Grdenes partir de secuencias emplricas (..) ‘Bntre la matheie y ln ginesis se extlende la regiéa de lon signoe» LAS TECNICAS DE INVESTIGACION SOCIAL - COMO PODER: SU INSERCION EN LOS PROCESOS DE PRODUCCION Y CONSUMO DE INDIVIDUOS Las ciencias y las técnicas son la cara visible —Ia manifestacién— de un poder de suyo invisible. FI desarrollo de las ciencias y las ‘éenicas es la respuesta a las necesidades del capital en sus fases cesivas de desarrollo: caplura de energia en el proto-apitalismo, incorporacién de esa energia a la miquina del capital en el capita: lismo de produccién y acumulacién, retencién de la energla incor- porada en el capitalismo de consumo. Asi surgen, sucesivamente, las ciencias de la naturaleza (recuento y clasifieacién de lo cap: turado), las ciencias humanas (discipline de los euerpos y regula cién de su comportamiento) y las ciencias sociales (recuperacién de las fuerzas subversivas). Precedidas por dispositives précticos, respectivamente encuesta, examen, confesiGn, de produccién —te6- rica y prictica— de verdad. Las téenicas de investigaci6n social tienen su origen en esos dispositives, pero cada una amalgama va- Fi0s dispositivos, extrayendo de unos ‘su efecto visible y de otros su efecto invisible: Ia encuesta estadistica es visiblemente una en- ‘cuesta, pero invisiblemente un examen; el «grupo de discusiGn» ¢s visiblemente una confesién colectiva, pero invisiblemente un ins trumento de acoplamiento —psicstico— al capital. 1. LA CIFNCIA COMO DISPOSITIVO DE PODER EN LA SOCIEDAD CAPITALISTA: EL MUNDO COMO CAMPO DE OPERACIONES El saber se inscribe en la sociedad capitalista en un dispositive de poder, no s6lo porque es un instrumento del poder (pues el que es sujeto de una relacién de poder debe saber sobre los que son su objeto y no ser sabido por ellos: «saber para prever»-+ «pre ver para poder»), sino porque es la cara visible del poder («[po- det] = saber»). El saber es la manifestacién del poder en la socie- dad capitalista En la sociedad feudal, ef poder (fruto de una victoria contra la muerte —dialéctica hegeliana del amo y el esclavo—: por eso 6 Jesis Tbéhex mismo, reversible y precario, sometido al juego del azar y la muerte, en perpetua génesis: para eternizarse, se inscribe la marca divina) es escandalosamente visible: «el jefe, sol de la ciudad, de Ia fortaleza, del reino o del imperio, ha ganado por su victoria el poder que gira todo alrededor de él, y esta omnipotencia, él la reivindica, la exhibe como su gloria, Cada cual sabe quién es el ‘amo, empezando por el amo mismo, y nadie olvida que pa aspirar y acceder al dominio habré de pagar su pretensién con tun duelo @ muerte». El poder, que es un poder de captura de los medios de produccién y extorsién de los productos —Ia produe- cin se contrac casi exclusivamente al sector primario—, se aplica ‘8 imponer un orden de separaciones exclusives, entre amigos y enemigos, entre el que es sujeto de poder y los que son objeto, entre los que —siendo objetos— se someten o se rebelan, suspen- ddiendo perpetuamente Ia amenaza de la muerte («poder de hacer morit o de dejar vivir»), y haciéndolo avalar por Dios, soberano de los soberanos. El poder tiene que ser visible, tienen que ser visibles las barras que separan y Jas amenazas contra los que transgreden la ley de separacién: es, ante todo, un significante. BI poder burgués es un significado, y por ¢30 se manifiesta en el saber. El poder burgués no se limita a capturar las cosas y @ esperar que las personas produzcan para extorsionarles sus pro- ductos, sino que hace trabajar, en procesos secundarios de pro- duccién, a las personas sobre las cosas, para lo que se ve precisado ‘a mantenerlas vivas («los dos imperatives det discurso del amo, ‘que el ganado produzea y que se reproduzce») *. Este poder tiene funciones «de incitacién, de reforzamiento, de control, de vigilan- cia, de mayoraciOn, de organizacién de las fuerzas que somete: un poder destinado a producir fuerzas, a hacerlas crecer y a ordenar- las, més que abocado a cerrarles el paso, a obligarlas a plegarse (08 destruitlas» *, Poder de hacer vivir 0 de dejar morir, la muerte pasa del centro al margen. 8 cosas no pueden pensar, pero las personas sf: para que plicguen su voluntad a este ordenamiento, para que consientan ser esclavos, es preciso que ignoren que son esclavos’. La muerte "Dout (1972, ». 114. Poveauir (1976, p. 178) » Lanpaead (1976, p. 116) 4 Foveaute (1976, b. 179). > Alveaclavo ‘antiguo no se le ocultaba fu condlcién, pero se Te negaba. nu Ihumenidad (clos eeclavor ‘no’ son sores humanoss). Esta solucién es. imposible fn tn sccieded. barguess, porgue contradice el postulade ‘deolGgico de" «hums: fismo>” (para, que todor lor hombres se idenifiquen eon los valores burgueses) Sin embargo, en, Iw relacién colonial, que tene el mismo contenido de capture yy estorién que la releciéa feudal, 46 aiega hasta muy tarde « log snativors Ia Las téenicas de investigacién como poder " —eentral— ¢s reprimida, se hace simbélica: se mata —simbéli- camente— al sujeto de ‘poxter, haciéndolo invisible, y se mat —simbélicamente— el deseo de los objetos de poder, destotal zindolo. La clase burguesa, al crigirse en representante del interés general de la especie, se nicga a si misma como clase, borrando hasta las huellas de ‘su nombre: es una «clase anénima» *, que disuelve Ia historia en naturaleza, la contingencia en necesidad, gue oculta el hecho histérico y contingente de su dominacién fun- déndolo en la necesidad de Ia razin natural (por eso Ia. «clase» es designada con el nombre «savin», y las formaciones ideoldy 28 que justifican el poder burgués —filosofia, religién, dere- cho...— se cubren con cl adjetivo «natural»), Bajo la abstraccién de la mercancia desaparecen las cosas (borrando de ellas Ia marca natural que las hace objeto de goce y la marca social que inscribe en ellas ef trabajo) y las personas (amputindoles la conciencia de producir y el deseo de gozar): s6lo queda la produccién de mer- canefas y el flujo de su circulaciin, lamandose a esto «economia», én Ia que se disuelven todos los poderes civiles. El poder politico (el poder del Estado Moderno, originalmente de contenido mondr- ‘quico y que luego se disolvera en Ia forma abstracta del Estado de Derecho, se presenta como instaurando Ta regulacién de la red densa y contradictoria de poderes feudales, en posicién de érbitro {que introduce entre ellos un orden y los redistribuye?: sobre esa Posicién, pretendidamente neutral, de Srbitro, fundaré Bopino el concepto de soberanfa) se disuelve tras la abstraccién de un dere- cho impersonal y universal. La diferencia amos/esclavos queda borrada: se seudomorfiza en la oposicién «funcionarios de lo uni- versal (burécratas o ejecutivos)/ciudadanos», la relacién de poder se transmuta en relaciGn de «scevicion El dominio del capital (para que un dia Hegue a ser posible que se invierta en aberrantes artefacts de produccién y objetos de consumo) exige la muerte del deseo de vivir. Muerte que, salvo en el caso de las guerras coloniales, todavia de pillaje, tendré que ser simbélica: domesticacién del deseo para que, detraido del objeto de necesidad, pueda fijarse en simulacros, destotalizdndolo, esquizofrenizéndolo, hasta que la vida se reduzca a supervivenci (para mantenerse en estado de producir y reproducirse) y el vie viente a manojo décil de reacciones condicionadas. Este deseo de GEndilee seveal mane (os soaiess son Tos exes de a homoneneidad urguess, sy terion *"Bantues (1957, pp. 22429) 2 Foucavtr (1996, p. 114), + Dovus (1972, p. 115). 