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ROBERT ALEXY aC fone an re pie ieee ME Cuiett bi illic 2 oer Atexy 15. Los margenes de accién cognitivos de tipo norma- tivos afectan directamente el contenido material de la Constitucién. Su existencia significa que los poderes di- rectemente vinculados por la Constituicién pueden deci- dir sobreel contenido de su vinculaci6n, hasta los limites del margen de accién. El reconocimiento de la existencia de los margenes de accién cognitivos de tipo normativo significa la transferencia de la jurisdiccién constitucional a los tribunales ordinatios. La competencia para contro- larelalcance de este margen de accién pertenece en todo casoa la Corte Constitucional Federal 4. Siitesis 16. Los problemas de a con: itucionalizacién pueden re- solverse mediante la construccién de una dogmatica de Jos margenes de accién, Esta dogmistica descansa sobre dos columnas. La primera la constituyen los margenes de accién estructurales, que expresan el caracter limitado del contenido material de la Constitucisn; la segunda est constituida por los margenes de accién epistémicos, me- diante los cuales el limitado alcance material de la jurisdiccién constitucional se traspasa a la juriscliccién ordinaria. La Corte Constitucional vigila en todos los cam: pos con una doble perspectiva. La primera esta dirigida hacialoscontenidos constitucionales materiales, lasegun- da hacia sus limites y hacia la falta de certeza. TERCERA PARTE, SOURE LA ESTRUCTURA DE LOS PRINCIFIOS JURIDICOS* INTRODUCCION Aunque con otra terminologia, la distincién entre reglas Y principios conoci6 ya en los afios 50 en Alemania un tratamiento profundo, gracias a Joser Esse'. En Austria, yaen los aftos 40 Watrer Wi.surc habia anticipado algu- as apreciaciones esenciales sobre este aspecto,en su teo- rfa de los sistemas en movimiento. Sin embargo, un debate internacional més amplio sobre esta distincién se desencadens gracias a Rowaip Daoréan, quien en su arti- culo “The Model of Rules”, publicado por primera vez 9% Ronen Avene Ellas son, por lo tanto, numulitos defiitions Beno significa GistincGn entrereglasy principiosesuns distincién, cualitativa y no solamente una distinct de grado. Toda norma es una regla oes un principios 2Laley de la coision La distincién entre reglas y principios € Muestra con la arial en as colisiones entre pris ios yloseon. (OS eiie Feghas. Comers Tas colisiones entre pi PIS Y TOS COhliclos entre reglas es In existencia de dos Tannts. te si se aplicara cada tna por su Parte, leva. an aresultados incompatiblesentre sf, enconcreto, a dos Iuicios juridicos concrotos de deber sex que estarian en contraclicién. Sin embargo, uno yotro fendmenose dife- cenxian esencialmente en la manera como se, soluciona el conflict, <2 Los conflictos entre reglas ee cnire replay Un contlicto entre dos las sélo puede ser solucionada “Siseintrodaceun una claustila dees r= Sedeclaralainvalidez de una plo de lo primero Io ofrece oT on fen de una escuela que, Portna parte, prohibe abandonar el aula de dace antes 5 A. 1 asim, “Zam Bey P. if des Rechtsprincipy” en ‘e+ Rect Verma, Diss, Frank, 1958 Tre eetios dels derechos tundomenthes Gel timbre y por otra parte, sin embargo, ordena hacer cena anenle e80, en caso de que suene alarma de in- cendios. Este conflicto puede Tesolverse técilmente, siala Prohibicion de abandonar el aula de clases antes del tim bre se le introduce una &xcepcién refetida la alarma de Glos. Sino se dispusiera de una ‘solucién semejante, uedaria solo la posibilidad de declarar la invaliciez de Porlo menos una de las dos TeBlas. Esteeselémbito prin. “pal deaplicacin delasregias de colision cer que pres >. Colisiones entre principios narse Ta Senten; inal Constitucional Federal Sobre la capacidad para concurrir juicio®. En esta Sen- tenciase trataacerea desies posible admitirquese llevea cabo una audiencia contra un acusado, quien correel pe- ligto de sufrirun derrame condor Yun ataquecardiaco, actts2 dea carga moral que para i Puede representar el desarrollo cel proceso, Las ncemae Queentranen colisién © Ble S1, 34, 98 Rowen Atesy en estecaso son, por una parie, ei pardigraio 2" inciso 1°, articulo 2.° de la Ley Fundamental, que garantiza al ind viduo el derecho fundamental ala vida y ala integridad corporal; por otra parte, el principio del Estado de Dere- cho, enla medida en que se atribuye al Estado el deber de garantizarel funcionamiento adecuado del sistema penal. Sis6loexistiera el derecho fundamental, entoncessimple- mente deberia prohibirse llevar a cabo la audiencia, en raz6n de los peligtos que ella implica para la vida y la salud del acusaci. Si, por el contrario, s6lo existieza el deber estaial de velar por el funcionamiento adecuado del sistema penal, la realizacién de la audiencia deberia catalogarse sin mayores problemas como ordenada, 0 por Jomenos, como permitida. En estos supuestos, e] Tribunal habria podido solucionar el caso declarando la invalidez del derecho fundamental odel deber de garantizar el buen funcionamiento del sistema penal, que se deriva del principio del Estado de Derecho, expulsandolos asi del ordenamiento juricico. De.este moda, el Tribunal habria tratado la colisién como un conflicto entre reglas yo habrta “Solucionado en Ta dimiensién de la validez. Ahora bien, apenas necesita findammentarse que tanto Ta declaracién del derecho fundamentala la vida ya la integridad corporal como invalido, como la del principio del funcionamiento adecuado del sistema penal, en cuanto subprincipio del principio del Estado de Derecho, son dos opciones inadmi- sibles. Tampoco la segunda posibilidad para resolver un conflicto entre reglas, consistente en introducir una ex- Ties esctitos de fos derechos fundamentals, 99 cepcion, ofrece la solucién que aqui debe adopiarse. El derecho fundamental a la vida y a la integridad corporal no constituye ninguna excepcién al principio del funcio- namiento adecuadlo del sistema penal, as{como tampoco éstelo es de aquel derecho fundamental. Mas bien, el Tri- bunal debe resolver esta colision, estableciendo una rela- ci6n de precedencia entre los dos principios relevantes, condicionada a las citcunstancias del caso concreto. El derecho fundamental a la vida y a la integridad corporal debe preceder al principio del adecuado Funionamiento del sistema penal, que se deriva del principio del Estado de Derecho, ite “el peligro concrete de que a causa dela i suvidaosut -Bajoesascondi ciones-et dereche-farfamental