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A ti querido maestro que llevas en el pensamiento, la enseanza como escudo tu comprensin y talento.

Bendito sea tu trabajo una bella y noble misin, predicando con tu ejemplo a generacin tras generacin. Tienes esa gran virtud de entregarte en cuerpo y alma, yndose tu juventud en favor de la enseanza. Nos enseas muchas cosas grandes conocimientos, experiencias propias o ajenas sin escatimar sufrimientos. Eres un gran confidente un entraable amigo, algunas veces madre o padre que nos ensea el camino. Tienes grandes satisfacciones cuando aquilatan tu servicio tambin algunas decepciones que son gajes de tu oficio. Hoy te digo en tu da gracias por todo lo que me has dado, es un trozo de tu vida que a todos nos has convidado. Espero seguir tus pasos quiz no sea en un saln, pero cualquiera que sea mi empleo vivirs en mi corazn.

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