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Peter Birger Critica de la estética idealista La balsa de la Medusa, 82 Coleocion dirgida por Valeviane Boral Tilo originals Ze Kriik ler ideaisivchen Aber © diser Ausgahe Subrkamp Verlag Frankfurt am Main 1983 ‘© dela presente edd, Visor. Dis, S.A. 1596 “Tomie Bretén, 55, 28045 Madrid ISBN: 84.7774-582-X [Depésito legal: M-32.126-1996 Visor Forocomposicidn. Tmpreso en Espatia - Printed in Spain Gelfeas Régay, S Navaleacnero (Madd) Indice Teroducci6n: EL lugar ebrico de la ertce de la esttica idealists ae I. La estétca idealists como solucién del probleme suje- eo-objer0 fle ai I.E) arse como manifestacion del absoluto o como juego de diversién», Una ocala contreveria enue Schelling y Hegel 2. a ciencia como arte: Goothe y las ciencias naturales 5 Modernided y ensimodernidade ol progeara ror. tien de Ia snucva mitologiny 4. Tas aporias del sujeto-objeto en la ettica de Georg, Takes 5, Primera considerecién intecmed ia: desdiferenciacién ‘© auconomia del arte Sobre algunas categoria del esética ideals 1, Observacin preliminar: argumentos a favor de ana seferencia als eategortascaicionaless 2, Salvaci6n dela spariencia? EExcutso I Sobre el concepco de verdad en lr estétics 3. Del juico de gusto ala obsa de ace scars Tk: Critica dela interpretacion 4,1 prouccign arstica actividad del genio 6 «raba- je libres 2 23 4 41 6 7 7 81 104 m2 13 Ma Excutso Il: La estétca del genio o el descubrimiento elo barbaro en I poesia S. La recepeida conterplaiva [Excurmo IV; Sobre el ancivanguatdismo de Adore 6. Seginda consideracidn incermedi trabajo, fora, expresion IL, Estérea y moral 1. Observaciones prevas 2.La clahoracié del terror, Lo sublime en Marit, Kane y Fleder 3. Acerea del origen de a subjeiviced burguesa. Lain teepretacién de a exten idealists por Kierkegaard 4..Del imperative eatgerico a la ragedia en lo , sigue siendo para él sirevocables (AT 9,34). El csfuerr0 ratrien de Adorno en el eampo de Ia estécica esta incansa- bblemente dirigido a cecoger el impulso vanguacdisia, pero, al mismo tiempo desteerindolo al interior de la esteica En la medide en la que se opone a Ia vpretensidn supera- dora» de ls vanguardias, puede hablasse ele un antivan- auaidisno de Adorno (er Excuro IV), Bate anivangaee dismo se revela rico en consecuencias, como era de spores, en la critica alas categories de la estécica idealisca, VEtemos imo acomete Adorno tal erica, para al fina, obedeciendo al postulado de la auconamia, resticuir les ea tegorias idealistas en sus momentos esenciales (ver espe- cialmente cap. Il. 21 Tncluso la polémica entre Adorno y Benjamin de fi les de los sescnta, reconstruida frecuentemente en términos STH. Moc, Philp de nes Moe Prone, Ulst, 1972}: eno sucesiv aed: Pan 7 politicos", se puede interpretar estéticamente segtin a dife- rente posicién de ambos teéricos frente a la pretensin su peradora de los movimientos radicales de vanguardia. A di- ferencia de Adorno, no sélo Benjamin ha aceptado el seorema de la superaci6ne, sino que lo ha convertido en cl centro de sus esfucrzos teéricos. Su mérito consiste en hhabee tepensado la critica del concepea de arte que hemos rcibido del sigla X18. La posibildad ce hacerlo la debe a su proximided a la vanguardia: e es lo que demuestran las ‘otes pistumas a su articulo sobte La obra de arte.*. Aco ger la intencién de Benjamin signifiea tambien reconocet gue la realizacién de cl evitica, diseRaca por él, ya no puede se I de nuestro present, eee Ja discancia estétea que consctuye un moment esen- ial del are en la fllosofiaidealistadel at, es cntendida por Benjamin como un telacgin hiseéviea con el azte que 10 puede pasar a su concepro. «Todo arte funda un akjamiento de [a inmediatez de les eosin, hace que retraced la concre- «i6n de los estimulos y tiende un velo entre nosotros y él al igual que las finos vapores azulados gue cubsen las Iejanas -montatiao, escibe Georg Simmel. La definicisn benjami- niana de aura como ala sparicién dniea de ana Iejania, pox cercana que est (GS I, 479), se remonta probeblemente a Simmel: peto se diferencia de esa determinacidn de la dis tancia esctica en que I entiende como sefal del valor de ssl de Ia obra de art: slo esencialmente kjano es Jo nae cesible. De hecho la inaccesbilidad es una eualidad funde- Yer pe. H, Leshon, -Zur mstlisticlen Kamutheore Pee ina, ene Aliemaine 95-97, 1967) 225-23 Benjmin, GeammuleScrfen 4 ol Ed, Re Thema Schweppenhauser Frankf, Suhskamp, 1972-19775 1, 1050,» 14S Fi logue sige abeviad GS °G.Simmd, Philaphie der Gelder (Berio, Duaker-Huble, 7 imental de la imagen de culeos (GS 1, 480), En al concepto de valor de cok y su modemo susticuro, la autenricidad, apoya Benjamin polémicamente la idea de que ese tipo de relacién con las obras de arte tiene lugar nla sociedad bur guesa moderna. Ahora bien, es decsiva su ess seguin la cual el modo aureieo de reeepeidn conwierte a las obtas de arte cn objtos de inmersi6n consemplaciva, pero que desaparece con a desarrollo de las técnicas de reproduccidn: elo que se arcofia en la era de la reproduccién téenica de la obra de acce