felie un peso mayor y Por eso tiene prioridad. Sin embargo, esto puede ser al Contrario bajo otras condiciones. Que el derecho fundamental tenga prioridad, signifi ca que debe aplicarse la consecuenciajuridica prevista por Al,Esto quiere decir que la satisfacci6n de las condiciones de prioridad lleva consigo la aplicacién de la consecuen- Cia juridica establecida por el principio que prevalece. Esto Puede generalizarse en una ley de colisién, seguin la cual 'as condiciones bajo las cuales un principio tiene priori- dad frente a otros, constituyen el supuesto de hecho de 7 BVeriGE 51,224 040) 100 Ronen: Atexy tuna regla que expresa la consecuencia jurfdica del princi- pio que tiene prioridad’. Una variante un poco mas técnica es: Siel pri e frente al principio P, bajo las Gircunstancias C: (P, P P,)C, y sila consecuencia juridica R se produce a partir de P, bajo las circunstancias C, en- tonees adquiere validez una regla en la que Ces el sti- puesto de hecho y R la consecuencia juridica: CR’, La ley de colisi6n expresa el hecho de que entre los principios de un sistema no existen relaciones absolutas de precedencia, sino tinicamente relaciones de preceden- cia condicionada, La tarea de la optimizacion consiste en establecer dichas relaciones de manera correcta. Como quiera que, seguin la ley de colisién, establecer una rela~ cién de precedencia condicionada es siempre establecer tuna regla construtida con ocasicin del caso concreto, debe condluirse que el nivel de los principios y el nivel de las reglasde ningiin modo estén separados. Resolver un caso mediante una ponderacién significa clecidirlo por medio de una regla que se fundamenta teniendo en cuenta los 5 Esta formulainde laey ce coisknserefierealcasoen que lncorsecuencia [unitica del principiogutieneprcrdad debe apicarse en xlasaragi CCuanalodicha consecuercia no debe apicarse en toda su agit, es indspensabe intecucir algunas mexliachones cf, sobme este aspect, ‘Aus. Ob. ci p83, nota al pe." den, Tres esertos de los derechos tandamentals 101 Principios quejuegan e: sntido contrario, En esta miedi= dda, los principios son razones necesarias para las reglas. 3. La ley de la pe Lateoria de los principios, expresada en formade la tesis de la optimizacién, ha adquirido un lugar propio en la doctrina, sobre todo al postular su equivalencia con el principio de proporcionalidad. La teoria de los principios implica el principio de proporcionalidad y éste implica aquiélla”. _-Que la teoria de los prineipios implique el principio de proparcionalicad significa que sus tres subprineipios, esdecir, os subprincipios de idoneidad, necesicad y pro. porci validad er nto asics : siguen légicamente dE ETS, 0 ea, son deducibles de ella en un sentido estric to, Por lo tanto, quien objeta la teoria de los principios tiene también que objetar el principio de proporcionali- dad. Como consecuencia, el debate sobre la teoria de los Principios puede reformularse como el debate sobre el principio de proporcionalidad. La implicaci6n del principio de proporcionalidad se basa en la propia definicién de los principio. En cuanto ‘mandatos de optimizacién, los principios exigen la maxi- ma realizaciGn posible, en relacién con las posibilidades © Ate. Ob cit, pp. 100y te Roser tex fécticas y juridicas, La rotacién con lex Posibilidades Faclicas conduice a los subprincipios de idoneidad y nece. sited. Sise adopta una medida M, que representa una freenciGn en la libertad de profesién y oficia (P,) para favorecer la proteccién a los consuimideres (P.), pero ella nan ilsnea pata elo, entonces puede omilinee ny sin Originar costos para la proteccin de los consumidores 2, La optimizacién de P, y P, exige entonces que no se adopte M. Este es exactamente el contenide ded Principio de idoneidad. Por su parte, el principio de necesidad tablece que una medica M, esta prohibide se relacién con los principios Py, siexiste una medida alten nativa aeella, por ejemplo M, que favorece el Principio P, en una forma equivalente a M, pero interviene menos intensa- menieen el principio P,. Pensemos que P. es de nuevo la Priteccién de los consumidores, representado ests vez en la proteccién de los consumidores de errors af com- Prat. Ahora supongamos que M, es la prohibicion abso- lta de que ciertos productos que parecer chocolates, pero Gute no lo son, circulen porel mercado. Asimisino,atdine Foe ae gM; la categoria de deber de etiquetar claramente los prectuctos. Como quiera que este deer de etiquetar los productos (M,) es evidentemente una intervencién Menosintensa en la libertad de Profesién y oficio (P,) que la prohibicién absoluta de circulacién (M,), pero sirve en candida mas o menos equivalente a los fines de pro- teccidn de los consumidores (P,) entonces debe conside- ‘arse que la prohibicién absoluta de circulacigin (M,)esta Tre escrito de los derechos hudamentats mos Phibida, por ser un medio no necesarioen elacién con 4os principios P, y p. Las subprincipios de idoneidad Y Mecesidad se origi- ble Pant lel mandato de la maxima reali, i posi- ble en relacién con las posible, fScticas. Dichos Subprincipios expresan la idea del Sptimo de Pareto, En sabia. el principio de proporcionstidad co sentido es- tricto se origina a partir del mandato de la maxima reali- zaciin posible en relacién con las Posibilidadesjuricicas, Sobre todo en relacién con los Principios que juegan en sentido contrario. Aquise trata dela Ponderacicn en sen- {idoestrictoy propio. La ponderacien resulla indispensa- ble cuando el cumplimiento ce un Principio significa el HinePlimiento del otro, es deciz, cuande us Principio Lnicamente puecte realizarse a costa del one Para estos 0s Puede formularse la siguiente ley de ponderacin: Cuanto mayor sea el grado de ng cumplimiento 0 de atectaci6n de un principio, tanto mayor debe ser la im- Portancia del cumplimiento del oro! Los problemas relacionados con esta {6rmuta expre- Sada de la forma cuanto mayor tanto mean son los te- ‘mas capitales de la discusin sobre la Pregunta de sila Ponderacién representa un procedimionto racional 1 BeniGESS.135 0455), AUS: Ob. cit pe 108 Rows AU 1. CUATRO OBIECIONES Las eyes de la ponderacién y de la colisién son intentos de describir de forma mas precisa la idea esencial de la teoria de los principios, es decir, la tesis de la optimizacién. Me- diante esta tesis se afirma que los principios son normas ‘quese diferencian fundamentalmentede las reglas,en razon de su estructura, En contra de esta tesis, que se enmarca