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‘Revista Venezolana de Ciencia Politica. N° 38. Julio-Diciembre, 2010. Peter Molina Hurtado ElDebate Contemporaneo de las Relaciones Internacionales. pp. 33-74 E] Debate Contemporaneo de las Relaciones Internacionale Peter Molina Hurtado? Resumen Con la sintesis neo-neo Ia tendencia de investigacion predominante en las Relaciones Internacionales desde Ia tiltima década del siglo XX a la fecha se ha hecho racionalista. Peto, el racionalismo de Keohane pronto generé un profindo desacuerdo entre Los investigadores acerca de la relacién actor estructura y dio origen a un cuarto debate tedrico que caracteriza a la disciplina hoy. Este debate trata sobre los fiundamen- tos filoséficos de Ia disciplina y, aunque el panorama de investigacion se ha ampliado, las Relaciones Intemacionales son acusadas de no dirigirse a estudiar los problemas fundamentales que acosan a la humanidad hoy. Este articulo da cuenta de los funda- mentos de dicho debate. Palabras Claves: Relaciones Intemacionales, Debate, Teoria, Racionalismo, Reflectivismo. Feminismo, Constructivismo, Marxismo. Contemporary Discussion of International Relations. Abstract With the neo-neo synthesis the predominant research’s tendency in the Interna- tional Relations, from the last decade of the 20th century until today, has become a ra- tionalist one. But Keoliane’s ratioualismn soon generated a deep disagreement among re- searchers about the actor - structure relationship and gave birth to a fourth theoretical debate that currently characterized the discipline. This debate deals with the philosophi- cal foundations of the discipline, and, although the research’s scope has been widened, the discipline of International Relations is now accused of leaving aside the study of the fundamental problems faced by today’s humanity. This article describes the basies of this debate. Keywords: International Relations. Debate, Theory. Rationalism, Reflectiv- ism, Feminism, Constructivism, Marxism. Recibido: 20/07/2011 / Aceptado: 12/08/2011 Revista Venezolana de Ciencia Politica 53 Revista Venezolana de Ciencia Politica Universidad de Los Andes, Mérida. N® 38. Julio-Diciembre, 2010. ISSN: 0798-9881 1. Intreducci6n E] debate teérico de las Relaciones Internacionales perdié el rasgo de inconmensurabilidad entre los paradigmas estadocéntrico y transnacionalista por la sintesis operada entre el neorrealismo y la interdependencia en el institu- cionalismo neoliberal. Con la sintesis neo-neo la tendencia de investigacion predominante en las Relaciones Intemacionales desde 1a tiltima década del siglo XX a la fecha se hizo racionalista. Es decir, una opci6n ecléctica, mini- malista para Weaver (1996), que partiendo de una misma concepcién de la ciencia, entendida como vinculacion permanente entre teorfa y realidad y sin esperar la llegada de leyes universales (Keohane, 2001) acepta, por compromi- so, las premisas de trabajo de la cooperacion y de la institucionalizacion de las relaciones internacionales en un ambiente signado por la anarquia. Sin embar- go, la constelacion de teorias dada por la sintesis neo-neo y autorizada por Robert O. Keohane en 1988 mostré un profundo desacuerdo entre los investi- gadores acerca de la relacién actor — estructura, Como dijo Alexander Wendt en 1992: Si en el pasado el debate se articulaba en tomo a visiones altemnati- vas de la naturaleza humana, hoy tiene que ver con la extensién en a cual la accién del Estado esta influida por la estructura (Ja anar- quia y la distribucién de poder) o bien por el proceso (interaccién y aprendizaje) y las instituciones. La falta de una autotidad politica centralizada fuerza a los Estados a jugar el juego de la politica de poder? ;Pueden los regimenes intemnacionales superar esta logica, y bajo qué condiciones? {Qué es inmutable en la anarquia y qué esta expuesto al cambio? (1995: 391). La contienda actor-estructura es un debate que cruza transversalmente el conjunto de las disputas de la disciplina y que tiene un contenido estricta- mente analitico. Su punto central es si la politica intemacional puede ser asu- mida como el comportamiento social de unidades que persiguen objetivos (Attina, 2001: 35) 0 si es la estructura intemacional la que determina cl com- portamiento de los agentes. Pero, como bien apunté John M. Hobson, si el Estado esté muerto, eufonces por qué los investigadores siguen debatiendo acerca de él y el sistema internacional (2000:1). Hobson forma parte del grupo de autores que defiende la opcién del actor y rebautiz6 al cuarto debate como el segundo debate sobre el Estado. Para él, la primera disputa ocurri6 entre el realismo y el liberalismo en los afios. setenta, posteriormente transmutados en neorrealismo y neoliberalismo duran- te el debate interparadigmatico. Considera que esta contienda fallé en conside- rar cémo el agente puede determinar el sistema internacional (Cfi. 2000: 2). La segunda contienda sobre el Estado se organiza sobre la dicotomia actor-estruc- Sd Revista Venezolana de Ciencia Politica ‘Revista Venezolana de Ciencia Politica. N° 38. Julio-Diciembre, 2010. Peter Molina Hurtado ElDebate Contemporaneo de las Relaciones Internacionales. pp. 33-74 tura, entre quienes sostienen la habilidad del Estado para elaborar Ia politica exterior y conformar el espacio internacional libre de requerimientos estructu- rales internacionales o de los intereses de actores internacionales no estatales (2000: 7) y los que sostiene que los Estados tieuen una autoridad suficiente- mente alta como para reformular el sistema internacional y solventar proble- mas de accién colectiva a través de instituciones internacionales y de regime- nes interestatales que son capaces de reconfigurar la anarquia intemacional (2000: 8). Para los defensores del agente, quienes proponen la primacia de la es- tructura sostieuen un ideal del orden, de la armonia y de la cooperaciéu, una extrapolacién de una imagen ideal de la sociedad, en la que los individuos hacen negociaciones racionales presididas por la buena fe y persiguen y logran el bien comin. Contarios a este idealismo liberal, los reflectivistas sostendran que todo orden social es una construccién social, cuyos procedimientos institn- cionalizados son realmente urdidos para regular las negociaciones y, por tanto, favorecer los intereses de sus creadores, que pueden, como de hecho ocutte, derivar en la consolidacién de situaciones injustas y de desigualdad intemacio- nal. Asi, seiialaran, si el Estado no es un asunto problematico, tendriamos que aceptar que los intereses de las élites dominantes son legitimos y que la racio- nalidad econémica esta por encima, por ejemplo, de la justicia social (Cf Garcia Picazzo, 1998: 37). Por ello, para Hobson tras la relaci6n actor-estruc- tura, la segunda contienda sobre Estado gira principalmente sobre lo que esta mas alld del Estado: el espacio de Jas relaciones sociales donde se constituyen las relaciones instituciouales. De alli que sostiene: Este nuevo debate no esté basado en asuntos que tratan sobre la centralidad del Estado versus la centrali- dad de los actores no estatales (0 centralidad estatal versus centralidad social), sino que se enfoca sobre la cuestion de la autonomia estatal versus la autono- mia social (2000: 5). 