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\aducr JA)
_ «Fin» como «telos» y «fin» como funcién
1, DELIMITACION DEL TEMA
En su obra Zweckbegriff und Systemrationalitt reconoce N. Lulhmann que el concepto de
constituye un elemento secularmente esencial en el Ambito préctico, afirmando desde
1 comienzo que vel concepto de fin es referido en antigua y s6lida tradicin al obrar humanoe
(D.¥ ciertamente no le falta raz6n & Luhmann al sefalar que las eategorias de sfins y saccine
constituyen el micleo tradicional de los saberes précticos, muy especialmente del tio. Para
| Marx, por ejemplo, sen la historia de la sociedad (..) nada sucede sin intencién consciente,
sin un fin queridoy, Jesis Mosterin reconoce que la racionalidad préctica consiste en stener
conciencia defines propios® y 0. Schwemmer especifica la accién humana, frente a la condue-
ta animal, como zweckgerichtetes, como dirigida a fines y no a metas (zielgerichtetes) (2)
Sin embargo, el nimero de adhesiones que pudigramos consignar para confirmar la larga
tradicidn que conecta accién y fin no aclararfa por si mismo el papel que el segundo juega
on respecto a la primera. El mismo Luhmann sefialaré que el fin constituye un procedimiento
| racionatizador que, a su juicio, ha ejercido tal tarea bajo dos formas. En una primera etapa
4el pensamiento introdujo en la accidn un orden racional como télos, como perfeccionamien-
to ontolégico de la misma. Pero el advenimiento de la Modernidad supuso la eliminacién de
|a teleologia ontoldgica y, consecuentemente, la subjetivacién de los fines; el paso del fin cien-
tificamente constatado al compromiso privado en asumir la responsabilidad por determinadas
consecuencas de a accién. No es, pues, ya evidente que el obrar cobre su sentido en la realiza-
cin de un fin. Cabe, por tanto, 0 bien abandonar el concepto de fin, o bien transformarlo
‘de modo que siga ejerciendo su valiosa funcién racionalizadora de la acci6n, aunque bajo una
forma diferente: la forma de variable funcional dentro de un sistema de accién, la forma de
sefecto causantes (bewirkende Wirkung)-1 fin continuars constituyendo un procedimiento ra-
‘ionalizador, pero no ya de acciones, sino de sistemas de accién, como funcién y no como
‘élos (3).
Ciertamente, corrientes como la fenomenologica, la hermenéutica y las distintas propuestas
pragméticas de nuestro momento han ampliado el émbito de obrar racional mas allé del teleo-
'6gico (4, sin embargo, en esta breve ponencia me limitaré a un punto muy concreto, dentro
de un proyecto mucho més amplio: analizar cémo realiza el concepto de fin su tarea racionali-
zadora, bien como télos, bien como funcisn, a través de tres perspectivas nucleares para el
tema, como son las de Aristételes, Luhmann, las concepciones éticas que abogan por la necesi-
dad de un fin dominante.
2, «FIN COMO «TELOS» EN LA FILOSOFIA PRACTICA DE ARISTOTELES
Podemos decir que la misién que al concepto de fin compete en la filosoia préctica aristoté-
lica consiste en hacer inteligible ~en dotar de sentido— a cada accién concreta e, incluso,
ala vida en su conjunto. Para mostrarlo recurrimos a tres categorias, conectadas con nuestro
eoncepto desde tres intrepretaciones: permanencia, limite y actividad continua.
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a2.1. En opinién de Luhmann (6) en el Ambito de la metafisica clésica el concepto de télos
resuelve la irreductibilidad existente entre los conceptos de smovimientor y sustanciay. Elser
hho es el no ser y, por tanto, la accién pasajera (que es y no es) adquiere su esencia propia
‘nel fin, La permanencia del fin en el curso de la accién permite que sel movimiento pueda
Fepresentarse como sustanciav (6) y, por tanto, que pueda ser entendido.