dentrodela teoria delasnormas, se han opuesto numerosas ‘excepciones, Aqui se analizarén cuatro de ella 1. Laestrei ctura de los principios y a aplicaciéy de las normas Una critica radical, que se opone en el émbito de la teorfa de las no-mas, seftala que de ningyin modo existen prin- ipios, sino sélo normas que se aplican de diferente ma- nera,Eneste sentido, Gontirrha aducido que la distincién entre reglasy principios no esuna distincién que radique en la estructura de las normas, sino que solamente yace enun “diferente modo de tratamiento”. “Siuna normase trata como una regla, caso en el cual se aplica sin conside- rar las caracteristicas peculiares dela situaciGn, osise tra~ ta como un principio, caso en el que se aplica observando todas las circunstancias (Fécticas y juridicas) de una 8, es un asunto de “condiciones de conver: 9 Gove, Dar Sim fr Anges Frankfurt, 1988 S.270 También en Thes esertos de los derochos fundamentals, 105 sacién" 0 de “condiciones de trate". Tas condi de conversacién ode trat tienen una indole institucions en el sistema jurtdico. Asi, la divisién de poderes y la se- guridad jurfdica exigirfan tratar las decisiones del Legislador como reglas y admitir excepciones a ellas sélo en casos especiales. En el nticleo de la critica de Gontuer esta la tess de que, con independencia del marco institucional respecti- vo, es posible “exigir que cata norma sea aplicada en rela- ci6n con las posibilidadesfécticas y normativas juricicas) de la situacién”™, Si bien esto es cierto, no toca el punto decisivo. Por aplicacién relativaa las posibilidades facticas y normativas Gurfdicas) Gonmisk entiende la “considera- i6n de todas las circunstancias del caso””, Esta conside- raci6n de las circunstancias del caso, sin embargo, esalgo distinto a la optimizacién. Esto puede verse sise tiene en cuenta que la consideracién de todas las circunstancias del caso también es posible en la aplicacién de normas que pueden ser cumplidas o incumplidas, mientras que Jaoptimizacién presupone que una norma puedeser cum stance punta Seca alg relay prion Caracterzan ot dfn a equ agguentaive des nora” (Mt Sars sent nde Grob ers Vien Nievs Yr 19, p25) M4 KeGownex Ob at, p20. Th M Ide p "fa cn 106 Ronee tex plida en distinto grado. Es bien cierto quela optimizacién implica considerar todas las circunstancias, pero la consi deraciGn de todas las circunstancias no implica la optim zacién. De este modo aparece con claridad que la critica de Gonmer se equivoca en el objeto que presente atacar: la optimizacién Peto no sélo la posibilidad de cumplimiento gradual hablaa favor de que el cardcter de los principios también se reproduzca en el nivel de las normas. La teoria de los principioses la tinica que puede aclarar por qué la norma que debe ceder en la ponderacisn no resulta vulnerada, ni se declara invélida de manera parcial o total, sino que permanece plenamente siendo una norma valida”. La idea de la optimizacién es necesaria para poder comprenderla dimensién del peso ce una norma, en con- traposicidn a la dimensi6n de su validez, asunto que tie- ne multiples implicaciones en la dogmatica juridica, incluso algunas relativas a aspects bien particulares. Ast por ejemplo, una teoria adecuada de las restricciones cle los derechos ro resulta plausible sin Ia teoria de los principios”. Haanaashaaducii en conta de a tess de noptimizacisn queso ela noes posible comprerderqueuinderscho dea eader” anton ease de cols, sin peer porell st vale. Hasoiss. Di Binks ve, Fran, 19%, p36) Lo que succes justo toto contra. Cig Ain. Ob cit pp 20 ys Tres escitos de los derechos fundamental, wr No obstante, debe reconocerse que GONTHER tiene ra- 26n en cuanto a que existen casos en que no es facil deci- dirsise debe tratar una norma como una reglao como un principio”. Este es un asunto de interpretacisin, y como siempre en la interpretacién, no existe ningtin conjunto de criterios que permita atribuir a todos los casos una respuesta facil y clara. Con todo, esta no es una objecién en contra del carécter de principio como propiedad dela estructura de las normas. La propia pregunta de si una Norma es una reglao un principio presupone que las nor- ‘mas puedan ser principios. 2. Manclatos de optimiizacion a. Mandatos de optimizacién y mandatos a optimizar El andlisis de la objecién de Gonruer, relativa a la teoria de las normas, muestra que la diferencia entre reglas y principios depende en definitiva de la propiedad de los principios consistente en ser mandatos de optimizacién Ahora bien, Aaanio y Seckmann han refutado que el con- cepto de mandato de optimizacién sea idéneo para deli- mitar las reglas y los principios. De acuerdo con la ya mencionada definicién estdndar; los principios son mar datos de optimizacién porque ordenan que algo se reali- > Gurus Ob, ci. p.272 108 Roar Atzxy ce en la mayor medida posible, de acuerdo con la posibi- lidades fécticas y jurfdicas, Este mandato tiene en realidad tun caracter definitivo, Sélo puede ser cumplico oincum- plido, y siempre ests ordenado cumplitlo plenamente* Aainio lo concibe en las siguientes palabras: “Either one dloes or one does not optimize. For example, in the case of conflict between two value principles, the principles must be brought together in the optimum manner, and only in theoptimum manner”. Por consiguiente, los mandatos de optimizacién tienen como tales la estructura de las re- glas. Con todo, esto no significa en modo algun quee la teo- ria de los principios se desmorone cuando adopta la for- ma dela tesis de la optimizacién. Mas bien, lo que ocurre es que esta propiedad atribuye a esta teorfa una luz mas agudla. Resulta necesario diferenciar los mandatos que se optimizan y los mandatos de optimizacion. Los manda- tos que se optimizan son los objetos de la ponderacién, que pueden ser denominados como un “deber ser ideal” osimplemente pueden entenderse como “ideales”®. 