Kepler, sin embargo, ha tenido una atencin bastante escasa.

El Ao Internacional de la Astronoma
se extinguir y casi todo el mundo sabr que 2009 fue elegido como tal porque 400 aos antes, en
1609, Galileo realiz sus famosas observaciones con su no menos famoso telescopio, pero pocos
sabrn que ese mismo ao Johannes Kepler, entonces matemtico del Sacro Imperio Romano
Germnico, public un libro(Astronoma Nova) en el que se recogan dos de las tres leyes (leyes de
Kepler) que an hoy da se siguen estudiando y gracias a las cuales se calculan las rbitas de los
planetas, se ponen en rbita satlites o se predice la aparicin de los cometas.
Kepler tuvo una infancia desgraciada, se cri en el seno de una familia que hoy da calificaramos de
desestructurada, casi no asisti a la escuela hasta los once aos y padeci todas las enfermedades
imaginables: miopa, visin doble, fiebres, viruela, llagas que se infectaban constantemente, sarna,
problemas de estmago y vescula
Paradjicamente l consideraba que el gran descubrimiento de su vida fue el atisbar el patrn
seguido por el Creador para construir el Universo: no era casual ni el nmero de planetas (entonces
slo se conocan seis) ni sus distancias al Sol. Sus rbitas estaban contenidas en esferas
circunscritas a los cinco slidos perfectos (cubo, tetraedro, octaedro, dodecaedro e icosaedro) que
se disponan unos encajados dentro de los otros.

De Kepler tal vez podramos decir que es el ltimo de los astrnomos medievales (sus obras estn
repletas de conceptos de astrologa, numerologa, consideraciones sobre la armona de las esferas y
conclusiones mstico-religiosas), pero su genio le llev a sustituir los crculos perfectos (admitidos
unnimemente durante 2000 aos) por elipses recorridas con velocidad desigual por los planetas.
Fue el golpe de gracia a la astronoma medieval, aunque sera Newton quien subido a hombros de
gigantes (Coprnico, Galileo, Kepler) podra ver lo suficientemente lejos y claro como para
abandonar unas tinieblas que Kepler contribuy a disipar. Rindmosle, pues, un merecido homenaje,
aunque sea a finales del Ao de la Astronoma.