2.2, Sin embargo, no resulta muy plausible que el papel «esencializador» del télos proceda
ide su cardcter permanente, ya que la accién es movimiento del sujeto y no precisa del fin
para ssustancializarses en exte sentido. Més bien el término «télos connota perfeccién de
Bora. causa finaly limite temporal (1), de ahi que cuando Aristteles relaciona sfine y wesenciae
qo haga en el sentido de que el primero tiene, con relaci6n a la praxis, la misma funcién que
tl concepto de esencia cumple con respecto a lo tedrico. Ambos aseguran el limite, la imposi-
bilidad de proceder al infinito que destruiria todo saber te6rico 0 préctico, La limitacién presta
fla accidn, en este sentido, unidad e inteigibilidad, como muestran, entre otros, los siguientes
Textos del libro Il de la Metafisica. Tras una introduccién aplicable a las cuatro causas,
‘Por lo dems, es evidente que hay un principio y que no son infinitas las eausas de los entes,
tn linea recta, ni sequin la especies (8)
y después de mostrar la verdad del aserto en relacién con las causas material y eficiente, con-
linda Aristoteles:
Je aquello en vista de lo cul se hace algo proceda al infinite:
«Asimismo, tampoco es posible qu
a de
(Que cl porcar sea en vista dela salud y data en virtud de Ia felicidad, y la felicidad en
Sra cova y que asi sempre una cosa sea en vista de otr> (3)
Quien intente una accién sin un fin determinado en que encuentra el término respectivo,
no puede considerarse como racional, porque
nadie intentara nada sino hubiera de legar a un término; ni habria entendiiento en los entes
sug el que tiene entendimiento obra sempre en vista de algo, y esto es un lintel fin, en efecto
sun limites (10)-
al sefialar la misi6n racionalizadora del télos como limite en el contexto
Es evidente que,
| perfeccionamiento que cada accién determi
practico, Arist6teles no se refiere nicamente al
hada consigue por dirigise a un fin concreto. Mientras quepa preguntar de él todavia para
‘ques, no hemos evitado el riesgo de caer en lo infnito, y de ahi que el fin que realmente haga
‘hteligible cada accion sea el ultimo, el objeto de la ética y la politica. Pero el fin ttimo no
tes unlimite temporal al que se tiende como meta en una concepcin lineal de tendencias y
fines: el fin ultimo es el limite intencional que, presente en cada accidn, evita en ella lainfin-
tud de fines, prestandole sentido, justificando su existencia y dando unidad al proceso vital.
2.3. Para aclarar esta tarea racionalizadora del fin dltimo, recurriremos al trabajo de un
fildsofo valenciano, especialista en flosofla antigua, que fue profesor de nuestra facultad: Fer~
nando Cubells. En su excelente articulo «Los fines de la actividad humana segin la doctrina
Ge Aristotelesy, defiende Cubells el cardcter dindmico y circular —no estétco y lineal— de ls
‘fica aristotélica, més acorde con la tradicién cultural en que formé su pensamiento. De a
{ue la felicidad no constituya tanto el limite de la vida en su conjunto como el fin intencional
nente presente en cada accidn, que es en ella deseado-poseido y cuya posesién despierta nue-
‘vamente el deseo de poseerlo.
Para llegar a estas afirmaciones es preciso
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destacar dos elementos nucleares: la distineién
ee
centre spraxis atelés 0 «hinesise y «praxis.
debe taislacer para sero reaentes Yeast de continaded ave el fin dime
(os y ite pean) de a ac
eras del acion (12),
sieges lia ued, pore contan, eerere con comin, no x neces
ine Poa en a nde y nse ean, ifn ne witaead pre dee oa
esl ae in retine las condiciones del anterior, es decir, la capacic sper.
ta tendenca, Por ello puede dece Aatteles ena Meraieg no SP
-Pucto qu etd Is accion
‘Put gue de dass cones neque tines init pes) inguna ein
‘on aordnada ol pr emp el ncaa en Seeusry a a Se
Seer ue nie rac contr acy con.
