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EL BURLADOR DE SEVILLA DE TIRSO
DE MOLINA

CONTEXTO HISTÓRICO

El periodo histórico en el que se escribe y vive el autor es el


barraco, y comprende las últimas décadas del siglo XVI y las
primeras del XVII. El rasgo fundamental es la crisis generalizada
en todos los órdenes de la existencia humana.

El contraste entre los hechos de carácter político-económico,


claramente convulsos y críticos, frente a las manifestaciones
artísticas, repletas de ejemplos de gran calidad y de una enorme
influencia posterior. Es la época de Velázquez, Cervantes o
Lope de Vega; si atendemos al entorno europeo es la época de
Shakespeare, kepler, Descartes y Spinoza, padres del
racionalismo filosófico.

Europa se encontraba en un periodo de reorganización territorial


que afectó a todos los países y a la construcción y el
establecimiento de los Estados modernos. El acontecimiento
histórico que marca este momento histórico es la Guerra de los
Treinta Años (1618-1648). Se vieron involucrados muchos
países, se originó en los dominios patrimoniales de la casa de
los Austrias, en Alemania, Bohemia(República Checa) y
Hungría. Más tarde participaron otras monarquías europeas
como la española, la francesa y la sueca. Como fondo aparecían
conflictos de carácter religioso entre protestantes checos y
alemanes y Fernando II. La causa de este conflicto se deben
buscar en la voluntad hegemónica y de control de las dinastías
europeas y sus fuerzas económicas y comerciales.

Se produce una profunda crisis económica y un cambio en las


mentalidades religiosas del momento que conducirá a una nueva
situación: inflación, gastos excesivos del gobierno, guerras y las
bancarrotas en Alemania. Las ciudades empezaron a
transformarse para acoger la nueva pobreza. Por otra parte, la
Contrarreforma religiosa, iniciada en el Concilio de Trento(1545-
1563)-contraria a las propuestas protestantes que procedían del
norte de Europa-, influyó en la mentalidad del barroco y se
superpuso a los intereses económicos y a las diferencias
culturales de territorio, personas y creencias.

ESPAÑA ENTRE 1590 Y 1640

Ofrecía una inestabilidad parecida a la de las otras zonas


europeas. Los reinados de Felipe II, Felipe IV y Carlos II
confirman la decadencia del imperio español. Las causas son
políticas, económicas y culturales.
La mayoría de los monarcas de la dinastía de los Austrias que
gobernaron durante el barraco estaban controlados por un valido
o privado, es decir, un aristócrata que colaboraba con el rey en
la dirección y en la política del estado. A menudo, los validos
defendían sólo sus intereses como el Duque de Lerma, el Duque
de Osuna, el conde-duque de Olivares.
Durante la época de Felipe II el país ya mostraba señales de
alarma.El estado ya había suspendido pagos a causa de los
graves costes de la política internacional porque no era
suficiente con la que llegaba de América ni con los nuevos
impuestos.
Con Felipe III y Felipe IV, los problemas materiales se
acentuaron gracias a ciertos desastres naturales como las
epidemias y la pérdida de 1400 habitantes que supuso la
expulsión de los moriscos.

El siglo XVII español estuvo plagado de episodios secesionistas:


Cataluña, Portugal, Nápoles, Córdoba o Vizcaya; así como
continuos conflictos en Flandes, Sicilia y las colonias
americanas. En 1659 se firmó la paz de los Pirineos, con la que
España cedió a Francia los territorios de Artois, Rosellón y
Cerdeña. El imperio español se fue desmembrando de manera
progresiva.

Las diferencias económicas se tradujeron en unos contrastes


extraordinarios. Junto a las enormes fortunas (duque de Alba),
existían jornaleros, campesinos, esclavos moros y vagabundos
que vivían en las grandes ciudades junto a los pícaros y los
criados.

Los aspectos ideológicos y religiosos del siglo XVII deben


observarse a partir de la influencia decisiva del conflicto de
Trento. La renovada solemnidad de los ritos religiosos, la
catequesis, la predicación y la confesión fueron algunos de los
elementos pedagógicos de una iglesia poderosísima y
controladora de la vida espiritual y la mayoría de los servicios
públicos. La Inquisición recrudeció su acción vigilante sobre la
moral de manera absoluta.
La actividad artística era rica y variada: arquitectura (Herrera),
escultura (Berruguete), pintura (Ribera, Velázquez, Zurbarán,
Murillo o el Greco), orfebrería, música y literatura (Quevedo,
Góngora, Gracián, Cervantes, Lope de Vega y Calderón).