71 J. R,Secnaines Reel Baden 150, p65 del rad. “Ose optimiza ono se optimiza. Porefmplo,encaso decontice tent dos principio de valor, se debe armonizat los prncpios ce manera ‘ptm ysl de manera opti 1A. Acsso. “Taking Rls Seriously”, ARSP-Rof 42 19900 p. 187 ALE Rest, Vert. et, pp 20 9 8 wn Prins des Rechtsstons, Baden Tres escritos de los derechos fundamentals, 109 El deber ser ideal es aquello que debe optimizarse ¥ que por medio de la optimizacién debe transformarse en un deber ser real", En cuanto objeto de la optimizacién, este deber ser se encuentra en el nivel de los objetos. Por el contrario, los mandatos de optimizacién 0 mandatos de optimizar sesittianen un metanivel. Eneste metanivel, ellos establecen lo que debe hacerse con lo quese encuen- tracn el nivel de los objetos, Estos mandatosordenan que sus objetos, es decir, los mandatos que se optimizan, se realicen en la mayor medida posible. En tanto mandatos de optimizacién, ellas no deben aptimizarse sino cum- plirse, accién queconsisteen llevara cabo la optimizaci6n. Los principios, en tanto objetos de la ponderacén, no son entonces mandatos de optimizacién, sino mandatos que se optimizan o mandatos a optimizar. Como tales, contienen un deber ser ideal, todavia no contienen un deber ser relativo a las posibilidades facticas y juridicas. ‘Sin embargo, tiene todo el sentido referirse a los princi- pios como mandatos de optimizacién. Esta marera de hablar expresa, ce la manera més simple, de que se trata ‘cuandose alude a los principios. De este modose expresa todo aquello que tiene que ver con los principios y que resulta significative desde el punto de vista practico. Este aspecto practico puede sostenerse ademas en una reflexiGn. teGrica. Existe una relacign necesaria entre el deber ser ideal, es decir, entre el principio como tal, yel mandato de ‘optimizaci6n, en cuanto regla. El deber ser ideal implica al mandato de optimizacisn y viceversa. Son las dos ca- no Roots Acts as de una misma moneda. Es por esto que la pregunta formulada por Paczenik: “whether the command toweigh, necessarily accompanying a principle, is ‘inside’ or ‘outside’ of the meaning of this principle’, debe respon- derse diciendo que el mandato de aptimizacién ya esta contenido en el concepto mismo de principio. Su supre- nn significarfa que el principio respectivo perderia su caracter de principio. A esto se suma la atinada observa- cin de Peczenx de que el interrogante de si los princ pios dezen ser catalogados como “mandatos de optimizacién” ono de ningsin modo tiene consecutencias para la filosofia moral o para la filosofia del derecho™. ‘Todo aconseja entonces mantener la caracterizacién de los princ'pios como “mandatos de optimizacidn”, y s6lo cuando el anélisis lo exija, evar a cabo diferenciaciones més refinadas, b, Mandatos de validez reiteraci Bien podria defenderse la opinién de que aun con todo esto no se ha alcanzado suficiente claridad sobre la es- tructura de los principios. Ciertamente se sabria que ellos aves thi, p20 N. del tri io! mandato de leva abo la ponateracion que neces riamenteacmpatiaal rincipocs' dent’ aur! clic A. Psa Oy La nl Rone, Dodie Bosen- Londres 1999.78 fer. Ties escrtos de los derechos fundamentals 1 deben ser optimizados y que como consecuencia repre- sentan mandatos de optimizacién, pero todavia no se sa- bria amo puede ilevarse a cabo lo que pudiera ser la optimizaci6n, Sieckwanw ha intentado dar una respuesta a esa pregunta con su teoria de los mandatos de validez reiterados. Su punto de partida es la diferenciacion entre tres tipos de enunciados: 1. formulaciones normativas, 2. enunciados de validez y 3. mandatos de validez2”. Las formulaciones normativas o enunciados normativos expresan normas en sentido semaintico, es decir, normas como meros contenido de significado, sin decir todavia nada sobre su validez, Su forma fundamental puede re- presentarsecon ayuda del operadordel mandato “O” lest ordenado, ..) y de la letra “p”, que indica lo que esté o- denado. De este modo, “Op” puede emplearse pare ex- presar: “Esté ordenado, producir la cosa”. En luga: de “Op” puede usarse slo “n” para las formulaciones nor- mativas olos enunciadosnormativos. De modo contrario 2 “Op” o “n’, los enunciados de validez 0 enunciados sobre la validez. de normas® tienen un contenido que va mas alld. Ellos representan normas, no solamente como conteniclos de significado o de ideas, sino que ademas afirman que dichas normas tienen validez. $i se utiliza el ¥ Sacsaus. "Zur Analyse von Normkonflten und Nomabvwagungen”, raphe der nation Phish, 18 (1997) p. 382. 2% is. Ob. cit, pad > Ibid p.5t m, Ronen Assy predicado de la validez “G", estos eninciados pueden representarse mediante “GOp" o, con mayor simplicidad, “Gn Finalmente, los mandatos de validez son manda. tos que establecen que determinadas normas (1t) tienen validez (G), ordenan (O), lo cual puede representarse mendiante “OGn”. Una vez que se han establecido estas diferenciaciones, se plantea la pregunta de mediante qué tipo de eneunciados pueden expresarse mejor los princi ios. Es facil ver que la primera alternativa debe descar- tarse ripidamente. Un principio tiene que ser mas que simplemente una norma en sentido seméintico, es decir, ‘una mera idea normativa (1), puesto quest concepto tam. bién clebe comprender su capacidad deser una razdn que fundamentela decisién quese toma en una ponderacién, De algtin modo el principio debe tener validez", Ahora bien, poxria pensarse que la posesion de la validez pue- de expresarse simplemente mediante la idea de que el enunciado normative “n” que formula una norma debe entenderse de tal manera que incluya al predicado sobre la validez.“G", lo cual significaria la adscripcién de los Principios a “Gn”, es decir, la segunda alternativa antes expuesta, Sin embargo, de acuerdo con SIECKMANN esto no es admisible de ninguna manera. Los enunciados de % Enauelante debe utilizar lamanera simpliticada de representaciinEn ela 1 puede remplazarse por "Op 7 2 Sas. “Zur Abwigungsaigleit von Prizipin”, we, Bae 53(1994) paw. Ties escrtos le los derechos fundamentales ns. validez, es decir, los enunciados de la forma “Gn", deben expresar algo que Strckwann denomina “expresionesnor- ‘mativas”. Quien expresa un enunciado semejante, mani- fiesta una afirmacion sobre la validez definitiva de una norma”. Silos principios tuviesen una validez definitiva de este tipo, no podrian ser objeto de una ponderacién y onecesitarian dela ponderacién paraaplicarse, esdeci, no serfan principios. Tambien podria preguntarse sien definitiva es factica- ‘mente obligatorio reservar los predicados de validez como 1G" para indicar la validez definitiva, Todavia quedaria la posibilidad de introducir diferentes predicados de validez: uno para la valiclez definitiva y uno para la validez delos principios. Nuestro lenguaje normativo noexcluye esta posibilidad, puesto que es suficientemente flexible como para expresar varios tipos de validez de diversa intensidad. Sin embargo, el punto clave del intento de SIECKMANN es impedir esta via, Si se intentara