es su auras (GS I, 477). Benjamin intenea asi funda- snentar de modo materialist Ia pretension de superaciin de Jos movimientos de la vanguardia, No voy a discutir aqui las limitackones de tal incento”, sino s6lo observer que con la ccftica del aura come modo insticucionalizado de recepcidn, ha conseguido por lo menos hacer funcionar histéricamente ia cated cuca central Der cul nents btene del nuevo medio del cine los Fundamentos de una estética postidealista, como ocurse en su valoracidn de a recepcidn dispersa del espeetador de peliclss, parece eer en a peligro de pasar al concepte contri, y abstract, de ba eonterpla- cin (ver ep. If, 9). Ciersamente se tiene que aceprar gue cl invento de veloracién de la recepciin dispessa se alimenca sobre todo de su polémico enfientamiento con Ia inmersicn contemplativa. Las tess de Benjamin quietn provoca, y 10 gs adceuado cnenders come tm corpus de seman ogmitios acetea de una estética materials (gunque en cession Benjamins pron a interpreta). rcter de provocacidn de las eesis del articulo sobre La ebra dearce..seaclaa porguc en el mismo escrico Benjamin ati- liza el concepeo de aura con connotciones positivas”. Fs esto alga mis que una simple contradiceion y remite 2 una © Para una discus els tnria del ace de Renin vet i T= via de ls onguoria, 3:44, con asplia idiaciones bibliog des. 9 peculiaridiel del pensamiento de Benjamin. De modo inde- fenso se encrega su pensamiento a posiciones encontradas, dexprescupiniow dee posbilidad de una madiaién de los opuestos, Reconoeer Io fruczfero de tal pensamiento no significa abandonarse 2 él, Producto de una crisis, es tam- bien un fenémeno de expresiin. Hl presente ensayo, que «quiere reflexionar sobre la crisis, se atiene por eso a k dialéc- cica de las mediaciones que se dan en las cases. Se apunca a um tipo de critica que constituye también un momento de verdad de las caegorias de a estetica idealist Hans Georg Gadamer, a sa vee, en la primera parte de su libro Vedad y meétado ha crticado Ia subjetiviacién del arte a partir de Kant, con ol in de rerovar la pretensign de verdad que tiene el arte Como quiera que nuestro libro se presenta como una cxftica de la estérica idealist y tam- bign mantiene Ia pretension de verdad del arte. conviene aclaar sos diferencias con la concepcisn de Gadatner, Ea primer Lugar hey que observar que su hermenéutica conser- vadora, que con raaén ba ctiticado Ttrgen Habermas en su égioa de las ciencias sociales, hace imposible gute Gadatses Hews a cabo un concepto dialéctico de critica que rechace fos momentos de fa tradicigm que histéxicamente se han re- vyelado no verdaderos”. Como para Gadamer no se pucde, La ambivalencia de Benjamin acerca del fenmeno del cura es Algo bien conocido en la imvcxgaein. Ver J, Habermas, «Pawns ‘oud er reed Rete Ako Wier Benne er aes vond Krk (Fackre, Sula, 1973), 322 " Sore ot coneepio de exe aaléssies que ag so wis ve le Inwoduccin y i weecion sobre erica de Iv ieologar en Per Nephi, Rexepton, Fankien, 9-17 y 150, 164s VLG: Gadamer Marbat wid Hethads, Gnndtigecner pile snphichen Hermenesil, Ting, Make 1963, 38 " ) Hahecoias, Zar Legit alr costalinrncbfion, Materialion rankfurs,Subvhamp, 1976), 283. a cn timo término, cuestionar el valor de la tradicién tiene {que apropiarse, mediante su comprensidn, de aquellastra- diciones que rechaza, como en este ea la subjeiviacién de la estética en In herencin kantiana, Esto trae como con secuencia que Gadamer introduce su propia concepcién de tuna sontologia de la obra de arter solo rompiendo con la rradieidn dela estécica de Kant, Fl hecho de gue el heere- nneuta conservador, para quien el primer mandamiento es la conserva delas udiiones, él peda relia supe samicnea en pugna con una poderosa tradicion, es una pa- racoja que hace llamar la atencién sobre un dilema teérico Fundamental del conservadurismo, Por una parce, el con- servadurismo se confiest como pensamiento que conserva le tradicién, pero por otta parte quiere volver 2 una socie- dd prcimoderna caracterizada por la valoracién autortaria dde Jes normas!, Ambas pretensiones no son. conciiables, prucs [a segunda supone a rupeura de I eedicion de la mo- dernidad. Tal contradiecién se revela en ls argumentacion de Ga- ddamr, seg la cual la erviea de la sabsrracci6n de In con- ciencia estética»” que se produce en observaciones aisladas, sélo se pucde formular sobre el fondo de une ontologia de Je obra de arte, oMi tess es, pues, que al ser del arte no se psd dexinar como objeto de un concen et, jue mis bien el comportamicnto estético es més de Io fu sabe desi mismo. Es una pate del proceso énten de Ie representacin y petenececiencialments al juego cn tanto que juego, Segin esta tesis no se aribuye a kt con- Gncia udtka momen algano de yenads pcs To impide ° Gadames habl de La spretnsin de fa extensa humana ala contin ysaniad des aucocomprensioa [vbr wad Met, 32) ® fil ibid, (1 cl ssor del arte. La dificultad en la que se enreds Gadamer la siguiente: tiene que explicar la conciencia esétice do- ‘inante (conformada por la institucién arte) como mera apatiencia, para dejar sitio « una teoria del ser del arte, que explicita en ilkimo término segin el modelo de a ceremo- nia del culto*. Pero el arce se ha emancipado de su «exis- teneia parasiaria en el ritual (GS 1, 481). Gadamer sabe inuy bien que la historia no da marcha atrés; sin embargo Dbusca interpretar la experiencia del arce en la accién det culto, Seguramente es legtimo establecer Ia contabilidad de péxdidas del proceso de emancipacisn del arte: pero 90 debe basaise on un saber suprahistérico, Gadamer esté en su derecho cuando, con el eemplo del retrato 0 de los poe- masdcdlicatria, muestra lo que ssrifica la abstraccién de Je conciencia estétice, la relacién explicita con la realidad de Ie obra de arte. Pern ésta no puede ser relamada retro- caliendo a un wer del arcers puesto gue no se puecle evti- car Ia configuraci6n histrica de la conciencia oponiéndole va supuesta verdad intemporal, sina buscando profundi- rar conceprualmente en el surgimiento de la nueva figura © tbl, 121, 22 La estética idealista como solucién del problema sujeto-objeto 1. Bl arte coro manifesiacibn del absolute 0 como sjucgo de diversion», Una ocules controsersia entre Schelling y Hegel Entre los cultivadores de ls filosofta idealistas6lo Sche- ling, y xélo en wna fase determinads de su evolucién, ha hecho del arte el eenst0, 0 mejor dicho, ks piedra clave de su sistema floséfieo, Su Sista del Hdealisme irascendenta, publicado en el 1800, termina con un capiculo acerca del ate en cuanto sérgeno general de la flosofio». Aunque esta posicisn central del arte en el pensmicnco ideaista consi- tuye silo un episodio, ilumina claramente los problems de la estética idealsta, y no s6lo en la época de su gestacién, Moncionemos brevemance que Lukes se remite con fre cuencia a la Filosofia ded arte de Schelling, quc ln Estetica dde Adorno conserva una esencial impronta de las concep cones de Schelling En dl centeo de la filoofla de Schelling eneonccamos ef concepto de intuicién ineelectual. No podemos explocar ‘aqui el origen de ta concept, deudor no sélo de Kant sino R. uber he silado ns Kaw Tho arise werden, ns Linn! Lie (obs), Materiahion sar dtitichen Theorie Ader, (ranshrt, Sublamp, 1980) también de Espinosa y del pismo suabo?, pero puede ser teil analizar el eseado de la cuescidn en Kant pare poder re- conocer lo que hay de especifieo en la propucsia ce la filo- soffa de la identidad del joven Schelling. En la segund parte de la Critica del jaieio trata Kane del problema de la teleologia, es evi, de le explieacién por fines. La explice Cion complete de los frdmenos de ensures, nos ie, sélo es posible en La medida en 2 que podamos imitatlos mediante un experimento; «pucs s6lo se coneibe complete mente lo que se puede hacer y levar a cabo seytin concep- tose”, Ese tipo de explicacion dada en la relacién de las caus y el efecto, que puede ser comprobada expecimen- calmente, recibe en Kant el nombre de explicacién mecini- «a, Se deduce de ah que ni los organismos ni le globalidad dela naturaleza pueden ser explicadas como mecanismos: ninguna 26m humana puede en absoluto.. esperat com prender la produccién ni de una sola hierbella por causas meatmnente mecinicase (KdU 77, 528). Para que podamas comprender los organismos o la toralidad de [a naturaleea, tenemos que considerar la votaidad como fin, y desde dl dar cuenta de kis partes. Kant insiste con energia en que la tcleologéa de ninguna manera oftece Ja demostracin de la realidad de los supuestos fines, sina sSlo st pensabilded Con ello separa ls conchisiones demasiado directs de la teleologia de las de la teologia: cobjerivamente, pues, no ppodemos exponcr Ia proposicido: hay un ser primero, inte- Tigente, sito slo subjetivamente pars cl. uso de nucstro juix Ver sobre ao W. Wieland, Die Anfinge do PhileaphieScelagy tind die Frage nach der Naru, one Fra Ker (od Matic Schelng plalomphichenaforgn (Exala, Subewp. 1979}, 237 279, agul 250 « "L Kant, Kei der Une, Werke, por Whischede, vol VIL. Detmstade, Wi, Uuchgeslichaf, 1968, 62498; en by sees alreviado KU. Lain cits se flere la pigina de ets edicin, 24 cio en su reflexin sobre los fines de la naturleza, que no pueden ser pensados segtin otto principio sina es e de un causalidad intencionacla de una causa suprema» (KAU 75. 515), La existencia de Dios no es para Kant una certeza ‘objetiva, sino sélo una mixima de la taz6n préctica (KAU 87,517. observacién} Bl esfuerso de Kant por comprender la extensién de la ‘apacidad humana de conocimiento le conduce a oponer a la limitacién del conocimiento humane, una eapaeidad de conocimiento abierta, puramente hipocética, de un nivel superior, de la que sin embargo dice expresamente que no le correspond al hombre. Llama a tal faulted, en texidimience intuitive, © también inrwicién intelectual (KAU 77,524 y 527, rote a capaci humana deco nocimiento, a los conceptos del encendimiento con los que Conexion Is sparencas dads en I inca senile la Jncuicidn intelectual serfs una faculead unitaria, que ontres- ponde a la cosa en si y no al enémeno. La captaciéu de tal sfundamento tea de la naturaleza» esolvera fa contra diccién existente