48 Jesits Ibdiiex objeto parcial, seré : discurso burgués del amo. Qué hay entonces? Hay fetiches. Para que los esclavos continiien siéndolo es preciso, y basta, que se Tes den pequeiios objetos-fetiche. Si se les largan pan y juegos, estén _contentos» ?. (El deseo de totalidad s6lo podré recuperarse asumiendo la muerte teprimida y marginada: «no hay que asombrarse de que el suicidio —en otro tiempo crimen, pues era una manera de usur- par el derecho de muerte que s6lo el soberano, el de aqui abajo 0 el del més allé, tenia el derecho de ejeroer— haya legado a ser en el curso del siglo xix una de las primeras conductas que fentra en el campo del anilisis sociolégico; hacia aparecer en las fronteras y en los intersticios del poder que se ejerce sobre la el derecho individual y privado de morir») ®. La ciencia es el poder que se niega como poder (oculta su marca) y que divide aquello sobre lo que se aplica. ~ En la sociedad feudal (el proceso bésico de obtencién de bienes era la deduccién: gracia de Dios 0 gratificacién de Ia naturaleza) la vprdad es deducida: Dios es, en a revelacién, el sujeto que dice’ verdad, que dice bien, que bendice, y los hombres deben escuchar, en actitud de ereencia, el decir de Dios. En la sociedad burguesa (el proceso bésico de obtencién de bienes es 1a produc- cién) la verdad seré producida: pero la verdad producida es una verdad sin fundamento, sin nadie que la avale, Un bien decir que tno es dicho por nadie, «el bien decir de lo que es», la cienci ocupa el lugar del Dios muerto» " —habla con la misma autori- dad y la misma arrogancia—. Fl valor verdad de la ciencia se funda en una creencia, que oculta su marca pues se postula como lo contrario de la creencia: «creencia de que no se cree» y «de que hay algo més de la creencia» ", creencia de que hay ciencia; ue s¢ ocultaré, subjetiva y cartesianamente, bajo el pliegue de la certidumbre. El lugar vacio del que dice la ciencia se llenaré con cl fantasma de su autoengendramiento, la razén (la raz6n burguesa abstracta y generalizante). A ese bien decit no dicho por nadie, habria que hacerle la pregunta: «{Cudl es el deseo que te sostiene?, 8 decir, Za quién sirves, a la liberacién o a la opresién?» ®, Para ‘que aparezca el sujeto que Ia dice... La ciencia (ebusca el eémo ¥ no el porqués, diré Comte) proscribe el deseo de totalidad (el arte y 1a filosofia, segiin Manx). El pensamiento totalizante se * Douut (1972, p. 106) ™ Foventtr (1996, p. 182). ™ Douut (1976, p. 75). ® Doute (1976, p. 79. ® Dowd (1972, p. 8D, Las técnicas de investigacién como poder a) plantea siempre la pregunta: —discontinuldad—; segin Twom (1974), eh par de conceptes topoltgioos «abler- tojeerradostraduce In aricuecién “de ambos aypector, (yrecubre loe pares jfommalincido i), mieaicahmecegtao, pare eras de lo. peaueto, in hipdtes. de-nosepereiided: sla inter wa do Copeagie cori ¥ ene cles semido,centonces In fisicn moderna en arvaaeda a afimer gue ent realidad no en separables, (113, lor parlciae serfam.penfaslan, 0. le, ‘gue ao dentacrfan, nn romper con é), den fondo infrcepacial e inftatempora {Go cn senows, eu el gus todo fcc slcanarie-a toda la realidad in datancas Sipe a era. Un. scctsiem. eal ube seater G4 c& el caon que genes un univers en expansion) To. babrie “hecho tralian en parcuay dope cn el caco/tanpo Edgar Monin, 137, 6O= Pero, en todo. caso, ext fondo realidad aGlo ea observable enw efecion spsnd de itl oneplotia qe naa on vend Ge i frmprca’ real todo lo gue pute prececne somo rerlado de experencat reproducibles (Trenvo hablé de «la realided como resultado»); las (adaptadae « fo fies de oust praxis, que, en unw wocledad Jertquicn, etn Sondictonedos por lan necesidndss” del sperato de poder). La nowalia (cy el Broyesto?) de una sociedad. no divdide pasa por ln notalgin. de ln percopcion As une realidad no separede, de ences Ios fiter do nocstn pranit en Io fines Govel ego) del ser Lo. que iplicara tna, dacnauad catetssia con a scars cerado. den lencie/inics (MancUsst 1964, p. 265 Bon sonvoc tele calstrte de la lbereldon. sa Jestis Ibdiez antropometrfa, el economismo tecnocrético, y todas las di oe es tades de poder més inhumanas, ya fuera el Estado dictatorial co- medor de hombres el capital descerebrado» *. 4 mundo aparece ante Ia ciencia como un campo de opera- clones: objet dea cencia es hacer que el mundo trabeje para el capital (la ciencia, como el poder que manifiest,pertenece & le infraestructura més que a la superesructura es productive: produccién de verdad se revela en Ia verdad de la produccin). El discurso cientifico es, a la vez, una pantalla (que oculta al que hhace) y un instrumento (que permite que haga bien) de ese hacer. [La pregunta por el que habla, por el sujeto del discurso, se des plaza a la pregunta por el que hace, por el sujto de la préctica. EI sujeto prictico de Ia ciencia es el capital. «Durante sigos ‘mos trabajado, y en nombre de Ja ciencia, para deshacer la colu- sién del trono y del alter, de los principes y de los sacerdotes, Hiaciendo balance, era menos grave y menos peligroso que la del saber, supuesto objetivo, y del poder armado. El poder quiere el ‘orden, el saber se lo da. En cada momento de inauguracion, recomienzo, la ciencia enuncia un teorema de potencia, de mando ¥ de obediencia, de dominio y de posesién. Al comienzo un man- damiento, Por método, une estrategia» ”. 1, SUPEDITACION DE LA ORGANIZACION TEORICA DE LAS CIENCIAS ‘A LAS NECESIDADES PRACTICAS DEL CAPITAL EN CADA MOMENTO roceso de modernidad (que es el proceso de expan- Ao eet mene eee rn se cias se ha orientado, sucesivamente, desde puntos de vista tedricos {que responden, respectivamente, a ins necesidades précticas de ese Sistema en ese perfodo, puntos’ de vista que_se configuran en un paradigma, en tuna clencia-modelo que se erige, en cade perfodo, en equivalente general de valor-verdad de las demés. Benoise (1975, p. 14) («Comedor de hombrese, alusin « «Le cuisnite et lp mangeur Thommen», de André Gucksuain. # Foveautr (1976, p. 124). Samnus (1977, p12). Las thenicas de investigacion como poder +t En el proto-capitalismo: incorporacién de energla exterior (la mecénica como model de lus ciencias) En un primer momento, que corresponde a Ia etapa coloniali (das distintas potencias se enfrenian por la conquista de espacios exteriores no ocupados, por Ja invorporacién de nuevas tierras y nuevos hombres: la tarea fundamental del sistema es incorporar energfa exterior), 1a mecénica clisica, mecéniea de los cuerpos sélidos cuya velocidad y masa corresponden a la escala humana, a el modelo general de las ciencis. Todo se explica, la cafda de una piedra, la circulaciin de la sangre, o la derrota de una potencia, por ‘relaciones de fuerza, por composici6n aditiva de fuerzas externas: el nico motor construido es el motor vectorial que aplica una diferencia espacial en el punto de aplicacién de las fuerzas, deducidas de la naturales (energia potencial del cam- po gravitatorio y energia cinsticu le tas corrientes de aire 0 viento). Es la concepcidn mecanicista B. En el capitalismo de produccivin y acumulacién: transformacién de a eneryia interior (la termodinémica como modelo de las ciencius) En un segundo momento, que corresponde a la revolucién indus- trial (el crecimiento del sistema cupitalista se produce por «diges- tién» de las cosas y personas incorporadas, por produccién de energie interior a cargo de sus partes, de las cosas y las personas —eficiencia productiva de los recursos naturales y de la fuerza de ‘trabajo—: Ia tarea fundamental cs cxplotar las energfas internas mis que incorporar energias externas), la termodindmica es. el modelo general de las ciencias. 1 termodinémica es la mecénica de un sistema cerrado en cl que la suma total de energias es la misma en el momento inicial quc en el momento terminal —primer principio, de conservacién—, en c} que la temporalidad se resuelve en Ia mayor probabilided de un esto del sistema, al que lama- ‘mos posterior, en un devenir hacia 1a descomposicién o la muerte —segundo principio, de entropia—: cl sistema inicia su decaden- cia, por autofagia, alimentindose de sus partes internas. («Y de Fepente todo es motor: asi funcionan el mundo, la mar y los Wientos, los sistemas dotados de vida y los emisores de_sefiales todo lo que esté en movimiento, de las herramientas al cosmos, y de la historia a las lenguas |...]. Fn todo discurso como en toda Préctica, asignamos 0 producimos un depésito: saber absoluto, 52 Jesds Ibéfiex enciclopedia, clase, lago, mina, bolsillo, constante de energia, ca- pital o memoria, integral de los tiempos: une diferencia entre dos fuentes, como una lucha, una cuesta, un desfase de nivel, hetero- geneidad en general, diferencia [...] de donde se produce una Girulscisn, de agus, de eange, 0 de objets divers, de vida, de signos o de sistemas {...]