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REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DE LA DEFENSA
EJERCITO

SANIDAD MILITAR
Y
PRIMEROS AUXILIOS

JULIO DEL 2.000


MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

CAPITULO I

NATURALEZA Y PRINCIPIOS DE LA TRASMISIÓN DE


ENFERMEDADES

1. GENERALIDADES.
Son enfermedades trasmisibles todas aquellas que se trasmiten de
una persona enferma a una sana. ES la condici6n patológica debida
a la invasión del organismo, por un germen que se pasa con cierta
facilidad del enfermo al sano para producir nuevas infecciones. La
fiebre Tifoidea, la Difteria, el Sarampión, la Viruela, la Gripe, son
enfermedades trasmisibles.
De acuerdo con la forma más o menos clara en que se presentan
los síntomas, este proceso puede ser típico o atípico. Una infección
típica es aquella en el cual el enfermo manifiesta un síntoma claro,
de modo que cuando es sometido a examen médico el diagnostico
puede ser hecho con facilidad, por ejemplo: un infectado con
sarampión, gripe, etc. En cambio en las infecciones atípicas, los
síntomas no son claros por lo cual se hace el diagnóstico difícil y
hay que investigar con exámenes de laboratorio, Ejemplo: la
tuberculosis, la sífilis, el tifus, etc.
A las enfermedades trasmisibles hay que atribuir un número
considerable de bajas, tanto en tiempo de paz como en guerra,
especialmente en guerra por ser m4s difícil su control inmediato.
Pero por experiencias obtenidas en fuerzas militares disciplinadas
se demuestra que por medio de la aplicación de medidas sanitarias
adecuadas, (vacunación, desinfección, prevención, etc.) pueden ser
dominadas a tiempo y nunca llegan a alcanzar un carácter grave
epidémico. La frecuencia de las enfermedades trasmisibles en la
colectividad humana determina el juego de tres factores que son:
a) Los gérmenes productores de estas enfermedades.
b) Los individuos que forman la colectividad humana.
c) Las condiciones del medio ambiente en el cual se desarrollan
los procesos infecciosos.

GERMEN. Los gérmenes productores de las enfermedades


transmisibles son de varias clases a saber: bacterias, parásitos,
virus y hongos. Su especie varia en cuanto a su poder en el
organismo y según la defensa del paciente.

RESISTENCIA DEL INDIVIDUO. Es el medio de defensa de in-


munidad orgánica, inferior al germen infeccioso.

CONDICIONES DEL MEDIO AMBIENTE. Pueden mencionarse: la

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nutrición, el alcoholismo, la prostitución, las condiciones de la


vivienda, la ignorancia, etc. Estos factores sociales en la
producción de las enfermedades trasmisibles, son tan importantes,
que algunas veces su intervenci6n es decisiva para la aparición de
la enfermedad como primer factor.
A los efectos de combatir las enfermedades trasmisibles se
clasifican de acuerdo al órgano del cuerpo que afecten. Se agrupan
de la manera siguiente:
a. Enfermedades del aparato respiratorio.
b. Enfermedades del intestino.
c. Enfermedades venéreas.
d. Enfermedades trasmitidas por insectos.
e. Enfermedades trasmitidas por alimentos, aguas y heces.
f. Enfermedades diversas.

ENFERMEDADES DEL APARATO RESPIRATORIO. Son las enfer-


medades en la cual el agente causal se elimina con las secreciones
de la boca, la nariz, la garganta y los pulmones. Como
enfermedades del aparato respiratorio citaremos como ejemplo:
tuberculosis, el sarampi6n, la gripe, bronquitis, laringitis, pulmonía,
viruelas, tosferina, coriza, etc.

ENFERMEDADES DEL INTESTINO. Son aquellas enfermedades en


las cuales los agentes causales son eliminados por la orina y las
heces. Como enfermedades del intestino -mencionaremos:
disentería amibiana, cólera, diarrea, infección alimenticia,
intoxicaci5n alimenticia, fiebre -paratífica, fiebre tifoidea,
helmintiasis, (parasitosis intestinal).

ENFERMEDADES VENEREAS. Son aquellas que generalmente se


trasmiten por contactos sexuales. Se mencionan, la blenorragia, el
chancro blando, sífilis y el linfagranulona inguinal.

ENFERMEDADES TRANSMITIDAS POR INSECTOS. Son aquellas


trasmitidas por insectos hematofogos, o sea el agente común
mediante el cual por medio de la sangre del paciente enfermo la
trasmite al sano.
Como ejemplo: el paludismo, la peste bubónica, la fiebre amarilla, el
tifus exantemático, fiebre de trincheras. etc

ENFERNEDADES TRASMITIDAS POR ALINENTOS AGUAS Y


HECES. Los agentes causales son los alimentos en estado de
descomposici6n, preparación defectuosa o contaminados por las
moscas 6 manos del personal de cocina en estado de suciedad,
aguas contaminadas 6 secreciones de heces que contaminan el
agua. Ejemplo: disentería. diarrea, tifus.

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ENFERMEDADES DIVERSAS. Se incluyen aquellas posibles de


prevenir pero que no encajan ordinariamente -en los grupos antes
mencionados. Los elementos trasmisores son variados. Ejemplo: la
rabia, (el elemento trasmisor es el perro) y el mono) la escabiosis o,
sarna por una larva llamada ácaro o arador. El tétano. El vacilo de
tétano se introduce en el cuerpo por medio de las heridas por
contaminaci6n de la tierra o polvo, por alojaci6n de un cuerpo
extraño como un clavo mohoso, una astilla de madera, heridas con
objetos cortantes etc.
Las medidas preventivas de las enfermedades del aparato
respiratorio se hace difícil de impedir su trasmisión por el hecho de
que estas son sumamente fáciles de adquirir y la forma específica
de protección es escasa.
Sin embargo, con un control organizado se disminuye su
propagación. Por ejemplo: ventilación de los dormitorios colectivos,
aislamiento de enfermos, medicación adecuada, prevención contra
aglomeraciones, aseo de las cuadras medidas para mejorar la
resistencia orgánica y hospitalización. La única enfermedad de este
grupo que puede ser prevenida de una manera absoluta es la
viruela por medio de las vacunaciones.
Las medidas de prevención contra las enfermedades infecciosas del
intestino dependen de la extremada vigilancia que se ejerza sobre
los medios de trasmisión.
Favorablemente tales medidas son efectivas y de fácil aplicación
citaremos las siguientes:
a. Purificación y protección de los abastecimientos de agua.
b. Inspección apropiada y protección de los aprovisionamientos
de comestibles.
c. Higiene adecuada del rancho.
d. Disposición adecuada de los desperdicios.
e. Eliminación de las moscas.
f. Vacunación contra la tifoidea.
g. Higiene personal de los rancheros.
h. Buena preparación de los alimentos.
1. Desinfección de los objetos que se hubiesen podido
contaminar.
En esta forma se disminuye grandemente la posibilidad de
epidemia o de propagación de esta.

ENFERNEDADES VENEREAS. Las medidas preventivas son: la


profilaxia del tipo mecánico, (lavados, aplicaciones de pomadas
alcalomelano, el uso del preservativo).
Educación sobre higiene sexual, recreo, como deportes, bibliotecas,
cine y la inspección periódica del personal, reducción de permisos,
patrullaje de policía Militar por las zonas prohibidas o sea las casas

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de prostitución.

DESDEINFECCIDN. Todo caso de enfermedad trasmisible,


presupone la existencia anterior de otro caso del cual proviene el
agente patógeno. Este nuevo caso, a su vez, puede dar origen a
otros ulteriores. Cada individuo infectado constituye una fuente de
infección de don de parten los gérmenes que causarán la
enfermedad si alcanza a otros susceptibles.
En las enfermedades trasmisibles del hombre hay, principalmente,
dos fuentes de infección o reservorios: el hombre mismo y los
animales.

EL HOMBRE COMO FUENTE DE INFECCION. El hombre es la


principal fuente de infección de las enfermedades de que padece la
especie humana. En los siguientes casos: paludismo, tuberculosis,
viruelas, cólera, fiebre tifoidea, sífilis, blenorragia, poliomielitis,
disentería vacilar, sarampión, tosferina, tracoma, etc. La especie
humana es el reservorio.

LOS ANIMALES COMO FUENTES DE INFECCION.- En una serie


-de enfermedades, el papel de la fuente de infección lo
desempeñan animales que viven cerca del hombre. Como ejemplo
de este problema se encuentra la rabia, la peste, el carbunclo, la
brucelosis; cuyas fuentes principalmente son: el perro, la rata, el
ganado vacuno y el ganado cabrío.

DEFINICION DE ELENENTOS DE TRASMISION O FOCOS DE


PROPAGAClON CASO LATENTE. Es el individuo, (humano o
animal) --considerado como que actualmente padece de una
enfermedad trasmisible determinada.

CASO ESPORADICO. Es el caso que aparece en forma aislada de


vez en cuando el cualquier área, no pudiendo establecerse relación
con otros casos conocidos.

CONTACTO. Persona que ha estado en asociación más o menos


prolongada con caso de enfermedad trasmisible o con un portador
sano en su periodo de trasmisión.

CONTAMINACION. Acto o momento en que un sujeto o un objeto


se convierte en vehículo mecánico de diseminación un determinado
agente infeccioso.

EPIDEMIA. Aparición de un normal número de casos de


enfermedad transmisible, durante un tiempo limitado en área

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determinada.

FUENTE DE INFECCION. Es el huésped a partir del cual un


determinado agente infeccioso puede alcanzar a nuevos individuos
para producir nuevos casos de las enfermedades en cuestión.
INFECCION. Penetración de un g6rmen dado en el cuerpo de una
persona o animal.

PERIODO DE INCUBACION. Tiempo transcurrido entre el


momento de la infección de una persona o animal y el momento de
la aparición de los síntomas de la enfermedad.

PORTADOR SANO. Sujeto que sin presentar síntomas aparentes


de enfermedad alberga y disemina el agente infeccioso.

SOSPECHOSO. Persona cuyos síntomas o historia médica indica


que puede padecer de alguna enfermedad trasmisible o tenerla él
en incubación.

SUSCEPTIBLE. Persona o animal considerado carente de defensas


propias para hacer frente a un germen determinado o por
consiguiente puede contraer fácilmente la enfermedad.

VECTOR. Insecto u otro invertebrado (mosquito, pulga, garrapata


ácaro, mosca, etc.) capaz de diseminar una infección actuando en
forma mecánica o biológica.

INMUN IZACION, PROFILAXIA Y DESINFECCIÓN.

INMUNIZACION. Consiste en la inoculación de antígenos


-bacterianos, con el fin de proteger contra determinada
enfermedad, confiriendo resistencia y dejando inmune al
organismo. Hay inmunización por medio de vacunas, contra la
viruela, el tifus, el tétano, la fiebre amarilla, la difteria, tos ferina,
cólera, etc.
La administración de vacunas es una función del servicio de
Sanidad Militar dentro de los sectores correspondientes y siempre
se aplican dosis al ingresar al servicio para -reforzar la resistencia
de inmunidad.
Es responsabilidad de los Comandos de Unidad vigilar por que los
individuos bajo su mando se presenten para la vacunación
dispuesta por el servicio de Sanidad Militar.

PROFILAXIA. Es la aplicación de procedimientos adecuados para


destruir la vitalidad de los agentes o gérmenes infecciosos.

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DESINFECCION. Aplicaci6n de sustancias gaseosas o de otro orden


químico capaces de destruir la vida animal, especialmente insectos
y roedores.
Desde el punto de vista teórico, la eliminación de uno de estos tres
factores podría ser factor a la propagación de una enfermedad
trasmisible. Como se desconocen muchas enfermedades en forma
completa hay que tener en cuenta en estos casos más de un factor
en la propagación de las enfermedades. Por lo que es necesario
tener en cuenta que uno de los objetivos principales será tener una
extrema vigilancia sobre los agentes o medios de trasmisión
mediante la puesta en acción de adecuado plan de medidas
preventivas.

2. CONCLUSIONES.
Al observar de conjunto las medidas disponibles para luchar contra
las enfermedades trasmisibles, se puede notar la serie de factores
que determinan la presencia de estos en la colectividad humana, y
la variedad de acciones que es necesario desplegar para lograr el
control de ellas. En esta tesis, se ha hecho una definición lacónica,
pero constructiva sobre las enfermedades mencionadas,
enumerando las más comunes, sus medios profilácticos,
determinando sus causas y la responsabilidad en la ejecución de las
medidas que tanto en tiempo de paz como de guerra incumben al
personal de jefes, oficiales, suboficiales y tropa, prestar en una
forma evidente para su adecuada solución y todos -contribuir con
responsabilidad al desenvolvimiento de estos problemas.

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CAPITULO II

ENFERMEDADES TRASMITIDAS POR INSECTOS

1. GENERALIDADES.
Llamase enfermedades trasmitidas por insectos, aquellas en que el
único trasmisor causal es un agente hematólogo; (moscas,
zancudos, piojos, pulga, etc.) empezaremos demostrando algunos
de los insectos más comunes en nuestro medio como trasmisores
de enfermedades. Tenemos como nuestro principal enemigo la
mosca, en su mismo orden el zancudo, los piojos, la pulga, las
chinches, la garrapata.
Para combatir con éxito a estos mosquitos o animales trasmisores,
es necesario poseer ciertos conocimientos fundamentales sobre sus
costumbres de vida; estos conocimientos básicos sobre sus
características evitan muchos esfuerzos innecesarios en su
eliminación.
Los mosquitos se desarrollan hasta su fase adulta, por
transformaciones completas y su ciclo vital pasa por las fases de
huevo, larva, ninfa y mosquito adulto.
El clima, localidad y situaci6n geográfica son elementos favorables
al desarrollo y abundamiento de estos. En tiempo de verano
favorece el desarrollo de enfermedades trasmitidas por insectos, en
cambio en época de frío por ciertos animales como el piojo, la
chinche.
A continuaci6n va un cuadro de enfermedades trasmisibles por
insectos.
Paludismo...... ............... Anofeles (varias especies).
Fiebre Amarilla. ............. Mosquito Aedes.
Dengue........................... Mosquito Aedes Egypti.
Tularemia ...................... Moscas, garrapata, piojos, pulgas.
Tifus Exantemático..........Piojos de los vestidos.
Fiebre de las trinchera.....Piojos de los vestidos
Peste Bubónica................Piojos de las ratas

TRASMISION. Las dos formas principales de trasmisi5n por


insectos son: la mecánica y la biol6gica. La mecánica es aquella en

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la cual el agente causal no experimenta ningún cambio el insecto


trasmisor, es decir que se trasmite por el agente especifico tal
como este lo adquirió de la persona infectada y no existe periodo de
incubación. Biológica. En esta forma de trasmisi6n el virus o el
parásito experimenta cambio en el cuerpo del huésped vector antes
de que llegue a ser infectante, llamase a este período incubación
del agente causal, como por ejemplo: en la trasmisi6n del
paludismo y la fiebre amarilla. La trasmisión del germen o infección
se efectúa por medio del vector el que mediante la succión de
sangre de persona y animal infectado se infecta, y entonces se
encuentra apto para trasmitir la enfermedad a persona que esté en
condiciones de receptividad para la enfermedad.
La infección también se contrae por inoculación de va del insecto o
por las secreciones glandulares al introducidas en la piel por el
rascado o la picadura. Las fuentes de producción de los mosquitos
trasmisores son, el agua estancada> los flujos de corrientes lentas,
pantanos y lagunas.

MEDIDAS PARA LA DESTRUCCION DE MOS UITOS. Las medidas


para la destrucción de los mosquitos se basa en los siguientes
procedimientos:
a. Eliminación de los lugares de reproducción
b. Destrucción de las larvas y los Himagos.
c. Protección del hombre contra las picaduras de los mosquitos
d. Aislamiento de los enfermos y portadores de enfermedades
para prevenir la infección de los mosquitos.
c. Tratamiento de los enfermos y portadores de enfermedades.
El planeamiento y reconocimiento para la lucha contra los
mosquitos corresponde al servicio de sanidad de acuerdo con la
situación militar y las condiciones económicas para la lucha, la clase
de mosquito en la región donde se efectúa, los tipos y situación de
los lugares de re producción de ellos y la presencia de
enfermedades transportadas por ellos.
La ejecución de las medidas en contra de los mosquitos es de
responsabilidad de los comandantes militares de acuerdo a las
recomendaciones efectuadas por el Servicio conforme al
reconocimiento y planeamiento que haya efectuado. Los trabajos
prácticos son efectuados por el Ser vicio de Malariología, bajo la
supervigilancia del Serví cío de Sanidad. Las medidas de control
deben efectuarse en los campamentos permanentes y semi -
permanentes y son de gran eficacia y utilidad en donde ellas se
pongan en acción. Se debe tener siempre en cuenta que la
completa eliminación de los mosquitos requiere varias semanas. En
tiempo de guerra la situación militar puede ser tal que sólo se
puede obtener la destrucción parcial de estos. Sin embargo, en
tiempo de paz se puede lograr una destrucción en grado

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satisfactorio.

MEDIDAS DE CONTROL, ELIMINACION DE LOS LUGARES DE


REPRODUCCION.

RELLENO. Este es un procedimiento eficaz cuando es aplicado a


pequeñas depresiones del terreno en los que el agua de las
inundaciones de tormenta pueden acumularse. Se puede utilizar
como material, tierra, basuras, cenizas, etc.

DRENAJE. Este procedimiento se aplica a pequeñas charcas o


pantanos, puede ser de tipo subterráneo o superficial.

ACONDICIONAMIENTO DE LA CORRIENTE. Consiste en


enderezar las márgenes suprimiendo las depresiones.

DISPOSICION DEL AGUA DE LOS RECEPTACULOS. Todos los


receptáculos se vaciarán por lo menos una vez por semana,
efectuándose inspecciones con frecuencia a fin de observar su hay
larvas.

DESTRUCCION DE LAS LARVAS. Consiste en las medidas de la


eliminación de estas por medio de petróleo crudo, el kerosene,
verde de parís, o larvicidas especiales.

PROTECCION DEL INDIVIDUO. La protección contra los


mosquitos, es necesario tanto para los pacientes sometidos a
tratamientos de enfermedades trasmitidas por insectos, como para
las personas sanas.

ENREJILLADO. Es eficaz únicamente si se preserva en perfectas


condiciones. Los vestíbulos con puertas de doble enrejillado son
eficaces para la destrucción de los mosquitos de los edificios.

MOSQUITERO. Se usan en las camas en todas aquellas zonas


donde las enfermedades trasmitidas por insectos son de carácter
endémico.

SUSTANCIAS AHUYENTADORAS DE MOSQUITOS. Estas


sustancias consisten en mezclas que al aplicarse parcial o
totalmente sobre la piel ahuyentan a los mosquitos, aplicase de la
misma manera sobre la ropa.

PULVERIZACION. Este procedimiento es eficaz en los edificios, el


uso de insecticida da resultado efectivo cuando se emplea según
las indicaciones impresas.

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2. LA MOSCA.
Aunque el mecanismo de trasmisión difiere del de los insectos
estudiados anteriormente, es la mosca uno de los agentes
trasmisores más importantes que se conocen. Por ciertas
características físicas y hábitos es el agente de enlace entre las
fuentes de contaminación de enfermedades de tipo intestinal y el
individuo susceptible.
Una breve descripción del desarrollo de la mosca domestica y de
alguna de sus características es esencial para comprender las
medidas de destrucción que se recomiendan. El desarrollo de la
mosca pasa por cuatro (4) fases sucesivas: huevos, larva, ninfa y
adulta.
El tiempo de desarrollo de la mosca de huevo a adulta es de ocho
días. Los principales hábitos de las moscas que han de
considerarse en el planeamiento y ejecución de las medidas para su
destrucción son:
a. La preferencia que tienen por el estiércol de caballo, las
excreciones humanas y los desperdicios vegetales en estado
de fermentación, como sitio de reproducción.
b. La necesidad que tienen las larvas de disponer de un medio
nutritivo húmedo3 caliente y soluble para su desarrollo normal.
c. La tendencia que muestran las larvas a emigrar medio nutritivo
de reproducci6n antes de que entren la fase final.
d. La capacidad de las larvas de arrastrarse entre la tierra suelta
o entre el estiércol.
e. La atracción de las moscas adultas por el olor que estos
despiden.
f. La tendencia de las moscas a volar hacia la luz.
g. Su tendencia de posarse en superficies verticales u objetos
colgantes.
h. El radio de vuelo de las moscas, el cual es de 200 a 1.000
yardas.
i. El número de moscas es mayor al verano y principios del
otoño.
Los hábitos y características de estos insectos arriba enumerados,
de las medidas necesarias que se adopten para transformar en
desfavorables los sitios que regularmente utilizan las moscas para
reproducirse así como de todas aquellas medidas que tengan por
finalidad la destrucción de las larvas, depende del conocimiento de
sus hábitos y características. Las medidas tendientes a impedir la
reproducción de estas, constituye la parte más efectiva de una
campana intensa y una vigilancia constante. Los medios de lucha
contra ellas son varios. Utilizaremos insecticidas a base de DDT,
papeles atrapamoscas, jaulas atrapamoscas y venenos, pero lo más
importante a tener en cuenta es que, más eficiente es el negarles
todos los medios favorables para su reproducción, mediante el

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cumplimiento de todas las medidas establecidas para la correcta


disposición de los desperdicios y excrementos. Tan sólo así,
mediante ello y el aseo, podemos establecer un buen control de
ellas, y por ende gozar de cierta seguridad en cuanto a la presencia
de enfermedades infecciosas de tipo intestinal

3. HIGIENE DEL RANCHO


Los servicios del rancho de un ejército se administran bajo la
supervisi6n directa del jefe Militar cuya unidad es atendida por
dichos servicios y es la persona responsable ante las autoridades
superiores de todo lo referente al rancho. Las medidas esenciales
para asegurar una medidas higiénicas adecuadas se resumen en
inspección y vigilancia del personal encargado de preparar y
distribuir el rancho, almacenamiento, prepara ei6n de los alimentos,
protección de los mismos contra la suciedad y las moscas y de todo
factor que pueda dar lugar a la contaminación de los alimentos. El
servicio de sanidad es el organismo responsable de la inspección
sanitaria de los ranchos, así como de los informes y recomen
daciones que se hagan sobre las deficiencias sanitarias. En suma, el
control sanitario del rancho incluye los siguientes factores:
a. Examen del personal encargado de preparar y distribuir en el
rancho.
b. Instrucción de higiene del rancho al personal de este servicio.
c. Inspección de los alimentos a su llegada.
d. Almacenaje de los alimentos para evitar su deterioro.
e. Limpieza de los utensilios del rancho y equipo.
f. Disposición de los desperdicios de comida.
g. Métodos de preparar el menú y clase de los alimentos que se
sirven.
h. Métodos de servir los alimentos.
Es de gran importancia el examen del personal a fin de que este se
encuentre en verdaderas condiciones idóneas de salud. El examen
médico tiene por objeto determinar si el individuo padece de alguna
enfermedad contagiosa es portador de ella. Al efecto se le practican
exámenes de sangre, heces, y radioscopia.
En cuanto a la inspección de alimentos es con el fin de determinar
su calidad en el momento en que son recibidos en la cocina, estos
deben ser examinados periódicamente en su almacenamiento y
antes de dedicarlos al consumo.

FACILIDADES DE ALMACENAMIENTO. Se habrá de prever un


almacenamiento adecuado para los abastecimientos de alimentos,
además habrá que proteger a estos del polvo, suciedad y los
insectos. Los alimentos perecederos deben conservarse en
temperaturas adecuadas para evitar su descomposición

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LAVADO DE PLATOS. En la actualidad se concede mayor atención


al peligro de diseminación de enfermedades contagiosas que se
realizan mediante los platos y los enseres de cocina. Para evitar el
peligro de tales infecciones, será preciso tratar los platos y los
utensilios de cocina mediante el calor y los agentes químicos. La
inmersión en el agua a una temperatura de 71 grados por espacio
de un minuto, destruirá todos los microorganismos patógenos. Si el
agua se encuentra a una temperatura menor el tiempo de
inmersión debe ser más prolongado. Los platos y los enseres deben
secarse al aire, nunca deben emplearse paños de secar.
Los restos de comida que se encuentren en los utensilios del rancho
deben eliminarse raspándoles en un recipiente adecuado.

MANERA DE SERVIR LAS COMIDAS. Los alimentos deben


servirse de manera que no sean contaminados mientras se sirven.
El método de servir las comidas, o por lo menos no disminuir, la
aceptación de los alimentos y el estímulo del apetito de aquellos
Individuos que los van a consumir, y hacer por lo menos que se
reduzcan a un mínimo los desperdicios.
Existen dos formas de servir las comidas: el método en fila de
cafetería norteamericana, y el método de servicio en las mesas.
En campana, excepto en los campamentos semi - permanentes se
habrá de utilizar el primer sistema, ya que en tales circunstancias
se carecerá del servicio de ranchos en comedores. En el caso de
que se pueda disponer de personal y material necesario, un servicio
de rancho bien dirigido ejercerá generalmente un efecto más
favorable sobre la moral y satisfacción de las tropas que el método
de cafetería.

4. CONCLUSION. En síntesis el objeto que se persigue al realizar la


inspección o higiene del rancho, tanto en sus mecanismos como en
su personal, es determinar la existencia y tipo de cualquier defecto
que traería por resultado la contaminación de los alimentos y
diseminación en las tropas de gérmenes patógenos, o las faltas que
redundasen en perjuicio del valor nutritivo de los o que hicieren
disminuir el grado de aceptación de las tropas.

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CAPITULO III

ABASTECIMIENTO DE AGUA. ENFERMEDADES


TRASMITIDAS POR EL AGUA. FUENTES DE
SUMINISTROS, PURIFICACIÓN, CONTROL SANITARIO.

1. Generalidades.
Esta conferencia tratará brevemente sobre los abastecimientos de
agua, su control sanitario, su purificación, impurezas y fuentes de
suministros y corresponde al cuerpo de Intendencia, Ingeniería y
Sanidad Militar, las responsabilidades en el mantenimiento,
conservaci6n y construcción de suministros de agua en las
instalaciones permanentes o semi-permanentes militares. El Cuerpo
de Ingenieros es responsable de todo el abastecimiento de agua.
El Cuerpo Médico, asume la responsabilidad de efectuar los
reconocimientos de inspección y examen de los abastecimientos,
así como de los consejos y recomendaciones que sean necesarios
para proteger la salud de las tropas.
Las misiones tácticas no podrán tener éxito en sus operaciones a
menos que las tropas tengan suficiente agua potable. Esta es más
importante que los mismos alimentos porque en condiciones
extremas de calor o de cansancio, la falta de agua podrá poner al
soldado fuera de combate. El agua sin purificar o purificada por
medios inadecuados contiene siempre suficientes gérmenes para
hacer peligrar la salud, y es la vía de diseminación de
enfermedades como la fiebre tifoidea, disentería bacilar, diarrea de
variada etiología, parásitos intestinales, etc.
Ella se contamina cuando debido a las malas condiciones de las
disposiciones de excreciones humanas pueden ser transportadas

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hasta el agua de consumo o cuando atraviesa varios kil6metros de


agua habitadas, teniendo así múltiples oportunidades para ser
contaminada en alguna de las formas indicadas. La salud de todo el
personal de una zona depende del servicio especial del equipo de
purifica ci6n.

2. ENFERMEDADES TRASMITIDAS POR EL AGUA.


Es importante comprender que las enfermedades debidas al agua
no se notan inmediatamente, pues los gérmenes patógenos
necesitan tiempo para desarrollarse y multiplicarse dentro del
cuerpo humano antes de enfermarle. El tiempo que transcurre entre
la bebida del agua contaminada y la aparición de la enfermedad, se
denomina el período de incubaci6n. La ausencia de los síntomas de
la enfermedad durante va nos días después de beber agua que no
ha sido tratada, no es por lo tanto, una garantía de que el agua no
esta contaminada.
En general las principales enfermedades las vamos a enumerar y a
definirlas seguidamente.

Fiebre Tifoidea. Esta es una enfermedad intestinal caracterizada


por erupción de la piel, fiebre alta, ata que al estado general y
deposiciones frecuentes. El período de incubación anterior a la
aparici6n de la enfermedad varia de 3 a 40 días, siendo el tiempo
promedio de 7 a 10 días. La recuperaci6n de un ataque de fiebre
tifoidea produce inmunización permanente, aunque a veces puede
ocurrir un segundo ataque pero muy débil. Mediante la
inmunización se puede lograr una considerable protección, pero
esta podrá ser nula en un momento dado, cuando se consume agua
altamente contaminada. Los gérmenes patógenos se trasmiten por
medio de las heces fecales y estas contaminan el agua que corre
sobre ellas.

Fiebre Paratifoidea. Las fiebres paratifoideas son muy parecidas


a las fiebres tifoideas en los métodos de infección y en los síntomas.
Una persona quedará inmune vacunándose o recuperándose de la
enfermedad. Sin embargo, una persona inmune a la fiebre para-
tifoidea no está a salvo de la fiebre tifoidea. El periodo de
incubación de la fiebre para-tifoidea es de 4 a 5 días con un
promedio de 7 días.

Cólera. El cólera es una enfermedad intestinal contagiosa que


causa violentos vómitos> evacuaciones y postración rápida con
temperaturas subnormales. El agua contaminada es un método
muy común de la propagación de la enfermedad y constituye la
causa principal heces fecales tiene aspecto acuoso. Las
enfermedades diarreicas ocurren siempre que las medidas de

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saneamiento para la protección de los alimentos y agua son


inadecuados. Cuando los gérmenes infecciosos se propagan en los
alimentos la enfermedad queda limitada a los con sumideros de los
alimentos contaminados: las epidemias causadas por el agua
generalmente se propagan más extensamente cuando la ausencia
de medidas adecuadas para su dominio tardan más tiempo.

Bilharzia. Esta es una enfermedad; causada por un gusanillo que


entra a través de la piel al bañarse, lavar se o beber agua
contaminada. Este germen de la bilharzia es endémico de los Valles
de Caracas, Tuy y Aragua. Los huevos del parásito los expulsa la
persona afectada por la orina o las heces fecales.

3. FUENTES DE SUMINISTRO.
Las fuentes de suministro de agua, provienen de lluvia, ríos, lagos,
lagunas o riachuelos, cuando este suministro es para tropas en
operaciones de prácticas de maniobra o en guerra, y tienen que ser
localizadas por reconocimientos y llenar los requisitos siguientes:
fácil accesibilidad a la fuente, tipo de agua, grado probable de
contaminación y cantidad disponible. En consecuencia, como fin
práctico toda fuente de agua en campana debe considerarse
contaminada y por lo tanto debe tratarse adecuadamente antes de
utilizarla.

4. TRATAMIENTO Y PURIFICACION DEL AGUA.


La purifica ci6n del agua en campana consiste en la eliminación o
destrucción de suficientes impurezas, de modo que esta se vuelva
potable y agradable al paladar. El primero y más importante de los
pasos a seguir en la purificaci6n del agua es la selección de los
métodos correctos y la disposición de estos en el orden de vida.
Generalmente, se obtienen buenos resultados con el siguiente
orden de tratamiento: cloronizaci6n, ebullioi6n, filtración y
desinfección.