2. El racionalismo El cuarto debate de las Relaciones Internacionales adquirira carta de nacimiento en el discurso de Robert Keohane en la XXIX Convencion Anual de la Asociacion de Estudios Internacionales. realizada en St. Louis, Missouri, e] 31 de marzo de 1988. Contienda entre dos aproximaciones teéricas acerca de lo que determina el comportamiento cooperativo de los principales actores internacionales en las organizaciones internacionales. Una, especifica y cohe- rente, otra, general y diversa y que Keohane identifica como racionalistas y re- flectivistas, respectivamente: Las teorias Realistas y neorrealistas son confesadamente raciona- listas (...) La teoria racionalista puede utilizarse para explorar las, condiciones bajo las cuales tiene lugar In cooperacién y busca ex- Revista Venezolana de Ciencia Politica 55 Revista Venezolana de Ciencia Politica Universidad de Los Andes, Mérida. N® 38. Julio-Diciembre, 2010. ISSN: 0798-9881 plicar por qué las instituciones intemacionales son construidas por los Estados (...) Tradicionalmente contrapuesto a la teoria raciona- lista es el enfoque sociologico del estudio de las instituciones, que subraya el papel de las fuuerzas sociales impersonales tanto como el efecto de las practicas, normas y valores culturales que no se deri- van de caleulos de intereses (1998: 222). El cuarto debate gira sobre el caracter del comportamiento de los acto- res comprometidos en negociaciones estratégicas. Para el racionalismo, el comportamiento de los agentes internacionales es deliberado, casi inmutable, ahistérico y amoral, por ende, es identifiable, objeto de conocimiento y verifi- cable cientificamente. En este sentido y, a diferencia del reflectivismo, el com- portamiento racionalista no depende, en absoluto, del altruismo, del idealismo, de las normas intericrizadas o de una creencia compartida en un conjunto de valores implicitos en la cultura. Seguin esto, la cooperacién internacional puede entenderse sin referencia alguna a cousideraciones éticas. Como sostie- ne Keohane: ‘Cuando prevalece la armonia, las politicas de los agentes automiti- camente facilita cl logro de las metas de los demas. Cuando hay discordia, las politicas de los agentes entorpecen la realizacion de Jas metas de los otros, y no se ajustan para hacerlas mas compati- bles. Tanto en Ja armonia como en la discordia, ningiin agente tiene ‘un incentivo para cambiar su comportamiento. La cooperacién, sin embargo, exige que las acciones de individuos u organizaciones di- ferentes que no estén en armonia preexistente- Heguen a una con- formidad entre si a través de un proceso de coordinacién de politi- cas. Esto significa que cuando se produce Ia cooperacién, cada parte cambia su comportamiento de acuerdo con cambios en el comportamiento de los demas (1998: 220-221). Segiin esta apreciacién, el comportamiento de lo actores que participan en un acuerdo de cooperacién debe ser entendido en relacin dialéctica con la discordia, segtin la primera imagen del realismo. Sin embargo, los paises pueden delinear su comportamiento hacia la moderacién limitada, cuando en el seno de organizaciones internacionales, la estructura internacional, constri- fle sus comportamientos y limita sus prefetencias. Para el padre de Ia interdependencia compleja en el tercer debate y principal exponente de la sintesis neo-neo, el racionalismo considera que existe una racionalidad commin entre los actores estatales porque evaliian sus intereses nacionales y las estrategias para satisfacerlos en situacién de escasez y competencia. El sistema internacional nace de la actividad egoista de los 56 Revista Venezolana de Ciencia Politica ‘Revista Venezolana de Ciencia Politica. N° 38. Julio-Diciembre, 2010. Peter Molina Hurtado ElDebate Contemporaneo de las Relaciones Internacionales. pp. 33-74 actores, cuyos objetivos y esfuuerzos no estan concentrados en crear orden, sino en satisfacer sus propios intereses. No obstante, las relaciones entre los Esta- dos crean instituciones internacionales que constrifien el comportamiento de sus miembros y que ellos las aceptan cuando consideran que son beneficiosas para sus intereses. Y. al contrario, si los actores estiman que los acuerdos ofte- cen pocas posibilidades de beneficio, entonces. no seria posible la instituciona- lizacién intemacional (Cft. 1998: 230). Para los racionalistas los actores tienden a colaborar porque les resulta menos costoso que si decidieran no hacerlo. Sobre Jos costes de mantenimien- to de la cooperaci6n nos dice Keohane: Las teorias racionalistas de las instituciones consideran que éstas afectan los modelos de costos. Especificamente, las instituciones reducen ciertas formas de incertidumbre y alteran los costos de transaccién: es decir, los costes de especificar y hacer cumplir los coutratos que subyacen en el intercambio (...) Inclusive, en ausen- cia de una autoridad jerérquica, 1a instituciones suministran infor macién (a través del control) y estabilizan las expectativas. Tam- bién pueden hacer factible el cumplimiento descentralizado, por ejemplo creando condiciones bajo las cuales pueda operar la reci- procidad (1998: 230-231). Visto asi, el racionalismo hace una descripcién muy clara de la politica mundial bajo el régimen de las organizaciones internacionales. Régimen en el cual la soberania y la autonomia estatal tienden a entorpecer la calidad de la comunicacién entre los agentes. Las instituciones, segiin este criterio, apare- cen cuando los costos de esta comunicacién son altos y se mantienen mientras exista el interés de los Estados en conservarlas, principalmente. por aquéllos que reflejan sus posiciones de poder relativo dentro de las organizaciones 0 instituciones internacionales. Las instituciones internacionales no son politica- mente neutras porque influyen en el comportamiento de sus agentes que, inclu- so encontrandose en situacion de desventaja dentro de ellas, ven limitaciones racionales a la desenfrenada busqueda del interés nacional. Asi, la estructura conformada por los agentes se convierte en marcos que guian y orientan las ac- ciones de los actores (Cf, Keohane, 1998: 232). El racionalismo neorrealista-neoliberalista sostiene que los Estados, operando colectivamente, construyen instituciones intemacionales y, aunque en ocasiones se nos parezcan mas a la célebre fabula de Rousseau: es mas pro- bable que los cazadores persigan individualmente a los conejos, a que coope- ren mutuamente para capturar el venado (Citado por Keohane, 1994: 406), lo cierto es que la presencia o ausencia de las instituciones internacionales influ- ye en los altos o bajos niveles. segtin sea el caso, de cooperacién interguberna- Revista Venezolana de Ciencia Politica 57 Revista Venezolana de Ciencia Politica Universidad de Los Andes, Mérida. N® 38. Julio-Diciembre, 2010. ISSN: 0798-9881 mental. Ademas, la evidencia empirica nos muestra que el régimen internacio- nal se incrementa en Ingar de disminuir. Para decirlo en términos de reflecti- vismo de Wendt: ‘Una institucién es una estructura o red relativamente estable de identidades e intereses. Tales estructuras a menudo codifican normas y reglas que futerzan o motivan la socializacién de los acto- res ya la participacién del conocimiento colectivo. Las institucio- nes son fandamentalmente entidades cognitivas que no existen apartes de las ideas que tienen los actores acerca de como funciona el mundo. Esto no significa que las instituciones no son reales u ob- jetivas (...) [sino que] la institucionalizacién es un proceso de inte- riorizacion de nuevas identidades ¢ intereses, no algo que ocurre furera de los actores y que s6lo afecta su comportamiento (...) creando constrefiimientos al comportamiento de actores exogena- mente constituidos (1995: 399). Expuesto de esta manera, el racionalismo nos resulta titil para acometer estudios sobre las instituciones internacionales, particularmente si se entiende, por ejemplo, que en ellas los agentes compiten entre si bajo un régimen de coo- peracién. Ademds, como sostiene Keohane, merecen estudiarse porque son importantes y su funcionamiento y evolucién son dificiles de entender y porque tienen el potencial de facilitar la cooperacién, aunque ésta no sea siem- pre es benigna, pero sin la cual estariamos perdidos (Cir. 1998: 241). 