Columna
Alto Atacama: el desierto
con matices gourmet
Por Carlos Reyes M.
Una quebreda flanqueada por dos
‘enormes murallones pedreg0s0s, uno
4e ellos coronado por un pucar pro-
|ispénico. Sequedad apenas rota por
‘un hilo de agua y una vegetacion cir-
‘cundante que sabe de los rgores del
desierto. El silencio, 2 cuatro kilbme-
‘tos del bllicio de San Pedro, parece
‘impenetrable, garantizando tranqutl-
dad para cada rincdn de un hotel que
mimetiza su lujo con et ambiente. Su
sgrato estindar de servicio hace por
toxas partes y se extiende asu poque-
fio comedor, de cuya prepuesta firal
puede decise que es tanto funcional
‘como gourmet. Es que por mucho
bbuen boato del que se redee, Alto
‘Atacama nace para vivir Ia aventura
de conocer una geografiasorprenden-
te y que requiere empolvarse oszapa-
tos para llegar a ella. sa sensaciin se
‘raslada a su comida, donde Iucen
matices simples, pero bien vestidos
para la ocasién Outdoor chic Por ahi
valacos.
Primera sefal de senclle: tanto
en el almuerzo como en la cena se
sirve menit (US$