. El mundo, el saber, el trabajo, el sujeto, colectivo 0 soterrado, y la historia, s6lo son’ motores transforma cionales») ", C. Enel capitalismo de consumo: retencién y circulacién de la energia transformada (la lingilstica y la teorla de la informacién como modelos —alternativos y complementarios— de las ciencias) En un tercer momento, que corresponde a la segunda revolucién - industrial (el sistema copitalista ya mo trata tanto de producir energia, de transformar su energia interna —motor transformacio- nal—, como de regular la circulacién de la energia en su interior -tmotor informacional—), la teorfa de Ia informacién y la lin- gilfstica son el modelo general de las ciencias. La asimilacién en | profundidad (ffsica) deviene La tarea fundamental es el control consciente del funcionamiento el sistema capitalista: el sistema culmina su decadencia, despe- ‘gindose de lo que le es exterior, rodando un vacfo sobre s{ mismo (decadencia que no hay que interpretar segtin el modelo fisico del declive —no hay suelo ya sobre el que caer—, ni segiin el modelo biol6gico de la degradacién —no hay ya una direccién respecto a la cual seria desvio—, ni siquiera segin el modelo dialéctico «el capital no conoce una crisis, no esté él mismo en decadencia, sino que su funcionamiento supone y entrafia la decadencia, 0, si se quiere, la crisis: mejor aGn, la crisis es una condicién de su posibilidad de funcionamiento») ®. Esta tarea articula dos operaciones. i6n_en superficie (mental). 1, La lingifstica como modelo estructural: 1a estructura ‘como memoria Una operacién de clasificacién del depésito, de organizaci6n de memoria del sistema capitalista: de ah{ el predominio de le Tingiifstice. La lingiifstica (en la medida en que el lenguaje es el ‘Semana (1977, p. 286). Lroran (1976, p. 155). Las técnicas de investigacién como poder * a ty equivalente general del valor «le wos os sistemas, significantes) es el modelo perfecto: repertorio Je elementos —alfabeto—, y le- yes de su operacién combinatovin —gramética—. El predominio de Ia lingiifstica produce ef comxnicnie estructuralista de este pars. digma (del fisicalismo se pass ws! nominalismo, de la energia al sentido: «disciplinas tan diversi como la historia de las religion nes, la etnologia, Ia lingtifstica © I interpretacién de los textos son sometidas a estrategias compatibles. (...] el tratamiento por subconjuntos, 1a puesta en evideiiis de elementos, el reconoei miento de operaciones simples y cncrsles, um Algebra combinato- ria, In construceién de modelos y ls ciemostracién de invarianzas © de estabilidades por la variavivin «lv los modelos. Seis gestos fun- damentales que estébamos acostunniados a ver realizados cotidia- namente por los algebristas, © lo» tisicos, quimicos © bioquimicos, y que practicébamos sin dificult! cn un campo en el que nues- ios padres habian predicho que jamis se instauraria un saber riguroso. Es que estébamos bloxiwlos por las ideas fijas de la medida y la cantidad, Como si cl acceso a la exactitud estuviera por principio condicionado por li: evulvacién de una balanza o de Y no por las permutaciones de cualesquiera notas y las invarianzas formales. La métric:\ es sicimpre segunda»), Retoma la ilusién leibniziana de un ilyclvs combinatoria, de una mathesis universal, de una lengua suscejvible cle todas las traducciones. 2. La teoria de Ia informacicin cian modelo funcional: recuperacin homeostiticn le ysandes energias mediante pequefias energlas Una operacién de funcionamien cl motor informacional: el poder utiliza ese motor (moior cle hiss energias, pero que puede deseficadenar movimientos que pooch en jucgo altas energfas) para regular més econdmicamente 1 de la base o periferia, Es el momento de Ia recuperaci’n, \«" humedstasis, de toda la ener- fa; la apariencia nominalis: vvlia wn fisicalismo real. Tras el par «elementos/operaciones (cunbinswrias)» se oculta el par «fi- guras/movimientos» («el ideali-nio «juicre que las cosas no sean mds que palabras, y los objeto» nal mis que efectos de lengua. En realidad, trucca: cambin cos contra palabras, y cree asi cambiar éstas en aquéllas. Asi, | lengita es un robo. Como un cambio leonino, parasita las cs»). FL par «figuras/movimien- tos» produce, por abstraccidn y slisis, ef par «elementos opera: clones»: basta realizar las oper ines inversas, concrec ® Seanes (1977, pp. 275-6) * Seas (1977, p. 281). 4 Jesis Ibéiiez tesis, para obtener el par original. Del élgebra, combinatoria sbs- tracta, se pasa a In topologia; de la seméntica, que disipa le energia en sentido, a la semidtica. * Inctuso en el campo de las ciencas del slgno se componente topolosico y energtico de les pedctices significantes. LyotaxD (19748) Seliula la presencia de un componente Tigural en todo discurio y en todo texto: Componente en el que st invierte el deseo y que et topoldgico —perienece al fipecio.imaginario ‘de Ta intuiein y no al espacio simbélico de la razin: Dertenece al orden del ver y no al del pensar. Knusteva (19768) sefila le Dresencis de un componente ‘emistico —freate al simblico— en iode actuscign Zianificente, El mancio de este sltuscin exige concepios que aticulen el com ponents ‘energéico y el componente. topolégico, La dindimica cldica —vursida ara descrbie el movimiento de cuerpor Flgidos ca un expaciotiempo invariente— fe adaptabs 4 un modelo en el que fos evtadot de un sistema son exo tvolucion, de" ua campo” de vectores en un espacio de fae: toda perturbaci6n ‘ce objctos al campo. de veciorer—, pero deja intangible Te topologts cio de ve (y | modelo no da razin wi Ge la géneae ni de Tes finalidades ue se modifica el expacio.(generlizecicn del concepto de relatvided de lax Sroviedadce métricas 1 let topolegicas): es el caso del lengusie que ve modifica Ford hecho de utilizar y, on general, de todos los procesos que 20n deserter RRavinicemente, Twom (974, 1977: en LoviStaavss, 1977, se Incluye une Hines dean concepciones de TwoM) ha elaborado un modelo. topolégico, Ie igorla. de las calfatofeas; lor objetos no sflotane en el capaci, a0 apariciia orfogénesis) er us perturbucidn del espacio. —una cathtrofe, une dlscont- fuided-—. Por otre pare, se necesita un modelo que d€ rez6n ‘de las gfnesis 7 de lon fines, La termodinémica,clisica solo. podia describie lor proceaoe de Jegradacién, de desencracién entropiccs). El mismo Tnom (1974, p. 179) he festa énfaals en In neceaided de una stermodindmica de lax formats, La termo Tintmice de Pricocine es un primer intent. Desde muy antguo ha lemado In ateneién te correpondencle entre morfologies empiricas y estructuras matemé ticas! de Pitdgores a Lelbniz se he postulado una eharmon(e preesablecidas (eel libre. de Te naturlena estd exeito con caracteres mutemiticors, etc). PRIGOGINE (972) pone ‘por primera Yer de. manifieso. lu conexiOn genética entre una tmorfalogle empirice yuna estructura matemdtica: calentando. por debajo tne Cape. liquide ee producen storbelinos de Bénarde, corrientes de conveccién de fetucture hexagonal —forme de panal—. Al lado de lot procesot entrSploe (Gegencrativas) apsrecen procesos neguentrpicoe, (generativos!; encaladon en le prebebilided local y tanatoria (organizacie, vida) MORIN, 1877, p. 295—, Eis esructuras maltméticar son producto de’ procesos locales y transition de ceuilbreciin (Tow 1974, p. 26— fade une hipStsly de. «genercidad Sevacerea en cleo modo a le concepcién de PitgorarLeibniz: le naturaleza feallzn In morfologte Toral/tranitoria menos compleja compatible con los. datce {nfeales); Tambien toe fines de los sistemas empiezan ser suscepibles de te temiento dindmico, Eroew (1971) ha analzado fa cinética quimica de un proceso de evolucién orientada: mezclando una poblacién de macromoléculas (cidos ‘nucleicos ¥-conjuntoe de proteinas) observa cémo.evoluciona la cantidad tote Ge informecién en el istema y cdo se dlstrlbuye a cantidad sitetizada de fade cage de mecromoléclas; fe experiencia we inscribe en un intento de hallar {Un fundamento a In universulidad del c6digo genético (eémo ha sido stcleccio ‘nado por el proceso evoluivo), Abertura hacia matematzaciones posibles de Tas clencias humanes y- weiss. Las téenicas de investigacién como poder * 55 D. Represién de la subjetividi! « So largo del proceso: retorno de lo reprimido en el aric y | jilosofia ‘a ‘A lo largo de este proceso se esiuma el sujeto que opera y son