proseguir Por ella, el problema de la fuerza argumentativa de los principiosse encasillariasin analizaren un redicado espe- ‘ial de validez. Para estudiar este problema debe relle- Xionarse con profundidad analitica sobre el significado de 40s principios como mandatos de validezreiterados, Siel predicado de validez."G" debe entenderse en i timas en sentido de validez definitiva, entonces se pn * Suen. “Zur Analyse von Normkondlikten..” cit, p35 na Rowse Ate dilema entre la primera y la segunda allernati- va, diema que constituye el punto de partida de la tesis de los mandatos de validez reiterados. Los meros enun- ciados normativos de la forma “n” © “Op” no son sufi cientes para expresar Ia fuerza argumentativa de los principios. Estosenunciadosexpresan normascomo.con tenidos ideales sin ninguna validez, como todo indi duo lo pueda imaginar. Por ello, esta alternativa e demasiado débil. Del otro lado, sinembargo, losenuncia- dos normativos de la norma “Gn” 0 “GOp" son dema- siadouertes, loque sin lugara dudasse presenta, si,como SIECKMANN, se reserva el predicado de validez “G” para expresar validez definitiva. Y debe tenerse en cuenta que los principios son lo opuesto a mandatos definitivos. Lasolucién a este dilema se encuentra en una tercera alternativa, es decir, en la interpretacién de los principios como mandatos de validez. No obstante, en ello apare- cen de inmediato algunos problemas. De acuerdo con SIECKMANN, los mandatos de validez. tienen la forma ‘OGr”, El hecho de que comiencen por “O” y no por , racuce que no se trada de nada diferente a una norma en sentido seméntico, es decir, un mero contenido de una idea sin validez, aunque esa idea se refiera a la validez. Tampoco ayuda anteponer una “G" ala "0", porque de esta manera la idea demasiado débil se transforma con la fuerza demasiado contundente de la valicez. definitiva. Por esta raz6n, si SiEcKMANN quiere hacer que sus elementos “n”, “G" y“O" permanezcanen Tres escritos de os derechos fundamentaes us ur campo coorctinante, tienen que encontrar tn camino intermedio entre el “O” demasiado débil y el “G" demasiado fuerte. Este camino medio debe estar en la conexi6n entre “O” y"G", y, con mayor precisin, en ia conexidn reiterada infinitamente. Como consecuencia, la verdadera formula lgica del principio debe ser “..] OGOGn"™. La pregunta que se plantea es si con ello se ha encon- trado una solucién para el problema de qué son los prin- cipios, que vaya més alld de lo que ya se sabia. Con esto se dice claramente lo que los principios no son. Ellos no pueclen normas con validez definitiva, ni normasque no tengan ningtin tipo de vinculacién, Sin embargo, esto no es nuevo. Lo interesante serfa encontrar una respuesta positiva. Con todo, la tesis de los mandlatos de validez, reiterados sélo tiene una capacidad muy limitada para ofrecer una respuesta positiva, La reiteracién ilustra el problema de una forma interesante, pero no lo soluciona. El problema se ilustra de forma interesante, porque me- diante la reiteraci6n infinita se conectan las dos cosas que los principios no pueden ser, de tal modo que tiene lugar entre ellos una oscilacién ininterrumpida. Asf, “Gn” esta- blece que “n”, es decis, un enunciado normativo de la norma “Op" tiene una validez definitiva. Eso es dema- siado fuerte, pero “OGn debilita ese pensamiento de in- ® Sicsn, "Zur Analyse von Normkonilikten.” cits p32, is Rowse Atssy mediato ce medo radical, porquese trata s6lo de una nor ma sin validez,es decir, de una mera idea normativa ene! mundo. Y estoes demasiado poco. “GOGn" elimina esta carencia, pero dispara mas all det objetivo, porque la validez definitiva, que es lo vinico que puede atribuirse a “G" segiin Sisckwann, es demasiado para un principio. Si estoes asi, entonces debe arrojarse de inmediato “O” como aguaal fuego, yasfel fuegocontintia sin legara final alguno, porque el fuego reaparece de inmediato sucesivamente at infinitum, Parece entonces que la tesis de la reiteracién en definitiva describe de una manera relativamente com- plicada que losprincipiosson algo queesté entre la valiciez definitiva y la plena carencia de vinculacién (Otra apreciacién distinda podria aparecer, sin embar- g0, sila reiteracién pudiera aclarar propiedades de los principios quesin ella permanecerian en lac obstante, este no es el caso. Para SIECKMANN los son mandatos de validez. De este modo, deberia recono- cerse una cierta primacia a la reiteracidn infinita expresa- da en la forma “[..] OGOGn” sobre la que expresa de modo “[....] GOGOGn”. Sin embargo, esto no es algo evidente y tampoco se deriva de la aceptacisn de que la reiteracién es aif jfinitur, porque esta habla a favor de atribuir un mismo peso a la validez (G)y al deber ser (O) Cémo un deber, que existe antes de la validez, es decir, que no encierra validez alguna, debe poder fundamentar su vez la validez? La respuesta de SieckMann es simple, Tres escritos de los denschos fundamentals a7 Acausa de la interminable reiteracidn no existe un opera- dor (O), que se sitte justo antes del predicado de la vali- dez (G), puesto que antes de cada operador de mandato se sittia siempre un predicado de validez, que a su vez tampocoestd solo, porque denuevoa él esté enlazadoun coperador de mandato, Probablemente es imprescindible maginarse que todo esto tiene hugaren un certo momen- to. in embargo, todo esto no es una aclaracién del carde- ter de los principios. Este cardcter no puede encasillarse ni en un predicado de validez, ni en un operador deonti- 0, sino que permanece en suspenso entre “G” y “0”. En definitiva no se dice nada distinto a que ja fuerza argumentativa de los principios debe buscarse en algtin lugar entre la validez estricta y la falta de vinculacién, Con todo, la empresa de SieckMann de comprender el carécter de los principios con ayuda de la tesis de la reite- raci6n no esta desprovista de todo valor. Merece una ele- vada consideraciGn, por ser un intento elaborado de desentrafar el ser de los principios con ayuda de la légica dedntica clésica y de un predicado de validez binario. Sin embargo, esto no modifica el hecho de que no hay una mejor posibilidad de entender lo que son los principios que aquella de que son mandatos a optimizar, que co- rresponden a mandatos de optimizacién. Esta construc- ci6n permite expresar de la manera més asible las ideas de deber ser y validez icieales. us Ronene Ae 3. Los principios como reglas En el analisis de las objeciones de Gomis se hizo alt: sin al