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El CUIDADO 105

PROFESIONAL

EXPERIENCIA
DE SALUD

PERSONA PROFESIONAL
CUIDADA DEL CUIDADO

MÉTODO

CONTEXTO
ESPACIO - Capítulo 4
LA PERSONA
TEMPORAL

CUIDADA
LA UNIDAD
DE CUIDADOS
De acuerdo a nuestro modelo conceptual, la persona cuidada -o más
específicamente: nuestra unidad de cuidado- puede tratarse tanto de un
sujeto, como de una familia, un grupo o una comunidad determinada. Y aquí
se nos plantea el cómo llamamos a aquel a quien brindaremos estos cuidados.
¿Paciente, cliente, usuario... O qué?

ANTE TODO: EL SUJETO

E l segundo elemento fundamental es el sujeto de nuestro cuidado, es


decir, la persona a la cual brindaremos el cuidado, el destinatario de
nuestro servicio profesional - como dirían los gerenciadores-.
Ya se ha hablado mucho el tema de la denominación de “paciente”, y
las connotaciones sociolingüísticas de dicho término: paciente de pasivo,
paciente del que tiene paciencia, del que espera, del que se deja hacer.
Por otro lado, desde algún tiempo a esta parte se puede leer en
los textos de enfermería el término “cliente” cuando se hace referencia a
la persona cuidada. Algunos autores encuadran esta modificación del
lenguaje y de la actitud hacia la persona cuidada, dentro de la evolución de
disciplinas afines e inspirándose en los modelos conceptuales propios.(1)
Sin embargo podemos interpretar que este término - que reemplaza
al antiguo “paciente” - responde al enfoque mercantilista con el que este

(1) KÉROUAK, S. y otros: “El pensamiento enfermero”. Masson - Barcelona, 1996.


106 el acto de cuidar - genealogía epistemológica del ser enfermo

nuevo sistema socioeconómico neoliberal ha sabido impregnar a la presta-


ción de servicios de salud.
Así, el sujeto de nuestra atención se transforma en un “comprador”, en
un “usuario” de los servicios que brindamos los operarios de la salud. Esto
lo podemos dar en llamar “el cuidado de mostrador”, o “el cuidado de góndola”,
para adaptar el concepto a estos tiempos en los que el supermercadismo
está tan en boga.
Por otro lado, la persona que se interna en un hospital o clínica, lo
hace generalmente por tres razones: la primera y más habitual es el padeci-
miento de alguna patología que requiera un tratamiento complejo, en este
caso el sujeto no decide su internación como algo natural, sino que lo ve
como un acontecimiento negativo.
La segunda razón, es la maternidad. Un acontecimiento en la mayoría
de los casos grato, que se ha institucionalizado en nuestra cultura pese a ser
una manifestación de buena salud.
Y por último tenemos la tercer causa de internación que pueden ser
aquellas intervenciones solicitadas por el sujeto, es decir las cirugías estéticas.

Pero aboquémonos a los sujetos comprendidos dentro de la primer


razón, es decir aquellos que no han tenido más remedio que internarse.
Estas personas han sido despojadas de un momento a otro, de su inti-
midad, del poder de decisión sobre situaciones cotidianas como puede ser
la hora de comer e incluso aquello que van a comer. En muchas ocasiones
puede depender del personal de enfermería para la satisfacción de aquellas
necesidades consideradas como primordiales, como por ejemplo tener que
solicitar la “chata” o el “orinal”. Estas circunstancias abruman a la mayoría
de las personas y las invaden de un sentimiento de impotencia, el cual
muchas veces se manifiesta hacia sus cuidadores -personal de enfermería-
con expresiones de agresividad.
Esta reacción no debe ser tomada de ninguna manera como algo
personal. El enfermero debe estar preparado, desde su formación teórica
y práctica para enfrentarse a este tipo de situaciones o personas “ difíciles”,
en procura de lograr un clima propicio para una adecuada relación enfer-
mero/ persona cuidada. Tenemos que tener en cuenta, también que este
sujeto, a diferencia del enfermero, no ha sido preparado para enfrentar esta
experiencia de salud traumática, y es vivida por él como altamente nega-
tiva, excediendo, la mayoría de las veces sus barreras defensivas. Según
Florencio Escardó “el paciente no sabe ser paciente” (1).Pero él no tiene la obli-
(1) ESCARDÓ, F., “Carta abierta a los pacientes”. Emecé - Buenos Aires, 1972.
la persona cuidada 107

gación de saberlo, en cambio nosotros, como agentes de salud, tenemos la


obligación de ser verdaderos profesionales responsables, y hacernos cargo
de lo que ello implica.

EL PODER Y LA VOLUNTAD

E l problema de dependencia perturba la conciencia, nubla los


sentidos y altera la conducta. Dicha afectación se manifiesta a través
de respuestas humanas de la más diversa índole: subjetivas y objetivas,
funcionales y disfuncionales. El displacer, la insatisfacción, el malestar y la
dependencia se acentúan haciendo del sujeto un verdadero compendio de
mensajes decodificables sólo mediante una competencia profesional sóli-
damente sustentable. Esto es, cuantas más herramientas contemos entre
nuestro potencial de formación, podremos ir enriqueciendo la calidad de
nuestra oferta de cuidados a la demanda del sujeto cuidado.
Esta demanda del sujeto de nuestro cuidado lo sitúa en el foco mismo
de nuestro desempeño y es, sin lugar a dudas una posición de asimetría.
Se ponen en juego situa-
El plan de cuidados no lo establece ciones de poder que requieren de
el equipo de enfermería en forma una rigurosa estructura ética en
unilateral, sino que debe ser una la que la empatía cumple un papel
construcción conjunta de éste con fundamental. De lo contrario
el sujeto de cuidado, e incluso con su podríamos incurrir en abusos de
familia o grupo de pertenencia, según todo tipo, tanto por acción como
sea el caso. por omisión.
Los abusos más frecuentes acaecidos del inadecuado manejo de estas
situaciones surgen, sobre todo de la ausencia del necesario ejercicio de la
escucha activa. Del desoír las palabras y silencios de la persona cuidada.
El conocido chiste de: “ la Medicina es el único negocio en el que el cliente
nunca tiene la razón”, expresa una triste visión de la realidad a la que es
sometido aquel que asume la condición de “pasivo” en el sistema de salud.
Otras expresiones como: “el paciente fue sometido a una intervención quirúr-
gica”, o llamar “invasivos” a aquellos procedimientos que transgreden las
barreras protectoras del cuerpo humano, nos están diciendo mucho más
que aquello que se ofrece tras una primera lectura del discurso.
108 el acto de cuidar - genealogía epistemológica del ser enfermo

En efecto: nos están hablando de “invasión” del sujeto por parte de


otros, del “sometimiento” del sujeto a la voluntad de otros.
Estos otros que se presentan como ajenos y lejanos, tanto por su
vestimenta diferente: batas, camisolines y chaquetas; como por su lenguaje
incomprensible.(1)

La persona cuidada se convierte, de esta manera en el gran ausente en dicho


proceso. El sujeto se transforma en objeto y pierde todo valor humano.

UNA CONCEPCIÓN DEL SUJETO PARA EL


MODELO CONCEPTUAL DE ENFERMERÍA

M e he abocado, en el transcurso de este volumen al desarrollo de


distintas concepciones básicas de la disciplina enfermera, en cuanto
a su desarrollo intelectual como a su ejercicio profesional.
En tal sentido considero imprescindible proponer una idea de sujeto
que englobe los fundamentos del cuidado en relación a la persona, concor-
dante con los pensamientos holístico, sistémico y dialéctico.
Esta concepción puede contrastar con numerosas perspectivas
contempladas desde otras disciplinas, como la psicología, la sociología y la
antropología. No pretende refutar ni reemplazar ninguna de ellas.
Lo expresado en el presente capítulo contrasta nítidamente con la
teoría del “engranaje” de las necesidades expuesta en el capítulo anterior.

TURALEZA
NA
TU
CU L R A
ESPÍRITU

FÍSICO PSIQUIS

INTELECTO
SO
CIEDAD
EC
OSISTEMA

Relación de interacción de las esferas


naturaleza, cultura y sujeto

(1) Nota del Autor: no sólo su lenguaje hablado sino también el lenguaje escrito: la ilegibilidad
de la letra del galeno es una de las intrigas más insondables del oscurantismo médico -.
la persona cuidada 109

Desde nuestra visión holística y sistémica, podemos contemplar al


sujeto como una organización compleja en constante interacción con su
entorno próximo o inmediato (sociedad – cultura) y a través de este con su
entorno más macro (ecosistema – naturaleza).
Estas características transforman al sujeto en un sistema abierto
tetradimensional.
Esta “parcelación” del sujeto en cuatro dimensiones se presenta sólo
a los fines de estudio, pero no son instancias del todo diferenciables, ya
que conviven en constante flujo interrelacional. Es necesaria la unidad y el
equilibrio entre estas dimensiones -al que hemos denominado homeóresis-
a fin de mantener un estado óptimo de salud.
No obstante ello, se puede afirmar que dicho estado de equilibrio nunca
se consigue, ya que el sujeto vive en constante tensión entre sus dimensiones
internas y las dimensiones que lo contienen. Esta tensión es un generador
continuo de necesidades de diferente magnitud, las cuales pueden presentar
mayor o menor grado de complejidad en cuanto a su satisfacción.

RALEZA
NATU
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CULTURA
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SOCIEDAD
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ECOSISTEMA

Estratificación de las esferas


naturaleza, cultura y sujeto

He aquí que, de acuerdo a lo analizado en el capítulo anterior, sea tan


difícil -sino imposible- encontrar algún sujeto sin problemas.
Por otro lado la naturaleza no actúa sobre el sujeto (y viceversa) sino a
través de la cultura. Siempre la cultura -como ya he expresado en capítulos
110 el acto de cuidar - genealogía epistemológica del ser enfermo

anteriores- se impone como una barrera permeable, un tamiz o filtro entre


el sujeto y la naturaleza.
El sujeto es una construcción social, y por tanto un ser cultural.
Asimismo es el único ser que puede actuar activa y conscientemente
a fin de modificar su entorno macro: el ecosistema (o los ecosistemas). En
efecto: ha secado ríos, ha inundado desiertos, ha talado bosques, ha extin-
guido especies animales y vegetales, etc.
Pero, más allá de lo negativa que pudo haber sido esta intervención,
lo que aquí nos interesa es que dicha intervención es motivada sólo por una
cosa: la necesidad. La necesidad se instala aquí como motor de impulso
para la acción del sujeto sobre su entorno.
En relación con la naturaleza, la cultura y los mecanismos de adap-
tación del sujeto al medio interno y externo, las necesidades se instalan
como un nexo demandante y la acción como un nexo respondiente, al que
podríamos llamar, también respuesta humana.
Cabe acotar aquí que el presente análisis de la constitución del sujeto
como tal y su relación con las esferas que lo contienen (cultura y naturaleza), son
aplicables tanto a la persona cuidada como al cuidador profesional. Al tiempo
que explica la interacción entre estos sujetos y los factores que la condicionan.
Toda intervención de enfermería repercutirá, en este contexto, tanto
en el sujeto de atención como en el profesional, en forma dinámica, inte-
ractiva y recíproca.
Esta visión engloba, pues todos aquellos elementos que hemos anali-
zado anteriormente como constituyentes del acto de cuidar.

LA SENSIBILIDAD, EL SENTIDO,
EL SENTIMIENTO Y LA SENSACIÓN

L as experiencias de salud guardarán, pues relación directa con la tota-


lidad de las dimensiones analizadas hasta ahora, tanto las intrasubje-
tivas (físico, psique, espíritu y razón o intelecto), como las intersubjetivas
(dadas por la interacción de dos o más sujetos: familia, grupo, comunidad)
y extrasubjetivas (la sociocultural y la natural/ ecosistémica).
Toda experiencia vivida por el sujeto atravesará las cuatro dimen-
siones que lo constituyen: física, psíquica, espiritual e intelectual.
No obstante ello, siempre habrá supremacía de una de ellas sobre las
demás, y esto será lo que determine la manifestación del individuo ante
dicha experiencia, o lo que hemos dado en llamar “respuesta humana”.
la persona cuidada 111

Dicho atravesamiento se dará de distintas maneras según la dimen-


sión implicada con más énfasis. A la vez que las respectivas respuestas
humanas se harán manifiestas de acuerdo a dicho énfasis.

Se impone una revisión de los conceptos de NECESIDAD, SATISFAC-


CIÓN, HOMEOSTASIS-HOMEORESIS, PROBLEMA, RESPUESTAS
HUMANAS, y su interrelación lógica con la idea de las ESTRUCTURAS
NECESITANTES.

Ya he afirmado que una necesidad no es otra cosa que un requerimiento


más o menos importante, dependiendo del tipo de necesidad. Existen así
necesidades vitales y necesidades secundarias, según una clasificación.
Otra clasificación ya conocida es la de las catorce necesidades
de Henderson, que en realidad no son catorce necesidades sino catorce
grupos de necesidades. Y es importante destacar esto, porque la idea de las
ESTRUCTURAS NECESITANTES se basa -si bien no en la clasifi-
cación de Henderson- en la concepción de las necesidades desde sus carac-
terísticas propias de interrelación.
Podemos interpretarlas, también como la brecha que existe entre el
estado óptimo de bienestar esperado por el sujeto y el estado actual perci-
bido por él.
Esto último si consideramos, por supuesto, a las necesidades desde
el punto de vista de la persona misma que las posee, y no desde la mirada
del otro. Esto es, en pocas palabras lo que podríamos afirmar acerca del
concepto de NECESIDAD.

Las necesidades se comportan con las mismas propiedades de la


energía: potencial -a lo que llamamos “necesidades satisfechas”- y cinética
o de movimiento -las que conocemos como “necesidades insatisfechas”-.

Para interpretar mejor esta idea podríamos imaginar un resorte que


debemos estirar hasta el extremo de satisfacción, pero que potencialmente
se mantiene en tensión para volver a su estado natural.

Esto nos hace preguntar si el estado natural de una necesidad es, justamente
su insatisfacción. Y la respuesta es, obviamente afirmativa.
112 el acto de cuidar - genealogía epistemológica del ser enfermo

ACONTECIMIENTO / HECHO / SUCESO

VIVIDO O EXPERIMENTADO POR EL SUJETO


A TRAVÉS DE SUS CUATRO DIMENSIONES

SACIÓN
SEN
“ESPIRITUAL”
¿QUÉ SENSACIONES
ME MOVILIZA?
(ESPERANZA,
NSIBILIDAD

SE
DUELO)

NTIMIENTO
“PSICOLÓGICA”
“FÍSICA”
¿QUÉ SENTIMIENTO
¿QUÉ SIENTO?
ME GENERA?
(DOLOR, FRÍO,
(NEGACIÓN, IRA,
PRURITO)
SATISFACCIÓN)
SE

“INTELECTUAL”
¿QUÉ SENTIDO LE
IMPRIMO?
(MÁGICO, BIOLÓGICO, ÉTICO)

SENTIDO

Implicancias del suceso en las


distintas esferas

La brecha entre el estado de compresión (insatisfacción total o


parcial), y su expansión máxima (satisfacción), sería el vacío, el hueco o
espacio que genera lo requerido, la necesidad propiamente dicha. Hemos,
pues analizado brevemente, los conceptos de SATISFACCIÓN e INSA-
TISFACCIÓN.

En efecto, el resorte estirado (la necesidad satisfecha), representa un


estado de quietud sólo aparente, ya que se mantiene en constante tensión,
en oposición a la fuerza de retracción del mismo. Por tanto, el gasto de
energía no culmina con la satisfacción de la necesidad, sino que, por el
contrario, se mantiene constante para mantener dicho estado.
Cuando un sujeto se ve imposibilitado, no ya de mantener el estado
de satisfacción óptimo, sino de operar al menos en parte en el “movimiento
del resorte”, es que estamos frente a un problema. Y aquí entra en juego otro
término fundamental: PROBLEMA.
la persona cuidada 113

Cuando el sujeto es incapaz de mantener el equilibrio mínimo para


el mantenimiento de cierto grado de bienestar se dice que se produce una
CRISIS. En definitiva, la traducción de una necesidad en un problema se
desprende de la ruptura de la HOMEORESIS del sujeto concomitante a
su incapacidad para aplicar las herramientas más adecuadas para enfrentar
dicha EXPERIENCIA DE SALUD.
Estas necesidades satisfechas, insatisfechas y problemas ponen en
marcha complejos mecanismos de respuesta en el sujeto. Dichas mani-
festaciones pueden ser conscientes o inconscientes, y operan en todas
las esferas de la persona. A este tipo de respuestas se las ha denominado
RESPUESTAS HUMANAS.
Más allá de las clasificaciones ya conocidas de las respuestas humanas,
he propuesto en este escrito las RHF y las RHD – respuestas humanas
funcionales y disfuncionales, respectivamente -.

LAS ESTRUCTURAS NECESITANTES

A hora bien, el nuevo concepto que estamos en condiciones de incor-


porar a nuestro modelo conceptual es el de “matriz de necesidades” o
“estructuras necesitantes”.
En efecto, la necesidad aislada carece totalmente de relevancia profe-
sional para la enfermería, si no somos capaces de relacionarla con el complejo
entramado de necesidades restantes sentidas, expresadas y normativas.
Al atravesar el tamiz de lo cultural, las dimensiones humanas se
ponen en contacto con el entorno –entendido éste no sólo como “el afuera”
– transformándose en necesidades de acuerdo a la fuente de dificultad con
la que se topen.
Estas necesidades son percibidas por el sujeto tras retroalimentarse a
través de un nuevo atravesamiento cultural. Se constituye así la estructura
necesitante.
El proceso de gestación de una estructura necesitante no está
comprendido sólo por las necesidades insatisfechas percibidas - entrando
a tomar parte un proceso intersubjetivo -, sino también por el orden de
prioridades que cada sujeto determina a cada una de ellas, lo cual es un
proceso intrasubjetivo.
Estas estructuras necesitantes retornan al medio en manifestaciones
que conocemos como respuestas humanas. Respuestas humanas que pueden
114 el acto de cuidar - genealogía epistemológica del ser enfermo

ser funcionales o disfuncionales. Las mismas son manifestaciones objetivas


y subjetivas(1) de una situación determinada.
Cada estructura necesitante generaría, en consecuencia un patrón de
respuestas humanas diferente en cada individuo – aunque la estructuras
necesitantes fuesen similares -, determinado en parte por las caracterís-
ticas de la personalidad, sus particularidades individuales.
El holismo y la Gestalt proporcionan la única concepción del sujeto
mediante la cual es posible sustentar una teoría del cuidado que guarde la
lógica y coherencia requeridas con respecto a los significados y relaciones que
guardan entre sí las necesidades, los problemas y las respuestas humanas.

EL CUERPO FRAGMENTADO

D esde el traumatólogo que se concentra en la resolución de la fractura


de fémur, hasta el kinesiólogo que se preocupa por una atelectasia
derecha, pasando por el enfermero que se esmera por el mantenimiento de
la permeabilidad del acceso venoso central, hacen de la persona cuidada un
rompecabezas de difícil solución.
Es durante este proceso que el individuo no sólo comienza a percibir su
cuerpo como una suma inconclusa de piezas fragmentadas, sino que además
lo siente ajeno, ya que ha puesto en manos de otros -casi siempre descono-
cidos- la resolución de sus problemas más vitales e incluso íntimos.
Es, sin dudas campo de la psicología el análisis e interpretación del
sinfín de alteraciones de la conducta y huellas mnémicas que ello acarrea
en la estructura de la personalidad. No obstante lo cual, como profesio-
nales encargados de identificar las respuestas humanas debemos conocer, al
menos aquellos mecanismos de defensa que se ponen en juego en este tipo
de situaciones. Mecanismos que van desde la pasividad hasta la hostilidad.

Es preciso recalcar aquí aquello que ya he mencionado en otras opor-


tunidades, y es que el sujeto cuidado no está preparado para enfrentar el
momento crítico que le significa su internación y su enfermedad; pero el
equipo profesional sí lo está, por lo que de ninguna manera y bajo ninguna
circunstancia puede responder éste último a la pasividad con indiferencia
o a la hostilidad con maltrato.

(1) Nota del Autor: los conceptos de signo y síntoma de la medicina tradicional serían
absorbidos por la entidad más compleja comprendida como “respuesta humana”.
la persona cuidada 115

TRES MANERAS DE ESTAR EN EL MUNDO

D e acuerdo a lo expresado hasta ahora, y continuando con la misma


línea de razonamiento, podríamos reconocer tres maneras de asumir
la situación o estado de salud.
Podemos definir tres franjas divididas, claramente por las coorde-
nadas de la satisfacción y la homeóresis
En el continuum bienestar-malestar, dependencia-independencia, la
persona cuidada se mueve en forma cíclica, por períodos o etapas, depen-
diendo en gran medida de sus mecanismos de defensa el tiempo que trans-
curra en una u otra franja.
Por encima de la satisfacción encontramos aquellas necesidades que,
efectivamente han sido satisfechas, lo cual nos aproxima a una sensación
de mayor bienestar. Son las que llamamos necesidades satisfechas.

No obstante ello, estas necesidades no desaparecen, sino que perma-


necen latentes en nuestra persona. Son un componente esencial de nuestra
humanidad.
Por debajo de esta línea se encuentran las necesidades que no han
podido ser satisfechas, pero que, sin embargo no destruyen nuestro equili-
brio. Son las necesidades insatisfechas.

Podemos estar aplicando mecanismos de defensa o estar sustituyén-


dolas por otras. Pueden ser tan pequeñas que no afecten, siquiera nuestra
sensación de bienestar. Aunque de hecho nos colocan en un grado inferior
de bienestar.
Cuando la suma de necesidades insatisfechas, o bien el aumento de su
tamaño o su prolongación en el tiempo atentan contra nuestra homeóresis,
nos obligan a descender de nivel instalándose en la franja de los problemas
reales o problemas de dependencia.

Es aquí cuando nos situamos en un grado de malestar o crisis. Esta


situación obliga al sujeto a adoptar alguna medida para resolverla.
116 el acto de cuidar - genealogía epistemológica del ser enfermo

BIENESTAR

SATISFACCIÓN HOMEORESIS

HOMEOSTASIS

INSATISFACCIÓN
MALESTAR

PROBLEMA DE
CRISIS CRISIS
DEPENDENCIA

Necesidad – Satisfacción – Problema

El movimiento del ciclo del estado de salud hacia arriba o abajo en los
distintos niveles está determinado por distintas fuerzas (activas o pasivas).
A saber:

a) Fuerzas que impulsan a las necesidades hacia la satisfacción:


• Desaparición de la o las fuentes de dificultad que la
originaban (pasiva).
• Respuesta humana funcional o RHF (activa).

b) Fuerzas que impulsan a las necesidades hacia el problema:


• Suma de necesidades insatisfechas (aumento en número).
• Crecimiento de la o las necesidades insatisfechas
(aumento en tamaño).
• Prolongación en el tiempo de la insatisfacción de una
o varias necesidades.
• Respuesta humana disfuncional o RHD (activa).
la persona cuidada 117

RESPUESTAS HUMANAS FUNCIONALES

E stán comprendidas por aquellas respuestas que conllevan a un enri-


quecimiento del sujeto desde el punto de vista de su interacción con
el entorno, a fin de afrontar sus experiencias de salud en forma fructífera.
Se dividen en:
• ADAPTATIVAS: En el mundo en que vivimos, en constante
cambio e incertidumbre creciente, el sujeto se ve obligado a generar
en forma continua, respuestas que faciliten su adaptación a dichos
cambios. La asimilación rápida de información, la actitud crítica, la
capacidad de regular las actividades cotidianas como las comidas o el
sueño –con la consiguiente modificación de nuestro reloj circadiano-,
y una actitud de apertura y comprensión hacia la diversidad y la parti-
cularidad, son ejemplos de dichas respuestas.