entre la explicacién meciinica y la celeols- Scant se encuentra aqui con el problema de los limices de Una explicacién meednica de los fenémenos naturales. Ello le conduc 2 introduc a expleacién tleloaien junco a ks mecdnica, para los organisms y para le total Ge a ature) Peto entonces aa prow de var Bids de lipo de explain, Pose in sana en decis, un principio reguledor de la rzz6n, sobte cuya exis- teacaobjeva ho pademor hacer Sonate atin nj negativos. Esco sélo nos seria posible si ewvidiamos un “£] concepto de caosldad itenconal Io opone Kane al de scaae sald! masini, erendiend po ell xplicactoncleol gia » decir, una facultad que conectase inmediacamente con la cosa en sh con el furdamento real de la natucaleza. Ast pues, la explicacién eleolégiea sexta alli donde no pode- ‘mos seguir con una explicacién mecinica. Por lo gue hy je ser siempre consciences de que no podetnos verificar la Objetvidad de los Fins orrgadon xmas Para Kant la intwicién intelectual, la eaptacién inme- data del sfundamento teal de la naturalera» sin la media- «ion de les concepeos, es una fecultad de la que ef hombre no dispone; es una facultad en kx que puede pensar slo en la medida en la que sea conscience de las limitaciones de ss capacided de conocer. Para Schelling, por el conirario, la incuicién inselectual es el drgano especulativo del filosofar La define como «un saber que no comporta demostracio- nes, conclusiones ni modiacisn de conceptos en general, y como sun saber gue produce cambién su objeto. La incui- ‘ign ingeleceual ¢s la facultad que produce, y reconoce, el absoluco, el sujeto-objeo. La prueba de que efecrivamente se da tal eapacidad, la encuentra Schelling en el are, «Esta objeividad de la in- tuicién intelecnua, universalinente reconocida y en. modo alguno impugnable, es el arte mismo, Pues la intuicién es tética es precisamente ls intuicién incelectual objetivada. Sdlo lx obta de atte me refleja lo que de otte modo no es reflciado por nada, eso absolutamence idéntica, que ya se hha escindido en el you (Sel VI. 3, 270). Asi pucs en el sste- ma de Schelling el are cumple una fancién exiraordinaca, Solo on dl es captable el absoluro, la unidadl del sujeco y el objero, de la historia y la nacuraleza, de la libertad y la ne cesidad. SEMI. Schelling, Spsom as nomzendontten rts (1800), ed 8. Dictasch, Leipag Reclam Universal, 1979, 36 en Lo sucesie sbreviad St, 26 «Por exo el arte s Jo supremo para el fildsofo, porque, por asi decix le abre el santuario donde arde en exerna y Originaria unin, en una Hama diica, Io que en la natrale= za y en la historia escé separado y lo que ba de excaparse siempre en la vida y en Ia accién, asi como en el penst~ rmiento> (Sef VL 3, 272). ‘Vamos a inten reconstruit problema que el sce tna de Schelling busca resolver. AI iguel que Kant, Sche- ling no parte de ls objetivaciones estas sino que busea aribuir @ sas un Ingar en su sistema y proceder asia su anilisis conceptual. El punto de partida de su filosofia es tris bien la superacin de ls contradiceiones que se oponien bruscamente en la fiosofia kantiana en tanto que teino de la libertad y eeino de la necesidad. Thas ext hay experien cias historias que el joven Hegel, en la época de su colabo- raci6n en Jena con Schelling acerté a expresar con més cle Fidad: «cuando el poder de unificacién desaparece de la vida de los hombres, las oposiciones han perdido su relar cién y accidn reciproca vitales y adquirido autonome, en- ronces surge la necesidad de la filosofiar’. Lo que aqui llama Hegel fa desaparicidn en la vida det poder de unifica- (Sef VI, 1, 262). En Ia intuicidn estéties (con: cepto quc en Schelling no es algo contemplative, sino que incluye la produccién), propia del genio, se supera la con- tradicci6n de lo consciente y lo inconsciente, de la liberca y la necesidad., La obra de arte expresa reconciliaciéa por- {que om ella st resuelven todas las contradicciones. Em ba 2 obra de ante accede ef hombre a la sautoinmaicida puss aque por ello se acompatia del esentimiento de una paz int nitas (7bid 261) La tora estétce de Schelling no sesponde ala inten cidade conceptlizar un Ambiro dererminado de Ta praxis humana, sino ala voluntad de poder pensar como algo sorid? A mundo escindido en un feino de ly necesided y un reino de la libertad. En esa contradiecién entre libertad necesidad refleja la filosofta lz alienacidn del individuo frente a wna nsturalera exterior objetivada (investigable segiin eyes mecinicas y utlzable técnicamente) y una co- munidad politica igualmente extrafa y solidificady’. Si pata Schelling es el arte ef lugar en el que esa contradiceién encuentra su teconcilacién real, entonces podra decirse de str teoriaestétca que trata en primer término del problema del sentido de la exiscencia humana. Fl arte se convierte en objeto de interés filosfeo porque en dl parece escar dibu- jada la solucién de los problemas de los que se ocupa la fi- losofia ‘i bien el arte es «lo supremo para el filssofo, porque, por ast deci, le abre el santuario» (Srl VI. 3,272), queda, ro obstante, lsttado con una extraondinaria precensi6n, a saber, la