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MURIENDO... Jictay|QUE’ QUEREIS GUE HAGA POR tie np otc Aineana | 0S, ERAS ivi iA ABTA SANADO. WISIERA QUE FUERAIS A au que yi EN TANTO, aay Ve SUS ULTIMOS ANOS: Yun ¢ (RUDD INVIERNO: GE VIO UY GRAVE: i” /E5 VEROAD! | ULA HERMANA 7, HE AQUI VUESTRA RITA NO : / ROSA. / PARA VOS NO HAY COSAS \ IMPOSIBLES 7 PONEDLA AAOS PIES PetA IN. GRAI A GRAVEDA ; JESUS, LIERO GOZAR YA OE TU DULCE COMPAN £ 8 CONVE! “Roonin.. COETERNADA Se BHENODEE 1 DE UN | MISTERIGEO... © ATRAJO DE Uy) DE IERZA DE SU SANTIDAD 1457, RITA VOLO’ AL CIELO,MOMENTO DE MORIR LASANTA,, TA PESTILENCIA, DE SULLAGA |EAAPEZO A TONVERTIRGE EN PERFU! TAN EXQUISIT HERMMANASS CES POSIBLE? Te cbaPaoRTEN, Ce com 0195 Mat nae Yen aa a va wes 08 8 MeoRRUeTO scr0s0 PH yn DEW ue: : : uy ee = N ASOMBRO DE LAS a CON TODAS ESTAS COSAS INUSITADAS. so LA CAMPANA DEL SANTA RITA DE CASIA DABA UNA PRUEBA Siento EMPEZO A TOCAR SOLA ee MAS DE SU SANTIDAD... ITE,SUCUEQPO PERMANECE TA iA DE SU MUERTE RITA FUE ADA POR URBANO NONIZADA EN 1900 eapA LEON XIII. EL el SABOGADALA ORDEN DE SAN AGUSTIN a E ha pretendido remontar el origen de esta Orden, la cuarta entre las mendi- cantes, hasta Ia comunidad que San Agus- ifn fundé en su casa episcopal de Hipona, y aun a la ascética de Tagaste, mds si bien de la primera salieron algunos obispes y varios discfpulos de las comunidades de Europa, que se atribuyen una derivacién de aquellos, no presentan una sucesién de continuidad en el sentir de la mayoria de los cxfticos catélicos. A poder ofreceria, la Orden Agustiniana ocuparia un lugar su- Rerior a la de los Benedictinos, como mds antigua. La Orden Agustiniana tuo nacimiente en la fusi6n de varias comunidades de or- milafies italianes formadas en los siglos XI y Xil fuera de las congregaciones ya exis- tentes. Alejandro IV ordené que todos los se- guidores de San Agustin, que eran llama- dos “ermitanos de San Agustin", se fusio- waron en una sola cengregacién, lo que se electué en una asomblea general celebra- da en Roma en 1256; de ella nacid la Or- den Agustiniana. la Reala que adopiaron, dictada por Indcencio IV en 1344, fué la que se supone haber sido practicada por el capttulé que presidfa San Agustin, arreglada a la Epis- tola 109 y al tratado De moribus clericorum del santo dector: los tres votos de casti- dad, pobreza y obediencia, con Je obliga~ cién de mendigar para el sustento. En 1287 les fueron redactadas las constitucio- nes y en 1507 jueron incluidos por Pio V en las érdenes mendicantes. El hdbito, por disposicién de Alejandro IV, es negro, lo misme que el cinturén. Los religiosos Agustinos son beneméri- tcs de México por su labor apostélica en la evangelizacién de nuestra patria, Los primeros agustinos, en numero de siete, racruz el 22 de mayo de 1533 Yy se-extendiercn en los mnplios huecos o espacios que otros misioneros, francisca- nos y domjnicos, no alcanzaban a@ cubrir, y ademas se dirigieron al Sur por la parte criental del actual Estado de Morelos y hacia el Norte en el actual Estado de Hi- dalgo, entre los indios otomies, y hacia el Occidente por Michoacén y el Bajfo, don- de establecieron, entre otros, su convento de Yuririaptindaro, Entre los conventos de Agustinos mds cé- lebres que hubo en México, fué el primero el de Cuisco (Ocuituco) y otro de la cu- dad de México. Nos queda un recuerdo de ello en lo que fuera Biblioteca.Nacional y en lo que es Hospital Judrez, donde exis u6 el Colegio de San Fablo, fundado hacia 1537, y uno de los primeros centros educa- hvos que hubo en nuestro pais, para la ju- ventud criolla, Les Agustinos fueron precursores de Ia Universidad de México y las bibliotecos que trajeron a México eran de lo més se- lecto y abundante. “Los restos de la bi- blicteca de San Agustin —dice el Historia- dor Rivera Cambas, testigo de vista— es- cogidos y con numerosos voliimenes, fuc- ton llevades a la Universidad. Cuando se verilicd la exclaustracion de los Agustinos, en febrero de 1861, la biblioteca quedé en teramente abandonada; las puertas abier- tos y los libros y manuscritos a merced de quien queria Ievdrselos. Multitud de I- bros deswozados y esparcidos por los claustros y celdas, otrés tirades en el suelo de la biblioteca en el mds completo desor- den. Poco hicieron los comisionados para tecoger esa y otras bibliotecas y parecié que habiamos yuelto a los tiempos de la barbarie, segtin se despreciaban Jos teso- tos de la ciencia, se entregaban a la ra- pacidad y destruccion (Citas tomadas de la Enciclopedia Es- asa y de “Monje y Mariné” por el P. Ma- riano Cuevas, S. J.)