accion precta Uti) puso que no sn unin) Aceiin passe eee a
{La praxis del hombre como tal “la contemplacién, la felicidad— es praxis teleia: el.
raxis tela: el conoci:
‘lento mueve a la voluntad y es, ala vez, su objeto, que despierta nievamente el decce da
5 7
a
eer ead, Vida €s también praxis telefa porque, en virtud del fin timo, es tendencia y fin
arlene ea ude sn. amt
etoten tn cng sea ne ae emer apenas
Sienna gras es fie lm ie
racional entre medios, y 4. la existenci
eel ¥ 4. la existencia del fin timo nos proporciona el criterio de elecciGn
lizadora ejercida por el telos
aun cuando no admitan el cardcer ontagies de el
thn cian écterontolgico del tos, por 5 pat
incluso se desembarazarén del fi timo com elemento racionazade Sel earn sen
i mn nl onal Laan bard con opp ease
‘acionaimente,Precamente de ello nos acupamos a conlimuscion PO" aN.
sFINs COMO VARIABLE FUNC!
DEN. LUHMANN LE FUNCIONAL EN LA TEORIA DE SISTEMAS
3.1. | Subjetivacién de los fines en la modernidad
La modernidd comport, cert é
lnfd Roderiddcompona, rtm, nepca del carkter enc de a
eee umient la teleologia ontoldgica y, a juicio de Lut nbn naubjoe
els tins. El orden tleligico pass, enti teins deperder ee
< amente{de la voluntad, que se compromete subjetivamente en la realizaci6n de determinados efectos
fo consecuencias. :Puede hablarse de sracionalidadt en la eleecion de unas consecuencias u otras?
La respuesta parece negativa, al menos en el caso de las elecciones tiltimas, si nos atenemos
la acusacién, lanzada por Apel y respaldada por Hans Abert, dirgida contra el sistema de
complementariedads de la ideologia liberal occidental. Este sistema, nacido con Weber, sepa-
ra el conocimiento neutral, desinteresado, libre de todo arbitrio y objetivo, de la decisién sub-
jetiva, comprometida y no neutral, sometida a la voluntad. Tiene como consecuencias una i-
terpretacién sfacticistar del conocimiento y «decisionista» del valor (14). Segin Luhmann, el
‘proceso sufrido por el término sfins en este contexto describiria el siguiente circulo: incapaci
dad de verdad acerca de fines objetivos - subjetivacidn de los mismos - compromiso subjetivo
‘a consecuencias especificas -neutralizacién de las restantes - desaparece la obligacién univer-
Sal y la determinaci6n de los fines queda como un acto de la voluntad (15). Sin embargo, no
se ha resuelto el problema de representar una eleccién racional que no tenga en cuenta fines
y de ahi que nazca un nuevo concepto de sracionalidads y un nuevo concepto de sine.
3.2, El nuevo concepto de racionalidad
La subjetivacién de fines aludida tiene una doble consecuencia que concurtira a forjar un
nuevo concepto de «racionalidad, en el que serd nuclear el concepto de sistema». Por una
parte, el hecho de que cada sujeto se comprometa con unas consecuencias determinadas y
neutralice las restantes, comporta un acrecentamiento de la complejidad. Pero, en segundo
lugar, se patentiza la finitud del propio espiitu, el desajuste existente entre lainabarcable com-
plejidad del mundo y la propia capacidad conceptual. Es necesario reducir la complejidad a
representaciones seguras y, por ello los fines se convierten en estaciones de trénsito en un
proceso causal infnito, en el que son arbitrarios y socialmente convenibles. Esta es su labor
Tacionalizadora de decisiones, porque la nueva racionalidad se muestra como reduccién de
la complejidad, que nos leva al sistema como sujeto,fructfero para las ciencias empfricas.
