Se llamaba Christopher, tena 22 aos, era chef.

Claro que todo

esto lo supe mucho ms tarde, sentada en un prototpico lugar
de barbacoa. Yo, la vegetariana, sonriendo ante una familia
entera de hermanos y primos que coman carne a toda marcha
despus de una tarde de patinaje de la mano. Y fue amor, y
sigui sindolo por los prximos das, y cuando decidimos no
hacerlo porque yo parta e iba a ser muy triste, y cuando aterric
en Ezeiza con el corazn en la mano, y hasta cuando me dispuse
a sortear las distancias y armar un plan para pasar un ao
entero en su misma ciudad.
De su caligrafa me haba trado la direccin postal y el telfono
de su mam. All le escribira, ya que l estaba mudndose de
ese pueblito desconocido a la ciudad, a hacer carrera y tomar el
mundo por sorpresa. Historia de iniciacin mezclada con
superacin personal, mezclada con comedia romntica,
mezclada con mi determinacin de dejar el plano fantstico,
conseguir alojamiento y secundaria en Boston para hacer un
ao de intercambio en un colegio de all.
As se los dije a mis padres, que me dijeron que si lograba
conseguirlo le daran el visto bueno y en eso (y los CDs de
msica que habamos escuchado esos tres das juntos y las fotos
que nos habamos sacado en la cabina fotogrfica, y las cartas
que le escriba) se pasaron los siguientes tres meses.
Tres meses me tom poner todo en orden. Conseguir una casa
donde alojarme, sin por eso obligar a mi familia a recibir un
estudiante de intercambio, ser aceptada en una secundaria
pblica estadounidense y conseguir el pasaje, de manos de mi
abuelo paterno.
Seria y satisfecha fui a presentarles todo el papelero a mis
padres. Sin imaginarme que la respuesta iba a ser un rotundo
NO. Claro, ahora que miro para atrs pienso que era imposible
imaginar que una adolescente pudiera conseguir todo lo que
haca falta para irse a vivir sola a otro pas. Ellos estaban
tranquilos, imaginando, tal vez, que iba a intentar, llorar un
poco y volver a la vida cotidiana. En lugar de eso haba logrado,
a fuerza de falta de sueo y millones de cartas (no exista el
mail), la posibilidad de ir donde estaba el amor, el amor. Eso era

todo.
Sal corriendo de mi casa, en una toma ms que dramtica, y me
tir en la vereda casi sin poder respirar, ahogndome en moco y
frustracin. Me senta traicionada, pero sin el consentimiento
de ellos no poda concretar el plan. Y segu llorando casi el resto
del ao. En el nterin cartas fueron, cartas vinieron y despus,
silencio.