• EQUILIBRANTES: Son aquellas respuestas humanas capaces


de evitar que se pierda la homeóresis. La fisiología humana está repleta
de sistemas, de mecanismos de mantenimiento del equilibrio: desde la
bomba sodio-potasio intracelular, hasta los sistemas “buffers”; desde
el filtrado glomerular hasta la hematosis alvéolo-capilar. Desde el
punto de vista de las conductas, un adecuado manejo del tiempo libre
y el ocio, pueden traducirse como respuestas humanas equilibrantes.

• EVOLUTIVAS: Respuestas superadoras, que favorecen el creci-


miento y desarrollo de los distintos planos del sujeto: espiritual, físico,
psíquico, social, etc. La búsqueda de la superación personal a través
del estudio o, por qué no del cumplimiento de una dieta para adel-
gazar; del crecimiento espiritual a través de la religión o de la ayuda
solidaria a los más necesitados, etc.

• RELACIONAL-POSITIVAS: Son aquellas manifestaciones


que facilitan el vínculo con los demás. El buen humor, la predispo-
sición, una actitud positiva ante el fenómeno de la comunicación, la
utilización de herramientas como la empatía y la escucha activa son
parte coadyuvante de este tipo de respuestas humanas.

• DEFENSIVAS: La relación continua con el entorno nos expone


a menudo a diferentes situaciones de peligro o riesgo para nuestra
integridad o bienestar. Aquellas manifestaciones del organismo o de
118 el acto de cuidar - genealogía epistemológica del ser enfermo

la conducta, tendientes a protegernos de estos obstáculos se definen


como respuestas humanas defensivas. La acción dentro de los pará-
metros normales de nuestro sistema inmunitario, la integridad de
los tegumentos y la función de filtro del tejido pulmonar, pueden
ser un ejemplo de este tipo de respuestas. Pueden también interpre-
tarse como respuestas humanas defensivas, aquellos mecanismos que
activa el sujeto ante situaciones estresantes, un caso típico puede ser
el humor negro dentro de la sala de quirófano.

• COMPENSATORIAS: No siempre es posible lograr la satis-


facción de una necesidad, no obstante ello, mucha gente es capaz de
suplirla por otra similar, minimizando el sentimiento de frustración.
No se trata de una actitud conformista o de resignación – que podría
caratularse como respuesta invalidante -, sino que se trata, más bien
de un tipo particular de respuesta adaptativa.

RESPUESTAS HUMANAS DISFUNCIONALES

S on aquellas respuestas que no conducen a la consecución del bienestar,


sino que por el contrario, profundizan el problema vivenciado por el
sujeto cuidado. Podríamos clasificarlas en:
• DE NEGACIÓN: comprendidas por todas aquellas respuestas
que operen en función de la negación de un problema determinado,
impidiendo su correcta intervención y resolución. Pueden actuar
como mecanismos de defensa durante un tiempo, para tornarse, más
tarde en verdaderas barreras infranqueables.

• AUTODESTRUCTIVAS: estarían encuadradas dentro de este


concepto, todas aquellas respuestas que involucren un daño explícito
o tácito a la integridad física, psíquica o espiritual del sujeto cuidado.
Automutilación, intento de suicidio, autoflagelación.

• ADICTIVAS: pueden ser interpretadas como una subclasificación


de las respuestas autodestructivas. Son aquellas conductas que deter-
minan la relación patológica entre la persona y cualquier elemento adictivo
(sustancia, objeto, persona o actividad). Por ejemplo: hábito tabáquico,
alcoholismo, bulimia, drogadependencia, automedicación, compulsión
al trabajo, extrema dependencia del padre la madre o cónyuge, etc.
la persona cuidada 119

• DESEQUILIBRANTES: modos de reaccionar que desembocan


en francos desarreglos de la homeóresis de la persona, forzando situaciones
de extrema tensión, estrés o sobrecarga física, psíquica o emocional.

• INVOLUTIVAS: toda respuesta que obligue al sujeto a retro-


ceder en su maduración como persona, tiene el carácter de involutiva.
Actitudes de retraimiento, comportamientos retrógrados en cuanto a lo
que se refiere a su etapa evolutiva, abandono de determinadas costum-
bres positivas, pérdida de fortalezas que propendían al bienestar, etc.

• RELACIONAL-NEGATIVAS: son aquellas respuestas que


perjudican la relación con los demás. Actitudes agresivas o violentas,
incapacidad para asumir roles de cuidador, de madre/padre, altera-
ciones en las formas utilizadas para la comunicación, etc.

• INVALIDANTES: ante cualquier situación de crisis, existen


tres caminos: avanzar hacia la superación, retroceder y sumirse en el
problema, o bien, “estancarse”, es decir, adquirir una postura pasiva.
La adopción de una actitud expectante, sin ninguna capacidad de
reacción, confina al sujeto a dejarse llevar por las circunstancias, sin
hacerse cargo de su propio bienestar. Es una situación de abandono
de la propia persona. Puede estar determinada por la desesperanza, el
desasosiego, el temor, el pánico, la incertidumbre, la falta de voluntad,
un bajo nivel de autoestima, etc.

• DEFICITARIAS: manifestaciones fisiopatológicas en las que un


órgano o sistema es incapaz de satisfacer las necesidades del organismo.
Por ejemplo: insuficiencia respiratoria, cardíaca, renal, diabetes, etc.

Nota: Las concepciones nodales de la disciplina enfermera, tales como “EXPE-


RIENCIA DE SALUD”, “BIENESTAR”, “SALUDABLE”, “SATISFAC-
CIÓN”, “NECESIDAD” y “PROBLEMA, entre otras deben ser trabajadas en
profundidad. El sentido de BIENESTAR como estado opuesto a los conceptos de
DAÑOSO o NOCIVO no siempre se relaciona con “SENTIRSE BIEN”, ya que
un sujeto puede manifestar bienestar por haber alcanzado un estado de euforia como
consecuencia del consumo de cocaína; un obeso puede sentirse “SATISFECHO”
tras haber ingerido cantidades nocivas de carbohidratos. En consecuencia debemos
ser cuidadosos con la utilización futura de los mencionados conceptos.
120 el acto de cuidar - genealogía epistemológica del ser enfermo

A su vez podemos definir necesidades propias de la persona -como,


por ejemplo las fisiológicas- como así también necesidades recíprocas,
como por ejemplo la amistad, la solidaridad -o la necesidad de ayudar-, el
amor, la pertenencia, la colaboración, etc.

Dentro de las necesidades recíprocas podríamos ubicar las necesi-


dades sociales como alfabetismo, seguridad social, educación, comunica-
ción, comprensión y entendimiento, trabajo, cultura, desarrollo económico,
equidad, justicia, expresión, y muchas otras que no están contempladas en
la mayoría de las teorías de motivación o necesidad.

.......SEGUNDOS.............HORAS.............DÍAS.............MESES......
BIENESTAR

HMRS

HMST
MALESTAR

OXIGENACIÓN HIDRATACIÓN RECREACIÓN

El factor tiempo y su relación con el nexo Necesidad - Problema


la persona cuidada 121

POSIBLE CLASIFICACIÓN Y CATEGORIZACIÓN


DE RESPUESTAS HUMANAS SEGÚN LA
ESTRUCTURAINTRASUBJETIVA INVOLUCRADA

FENÓMENOS FENÓMENOS FENÓMENOS


DE 1º ORDEN DE 2º ORDEN DE 3º ORDEN
-Contracción -Temperatura -Regulación
-Dilatación -Fuerza -Homeostasis
-Disipación -Permeabilidad -Metabolismo
-Hematosis -Concentración -Hemodinamia -Deseo -Sublimación
-Transporte -Gradiente -Crecimiento -Duelo -Identificación
-Oxidación -Resistencia -Desarrollo -Manipulación -Rechazo
-Conducción -Presión -Maduración -Coerción -Fobia
-Secreción -Frecuencia -Adaptación -Liderazgo -Revulsión
-Excreción -Capacidad -Homeóresis -Depresión -Adicción
-Absorción -Volumen -Apatía -Compulsión
-Lisis -Alucinación -Aceptación
-Génesis -Razonamiento -Negación
-Convección -Cognición -Negociación
-Radiación -Motivación -Pulsión
-Evaporación -Culpa

PSY
-Amor
-Amistad
PHY EMO
-Simpatía
-Cohesión
SPY -Impotencia
-Rechazo
-Ira
-Desasosiego
Referencias: -Rencor
-Desprecio -Compromiso -Odio
PHY: Físico - orgánico - biológico
-Tolerancia -Indiferencia -Compañerismo
(SENSACIÓN)
-Sacrificio -Responsabilidad -Agresión
PSY: Psicológico - cognitivo
-Entrega -Espiritualidad -Sumisión
(SENTIDO)
-Amabilidad -Discriminación -Empatía
SPY: Espiritual - ético - moral
-Vocación -Solidaridad -Antipatía
(SENSIBILIDAD)
-Evolución -Compasión -Camaradería
EMO: Emocional - afectivo
-Respeto -Trascendencia -Pertenencia
(SENTIMIENTO)

Nota: no siempre de un factor negativo surge una respuesta humana negativa o


disfuncional, ya que todas las estructuras están en constante interacción y balance.
Así, una situación o experiencia de salud que genere odio o rechazo desde el punto
de vista emocional, puede ser interceptada por el componente ético-espiritual
y traducirse en una respuesta humana de tolerancia o respeto por el otro. Del
mismo modo, no debemos perder de vista el carácter de circularidad causal de tales
respuestas y de la retroalimentación constante que se establece con el entorno,
obligando al sujeto a una continua generación de respuestas.
122 el acto de cuidar - genealogía epistemológica del ser enfermo

SOBRE LAS NOCIONES


DE “NECESIDAD Y PROBLEMA”

L a satisfacción de necesidades de y por parte de la persona cuidada es


una de las premisas de la ciencia enfermera en busca del autocuidado.
Pero, ¿qué entendemos por “necesidad”? ¿qué entendemos por “satisfacción”?
Las intelectuales de la enfermería (Roy, Henderson, Adam, Peplau,
Watson y posteriores) han tomado como fuente primaria de la conceptua-
lización, o al menos de estructura de base de sus teorías, la concepción de
necesidad.
No obstante ello, ninguna define estrictamente el término necesidad
propiamente dicho en función de tal conceptualización.
Podemos referirnos, por ejemplo a Virginia Henderson, que estruc-
tura su teoría en las catorce necesidades básicas de los individuos y, sin
embargo “no se encuentra una definición específica de necesidad”.(1)
También podríamos citar algún ejemplo de definiciones vagas o poco
esclarecedoras como la de Evelyn Adam, para quien “necesidad es un reque-
rimiento, una necesidad” (¿?), “necesidad fundamental es un requerimiento
común a todos los seres humanos, sanos o enfermos” y “necesidad individual”
es un requerimiento específico, particular o personal que se deriva de una
“necesidad fundamental”.(2)
Aquí encontramos una doble dificultad: la utilización de un sinó-
nimo (requerimiento) y de una tautología (la misma palabra necesidad).
Wiedenbach consideraba que cada individuo experimenta una serie
de necesidades que constituyen una parte normal de su vida. Una necesidad
es cualquier cosa que el individuo necesita “para mantenerse o sostenerse de
forma confortable o capaz en su situación”.(3) La identificación de la necesidad
se hace a través de la ayuda, que es cualquier medida o acción que permite
al individuo superar todo lo que interfiere con su capacidad para funcionar
correctamente en relación con su situación. Para que sea válida, la ayuda
debe ser utilizada por un individuo y debe conseguir aumentar o ampliar
su capacidad.
Wiedenbach combina estas dos definiciones en un concepto más
crítico para su teoría de la necesidad de ayuda. Según la autora una nece-
sidad de ayuda es cualquier medida o acción requerida y deseada por el

(1) MARRINER-TOMEY, A., “Modelos y teorías en Enfermería”, Mosby/Doyma, Madrid,


1995.
(2) MARRINER-TOMEY, A., “Modelos...” ibíd.
(3) WIEDENBACH, E., (1964); citado por MARRINER-TOMEY, A. “Modelos...” Ibíd.
la persona cuidada 123

individuo y que tiene la capacidad de restablecer o ampliar la capacidad del


individuo para hacer frente a las exigencias implícitas de su situación.
Sería crucial para la enfermería que la necesidad de ayuda se base en
la percepción del individuo sobre su propia situación.
Si no se percibe una necesidad como una necesidad de ayuda, puede
que no se tome ninguna iniciativa para aliviarla o resolverla.

Asistimos, pues a un largo peregrinar de derivados teóricos de lo


que sería el concepto de necesidad para enfermería (necesidad individual,
necesidad fundamental, necesidad de ayuda, necesidad básica y quién sabe
cuántos etcéteras), sin encontrar en nuestras páginas una clara definición
del término NECESIDAD propiamente dicho.
Como vemos, el concepto de “Proceso de Atención de Enfermería” no es
el único confuso dentro de la bibliografía técnica. Los términos “problema”
y “necesidad” también son tratados en algunas oportunidades como sinó-
nimos y otras veces como elementos distintos.
Para destacar lo antes expresado, basta con repasar algunas defini-
ciones dadas por diferentes autores al concepto “necesidad de salud”.
Tengamos presente que términos tales como “ deficiencia”, “estado
de enfermedad” y “perturbación”, nos parece que corresponden con más
propiedad a la noción de “problema de salud” que a la de “necesidad de salud”.
De tal manera que podemos adherir a la idea de que “el problema corres-
ponde entonces a un estado de salud considerado deficiente por el individuo, por
los profesionales o por la comunidad”.(1)(2)
De lo antedicho podemos interpretar que la necesidad representa
lo que se requiere para solucionar el problema identificado. La necesidad
se mide estimando la desviación en relación con la norma. Cuanto más
grande es la desviación con respecto a la norma, más importante es la nece-
sidad de salud. No obstante ello, las necesidades están siempre presentes
en el ser humano. En otras palabras, y resumiendo: “una necesidad nace
cuando se constata una diferencia entre una situación considerada como óptima y
la situación observada en la actualidad, diferencia que se desea reducir”.(3)
Es de destacar, en tal sentido, que la existencia de necesidades puede conce-
birse incluso en una situación en la que no sea detectado problema alguno.

(1) PINEAULT, R. y DAVELUY, C., ”La planificación sanitaria” Masson. Barcelona, 1995.
(2) MORASKY, R.L. y AMICK, D. (1978), en PINEAULT, R. y DAVELUY, C., “La
planificación...” Ibíd.
(3) ROSANVALLON, P. (1981), citado por PINEAULT, R. y DAVELUY, C., “La
planificación...” Ibíd.
124 el acto de cuidar - genealogía epistemológica del ser enfermo

“Problema y necesidad son nociones conexas(1), la necesidad es, de algún modo, la


traducción del problema en términos más operacionales. Necesidad es lo que hace
falta para que la situación problemática (el estado de salud actual) se convierta
en la situación deseada (el estado de salud objetivo)”.(2)

Para ilustrar este punto en particular, podemos citar la taxonomía


de la necesidad de Bradshaw, la cual ilustra bastante bien las diferentes
perspectivas según las cuales puede definirse la necesidad. Esta taxonomía
clasifica las necesidades según cuatro tipos:
1. La necesidad normativa: es la que define el experto, el profe-
sional, en relación con una determinada norma deseable u óptima. Aquel
o aquellos que no responden a esta norma son considerados en estado de
necesidad. Así definida, la necesidad refleja forzosamente el estado actual
de los conocimientos y de los valores de aquellos que la determinan.

2. La necesidad sentida: se refiere a la percepción que tiene la


persona sobre su estado de salud actual y deseado y lo que esperan de los
servicios de salud.

3. La necesidad expresada: equivale a la demanda de cuidados y de


servicios, a la necesidad sentida que finaliza en un proceso de búsqueda de
servicios.
En efecto, algunos individuos no recurren a los servicios aunque sientan
una necesidad; otros no perciben que tienen una necesidad aunque la tengan;
finalmente, algunos expresan esta necesidad, pero no necesariamente ven
esta demanda satisfecha o al menos en la forma en que ellos esperaban.

4. La necesidad comparativa: por esta expresión, Bradshaw entiende


la necesidad que un individuo o grupo debería tener ya que presenta las
mismas características que otro individuo o grupo al que se ha identificado
una necesidad. El método utilizado para identificar poblaciones de riesgo
a partir de indicadores específicos son un ejemplo de ello.(3)

(1) conexo: dícese de lo que está enlazado o relacionado con algo.


(2) PINEAULT, R. y DAVELUY, C., “La planificación…” Ibíd.
(3) BRADSHAW, J. (1977), citado por PINEAULT, R. y DAVELUY, C., “La planifi-
cación...” Ibíd.
la persona cuidada 125

Así, cualquier valoración de necesidades que sólo utilice un proceso


perceptual basado en la interpretación del individuo, o a la inversa, la apli-
cación de un proceso normativo o racional basado en la interpretación del
profesional, puede no representar más que la punta del iceberg y, en defi-
nitiva, dar sólo una visión parcial de la situación.
A este respecto, Donabedian señala que el éxito de la planificación depende
del grado de convergencia entre estas dos perspectivas de la necesidad.(1)
Manteniendo este criterio, la disciplina enfermera ha desarrollado el
concepto de “respuestas humanas”, expuestas oficialmente por la American
Nurses Association (ANA), en la década de los ´80, definidas como “el
fenómeno que preocupa a los enfermeros”.(2)
Esta visión se completaría pocos años más tarde con la concepción de
“ dominios” o patrones funcionales de salud. En la actualidad ambas concep-
ciones (respuestas humanas y dominios) están en vigencia y se complementan
en función de una adecuada valoración de cada situación en estudio.

Según este modelo, existen principios fundamentales que rigen la


concepción de necesidad:
1. Las distintas necesidades se comportan entre sí como un complejo
mecanismo de engranajes. Se interrelacionan e interactúan entre sí,
tanto en forma directa como en forma indirecta.
2. No existen necesidades aisladas: todas coexisten en función de las
demás.
3. La importancia o jerarquía de cada una de estas necesidades depen-
derá de cada sujeto y del sinnúmero de peculiaridades que lo caracterizan.
4. Todos tenemos las mismas necesidades, no obstante no todos
necesitamos de la misma manera.
5. La fuerza que moviliza este mecanismo es lo que llamamos
fuentes de dificultad y proviene de lo que entendemos como entorno
(medio interno y externo).
6. La energía generada por la interacción de estas necesidades genera
las distintas respuestas humanas.
7. El engranaje está en constante movimiento. Que una necesidad se
encuentre momentáneamente satisfecha no quiere decir que desapa-
rezca, sino que, por el contrario trabaja de manera más efectiva.

(1) DONABEDIAN, A. (1973), citado por PINEAULT, R. y DAVELUY, C., “La plani-
ficación...” Ibíd.
(2) IYER y otros: “Proceso de Enfermería y Diagnóstico de Enfermería”. McGraw-Hill –
España, 1993.
126 el acto de cuidar - genealogía epistemológica del ser enfermo

8. Una necesidad insatisfecha puede pensarse como una rueda mal


engrasada que trabaja con dificultad y, a su vez dificulta el trabajo
de las demás, generando un malestar e incluso pudiendo generar un
desequilibrio de todo el sistema.
9. Una vez generadas las respuestas humanas, retornan al individuo
mediante el feed-back que se genera con el entorno.

Cuanto mayor sea la coincidencia de valoración entre las necesidades


percibidas (por el sujeto) y las normativas (expresadas por el profesional), mayor
será la eficacia de la relación sujeto cuidado / profesional enfermero (SC/PE).

Factores
Relacionados
NECESITANTE
ESTRUCTURA

ENTORNO
Feedback

Respuestas
Humanas

Esquema de interacción necesidades/entorno

Considero de vital importancia esta visión de las ESTRUCTURAS


NECESITANTES, ya que determina, en cierto punto la eficacia de la rela-
ción terapéutica que se entabla entre la persona cuidada y el profesional.
En efecto: el sujeto llega a la consulta con un sinfín de supuestos en
relación a su experiencia de salud, y con una importante carga de necesi-
dades sentidas.
Durante la entrevista y en el transcurso del desarrollo del vínculo
sujeto cuidado/profesional cuidador (SC/PC), es posible que un número
importante de estas necesidades se transforme en necesidades expresadas,
que servirán para el trabajo diagnóstico del profesional.
Asimismo, el enfermero, dada su formación y especificación técnica,
detectará en el sujeto cuidado un determinado haber de necesidades norma-
la persona cuidada 127

tivas -sean éstas percibidas o no por el sujeto- y necesidades comparativas


-factores de riesgo, por ejemplo-.
Lo interesante de este hecho es que de dicha confrontación surge la
brecha que separará la visión del profesional con respecto a la situación de
salud del sujeto de su propia visión.

Así, la eficacia en la relación terapéutica que se establezca de aquí en más,


será inversamente proporcional
al tamaño de dicha diferencia entre ambas miradas.

En la figura siguiente se grafican las posibles interpretaciones que


una misma estructura de necesidades puede tener para el sujeto cuidado
y para el profesional enfermero. Cabe destacar que, como ya se ha dicho,
tales diferencias operan en forma negativa en la relación de cuidado.

MIRADA DEL SUJETO MIRADA DEL PROFESIONAL


CUIDADO CUIDADOR

NECESIDADES SENTIDAS NECESIDADES NORMATIVAS


NECESIDADES EXPRESADAS NECESIDADES COMPARADAS

Principales diferencias en la relación sujeto


cuidado/profesional cuidador
128 el acto de cuidar - genealogía epistemológica del ser enfermo

LAS RESPUESTAS HUMANAS Y


EL PAPEL DE ENFERMERÍA
“En este mundo hay sólo dos tragedias. Una es no alcanzar lo que uno quiere,
y la otra es alcanzarlo. La última es, lejos, la peor, la última es la tragedia real.”
Oscar Wilde

E l filósofo y estadista chino Confucio –Kung-Futse, 551-478 a.C.– basó


su doctrina en el amor, el respeto mutuo y la obediencia, inspirando
un sabio proverbio: “No hagas a los otros lo que no te gustaría que te hicieran a
ti”. El clásico dramaturgo y crítico irlandés George Bernard Shaw (1856
-1950) lo parafraseó en una sarcástica reflexión: “No hagas a otros lo que
quisieras que ellos te hagan a ti. Sus gustos pueden no ser los mismos.”
De eso precisamente se trata el concepto de las respuestas humanas:
de las características particulares y únicas que cada persona tiene, y de su
forma irreproducible de manifestarse ante un estímulo del entorno.
Pero, atención que no nos estamos refiriendo a una simple rela-
ción estímulo-respuesta, comparable, tal vez con la teoría conductista de
Pavlov del reflejo condicionado. Sino que, al tratarse de conductas de seres
humanos, estas respuestas particulares y únicas son, la mayoría de las veces
imprevisibles e irreproducibles.
Incluso, en esto se basa uno de los argumentos de aquellos que afirman
que la enfermería no es una ciencia, dado que el objeto de estudio (en este
caso un fenómeno: las RRHH) debe tener un comportamiento previsible
y reproducible, cosa que no sucede con éstas.