borrados los sujetos sobre los \jue se opera En la operacién de las fuer mecinicas los sujetos estén pre- tentes como soportes de las fucrvus: opérante activo y operado pasivo (fuerzas que generan uns contvafuerza de potencia igual y sentido contrario).. En la operacién del motor transformacional el instrumento (operador) se autonomiza del opersnic y domina sobre el operado. En la operacién del_ motor informacional (se construyen mé& ‘quinas pensantes, como los ordcnailotes, que son reificaciones del inconsciente estructural, sujctos impersonales), el operante y el operado se confunden con la miiquina (operador) Lo subjetivo retorna al tina) — wrranca a la naturaleza y a los hhombres de la indeterminacién para someterlos a le determinacién del valor). El trabajo se revela, ci) esta situacién, antes que como fuerza productiva, como marca s«wisl: como condenacién a produ- ‘ir, a insertar la actividad en proccsos orientados a fines («produ- para repruxicie al hombre marcados) # Ede produccién no impidieran el desarrollo de las fuerzas produc- fives, quedaria esa marca, quedaria suspendida la pregunta! para E qué producir? La produccién picrile sw diferencia con el consumo. jo: «cada hombre, segtin el juicio de la sociedad homogénea, sae hacen intercambiables, una y otro tcrminan en simple obligacién segin 10 que produce, es decir, que cesa de ser una exis ide conectarse, indiferentemente lis tcrminales de produecién 0 para si: ya no es mAs que una funci6n, ordenada en el interior dg feonsumo, a la méquina del capital. II individuo, ya étomo social Timites mensurables, de la produccién colectiva, que constituye Uberado,’ desterritorializado, ccirculs por el retfeulo operacional; existencia para ofra cosa que si»*. La méquina funciona por B cindiferentemente paradigma que ileclina a todos los individuos 1, especificos: 1a contradicei ‘wbre el mismo radical 0 sintagms qui los asocia segin un modo Bauoareiann (1976, p. 22) BaupaitiasD (1976, pp. 2627. ® Bauoniciamp (1976, p27), ® Masx (1976, I, p- 220. > Baratuiz (1970, 1, p. 340). 58 esis Ibdhez ‘combinatorio indefinido» *, Par igma: i individuos en la conexién a los terminales de produccin (mediante 3 In estereotipacién de las pautas de trabajo y el reciclaje continuo de los trabajadores) 0 consumo (mediente ia homogeneizacién de los comportamientos de consumo y su variabilidad indefinida y aleatoria). Sintagma: la linea de universo de cada individuo de viene seriacién aleatoria de conexiones de produccién © consumo, sin sentido, insignificantes, pero siempre sometidas al cédigo. Es- tamos en la sociedad de consumo: esto es, en Ia fase en que el sistema capitalista («se consume a sf mismo en su reproduccién», en que todo desarrollo de las fuerzas productivas se agota en «ali ‘mentar las condiciones de supervivencia del sistema» ™, de super- ivencia de la dominacién. El lenguaje, como sistema de todos los sistemas codificables, es la estructura invisible de ese red. A. Produccién disciplinaria de cuerpos-mdquina y reproduccién _ reguladora del cuerpo-especie clas humanas aparecen (como discursos te6ricos y como dispositivos técnicos de dominacién: psicologia, psiquiatria, peda- gogia, criminologia...) cuando los hombres empiezan a ser’ objeto de produccién. El individuo es el objeto més cuidadosamente far bricado por el sistema capitalist ®. La fabricacién de individuos % BauonitianD (1976, p. 28). » BauonitianD (974, p. 68). ™ La cultura cceidenal parece montads sobre le nostlsla de uno, sobre 4 identidad. Lax culturas primitives rechazan el unor;sLas. conte en bu tote Nidad son ‘una, y para nosotros, que_no hemos deveado eso, son males» (TUPAR, sabio guarenl, tegin Ciasrass, 1974, p. 147). «Uno» ex todo lo que a fii, mortal” el principio de dented (AA) lmplice une tlteridad redial a todo Jo que no es idéntico (A=A) —una separacion iremediable—. Pars los oocidente: lex el bien ex eunon, para los primitives el bien et «dos» (ela ver sunor J solron). {Ux moderna mistica quiere eettoncer con el eamino perdido de lar cultures primi tivas —y de cultura hiséricas montadas sobre Ta dualidad—: as Norman Buown (4972, p. 30) evoca ta filosoffetaoteta (el principio estructural es la nin de doe contraroes. Seguin Levi-Sraauss, eel modelo més general y le aplicaién mAs si temitica se encuentran tal vex en China, en ln oposicién de low dot principioe de Yang y Yin, como macho y hembra, dia y noche, verano e laviemo, In union e lov cutles ‘da una totalidad organisada tao ‘como la parla’ conyugel, el thos) como modelo de culture montade sobre’ el nimero sdose (gel prototipo de toda oposicién @ contreriedad es el sexo. El prot: visa en doe sexos es la separa de tierra y ciel, madre Herre lo, los progenitoresprimordialess). La ideologle burguese hace coln- sindividvoe'con ef existent coneretos —eon el shombres, con mintsot. lia: ‘pero al reducirle a individuo, lo. afla de otro individuos yal hacerlo, lo muta, Cancuttnem observe que’ individuos quiere decir ereduccign de une txistencia al minimo de sere: squisd no ve haya obeervedo bastante que le F viduo es une absiraci6n, pero une thenicas de investigacién como poder ~ 59 posicién de los cuerpos como individuos) envuelve dos ope- 8s: reproduccién del cuerpo-especie (soporte material de le ividualided) y produccién de cuerpos-miquina (individuos pro- Fpiamente dichos). La produccién de cuerpos-méquina («el hombre el capital més preciado») ha constituido una tarea primera y primordial. La intervencién en la reproduccién del cuerpo-especie {necesaria cuando la primera revolucién industrial exige el ajuste Pde Ia acumulacién de hombres a la acumulacién de capital) seré ina tares segunda y secundaria ” Js. Transformacién de los cuerpos en segmentos méviles 4 de espacio-tiempo acoplables a la miquina de produccién y consumo El dispositivo de produccién de individuos como cuerpos-méquina "fs disciplinario: tiende a hacer a los cucrpos déciles, a través del Incremento del dominio de cada uno solyre su propio cuerpo * La individualidad esté «dotada de cuatro caracteres: 3 celula {perl iueno de ta reparcin expacia, c>orginien (por la cod ficacién de les actividades), es genética (por el edmulo del tiempo), 8 combinatoria (por la composicién de fuerzas)»™. Estos cuatro Faracteres son generados por los cuatro ojes —arquitect6nico, ana- témico, mecénico, econémico— del proceso capitalista de produc- ifn de individuos. El espacio social de produccién es arquitect6nicamente celular —clausurado y cuadriculado— (wel saher psiquidtrico portaba en sla clausura del Asilo; la ideologia de Benthan, la disciplina de Ie feimologla de le palabra hace del concepto de individuo una negseiSn. El ind. ‘doo ex un ser en el limite del noser, dado que no. puede ser fragmentado tin perder sus earacieres propios. Es un minimo de ser Pero ningin ser en sl es tm finime. EI individyo supone necesariumonte en s{ su relacién OM Un ser tals vasto, y apela a un fondo de continuided sobre la cual su. dvcontnuldad fe destaca> (1965, p. 61. La libereciin del scxlstente humans, de los hombres, fige precisamente un mbximo de ser, interacion cn la continulded del fondo, Tberar sur relaciones,solidarias con los demés hombres evoluciéa) y com las erds cosas del mundo (ecologie): para ser concrelo debe sor completo; et indi traccin relfcads (un produce iedustial. 1a relacién de propiedad, al acotar une parte del mundo, ata al sujet esa pare (un pobre'sélo es pobre en solidaridad con tres pobres, un pobre solo ‘0 ex mis que eon rico que he tenido me La alnesis de las ciencias humanas como vispositivo de saberpoder esté flendo ivestigade por Michel FovcavLt, Vésse, especialmente: 1975, pp. 137 Ti, 1976, pp. 177211, En et devarrllo dela argumentacion se siguen, muy "1 10 del propio cuerpos refleja, paradé- ologia burguesa (piénsese en el isomerfisma con Ia expresion libertad de u10_ del propio coches) *'Fouenuit (1975, p. 165) a Jesis Ibdfes HM Las thenicas de investigaci6n como poder ° - 63 «stock» suficiente de recursos y distribuirlos éptimamente en el La utilidad de la estadistica genera la esperanza de una aritmé- espacio-tiempo de la produccién, tica politica ® que intente ser gencralizada més tarde por QUETELET ‘qu una «fisica social», intento que fue bloqueado por Augusto Come, para lo que creé el término «sociologia» para marcar a diferencia del campo. Los intentos de aritm sign de la demografia ®. 