El Cloro. El cloro, en diversas formas, se usa casi universalmente


para la desinfección del agua. La cantidad de cloro necesaria para
desinfectar el agua depende de la concentración de materias
orgánicas, de la temperatura tiempo de contacto, del cloro residual
requerido. El agua deberá retener por un periodo adicional de
veinte minutos (20) antes de su distribución para el consumo.

Ebullición. La ebullición es uno de 1os métodos más seguros de


purificación, aunque esto no es de desearse a causa del sabor
insípido que da al agua. Se requiere un mínimo de ebullición para
esterilizar el agua, pero se debe prestar atención para cerciorarse
de que efectivamente ha hervido por el tiempo necesario La
aeración del agua trasegándola de uno a otro recipiente eliminará

16
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

el gusto insípido, al tomar nuevamente esta el oxígeno perdido en


la ebullición.

Filtración. En la purificación del agua, la filtración constituye uno


de los procedimientos fundamentales usados para la eliminación de
la turbidez y otras materias suspendidas. La filtración se efectúa por
medio de filtros de arena especial de filtro.

Desinfección. El agua se deberá desinfectar porque ningún


procedimiento de purificación único o combinación de
procedimientos eliminará completamente del agua te dos los
organismos patógenos.
Los productos químicos como cal, ozono, yodo o las tabletas
especiales para purificaci6n, son los más indica dos en este método.
Las fuentes de abastecimiento de agua para tropas en movimiento,
para las tropas que se encuentran en el teatro de operaciones, o
para las fuerzas ocupadas en otras clases de trabajos, tienen
frecuentemente casos extremos en que exista gran escasez o
ausencia completa de agua, constituir el abastecimiento de 6sta un
factor determinante en el movimiento de los ej6rcitos o en la
conducción estratégica de las operaciones militares. La mejor
fuente de suministro de agua desde el punto de vista de cantidad,
accesibilidad de obtención y pureza, será localizada por
reconocimiento en la zona donde se encuentran operando o vayan
a operar las tropas.
Los fines que se persiguen mediante reconocimientos son los de
localizar una fuente de abastecimiento de agua conveniente, así
como determinar, la cantidad de agua que se puede obtener, el
tiempo de trabajo que se re quiere para ponerla en funcionamiento,
la calidad de agua y grado probable de contaminaci6n, por cuanto
haya de influir sobre las medidas de purificación que deben
adoptarse. Los puntos siguientes deben ser seguidos en una
exploración corriente de fuentes de suministro de agua:
a. Localización
b. Clase de fuentes
c. Cantidad de agua disponible
d. Cualidad del agua
e. Fuente de contaminación bacteriana
f. Accesibilidad
g. Instalaciones existentes.
Las fuentes de suministro y las instalaciones han de mostrarse
sobre el mapa o dar su localización por descripción topográfica. Las
clase de fuentes, indicar si son pozos manantiales, ríos o riachuelos,
lagos o lagunas. Cantidad de agua disponible 3 indicando el
promedio del caudal de la corriente, la capacidad de los pozos, el
caudal del manantial e indicar las dimensiones y profundidad

17
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

calculada del lago o laguna. En la calidad del agua indicar su


turbidez, color, sabor y resultado del examen bacteriológico, En las
fuentes de contaminación bacteriana su localización con respecto al
abastecimiento del agua y las medidas preventivas indicadas.
Indicar la accesibilidad de las tropas a las fuentes de suministro de
agua por medio de ferrocarriles, carreteras, caminos, senderos o
transporte a mano.
En las instalaciones existentes ver los sistemas de purificación,
aparatos de clorar, filtros bombas, motores, etc.

Responsabilidad. El comandante de la unidad será responsable


de que todas las tropas bajo su mando tengan en todo momento la
cantidad de agua potable prescrita. Deberá hacer comprender a
cada individuo el peligro que corre en beber agua impotable,
haciendo conocer y obedecer estrictamente las disposiciones
relativas a esta, que consisten en:
a. Beber sólo agua purificada o autorizada
b. No desperdiciar el agua purificada
c. Proteger las fuentes de abastecimiento, observando las
medidas sanitarias oportunas..

CAPITULO IV.

HIGIENE DE LA MARCHA. SELECCIÓN Y


EMPLAZAMIENTO DE CAMPAMENTOS.
CARACTERÍSTICAS SANITARIAS.

1. ACONDICIONAMIENTO DE LA TROPA.
Toda maniobra de orden militar que vaya a ser ejecutada, como
principio de entrenamiento o como ejecución efectiva en tiempo de
guerra, amerita una atención muy especial en cuanto a la selección
del personal que va a ejecutar los ejercicios de marcha. No obstante
el hecho de que el transporte motorizado ha alcanzado un grado de
importancia extraordinaria en los ejércitos modernos, la marcha de
a pie sigue siendo una parte imposible de eliminar por cuanto hay
ocasiones en que esta no puede efectuarse en vehículos
motorizados, por diferente factores de terreno, táctica, etc.
Por lo tanto todo el personal que vaya a ejecutar estos ejercicios
debe ser examinado físicamente, para que este en condiciones
idóneas y en perfecto estado de salud, a fin de que todas sus
acciones de ejecución, se desempeñen a cabalidad y puedan dar el
rendimiento exigido.
La atención debida a la higiene y saneamiento contribuye
inmensamente a la capacidad de las tropas y al éxito de los

18
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

esfuerzos inherentes al servicio en campaña. El acondicionamiento


del personal se puede lograr mediante la instrucción progresiva y
sistemática, que consiste en marchas de instrucci6n con distancias
y duraciones especiales. No puede empezarse con marchas lar gas,
porque traería por consecuencia el agotamiento tanto físico como
mental.
Los entrenamientos progresivos sirven también para poner a
prueba aquellos individuos que no son físicamente apto para el
ejercicio de esta naturaleza. Los elementos que su estado de salud
no sea perfecto, sirven más bien como un estorbo y obstáculo al
buen desenvolvimiento de la maniobra. Antes de la partida cada
comandante de compañía debe inspeccionar acompañado del
medico del cuerpo todo el personal y material bajo su mando. Esta
medida habrá de abarcar un examen detallado de los pies y
calzado, del vestuario y equipo y el estado físico inmediato del
soldado. Se tomarán medidas para la corrección de las deficiencias
existentes y se acondicionará el calzado y la ropa, pues la estrechez
o demasía holgura de estas prendas afecta el poder de resisten ola
del individuo.

2. EJECUCION DE LA MARCHA.
Como lo hemos dicho anterior mente, la ejecución de ejercicios de
marcha deben efectuarse con entrenamientos progresivos de
distancia y tiempo. La etapa diaria normal de la Infantería a pie
es de 20 kilómetros para las grandes unidades y de 25 para
unidades inferiores. Durante las estaciones de calor las marchas se
realizarán durante las horas de la noche o de madrugada a fin de
que el agotamiento sea menos en el personal, por el calor. La
alimentación que se suministra antes de la partida no deberá ser
pesada de digerir, pero habrá de tener unas calo rías y substancias
generadoras de energía, tales como azúcares y grasas.
Los altos que se efectúan durante la marcha tiene por objeto hacer
descansar los hombres y animales, para revisar el equipo,
abastecerse de agua de tomar y otros menesteres. Estos altos
están programados de acuerdo con prescripciones establecidas y
son notificados en las 6rdenes correspondientes. Las marchas se
efectuarán en tiempos de 45 minutos y un alto de des canso de 15
minutos en el primer tiempo y después los descansos serán de 10
minutos. Los altos para columnas motorizadas se efectúan cada dos
o tres horas, según la vía sea accidentada o en carretera. Al dar la
señal para los descansos las tropas se colocarán a un lado del
camino, y se procurará que estos sean lugares sombreados. Los
hombres aprovecharán estos minutos para aflojarse los equipos,
echarse al suelo y efectuar sus necesidades fisiológicas, 1as que
harán en pequeños hoyos que cavarán con su pala o escardilla, y
esas excreciones deberán ser cubiertas con tierra inmediatamente.

19
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

No se hacen altos de gran dura ci6n en el curso de una etapa a


menos que circunstancias especiales así lo requieran.
Al hacerse la selección del lugar donde vayan a efectuar se los
altos, habrá de considerarse factores tales como el
enmascaramiento contra los reconocimientos aéreos y por el
bienestar y seguridad de las tropas.
Los Servicios Médicos y Comandantes de unidad revisarán todo el
personal a fin de ver el estado físico de salud. El prestar atenci6n
inmediata a todos los individuos que presenten fatigas o lesiones de
los pies, como ampollas, escoriaciones, y aligerar al soldado de su
mochila, son medidas que pueden evitar muchas bajas durante la
marcha. Si se presentasen casos en que el elemento no puede
continuar su marcha a pie el médico indicará la conveniencia de
que continúe en un vehículo de la unidad o en la ambulancia.
Las penalidades más factibles durante la marcha pueden ser
causadas por el frío o el calor excesivo, el cansancio o agotamiento
físico lesiones de los pies. Las del frío puede mitigarse mediante
precauciones adecua das, proporcionando a las tropas ropas
adecuadas y bebí das calientes. Las del calor, no efectuando las
marchas en las horas en que el sol está más intenso. El agota
miento físico (shock) con estimulantes t5nicos, reposo y
aligeramiento del equipo.
El uso de agua en la marcha amerita una disciplina especial. No se
beberá agua alguna en manantiales, pozos u otras fuentes no
autorizadas. Durante los 20 kilómetros de marcha, bajo una
temperatura media de verano el cuerpo humano pierde unos dos
litros de agua y una cantidad considerable de sal. A menos que
estas pérdidas no sean repuestas oportunamente, sentirá el
individuo una sensación marcada de sed y agotamiento por lo que
puede producirle shock por deshidratación. Se recomienda beber
toda la cantidad que necesite antes de emprender la marcha y en
una forma metódica durante esta, pues el consumo abundante
puede causarle una transpiración excesiva, producirle náuseas,
diarrea y fatiga. Se aconseja llenar las cantimploras de agua y
añadirle una cucharadita de sal común. Esta suple la que haya
eliminado. Las tropas practicarán la economía en el consumo de
agua, a fin de hacer que el abastecimiento de que se dispone
alcance hasta el fin de la marcha.

3. PERSONAL DE AVANZADA DE ALOJAMIENTO.


Un destacamento compuesto de un Oficial de Estado Mayor, un
Oficial Médico, un Oficial de Intendencia, un Oficial de Ingenie ría,
un Oficial de comunicaciones, con su correspondiente personal
asistente, hará los preparativos pertinentes para el alojamiento de
las tropas.
Este personal citado hará los emplazamientos de aloja miento>

20
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

instalación de cocinar enfermería, estacionamiento de vehículos


motorizado, abastecimiento, instalaciones de comunicaciones,
letrinas, etc.
Las instalaciones sanitarias necesarias deben encontrar se en
funcionamiento antes de llegar las tropas y especialmente
importantes que sean rápidamente determinadas las fuentes de
suministro de agua y procedimientos de purificación.
Al llegar las tropas a pie al emplazamiento del campamento se
dirigirá inmediatamente a sus correspondientes zonas de vivac,
colocarán los equipos en tierra y procederán a instalar sus tiendas
de campaña, después se ejecutarán las medidas siguientes:
a. Se servirá una comida caliente.
b. Se anunciará a todo el personal las disposiciones sanitarias
previstas.
c. Todos los individuos se darán, si es posible, un baño general,
cambiarán calcetines y ropa interior.
d. Se pasará una inspección médica de los enfermos.

5. SELECCION Y SANEAMIENTO DE LOS EMPLAZAMIENTOS DE


CAMPAMENTOS
La selecci6n de los emplazamientos para campamentos es
determinada por consideraciones de índole militar y sanitario. En la
medida en que la situación táctica lo permita, la secci6n de los
emplazamientos para vivaques será determinadas por razones de
seguridad y bienestar de las tropas, por consideraciones sanitarias,
y por las exigencias del servicio de abastecimiento y los demás
servicios en general. Algunas veces la situaci6n militar podrá
imponer la selecci6n de emplazamientos no completamente
convenientes bajo el punto de vista sanitario. Sin embargo, se
habrá de dar toda la importancia debida a las condiciones sanitarias
adecuadas cuando estas no se interponen a las misiones militares.
Los jefes de zonas son responsables de la selecci6n de los
emplazamientos de campamento y de la protección de la salud del
personal mediante la aplicaci6n rigurosa de medidas sanitarias.
Los Oficiales Médicos tienen la responsabilidad de hacer los
reconocimientos sanitarios de Campamentos y las
recomendaciones pertinentes con respecto a su conveniencia
Instalación de letrinas. La disposición inadecuada de las
excreciones humanas pueden dar lugar a graves epidemias. Se
construyen convenientes y adecuadas letrinas en lugares
apropiados. Las letrinas para los soldados se instalan siempre en el
lado del campamento opuesto a las cocinas, y estarán situadas de
tal manera que el drenaje de las mismas no puedan contaminar la
zona de suministro de agua. Las letrinas para los oficiales se
construyen sobre la base de una por batallón o unidad similar. Se
mantiene un servicio de limpieza constante en este sector.

21
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

La distancia que debe mediar entre la insta1ación de cocinas y


letrinas debe ser por lo menos de 100 yardas y de 30 yardas de
las tiendas de campaña.

Instalación de cocinas. Instálese la cocina en el extremo opuesto


de las tiendas de campaña. Para los desperdicios de comida y
basura de toda clase se construirán pozos de por lo menos 2 metros
de profundidad donde serán alojados estos cubri4ndose con capas
de tierra y petróleo. Al abandonar la zona de estacionamiento se
segarán las letrinas y pozos absorbentes de los desperdicios,
señalándose con carteles, y dejando en perfecto estado de limpieza
la zona de emplazamiento.

Uso del agua de arroyo o de río. Primera zona, agua para beber
y cocinar. Segunda zona, agua para los animales. Tercera zona,
agua para el baño. Cuarta zona, agua para lavar. Quinta zona, agua
para lavar vehículos.

5. CARACTERISTICAS SANITARIAS IDEALES DE LOS


EMPLAZAMIENTOS DE CAMIPAMENTOS.
Desde un punto de vista sanitario son de desear las características
siguientes:
a. Accesibilidad a los suministros de agua potable y combustibles.
b. Terreno firme y cubierto de césped.
c. Emplazamiento elevado y bien desecado.
d. Espacio suficiente para evitar la aglcmeraci6n de personal y
quede el espacio adecuado entre las cocinas y letrinas.
e. Árboles frondosos que sirvan de protecci6n contra el sol en
tiempo de calor.
f. Pendientes abrigadas y árboles.
g. Terreno firme para el estacionamiento de vehículos.
h. Una buena red de carreteras.
i. Enmascaramiento contra el reconocimiento aéreo y resguardo
contra otros elementos,

Características inadecuadas de los emplazamientos. Se


descartarán, de ser posible, los emplazamientos que tengan las
características siguientes:
a. Los cauces secos, los barrancos o las faldas de las montañas si
hay probabilidades de lluvia,
b. El suelo arcilloso suelto y polvoriento.
c. El suelo pantanoso o las zonas pr6ximas a las aguas
estancadas que puedan constituir focos de enfermedades
transmitidas por insectos y que están sujetas a rocíos in
tensos.
d. Aguas subterráneas a menos de 4 pies de la superficie.

22
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

e. Pendientes escarpadas.
f. Lugares próximos a sitios montañosos, especialmente en las
regiones palúdicas.

Abastecimientos de agua. Instálense los sacos esterilizadores de


agua (LISTER> entre las calles de las tiendas de campaña y la
cocina.
El promedio de consumo de agua por persona en veinticuatro horas
es de En campamentos semi-temporales de 20 a 30 galones. En
campamentos temporales de 5 galones.
Consumo mínimo: 1 gal6n.

6. CONCLUSIONES.
Esta tesis ha demostrado la importancia de que el soldado tenga los
conocimientos necesarios en las diferentes faenas, que el Servicio
Militar exige, para el desenvolvimiento normal de todas sus
acciones y sea el principal colaborador de los Comandos, en cuanto
conozca todas las disposiciones y normas que las diferentes
maniobras le exigen.

CAPITUULO V

ENFERMEDADES VENEREAS

1. GENERALIDADES:
Las enfermedades venéreas son en gran parte la causa importante
de bajas en el servicio militar por enferme dad. Los casos de
enfermedades del aparato respiratorio son generalmente mucho
m4s numerosos que los de enfermedades venéreas pero en cambio,
el promedio de tiempo perdido por cada individuo afectado de estas
ultimas enfermedades sobre excede en mucho al que se pierde a
causa de las enfermedades del aparato respiratorio. Bajo ningún
concepto se consideran estas como enfermedades mi litares.
Resulta difícil determinar el grado de predominio de estas
enfermedades entre la poblaoi6n civil, sin embargo,

23
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

investigaciones realizados han demostrado que de un 60 a un 70


por ciento de las prostitutas se encuentran infectadas y es probable
que sea mucho mayor el porcentaje.
Las enfermedades venéreas son tan viejas como el hombre y en
épocas anteriores constituyeron verdadero azote de las
poblaciones. Por más que se han agotado todos los medios posibles
para erradicarías de los conglomerados, la lucha ha sido
infructuosa, ya que su presencia no solamente este condicionada
por un factor biológico, sino también social. Afortunadamente en
nuestro tiempo, mediante una educaci6n sexual progresiva, un
enfoque más claro del problema, y la aparici6n de nuevos y
eficientes métodos de tratamientos, se ha logrado reducir su
incidencia, así como las terribles consecuencias que sobre el
individuo y sobre su descendencia traen algunas de ellas.
Las cinco enfermedades clasificadas como venéreas son:
a. Blenorragia (gonorrea, purgación, gota militar)
b. Sífilis
c. Chancro blando (Enfermedad de Ducrey)
d. Linfogranuloma venéreo (bubón tropical)
e. Granuloma inguinal

a. La blenorragia, es una enfermedad producida por un germen


llamado gonococo, el cual tiene una afinidad electiva por la
mucosa de la uretra masculina. esta enfermedad se caracteriza
por una descarga purulenta por el meato urinario> muy
dolorosa. En los casos de individuos de baja resistencia
infección muy virulenta o mal tratados pueden presentarse
sucesivamente las siguientes complicaciones: orquiepimitis,
prostalitis5 artritis, etc. Su contagio es eminentemente sexual y
constituye por si una sola entidad patol6gica diferente de la
sífilis o de cualquier otra enfermedad venérea. No se he reda y
es de difícil curación.
b. La sífilis es producida por un microorganismo en forma de
tirabuzón llamado treponema pallidun, quien penetra en el
organismo durante el coito produciendo una lesión llamada
chancro duro o chancro sifilítico. A partir de esta lesión puede
generalizarse por todo el cuerpo, en un periodo no definido, y
producir lo que se llama la roseola sifilítica.
Después de este periodo de invasión, que muchas veces no se
presenta, los treponemas se acantonan, se hacen fuertes, en
ciertos órganos de su predilección, donde se dedican a explotar
el éxito de la ofensiva. Debido a su afinidad por los pequen os
vasos sanguíneos las lesiones que producen son graves e
irreductibles. Entre nosotros los principales teatros de
operaciones del treponema pallidun son: el sistema
circulatorio, en especial el corazón, y el sistema nervioso.

24
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

Es más, no solamente se limita su acción a lo que podríamos


llamar su campo táctico, sino que abarca también los limites de
la estrategia la sífilis se hereda. El treponema pálido por su
gran poder ofensivo y gran autonomía es capaz de pasar la
gran barrera defensiva que es la placenta humana, infectando
así el producto de la concepción y trayendo como
consecuencia la alteración de la especie tanto en su aspecto
moral y físico, como en lo social.
c. El chancro blando es producido por un germen llamado el
bacilo de Ducrey. Esta es una infección local, cuyo mecanismo
de producción es semejante al de la sífilis, con la diferencia
que la lesión se limita a los ganglios de la ingle, donde al
infectarlos produce un bubón doloroso que al abrirse supurar
abundantemente, pudiendo dejar como complicación una
ulcera difícil de curación.
d. El linfogranuloma venéreo bub6n tropical, o enferme dad de
Nicolás Favre es una enfermedad producida por un virus. Se
caracteriza por una pequeña lesión en el pene, que cicatriza a
los pocos días, para luego producir una reacción inflamatoria
en los ganglios inguinales, los cuales al crecer forman un
bubón que se abre supura y deja una ú1cera de difícil
cicatrización. Puede traer como complicaciones la estrechez
rectal.
d. El granuloma inguinal es una enfermedad rara producida por
los cuerpos de Donovan, y se caracteriza por una ulceración
tórpida y rebelde de toda el área genital.
Principios de la prevención. El promedio de los casos de
enfermedades venéreas en una unidad, constituye de ordinario
un índice aproximado del estado de disciplina instrucción y
administración de la unidad. La responsabilidad por las
medidas de prevención contra las enfermedades venéreas son
simples y fáciles de comprender por todo el mundo.
El hecho más importante que habrá de tenerse presente por todo
los individuos, es que casi todas las mujeres que se dedican a la
promiscuidad sexual se encuentran infectadas de enfermedades
venéreas. Las reacciones sexuales frecuentes no son esenciales
para la salud y se deberá tener especial cuidado en evitar toda
exposición al contagio. Esto se podrá obtener hasta un grado
considerable de efectividad por medio del control de la prostitución,
por la institución de medidas de divulgación educativa creación de
sistemas recreativos y por la imposición de medidas preventivas.
A pesar de toda admonición serán muchos de los individuos que se
expondrán a la infección. Los medios preventivos de tipo mecánico
y químico pueden proporcionar un alto grado de protección
satisfactoria contra la infección, pero siempre y cuando tales
medidas sean aplica das rápidas, inteligente y concienzudamente.

25
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

La prevención contra las enfermedades venéreas depende del


proceder de cada individuo. Es posible eliminar teórica mente todas
las enfermedades venéreas si todos los individuos observan el
principio fundamental de prevención que consiste en evitar toda
relación sexual con prostitutas, ya sean éstas profesionales o
clandestinas.

2. MEDIDAS PREVENTIVAS:
a. Educación. Deben instruirse cursillos sobre higiene sexual en
todo el personal militar. Ha de hacerse especial hincapié en la
responsabilidad de los comandantes de unidades por las
medidas de prevención y control de las enfermedades
venéreas.
Se requiere que por lo menos una vez cada seis meses el
Comandante de cada unidad o destacamento prepare y vigile
personalmente la instrucción sobre higiene sexual y
prevención de las enfermedades venéreas de todas las tropas
y clases bajo su mando. Esta clase de instrucción se dará a los
reclutas tan pronto como sea posible después de su
incorporación a filas. El plan de instrucción se di vide en tres
partes:
(1) El jefe de la unidad hablará acerca del efecto de las
enfermedades venéreas, sobre la eficiencia militar y
describirá las posibles medidas preventivas.
(2) Un oficial médico disertará el carácter de las
enfermedades venéreas, la necesidad de tratarlas cuanto
antes, el peligro que implica tratarse uno mismo, y los
medios de evitar la enfermedad.
(3) Un capellán discurrirá sobre el aspecto moral del problema
de las enfermedades venéreas.

b. Recreo. Las facilidades adecuadas de recreo constituyen un


factor esencial en la prevención de las enfermedades
venéreas.
El atletismo, las bibliotecas, el cine y otras diversiones
organizadas contribuirán para que muchos individuos no
recurran a las bebidas o a las prostitutas como pasatiempo
cuando disfruten de asueto. La actividad física con la
consecuente fatiga que produce, es en si misma un medio
excelente para reducir la exposición de individuos a las
enfermedades venéreas.
c. Prostitución. Ningún método de regulación de las casas de
prostitución ha resultado satisfactorio. Ningún estado legaliza
el funcionamiento de los prostíbulos, pero estos existen en
gran número.
Deberá hacerse el mayor esfuerzo posible para suprimir la

26
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

existencia de tales casas y hacer cesar la prostitución


practicada por prostitutas clandestinas. A tal efecto se
requerirá la cooperación de las autoridades civiles.
d. Medidas profilácticas.
(1) Profilaxis de tipo mecánico. El empleo del preservativo
de goma (condón) es el único medio de protección
mecánica contra la infección venérea. Las cantinas y
enfermerías militares tienen la obligación de tener en
existencia condones de calidad aprobada, El uso del
condón es efectivo en la prevención de la blenorragia
porque impide el acceso de la infección a la uretra, que es
donde se introduce el gonococo. En cambio, este medio
profiláctico no constituye una protección segura contra el
chancro blando, la sífilis, linfogranuloma venéreo y
granuloma inguinal, cuyos agentes causales pueden
inocularse en la piel o mucosas de los genitales que no se
hallan protegidos por el condón,
(2) Profilaxis química.

e. Puestos profilácticos.
El servicio de sanidad tiene la responsabilidad de operar un
número suficiente de pues tos profilácticos, de modo que
puedan servir adecuadamente a las necesidades de cada
unidad o agrupamiento militar.
Se aconseja, en muchos casos, establecer puestos de estas
índoles en las poblaciones civiles de las inmediaciones de las
guarniciones o bases militares. Estos puestos deberán
establecerse inclusive en los vivaques. Los tratamientos de
profilaxis química deben ser administrados en los puestos
profilácticos por personal competente del Servicio de Sanidad.
Cualquier soldado puede presentarse a cualquier hora para ser
tratado La profilaxis es sumamente efectiva si se administra
dentro de los 30 a 6o minutos desde que ha ocurrido el
contacto sospechoso. Pasado ese tiempo su efectividad
decrece rápidamente. El asisten te de puesto profiláctico dará
a cada soldado un certificado firmado en el que se mencionará
el tratamiento dado, la fecha y hora, y lugar donde haya sido
administrado. Este tratamiento no será posible de administrar
satisfactoriamente a un hombre en estado de embriaguez, por
cuanto requiere la cooperación personal del individuo tratado

d. Tubitos profilácticos.
Existen muchas clases de tubo profilácticos de fabricación
comercial. Las cantinas militares se surtirán de ellos para
tenerlos en existencia. No son tan eficaces como los
tratamientos que se dan en los puestos profilácticos, pero son

27
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

de un gran valor para los soldados que no pueden llegar a un


puesto de profilaxis antes de haber transcurrido una hora
desde el momento que ocurrió el contacto sospechoso. Aun
después de haber hecho uso del tubito profiláctico el soldado
deberá acudir al puesto de profilaxis en caso de que fuese
factible.

e. Si el soldado ha tenido contacto sospechoso con una mujer y


no le fuese posible acudir a un puesto profiláctico, o no tuviera
un tubito profiláctico a mano, deberá erina y lavarse bien sus
órganos genitales, y partes adyacentes con agua y jabón.
Esto podrá prevenir la infección.

f. Medidas punitivas.-
Cualquier individuo que supiera o tuviera la sospecha de
haber contraído una enfermedad venérea habrá de ponerlo en
conocimiento de su superior inmediato. La aplicación de
medidas disciplinarias que dará a la discreción del oficial en
jefe.

g. Inspecciones médicas.
Se examinara por lo menos una vez al mes a todo el
personal de tropa y al personal de clase de graduación inferior
a la de sargento primero. Otras revistas adicionales podrán
llevarse a cabo cuando exista la sospecha de que hayan
individuos que intentan ocultar la enfermedad. Estas
inspecciones son más efectivas en la madrugada o
inmediatamente después que el personal regresa de prestar
servicios o de hacer sus ejercicios fuera de sus cuarteles.

h. Tratamientos.
Todos los individuos afectados de enfermedades venéreas
deberán ser enviados inmediatamente al hospital o dispensario
para que sean tratados. El trata miento administrado por el
propio enfermo o por persona inexperta es a la vez ineficaz y
peligrosa.

3. Medidas para reducir el alto porcentaje de enfermedades


venéreas.
En caso que el porcentaje de frecuencia de estas enfermedades sea
demasiado elevado en una unidad, o agrupación, se impondrá
entonces la necesidad de aplicar severas medidas de control, que
abarcarían todas o algunas de las que se describen a continuación:
a. Poner fuera de los limites de acceso, o declarar zonas
prohibidas a los barrios de las casas de prostitución y a las
casas de bebidas alcohólicas.

28
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

b. Patrullaje por la policía militar de los Distritos o zonas


prohibidas.
c. Limitar los permisos a 4 horas, y denegarlos después de las 9
de la noche.
d. Clasificar los permisos.
e. Revista de rutina de las camas1

CAPITULO VI

PRIMEROS AUXILIOS

ALCANCE 1

29
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

GENERALIDADES.

1. PROPÓSITO Y ALCANCE
El propósito de este capítulo es proporcionarle a usted una
explicación de los principios fundamentales de la administración de
las medidas de primeros auxilios que usted. mismo puede aplicarse
y aplicarles a otras personas antes de que llegue el personal de
sanidad. Incluye instrucción en las medidas para salvar la vida,
tales como la detención de hemorragias, el despejo de las vías
respiratorias, y la administración de respiración artificial; la
administración de masajes al corazón por presión sobre el pecho;
la protección de las heridas; y la prevención o disminución del
shock. Este manual también describe las medidas especiales que
se deben tomar para el tratamiento de lesiones especificas,
urgencias comunes y lesiones que resultan del contacto con
agentes químicos tóxicos. También explica los métodos
improvisados que pueden usarse para el transporte de enfermos y
heridos y presenta algunos de los métodos y principios básicos de
los primeros auxilios sicól6gicos. El Apéndice A es una lista de las
referencias utilizadas en este manual. El Apéndice B es una lista
del contenido de las cajas, los estuches y paquetes de primeros
auxilios.

3. LA IMPORTANCIA DE LOS PRIMEROS AUXILIOS


a. Los primeros auxilios son la asistencia que se le presta a las
bajas antes de que personal de sanidad pueda administrarles
tratamiento médico. El Servicio de Sanidad del Ejército
dispone del mejor equipo que existe y de personal adiestrado
en los métodos más modernos para salvar vidas y aliviar el
dolor. Sin embargo, es imposible que el personal de sanidad
este en todo lugar a la misma vez, y por esto puede
presentarse una situación en la cual USTED tendrá que
depender de su propio conocimiento para salvar SU PROPIA
VIDA O LA DE OTRA PERSONA. Esto le será posible si sabe
lo que debe hacer y si actúa rápidamente y con calma. Si Ud.
está herido, no se altere y no se conforme con solicitar ayuda.
Aplíquese los primeros auxilios necesarios y luego busque
asistencia médica lo más pronto posible. TENGA CALMA.
HÁGALO TODO CUIDADOSAMENTE Y MANTÉNGASE
SERENO.
b. Su misión principal es combatir, y parte de esta misión es
mantenerse Ud. y mantener a sus compañeros en condición
para seguir combatiendo. El hecho de que la mayoría de las
bajas vuelven de nuevo al combate no se debe al factor suerte.
Se debe principalmente a la administración correcta de los
primeros auxilios necesarios, seguida por tratamiento médico

30
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

excelente. Ud. puede protegerse a si mismo y a los demás con


un conocimiento cabal de los primeros auxilios.

