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EL METODO SOCRATICO O DIALOGADO. 1.—Concepto y fundamento. Entre los métodos de ensefian- za fileséfica, uno de los mas importantes —y para muchos edu- cadores, el unico adecuado a lo materia— es el que se conoce como conversacién socratica o didlogo. Decimos que en clase de filosofia se esté aplicando el método dialogado o socratico! cuando la direccién del: aprendizaje se desenvuelve mediante un encadenamiento de interrogaciones y respuestas, gracias al cual el pensamiento det educando es incorporado por accién del profesor en el proceso dialéctico de la reflexién filosdfica. Las interrogaciones aisladas no constituyen en este sentido ense- fianza socrética ya que por si solas no baston para producir eso articulacién y ese desarrotig de los conceptos, ese conjunto bien estructurado de ideas, alimentade por la confrontacién y la cofvergencia de dos o mas espiritus, que es el didlogo. El fundamento de este método didactico se halla en la na- turaleza misma del filosofar que se nutre del intercambio y la oposicién de las conciencias reflexivas. El didlogo, que es como una polémica interior cuando el pensador elabora en soledad su pensamiento, esta plenamente vigente en la conversacién de las personas que encaran en comin un problema intelectual. Esta conversacién puede producirse en ta situacién de la clase, de mado que el socratismo enlazo ta investigacién y la ensenan- za de fa filosofia y permite comprenderlas como dos formas de la misma actividad esencial. 2.—-Socratismo histérico y actual. “Pues bien, mi mayéutica es igual a la de ellas (las comadronas), pero difiere en que atien- do a hombres no a mujeres, y cuvido sus almas cuando estan en trabajo, no sus cverpos. Y el éxito de mi arte estriba en con- siderar cuidadosamente si e! pensamiento que esté siendo alum- brado por fa mente de un joven es un {dolo falso o un verdadero espiritu’. En estas palabras, que Platén pone en boca de Sédcra- tes en el Teefetes se expresa bien la esencia del método socrati- co, tal como surgid en la antigiedad por obra del fildsofo ate- niense y que cobra nueva forma en ta pedagogia filosdfica de hoy. Con ello queremos poner de resalto a lo vez el elemento de tradicién que hay en esta metodologia y las diferencias de la 1 En metulologia general se“ habla de Im .conversacién socrities como un méto- de o forma diddetica que puede ser empleada en la ensefianza de otras mate- ring. Aqul no tocamos este general y nos reducimos a considerar el método sorrittico come forma didictica peculiar a la filosofia, Quede entendido, asi- mismo, que sdlo nos ocuparemos del dilogo en cuanto comunicacién oral ¥ no como forma literaria. 118 DIDACTICA DE LA FILOSOFIA situacién, la época y la intencién. Cabe distinguir, en efecto, dos formas del método socrdtico, la histérica y la pedagégica actual.! Hay una manera de filosofar dialogando, que tiene su mo- mento histérico culminante en‘la reflexién de Sécrates y Platén. Se trata de aquella peculiar metodologia intelectual mediante fa cual estos pensadores elaboraran sus doctrinas filoséficas, las transmitieron a sus discipulos y oyentes, y las defendieron con- tra sus opositores, Tal como se ofrece en estos pensadores y es- pecialmente en Sécrates, rasgos saltantes y distintivos del métedo son, en primer lugar, el empleo de la ironia, o la ficcién de igno- rancia, frente a una supvesta ciencia de interlocutor, que lleva al descubrimiento y al reconocimiento de la ausencia de saber en todos los participantes. Luego, la busca de aquel conocimien- to que falta, mediante la induecién y la formulacién de uno de- finicion general del concepto o los conceptes pertinentes. En Sé- crates, tales conceptos — y este es otro importante rasgo distin- tivo— pertenecen generalmente al orden de las nociones ético- axiolégicas, pues el fildsofo