Pero ¿existe alguna ciencia humana que pueda decir que está en
condiciones de predecir y reproducir en forma exacta las manifestaciones
de aquello que ha hecho su objeto de estudio?
Nótese que concepto tan interesante el de las respuestas humanas que
no sólo es aplicable a dos o más personas distintas y sus particulares herra-
mientas de adaptación, sino que además es transferible al ámbito de lo
individual y personal, tanto anímico, como conductual, espiritual, psico-
lógico y físico.
En efecto: no todos los días tengo el mismo estado de ánimo y por
ende no siempre responderé de igual manera ante un mismo estímulo.
Asimismo, mi estado de salud puede también condicionar esas respuestas
-y de hecho sucede-. Incluso mis experiencias tienen un efecto decisivo en
la continua modificación de mis percepciones, en la incesante construcción
de mi personalidad.
la persona cuidada 129

Una respuesta humana funcional nos puede llevar a una superación


de la crisis, lo que a su vez significa una superación personal, nos permite
pasar a un plano más elevado de la existencia y del ser, nos brinda la posi-
bilidad de crecer.
Una respuesta humana disfuncional, por el contrario nos invalida,
nos paraliza y nos impide ver la realidad en forma objetiva, crítica. Nos
induce a la autodestrucción o a la parálisis.

CUIDADOR
CUIDADO
SUJETO

SUJETO
LA INTERACCIÓN
SUJETO / PROFESIONAL

FUGAS FUGAS
MEDIADA POR LOS
COMPLEJOS

NECESIDADES /
RESPUESTAS HUMANAS
DE AMBOS

Relación persona cuidada/cuidadora

Dentro de este esquema de pensamiento la necesidad de la persona cuidada se presenta


como nexo demandante, mientras que el cuidado brindado por el gestor profesional de
cuidados comprende el nexo respondiente.
130 el acto de cuidar - genealogía epistemológica del ser enfermo

ACTIVIDADES DE APLICACIÓN

1. ¿A qué llamamos sujeto cuidado desde el modelo disciplinario?

2. ¿Cómo clasificaría usted las necesidades?

3. Explique la diferencia que existe entre una necesidad y un problema.

4. ¿Una necesidad es una carencia o déficit? Justifique la respuesta.

5. Complete el siguiente cuadro:


BIENESTAR

SATISFACCIÓN

INSATISFACCIÓN
MALESTAR

PROBLEMA DE
CRISIS CRISIS
DEPENDENCIA

Necesidad – Satisfacción – Problema

6. ¿Qué entiende usted por “Respuestas Humanas”?

7. ¿Cuáles son las características fundamentales de las


Respuestas Humanas?

8. ¿Qué tipo de Respuestas Humanas conoce? Mencione los


dos grandes grupos.

9. Defina Respuesta Humana Funcional.


la persona cuidada 131

10. Enuncie cinco ejemplos de Respuestas Humanas Funcionales.

11. Defina Respuesta Humana Disfuncional.

12. Enuncie cinco ejemplos de Respuestas Humanas Disfuncionales.

13. ¿Qué entiende Ud. por “Estructura Necesitante”?


¿Cuál es la relación que existe entre el sujeto cuidado,
sus necesidades y el profesional del cuidado?
El CUIDADO 133
PROFESIONAL

EXPERIENCIA
DE SALUD

PERSONA PROFESIONAL
CUIDADA DEL CUIDADO

MÉTODO

CONTEXTO
ESPACIO - Capítulo 5
EL METODO
TEMPORAL

CONCEPTUALIZACIÓN DEL PROCESO


DE ATENCIÓN DE ENFERMERÍA
“Es claro que si se ha de creer en algo que no conozcamos
por experiencia propia, habrá alguna razón para creerlo.
Generalmente, la razón es la autoridad.”
Bertrand Russell

En la eterna discusión circular sobre si la enfermería es o no una ciencia, el


proceso de atención de enfermería se presenta como la llave por excelencia
que nos abrirá a los enfermeros las puertas de la comunidad científica. Por
su similitud con el método científico reviste en sí mismo todo el estigma de lo
reverencial, lo indiscutido. Pero, ¿es el proceso de atención de enfermería el
“Santo Grial” de la disciplina?

EL PAE COMO MÉTODO DE


LA DISCIPLINA ENFERMERA

E l Proceso de Atención de Enfermería (PAE) es a la enfermería, lo que


el cerebro humano es al ser humano: sólo explotamos una mínima
proporción de su potencial. Tanto es asi que se han expuesto en más de una
ocasión las dificultades que se presentan a la hora de aplicarlo a la práctica
cotidiana. Ya lo expresaría un estudio de la región del Caribe: “sabemos que
no es fácil aplicarlo (al PAE) y allí radica el motivo primordial de su rechazo”.(1)
(1) GUILLÉN FONSECA, M., “Teorías aplicables al Proceso de Atención de Enfermería en
Educación Superior” – En Revista Cubana de Enfermería; 1999 - 15 (1); 10-6.
134 el acto de cuidar - genealogía epistemológica del ser enfermo

Rechazo que se advierte fácilmente a la hora de entablar cualquier


conversación al respecto con nuestros colegas del área asistencial. De
hecho ¿cuántos de nosotros hemos vuelto a realizar un PAE tal y como lo
aprendimos en la escuela o la universidad, una vez que egresamos?
Desde sus orígenes, el PAE constituyó una herramienta válida para
aproximar a la enfermería al rango de profesión organizada y luego de
ciencia, cumpliendo en buena parte su cometido tal como lo expresaron
Kim, McFarland y McLane:

“Los estudiantes de enfermería encuentran que los diagnósticos son un instrumento


útil para el aprendizaje. Los educadores han adoptado los diagnósticos de enfermería
como un entramado para la organización de la docencia y el ejercicio profesional”.(1)

Lo malo es que fue adoptado -más temprano por algunos, más tarde
por otros- de manera incuestionada, acrítica y sólo aplicado desde el punto
de vista estrictamente asistencial.
¿Por qué no adoptar el PAE como método para la aplicación de
programas educativos de enfermería en el trabajo en la comunidad?, o
¿por qué no hacerlo para la resolución de aquellos problemas detectados
en grupos humanos dentro de la institución a través de la gestión? El más
claro ejemplo está en que la NANDA (North American Nursing Diag-
nosis Association), entidad reconocida en todo el mundo por su tarea de
aprobar, a través de su taxonomía, los distintos diagnósticos enfermeros,
no contempla en sus escritos más que aquellos diagnósticos referidos a
los cuidados o atención directa del individuo, sin abordar los problemas
en otros ámbitos que también son competencia de enfermería: sociedad,
comunidad, país, educación, gerencia, liderazgo, política, economía, etc.
De hecho, esta asociación enuncia:

“El diagnóstico de enfermería es un juicio clínico sobre las respuestas del indi-
viduo, la familia o la comunidad, frente a problemas sanitarios / procesos vitales
reales o potenciales. Los diagnósticos de enfermería proporcionan la base para
seleccionar las intervenciones de enfermería destinadas a conseguir resultados de
los que es responsable el personal de enfermería”.(2)

(1) KIM, M.; MCFARLAND, G. y MCLANE, A., “Guía Clínica de Enfermería: Diagnós-
tico en Enfermería y Plan de Cuidados”. Mosby/Doyma – España, 1995.
(2) NORTH AMERICAN NURSING DIAGNOSIS ASSOCIATION (NANDA):
“Definición operacional de diagnósticos de enfermería aprobada en la Novena Conferencia sobre
Clasificación de los Diagnósticos de Enfermería”. 1990.
el metodo 135

Y es que primero debemos quebrar el estructurado modelo del PAE


tal y como estamos acostumbrados a plantearlo en las aulas. Liberarlo de su
estéril solemnidad académica y encontrarle el sentido práctico. Ese debe ser
el cénit y el nadir que guíe su aplicación, tanto académica como práctica.
Es importante, en tal sentido que realicemos una concienzuda defini-
ción operacional de términos.

Para empezar, podemos analizar algunas definiciones de PAE que


aparecen en la bibliografía de consulta más difundida en la actualidad, a saber:

• “Enfoque deliberativo de resolución de problemas que requiere capa-


cidades cognoscitivas, técnicas e interpersonales, y que va dirigido a satis-
facer las necesidades del sistema cliente/ familia”.(1)
• “Aplicación del enfoque de resolución de problemas, o científico, a la
práctica de la enfermería que proporciona una estructura lógica en la que
puedan basarse los cuidados de enfermería”.(2)
• “Sistema deliberado para resolver los problemas inherentes al cuidado
de la salud y a las necesidades en enfermería de los pacientes.” (3)
• “Método para identificar y resolver problemas, que describe qué debe
hacer en cada caso el personal de enfermería”.(4)
• “Es un enfoque sistemático para la práctica de enfermería que usa
técnicas de resolución de problemas”.(5)
• “Método lógico, con organización y base científica para resolver
problemas en la práctica de la enfermería profesional”.(6)
• “Método sistemático de resolución de problemas que proporciona a los
pacientes, cuidados personalizados en cualquier estado”.(7)

Dediquémosle a esta última selección una segunda lectura, y


podremos descifrar el factor común que reina en todas ellas: la concepción

(1) SMITH y GERMAIN (1975) citado por IYER, y otros: “Proceso de Enfermería y Diag-
nóstico de Enfermería”. McGraw-Hill – España, 1993.
(2) DU GAS, B., “Tratado de Enfermería Práctica”. McGraw-Hill - México, 1986.
(3) BRUNNER L. y SUDDARTH, D., “Manual de Enfermería Médico-Quirúrgica”.
Madrid, 1985.
(4) WONG, D., “Enfermería pediátrica”. Harcourt Brace - España, 1998.
(5) ATKINSON, L. Y FORTUNATO, N., “Técnicas de Quirófano”. Harcourt Brace -
España, 1998.
(6) REEDER, S., MARTÍN, L. y KONIAK, D., “Enfermería Materno Infantil”. Mc
Graw-Hill - México, 1995.
(7) POTTER, P. y PERRY, A., “Fundamentos de Enfermería”. Harcourt Brace - Madrid, 1996.
136 el acto de cuidar - genealogía epistemológica del ser enfermo

del PAE como un mero “método de resolución de problemas”. Como si fuese


algo así como la panacea de la enfermería.
No obstante, y en congruencia con el modelo conceptual que hasta el
momento hemos venido estudiando, y acorde al paradigma de la transfor-
mación en el que nos encontramos inmersos, estaríamos en condiciones de
afirmar que, en la actualidad, esto no es de ninguna manera así.
Debemos por lo tanto tratar, de una vez por todas, de terminar con la
ambigüedad con que se maneja el significado de ciertos vocablos utilizados en
nuestra profesión. Sobre todo aquellos que son eje fundamental del particular
léxico disciplinar y que forman parte de las bases conceptuales mismas de la
enfermería. Aquellos que son patrimonio y herramienta del ejercicio profe-
sional de todo enfermero, como son los conceptos “necesidad” y “problema”.
Los términos “necesidad” y “problema” -como hemos visto-, son un claro
ejemplo de la incapacidad que poseemos de alcanzar en nuestros textos esa
claridad necesaria, esa univocidad. En tal sentido si, por medio de la utili-
zación del método, nos abocamos sólo a la resolución de “problemas”, deja-
remos a la deriva un importante número de “necesidades” fundamentales sin
cubrir, a la vez que devaluaremos, sin duda alguna, las respectivas etapas
de valoración, diagnóstico y planificación del consabido PAE, ya que esta-
ríamos abocándonos exclusivamente a aquellas situaciones que se mani-
fiestan como “problemas” propiamente dichos, como hechos consumados.
En segundo lugar, debemos esclarecer que la finalidad de la disci-
plina enfermera no se extingue con la resolución de problemas, sino que
va mucho más allá.
En efecto, la prevención, promoción de la salud, la investigación,
la docencia, la gerencia y otras áreas de incumbencia de la enfermería
moderna han excedido los límites de lo que conocemos como “resolución
de problemas”.
el metodo 137

UN NUEVO ENFOQUE

J ean Watson basa su teoría en diez elementos asistenciales, cada uno de


los cuales tiene un componente fenomenológico dinámico relacionado a
los individuos involucrados en la relación que abarca la enfermería.(1)

El sexto de estos elementos enuncia lo siguiente:


“La utilización sistemática del proceso de enfermería conlleva un planea-
miento científico de la resolución de los problemas de la asistencia de enfermería,
disipando la imagen tradicional de los enfermeros como “criados de los médicos”.
El proceso de enfermería es similar al de investigación, en cuanto a que es
sistemático y organizado”.(2)

De esta manera, Watson no sólo remarca la idea de PAE como método


de resolución de problemas, sino que le imprime un sentido de “reivindi-
cador” del rol de enfermería en relación con el médico. Es sumamente
necesario abordar el PAE a partir del enfoque basado o sustentado en el
modelo conceptual de enfermería, centrado en el criterio del cuidado.

Pero a su vez es imprescindible que este enfoque abarque las nuevas


competencias de la moderna ciencia de la enfermería, es decir sus áreas más
recientes de acción: la educación, la gerencia, el liderazgo y la investigación.

El P.A.E., tal y como se lo plantea en la actualidad,


lejos de contribuir al desarrollo de la enfermería como ciencia,
la acota y devalúa su potencial,
ya que se aborda exclusivamente desde el rol asistencial
dejando de lado las funciones de docencia, investigación,
liderazgo y gestión que son sus áreas menos explotadas actualmente,
aunque no por ello menos propias de su desempeño.

Los cuadros que se exponen a continuación reflejan aquellas áreas


de la enfermería más concurridas por los teóricos a la hora de definir o
elaborar taxonomías diagnósticas de enfermería.

(1) MARRINER-TOMEY, A., “Modelos y teorías en Enfermería” Op. cit.


(2) WATSON, J. (1979), citado por MARRINER-TOMEY, A., “Modelos y teorías...” Ibíd.
138 el acto de cuidar - genealogía epistemológica del ser enfermo

aa(1) 12121212
TAXONOMÍA DE LOS DISGNÓSTICOS ENFERMEROS(1)

CLASES “CONDUCTAS DE MANEJO DE LA SALUD”


DIAGNÓSTICAS MÁS “INGESTIÓN”
EXPLORADAS “HIDRATACIÓN”
(CON TRES “SISTEMA URINARIO”
DIAGNÓSTICOS “SISTEMA GASTRO-INTESTINAL”
O MÁS, CADA UNA) “ACTIVIDAD / EJERCICIO”
“RESPUESTAS CARDIOVASCULARES-RESPIRATORIAS”
“COGNICIÓN”
“AUTOCONCEPTO”
“AUTOESTIMA”
“ROLES DE CUIDADOR”
“RELACIONES FAMILIARES”
“DESEMPEÑO DEL ROL”
“RESPUESTA POST-TRAUMÁTICA”
“RESPUESTA DE AFRONTAMIENTO”
“ESTRÉS NEUROCOMPORTAMENTAL”
“CONGRUENCIA DE LAS ACCIONES
CON LOS VALORES / CREENCIAS”
“LESIÓN FÍSICA”
“VIOLENCIA”
“TERMORREGULACIÓN”
“CONFORT FÍSICO”

TAXONOMÍA DE LOS DISGNÓSTICOS ENFERMEROS

CLASES DIAGNÓSTICAS “SISTEMA PULMONAR”


MEDIANAMENTE EXPLORADAS “REPOSO / SUEÑO”
(CON DOS DIAGNÓSTICOS O “EQUILIBRIO DE LA ENERGÍA”
MENOS, CADA UNA) “ATENCIÓN”
“ORIENTACIÓN”
“SENSACIÓN / PERCEPCIÓN”
“COMUNICACIÓN”
“IMAGEN CORPORAL”
“FUNCIÓN SEXUAL”
“CREENCIAS”
“INFECCIÓN”
“PELIGROS AMBIENTALES”
“PROCESOS DEFENSIVOS”
“CRECIMIENTO - DESARROLLO”

CLASES “TOMA DE CONCIENCIA DE LA SALUD”


DIAGNÓSTICAS MENOS “DIGESTIÓN”
EXPLORADAS “ABSORCIÓN”
(SÓLO DEFINIDAS, PERO SIN “METABOLISMO”
DIAGNÓSTICOS) “SISTEMA INTEGUMENTARIO”
“IDENTIDAD SEXUAL”
“REPRODUCCIÓN”
“VALORES”
“CONFORT AMBIENTAL”
“CONFORT SOCIAL”

(1) NORTH AMERICAN NURSING DIAGNOSIS ASSOCIATION (NANDA):


“Diagnósticos Enfermeros: Definición y Clasificación 2003/2004”. Elsevier - Madrid, 2003.
el metodo 139

Como vemos la tendencia marca una fuerte inclinación hacia las


prácticas asistenciales básicas, perdiendo fuerza en aquellas donde la
conciencia crítica y la reflexión son indispensables; para finalmente diluirse
en las áreas donde se hace hincapié en la tarea de construcción de la ciencia
enfermera como una disciplina autónoma.

“La enfermería asistencial no se ha desarrollado paralelamente a la docencia.


Existe una verdadera dicotomía entre la identidad como cuidadores (que se
transmite en las escuelas de enfermería, en las publicaciones y reuniones cien-
tíficas de enfermería) y parte de la profesión que sitúan como eje de su trabajo el
diagnóstico y el tratamiento en lugar de los cuidados”.(1)

De esta situación deriva, sin lugar a dudas el hecho que, pese a la


riqueza de las taxonomías diagnósticas de enfermería, ésta resulte hoy en
día insuficiente, por ejemplo ante los nuevos dilemas éticos. Dentro de este
esquema, la concepción del PAE, como método de aplicación del razona-
miento científico, tal como es encarado en los distintos niveles de formación,
refuerza la estructura del rol “asistencialista” de la enfermería en desmedro
de actividades tan importantes como la gerencia o la investigación.
Incluso podemos reflexionar sobre las aplicaciones del proceso de
atención de enfermería como método para promover el pensamiento
preciso, disciplinado, en cada una de las situaciones cotidianas. Ya que,
como afirma Rosalinda Alfaro Le-Fevre: “(el PAE) proporciona las bases
para el pensamiento crítico en enfermería”.(2)

POSIBLES AGREGADOS A LA TAXONOMÍA DE LOS


DIAGNÓSTICOS ENFERMEROS
(NO FIGURAN EN LA CLASIFICACIÓN 2001-2002)

CLASES DIAGNÓSTICAS “COMUNIDAD, ABORDAJE COMUNITARIO”


INEXPLORADAS (AUN NO HAN “DOCENCIA, FORMACIÓN”
SIDO CONTEMPLADAS, “CAPACITACIÓN EN SERVICIO”
NI SIQUIERA COMO CLASES) “INVESTIGACIÓN, DIFUSIÓN DE RESULTADOS”
“GERENCIA, CONDUCCIÓN, LIDERAZGO”
“SITUACIONES DE CATÁSTROFE”
“PERSONAS CON CARACTERÍSTICAS
ESPECIALES”
(POR EJEMPLO: RECLUSOS)
“DEONTOLOGÍA, ÉTICA, BIOÉTICA”

(1) GARCÍA MORALES I, BUENDÍA MUÑOZ A., “Identidad e identificación de la


Enfermería”, Revista ROL Enfermería, 24. España, 2001.
(2) ALFARO LE-FEVRE., “El pensamiento crítico, un enfoque práctico”. Masson. Barcelona,
1997.
140 el acto de cuidar - genealogía epistemológica del ser enfermo

El ejercicio de un método sistemático de pensamiento proporciona,


sin lugar a dudas, una sólida base para el razonamiento lógico y el desa-
rrollo de una visión crítica de la realidad.
Pero, si pretendemos mantener el postulado por el cual se afirma que
el PAE es el método científico aplicado a la disciplina enfermera, como
primera medida tendremos que salvar dos obstáculos:
1. Viabilizar su utilización en la práctica de la enfermería, agilizando
el método o sistema (a través de la operacionalización del proceso de
atención de enfermería).
2. Realizar las modificaciones pertinentes para poder aplicarlo a las demás
áreas de acción de la enfermería (mediante la flexibilización del PAE).
Podríamos estar refiriéndonos en tal sentido a un Proceso de Acción
de Enfermería, para poder darle la dimensión al significado que tendría
el término de “Atención” en la expresión PAE. Pero para ello es preciso
conocer a fondo su método y su forma, a fin de no caer en el error de querer
mejorar aquello que se desconoce.
Con relación a lo expuesto, concluimos que la definición más apro-
piada para el proceso de cuidados es la siguiente:

Proceso intelectual y deliberado, estructurado de acuerdo con una serie de


etapas ordenadas lógicamente, que se utiliza para planificar unos cuidados
personalizados dirigidos al mayor bienestar de la persona cuidada.(1)

Para tener en cuenta: Pensamiento crítico: a diferencia del pensamiento errático


que tenemos cuando llevamos a cabo nuestras tareas habituales o rutinarias, el
pensamiento crítico es un pensamiento cuidadoso, deliberado, centrado en un
objetivo (orientado al resultado).
El pensamiento crítico en enfermería:(2)
· Supone un pensamiento deliberado, dirigido al logro de un objetivo.
· Se orienta a la persona cuidada, y sus necesidades.
· Se basa en los principios del proceso de atención de enfermería y del método científico.
· Constantemente está reevaluándose, autocorrigiéndose y esforzándose por mejorar.
· Requiere conocimientos, habilidades y experiencia.
· Requiere estrategias para desarrollar al máximo el potencial humano (usando los
recursos individuales) y compensar al máximo los problemas creados por la naturaleza
humana (ej.: la poderosa influencia de las percepciones, los valores e ideas personales).
· Se guía por estándares profesionales y los códigos éticos.

(1) PHANEUF, M., “La planificación de los cuidados enfermeros, un sistema integrado y perso-
nalizado”; Mc.Graw-Hill Interamericana, México, 1999.
(2) Adaptado de ALFARO-LEFEVRE, R., “Critical thinking in nursing: A practical approach”.
Philadelphia. Saunders.1999
el metodo 141

ACTIVIDADES DE APLICACIÓN

1. ¿Cuál es el concepto de Proceso de Atención de Enfermería?

