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domingo,

febrero

10,

2013

Arnaldo Calveyra / De "Diario del fumigador de guardia", 2

La rata lazarilla
A mi lado, que es el este, hay un hombre que es el este, est
mirando, tiene la cara inclinada, acaso espera de ese lado, acaso
slo saber esperar de ese lado, de todos modos espera de ese lado.
En algunos rincones del muelle crecen abandonados los yuyos, los
yuyos que no se dan con nadie, no se apasionan por casi nada.
Aunque tal vez no lo sepa, el hombre de la cara inclinada, de
alguna manera est dedicado a ese pastizal hirsuto.
El ciego de la rata pasa con una cuerda de pescar objetos, el
ciego es el sur.
La rata que lo acompaa se le aperson una vez y se qued a
vivir con l para siempre.

Trabajos que cumplir:


fotografa al desconocido que avanza a tientas por el muelle, es
tu pensamiento;
entrar de nuevo en las cabinas de la derecha, las moscas siguen
golpendose enloquecidas contra los vidrios, vivas. Abrir los
ojos de buey clausurados con papel de diario engomado, no mirar
lo que no est, lo que no entr contigo;
ir con la medida de aquel patio que sabes a ese lugar desconocido
"El agua se dio la muerte" (de los diarios).

Cancin del fumigador de guardia


Aos de ningn poema.
Para m la lnea tachada del verso,
arcoiris en blanco y negro de las comas,
la plaza castellana de la palabra,
solitaria plaza.
Para otros las veredas que se alargan
a medida que las veredas del cielo se despliegan,
vamos entrando en el Decanato de la Rata
y de nuestro oscuro origen
subsistirn algunos nombres
empotrados en los muros.
Y dnde qued el paisaje
que la maana vuelve sin tan siquiera un rbol?
Lo que usted est mirando
es una bandera amarilla.
Para m la lnea frgil del verso,
la alegra oscilante de la pgina.
Aqu empieza mi cancin.
Arnaldo Calveyra (Mansilla, Entre Ros, 1929-Pars, 2015), "Diario del fumigador de guardia", Obra
reunida, Adriana Hidalgo Editora, Buenos Aires, 2008

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