4. LAS FUNCIONES FÍSICAS Y VITALES


a. La circulación de la sangre. La sangre circula por todos los
tejidos del cuerpo, suministrándoles oxigeno y alimentación, y
llevándose el anhídrido carbónico y otros residuos
(desperdicios). La sangre es impulsada por el corazón y llega a
todos los tejidos por medio de los vasos sanguíneos.
(1) El corazón. El corazón es esencialmente un órgano
muscular hueco dividido en un lado izquierdo y uno
derecho. Se encuentra entre los pulmones en la parte
delantera del tórax, con aproximadamente dos tercios de
su masa a la izquierda de la línea media. El corazón
funciona como bomba que impulsa la sangre por los vasos
a todas las partes del cuerpo. Al contraerse, el corazón
expulsa la sangre de sus cámaras (ventrículos) y al
relajarse, se llena de nuevo de sangre. Este ciclo de
contracción y relajación que se repite continuamente con
un ritmo uniforme, se llama latido del corazón.
(2) Los vasos sanguíneos. Estos comprenden las arterias,
las venas y los vasos capilares.
(a) Las arterias. Estos vasos son gruesos y musculares
y llevan la sangre oxigenada del lado izquierdo del
corazón a todas las partes del cuerpo. Dicha sangre
es de color rojo brillante debido a su alto contenido de
oxigeno, y fluye por las arterias en olas fuertes con
cada latido del corazón. Las arterias se dilatan cada
vez que el corazón impulsa la sangre a través de
ellas, y se contraen al seguir la sangre su curso por el
sistema circulatorio. Dicho ciclo de expansión y
contracción arterial se conoce como pulso. El pulso
normal oscila entre 60 y 80 pulsaciones arteriales por
minuto.
(b) Las venas. Estos vasos llevan al corazón la sangre
desoxigenada proveniente de todas las partes del
cuerpo. Dicha sangre es de color rojo oscuro debido a
la falta de oxigeno y fluye en forma continua, de
modo que no hay pulsación alguna en las venas.
(c) Los vasos capilares. Estos son vasos sanguíneos
muy pequeños que unen las arterias y las venas. Son
muy finos y permeables para permitir el paso de
oxigeno, alimentación, anhídrido carbónico etcétera,
entre la sangre y los tejidos. La sangre capilar puede
ser de color rojo brillante o rojo oscuro y fluye muy
lentamente y sin fuerza.

31
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

b. La respiración (inspiración y expiración). Por medio de la


respiración, el cuerpo absorbe el oxigeno y expulsa el anhídrido
carbónico. Los pulmones se llenan de oxigeno al inspirar, y
luego los vasos sanguíneos lo absorben y lo llevan a todos los
tejidos del cuerpo. En cambio, los vasos sanguíneos absorben
el anhídrido carbónico de los tejidos y lo llevan a los pulmones
donde se deposita y entonces se despide en la espiración. El
proceso de la respiración comprende las vías respiratorias, los
pulmones y la caja del tórax (la figura 1)
(1) Las vías respiratorias. Estas son las vías por las cuales
pasa el aire hacia y desde los pulmones. Comprenden la
nariz, la boca, la garganta, la laringe, la tráquea y los
bronquios.
(2) Los pulmones. Los pulmones son dos órganos elásticos
compuestos de miles de pequeñas células aéreas,
cubiertos totalmente por una membrana hermética.
(3) La caja torácica. La caja torácica está formada por
costillas que están conectadas por músculos y unidas a la
columna vertebral en la espalda, y al esternón en el
frente. La parte superior está unida a la estructura del
cuello, mientras que la parte inferior está dividida de la
cavidad del vientre por el músculo grande en forma de
cúpula llamado diafragma. Dicho músculo y los músculos
que conectan las costillas., que son controlados por el
centro respiratorio del cerebro, se contraen y se relajan
automáticamente, causando expansión y luego
disminución en el tamaño de la caja del pecho. Cuando la
caja se expande y luego se contrae, la presión en los
pulmones es más baja y luego más alta que la presión
atmosférica, permitiendo así que entre y salga aire de los
pulmones para igualar la presión. Este ciclo de inspiración
y espiración se repite normalmente de catorce a dieciocho
veces por minuto.

5. CONDICIONES QUE PONEN EN PELIGRO LAS FUNCIONES


FÍSICAS VITALES
a. La falta de oxigeno. Ninguna función física vital puede
continuar sin oxigeno. La falta de oxigeno no sólo hace que
una baja deje de respirar, sino que también hace que su
corazón deje de latir. Por consiguiente, es preciso que Ud.
sepa despejar la entrada de aire para restaurar la respiración y
el latido del corazón explicado en la sección titulada PASO
SALVAVIDAS S ”A” (Alcance 2).
b. La hemorragia. Tampoco pueden seguir las funciones físicas
vitales sin una cantidad suficiente de sangre que lleve oxigeno
a todos los tejidos del cuerpo. Por esto, es necesario saber

32
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

controlar la hemorragia para evitar la pérdida excesiva de


sangre véase la sección titulada PASO SALVAVIDAS 1'B"
(Alcance 2).
c. La postración nerviosa (Shock). Esta es una condición de
fallo circulatorio agudo, y si no se trata, puede resultar en la
muerte, aunque la lesión o condición causante no haya sido
grave. La postración nerviosa puede deberse a muchas
causas; entre ellas la pérdida de sangre, la pérdida de fluidos
del cuerpo a causa de quemaduras severas, la expansión de
los vasos sanguíneos, el dolor o la impresión psicol6gica al ver
una herida o la sangre. Es preciso que sepa aplicar los
controles de esta condición ya que hay mayor probabilidad de
que la baja sobreviva si se le previene la postración nerviosa -
véase la sección titulada PASO SALVAVIDAS "C" (Alcance 2).
d. La infección. La recuperación de una baja después de recibir
una lesión grave y la curación de la misma dependen de la
manera como fue protegida dicha lesión de la contaminación.
La infección resulta de la multiplicación y crecimiento de los
microbios que invadieron una herida o por contaminación a
través de cualquier cortadura en la piel. Como hay microbios
en el aire, la ropa y la piel, haciendo inevitable que toda herida
se contamine inmediatamente, el verdadero fin es evitar la
contaminación adicional. Por consiguiente, es preciso que sepa
como vendar las heridas para evitar la contaminación - véase
la sección titulada PASO SALVAVIDAS "D" (Alcance 2).

6. LOS ARTÍCULOS DE PRIMEROS AUXILIOS


Los artículos que tendrá a su alcance para administrar primeros
auxilios dependerán del lugar donde se encuentra.
a. Los artículos personales de primeros auxilios. Se le
distribuye un estuche de primeros auxilios que contiene dos
paquetes para uso personal (figura 2). Uno contiene un apósito
estéril con vendajes de cinta adhesiva para las lesiones y el
otro contiene dos sobrecitos de un compuesto de cloruro de
sodio y bicarbonato sódico, para su consumo disuelto en agua,
en caso de sufrir alguna quemadura. Es preciso que siempre
lleve consigo dicho estuche. Como buen soldado, Ud. revisa su
arma todos los días y debería tener el mismo cuidado en
revisar su estuche de primeros auxilios para asegurarse de que
esté completo. Al administrar primeros auxilios a un herido,
recuerde que primero debe utilizar los artículos de éste, ya que
es posible que usted necesite los suyos más adelante.
b. La cala de primeros auxilios para uso general. Hay uno
de éstos en todo vehículo reglamentario. Véase el Apéndice B
para una descripción del contenido.
c. La caja de primeros auxilios de avión. Hay uno en toda

33
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

aeronave reglamentaria Véase el Apéndice B para una


descripción del contenido.
c. La unidad de tratamiento médico de emergencia Primera
fase. En caso de ataque nuclear cuando las tropas se
encuentran en guarnición, es posible que la gran cantidad de
bajas sobrecárguelas instalaciones de sanidad existentes en las
primeras horas después del ataque. El personal de sanidad
proporcionará tratamiento según las prioridades establecidas
para las diversas clases de heridas. En estas circunstancias, es
posible que usted tenga que administrarse primeros auxilios o
que tenga que administrárselos a otros hasta que el personal
de sanidad pueda atenderles. Los artículos necesarios han sido
empaquetados y colocados en los edificios donde Ud. trabaja o
vive para que siempre estén disponibles. Estas cajas están
marcadas claramente como Unidades de Tratamiento
Médico de Emergencia - Primera Fase (figura 3). Esta
contiene siete paquetes: cuatro paquetes para heridas, dos
paquetes para quemaduras y uno para fracturas. Véase el
Apéndice B para el contenido de cada paquete. Familiarícese
con la ubicación de las Unidades de Primera Fase en su área, el
contenido de cada paquete componente y c6mo utilizar los
artículos para salvar su vida o la de otras personas que sean
incapaces de ayudarse a si mismas. Los capítulos
subsiguientes le darán instrucción en el uso de la mayoría de
los artículos de la Unidad de Primera Fase. Cualquier articulo
que no sea descrito en este manual debe ser utilizado
exclusivamente por personas adiestradas en el uso correcto de
los mismos.

34
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Y PRIMEROS AUXILIOS

35
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Y PRIMEROS AUXILIOS

ALCANCE 2

LOS CUATRO PASOS SALVAVIDAS A – B – C – D

SECCIÓN 1.

EL PASO SALVAVIDAS “A”

DESPEJE LA ENTRADA DE AIRE Y RESTAURE LA


RESPIRACIÓN Y EL LATIDO DEL CORAZÓN, SEGÚN SEA
NECESARIO

7. La entrada de aire - ¡Despéjela inmediatamente.!


Para permitir el paso libre de aire hacia y desde los pulmones, es
preciso que la entrada de aire esté libre de obstrucción.
a. Para despejar la entrada de aire, vuelva la cabeza de la baja
hacia un lado y pase los dedos rápidamente detrás de los
dientes inferiores y sobre la base de la lengua para sacar el
vómito, las mucosidades o cualquier objeto extraño. Este
procedimiento no debe demorar más de uno o dos segundos.
b. Si la baja usa dentadura postiza (parcial o completa), quítesela de la boca y

36
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

colóquela en uno de sus bolsillos.


las dos medidas simultáneamente, alternándolas según se
explica en el párrafo 9c (3) (c).
(3) Hay dos métodos básicos para administrar respiración
artificial: el de boca a boca y el de presión sobre el pecho
y elevación de los brazos. El primero es el método
preferido, pero no se puede utilizar si la baja tiene la cara
aplastada o si la atmósfera está contaminada. Si la baja
tiene la cara aplastada o si no hay una máscara con
dispositivo de resucitación, se utiliza el segundo método.
Las modificaciones del método de boca a boca son los de
boca a nariz4 y máscara a boca, empleándose este último
en un ambiente de contaminación (véase el párrafo 52d).
b. El método de boca a boca o de boca a nariz. Éste método
requiere que usted llene de aire los pulmones de la baja con el
aire de sus propios pulmones. Esto se hace soplando aire en la
boca o nariz de la baja. La boca es la entrada de aire preferida
excepto en casos de fractura severa de la mandíbula, heridas
en la boca, o mandíbulas fuertemente cerradas a causa de
convulsiones. En tales casos, la entrada de aire tiene que ser
la nariz. La respiración artificial dé boca a boca o de boca a
nariz se administra de la siguiente manera:
(1) Despejar la parte superior de la entrada de aire (párrafo
7).
(2) Colocar la baja de espaldas.
(3) Poner la cabeza boca arriba, con una frazada enrollada u
otro objeto semejante debajo de los hombros, de esta
manera inclinándole la cabeza hacia atrás (figura 4). Si no
se dispone de tal objeto, inclínele la cabeza hacia atrás de
modo que la barbilla quede hacia arriba. Esta posición
amplia la entrada de aire.
(4) Colocar la mandíbula inferior tan atrás como sea posible,
de modo que se extienda hacia arriba (figura 5). Esta
posición aleja la base de la lengua de la parte posterior de
la garganta, ampliando así el conducto hacia los
pulmones. Hay dos métodos de sacar la mandíbula
inferior hacia afuera: con el pulgar o con ambas manos.
(a) El método de sacar la mandíbula hacia afuera
con el pulgar. Este es el método preferido excepto
en casos de heridas que no lo permiten. Coloque el
pulgar en la boca de la baja y agarre firmemente la
mandíbula inferior elevándola y sacándola hacia
afuera (figura 5 a). No trate de sujetar ni deprimir la
lengua.
(b) El método de sacar la mandíbula hacia afuera
con ambas manos. Este método se utiliza si la

37
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

mandíbula está tan estrechamente cerrada que no


permite introducir el pulgar en la boca. Agarre los
ángulos de la mandíbula con ambas manos apenas
debajo de los lóbulos de las orejas, y elévela con
fuerza hacia afuera. Luego ábrale los labios a la baja,
empujándole con los pulgares el labio inferior en
dirección de la barbilla. (figura 5 b).
(5)Manteniendo la mandíbula hacia afuera, selle la entrada de
aire que no se va a usar (la nariz o la boca) al inflarle los
pulmones. Hay que sellaría bien para evitar que se escape
el aire. Si hay que cerrar la nariz, ciérrela con la mano
libre o coloque la mejilla firmemente contra ella (figura 6
a). Si hay que cerrar la boca, cierre los labios firmemente
con dos dedos colocándolos a lo largo de la boca. (Si se
trata de una criatura o un niño pequeño, se utilizan la
boca y la nariz simultáneamente como una sola entrada
de aire (véase el párrafo (6) (a) a continuación).

38
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

(6) Administre la respiración artificial de la siguiente manera:


(a) Aspire profundamente, abra bien la boca y colóquela
firmemente alrededor de la boca (la figura 6) o la
nariz (el párrafo (5) anterior> de la baja. Si se trata
de una criatura o un niño pequeño, cúbrale la boca y
la nariz simultáneamente con la boca, sellando sus
labios contra la piel de la cara.
(b) Mirándole el pecho, sople con fuerza a través de la
boca o la nariz de la baja, a menos que se trate de
una criatura o un niño pequeño. (En el caso de estos
últimos sólo se requieren pequeños soplos de aire
procedentes de los cachetes). La elevación del pecho
indica que el aire está llegando a los pulmones. En
tal caso siga el procedimiento (véase los párrafos (c)
y (d) a continuación). Si no se levanta el pecho, hay
que tomar medidas correctivas. Primeramente,
sostenga la mandíbula hacia arriba con más fuerza y
sople más fuertemente, asegurándose de que el aire

39
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

no se escape de la boca o la nariz. Si todavía no se


levanta el pecho, cerciórese de que la boca esté
despejada y, si es necesario, coloque la baja de lado y
péguela varias veces con bastante fuerza entre los
hombros hasta despejar la entrada de aire. Luego
ínflele los pulmones.

(c) Quite la boca de la entrada de aire de la baja y


escuche la salida de aire de los pulmones. Si la
exhalación es ruidosa, eleve la mandíbula un poco
más.
(d) Después de cada expulsión de aire de los pulmones
de la baja, sople hondamente de nuevo por la entrada
de aire (la boca, la nariz, o ambas). Los primeros
cinco a diez soplos deben ser profundos (excepto en
casos de criaturas y niños pequeños) y rápidos para
efectuar la reoxigenación. Luego, sople de doce a
veinte veces por minuto hasta que la baja empiece a
respirar normalmente o hasta que se haya
desvanecido toda señal de vida. Cuando la baja
misma empiece a respirar, ajuste el ritmo de sus
soplos para no estorbar los esfuerzos de la misma.

40
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

1. La administración prolongada de la respiración


artificial puede resultar en que el estómago de la
baja se infle de aire. Como esto estorba la
inflación de los pulmones, aplique presión
manual leve sobre el vientre de la baja después
de cada inflación de los pulmones.
2. Si al principio de la administración de respiración
artificial su respiración ha sido muy profunda y
rápida, es posible que Ud. se sienta desfallecido o
con hormigueo, y si sigue respirando de la misma
manera, puede desmayarse. Después de los
primeros cinco a diez soplos profundos y rápidos,
debe ajustar su respiración a un ritmo de doce a
veinte veces por minuto, con inhalaciones bien
moderadas para poder seguir por largo rato Sin
experimentar los mencionados efectos temporales.
(si la respiración poco profunda requerida para
criaturas y niños pequeños le causa malestar,
respire hondamente de vez en cuando y luego
continúe administrando la respiración artificial.)
c. La respiración artificial por presión sobre el pecho y
elevación de los brazos.
(1) Despeje la entrada de aire (párrafo 7). Si la baja lleva
máscara, quítesela rápidamente y con los dedos despeje
la entrada de aire y la máscara, colocándosela de nuevo
inmediatamente. Repita este proceso según sea necesario
para mantener despejada la entrada de aire. Colóquele la
máscara a la baja si debe usarla y no la lleva puesta.
(2) Coloque la baja de espalda.
(3) Colóquele la cabeza según se describe en el párrafo b(3)
anterior.
(4) Colóquese Ud. en posición: párese cerca de la cabeza de
la baja mirando hacia sus pies; luego, coloque una rodilla
sobre el suelo, con el otro pie al otro lado de la cabeza y
contra el hombro de la baja para impedir el movimiento
del mismo (véase la figura 7). Tan pronto se canse,
invierta rápidamente la posición de los pies.
(5) Administre la respiraci6n artificial:
(a) Agarre las manos de la baja y colóquelas sobre las
costillas inferiores mientras que Ud. se mece hacia
adelante empujando hacia 4bajo con una presión
firme y constante (véase la figura 7b), hasta
encontrar resistencia firme. Dicha presión expulsa el
aire de los pulmones.
(b) Levántele los brazos verticalmente (véase la figura
7c); luego estírelos lo más hacia atrás posible (véase

41
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

la figura 7d). Al levantarle y estirarle los brazos


aumenta el tamaño del pecho, permitiendo así que
entre aire en los pulmones.

(c)En forma rápida, colóquele nuevamente las manos


sobre el pecho y repita el ciclo:
(1) Aplique presión; (2) levántele los brazos; (3) estírele
los brazos y (4) colóqueselos nuevamente sobre el
pecho. Con un ritmo uniforme, efectúe de diez a doce
ciclos por minuto. Los primeros tres pasos son por la
misma duración pero hay que hacer el cuarto paso
tan rápidamente como sea posible.

42
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

(d) Continúe administrando respiración artificial hasta


que la baja empiece a respirar normalmente o hasta
que se haya desvanecido toda señal de vida. Ajuste
el ritmo de sus soplos para no estorbar los esfuerzos
de la baja al empezar a respirar de nuevo.
(6) Al cansarse Ud., cambie con otra persona si hay una
disponible, pero sin alterar el ritmo de la respiración
artificial. Esto se hace moviéndose a un lado, siguiendo
con la respiración artificial, para que la otra persona tome
su posición desde el otro lado. Durante el paso de estirar
los brazos, la persona que lo va a reemplazar a usted
agarra las muñecas de la baja y continúa la respiración
artificial al mismo ritmo. Su reemplazo agarrará las
manos de la baja durante el paso de colocar nuevamente
los brazos sobre el pecho.

9. Administración de masajes al corazón por presión sobre el


pecho - de ser necesario ¡administre los masajes
inmediatamente
a. Generalidades. Si el corazón de una baja deja de latir, hay que
administrarle inmediatamente el masaje al corazón por presión
sobre el pecho, además de respiración artificial. ¡CADA
SEGUNDO CUENTA! Al dejar de latir el corazón, un poco
después se detiene también la respiración, a menos que esto
ocurra primero. ¡Manténgase sereno. ¡Piense y entonces
actúe: Cuando se para el corazón, no hay pulso, y la baja está
inconsciente, fláccido y tiene las pupilas completamente
dilatadas. Para determinar si hay pulso, coloque las puntas de
los dedos en el cuello de la baja al lado de la tráquea, como se
muestra en la figura 8. Si no palpa el pulso inmediatamente, no
pierda tiempo tratando de encontrarlo; inicie de inmediato los
masajes al corazón. Además, si el pulso es débil e irregular,
hay que administrarle masajes al corazón y respiración
artificial, ya que esta condición indica que la acción del corazón
es inadecuada y generalmente precede el paro del corazón.

43
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

b. Los principios generales de los masajes al corazón por


presión sobre el pecho.
(1) El masaje al corazón por presión sobre el pecho es la
compresión rítmica del corazón sin abrir el pecho por
medios quirúrgicos. Este proceso tiene por objeto
mantener una corriente de sangre al cerebro y los demás
órganos por medio de la circulación artificial, hasta que el
corazón empiece de nuevo a latir normalmente. El masaje
directo al corazón se diferencia de este método en que
aquél requiere que se abra la pared del pecho y se
manipule el corazón manualmente.
(2) El corazón se encuentra entre el, esternón y la espina
dorsal (véase la figura 9). La aplicación de presión sobre
el esternón empuja el corazón contra la espina dorsal,
expulsando así la sangre que luego pasa a las arterias. Al
eliminar la presión, el corazón se vuelve a llenar de
sangre.

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MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

c. El procedimiento para la administración de masajes al


corazón por presión sobre el pecho. Como la baja deja de
respirar antes o poco después que deja de latir el corazón, es
necesario administrar respiración artificial (párrafo 8)
simultáneamente con el masaje al corazón. Si hay otra per-
sona que pueda ayudar, Ud. puede administrar el masaje mien-
tras que la otra administra respiración artificial o viceversa
(véase la figura 10). Las dos deben coordinar sus movimientos
para evitar que uno trate de inflarle los pulmones mientras que
el otro está apretándole el pecho. Si Ud. se encuentra 5Q10,
hay que administrar las dos medidas en forma alterna, como se
describe en el párrafo (3) (c) a continuación.
(1) Prepare a la baja para la respiración artificial de boca a
boca o boca a nariz (véase el párrafo 8b). La baja debe
estar sobre UNA SUPERFICIE FIRME como una camilla,
el piso o la tierra. Una cama o sofá seria demasiado
flexible.

45
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

(2) Colóquese en posición de la siguiente manera:


(a) Arrodíllese en ángulo recto al pecho de la baja para
poder utilizar su peso al aplicar presión sobre el
esternón (figura 1,0).
(b) Coloque el talón de la mano sobre LA PARTE
INFERIOR del esternón. Extienda y levante los dedos
para poder aplicar presión en el esternón solamente y
no en las costillas. Coloque la otra mano sobre la
primera. (Si es un niño, no es necesario colocar una
mano sobre la otra. Si es una criatura, sólo se
requiere que coloque los dedos de una sola mano
sobre el esternón.)
(3) Administre el masaje al corazón de la siguiente manera:
(a) Con las manos en la posición descrita en el párrafo (2)
(b> anterior, y con los brazos estirados, inclínese
hacia adelante hasta que sus hombros estén
directamente perpendicular al esternón de la baja;
luego aplique presión directamente hacia abajo.
Aplique suficiente presión para hundir el esternón de
una y media a dos pulgadas (figura 11). La aplicación
de demasiada presión puede fracturar las costillas de
la baja, y por esto, no se debe mover el esternón más
de dos pulgadas. (Si la víctima es un niño, apriete el
esternón ligeramente con una sola mano. Si es una
criatura, apriete el esternón ligeramente con los
dedo)s.
(b) Alivie la presión inmediatamente levantando un poco
las manos (figura 12).
(c) Repita este ciclo de sesenta a ochenta veces por
minuto. Al cabo de unos cuantos minutos, verifique si
hay pulso colocando los dedos en el cuello de la baja
como se muestra en la figura 8, o mirando en este
punto del cuello para ver si hay algún movimiento. Si
el pulso s débil, irregular o si no hay pulso, eleve las
piernas de la víctima a una altura de seis pulgadas
arriba del nivel de la cabeza para facilitar el flujo de
sangre hacia el corazón. Continúe administrándole
respiraci6n artificial de boca a boca y masaje el
corazón hasta que pueda respirar sin asistencia,
hasta que alguien lo releve a usted, o hasta que Ud.
esté seguro de que ha desvanecido toda señal de
vida. Si se encuentra solo y está administrando los
dos procedimientos simultáneamente, haga cuatro o
cinco ciclos de masaje al corazón por cada ciclo de
respiración artificial1 Es posible que tenga que seguir
administrando estas medidas resucitadoras por largo

46
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

rato después de que Vd1 empiece a incomodarse y


fatigarse. Por esto, la decisión de descontinuar estas
medidas debe ser hecha por la persona mejor
calificada disponible y no según la incomodidad de la
persona que administre las medidas resucitadoras.

47
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

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MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

SECCIÓN II.

EL PASO SALVAVIDAS "B"; DETENGA LA HEMORRAGIA

10. Generalidades
Las heridas son las condiciones que más comúnmente requieren
primeros auxilios. La hemorragia no controlada ocasiona la
postración nerviosa y finalmente la muerte1 Por esto es preciso que
d. tome las medidas necesarias para detenerla. La aplicación de un
apósito con presión (véase el párrafo 11) es el mejor método de
controlar la hemorragia en una situación de urgencia. Además de
usar un apósito con presión, la elevación del miembro herido
(párrafo 11c (l)) y la aplicación de presión con los dedos (párrafo 11
c(2)) deben ser empleados cuando sea necesario. Otro método
para controlar la hemorragia es la aplicación de un torniquete. Sin
embargo, no se recomienda el uso del torniquete a menos que los
demás métodos no den resultado, ya que es posible que la baja
pierda el miembro herido al cual se aplica el torniquete.

11. La aplicación de un apósito con presión


La aplicación de un apósito con presión sobre una herida sangrante
facilita la coagulación, comprime los vasos abiertos y protege la
herida de la contaminación adicional. En casos de heridas
sangrantes es preciso hacer lo siguiente:
a. Determine si hay más de una herida. Por ejemplo, es posible
que una bala u otro proyectil haya entrado por un lado y salido
por otro, en cuyo caso la herida de salida suele ser la más
grande.
b. Corte la ropa y quítela de encima de la herida para evitar
contaminación adicional. No la rompa porque podría
ocasionarle más daño a la parte herida. No toque la herida y
manténgala tan limpia como sea posible. Si está sucia, déjela
así no trate de limpiarla de ninguna manera.
c. Cúbrala con un apósito de primeros auxilios y aplique presión
sobre la herida usando las tiras atadas al apósito (figura 13).
Si se requiere más presión para detener la hemorragia, utilice
otro apósito o coloque la mano sobre el apósito y apriételo bien
duro. Es posible que se requiera la aplicación de presión
manual por un período de cinco a diez minutos para que se
forme un coágulo capaz de detener la hemorragia con la ayuda
del apósito únicamente y sin presión manual.
(1) Por lo general, se puede detener la hemorragia elevando
el miembro herido arriba del nivel del corazón (figura 13c).
Sin embargo, no se utiliza la elevación en casos de
fracturas, ya que mover una fractura no entablillada causa

49
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

dolor, aumenta la postración nerviosa, y puede ocasionar


daño adicional a los nervios, músculos y vasos sanguíneos.
(2) Si la sangre brota de la herida en chorros (hemorragia
arterial), se puede aplicar presión con los dedos para
detener la hemorragia, mientras que se saca el apósito de
su envoltura y se coloca con presión. Esto se hace
aplicando presión con los dedos, pulgares o las manos en
uno de los puntos para la aplicación de presión para
detener la hemorragia. Éste se define como el punto
donde una arteria que lleva sangre a un área herida pasa
por encima de un hueso y está cerca de la superficie de la
piel. La aplicación de presión en dicho punto detiene o por
lo menos disminuye el flujo de sangre desde el corazón
hacia la herida (figura 14).

50
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

12. La utilización de un torniquete


a. Generalidades.
(1) Un torniquete es una faja o tira con que se envuelve
estrechamente un miembro herido para detener una
hemorragia severa (las figuras 15 y 16). Se utiliza el
torniquete Solamente en casos en que no da resultados la
aplicación de presión sobre la herida o en el punto de pre-
sión apropiado y la elevación del miembro herido (de ser
esto posible). Es posible que la presión no detenga la
hemorragia de una arteria principal del muslo, la parte
inferior de la pierna o la hemorragia de varias arterias
simultáneamente como resultado de una amputación
traumática. Si continua sangrando la herida y se empapa
de sangre el apósito de primeros auxilios aunque se haya

51
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

aplicado presión manual bien firme, será necesario aplicar


un torniquete. Una vez aplicado un torniquete, es preciso
que la baja sea examinada por un oficial de sanidad lo
más pronto posible.
(2) Si no se dispone de un torniquete especial, como los que
vienen en los estuches de primeros auxilios para
aeronaves (figura 15), es posible improvisar uno usando
un material suave, fuerte y flexible, como la gasa,
vendajes de muselina, artículos de ropa o pañuelos. Uno
de estos se usa en combinación con cualquier objeto duro
en forma de palo (figura 16). Para reducir al mínimo el
daño a la piel, asegúrese de que el torniquete tenga un
ancho mínimo de una pulgada después de apretarse.

52
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

b. La colocación del torniquete.


(1) Coloque el torniquete alrededor del miembro herido entre
la herida y el tronco (entre la herida y el corazón) (figuras
15 y 16). No lo coloque nunca directamente sobre la
herida o la fractura.
(a) Para la amputación completa o parcial del pie, la
pierna, la mano, o el brazo y para hemorragias de la
parte superior del brazo o muslo, coloque el
torniquete apenas arriba de dicha herida o
amputación.
(b) Para las hemorragias que no se deben a amputa-
ciones en la mano o el' antebrazo, coloque el
torniquete un poco más 'arriba del codo.
(c). Para las hemorragias que no se deben a amputa-
ciones en el pie o la parte inferior de la pierna,
coloque el torniquete un poco más arriba de la rodilla.
(2) Cuando quiera que sea posible, coloque el torniquete
sobre una manga o el pantalón (conteniendo el material
bien liso), para no pellizcar ni torcer la piel (figuras 15 y
16). Cualquier daño a la piel puede resultar en una ampu-

53
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

tación adicional por falta de piel para tapar el muñón. La


protección de la piel de la baja también evita el dolor
adicional.
c. Cómo apretar el torniquete. Apriete el torniquete como se
muestra en las figuras 15 y 16. Apriételo suficientemente para
detener el flujo de sangre. Si antes de colocar el torniquete
hay pulso en la muñeca o pie del miembro herido, la falta de
pulso al aplicar el torniquete es indicación de que está
suficientemente apretado. Para encontrar el pulso, coloque
dos dedos, no el pulgar, sobre el punto correspondiente en la
muñeca o el tobillo (figura 14). Si no es posible utilizar el pulso
como indicación de que el torniquete está suficientemente
apretado, uno tiene que usar como criterio la reducción del
flujo de sangre proveniente de la herida. En tal caso, es
necesario descubrir la herida por un instante para observar el
flujo de sangre. Después de apretar correctamente un
torniquete, la hemorragia arte-rial se detiene; sin embargo, la
hemorragia venosa continuará hasta que las venas queden
desprovistas de sangre desde el punto del torniquete hasta la
salida en la herida. No trate de apretar más el torniquete para
detener la salida de sangre venosa.
d. La curación de las heridas. Después de colocar y apretar el
torniquete (figuras 15 y 16), vende la herida como se muestra
en la figura 13 y como se explica en los párrafos 15 a 18. Todo
depende de los materiales de primeros auxilios que haya
disponibles.
e. La marcación de la baja. Si la condición de la baja o las
condiciones meteorológicas requieren que se cubra a la baja,
deje el torniquete expuesto y bien visible. De ser posible,
marque la letra T en la frente de la baja, indicando también la
hora en que se colocó el torniquete.
f. La revisión del torniquete y el vendaje. Una vez colocado
el torniquete, revíselo frecuentemente, al igual que las vendas,
para asegurarse de que no se haya suelto y que no haya
hemorragia adicional. De ser necesario, apriete más el
torniquete pero no lo suelte por ningún motivo. Sola-mente el
personal de sanidad competente tiene el adiestramiento
necesario para soltar correctamente un torniquete.