3. Critica al racionalismo En 1981, Robert Cox ya habfa criticado el supuesto racionalismo no histérico de las teorias neorrealistas y neoliberalistas. Si ello fuera asi, sostuvo, el esfuerzo de imposicién de la hegemonia estadounidense se podria entender s6lo desde el angulo de la politica del poder. De alli que no seria necesario exa- minar la contribucién que realiza el la difusion de sus valores en el esfuetzo que realiza para imponer su hegemonfa mundial. Seguin Cox, el racionalismo comin del neorrealismo surge de su polémica con el internacioualismo liberal como la tinica reaccién apropiada hacia un sistema de estado andrquico postu- lado. En esta situaci6n, 1a moral seria s6lo eficaz si es reforzada por el poderio fisico, lo que proporcioné al neorrealismo la apariencia de teoria no normativa o libre de valores por su exclusion de los objetives morales. Sin embargo, ar- gumenta Cox, tal calidad no nonmativa es superficial, pues de las premisas neorrealistas se desprende que la seguridad dentro del sistema interestatal de- pende de cada uno de Los actores principales que Jo integre, adoptando cada uno de ellos el racionalismo neorrealista como guia de accién. Entonces, la teoria neorrealista predice que los actores se inclinarén a esa forma de pensa- 58 Revista Venezolana de Ciencia Politica ‘Revista Venezolana de Ciencia Politica. N° 38. Julio-Diciembre, 2010. Peter Molina Hurtado ElDebate Contemporaneo de las Relaciones Internacionales. pp. 33-74 miento por su experiencia dentro del sistema, pero, en este punto ocurre que la teoria desempefia una labor de proselitismo a favor de dicha forma de raciona- lismo (Cfi. Cox, 1996: 92). En otros témminos, el proselitismo racionalista del neorrealismo oculta el hecho que en un sistema internacional donde los Estados mas poderosos han alcanzado niveles de poder superiores a los requeridos para lograr el equilibrio con sus rivales puede sucumbir a la tentacion de descartar el racionalismo del neorrealismo y buscar imponer su propio sentido moral del orden. Esto puede suceder si, como en el caso de Estados Unidos, en el que Ja “la tradicion cultu- ral se ha encargado de impulsar conceptos mas optimistas y moralistas de la naturaleza del hombre, del Estado y del orden mundial” (1996: 92). Asta critica temprana contra la libertad de valores en el racionalismo se agregaron ripidamente otras: ges la anarquia del sistema intemacional una condicion objetivamente inherente al sistema mismo o es una construccion humana y, por ende, sujeta al cambio, a su transformacién o a su completa su- peraciou? ¢$i el comportamiento de los actores no influyen las acciones de las. instituciones. entonces, los cambios de las instituciones son achacables a pro- cesos autoconscientes de las instituciones, o sea, que estén predispuestas al cambio, o, mas bien, son producto de los cambios en Ia percepcién de los agen- tes sobre las instituciones mismas y el sistema internacional en su conjunto? Si esto es asi, como sostiene el reflectivismo, entonces, ,por qué cambian las per- cepciones de los actores participantes en una estructura internacional? ,Qué factores historicos y valorativos contribuyen al cambio de percepcién de los actores? {Son estos factores subjetivos determinables objetivamente? Y, zen qué medida la percepcién del sujeto observador sobre los actores y las estruc- turas influye en su apreciacién sobre el fenomeno a estudiar? Es decir, ges po- sible separar el sujeto del objeto de la observacion? Keohane agrupé entorno del reflectivismo, etiqueta que acuiia “dado que todos ellos subraya la importancia de Ja reflexion humana para la naturale- za de las instituciones y, en tiltima instancia, para el cardcter de la politica mundial” (1998: 223), a autores de tendencias diversas: los teéricos criticos marxianos, como Robert W. Cox y Andrew Linklater, postmodernistas, como Richard Ashley: postestructuralistas, como James Der Derian; feministas, como Cristinne Sylester y J. Ann Tickner; y los sociélogos constructivistas 0 cognitivistas, segin la apreciacion que dan Andreas Hasenclever, Peter Mayer y Volver Rittberger (1999: 6), como Alexander Wendt. Autores cuyas lineas de investigacion son muy diversas y, en ocasiones, no comparten premisas ni pos- tulados ontolgicos, qué es lo que se ha de estudiar, ni epistemologicos, como lo sabemos. Sin embargo, forman una unidad en cuanto que sostienen que la politica mundial esta socialmente construida (Wendt, 1995: 71). Es decir, que las instituciones estan constituidas por las practicas de conocimiento que cons- tituyen a los individuos (Wendt, 1992: 394). Revista Venezolana de Ciencia Politica 59 Revista Venezolana de Ciencia Politica Universidad de Los Andes, Mérida. N® 38. Julio-Diciembre, 2010. ISSN: 0798-9881 Del mismo modo, estas perspectivas criticas de la corriente de investi- gacién principal de las relaciones internacionales se legitiman al ser parte de la reaccién contra el consenso positivista de construir una disciplina fundada en las explicaciones mecanicistas, causales y universalistas de los fendmenos in- temacionales. Asi, sefiala Tickner: confrontados cou lo que ellos describen como un mundo de multiples realidades, los pospositivistas estan intentando deconstruir la disciplina tradicional y las relaciones que ésta estudia, mediante la revision de sus supuestos fundamentales (2001: 652). Unos supuestos que consideran determinados por el contexto historico y temporal del observador y que, por un lado, afecta la objetividad del investigador y, por el otto, determina al carécter de los constructos sobre los cuales se fundameuta la disciplina. Sobre ambos aspectos nos advierte del Arenal: Desde nuestro punto de vista, el problema de la subjetividad de la teoria de las relaciones internacionales se ha de enfocar desde una posicién realista (...) El especialista de las relaciones internaciona- les puede y debe aspirar a la objetividad en el sentido de evitar una distorsién de la realidad que se pretende estudiar y de los proble- mas a que quiere dar respuesta, pero no puede, aunque lo pretenda, ser neutral, pues en el campo de las ciencias sociales no hay ciencia neutral. Debe, en consecuencia ser consciente de su opcién perso- nal y de la incidencia que la misma tiene en su elaboraciéa tedrica, so pena si no de desvirtuar su propia indagaci6n personal (1994: 440). Este tipo de reflexién postpositivista fue posible gracias al término de una historia, la Guerra Fria, y no al fin de la historia. La nueva problematica in- temacional, como bien apunta la profesora Paloma Garcia Picazo, permitié el surgimiento de la reflexividad tedrica que nos va a liberar de los tes criterios de la Logica positivista de la investigacién que domina a la cortiente teérica principal de las Relaciones Internacionales y que se presenta como una remi- niscencia del debate entre normativismo y empirismo: la verdad como corres- pondencia, unidad metodologica de las ciencias y la naturaleza exenta de valo- res del conocimiento cientifico 0 neutralidad cientifica como garantia de obje- tividad cientifica (1998: 