4. Operacién de recuento de los recursos disponibles: aparicién de le estadistica .cién quedan anclados en la construc- se le toman medidas a la situacién, en forma de recuento de los recursos disponibles: as{ nace la estadistica 0 ciencia descriptiva de (las riquezas —cosas y hombres—) '| Estado: desde su origen Ia estadistica, dispositivo de manipulacién desde fuera, descubre su funcién (ciencia del recuento de los recursos del capital) y su colusién con el poder ®, 3 = » cidn de esos recursos: necesidad de articular la produccién de cuerpos-méquina y la reproduccién del cuerpo-especie Paralelamente a los precarios intentos de un discurso cientifico febrico, las précticas regulativas de los mecanismos demogréficos prosiguen su curso. Pero, para que puedan articularse los discursos y las précticas, pare que sea posible un discurso que dé razén a la vex de la génesis, de la ley que regula el orden y de icos de su regulacién, para que sea posible una préctica coherente con ese discurso, habré que inventar un dispo- sitivo que constituye la raiz de la dominacién burguesa sobre los uerpos y que permite extenderla a las almas. “© El término eadisicas —ecufado por Gotfied Acioewatrz («Sta ikjs— deriva de In palabra italiana sstetitas, hombre. de_ertado (SANSOvINO® 1367) (weain’ Covitien, 1954, p. 12). Podemos preguniarnor en qué. sete ‘expectfico. we pone de imanifisto In coluién de le extadstica con el poder, ¥ por qué la sclencla del Estado» te va coatrayendo lo que hoy amen sera, race cw l de sede mada arlene oe on el modo de sjereer el poder partir de un cleo momento (a pert fromento en que In sciencin del Estado» y In sestadiaticn» tienen el mismo. nom bre). Esto oourre evando In relaién de viibilidad entre el sujto y oe objec! poder ve invert: en la Edad Media el aujeto ee visible y lo objetos sa Invisibles (lou objetos se mantienen en el reall, porque es visible el poder, wi fausto y su erueldad); con el desarrollo del capltalamo ef sujeto se hace Invi Tow objetos cada vex més visible Gometidor a un proceso creciente de vig ‘ay disiplina, eontinuamente examinados), La estadistica acompata al poder fapitalsta en todan sus fases: permite un poder que se reserve el tear y ACID In"norme, que. puede predecir slendo Impredecible: en Ia fase protocapialisty a etadinien descriptive permite al poder hacer el recuento de sus recurot naturales y humunoe; en ia fase del capltallsmo de prodiceién y scumulacién, In estedistica predictive permite al poder reducir e norma, objetivar el compos. ‘tumiento de las personas y cl movimiento de las cones (permite une estate contra entes sin extrategie); en la fate del capitiamo de consumo, se dewerolan yartir de I extadistca ciencias que permiten controlar el enfrentamiento de ‘cloves estatégicor simétriccs, como. la” teor(a de uegor, ¥ el enfrentamientd Se actoresestratlgioos asimétrcos, como la cibernticn, clencia de Ta dirceién, lo largo del proceso captalista, Ie estadistica ayuda aun recuperaciOn recent del azar por el poder. La aplicacién del eAleulo de probablidedes « low fe menos sociales habia. sido prefigurada —en 1785— ‘por Conposcer —ci por Larassape y Lourav (1971, p. 28)— como un método de produccicn de, Gecisiones democrdticer Cincuenta efice més tarde —en 1635, QUevaLET in tach aplicar el edlculo de probebiidades al control de lar que llama. «claes John Gaavnr (1620); Wiliam Perry (1623) (segin CuviuueR, 1954, p, 12) fe 1855 Geegdn Cuvitien, 1954, p. 12), La expresiin habla sido utilizada ya wentada por Achiler GuiLtiano (1855) (segin CuviLuse, 1954, bplaina 13). Tampoco ex un azar le relacién ene In estadisticn y la demogratfa dominio regido por reglas cultursls, pero también por leyes ‘naturals, expacio ‘ despliegur de una vide encarnade # Ia vez en lo social yen lo biologic, Jigar de una sméquinas que funcione ‘quizd segin una mectnica propia y que ‘ath, por tanto, fuera del aleance el dominio social» —Cuastats, 1974, pl {lot 181—). La estedisien permite el acceso e las génesis, x las distribuciones [rmordiales; y tal ver seu lo sdemogrdfico» el terreno de genesis de Ia culture, fe integracién de lo natural en lo cultural, de paso del nosentido al sentido {o mimo que lo sfonoldpicor en el espacio del lenguaje). Los dos pasos fur mentale en el deserollo de ln culture humana tienen probablemente mucho ‘que ver con la demografa: el paso —absoluto— de ln naturaleza se In cultura Uedlante Ta ley que prohibe ef incesto (ln cultura se hace necesaria para com Plenentar el medio natural —biolégicamente inviable— del nifo humane neote- {eo}; el paso —relativo— de lee culturat «bérberac» a Ins cultures «civiizadars (eriginado tel ver por presién demogratica —Ciastaxs, 1974, pp. 181 9 sig In ebarbarie» e+ wos organizniGn socal tint poder separado del palabra a Tox que tienen el poder, ayudar & ‘los que lo sufren. Mawacous (1978) analiza, desde une el proceso de la colusign de la extadaiea con la méguine el capital (expecalinente capitulo H) fexplotecién de unos hombres por ots). La estedisicn puede explorar lat condiciones de surgimiento de las reales cul ‘are. 6 Jesis Ibdiex lie Las técnicas de investigacién como poder ~ + 65 3. El dispositivo de sexualidad: instrumento para In articulacién préctica de ambos procesos La intervenci6n en los procesos reproductives (la regulacién demo: gréfica) es inicialmente independiente de la intervencién en. log procesos productivos de individuos (la disciptina de los cuerpos). El «dispositivo de sexualidad» unifica, tedrica y précticamen- te, ambas intervenciones. El sexo, como lugar de acceso a la vida del cuerpo y a la vida de la especie, seré, a la vez, «matriz de las disciplinas» y «principio de las regulaciones» °. o> La sexualidad da a la burguesia. un cuerpo espectfico de clase. a aristocracia nobiliaria habia afirmado la especificidad de su bajo la forma de la sangre, es decir, de la antigiedad fae las ascendencias y del valor de las alianzas; 1a burguesia para ‘arse un cuerpo ha mirado a la inversa del lado de la descenden- Faia y de la salud de su organismo» ®. Para ello ha sexualizado su fexerpo, convirtiéndolo en objeto de contemplacién y cuidados, lo ha reducido a sexo (convirtiendo el sexo en equivalente general de su valor: haciendo del cuerpo una fuerza productive). Sélo més tarde el dispositive de sexualidad se extiende a las clases dominadas (que, en un principio, lo rechazan: se revuelven entra el sexo). La extensin inicial es més bien represiva, se Inicia desde el polo de los controles y regulaciones: Ia revolucién industrial colocaba, en el espacio urbano, a las clases dominadas a una vecindad peligrosa (habia que ponerse a resguardo de. su aminacién —epidemies, crimenes—) pero necesaria (para ajus- tar el asentamiento de los trabajadores al asentamiento de la ndustria pesada). Esta es, precisamente, la situacién que hizo jbrotar a curiosidad de Le PLay y tantos otros por les condiciones de vida de los obreros. i Pero en Ia sociedad de consumo, para poder invertir su deseo ftichizado sobre los productos del mercado, el dispositive se apli- ‘earf a irritar también la sexualidad de les masas dominadas. 