ateniense renuncié a abordar ex- plicitamente las cuestiones cosmolégicas y metafisicas que ha- bian preocupado a los fildsofos que lo precedieron. Lo cual no impide que el método socrético histérico se apoye en una tesis francamente metafisica, a saber, que la verdad puede brotar del alma ‘si al conocer se aplica el justo procedimiento racio- nal. De alli que Sécrates se comparase a su madre, partera de profesion, y afirma que él también practicaba la mayéutica o arte de ayudar a! alumbramiento. Con esta tesis esta vinculada la idea de! demonio interior, que guia y previene al filésofo, y el optimismo gnoseolégico fundade en la confianza en el alcan- ce de la razon inmanente al espiritu. En fin, hay una nota polé- mica e inclusive retérica inocultable en e! método aplicade por el Sécrates histérico v sus discipulos: son defensores de una filo- sofia y detractores de las doctrinas que se le oponen. Lo que puede llamarse el método socratico pedagégico ac- tual es, en cambio, un cuerpo de procedimientos de ensefanza sin vinculacién explicita ni .esencial con determinada doctrina © sistema filosdfice, ni siquiera el socrético © el platénico, y que en consecuencia no tiene por qué ofrecer los rasgos antes sefalados. Més bien posee caracteristicas variables segin los diversos usos y situaciones didécticas, oves puede ser empleado por cvalquier profesor y conviene al tratamiento de c¥aiquier tema o preblema filoséfico. 1 Cf. Melmuth Dienyor “Die sakratiocha Methede in Philesaphie unierrich hoeren Schule", Dle paeapormehe Proving, 31. n. 1. 1067. a 4, EL METODO SOCRATICO 0 DIALOGADO 119 Es de notar, finalmente, que si bien la forma propiamente pe- dagégica del método socrético procede en dltima instancia del filosofar de Sécrates y Platén y no habria surgido seguramente sin él, se ha desenvuelto por accién de otros filésofos y educa- dores de diversas épocas, que han sabido aprovechar los apor- tes de la pedagogia moderna para hacer de é! un instrumento més eficaz de la direccién del aprendizaje filosdfico. Entre és- tos destaca Leonard Nelson, profesor de ‘a Universidad de Gotinga, Alemania, cuya obra se inspirS en los trabajos del filésofo J.F. Fries. “3.—Tipos ds clase dialogada. Lo caracteristico de la clase dialogada es el desenvolvimiento de un tema a base de pregun- fas y respvestas con Ja participacién directa del maestro.! El es el conductor del didlogo, el Sécrates de la situacién filosdfico- didéctica de cada clase, sin cuya intervencién la reflexion de los alumnos y la ensefianza filoséfica se estancarian y podrian resul- tar estériles. Esta funcién conductora del profesor permite clasificar ef didlogo socratico en dos clases principales: a) El profesor plantea cuestiones y elaboro las respuestas de uno o mas alumnos, formulando nuevas cuestiones de acuer- do con su plan de desarrollo de fa clase y con las situaciones nuevas que surgan en el curso del didlogo. b) El profesor plantea una cuestién y la hace desarrollar por dos o més alumnos en didlogo, interviniendo para rectificar © desechar formulaciones, abrir nuevos interrogantes o superar posibles impases. 4.—Procedimiento general. No puede por cierto sefialarse un modo Unico y fijo de proceder al dialogar en clase. Si toda situacién pedagdgica es por esencia movil y contrastada, ta filo- séfica lo es quiza mds en razén del cardcter propio de la ma- teria que se trata de ensefiar. A ello se agrega la diferencia de los tipos de clase dialogada y las variedades del alumnado. Sin embargo, cabe indicar algunos modos de proceder y algunos recursos tipicos, y presentar, a manera de ejemplo, un posible esquema de desarrollo. Come iniciacién del didlogo debe plantearse una cuestién apta para despertar el interés de los alumnos y fecunda en con- 1 Nelson, en eambio, cree necesario que el profesor se abstenza de intervenir. Cf. “The Socratic