23). De esta manera, al abrirse el panorama te6rico, en términos de decons- truccién del positivismo o de demostrar la imposibilidad de separacién del sujeto-objeto; de la no preeminencia del naturalismo o falsedad de la equiva- lencia entre las ciencias naturales o positivas y las ciencias sociales; y de la no disyuncién entre hecho y valor; a reflexion tedrica abrié el camino a la bus- queda de respuesta a la pregunta que Mark Neufeld se hiciera sobre las Rela- ciones Internacionales: {A qué se debe que la teoria orientada hacia la eman- 60 Revista Venezolana de Ciencia Politica ‘Revista Venezolana de Ciencia Politica. N° 38. Julio-Diciembre, 2010. Peter Molina Hurtado ElDebate Contemporaneo de las Relaciones Internacionales. pp. 33-74 cipacién del ser humano permanezca tan pobremente desarrollada en la disci- plina de las relaciones internacionales? (Neufeld, 1995: 1). Asi, Garcia Picazo sefiala La teorfa asume de ese modo el papel de meta-teoria, u objetivo que no separa los compromisos de la observacién empirica de la reali- dad de las obligaciones morales que comporta la actuacién. Dado que la operacion de desguace [deconstruccién] afecta la estructura de la teoria internacional, se impone Inego la reestructuracion post-positivista de la misma, calificada de reflexiva por su condi- cién auto-consciente: como interpretativa por su intencién delibe- rada; y como critica hacia el orden global existente por su vocacion explicita (1998: 24). Ala par de los cambios ocurridos en el sistema internacional con la caida del Muro de Berlin, es decir, a la disolucién del principio ordenador de la estructu- ra internacional de la postguerra y que implicé una realineacién de los princi- pales actores que configuraron dicha estructura, no por un cambio en la distri- bucién de los recursos de poder, sino por la emergencia de otros factores (Tomassini, 1991: 16), el cuarto debate de las Relaciones Internacionales ocutre paralelo a la deconstruccién del lenguaje de validez universal al que aspira toda teoria, logocéntrica, por lo demas, que aspira el postmodernismo en su intento de restablecer la soberania del individuo frente al determinismo his- t6rico de la modernidad, que es sefialado como responsable de conducir a la humanidad hacia la autodestruccion. Como seftala Maurice Augé: La elaboracion individual de representaciones debe considerarse mas seriamente cuanto que nos encontramos en una época en que Jas retéricas intermediarias decaen y se desorganizan. Por retéricas intermediarias entendemos los elementos discursivos propios, tanto de las cosmogonjas tradicionales como de los cuerpos inter- mediarios de la sociedad moderna (sindicatos, partidos, etc.) que antes daban un sentido al mundo, es decir, una condici6n intelec- tual y simbolica a las relaciones con Jos demas. La necesidad de re- curtir al individuo es pues hoy una comprobacién empirica y una necesidad de método (1996: 128-129). Este cambio de actitud frente a la ciencia tradicional ha significado para las Relaciones Internacionales disefiar mevos mapas cognoscitivos que nos permita ver, comprender, y legitimar las nuevas realidades internacionales (Tomassini, 1991: 17). Sin embargo, la elaboracién de estos mapas en la disci- plina no est exenta de reflejar la incertidumbre de los tiempos actuales, pues Revista Venezolana de Ciencia Politica 61 Revista Venezolana de Ciencia Politica Universidad de Los Andes, Mérida. N® 38. Julio-Diciembre, 2010. ISSN: 0798-9881 como bien dice Garcia Picazo, en el cuarto debate no existe y, menos atin, se admite la validez de una racionalidad tmica y, mucho menos, una narrativa his- térica universal con un discurso exclusivo y excluyente de la diversidad de sig- nificados e identidades. Pero, la renuncia al dogmatismo suscita un notable desconcierto, que en lo teérico puede llevar a un eclecticismo mal articulado, precioso, pero trivial, aunque también nos puede conducir a hacer investiga ciones rigurosas, no por el retorno de una Gran Teoria, sino por la polaridad ideolégica que existe en tomo de todos los acontecimientos humanos (Cfr 1998: 280). La razon de esta proposicién resulta sencilla de entender, si se tiene en. cuenta que, para estos criticos, la disciplina de las Relaciones Internacionales esta demasiado involucrada con la perspectiva global de los paises capitalistas desarrollados, en particular con la de Estados Unidos, sus intereses mundiales, problemas y perspectivas de seguridad. Como critica Cox la apreciacién fun- damental del racionalismo sobre las instituciones internacionales: La institucionalizacién es un medio de estabilizaciGn y de perpe- tuacion de un orden en particular. Las instituciones son el reflejo de las relaciones de poder que prevalecian en el momento de su origen y, por lo menos en un principio, tienden a promover imagenes co- lectivas congruentes con dichas relaciones de poder. Con el tiempo las instituciones cobran vida propia; pueden convertirse en campo de batalla de tendencias contrarias, o estimular la creacién de insti- tuciones rivales que reflejen tendencias distintas. Las institucioues representan amalgamas muy peculiares de ideas y de poder mate- rial que, a su vez, ejercen influencia en el desarrollo de ideas y ca- pacidades materiales (1996: 99), En este sentido, la importancia para nuestras vidas de las instituciones internacionales, como defiende Keohane (1998: 219), esta asociada con lo que Antonio Gramsci denominé hegemonja. Es decir, las instituciones intemnacio- nales y el régimen de instituciones internacionales creado por Estados Unidos para cstabilizar el escenario internacional, cuentan con un fuerte potencial de imposicién, pues a través de ellas, los paises débiles convienen en la legitimi- dad de las relaciones de poder prevalecientes (Cox, 1996: 100). Contrarios a la percepcién del racionalismo. el reflectivismo sostiene que la diversidad de puntos de vista es mas apropiada para explicar la compleja y heterogénea realidad mundial y que dicho punto de partida es compatible con la tarca historica de la disciplina por alcanzar la racionalidad y la objetividad explicativa necesaria. Como bien seiiala Yosef Lapid, en lugar de empeiiamos en construir un determinado método cientifico universal, deberfamos promo- ver un ambiente intelectualmeute reflexivo en el que la discusi6n, la critica y 62 Revista Venezolana de Ciencia Politica ‘Revista Venezolana de Ciencia Politica. N° 38. Julio-Diciembre, 2010. Peter Molina Hurtado ElDebate Contemporaneo de las Relaciones Internacionales. pp. 33-74 las novedades pudieran circularmente libremente (1989: 250). Lapid niega que la disciplina haya superado las fronteras del debate In- terparadigmatico y desconoce a la sintesis neo-neo como factor para anunciar Ja existencia de un debate nuevo porque el tercer debate continua en la oposi- cion entre actor y estructura, por ello, como subraya Tickner, existe muy poca posibilidad para que exista un debate amplio y constructivo, pues en las Rela- ciones Internacionales la separacién entre los que creen que todo el proyecto positivista para las ciencias sociales es cuanto menos dudoso y entre aquellos que afirman que el pluralismo metodolégico esta inhibiendo la acumulacion de conocimientos de base cientifica es grande (2001: 653). En todo caso, las perspectivas te6ricas criticas, en su afin de superar el etmocentrismo predominante en las Relaciones Internacionales, comenzaron a extender las investigaciones mas alla de los limites impuestos por los paradig- mas dominantes, cl de las relaciones interestatales, ahora