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En una ocasin, se encerr y nadie volvi a verle el pelo en mucho tiempo. Ni siquiera a la eina Pelirru!ia y el Principe Pelicrespo les permita la entrada. Ni a ellos!
"Est# en$ermo de la ca!e%a", murmura!an los pa&es. "Nos est# tomando el pelo", ase'ura!a un
)na maana, Pelicarpo III se asom a su !alcn y ... *h! Se ha!a de&ado crecer el pelo hasta las rodillas! +hora, todas las tardes se pasea!a por el &ardn para e,hi!ir sus peinados. - qu( peinados!
.l era $eli% porque sus ca!ellos se'uan creciendo. /recan y crecan y crecan.
/uando se lava!a la ca!e%a, traan &a!n y champ0 de todas partes, hasta de los einos vecinos 1+nticaspa , por supuesto2.
- un pelotn de
sirvientes asea!an la melena de su monarca.
Pero con el invierno lle' la desdicha. )na nu!e de pio&os invadi todo el eino!
Pelicarpo III ni coma ni dorma. Slo se rasca!a y se rasca!a. esta!a a un pelito de caer 'ravemente en$ermo.
/omo no tena ni un pelo de tonto, llamo a todos los m(dicos del eino. + todos!
ya!
Pelicarpo III era hom!re de pelo en pecho y se de$endi con $irme%a. Pero todos en el reino esta!an hasta el ultimo pelo de tantos pio&os.
Ya
1'.'if/ade todos,
de vergen1a.
lo peor del mundo!
:ircj!ocijo el !ienestar
retornaron al "cino!
y los piojos, por donde