0 valutazioniIl 0% ha trovato utile questo documento (0 voti)
148 visualizzazioni3 pagine
El documento introduce el problema del mal desde la perspectiva cristiana, donde Dios es perfecto y omnipotente. Explica las respuestas filosóficas griegas al mal como ignorancia o parte de un diseño mayor, pero que para los cristianos el mal debe explicarse si Dios creó todo. Describe luego cómo San Agustín se unió al maniqueísmo dualista, que atribuía el mal a fuerzas externas, aunque luego rechazó esta visión al no poder explicar satisfactoriamente el origen del mal.
El documento introduce el problema del mal desde la perspectiva cristiana, donde Dios es perfecto y omnipotente. Explica las respuestas filosóficas griegas al mal como ignorancia o parte de un diseño mayor, pero que para los cristianos el mal debe explicarse si Dios creó todo. Describe luego cómo San Agustín se unió al maniqueísmo dualista, que atribuía el mal a fuerzas externas, aunque luego rechazó esta visión al no poder explicar satisfactoriamente el origen del mal.
El documento introduce el problema del mal desde la perspectiva cristiana, donde Dios es perfecto y omnipotente. Explica las respuestas filosóficas griegas al mal como ignorancia o parte de un diseño mayor, pero que para los cristianos el mal debe explicarse si Dios creó todo. Describe luego cómo San Agustín se unió al maniqueísmo dualista, que atribuía el mal a fuerzas externas, aunque luego rechazó esta visión al no poder explicar satisfactoriamente el origen del mal.
Qu es el problema del mal? La que se conoce como problema del mal est condicionado por la forma en que los cristianos (y otros creyentes monotestas, como los judos y los musulmanes) conciben a Dios y a la forma en que ste se relaciona con el mundo. Recordemos que el Dios cristiano es el asiento del ser y la culminacin de la jerarqua de los valores; es un ser perfecto, creador ex nihilo, omnipotente y omnisciente y perfectamente bueno. La creacin ex nihilo implica que Dios no requiere ni de la mediacin de un principio material, ni de la preexistencia de las Ideas para traer a la realidad al ser. Su sola voluntad, identificada con su Ser y con su Inteligencia, hace posible la existencia del mundo, sin que haya ningn principio superior o existencia alguna fuera de la potestad divina. Esto significa que Dios es absolutamente libre en su omnipotencia. Adems, la creacin ex nihilo implica no slo que Dios ha creado todo por su voluntad, sin mediacin ni limitaciones, sino tambin la absoluta dependencia de todas las cosas respecto del poder divino. Es la doctrina de la providencia: Dios no permanece indiferente ante su propia creacin; de alguna manera, todas las cosas existen por Dios y estn bajo su cuidado bondadoso. Cada cosa tiene una funcin y un destino en el plan divino, los acontecimientos del mundo no son meras casualidades, sino parte de un designio providencial que dirige el cosmos hacia su finalidad trascendente. Estas son las condiciones del problema del mal que, en su formulacin cannica, se expresa como una un argumento ateolgico que establece una contradiccin entre la existencia de Dios (entendido como ser perfecto, omnisciente y omnipotente) y la innegable realidad del mal, es decir, si el mundo es obra de un Dios que es a la vez perfectamente bueno, omnipotente y omnisciente, el mal no debera existir; pero el mal existe, por tanto, Dios (entendido como ser perfectamente bueno, omnipotente y omnisciente) no puede existir. La teodicea es la bsqueda de una solucin que haga compatibles la existencia de Dios y la del mal 1 . La filosofa pagana y el mal El mal se convierte en un reto para la comprensin cristiana de la realidad, pero esto no significa que su existencia fuera desconocida y aproblemtica antes del cristianismo. La realidad del mal supuso un reto al pensamiento filosfico griego, y recibi varias respuestas que compiten an con la propuesta cristiana. Para Scrates y Platn, el mal es ignorancia, los seres humanos cometen el mal porque desconocen cul es el bien al que deben dirigirse. Si todos los seres humanos desean la felicidad (eudaimonia) no la obtienen porque su voluntad, distrada y fragmentada por la interferencia de los simulacros materiales de la vida corriente, se desva del Bien Supremo. El sabio hace a un lado decididamente estos impedimentos y abraza el Bien verdadero, espiritual e inteligible, que es la nica fuente de felicidad. Para los estoicos (y, descontando la providencia, para Aristteles), el mal es el resultado de las inevitables fricciones y choques marginales entre los objetos que constituyen el mundo, pero que obedecen al secreto designio de la Providencia (Pronoia), quien coordina todos esos elementos, aparentemente catastrficos y aleatorios, subordinndolos a un objetivo ms elevado que, de esta suerte, los redime. As, el mal es pura apariencia, un efecto de miopa, el resultado de ver las cosas insensatamente desde el punto de vista de la conveniencia particular y no desde la Razn (Logos), que ha situado los acontecimientos de tal manera que al final resulta un bien mayor. En ambos concepciones, el mal es el resultado de las limitaciones que impone a la realidad su constitucin ontolgica material. Frente a la unidad indivisa permanente de las realidades inteligibles, el mundo material se presenta fragmentado y mltiple, inestable y caduco. La visin socrtico-platnica atribuye el origen del mal a ese error fundamental de poner el inters personal en las realidades inferiores corpreas. Por su parte, los estoicos pretenden que el mal es la apariencia que adopta el mundo para las mentes limitadas, encerradas en su propia