4. Convergencia en el dispositivo de sexualidad de la disciplina interna y de la regulacién externa La politica del sexo, la produccién del dispositivo de sexualidad hha avanzado, segiin Foucauit *, sobre cuatro grandes lineas: de ellas (esexualizacién de los nifios» e «histerizacién de las jeress) se inician en el campo de las regulaciones (dentro de una’ politica demogréfica que ticnde a mejorar, respectivamente, a Ig madre y al hijo) y demostrardn efecto en ef campo de las discipli ‘nas —afianzando en los nifios de ambos sexos la estructura det deseo, constituyendo el cuerpo femenino como objeto—; dos dé, fllas (control de nacimientose y «psiquiatrizacién de las perver’ siones») se inician en el campo de las disciplinas (dentro de und) politica de moralizacién de las costumbres: lucha, respectivamen fe, contra las précticas anticonceptivas y contra las relaciones se xuales «contra natura») y demostrarén efecto en el campo de las regulaciones—al separar el comportamiento sexual del comporte: miento reproductivo—. El onanismo, la histeria, el coito interrum- pido (matriz de las practicas anticonceptivas) y la relaciGn sexual afr FREUD construiré el discurso teGrico que dé raz6n de la unificacién fetichizada —de objeto— serdn los terminales de estas cuatro MMB de las intervenciones reguladoras y disciplinarias, que unifique nea. «WE as précticas de reproduccién del cuerpoespecie y de produccién de los cuerpos-méquina, En la sociedad feudal los procesos reproductivos habfan sido regulados por una simbélica de la sangre («sociedad de sangre [uJ, honor de la guerra y miedo de les hambres, triunfo de la F muerte, soberano con espada, verdugos y suplicios, el poder habla a través de Ia sangre; es una realidad con funcién simbélica») *. En la sociedad burguesa los procesos disciplinarios serén impul- P sados por una analitica de la sexualidad. («El poder la disefia, Ia suscita y se sirve de ella como é! sentido proliferado que hay B. El psicoandlisis como artefacto tedrico para la comprensién del deseo y como artejacto préctico para su control b. El dispositivo de sexualidad como instrumento para la expansién controlada del deseo El dispositivo de sexualidad no se aplica como instrumento repre sor de la sexualidad de las clases dominadas (recuperar para Iq produccién las energias derrochadas en el placer): se aplica, ink clalmente, sobre las clases dominantes, y como instrumento de irritacién’ més que de represi6n. q “= Expresfa acufiada por Michel Fovcavtr. = Foveautr (1976, p. 192) Fovcauir (1976, p. 16). * Foucauir (1976, pp. 15738, 19595) Foveauts (1976, p. 194). 66 Jesits Ibex que retomar siempre bejo control para que no escape; es un efecto con valor de sentido»). La simbélica de la sangre esth reguladd por una ley —ley de alianze—; ley que separa con In espada (9; los sometidos de los rebeldes, a aquellos con quienes se puede’ y no se puede establecer reldciones sexuales). La analitica de la sexualided —més técnica que jurfdica— estaré impulsada por nore ‘mas que distribuyen su efecto de acuerdo con gradientes de prom bbabilidad («un poder que tiene por tarea tomar Ia vida a tendré necesidad de mecanismos continuos, reguladores y tivos») 8, Frevp reinscribe el discurso de Ia sexualidad en el sist de la ley, del orden simbélico, de la soberanfa («dar como cipio de te sexualidad la ley —Ia ley de la alienza, de le consam guinidad prohibida, de Padre Soberano») ®. La prohibicién del int cesto seré Ia ley reguladore del orden sexual (como lo es del ore de las slianzas) *. El diepositivo de sexualidad se asentaré, después de Free) después del esfuerzo freudiano por contener’ su proliferaci6n. vis casa, sobre la ley que prohibe el incesto. El principio de pl staré sometido al principio de realidad, 0, lo que es lo mis todo deseo naceré castrado: Ia castracién serd la estructura del deieo, atravesado por una carencia, por una ausencia, irremedia’ ble, por Ia imposibilidad de alcanzar sus objetos. 2 La irrupci6n del psicoandlisis tendré dos consecuenci préctica y otra teérica, Por una parte: si, como discurso, afirmaré Ia prohibici6n geno! ralizada, como préctica (para los que pueden pagar sus servicios) seré un instrumento para su transgresién, para «articuler en ceurso el deseo incestuoso>*, Lo que en el momento, eq que el dispositive de sexuatidad —por necesidades del mercadi extiende sus efectos a todas las clases sociales, diferenciar Ia se xualidad burguese: el incesto se permite, sublimado en discurso} 1 Ins clases dominantes, pero se persigue con safia en las clases dominadas (primero frontalmente, mediante el peso de la. leyi luego lateralmente, téenicamente, reconvirtiéndolo y reinvirtiéndo. * Foucautr (1996, p. 198). ® Foveautx (1976, p. 189). ® Foveautr (1976, b. 198). ™ LveSraauss carncterza el orden natural por Ja universalidad y 1a espom taneidad, el orden cultural por In particularided.y Ia regulacion: Ia prohibeioa el incest, rege universal, ela Intervecclin de los dow Gedenes (a la Yex natural Y extra) (1967, p. 10) * Foveaur (1976, p. 179), Las téenicas de investigacin como poder 6 b lo, para fijarlo en objetos de consumo, ya vacfos de sentido, {nsignificantes) *. Por otra parte: la sociedad feudal habia creado un alma como superficie de inscripcién en el cuerpo de Ia ley divina (alma que, como todo, era deducida, recibida gratuitamente): Ia sociedad bur ‘guesa, después de borrar las trazas divinas, produciré ese alma einscribiendo en ella su propia ley, su propio cédigo. El psicoané- lisis, al poner de manifiesto la matriz inconsciente del lenguaje, Ia ley que regula el orden simbélico, permitiré operar sobre las sénesis operendo sobre las estructuras, manipular los cuerpos ma- nipulando el lenguaje —xel alma»—. Toda sociedad, todo sistema posible de relaciones humanas, descansa en reglas artificiales, en cbdigos, s6lo el cédigo es universal y arbitrario, contingente y necesario (hace necesario el hecho contingente de la dominacién y la legitima). «Al principio no hay relaciones humanas més que Porque hay creacién de cédigos, porque el cédigo es lenguaje puesto en funcién como sustituto ‘de la préctica y de Ja accién» BI lenguaje no es expresién de algo que le preexiste, no es con- tinente de un contenido: s6lo reposa en el acto arbitrario de su creecién a partir de la nada. Toda formacién social ha manipulado sntemente a los hombres a través del lenguaje, generando sistemas de cédigos que les preexisten y a través de | los cuales se apropian su identidad. Las ideologias han cumplido Ia funcién de «distender hasta separarlos, la realidad y el discurso que se tiene sobre ella», de representar la realidad, no permi- ™ La woperacién del orden burgués sélo serk posible (Frente lo que pre ‘libertad. sexual») mis allt del dispositive de antes de Tn libre dsposilén de los cuerpos, negando Icastraciin —es decir, que el principio de realidad informe y haga vivir al elociio. de placer y' por Io. mismo. que ‘consttuyen it cuerpoe emo ‘cosas, intercambiables e insgnficentes, imaginan el placer como algo Ae realidad’ patente, de intensidad medile, prucbe de” una sexualided orgénica Y¥ de un orsatmo posible por aprendizaje eepetidoss (1972, p. 222). LARDREAL: “lay que hacer prectamente lo taverso de lo que dice el dicurso de liberacion, (316, ». 208) P'Doute (i972, pp. 28687). : ® Douut (972, p 168). Habrie que ‘eto. que’ llamamor sideologias. Eno feciedades histrices (con poder seperado, clases sociales ie ledea, Chases (078) teverda Goneunn, que habe de saetonte, fn las sociedades primitive, el concepto.marsiano de {deolog{a (ela Ideologla 68 Jesits Ibdhiez tiendo Ia presencia més que de lo que esté representado («rem plazar lo que esté prohibido, lo que falta, lo que esté escondido, To que se ha perdido, lo que esté estropeado; en une palabra, reem- plazar por una cosa equivalente lo que no ¢s, tal cual, en persona, Dresentable»®: Ia clase dominante representando el interés de les Clases dominadas), Pero a lo largo de la historia la realidad ha ssubsistido como ausente, como fondo, referente, del discurso ideo- 6gico. En todo signo, como ya sefialaba SaussuRE ®, compardndolo ‘a la moneda, existen dos relaciones: se puede comparar con una ‘cosa y de esa comparacién extrac su identidad para, designdndola, sustituirla —dimensiGn referencial—; se puede comparar con otros signos que se le oponen —dimensién estructural o valor—, y,de se comparacién extrae su diferencia para, en el hueco que deja el sistema de oposiciones, encontrar su forma o su sentido. La sociedad de consumo disocia estas dos dimensiones. Los signos se cambian entre ellos a condicién de no cambiarse por la realidad: pérdida de la dimensién referencial, pérdida del mundo (la mé quina del capital rodando en el vacio). El lenguaje es ‘el modelo de simulaci6n, el simulacro del mundo («en todas partes la misma " is” de los “simulacros”: conmutabilidad de lo bello y lo. feo en la moda, de Ia izquierda y de la derecha en politica, de Jo vérdadero y de Io falso en todos los mensajes de los «media», de lo titil y de lo indtil al nivel de los objetos, de Ia naturaleza y de la cultura a todos los niveles de la significacién») “. Esto es Posible porque el lenguaje esté codificado al mundo, el compor- tamiento