Pero si las categorias précticas pueden transtormarse en categorias del sistema, ello tam-
bién se debe al nacimiento de un nuevo concepto de sistema», cuya misién consiste precisa-
‘mente en reducir la complejidad, y al que se ha liegado a través de cuatro fases (16) 1. concep-
to ontoldgico de sistemas, cuya determinacién se realiza mediante las categorias stodo-partes,
El sistema se entiende como orden puramente interno de las relaciones entre las partes y de
las partes con el todo, sin referencia al entorno. 2. Para las steorias del equilbrioy el sistema
¢s también subsistente pero toman ya en cuenta el entorno como fuente de perturbaciones,
‘que pueden ser 0 no compensadas por el sistema. 3. Las teorias de los sistemas abiertas al
‘entorno consideran normal la apertura e investigan los sistemas como combinaciones de pro-
cesos que conservan limites y estabilidad. 4. Por iltimo, las teorias cibernéticas de sistemas+
‘conciben la relacién entre sistema y entorno como una diferencia en complefidade (17). E1
tentorno posee una complejidad mucho mayor que el sistema y éste para conservarse debe
poseer una elevada selectividad. Por sistema se entiende, pues, todo ente real que se man
tiene idéntico, en parte en virtud de su propio orden, en parte por las condiciones del entorno
(Umuelh, en un entorno sumamente complejo, variable, no dominable en su totalidad» (18)
Los sistemas tienen por misidn reducir la complefidad, mediante la estabilizacién de la diferen-
cia sdentro-fuera» y, por tanto, «cuanto pueda decirse acerca de sistemas (.) puede ser analiza-
do funcionalmente (..) como reduccién de ta complejidads (19)
Con vistas a proseguir nuestra exposicién, es conveniente retener tres consideraciones: 1. el
‘nuevo concepto de sistemas sustituye al de eacciéns por su mayor eficacia en el contexto de
‘una nueva concepcién de la racionalidad (reduecidn de la complejidady; 2a categoria de fin»
sigue siendo imprescindible para realizar una eleccién racional y debe, por tanto, formar parte
del analisis de sistema; 3. por sltimo, si scuanto pueda decirse acerca de los sistemas (..) pue-
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de ser analizado funcionalmente (..) como reduccién de la complejidads, el fin serd también
analizado funcionalmente. ~ la determinacion del efecto
sulle pretense em cada caso es sencil. Pero el postlado descansa en supuestosinace?-
iis Potaue el nombre de hecho, no se oventatransiivamente sn més, porque una ores
taut Pana eseracionl por excesivamente gid anteone las preferencias ala por
tanigndes La ordenactn axolgie exge un oportnismo elasteo en su apicacén, que nos
Obl recur al estuema medion 8).
Dee ages ee cceccceces
3.3.5. Elesquema medio-fin goza de las ventajas del causal y del supuesto indispensable para
aadmitir el postulado de la transitividad: la relacién entre valores. Podemos interpretar que el
‘medio se comporta como causa con respecto al fin, pero esta interpretacién no describe en
si mismos a ninguno de los dos. Ni emedios significa capacidad de causars, ni «fis nos remite
a eresultado de la causaci6n». Es necesario recurrir a una relacién de valor existente entre los
efectos del obrar que, unida al esquema causal, permite describir funcionalmente los concep-
tos de sfins, smediow y «determinacién del fins (Zweckserzung).