asaltadas por relacio- nes transnacionales, pero que, dado el acercamiento entre neorrealistas y neoli- beralistas institucionales en los afios ochenta, giran en torno de la estructura, para profundizar el andlisis en el eje nodal de ambas: el individuo. Como sefia- lan Yale Ferguson y Richard Mansbach, si son los individuos y no los Estados los actores reales, debemos penetrar la fachada normativo-legal para ver quién © qué se esté comportando de una cierta manera, asi como ver los factores que influyen ese comportamiento (1991: 370). Asi, por ejemplo, el eje central del planteamiento feminista es el de se- fialar que el conocimiento humano ha sido siempre entendido como conoci- miento sobre los hombres que viven en culturas dominantes (Tickner, 2001: 656). Por lo que, como resaltan las y los feministas, dichos conocimientos, fundados sobre los hechos de los hombres occidentales 0 exitosos en particula- res, resultan limitados para conocer las realidades diversas de hombres y, fun- damentalmente, de mujeres de diferentes culturas y sus contribuciones a la teoria y la practica de las relaciones internacionales. Como argumenta Sandra Harding, las vidas de las mujeres en cualquier cultura, sociedad o perfodo his- torico han sido devaluadas y hasta obviadas como puntos de partidas para cual- quier tipo de investigacion cientifica (1990: 141). Harding argumenta que la construccién tedrica de las Relaciones Inter nacionales ha estado determinada por una visi6n masculina de la realidad. Como sefiala Tickner: la politica internacional es un mundo de hombres, un mundo de poder y conflicto en el cual Ia actividad privilegiada es el estado de guemma permanente (1995: 53). El cardcter etnocéntrico de este pensamiento masculino, considera Harding, se refleja en las instituciones y en los esquemas conceptuales dominantes. Por lo que se desprende que este pensamiento no es en nada objetivo y, mucho menos, universal. Por tal raz6n, es mas probable que las perspectivas 0 puntos de vista de las personas de fuera o de los excluidos, los que han sido llamado peyorativamente como ate6ricos, pretedricos 0 Revista Venezolana de Ciencia Politica 63 Revista Venezolana de Ciencia Politica Universidad de Los Andes, Mérida. N® 38. Julio-Diciembre, 2010. ISSN: 0798-9881 post-tedricos, pueden Iegar a producir mas conocimientos objetivos que el de los grupos dominantes, cuyos portavoces tedricos estan més interesados en mantener el status quo y en legitimar las estructuras de poder existentes (1990: 142). Por lo que para corregir las distorsiones, la falta de objetividad y de uni- versalidad de las Relaciones Internacionales es necesario superar la confianza excesiva mostrada en las investigaciones sobre las vidas de individuos privile- giados, principalmente de los hombres, y extender Ia indagacion hacia las ver- dades que subyacen en las realidades diversas del mundo. Pero, {Como pueden estas concepciones feministas de la objetividad ayudarnos a confeccionar una mejor explicacion de las relaciones internacio- nales? (Tickner, 2001: 650). La respuesta dada por las/los feministas es bien clara: hay que desafiar las proclamaciones de universalidad y de objetividad de las teorias que reproducen modelos sexualmente sesgados. Es decir, no se pueden aceptar la pretensién de universalidad de teorias que hunden sus raices en una parte particular del mundo, el eurocéntrico, que tienen su énfasis en los temas asociados a una parte especifica de la realidad internacional, la alta poli- tica de la seguridad nacional y que asocian mecanicamente las interacciones estatales a la conducta humana y, en particular, a la mostrada por el género masculino. Como nos dice Tickner: Se nos socializa para creer que la politica de la guerra y el poder es una esfera de actividad con la que los hombres tienen una afinidad especial y en la que estan mas experimentados, y que es mas proba- ble que cuando sus voces describen un mundo tendente al conflic- to, lo explican y elaboran recetas para remediarlo, suenen mas au- ténticas. Esta linea rigida de separacién entre la politica internacio- nal y nacional, evidente en la teoria internacional, ha conllevado una exclusion de aquellas esferas de actividad con las que se ha asociado tradicionalmente a las mujeres. La investigacion de estas esferas de actividad y del ambito de la alta politica desde la pers- pectiva del observador externo puede arrojar nueva luz sobre el Estado y los limites en los que se han enmascarado nuestra com- prension tradicional de las relaciones internacionales (2001: 660 a 661). Asi, denuncian que la teorfa convencioual internacional, basada en la descripcién de Hobbes sobre el estado de naturaleza, ha configurado nuestra interpretacién de la realidad internacional como permanentemente conflictiva. Esta descripcion de la realidad exterior vigoriza la nocién de masculinidad de las relaciones internacionales, por lo que, tedricamente, privilegia alos proble- mas de seguridad y de la competencia interestatal, que incluyen la construc- cién de instituciones que fomentan la cooperacién sélo para la defensa del in- 64 Revista Venezolana de Ciencia Politica ‘Revista Venezolana de Ciencia Politica. N° 38. Julio-Diciembre, 2010. Peter Molina Hurtado ElDebate Contemporaneo de las Relaciones Internacionales. pp. 33-74 terés nacional y, en la practica, tales imagenes desfavorables del exterior son utilizadas para asegurar la unidad de unos contra los otros, al atribuirle el epite- to de peligrosos a todos quienes estan fuera, consolida una visién de las perso- nas como objetos y afirman una vision subjetiva de la realidad. Para las/los feministas. esta pretensién universal y objetiva de las teo- rias convencionales no existe en realidad y solo garantizan, mediante sus auto profecias, la consolidacién de jerarquias entre las naciones, de la desigualdad entre las mismas y del etnocentrismo. Como bien seriala Christinne Silvestre, las/los feministas con nuestras especulaciones no queremos tiranizar a unos pueblos mientras emancipamos a otros, no queremos puntualizar y analizar al- gunas actividades relevantes de las relaciones internacionales en detrimento de otras (1996: 257). Por el contrario, sostiene que la especulacion feminista per- sigue examinar criticamente las teorias sociales supuestamente probadas y re- velar en ellas las distorsiones y las exclusiones en las que incurre por asumir una supuesta neutralidad cientifica, que debe ser superada. Mas atin, agrega, la teoria feminista persigue sefialar que hay otras formas de ver el puzzle de las relaciones internacionales sin la necesidad de codificar la realidad sobre la base de modelos preconcebidos. La reflexidn, la deconstruccin del discurso dominante y el examen de campos no considerados, como los asuntos del género, la condicién humana y los sentimientos de las personas (temores y deseos) se abren para darnos perspectivas validas de la politica intemnacional. Por ello Tickner propone seis reformulaciones feministas a los seis principios del realismo enunciados por Morgenthau y que, en su conjunto, en- cierran los elementos del reflectivismo tedrico. Proposiciones que, a su vez, nos permitiria pensar en términos multidimensionales. Ellos son: 1. La objetividad esta culturalmente definida en términos de mascu- Jinidad. Es decir, la naturaleza humana es tanto masculina como femenina y contiene elementos de reproduccién y desarrollo social a demas de dominacién politica. 