diciembre 23 y se acercaba la vspera pero ella ya no tena nada para darle. Era posible que eso ocurriera? Haba pasado todo noviembre cuidando las mariposas que haba coleccionado. Verdes, rojas y amarillas, cada vez que vea una la atrapaba. Y llevaba la cuenta, 28 mariposas. S, eso eran. -Y para qu querra yo un montn de mariposas? No entenda lo que estaba pasando pero ella luca triste. No era la primera vez que la vea as, pero por mariposas nunca. -No lo entiendes, no eran las mariposas, era yo- exclam furibunda por aquel comentario. -Siempre dices que no entiendo pero lo entiendo todo: las mariposas nunca significaron nada para ti, slo estabas esperando la fecha para deshacerte de ellas y no lo lograste, las dejaste morir.- En ese momento record los cuatro meses en los que haba estado esperando a que ella despertara y decidi callar. -No s porque me dejas discutir contigo por un par de mariposas, eran tu regalo, iban a volar maana, todas juntas, hacia Mxico-Y cmo sabes que iban hacia all?- La conversacin se tornaba extraa y para l interesante. -Las mariposas nunca vuelan hacia el norte, pero estas mariposas eran diferentes.- De la nada la embarg una sensacin extraa, estaba cansada y emiti un bostezo. l decidi llevarla a dormir, despus de todo era su deber cuidarla. No tendra ms de 15 aos cuando haba comenzado a cuidar de la joven. Pero ahora ella tena 20