Un joven empresario

Miguel es un chico de 24 años que actualmente trabaja como autónomo en una

empresa de freidurías, en su pueblo. Aún no hace un año que se aventuró en el
negocio y ya ha conseguido hacer frente a los numerosos gastos que tuvo al
comienzo.

La idea de trabajar como autónomo le llegó un día por casualidad, en que se

enteró que el dueño de la freiduría ponía a la venta su negocio. Meditándolo mucho
decidió arriesgarse y tras pagar un adelanto de 6.000€ y pedir un préstamo al banco
de 60.000€ comenzó a trabajar en su empresa. Al principio fue duro puesto que
apenas conocía bien el negocio ni cómo hacerlo funcionar, pero poco a poco y con
la ayuda de su familia consiguió sacarlo adelante.

Actualmente tiene contratadas a su servicio a tres personas, dos de las cuales

están dadas de alta en la Seguridad Social, reciben su nómina todos los meses y
trabajan a jornada completa. El otro empleado es un familiar suyo que por motivos
personales, trabaja únicamente a jornada parcial y no cotiza a la Seguridad Social.

En temporadas altas para el negocio, como Semana Santa, Navidad, puentes

festivos, celebraciones religiosas……Miguel necesita ampliar la plantilla
contratando a un trabajador más.

Con el poco tiempo que lleva en la empresa ya ha conseguido pagar

prácticamente todo el préstamo que solicitó, aunque está esperando que le
proporcionen una subvención por ser empresario menor de 25 años. Con el dinero
que le den terminará de pagar la deuda y podrá comenzar a ahorrar para cambiar la
fábrica y trasladarse a un polígono industrial donde tiene pensado comprar una nave.

Mientras surge el cambio de establecimiento de la empresa, Miguel está

captando nuevos clientes y dando a conocer sus productos por toda Andalucía de
manera que su producción va cada vez más en aumento……

Cuando Miguel piensa en todo lo que tiene ahora, se acuerda de sus comienzos
en una empresa de mantenimiento y sus esfuerzos por conseguir sacar el ciclo de
Grado Superior que le dio el Título de Técnico en mantenimiento y montaje de
instalaciones de edificios y procesos.

Al terminar sus estudios estuvo durante tres meses en una empresa con un
contrato en prácticas y al finalizar éste, fue contratado indefinidamente en el mismo
sitio. Recuerda, como todos los días tenía que aguantar las voces y quejas de su jefe
y como a veces odiaba trabajar. Sin embargo, ahora, las cosas han cambiado y él ha
conseguido lo que siempre había querido: ser su propio jefe.

María Martínez Gómez

2º ILSE