2. Elinterés nacional es multidimensional y contextualmente contin- gente. En otros términos, no puede ser definido exclusivamente en términos de poder, ya que en el mundo contemporaneo la satisfac- cin del interés nacional demanda cooperacion mas que solucio- nes suma-cero. 3. El poder no puede ser usado como un concepto de validez univer- sal. El poder es dominacién y control, privilegia la masculinidad e ignora las posibilidades de los emparejamientos colectivos, un. aspecto del poder asociado con Ia feminidad. 4. Rechazo a la posibilidad de separar las aspiraciones morales de la accién politica, pues todas las acciones politicas tienen significan- cia moral. 5. Busqueda de los elementos de una moralidad comin en las Revista Venezolana de Ciencia Politica 65 Revista Venezolana de Ciencia Politica Universidad de Los Andes, Mérida. N® 38. Julio-Diciembre, 2010. ISSN: 0798-9881 aspiraciones humanas, que podrian llegar a ser la base para des- encalar el conflicto internacional y constrnir una comunidad in- temnacional. 6. No hay autonomia de la esfera politica, La autonomia esta asocia- da con la masculinidad de la cultura occidental, el esfuerzo disci- plinario de construir una vision del mundo que no descanse en una concepcién pluralista de Ja naturaleza humana es pareial y mascu- lino (Cfr. Tickner, 1995: 67) Resulta bastante obvio que si la teoria intemmacional desea producir un tipo nuevo de conocimiento que asuma la existencia de los mas diversos mundbs, cada uno de ellos con sus propias historias y valores, ha de hacerse mas sensible, o sea, més femenina. Conocimiento pluralista que proyectard, sin duda, a la disciplina mas alla del estrecho marco geogréfico en el que sc ha desarrollado hasta nuestros dias. Y, no nos cabe ninguna duda, la revolucion post modema abrié esta posibilidad de desarrollo, Eu primer lugar, porque la oposicién epistemoldgica del postmodemismo al positivismo de la ciencia modema supone el fin del argumento del sujeto neutral comprometido con una realidad objetiva en la que no se reconocen propésitos ¢ intereses preexis- tentes (Linklater, 1997: 279). ¥ todo porque sencillamente no hay ni cientifico plenamente neutral ni ciencia plenamente desinteresada, pues otro trabajador mas que somos, estamos comprometidos con la opresién 0 con la liberacion. Mientras que, cualquier pretension de posible neutralidad cientifica frente a la realidad que nos ocupa comprender y explicar encierra, mds bien, la pretension 0 la posibilidad de estar contra unos y contra otros. EI Realismo, el neorrealismo y el internacionalismo neoliberal, ahora transmutados en racionalismo, han hecho hincapié en su pretendida neutrali- dad cientifica para justificar las causas ideol6gicas de las estructuras de poder. Considerando inmutable la naturaleza de la politica mundial, estas corrientes te6ricas han reiteradamente impedido la reflexividad de una sociedad intema- cional y, con ello, han frenado toda posibilidad desde las Relaciones Intema- cionales para que elabore, como construccién humana, un sentido de su histo- ria futura. El reflectivismo niega la separacién sujeto-objeto y como seiiala Paloma Garcia Picazo, es esa reflexién la que proporciona el valor y el sentido ltimo de una teorizacién auténticamente eficaz de las relaciones internaciona- les: El apremio proviene del estado del mundo, eritico y criticable. La crisis, instalada en Ia vida como condicién basica, no es negativa en principio, 0 mal o temible; si puede serlo la respuesta dada a situa- ciones de crisis [Asi, una teorizacién eficaz debe dar cuenta de] las cinco cosas intolerables identificadas por Phillip Allot: el desarro- Mlo social desigual, la guerra y el anmamento, la opresién gubema- 66 Revista Venezolana de Ciencia Politica ‘Revista Venezolana de Ciencia Politica. N° 38. Julio-Diciembre, 2010. Peter Molina Hurtado ElDebate Contemporaneo de las Relaciones Internacionales. pp. 33-74 mental, 1a degradacién fisica del planeta y la degradacién espiri- tual, que desplaza hacia una tinica cultura de masas dominadas por una forma brutal de capitalismo; una cultura de masas que esta as- fixiando todos los valores competentes y todas las culturas locales, una cultura de masas que est depravando la conciencia humana (1998: 46). Asi, una teoria internacional ideal seria aquélla que pudiese dar una respuesta eficaz a estas cinco cosas intolerables. En segundo lugar, nos dice Linklater, la teoria critica rechaza la afirmacién de la existencia de estructuras sociales como inmutables (1997: 284). La afimmacion de inmutabilidad solo persigue ocultar el cardcter desigual de las estructuras de poder y de riqueza, las cuales, en principio, son plenamente alterables. Como senala Paloma Garcia Picazo cuando sc refiere al fundamento de origen del constructivismo y del rechazo que hace a la percepcién sobre los asuntos humanos, las relaciones sociales y la institucionalizacién de cosas que son como son: Nada es perpetuo o exclusivo (...) Progreso es lo contrario de las cosas son como son. Sobre a afirmacién las cosas son como son pesa una gran carga negativa y negadora (...) imponiendo implici- tamente son como eran y también seran como son. Dicho de otro modo, los que lo sostienen afirman que la historia se repite, que no hay cambio, no hay evolucién. Frente a los pattidarios de las cosas son como son es necesario -y mds verdadero- decir las cosas sou lo que son. Ese es un mejor principio de la realidad porque es mas ver- dadeto (...) Acaso Jesiis no dijo: Yo soy el que soy (1998: 34). Sencillamente, las teorias criticas y el constructivismo investigan pro- puestas para la conformacién de nuevas formas de comunidad, en las que los individuos puedan desarrollar relaciones sociales no sustentadas en la exclu- sion social y que se traduzcan en formas cualitativamente superiores de liber- tad. Para lograr tal fin, Linklater propone Ia creacién de una sociologia histori- ca cuyo propésito debe ser la emancipaci6n. Sociologia que sea capaz de supe- rar los limites autoimpuestos por el marxismo tradicional por el recargado én- fasis del materialismo historico sobre los modos de produccién y el conflicto de clases y que no le permitis incluir en su andlisis asuntos de importancia his- torica como la raza, el género, la construccion de Estados, las guerras, la mora- lidady la cultura, Aspectos sociales que quedaron relativamente inexplorados. Asi, sefiala: El marxismo produjo una clara pero limitada vision politica que de- fendi6 la eliminacion de las relaciones de clase, la propiedad priva- Revista Venezolana de Ciencia Politica 67 Revista Venezolana de Ciencia Politica Universidad de Los Andes, Mérida. N® 38. Julio-Diciembre, 2010. ISSN: 0798-9881 day la produccién, pero no ofrecié una visién clara del orden social que se requeria para asegurar la libertad fuera de la esfera de la pro- ducci6n. La teoria critica reciente se ha esforzado por resolver estos problemas con el desarrollo de Ja idea de la comunicacién no falseada o deformada, creando una sociologia histérica mas com- pleja que se basa en la idea del aprendizaje social (1997: 284). ‘A partir del aniilisis de la comunicacién de Habermas, Linklater nos dice que el vinculo social enseiia al ser humano a distinguirse como miembro de una comunidad de ideas y valores diferente de las otras. Es decir, el lazo social une y divide simultineamente, tanto hacia el interior del Estado (distincion de clases, género, razas) como hacia el entomo de éste (conflictos interestatales, percepcion ambivalente de los miembros de una comunidad es- tatal frente a otra, por ejemplo) (Cfr. 1997: 284 a 287). En el mundo contempo- réneo de las relaciones