SECCIÓN III.

EL PASO SALVAVIDAS C: ADMINISTRE TRATAMIENTO PARA LA


POSTRACIÓN NERVIOSA (SHOCK)

13. GENERALIDADES

54
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

a. La postración nerviosa (párrafo 5 c) puede ser ocasionada por


cualquier clase de herida. Sin embargo, entre más grave es la
herida, mayor será la probabilidad de que sobrevenga la
postración nerviosa. Los primeros indicios son un estado de
inquietud, sed, palidez, y pulso acelerado. Una baja que sufra
de postración nerviosa puede estar nerviosa o' puede estar
calmada pero sumamente cansada. Puede estar sudando
aunque tenga la piel fría y húmeda. Al empeorar esta
condición, la baja respira corta y rápidamente o hasta jadea,
aunque no haya obstrucción en las vías respiratorias. También
puede tener una mirada' vacía. La piel se torna manchada o
azulosa, en especial alrededor de la boca.
b. El objetivo suyo es tomar las medidas necesarias para prevenir
o disminuir la postración nerviosa. Todas las medidas descritas
en el párrafo 14 ayudan a lograr este fin.

14. MEDIDAS PARA CONTROLAR LA POSTRACIÓN NERVIOSA


a. Mantenga a un nivel adecuado la respiración y la acción
del corazón. Para lograr este propósito quizá lo único que se
tenga que hacer es despejar la entrada de aire (párrafo 7),
colocar a la baja en una posición que permita la salida de todo
liquido que pueda impedir la respiración (párrafo f a
continuación) y vigilarla para evitar que se cierre la entrada de
aire. Posiblemente será necesario administrarle respiración
artificial y masaje al corazón por presión sobre el pecho
(párrafos 8 y 9)
b. Detenga la hemorragia. Controle la hemorragia aplicando
un apósito de presión, elevando el miembro herido y aplicando
presión sobre el punto apropiado (párrafo 11 c (2)). Aplique un
torniquete si es necesario.
c. Afloje la ropa apretada. Afloje la ropa alrededor del cuello y
la cintura y en los demás lugares donde aprieta. Desate los
cordones de los zapatos pero sin quitárselos a la baja.
d. Anime a la baja. Hágase cargo de la situación. Por la
confianza que usted tiene en si mismo y sus acciones firmes y
seguras, demuéstrele a la baja que usted sabe lo que está
haciendo y que espera que se sienta mejor. Sea solicito con la
baja pero no converse con ella sino para hacerle advertencias,
darle instrucciones o hacerle las preguntas que sean
necesarias. Si la baja pregunta acerca de la gravedad de su
herida, explíquele que un oficial de sanidad tendrá que
examinarla para determinar esto. Recuerde que cualquier
información errónea o inoportuna puede aumentar su
ansiedad.
e. Entablille toda fractura. Si la baja tiene una fractura,
entablíllela como se describe en el Capitulo 3.

55
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

f. Coloque a la baja en una posición cómoda. La posición


correcta depende de la clase de herida que tenga, y si está
consciente o no. A menos que la baja tenga una herida que
requiera una posición especial (refiérase al Capitulo 3),
colóquela cuidadosamente sobre una frazada u otro articulo
protector (el párrafo “g” a continuación), en una de las
siguientes posiciones:
(1) Si la baja está consciente, colóquela de espalda sobre una
superficie plana con los miembros inferiores elevados de
seis a ocho pulgadas para aumentar el flujo de sangre
hacia el corazón (figura 17á). Esto puede hacerse
colocándole los pies sobre la mochila u otro objeto
adecuado. Recuerde, sin embargo, que no se debe mover
a una baja que tenga una fractura hasta tanto no se le
entablille en forma' debida.
(2) Si la baja está inconsciente, colóquela de lado o boca
abajo con la cabeza hacia un lado para evitar que se
ahogue con vómito, sangre u otro liquido (figura 17b).
g. Manténgala cómodamente abrigada. No caliente dema-
siado a la baja De ser posible, colóquele debajo una frazada,
un poncho, la mitad de tienda individual u otro articulo
apropiado (párrafo f arriba). Quizás sea o no necesario cubrirla
con una frazada; esto depende del estado del tiempo. Si lo
permite el tiempo, quítele toda la ropa mojada menos los
zapatos, antes de cubrirla.
h. Alivie el dolor. La curación y vendaje correctos de una herida,
el entablillamiento de una fractura y la colocación de la baja en
una posición cómoda, con los mejores primeros auxilios para
aliviar el dolor,

56
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

SECCIÓN IV.

EL PASO SALVAVIDAS D: APLIQUE APÓSITOS Y VENDAJES

15. GENERALIDADES
Todas las heridas (menos las que ocurren en circunstancias
especiales, como en una sala de operaciones) están contaminadas
debido a la presencia de microbios en la piel, la ropa y el aire.
Además, todo proyectil o instrumento que causa heridas introduce
microbios. La infección resulta de la multiplicación y extensión de
los microbios que invadieron la herida o ruptura en la piel. El hecho
de que la herida ya esté contaminada no disminuye la importancia
de protegerla contra la contaminación adicional. Entre menos
microbios invaden la herida, tanto menos será la posibilidad de
infecci6n y mayor será la probabilidad de recuperación. Por con-
siguiente, es preciso que Ud. aplique apósitos y vendajes en la
herida cuanto antes, tanto para evitar la contaminación adicional
como para detener la hemorragia.

16. LOS TIPOS DE APÓSITOS


Los apósitos son almohadillas o compresas estériles para cubrir las
heridas. Por lo general, están hechos de gasa o algodón envuelto

57
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

en gasa. En campaña, el apósito de uso común es el de primeros


auxilios con vendas (figura 13). Otros apósitos disponibles en
ciertas condiciones son compresas de gasa de diversos tamaños y
pequeñas compresas sobre una tirilla de cinta adhesiva (figura 18).
Para la disponibilidad de dichas compresas, refiérase al Apéndice B.

17. LA APLICACIÓN DE LOS APÓSITOS


a. Corte la ropa y quítela de encima de la herida para evitar la
contaminación adicional.
b. Saque el apósito de su envoltura y colóquelo directamente
sobre la herida sin dejarlo tocar otra cosa (figuras 13, 18 y 19).
Para la aplicación de apósitos en heridas especiales, refiérase
al Capitulo 3.

18. LOS TIPOS DE VENDAJE


Se utilizan los vendajes para sostener apósitos en su lugar sobre las
heridas, para sellar los bordes de los apósitos contra los
microbios y la suciedad, y para producir presión sobre la herida
a fin de detener la hemorragia. también se usan para brindarle
apoyo a una parte herida y para sujetar tablillas en las
fracturas (párrafos 30 y 31). un vendaje debe aplicarse de
manera firme, con los extremos bien asegurados para evitar
que se suelten tanto el apósito como el vendaje. el vendaje no
debe apretarse al extremo de detener la circulación de la
sangre. si es necesario hacer un nudo para sostener bien el
vendaje, emplee un nudo llano (figura 15), por su gran
seguridad. los vendajes disponibles en campaña generalmente
son de gasa o muselina. los tres tipos generales son los de
cabos, los triangulares y en forma de corbata, y los vendajes
arrollados.

58
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

a. Vendaje de cabos. Los vendajes de cabos múltiples pueden


venir atados a los apósitos como el apósito de primeros
auxilios (figura 19a), o pueden hacerse cortando una tira de
gasa de cuatro pulgadas de ancho y treinta y seis pulgadas de
largo, empezando el corte en cada extremo y dejando sin
cortar un espacio en el medio, que es el que se coloca sobre el
apósito que cubre la herida (figura 20).

b. Vendajes triangulares y en forma de corbata.


(1) Estos se hacen del pedazo triangular de muselina (37" x
37" x 52") que se encuentra en el estuche de primeros
auxilios de uso general y en la Unidad de Tratamiento
Médico de Emergencia - Primera Fase (Apéndice B). Si se

59
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

aplica sin doblarlo, se llama vendaje triangular (figura


21a). Si se dobla para formar una tira larga, se llama
vendaje en forma de corbata (figura 21b). Siempre se
incluyen dos alfileres con cada vendaje.

(2) Dichos vendajes son muy útiles en casos de emergencia


por su facilidad de aplicación. Es posible también
improvisar un vendaje de este tipo utilizando un pedazo
de camisa, una sábana, un pañuelo o cualquier otra clase
de material suave de tamaño apropiado. Para hacer un
vendaje triangular, corte un pedazo cuadrado de paño que
sea un poco mayor de 3 x 3 pies, y dóblelo diagonalmente.
Si se requieren dos vendajes, se corta el paño por el
doblez.
c. Los vendajes arrollados.
(1) Generalidades. Los vendajes arrollados son rollos de
gasa (figura 22). Se aplica la gasa en la parte herida en
forma espiral, en forma de ocho, en una combinación de
las dos, dependiendo de la parte del cuerpo que se tenga
que vendar.

60
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

(2) Reglas generales para la aplicación de vendajes arrollados.


(a) Aplique el vendaje arrollado uniforme y firmemente
pero no muy apretado, La presión desigual o
excesiva puede afectar la circulación de la sangre. no
lo aplique muy suelto, ya que se puede correr al
apósito.
(b) Coloque el vendaje en la posición en que se desea
que permanezca la extremidad herida, ya que la
flexión del miembro después de vendarlo causa
cambios de presión en el vendaje
(c) Al vendar una extremidad (excepto los dedos de la
mano y el pie), hay que cubrirla totalmente para
mantener uniforme la presión, deben dejarse
expuestos los dedos para poder comprobar la
circulación
(d) Dele un gran número de vueltas no muy apretadas en
vez de unas cuantas muy apretadas, en especial si se
trata de un vendaje húmedo. Un vendaje húmedo
aprieta más al secarse; por lo tanto, se debe tomar en
cuenta el factor del encogimiento.
(e) Traslape cada vuelta de vendaje para evitar que se
"pellizque'1 la piel.
(f) Cuando se vendan juntas dos partes, separe las dos
superficies de piel con un material absorbente para
evitar que se rocen y se irriten.
(g) El primer paso del vendaje es fijarlo bien:
1. Con el vendaje en la mano derecha, de manera
que el extremo suelto cuelgue hacia abajo,
coloque la punta de dicho extremo en "la parte
que va a vendarse con la punta extendida hacia
arriba (figura 23a).
2. Con la mano izquierda, pase el rollo por debajo

61
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

de la parte y entonces por encima, pasando el


rollo a la mano derecha.

3. Doble la punta extendida sobre la primera vuelta


(figura 23b), y dele una vuelta más encima de la
primera., dejando el vendaje debidamente fijado
(figura 23c).
(h) Coloque el vendaje en la forma correcta (refiérase a
las figuras 25 a 58). Los apósitos (párrafo 16) y el
material absorbente necesario (párrafo f arriba), han
sido suprimidos de las figuras para mostrar más
claramente cada método.
(i) Asegure el vendaje firmemente después de darle
varias vueltas superyacentes adicionales, y sujete el
extremo suelto a las vueltas con alfiler o atándolo en
una de, las siguientes formas:
1. Doble el extremo del vendaje sobre si mismo y
páselo alrededor de la parte herida, formando así
dos extremos sueltos; luego ate los extremos
(figura 24a) con un nudo llano (figura 15).
2. Rasgue longitudinalmente el extremo a una
distancia adecuada. Haga un nudo sencillo
donde termina la rasgadura; luego ate los dos
extremos sueltos (figura 24b), con un nudo llano
(figura 15).
19. EL VENDAJE DE DIVERSAS PARTES DEL CUERPO
a. La cabeza.
(1) La aplicación de vendajes fijados a apósitos de primeros
auxilios de campaña (figura 25a)
(a) Cruce los vendajes números 1 y 2 debajo de la barbilla
y luego átelos en la parte superior de la cabeza
(figura 25b).

62
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

(b) Pase el vendaje número 4 por debajo de la barbilla y


luego hacia arriba hasta encontrarse con el vendaje
número 3 en un punto arriba del oído, y átelo a los
demás vendajes (figura 25c).
(c) Pase los vendajes 3 y 4 alrededor de la cabeza en direcciones
opuestas y átelos con un nudo llano con los

63
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

(2) La aplicación de un vendaje triangular en la cabeza (figura


21).
(a) Doble la base del triángulo hacia arriba y colóquelo
con el centro de la base en el centro de la frente,
dejando caer el ápice en dirección de la nuca; luego
pase los extremos sueltos detrás de la cabeza (figura
26 a).
(b) Cruce los dos extremos sobre el ápice; luego páselos
por los lados de la cabeza y átelos en la frente con un
nudo llano (figura 26 b).

64
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

(c) Coloque el ápice suelto dentro del cruce de los


extremos sueltos detrás de la cabeza y, de ser
posible, sujételo con un alfiler (figura 26c).
(3) El vendaje de corbata (figura 21) aplicado en la
cabeza.
(a) Coloque la parte central del vendaje sobre el apósito
(figura 27a).
(b) Cruce los extremos del vendaje pasándolos en
direcciones opuestas al otro lado de la cabeza; luego
átelos allí con un nudo llano (figuras 27b y c).
(4) La aplicación del vendaje arrollado en la cabeza
(figura 22).
(a) Fije el vendaje dándole varias vueltas alrededor de la
cabeza (figura 23), terminando en la parte posterior
de ésta. En este punto doble el vendaje hacia arriba
y haga que el ayudante o la misma baja sujete el
doblez en su lugar con los dedos (figura 28a).

65
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

(b) Pase el vendaje por encima de la cabeza hasta el


centro de la frente. Dóblelo hacia arriba en este
punto y sosténgalo con la mano libre (figura 28b).
(c) Pase el vendaje hacia atrás de nuevo al punto
sostenido por el ayudante. Continúe este proceso de
pasar y repasar el vendaje hasta quedar cubierta
completamente la parte superior de la cabeza,
siempre alternando las vueltas hacia la izquierda y
luego hacia la derecha de la línea central, traslapando
cada vuelta (figura 28c).
(d) Dele varias vueltas adicionales alrededor de la
cabeza, cubriendo los bordes de las otras vueltas;
luego sujete el extremo suelto del vendaje con un
alfiler o un nudo llano (figuras 24 y 28d).
(5) La aplicación sin asistencia de vendaje arrollado en
la cabeza.

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MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

(a) Ate dos vendajes juntos con un nudo llano. Coloque el


nudo en el centro de la frente, pasando dos rollos
arriba de los oídos hacia la parte posterior de la
cabeza (figura 29a).
(b) Cruce los vendajes en este punto, pasando el rollo
número 1 sobre la parte superior de la cabeza (figura
29b).
(c) Extienda el mismo rollo hasta que quede debajo de la
frente y pase el rollo número 2 alrededor de la cabeza
y la frente sobre el rollo número 1 (figura 29c).
(d) Pase el rollo número 1 hacia atrás por encima de la
cabeza (figura 29d).

(b) Pase el vendaje por encima de la cabeza hasta el


centro de la frente. Dóblelo hacia arriba en este
punto y sosténgalo con la mano libre (figura 28b).
(c) Pase el vendaje hacia atrás de nuevo al punto
sostenido por el ayudante. Continúe este proceso de
pasar y repasar el vendaje hasta quedar cubierta
completamente la parte superior de la cabeza,
siempre alternando las vueltas hacia la izquierda y
luego hacia la derecha de la línea central, traslapando
cada vuelta (figura 28c).
(d) Dele varias vueltas adicionales alrededor de la
cabeza, cubriendo los bordes de las otras vueltas;
luego sujete el extremo suelto del vendaje con un
alfiler o un nudo llano (figuras 24 y 28d).
(5) La aplicación sin asistencia de vendaje arrollado en
la cabeza.

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MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

(a) Ate dos vendajes juntos con un nudo llano. Coloque el


nudo en el centro de la frente, pasando dos rollos
arriba de los oídos hacia la parte posterior de la
cabeza (figura 29a).
(b) Cruce los vendajes en este punto, pasando el rollo
número 1 sobre la parte superior de la cabeza (figura
29b).
(c) Extienda el mismo rollo hasta que quede debajo de la
frente y pase el rollo número 2 alrededor de la cabeza
y la frente sobre el rollo número 1 (figura 29c).
(e) Pase el rollo número 1 hacia atrás por encima de la
cabeza (figura 29d).
(e) Pase el rollo número 2 hacia la parte posterior de la
cabeza por encima del número 1 (figura 29e).
(f) Pase de nuevo el rollo numero 1 por encima de la
cabeza y repita este proceso hasta que quede
cubierta completamente la parte superior de la
misma, siempre alternando las vueltas hacia la
izquierda luego hacia la derecha de la línea central,
de modo que cada capa traslape la mitad exterior de
la capa anterior.
(g) Dele varias para cubrir anteriores con un nudo vueltas
alrededor de la cabeza todos los bordes de las vueltas
Luego ate los extremos sueltos llano (figura 29f y £).
b. Los ojos y los oídos.
Observación. Para las heridas leves, será suficiente vendar
un solo ojo. Para heridas serias o en casos de duda, es preciso
vendar ambos ojos. Si un ojo queda sin vendar, la baja lo
usará y como los movimientos de los ojos son sincronizados, el
uso del ojo sano hará moverse el ojo herido, lo cual puede
resultar en daño adicional. Además, es posible que sea
necesario tapar un ojo para vendar una herida en el área cerca
del ojo, aunque ésta en realidad no afecte el ojo tapado.
(1) La aplicación del vendaje de corbata (figura 21) en
el ojo o en el área del oído (figura 30).
(a) Coloque el centro del vendaje encima del ojo u oído
(figura 30a).

68
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

(b) Cruce los extremos sueltos, pasándolos alrededor de


la cabeza en direcciones opuestas, y átelos con un
nudo llano (figuras 30b y c).
(2) La aplicación del vendaje de corbata en ambos 0108
(figura 31).
(a) Coloque el vendaje en forma de corbata sobre los
ojos, ya tapados con apósitos., o ajustándolo para que
un extremo sea más largo que el otro (figuras 31 a y
b).
(b)Pase el vendaje alrededor de la cabeza dos veces y ate
los extremos sueltos (a un lado de la cabeza) con un
nudo llano (figura 31c).

(3) La aplicación en los ojos de vendajes atados a


apósitos de primeros auxilios de campaña (figura
32).
(a) Pase los vendajes 1 y 2 (figura 32) hacia la parte
posterior de la cabeza y crúcelos en ese punto.
Luego páselos de nuevo alrededor de la cabeza y

69
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

átelos con un nudo llano (figura 32b).


(b) Cruce los vendajes 3 y 4 encima de la cabeza y pase
el más largo por debajo de la barbilla. Luego sujételos
con los demás vendajes y átelos con un nudo llano
(figura 32c).

(4) La aplicación del vendaje arrollado (figura 22) en


los ojos.
(a) Fije el vendaje dándole varias vueltas alrededor de la
cabeza (las figuras 23 y 33a), terminando detrás de la
misma.
(b) Pase el vendaje oblicuamente hacia arriba por debajo
del oído y sobre un ojo hasta el caballete de la nariz,
uniéndolo con las primeras vueltas alrededor de la
cabeza (figura 33b>.
(c) Pase el vendaje alrededor de la cabeza, entonces
oblicuamente hacia abajo sobre el otro ojo (figura
33c), por debajo del oído y hacia arriba de nuevo,
pasándolo hacia la parte posterior de la cabeza y
uniéndolo con las primeras vueltas alrededor de la
cabeza. Luego páselo alrededor de la cabeza para
fijarlo.
(d) Páselo a la parte posterior de la cabeza, repitiendo el proceso con
vueltas que traslapen un poco las anteriores hasta que queden tapa-
dos los ojos (figura 33d).

(e) Fije el vendaje haciendo varias vueltas alrededor de la


cabeza y sujetándolo con un nudo llano o con un
alfiler (figuras 24 y 33e).

70
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

c. La mandíbula
Observación. Antes de vendar la mandíbula, saque de la
boca la dentadura postiza (completa o parcial> y colóquela en
el bolsillo de la baja. Al aplicar el vendaje, deje suficiente
espacio para permitir la entrada de aire y la salida de materia
de la boca. Para asegurarse de que no se le cierre
completamente la boca, coloque un pequeño rollo de material
con un espesor de 1/8?? entre los dientes 'Q entre los dientes y
la encía. Deje colgar una tira de dicho rollo fuera de la boca y
átela al vendaje para evitar la posibilidad de que caiga dentro
de la boca y obstruya el paso del aire.
(1) La aplicación de vendajes atados a apósitos de
primeros auxilios (de campaña (figura 19a). Coloque
el apósito sobre la herida y luego aplique los vendajes
usando la técnica que se muestra en la figura 25.
(2) La aplicación del vendaje de cabos (figura 20) en la
mandíbula.
(a) Coloque el centro del vendaje sobre la barbilla; luego
pase los dos cabos superiores por los lados de la
mandíbula y átelos con un nudo llano en la nuca
(figura 34a).
(b) Doble la parte inferior debajo de la barbilla; luego
pase los cabos inferiores hacia arriba delante de los
oídos y átelos encima de la cabeza (figura 34b)

71
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

(3) La aplicación del vendaje de corbata (figura 21) en


la mandíbula.
(a) Coloque el vendaje debajo de la barbilla y pase los
extremos sueltos hacia arriba, ajustándolos para que
uno sea más largo que el otro (figura 35a)
(b) Pase el extremo largo por encima de la cabeza y
crúcelo con el más corto en la sien (figura 35b).
(c) Pase los extremos en direcciones opuestas al otro
lado de la cabeza y átelos allí con un nudo llano
encima de la primera vuelta (figura 35 c).

(4) La aplicación del vendaje arrollado (figura 22) en la


mandíbula.
(a) Fije el vendaje en la sien (figura 23) y dele varias

72
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

vueltas por encima y alrededor de la cabeza y por


debajo de la barbilla; luego dóblelo sobre el dedo de
la otra mano y páselo horizontalmente varias veces
alrededor de la cabeza para fijar las vueltas verticales
(figura 36a>.
(b) Corte el vendaje y sujete el extremo suelto con un
alfiler (figura 36b).
(c) Para que no se suelten las vueltas verticales,
sujételas con una tira de vendaje fijada con alfileres a
ambos lados de la mandíbula (figura 36c).
d. El hombro.
(1) La aplicación en el hombro de vendajes atados a
apósitos de rimeros auxilios (de campaña) (figura
37)
(a) Coloque el apósito encima de la herida en el hombro,
pase un vendaje por el pecho y otro por la espalda y
crúcelos debajo del brazo sano.
(b) Átelos allí con un nudo llano.
(2) La aplicación en el hombro de vendajes triangulares
y de corbata (figura 21).
(a) Coloque la parte central del vendaje en forma de
corbata sobre la base de la nuca del lado herido; pase
un extremo por la espalda por debajo del brazo y el
otro por el pecho; átelos con un nudo llano (figura
38a). De ser necesario, use el cinturón de la baja
como substituto.
(b) Coloque el ápice del vendaje triangular debajo del
vendaje en forma de corbata en la base de la nuca,
dejando caer el resto del triángulo sobre el hombro
herido (figura 38b>.
(£) Haga un doblez en la base del triángulo y cruce los
extremos sueltos debajo de la parte superior del
brazo; luego páselos alrededor del brazo en
direcciones opuestas y átelos con un nudo llano
(figura 38 c).
(d) Fije el ápice en el cuello, pasándolo primero por
encima y luego metiéndolo debajo del vendaje en
forma de corbata. De ser necesario sujételo con un
alfiler.
(3) La aplicación del véndale de corbata (figura 21) en
el hombro o la axila.
(a) Haga un vendaje de corbata bien largo colocando el
borde de un vendaje triangular encima del centro de
otro, doblándolos luego para formar un solo vendaje.
Sostenga la parte más gruesa del vendaje con
alfileres.

73
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

(b) Coloque la parte central del vendaje bajo la axila de


tal manera que el extremo delantero sea más largo
que el de atrás, con los alfileres hacia afuera (figura
39a).
(c) Crúcelos encima del hombro (figura 39b).
(d) Pase un extremo por la espalda y bajo el brazo
opuesto, y pase el otro por el pecho. Luego átelos con
un nudo llano (figura 39c).

74
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

e. El pecho o la espalda.
(1) La aplicación de vendajes triangulares y en forma
de corbata en el pecho o la espalda.
(a) Ate el ápice del vendaje triangular al vendaje de
corbata y colóquelos con el nudo en la parte del
frente del hombro del lado herido (figura 40a).
(b) Ate los extremos sueltos de la base con un nudo llano
en el lado sano, ajustándolos para que uno quede
más largo que el otro (figura 40b).
(c) Pase el vendaje de corbata por encima del hombro y
átelo al extremo más largo del vendaje triangular
(figura 40c).

75
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

(2) La aplicación del vendaje arrollado (figura 22) en el pecho


o la espalda (figura 41).
(a) Sujete el vendaje (figura 23) y haga varias vueltas
traslapadas alrededor del cuerpo.
(b) Sujete el vendaje atándolo con cinturones o con tiras
de vendaje arrollado.

76
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

f. La región glútea. Aplique los vendajes triangulares y de


corbata como se muestra en la figura 42, empleando las
mismas técnicas de sujeción que se describen en el párrafo d
(2) arriba.
g. El codo.
(1) La aplicación del vendaje de corbata (figura 21) en
el codo.
(a) Doble el brazo y coloque la parte central del vendaje
en la punta del codo (figura 43a).
(b) Lleve los extremos hacia arriba y crúcelos,
extendiendo uno hacia abajo y otro hacia arriba
(figura 43b).
(c) Lleve las puntas al frente del codo y átelas con un
nudo llano (figura 43 c)

77
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

(2) La aplieación del vendaje arrollado (figura 44) en la


cara anterior del codo.
(a) Sujete el vendaje (figura 23> arriba del codo (figura
44).
(b) Con el brazo ligeramente doblado, lleve el vendaje
hacia abajo y alrededor del antebrazo; luego páselo
hacia arriba y alrededor de la parte superior del
brazo, describiendo un “ocho".
(£) Repita este proceso varias veces con vueltas
ligeramente traslapadas
(d) Sujete el vendaje aplicando vueltas circulares arriba
del codo y luego atándolo con un nudo llano (figura

78
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

44).

h. El antebrazo.
(1) La aplicación del vendaje
arrollado (figura 22) en el antebrazo usando el
mét6do espiral.
(a) Sujete el vendaje en la palma de la mano (figuras 23
y 45a).
(b) Aplique vueltas subsiguientes en forma espiral en
dirección al antebrazo, traslapando cada vuelta
(figura 45b).
(c) Sujete el vendaje un poco más abajo del codo
aplicando varias vueltas circulares y luego atándolo
con un nudo llano (figuras 24 y 45£).
(2) La aplicaci6n del vendaje arrollado en la mano y el
antebrazo usando el método de forma en ocho.
(a) Fije el vendaje en la palma de la mano (figura 23).
(b) Aplique vueltas en forma de ocho hacia arriba y luego
aplique una vuelta circular en la muñeca; luego
extienda el vendaje hacia arriba con una vuelta en
forma espiral bien abierta y haga una vuelta circular
un poco más abajo del codo (figura 46a y b).
(c) Llévese entonces en forma espiral hacia abajo
alrededor del antebrazo, con una vuelta circular en la
muñeca, formando así una equis grande en el
antebrazo.

79
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

(d) Usando la técnica de forma en ocho para el vendaje


hacia arriba alrededor del brazo (figura 46 d).
(e) Sujete el vendaje abajo del codo aplicando varias
vueltas circulares, y luego átelo con un nudo llano
(figuras 24 y 46 e).

i. La mano.
(1) La aplicación del vendaje triangular (figura 21) en la
mano.
(a) Coloque la mano herida con la palma hacia abajo en
el medio del vendaje triangular con la muñeca sobre
la base del triangulo (figura 47a). Separé los dedos
de la mano con algodón absorbente para evitar el
roce y irritación de la piel.

80
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

81
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

(b) Cubra los dedos con el ápice del triangulo y recoja el


material sobrante del vendaje en pequeños pliegues a
cada lado de la mano (figura 47b>.
(c) Cruce los extremos del vendaje sobre la meno, luego
páselos alrededor de la muñeca, y átelos con un nudo
llano, tal como se muestra en las figuras 47c d y e).
(2) La aplicaci6n del vendaje en forma de corbata en la
mano.
(a) Coloque el centro del vendaje sobre la palma de la
mano, dejando que las puntas cuelguen a los lados
(figura 48a).
(b) Pase el extremo que da hacia el dedo pulgar por el
dorso de la mano, sobre la palma y a través de la
hendidura entre el pulgar y la palma de la mano
(figura 48b)
(c) Pase el otro extremo por el dorso de la mano, hacia la
base del dedo pulgar y oblicuamente a través de la
palma de la mano hacia la base del dedo meñique
(figura 48c).
(d) Pase los extremos al dorso de la mano y crúcelos allí;
luego páselos a la palma y crúcelos de nuevo (figuras
48d y e).
(e) Ate las puntas en la muñeca con un nudo llano (figura
48f).

82
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

(3) La aplicact6n del vendaje arrollado (figura 22) en la


mano.
(a) Primero, fije el vendaje (figura 23); luego páselo cerca
de las puntas de los dedos y luego hacia arriba
usando la técnica de forma en ocho (figura 49a).
(b) Siga extendiéndolo en forma en ocho sobre la base de
los dedos y hacia arriba hasta la base de la muñeca,
dejando libre el pulgar (figura 49b).
(c) Sujete el vendaje en la muñeca haciendo varias
vueltas circulares y luego átelo con un nudo llano
(figuras 24 y 49c).

(4) La aplicación del vendaje arrollado en el dorso de la


mano.
(a) Primero, fije el vendaje en la muñeca (figura 23').
(b) Páselo al dorso de la mano, alrededor de la base del
quinto dedo, de nuevo por el dorso de la mano y
alrededor de la muñeca (figura 50a).
(c) Repita este procedimiento con cada dedo y el pulgar
(Figura 50b).
(d) Sujete el vendaje en la muñeca haciendo varias
vueltas circulares y luego átelo con un nudo llano
(figuras 24 y 50c).

83
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

(5) La aplicación del venda]e arrollado en la mano.