EI fin se nos presenta como el efecto, 0 conjunto de efectos, que debe justificar el obrar
¥y que es una parte de los efectos posibles. Lo especifico del fin no es la realizacién de los efec-
tos sobresalientes, sino la relacin entre el valor de estos efectos y otros. Elfin postu la rela-
cidn axiolégica wel efecto A es mejor que no-Ae, lo cual introduce limites entre A y los restan-
tes efectos (25). Consecuentemente, la determinacién del fin significa que el valor del efecto
pretendido pueda fundamentar el obrar, poniendo entre paréntesis el valor de los efectos se-
cundarios 0 de los efectos de otras acciones. Por timo, el concepto de «medio» se refiere a
las causas necesarias para alcanzar el efecto pretendido, lo cual parece coincidir con el con-
cepto tradicional de «medio. Sin embargo, la interpretacién funcional afiade una caracteristi-
ca: si el fin consiste en aquella parte de posibles efectos de una accién, que justifica que la
accin se realice, el medio es la causa que debe ser puesta para lograr tales efectos, sin tener
fen cuenta los dems efectos posibles de dicha causa.
La funci6n de estos tres conceptos consiste, pues, en reducir el horizonte axiolégico me-
dante una neutralizacién parcial de las implicaciones axiol6gicas de la accién. Ahora bien,
es necesario entender bien esta neutralizacién, porque en ocasiones se critica actualmente el
principio de finalidad «de tal modo que a la orientacin exclusiva del obrar por un fin nico
no sélo se le nega el derecho moral, ino incluso la racionalidads (26). Nuestra neutralizacién
‘no es sustancial sino funcional: no pretende negar el valor de otros efectos, sino ponerlos en-
tre paréntesis, teniendo en cuenta frente al Principio de la Transitividad— la situacién con-
‘reta y el tiempo: dadas las constelaciones reales de causas y efectos, dado un tiempo, limita-
‘mos el obrar a las acciones que comportan los efectos valorados.
3.3.6. La funcién mediadora del nuevo concepto de fin
Es imposible explictar la funcién del fin en una teorfa de la accién que intente captar su
esencia; s6lo es pasible en una teorfa del sistema del obrar, ya que en nuestra interpretacin
causal del obrar, la razén que actia no es la del comprender sino la del comparar. Los fines
fijan determinados efectos, que son apreciados desde la perspectiva del sistema, para poner
limites frente a otros efectos valorables. Es, pues, la perspectiva propia del sistema quien sefa-
lael crterio de valoracién y el concepto de fin imita el Ambito de efectos que debe perseguir-
se desde tal criterio. Desde esta funcién, el fin es el sterceros, el mediador entre el contexto
causal y el valoratvo.
‘La modernidad ha intentado separar estos dos contextos y reducir la complejidad del viven-
car natural con cada uno de ellos, pero esta empresa esté llamada al fracaso, porque cada
‘uno de estos esquemas, sin contar con el otro, es unilateral. Mientras el esquema causal, como
relacién asimétrica de causas y efectos, hace inequivoca referencia a una secuencia temporal,
los valores pretenden mantenierse con independencia del tiempo y de que sean o no realiza-
dos. Precisamente el postulado contrafactico del orden valorativo impide utilizar el tiempo co-
‘mo ayuda para reducir la complejidad. El tiempo se convierte en necesidad sin término (End)
y sin fin (Zweck)
Por ello, el fin debe ser utiizado como elemento mediador: un émmbito de causas compara-
bles entre sf es funcionalmente equivalente a un medio, con referencia a un efecto designado
or valoracién. Por otra parte, se reduce la complejidad del mundo axiol6gico refiriendo valo-
res a efectos especificos y neutralizando los restantes. La reduccién posibilitada por la estruc-
tura causal permite una realizacién oportunista del valor en el tiempo.
249—T————————————
4. sFINs COMO «TELOS+ Y «FINs COMO FUNCION. LA OBJETIVIDAD DE LOS FINES
4.1, La teoria cibernética de sistemas, propuesta por N. Luhmann, intenta, con respecto
al concepto de fin, salvar el carécter racionalizador de la accidn que se le confiere en la tradi-
Sign aristotelica. ¥ realmente se manifiesta una cierta continuidad desde el momento en que
ifin sigue siendo un elemento indispensable para deliberary elegir racionalmente y que cum-
fle su mision lmitando la infinitud de secuencias temporaies e intencionales. Pero, precisa-
Frente con el propésito de cubrir este objetivo, Luhmann considera necesario realizar en la
teoria aristotélica cambios profundos.