intemacionales esto se refleja en las formas en que las comunidades territoriales incluyen o excluyen a ottos. Asi, las grandes dificul- tades del momento pasan por intentar entender la relacién entre el deber de los ciudadanos hacia sus congéneres comunitarios y los deberes para con el resto de la humanidad. Asi, Ia teoria critica se pregunta sobre cémo interactiian los miembros de una comunidad y como, dentro de una comunidad, se crea una identidad comin; cual es el nivel de homogeneidad social y politica necesaria para lograr la creacién de una comunidad y qué nivel de heterogeneidad esta pemuitido para que el funcionamiento de la comunidad no se vea afectado; como se cierra una comunidad frente a otra y cual es el nivel de internacional: zacién que pueden tolerar los miembros de una comunidad en sus dreas politi- cas, econémicas, sociales y culturales frente a otra: y, qué tan lejos se puede ir en la apertura de las practicas morales aprendidas en una comunidad frente a otros. Asi, si uno piensa en el proceso de globalizacién como una creciente densidad de intercambios politicos, econdmico-comerciales, sociales y cultu- rales que intenta homogeneizar normas y valores occidentales; en 1a crisis del Estado-nacién y en los ascensos de nacionalismos de todo tipo y de los inte- grismos religiosos, no sélo el islamico, y la interrelaci6n de este conjunto de factores exogenos y endégenos, las preguntas enunciadas por Ia teoria critica pueden ser una gran guia para la investigacién. Con mas precisién, si uno piensa en la integracién regional, por ejemplo, la reflexidn sobre los significa- dos intersubjetivos y las imagenes colectivas en Ja estructura internacional pueden ser titl para explicar el surgimiento de estructuras intemacionales al- temativas. Como las explica Cox Las ideas se pueden clasificar en dos tipos. El primero consiste en significados intersubjetivos, o sea aquellas nociones compartidas 68 Revista Venezolana de Ciencia Politica ‘Revista Venezolana de Ciencia Politica. N° 38. Julio-Diciembre, 2010. Peter Molina Hurtado ElDebate Contemporaneo de las Relaciones Internacionales. pp. 33-74 con respecto a la naturaleza de las relaciones sociales que tienden a perpetuar tanto hébitos como expectativas de conducta. Como ejemplo de significados intersubjetivos en la politica mundial con- tempordnea podemos citar las nociones de que los pueblos son or- ganizados y regidos por Estados que detentan autoridad sobre terri- torios definidos: de que los Estados se relacionan entre si a través de representantes diplomaticos, lo cual obra a favor del interés comin de todos los Estados; y de que deben dar por sentados cier- tos tipos de comportamiento cada que surgen conflictos entre Esta- dos (...) El otro tipo e ideas que competen a una estructura histéri- ca se refiere a imagenes colectivas de un orden social detentado por distintos grupos de gente. Estas se difieren en cuanto a la naturaleza y la legitimidad de las relaciones de poder prevalecientes, a los sig- nificados de justicia y bienestar publico (...) En tanto que los signi- ficados intersubjetivos se difunden ampliamente por todos los con- fines de una estructura histérica especifica y constituyen el terreno comin de la disertacion social (incluido el conflicto), la imagenes colectivas pueden ser numerosas y opuestas. El choque de imag nes colectivas rivales es prueba del potencial de caminos alternat ‘vos de desarrollo, y plantea interrogantes concernientes a la posible base material ¢ institucional para el surgimiento de una estructura alternativa (1996: 99). En general, las variantes discursivas de los enfoques tedricos reunidos bajo la etiqueta del reflectivismo presentan un eje comin contra el racionalis- mo: asumen que las instituciones politicas son construcciones sociales mi que materiales. Estas estructuras son hechas por los hombres y no por una dis- tribucion material de las capacidades de los Estados; por lo tanto, las estructu- ras existen por las practicas sociales de los Estados (Wendt, 1995: 72). Este es el sentido que, desde el racioualismo, da Keohaue al reflectivismo Estos autores subrayan que los individuos, las organizaciones loca- les € inclusive los Estados, se desarrollan dentro del contexto de instituciones mas abarcadoras. Las instituciones no reflejan simple- mente las preferencias y el poder de las unidades que las constitu- yen: las instituciones mismas configuran tales preferencias y tal poder. Las instituciones, en consecuencia, son constitutivas de los agentes, tanto como éstos lo son de aquéllas. No es suficiente en este enfoque tratar las preferencias de los individuos como algo dado exégenamente: se ven afectadas por los acuerdos institucio- uales, por las normas prevalecientes y por el discurso histéricamen- te contingente entre Ja gente que busca cumplir sus propésitos y re- solver sus problemas autodefinidos (1998: 223). Revista Venezolana de Ciencia Politica 69 Revista Venezolana de Ciencia Politica Universidad de Los Andes, Mérida. N® 38. Julio-Diciembre, 2010. ISSN: 0798-9881 Para los reflectivistas, las teorias racionalistas de las instituciones no conticnen una dinamica endogena. Es decir, la reflexion individual y social de los actores (aprendizaje), que conduce a cambios en las preferencias o puntos de vistas de los actores miembros de las organizaciones internacionales (historicidad), es ignorada completamente. Asf, para los reflectivistas, los ra- cionalistas sostienen que las preferencias de los actores son fijas, lo que impide entender por qué se producen los cambios en las organizaciones ¢ instituciones internacionales o, mas simplemente, porque ocurre la emergencia de nuevos problemas internacionales. Como dice Ashley, cuando enumeta los logros post estructuralismo, ignora el problema de Ja representacién politica eu la vida modema (1997: 245). Desde esta perspectiva, las teorias racionalistas parecen sélo tratar una dimension especifica de 1a realidad, incompleta, en todo caso, pues, anclada en cl criterio que actores contendientes evahian racionalmente los intereses en juego y las estrategias para alcanzarlos, omite los cambios que tiene lugar en la conciencia y en nuestros sistema de creencias que afectan los intereses y las percepciones de los actores. En descargo del racionalismo, Keohane reconoce esta restriccion del racionalismo: Las ctiticas a la teoria racionalista, tanto desde adentro del marco de sus presupuestos como fuera de ellos, son amplias y significati- vas. El presupuesto del equilibrio [de poder] a menudo es engaiioso y puede llevar a un andlisis mecdnico o distorsionado. La teoria ra- cioualista da cuenta mejor de los cambios en la fuerza de las institu ciones que en los valores que sirven para promocionar. Las varia ciones culturales crean anomalias para la teoria. No toma en cuenta el efecto de los problemas sociales de reflexion o aprendizaje en las preferencias de los individuos o en las organizaciones que dirigen. Finalmente, la teorfa racionalista ha tenido poco que decir acerca de los orfgenes y evoluci6n de las practicas y a menudo ha desesti- mado el efecto de las practicas tales como la soberania en las insti- tuciones especificas que estudia (1998: 239) 4, ¢Podra ocurrir una sintesis tedrica nueva? Hoy, las criticas del reflectivismo no han Iegado a demoler el progra- ma de investigacion racionalista, sencillamente, porque ninguna teoria de las ciencias sociales est4 completa. Por esta raz6n, Robert Keohane propuso una salida ecléctica, de compromiso, igual a la que permitié superar al debate