2. Defina el concepto de necesidad.

3. ¿Qué tipos de necesidades conoce?

4. Establezca la diferencia entre necesidad, problema y respuesta humana.

5. Determine la relación que existe entre los conceptos de necesidad,


problema y respuesta humana.

6. ¿Qué importancia tiene la comprensión del concepto de


respuestas humanas en la práctica profesional?

7. Enuncie los cuatro pasos clave que deben cumplimentarse


en la etapa de planificación del PAE.

8. ¿En qué debe PENSAR cuando lleva a cabo la etapa


de ejecución del PAE?

9. ¿Qué puntos debería estar en condiciones de responder


en la etapa de evaluación del PAE?

10. ¿Puede mencionar cuáles son los obstáculos que se presentan


en el desempeño cotidiano para la realización del
Proceso de Atención de Enfermería?

11. Enuncie las características del PAE como método científico.

12. ¿Cuáles son las ventajas del PAE para la persona cuidada?

13. ¿Cuáles son las ventajas del PAE para el profesional?

14. ¿Por qué afirmamos que el PAE tiene una finalidad?

15. ¿Por qué afirmamos que el PAE es sistemático?


142 el acto de cuidar - genealogía epistemológica del ser enfermo

16. ¿Por qué afirmamos que el Proceso de Atención de


Enfermería es dinámico?

17. ¿Por qué afirmamos que el PAE es humanístico?

18. ¿Por qué afirmamos que el Proceso de Atención de


Enfermería es interactivo?

19. ¿Por qué afirmamos que el Proceso de Atención de


Enfermería es flexible?

20. ¿Por qué afirmamos que el PAE posee una base teórica?

21. Exponga cómo el hecho de centrarse en el proceso enfermero


complementa el centro de atención del enfoque terapéutico
de otros profesionales.

22. ¿Qué entiende por pensamiento crítico?

23. Cite las características del pensamiento crítico en enfermería.


el metodo 143

PRIMERA ETAPA DEL PAE


VALORACIÓN

La VALORACIÓN es la primera fase del proceso de enfermería, pudiéndose


definir como el proceso organizado y sistemático de recogida y recopilación de
datos sobre el estado de salud de la persona cuidada.

S e realiza a través de diversas fuentes: éstas incluyen a la persona cuidada


como fuente primaria; y al expediente clínico, a la familia o a cual-
quier otra persona que dé atención a la persona cuidada, como fuentes
secundarias. Existen otras fuentes que pueden tomarse en cuenta: revistas
profesionales, los textos de referencia, etc.
Muchos enfermeros recogen principalmente datos fisiológicos para
que los utilicen otros profesionales e ignoran el resto de los procesos vitales
que implican consideraciones psicológicas, socioculturales, de desarrollo y
espirituales.
Desde un punto de vista holístico es necesario que el enfermero
conozca los patrones de interacción de las cinco áreas para identificar las
capacidades y limitaciones de la persona y ayudarle a alcanzar un nivel
óptimo de salud. Ignorar cualquiera de los procesos vitales puede acarrear
la frustración y el fracaso de todos los implicados.(1)

REQUISITOS PREVIOS

L as enfermeras y enfermeros deben poseer unos requisitos previos para


realizar una adecuada valoración de la persona cuidada, éstos son:

• Las convicciones del profesional: conforman la actitud y las


motivaciones del profesional, lo que piensa, siente y cree sobre la
enfermería, el hombre, la salud, la enfermedad, etc. Estas convic-
ciones se consideran constantes durante el proceso.
• Los conocimientos profesionales: deben tener una base de
conocimientos sólida, que permita hacer una valoración del estado de
salud integral del individuo, la familia y la comunidad. Los conoci-
mientos deben abarcar también la resolución de problemas, análisis y
toma de decisiones.
(1) Nota del Autor: realice una lectura comprensiva del capítulo dedicado al concepto de
persona para el marco teórico de enfermería.
144 el acto de cuidar - genealogía epistemológica del ser enfermo

• Habilidades: se adquieren en la valoración con la utilización de


métodos y procedimientos que hacen posible la toma de datos.
• Comunicarse de forma eficaz: implica el conocer la teoría de la
comunicación y del aprendizaje.
• Observar sistemáticamente: implica la utilización de formula-
rios o guías que identifican los tipos específicos de datos que nece-
sitan recogerse.
• Diferenciar entre signos e inferencias y confirmar las impre-
siones: un signo es un hecho que uno percibe a través del uso de los
sentidos y una inferencia es el juicio o interpretación de esos signos.
Los enfermeros a menudo hacen inferencias extraídas con pocos o
ningún signo que las apoyen, pudiendo dar como resultado cuidados
de enfermería inadecuados.

CRITERIOS DE VALORACIÓN

E s primordial seguir un orden en la valoración, de forma que, en la prác-


tica, el enfermero adquiera un hábito que se traduzca en no olvidar
ningún dato, obteniendo la máxima información en el tiempo disponible
de la consulta de enfermería. La sistemática a seguir puede basarse en
distintos criterios:

• Criterios de valoración de sentido cefalocaudal: siguiendo un


orden de "cabeza a pies". Sigue el orden de valoración de los diferentes
órganos del cuerpo humano, comenzando por el aspecto general desde
la cabeza hasta las extremidades, dejando para el final la espalda, de
forma sistemática.
• Criterios de valoración por "sistemas y aparatos": se valora el aspecto
general y las constantes vitales, y a continuación cada sistema o aparato en
forma independiente, comenzando por las zonas más afectadas.
• Criterios de valoración por "Patrones Funcionales de Salud":
la recolección de datos pone de manifiesto los hábitos y costumbres
del individuo / familia determinando el funcionamiento positivo,
alterado o en situación de riesgo con respecto al estado de salud. Este
criterio es el más apropiado ya que es el desarrollado exclusivamente
por teóricos de la enfermería.
el metodo 145

EL DATO DE ENFERMERÍA

Un dato es una información concreta de la persona cuidada,


referido a su estado de salud o a las respuestas humanas de ésta
como consecuencia de su estado.

Tipos de datos a recoger:


• Datos actuales: información que evidencia sobre el problema de
salud actual. Fortalezas, debilidades, respuestas humanas, factores de
riesgo que se encuentren presentes al momento de su relevamiento.
• Datos históricos - antecedentes: son aquellos hechos, percep-
ciones, experiencias de salud que han ocurrido con antelación. Por
ejemplo: hospitalizaciones previas, enfermedades crónicas o patrones
y pautas de comportamiento -eliminación, adaptaciones pasadas-.
Nos ayudan a referenciar los hechos en el tiempo -cirugías, accidentes,
controles-.
• Datos subjetivos: no se pueden medir y son propios de la persona.
Lo que la persona dice que siente o percibe. Solamente el afectado los
describe y verifica -sentimientos-.
• Datos objetivos: se pueden medir a través de escalas o instrumentos
-signos, resultados de análisis de laboratorio, radiología, otros-.

Nota: Los datos actuales, en oposición a los históricos; y/o los objetivos en oposición
a los subjetivos, van a tener pertinencia en tanto y en cuanto nos permitan deter-
minar aquello relevante e irrelevante a fin del establecimiento eficaz de prioridades.

Tenga en cuenta que un dato puede ser:


• Actual y objetivo (signos vitales de la persona en el momento de
la valoración).
• Actual y subjetivo (síntomas del sujeto en el momento de valoración).
• Histórico y objetivo (antecedentes de alguna cirugía evidenciada
por cicatriz, parte de cirugía).
• Histórico y subjetivo (expresiones sobre sentimientos vividos en
épocas pasadas sobre su situación de salud, comentario sobre hábitos
abandonados, otros).
146 el acto de cuidar - genealogía epistemológica del ser enfermo

RELACIÓN PERSONA CUIDADA / ENFERMERO

N adie se atreve a dudar de la importancia de una adecuada relación


entre el sujeto cuidado (SC) y el profesional de enfermería (PE).
Esta relación, en apariencia simple, es harto compleja y variada, y de ella
depende en gran medida, la eficacia de nuestra atención.
La relación sujeto cuidado / profesional de enfermería (SC/PE) es
una presencia, una constante, es el marco donde se desarrollan todas y
cada una de las situaciones de salud en las que tiene ingerencia la disciplina
enfermera.
La relación SC/PE ha sido y será una constante en el desarrollo
histórico de las ciencias de la salud y en su aplicación práctica. En conse-
cuencia deberíamos decir que, no obstante el desarrollo tecnológico e
institucional que tiene la tendencia a despersonalizarla, será muy difícil
-e incluso imposible- pensar en su desaparición. Es, tal vez, la variable
más vulnerable de la práctica profesional, siendo ella la responsable de un
sinnúmero de malestares, malos entendidos y de igual número de fracasos
de dicha práctica. Como aporte positivo de la relación SC/PE, encon-
tramos que se comporta como un “cable a tierra” del sujeto y del profesional
en el fortalecimiento por la recuperación del “yo personal”, de aquello que
nos convierte en sujetos, a diferencia de lo que nos masifica dentro del
sistema de salud. Tanto el sujeto cuidado como el profesional enfermero,
vuelven a ser personas, individuos, seres humanos reconocidos y reconoci-
bles a través del vínculo que los une e identifica.

MODELOS Y TEORÍAS

T radicionalmente se creyó que la bondad y el éxito de la relación SC/


PE dependería de las condiciones innatas del profesional, como por
ejemplo , su intuición y habilidad en el arte de su desempeño profesional, su
locuacidad, su capacidad como interlocutor, etc. Esta creencia aún persiste
y aunque siendo ella parcialmente cierta, la verdad es que con el desarrollo
de la psicología se esclareció que en esta relación intervienen una serie de
factores que son objeto de conocimiento e investigación en cada caso, y que
de su adecuado manejo depende lo satisfactorio del resultado de ayudar a
la persona cuidada.
La relación SC/PE es una forma especial de relación social o inter-
personal donde está comprometida la parte emocional del sujeto cuidado
el metodo 147

como la del profesional enfermero. Desde esta perspectiva se hace hincapié


en la ansiedad que surge inevitablemente en el curso de ésta relación, consi-
derándola como una experiencia penosa y por lo demás imposible de evitar
en ambos participantes, a pesar de los múltiples mecanismos de defensa
que inconscientemente tratan de anularla.
Sin embargo, cabe destacar que la ansiedad puede ser un instrumento
útil terapéuticamente si se comprenden sus fuentes y si se la hace cons-
ciente. Algunos autores han propuesto los siguientes modelos básicos para
entender tal relación:

Actividad - pasividad: el profesional como sujeto activo es el elemento


poseedor de los conocimientos y de la tecnología que aplicará en determi-
nado momento frente al enfermo, objeto pasivo que recibe los cuidados tera-
péuticos. La única acción del sujeto es la de recibir pasivamente la acción.
Ejemplo de ello es el caso del enfermo bajo anestesia general, el sujeto coma-
toso, en intoxicaciones, etc. Aquí el profesional ejerce a plenitud su papel
omnipotente puesto que el sujeto no está en condiciones de prestar cola-
boración. No obstante lo cual no hay que perder de vista al grupo familiar
como componente de nuestra unidad de cuidados. Muchas veces el sujeto no
es capaz de establecer una comunicación con su entorno, pero es su grupo
familiar más cercano el encargado de esclarecer aquellos intereses o volun-
tades que sostenía el sujeto cuando aún tenía uso de dicha habilidad.
En este modelo se debe estar alerta, vigilante de la evolución de la
relación con el sujeto, puesto que entre otras, cuando el sujeto recupera su
estado de conciencia se transforma en sujeto activo que puede cuestionar
la condición de omnipotencia de los profesionales, preguntando, cuestio-
nando acerca del tratamiento, de la enfermedad y su pronóstico -prototipo
de esta relación es la existente entre el niño y la madre-.

Guía - cooperación: en este caso existe una verdadera interacción, ya


que el sujeto busca activamente la ayuda del otro. El profesional prescribe
un tratamiento y el sujeto está en condiciones de obedecer y cooperar. Es
una relación con poder desigual (prototipo de esta relación es la del adoles-
cente y sus padres).
Un ejemplo de ella es la relación del diabético, que luego de salir del
estado comatoso, está en condiciones de entender acerca de su enfermedad,
de hacer preguntas sobre ella y empezar a cooperar activamente. Se debe
estar atento y preparado teniendo la suficiente flexibilidad y comprensión
para manejar la angustia del sujeto frente a la enfermedad y sus secuelas.
148 el acto de cuidar - genealogía epistemológica del ser enfermo

Participación mutua: el profesional orienta a la persona cuidada


para que se ayude a sí misma y se trabaje mutuamente en la consecución del
bienestar. En consecuencia es aquí donde la relación de dependencia está
reducida al mínimo. Por lo tanto este modelo no se da con niños pequeños,
oligofrénicos o personalidades muy inmaduras.
Es una relación más elaborada y compleja psicológicamente en donde
por parte del profesional se requiere madurez y capacidad de delegar aque-
llas funciones que el sujeto puede asumir dentro del tratamiento.
Este modelo lo encontramos en algunas enfermedades crónicas,
como la diabetes en su forma ambulatoria, ya que el diabético sigue la
dieta indicada y se aplica a sí mismo la insulina (prototipo de esta relación
es la del adulto - adulto).

Del análisis de estos tres modelos se concluye que ciertos profesio-


nales se sentirán mejor trabajando desde el primer modelo, otros en el
segundo o el tercero, según su personalidad. Pero también el estado de
salud del sujeto y su grado de dependencia influirá en el modelo de relación
que se establezca. En ciertas circunstancias, el profesional deberá tener
la suficiente plasticidad como para permitir que la persona evolucione a
través de los tres modelos.

ELEMENTOS DE LA RELACIÓN SC/PE

U na multiplicidad de factores intervienen en la relación SC/PE. Muchos


dependen de la personalidad de la persona cuidada y otros tantos de
la personalidad del profesional cuidador. La complejidad de la práctica de
enfermería reside en el hecho de que la mayor parte de los elementos cons-
titutivos se presentan simultáneamente en cada caso concreto.
Por razones didácticas serán analizados separadamente.

1. LA PERSONA CUIDADA:
Historia interpersonal: cada sujeto es un ser humano que trae
consigo su historia personal la cual a su vez se articula con el manejo
histórico y social de su propia cultura. Es una persona con un nombre, un
apellido, edad, sexo determinado, que vive en un espacio definido, solo o
acompañado, con una herencia específica, que tiene esperanzas, sueños,
temores, adquisiciones, fracasos, pertenece a una familia, una clase social,
y -sobre todo- tiene un singular concepto de sí mismo. Este sujeto llega a
el metodo 149

la institución de salud con una determinada preocupación por su salud,


con la esperanza tal vez de obtener comprensión y ayuda.

Es en este momento cuando empieza a surgir la ansiedad, la depen-


dencia, la hostilidad, la negación, la cooperación, la sumisión, y un sinnú-
mero de otros elementos que dependen en parte de las primeras relaciones
con figuras significativas de su vida.
Papel social del sujeto: en el momento de la consulta el sujeto tiene
un papel que la sociedad le ha asignado de acuerdo al grupo social al que
pertenece. Según este rol se esperará de él una determinada conducta frente
a la institución de salud, los profesionales y su enfermedad. Así no se espe-
rará lo mismo en la conducta de la persona cuidada si ésta es un universi-
tario, un ejecutivo o un campesino. En este medio, en su visión tradicional,
el buen “paciente” es a menudo aquel que recibe obediente la acción del
profesional, aproximándose en este caso al modelo antes descrito como
actividad - pasividad.
Reacciones emocionales del sujeto: se acepta que toda enfermedad
genera algún grado de ansiedad, pero cada individuo maneja ello de una
manera subjetiva y particular. La ansiedad lleva a la persona a desarro-
llar una serie de fantasías acerca de la causa y naturaleza de su dolencia.
Algunas pueden estar de acuerdo con el pensamiento y orientación del
enfermero, pero otras serán absurdas para éste, por lo tanto pueden dar
lugar a problemas en la comunicación con el sujeto cuidado. Hollender dice,
“una enfermedad es una cosa para el profesional y otra para el sujeto”. De acuerdo
a lo que hemos visto hasta el momento y refiriéndonos a la clasificación de
necesidades de Bradshaw, podríamos decir que estamos ante la confronta-
ción de las necesidades sentidas y las necesidades normativas.(1)
Mecanismos de defensa: bajo los efectos de la ansiedad, la mente del
sujeto pone en marcha una serie de mecanismos de defensa que le permiten
afrontar las consecuencias desagradables de dicha experiencia. De aquí la
importancia de que el enfermero conozca con precisión tales mecanismos
con el propósito de entender en un momento dado cuáles está utilizando
la persona cuidada y de esta manera orientar mejor la relación y el trabajo
terapéutico. Al estar ansioso el sujeto comúnmente se preguntará si el
médico será capaz de diagnosticar apropiadamente la enfermedad, si el
enfermero va a poder satisfacer sus requerimientos, si va a ser necesario
recurrir a la hospitalización y si esto ocurre, qué pasará con su trabajo, con
(1) BRADSHAW, J. (1977), citado por PINEAULT, R. y DAVELUY, C., “La planifica-
ción...” Op.cit.
150 el acto de cuidar - genealogía epistemológica del ser enfermo

su familia, etc. Entre los mecanismos de defensa más frecuentemente utili-


zados sólo mencionaremos algunos.
Negación: este importante mecanismo de defensa es utilizado
inconscientemente por algunos sujetos en la iniciación de muchas enfer-
medades. La enfermedad es tan amenazante para ellos que se comportan
como si estuvieran sanos. Algunos autores han hecho una analogía con
el ojo cuando se expone a una sobreestimulación de la luz, ya que el iris
se contrae para defender la retina de esta sobreestimulación. Del mismo
modo la mente niega la realidad de la enfermedad para defenderse de
la amenaza psicológica que ésta implica. Por ejemplo, un sujeto que ha
sufrido un infarto cardíaco puede pretender continuar con su régimen
de vida como si nada hubiera ocurrido. La combinación de comprensión,
apoyo y firmeza de parte del profesional enfermero es muy importante para
manejar este tipo de sujeto.
Regresión: la mayoría de las personas que sufren alguna enfermedad grave
utilizan en mayor o menor grado el mecanismo de regresión, el cual implica la
aparición de normas de comportamiento más inmaduras como pueden ser, por
ejemplo las manifestaciones de dependencia, exigencia e irritabilidad.
Proyección: al emplear este mecanismo de defensa el sujeto tiene
tendencia a desconfiar, a discutir con el médico, la enfermera y el resto del
equipo de salud. Atribuye a otros sus propios pensamientos y sentimientos
que su conciencia no acepta. El enfermero debe estar atento para detectar
este mecanismo, ya que si no lo hace se puede sentir confuso e irritado al
interpretar como una cuestión de índole personal, alguna alusión del sujeto.
Transferencia: desde muy temprano en la relación SC/PE emergen
una serie de ideas, actitudes y sentimientos que pueden ser positivos o
negativos y que no dependen de la relación actual, sino que tienen que ver
con las relaciones previas del sujeto con otras figuras significativas en su
vida. El personal de enfermería debe ser capaz de distinguir un sentimiento
de agradecimiento o de enojo que resulta de la situación actual o real, de
sentimientos similares que pueden resultar de estas relaciones previas que
haya tenido el sujeto. La transferencia se caracteriza por el hecho de ser
inconsciente, exagerada e inapropiada y que no depende de la situación
actual, aunque sea evocada por ésta, sino de las relaciones tempranas del
sujeto. La transferencia positiva exagerada -amor, comprensión- o nega-
tiva -rabia, odio- puede conducir a múltiples dificultades en la práctica de
enfermería. En el primer caso el profesional enfermero será idealizado y
algunos sujetos pueden enamorarse de él, mientras que en el segundo caso
el profesional puede ser rechazado y el sujeto se opondrá a sus cuidados.
el metodo 151

Un ejemplo de transferencia negativa es el caso de un sujeto que sufrió


en su niñez la crianza de una madre rígida, hostil y punitiva; la presencia
actual de la figura de la enfermera evoca en el sujeto, de manera incons-
ciente, sentimientos de desconfianza, hostilidad, sospecha, es decir, los
patrones adaptativos que le sirvieron para afrontar aquella situación.
El sujeto podrá presentar variadas reacciones en su comportamiento
de acuerdo con los mecanismos de defensa primordialmente utilizados
ante la enfermedad física. Es necesario tener un cabal reconocimiento
de estos patrones a fin de realizar una profunda valoración holística, sin
perder de vista los componentes emocionales, psicológicos y espirituales de
la persona cuidada. A continuación se mencionarán algunas de las reac-
ciones más comunes.
El sujeto deprimido: con frecuencia la enfermedad física conduce al
sujeto a tener sentimientos depresivos, éstos pueden ser leves o profundos
con aislamiento, ideas de suicidio, sensación de desesperanza e impotencia.
La depresión puede deberse a que el sujeto vivencia la enfermedad como
un castigo.
La depresión sobreviene, también cuando la enfermedad se experi-
menta como una pérdida, por ejemplo de atractivo físico o de una función.
El enfermero al detectar la presencia de depresión debe dar al sujeto la opor-
tunidad de expresar estos sentimientos. Es conveniente recordar cómo y de
qué manera la presencia de depresión aumenta a menudo la sintomatología
de la enfermedad física, así como la frecuencia de sus complicaciones.
El sujeto irritable: una forma relativamente frecuente de manejar el
miedo es a través de la irritación ya que el temor provocado por la enfer-
medad se convierte en hostilidad y exigencia con el personal de salud -
sobre todo con la enfermera-, e incluso con la familia, dificultando de esta
manera el trabajo terapéutico. En estos casos, como ya hemos visto, el
enfermero debe ser comprensivo y no debe responder en la misma forma.
El sujeto con conflicto de dependencia – independencia: el fenó-
meno de la regresión, provocado por la enfermedad orgánica puede llevar
a un sujeto con conflictos de dependencia-independencia no resueltos, a
varias posiciones. Una de ellas es que el enfermo pueda asumir una actitud
de dependencia casi absoluta de su médico la cual puede manifestarse por
la tendencia a seguir al pié de la letra cada una de sus indicaciones. Esta
actitud de sumisión puede impedir hacer preguntas y discutir los senti-
mientos relacionados con la enfermedad llegando así a una situación en la
cual el sujeto se coloca en una posición de pasividad, que a su vez le impe-
152 el acto de cuidar - genealogía epistemológica del ser enfermo

dirá colaborar eficazmente con el tratamiento(1). Otro sujeto con el mismo


conflicto adoptará la actitud contraria, es decir de aparente independencia
por temor a aceptar las necesidades de dependencia que en algún grado son
necesarias dentro de la relación sujeto cuidado-equipo de salud.
El sujeto que obtiene ganancia secundaria: inconscientemente o
parcialmente en forma consciente el sujeto exagera o amplifica sus síntomas
y de este modo busca que las personas que lo rodean, enfermero, médico,
familia, le den más atención y afecto. Por otra parte estará eximido de
múltiples responsabilidades sociales, como el trabajo, las labores escolares,
domésticas, etc.
El sujeto muy colaborador: el enfermero debe ser cuidadoso frente a
un sujeto amable en exceso y colaborador, ya que podría estar disfrazando
el miedo a la enfermedad o a la dependencia con estos mecanismos. El
problema en este caso radica en que el sujeto no va a tener la suficiente
actividad e iniciativa para trabajar conjuntamente con el enfermero en su
proceso de cuidado.

