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48 Ten 1 cuerpo cansado y Tos das de | [la cludad se apareclé celants nuestro, Fue un alivio,con marcha me doifan en los huesos, Desde | |sus muros grises y resquebrajados y sus miseros arboli~ que entrara en aque regién no habia | |Ilos....Como una advertencia siniestra a los tlamados del visto llover y no habia sentido correr el| camino nos recibfa ung doble hilera de postes de tormen~ viento, La tierra se agrietaba formando | to. bs fauces de miseria y el aire pasabe como T marchata en mi caballo. to ha-” [Cuando me detuvo a mi s6lo oude ofrecerme a | [ Trat6 de enfocar sus gastados oos casi bia encontrado a la orilla de un rio, |aVuderlo. En todo nos parecfamos pero él tenia | | muertos y apenas pude of su eterno tan pobre, tan derrotado como el més |un suefo y en honor a ese suefio me unt'a | | murmullo. loividsdo de Ios mortales. Estata-cu- | su bisqueda, Tos dioses To hablaban en Su erta de andrajos y lo Gnico que le ordenatan una misién...No la pude yerla era encontrar a su hija etener...Mi Gnica hija... Tal vez ella esté en esta, cluded, anciano... ff Entonces To vi Era ef Gnice poste 4 cel cual colyba algo y ese algo era un esqueleto extrafamente Intacto. los huesos brillaan con enfermiza Wiancura y me extrané de que aan estuvieran unidos. Pasamos junto Uf 2 €1 sin detenerns, el anciano por no verlo y yo por no querer veri. Dalanta, en ef camino, un Grupo de Soldados espere de ple Sobre el polvo pisoteado de la entrada, maci ¥ cansados, brutales sin maldad y efectivos sin nos talgias, Uno se adelanté y nos corté el paso. Los cascos afilados.y las espadas anchas bien cuidadas hablaban més que mil len- quas las alabenzas de aquellos querreros. quilizaba, Eran mercenarios de las mon fafas, duros yparcos, amantes de las gue- ras y protectores.de los ricas sin mis~ culo. ¥ ninguna de aquellas alabanzas me tran Viel montén de armas y escudos aT borde del camino y comprendr qué se esperata de nosotros. mas aqui. Nadie puede levarlas dentro e [a ciudad, ‘Si desean seguir adelante dejen sus ar) 49 [Era ancho y s6lido como un catalio y con] Jojos claros y calmos. Conocfa su fuerza y Ino necesitaba pregonarlo. Me gusté. ‘Que sea como ti dices. No es mala precau-| ci6n., TMiré mii espada y Ta sopes6, Era joven y de mésculos firmes yy es en eso donde se adivina a los verdaderos luchadores. ‘Sin quitarme la vista de encim ‘extendié mi espada a uno de log guardias, Ponia con las nuestras. Tan buen Jarma no merece estar entre todo e- se montén de basura con files ‘Mir6 al anciano pero no dijo una sola palabra, Lo vela demasiado cansado y ruinose como para molestario. Ya nos marchabamas cuando &1 nos detuvo otra vez. Un soplo caliente hizo cloquear al esqueleto. Ten cuidado cuando estés del ado limpio de Jos muras. Hace. mucho tiempo que no en- tramos alll. Pero satemos que no hay na- a bueno. icen que se ha convertido en el reino de la locura, Cuidado, NingGin hombre que esté en paz con las dioses de~ teria penetrar en olla, (Gan =e Se qued® alll, mirando como nos alejabamos. Con los brazos cruzados sobre el pecho y la extrafia mirada paciente de {quien lleva mucho esperando algo malo. E! esqueleto entre- chocaba sus garras ert lo alto del poste. Palpé el cuchillo que Tlevaba oculto entre mis ropas. Conozco las ventajas de la paz pero sé que siempre es mas fécil alternar- la con la ayuda de un filo cortante, SS Creo...créo que est aquf. A) 50 [Desde adentro alguien: abrié la puer= lt. fra’una masa inmensa de’ made ra y bronce erizada de clavos y de lun peso descomunal. El tipo de puer- Ita que sdlo nace debido,a la: existen~ [cla de enemigos terribles. [Fabia misica en todas Tas casas y los pobladores nos observaron desde lejos ‘con ojos febriles. Un extrafio clima rel~ rraba en las calles y el hedor a perfu me y basura se mezclaba por igual. Vi vestiduras de reyes y pies sucios y mu- | Jeres vielas pintadas como méscaras... De pronfo se cansaron de nosotros y de ruestro silencio y nos dejaron solos en medio del bullicio y del olor @ tasura y a vino, entre los gritos y el estruendo de nforas rotas. Vi un cadéver tirado én u- na calleja y grandes hogueras chisporro- teaban en las esquinas... Tegud junto @ una fuente y be= br unos sortos. por alguna raz6n sentf en el agua el gusto salado y nauseabundo deta san- are. al vez, esperemos