Los tópicos ideológicos y temáticos comunes a todas las


disciplinas:
a) Tempus fugit:brevedad de la vida
b) Theatrum mundi: el mundo como teatro
c) carpe diem:vive la vida al momento
d) Ubi sunt:el pasado que ha quedado atrás.

EL AUTOR DE EL BURLADOR DE SEVILLA Y EL


CONVIDADO DE PIEDRA

Tirso de Molina era seudónimo de Gabriel Téllez. Nació en 1579


en Madrid. Se conocen pocos detalles de su infancia. Inició su
carrera religiosa en la orden de los Mercedarios. Como fraile,
residió en distintas provincias castellanas, e inició en esa época
estudios de Arte y Teología. De regresó a Madrid, inició su labor
de comediógrafo (Don Gil de las calzas verdes).
Entre 1618 y 1626 alcanzó el apogeo de su producción literaria y
escribió sus mejores obras. La Junta de Reformación de las
costumbres-fundada por el conde-duque de Olivares-prohibió a
Tirso la redacción de comedias y lo desterró de Madrid. Se
dirigió a Sevilla, donde publicó la primera parte de sus comedias.
Debido a las presiones recibidas por la Junta de Reformación y
por la orden religiosa, Tirso abandonó la producción de
comedias y de textos profanos. A principios de 1648 cayó
enfermo en el convento soriano donde murió ese mismo año.

LA OBRA DE TIRSO DE MOLINA

Uno de los rasgos más señalados es la variedad y la diversidad


de asuntos. Las comedias de enredo sentimental que giran en
torno al tema amoroso con una protagonista femenina ponen de
manifiesto esa disposición del fraile para la construcción de
intrigas.
Por lo que respecta a los personajes, una de las aportaciones
más originales de Tirso es el papel de la mujer en los desarrollos
argumentales. Se insiste en su conocimiento del alma y de las
conductas femeninas. Incluso en sus dramas históricos, bíblicos
y hagiográficos, nos encontramos con damas con una fuerte
personalidad que se enfrentan a conflictos y los resuelven con
una decisión notable. Tirso es un maestro del arte de la máscara
y del disfraz.
Sobre los recursos escénicos es imprescindible aludir al
humor. Esa comicidad se crea a partir de juegos lingüísticos.
Tampoco faltan las alusiones eróticas, la burla de los tópicos
sociales, la sátira de las costumbres y la ironía cortesana.
Pero, en todas ellas indica la necesidad de cierta libertad en el
uso y la aplicación de las unidades dramáticas de espacio,
tiempo y acción, motivado para que la comedia se asemeje a la
vida cotidiana en variedad y gustos.

EL EATRO DE LA ÉPOCA

Entre 1580 y 1640, el teatro español conoció la aparición de una


serie extraordinaria de escritores y obras, así como compañías,
corrales de comedias y festejos religiosos relacionados con la
actividad dramatúrgica. Los nuevos lugares de reunión social
serán los corrales de comedias y los dos maestros indiscutibles
Lope de Vega y Calderón de la Barca.

Los antecedentes del teatro del Barroco

En la segunda mitad del siglo XV se produjo el resurgimiento de


las primeras compañías de comediantes. Estos grupos de
actores estaban liderados por el autor de comedias, una especia
de empresario y director. Es el encargado de componer el
repertorio, contratar a los actores, comprar las comedias a los
poetas, adaptar las piezas y dirigir los ensayos.

El gran espectáculo social del siglo XVII: el teatro

A partir de 1580, el teatro era un acontecimiento social y cultural


de primera magnitud en la mayoría de ciudades españolas. Las
piezas teatrales se desarrollaban en tres espacios diferenciados:
en las iglesias, en la corte y en los corrales de comedias. Era el
gran divertimento social, instrumento de transmisión de ideas
morales, políticas y religiosas. El más popular era el que tenía
lugar e esos patios interiores de casas que se conocen como
corrales de comedia.

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