En primer lugar, el concepto de ssustanciae se susttuye por el de sistemas y la teor‘a de
los fires de fa accién —que, a juicio de Luhmann se elabora a partir del concepto de ssustan~
Ga por una feoria de la funcin del fn en un sistema de accién (27). No se trata ya de com-
prender la esencia dela accién, ni de investigar qué ese fin, sino de explicar la funcién racio
Polizadora que éste desempetia en el Ambito préctico. Por ello, 1a estructura de la accién —
Meitaria para Avistételes,precisamente en virtud del fin— se quiebra en estaciones diversas;
“Tin, entendido como causa final, se convierte en efecto causante, y la existencia del fin dt
fro no es ya la que proporciona un criterio para elegir racionalmente —como querrian con
‘AristOteles cuantas éticas abogan por la existencia de un sfin dominante>— sino que es la utll-
igen defines, la valoracion de determinados efectos de la accién, quien posiblit la eleccién
rajonal El fin no constituye una parte de la acci6n, sino una estrategia al servicio de la nueva
Tacionalidad, al servicio de la reduccién de la complejidad y mutabilidad.
4.2, «{Teoria de sistemas o tecnologia social?»
Valorar la concepcién luhmanniana acerca del fin supone, evidentemente, evaluar su pro-
puesta sntematica total, ya que s6lo dentro de ella iene sentido el nuevo concepto de fin co:
puefuncidn. Como es sabido, las eritcas a la teorfa cibernética de sistemas en su globalidad
My se hiceron esperar. Sin embargo, en el texto me cefiré a las que afectan directamente
al concepto de fin (28)
Ya en'1971 se abre la polémica Luhmann-Habermas en el conjunto de articulos publicado
bajo el titulo «Theorie der Gesellschaft oder Sozialtechnotogie — Was leistet die Systemfors.
‘chung? El titulo es suficientemente expresivo dela critica fundamental que Habermas drige
sanninann y que consiste en la acusacién de eneoxposiivismo. En su an de reducit la com-
siefidad del vivenciary de hacer disponibles los objetos sociales, Luhmann no duda en sel
certo tinica salida cracionalizadora para la decision la sustitucin de la acci6n por el siste~
tra incluyendo como variables dentro del sistema mismo todos los elementos posibles, tales
Tumno ssentidor, valor» fine, de modo que nunca un sistema pueda ser criticado si no es
nediante sus propios fines, De este modo, a juicio de Habermas, el magno intento lubmanni
hho de construr, tanto una teoria de la evolucion social (como en el Materialismo Histérico)
Como una teoria de la estructura social (como en la Economia Politica) puede quedar en una
{corfa legitimadora del poder, en ideologia, sustituyendo en esta funcién ala conciencia posi
Vista G9) La teoria cibernética de sistemas confunde el intento marxiano de mediar teor
J oraxis con la reducciGn del dmbito préctico a la tecnologia social, que vatora efectos como
Tines, pero a partir de ls fines marcados por el mismo sistema. Esta teoriaestd, pues, prepare
da para ejercer una funcién tecnocratica, ideol6gica.
‘Naturalmente, las respuestas no se han hecho esperar y en Theorietechnit und Moral ded
‘ca Luhmann el spartado Il de su articulo a confrontar la teoria de sistemas con la etradicién
fhumanistar y en él Habermas es implicita y explictamente atacado (30), Pero es momento
de valorar la propuesta de Luhmann y quisiera afadir a la critica sefialada otra que afecta
muy directamente al concepto de fin
250
4.3. ,Cémo son posibles fines objetivos?
ta neces de conver tin en variable uncon parece proceed ing
de ants acevo Sesie rsoments ene nl enicon oo cde cect
satgcamenc gin sen on neo can fats nae
caren auc vote fees cn cipal aera to Sede mee
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