de los hombres est4 codificado al lenguaje: el lenguaje Gal dacuno que soetiene sobre ela mlams una sociedad dividida, esructurads ‘tomo al confito socal. Tene como funeiOn enmascarar Ia division y el com Fllcto, prodacir In apariencin do In homogeneidad social» —p. 141-—). En lat fecieiaden prinitivae po hay propiamente ideologta (analégica) ni clencia (igi {iy pues aun no se han separedo To anelégico y To digital; hay una formacioa ‘comple que articla To. que Hamamoe cienla y lo que llamamos ideoloste, * Goux (974, p. 55) Sistunt, (1966, p. 196). En la comparscién entre el sistema econémico yd sistema dein lengut hay ‘un elemento que diflere: Ia existencia de un Jatrée de velor econtmice. Como dice Hle.astev, «un valor econémico et, pot Befincién, a valor de doble fax: 0 s6lo desempefa el papel de constants frome ls unldades concretas del dinero, sino que deserpeta también el papel ‘plus ‘varlables frente 4 una cantidad fia dela mereancta que le sirve de Stiréa. En le lingistica, por el eontrario, no hay nada que corresponds al Patron, Es por eta rexén que el juego de wledrer y no el hecho econémico bunttaye para SudssUne la Imagen mts fiel de in graméticas (1971b, p. 77) fa'ccovomia es mus comedida, ln lengua ex més deamesureda, Es mis fécll ober interamblo. no. proporcionel— el sentido que la moneda: la sociedad Ge connimo er un progresd frente al capialismo de producciGn (permite ex (weer mats plusvala), “t BaupeitiasD (1976, p. 21) Las téenicas de investigacién como poder ~ + 69 , €s, a la vez, un modelo de simulacién y un modelo generativo de los hombres y del mundo. La distensién ideolégica se reabsor- & ber «ideologia es hoy la sociedad como fenémeno»®, «el aparato productivo, los bienes y los servicios que produce, "'venden” 0 im- ponen el sistema social en tanto que conjunto» *. Por eso empieza f ser posible Ia manipulacién consciente y deliberada de los hom- ‘bres a través del lenguaje, empieza a ser posible que el discurso = publicitrio parasite todos los discursos. E Iv, LAS CIENCIAS SOCIALES: SU INSERCION EN EL PROCESO E "DE PRODUCCION Y CONSUMO DE LAS «ALMAS® En la fase del capitalismo de produccién se generan, junto a las ciencias humanas, las ciencias sociales. En esta fase, el motor trans- formacional del capital funciona por una diferencia de potencial | especifica, a plusvalia, que ordena su operacién en el tiempo, la Vogica productiva del capital, como instrumento de la plusvalia. Este situacién abre la posibilidad de una critica interna, el mar xismo, perspectiva de las clases trabajadoras dominadas, que orde- nan sus précticas de acuerdo con una ldgica de, a la vez, reduccién de la plusvalia y desarrollo hasta el limite de sus posibilidades de las fuerzas productivas. La baza de la lucha son las relaciones de producci6n: reproducir esas relaciones para reproducir la domi- , aun a costa de bloquear el desarrollo de las fuerzas pro- © producir nuevas relaciones. La I6gica de la revolucién como per dialéctico de la I6gica de la produccién. ‘A. Edificacin de las ciencias sociales sobre los valores vigentes: contradiccidn entre ciencias sociales edificadas sobre valores antagdnicos (las sociologias y el socialismo) En este contexto nacen la sociologia y el socialismo: al principio como formaciones discursivas, como discurso en torno a Ia socie- dad (aunque antitéticos: una tiende a fijar la realidad en su estado F actual, otro a desarrollar sus estados posibles); pero en esos dis- cursos se irén configurando partes que serdn el germen de discursos tientificos posibles (que no superarén el «umbral de cientifick dad» ® hasta que desemboquen en un terreno de encuentro), = Vente note 20, capitulo 1, 0. 30. Aono, La critica de Ie cultura y de le sociedade (1962, p. 24). % Mancusse (1964, p- 36. # Foveautr (19704, bp. 315-14) setal fonmsciéa.discursiv cuntro umbrales en el proceso de unt i umbral de positivided (eegregaciGn de la formacién dite 70 Jesis Ibdiex La sociologia nace contra la revolucién: Augusto Come, he- redero del pensamiento reaccionario de BONALD y de De MAISTRE, trataré de contribuir a I terea de salvar el orden constituido, cerrando el paso a las fuerzas eafuerzo de COMTE tenders «a favorecer las instituciones definidas convencionalmente como sistemas de normas, a legitimar la repro- duccién de las relaciones sociales dominentes en detrimento de la produccién de nuevas: relaciones sociales» “. La sociologia —posi- tiva— contra el socialismo —posible—: una y otro intentando ins- cribirse la marca cientifica —sociologfa cientifica y socialismo cientffico—, Ia primera estructuralmente (en cuanto forma parte del discurso del amo), el segundo coyunturalmente (en las tenden- cias que presentan la ‘cendidatura a ocupar el lugar del amo: «de ah{ la necesidad para Marx y Lenin de probar que el partido del proletariado era el dnico que tenia la verdad y Ia realidads)*. Sociologia —como defensa del orden instituido— y socialismo —como proceso instituyente de otro orden— son perspectives in- teenas, aunque opuestas, del cepitalismo de producci6n: se cons- truyen dentro de la racionalided dominante en ese sistema. Levi- Strauss traza la frontera entre les ciencias humanas y sociales precisamente sobre este hecho, las primeras se colocan fuere de un orden social determinado (aunque se generan dentro de un orden, trated de trascenderlo), las segundas se colocan en el interior del orden que las genera; la actitud de las primeras es centrifuge, In de las segundas centripeta; las primeras, situéndose més allé ‘del jen y del mal, eadoptan el punto de vista de la inmanenciass 8 segundas, asumiendo los valores del orden vigente (0, lo que ‘es lo mismo, no haciéndose cuestién de ellos), atribuyen a e3e ‘orden «un valor trascendental» ®, 2) umbral de episemologizacén (Intento de hacerse valer como modelo ‘ erfice del saber); 3) umbral de clentficided (nielo de construccion del discurio fe scuerda. con crteriy formales leyes. de construcciin de proposciones ‘ umbral de formaliaci6n (Gefinicién de exiomas y eatructura proposicionsle. "Larassaoe y Loveav (1971, p. 37). # Dowie (1972, pp. 1054). © LaviSraauns’ (1973, pp. 3604). ‘ Gomo eiemplos aparentes de unas y otras podelan ponerse In ectnologiar y la cancologian. Pero el movimiento centrfugo de la enologia no escape al fmnecentinme de la sociedad que ln produce (etl einocenirismo que mediatza jobre lay diferencia ‘pare Identfcarayyfinaimente aboirlase uperior a todas lee demés sin preotir Dene de tener sobre elles un discurso cientfico, mientras que la etnologia quiere ivarte de golpe en el elemento de la universalidad sin darve cuenta de que permanece en muchos aspecton siidamente instalads en au paricularided y que stituyentes de Ia revolucién: el § » revolucionarias Las técnicas de investigacién como poder ~ on Toda racionalidad se funda en un irracional («lo racional es siempre la racionalidad de_un irracional») ®. Un sistema de racio- nalidad se basa en una escisién de la realidad: una parte, la parte homogénea, la parte sometida a una medida comin, a un principio | de valor o'representacién («conmensurabilidad de ios elementos y | conciencia de esa conmensurabilidad) ” es incluida en el con- vigente: la otra parte, la parte heterogénea, que cepto de realid por constituir una existencia para s{ no es reducible a comin me- dida, es excluida, arrojada del concepto de realidad vigente, mar- ginada, quedando como sombra de la parte homogénea («es el discurso ausente, s6lo pronunciado para evitarlo o esquivarlo, que permite 0 hace posible 1a emergencia del discurso escogido») *, El orden burgués se ha constituido no contra el orden feudal al que sucede, sino contra lo que la ruptura de aquel orden dejé libre, liber6; él enemigo de la burguesia «no fue el sistema prece- dente, sino lo que habia escapado al control del sistema prece- dente y que ella se propuso dominar a su vez»; el enemigo de la burguesia fue, desde el principio, la revolucién. Todo lo que qued6 excluido del concepto burgués de realidad, todas las fuerzas ue hicieron estallar el orden feudal, habia de ser, tle vez, manejado de hecho, ligado al nuevo orden, y negado de derecho, arrojado a las sombras de la irracionalidad, La Sociologia forma parte, como dispositivo préctico, del ins- trumental de homogeneizacién. Funciona como instrument de justificacién del orden burgués (excluyendo de su sistema catego- Hal lo que no es asimilable, y reduciendo a comin medida 1o que std incluido en Ia parte homogénea) y como instrumento de mat pulacién dentro de ese orden (incluyendo los fenémenos homoge- neizados en un espacio de operaciones): dos funciones profunda- ‘mente articuladas, porque s6lo es homogeneizable lo que es mani- pulable. Lo que ‘no es manipulable, reducible a homogeneidad, incluible en el domino homogéneo de la conciencia, reflejo de la ley que estructura el orden, formaré el dominio inconsciente («el inconsciente debe ser considerado como uno de los aspectos de la heterogeneidad» ™; xel inconsciente es un efecto de la produccién rmercantil, 1o que del trabajo en general —producci6n concreta, 2 sedodiscurto clentifico se degrada pronto en verdadera Ideologias, —Cias ‘ras, 1974, p. 16). La clencia er el rellefo narlsisa de argues, 70 movilento centrifugo es ln cara rellejada del imper alin Detauze (1975, p. 116). ™ Barattue (1970, 0. 