2. EL PROFESIONAL:
Historia integral del profesional: el enfermero, al igual que el sujeto
cuidado, es una persona que tiene un nombre, una herencia, temores,
deseos, adquisiciones, pérdidas. Vive solo o acompañado con otra gente.
Tanto él, como sus familiares y vecinos están insertos en una sociedad que
pertenece a una cultura en un momento dado de la historia.
Con esta imagen de sí mismo se enfrenta a su sujeto de cuidados con
un conjunto de conocimientos, habilidades y actitudes -competencias-. Su
estilo de personalidad también se ha desarrollado de acuerdo con las expe-
riencias tempranas que haya vivido con sus padres, hermanos, y demás
personas significativas.
Pero en contraste con la persona cuidada, se espera que el enfermero
sea conciente de sus reacciones emocionales, determinadas por experien-
cias pasadas y que no están relacionadas con la situación presente, mante-
niendo de este modo la distancia adecuada que le permitirá ser lo más
objetivo posible. También se espera que sea respetuoso acerca de los datos
que observa y obtiene del sujeto cuidado.

(1) Nota del Autor: recordemos que, desde nuestro modelo conceptual, el sujeto debe asumir
un papel activo en el progreso de sus cuidados. Una persona que acata pasivamente todas y
cada una de las indicaciones del equipo de salud, no necesariamente es un sujeto cuidado
en estado “ideal”.
el metodo 153

Papel social: como ya he desarrollado en capítulos anteriores(1), una


antigua tradición histórica le da al enfermero un determinado papel en
la sociedad. Dicha tradición se remonta a épocas en donde el cuidado
formaba parte de las rudimentarias formas de relación humana.
Debemos agregar el papel tradicional de la mujer en el cuidado de la
familia, y la histórica dependencia de la enfermería de la profesión médica
para entender el papel social que se le asigna al enfermero.
La sociedad y más específicamente el sujeto cuidado espera del enfer-
mero que sea un experto en lo que concierne a los cuidados de la salud
y, sobre todo al manejo de las distintas situaciones de enfermedad. La
persona cuidada espera ayuda, comprensión y curación.
Reacciones emocionales: a pesar de su condición de profesional,
como ser humano al enfrentarse con situaciones críticas, con el sufrimiento
y el dolor ajenos, va a sufrir cierto grado de ansiedad. Esta podrá surgir de
múltiples factores conscientes e inconscientes que lo llevarán a preguntarse
acerca de su capacidad de dar respuesta adecuadamente a la condición que
afecta al sujeto. En lo que respecta a la ansiedad, lo importante es reco-
nocerla en sus orígenes y saber manejarla de tal manera que no interfiera
en el trabajo con la persona cuidada. Un mal manejo de la relación SC/
PE puede llevar al enfermero a utilizar inconscientemente algunos de los
mecanismos de defensa negativamente adaptativos que ya se mencionaron
antes con relación al sujeto cuidado.
Algunos de los elementos básicos en el manejo de la relación SC/PE
son la empatía y la contratransferencia.
Empatía: capacidad de situarse en el lugar del otro: la capacidad de
empatía supone en el enfermero una gran flexibilidad en su personalidad,
ya que en el ejercicio de la práctica tendrá que alternar frecuentemente con
sujetos con diferentes estados de ánimo, así por ejemplo, al enfrentar en un
momento un sujeto deprimido adoptará una actitud seria o grave. Esto no
significa que el enfermero deba llorar con el sujeto, ya que se espera tenga
un buen control de sus emociones para conservar la objetividad necesaria
en el trabajo terapéutico.
Es necesario distinguir la empatía de la simpatía, ya que esta última
es un sentimiento positivo que tiene una persona respecto de otra, mien-
tras que la empatía supone un esfuerzo que se traduce en la identificación
con el sujeto cuidado.

(1) Nota del Autor: este tema se aborda en profundidad en el Capítulo 3–“El profesional
del cuidado”.
154 el acto de cuidar - genealogía epistemológica del ser enfermo

Contratransferencia: del mismo modo que en el sujeto cuidado, ésta


puede ser positiva o negativa. No se refiere necesariamente a la antipatía o
empatía, sino que también tiene que ver con los primeros conflictos infan-
tiles y sus modos de resolución. Así, el enfermero puede sentirse halagado
y bien con un sujeto sumiso y obsecuente que sigue al pié de la letra todas
sus indicaciones, gratificando así todas sus necesidades inconscientes de
omnipotencia.

EL PROCESO DE LA COMUNICACIÓN

C entrando nuestra labor en la relación comunicacional “sujeto cuidado-


profesional enfermero”, como una relación eminentemente terapéu-
tica(1), veremos los efectos que pueden generarse de dicha relación y sus
vicisitudes. Dado que esta relación “SC/PE” es una compleja relación
de comunicación que involucra dos personalidades, y en gran medida, el
éxito de la intervención del personal de salud depende de las caracterís-
ticas de esa comunicación, tanto en lo que respecta a la información que
el profesional debe recibir del sujeto para poder hacer una planificación
de cuidados eficaz, como a la efectividad que han de tener las recomenda-
ciones del profesional para lograr determinadas conductas en función de
dicha planificación.
La comunicación es una acción netamente psicológica, entendiendo
como tal a aquella actividad que pueda producir determinados cambios en
el aparato psíquico de los sujetos intervinientes.
Dichas acciones pueden provenir tanto de la sociedad, como de
determinados grupos, o, incluso de individuos, y pueden no hacerse con
conciencia de que estén tocando elementos psicológicos, pero la efecti-
vidad sería fuertemente influida por dichos elementos.
Cuando hablamos de comunicación, hacemos referencia al inter-
cambio cognitivo-afectivo entre dos (o más) personalidades que se regula
por un sistema de adaptaciones mutuas.
En donde el mensaje recibido es realimentado y recreado (siendo esta
característica la que complejiza el proceso comunicacional), dentro de un
marco normativo y valorativo.

(1) Nota del Autor: hago referencia a la idea de “relación terapéutica” para determinar que
posee un fin determinado y objetivos específicos. No necesariamente tendiente a la deter-
minación del tratamiento de una enfermedad.
el metodo 155

Las funciones de la comunicación son:


1. Valorativa: resulta de la acción sobre las esferas emocional y psico-
lógica del sujeto.
2. Orientadora: orientación del individuo con un área de su acti-
vidad vital – respuestas humanas.
3. Influencia: uno o ambos participantes intentan lograr un efecto
concreto en su contraparte.

Toda comunicación puede analizarse desde este punto de vista y pueden


establecerse determinadas orientaciones acerca de la calidad de la misma.

No olvidemos que la mayoría del tiempo compartido entre el profesional


de salud y el sujeto está dedicado a la comunicación, y de la calidad de la misma
dependen, tanto la orientación correcta del profesional sobre los problemas del
sujeto y su respectivo cuidado, como las modificaciones que se logren en la
conducta del sujeto, o la valoración que se haga de dicha interacción.
La Enfermería es una de las principales profesiones de asistencia y
ayuda en materia de salud de nuestra comunidad. Es en este quehacer y
sobre la base de considerarlo como proceso de interacción en un tiempo
y espacio compartido, en el que se comparte un objeto-tarea, a través de
procesos de comunicación y aprendizaje.
La función no se agota en el quehacer directo con la persona. Supone
una determinada inserción en el equipo de salud: interdisciplina, donde los
diferentes abordajes redundan en un mejor abordaje de las necesidades de
la persona cuidada.

FACTORES QUE FAVORECEN LA RELACIÓN


SUJETO CUIDADO / PROFESIONAL CUIDADOR

• Capacidad de APEGO: en toda estrategia terapéutica, el primer


punto a considerar son las tácticas para la constitución y el manteni-
miento de un vínculo de apego suficiente, con la plasticidad y la distancia
que cada sujeto necesita en cada momento. El apego hace referencia a la
capacidad para establecer sentimientos de confianza y seguridad. Son el
conjunto de funciones de sostén, protección, acompañamiento y consuelo.
Son elementos claves para su constitución: el tacto y el contacto suave, la
mirada, la sonrisa, la voz.
156 el acto de cuidar - genealogía epistemológica del ser enfermo

• Capacidad de EMPATÍA: es necesario un reconocimiento del


otro. Poder reconocer y comprender los sentimientos de otra persona en
una determinada situación, esforzarnos por ver desde su punto de vista -que
generalmente no es el nuestro-. Poder pensar las implicaciones de cualquier
procedimiento desde la perspectiva del que lo va a recibir: qué sentimientos,
temores, fantasías, ideas produce, por ejemplo la hospitalización.
• Capacidad de DESCENTRAMIENTO: poder realizar una
disociación instrumental, supone conocer los propios temores, las propias
necesidades para resolverlas en un tiempo diferido, para así poder ser lo
más objetivos posibles en nuestro trabajo y poder respetar las necesidades
del otro, sus tiempos -que no siempre se adecuan a los propios-. Por lo
tanto, está vinculado con la capacidad de espera y tolerancia. Es no esperar
allí resolver las necesidades de reafirmación profesional o personal, la
necesidad de ser reconocido. Es aceptar el estilo del sujeto, con sus rasgos
y fases de demanda, negación o inhibición.
• Capacidad de CONTINENCIA: ser un depositario operativo
de las ansiedades de la persona cuidada significa no sólo aceptar lo deposi-
tado -ejemplo: angustia o agresión- sino también poder entenderla, desci-
frando para poder luego realizar una devolución orientadora. No devuelvo
lo mismo que recibo -angustia = angustia-, descifro, interpreto y devuelvo,
por ejemplo en una acción que transmita comprensión de su dolor, o acep-
tación y respeto pese a su rechazo o negativa, explicando con palabras el
proceso que se está atravesando -siempre y cuando esto sea posible-.
• DISTANCIA OPTIMA: cercanía que permite seguir desem-
peñando el rol instrumental. Ni excesiva distancia -actitud defensiva de
superioridad- ni excesiva cercanía, indiscriminación que nos vuelve inope-
rantes desde el rol específico.
• Actitud de APERTURA: indagación, búsqueda de lo particular
de este sujeto, es opuesto a prejuicio, a actitudes esquemáticas, rígidas,
autoritarias, a generalizaciones (ejemplo: “los cardíacos”). Es ofrecer alter-
nativas, es no decidir por el otro.
• PENSAMIENTO DIALÉCTICO: determina la capacidad de
reconocer los procesos, y los cambios como producto de aspectos contra-
dictorios. Poder discernir(1) el interjuego de los opuestos por ejemplo, entre
aspectos de bienestar y malestar, entre la adaptación y rechazo de cierto
diagnóstico, entre lo biológico y lo psicológico, y en el vínculo con el enfer-
mero, los conceptos opuestos dependencia-independencia.

(1) discernir: distinguir una cosa de otra, señalando la diferencia que hay entre ellas.
el metodo 157

RELACIÓN SUJETO CUIDADO /


PROFESIONAL ENFERMERO
Y EL PROCESO DE COMUNICACIÓN

E l propósito único de la enfermería consiste en atender las respuestas


de los seres humanos, tanto en la salud como en la enfermedad. Estas
respuestas humanas constituyen la sustancia de la comunicación.(1)
En primer lugar sería conveniente entender que la comunicación es
mucho más que transmitir y recibir información. De hecho, la raíz de la
palabra “comunicación” deriva del latín “communis”, que significa “común” o
“compartido”. Pertenece etimológicamente a la misma familia de palabras
que comunión, comunismo • y comunidad. Esta visión le da un significado
un poco más acabado, ya que no basta con transmitir un mensaje: para que
exista comunicación debe haber, además una comprensión del mismo.

La COMUNICACIÓN es el proceso de creación de entendimiento compartido.

EL MODELO TRADICIONAL

E xiste, en la actualidad una marcada tendencia a la revisión del viejo


modelo del proceso de comunicación que consiste en la fórmula aristo-
télica: orador (emisor), discurso (mensaje) y audiencia (receptor). El mismo
describe una relación dinámica de elementos interactuantes, que requiere
que se cumpla con determinados aspectos que impriman cierta calidad a
la emisión del mensaje; que, a su vez, éste reúna cualidades y atributos que
le aseguren una comprensión satisfactoria y, desde luego, que el receptor lo
reciba en forma adecuada, al percibir internamente de manera satisfactoria
y al ser propicio para esa recepción el ambiente que lo rodea.
Una somera descripción de los elementos implicados en el mencio-
nado proceso sería la siguiente:
Emisor: es la fuente o punto de partida de la información. Persona o
grupo de personas con ideas, necesidades, intenciones, información
y, sobre todo, una razón para comunicar.
Codificación: se refiere a la serie de símbolos que serán utilizados
para que el receptor pueda interpretar la información. La codificación

(1) LEDDY, S.-PEPPER, J., “Bases conceptuales de la Enfermería Profesional” OPS.


Washington, 1989.
158 el acto de cuidar - genealogía epistemológica del ser enfermo

es previa a la emisión y permite la traducción de una manera compa-


tible con las percepciones del receptor.
Mensaje: es la forma física que adopta la información mediante la
utilización de un conjunto de símbolos codificado y sistemático. Es
la representación de idas, fines, objetivos, intenciones, sentimientos y
cualquier otra información que se desee comunicar.
Canal: es el método seleccionado para la transmisión del mensaje, y
debe ser armónico con éste último. Es decir, el canal debe ser el más
apropiado a las características del mensaje.
Receptor: objetivo o recipiente del mensaje.

Nota: a partir de este enfoque, se presentan como los extremos del proceso el emisor
-también llamado fuente- y el receptor. Fuente como vertiente, emanación de algo y
receptor o recipiente, como el reservorio en el que será vertido aquello que emana de
la fuente. Una concepción, sin duda lineal y simplista que, según algunos autores,
no basta para explicar en profundidad el proceso de la comunicación humana.

LUHMANN, HABERMAS Y DERRIDA

L as consecuencias prácticas para el análisis de la comunicación a partir


de esta “metáfora de la transmisión” son que la distorsión de la comuni-
cación se produce por ruidos en el canal o problemas psicológicos, cultu-
rales, de formación y conocimiento del emisor y/o del receptor. Esta incom-
prensión del mensaje genera conflictos y pérdidas de información.
Según Luhmann, la metáfora de la transmisión es inservible, ya que
sugiere que el emisor transmite algo que es recibido por el receptor. Éste
no es el caso, simplemente porque el emisor no da nada, en el sentido que
pierda él algo. La metáfora de poseer, tener, dar y recibir no sirve para
comprender la comunicación.(1)
La metáfora de la transmisión coloca lo esencial de la comunica-
ción en el acto de la transferencia de información. Dirige la atención y
los requerimientos de habilidad hacia el emisor. El acto de comunicar, sin
embargo, no es más que una propuesta de selección, una sugerencia. Sólo
cuando se retoma esta sugerencia, cuando se procesa el estímulo, se genera
la comunicación.

(1) LUHMANN, N., “Introducción a la teoría de los sistemas”, Antropos, 1998.


el metodo 159

Martha Rogers(1) destacó las siguientes condiciones esenciales en una


relación de ayuda que pueden aplicarse al proceso de enfermería:
• La persona es capaz, y se espera que se haga responsable de sí misma.
• Cada individuo (enfermero, y persona cuidada) posee un fuerte
impulso a madurar y a ser responsable desde el punto de vista social.
• El clima de la relación de ayuda es cálido y permite la expresión
de los sentimientos positivos y negativos.
• Los límites, convenidos de mutuo acuerdo, se imponen sólo a los
comportamientos, no a las actitudes.
• El ayudante comunica aceptación y comprensión.

MÉTODOS DE RECOLECCIÓN DE DATOS

M ediante la utilización de herramientas y habilidades profesionales,


el enfermero cuenta con tres métodos sistemáticos dirigidos a una
eficaz y eficiente obtención de datos. Estos métodos son complementarios
y deben llevarse a cabo, en forma exhaustiva durante el primer encuentro
con la persona cuidada. Es conveniente que se realicen periódicas revi-
siones durante el tiempo que dure el proceso de cuidado, a fin de verificar
la modificación de cualquier parámetro ya relevado.

LA ENTREVISTA

E s la técnica indispensable en la valoración, ya que gracias a ella obte-


nemos el mayor número de datos. Existen dos tipos de entrevista, ésta
puede ser formal o informal. La entrevista formal consiste en una comu-
nicación con un propósito específico, en la cual el enfermero realiza la
historia del individuo. El aspecto informal de la entrevista es la conversa-
ción entre enfermero y persona cuidada durante el curso de los cuidados.

La entrevista es un proceso que tiene cuatro finalidades, éstas son:


1. Obtener información específica y necesaria para el diagnóstico
enfermero y la planificación de los cuidados.
2. Facilitar la relación enfermero/ persona cuidada.
3. Permitir a la persona informarse y participar en la identificación
de sus problemas y en el planteamiento de sus objetivos.
(1) ROGERS, M., “An introduction to the theoretical basis of Nursing” FA Davis. Filadelfia, 1970.
160 el acto de cuidar - genealogía epistemológica del ser enfermo

4. Ayudar al enfermero a determinar qué otras áreas requieren un


análisis específico a lo largo de la valoración.

La entrevista consta de tres partes:


• Iniciación: se comienza por una fase de aproximación y se centra
en la creación de un ambiente favorable, donde se desarrolla una rela-
ción interpersonal positiva.
• Cuerpo: la finalidad de la conversación en esta parte se centra
en la obtención de la información necesaria. Comienza a partir del
motivo de la consulta o queja principal de la persona y se amplía
a otras áreas como historial médico, información sobre la familia
y datos sobre cuestiones culturales o religiosas. Existen formatos
estructurados o semi-estructurados para la recogida sistematizada y
lógica de la información pertinente sobre la persona cuidada.
• Cierre: es la fase final de la entrevista no se deben introducir
temas nuevos. Es importante resumir los datos más significativos.
También constituye la base para establecer las primeras pautas de
planificación.

La entrevista clínica tiene que ser comprendida desde dos ámbitos:


· Un ámbito interpersonal en el que dos o más individuos se ponen
en contacto y se comunican;
· Otro ámbito de la entrevista es el de una habilidad técnica.

La entrevista puede verse interrumpida por los ruidos, entendiendo


por esto no solamente los ruidos audibles sino también, la imagen global
que ofrece el centro sanitario. Estas pueden ser controladas por el entrevis-
tador en la mayoría de los casos. Tres tipos de interferencias:
• Interferencia cognitiva: consiste en que el problema del indi-
viduo no es percibido o comprendido por el entrevistador.
• Interferencia emocional: es frecuente, consiste en una reacción
emocional adversa del entrevistado o del entrevistador. Los estados
emocionales extremos como ansiedad, depresión, miedo a una enfer-
medad grave o a lo desconocido, dolor o malestar. Por parte del profe-
sional, agresividad, sobrada valoración de sí mismo, excesiva proyec-
ción sobre los individuos e incluso no asumir responsabilidades.
• Interferencia social: en este caso las diferencias sociales conllevan
a una menor conexión emocional, una menor implicación, y a prestar
menor información a la persona.
el metodo 161

Las técnicas verbales son:


• El interrogatorio, permite obtener información, aclarar respuestas
y verificar datos.
• La reflexión o reformulación, consiste en repetir o expresar de
otra forma lo que se ha comprendido de la respuesta de la persona,
permite confirmar y profundizar información.
• Las frases adicionales, estimulan la continuidad del proceso
verbal de la entrevista.

Las técnicas no verbales:


Facilitan o aumentan la comunicación mientras se desarrolla la entre-
vista, estos componentes no verbales son capaces de transmitir un mensaje
con mayor efectividad incluso que las palabras habladas, las más usuales son:
• Expresiones faciales
• La posición corporal
• Los gestos
• El contacto físico
• La forma de hablar

ENTREVISTA CLÍNICA

Partes

Iniciación
Cuerpo
Cierre

Finalidades Dos ámbitos Entrevistador

Obtener información Facilitar Interpersonal


específica la relación Habilidad técnica

Interferencia cognitiva
Brindar información Determinar qué áreas
Interferencia emocional
al paciente requieren análisis
Interferencia social

Técnicas

Empatía
Verbales No verbales
Calidez
Respeto
Interrogatorio Expresiones y gestos Concreción
Reformulación Postura Autenticidad
Frases adicionales Contacto físico
Forma de hablar
162 el acto de cuidar - genealogía epistemológica del ser enfermo

CUALIDADES DE UN BUEN ENTREVISTADOR


Empatía: entendemos por empatía la capacidad de comprender (percibir) correc-
tamente lo que experimenta nuestro interlocutor. Pero no basta con comprender al
paciente, si no se es capaz de transmitirle esa comprensión. La empatía pues consta
de dos momentos, uno en el que el entrevistador es capaz de interiorizar la situa-
ción emocional del cliente; y otro en el que le da a entender que lo comprende.
Calidez: es la proximidad afectiva entre la persona cuidada y el entrevistador.
Se expresa sólo a nivel no verbal.
Respeto: es la capacidad del entrevistador para transmitir al sujeto que su
problema le atañe, y que se preocupa por él preservando su forma de pensar, sus
valores ideológicos y éticos. Esto implica el aprecio de la dignidad y valor del
interlocutor y el reconocimiento como persona.
Concreción: es la capacidad del entrevistador para delimitar los objetivos mutuos
y compartidos de la entrevista.
La autenticidad: ésta supone que uno es el mismo cuando lo que dice está acorde
con sus sentimientos.

LA OBSERVACIÓN

P ese a ser considerado por la mayoría de los autores como el segundo


método básico de recolección de datos, la observación se desarrolla
desde el inicio mismo de la relación persona cuidada/enfermero. En la
mayoría de las situaciones, lo primero que se establece entre el sujeto
cuidado y el profesional no es otra cosa que el contacto visual. En el
momento del primer encuentro con el individuo, el enfermero comienza
la fase de recolección de datos por la observación, que continúa a través de
todo el proceso de relación sujeto de cuidado/enfermero.
La observación implica la utilización de los sentidos para la obtención
de información tanto de la persona, como de cualquier otra fuente signifi-
cativa. Si bien el término observar nos remite estrictamente al sentido de la
vista, es importante tener en cuenta que durante la observación, uno pone
en juego, además otros sentidos, sobre todo, el oído, el olfato. También
puede obtenerse información del entorno, así como de la interacción de
estas variables. La observación es una habilidad que precisa práctica y
disciplina. Los hallazgos encontrados mediante la observación han de ser
posteriormente confirmados o descartados.
el metodo 163

No se trata de una observación somera, sino sistemática. Es decir que se


rige por una serie de pautas o parámetros sobre aquello que debemos observar.
Como ejemplo de datos que pueden obtenerse mediante la observación:

Aspecto general:
• Expresión facial: si se ve tranquilo o inquieto, si aparenta dolor,
incomodidad o malestar, tristeza o alegría.
• Higiene y pulcritud: estado de limpieza visible de la piel y faneras,
ausencia o presencia de olores desagradables, por ejemplo halitosis.
• Prolijidad: (detalle sumamente importante) estado del cabello,
las uñas.
• Vestimenta: si es apropiada o no a la época del año, si es adecuada
a su contextura física y su estado, si está íntegra o no.
• Postura y movilidad: si se encuentra en la cama, en silla de
ruedas, con bastón o deambulando libremente, si se tambalea o tiene
que sujetarse de los muebles, si se para erguido.