1 Esta formulacin clsica del problema del mal es la que encontramos en los escritos de Leibniz (de quien derivamos este uso del trmino teodicea) y de Hume (cf. Dilogos sobre religin natural), siendo an el principal argumento en contra de la existencia de Dios. #
contemplacin egosta de la realidad, incapaces de ver que el choque y conflicto de las criaturas es necesario para el advenimiento de un bien mayor. Las limitaciones inherentes a la constitucin material de los seres obligan a la Providencia a arbitrar la obtencin de los bienes ms elevados a costa de la destruccin y menoscabo de numerosas criaturas particulares. El sabio confa en esta providencia general, porque ve en ella la accin del Logos. Para los griegos, en suma, el mal es ignorancia y error, obnubilacin del alma causada por el apego a la concrecin mltiple y fragmentaria del mundo material. Y, como sabemos, esta constitucin material del mundo est fuera del control del principio inteligible y activo (las ideas y el demiurgo platnicos, el Logos estoico, el Primer Motor aristotlico). El problema para el cristiano proviene del hecho de que, habiendo aceptado el origen radical de todas las cosas en la accin nica de Dios, no puede atribuirle a la materia ser la causa o la residencia del mal, pues hasta la materia fue creada por Dios. As pues, todo lo que existe es criatura de un Dios supremamente bueno, por lo que la gran interrogante es determinar el origen del mal en medio de un universo absolutamente dirigido por la voluntad de un ser perfecto e infalible. Agustn y el maniquesmo Movido por su deseo de resolver esta dificultad, Agustn se uni a la secta maniquea, un grupo gnstico fundado en Persia por Mani o Manes, en el siglo III de nuestra era. Mani predicaba una doctrina cosmolgica dualista que planteaba una divisin entre el bien y el mal en trminos fsicos. Dios, segn los maniqueos, era el creador de la luz y el responsable del bien, en tanto que el mal, la oscuridad, era causada por el Prncipe de las Tinieblas y sus secuaces, los demonios. La cosmogona maniquea sostena que hay una lucha permanente entre Dios y el Prncipe de los demonios, quien haba invadido el Reino de la luz y capturado parte de la sustancia divina. Los seres humanos, como todo ser viviente, poseemos una parte de luz anclada en nuestros cuerpos; si queremos contribuir a la victoria de Dios en la lucha contra el mal, es preciso que sigamos una gran cantidad de normas ascticas que harn posible la liberacin de la luz que est atrapada en los cuerpos de los seres vivos. El maniquesmo era popular porque permita a las personas atribuir el mal a poderes superiores y ajenos a su voluntad, al tiempo que pareca ofrecer una descripcin racional de la condicin humana. A diferencia del cristianismo ortodoxo, los maniqueos atribuan el mal a la accin demonaca, no a la cada admica. El pecado y el sufrimiento eran el resultado de una falta que, en ltima instancia, no era responsabilidad de los seres humanos. El cristianismo ortodoxo y el maniquesmo difieren en su antropologa tanto como en su concepto de Dios. Asimismo el maniquesmo, entendido por sus proponentes como forma superior , elitista y sofisticada del cristianismo 2 , se caracterizaba por su racionalismo. El desprecio maniqueo hacia el Antiguo Testamento se justificaba contrastndolo con la radiante superioridad del cristianismo genuino, en el que Dios mismo se revela en el altar interior del alma bien dispuesta a recibir la Sabidura 3 . En esta forma superior de cristianismo, no se requera el testimonio de los profetas, ni la intercesin de la institucin eclesial, sino que Cristo, el Verbum Dei, la Sabidura misma, apelaba directamente al alma del oyente, para convencerla mediante la elevacin del mensaje, la superioridad que emanaba de su conducta y sus hechos milagrosos. As que los maniqueos presuman de no requerir de la autoridad y sus mandatos, ni de testimonios o mediaciones, sino nicamente del uso recto de la razn 4 . Este sistema aparentemente racional tena una grave dificultad: no poda explicar satisfactoriamente la procedencia del mal. En agudo contraste con la versin moderna del problema (la teodicea), Agustn encontr que era la concepcin maniquea y corporal de Dios lo que impeda entender correctamente la naturaleza y el origen del mal. En
2 Y no nicamente del cristianismo, sino en general de todas las religiones: si bien surgido como una especie de hereja cristiana, el maniquesmo se expandi por todo el mundo antiguo mediante una vocacin universalista de superacin e inclusin de todas las otras formas de vida religiosa. Cf. Marschkies, Ch., La gnosis, Herder, Barcelona, 2002, p. 146 3 Brown, Peter, Agustn, Madrid, Acento, 2002, pp. 45-6. Agustn afirma explcitamente haberse unido a la secta en virtud del tratamiento racionalista que lo caracterizaba. Cf. Marschkies, op.cit., p. 149. Brown, sin embargo, nos informa que el maniquesmo conoci diversas acuaciones, y que el simtrico y fascinante sistema que encandil a Agustn era ms bien el propio de las clases cultas del norte de frica. Vid. Brown, op.cit., 59ss. 4 Brown, op.cit., pp. 46-7. $
Conf. VII, Agustn describe la manera en que el (neo)platonismo le ayud a superar las dudas intelectuales que le impedan alcanzar la verdad sobre la naturaleza de Dios y resolver la cuestin del mal. Una vez que se hace con el concepto apropiado de lo divino (VII, 10), Agustn pudo interpretar las relaciones de Dios con el mundo y de qu forma se encuentran el bien y el mal en las realidades creaturales (VII, 11-16), volvindose hacia las soluciones tradicionales (v.gr. estoicas) del problema del mal, encuadrndolos en una visin caractersticamente teodiceica (Dios no es responsable del mal). El texto agustiniano muestra tanto la importancia del (neo)platonismo como sus insuficiencias, de una forma parecida a la que encontramos en C. Acad. III, 19-20.