Observaci6n. Recuerde siempre de colocar gasa entre
los dedos (Párrafo 18c (2) (f)).
(a) Fije el vendaje en la muñeca (figura 23).
(b) Doble el vendaje hacia atrás; llévelo sobre el dorso
de la mano hasta el dedo, luego continúese sobre el
frente del dedo y de la palma hasta la muñeca (figura
51a).
(c) Sujetando los dobleces en la muñeca, repita el
procedimiento hasta que todos los dedos queden
cubiertos (figura 51b y c).
(d) Dele una vuelta al vendaje alrededor de la muñeca
para sujetar los dobleces; luego pase el vendaje
oblicuamente sobre el dorso de la mano hasta las
puntas de los dedos, y haga una vuelta circular
(figura 51d y e).
(e) Aplique el vendaje en la mano con movimiento hacia
arriba en forma de ocho (figura 51f).
(f) Sujete el vendaje en la muñeca haciendo varias
vueltas circulares, y átelo con un nudo llano (figuras

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MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

24 y 51g).

j. Los dedos.
(1) La aplicación del vendaje arrollado (figura 22) en el
dedo.
(a) Fije el vendaje en la muñeca (figura 23).
(b) Lleve el vendaje sobre el dorso de la mano y de una
vuelta completa en la base del dedo herido; luego
dele una vuelta en espiral hasta la punta del dedo y
haga otra vuelta completa (figura 52a).
(c) Pase el vendaje de nuevo a la base del dedo y luego ti
la punta con vueltas espirales bien abiertas (figura
52b).

85
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

(d) Aplique el vendaje hacia arriba en el dedo con vueltas


espirales cerradas y luego haga una vuelta circular en
la base. Extienda el vendaje hacia arriba por el dorso
de la mano y sujételo en la muñeca mediante varias
vueltas circulares, y luego átelo con un nudo llano
(figuras 24 y 52c).

(2) La aplicación del vendaje arrollado en todos los


dedos y en el dorso de la mano.
(a) Fije el vendaje en la muñeca (figura 23).
(b) Páselo hacia abajo sobre el dorso de la mano y entre
los cuarto y quinto dedos; luego haga dos vueltas
espirales en el quinto dedo, una hacia arriba y la otra
hacia abajo (figuras 53a y b).
(c) Extienda el vendaje hacia arriba sobre el dorso de la
mano, haga una vuelta alrededor de la muñeca y
repita el mismo procedimiento en cada dedo (figura
53c).
(d) Sujete el vendaje en la muñeca con varias vueltas
circulares y luego átelo con un nudo llano (figura 24 y
53c)

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MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

k. La rodilla. Aplique el vendaje en forma de corbata en la


rodilla como se muestra en la figura 54, empleando la técnica
descrita en el párrafo g (1) anterior.

l. La pierna.
(1) La aplicaci6n del vendaje en forma de corbata
(figura 21) en la pierna.
(a) Coloque el centro del vendaje en forma de corbata
sobre el ap6sito (figura 55a).
(b) Comience dando vueltas ascendentes con la punta
superior y vueltas descendentes con la otra punta (en
espiral), de modo que las vueltas queden traslapadas
(figura 55b).

87
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

(c) Ate los extremos sueltos con un nudo llano (figura


55c).

(2) La aplicaci6n del vendaje arrollado en un rnufl6n.


Observación. Este método puede aplicarse en cualquier
extremidad del cuerpo.
(a) Fije el vendaje (figura 23) abajo de la rodilla.
(b) Sujete el ap6sito con una vuelta floja en espiral hacia
arriba y hacia abajo del muñón, asegurándola luego
con una vuelta circular abajo de la rodilla (figura 56a).
(c) Doble el vendaje en ángulo recto y llévelo hacia abajo
sobre la mitad exterior del muñón, luego debajo del
muñón y hacia arriba por el dorso de la pierna hasta
la rodilla (figura 56b).
(d) Sujetando el vendaje en su lugar abajo de la rodilla,
haga más dobleces como los descritos arriba de
manera que se cubra la parte interna y del centro del
muñón (figura 56c). Es buena idea hacer varios
dobleces adicionales sobre el mtifi6n de la manera
arriba descrita.
(e) Sujete los extremos de los dobleces aplicando varias
vueltas circulares abajo de la rodilla (figura 56d).
(f) Extienda el vendaje en espiral hasta el extremo del
mufl6n; luego haga una vuelta circular cerca de dicho
extremo (figura .56e)1
(g) Complete el vendaje mediante la técnica de figura en
ocho, desde la punta del muñón hasta abajo de la
rodilla (figura 56f).
(h) Sujete el vendaje abajo de la rodilla mediante varias
vueltas circulares, atándolo luego con un nudo llano

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MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

(figuras 24 y 56f).

m. El pie.
(1) La aplicación del vendaje triangular (figura 21) en el
pie.
(a) Coloqu1e el pie herido en el centro del vendaje
triangular con el talón bien adelante de la base
'(figura 57a).
(b) Doble el ápice del triángulo sobre el pie, luego rec6ja
el sobrante del vendaje en pequeños pliegues a cada
lado del pie (figura 57b).
(c) Cruce las puntas del vendaje hacia el lado opuesto
del tobillo, luego llévelas alrededor del mismo, y
átelas con un nudo llano en la parte delantera (figura
57c a e).

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MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

(2) La aplicación del vendaje arrollado (figura 22) en el


pie.
(a) Fije el vendaje (figura 23) alrededor del pie cerca de
la base de los dedos.
(b) Páselo sobre el empeine del pie y alrededor del talón,
tal como se muestra en la (figura 58a).
(c) Páselo de nuevo sobre el empeine y luego por debajo
del pie, traslapando un poco la vuelta anterior.
(d) Continúe este procedimiento ((c) arriba) con vueltas
de forma en ocho, hasta que el pie' quede cubierto
completamente (figuras 58b y c).
(d) Sujete el vendaje en el tobillo aplicando varias vueltas
circulares y luego atándolo con un nudo llano (figuras
24 y 58d).

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MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

91
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

ALCANCE 3

LESIONES QUE REQUIEREN MEDIDAS ESPECIALES DE


PRIMEROS AUXILIOS

SECCION I

LAS HERIDAS Y QUEMADURAS GRAVES

20. GENERALIDADES
Las cuatro medidas salvavidas mencionadas en el Capitulo 2 se
aplican a los primeros auxilios para toda clase de lesi6n; sin
embargo, hay ciertas heridas que requieren precauciones y
procedimientos especiales, modificaciones a dichas medidas. Estas
incluyen heridas en la cabeza, la cara y el cuello, las heridas en el
pecho por las cuales se aspira aire, las heridas en el vientre, las
quemaduras y las fracturas mencionadas en la Sección II.

21. LAS HERIDAS EN LA CABEZA


a. Generalidades. Una herida en la cabeza puede consistir en una
de las siguientes condiciones o en una combinación de ellas:
una cortada o contusión en el cuero cabelludo; una fractura del
cráneo con lesiones en el cerebro o en los vasos sanguíneos
del cuero cabelludo, el cráneo y el cerebro. Por lo general, las
fracturas graves del cráneo y las lesiones al cerebro ocurren al
mismo tiempo. Una lesi6n en la cabeza con herida en el cuero
cabelludo es fácil de reconocer. Sin embargo, una lesi6n en la
cabeza sin una herida en el cuero cabelludo será más difícil de
descubrir. Por consiguiente, es preciso que se compruebe si
hay alguna lesión en la cabeza si la baja:
(1) Esta inconsciente o ha estado inconsciente recientemente.
(2) Tiene una hemorragia o flujo de otra naturaleza en la nariz
o en los oídos.
(3) Tiene el pulso débil (párrafo 4a (2) (a)).
(4) Tiene dolor de cabeza.
(5) Tiene náuseas o está vomitando.
(6) Ha tenido una convulsión.
(7) Está respirando muy lentamente.
b. Precauciones especiales para los cuatro pasos sal-
vavidas A B C D (Capitulo 2).
(1) No toque ningún tejido de la masa encefálica que
sobresalga de una herida en la cabeza; limítese tan solo a
cubrir la herida con un apósito estéril. No toque ni trate
de quitar ningún cuerpo extraño que se encuentre en la
herida.
(2) No permita que la cabeza de la baja esté a un nivel inferior

92
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

al resto del cuerpo.


(3) Para la aplicación correcta de vendajes en la cabeza,
refiérase al párrafo 19a.

22. LAS HERIDAS EN LA CARA Y EL CUELLO


a. Generalidades. Las heridas de la cara y el cuello suelen
sangrar mucho a causa del gran número de vasos san-guineos
que se encuentran en dichas regiones. Además, este tipo de
hemorragia es difícil de controlar.
b. Precauciones especiales modificaciones a los cuatro
pasos salvavidas A B C D Capitulo 2).
(1) Antes que nada, detenga cualquier hemorragia que pueda
obstruir la entrada de aire; luego despéjela (párrafo 7).
Puede haber pedazos de dientes rotos, de hueso o de piel,
además de una dentadura postiza, dentro dé la boca.
(2) Si la baja está consciente y quiere sentarse, hágala
inclinarse hacia adelante con la cabeza hacia abajo para
permitir la salida de fluidos de la boca; de otra manera,
aunque esté consciente, manténgala acostada en la
posición prescrita para una baja que esté inconsciente y
que padezca de shock (figura 17b), permitiendo así la
salida de líquidos de la boca.

23. LAS HERIDAS TRAUMATOPNEICAS


a. Generalidades. Las heridas por las cuales se aspira aire en la
cavidad del pecho son sumamente peligrosas. La herida misma
no es tan peligrosa como el aire que entra en la cavidad del
pecho, ya que éste puede hacer que se desplome el pulmón en
el lado herido (figura 59). Por consiguiente, la vida de la baja
puede depender de la rapidez con la cual se cubre la herida
para que no le entre aire.

93
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

b. Precauciones1 procedimientos Y modificaciones espe-


ciales a los cuatro pasos salvavidas A B C D.
(1) Haga que la baja exhale con fuerza, de ser posible, y que
sostenga la respiración mientras usted sella la herida.
(2) Cierre la herida de, la siguiente manera:
(a) Aplique, sobre la herida la superficie interior de la
envoltura de plástico del apósito de primeros auxilios
de campaña; luego coloque el apósito mismo sobre
la envoltura y haga que el ayudante o la baja misma
aplique presión sobre el ap6sito mientras Ud. lo
sujeta pasando los vendajes alrededor del cuerpo
(figura 60). Asegúrese de no tocar la parte interior de
la envoltura de plástico antes de aplicarla sobre la
herida.
Observación. Si el apósito de primeros auxilios de
campaña está envuelto en una envoltura, de papel
impermeable en vez de plástico, aplíquela con la
superficie interior de papel de aluminio contra la
herida. Si se dispone de gasa con vaselina (Apéndice
B), aplíquela directamente sobre la herida.
(b) Obtenga una tira de vendaje de un articulo de ropa, la
mitad de una tienda individual, una frazada, un
poncho, etcétera, y aplíquela encima del apósito y
alrededor del cuerpo de la baja para crear más
presión aún, cerrando así herméticamente 'la herida.
Cada vuelta de este material debe traslapar la
anterior a fin de ejercer una presión firme, distribuida
uniformemente sobre todo el apósito.
(c) Sujete el vendaje con un cinturón.

94
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

(3) Si la baja está más cómoda sentada, déjela sentarse. Si


prefiere acostarse, anímela a acostarse sobre el lado
herido para permitir que el pulmón sano reciba más aire.
Además, la superficie sobre la cual se acuesta sirve más o
menos como una 11tablilla11 en el lado herido,
disminuyendo así el dolor.

24. LAS HERIDAS EN EL VIENTRE


a. Generalidades. Las heridas en el vientre que resultan más
peligrosas son aquellas en que un objeto penetra la pared
abdominal y atraviesa órganos internos o vasos sanguíneos
grandes.
b. Precauciones especiales 'Y modificaciones a los cuatro
pasos salvavidas A B C D (Capitulo 2).
(1) No toque ni trate de meter de nuevo en el vientre
cualquier órgano, como los intestinos, que se haya salido
por la herida; cúbralos con uno o más apósitos estériles
(figuras 61 a y b). Sin embargo, si es necesario mover un
intestino expuesto hacia adentro del vientre para cubrir la
herida adecuadamente hágalo. Sujete los apósitos con
vendajes (figura 61c), pero sin presión, ya que ésta no
ayudará a detener la hemorragia interna y puede
ocasionar daños adicionales.
(2) No dé a la baja ni comida ni líquidos ni permita que tome
nada, ya que cualquier cosa tomada por vía oral puede
pasar a través de los intestinos lesionados y propagar la
contaminación en el vientre. Se le pueden humedecer los
labios a la baja para ayudar a aliviarle la sed.

95
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

(3) Deje a la baja de espalda, pero vuélvale la cabeza hacia


un lado (figura 61c). Debido a que es probable que la baja
vomite, vigílela bien para que no se ahogue.

25. LAS QUEMADURAS GRAVES


a. Generalidades. Si la baja tiene una, quemadura carbonizada
o con ampollas, se requieren medidas de primeros auxilios
especiales. El objetivo principal al tratar a una baja quemada
es prevenir o disminuir la postración nerviosa e infección.
b. Precauciones, procedimientos Y modificaciones espe-
ciales a los cuatro pasos salvavidas A B C D.
(1) Evite la contaminación adicional de la quemadura de la
siguiente manera:
(a) Si hay ropa sobre la quemadura, córtela y quítela
cuidadosamente, sin tocar la quemadura.
1. No trate de quitar los pedazos de paño que se
han pegado a la quemadura ni trate de limpiarla
de ninguna manera.
2. Al quitarle la ropa a la baja, no deje que roce la
quemadura.
3. No rompa las ampollas.
4. No aplique ungüento o medicamento de ninguna
clase. Para el uso de ungüento en las
quemaduras leves, refiérase al párrafo 34b.
(b) Coloque un apósito estéril sobre el área quemada y
sujételo con vendajes. En casos de bajas en masa, se
puede utilizar una sábana limpia si no hay suficientes
apósitos.
(2) Para prevenir la postración nerviosa, emplee las medidas
descritas en el párrafo 14 y las que siguen:

96
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

(a) Si la baja está consciente, no está vomitando y no


tiene heridas en el vientre o el cuello, dele el
contenido de una cantimplora o un cuarto de galón de
agua fresca o fría con un sobre del compuesto de
clorhidrato de sodio y bicarbonato de sodio (siempre
incluido en el estuche de primeros auxilios y la
Unidad de Primera Fase (apéndice B). No use agua
tibia, ya que el agua salada tibia 'suele causar
vómitos.
Observación. Si no se dispone de dicho compuesto,
disuelva cuatro tabletas de sal del tipo que distribuye
el Ejército (o media cucharadita de sal corriente) y
dos tabletas de bicarbonato sódico (o la cuarta parte
de una cucharadita de bicarbonato sódico), en una
cantimplora o un cuarto de galón de agua fresca o
fría. Si sólo se dispone de sal, úsela sin el
bicarbonato sódico.
(b) Administre la solución lentamente, dándole a la baja
la cantidad entera dentro de una hora. Si la baja
tiene náuseas, deje de darle la solución, evitando así
vómitos y pérdida de liquido adicional; sin embargo
guarde la solución para administrársela más tarde.
Dicha solución ayuda a restaurar los fluidos y la sal
perdidos a causa de las quemaduras.
(c) Si la baja usa máscara protectora (figura 62), dele
vuelta a la palanca de la válvula hacia la derecha,
colocando de esta manera el tubo para tomar dentro
de la boca. Luego coloque la parte exterior del tubo
para tomar en la tapa protectora de la cantimplora,
asegurándose de que esté bien sellada. Incline la
cantimplora hacia arriba y luego hacia abajo en las
posiciones apropiadas para permitir que la baja tome
la solución.

97
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

SECCIÓN II.

LAS FRACTURAS

26. GENERALIDADES
Las fracturas (huesos rotos) pueden resultar en la incapacitación
total o en la muerte; por otra parte, es posible tratarlas de tal
manera que la baja se recupere completamente. Esto depende de
los primeros auxilios que se le presten a la baja antes de moverla, y
comprenden la inmovilización de la parte fracturada además de la
aplicación de los pasos salvavidas A B C D, según sea necesario.

27. LAS CLASES DE FRACTURAS


a. Fractura cerrada. Esta es una fractura del hueso en la que la
piel (los tegumentos') ha quedado intacta; sin embargo, puede
haber daño subcutáneo. Aunque la herida sea solamente una
dislocación o torcedura, debe ser considerada como una
fractura cerrada en la administración de primeros auxilios.
b. Fractura abierta. Esta es una fractura del hueso con herida
exterior (en la piel). Las fracturas abiertas pueden ser
ocasionadas por huesos que atraviesan la piel o por un
proyectil (una bala o un fragmento de granada) que atraviesa
la carne y rompe el hueso. Las fracturas abiertas están
expuestas a la contaminación.

28. SEÑALES INDICATIVAS DE UNA FRACTURA


Una fractura es fácil de reconocer cuando el hueso está expuesto,

98
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

cuando la extremidad está en posición extraña (deforme), o cuando


la caja del pecho está hundida, Otras señales son dolor al tocarse
la parte afectada e hinchazón y decoloración de la piel en el lugar
de la fractura. Otra señal es un fuerte dolor al tratar de mover la
parte; sin embargo, no use este método para determinar si hay
fractura, ya que esto puede ocasionar daños adicionales a los
tejidos circundantes y dar lugar a un estado de shock. Si no está
seguro de que hay fractura, dele a la baja el beneficio de la duda y
adminístrele tratamiento para una fractura.

29. INMOVILIZACIÓN DE LA PARTE FRACTURADA


Es preciso inmovilizar la parte fracturada para evitar el movimiento
de, las puntas agudas del hueso, evitando así que corten tejidos,
músculos, vasos sanguíneos y nervios. Además, la inmovilización
reduce el dolor y evita o con-trola el shock. En las fracturas
cerradas, la inmovilización evita que los fragmentos de hueso
causen heridas abiertas (figura 63) y por consiguiente, se evita
además la contaminación e infección (párrafo 15). Las fracturas se
inmovilizan por medio del entablillamiento.

99
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

30. REGLAS APLICABLES AL ENTABLILLAMIENTO


Observación. Si se trata de una fractura abierta (párrafo 7b),

100
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

primero detenga la hemorragia y luego aplique un apósito y un


vendaje (párrafos 10 y 15) en la manera prescrita, para heridas
corrientes.
a. Use el principio de entablillar a la baja en el lugar donde, se
encuentra". Esto quiere decir que es preciso entablillar la
parte fracturada antes de tratar de mover a la baja y sin
cambiar la posición de la parte afectada. si el hueso esta en
posición extraña o si la rodilla o el codo está, doblado, no trate
de enderezarlo, 'y si está recto, no trate de doblarlo. Después
de entablillar una fractura, coloque a la baja sobre una camilla
antes de transportarla. Si las circunstancias hacen necesario
transportar a una baja sin que se le haya entablillado una
fractura en una pierna, átese la pierna rota, a la pierna buena,
usándose así la pierna buena como una tablilla. Luego agarre
a la baja por debajo de las axilas y hálela en línea recta
solamente. No le dé vueltas ni la mueva de lado.
b. Coloque las tablillas de tal manera que queden inmovilizadas
las articulaciones arriba y abajo de la fractura. Coloque una
tablilla a cada lado de la parte fracturada.
c. Use almohadillas entre la parte lesionada y la tablilla para
evitar una presión indebida y lesiones adicionales a los tejidos
los vasos sanguíneos y los nervios. Esto es sumamente
importante en la parte interior de los muslos, las axilas y en
todo lugar donde las tablillas tocan las partes huesudas, tales
como el codo, el tobillo, la muñeca y la rodilla.
d. Amarre bien las tablillas con vendajes en varios puntos arriba y
debajo de la fractura, pero no tan estrechamente como para
obstaculizar la circulación. Ate los vendajes con nudo llano en
la tablilla exterior.
e. Use un cabestrillo para apoyar un brazo entablillado que esté
doblado en el codo. Los cabestrillos se usan también para
apoyar un brazo que haya sufrido una torcedura o una herida
dolorosa.

31. LAS TABLILLAS, LAS ALMOHADILLAS, LOS VENDAJES Y LOS


CABESTRILLOS
a. Las tablillas. Se pueden hacer tablillas improvisadas de tales
artículos como tablas de madera, varas largas, palos, ramas,
carabinas, fusiles, revistas o periódicos enrollados y cartón. La
férula de alambre se incluye en el paquete para fracturas de la
Unidad de Primera Fase (Apéndice B). Este tipo de férula
puede doblarse según sea necesario para acomodar la parte
fracturada. Además, es posible traslapar y luego afianzar dos
férulas para obtener una más larga. Se puede utilizar vendaje
arrollado (figura 22) para inmovilizar ciertas partes del cuerpo,
tales como el hombro y la clavícula. Si' no se dispone de

101
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

ninguna clase de tablilla o férula, se puede utilizar la superficie


del pecho para inmovilizar, hasta cierto punto, un brazo frac-
turado; también, una pierna sana sirve de tablilla para
inmovilizar parcialmente una pierna fracturada.
Precaución. Si se utilizan las armas de fuego como tablillas,
asegúrese de que están descargadas.
b. Las almohadillas. Es posible improvisar almohadillas con una
chaqueta, una frazada, un poncho, la mitad de una tienda
individual o con hojas. En el paquete para fracturas de la
Unidad de Primera Fase (Apéndice B) hay algodón grueso que
puede usarse de almohadilla.
c. Los vendajes. Los vendajes se pueden improvisar de
cinturones, portafusiles, bandoleras, pañuelos y tiras de ropa o
de frazadas. Se proporcionan vendajes triangulares (figura 21)
y arrollados (figura 22) en ciertos estuches de primeros auxilios
y en la Unidad de Primera Fase (Apéndice B). No utilice tales
materiales delgados como alambres y cordeles para asegurar
tablillas. Tampoco haga nudos sobre el punto de la fractura.
d. Los cabestrillos. Se pueden improvisar cabestrillos con
cabos (faldillas) de abrigos o camisas, cinturones y pedazos de
ropa o frazadas. El vendaje triangular (el párrafo c arriba) es
ideal para este propósito.

32. EL ENTABLILLAMIENTO Y OTROS MÉTODOS DE


INMOVILIZACIÓN
Observación. En ciertas figuras se ha suprimido el almohadillado
(párrafo 30) para ilustrar más claramente los métodos de
entablillamiento.
a. Tablillas Y cabestrillos para fracturas del brazo figuras 64 a 69)
b. Tablillas para fracturas de la pierna (Figuras 70 a 73).

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Y PRIMEROS AUXILIOS

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Y PRIMEROS AUXILIOS

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Y PRIMEROS AUXILIOS

c. Inmovilización de fracturas en la mandíbula, la clavícula, el


hombro Y las costillas.
(1) Aplique un vendaje en forma de corbata (párrafo 18b) o un
vendaje arrollado (párrafo 18c) para inmovilizar una
mandíbula fracturada, tal como se muestra en las figuras
35 y 36. Pase todo vendaje por encima dé la cabeza y no
por la nuca, ya que esto halaría la mandíbula hacia atrás,,
obstaculizándole así la respiración a la baja.

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Y PRIMEROS AUXILIOS

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MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

(2) Utilice dos cinturones, dos vendajes en forma de corbata


(párrafo 18b) o un vendaje arrollado (párrafo 18c) para
inmovilizar una clavícula fracturada; emplee la técnica de
vueltas, en forma de ocho que se muestra en las Figuras
74 y 75.

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MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

(3) Aplique dos vendajes en forma de corbata (párrafo 18b) o


un vendaje arrollado (párrafo 18c) para inmovilizar un
hombro fracturado o dislocado, utilizando las técnicas que
se muestran en las figuras 76 y 77.
(4) Aplique tres vendajes en forma de corbata (párrafo 18b)
para inmovilizar costillas fracturadas tal como se muestra
en la figura 78. Aplíquelos en el pecho al exhalar la baja;
átelos en el lado sano.

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MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

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MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

d. Lo que debe hacerse en caso de fractura en la columna


vertebral (La espalda). Muchas veces es 'imposible deter-
minar si la baja tiene una fractura en la columna vertebral. Por
tal razón tenga cuidado con cualquier herida en la espalda, en
especial si la baja se ha caído o si su espalda ha recibido un
golpe fuerte o se ha doblado. Si la baja ha sufrido una lesión
así y carece de sensibilidad en las piernas o no puede
moverlas, usted puede estar razonablemente seguro de que
tiene una lesión grave en la espalda que debe ser tratada
como una fractura. Usted debe recordar que si hay una
fractura, cualquier movimiento de la columna puede hacer que
los fragmentos puntiagudos del hueso corten o hagan daño a la
médula, lo que puede ocasionar una parálisis permanente.
Hay que mantener la columna vertebral arqueada para
eliminar toda presión de la médula espinal (figura 79).

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MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

(1) Lo que debe hacerse si la baja tiene que per-


manecer donde se encuentra hasta tanto llegue
personal de sanidad.
(a) Si la baja está consciente, adviértale que no debe
moverse.
(b) Déjela en la misma posición como la encontró. No
mueva ninguna parte del cuerpo.
(d)Si la baja está boca arriba, coloque una frazada o
cualquier material de tamaño similar debajo del arco
de la columna vertebral para apoyarla en una
posición arqueada. Si está boca abajo, no coloque
nada debajo de la baja.

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MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

(2) Lo que debe hacerse si la baja tiene que ser transportada


antes de que llegue el personal de sanidad.
(a) Posición boca arriba. Si la baja está boca arriba,
hay que moverla en una camilla o en un substituto
firme, como una tabla ancha que sea más larga que
la baja. Ate las manos de la baja en la cintura con
vendaje en forma de corbata o una tira de paño y
coloque una frazada doblada en el punto donde
estará el arco de la espalda. Con un grupo de cuatro
hombres (figura 80) coloque a la baja sobre la camilla
sin doblarle la columna vertebral, siguiendo los
siguientes pasos:
1. Los hombres 2, 3 y 4 se colocan a un lado de la
baja, con la rodilla más cercana a los pies de la
baja sobre el suelo El hombre 1 se coloca del
otro lado. Los hombres 2, 3 y 4 colocan las
manos tal como se indica en la figura 80,
mientras que el 1 coloca las manos en el lugar de
la fractura.
2. Con movimientos bien coordinados y con mucho
cuidado, todos levantan a la baja unas ocho
pulgadas; luego el número 1 coloca la camilla
debajo de la baja, asegurándose de que la
frazada esté debajo del arco de la columna, y
luego toma la posición original.
3. En estrecha coordinación todos la colocan
cuidadosamente sobre la camilla.

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MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

(b) Posición boca abajo. Si la baja está boca abajo,


hay que moverla en la misma posición. Usando el
mismo grupo de cuatro hombres y la misma técnica
(párrafo (a) anterior, coloque a la baja sobre una
camilla corriente o en una improvisada de frazadas,
(párrafo 47c), manteniendo la columna vertebral
arqueada. Si se 'va a utilizar una camilla corriente,
primero coloque una frazada doblada en el punto
donde se colocará el pecho de la baja.
e. Inmovilización de un cuello fracturado. Una fractura del
cuello es sumamente peligrosa, ya que los fragmentos de
hueso pueden lesionar o cortar la médula espinal, como en el
caso de fracturas de la columna vertebral.
(1) Lo que debe hacerse si la bala tiene que permanecer
donde se encuentra hasta tanto llegue personal de
sanidad.
(a) Si está consciente la baja, adviértale que no debe
moverse, ya que esto podría resultar en la muerte.
(b) Deje a la baja en la misma posición en que la
encontró; Si el cuello está en una posición anormal,
hay que inmovilizarlo en la misma posición (párrafo
(d) a continuación).
(c) Si la baja está boca arriba, mantenga la cabeza
inmóvil, levántele un poco los hombros y coloque bajo
el cuello un rollo de paño del tamaño aproximado de
una toalla grande (figura 81a). El rollo debe ser lo
suficientemente grueso para arquear ligeramente el

115
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

cuello, permitiendo que la parte posterior de la


cabeza toque el suelo. No doble el cuello ni la cabeza
hacia adelante; ni tampoco levante ni tuerza la
cabeza.

(d) Inmovilícele la cabeza (refiérase a la figura 81b),


colocando a cada lado objetos pesados acolchados
como piedras grandes o las botas de la baja. Si hay
que usar las botas, llénelas primero de piedras, grava,
arena o tierra y ciérrelas bien. Puede que sea
necesario tapar las aberturas de las botas con
pedazos de paño para que no se salga el contenido.
(2). Lo que debe hacerse si se tiene que preparar a la
baja para su traslado antes de que llegue el
personal de sanidad. Se necesitan por lo menos dos
personas para atender a una baja que tenga el cuello
fracturado y que tenga que ser trasladada de un lugar a
otro, ya que es preciso mover la cabeza y el tronco en
forma muy cuidadosa. Las dos personas deben trabajar
en muy estrecha coordinación para evitar que se mueva el
cuello en forma alguna. El procedimiento correcto es el
que se describe a continuación:
(a) Coloque una tabla ancha al lado de la baja. Dicha
tabla debe ser ocho pulgadas más larga que la baja,
de modo que sobresalgan cuatro pulgadas en cada
extremo (la cabeza y los pies), tal como se muestra
en la figura 82a.
(b) Si la baja está boca arriba, el hombre número 1 le
sujeta firmemente la cabeza y el cuello mientras que
el número 2 la agarra por el hombro y la cadera y la

116
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

coloca cuidadosamente sobre la tabla, mientras


impide que se mueva la tabla con el pie y la rodilla,
tal como se muestra en la figura 82b.
(c) Si la baja está boca abajo, el hombre 1 le sujeta la
cabeza y el cuello con las dos manos mientras el
número 2 le da vuelta cuidadosa-mente para
colocarla sobre la tabla (figura 82c).
(d) El hombre número 1 continúa sosteniéndole
firmemente la cabeza y el cuello mientras que el
número 2 le levanta un poco los hombros,
colocándole un material que sirva de almohadilla
debajo del cuello (párrafo (1) (c) arriba), luego le
inmoviliza la cabeza. La cabeza se puede inmovilizar
con las botas (figura 81b), con piedras forradas
(figura 82d) o con férulas de alambre (figura 82f)
(refiérase al apéndice B). Si se utilizan férulas de
alambre, primero se traslapan dos, se fijan, se les da
la forma necesaria para que encajen bien en la
cabeza y los hombros, se forran con material suave,
se colocan en posición y luego se aseguran con
vendajes que pasan por debajo de las axilas, sobre
los hombros, debajo de la cabeza y por la barbilla, y
debajo de la cabeza y por la frente (figura 82f).
(e) Sujete cualquier apoyo improvisado (párrafo (d)
arriba) a la tabla que sirve de camilla, mediante un
vendaje en forma de corbata o una tira de paño
colocado alrededor de la frente de la baja y la tabla,
tal como se muestra en la figura 82d y e.
(f) Levante la tabla y colóquela sobre una camilla o una
frazada. En esta forma la baja estará lista para ser
movida.

117
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

ALCANCE 4

EMERGENCIAS COMUNES

33. LAS HERIDAS LEVES


La mayoría de las heridas leves, como las cortadas, no suelen
sangrar mucho. El peligro principal es la contaminaci6n e infección
resultante (párrafo 15a). Si Ud. recibe una herida leve, tome las

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MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

siguientes medidas de primeros auxilios:


a. No deje que nada toque la herida, a excepción de lo que se
describe en los párrafos b y c a continuación:
b. Si se dispone de algún desinfectante, como tintura de cloruro
de benzalconio (Apéndice B), aplíquelo en la herida. (En
ningún caso deberá usarse soluciones más fuertes qué 1:1.000
6 1:750.)
c. Coloque un apósito estéril sobre la herida sin dejar que toque
objeto alguno (párrafo 16), y sujételo con un vendaje(párrafo
18).