LA EXPLORACIÓN FÍSICA

L a actividad final de la recolección de datos es el examen físico. Debe


explicarse a la persona en qué consiste el examen y pedir permiso para
efectuarlo. Se centra en determinar en profundidad la respuesta de la persona
al proceso de la enfermedad, obtener una base de datos para poder esta-
blecer comparaciones y valorar la eficacia de las actuaciones, confirmar los
datos subjetivos obtenidos durante la entrevista. El enfermero utiliza cuatro
técnicas específicas: inspección, palpación, percusión y auscultación.
Inspección: es el examen visual cuidadoso y global del sujeto, para
determinar estados o respuestas normales o anormales. Se centra en
las características físicas o los comportamientos específicos (tamaño,
forma, posición, situación anatómica, color, textura, aspecto, movi-
miento y simetría).
Palpación: consiste en la utilización del tacto para determinar
ciertas características de la estructura corporal por debajo de la piel
(tamaño, forma, textura, temperatura, humedad, pulsos, vibraciones,
consistencia y movilidad). Esta técnica se utiliza para la palpación
de órganos en abdomen. Los movimientos corporales y la expresión
facial son datos que nos ayudarán en la valoración.
164 el acto de cuidar - genealogía epistemológica del ser enfermo

Percusión: implica el dar golpes con uno o varios dedos sobre la


superficie corporal, con el fin de obtener sonidos. Los tipos de sonidos
que podemos diferenciar son:
· Sordos: aparecen cuando se percuten músculos o huesos.
· Mates: aparecen sobre el hígado y el bazo.
· Hipersonoros: aparecen cuando percutimos sobre el pulmón
normal lleno de aire.
· Timpánicos: se encuentran al percutir el estómago lleno de aire o
un carrillo de la cara.
Auscultación: consiste en escuchar los sonidos producidos por los
órganos del cuerpo. Se utiliza el estetoscopio y determinamos carac-
terísticas sonoras de pulmón, corazón e intestino. También se pueden
escuchar ciertos ruidos aplicando sólo la oreja sobre la zona a explorar.

VALIDACIÓN DE DATOS

S ignifica que la información que se ha reunido es verdadera. Esto quiere


decir que debemos asegurarnos que la persona quiere indicar lo que de
hecho dice. En comunicación existen técnicas de reformulación que nos
ayudan a comprender más fielmente los mensajes del individuo, evitando
las interpretaciones.
Se consideran datos verdaderos aquellos datos susceptibles de ser
evaluados con una escala de medida precisa, peso, talla.
Los datos observados y que no son mensurables, en principio se
someten a validación confrontándolos con otros datos o buscando nuevos
datos que apoyen o se contrapongan a los primeros.

ORGANIZACIÓN DE LOS DATOS

E s el cuarto paso en la recolección de datos, en esta etapa se trata de


agrupar la información de forma tal que nos ayude en la identificación
de problemas. El modo más habitual de organizar los datos es por nece-
sidades humanas (Maslow, 1972), o por patrones funcionales (Gordon,
1987). La información ya ha sido recogida y validada, ahora los datos se
organizan mediante categorías de información. Estas categorías ya las
hemos visto en el apartado de examen físico y como habíamos apuntado,
el metodo 165

para el establecimiento de la agrupación, se debe elegir la que más se adapte


al modelo desarrollado en cada centro asistencial.
Los componentes de la valoración del individuo que hemos seleccio-
nado como necesarios en la actualidad son:
• Datos de identificación.
• Datos culturales y socioeconómicos.
• Historia de salud: diagnósticos médicos, problemas de salud;
resultados de pruebas diagnósticas y los tratamientos prescrpitos.
• Valoración física.
• Patrones funcionales de salud.
La valoración mediante “patrones funcionales de salud” –funciona-
miento- se realiza en términos mensurables y no abstractos –necesidades-, en
este sentido los patrones funcionales de salud facilitan la valoración, aunque
no por ello hay que entender que la valoración de los patrones funcionales es
opuesta a la valoración de necesidades, sino que se complementan.

DOCUMENTACIÓN Y REGISTRO
DE LA VALORACIÓN

E s el segundo componente de la fase de valoración y las razones que


justifican su uso son, de manera esquemática, las que siguen:

• Constituye un sistema de comunicación entre los profesionales


del equipo sanitario.
• Facilita la calidad de los cuidados al poder compararse con unas
normas de calidad (garantía de la calidad de los cuidados enfermeros).
• Permite una evaluación para la gestión de los servicios enfer-
meros, incluida la gestión de la calidad.
• Prueba de carácter legal.
• Permite la investigación enfermera.
• Facilita la formación de enfermería.

Las normas que Iyer (1989) establece para la correcta anotación de


registros en la documentación son:
• Escribir de forma objetiva, sin prejuicios, juicios de valor u
opiniones personales, también hay que anotar -entre comillas-, la
información subjetiva que aporta la persona cuidada, los familiares y
el equipo de salud.
166 el acto de cuidar - genealogía epistemológica del ser enfermo

• Las descripciones e interpretaciones de los datos objetivos se


deben apoyar en pruebas y observaciones concretas.
• Evitar las generalizaciones y los términos vagos como, “normal, regular”.
• Los hallazgos deben describirse de manera meticulosa, forma, tamaño.
• La anotación debe ser clara y concisa.
• Escribir de forma legible y con tinta. Tachar los errores, no borrar
ni sobreescribir.
• Las anotaciones serán correctas ortográfica y gramaticalmente.
Se usarán sólo las abreviaturas de uso común.

REQUISITOS PREVIOS (1) PARA LA


INTERPRETACIÓN DE DATOS

CAPACIDADES
El enfermero necesita una serie de capacidades para completar una
valoración eficaz. Estas capacidades están relacionadas con la base de cono-
cimientos, pudiendo ser de naturaleza técnica e interpersonal. Las capaci-
dades técnicas asociadas a la fase de valoración implican procedimientos y
técnicas específicos que permiten al enfermero recoger los datos. Algunas
están asociadas a la utilización de algún instrumento como el estetoscopio,
el esfignomanómetro y los termómetros para la toma de los signos vitales.
Otras capacidades técnicas implican la ejecución de procedimientos, como
la palpación de pulsos o la auscultación cardiaca, pulmonar o de ruidos
hidroaéreos intestinales. Para una valoración completa y exacta hacen falta
ambos tipos de capacidades técnicas.
Las capacidades interpersonales son importantes durante todas las
fases del proceso de enfermería, pero resultan particularmente críticas para
una valoración satisfactoria. Puesto que se trata de un proceso comunica-
tivo, e interactivo, el enfermero tiene que tener muy bien desarrolladas
las capacidades comunicativas. Estas capacidades facilitan el desarrollo de
relaciones positivas entre el enfermero y la persona cuidada o la familia.
Estas relaciones positivas posibilitan al enfermero:
• Determinar las prioridades de la persona / familia.
• Identificar otras cuestiones de enfermería.
• Crear un ambiente terapéutico donde puedan alcanzarse los resul-
tados mutuos.
(1) IYER, TAPTICH y BERNOCCHI-LOSEY., “Proceso de Enfermería y Diagnóstico de
Enfermería”, McGraw-Hill – Interamericana. Madrid, 1993.
el metodo 167

El ambiente terapéutico empieza a desarrollarse durante la valoración,


y requiere que el enfermero posea capacidades de comunicación verbal y no
verbal. Desde luego, el enfermero tiene que poder compartir información
con la persona, escogiendo un lenguaje que transmita exactamente el mensaje
deseado, a un nivel apropiado. Además, el enfermero tiene que haber desa-
rrollado muy bien su capacidad para escuchar, contribuyendo a un ambiente
terapéutico ya que hace que su interlocutor se sienta cómodo expresando sus
ideas, sentimientos y preocupaciones. El componente no verbal de la comu-
nicación resulta particularmente importante en el proceso de valoración y en
el desarrollo de las relaciones enfermero / persona cuidada.

Ejemplo: Carla es una niña de tres años a quien su madre llevó a la clínica. Se
queja de dolor abdominal y es evidente que está asustada. Carla grita cuando el
enfermero le intenta palpar el abdomen. El enfermero pide a Carla que le enseñe
dónde le duele señalando a la muñeca o a su mamá. Este enfoque creativo permite
al enfermero obtener información de un modo mucho menos amenazante para la
niña. El sentido común dispone que hay que posponer una detallada anamnesis de
enfermería en los niños que presentan ansiedad, dolor o disnea aguda. Esto crea
un ambiente de sensibilidad y afecto, que puede verse también en la flexibilidad del
enfermero al responder a las peticiones de la persona cuidada.

La creatividad, el sentido común y la flexibilidad son capacidades


interpersonales adicionales necesarias cuando se valora a la persona o a
su familia. A menudo se exige que el enfermero sea creativo a la hora de
desarrollar estrategias que faciliten la valoración. Esto resulta particular-
mente importante cuando estamos frente a niños, adolescentes o personas
asustadas o que presentan alguna barrera en la comunicación(1).

Ejemplo: El Sr. Vega es un camionero de 52 años. Mientras conduce su camión a


1600km. de su casa, empezó a sentir cierta opresión en el pecho. Al principio no le dio
importancia por pensar que se debía a una indigestión, al no desaparecer el malestar, se
dirigió al hospital más cercano. Ingresó en la Unidad de Cuidados Intensivos con un
dolor torácico agudo. Estaba inquieto y retraído. Dijo que era la primera vez que estaba
en un hospital y que tenía miedo de morir. Pidió al enfermero que avisara a su mujer y le
dijese que viniera lo antes posible. Afortunadamente, el Sr. Vega presentaba un ataque
cardiaco no complicado. Después de varios días se lo trasladó a otra planta. Mientras el
enfermero lo estaba trasladando, el Sr. Vega le dijo que le preocupaba la idea de ir a un
servicio nuevo. Una vez en el servicio, el médico le dijo que lo mejor que podía hacer era
cambiar su estilo de vida y quizá dejar de conducir camiones. El Sr. Vega dijo que eso
era imposible ya que no tenía otro medio de mantener a su mujer y a sus cuatro hijos.

(1) Para concluir con el tratamiento del presente tema, realice una lectura comprensiva del
capítulo dedicado a las Respuestas Humanas.
168 el acto de cuidar - genealogía epistemológica del ser enfermo

Detecte en el párrafo anterior aquellas respuestas humanas puestas


de manifiesto.

CREENCIAS

E ntre las creencias del enfermero se encuentran filosofías sobre la enfer-


mería, la salud, la persona cuidada como individuo y como usuario de
la atención sanitaria, y las relaciones entre estos factores. Todo esto forma
parte del marco teórico sobre el que se basa la práctica de enfermería. Este
marco se refleja no sólo en la fase de valoración, sino también a lo largo de
los restantes componentes del proceso de enfermería.

Ejemplo: Alberto Romero, de 25 años, ingresa en el hospital con un diagnóstico


médico de cáncer pulmonar metastásico. La primera vez que le diagnosticaron un
cáncer fue hace tres años y la zona de aparición fue en los testículos; tras lo cual ha
completado una amplia serie de radioterapia y quimioterapia. Alberto y su mujer
han llegado a la conclusión de que el proceso de esta enfermedad y la necesidad
de un tratamiento continuo han afectado gravemente a su calidad de vida. Por
tanto, él ha decidido interrumpir todo tratamiento. Su médico apoya esa decisión.
El enfermero piensa que Alberto tiene el derecho de tomar una decisión infor-
mada y de controlar el modo en que desea pasar el resto de su vida. Su enfermero
piensa también que el papel del enfermero como asesor del individuo y la familia
es ayudarlo a alcanzar estos objetivos. En la fase de valoración, el enfermero iden-
tifica que a Alberto le gustaría estar a gusto y morir en su casa rodeado de sus
seres queridos. Por tanto, las intervenciones de enfermería deberían centrarse en la
ejecución de un régimen de control del dolor, información a la persona / familia y
remisión a un programa de cuidados domiciliarios.

CONOCIMIENTOS

E l proceso de valoración exige al enfermero poseer extensos cono-


cimientos sobre distintas disciplinas. Esta base de conocimientos
incluye tanto a las ciencias físicas como a las del comportamiento. Del
enfermero se espera tanto que domine conceptos básicos de anatomía,
fisiología, química, nutrición, microbiología, psicología y sociología.
Los componentes de esta base científica permiten al enfermero hacer la
valoración inicial del estado físico y emocional del individuo. Dichos cono-
cimientos constituyen también la base para el reconocimiento de cambios
durante las siguientes valoraciones. Esto facilita la identificación de los
el metodo 169

factores contribuyentes, tanto positivos como negativos, que determinan el


lugar donde el paciente se encuentra dentro del ciclo salud / enfermedad.
El caudal de conocimientos del enfermero ha de incluir también las
bases del análisis para la resolución de problemas y la toma de decisiones.
El enfermero tiene que poder analizar los datos de la valoración, reconocer
relaciones significativas entre los datos, desarrollar conclusiones válidas,
y más tarde emitir unos juicios sólidos que contribuyan al progreso de la
persona cuidada.

Ejemplo: Juan Marcussi es un marinero obeso, de 42 años, que ingresa en el


hospital para someterse a una colecistectomía. Durante el tercer día de su postope-
ratorio, el señor Marcussi llama al enfermero y le dice que siente como si “fuesen
a explotarle los puntos”. El enfermero observa que está pálido y sudoroso, y la
siguiente valoración revela la existencia de cuatro puntos de sutura abiertos en el
área de incisión. Un asa intestinal sobresale por el extremo distal de la abertura. Al
controlar su tensión arterial obtiene el valor de 100/60 mm Hg. Basándose en esta
valoración, el enfermero dice a Juan que no beba o coma nada, tapa su abdomen con
un apósito empapado en solución fisiológica estéril y avisa con urgencia al cirujano
de guardia. El enfermero utiliza su base de conocimientos para prever la necesidad
de una segunda intervención. Su capacidad para resolver problemas hace que lleve a
cabo unas acciones rápidas que impiden complicaciones más graves.
170 el acto de cuidar - genealogía epistemológica del ser enfermo

ACTIVIDADES DE APLICACIÓN

1. ¿Qué entiende por dato?

2. Clasifique los datos según tipos.

3. Enumere los métodos de obtención de datos.

4. Mencione los criterios de valoración que pueden ser utilizados.

5. ¿Cuál es el criterio de valoración sugerido desde nuestro


Modelo Conceptual?

6. ¿Qué clases de entrevistas conoce?

7. Cuáles son las partes de una entrevista?

8. Enuncie las cualidades de un buen entrevistador.

9. ¿Qué tipo de interferencias pueden presentarse en una entrevista?

10. Nombre y describa las fuentes de obtención de datos.

11. Describa los pasos que componen la exploración física.

12. ¿Cuál es la importancia de la documentación y registro de


la valoración?

13. Defina Respuestas Humanas.

14. Establezca la diferencia entre respuestas humanas funcionales


y disfuncionales.

15. Nombre y ejemplifique tres tipos de respuestas


humanas funcionales.

16. Nombre y ejemplifique tres tipos de respuestas


humanas disfuncionales.
el metodo 171

NECESIDADES FUNDAMENTALES
Y FUENTES DE DIFICULTAD

E ste marco conceptual se fundamenta en la presencia de un ser humano


con ciertas exigencias fisiológicas y aspiraciones, que se denominan
necesidades fundamentales.

Una necesidad fundamental es un requerimiento vital esencial que tiene la


persona para asegurar su bienestar y preservarse física y mentalmente.

Cada una de estas necesidades está relacionada con las dimensiones


del ser humano.
En cada una de ellas pueden descubrirse las dimensiones biológica, psico-
lógica, sociológica cultural y espiritual. El enfermero que desee prestar cuidados
personalizados ha de considerar estos cuidados en su conjunto y planificar
intervenciones apropiadas que tengan en cuenta estas diferentes dimensiones.
Aunque cada una de las necesidades está más relacionada con alguna
de estas dimensiones, sin embargo en todas ellas se dan estos compo-
nentes esenciales.
A pesar de que a primera vista, pueda parecer que una necesidad se
encuadra en el aspecto biofisiológico, esta dimensión no es la única afec-
tada. La eliminación, que también tiene dimensión psicocultural ligada a
los hábitos, ritos, necesidad de intimidad y la tensión nerviosa que reper-
cute en ella, es un ejemplo de cómo los factores ligados a estas dimensiones
pueden influir en la satisfacción de las necesidades de una persona.

NECESIDAD Y HOMEORESIS

L a satisfacción del conjunto de necesidades de una persona le permite


conservar sus diferentes procesos fisiológicos y psicológicos en estado
de equilibrio.
Este estado de equilibrio se ha denominado HOMEOSTASIS
(homeo: equilibrio, stasis: estático o quieto), y se ha extendido a los procesos
psicológicos y de relación, hasta tal punto que hoy se habla de homeostasis
fisiológica y psicológica de un individuo.
Hemos preferido el término de HOMEÓRESIS que nos remite a
una idea de equilibro dinámico, más acorde con los procesos vitales. La
homeóresis constituye, en definitiva un principio de interacción entre
172 el acto de cuidar - genealogía epistemológica del ser enfermo

diferentes mecanismos vitales. Ejemplos: la transpiración y el efecto de


refrescar. La necesidad de eliminar desechos orgánicos y la necesidad de
mantener la temperatura corporal en límites normales.
Si bien ciertos procesos de autorregulación pueden producir igual-
mente un efecto menos favorable: efectivamente, si una de las necesidades
permanece en un estado de insatisfacción importante las demás necesidades
sufren también repercusión.

MANIFESTACIÓN DE DEPENDENCIA

C uando una necesidad fundamental se encuentra insatisfecha a conse-


cuencia de la aparición de alguna fuente de dificultad, surgen una o
varias manifestaciones de dependencia. Constituyen signos observables de
la incapacidad del sujeto para responder por sí mismo.
La noción de satisfacción a un nivel aceptable es muy importante en
este punto. Significa que existen grados en la satisfacción de las necesi-
dades vitales de la persona y en la dependencia que una carencia desenca-
dena. Sin embargo puede darse un cierto grado de insatisfacción, sin que
suponga necesariamente la dependencia del sujeto.

La dependencia se instala en el momento en que la persona debe


recurrir a otro para que lo asista, le enseñe lo que debe hacer, o lo supla en
lo que no puede hacer por sí mismo.

FUENTES DE DIFICULTAD

Se definen como cualquier impedimento mayor en la satisfacción de una o de


varias necesidades fundamentales.

Fuentes de dificultad que pueden ser causadas por:


1. Factores de orden físico.
2. Factores de orden psicológico.
3. Factores de orden sociológico.
4. Factores que tienen repercusiones de orden espiritual.
5. Factores ligados a una insuficiencia de conocimientos.
el metodo 173

Constituyen fuerzas negativas que impiden al sujeto adoptar compor-


tamientos o realizar acciones apropiadas, que le permitan satisfacer por sí
mismo sus necesidades. Esta incapacidad genera en él manifestaciones de
dependencia, es decir signos y síntomas observables que indican que una o
varias necesidades permanecen insatisfechas.

Fuentes de orden físico: comprenden cualquier impedimento físico,


de naturaleza intrínseca o extrínseca, que entorpece la satisfacción de una
o varias necesidades fundamentales.
Las fuentes intrínsecas de dificultad provienen del propio individuo,
es decir son causadas por factores orgánicos, genéticos y fisiológicos propios
del sujeto (problema articular, parálisis, excrecencia que obstruye el paso
del aire o de los alimentos, etc.)
Las fuentes extrínsecas comprenden los agentes exteriores, que en
contacto con el organismo humano, dañan el desarrollo normal de una de
sus funciones o lo conducen a reaccionar de tal forma que constituye un
problema para el sujeto.
Fenómenos de desequilibrio por insuficiencia o sobrecarga:
Fenómeno de desequilibrio: implica a la vez la presencia de manifes-
taciones de insuficiencia y sobrecarga y por esta causa pueden verse
afectadas varias necesidades de la persona ej.: diarreas, vómitos,
infección, inflamación, dolor.
Fenómeno de insuficiencia: es el provocado por una carencia o por la
disminución de un estímulo o de un elemento necesario para el orga-
nismo. ej.: disnea, debilidad, inmovilidad.
Fenómeno de sobrecarga: está dado por la presencia en el organismo
de una sustancia en cantidad excedente, o por una actividad más
marcada por determinados procesos fisiológicos ej.: hipertiroidismo,
intoxicación, alcoholismo o toxicomanías (afección del organismo
por sustancias nocivas).
Fuentes de orden psicológico: comprenden los sentimientos, las
emociones o en otras palabras, los estados de ánimo y del intelecto, que
pueden influir en la satisfacción de ciertas necesidades fundamentales.
Conciernen al “cotidiano intelectual”, a los trastornos del pensamiento,
ansiedad, miedo, estrés, problemas de la evolución, de la personalidad,
estado de adaptación a la enfermedad y ciertas situaciones de crisis (modi-
ficación del esquema corporal, una pérdida, un duelo, etc.).
Fuentes de orden sociológico: comprenden problemas generados al
individuo por sus relaciones con el entorno, con su cónyuge, con su familia,
174 el acto de cuidar - genealogía epistemológica del ser enfermo

red de amigos, compañero de trabajo, en resumen, problemas ligados a


su inserción en la comunidad. Están vinculadas a los planos “relacional
y cultural”. Intervienen aquí factores de tipo económico, laboral, institu-
cional. Patrones de costumbres o ritos dentro de una comunidad.
Fuentes de orden espiritual: engloban todo lo que se refiere al espí-
ritu, al sentido moral, a los valores, cualesquiera que éstos sean.
Tienen relación con la naturaleza de las respuestas que la persona
encuentra en sí misma o en el entorno.
Su capacidad o incapacidad para trascender a las realidades cotidianas puede
tener repercusiones en él, particularmente en el enfermo en fase terminal.
Fuentes de orden cognitivo: son todas aquellas vinculadas a una
insuficiencia de conocimientos.
Conocimiento de sí mismo: se refiere a determinadas zonas del
campo de la experiencia del individuo, que ha de diferenciar como carac-
terísticas definidas y estables de sí mismo (sentimientos, experiencias,
imagen corporal, identidad, status, rol, mecanismos de defensa, afilia-
ciones e incluso su propio cuerpo).
Conocimiento de la salud y de la enfermedad: debe tener conoci-
mientos de la salud y de la enfermedad, medios de prevención de problemas
de salud, afección que sufre e implicancias del tratamiento. Aquí entra en
juego el concepto de enseñanza a la persona, enfoques, medios pedagógicos.
Conocimiento de los otros: comprensión de las necesidades de los
otros, de las situaciones en que viven los otros y de sus problemas de salud.
Aprender a comprenderlos, a ayudarlos es útil para los que tienen dificul-
tades serias en relacionarse con los demás.
Conocimiento del medio: tanto del medio físico como social, es
necesario para la promoción de la salud y para solucionar problemas físicos
y psicológicos.
el metodo 175

MANIFESTACIONES DE
INDEPENDENCIA– DEPENDENCIA

P ara orientarse en la búsqueda del problema de dependencia, se deben


examinar los datos recogidos y separar los comportamientos que favo-
recen la satisfacción de las necesidades de los que no.