340), ™ Tatas (1968, p77). ® Datauze (1975, p. 126). ™ Barainux (1970, 9. 345) n . Jesis Ibéhex combinatoria, cuerpos— es puesto fuera del comercio, para fundar dde una manera enmascarada la explotaci6n de la actividad vital») *. Este modo de funcionar es inherente a la sociologia positiva, a la sociologia en cuanto ciencia («la ciencia tiene por objeto fundar la homogeneidad de los fendmenos [...]; la ciencia no puede co- nocer elementos heterogéneos, en tanto que tales»): la ciencia, excluyendo lo heterogéneo, las existencias para sf, convierte en co- sas, en existencias en sf, lo que toca (xel sistema de descripcién del’ pensamiento sociolégico procedia cosificando los objetos so- ciales y desconociendo el deseo y Ia creatividad de las masas»)”, silenciando a los sujetos, actuales 0 potenciales, haciéndolos obje- tos. Pero cae en él también una gran parte del socialismo pre- tendidamente cientifico, inspirado en el marxismo, critica interna del sistema capitalista que, en vez de negar el deseo de las masas, intenta erigir una instancia representante de ese deseo y, por lo tanto, negadora de su creatividad («reconoce la existencia de un deseo evolucionario, pero le impone la mediacién de la representacién te6rica del marxismo y de le representacién préctica del partido ‘que se supone es su expresién») ". B. as ciencias sociales como representaciones teéricas y valores précticos de la realidad social: su transformacién en ciencias humanas mediante una ciencia de la representacién y del valor La sociologia positiva y el socialismo cientifico se inscriben en el dominio del valor, esto es, de la representaci6n. Un valor es un vale, una cosa que, al ser equivalente a otra de acuerdo con una regle, con una ley de valor, la representa y Ia sustituye. El tér- mino «representacién> incluye en su campo seméntico, como opo- sicién, el recuerdo de lo representedo, pero el término «valor» borra hesta su recuerdo: s6lo vale el vale y no aquello para lo que el vale vale. Un sistema de representacién es un bucle a través. 7 del cual pasa, para ser modificado, el mundo: «sea un conjunto, produce un subconjunto (...), que produce una ley, que repro duce el subconjunto; y el conjunto, por ella, reproduce subcon- juntos, y asf sucesivamente. Es un circuito, un circuito de funcio- namiento y de produccién (...) que sea en bucle o retroaliment- ® Goux (1975, p. 141). » Baratuie (1970, p. 344). ™ Guarvass (974, p. 43). ™ BBidem. > Freup de la estructura inconsciente del comportamiento indi Las técnicas de investigacién como poder ~ +13 do (...), produccién y reproducci6n, explicita el prefijo iterativo el vocablo representaciGn» Si el subconjunto segregado es un subconjunto vacfo, un punto, tun punto de vista, tenemos una forma, un espacio, una sintaxis: toda teorfa cientifica, cuando supera ‘el «umbral de formaliza- cién» ", cuando es reducida a un punto de vista formal, pasa por este tratamiento que confiere su forma al discurso cientifico. Si el subconjunto segregado no es un conjunto vacio, tiene un contenido, | sila forma se aplica a una parte de la realidad, tenemos un sistema seméntico-pragmético: los puntos se inflan, en el discurso de sen- tido, en la préctica de fuerza. El discurso es —ya— una préctica, pero ademds soporta précticas transdiscursivas. Toda ciencie hace pasar al mundo, al mundo entero, a la totalidad de figuras en mo- vimiento, de acontecimientos y de fuerzas, aunque lo considere formalmente sélo desde un punto de vista, por el molino de la re- L presentaci6n (formalizacién + semantizaciGn).. La sociologia positive, al fragmentar la dispersos e insignificantes, reprime las fuerzas y borra el sen ‘cculta el orden social, que nunca pone en cuestidn, y f manipulacién dentro de ese orden. La sociologia traspasa el «um- bral de cientificidad»" cuanto pone de manifiesto ese orden, ef orden especifico del nivel social de orgenizacién de la materia, inconsciente para los actores de la vida social. Tres descubrimien- tot lo han hecho posible: el descubrimiento por Marx de la estruc tura inconsciente del intercambio econémico (puesta de manifiesto de la forma mercancfa del valor, y. por tanto, en la medida en F que los valores son isomorfos, de la forma del valor); el descu- brimiento por Saussure de la estructura inconsciente del intercam- bio lingifstico (puesta de manifiesto del sistema més general, y, or tanto, matriz de todos los demés, de intercambio: funda la posibilidad de saberes sociales objetivos, que perforan sisteméti- camente las representaciones ideoligicas); el descubrimiento por dual (permite dominar cientificamente el proceso de apropiacién sub- [ jetiva de esos saberes). Sobre estas bases, Mavss, en su famoso «Ensayo sobre el don», opondré al hecho social despiezado el afendmeno social total» («después de haberse visto obligados a dividir y a abstraer, los socidlogos deben esforzarse por recuperar el todo») ®, «Fenémeno» y no ehechor puramente objetivo; se Sennas (1974, Vee nota 65 der © Maust (1971, p. 260). (En data, como en las dems clias de este libro, reconstrimoe le treduceién partir del original francés, Socologle ot anthro: 190. o este mismo cepitulo, p. 69. 4 Jests Ibéfex tiene en cuenta la modificacién que la observacién produce en ob- servador y observado, y que Ia observacién y lo observado perte- necen al mismo orden de realidad, socil, subjetiva y objetiva; Ia‘ realidad social es considerada como vivide por un sujeto y_ su investigacién exige que el etnélogo o el sociélogo la revivan y luego la proyecten fuera de si, objetivade, y la reconstruyan (, transporte o transform que corresponde’al desarrollo de los mecanismos cibernéticos control —segunda revolucién industrial— (la industria se llama deg transformacin, a partir de materias primas amorfas y que pus recibir todas las formas —cemento, pléstico, proteina de soja... Ia actividad tebrica y préctica pierde su punto fijo de referenci su sujeto trascendental de reduccién 0 produccién, y por tanto finalidad, que era Ia proyecciGn imaginaria de ese punto fijo importacién y exportacién, mediante «un juego legalizado de ducciones»). El capitalismo proscribe primero el consumo, lue Ia produccién: s6lo queda la circulacién, © La circulacién va del exceso a Ja equivalencia y al defecto, BATAILLE postula una economia general que dé razén del de que todos los organismos vivos, incluidos los humanos, «rec ben més energfa de la que es neceseria para mantener la pues el sol derrama energfa sin contrapartida: energia que hay 4 ister, también sin contrapartida, en el crecimiento de los ‘mas primero, fisicos, biol6gicos o sociales, y cuando ese erecimie to esté saturado, hay que «perderla sin provecho, gastarla, de gr © por fuerza, gloriosamente o de un modo catastr6fico» ". La rel cidn de «don» envuelve tres obligaciones, de dar, de recibir y devolver ™, cuya interseccién produce un cfrculo vicioso de des cche, una competencia agon{stica, un didlogo, pues esté regulads! por una ley de exceso y pérdida, recibir implica Ia obligecién d Gevolver més (las huellas de Ia relacién de don subsisten en el gi suntuario o en la

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