Method”, en Socratle Method and Critical Philosophy, by Leonard Nelson, New Htven, University of Yale Press, 1949. - 120 DIDACTICA DE LA FILOSOFIA tenido reflexivo, Conviene a veces aprovechar una interrogacién planteada esponkineaments por algin aiumno © provocar el planteamiento de problemas o dificultades sobre un tema deter- minado o libremente elegidos por los alumnos. “Dos observaciones son dignas de hacerse a propésito de esta iniciacién: De acuerdo a ta tradicién socrética, se frota de llevar al sujeto filesofante —en este caso al alumno— a un comienzo absolute, es decir, a un punto en el cual no habré de necesitar el apoyo de las convicciones previamente adquiridas y @ partir del cual podré progresar libremente en el saber. Lo tual implica que hay un momento destructive inicial en el did- logo socratico. Se comprende que este proceder, sin duda muy fecundo cuando es aplicade a conciencia, requiere una gran disponibilidad de tiempo, poco comin en fa ensefianza secun- daria. Por tal razon no siempre en lo préctica puede desenvol- verse el didlogo con este radicalismo.y hay que pensar en pre- guntas que permitan une penetracién suficiente de la problemé- fica filoséfica sin gron empleo de tiempo.’ La segunda observacién es que este punto de partida debe ser fo més sencillo y accesible posible, a fin de facititar la es- ponténea. intervencién de todos los alumnos. Esta monera de proceder no es —-segdn algunos autores nada ajena al espiri- tu filosdfico de}.método socrdtico, sino més bien rasgo esenciat de él. Por ejemplo, para Fries, ei método socrético se caracteriza por “partir de las cosas comunes de la vida dicria e ir de éstas a los enfoques cientificos”.2 Consecuentemente, ef didlogo pa- sara de cuestiones sencillas a aporias més laboriosos y comple- jas, del uso cotidiane de conceptos a fermulaciones abstractas y técnicas, del sentido comin af sentido critico. En relocién con asio ditimo es importante que el profesor conduzca el didlogo tecurriende a ejemplos e ilustraciones concretas, al mismo tiem- ‘po que trata de elevar la reflexion al nivel de conceptos cada vaz més complejos y abstractos. Aqui, como en las ofras formas de la didéctica filosdéfica, la ilustracién debe siempre ir abrien- do al camino o fa abstraccién. Cuando ta articulacian de las ideas propos de [a méthode ‘soeratique’ dans t'enscignement de lu philosophic", Revue de i'Enesignement Philosophique, a. 6, n. 2 p. 27, 7 ‘Nelson, op. cit. p. 28, ‘ EL, METODO SOCRATICO 0 DIALOGADO: 125, que permitan una adaptacién !o més fiel posible del método a jas circunstancias concretas en que tiene que desenvolver su ensefianza, 8, Bibliografia. Bouffanais, J., “Méthode sacratique ov neo-socratique?”. En Revue de |'Enseignement Philosophique, a. I, .n. 6 Conche, M., “A propos de la méthode ‘socratique’ dans l'enseigne- ment de ia philosophie’. En Revue de "Enseignement Philo- saphique, a. 6, n. 2. “De I'interrogation au ditlogue". Nimero. especial de Cahiers Pédagogiques, n. 62 Dempe, Hellmuth, “Die sokratische Methode im Philosophieunte- tricht der hoeheren Schule". En Die Paedagogische Provinz, HW,n i Eichler, Willi und Specht, Minna (ed.j, Leonard Nelson zum Gedaechnis. Frankfurt am Mein-Goettingen, 1953. Heckman, Gustav, “Das sokratische Gespraech, die Wahrheit una die Toleranz”. En Leonard Nelson zum Gedaechnis. Nelson Leonard, Die sokratische Methode", En Abhandiungen der Fries’ schen Schule, V, n. 1. Goettingen, 1929. Trad. inglesa en Socratic Method and Critical Philosophy. Selected Essays by Leonard Nelson, New Haven, Yale University Press, 1949, Robinet, André, “Socrate et le professeur ou du néo-socratisme dans Ia pédagogie philosophique en France”. En Revue de- l'Enseignement Philosophique, a. 2, n. 4. *Titone, Renzo, Metodologia diddetica, cyarta parte.

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