Problema de dependencia + Fuentes de dificultad

Diagnóstico de Enfermería Real

Una vez seleccionados los datos objetivos, el enfermero está en pose-


sión de información que demuestra las manifestaciones de dependencia que
hay en un individuo. A partir de esta información, puede llegar a deducir
cuál es el problema del paciente y establecer un diagnóstico de enfermería.

GRÁFICO QUE RELACIONA LA DURACIÓN Y EL GRADO DE DEPENDENCIA DE UNA PERSONA:

Dependencia
permanente o
crónica Varios años

Un año

Algunos meses
Duración de la
dependencia

Algunas semanas

Algunos días

Dependencia
transitoria

Dependencia ligera Grado de dependencia Dependencia total


176 el acto de cuidar - genealogía epistemológica del ser enfermo
COMPONENTES Y ORÍGENES DE LAS FUENTES DE DIFICULTAD:
De orden físico Por insuficiencia, desequilibrio o sobrecarga.

Relacionadas con la inteligencia, el


pensamiento y el estado de conciencia;
con los sentimientos, el estrés, la
De orden psicológico
ansiedad, las etapas del crecimiento o
adaptación a la enfermedad, a las
situaciones de crisis.

FUENTES DE Ligadas a las dimensiones: relacional,


De orden sociológico
DIFICULTAD cultural, económico y medioambiental.

Relacionadas con los interrogantes trascen-


dentales, con conflictos de valores, con
De orden espiritual
determinadas limitaciones en la práctica
religiosa, con la idea de la muerte, etc.

Por falta de conocimiento de sí mismo y


Ligadas a la insuficiencia de los otros, de la salud y de la enferme-
de conocimientos. dad, del medio físico y social.

DEFINICIÓN DEL PROBLEMA DE DEPENDENCIA

L a primera etapa que hay que realizar para establecer un diagnóstico de


cuidados consiste en descubrir el problema de dependencia del paciente.
El problema de dependencia es un cambio desfavorable en la satisfac-
ción de una necesidad fundamental, que puede ser de orden bio-psico social,
cultural o espiritual y que se manifiesta a través de signos observables.
La definición de este problema es, en cierto sentido, la conclusión que
saca el enfermero a partir de los datos que revelan que hay una necesidad
insatisfecha.

El enfermero reúne los datos y luego los sintetiza, formulándolos en


unos pocos términos concisos, con los que diseña una imagen útil y significa-
tiva que explica claramente la situación. Por ejemplo: la alteración del estado
de conciencia, atentando contra la integridad de la piel, estreñimiento.
Los problemas pueden estar ligados entre sí.

La fuente de dificultad es cualquier impedimento mayor en la satis-


facción de una o varias necesidades fundamentales, en consecuencia es el
origen del problema de dependencia o lo que contribuye a él. En definitiva
el metodo 177

se trata del factor etiológico, de la causa del problema. Las fuentes de difi-
cultad pueden ser causadas por:
1. Factores de orden físico
2. Factores de orden psicológico
3. Factores de orden sociológico
4. Factores que tienen repercusión de orden espiritual
5. Factores ligados a una insuficiencia de conocimientos

ESTABLECIMIENTO DE PRIORIDADES
1.- Suponga un riesgo para la vida.
Una insuficiencia respiratoria, incapacidad para alimentarse o para hidratarse y
que entrañe un riesgo de desequilibrio serio.
2.- Presente un riesgo de importante gasto de energía.
Caso de una persona disneica o con una gran ansiedad.
3.- Que comprometa la seguridad del paciente.
Persona con manifestación de ansiedad o agitación, déficit sensorial o confusión.
4.- Que genere o multiplique la dependencia y conduzca a la disfunción.
Persona débil o inconsciente que es incapaz de volver sola a la cama. Que pueda
provocar secuelas indeseables.
5.- De la insatisfacción de una necesidad que repercute en otras .
Altera el confort. Provoca sensaciones desagradables, como náuseas, deterioro de
la integridad cutánea, fatiga etc.
6.- Que dificulte el funcionamiento afectivo, cognitivo y social.
Pueda atentar contra la propia imagen, el derecho de la persona, a la información o
a vivir según las propias vivencias y valores o impedirle comunicarse o realizarse.
178 el acto de cuidar - genealogía epistemológica del ser enfermo

ACTIVIDADES DE APLICACIÓN

1. Defina con sus palabras el concepto de homeostasis.

2. Establezca la diferencia entre homeóresis y homeostasis.

3. ¿Cuál es sentido de continuidad entre los términos de


dependencia e independencia?

4. Defina fuente de dificultad.

5. Clasifique las fuentes de dificultad.

6. Defina problema de dependencia.

7. ¿Qué diferencias existen entre problemas de dependencia


y fuentes de dificultad?

8. Establezca la relación existente entre fuente de dificultad


y problema de dependencia.
el metodo 179

SEGUNDA ETAPA DEL PAE


DIAGNÓSTICO DE ENFERMERÍA

REFLEXIONES Y TEORÍA

F ormular diagnósticos enfermeros requiere análisis, síntesis y exactitud


al interpretar y dar un sentido a los complejos datos clínicos. Este
proceso de pensamiento crítico permite al enfermero tomar decisiones
sobre los resultados que desea obtener y determinar las intervenciones
necesarias para lograrlos.
No obstante, al menos que el enfermero pueda documentar su pensa-
miento de forma que logre ser interpretado por otros enfermeros y otros
profesionales de la salud, este proceso de pensamiento es invisible.
Nominar exactamente e informar de los resultados del pensamiento
crítico del enfermero ayuda a que otros cuidadores conozcan las necesi-
dades de la persona cuidada y cómo éstas serán satisfechas mediante el
plan de cuidados. El uso de un lenguaje diagnóstico estandarizado para
documentar el pensamiento enfermero es una forma efectiva de lograr
el entendimiento interdisciplinar. Desarrollar un lenguaje estandarizado
para reflejar la complejidad y diversidad de la práctica diagnóstica es una
tarea ingente. El lenguaje debe representar las experiencias de las personas
que cuidamos y tener una forma clínicamente útil que sea comprensible
para todos los miembros del equipo de salud. Es preciso un lenguaje diag-
nóstico dinámico si deseamos expresar la riqueza y cambio de la práctica
enfermera.
Las revisiones siempre mejoran la especificidad y sensibilidad del
lenguaje.
En el mundo actual de los cuidados de salud donde múltiples sistemas
deben comunicarse atravesando barreras de espacio, tiempo y tecnología
los enfermeros necesitan emplear un lenguaje estandarizado.
Sin esta terminología para representar diagnósticos, intervenciones y
resultados enfermeros la enfermería no podrá mejorar.
Deberá desarrollar habilidad para articular su contribución a cuidados
de calidad eficaces y eficientes. A medida que se desarrolla la terminología
de referencia que represente la experiencia global de los cuidados de salud
los enfermeros deben:
1.- Situarse como parte de ese desarrollo.
2.- Ver que la enfermería está claramente representada en esa
terminología.
180 el acto de cuidar - genealogía epistemológica del ser enfermo

DEFINICIONES DE DIAGNÓSTICOS DE ENFERMERÍA

A lo largo de la evolución de la disciplina enfermera, se han ido consen-


suando diferentes deficiniones para el témino “Diagnóstico Enfermero”.
Nótese que la idea de “problema” y “tratamiento” se sostiene hasta la interven-
ción de la NANDA en 1990, en que se empiezan a tener en cuenta los procesos
vitales más allá del “patrón alterado” como eje del quehacer enfermero.

• “Declaración de un problema parcial, al cual se llega haciendo interpo-


siciones de los datos recogidos. El problema es aquel que puede aliviarse con
la enfermería” (Mundinger y Jauron, 1957).
• “Los diagnósticos enfermeros o diagnósticos clínicos formulados por
profesionales enfermeros, describen problemas de salud reales o potenciales
que las enfermeras, en virtud de su educación y experiencia están capaci-
tadas y autorizadas para tratar” (Gordon, 1976).
• “El diagnóstico enfermero es una frase concisa o término que resume
un grupo o indicadores empíricos, que representan las variables normales o
patrones alterados (reales o potenciales) del funcionamiento humano de los
que la enfermera en virtud de su educación y experiencia es capaz y está
autorizada a tratar” (Mc. Lane A. 1979).
• “Diagnóstico de enfermería es la declaración del estado de un paciente
(respuesta a la salud o enfermedad) que las enfermeras son capaces y legal-
mente responsables de tratar” (Moritz, 1982).
• “El diagnóstico enfermero es un juicio clínico sobre las respuestas del
individuo, familia o comunidad, a los procesos vitales o problemas de salud
reales o potenciales que proporciona la base para la selección de las inter-
venciones para lograr los objetivos de los que la enfermera es responsable”
(NANDA, 1990).
• “El diagnostico enfermero es una actividad de investigación que
le permite a la enfermera emitir in juicio sobre la situación en que se
encuentra el paciente respecto a su necesidad de autocuidado y su capa-
cidad para satisfacerlo y decidir que debe hacerse en función de la situación
identificada” (D. Orem, 1990).
el metodo 181

DE LA VALORACIÓN AL DIAGNÓSTICO

E l siguiente diagrama muestra cómo las actividades de la valoración


conducen a lo que muchos consideran el eje central del Proceso Enfer-
mero: el Diagnóstico de Enfermería (DdE).

VALORACIÓN
Recoger los datos
Validar los datos
Organizar los datos Análisis, síntesis e
Identificar patrones interpretación de los
Comprobar las datos
primeras impresiones
Informar
Registrar los datos

DIAGNÓSTICO DE ENFERMERÍA
Identificación de los problemas
Identificación de los factores de riesgo
Predecir los problemas/ complicaciones potenciales
Identificar los recursos y puntos fuertes

ACORDANDO TÉRMINOS QUE DEFINEN LA DISCIPLINA

Diagnóstico, concepto y clasificación:


Diagnóstico enfermero:
Juicio clínico sobre la respuesta de un individuo, familia o comunidad
frente a procesos vitales o problemas de salud reales o potenciales.
Los diagnósticos enfermeros proporcionan la base para la selección
del las intervenciones enfermeras destinadas a lograr los objetivos de
los cuales enfermería es responsable.
Diagnóstico enfermero real:
Describe respuestas humanas a procesos vitales/ estados de salud
que existen en un individuo, familia, comunidad. Está apoyado por
182 el acto de cuidar - genealogía epistemológica del ser enfermo

características definitorias (manifestaciones, signos y síntomas) que


se agrupan en patrones de claves o inferencias relacionadas.
Diagnóstico enfermero de riesgo:
Describe respuestas humanas a estados de salud/ procesos vitales que
pueden desarrollarse en un individuo, familia y comunidad vulnera-
bles. Está apoyado por factores de riesgo que contribuyen al aumento
de la vulnerabilidad.
Diagnóstico enfermero de salud:
Describe respuestas humanas, niveles de salud en un individuo,
familia o comunidad que están en disposición de mejorar.

Componentes del diagnóstico:


Etiqueta:
Proporciona un nombre al diagnóstico. Es un término o frase concisa
que representa un patrón de claves relacionadas. Puede incluir modi-
ficadores/ descriptores.
Factores de riesgo:
Factores ambientales y elementos fisiológicos, psicológicos, gené-
ticos o químicos que incrementan la vulnerabilidad de un individuo,
familia o comunidad ante un evento no saludable.
Factores relacionados:
Factores que parecen mostrar algún tipo de patrón relacionado con
el diagnóstico enfermero. Pueden describirse como antecedentes,
asociados, relacionados, contribuyentes o coadyuvantes al diagnóstico.

Definiciones para la clasificación de los diagnósticos enfermeros:


Clasificación:
Disposición sistemática de fenómenos relacionados en grupos o clases
basándose en las características que tienen en común.
Nomenclatura:
Sistema de designaciones (términos) elaborados según reglas preesta-
blecidas (American Nurses Association, 1999).
Taxonomía:
Clasificación según las relaciones naturales que se suponen entre los
tipos y subtipos. (American Nurses Association).
Dominio:
Patrones funcionales de salud.
el metodo 183

DIAGNÓSTICO ENFERMERO

Juicio clínico sobre la respuesta de un individuo, familia o comunidad


frente a procesos vitales o problemas de salud reales o potenciales.
Los diagnósticos enfermeros proporcionan la base para la selección
de las intervenciones enfermeras destinadas a lograr
los objetivos de los cuales Enfermería es responsable.

E n la etapa diagnóstica se va a exponer el proceso mediante el cual esta-


remos en condiciones de establecer un juicio clínico y de formularlo,
para su posterior intervención, bien se trate de un Diagnóstico Enfermero
o una situación interdependiente.
Diagnóstico de enfermería real se refiere a una situación que existe
en el momento actual, mientras que el potencial se refiere a una situación
que puede ocasionar dificultad en el futuro. Asimismo, no debemos dejar
de lado aquellos diagnósticos (de salud) que tienen por objeto el fomento
de actividades generadoras de bienestar.
Si las funciones de enfermería tienen tres dimensiones: dependiente,
interdependiente e independiente, según el nivel de decisión que corres-
ponde al enfermero surgirán problemas o necesidades en la persona que
competirán a un campo u otro de actuación:

PROBLEMA DE FUENTE DE DIAGNÓSTICO


DEPENDENCIA DIFICULTAD REAL

SITUACIÓN FACTOR DE DIAGNÓSTICO


POTENCIAL RIESGO POTENCIAL O DE
RIESGO

RESPUESTAS FORTALEZAS DIAGNÓSTICO DE


PROMOTORAS PERSONA / SALUD O DE
DE BIENESTAR ENTORNO BIENESTAR

RESPUESTA FACTOR DIAGNÓSTICO


HUMANA RELACIONADO ENFERMERO
184 el acto de cuidar - genealogía epistemológica del ser enfermo

La dimensión dependiente de la práctica del enfermero incluye aque-


llos problemas que son responsabilidad directa del médico que es quien
designa las intervenciones que deben realizar los enfermeros. La responsa-
bilidad del enfermero es administrar el tratamiento médico prescripto.
La dimensión interdependiente del enfermero se refiere a aquellos
problemas o situaciones en cuya prescripción y tratamiento colaboran los
enfermeros y otros profesionales de la salud. Estos problemas se descri-
birán como problemas colaborativos o interdependientes, y son complica-
ciones fisiológicas que los enfermeros controlan para detectar su inicio o
su evolución y colaboran con los otros profesionales para un tratamiento
conjunto definitivo.
La dimensión independiente del enfermero es toda aquella acción
que es reconocida legalmente como responsabilidad de enfermería y que
no requiere la supervisión o dirección de otros profesionales. Son los Diag-
nósticos de Enfermería (D.deE.).

Los pasos de esta fase son:


1.- Identificación de problemas:
Análisis de los datos significativos, bien sean datos o la deducción de
ellos, es un planteamiento de alternativas como hipótesis.
Síntesis es la confirmación o la eliminación de las alternativas.
2 .- Formulación de problemas:
Diagnóstico de Enfermería y problemas interdependientes.
El problema de dependencia junto a su fuente de dificultad constituye
el diagnóstico de enfermería que es dentro del proceso el objetivo del
análisis y de la interpretación. Esta fórmula (problema de dependencia +
fuente de dificultad = diagnóstico de enfermería) es válida, únicamente
para los diagnósticos de enfermería reales. Ya que en los otros dos (de
riesgo y de salud), tenemos otros factores relacionados. Podríamos, pues
completar este conjunto de fórmulas de la siguiente manera:

PROCESOS Y SOPORTES

S us conocimientos sobre enfermería, anatomía, fisiología normal, fisio-


patología, nutrición, psicología, sociología etc. le sirven de puntos de
apoyo en este proceso. Estos saberes son los que permiten al enfermero
establecer, ante cada una de las necesidades, cuál es el estado óptimo que
debería alcanzar el sujeto y detectar cuáles son las desviaciones que lo
el metodo 185

apartan de este estado, cuáles de ellas son de naturaleza biológica, psicoló-


gica, social, cultural o espiritual, a la vez que permiten que sea capaz de:
• Considerar los hechos, comportamientos, signos y síntomas con
mirada atenta.
• Identificar las relaciones que existen entre los elementos que observa.
• Buscar las causan que lo provocan.
• Determinar el grado de autonomía del sujeto.
• Prever las consecuencias posibles.
• Establecer prioridades.

Componentes de las categorías diagnósticas aceptadas.


Hay que considerar la importancia de los beneficios específicos de
una taxonomía diagnóstica en los distintos ámbitos del quehacer profe-
sional. La Asociación Española de Enfermería Docente (AEED), especi-
fica estos beneficios:

Asistencial: el uso de los diagnósticos en la práctica asistencial favorece la


organización y profesionalización de las actividades de enfermería al permitir:
A) Identificar las respuestas de la persona en distintas situaciones de salud.
B) Centrar los cuidados brindados en las respuestas humanas identi-
ficadas a través de una valoración propia.
C) Aumentar la efectividad de los cuidados al prescribir actuaciones
de enfermería específicas orientadas a la resolución o control de los
problemas identificados.
D) Organizar, definir y desarrollar la dimensión propia del ejercicio
profesional.
E) Delimitar la responsabilidad profesional, creando la necesidad de
planificar y registrar las actividades realizadas.
F) Diferenciar la aportación enfermera a los cuidados de salud de las
hechas por otros profesionales.
G) Unificar criterios de actuación ante los problemas o situaciones
que están dentro de nuestras áreas de competencia.
H) Mejorar y facilitar la comunicación inter e intradisciplinaria.

Docencia: la inclusión de los diagnósticos de enfermería en el currí-


culum básico debe iniciarse y continuarse de forma coherente, y prolon-
garse de forma progresiva a lo largo de todo el currículum. Permite:
A) Organizar de manera lógica, coherente y ordenada los conoci-
mientos de enfermería que deberían poseer los alumnos.
186 el acto de cuidar - genealogía epistemológica del ser enfermo

B) Disponer de un lenguaje compartido con otros profesionales, con


los enfermeros docentes y con los propios alumnos, lo cual facilita
enormemente la transmisión de ideas y conceptos relacionados con
los cuidados.

Investigación: para poder investigar sobre los problemas de salud


que los profesionales de enfermería estamos capacitados para tratar, es
necesario que estén bien definidos y universalizados, a fin de que los resul-
tados de las investigaciones puedan ser comprendidos y aplicados por otros
enfermeros. Es evidente que esto no es posible llevarlo a cabo sin disponer
de un lenguaje común previo que aúne los criterios y facilite la comunica-
ción e intercambio de datos. En este momento los diagnósticos enfermeros
pueden contribuir a la consolidación de la disciplina enfermera mediante
líneas de investigación dirigidas a:
A) Determinar la compatibilidad de una taxonomía con cada uno de los
modelos conceptuales.
B) Validar en distintos ámbitos culturales las características definitorias
y los factores relacionados de los diagnósticos de enfermería aceptados.
C) Comparar la eficacia de las diversas intervenciones propuestas ante un
mismo diagnóstico.
D) Realizar el análisis epidemiológico de los diagnósticos que presenta
una población determinada.
E) Identificar nuevas áreas de competencia en enfermería, o completar las
ya identificadas, mediante el desarrollo y validación de nuevos diagnósticos.

Gestión: algunas de las ventajas que comportan la utilización de los


diagnósticos de enfermería en este ámbito son:
A) Ayudar a determinar los tiempos medios requeridos, y por tanto,
las cargas de trabajo de cada unidad o centro, al facilitar la organiza-
ción y sistematización de las actividades de cuidados.
B) Permitir, como consecuencia, una mejor distribución de los
recursos humanos y materiales.
C) Favorecer la definición de los puestos de trabajo, ya que ésta
podría incluir la habilidad para identificar y tratar los diagnósticos de
enfermería que se dan con mayor frecuencia.
D) Posibilitar la determinación de los costos reales de los servicios
de enfermería, y consecuentemente, los costos reales de los cuidados
brindados al sujeto.
el metodo 187

E) Facilitar el establecimiento de criterios de evaluación de la calidad


de los servicios de enfermería brindados en un centro o institución.
F) Identificar las necesidades de formación para grupos profesio-
nales específicos.

ALGUNOS CONSEJOS PARA TENER EN CUENTA A LA HORA


DE ELABORAR UN DIAGNÓSTICO DE ENFERMERÍA
· Redactar en términos convenientes desde el punto de vista legal.
· Escribir el diagnóstico sin emitir juicios de valor, sino basarse en datos objetivos
y subjetivos que se hayan recogido y validado con el sujeto.
· No invierta el orden de las partes del DdeE: lleva a un enunciado confuso.
· No mencionar signos y síntomas en la primera parte del Diagnóstico.
· No indique el DdeE como si fuera un diagnóstico médico.
· No escriba un Diagnóstico de Enfermería que repita una orden médica.
· No rebautice un problema médico para convertirlo en un DdeE.
· No indique dos problemas al mismo tiempo: dificulta la formulación de los objetivos.

DIAGNOSTICAR Y TRATAR (DT)


VERSUS
PREDECIR, PREVENIR Y GESTIONAR (PPG)(1)

E l abordaje DT (diagnosticar y tratar) significa que esperamos que


aparezcan evidencias de un problema antes de iniciar el tratamiento.
El abordaje PPG (predecir, prevenir y gestionar), se centra en la inter-
vención temprana para controlar los problemas y prevenir o gestionar sus
potenciales complicaciones. Este enfoque con frecuencia se centra en la
investigación o en la evidencia clínica. Actualmente conocemos el curso
típico de muchos problemas de salud y también sabemos cómo alterarlo
mediante la intervención temprana. Usar un enfoque PPG requiere que
usted haga dos cosas:
1. En presencia de problemas conocidos usted predice las complica-
ciones más probables y peligrosas y emprende acciones inmediatas para:
a) prevenirlas, y b) manejarlas en caso de que no puedan ser prevenidas.
2. Tanto si hay problemas como si no, usted busca evidencias de
factores de riesgo (cosas que sabemos que pueden provocar problemas,
como conductas sexuales de riesgo por ejemplo). Si se detectan
(1) ALFARO-LEFEVRE, R., “Aplicación del Proceso Enfermero”, Masson. Barcelona, 2003.
188 el acto de cuidar - genealogía epistemológica del ser enfermo

factores de riesgo, tratará de reducirlos o controlarlos, previniendo


por tanto la aparición de problemas.
Usar el enfoque PPG requiere conocimientos sobre el proceso, trata-
miento y pronóstico de la enfermedad (el pronóstico es el curso y resultado
normal de la lesión o enfermedad). Recuerde que en el PPG, predecir no
significa que la complicación sucederá (p. ej., “ la persona tiene tal problema,
luego se puede predecir que también tendrá esta complicación”. Esto es una
asunción). Significa que usted anticipa la posibilidad de ciertas complica-
ciones y está preparado para detectarlas, prevenirlas y manejarlas.
Recuerde que la enfermería no sólo se aboca a la prevención y trata-
miento del estado patológico, sino que es nuestra función, además, la
promoción de la salud. Esto es fortalecer aquellas actitudes, prácticas y
costumbres de los sujetos que propenden hacia la evolución en el conti-
nuum dependencia / independencia, permitiendo el desarrollo de expe-
riencias de salud óptimas, para la persona y el entorno.
En este punto debemos estimular en la persona cuidada aquellas conductas,
tales como: prácticas de algún deporte, una dieta balanceada, la adecuación a
un plan de control de salud (chequeos, consultas, acordes a la edad), etc.