34. LAS QUEMADURAS MENORES


Las quemaduras menores pueden ser causadas por el calor seco, un
liquido caliente, un producto químico, la electricidad o los rayos del
sol. Hay dos clases de quemaduras menores:
a. Las quemaduras pequeñas con ampollas o áreas carbo-
nizadas. Como en este tipo de quemadura la piel puede
abrirse, cúbrala con un apósito estéril (el párrafo 17) para
protegerla de la contaminación e infección resultante. Sujete
el apósito con un vendaje (párrafo 18).
b. Las quemaduras menores sin ampollas o áreas carbo-
nizadas. Si la quemadura no produce ampollas o áreas carbo-
nizadas, se considera de tipo menor, aun cuando cubra una
gran extensión del cuerpo. Un ejemplo de esto son las
quemaduras leves del sol. No es preciso cubrir este tipo de
quemadura con un apósito estéril, y tan solo basta aplicar una
pequeña capa del lubricante que viene en la Unidad Primera
Fase (Apéndice B) para aliviar el dolor. No aplique dicho
lubricante en quemaduras que tengan ampollas, áreas
carbonizadas o donde la piel se haya abierto.

35. UN CUERPO EXTRAÑO EN EL OJO


a. Si un cuerpo extraño se. introduce en el ojo, no frote el ojo. Si
la partícula está debajo del párpado superior, sujete las
pestañas del mismo y hálelo hacia arriba de modo que no
toque la superficie del globo del ojo Sujete el párpado de esta
manera hasta que las lágrimas fluyan libremente. Las lágrimas
frecuentemente sacarán la partícula. Si este método falla,
trate de sacar el cuerpo extraño como se muestra en la figura
83.
b. Si el cuerpo extraño es de vidrio o metal o si el método descrito
en el párrafo ~ anterior y en la figura 83 no da resultado,
venda ambos ojos y lleve a la baja a una instalaci6n de sanidad
lo más pronto posible.
Observación. En caso de heridas muy leves, con solo vendar el ojo
afectado bastará. Sin embargo, si las heridas son graves o en caso

119
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

de duda, es preciso tapar ambos ojos. Si se tapa un solo ojo, la baja


podrá usar el ojo sano. Como los movimientos de ambos ojos están
sincronizados, el uso del ojo sano puede hacer que el ojo afectado
se mueva, ocasionándole aún más daño.
c. Si un material cáustico o irritante, como ácido de batería o
amoniaco entra en el ojo, enjuáguelo inmediata-mente con una
gran cantidad de agua. Vuelva la cabeza a la derecha para
enjuagar el ojo derecho y a la izquierda para enjuagar el
izquierdo. Esto evita que entre el material cáustico o irritante
en el otro ojo.

36. UN CUERPO EXTRAÑO EN EL OÍDO, LA NARIZ O LA


GARGANTA
a. Jamás debe usarse objeto alguno para explorar dentro del oído
con el fin de sacar un objeto extraño. Si se trata de un insecto,

120
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

este puede sacarse atrayéndolo con la luz de una linterna


eléctrica. Si esto falla, éste puede ser ahogado o inmovilizado
al echar agua en el oído. Los objetos extraños en el oído
algunas veces pueden sacarse con agua. Sin embargo, no
eche agua en el oído si se trata de un objeto que se hincha al
humedecerse, tal como una, semilla o una partícula de
madera.
b. La introducción de cualquier instrumento en la nariz con el fin
de sacar un objeto extraño sólo hará que éste se introduzca
más profundamente y puede lesionar los conductos nasales.
Trate de sacarlo sonándose ligeramente. Si esto no da
resultado acuda a un centro de sanidad.
c. A menudo con solo toser se puede desalojar un cuerpo extraño
de la garganta. Si esto falla y es posible alcanzarlo, trate de
sacarlo con los dedos, pero asegúrese de no empujarlo más
hacia adentro de la garganta. De no poderse sacar, hay gran
peligro de obstrucción de las vías respiratorias, de modo que
se debe acudir inmediatamente a un centro de sanidad

37. LOS PROBLEMAS DE LOS PIES


Con el cuidado apropiado descrito en el manual FM-21-lO, se
pueden evitar los problemas de los pies. Tales problemas como
callos, ampollas y hongos en ~ pies requieren atención médica. No
corte un .callo porque esto puede resultar en una infección muy
seria. Si le sale una ampolla en el pie y no se dispone de asistencia
médica, tome las medidas de primeros auxilios que se muestran en
la figura 84.

38. LAS MORDEDURAS DE CULEBRAS Y PICADURAS DE ARAÑAS

121
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

Y ALACRANES
Es posible evitar las mordeduras de culebras y las picaduras de
arañas venenosas y de alacranes siguiendo las medidas descritas
en el manual FM 21-10. En caso de ser alguna persona víctima de
uno de estos animales venenosos, síganse las medidas de primeros
auxilios que se describen a continuación.
a. Mordeduras de culebra.
(1) Mantenga a la persona tan quieta como sea posible. No la
deje caminar ni correr. Si puede hacerlo, mate la culebra y
reténgala para que el personal de sanidad la identifique a
fin de que pueda administrarse el suero antivenenoso
debido.
(2) Coloque a la baja tan cómodamente como sea posible,
preferiblemente en una posici6n sentada, e inmovilice
inmediatamente el miembro afectado en una posición
inferior al nivel del corazón.
(3) Improvise un torniquete de una corbata, un pañuelo o una
tira de tela y colóquelo entre el punto de la mordedura y el
corazón, de dos a cuatro pulgadas arriba de la mordedura.
Apriete el torniquete lo suficiente para detener el flujo de
sangre en los vasos sanguíneos cerca de la superficie de la
piel, pero no tan apretado como para detener la
circulación arterial o el pulso. El flujo de sangre se habrá
detenido en forma debida tan pronto las venas
sobresalgan conspicuamente debajo de la piel. Además, la
presencia del pulso en un punto abajo del torniquete
indicará que sigue la circulación arterial. El pulso puede
verificarse colocando dos dedos (no el pulgar), sobre el
punto de presión en la muñeca o el tobillo, según sea el
caso (figura 14).
(4) Debido a que la atención médica es de urgente necesidad en
todos los casos de mordeduras de culebras venenosas,
envíe a alguien en busca de ayuda. Si hay una camilla o
un vehículo disponible, la baja debe ser transportada
inmediatamente a la instalación de sanidad más cercana.
(5) Observe a la baja muy de cerca para determinar si tiene
dificultad en respirar, ya que algunos tipos de veneno
afectan el sistema respiratorio. Si la baja deja de respirar,
inicie de inmediato la respiración artificial (párrafo 8).
b. Picaduras de arañas venenosas (viuda negra).
(1) Mantenga a la persona tan quieta como sea posible.
(2) Si se dispone de hielo, coloque una bolsa de hielo sobre la
parte afectada para evitar que el veneno se extienda.
(3) Lleva inmediatamente a la baja a la instalación de sanidad
más cercana.
c. Las picaduras de alacrán. En la mayoría de las regiones del

122
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

mundo los alacranes no son muy peligrosos; sin embargo, en la


América del Sur, México, el Medio Oriente y ciertas partes de
África del Norte, existen ciertos tipos cuyas picaduras pueden
producir la muerte si no se administra el tratamiento debido.
(1) Para una picadura corriente, coloque un pedazo de hielo
sobre el lugar de la picadura tan pronto que sea posible,
para disminuir la absorción del veneno. La aplicación de
una pasta hecha con bicarbonato sódico y agua suele
aliviar el dolor.
(2) Si la picadura es en la cara, el cuello o los órganos
genitales, o si es de un alacrán de una de las regiones
geográficas arriba mencionadas, mantenga a la baja tan
quieta como sea posible y llévela inmediatamente a la
instalación de sanidad más cercana.

39. LAS ERUPCIONES EN LA PIEL CAUSADAS POR PLANTAS


VENENOSAS
La savia o jugo de ciertas plantas, cales como la hiedra venenosa, el
rus y el zumaque, causan erupciones en la piel de ciertas personas.
Es posible evitar dichas erupciones si se aprende a identificar
dichas plantas y si se toman las medidas preventivas descritas en el
Manual FM 21-10. Si se le presenta una erupción unos días después
de haber estado expuesto a una de dichas plantas, no se rasque y
busque atenci6n médica de inmediato. La primera manifestación
de dicha erupción es que la piel se torna roja y hay cierta
hinchazón; luego hay un ardor severo y picazón y por último
aparecen ampollas.

40. LOS EFECTOS DEL CALOR


Las condiciones causadas por el calor excesivo son el agotamiento,
la insolación y los calambres, además de las quemaduras del sol y
la erupción y picazón en la piel. Es posible evitar estas condiciones
mediante la debida aclimatación al calor, el consumo de agua y sal
y la observancia de las medidas preventivas descritas en el Manual
FM 21-10.
a. El agotamiento debido al calor. Esta condición es
ocasionada por la pérdida excesiva. de sal y agua del cuerpo.
Los síntomas son dolor de cabeza, sudor excesivo, debilidad,
mareo y calambres musculares. Además, la piel está pálida,
fresca y húmeda. Los efectos de este agotamiento pueden
manifestarse gradual o repentinamente. A las victimas de esta
condición se les debe administrar los siguientes primeros
auxilios:
(1) Acuéstelo en la sombra y aflójele la ropa.
(2) Si está consciente, dele agua salada fresca para beber.
Esta se prepara disolviéndolos tabletas de sal (o la cuarta

123
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

parte de una cucharadita de sal corriente) en una cantim-


plora'(un cuarto de galón> de agua fresca. Durante un
periodo de doce horas, la baja debe consumir de tres a
cinco cantimploras de agua salada fresca.
b. La insolación. La exposición prolongada a temperaturas altas
puede ocasionar la insolación. El primer síntoma de esta
condición es la falta de sudor, lo que hace que la piel se sienta
caliente y seca. La persona afectada puede perder el
conocimiento repentinamente o luego de dolores de cabeza,
mareos, pulso acelerado, náuseas, vómitos y desorientación
mental. Es necesario actuar rápidamente para salvarle la vida
a una victima de insolación, ya que los reguladores de la
temperatura del cuerpo han sufrido daños y la temperatura
puede subir hasta 108 grados Fahrenheit. A la baja hay que
administrarle de inmediato los siguientes primeros auxilios:
(1) Sumérjala en el agua más fría que se tenga disponible,
inclusive con hielo, de ser posible.
(2) Si no es posible darle un baño frío, llévela a la sombra,
quítele la ropa y manténgale mojado el cuerpo
derramándole agua encima constantemente. Enfríela aún
más abanicándole el cuerpo mojado.
(3) Llévela inmediatamente a la instalación de sanidad más
cercana, y continúe enfriándole el cuerpo en camino a
dicho lugar.
(4) Cuando la baja vuelva en si, dele de beber agua salada
fresca (párrafo (a) (2) anterior).
c. Los calambres debidos al calor. Estos son espasmos
dolorosos de los músculos de las piernas, los brazos y el
vientre. Estos pueden ser leves o severos y se deben a la
pérdida excesiva de sal. Dele a la baja grandes cantidades de
agua salda fresca (párrafo (a) (2) anterior. Si los calambres
son muy severos, quizá sea necesario llevar a la baja. a una
instalación de sanidad.

41. LOS EFECTOS DEL FRÍO


Las condiciones causadas por el frío son el pie de trinchera, las
lesiones de los pies por inmersión en agua, la congelación y la
ceguera. Es posible evitar estas condiciones siguiendo las medidas
preventivas descritas en el Manual FM 21-10.
a. El pie de trinchera. Esta lesión es el resultado de la
exposición prolongada de los pies a la humedad en tem-
peraturas entre el punto de congelación y 50 grados Fahren-
heit. La inactividad de los pies contribuye al desarrollo de esta
lesión. Es una condición muy grave, pues puede resultar en la
pérdida de los dedos y otras partes de los pies. Generalmente,
el primer síntoma es la falta de toda sensación en los pies.

124
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

También puede haber una sensación de hormigueo o un


calambre doloroso. Si la exposición de los pies al frío y la
humedad ha sido prolongada, es posible que se hinchen al
punto de quedar obstruida la circulación. En caso de
presentarse esta condición, séquese bien los pies y diríjase lo
más pronto posible a una instalación de sanidad. Evite caminar
si puede conseguir algún medio de transporte.
b. Lesiones ocasionadas por la inmersión de los pies en
agua. Esta condición es muy similar a la del pie de trinchera
excepto en las causas que la producen. La ocasionada por la
inmersión prolongada de los pies en agua o por tener los pies
continuamente mojados por un período prolongado,
generalmente en exceso de doce horas. Esta condición se
desarrolla con más rapidez si el agua tiene una temperatura de
menos de 50 grados Fahrenheit. Sin embargo, también puede
producirse por la inmersión de los pies en agua tibia por un
periodo de más de 24 horas. En esta condición, las plantas de
los pies se ponen blancas y se arrugan y se siente mucho dolor
al estar de pie y al caminar. Otras partes del cuerpo también
pueden ser afectadas en la misma forma. En caso de
presentarse esta condición, séquense bien los pies y diríjase lo
mas pronto posible a una instalación de sanidad. Evite
caminar si puede conseguir algún medio de transporte:
c. Congelación de la piel. Esta condición se produce debido a
la exposición de la piel al frío severo. Las partes del cuerpo
que con más frecuencia se ven afectadas son las mejillas, la
nariz, las orejas, la barbilla la frente, las muñecas, las manos y
los pies. La congelación puede afectar so1amente la piel o
puede extenderse más abajo de la piel. La congelación
profunda, que es mucho más grave que la de tipo superficial,
requiere primeros auxilios distintos para evitar o mantener al
mínimo la pérdida de partes de las manos y los pies. La piel
congelada es blancuzca, dura y en vez de dolor, produce una
sensación de entumecimiento. Por este motivo, los soldados
deben estar alertas para percibir entre ellos los síntomas de
congelación en la cara y las manos. Si la parte ha estado
entumecida por poco tiempo, la congelación quizá sólo afecte
la piel; de lo contrario hay que suponer que se trata de una
congelación profunda. Tome las siguientes medidas en caso
de congelación:
(1) Primeros auxilios para la congelación de la piel.
Observación. No trate de calentar o recalentar las partes
congeladas mediante masajes, exponiéndolas al calor del
fuego, baños de agua fría o frotaci6n con la nieve.
(a) Las partes de la cara. Cubra la parte congelada
con las manos hasta que vuelva una sensación de

125
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

dolor.
(b) Las manos. Coloque las manos debajo de las axilas
en contacto directo con la piel, con la mano derecha
en la axila izquierda y viceversa.
(c) Los pies. En el lugar más protegido disponible,
coloque los pies desnudos bajo la ropa y contra el
vientre de otro soldado.
(2) Las medidas que deben tomarse en caso de conge-
lación profunda.
(a) Diríjase lo más pronto posible a una instalación de
sanidad. Si dispone algún medio de transporte, úselo
en vez de tratar de caminar.
(b) Proteja la parte congelada contra daño adicional pero NO trate de
darle tratamiento o de descongelaría. La
descongelación en campaña aumenta las
posibilidades de infección, lesiones adicionales y
gangrena. Además, es menos peligroso caminar con
los pies congelados que después de ser
descongelados. Es posible que la parte afectada se
descongele durante el viaje a la instalación de
sanidad, pero esto es inevitable porque hay que
mantener caliente todo. el cuerpo de la baja.
d. La ceguera ocasionada por la nieve. Esta ceguera resulta
del efecto que tiene en los ojos el resplandor de los bancos de
hielo o nieve. Aunque el cielo esté nublado, es posible que se
manifieste dicha ceguera. En efecto, hay más posibilidad de
ceguera durante tiempo nublado que cuando hace sol. La
primera indicación es una sensación de picaz6n en los ojos al
cerrarlos. Luego de comprobarse que la baja sufre de este tipo
de ceguera, cúbrale los ojos con un paño oscuro y llévela
inmediatamente a una instalación de sanidad.

42. ENVENENAMIENTO CON MONÓXIDO DE CARBONO


a. Los efectos del envenenamiento con monóxido de carbono pueden ser severos,
prolongados y hasta fatales. Resulta de la aspiración de dicho gas incoloro y
prácticamente inodoro, producido por la combustión incompleta del carbón,
petróleo y otros combustibles utilizados en tales aparatos como los vehículos
motorizados, estufas de campaña y aparatos que proveen calor y luz. El
monóxido de carbono destruye la capacidad de las células rojas de la sangre de
llevar oxigeno a los tejidos del cuerpo. Generalmente, este envenenamiento
resulta de imperfectos en los mencionados aparatos, el uso incorrecto de los
mismos o una ventilación inadecuada. El envenenamiento con monóxido de
carbono puede evitarse tomando las medidas preventivas descritas en el Manual
FM 21-10.
b. Los síntomas se manifiestan en sucesión rápida. El mareo,
dolor de cabeza, zumbido en los oídos y palpitaciones en las

126
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

sienes, van seguidos casi inmediatamente por somnolencia y


debilidad. Puede haber vómitos y convulsiones, seguidos por
la pérdida del conocimiento y finalmente puede sobrevenir la
muerte. Generalmente los labios y la piel se tornan de color
rojo subido. Una persona que está expuesta al
envenenamiento con monóxido de carbono puede estar
consciente de lo que le está pasando, pero quizá no le quede
fuerza suficiente para salir al aire libre. Los efectos del
envenenamiento se presentan con más rapidez en
circunstancias en que hay un gran esfuerzo muscular o cuando
la temperatura o la humedad son extremas.
c. Tome las siguientes medidas de primeros auxilios para tratar a
las victimas de este tipo de envenenamiento:
(1) Saque inmediatamente a la baja al aire libre y
adminístrele respiración artificial (párrafo 8).
(2) Manténgala quieta y llévela a una instalación de sanidad.

43. EL AHOGAMIENTO
El ahogamiento ocurre cuando agua o cualquier otro liquido
obstruye el paso libre de aire por las vías respiratorias, causando a
la vez espasmos en las cuerdas vocales. Muchas personas que
parecen estar sin vida pueden recuperarse si se les administra
respiración artificial (párrafo 8) pronta y eficientemente. La prisa
con que se administre la respiración artificial es de suma
importancia, ya que cualquier demora disminuye las posibilidades
de que se recupere la baja. Muchas veces es posible empezar a
administrar respiración artificial de boca a boca antes de llegar a
tierra. Tan pronto la cabeza de la baja esté fuera del agua, despé-
jele la entrada de aire y empiece a administrarle respiración
artificial. Si hay otras personas que pueden ayudarle, deje que
éstas lleven a la baja a tierra y continúe usted administrándole
respiración artificial. Una vez en tierra, no pierda tiempo tratando
de voltear a la baja boca abajo en un intento por sacarle el agua de
los pulmones; mas bien continúe administrándole respiración
artificial.

44. LOS CHOQUES ELÉCTRICOS


Los accidentes de choque eléctrico generalmente son ocasionados
por contacto con un alambre que tiene corriente y ocasionalmente
ocurren cuando una persona es alcanzada por un rayo. De ocurrir
un accidente de este tipo, siga los siguientes pasos:
a. Apague la corriente si el interruptor se encuentra cerca, pero
no pierda tiempo buscándolo. Use un palo seco de madera,
ropa seca, o cualquier otro material que no sea conductor de
electric4 dad para apartar a la persona del alambre. Si no se
dispone de un palo largo, sencillamente hale a la baja usando

127
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

una gaza hecha con soga o ropa seca (figura 85). No toque a
la baja ni el alambre con las manos, ya que de lo contrario
recibirá también una descarga eléctrica.
b. Los choques eléctricos hacen que se detenga la respiración, así
que comience la respiración artificial (párrafo 8)
inmediatamente después de apartar a la persona del alambre.

45. LA PÉRDIDA DEL CONOCIMIENTO


Muchas veces es imposible determinar la causa de la pérdida del
conocimiento, pero la hemorragia, la insolación o una herida en la
cabeza pueden ser las razones.
a. Adminístrele a la baja inconsciente los pasos salvavidas A, B, C
y D (Capitulo 2), según sea necesario. Si tiene una herida en la
cabeza o padece de insolación, aplíquele las medidas
especiales descritas en los párrafos 21 y 40b. Si después de
administrarle las medidas de primeros auxilios la baja continúa
inconsciente, colóquela de lado o boca abajo con la cabeza
hacia un lado para evitar que se ahogue con vómito, sangre u
otros fluidos (párrafo 14f (2)). NO ADMINISTRE LIQUIDOS a
una baja que esté inconsciente.
b. Si la baja sólo se ha desmayado, volverá en sí dentro de unos
pocos minutos. Si dispone de ampolletas con solución

128
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

aromática de amoniaco para la aspiración (el Apéndice B),


rompa una y pásela varias veces cerca de la nariz de la baja,
por varios segundos cada vez. Si la baja está sentada,
acuéstela cuidadosamente. Aflójele la ropa, aplíquele en la
cara una toallita mojada y déjela descansar tranquilamente. Si
parece que la persona se va a desmayar mientras está
sentada, colóquele la cabeza entre las piernas para que la
sangre pueda fluir a la cabeza. Sosténgala para que no se
salga y se lesione.

ALCANCE 5

EL TRANSPORTE DE LOS ENFERMOS Y HERIDOS

46. GENERALIDADES
a. El tener conocimiento de cómo mover a las personas
lesionadas gravemente es una de las partes más importantes
de los primeros auxilios. El manejo descuidado o brusco no
solamente aumenta la gravedad de una lesión, sino que tam-
bién puede ocasionar la muerte. A menos que haya un buen
motivo, no trate de transportar a una baja hasta tanto no se
disponga de algún medio de evacuación médica. Algunas
veces cuando la situación es urgente y usted sabe que no hay
medios de sanidad disponibles, usted tendrá que mover a la
baja. Esta es la razón por la cual usted debe conocer las
diferentes maneras de transportar a una baja. Pero antes de
moverla, adminístrele los primeros auxilios necesarios. Si
tiene fractura, no la mueva hasta tanto sea entablillada.
b. Este capítulo describe las diferentes maneras de improvisar
una camilla y los métodos de transportar a una baja sin la
ayuda de una Camilla. Sin embargo, no transporte a una baja
que tenga fracturado el cuello o la columna vertebral a menos
que sea en una camilla. Si la baja sufre de fractura en otra
parte, transpórtela de manera que no se agrave la fractura.
Una baja inconsciente debe ser transportada en una camilla o
de manera que no haya peligro de que se caiga. Transportar a
una baja en camilla es más seguro y más cómodo para ésta y
le facilita el trabajo a usted. Si la única manera de transportar
a una baja es a cuestas, debido a lo accidentado del terreno o
a causa de las condiciones de combate, o si es necesario para
salvarle la vida, cárguela; pero colóquela sobre una camilla tan
pronto como sea posible obtener o improvisar una.

47. LAS CAMILLAS IMPROVISADAS

129
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

a. Es posible improvisar una camilla mediante el uso de diversos


artículos. Casi cualquier objeto de superficie plana y de
tamaño adecuado puede usarse como camilla; por ejemplo,
tablas, puertas, contraventanas, bancos, escaleras, catres y
varios palos largos atados. De ser posible estos objetos deben
acolchonarse.
b. Se puede improvisar camillas adecuadas asegurando varas o
palos largos en tales objetos como frazadas, las mitades de
tiendas individuales, pedazos de lona, chaquetas,, camisas,
sacos, cubrecamas, etc. Las varas largas pueden ser ramas
fuertes, fusiles, soportes de tienda, esquíes y otros artículos.
Advertencia: Si se usan fusiles, cerciórese de que están
descargados.
c. Si no se dispone de varas largas o substitutos adecuados, se
pueden enrollar hacia el centro los dos bordes laterales de un
artículo grande como una frazada; luego se agarran los lados
enrollados para transportar a la baja que yace en el centro de
la' frazada. Diversos modos de improvisar camillas se
describen en las figuras 86 a 88.

130
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

131
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

132
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

48. MÉTODOS DE CARGAR A UNA BAJA

133
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

a. Generalidades. Es posible mover a una baja por medio de


transportes por un hombre o por dos hombres. Se deben
utilizar los transportes por dos hombres siempre que sea
posible, ya que resulta mas cómodo para la baja, hay menos
riesgo de empeorar su condición y porque se cansan menos los
portadores. El método que se seleccione debe ser el que
menos darlo ocasione a la baja.
b. El transporte de bombero. Este es uno de los métodos más
fáciles para que un solo hombre levante y cargue a un herido
(1-5, Figura 89). Los pasos dos tres y cuatro para levantar a la
baja pueden ejecutarse de dos maneras, dependiendo del
lugar de la herida. El portador tiene que decidir cual es el
método que más conviene a la baja. Además, el portador debe
colocar a la baja sobre su espalda (del portador), del lado sano
del herido, evitando así cualquier presión sobre la parte
lesionada.

134
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

c. Manera de cargar un herido apoyándolo. Se utiliza este


método cuando la baja ha recibido una herida leve.
(1) Levante a la baja' como se muestra en los primeros tres
paso del transporte de bombero (l, 2 y 3 de la figura 89).

135
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

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MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

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MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

138
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

(2) Agarre la muñeca del brazo sano de la baja y páselo


alrededor del cuello de usted (figura 90).
(3) Deje que camine la baja, usándolo a usted como apoyo.

d. Manera de cargar un herido en los brazos. Este método


es útil para cortas distancias.
(1) Levante a la baja como se muestra en los primeros tres
pasos del transporte de bombero (1, 2 y 3 de la figura 89).

139
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

(2) Agarre a la persona como se muestra en la figura 91 y


levántela en sus brazos.
(3) Cargue a la baja en una posición alta para aminorar la
fatiga.

e. Manera de cargar a un enfermo a horcajadas.


(1) Levante a la baja como se muestra en los primeros tres
pasos del transporte de bombero (1, 2 y 3 de la figura 89).
(2) Mientras sujeta el cuerpo de la baja con una mano,
voltéese de modo que la baja pueda pasar los brazos

140
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

alrededor del cuello de usted. Luego agáchese, pase los


brazos por debajo de los muslos de la baja, entrelace las
manos, y eleve a la persona sobre su espalda (figura 92).

f. Manera de cargar a un herido colgado de la espalda.


(1) Levante a la baja como se muestra en los primeros tres
'pasos del transporte de bombero (1, 2 y 3 de la figura
89).
(2) Sujete el cuerpo de la baja con un brazo, agárrele la
muñeca que esté más cerca de usted y llévele el brazo por
encima de la cabeza y sobre el hombro de usted. Luego
colóquese frente a ella mientras apoya su peso con la
espalda, agárrele la otra muñeca y coloque este brazo
también sobre su hombro (figura 93a)

141
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

(3) Inclínese hacia adelante y alce a la baja lo más que pueda


sobre la espalda de usted, de modo que todo el peso de
ésta descanse sobre su espalda (figura 93b).

g. Manera de elevar y cargar a un herido suspendido en la


espalda. Para utilizar este método de transporte, es
necesario que la baja esté consciente y que pueda pararse en
una pierna por lo menos.
(1) Ayude a la baja a ponerse de pie y colóquese Ud. con la
espalda contra la de la baja; luego haga que ésta extienda
lateralmente los brazos.
(2) Dóblese hacia atrás, coloque las manos debajo de los
brazos de la baja, agarrándole las partes superiores de los
brazos cerca de las axilas (figura 94a).

142
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

(3) Inclínese usted hacia adelante, halando y colocando a la


baja sobre su espalda (figura 94b).

h. Manera de cargar un enfermo usando el cinturón de la


pistola. Este método se utiliza para cargar a una baja por
largas distancias sin fatigarse excesivamente el portador. Si
no se dispone de cinturones de pistola, se utilizan otros
artículos, tales como portafusiles, dos vendajes en forma de

143
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

corbata, dos correas de camilla o cualquier otro material


adecuado que no corte ni apriete a la baja. Los pasos que
deben seguirse en este método se ilustran en 1 a 3 de la figura
95.

144
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

145
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

i. Manera de arrastrar una baja amarrada con el cinturón

146
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

de la pistola. Este método (figura 96) permite que usted y la


baja permanezcan en el suelo, protegidos del fuego del
enemigo; sin embargo, sirve solamente para cortas distancias.
(1) Extienda dos cinturones de pistola y únalos en una eslinga
continua.
(2) Después de colocar a la baja de espalda, pase una gaza
de la eslinga sobre la cabeza de la baja y colóquela en
posición de un lado a otro del pecho y debajo de las axilas.
(3) Cruce las fajas de la eslinga en el 'hombro de la baja,
formando una gaza para el hombro de usted.
(4) Acuéstese de espalda al lado de la baja y pase la gaza por
el brazo suyo que esté más cerca de la persona; luego
vírese en dirección opuesta, poniéndose boca abajo y
haciendo que la gaza quede firme alrededor del hombro
de usted.
(5) Coloque la mano más próxima debajo de la cabeza de la
baja para protegerla durante el transporte.
(6) Avance arrastrándose, arrastrando también a la baja.

j.Manera de arrastrar a una bala colgada de su cuello. Este


método (figura 97) permite que usted y la baja estén cerca del
suelo.
(1) Ate las manos de la baja y páselas alrededor de su cuello.
(2) Avance a gatas, arrastrando a. la baja con usted.

147
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

k Método en que dos personas cargan a una bala


apoyándola (figura 98).
(1) Dos hombres ayudan a la baja a pararse, sosteniéndola
con los brazos alrededor de la cintura.
(2) Cada hombre le agarra una muñeca y pasa uno de los
brazos de la baja detrás de su cuello.
(3) La baja camina apoyándose en los dos hombres.

148
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

l. Transporte en brazos por dos personas. Dos hombres


levantan y cargan a la baja como se muestra en la Figura 99.

149
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

m Transporte por dos hombres. Este método se utiliza para'


distancias cortas. Dos hombres levantan y cargan a la baja
como se muestra en la figura 100.

150
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

n. Transporte a cuatro manos. Dos hombres forman una “silla" con las cuatro
manos y cargan a la baja sentada como se muestra en la figura 101.

151
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

o. Transporte a cuatro manos y brazos (figura 102).


(1) Dos hombres se arrodillan en lados opuestos de la baja
cerca de las caderas.
(2) Cada uno pasa los brazos por debajo de los muslos y la
esp4da de la baja y se agarran en las mu5ecas.
(3) Ambos hombres se ponen de pie simultáneamente,
levantando a la baja.

152
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

ALCANCE 6

LA ADMINISTRACIÓN DE PRIMEROS AUXILIOS EN UN


AMBIENTE TÓXICO.

