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En las Palabras del Evangelio, Cristo mismo pone en evidencia a la vez la dignidad y la responsabilidad del cristiano.

Cuando el Seor exclama: Ustedes son la sal de la tierra, subraya al mismo tiempo que si la sal se vuelve inspida, con qu la salarn? No sirve ms que para tirarla fuera y que la pise la gente, la sal no debe perder su sabor si tiene que ser til para el hombre. Y cuando afirma: Ustedes son la luz del mundo, plantea como consecuencia la necesidad de que esta luz alumbre a todos los de casa. Y todava insiste a continuacin: Del mismo modo, alumbre su luz delante los hombres, para que vean sus buenas obras y den gloria a su Padre que est en el cielo.

Si la sal se vuelve inspida. No existe, no puede existir apostolado alguno sin la vida interior, sin la oracin, sin una perseverante aspiracin a la santidad. Esta santidad es una particular actuacin del Espritu Santo recibido en el bautismo y en la confirmacin: Alumbre su luz delante los hombres Estamos llamados todos a la santidad! As como florecieron magnficos testimonios de santidad en el pasado, pueden florecer ahora nuevos testimonios de santidad. Necesitamos la abundancia del Espritu Santo para realizar con su sabidura la tarea nueva y original de la evangelizacin! Por eso, debemos estar unidos a Cristo, luz de las naciones, para participar de su funcin sacerdotal, proftica y real, en las difciles y maravillosas circunstancias de la Iglesia y del mundo de hoy.

S. Debemos estar en sus manos, para poder realizar la propia vocacin cristiana! En sus manos para llevar a todos a Dios! En sus manos para participar fructuosamente de la misin del mismo Cristo! En las manos de Dios para construir su reino en las realidades temporales de este mundo!
HAZME, SEOR, SER SAL Y LUZ Que d gusto, no a lo que el mundo quiere, y s a una nueva forma de vivir y de sentir Que ofrezca, la luz de tu presencia, a los que viven como si no existieras a los que, creyendo en Ti, caminan como si el Evangelio no conocieran Que sepa ser conservante como la sal: que guarde, para m y para los dems, tu gracia y poder, mi fe y mi fidelidad mi oracin y mi confianza en Ti.

V Domingo del Tiempo Ordinario Ciclo A

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