inter- paradigmatico, que ayudaré a comprender las instituciones y las pricticas so- ciales, por un lado, y las relaciones existentes entre ellas, por el otro. Una sinte- sis que no surgira esponténeamente, como sugiere. sino de la confrontacién, de la competencia y, principalmente, del didlogo genuino entre las partes. Asi, sefialo: 70 Revista Venezolana de Ciencia Politica ‘Revista Venezolana de Ciencia Politica. N° 38. Julio-Diciembre, 2010. Peter Molina Hurtado ElDebate Contemporaneo de las Relaciones Internacionales. pp. 33-74 ‘Un desafio importante para los estudiosos de las relaciones interna- cionales cs obtener tal conocimiento de las instituciones, a través de la teoria y la aplicaci6n de la teoria a la practica, pero especial- mente a través de Ja investigacién empirica. Ni la teorfa puramente racionalista ni el criticismo puro es probable que suministren tal conocimiento. Deberfamos exigirles a los defensores tanto de la teoria racionalista como de Ia reflexiva que crearan programas de investigacion genuinos; no afirmaciones dogmaticas de superiori- dad epistemolégica u ontologica, sino formas de descubrir nuevos hechos y de desarrollar interpretaciones iluminadoras de las institu- cioues internacionales (1998: 241). ‘A decir verdad, no cabe duda que el desarrollo teérico principal de las Relaciones Internacionales se inclina més hacia el lado del racionalismo, mientras que del lado del reflectivismo las tendencias siguen acentuandose. Si esta situacion continia se ve dificil que la sintesis sugerida por Keohane ocurra, al menos, entre el grueso de proposiciones reflectivistas y entre éstas, la teoria critica marxiana, con el racionalismo. Sin embargo, Wendt apunta que la sintesis si puede ocurrir en algunos enfoques especificos, como el construc- tivismo, pues las ideas constructivistas se han presentado como un punto inter medio entre el racionalismo y los enfoques reflectivistas mas extremos, como el feminismo y marxismo. Por ello, sugiere la posibilidad que entre el raciona- lismo y el constructivismo se pueda construir una teoria sistémica de la politica mundial, pues sélo el constructivismo establece que agentes y estructuras estén en relacién dialéctica: si las estructuras construyen las identidades e intereses de los agentes, por otro, su formacién no puede concebirse sin contemplar las acciones humanas que les dieron forma y de las ideas que les proporciona sen- tido (1992: 423). La sugerencia de Wendt implica que las Relaciones Internacionales partirian del andlisis de la estructura y del funcionamiento de la sociedad inter- nacional y, a partir de alli, trazaria el andlisis de Ia politica intemacional de los actores 0 agentes internacionales y la permanente relacién dialéctica entre ambas. En 1984, Arenal planteaba esta salida como medio para enriquecer el quehacer teérico de la disciplina: La necesidad del enfoque sociolégico (...) la cuestién de la perma- nencia de las relaciones intemacionales al campo de la ciencia poli tica 0 de la sociologia depende de Ia nocién que se adopte de rela- ciones internacionales. Definidas (...) las relaciones internaciona- les como aquellas relaciones entre individuos y colectividades hu- manas que configuran y afectan de modo esencial a la sociedad in- temacional en cuanto tal, y establecido que la teoria de las rela- Revista Venezolana de Ciencia Politica 71 Revista Venezolana de Ciencia Politica Universidad de Los Andes, Mérida. N® 38. Julio-Diciembre, 2010. ISSN: 0798-9881 ciones internacionales es teoria de la sociedad intemacional, no hay duda de que un enfoque estrictamente politico [segin la autonomia dada por Morgenthau a la disciplina] es absolutamente insuficiente para el estudio de tal objeto. Las relaciones internacionales no pueden reducitse a las relaciones politicas, pues (...) existe toda una trama de relaciones sociales de la més variada naturaleza, esen- cial en muchos casos desde la perspectiva de la sociedad intema- cional, que rebasan el campo politico (...) Si lo que se impone es una labor de sintesis, ésta s6lo la puede proporcionar un enfoque sociol6gico (1994: 456). Enfoque sociolégico que integraria la interaccién dialéctica existente entre patrones de pensamiento, condiciones materiales ¢ instituciones huma- nas, cambiantes en el ticmpo, o sea, objeto permanente de transformacion. Tal vez la salida al debate actual esté dada en otra soluci6n de compromiso, curio- samente, dejéudonos en los labios una solucién con sabor positivista, pues mostraria una fndada en una necesidad metodologica de establecer un éngulo de estudio, mas general que el existente, pero especifico, en si mismo, pues jeual seré el cardcter de las relaciones subjetivas e intersubjetivas que tales es- tudios terminaran privilegiando? ,Sera cl conflicto, la institucionalizaci6n de la dominacién hegemonica de las grandes potencias en el contexto de la globa- lizacién? ,O serén las causas injustas que siguen prevaleciendo en el mundo de hoy? Sera posible, y tal vez sea la tarea que ha de preocuparnos y ocuparuos a los estudiosos de las Relaciones Internacionales desde nuestro rincdn del mundo, que al puntualizar sobre los problemas de la estructura y de los agentes internacionales pobres y no modernos, estemos generando nuevas formas de exclusi6n que hagan menos equivalente a la disciplina que los estudia?. No sa- bemos. Por ahora, por nuestra parte, sélo nos queda seguir indagando. 5. Conclusion No hay duda que la disciplina cientifica que nos ocupa est pasando por un proceso de reestructuracién tedrica. Este proceso se inicié a fines de los allos ochenta del siglo XX y a él debemos que el mapa tedrico se nos presente complejo y confuso, por lo que no nos extraaria que los lectores de este traba- jo tengan més preguntas que respuestas. Si es asi, vamos por muy buen camino, pues todos los debates que han sacudido a la disciplina han persegnido lamar la atencién que los conceptos utilizados y las opiniones elaboradas para explicar los fendmenos intemacionales suelen haber conducido a las Relacio- nes Internacionales por la direccién equivocada. En todo caso, la confusion se justifica porque el panorama teérico contemporaneo se esta desarrollado sobre el cuestionamiento de los presupuestos basicos de nuestra disciplina y del ca- racter explicativo de los procesos, mas que en aportar respuestas sobre los pro- blemas trascendentales que la deberian ocupar. 72 Revista Venezolana de Ciencia Politica ‘Revista Venezolana de Ciencia Politica. N° 38. Julio-Diciembre, 2010. Peter Molina Hurtado ElDebate Contemporaneo de las Relaciones Internacionales. pp. 33-74 Notas ' Este articulo ha sido posible por el apoyo financiero del Consejo de Desarro- Ilo Cientifico Humanistico y Tecnolégico (CDCHT) de la Universidad de Los Andes al proyecto: la teoria de las Relaciones Internacionales a comienzos del siglo XXI: entre el tetcer y cuarto debate (D-334-07-09-C). 2 Politélogo, Ms. C. en Ciencias Politicas, candidato a Doctor en Unién Euro- pea y Relaciones Internacionales por la Universidad Comphutense de Madrid y profesor de Relaciones Internacionales en la Escuela de Ciencias Politicas de Ia Universidad de Los Andes, Mérida, Venezuela. Referencias Ashley, Richard. (1997). “The achievements of post estructuralism”. En: Steve Smith, Ken Booth y Marysia Zalewski (Editores). International theory: positivism & beyond. Cambridge: Cambridge University Press. Attina, Fulvio. (2001). £/ sistema politico global: introduccién a las relacio- nes internacionales. 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