que no sea ast. Esle no es un lugar bue no para nadie, me ext les no, Er anciano desmontd y co- 26 a interrogar a esos ratios habitantes febri- ¥ ansiosos,ollendo @ vi- a fuego y 2 oro. No sé de qué: me hablas, viejo. Déjame en paz. Hermoses muchachas de ojos brillantes,cubiertasde joyas se burlatan de él y fdanzaron a su alrededor laturdiéndolo y pellizcéndo- 0, [Una de ellas se me acercd y ro- 1426 mi cuello con sus brazos. (Oa @ vino y a aceites aromati~ |cos. Un hombre aullé desde una| [2Dénde est el sacordae, mujer? [Debo preguntare algo... Elia se encogié de hombros y.traté de besarme. No sé. Y ademds el sacerdole no me interesa. En cambio ti... Tajer, sta cluded tuye,por algo que ne entiend, me da nduseas. AsTque abre- via ii paso por ellay dime d&nde esté Sefial6 calle abajo y me Insuté soezmente. Yo acaricié mi-puftal y sujeté al. viejo. Las tinieblas cafan y un salvae fren convulslonar mils y més las calles. Vamos y cuftate. Es la locura la que estd quemari estas calles. Desde ef poniente una tormenta co- mien @ devorarse las estrellas . Y yo'tuve una extraha urgencia por salir de_allf, Estatamios en una calleja cuando se os cruzaron ellos. Lanzaron aulli~ [dos de hienas que casi parecfan sollo- Vamos, tal vez el sacerdote sepa al= 90, ran sels o slole y parecTan ebrios. Se moviany con desgano pero sus ojos se movian como Ios de fieras enloquecidas. Tenian pie dras filosas en.las manos y supe que que= ran divertirse a, nuestra costa. Pasearon su mirada por mi Ipufial de dos filos y por fin ldleron media vuelta y comen-| izaron a alojarse ‘Por os dioses...Jodos es- ‘én, ..como 10c08...) Se cruzaron en ia calle, cerréndonos el paso. No quise arriesgar nada y el pual saté de mis ma- 0s, ‘Ah. Consiguid burlar a los ‘AT egar @ una de Tas es quinas, uno de ellos se volvié y arrojé su piedra (Cuidado! Yi Hubiera querid correr tras | [EI templo debi ser hermo= te ellos pero él me.detuvo. | | so alguna vez pero el olvi- Sélo queria ver a su hija y | | do de tos hombres to habla lo demés no. importata, Henado de sucledad y male- as, Una de las puertas se desplome fragorosamente al ser empujade,. 2Qué es esto? ‘At pie de Ta columna habia Fiombres y mujeres sucios de ving, y sobre: fo que alguna vez fue el alter, un borracho dormitaba. A un costado una luz temblaba a través de un hueco, ‘De entre Tas sombras sallé 6. Seguramente cuando los solda~ dos requisaron las armas ha~ ba ecultado aquilla y ahora que estaba hastiado la empuna- | be otra vez. Me eligid con los ojos... ih, ti! Eres un extranjero, FA everdae? Pus bien, ti me HN. serviras para un sacrifico | I Ti serds la victima y yo o- | [No me gusta. matar cuan- ficiaréy los demonios de | | do no s6 por qué. Pero © la noche aullarén de pla~ sa vez no hubo ple 1 sacerdote era muy Joven No sf si estaria loco pero sin duds era un idita. No hay que ju- gar con una espada si ‘no se sabe usarla bien, ET anciano no prest6 mayor aten~ cién @ todo aquello y con un pa- so répido entré,en la habitacion lluminada, La sangre brillabe Ifm- pida y espesa en su rostro consu~ ry sin embargo sus ojos pa= ecfan tan vielos como fos el anciano y hasta {a len- io hace Talla que me To a con qui Teveftd ia cam digdis. Sélo un extranje beza parecia ro vendria aqul ‘2Quién sols? Zug puedo hacer por vosotros? J ‘Sacordote, acabo de matar @ lun hombre y no sé por qué, JEn nombre de los dioses que ‘Aiguna vee fuimos una cluded como todas, con labriegos y arte- sanos, Las'calles estaban lim Dias y la gente seguia a los dio- ses y vivle ent paz. Eramos po- bres hasta que un dia encontra- mos une gruta llena de oro mien tras cavétemos en busce de agua. 52 [Todo cambié. Eramos ricos, no hacia falta trabajar mé ni luchar. Trajimos merce |narios y esclavos y danzari- nas, La ciudad fue olvidada y el templo se convirtié en jun basural. Los pazos se se- ceron pera el vino flenaba Nuestra degradacion tlegd—] 42 ta extremo que {0s escla~ vos huyeron y los mercena~ rios se negaron a vivir en | ek: pertinetro de fas murals @ instalaron su campamen= to en el exterior. |Sabitamente-parecié a 'A nif lado el anciano impdvido. ‘| r ieg6 desde el desierto,curtica y | pura. Habia sido tocada por los an de ella, Tenia 4a Jo" e los dioses, era su cults el rostro entre Tas manos y en aque! esto | habia mundos de dolor y mmundos de vergienza Ta Tlevaron Tuera de Ta ciudad y lz