Encontré la caravana al levantarse el dfa en las cercantas del
camino @ las tierras del papiro. No habia nada extraordine~
rioenella. Numerosas caravanas cruzaban esa regién llevarr
do nstrumentes de labranza ytejdos alas tribus que cultivan’
las tlerras junto al padre de los ios.
Toque me liam la atencion fue el redu-
ido nGimerb de carros y de jinetes. Jus~
tamente por ser una zona de caravanes,
Ia reai6n est poblada de saqueadores y
asesinosy los comerciantes se cuidan
mucho de ellos.[Un robusto hombretén se adelantéa mi encuentro, Parecta hu=
Imoristco y cordial y hasta su vozarrén de trueno era agradable.
Bienvenida forastera Mi nombre es Nel-
ros y siempre hay aqua y queso paraquien
Hlega a nuestra caravana.
Vivir alt, amigo, Culti-
var la tierra
[as mujeres cuchicheaban y los nifios miraban
boquiabietos mi espada; uno hesta se atrevid@
tocarla timidamente con la punta de un dedo.
Yo soy Nippur. {Vas lejos?
{|
\ Na amiga solamente
hasta la Planicie.
(Qué? Perdona, amigojperodebes estar
loc. No hay naa que pueda crecer en
{a Planicie como no sean escorpones
‘agua envenenada.
Nosotros viviremos all, Nip-
pur. ¥ loconvertremes en
tun mar verde.
‘Eres hombre de los doses?
De un solodies, Nppur. Un dios
pecidu interes que nos acompata a toss partes.
rreparé en los ta~ }
|tuajes que leva
ba en los