de ser revelacién de lo absoluto. Esto comporta consecuencias en la coneepeién del arte: por una parte ol artista se convierte en yenio, en hombre de excepcién al 1uc el absoluto se desvelas por otra pare se llega necesacia- ‘hone aun aropeasepraion ent vedas abe de atten y eel producto que sélo simula el caricter de obra de arter (Sel VI, 2, 265). Al elevarel arte a paradigina de la se- Conciliacidn en el que encuentran solucién odas Las Yer sobre este J. Haberins, Koraen kennplewe Giselihafon eine erinige Ident cabin? cvs Za Rehonirsion des heros Manes Peaks ubckarp, 1976) ep. 101 » contradicciones, no sdlo queda estilizado el artista como un supechombre, que al producir accede a lo absoluto, sino que al mismo tiempo se establece Iz dicotomia entre arte verdadero y no verdadero, at alo y bajo No se at de iferencias cualitativas, de que se logre una mayor © menor plenitud dels ober concede a sino de quela pros luccion artistca se divide en dos regiones: una la mis am- pli, queda separada dal arte (porque en ella «cl producto no <6 otta cosa sino la reprociuccién ficl de ki actividad consciente del artista y por lo canto sélo cbjeto de su refle- sid, no de su intuiciSns, sid 265); la outs, por el contra tio, sale de Ia praxis humana en canto que manifestacin cle lo absoluto, Schelling, como conseeuiencia de esta argue mentaciin, lege a afitmar gue (Sel VI, 2, 268). En consecuencia alberga la esperanza de ‘que “la flosofla, del mismo modo que ha nacido y he sido alimentada pot la poesia en la infincia dela ciencia.. des puds desu plenitud vuelvaa fur en ef cegano universal de Ja poesia en forma de muchas corrientes asladas» (Sel VI, 3, 273). La esperanza de un etoggeso de la ciencia 2 fe poe= sia» (tid) exch unido ata idea de suna nueva mitologia E] modelo dialéctico memul de unidad, disociacién y rnucva tnided, que esté en la bese del pensarniento de Sche- Hing, se hace sin embargo prebleméticn sila noeva unidad se piensa segiin cl modelo de lo originario, Se ests ast ala puerta, en sentido literal, de un giro reaccionario de la dia Iéctica, cuyas contradicciones devienen furdamenta de la nostalgia de lo originario. Sise sina el arte en el lugar en el que se manifesta Jo absoluto, es decir, la verdad en su seotido enfitico, enton= ces arte y filesofia tienen cl mismo objeto. Con Jo que se plantea fa cuestién de como se diferenician arte y filosofia, © biica se reconoce al arte la primacia, como hace Sche- lling, y entonees se atribuye «a filosoia (y ala ciencia) la area de devenis arte; o bien se parte del privlegio de lef BWC JSchelling, Malnaphie der Karn Wins. Buchgesechat, anne, 1974, 3087; en lo que sigue abseviedo: Pha. 31 losofia, como hace Hegel, y entonces el ante se converte en tun modo de eapraciGn cle la verdad historicamente supers. do. Bs interesance observar que ye Hegel cn su excito de la epoca de la colaboracién con Schelling, Difexenca de los ix temas de filosofa de Fichie y Schelling. sc inclina a conceder al arte us papel discinto dé de su compatiero de arms, (XIV, 41). El problema ests en le produceién de tuna coraidad, cuya necesidad depende de una cosmovisién ‘y no es primariamente asunto de poder disponer de una haturaleza objecivada. Historicamerie la necesad de wr2- lidad nace con la destruceién dela sociedad tradicional. El individu burgués, desligado de mvleples acadurss, se en- 39 euentra aislado como individue (equizds nunca como ahora han estado los individuos aislados y separados», XIV, 42), La estética idealist (y la produccidn artistiea corres: pondiente) puede entenderse como el esfuerzo epocal por superar cf aislamiento y la desesperacién que de él resulta. Como no puede encontrarse el sentido dela existencia hur mana ni en las relaciones vitals ni en las representaciones religiosas, debe crearse un Ambien social en el que pueda producitse un sentido: I insticwcién arte. Ldéntica funcion dle creacién de totalidades con sentido atribuye Goethe a las ciencias de la nacuraleza. Las ciencizs no deben explicer causalmente fendmenos aslados, y dominr asi le naturale- za, sioo incivar mediante la incuici6m a la spartcipacidn es- piritual> de sus produictos. La ciencia de la naturaleza es luna cosmovisin: ese olviia que la ciencta se ha desarrolla- do a partir de la pocs, no se ha considerado que, ts un cambio sibito de los tiempos, ambas pudieran reeneontrat- seamigablemente, para ventaja musus, en una posicién su- periony (IIL, 107). La cetcania a la concepeidn de Sche~ Hing es evidence, No hay duda de que Goethe piensa exe vencuentror de la poesia y Ta ciencia baja el signa de an pensamiento toralizador, es devs, bajo dl signo de la poesia. La unin de poesia y ciencia, buscada por los primeros ro- manticos en oscuros aforismos, ha sido objeto de un es fuerzo conereto de anos por parte de Goethe, quien no ha rebuido la discusién con los aversatios. Nos es diffilmen- re imaginable emo hubiera sido nuest-o mundo si se hu- bicra impuesto la coneepeién gocthiana de la ciencia de la naturaleza, Peto el esfuerzo desesperado de Goethe de prac- ticar la ciencia como arte nos hace ver la contraposieion entre una cieneiz eneaminada 2 la dominacién de a naeu- raleza tas el triunfo de la sociedad burguese, y un arte que asume la tarea de responder las cuestiones acerca del senci« do d= laexistenciz humans. 