49. GENERALIDADES
a. La gasolina, el cloro y los insecticidas son ejemplos de
substancias tóxicas comunes. Pueden existir en forma s6lida,

153
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

líquida o gaseosa, dependiendo de la temperatura y presión


atmosférica. Por ejemplo, la gasolina es un liquido que puede
vaporizarse; el cloro es un gas; y el DDT (un insecticida) es un
sólido. Algunas substancias son más nocivas al ser aspiradas,
ingeridas o al hacer contacto con el cuerpo. Todas, aunque
sean sólidos, líquidos o gases (inclusive los vapores y
aerosoles), pueden irritar, inflamar, quemar, congelar o
destruir los tejidos, tales como los asociados con las vías
respiratorias o los ojos. Es posible también que sean
absorbidos dentro del sistema circulatorio, ocasionando así
daños a cualquiera de las funciones vitales del cuerpo.
b. Es posible que u6ted se contamine con substancias tóxicas de
uso diario, como los desinfectantes o soluciones de cloro para
la ropa, o a causa de accidentes en el manejo de substancias
químicas o al exponerse a los agentes químicos de guerra. Por
lo general, dicha exposición duraría sólo unos minutos; sin
embargo, en situaciones de guerra, cualquier sustancia tóxica
empleada por el enemigo podría permanecer en el ambiente
por horas y hasta por días.. Esto produciría un ambiente tóxico
en el cual usted tendría que vivir. Por consiguiente, es preciso
que usted esté preparado para protegerse y proteger a otras
personas contra los efectos nocivos de dichas substancias y
que sepa administrar primeros auxilios dentro de dicho
ambiente, cuando sea necesario.

50. ARTÍCULOS PROTECTORES Y DE PRIMEROS AUXILIOS


A usted se le proporciona equipo que lo protegerá en campaña
contra las concentraciones de agentes químicos y biol6gicos. Este
equipo comprende la máscara protectora de campaña, inyectores
automáticos de atropina y polvos absorbentes para la
descontaminación de la piel y la ropa. Usted tiene que saber
cuándo y cómo utilizar dichos artículos. Cuando se considere
necesario, también se le proporcionará ropa protectora especial,
betún resistente a gases vesicantes para las botas, y otras drogas
profilácticas y de primeros auxilios que se requieran.
a. La máscara protectora de campaña (Modelo ABC-M17 ó
Ml7Al). Su máscara protectora de campaña es un articulo
sumamente importante. A usted se le da adiestramiento espe-
cial en el uso y cuidado de la misma. Si se le ha proporcionado
la máscara modelo Ml7Al, refiérase al párrafo 25b(2) (c) para
una explicación sobre el tubo de tomar y la tapa protectora.
b. Los inyectores automáticos de atropina. A usted le
proporcionan, para su uso particular, tres inyectores
automáticos de atropina, cada uno con un contenido de dos
miligramos de dicha droga. Los inyectores vienen envueltos
individualmente en material plástico. Estos inyectores deben

154
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

cargarse en el bolsillo exterior superior de la bolsa de la


máscara protectora.
c. Estuche individual Modelo M13 para la descontami-
nación y reimpregnación. Este estuche se utiliza para com-
batir los efectos de los agentes químicos tóxicos y contiene lo
siguiente:
(1) Una almohadilla para descontaminar la piel (absorbe las
gotas del agente químico que se encuentran en la piel).
Dicha almohadilla está hecha en forma de cinturón y ha
sido diseñada para que pueda colocarse alrededor de sus
dedos enguantados.
(2) Dos bolsas, cada una con polvo de cloramida, y una
cápsula de tinte para la identificación y neutralización de
gotas de agentes químicos en la ropa y equipo personal,
tal como se describe en el manual FM 21-41.
(3) Tijeras especiales para quitar de la ropa las áreas
contaminadas identificadas por el tinte mencionado en el
párrafo (2) anterior.
Observación. No se debe usar el contenido de este
estuche en las áreas próximas a los ojos. Sólo deberá
usarse agua para eliminar cualquier sustancia química que
se haya introducido en los ojos.

51. MEDIDAS DE PROTECCIÓN Y PRIMEROS AUXILIOS PARA LA


CONTAMINACIÓN CON AGENTES QUÍMICOS Y BIOLÓGICOS
a. Generalidades.
(1) Los agentes químicos de guerra se clasifican según el
principal efecto fisiológico que produzcan; por ejemplo,
gases vesicantes, gases sofocantes, venenos de la sangre,
gases lacrimógenos, gases eméticos y gases contra los
nervios. La máscara protectora de campaña le protegerá
contra los' agentes químicos y biológicos y también
evitará la aspiración de partículas radiactivas. Con la
práctica debida usted deberá poder colocarse la máscara
protectora en un tiempo máximo de 9 segundos.
(2) La ingestión de agua o alimentos contaminados con
agentes neurotóxicos o vesicantes o con otros agentes
químicos biológicos, puede ser fatal. Nunca consuma
agua o alimentos que posiblemente hayan sido
contaminados hasta tanto no sean analizados y se
autorice su consumo.
b. Condiciones que requieren la colocación de la máscara
protectora sin que se reciba la orden o suene la alarma
correspondiente. Al enterarse de un ataque con agentes
químicos o biológicos o si se sospecha que uno es inminente o
al recibir información que lo indique, usted debe colocarse la

155
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

máscara inmediatamente, sin recibir órdenes y sin que suene


la alarma, si existen las siguientes condiciones:
(1) Cuando su posición es atacada con:
(a) Fuego de artillería o de morteros.
(b) Proyectiles o cohetes.
(c) Humo o neblina.
(d) Pulverización desde aviones o bombardeo aéreo.
(2) La presencia de humo de origen
desconocido.
(3) La presencia de un olor, liquido o sólido
sospechoso.
(4) Si Ud. entra en un área que se sospecha esté
contaminada.
(5) Si Ud. sufre de uno o más de los siguientes síntomas.
(a) Flujo inexplicable de la nariz.
(b) Sensación de ahogamiento o de constricción. en la
garganta o el pecho.
(c) Vista nublada.
(d) Irritación de los ojos.
(e) Respiración dificultosa o acelerada sin razón obvia.

c. Primeros auxilios en caso de un ataque con agentes


químicos.
(1) Primer paso. Sostenga la respiración, póngase la
máscara protectora, despéjela, dé la voz de alarma y
continúe con la misión.
Observación. Manténgala puesta hasta que se haya
determinado que el área está segura y al recibir órdenes
de quitarse la máscara.
(2) Segundo paso. Si se presentan síntomas de intoxicación
con un agente químico neurotóxico (párrafo 52b),
adminístrese una inyección de atropina (párrafo 52c).
Observación. No se inyecte con atropina a menos que
esté seguro de necesitarla.
(3) Tercer paso. Si sospecha que gotas de un agente
químico han caído en los ojos, haga lo siguiente con suma
rapidez. Para que sean eficaces contra los efectos del gas
mostaza (iperita), dichas medidas tienen que ser cum-
plidas dentro de dos minutos después de la
contaminación.
(a) Desenrosque la tapa de la cantimplora.
(b) Quítese el casco.
(c) Inspire hondamente, sostenga la respiración, y
levántese la máscara, dejando descubierta la cara.
(d) Para enjuagar el ojo derecho, incline la cabeza hacia
atrás y vuélvala un poco hacia la derecha, y viceversa

156
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

para el ojo izquierdo.


(e) Con los ojos mirando hacia arriba, eche agua en el ojo
muy lentamente, de ser esto posible, para que dicha
agua no se extienda por la cara ni la ropa. Si no
puede mantener el ojo abierto, abra los párpados con
los dedos.
(f) Póngase de nuevo la máscara y despéjela.
(4) Cuarto paso. Si sospecha que la cara está contaminada,
siga los siguientes pasos:
(a) Saque el estuche M13 (párrafo 50c) de la bolsa de la
máscara y ábralo.
(b) Saque la almohadilla para descontaminación y
colóquela alrededor de los dedos enguantados.
(c) Inspire hondamente, sostenga la respiración y quítese
la máscara lo suficiente para des-cubrir la cara.
(d) Seque. el liquido en la cara con la almohadilla
descontaminadora.
(e) Dele vuelta a la almohadilla y golpéese la 'cara
vigorosamente con ella para soltar el polvo; luego
frótelo en las partes contaminadas de la cara. NO
deje que el polvo entre en los ojos.
(f) si sospecha que un agente químico se ha introducido
dentro de la máscara, utilice la almohadilla.
descontaminadora para limpiar la parte interior de la
misma, usando las técnicas descritas en los párrafos
d y e anteriores.
(g) Póngase de nuevo la máscara.
(5)Quinto paso. Tan pronto lo permita la misión, quítese
cualquier contaminación líquida de las demás áreas de la
piel con la misma almohadilla y las mismas técnicas
descritas arriba.
(6) Sexto paso. Si se han empleado gases contra los nervios
y la misión lo permite, busque a otras personas que
posiblemente necesiten inyecciones adicionales de
atropina y adminístreselas.
(7) Séptimo paso. Tan pronto lo permita la misión,
descontamine su ropa y equipo personal utilizando las
bolsas de polvo de cloramida y las tijeras del estuche M13,
siguiendo las instrucciones que aparecen en el manual 21-
41.

52. LOS AGENTES QUÍMICOS NEUROTÓXICOS


a. Generalidades. Los agentes químicos neurotóxicos pueden
entrar en el cuerpo por los ojos, la piel, las vías respiratorias o
por vía oral. Aunque es posible que dichos agentes sean
absorbidos en el cuerpo a través de la piel, no producen

157
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

irritación en el punto. de absorción. Se prohíbe fumar por un


periodo no menor de 24 horas después de estar expuesto a
agentes químicos neurotóxicos, debido a que las breas y la
nicotina aumentan y prolongan sus efectos.
b. Los síntomas de la intoxicación con agentes químicos
neurotóxicos.
(1) Flujo inexplicable de la nariz.
(2) Respiración sumamente dificultosa con sensación de
constricción en el pecho.
(3) Posiblemente, las pupilas de los ojos contraídas como una
punta de alfiler.
Observación. Al exponerse a neblinas o rocíos aerosoles,
las pupilas, se contraen inmediatamente. Sin embargo, si
el agente es absorbido por la piel o ingerido con agua o
alimentos contaminados, las pupilas no se contraen
inmediatamente.
(4) Babeo, sudor excesivo, náuseas, vómitos, calambres y
micción y defecación involuntarias.
(5) Sacudimiento, contracciones nerviosas y tambaleos.
(6) Dolor de cabeza, confusión, somnolencia, estado de coma
y convulsiones.
(7) Interrupción en la respiración.
Observación. Si la baja demuestra los sin-tomas
descritos en los párrafos (4) a (7) anteriores,
probablemente no podrá ayudarse a si mismo, ya que
estos síntomas son indicativos de una intoxicación severa1
c. Primeros auxilios para la intoxicación con agentes los
neurotóxicos.
(1) Administre atropina. Si se presenta cualquiera de los
síntomas de intoxicación con agentes químicos
neurotóxicos mencionados en el párrafo (b) anterior,
adminístrese atropina, usando uno de los inyectores
automáticos (párrafo 50b). Este es el segundo paso
(párrafo 51c(2)). Si no desaparecen los síntomas dentro
de diez a quince minutos adminístrese una segunda
inyección. Si después de diez a quince minutos después
de la segunda inyección, dichos síntomas persisten,
adminístrese la tercera inyección. Si hay otros soldados
incapaces de inyectarse, inyéctelos usted usando los
inyectores de ellos que se encuentran en las bolsas de sus
respectivas máscaras. Fije los inyectores vacíos en la ropa
exterior de la baja para indicar el número de inyecciones
que ha recibido. Esto puede hacerse pasando la aguja por
la ropa y doblándola para hacer un gancho.
(a) El inyector automático de atropina (Figura 103) se
utiliza de la siguiente manera:

158
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

1. Después de sacar el inyector de la bolsa de la


máscara, quítele la envoltura de plástico.
Observación. Por acuerdo de la OTAN, una
banda amarilla alrededor del dispositivo de auto
inyección indica que contiene atropina.
2. Agarre el inyector de manera que la tapa de
seguridad amarilla se extienda arriba del pulgar,
tal como se muestra en la figura 103a.
3. Quite la tapa de seguridad amarilla halándola
hacia afuera (Figura 103ja El inyector está ahora
listo para usarse. NO toque el extremo verde
hasta que esté listo para administrar la
inyección.
4. Coloque el extremo verde contra la ropa en la
parte delantera del músculo grueso del muslo
(Figura 103b). NO pierda tiempo quitándose la
ropa para descubrir la piel. Si usted necesita
atropina, la rapidez es de capital importancia.
5. Con el inyector en ángulo recto al muslo,
empújelo con fuerza contra el mismo, inyectando
así la atropina automáticamente.
6. Espere cinco segundos para completar la
inyección luego saque la aguja de la piel
halándola rápidamente.
(b) Si la atropina normaliza nuevamente su respiración,
siga con sus actividades normales. Si hay sequedad
en la boca, esta es una buena indicación, ya que
significa que la atropina ha neutralizado los efectos
nocivos del agente químico. Sin embargo, a veces la
atropina no alivia todas las contracciones musculares
ni los efectos causados por la entrada de vapores del
agente químico en los ojos. Tales síntomas como
dolor en los ojos, dificultad en enfocar la vista y
dolores de cabeza son molestosos pero no peligrosos.
Observación. Si se inyecta la atropina sin haber
estado expuesto a un agente neurotóxico, los efectos
tóxicos de la inyección serán evidentes.
Los síntomas de la intoxicación con atropina son' los
siguientes: rojez de la piel, posiblemente con
erupción en la cara, el cuello y la parte superior del
cuerpo. La baja se queja de calor, sequedad en la
boca y dificultad en tragar. En climas calurosos le
puede dar insolación (párrafo. 40b) a menos que se le
refresque y se le evapore el sudor de la piel. Es
posible que la baja tenga trastornos mentales. Otros
síntomas son las pupilas dilatada y vista borrosa. En

159
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

casos en que un soldado es inyectado con atropina


sin haber estado expuesto a un agente químico neu-
rotóxico, obtenga tratamiento médico cuanto antes.

160
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

(2) Administre respiración artificial de ser necesario. Si las


condiciones impuestas por su misión lo permiten; verifique
si en las inmediaciones hay alguna persona que necesite
ayuda. Si la respiración de un soldado es débil o ha
cesado completamente, adminístrele respiración artificial.
Si dicho soldado no ha recibido una inyección de atropina,
adminístresela primero (párrafo (1) anterior); luego
empiece inmediatamente con la respiración artificial. En
un ambiente tóxico hay que administrar respiración
artificial por el método de máscara a boca (párrafo d a
continuación) o el método de presión sobre el pecho y
elevación de los brazos (párrafo 8c).
d. La respiración artificial de máscara a boca. Este método
es una modificación del de boca a boca (párrafo 8b). El
propósito de dicho método es llenar los pulmones de la baja
con aire puro utilizando la Máscara Protectora de Campaña
M17A1 y el Tubo de Resucitación Ml. La respiración artificial de
máscara a boca se administra de la siguiente manera:
(1) Prepare la máscara para administrar respiración artificial
(Figura 104a):
(a) Mueva el botón de la válvula (Figura 104b) hacia la
izquierda, colocando el tubo de respiración en
posición entre los dientes (dentro de la máscara).
Observación. La pieza del tubo de respiración
volverá de nuevo a su posición original tan pronto
usted la suelte de entre los dientes.
(b) Con la mano izquierda, levante la cubierta del emisor
de voz (figura 104a), luego, con la mano derecha,
coloque la válvula de salida del tubo de resucitación
(figura 104c) dentro del compartimiento de salida de
aire debajo de la cubierta del emisor. Para un buen
sello hermético, primero introduzca el borde liso de la
válvula de salida de aire (figura 104c), empujándolo
hacia arriba, y luego empuje fuertemente hacia
adentro el borde con pestaña.
(c) Para determinar si se ha logrado un sello hermético,
doble hacia atrás y apriete el extremo inferior del
tubo corrugado (Figura 104c) y luego sople por la
pieza sostenida entre los dientes del tubo de
respiración. Si el tubo corrugado no tiende a dilatarse,
saque e introduzca dé nuevo la válvula de salida,
según se explica en el párrafo (b) anterior; luego
pruébelo otra vez.
(2) Levante la máscara protectora de la baja lo suficiente para
descubrirle la boca y la nariz; lueg6 despéjele la entrada
de aire (párrafo 7):

161
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

(3) Coloque a la baja de espalda, con la cabeza ligeramente


hacia atrás, tal como se describe en los párrafos 8b(2) a
(4), para los métodos de boca a boca y boca a nariz.
(4) Coloque firmemente la boquilla del tubo de resucitación
(Figura 104c) entre los labios y dientes de la baja (Figura
105).
(a) Para colocar la boquilla entre los labios y dientes de la
baja, empiece primero con una mitad solamente y
luego introduzca la otra mitad. Coloque la parte
indentada de la boquilla bajo el labio superior.
Asegúrese de que los bordes de la boquilla estén
sellados completamente por los labios de la baja.
(b) Mantenga la boquilla en posición formando un sello
sobre los labios de la baja con el pulgar y dedo índice
de usted. Pase los 9tros tres dedos por debajo de la
barbilla para mantener la mandíbula hacia arriba.
(5) Adminístrele a la baja respiración artificial (Figura 105):
(a) Con los dedos de la mano libre ciérrele la nariz a la
baja, inhale hondamente, y sople por la boquilla del
tubo de respiración (párrafo (1) (a) anterior).
(b) Continúe soplando mientras observa si se eleva el
pecho de la baja. Si no se eleva, hale la mandíbula
aún más hacia arriba y sople con más fuerza. Si
todavía no se eleva el pecho, busque escapes de aire
en todas las conexiones.
(c) Al elevarse el pecho de la baja, deje de soplar y
suéltele la nariz para que pueda exhalar. Asegúrese
de cerrarle nuevamente la nariz tan pronto haya
exhalado.
(d) Continúe con el ciclo de soplar y dejar exhalar. Los
primeros cinco soplos deben ser hondos y rápidos
para reoxigenar la sangre rápidamente. Después de
éstos, se debe soplar de doce a veinte veces por
minuto. Si la exhalación es ruidosa, levántele aun
más la mandíbula y busque secreciones en la entrada
de aire.
(e) Cuando la baja empiece a respirar, ajuste los soplos
para asistirla. Sople cuando la baja inhala y no
cuando exhala.
(f) Cuando la baja vuelva a respirar con regularidad, deje
de soplar pero déjele el tubo de resucitación en la
boca, permitiéndole respirar aire purificado de la
máscara de usted. Asegúrese de cerrarle la nariz
cuando inhala y de soltarla cuando exhala. Si no
continúa respirando con regularidad, reinicie la
respiración artificial.

162
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

(g) Tan pronto la baja pueda respirar con regularidad y


sin asistencia, quítele el tubo de resucitación de la
boca y rápidamente colóquele la máscara. Asegúrese
de que la máscara quede debidamente sellada.
Continúe observando a la baja por si acaso deja de
respirar de nuevo a causa de la acumulación de
vapores tóxicos dentro de la máscara.
(6) Después de resucitar a la baja reajuste su propia máscara
de la siguiente manera:
(a) Suelte la boquilla del tubo de respiración,
permitiéndole volver automáticamente a su posici6n
original (Figura 104b).
(b) Desconecte de su máscara el tubo de resucitación
halándolo hacia afuera y hacia arriba, y coloque en su
lugar la cubierta del emisor de voz.
(c) Limpie la boquilla del tubo de resucitación y guárdelo
en la bolsa de la máscara.
(7) Comunique la ubicación de la baja al personal de sanidad
de acuerdo con el procedimiento operativo normal de la
unidad.

163
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

164
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

53. AGENTES QUÍMICOS VESICANTES


a. Generalidades. Los agentes químicos vesicantes incluyen los
diversos tipos de gas mostaza y los que contienen arsénico.
Hasta las dosis pequeñas de dichos agentes pueden ser de
graves consecuencias; pueden causar daños graves en los
ojos, las vías respiratorias superiores y la piel. Si se sabe o se
sospecha que se están empleando agentes químicos
vesicantes, usted debe buscar abrigo, colocarse la máscara y
aplicarse polvo en la piel expuesta utilizando la almohadilla
descontaminadora del estuche Ml3 (párrafo 50c). Si se le ha
proporcionado ropa protectora, claro está que usted debe
llevarla puesta.
b. Los síntomas del envenenamiento con agentes químicos
vesicantes.
(1) El contacto con el gas de lewisita ocasiona
inmediatamente dolor en los ojos. El contacto con gas
'mostaza no ocasiona dolor.
(2) La inflamación, las ampollas y la destrucción de los
tejidos. Entre más tiempo permanece la piel en contacto
con el agente y entre más extensa es el área afectada
más graves se tornarán las lesiones.
c. Primeros auxilios para la contaminación con agentes
químicos vesicantes. Después de seguir los pasos descritos
en el párrafo 51c, tome las siguientes medidas según sea

165
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

necesario:
(1) Si se forman ampollas, cúbralas con apósitos estériles
sueltos y sujételos con vendajes (párrafos 16 a 19). Trate
de no romper las ampollas.
(2) Si se producen quemaduras graves, acuda inmediatamente
a una instalación de sanidad.

54. GASES SOFOCANTES


La máscara protectora le proporcionará protección completa contra
tales gases sofocantes' como el fosgeno y el cloro. Será posible
continuar con su misión a menos que la exposición a un gas
sofocante antes de colocarse la máscara haya sido de tal magnitud
que le ocasione dificultad en la respiración, náuseas, vómitos o si
empieza a jadear excesivamente al esforzarse un poco. Si se,
presentan estos sin-tomas, no se esfuerce indebidamente, aflójese
la ropa, mantenga el cuerpo caliente y espere a que llegue ayuda
médica.

55. GASES QUE AFECTAN LA SANGRE


Los llamados gases que afectan la sangre incluyen los cianuros y la
arsina. La máscara protectora proporciona protección completa
contra los efectos de estos gases. Sin embargo, la exposición a
estos gases antes de colocarse la máscara protectora puede
ocasionar' trastornos rápidos y severos en la respiración. Los
primeros auxilios para la contaminación con un agente a base de
cianuro son la inhalación de nitrato de amil y respiración artificial
(párrafo 52d). Se le proporcionarán ampolletas de nitrato de amil
tan pronto se reciba información que indique la posibilidad de un
ataque con gases que afectan la sangre. La acción rápida es de
suma importancia en casos de contaminación con dichos agentes
por la forma inmediata como afectan la respiración. La asistencia de
l<>s compañeros será esencial. Reviente dos ampolletas de nitrato
de amil y colóquelas dentro de la pieza facial de la máscara. Repita
dicho procedimiento cada cuatro o cinco minutos, siempre
utilizando dos ampolletas, hasta que la baja empiece a respirar
normalmente o hasta administrarle ocho ampolletas. No
administre a la bala más de ocho ampolletas de nitrato de
amil, ya que es tóxico y una dosis mayor puede ser perjudicial. Si
la persona no reacciona después de esta dosis, es preciso que
reciba tratamiento de un oficial de sanidad.

56. GASES LACRIMÓGENOS (CS O CN)


a. La exposición a gases lacrimógenos antes de colocarse la
máscara puede ocasionar un aumento en el flujo de lágrimas y
un dolor intenso en los ojos, y puede irritar las vías
respiratorias. Si se coloca la máscara después de haber estado

166
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

expuesto al gas, asegúrese de despejar la más-cara y trate de


mantener los ojos abiertos lo más posible. Al quitarse la
máscara después de sonar la señal de fin de la alarma, los
efectos del gas desaparecerán en forma espontánea.
b. La contaminación severa de la piel con gas lacrimógeno en un
ambiente caluroso, húmedo y sin brisa puede ocasionar
ampollas a menos que se enjuague la piel con agua. Si el
agente entra en los ojos, ya sea en forma líquida o sólida, abra
los ojos y enjuáguelos con agua. Una solución de una cuarta
parte de sodio sulfito (si se tiene disponible), es más eficaz que
el agua para disolver y neutralizar el irritante en cuestión.

57. GASES EMÉTICOS


La DM (adanisita), DA y DC son gases típicos de este grupo de
agentes químicos. La máscara protectora le proporciona protección
completa contra los efectos de dichos agentes. El contacto con
estos gases antes de colocarse la máscara ocasiona estornudo,
náuseas, salivación excesiva y vómito, síntomas que no son
peligrosos para personas sana. Si la salivación o los vómitos
excesivos requieren quitarse la máscara, asegúrese de despejarla
antes de colocársela de nuevo. La actividad física vigorosa ayuda a
disminuir las náuseas y su duración.

58. LOS AGENTES QUÍMICOS QUE INCAPACITAN


En términos generales, un agente químico que incapacita es un
compuesto químico capaz de interrumpir la ejecución de los
deberes militares por medio de los efectos que produce en el
sistema nervioso central, conjuntamente con debilidad muscular y
comportamiento anormal Es posible que dichos agentes químicos
sean esparcidos por las municiones fumígenas o los aerosoles, de
modo que la entrada al cuerpo se efectúa por medio de la
respiración. Por lo tanto, la utilización de la máscara protectora es
esencial.
a. No existen primeros auxilios para aliviar los efectos de estos
agentes. Sin embargo, los primeros auxilios en apoyo de las
funciones físicas esenciales y la restricción de la actividad física
pueden ser recomendable. Es preciso quitarles las armas y
demás artículos potencialmente peligrosos a aquellas bajas
que se sospecha han sido afectadas por un agente químico que
incapacita. Esto incluye cigarrillos, fósforos medicamentos y
artículos pequeñas que se pueden tragar accidentalmente.
Hay casos en que pacientes delirantes han tratado de consumir
artículos que tenían cierta semejanza a alimentos.
b. El envenenamiento anticolinérgico (tipo BZ) puede producir
sequedad y la formación de una capa en los labios y la lengua;
sin embargo, no hay peligro inmediato de deshidratación. Se

167
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

deben administrar los líquidos en pequeñas cantidades, de ser


necesario administrarlos, debido a la posibilidad de vómitos y
la retención de la orina ocasionada por la parálisis de los
músculos de la vejiga. Hay que considerar la posibilidad de la
ingolaci6n a causa de la falta de sudor (párrafo 40b). Si la
temperatura ambiental es de más de 78 grados Fahrenheit,
quítele a la baja la ropa que sea innecesaria y humedézcale el
cuerpo para enfriarla por medio de la evaporación y evitar la
deshidratación. Si la baja no se recupera rápidamente,
adminístrele los primeros auxilios para insolación (párrafo 40~)
y busque ayuda médica.

59. HUMOS DE OCULTACIÓN


a. El humo de tetracloruro de titanio (Tipo FM). Este humo
es ligeramente tóxico, pero en forma líquida quema la piel
como ácido. fuerte. El humo irrita la nariz y los ojos pero sólo
ligeramente a causa de la pequeña concentración
generalmente presente en el humo. Sin embargo, es preciso
usar la máscara protectora cuando hay grandes concentracio-
nes de PM. Enjuáguese la piel con agua en caso de haberle
caído FM en forma líquida.
b. Humo de tipo FS. Este humo causa una sensación de
picazón en la piel por estar compuesto de millones de partí-
culas de ácido. El CS en forma líquida es sumamente corrosivo
para la piel. El rocío de los ojos con el CS en forma líquida
ocasiona quemaduras de ácido muy dolorosas. La con-
taminación con una gran concentración de dicho humo o la
exposición prolongada a las concentraciones corrientes del
humo, pueden ocasionar irritación severa de los ojos, la piel y
las vías respiratorias. Hay que utilizar la máscara protectora
en caso de grandes concentraciones del humo FS. En caso de
contaminación con FS liquido, enjuáguese la piel y los ojos con
agua de la cantimplora (párrafo 51c(3)).
c. El compuesto de HC. La exposición prolongada a grandes
concentraciones de este humo, tal como en las áreas cerradas
o cerca de cortinas de humo HC y las concentraciones
normales en campaña, puede producir efectos tóxicos en la
persona expuesta a causa de la gran concentración de cloruro
de zinc. Por esto, uno debería utilizar la máscara protectora.
Los efectos de este humo incluyen irritación de la nariz y la
garganta, tos, ahogo, dolor de cabeza, fiebre, y dolores
musculares y en el pecho. Si hay náuseas, vómitos o dificultad
en respirar, consiga asistencia médica tan pronto la situación lo
permita. Tome aspirinas para aliviar el malestar general.
d. Humo de petróleo. La aspiración de humo de petróleo no
produce efectos evidentes inmediatos, aunque se haya

168
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

aspirado durante un periodo prolongado. Sin embargo, el


personal que tenga que desempeñarse por mucho tiempo en
lugares donde hay grandes concentraciones de este humo,
debe utilizar máscaras protectoras tanto como sea posible.
e. Humo de fósforo blanco (WP). Este humo es inofensivo; sin
embargo, las lesiones causadas por el fósforo blanco quemante
en forma sólida o líquida son graves. Dichas quemaduras
tardan mucho tiempo en curarse. Para los primeros auxilios
necesarios, véase el párrafo 60a.

60. LOS INCENDIARIOS


Las diferentes clases de incendiarios son el fósforo blanco, los
aceites combustibles espesos, los metálicos y el petróleo con metal.
Es necesario que usted aprenda a protegerse de estos incendiarios.
a. Se utiliza el fósforo blanco (FB) principalmente para producir
humo de ocultación, pero también se utiliza por su efecto
incendiario para destruir los recursos de campaña y los
materiales combustibles. Las quemaduras producidas por el
fósforo blanco suelen ser múltiples, profundas y de diversos
tamaños. Las partículas de FB que se encuentren en la piel o
la ropa continuarán ardiendo hasta tanto se les prive de
oxigeno. Dichas partículas también tienden a adherirse a las
superficies y deben ser removidas de inmediato. Tome las
siguientes medidas en caso de que le caigan partículas de
fósforo blanco:
(1) Apague la llama sumergiéndose en agua o echándose
agua de la cantimplora o de otra fuente. Para tal efecto
pueden usarse también la orina, un paño mojado. o lodo.
Las almohadillas de sulfato de cobre, si se dispone de
ellas, pueden ser mojadas y colocadas sobre el fósforo
blanco ardiente. El sulfato de cobre se combina con las
partículas de fósforo, formando una capa que impide la
continuación de la actividad química de dichas partículas.
Quizá usted pueda quitarse la ropa contaminada antes de
que el fósforo la penetre y llegue a la piel.
Observación. Como el fósforo blanco es tóxico, NO
utilice grasa o aceite para sofocar 'la llama, ya que el
cuerpo lo absorberá con dicho aceite o grasa.
(2) Mantenga cubiertas las partículas de FB con un material
mojado para privarlas de aire hasta que usted pueda
sacarlas o hacer que otra persona se las saque.
(3) Las partículas de FB se pueden sacar frotándolas
suavemente con un paño mojado o con un cuchillo, una
bayoneta, un palo u otro objeto similar.
(4) Vaya a una instalación de sanidad para tratamiento tan
pronto lo permitan las condiciones de la misión.

