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Barbara Gretenkord LA INFLUENCIA INDIGENA EN EL ARTE DE LA REGION ANDINA DURANTE LA EPOCA COLONIAL ‘m Elarte latinoamericano de la nial se consider bajo el dominio _atributos de las divinidades y ale- Las érdenes monasticas, port £ép0ca colonial se ha considerado, exclusive del aspecto europeo. __gorias precolor doras de la cultura crstiana, hasta el presente, parte de la his- Las contribuciones indigenas apa: El arte latinoamericano fue —_adoptaron posturas diferentes en {oria cultural curopea por la ma- _recen bajo otra perspectiva s acufado predominantemente por relacién al problema de intercalar voria de los autores, ya que al pa- hasta el siglo XIX, cuando se Jos europeos dinicamente a princi- elementos indigenas en el arte re: recer tiene sus fundamentos ex- cia el interés arqueologico en la pios de la ép0ca colonial. Los ar-_ligioso. Mientras que los domi clusivamente en la influencia _—_€poca prehispnica, a partir de _tstas del siglo XVI,en su mayo: _nicos se dstinguieron por su posi ibérica; slo algunos estuvieron _aquellas excavaciones cientificas ria espaiols, italianos y fla cidm especialmente ortodoxa, los dispuestcs @reconocer la impor- que pruchan la antigicdad consi mencos, habian nacido y crecido _franciscanos mostraron ciertain- ante contribucién de los artistas erable y el rango exiraordinario en Europa y también ahi recibie- _decisién, 0 cuando menos no apo- y artesanos indigenas. de los monumentos arquitecté- ron su educacién. En sus obras, el yaron activamente las expre Las informaciones acerea de kas _nicos y de los objetas artisticos, Nuevo Mundo se apreciaba de —_siones intercultuales. tieras recién descubiertas presen- Hoy reconocemos que hubo una manera limitada porque estaban Este tema presento pocas dil taban por lo general a sus habi- continuacion de la cultura indi: determinados por los conceptos _cultades para los agustinos desde antes como pagamos salvajes, ena después de la Conquista, sociales, religiosos y aristcos de um principio, Ellos podian remi- crueles, con frecuencia como an- _pesar de la represion y las prohi- sus tierras de origen, tirse a De Cicitate Det. la obra ‘ropdfagos, a quienes se les ne- _bieiones. Mas la influencia indigena co- principal del fundador de lor aba todo grado de cultura; in Ya que los personajes y im- bra vigor ya en las siguientes ge- den. En ella, San Agustin describe camente por decreto papal se les _bolos de las religiones indigenas _neraciones. Los simbolos nativos la dualidad entre la religion pa- considerd wcompletamente hu- so podian representarse en de estzblecen paulatinamente gana y la cristiana. Una, a cris: manoss, es decir, capaces de ser forma restringida y esquematice, como parte integral de la icono- tana, venceria a la otra y demos ‘ristianizads. Sin embargo, os su origen qued6 como un enigma, graffalatinoamericana. Los ar- _trarfa de esta manera la primacia prejuicios que ya se habian gra- El significado de los simbolos se tistas, que para entonces habian cel cristianismo. Sin embargo, hado en las mentes acerca de los perdi frecuentemente en cl nacido en su mayoria en el sto es posible tnicamente por habitantes del Nuevo Mundo con- —transcurso de los siglos y asi, con Nuevo Mundo, en gran parte eran que Dios dié los pueblos pa Linuaron vigentes a través de los el tiempo, algunos signos pasaron mestizos 0 indigenas puros. Alre- anos la disposicdn latente de siglos y todavia en nuestros dias a formar parte integral dela de-dedor de 1700 el arte colonial se cristianizarse. San Agustin cono: dejan sentir su peso sobre la coracién tradicional, peo despo- _hebia independizado a tal grado cia a fondo esa temitica ya que parle indigena de la poblacién. _jados de su contenido original. que se puede considerar como un en su juventud habia sido adepto Estas premisas esclarecen las__Unicamente en contadas oca estilo propio. El resultado artistico del maniqueismo. Después de razones por las que el arte colo- _siones es posible susribir las re- de esta mezela definitive de dos que San Ambrosio logré su com presentaciones a un culto oa un cultura se denomind estilo mes-_versién y o bautiz6 (alrededor tito determinado; con frecuencia, izo 0 barroco latinoamericano, Se del afo 387 d),San Agustin di: igena se mucstra en’ le puede encontrar en toda Ia rgd sus tratados en contra de las cel hecho de que tales signos se parte sur del continente y pre _herejas y de los cultos paganos esconocen en la iconografia crs senta puntos culminantes en Mé- con raices en la antigiedad tiana, o bien porque se encuen- _xico, a altiplanicie andina y en _griega y romana que todavia se tran en relacdn insélita alos algunas regiones brasilenias, como encontraban vigentes. Las ense- demis elementos, Algunos deta- por ejemplo en Minas Gerais. fhanzas del eminente Padre de la les que actualmente nos parecen Tambin pertenecen a ellos as Iglesia se podian aplicar sin pro- sélo adornos, pertenecen a os _antiguas misiones de los suites blemas a los indigenas y por ello ent el actual terrtori fronterizo fueron precisamente los agustinos entre Paraguay, Argentina y Boli- quienes mostraron mayor toleran via; sin embargo, en