Rafael Moneo
Eldon de la sobriedad
Pocos arcuitecos componen un au-
torretrato: Rafael Moneo Io ba hecho
con sus Apuntes sobre 21 obras, Bio-
fafa intelectual y canon arquitec-
‘nico, estas largamente esperadas
“obras eseowidas’ se presentan en un
formato singular y sereno que dice
tanto sobre su antor como Tas ims
genes y los textos recogidos en el
volumen, Cada uno de los edificios
fe interpreta ale uz de un principio
un problema, y la prosa tansparen-
te del arguitecro —que nos premia
con la cortesie hoy vara de la clari=
dad se acompafia de una somere
ddocumentaciéa grifica del proyecto
y de un reporaje fotogrético reciente
de a obra, que ha realizado Michael
“Moran con abjetividad impasible, La
presentacién es tan sobria, recatade
¥y pedagégice que inspira un respeto
Feverente —acaso el que mereet su
decoro,expresado incluso en unos ex-
tensostitulos de distant elegancia y
sabor araizante— y deseribe mejor
Rafael Moneo que el relatofacetado
compuesto por las obras: ef interés
singular de cada una se subordina a
la voluntad templada y cautelosa de
registrar el movimiento de las ideas
que han agitado el paisaje de la ar-
quitecara durante las itimas cuatro
dScadas, Rafasl Monco, que alo largo
de su carrera tanto ha escrito sobre
tos arquitectos,eseribe ahora sobre
supropia obra, Alhacerlo, se autor
trata como profesor, y su trayectorie
creativa se ttliza como hilo conduc-
tor de su exploracin intelectual: las
21 obras son 21 lecciones
Aungue algunos de los proyectos
se agrupan en familias, y aunque al-
unos raspos formales se extienden
de uno a oto, el coajunt de Ia obra
dde Moneo exhibe tal diversidad que
resulta leptimo preguntarse por st
tronco comin, aguel territorio que
comparten y del eual emena la €o-
Iherencia de un corpus profesional
Ese territoio, pienso, no es ott que
le atencidn al lugar y la voluntad de
expresar continuidad con lo existen-
te, Sia ello unimos el empeso por
utilizar le nocin de tipo y por ma-
nifestar el carder que conviene @
cada caso, lavariedad de la obra de
Mongo se explicaria por la diversi«
daddeemplazamientosy programas,
¥y por la daferente subordinacion del
lenguaje personal al demanddo por
le continuided histrica y urbana. Ex
un debate reciente, el también argui=
tecto y profesor Peter Eisenman di-
ferenciaba las obras respectivas 2s0-
ciando la suya al espiita del tiempo
yy la de Moneo al espiritu del lugar, y
es posible que este juiciotelegrifico
no ande descaminado: por més que
Moneo procure expresa el Zeitgeist
desafiendo lo tipos establecidos, de
las viviendas de San Sebastién a la
catedraldeLos Angeles permitiendo
Inemocidn delasmetaforas artistas
o literarias, como en el Musco Miré
yen el de Wellesley; o empleando la
inluicién eseullérica y lnabstraccién
rusieal, evidentes en el Kutsaaly
Murcia, al final la lbgica del genius
oct impone st ley, y ninguna de los
proyectos mencionados es imagina-
ble al margea de su emplazamienta
Como el propio Moneo sefiala
‘pasaje del libro, «enfrentarseal luger
¢ tan inevitable que incluso aque-
llos arquitectos como Peter Fisen-
man que han proclamado ignorarlo
¥¥ rechazarlo, se han visto mochas
veces obligados a imaginar paisajes
inexistentes para poder dotar de un
marco & #4 trabajo»
Entender [a arquitectura desde la
ciudad es algo que esté presente en
toda su obra, desde los proyectos que,
como el Ayuntamiento de Logroto,
‘mejor expresan su deuda con las
leeciones usbanas dela Tendenze, y
‘hasta los que, como el musco de Es-
tocolmo, usan el paisaje de la ciudad
para inspirer un perfil pintoresco de
Sabor estandinavo;y lo mismo ocurre
en aquellos como la Estacin de Ato-
cha madriefao la Illa barcelonesa
donde la vocacién urbana consigue