0 3. Modernidad’y ansimodernidad: l programa romadnsico de a ermeva mitologias hay une verdad universal reconocible por todos. no queda oto camino para llegar a ella que el que cada uno diga y defienda lo que le parece verdad. De Ia libre mani- festatidn de opiniones diferentes y de la libre discusion tiene Finalmente que resulta, en la medida en que esta raza limicada y miope sea capar de tal conccimiento, la verdad pura como algo inceligible y bienvenido para rodas, como tun producto lleno de sentido, aceptsde volunearismence por todos y como algo que dominara pacificamente sobre codoss" Gcorg Forster formula con estas palabras el proyeere itustrdo de fa humanidad, Parte del hecho de la diseusion libre y pablica. ¥ esablece dos supuestos: que no haya nin guna otra cosmovisién obligatora para todos, y que an los participantes en el proceso de discusién no hays intereses pertilares sino que tengan cxelusivamence ants los ojos la asqueda de la vexdad. Fl primer supuesto mo ex muy prox blemdtico, porque desde la Mlustrciin les idcologlas reli giosas han perdido ampliamente so vigencia, al menos fentre las capas bunguesascultivadas. La segunda suposicin afecta 2 un problema fundamental de a sociedad burguesa, a saber, la fundamentaciin y, sobre todo, la implantacisn dle una moral que no se apoye en podeses ajenos. A finales del siglo este problema cs ya una experiencia concreta que pueden hacer los ilustrades gracias a la incipiente co- ‘mercializacién de la lieratura. En esa época se levanean vyoees que expresin su desiusidn por el imeto creciense °-G. Fores, Rage cnes Briefs am einen deunchen Scrifler ey Schilles Goer Grecbetans (1789), en: Werks, ed. Ge Stine, vol I, Autiow Verlag, Belinea, 1968 35, a de editores y autores que no se dedican al proceso colectivo de buisqueda de la verdad, sino a la eonsecucisn de sus in rereses ccondmioos. En otras palabras: discusién 10 tiene lugar en un espacio libre de coacciones, sino blogueade por intereses pariculares que buscan someter el mercado litera- rio, La consccuencia es que el process de la Hustracioa no se desarcllaen fs linea esporeda pot los itustrados Bl deficit en Je bisqueda de sentido que de esa. situa (KS, 502), y al mismo tiempo, como el antimor dlerne que busca fa unidad en ana nueva mitologie. EL ro- mintico quiete al mismo tiempo mantener el indlividuals- mo moderno y conseguir en la mitologia y la religién el punto de referencia que funda ks wna. Tales contradieciones no son accidentales, y tienen un significado sistemitico, Schlegel evita eonsceuit sus discur co sei os rina da cons em yn taponer sus dfiniciones de la mirologia para hacerse cargo a elo) En su logan apicadiferemes procedimicncos de producciin de sentid, de los cuales el mis imporeante es el Sefialado en o1z0 lugar: «si unts los extiemos, ya tenéis el ‘verdadero medio» (KS, 97). Esta conexion de los extremos produce ante todo efectos rexéricas de tipo: sel onken miéxi- rma es pus cl de caose (KS, 497). No se resuelven las com tradicciones al hilo de distinciones concepeuales, sina que s€ conectan conceptos muy distanciados ent si. Ese procedi- mento permite susccar soxprendentss combinaciones y constelaciones; es podcicamente productivo. Ahora bien, po dberian valorarse sus resultados como producto del pensa- iienco, Fsos resultados son literalmente «accidentals y sélo una posterior rflexién podré establecer su cualidad”, Ver sore co lsnilsi, haste ahora inigulado, dal reoceo de stad lcomervador Cie Schmit el que ex todo eatohabria quer Drochac que wo reconoce la predicividad potciesrowntes. (Pelisi~ Ele Roman Berlin, Duncker Humble, 1918, 1968, exp. Ie Dir ‘Strut der omentscton Got), eense al interés por el primer romanticismo, hoy clara- ence perceptible, hay que advent del error de supones que la union de los extremos que Friedrich Schlegel poo. Pugoa y practica, constituya una solucién de los proslemas sociales que Ia ertica concemporénea de Roussea formals por primera vee, » que la sociologia, desde Max Webs, te. sonoce con el concepto de racionalicacién, Al sometimien rode sade ver mayors dominios de a vida sil as or mas de accuacién de an pensamiento que caleula con arrgl alas reacionesfn-medion no prods ces Roe ni con le polémica tradicional contra la Mustracién ni con Ja apeacién a uma nueve micologia o religién. Pata evitar ‘malentendidos eambién yo tengo la conviceién de que el romanticismo es actual en un sentido no ceivial, La crisis colégiea dl presente nos hace receptivos a una critics del ‘modelo cle dotninio cacional dela nacuraleza, que teconace {a conexion de la dinsmica del progreso la destruccin ra slic de la nacuraleza y que al mismo tiempo ocasiona mi. scum srs de to po ue eos post ricos de los movimnientos laborales en el siglo xn Con allo, I dimenscn paca del pensimieoto apeauiave se, lama la salvacién de la naturalesa. La idea de un uaco cussi comunicativo