169
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

b. Las mezclas de aceites (napalm) tienen una tendencia a


pegarse a la ropa y a las superficies del cuerpo, causando así
un contacto prolongado y quemaduras graves. Los primeros
auxilios para estas quemaduras son iguales a los que se usan
para las quemaduras causadas por el calor (Párrafos 25 y 34).
El calor y los gases irritantes producidos 'por dichas mezclas de
aceites causan daños a los pulmones que requieren
tratamiento de parte de un oficial de sanidad.
c. Los incendiarios metálicos presentan problemas especiales.
Las partículas de termita en la piel deben enfriarse
inmediatamente con agua de su cantimplora y luego
removerse. Aunque las partículas de termita tienen su propia
fuente de oxigeno y siguen quemándose bajo el agua, el agua
ayuda a enfriarlas. Los primeros auxilios para estas
quemaduras son los mismos que para otras quemaduras
(Párrafo 25). Las partículas de magnesio en la piel queman
rápida y profundamente, y como los demás incendiarios
metálicos, hay que removerías. Por lo general la eliminación de
dichas partículas debe ser efectuada por personal idóneo en
una instalación de sanidad y usando anestesia local. La baja
necesita tratamiento médico inmediato.
d. Los incendiarios de petróleo y metal tienen casi los mismos
efectos en la piel como los descritos en los párrafos b y c
anteriores. Los primeros auxilios correspondientes se
describen en el párrafo 25.

ALCANCE 7

LOS PRIMEROS AUXILIOS PSICOLÓGICOS

61. GENERALIDADES
a. Importancia de los primeros auxilios sicológicos. Usted
ha aprendido, que los primeros auxilios son las medidas de
urgencia que se administran antes de que llegue personal de
sanidad idóneo. Los primeros auxilios pueden aplicarse a los
trastornos de la mente así como a los del cuerpo. Por
consiguiente, es necesario que usted sepa administrar
primeros auxilios sicológicos para poder ayudarse a si mismo, a
sus compañeros y a la unidad en general, para que pueda
seguir combatiendo. Un trastorno emocional que dé por
resultado un mal juicio puede ser tan fatal como una bala en el
corazón. Los efectos pueden ser aún más peligrosos si el mal
juicio de una persona que padezca de un trastorno emocional
afecta a otras personas.

170
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

b. Definición del término primeros auxilios sicológicos. Si


uno se pone a pensar, los primeros auxilios sicológicos son tan
naturales, lógicos y conocidos cómo los primeros auxilios
físicos. Al lastimarse de niño, la actitud comprensiva de sus
padres ayudaba a aliviar el dolor tanto como la "curita" y el
mercurocromo. Más tarde en la vida, un desengaño o dolor era
aliviado por las palabras alentadoras de un amigo. Tomar un
paseo y discutir los problemas con un amigo es una manera
común de hacer frente a una crisis emocional. Los mismos
sentimientos naturales que hacen que deseemos ayudar a una
persona lastimada hacen que deseemos ayudar a un
compañero que se encuentra emocionalmente trastornado.
Esto quiere decir que los primeros auxilios sicológicos no son
nada más complicado que ayudar a personas que tienen
trastornos emocionales, causados bien sea por lesiones físicas,
una enfermedad o por tensión nerviosa excesiva e
insoportable. Dichos trastornos emocionales no son tan
aparentes como una herida, una pierna fracturada o la reacción
al dolor causado por cualquier daño físico; sin embargo, el
miedo y la preocupación excesivos, la depresión mental o la
sobreexcitación son indicativos de datos emocionales.
Mientras más evidente sea el síntoma, más urgente es la
necesidad de que usted ayude y más importante es que usted
tenga el conocimiento de cómo ayudar.
c. Situaciones en que pueden necesitarse los primeros
auxilios sicológicos. Las situaciones en que más se requie-
ren 1Q5 primeros auxilios sicológicos son aquéllas en que no se
dispone inmediatamente de personal de sanidad. Tales
situaciones son comunes en condiciones de combate y en
desastres civiles, tales como inundaciones, huracanes y catás-
trofes ocasionados por la guerra nuclear. Aunque vale la pena
recordar que las reacciones emocionales son temporales,
durando solamente minutos, horas o a lo más unos pocos días,
éstas incapacitan seriamente a menudo son contagiosas y
pueden ser peligrosas para el individuo y hasta para toda la
unidad. En tales situaciones es posible que Ud. esté traba-
jando al lado de una persona que no puede dominar sus reac-
ciones emocionales causadas por la tensión nerviosa excesiva.
Los trastornos sicológicos pueden presentarse aunque no haya
peligro de lesiones físicas.
d. Relación entre los primeros auxilios sicológicos y los
primeros auxilios físicos. Muchas veces los primeros
auxilios sicológicos y los primeros auxilios físicos van juntos.
Así como el descubrimiento de una herida no excluye la
posibilidad de algún trastorno sicológico, una herida física y las
circunstancias que la rodean también pueden causar un

171
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

trastorno emocional. Ambas necesitan tratamiento. La persona


que sufre de dolor, postración nerviosa, miedo de lesiones
serias a su cuerpo o aun de la muerte, no reacciona bien a las
bromas, la indiferencia o a las demostraciones de temor y de
llanto de quienes lo atienden. El miedo y la ansiedad pueden
debilitar a la baja tanto como la pérdida de sangre.
e. Los prop6sitos de los primeros auxilios sicológicos son:
(1) Regresar a la baja a sus funciones en un periodo tan corto
como sea posible.
(2) Disminuir la incapacitación inmediata de la baja aunque
no sea posible que vuelva inmediatamente a sus deberes.
(3) Disminuir la intensidad de su reacción emocional hasta
que se pueda disponer de un cuidado más completo; si es
necesario.
(4) Impedir las acciones peligrosas para él o para los
esfuerzos de las demás personas.

62. CUATRO PRINCIPIOS QUE SE DEBEN RECORDAR


Así como nadie espera que usted sea un substituto para un
cirujano, no se espera que usted tenga que reemplazar a personal
de sanidad. Sin embargo, su ayuda puede ser de incalculable valor
hasta que llegue le personal de sanidad. La administración eficaz de
primeros auxilios sicológicos contribuye a que la baja vuelva más
pronto al combate. Las reacciones emocionales no serán algo
nuevo para usted, ya que quizá ha sufrido una en alguna ocasión o
quizás ha presenciado una en otra persona, aunque no de las
proporciones tan severas a que nos referimos ahora. He aquí
algunos principios fundamentales que facilitarán su trabajo de
prestar primeros auxilios.
a. Respete el derecho de cada individuo de tener sus
propios sentimientos.
(1) Acepte a la persona que usted está tratando de ayudar sin
censurarla ni ridiculizaría. Acepte su derecho a sus propios
sentimientos. El hecho de que sus sentimientos, creencias
y comportamiento sean diferentes, no es razón para que
la culpe y se burle de ella por la manera de sentirse o de
actuar. Su tarea es ayudarla en la dura situación en que
se encuentra, no criticaría. Las personas no quieren estar
trastornadas y preocupadas y si pudieran "animarse" lo
harían al instante. Cuando la persona busca ayuda,
necesita y espera consideración por sus temores, no un
rechazo abrupto, regaños o acusaciones. Usted puede
estar impresionado con el hecho de que usted sali6 bien,
pero no puede garantizar que la próxima vez no se
invertirán los papeles.
(2) Tenga presente que todas las personas son el producto de

172
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

una gran variedad de factores. Todas las personas no


reaccionan de la misma manera ante la misma situación.
Cada una tiene necesidades y motivaciones complejas,
tanto conscientes como subconscientes, que son única-
mente suyas. De ese modo, una herida o una catástrofe
emocional tendrá para cada individuo un significado
personal que nunca es exactamente igual para todos. Aun
cuando usted no comparta las reacciones o los
sentimientos de la otra persona y aun cuando estas
reacciones puedan parecerle tontas o peculiares, usted
debe comprender que ella se siente de esta manera por
alguna razón. La mejor forma de ayudarla es aceptar este
hecho y hacer lo que pueda por ella durante este trance
tan difícil. Ella hace lo mejor que puede bajo las circuns-
tancias, de modo que ayúdela de la mejor manera que
pueda.
b. Tenga presente que la incapacidad emocional es tan
real como la incapacidad física.
(1) Si un soldado pierde una pierna por pisar una mina
terrestre, nadie, ni la baja misma, es pera que pueda
caminar de inmediato. Aunque las emociones de un
soldado hayan sido quebrantadas por la exposición
prolongada a más derramamiento de sangre y
mutilaciones de los que pueda resistir, o a la explosión de
una bomba nuclear, muchas personas esperan que dicho
soldado se reanime y siga con sus deberes sin perder el
dominio de si mismo. Algunos individuos pueden hacer
esto, pero otros no. Los que no pueden sufren de una
incapacidad tan real como el soldado que ha perdido una
pierna. Existe una tendencia muy lamentable en muchas
personas de considerar como reales solamente aquellas
cosas que pueden ver, como una herida abierta, una
hemorragia o una radiografía de un pulmón enfermo.
Muchas personas tienden también a considerar que todo
daño emocional o de la mente es imaginario, y que la
persona afectada no está enferma ni herida en realidad y
que sólo le hace falta ejercer un poco de fuerza de
voluntad para sobreponerse.
(2) Las frases “Ud. se lo está imaginando," “Anímese Ud.” y
“Contrólese” son usadas frecuentemente por personas que
piensan que están ayudando. En realidad, dichas frases
son manifestaciones de hostilidad porque demuestran
gran falta de comprensión. Sólo sirven para incitar y
recalcar las debilidades de la baja. Estas frases no son de
ninguna utilidad en la administración de primeros auxilios
sicológicos. Ni la baja sicológica ni la baja con lesiones

173
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

físicas que sufre de reacciones emocionales muy fuertes,


quiere sentirse como se siente. Quisiera ser un soldado
eficiente pero está sujeto temporalmente a los efectos del
temor y la ansiedad. Se siente perdido e incapaz de
controlar las emociones por el momento. Recordarle que
no ha actuado como los demás sólo sirve para empeorar
su condición.
c. Tenga presente que toda persona lesionada físicamente
sufre de una reacción emocional también.
(1) Una herida leve, como una cortada en el dedo, pone
nerviosa a la mayoría de las personas. Es normal que una
persona lesionada se sienta nerviosa. Mientras más grave
sea la lesión, más inseguros nos tornamos y más nos
preocupamos, especialmente si la lesión está en una parte
que valoramos altamente. Por ejemplo, una herida en los
ojos o los órganos genitales, aunque sea relativamente
pequeña, puede causarle grandes trastornos a la baja.
Algunas veces, una herida en otra parte del cuerpo puede
ser de mayor impacto emocional por razones muy
particulares. Por ejemplo, una herida en la mano puede
ser un desastre para un lanzador' de béisbol o un pianista;
mientras que la desfiguración de la cara puede tener 'un
impacto profundísimo para un actor.
(2) Las personas lesionadas siempre sienten menos confianza,
más angustia y más temor, no sólo por lo que les ha
pasado, pero debido a las cosas peores que se imaginan
que pueden sucederles como resulta4o de la lesión. Este
temor e inseguridad pueden ser motivo de irritabilidad,
terquedad e irracionalidad; la persona puede dar la
impresión de no querer cooperar, puede ponerse
innecesariamente difícil, y aun emocionalmente irracional.
Al tratar de ayudarla, recuerde que el comportamiento de
la baja no tiene nada que ver con usted personalmente.
Ella necesita su paciencia, confianza, estímulo y apoyo.
Hágale comprender que usted quiere ayudarla, aunque al
comienzo sea descortés y desagradecida.
d. Tenga presente que la mayoría de los soldados tras-
tornados ocultan los buenos rasgos de su personalidad.
Ninguna persona herida o enferma demuestra de lo que es
capaz. Es muy posible que los rasgos fuertes de su
personalidad se encuentren ocultos tras el manto de su temor,
angustia y color. Uno tiende a ver solamente sus defectos,
aunque hace apenas poco tiempo haya laborado
eficientemente a su lado. Con la ayuda que usted le brinde
podrá en el futuro ayudarle nuevamente a usted y a otros.
Todos los elementos de su personalidad que lo hicieron un

174
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

buen soldado, fusilero o compañero, aún están ahí. No


obstante. su situación actual, seguirá siendo un miembro
necesario y valioso de la unidad.

63. REACCIONES COMUNES ANTE LOS DESASTRES


a. La reacción normal. Ante desastres militares o civiles,
personales o públicos, inminentes o verdaderos, la mayoría de
las personas tratan de hacer algo inmediatamente o dentro de
unos pocos minutos después de "recuperarse". Con. Muy
pocas excepciones, todas las personas sienten cierto grado de
temor. Este temor puede ser el más grande que jamás se haya
experimentado y podemos darnos más cuenta de ello. En caso
de un desastre no se sorprenda si usted está tembloroso, si
Buda mucho, si tiene náuseas o si está desorientado. Todas
estas reacciones son normales y usted no debe preocuparse
por ellas. Después de pasar un rato ocupado en alguna tarea,
su corazón dejará de latir con violencia, empezará a respirar
normalmente y se sentirá menos tenso.
b. Las reacciones anormales. Algunas reacciones pueden
reconocerse fácilmente como anormales. Las que siguen son
las reacciones anormales más comunes:
(1) Las reacciones físicas. Algunas reacciones ante un
desastre son físicas, tales como respiración acelerada,
pulso rápido, una sensación de "revoloteo" en el estómago
y tembladera. Es posible que se manifiesten algunas o
todas estas reacciones antes de ocurrir el desastre, o
quizás no se manifiesten hasta después. Si cualquiera de
estos síntomas llega a ser severo, puede impedir el
cumplimiento eficaz de los deberes de la persona
afectada. Por ejemplo, un soldado con náuseas severas
será Incapaz de manejar una ametralladora; una persona
convencida de que está ciega no podrá manejar un
camión; y un soldado que piensa que tiene la pierna
paralizada será una verdadera carga para sus
compañeros.
(2) Reacciones de pánico. Es fácil de entender cómo el
miedo desbordante puede resultar en un comportamiento
anormal. Usted mismo puede recordar como se sintió o
como actuaron otras personas ante un gran temor.
Algunos aparentemente pierden todo dominio de si
mismos y se comportan ciega e irracionalmente. Algunos
corren sin rumbo y sin preocupación alguna por su
seguridad, mientras que otros lloran con tanta fuerza que
se agotan a tal punto que no pueden cuidarse, aunque su
vida dependa de ello, o pueden actuar en forma
temeraria, haciendo cosas que no tienen ningún sentido.

175
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

(3) Las reacciones sobre activas. Durante un desastre


usted puede anticipar una gran cantidad de movimiento y
confusión. Algunas personas sin embargo, corren de un
lado a otro, causando aún más confusión y haciendo cosas
inútiles y hasta peligrosas. Hablan excesivamente, cuen-
tan chistes cortos o se ponen exigentes y críticos o
demasiados seguros de si mismos. Usted puede verlas
saltar de tarea. en tarea, haciendo caso omiso de
cualesquiera instrucciones y, en general, ridiculizándose.
(4) Las reacciones pasivas. La mayoría de las personas
afectadas por un desastre queda trastornada,
sobresaltada o entumecida, pero esta condición se
despeja prontamente. Sin embargo, hay personas que no
pueden sobreponerse a dichas condiciones, y actúan como
si estuvieran solas en el mundo. Al moverse, y rara vez lo
hacen, sus movimientos son lentos y sin rumbo. Si acaso,
apenas reaccionarán ante cualquier persona o cosa y no
demostrarán ninguna emoción sólo una mirada vacía.
Tales personas están completamente impotentes y no se
dan cuenta de lo que está pasando alrededor de ellas.
c. Sugerencias útiles para reconocer las reacciones
emocionales. No hace falta mucho adiestramiento para reco-
nocer las reacciones anormales severas. Sin embargo, hay
soldados que tendrán reacciones menos severas y más difíciles
de descubrir. Para determinar si un hombre necesita ayuda o
no, verifique si está haciendo una tarea útil, si está cumpliendo
sus deberes y si se puede cuidar él mismo. Probablemente
usted mismo podrá salir bien de la situaci6n en cuestión, pero
es buena idea detenerse por un instante y analizar su estado
de ánimo. Es posible que usted necesite aminorar el paso o
acelerarlo.

64. PRIMEROS AUXILIOS SICOLÓGICOS


Los primeros auxilios sicológicos son sencillos y fáciles de
comprender. Siempre se permite la improvisación, igual que con
los primeros auxilios físicos. Sus decisiones se basarán en sus
observaciones de la baja y la determinación de las necesidades de
la misma. El factor del tiempo está a su favor y también los
recursos del soldado que usted está ayudando. Cómo utilizar de la
mejor manera dichos recursos es 'un problema que sólo usted
podrá resolver.
a. Cómo comunicarse. La baja que sufre de un trastorno
emocional ha levantado 'una barrera contra el miedo. Si des-
cubre que no tiene por qué sentir temor y que existen condi-
ciones normales y comprensibles en sus alrededores, se sentirá
suficientemente seguro para relajar dicha barrera. Los

176
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

esfuerzos persistentes de usted para hacer que él se de cuenta


que usted quiere comprenderlo le darán confianza'. Las cosas
familiares, como una taza de café, llamarle por su nombre, el
tratamiento de una herida aunque sea leve, o ver a personas y
actividades familiares, lo ayudarán a vencer el miedo. Sin
embargo, él no reaccionará positivamente si usted está
excitado, enojado, o es brusco.
b. Tratamiento por medio de la conversación. Todo ser
humano tiene la necesidad básica de comunicarse. No existe
mejor curación para el miedo y la soledad que la oportunidad
de hablar con una persona amigable. Inste a la baja a que
hable y escuche atentamente todo lo que dice. Averigüe lo que
le aconteció y deje que se lo cuente a su manera. Sin
embargo, no es posible ni recomendable permitir la divagación
incesante; generalmente sus sentimientos de desamparo y
desesperación disminuirán asombrosamente si usted le d4
'unos minutos para hablar de sus experiencias y sus temores.
Dele tiempo para explicar lo que le aconteció o lo que piensa
que le aconteció, y lo que teme que le vaya a pasar aún.
Muchas veces una persona puede resolver sus propios
problemas cuando alguien la insta a hablar de un
acontecimiento y explicar cuales son sus verdaderos
pensamientos acerca del mismo. A causa del terror ocasionado
por las heridas, el combate o una catástrofe, muchas bajas se
dan por vencidas. Si usted se muestra calmado, paciente y
dispuesto a escuchar, usted puede comunicarle a la baja que
tiene fe en ella, que la respeta como ser humano y que
reconoce su valor. El simple hecho de saber que se dispone de
ayuda, empezando con usted, hará que recobre la confianza en
si misma, y lo cual la ayudará a recuperarse. La mayoría de las
bajas sicológicas, hasta las que sufren de trastornos muy
severos, se recuperan notablemente cuando se les ayuda a
encontrarse a si mismas y a reorganizar sus emociones
quebrantadas. Entonces ellas pueden dejar de pensar en si
mismas y prestarle atención a las demás personas.
c. La actividad física.
(1) La persona que sufre de un trastorno emocional a causa
del combate o una catástrofe, es básicamente una baja
del miedo. Está incapacitada a causa de los efectos del
miedo. La mejor manera de acabar con el miedo es
mediante la actividad física, permitiendo a la baja olvi-
darse de su miedo. Es decir, hacer algo para aliviar la
situación, moverse contra la fuerza o cosa que amenaza;
estando activa o ayudando y por consiguiente sintiendo
que se le necesita, que es útil y que su trabajo es prove-
choso. Por ejemplo, casi todo soldado siente gran temor

177
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

un poco antes de una ofensiva grande; pero generalmente


éste se desvanece y hasta se siente mejor el soldado al
ponerse en acción. Entonces se enorgullece en cumplir
bien su misión y siente placer al darse cuenta que es un
buen soldado, sin pensar quizás que el vencimiento de sus
propios temores fue su primer logro.
(2) Esta misma medida se puede aplicar con mucha eficacia a
muchas de las bajas sicológicas que no están
incapacitadas físicamente. Después de ayudar a la baja a
vencer el miedo inicial, a recobrar parte de la confianza en
si misma y hacerle entender que su deber es continuar
funcionando tan eficazmente como sea posible, hay que
darle algo útil que hacer. Anímela a ocuparse en alguna
actividad. Haga que ayude a cargar camillas, cargar
camiones, limpiar escombros, cavar trincheras o ayudar
con los refugiados. De ser posible, haga que vuelva a sus
deberes regulares. Averigüe cuales son sus puntos fuertes
y ayúdela a utilizarlos. No deje que permanezca sin hacer
nada. Usted tendrá que dirigirla diciéndole lo que debe
hacer y dónde. Las instrucciones deben ser sencillas y
claras, deben repetirse, y deben ser razonables y
obviamente posibles de cumplir. Una persona que sienta
pánic9 tiende a discutir. Respete sus sentimientos pero
señálele las necesidades más inmediatas que pueden y
deben lograrse. Encamine provechosamente sus energías
excesivas y sobre todo, no discuta con ella. Si usted no
logra ocuparla en alguna actividad útil, es posible que
tenga que conseguir ayuda para controlar su actividad
excesiva antes de que afecte al grupo entero, resultando
en más pánico. De ser necesario, impida la propagación
de estos sentimientos infecciosos por la fuerza y mediante
la segregación.
(3) El ocuparse en 'una actividad útil ayuda a la baja en tres
sentidos: se olvida de si mismo; tiene una salida para sus
tensiones excesivas, y se prueba a si mismo que es capaz
de ser útil. Este método es asombrosamente eficaz en
ayudar a la baja a vencer sus temores y sus sentimientos
de ineficacia e inutilidad.
d. El descanso. Hay veces particularmente en combate, cuando
el agotamiento físico es la causa principal de los disturbios
emocionales. Para el soldado agotado y sucio, el descanso
adecuado, la comida caliente, ropa limpia y la oportunidad de
bañarse, pueden dar resultados espectaculares.
e. Las ventajas del compañerismo. Usted probablemente ha
notado que los individuos trabajan mejor, afrontan el peligro
mejor y resuelven más eficazmente los problemas cuando

178
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

trabajan en grupo. Cada miembro del grupo apoya a los


demás y a su vez, el individuo se fortalece de la influencia del
grupo. El compañerismo es evidente entre los miembros de un
equipo de fútbol y los miembros de una fraternidad, y también
queda demostrado por los miembros de una pandilla que
contemplan alguna travesura. Como los individuos que
componen e; grupo tienen los mismos intereses, finalidades y
problemas, hacen más y mejor trabajo, y además, tienen
menos preocupaciones y ansiedad porque saben que todos se
esfuerzan por lograr una meta común. Es 'este espíritu de
grupo el que gana juegos, el que elige alcaldes y el que toma
'una colina estratégica en combate. Es tan poderoso que es
uno de los instrumentos más eficaces que usted tiene para la
administración de primeros auxilios sicológicos. El retorno del
soldado a su grupo donde podrá observar su actividad
ordenada y eficaz le reestablecerá su sentido de pertenecer a
un grupo, le devolverá su sentido de seguridad y ayudará
enormemente a convertirlo nuevamente en un miembro útil de
su unidad.

65. LAS REACCIONES Y LIMITACIONES DE USTED


a. Hasta ahora sólo hemos hablado de los sentimientos de la
persona que ha sufrido un daño sicológico. ¿Qué hay de sus
sentimientos para con la otra persona? Cualquiera que sea la
situación, usted tendrá reacciones emocionales (conscientes o
subconscientes) que tienen que ver con la baja. Dichas
reacciones personales pueden ayudar a estorbar su habilidad
para ayudarla. Cuando uno está cansado o preocupado, tiende
a perder la paciencia con una persona que parece estar
arrastrando los pies o exagerando el problema. Usted hasta
puede sentir resentimiento hacia ella. En un momento cuando
hay tantas personas heridas "realmente" alrededor suyo será
muy natural que usted comience a resentir incapacidades que
no puede ver. Una herida física es fácil de reconocer y
aceptar; pero es más difícil aceptar como heridas también los
trastornos sicológicos. En cambio, es posible que usted tenga
la tendencia a ser demasiado compasivo, y esto puede ser tan
perjudicial para la baja como los sentimientos negativos. Esta
necesita mucha ayuda, pero no su compasión. El hecho de
abrumaría con su lástima puede contribuir a hacerla sentirse
aún más inadecuada. Demuéstrele a su compañero que usted
cuenta con que se recupere, que vuelva a hacerse cargo de sus
deberes y que sea de nuevo un soldado útil. Hay que
demostrar esta actitud positiva tanto en su comportamiento
como en lo que usted diga. Al ver en usted calma, confianza y
competencia, la baja se tranquilizará y estará más segura del

179
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

ambiente que la rodea.


b. Más que nada, usted debe tratar de no impacientarse, de no
ser intolerante y sentir resentimiento, ni preocuparse
excesivamente por la persona. Recuerde que tales emociones
suyas rara vez ayudan a la baja y nunca aumentan la
capacidad de usted de pensar claramente. Una persona con
una lesión física a veces puede continuar ayudando a los
demás, mientras que una persona con trastornos emocionales
no puede en forma alguna ayudar a otros.
c. Igual que en los casos de heridas físicas, el personal de sanidad
se encargará del tratamiento de la baja sicol6gica tan pronto
sea posible. Los primeros auxilios que haya recibido de usted
contribuirán muchísimo a su recuperación.

66. RESUMEN
a. Aprenda a descubrir las reacciones anormales en individuo un
que ha estado sometido a situaciones de gran tensión, y tenga
en mente la importancia de la administración de primeros
auxilios sicológicos para su recuperación. Recuerde que la
asistencia que usted preste puede ser de valor incalculable.
b. Tenga presente que una baja sicol6gica está tan incapacitada
como una baja física y que tiene la misma posibilidad de
reponerse si se le administran los primeros auxilios apropiados.
c. Acepte las reacciones y sentimientos de la baja como lo mejor
que esta puede hacer en las circunstancias actuales, y
reconozca que sin ayuda no puede cambiar, pues, si pudiese,
cambiaría.
d. Descubra medios eficaces de establecer comunicación con la
baja. Siempre tenga en cuenta que está trastornada,
excesivamente asustada y preocupada, y que, ha perdido la
capacidad para actuar normalmente. Demuestre por su
conversación, actitud y comportamiento que usted puede y
está dispuesto a comprender sus sentimientos. Sea paciente y
demuestre un verdadero deseo de ayudar.
e. Ayúdela a recobrar la confianza en si misma y a sentirse más
segura en el mundo que la rodea. Asegúrele que usted cuenta
con que se recupere completamente, que 'hay algo útil que
puede hacer y que se necesita su ayuda con urgencia.

180
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

INDICE
CONTENIDO PAGINA
CAPITULO I. NATURALEZA Y PRINCIPIOS DE LA
TRASMISIÓN DE ENFERMEDADES.
1. Generalidades 2–7
2. Conclusiones 7
CAPITLO II. ENFERMEDADES TRASMITIDAS POR
INSECTOS. 8 – 10
1. Generalidades 10 – 11
2. La Mosca. 11 – 13
3. Higiene del rancho. 13
4. Conclusiones
CAPITULO III. ABASTECIMIENTO DE AGUA.
ENFERMEDADES TRASMITIDAS POR EL AGUA,
FUENTES DE SUMINISTROS. PURIFICACIÓN, CONTROL
SANITARIO. 14
1. Generalidades. 14 – 15
2. Enfermedades trasmitidas por el agua. 15 – 16
3. Fuentes de suministros. 16 – 17
4. Tratamiento y purificación de agua.
CAPITULO IV. HIGIENE DE LA MARCHA. SELECCIÓN Y
EMPLAZAMIENTO DE CAMPAMENTOS.
CARACTERÍSTICAS SANITARIAS.
1. Acondicionamiento de la tropa 18

181
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

2. Ejecución de la marcha. 18 – 20
3. Personal de avanzada de alojamiento. 20
4. Selección y saneamiento de los emplazamientos de
campamentos. 20 – 21
5. Características sanitarias de los emplazamientos de
campamentos. 21 – 22
6. Conclusiones. 22
CAPITULO V. ENFERMEDADES VENEREAS.
1. Generalidades. 23 – 25
2. Medidas preventivas. 25 – 27
3. Medidas para reducir el alto porcentaje de
enfermedades venéreas. 28
CAPITULO VI. PRIMEROS AUXILIOS.
ALCANCE 1. GENERALIDADES. 29 – 34
1. Propósito y alcance. 29
3. La importancia de los Primeros Auxilios. 29 – 30
4. Las funciones físicas y vitales. 30 – 31
5. Condiciones que ponen en peligro las funciones
físicas y vitales. 31 – 32
6. Los artículos de Primeros Auxilios. 32 – 34

CONTENIDO PAGINA
ALCANCE 2. LOS CUATRO PASOS SALVAVIDAS A – B – 35 – 85
C – D. 35 – 46
SECCION I. El paso salvavidas “A”. Despeje la entrada
de aire y restaure la respiración y el latido
de corazón, según sea necesario. 47 – 52
SECCION II. El paso salvavidas “B”. Detenga la 52 – 54
hemorragia
SECCIONIII. El paso salvavidas “C”. Administre
tratamiento para la postración nerviosa 55 – 85
(Shock).
SECCION IV. El paso salvavidas “D”. Aplique apósitos y
vendaje. 86 – 109

ALCANCE 3. LESIONES QUE REQUIEREN MEDIDAS 86 – 91


ESPECIALES DE PRIMEROS AUXILIOS. 92 – 109
SECCION I. Las heridas y quemaduras graves.
SECCION II. Las Fracturas. 110 – 119
110
ALCANCE 4. EMERGENCIAS COMUNES. 110
33. Heridas leves. 110 – 111
34. Las quemaduras menores. 112
35. Un cuerpo extraño en el ojo. 112
36. Un cuerpo extraño en el oído, nariz o la garganta.
37. Los problemas de los pies. 113 – 114

182
MANUAL DE SANIDAD MILITAR
Y PRIMEROS AUXILIOS

38. Las mordeduras de culebras y picaduras de arañas


y alacranes. 114
39. Las erupciones en la piel causadas por plantas 114 – 115
venenosas. 115 – 117
40. Los efectos del calor. 117 – 118
41. Los efectos del frío. 118
42. Envenenamiento con monóxido de Carbono. 118 – 119
43. Ahogamiento. 119
44. Los choques eléctricos.
45. La pérdida del conocimiento. 120 – 141
120
ALCANCE 5. EL TRANSPORTE DE LOS ENFERMOS Y 120 – 123
HERIDOS. 124 – 141
46. Generalidades.
47. Las camillas improvisadas. 142 – 157
48. Métodos de cargas a una baja.
142
ALCANCE 6. LA ADMINISTRACIÓN DE PRIMEROS 142 – 143
AUXILIOS EN UN AMBIENTE TOXICO. 143 – 145
49. Generalidades.
50. Artículos protectores de Primeros Auxilios. 145 – 152
51. Medidas de protección y primeros auxilios para la
contaminación con agentes químicos y biológicos.
52. Los agentes químicos neurotóxicos.
53. Agentes químicos vesicantes. 152 – 153
54. Gases sofocantes. 153
55. Gases que afectan la sangre. 153
56. Gases lacrimógenos. 153 – 154
57. Gases eméticos. 154
58. Los agentes químicos que incapacitan. 154 – 155
59. Humos de ocultación. 155
60. Los incendiarios. 156 – 157

ALCANCE 7. LOS PRIMEROS AUXILIOS SICOLÓGICOS. 157 – 167


61. Generalidades. 157 – 159
62. Cuatro principios que se deben recobrar. 159 – 161
63. Reacciones comunes ante los desastres. 161 – 163
64. Primeros auxilios sicológicos. 163 – 165
65. Las reacciones y limitaciones de usted. 165 – 166
66. Resumen. 166 - 167

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