problema de si todas las normas son o reglas 0 principios. A ello segufa una discusién sobre la pregunta de si la definiciGn de los principios como mandatos de ‘optimi-zaci6n no implica que todos los principios se con- vvierten en reglas. Ahora es preciso prestar atencién a la objecién que aduce que en todo caso existen algunos prin- cipios que tienen caracter de regla. Una interesante va- riante de esta objeciGn es defendida por Anienza y Ruwz Manero, quienes lo hacen de una manera muy destacable, pues se refieren al ambito principal de aplicacién de la teorfa de los principias: los derechos fundamentales. ‘Arenza y Rutz Manexo diferencian entre principio en sentido estricto (principles int the strict sense) y principios en sentido de fines politicos o normas programiticas (policies or progranms norms), Los fines politicos 0 nor- ‘mas programaticas cleberian ser, en el sentido de la teoria de los principios, mandatosde optimizacién, Comoejem- plo, ambos autores aluden al articulo 51.1 de la Const cién Espafiola, que prescribe: “Los poderes publicos garantizan la defensa de los consumidores y usuarios, pro- tegiendo, mediante procedimientoseficaces, la seguridad, M sf. Anenza/} Retz Msn, A Than ofl tenes, Done, 188, pp Ties escrlos de los derechos tundament 19 la salud y los legitimos intereses econdmicos de los mis- mos”. Por lo contrario, las cosas deberian ser diferentes de los principios en sentido estricto. Entre ellos dleberian contarse los derechos fundamnentales®. Los prin- cipios en sentido estricto no deben cumplise en diferente grado, sino que sélo pueden seguirse o no seguirse” y, por tanto®, tienen cardcter de reglas. Como ejemplo pue- de aludirse al articulo 14 de la Constitucisn Espariola. Este atticulo establece: “Los espanoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalever discriminaciénalguna porrazon de nacimiento, raza, sexo, religisn, opinidn o cualquier otra condicién o circunstancia personal o social”. ATIENZA y Ruiz Maneno le atribuyen a esta norma la siguiente for- ‘ma: “If (condition of application) a legal organ uses its normative powers (that is, issues a norm in order to regulate a generic case, or applies anorm in order tosolve anindividual case, etc.),and with respect to the individual or generic case in question there is an opportunity for discrimination on grounds of birth, race, sex, religion, opinion or any other personal or social circumstance, and enela 3 tid, Tosa p, Tei, pp. 10y ss % Tit p. 43. Sequin la denn agu defend, esto es sufcente para e ‘cardcer de reglas. ATENZA y RU Mat le atibuyen 03s exigencas, axticionales al emceptoderegla (bi, p -sinembrga slo puededgarse ‘quide ada, puescleloquose tataessolodela prt desilosprinopios Son mandatos de opine, 0 Ronee Atzxy there is no countervailing principle of higher weight in the case at hand, then (normative solution) the organ is prohibited to discriminate on the grounds of any of the factors just mentioned’*". La parte decisiva de esta reconstruccién del articulo 14 de la Constitucién Espariola esla clausula “and there isno countervailing principle of higher weight in the case at hand”, que no se encuentra en el texto constitucional. Si nos limitamos a la disct minacidn en raz6n del sexo, entonces es posible enunciar la formulacin de la siguiente forma simplificada: "Si una medida estatal discrimina aalguien en razén desu sexoy esa disctiminacién no esté justificada por un principio contrario que tenga mayor peso, entonces, esa discri- minacion esté prohibida”. Sin duda alguna esta norma no puede cumplirse en diferente grado. Sin embargo, su propiedad de poder ser slo cumplida o incumptida, es trivial. Cada principio puedeasimilarsea una norma todo- ‘omnada mediante una cléusula general de reserva como, aquélla que establece: “y cuando otto principio contratio ML Armza/}. Retz Masao Ob it, 9 IN del fad. "Si eondicin de apicacién) un Srgano janidico iia sus poderes normatives (es dest, expe un norma para regular un caso fenéricco aplica una norma para resolver un caso concreto, et) ¥ om Telaciinsl eaoindiviualo gencrienencuestidmenkte una uportuniiad de {liscriminacion en retin del nacmient, raza sex0, opin ota can tancia personal o soca, y no existe un principio canfraria de mayor peso appliaieal caso entonces (lucia nommativa) al rgenoleents probable Afbcsimaren rin del fatores meri Tres escitos de los derechos fundamentals. 1 con mayor peso no ordene otra cosa”, Nurmas: como esta, cerradas mediante cisusulas generales de reserva, seasemejan alos mandatos deoptimizaci6n. Unas y otras tienen cardcter de reglas por la misma raz6n. Por allo, Atienza y Ruiz Maneno estén en lo cierto cuandoafirman que el articulo 14 de la Constitucién Espafola, en la reconstruccién emprendida por ellos, establece una con- secuencia juridica definitiva"’. No obstante, esto se deriva Ainicamente de la cléusula de reserva no escrita intredu- Cica por ellos. La pregunta decisiva de siel articulo 14 de la Constitucién Espafiola, sin esa cléusula, estatuye un principio, permanece por tanto sin respuesta alguna. Para responder esta pregunta, debe considerarse de nuevo la prohibicisn de discriminacién en razén del sexo. Seria posible explicardicha prohibicién de discriminacién como una regla estricta y, de este modo, excluirla posibi lidad de todo trato diferenciado entre hombres y maje- res, incluso por ejemplo, aquellos relatives al embarazo.o a la maternidad, o aquellos que puedan contribuir @ al- canzar una igualdad factica, mediante el favorecimiento de las mujeres", Sin embargo, una explicacién semejante de la prohibicién de discriminacién como una regla es tricta, no parece corresponder a la concepcion de ATIENZA y Ruwz ManeKo, porque su reformulacién del articulo 14 © Arex 199%, p.192, 2 Anza Ruz Mar Ob i p10 * Cir sole esto aspect fa Sentencla BNGIGE $5, 191 (200 y 8. 