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La música Inca: un legado de la cultura precolombina en la

actualidad

Por Cindy Bolandi

cindybolandi@yahoo.com

La música es el arte de los sonidos, algo sublime que está inmerso en nuestras

culturas actuales así como estuvo en las culturas precolombinas.

Es un idioma, por ello tiene tantos dialectos como la lengua humana, así mismo es

un idioma universal por medio del cual se comunican las culturas presentes y

pasadas.

A diferencia de la mayoría de las lenguas de los pueblos precolombinos que

sufrieron un proceso de extinción, la música sufrió un proceso de trasmutación a

través de las combinaciones de elementos característicos y autóctonos propios de

cada cultura precolombina, como pueden ser melodías, ritmos, estilo, formas de

interpretación, estructura, estética, e incluso instrumentos musicales, que se

fusionaron en la búsqueda de nuevas formas para asegurar su supervivencia a

través del tiempo.

Ejemplo de ello se podría ver presente en la mayoría de los pueblos

precolombinos del área andina, donde hoy en día vemos el reflejo de ese matiz,

forma y trasmutación que dieron a su música que hoy le llamamos folklórica.


Debido a la enorme diversidad presente en las culturas precolombinas, es posible

distinguir las características propias de su música. Por ejemplo la música inca se

destacó por ser expresiva y melodiosa, mientras que la maya por lo rítmica y

melancólica y la azteca por lo dinámica y barbárica. (Miura 2004, 116).

Se podría decir que la música precolombina surge en el pueblo como un medio

para reflejar sus creencias, costumbres y medio ambiente. Para estas culturas

prehispánicas fue de vital importancia, por lo que cumplió un papel relevante en

los servicios religiosos y estuvo ligada a la naturaleza.

Por lo tanto, su función no fue provocar emoción y disfrute estético, sino estar al

servicio de la adoración de sus dioses.

La música prehispánica fue imaginativa y expresiva, no se produjo con el fin de

mostrar las destrezas de los ejecutantes, sus emociones o se produjo por mero

entretenimiento. Al contrario la música fue el medio de expresión de su fe, su

forma de honrar a sus deidades ancestrales, de representar sus esperanzas y

temores hacia ellas.

Características de la Música Inca

La música inca se desarrollo en el periodo Tawantinsuyo 1, etapa donde la

civilización inca logra su máxima consolidación como el estado prehispánico de

mayor extensión y mayor organización en América.

1
Nombre que se le atribuyo al imperio incaico que significa “Las cuatro provincias unidas”,
ubicadas en los cuatro puntos cardinales: Antisuyo al este, Collasuyo al sur, Chinchaysuyo al
norte y Contisuyo al oeste.
Se caracteriza por ser pentatónica2 sin tonos intermedios, y ser interpretada por

instrumentos de viento que simbolizaban el cielo y de percusión que simbolizaban

la naturaleza.

Era de carácter popular de múltiples expresiones, ligada especialmente con el

canto y la danza, donde destaca como forma musical el “taqui”3.

La cultura inca tuvo una infinidad de danzas ligadas a un tipo de música en

particular, donde cada práctica humana era representada; por ejemplo se

ejecutaba música durante las labores agrícolas, con lo que amenizaban las duras

faenas del campo, así mismo tenían otras danzas para actividades como la

ganadería, la guerra, el matrimonio, los funerales, los ritos de iniciación, la

fecundidad etc.

Tanto la música como la danza cumplió un importante rol en la comunidad, hecho

mencionado en documentos del periodo colonial, específicamente en los archivos

de misiones jesuitas donde se encuentran referencias tanto de ritmos como de

danzas ejecutadas por la cultura inca, a saber la llamaya4, el harahuayo 5, la cashua

6 , el huayno 7 y el harawi8

Instrumentos musicales

2
Música conformada por cinco notas musicales
3
Palabra quechua que significa danza ceremonial, canto que conjuga en su significado el ritmo, la
literatura y la plasticidad corporal.
4
Danza de los pastores
5
Danza de los agricultores
6
Danza referente al galanteo
7
Ritmo de expresión festiva y alegre.
8
Canción narrativa de motivos amorosos, que expresa los sentimientos del alma.
La música tuvo un evidente protagonismo en el desarrollo de las culturas

prehispánicas, y además junto con los instrumentos musicales estuvo relacionada

a la estratificación social.