con la naturalera que: es comin a los teabajos sobre ciencias de la nacuraleza de Gocthe y a laf losofia coméniea dela naturalesa, adquiere ala vista dela previsible eatdstrofe ecoldgica, una significacisn prictica, Las desoladas perspectivas que se derivan de la acumula, sion de potencialidades de aniguilacicn, proporcionan de auevo alos valores comunicacivos una dimension histdrica, ligada a la espetanza en la supervivencia de la humanidad. De la utopia del «gran tiempo de reconciliseiéne, del «tiempo sango de la paz eteznar (NW Il, 745-750) de Now ‘als, exala una podetosa facinacié, procisamente por {a amenaza real bajo la que vivimos, 56 Bl interés por el romanticisimo, comprobable desde hace una década, no es s6lo comprensibl, sino lgicimo, y podria contribuir a que en ese proceso de apropiacién, hnueseeo propio presente fuera mejor conocido. Si, no obs- tante, no siempre se logra esto, podria deberse ante todo a que el esfuerzo por salvar lo roméntien, 2 menudo y querer, sc trucca en apologin'. Cuando el intxpeete se li- rita ampliamente a rastiear motives romdnticos, propo- nigndolos como sohieién de problemas actuales pierde fa ‘oportunidad de iluminar nuestro presente. Ni la repeticién de la polémica roméntica contra a fio pensamiento” ni la profundizacién en los temas de la pobreza, la noche y Ja imuerce conducen més ali de la concepeiéin tradicional que la ciencia de la literatura tiene del romanticismo”, procisa- ‘mente porque se renuncia a crcicarlo". Incluso ctos nuevos trabajos que poseen el mérito in iscutible de reconstruir ol pensemiento del primer roman ricismo en el contexto de la Filosofia idcalista, y que remi- ten a un horizonte de problemas circunserito con nombres como los de Marx, Adorno y Heidegger, adolecen, peso a 2 Veep. el ensayo yap super, de R. Baber, de pena a owl come seemonantetde toa sities woman (Net Die Phone a die Mah, Scare, Mele 1970, 56. “Ui ejemplo «Cisse mine el endcrama que iempre nex rmano sgl de cielo you Dest ads panies que unas teak deter semitcey de Mare logethan JE Selle sion eve srgrnene republic Kant eG. Dic Eber (Gi. Renate Liga. Unpabe Romana Gaerne, Hide ti 1979, 55. 2 ri, 119-194 aco de NW, Bole, Die Ofer chic Lar Suto Oot Brag dev Fabs Que un eta clea no slo ao ele ln compres de} ‘omantiom sine ue mis ben spas, lo mere por erpio Gh arcs de W/ Hoke, Wilanchavaie Apel der Firman oe Weer Retige 24 (0978), 41-46 su alto nivel de reflevdn, de una ciertafalea de discancia {cme a su objeto": El lector de tales uabujos tiene a veces ls npn de gue a propia capi combines em. ja Sus autores a poner en conexiém pensumien tos my agut un ejemplo de sia peculiar actunlicion de! pena. mienco romantico de la identidad: «Esta esfera decom. prensisn sin cascciin (por ejemplo cn Fiahetmss), ss en al comtexco diferente de la teotia social contemperdncs, algo distinto de un concepto inspicado em ax ideas del Aes sinticuo programa de sistema del idealions alerie®. No hay duda de que hay constelaciones de problemas eatacte, ristieas de una formacidn social. no hay dla de que desde Rousscau y Herder la racionalidad del entendimento sort en el centro cel eftiea de la cultuca, Sin embargo, vale la Pens reconocer las conscelaciones de problemas epee ‘mente histricas y ls soluciones expecificas. La ides haber. masiana de una comunicacidn exenta de dominacion eset mis prima a tos luseades que tl esis vomniea de luna nueva mitologia, que para él canstituye sin dude on iment pelemst dedelfveiagén, No se uata aqui ni de anatematiar el discurso sobre sari noche yl mucreide etapa ls vj ye vos fascistas «la costal mitica de los eutopeos del 1 (an Lo deel sm ebb eee conjarando los eiedos y les nostalgia, Los dupticamos twbsjaos asf para los que saben aprovechtse hibiiment le tales «poderes), o 5 los luminamos, aprendiende por * Nee pc | Hatch, Di fle Wiener Pe evaiisanpruc 1m Diehsne ker Fabrobuntiones hoedeg Frankfurt, Suhrksmp, 1976. gc lerre t oe 2 Me Fea, Dit Dic a neve Hts Me Hse. Move nnd Kowe pcre einer filrorantichon des ot Reece apt i lai ecco rn 9 58 cjemplo 0 distinguic enue leyenda caurivadora y evento dlewetifcador" La esperanca de recobrar la unidad perdi da sobre ol fundamento de una concepcién del mundo ‘obligazoria para todos. solo puede cumplise a) precio de Uns iegtsin (que el discus de Noval la Chietanded @ Europa concede). Si no nos engafiamos, no falarin en el présimo fucure profetas de nuevas relgiones de unidad, Junto con Niewsche les serviré de punto de referencia el primer somanticismo. Por el contrario, nosotros tenemos solo la fuerza paciente de la crftica que deslinda la legitima nostalgia de las falsas promesas de su cumplimiento. Es propio de los prcjucios inherentes a una apropiacién del undo con los medias del pensamiento la suposiciin de due las aporias encontrarian su esolucions neaesariamente cen un plano superios. Se proyecia asf la unidad en el cielo dela coneepcidn del mundo, en lugar de reconocer su rea- jzcién como uo problema prdcsico”. La produccién artis~ fica, que ya no se cnerega a [a ilusién de una pureca est casino que iiroduce en la obs I