1m Rowent Atsnr de la Constitucién Espafiola habla expresamente de un principio contrario que tenga “mayor peso”. Como con- secuencia, todo desemboca en una ponderacién. Y hay que teneren cuenta que los objetos dela ponderacién s6lo pueden reconstruirse de manera racional como principios entendides en el sentido de la tesis de la optimizacidn. Si se pondera en el marco del articulo 14 de la Constitucién Espafiola, es porque en todo caso esta disposicién tam- bign establece principios de igualdad®. En cuanto princi- pios, en e! sentido ce mandatos de optimizacién, éstos pueden cumplirse de manera gradual. Lo comespondiente es valido para otrasnormas de derecho fundamental. Por Io tanto, el argumento de Anenza y Ruiz Manexo de que existe algunos principios que no pueden cumplirse de forma gradual y que por tanto tienen caracter de reglas, es insostenible. Con todo, en el trasfondo de la tesis de Anenza y Ruiz MaNego de que los principios en sentido stricto no tienen una estructura graduable, yace una re- flexiGn profunda. Los principios en sentido estricto son “rightness reasons” (razones de correccién)*, sta catalogaci6n se asocia con la distinction entre lo correcto (right) y lo bueno (good). Esta dicotoméa es ambi- gua y complicada'®. Arienza y Ruiz MaNero parecen apuntar a una delimitacién entre razones deontoldgicas + Sobwe Iniguldad conv principio, ft ALP, 1996p. 378s 4 nme ie Massena. Ob. city p15 4 Cf W.D. 20s. Th Right an he Gani, Oxfon, 1930, pp. Lys, 65 ys. Tres escrtos de los derechos fundamentals 1 y teleolégicas. A favor de elfo habla la primacia absoluia que ellos reconocen alos principios en sentido estricto, es decir, sobre todo a los derechos fundamentales, frente a los fines politicos", y la circunstancia de que seguin la opinion de ambos autores, los principios en sentido tricto permitena sus destinatarios dejar de considerar as consecuencias de sus acciones 0 no reconocerles ningrin peso”. Sin embargo, con ello se abre un nuevo tema, que puecle expresarse con la pregunta de si los principios en cuanto mandatos de optimizacién pertenecen al amb to dela teleologia y del utilitarismo y por tanto son incompa- tibles con el caracter deontol6gico, es deci, con el carécter de deber ser sobre todo de los derechos fundamentales. Esta objecin puede denominarse como la “objecisn teleo- lgica’, 4. Derechos y fies Uno delos principales defensores de la objecién teleolégica es Haneaaas, Segtin HaseeMas, la definicion de los princi pios como mandatos de optimizacién conduce a una pét dida de su caricter deontolégico. Ellos serfan tratado como valores, que de este modo tendrian un “sentido teleolégico”* “ svrenza/ Ru Masa Ob. ci p18 Id, p15 1 Haserwas. Fabtcite unt Galt ed Frankfurt 1994, pp, 10's at Rowen Aiexy La objecién de HaBeRMas cor zacién se ha apoyaclo, en primer lugar, en un concepto muy fuerte de lo que significael cardcter deéntico, o como Eliambién dice, dela “validez del deber ser” delasnormas Segiin este concepto, las normas tienen ante todo una estructura obligetoriaestricta, Ellas obligan a sus destina- tarios “sin excepciones ni condiciones’. Esto es correlat: vo 2 un cardcter estricto de reglas. Por el contrario, los valores slo expresan la preferencia de unos bienes sobre otros, que pueden realizarse 0 soslayarse mediante un “actuar teleolégico”. En segundo lugar, la estructura obligatoria estrica de las normas esté ligada a une, en pa- labras de Haneraas, “codificacion {..] binaria de su pre- tensién de validez”®. Como consecuencia, debe afirmarse que las normas tinicamente pueden tener validez.0 no. Aloontrario de la preferibilidad de los valores, su validez no seria graduable. La tercera propiedad del concepto fuerte del cardcter deontolégico de las normas consiste en su caracter absoluto. Lo que debe ser tienen la preten- sin de “ser bueno para todos en igual medida”. Expresa unaobligacin universal. Por el contrario, los valores tie- nen una vinculatoriedad relativa. Ellos no establecen lo que es bueno para todos, sino s6lo “lo que, considern- dolo todo, es bueno para nosotros (o para mi)". Finalmen © preven! Rize Maso. Ob itp MI 2 [dem lation sone AL Tres escritos de ls derechos fundamentals. 25 te, como cuarto criterio debe mencionatse el del contexto sistemitico de normas y valores. Las normas no pueden entraren contradiccién, Para asegurarlo, deben llevarse a uncontextocoherente. Porel contrario, los valoresentran en competencia por su prevalencia, Por ello, construyen, segiin Hanee\sas “configuraciones flexibles y llenas de tensiones”"!. Esta idea puede expresarse mediaate la formula de que el sistema de normas se identifica por su coherencia y el de valores por su preferencia. La tercera propiedad de este concepto fuerte cel ca- récter deontolégico, segtin la cual lo debido es absoluto y universal de tal modo que pretende ser bueno paratodos de igual medida, presenta problemas cuando se trata de las normas juridicas. Como el propio HaBerMas enfatiza, a diferencia de las normas morales, las normas juricticas “en general no establecen lo que es bueno para toxios los hombres;ellas regulan la vidaen comin de los ciudadancs entna comunidad juridica conereta”®.Peroentoncesellas no pueden ser normas, sise sigue el concepto estricto del caraicter deontoldgico™. Esta construccién seria inacepta- ble. Como consecuencia, Haberaias sostiene también su nueva critica a la teorfa de los principios con base en el concepto de lo deontolégico que se concentra en la pro- 5! faem, © Hains, 1994, pp. 90 yss © Cie Atpa. “Jrgen Habermas Theorie des jurstschen Diskurses", en 10, Rt, Vom Diskurs it, p68 126 Roser Atrwy piedad de lo obligatorio, es decir, de lo estricto e incondi- cionado, y en el csdigo binario™, Sobre la base de este concepto debilitado de lo ontolégico se esgrime un argument sustancial, relativo a la construccion de los conceptos, El argumento relativo a la construccién de los conceptos sefiala que tinicamente en un modelo de la decisis juridica libre de ponderacién y ce optimizacién, una decisiGn podria catalogarse como correcta o falsa‘. Pore! contrario, en un modelo “basado en la optimizacion ‘en la ponderacién”® la decisin seria “en sf misma un juicio de valor, que reflejaria de forma mas o menos adecuada una forma de vida articulada en el marco de un concreto orden de valores”. Entonces, la objecién relativa a la construccién de conceptos apunta a que la ponderacién o la optimizacién debe pagarse con la pérdida de la categoria de lo correcto. La ponderacién podria reemplazarse mediante el concepto de adecuacién, relativaa ordenes valorativos y formas de vida concretas, $i esta idea fuera correcta, la teoria de los principios expuesta en forma de la tesis de la optimizacion estaria herida en el corazén. El derecho esté necesariamente vinculado con la pretensi6n de correccién™. Si la ponde- 81 Hagens. Fins ds Ann, Fro % id p38 % oid p Bid, p36 196, p. 368, Tres esrtos dels derechos fundamentals 7 racién y la optimizacién ligaca aella fuesen incompatibles con la correccién, no podrian jugar ningtin papel en el derecho. La réplica a la objecin de Haberwas es que la