esa regiin, cia en este campo y concedieron los eifiiosy ka decoracion inte. ciertabberiad al simbolismo am rior solo en contados casos se __ivalente y ala veneracion doble conservaron en la forma original, de los santos cristianos sineret- ea | wat Vine de oma ha shea Ci Tapa (i VEN cen dt Moet, Pat en Hatin Repu (ee E Sin Me ads con persanajes de la mito- Inga aborigen En cambic fsjesuita excodie ron os limites dela tolerancia y aplcaron con plena comciencia las ‘ideas indigenes en la misién, Para elles, lo més ligico era celebrar la rsa y predicar en las lenguas tis; dems estudio mi nuxiosamente los ritosreligosos, dela poblacién para encontrar un concept eficar para la evangeli: techn. Les estudios detallados so bre ls regiones donde misiona ron son base indispensable para tas investigaiones lingiistieas y antropoidicas contemporneas. Enda la regin andina se en cuenta hasta nuestros dias lave reracin hibsida de la Virgen Ma ra y la Pachamama Seftor 0 Naare de a tierra). Los artistas acentuaron los paralelos entre abs figuras y fundieron ala Virgen con la forma de tna mon: ta, substtuyendo el vestdo por un monte que permite ver s6lo la cabera y las mands de la imagen. También fa figura o el torso de la Virgen sobre la cima de una co- lina indican Ia tematica dual. Esta iconografia peculiar, que también se aplicb en la escultura, es cono- cid desde cetea del ato 1600. Pero no slo la «Virgen Pachamama» es une evolucién sudamericana independiente; en ths Andes, especialmente en la re +n del altiplano, se encuentran ‘tras figuras marianas con in fluencia indigena. La iglesia de la Virgen de Copacabana, en lar: bera del lago Titicaca, es hoy uno de los santuarios mas impor tantes de Sudamérica, con una re levancia parecida al de la Virgen de Guadalupe en la Ciudad de Mexico. Todas tos cuadros de ka Virgen de Copacabana se basan ea la imagen milagrosa que cred «l escultorindigena Tito Yupan: tre 1585 y 1585. ‘También se conocen nume rosas pinturas de la Virgen de Po mata, cuya corona y cabello estan adormados eon largas plumas. El pueblo de Pomata, lcalizado asi mismo sobre el Lago Titicaca, se encontraba bajo la ttela de los dominios. Hasta finales del sigho XVI las dos imagenes milagrosas parecian gozar de igual favor en tre las feles, mas los padres agus: tinos del convento de Copacabana cooperaron para que la Virgen del lugar aleanzara una posicién predominante. Hasta nuestros dias, Copacabana es un lugar donde se funden las tradiciones ‘rstianas con las paganas, Nume- rosos peregrinos que murmuran ‘oraciones cristianas al paso de las estaciones del Viacrucis en la co- lina que domina el pueblo, al Ile ar a la cumbre,siguiendo un ri ‘ual pagano presentan sus ofren- das y oraciomes ala tierra, al lago ‘ya las montafias, Oto tipo de virgenes de la re 160 de los Andes son, entre “otras, a Virgen de Cochareas, la ‘que frecuentemente se representa ‘on un sombrero emplumado; la Virgen de Peregrina, una variante de la Virgen de la Merced gue es ‘muy popular en Quito; ademés, Ja Virgen de Sabaya y la Virgen de Tiobamba. os atributos de la iconografia ‘mariana originados en Latinoa mérica en su mayoria se remiten 8 elementos aborigenes, tales como adomos de plumerta,frutos y flores dela regio files ves Lidos con trajesindigenas. Al sgunos cuadros muestran a ka Vir gen bajo un baldaguin circular, el ue estaba reservado como insig, nia de poder dinicamente para la CCoya, la esposa del Inca, 0 para las fiustas, las princesas. Las nuevas varianes ieonogr Ficas locales se difundieron por medio de grabados, asi como también se copiaron principal mente de grabados en cobre los cestlos y formas de representacién ‘europeos, lo mismo que de las pinturas y esculturas imporiadas EI motivo de la Adoracién de dos reyes se encuentra también entra de este contexto. En la re- tid andina se originaron cua dros con una caracteristica intere- sant: uno de los reyes aparcee coino Inca, vestido con el atuendo tradicional y frecuentemente por: tando ornamentos indigenas, como orejeras y pectoral. Ya que en el Evangelio de San Mateo se ‘encuentra solamente insinuada €n sus rasgos principales la histo ria de la Adoraci6n de los reyes, se recurrié a las diferentes tradi cones apécrfas que precisan los detalles. Valiéndose de ellas fue sencilo itegrar las influencias regionals y posibilitar la partic. pacidn de los pueblos indigenas {por medio de la representacion del Inca) en el episodio de la Na tividad, En esta composiciin, los reyes que adoran al Nifo simbol zan las razas que existian en las colonies: la negra la cobriza y la blanca ‘También se conocen represen- taciones del Sapay Inca desl sacl de la temtica religiosa. En los afios posteriores a la Con- quista la Imagen del Inca se en tendia, por un lado, como sin6 nimo de un pasado glorioso: por otro, bajo el de la perspectiva ge nealgica. Ya que inicamente después de haberse consolidado el aparato administrative real en Jas eolonias se permitié lo emi -gracidn de mujeres europeas, eta tuna eostumbre comin entre las conquistadores el desposarse con indigenes. Muchas de esas mu: jeres estaban emparentadas con 1 Inca, con lo que las genera-

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