realidad con toda #8 extrafera, puede esperar Ia gestacién de modelos de tal tunidad. Lo que nos amenaza como algo isracional y extra- fio se convertité abi en algo accesible, sobre lo que poda- mos, bablando, entendernos, Si la concepcion del mundo fabricada es la falsasfotesis de una subjetividad moderma y tna nostalgia cuasi arcaica de unidad, la sobria producciéa, de arte sed el proyecto de slotess, continuamente renova do, que se stbe mediado y limitade histSricamente, de mu- chas manera “Ver E Block, Zerrrang, Rau dev Mythos deh Lieb, em Veslieméungen ly Fanksact, Sarkamp, (962, 152-162 ‘Yara uns critica de a scializaion de ae eos, vet A. Loren ex, Des Koval dr Buble, Earopacbe Verlgsstl, Franke 1981, 117 ” 44 Las aportas del jeto-obycen en i estrea de Goong Lacs Tambign los pensamientos tiene su bora historia. La Btdtica de Heidelberg de Georg Lukécs confirma, por Geomplo, la mecesdad bistrica del staque de las range dias al status de autonomta del arte%, Mientras que los das dlaistas organizaban en Zisrich sus primeras acciones contra ta instituci6n arte, emprende una vez mas Lukdcs en Hiei_ delberg cl incento de asegurar teéricamence la autonomia de lo extético. Al pensar conseeventemente, hasta el a como nadie lo hizo antes que dl, las aporias de la auton, iia exética, pone dle manifesto y confirma indicectamnente la necesidad hiscétic de Ia protesta vanguaedise El propésito de Luledes consisee en moserar que lo esté- tico constituye una esfera aurénoma; habla tambiGn de forma de valides, delimiténdola tajantamente tanto de la esfera tedrica como de la préctiea y de la realidad diasia Puree de ls ideas de Kant, puesco que el sistama kantiang pésibilta una neta separacién de esfetas, en el sentido de formas de valider autdooms, Pero le parece que Kant ce ha uedado a medio camino, El hecho de que Kant consider: cel objeto esttico cn conexién con otras objeoss, para Latics, sefial de una sorientacién tedzicas en la determina én de los objeos (HA, 104), Puesto que: vesa conexién de todas los objetos pensadas es lo espectfico de un mundo de objetos constieuilos teéricamente» (HA, 106). Por el 5 La abcovaura HA se wires: G. Laks, Hotddbrgr Arba (4846-1918), cd, G. Markit Bessler (Lakies Wer, 1, Bora ‘eluNewnied, Luchhand, 1974. Fl espa Diz Sejeh Objte be zichnng in der Aik 1917 del meno Lutes x ha blots a evita «Logos. Una exposiiin de motives ecataks del pines he ics ra coco de le loslia conterprinee, ele axprteca de ‘Agnes Heller y otos ducipulos dd Luldes trlier Die Set wd de eben Sion sam fsbo tab, Fru, Saban 199, 60 contratio, a determinacidn decisva del objeto estético la Gis aslamienton HA, LO3) Esa deteminacion etam- bien desconoeida por Kant cuando tara de estableeer puentes con el dominio de lo ético, en su concepcién de Ia belleza como simbolo de lo ético, 0 en su doctrina de lo sue Ble et ego capi 2 esta critica de Kant le cocesponde una definicion de laches sr como suc corea co nay Ck - Lukes formula este aslamiento de lz obra de arte con terse raided La read con ba psctn de ried, no 5 s6lo puesta entre paréntesis —utlizando La txpresin de Fluseil- sino qu sel deca radialmente tir nosers (iid), bon de arte y realidad extn, por lo tanto, een vin completa falta de relacién entze sf (iid). [Ls inmanencia de la obra de aree es asi tan fuerte, que siquiera ee acenria poldmicamence Ia realidad excluida» (HA, 109) De ete ashen rade desban ods las demés detceminaciones de lo estético: con arreglo a esa inmvanencia de ws configuracién se exige que todo compor tamionto referido a ella «no vaya mz alt de su comtempla- Gin, en canto que vivencia inmediata, 7, permaneciendo cn sf de modo inmanente, no desborde el obj de aca remplacidn aa bisgueda de ouos objeross (HA, 2 Ta problematic la que Laldcs concer, wlo puede raseearte en ol wexco de su Bsética, Poe decid sépidamen- ce tan dl ptolema def aoracion, de I on enite el mundo vivido y la nacuralera abjetivada por la tiencia y por la wenica, Asi, descubre Lukes «un anhelo subjetive hacia una realidad adecuada al sujetor, camo idea de quel area nts d a oid, qe Tan cients ect mmo ai fv fr Sede encuuste neal dl cre wn recon ends Srna dermis oda GE 9) 6 motivo trascendental del nacimiento de lo eséticon (HA, 101), En ciorto sentido, se trata de una reasuncién del pro- blema central dela filosofiaidcalisaclisica, que concibe la sociedad! burguesa escindida encre lo particulary fo univer- sal, entre ol individuo y la especi, entre la libertad y la ne- cesidad y entre ol sujeto y cl objec. Cieramente Lukes, frence ala filosofla da idealism, rcaliza un desplacamienco dl problema. La separacién de sujeto y objeto es imerpre= tada, por asi deciro, de modo subjetivo. No se enfrentan ahora libertad y necesidad, accién moral y naturaleza legal, sino que en esa esfera encuentra el sujeto una realidad que le cs adecuada, es decir, una realidad que no Te resulta exe tafia. Tal esfera se da, para Lukes, en lo estético, Para que ef sujeto pucda experimentar el objeto esérico como algo que le es absolutamente adecuado, tienen que

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