ponde- racién y la optimizaci6n ligadaa ella no son incompatibles con la idea de correcién, sino que incluso esta idea las exige. El argumento de Haseesias se sustenta en la distin- cidn entre fundamentar y “resultar”®. En las fundamen- taciones s6lo puede tenerse en cuenta a las normas, concebidas en el sentido deontolégico expuesto anterior mente. Tan pronto entran en juego ponderaciones de principios o valores, se abandona el ambito de la funda- mentacién, porque mediante una ponderaci6n de bienes nopuede fundamentarse ningtin uicio, sino que losjuicios resultan de dicho procedimiento. Es indudable que sélo se est autorizado a considerar correcta una decisiGn jurisdiccional cuando existen razones que la justifican. ‘Tampoco admite discusién que el mero hecho de que una decision se produjoa partirde algo o resulté dealgo, puede iertamente aclararla pero ello no basta para justificarla como una decisién correcta. Pero lo que no es cierto es Que las ponderaciones no constituyan un procedimiento para la fundamentacisn o justficacién. * uno. "Rachtund Rchighst’n Wi Kewvere/ RS Same /O, Wane G.H.v, Warts). Ronsnale ae Rata? On Legal crgeemcta ad stitch ir is Aart, Belin AG pp ym. > Hsia, 199, p39. 1s Rewert Attar (Que la ponderacién es un procedimiento para funda- mentar y justificar decisiones judiciales es algo que pue- de reconozerse de la manera mas facil, en casosen los que se presenta la colisién entre clos derechos fundamentales. Para ello, puede observarse la decisién de la Corte Cons- titucional Federal sobre siel magazin satitico Titanic debia ser condenado a pagar una indemnizacién de 12.000 marcos por haber llamado primero “asesino nato” y lue- g0, en una edicién posterior, “tullido”, a un oficial de la reserva que era parapléjico y que habia logrado que lo lamaran de nuevo a filas para llevar a cabo un ejercicio militar. EI Tribunal Constitucional Federal levé a cabo una “ponderacién relativa a las circunstancias del caso conereto” entre los derechos queentraban en colisién: la libertad de expresién de la revista implicada (apdo. 1°, art. 5.1. LP) el derechoa la honra del oficial de la reserva (art. 2.1 LF en conexién con el art. 1.1. LF), Para tal fin, el ‘Tribunal determin6 la intensidad de la afectacién de esos derechos y las puso en relacién. La condena al pago de la indemnizacién fue catalogada como “dura”, es decir, ‘como una intervenci6n grave en la libertad de expresisn, a pesar deque no hubiese sido el resultado de una senten: cia penal, sino s6lo de una sentencia civil. Esta apreciacién se funclament6 sobre todo en el angumento de que la in- demnizacién podria reducir la futura disposicién de los 6 BYerGE SS 1001, Thes escrtos ele los derechos fundamentals » afectados para éditar su revista de la misma manera en que lo venian haciendo hasta el momento*'. Paralela- ™menie, el apelativo de “asesino nato” fue interpretado en elcontexto de las satiras publicadas habitualmente porla revista Titanic. Esta publicaciGn se referia de ordinaric a muchas personas de una manera “ostensiblemente poco seria, mediante juegos de palabras que a veces rayaban en la majaderia”, tal como ocurrecon la expresién nat;lo mismo sucedié con el presidente federal de aquel entonces, RICHARD VON WaIZSAcKER, que fue llamado” daciano nato”®, Este contexto excluye entrever en este apelativo una “vulneracién no permitida, gravee ilegitima del derecho al honor”, Como consecuencia, a la afectacién del derecho al honor debe serle atribuida en todo caso una intensidad merta, e incluso tal vez s6lo una intensidad eve. De acuerdo con la ley de la ponderacién antes enunciada y con la teoria de los principios, la primera arte de la decisisn se define seguin estas catalogaciones graduales. Para quela condena. pagar la indemnizacié, en cuanto una intervencién grave en el derecho a la libertad de expresiGn, esté justificada, la afectacion dol derechoa la honra quese compensa mediante la indemni- zaciGn debe ser también por lo menos grave.Sinembargo, segtin la apreciacién del Tribunal Constitucional Federel, 0,10, se 10, © BYeeIGE SS 102, Age yapt wry one aRSAMSA y ‘opmniaw <3 ou pation oj 9p £ Uppenratuepuiny e| ap oyqure ja euopLee as uN!reIAPLOd Bj ued anb ap “svinisavyy ap oanonnsuas- peadaouoy oquatungie jaanb asiinpuovapand ojja.s0g ‘uorsex9puod bun ap epuasa vy euasaidar Osa A ‘ouvsquO> opHuas ua ueBonl anb soidpunid SauopeRope> « sauopepess AULIPIU TLUODLJA! Ua a]UALU]EIDUIs9 La}SISuOD sujpanbiod ‘souoperepuod oduray oust fe 0s suo) -vatUEpUNy seepIp ‘OpO} OD “,,upPIALI09 ap uoIstID}aId bun awaaja apand uorsisap ey] ‘sojund 50] sop} ua SSepaLI09 Uos SeyfD IS ap ayUAWWALo!puadapuT a ‘SouOHe} -vatuepuny tos seisq “Uorsaidxa ap pewiagg| e| e aparaid oypazap 2489 ‘sauOT>IpUOD sejsa Oleg *,opHIN,, op oA -nejade jap eyey as opuens uDUes e] ap UORIsOduuAt ef Up -ipuwypinf exuoy B| 8 oyparap [ap UODEDOye aAe38 Ant Y| ‘outerjues ja 10g “e1U0Y Be OYparap [e OWLIe) 40d apaoaid Pevraqyy eupip ‘epezogs> saque ugHstIOD ap Aaj e| ap Oy “W959 Ua SALIOPIPUOD SeySa Oleg , PUOUISaE,, ap OAH, -ade jap ese uppues vun Jauiodut ajgtsiuupeur sa anb ap opin! ja viouupunyf—eiuoy e| e oysatap [ap aro] LOD -epaye eu v eyLAYLA as Zan Ns v anb ‘envi UODALySAI As ap esneo e- uoisardxa ap peniogy| e| ‘oysandxo ose> ja ua anb astmpuo agap “Weiapag [PUOIIASUOD [eUNqLIL, Pp souoDeBOIED sey ap ay1ed 9s | esttgyUT SPU OyeTEND ‘SPL OF UgIUAAIOIUE P| Bas cl uogap upUaaiqUt tet soyeuautepany snpaiap So ap soy san (HH) BTDAAT se ees S ey ueoypsnfanb sauiozes se anb ap epuadiNa P| aiuespaue ae ojupnesopuiod vf ap Aaj 7] SaUO}DeBOYeIED SEIS tod ppuase ns ua sejsandwuod upysa sauoperapuod $27 ‘oSant ua ujsa anb souparop S0] ap UOEPAFE e| oP oa sauo1euMUttayap se] UOs O1DIN| 1S UA AIS!DaP O Fee eee PHIM, ap OATORe > 109 euo}pefaras ojuend ua epeay sh yyse ‘UODEZTILLAPUL epsanunmo uosaidka ap peng eo UO ejanb exepap [eiopag [eUOHMRSUOD [eUNgHL, Pe “CHIOY je oyparnp jp uppaePaye eispap peponess y| aPesTeY yasufpacult gap 3b es0>opypnie [ewAUOY NS UO ETE anb ‘opypasnuwu jo epey ,oredsarap wip, eur esaich uopeytiuny eun,, owoD yexau98 ua Loy apuoni as oanejade ayso anbsod ‘oolgydezed era anb easesau e| 2P [eoyo ams ap zouoy je ouparap jp aivowareas, emouINA ongeppde ais’ ,opi, ap onneadejeatuon2ou07 nunsip oxy unaeidope egaponunsef9 ORIEN LS opeuapuco aay 28 ab oe uopeziuuapur e] ap ofed jp uo> aszeuomUes apend Beko pe oUED EIFS eu 9p O7aHI PL! yeu oursase, outdo eas Bap [BDO fe OPELUEL 12. 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