Por tanto los instrumentos musicales son la muestra existente para recapitular la

música de los pueblos precolombinos, ya que en base a su construcción, estética y

sonoridad podemos llegar a tener una visión de la realidad sonora prehispánica,

tomando en cuenta que hasta nuestros días contamos con algunos de dichos

instrumentos como la zampoña y la quena por ejemplo.

Indudablemente los instrumentos musicales precolombinos más que su finalidad

musical, estuvieron ligados a la comunicación con lo natural y sobrenatural de ahí

que tuvieran un papel tan relevante en los ritos y ceremonias, sobre todo

chamánicas, de agradecimiento o adoración a los dioses.

Su construcción respondía a una visión de estas culturas de los ciclos de la vida y la

muerte, los sonidos de la naturaleza con los cuales convivían, el movimiento de las

constelaciones y el inframundo.

En el caso de los instrumentos musicales incas, la mayoría fueron fabricados en

materiales como la madera, hueso, arcilla.

Dentro de ellos podemos dividirlos en:

1. Aérofonos

Instrumentos musicales cuyo sonido se produce por la vibración de la columna

de aire, dentro de los que podemos mencionar:


La quena: se confecciona de diferentes formas y

materiales, teniendo la forma más típica el de una sola pieza con varios

agujeres incluso en los extremos. Flautas: confeccionadas de diferentes

materiales como caña, hueso, madera etc.

Antara: es conocido también como flauta de pan o Zampoña, se confecciona de

caña de carrizo o hueso y todavía sigue usándose en la actualidad.

Pincullo: flauta grande adornada con colores propios de cada región y

confeccionada en cerámica.

Quepa: calabaza agujereada.

Pututo: confeccionado en un caracol marino agujereado en donde se sopla, esta

era como una especie de trompeta. Utilizado especialmente para emitir señales

de guerra, sobre todo por los chasquis.


Machaypuito: dos flautas fabricadas con fémures humanos que se utilizaba para

ejecutar melodías tristes.

2. Membranófonos

Dentro de este grupo de instrumentos musicales tenemos a los tambores, que

fueron construidos con cuero de animales o con la piel del enemigo vencido.

Encontramos dos tipos de tambores, los Huancár que eran los de mayor

tamaño utilizados en las guerras y grandes celebraciones y el Tinya un tambor

pequeño utilizado en otras actividades de menor relevancia.

3. Idiófonos

Estos instrumentos tuvieron un papel predominante en las danzas, ya que

fueron utilizados para llevar el ritmo de las danzas mientras se bailaban. Entre

ellos podemos mencionar, las Sonajas que se las colocaban en las muñecas, las

Sacchas que eran unos cascabeles de metal que se colocaban en las rodillas y

los bastones con sonajas que eran utilizados específicamente para seguir el

ritmo en la música y en la danza.

El legado musical

En la actualidad podemos referirnos a la existencia de un folklore musical

andino lleno de carácter y de vida, gracias a la evolución de las tradiciones

musicales a partir de una serie de influencias preincaicas, incas, españolas

africanas e incluso amazónicas, ya que cada región desarrollo tradiciones

musicales con características propias, presentes también en sus danzas e

instrumentos.
Por ejemplo en las zonas andinas altas la sonoridad musical es evidentemente

melancólica y en las zonas más bajas como en Bolivia, la sonoridad musical es

más alegre y vibrante.

Se pueden reconocer en la música andina actual dos características

importantes, la primera tiene que ver con el ámbito rural presente en la música

con una presencia en lo colectivo y ritual utilizada en diferentes actividades

religiosas o como parte de la meditación o el pastoreo. La segunda

característica es una música andina desarrollada en el ámbito urbano,

teniendo más proyección y difusión por agrupaciones que han llevado esta

música fuera del continente, entre las que puedo citar a agrupaciones como Inti

Illimani, Markama, Los Kjarkas etc.

