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El cerro, sumergido entre nubes, apenas respiraba; de su rostro ptreo asomaba tmida la nariz tras el triste manto con

que se inician las maanas yungas. Desde las cumbres, donde habitan los huamani, el aire es fresco y el sol resplandece como en un dia de fiesta. Poco a poco la claridad del nue o maana se impone y la humanidad en sombras despierta. !n dia antes llegue a la uni ersidad, muchos continuaban con las acti idades curriculares, otros yacian entre la con ergencia de situaciones fa orables consumidos en sus propios de enires aplazados en la inmensidad del momento que los hacia er como homigas. Encontre a algunos companeros dandole los ultimos traba"os a la propaganda#, nada hacia pre er# la $calma que precede a la tempestad%, recorde#. me incopore mansamente al traba"o, casi en silencio, unos grupos se formaron alrededor de los companeros, las bases dispersas miraban la nue as banderolas que estaban a punto de culminarse, el tiempo apremiaba

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