CAPTAR, ORGANIZAR Y USAR LA CRECIENTE


BASE DE CONOCIMIENTOS ENFERMEROS

L as enfermeras siguen estudiando los roles enfermeros y aumentando


la base de conocimientos propios mediante la investigación y la apli-
cación de mejores prácticas. Organizaciones de enfermeras especialistas
como la American Association of Critical Care Nurses y la American
Association of Operating Room Nurses llevan a cabo importantes trabajos
para abarcar los diversos roles de la práctica de la especialidad.
Al reconocer que trabajar para desarrollar un lenguaje enfermero
unificado (LEU) es crucial para usar registros computarizados y facilitar
la investigación, la American Nurses Association (ANA) reconoce varios
vocabularios enfermeros (ver tabla).
A medida que las organizaciones enfermeras trabajan para desarrollar
un LEU, otro grupo desarrolla una terminología de referencia que incorpora
términos de varias disciplinas y los une de forma que permite a los ordena-
dores conectar mejor los datos procedentes de distintas áreas y países.
el metodo 189

TABLA: GRUPOS QUE DESARROLLAN UN LENGUAJE ENFERMERO ESTANDARIZADO*


GRUPO EJE PROPÓSITO

Identificar, etiquetar, validar y clasificar los problemas de salud


North American que la enfermería diagnostica y trata.
Nursing Diagnosis Diagnósticos Para ver el listado, consultar la sección Referencia rápida de
Association (NANDA) los diagnósticos enfermeros en la página web:
http://www.nanda.org/html/about.html

Identificar, etiquetar, validar y clasificar las intervenciones que


enfermería lleva a cabo, incluyendo las que realiza
Nursing Interventions
Intervenciones directamente con la persona cuidada, y las que lleva a cabo
Classification (NIC)
en forma indirecta. Consultas en la web:
http://www.coninfo.nursing.uiowa.edu/nic/overview.htm

Identificar, etiquetar, validar y clasificar los resultados del


sujeto, sensibles a la actuación de las enfermeras y los
Nursing-Sensitive
indicadores, para determinar la validez y utilidad de la
Outcomes Resultados
clasificación, y definir y probar los procedimientos de medición
Classification (NOC)
de los resultados e indicadores. Página web:
http://www.coninfo.nursing.uiowa.edu/noc/index.htm

Facilitar la práctica, documentación y manejo de la


Omaha Nursing Diagnósticos, información a la enfermería de cuidados domiciliarios y
Classification System intervenciones, comunitarios, describiendo y midiendo problemas, inter-
form Community Health resultados venciones y objetivos relacionados con la salud. Página Web:
http://www.aorn.org/research/pnds.htm

Proporcionar una estructura para la documentación y


Home Health Diagnósticos, clasificación de los cuidados de salud domiciliarios y
Care Classifiaction intervenciones ambulatorios. Página Web:
(HHCC) y resultados http://www.sabacare.com

Recoger las contribuciones enfermeras a la salud y proporcio-


nar un marco en el que puedan cruzarse los vocabularios y
International Diagnósticos, clasificaciones existentes, permitiendo la comparación de los
Classification por intervenciones datos enfermeros de distintos países de todo el mundo.
Nursing Practice (ICNP) y resultados Página Web:
http://www.inc.ch/icnp.htm

*Los términos lenguaje enfermero estandarizado, lenguaje enfermero único, lenguaje


enfermero estándar y vocabularios enfermeros estructurados con frecuencia se
utilizan como sinónimos.
190 el acto de cuidar - genealogía epistemológica del ser enfermo

El siguiente diagrama muestra la importancia de continuar aumen-


tando, organizando y captando la base de conocimientos de la enfermería.

Estudio de los roles enfermeros relacionados


con los diagnósticos, intervenciones y resultados

Aclarar la identificación del cuerpo de conocimientos enfermeros

Mayor autonomía profesional

Mejora de los resultados de la persona cuidada

TAXONOMÍA DIAGNÓSTICA

T al como hemos mencionado anteriormente, el trabajo por captar,


organizar y usar la creciente base de conocimientos enfermeros ha
llevado a las organizaciones internacionales a aunar los esfuerzos de profe-
sionales de todo el mundo para lograr un lenguaje enfermero unificado.
En dicho esfuerzo, la North American Nursing Diagnosis Association
(NANDA), edita en forma bianual(1) un listado de etiquetas diagnósticas
con un determinado nivel de evidencia (NDE), del mismo modo, cada
diagnóstico nuevo o revisado tiene una lista con las referencias bibliográ-
ficas que mejor respaldan el mismo.
La TAXONOMÍA DIAGNÓSTICA, es una estructura multiaxial,
compuesta de tres niveles: dominios, clases y diagnósticos enfermeros.
Un dominio es una esfera de actividad, estudio o interés, entendido
también como “patrón funcional de salud” – basándonos en la clasificación
de Marjorie Gordon. Una clase es una subdivisión de un grupo mayor;
una división de personas o cosas por su calidad, rango o grado. Cuando
los diagnósticos son aprobados por el Comité Directivo, basándose en
las recomendaciones del Comité para la Revisión de los Diagnósticos, y
después de debatirse en un foro abierto en la conferencia bianual, se les
asigna un nuevo código.
(1) NANDA, “Diagnósticos Enfermeros: Definiciones y Clasificación 2003-2004”, Elsevier,
Madrid, 2003.
el metodo 191

La Taxonomía II de la NANDA es una estructura codificada que


sigue las recomendaciones de la National Library of Medicine (NLM)
respecto a los códigos terminológicos en los cuidados de salud. Es un
lenguaje enfermero reconocido que cumple con los criterios establecidos por
el Committee for Nursing Practice Information Infrastructure (CNPII)
de la American Nurses Association. La utilidad de estar incluido como un
lenguaje enfermero reconocido es que indica que el sistema de clasificación
es aceptado como soporte para la práctica enfermera al proporcionar una
terminología clínicamente útil. La TAXONOMÍA DIAGNÓSTICA
está registrada con un Health Level 7 (HL7) y está incluida en el mapa de
la Satistical Nomenclature of Medicine (SNOMed). También está incluida
en el NLM’s Unified Medical Language System (UMLS).
PROMOCIÓN DE LA SALUD ROL / RELACIONES

Toma de Conciencia de la salud Roles de cuidador


Conductas de manejo de la salud Relaciones familiares
Desempeño del rol
NUTRICIÓN SEXUALIDAD
Ingestión Identidad sexual
Digestión Función sexual
Absorción Reproducción
Metabolismo
Hidratación AFRONTAMIENTO / TOLERANCIA AL ESTRÉS

ELIMINACIÓN Respuesta postraumática


Respuesta de afrontamiento
Sistema urinario Estrés neurocomportamental
Sistema gastrointestinal
Sistema integumentario PRINCIPIOS VITALES
Sistema pulmonar Valores
Creencias
ACTIVIDAD / REPOSO Congruenc. acciones con los valores/ creencias
Reposo / sueño SEGURIDAD / PROTECCIÓN
Actividad / ejercicio
Equilibrio de la energía Infección
Respuestas cardiovasculares / respiratorias Lesión física
Violencia
PERCEPCIÓN / COGNICIÓN Peligros ambientales
Procesos defensivos
Atención Termorregulación
Orientación
Sensación / percepción CONFORT
Cognición Confort físico
Comunicación Confort ambiental
Confort social
AUTOPERCEPCIÓN
CRECIMIENTO / DESARROLLO
Autoconcepto
Autoestima Crecimiento
Imagen Corporal Desarrollo
192 el acto de cuidar - genealogía epistemológica del ser enfermo

CAMPO CAMPO CAMPO


INTERACCIONAL INTRASUBJETIVO INTRASUBJETIVO
(PERSONA / ENTORNO) (PERSONA CUIDADA) (PERSONA CUIDADA)

RESPUESTAS HUMANAS
FUNCIONALES

EXPERIENCIAS RESPUESTAS
DE SALUD HUMANAS

RESPUESTAS HUMANAS
DISFUNCIONALES

Situaciones vividas con Mecanismos que cada Las respuestas humanas


relación al crecimiento, al persona pone en juego a son el fenómeno que
desarrollo y a las la hora de hacer frente a preocupa a la Disciplina
situaciones problemáticas, determinada experiencia Enfermera (American
incluyendo la enfermedad. de salud. Varían de Nurses Association - ANA -
El entorno comprende no persona a persona 1980). Parten de las
sólo aquello que rodea a la (individuales), e incluso necesidades percibidas.
persona, sino que está pueden no ser las mismas
compuesto por el medio en el mismo sujeto, en dos
interno y el medio externo. momentos distintos de su
vida (únicas).
el metodo 193

CAMPO
CONSTRUCCIÓN CONSTRUCCIÓN
INTERSUBJETIVO
INTERSUBJETIVA INTRASUBJETIVA
(SUJETO CUIDADO
(PERSONA CUIDADA (CUIDADOR)
/ CUIDADOR)
/ CUIDADOR)

CONDUCTAS
FORTALEZAS DE DIAGNÓSTICOS
PROCURADORAS
LA PERSONA / ENTORNO DE BIENESTAR
DE BIENESTAR

SITUACIONES FACTORES DIAGNÓSTICOS


POTENCIALES DE RIESGO POTENCIALES

PROBLEMAS DE FUENTES DE DIAGNÓSTICOS


DEPENDENCIA DIFICULTAD REALES

Conclusión a partir de Factores que parecen Juicio clínico sobre la


reunir y sintetizar los mostrar algún tipo de respuesta humana de la
datos, formulándolos en patrón de relación con el persona frente a procesos
unos pocos términos diagnóstico enfermero. vitales, factores de riesgo
concisos, con los que se Pueden describirse como y/o problemas de
diseña una imagen útil y antecedentes, asociados, dependencia. Proporciona
significativa que explica relacionados, contribuyen- la base para la determina-
claramente la situación. tes o coadyuvantes al ción de los resultados
Parte de la confrontación diagnóstico. esperados y la selección
de necesidades de las intervenciones
percibidas y necesidades destinadas a alcanzarlos.
normativas.
194 el acto de cuidar - genealogía epistemológica del ser enfermo

SATISFACCIÓN LABORAL,
AUTONOMÍA Y “BUEN TRABAJO”

F íjese que el resultado final del diagrama precedente es una mayor auto-
nomía profesional y una mejora de los resultados de la persona cuidada.
Los estudios muestran que tener autonomía profesional y ser capaz de
provocar un impacto en los resultados de la persona son factores claves que
mejoran la satisfacción laboral. Trabajar para aumentar la base de conoci-
mientos enfermeros no sólo ayudará a las personas cuidadas por nosotros,
sino que mejorará nuestra satisfacción laboral.
Cuando se hace un buen trabajo uno se siente bien. Pocas cosas hay en
la vida más agradables que concentrarse en una tarea difícil, empleando en
ella todas nuestras destrezas, sabiendo qué hay que hacer. Y, en contra de la
opinión general, estos momentos tan sumamente gratos – los que Mihaly
Csikszentmihalyi llama “experiencias de flujo” – se dan más a menudo en
el trabajo que durante el tiempo libre(1)(2).
“En el flujo nos sentimos completamente entregados, perdidos en una acti-
vidad que aparentemente no nos exige esfuerzo alguno. Paradójicamente, nos
sentimos vivos al ciento por ciento cuando estamos tan entregados al trabajo que
nos ocupa que incluso perdemos la noción del tiempo, de nuestros intereses, incluso
de nuestra existencia. El flujo intenso se puede producir en cualquier parte: al
hacer el amor, al escuchar música, al jugar una buena partida de ajedrez. Pero
lo sorprendente es que también se produce a menudo en el trabajo, siempre y
cuando éste tenga unos objetivos claros, ofrezca una retroalimentación inme-
diata y unos retos que se ajusten a nuestras destrezas. Cuando se cumplen estas
condiciones, tenemos la oportunidad de experimentar el trabajo como “ bueno”,
es decir como algo que nos permite expresar completamente lo mejor de nosotros
mismos, algo que sentimos como gratificante y placentero. El sentimiento de flujo
no siempre indica que se esté realizando un “ buen trabajo” en el sentido que
damos a la expresión; el ladrón que está absorto en abrir la caja fuerte puede
mostrar una dedicación comparable. Tampoco queremos decir con todo esto que el
“ buen trabajo” siempre esté acompañado del flujo; a veces puede ser algo desalen-
tador y decepcionante. Pero hemos visto repetidamente las recompensas del flujo
en los individuos que se entregan por completo a actividades que muestran el
mayor sentido de responsabilidad”.(3)

(1) CSIKSZENTMIHALYI, M., “Fluir”, Kairós, Barcelona, 1999.


(2) CSIKSZENTMIHALYI, M., “Aprender a fluir”, Kairós, Barcelona, 1998.
(3) GARDNER, H., “Buen trabajo – Cuando ética y excelencia convergen”, Piados, Barcelona,
2002.
el metodo 195

ACTIVIDADES DE APLICACIÓN

1. Establezca según la teoría cuál es el sentido de los diagnósticos


enfermeros (en otras palabras, cuál es el aporte que realizan a la
disciplina enfermera).

2. A partir del concepto “Diagnóstico enfermero”, establezca


la diferencia entre un diagnóstico “real”, uno de “riesgo”
y uno de “salud”.

3. Argumente las similitudes que existen entre los tres.

4. Defina y establezca diferencias entre los conceptos de “análisis” e


“interpretación” de datos.

5. ¿Qué influencia tienen el análisis y la interpretación de datos


en la disciplina enfermera?

6. ¿Qué relación existiría entre el problema de dependencia y la


fuente de dificultad como para dar origen al diagnóstico enfermero?.

7. ¿Qué relación hay entre un dominio y su correspondiente


clasificación?

8. Elabore un cuadro sinóptico de cada uno de los dominios


y su clasificación.

9. ¿Cómo se ordenan las necesidades según prioridad?

10. Defina “taxonomía”.

11. Señale y describa los ejes que aparecen en la etiqueta diagnóstica:


“Riesgo potencial de disfunción crónica en la relación parental
en un adolescente.”

12. Defina “Diagnóstico de Enfermería”.


196 el acto de cuidar - genealogía epistemológica del ser enfermo

13. Señale y describa los ejes que aparecen en la etiqueta diagnóstica:


“Alteración aguda en la movilidad de los miembros inferiores
de un adulto mayor.”

14. Elabore un escrito (máximo 10 renglones) con las conclusiones


a las que podría arribar en relación a lo que anuncia la NANDA
como “Categorías diagnósticas aceptadas” y aquellas que
efectivamente desarrolla.
el metodo 197

TERCERA ETAPA DEL PAE


PLANIFICACIÓN DE LOS CUIDADOS

DEFINICIÓN

L a planificación de los cuidados consiste en establecer un plan de


acción, en prever las etapas de su realización, las acciones que se han
de llevar a cabo, los medios que hay que emplear y las precauciones que hay
que adoptar, en pocas palabras, en pensar y organizar una estrategia de
cuidados bien definida.
La planificación de los cuidados es el punto en que desembocan las
etapas precedentes del proceso. Es una etapa esencialmente orientada
hacia la acción. Después de haber elaborado su diagnóstico de cuidados,
el enfermero elabora de alguna manera, una prescripción que puede tener
efectos positivos sobre el estado físico y mental de la persona y que puede
reducir los efectos del problema de dependencia. Determina de forma
precisa el objetivo que se persigue y las intervenciones que permitirán la
realización de dicho objetivo.

“Nuestra mentalidad profesional lleva a muchos colegas a preocuparse más de


los actos técnicos y de los cuidados propiamente dichos que de la planificación.
Algunos sostienen que elaboran un plan de cuidados “en su cabeza” y que no
ven la importancia de ponerlo en el papel. Esta situación es lamentable si se
piensa que la planificación se dirige a mejorar la calidad de los cuidados, puesto
que permite personalizarlos, asegurar su continuidad y evaluarlos. Desde este
punto de vista, el plan de cuidados no puede quedarse en un mero proceso intelec-
tual: debe ser explícitamente redactado en un documento que todos los cuidadores
puedan consultar si fuere preciso”.(1)

PLAN DE INTERVENCIÓN Y SU INFLUENCIA

P lan de intervención y planificación del trabajo del enfermero: el


plan de cuidados es el que orienta todas las actividades del enfermero,
tanto en relación con un sujeto determinado como con el conjunto que está
bajo su responsabilidad.
Plan de intervención y la comunicación: es muy importante que sea
posible establecer una comunicación permanente entre todos los profesio-
(1) PHANEUF, M., “La planificación de los Cuidados Enfermeros”, McGraw-Hill Intera-
mericana, México, 1999.
198 el acto de cuidar - genealogía epistemológica del ser enfermo

nales, por lo que debe existir una fuente de información que los ponga al
corriente de los cuidados. Por lo que puede convertirse en instrumento
de comunicación y de unificación de los cuidados utilizado por todos los
profesionales que actúan dentro de una unidad de cuidados.
Plan de intervención y continuidad de cuidados: facilita el segui-
miento de los cuidados entre los distintos enfermeros y equipos de trabajo.
Es el instrumento de continuidad por excelencia.
Participación de la persona y de la familia: el objetivo principal de
los cuidados dentro del marco conceptual de las necesidades fundamentales,
consiste en conducir a la persona a un grado óptimo de independencia en la
satisfacción de estas necesidades. Por lo que es esencial en la medida de lo
posible la colaboración del sujeto en la preparación de su plan de intervención.

Composición del plan de cuidados: El plan de cuidados incluye uno o varios


diagnósticos enfermeros para los cuales hay que fijar objetivos, planificar
unas intervenciones y prever una evaluación.

EL MODELO DE LA PLANIFICACIÓN DE UNA TAREA

L a planificación de los cuidados depende de la capacidad intelectual


para programar la acción o para elaborar planes complejos. Es intere-
sante ver como circula la información en una estructura mental como ésta.
El esquema siguiente muestra una adaptación de lo que sucede en nuestro
lóbulo frontal, donde surgen las imágenes-programa a partir de las cuales
se esbozan las estrategias de nuestros futuros comportamientos:

ESTIMULOS EXTERNOS

Memoria
Función de representación
Afectividad

Función de generación
Función operatoria
de planes

Función motriz Función verbal


el metodo 199

Como indica el esquema, recogemos la información que nos


presentan nuestros sentidos (datos), y la tratamos, bien almacenando los
conocimientos nuevos, bien comparándolos con los que ya contiene nuestra
memoria. Esto es lo que ocurre en la etapa de la VALORACIÓN. Los
datos recogidos también se ven afectados por nuestro sistema afectivo, que
les confiere un carácter importante, secundario, deseable, indeseable, etc.
Nuestra función de representación entra inmediatamente en juego y nos
muestra un panorama doble: uno de la situación actual con sus dificultades
y otro de la situación ideal o deseada.
Entonces interpretamos la situación, lo que significa que la vemos,
diagnosticamos el problema mediante el proceso de comparación, de dife-
renciación entre situación actual y la deseada. Nuestra función de genera-
ción de planes toma el relevo y se nutre de nuestro sistema afectivo, rico
en emociones, y del depósito de conocimientos almacenados en nuestra
memoria. Es ahí donde se encuentran los conceptos que necesitamos, es
decir, las “recetas”, las reglas que hay que seguir, los procedimientos y las
estrategias que hay que aplicar para modificar la situación. Es la memoria la
que nos proporciona nuestras referencias. Esta fase de generación de planes
ofrece dos posibilidades: aprovechar un plan que ya existe (utilización de
planes estándar) o seleccionar algunas reglas para crear uno nuevo.

La acción supone inmediatamente dos tipos de funciones: unas


funciones motrices para realizar los actos y unas funciones verbales que
presiden la selección de los componentes lingüísticos necesarios para
redactar un plan de cuidados.
Este modo de proceder intelectual nos explica todo el proceso de
cuidados y especialmente esta etapa de la planificación. En efecto, al
presentarnos la situación deseada, nuestra función de representación nos
lleva directamente a la elaboración de objetivos que son de hecho proyec-
ciones que se dirigen a la mejora de la situación, es decir, al mayor bien-
estar de la persona.
Observamos, por ejemplo, a un sujeto que respira mal: su frecuencia
respiratoria está acelerada porque tiene muchas secreciones (es el estado
actual). ¿Cuál sería la situación deseada? Esta podría ser que la persona
sea capaz de respirar sin dificultad con una frecuencia de catorce a veinte
respiraciones por minuto. Es exactamente así como podría reflejarse el
objetivo en esta situación.
En cuanto a las intervenciones, las suscitan nuestra función de gene-
ración de planes y nuestras funciones operatorias motrices y verbales. Estas
200 el acto de cuidar - genealogía epistemológica del ser enfermo

funciones nos llevan a buscar soluciones, es decir, acciones que pueden


conducir a la situación deseada.
Algunos dirán que este modo de proceder es complejo y que no es
esencial para aprender a planificar unos cuidados de calidad. Es verdad,
pero muestra que el proceso de planificación no tiene nada de artificial ni
es muy complicado. De alguna manera, forma parte de nosotros, puesto
que es sencillamente el reflejo del funcionamiento normal de nuestra inte-
ligencia. He aquí unos sólidos argumentos para responder a la resistencia
al cambio, que impide una implantación realmente funcional del proceso
de cuidados y del diagnóstico enfermero.
Este modo de proceder intelectual nos indica también la importancia
de los objetivos en este proceso. Algunas personas se preguntan si es esen-
cial fijar unos objetivos en un proceso de cuidados. Las explicaciones ante-
riores son bastante elocuentes para que podamos constatar que omitién-
dolos, nos estamos saltando una etapa importante del proceso.
el metodo 201

ACTIVIDADES DE APLICACIÓN

1. ¿En qué modificaría su actitud y conducta profesional cotidiana


si pudiera tener una visión (o lograra) la “planificación del trabajo
en su conjunto”, un “ instrumento de comunicación común a todos
los profesionales”, “continuidad de los cuidados”, “participación
del sujeto y la familia”?

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