Es importante resaltar que dentro del proceso de trasmutación musical que

mencione al inicio, la música andina como ejemplo de ello, fue instrumental en

sus inicios pero dada la popularización de sus melodías introdujo la voz como

otro elemento importante de su estructura.

Además, como parte de las tradiciones artesanales que prevalecieron, aun

contamos con la construcción de algunos de los instrumentos musicales

incaicos como son la zampoña, la quena, las arpas y los violines, estos dos

últimos construidos en el Chaco.

Otra cosa interesante de mencionar, es que debido a la disminución del

proselitismo católico, actualmente estos pueblos andinos han podido regresar a

sus costumbres ancestrales, pudiendo fusionar sus adoraciones místicas con


elementos católicos, siendo un ejemplo de ello la celebración de la fiesta del

corpus Coyllorite9.

Para concluir me gustaría a manera de reflexión citar el pensamiento del ilustre

director orquestal Daniel Baremboim, quien considera que el sonido es la vida

y que a través de la música es posible imaginar un modelo social alternativo,

que nos permite expresarnos libremente a nosotros mismos (Barenboim

2008), pensamiento sin duda aplicable a la civilización inca y a su música sobre

todo por la relación entre hombre, sonido y entorno que fue tan importante

para ellos.

La música fue y sigue siendo una fuerza vital en la vida de las culturas

precolombinas y actuales. Y como señalo Aristóteles y la cultura incaica

implemento:

[…] Nada hay tan poderoso como el ritmo y el canto de la música, para imitar,

aproximándose a la realidad tanto como es posible, la cólera, la bondad, el

valor, la misma prudencia, y todos los sentimientos del alma, como igualmente

todos los opuestos a éstos. Los hechos bastan para demostrar cómo la simple

narración de cosas de este género puede mudar la disposición del alma […]

(Barenboim 2008, 16-17)

El sonido fue el idioma utilizado por las culturas precolombinas para tener
contacto con sus dioses, con el mundo del espíritu; fue su latir, su vida misma.
Al extinguirse su idioma se extinguieron sus creencias, su gente, su cultura,
pero por suerte en la región andina, al continuar sonando una zampoña o una
quena con la vibración del aire en sus sierras, la vida de lo que fue el imperio

9
En quechua significa lucero de nieve, y es alusivo a la celebración del Corpus Christi
inca prevalece aunque sea en cada suspiro de quienes tocan el legado de su
música en nuestros días.

Fuentes

Acha, Juan. Las culturas estéticas de América Latina (reflexiones). México:

Universidad autónoma de México, 1993.

Barenboim, Daniel. El sonido es vida. El poder de la música. Bogotá: Norma,

2008.

Cortés, Hernán. Cartas de relación, Madrid: edición Mario Hernández, 1985.

De Mendieta, Gerónimo. Historia eclesiástica indiana, México: edición de

Joaquín García Icazbalceta, 1870.

Duica William. La música de la vida: instrumentos rituales. Bogotá: Banco de la

República, 1991.

Gómez, David. El Pinquillo Aerófono Prehispánico o asimilación de la flauta

dulce europea. Calí: Instituto Departamental de Bellas Artes, 2005.

Martí, Samuel. Instrumentos Musicales Precortesianos. México: Instituto

Nacional Antropología e Historia, 1955.

Martínez, Enrique. La música precolombina. Barcelona: Paidós, 2004.

Paz, Octavio. Los privilegios de la vista. México: Fondo de Cultura, 2002.

Ramírez, Juan Antonio. Historia del Arte, I El Mundo Antiguo. Madrid Alianza

Editorial, 1996.
Vela, David. Plástica Maya: guía para una apreciación. Guatemala: Tipografía

Nacional, 1983.

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CINDY BOLANDI es Licenciada en Fagot de la Escuela de Artes
Musicales de la Universidad de Costa Rica y cursa actualmente la
Maestría en Música en esa misma institución.

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