ataron @.un poste de tormentos. Des- | pués le cortaron.las venas. Miré Tas muratias. Estaban desiertas bajo ta tormenta raciente, Imaginé a los sol-| ‘dados del otro lado, sofando isobre sus lanzas, puros y di ros, frente a la corrupcién Los soldados sf la ayeran. Por eso abandonaran la ciu- 05 soldados,horrorizados ante ese crimen, acordona~ ron fa ciusod y nas quita- ron las armas. Dijeron ‘que querian que sobrevivié- | ramos slo para recibir el castigo de 10s dioses.. No permiten que nadie abando- Teste aera Weg6 uh tivena (Terriblemente justo y EH anciano qued all, agobiado, Ni Horaba. Apenas si murmuraba... Tas gentes se enfurecieron. La ofiaron y et odio exploté. La SN Res Ei anclano comenz6 a Tle rar. Lentamente, sin hacer ruldo. mie ____| Yla dejaron alll, rasta que ‘se desangré. do, To toqud y Tentamen= te se desiizd @ un la- Tos fluesos han quedado al ET lesqueleto aén cuelga del poste y nadie se atrevié a sacario. Y aho- ra estamos asi. Sé que pronto va [2 suceder algo. Algo justo y terri- le. Cay6 al suelo muerto de pena y ausencia. SGbitamente su sole- ad habfa terminado y yo me sentt inctil.en tedo to que habla trax tado de hacer gor él Wor fo menos ahora estards con elk bre diablo.) mia en el altar. lescuché el crepitar de alguna antorcha y la res jn agitada de alguna esclave. Salt y empujé al borracho que dor~ E ‘escuchar aquel gritg todos callaron. Solo se 3 jSamés! jEmki! j0h, Madres Te Fribles! Qué esperdis? Un trueno brutal retumbé entre las columnas y en alguna parte restallé un rayo, ifs a hora de la i MIU Goines ciegamente y seni que se quebraban ante mis pufios. Los | dioses retumbaron en mi créneo. ae [fe aircon acid on rans conn sits El rayo Cayo a mis expaldas y por tun segundo la noche se volvié Y una llama poderosa salté hacia las es~ trellas, serpiente de {uego recién nacida, OF un’miltiple grito de horror __55 Exhé @ correr entre los gritos de todos, pi- sando a los.que estaban caitos y viendo 0 tos fuegos encenderse en muchas partes. [Recuerdo los truenos y los rayos y las nu- Ives girando sobre la ciudad. Recuerdo los Ihabitantes huyendo a ninguna parte, las mu- Irallas de humo brotando de todas partes. ljadeante y me encontré ante el gran silencio de ia noche mientras a mis espaldas,el infierno desa iado hacia temblar los cielos.. Tas lamas eran mas allas que las mure- lias y unas nutes de humo -earo se ele vaban hasta mezclarse con las nubes Un alrido Tlegd desde Ta ciudad y vi la gran puerta comerwar a ce- rrarse, pesadamente, empujada por varios ‘Salta. os soldados estaban allf,en un cfculo. El | jefe me vio y se me acereé, Su rostro de Bronce no expresaba nada. Tentamente Tos gritos cesaron y solo se es ‘cuchata el crepitar de las llamas y estruen~ des de derrumbe, La puerta comenzé a hu- [Volvimos Tos ojos hacia Ta puerta y vimos ll reflejo del fuego en sus maderas ilumi- nados por la luz de las llamas, los herra~ les e cobre lanzando destellos de sangre. la puerta, Cerrada, Cerrada y pesada como /0h,sT oes. No es | bueno desafiar a los, go se derrumbé en el inlerior y ‘un remolino de chispas se entre fmezcl6 con el humo. Los rostros Ge los soldaos estatan helados co- mo cincelados en pied. Porque *est0,no es juego de hom bres, guerrero.” Porque esto es cia, ET esqueleto se vencla en el soplo de la tormenta y 2. pronto comenzé a hu- mmear y volatilizarse en el vientre negro de la noche. fio qued6 allf,negro y si- niestro, como’ una garra muerta en un pufto de ma: Este es mal lugar para Todos, querré= ros. Nosotros nos’ vamos. [¥ sGbitamente tuve miedo. No por i Fuego desperdiaaba sombras cimbrean= tes por sobre la arena caliente,Compren at que yo también potla irme, Esto ha~ bia terminado y et puto de roca de iis loses sé abriré y volverd a ser mano Recopieron sus armas y sin apuro ni de Sorden se pusieron en marcha, Ninguno vlvi6 la cabeza, como si ese inflerno fue- run toque de magia ine ojos. Se alejaron,tuertes y duros, sélidos y limpios con un chisporroteante ‘ruido los muertos porque ellos ya estaban mds alld de los miedos humanos. Tu- Ia de todas las clvilizaclones y los eyes habe lanzado sus aves de fue go sobre aquella ciudad, Y habia ce rrado la Gnica-puerta, esa que sepa ra la vids de la muerte, con un gol- pe colosal que habia hecho temblar fa terra hasta sus entrafias, ren

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