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CapiTuLo V EL MUNDO GRIEGO EN EL IMPERIO ROMANO Con la ocupacién de Alejandria por Octavio el 1 de agosto del aiio 30 a. de C,, se consumé el destino del helenismo politico. En lugar de las monar- quias helenisticas, que, sin embargo, siguieron existiendo todavia en algunos Estados orientalizados e iranizados del Este, aparece la soberania exclusiva de Roma. Cambio fundamental que condiciona, mas atin de lo que ya lo estaba desde Pidna (168 a. de C.), Ja orientacién del mundo del Mediterraneo oriental hacia Roma, que desde ahora se convierte en el verdadero centro de toda la ecumene. La historia del mundo griego dentro del Imperio Romano presenta un doble rostro todavia mas marcado atin que en la época helenistica. Es, por una parte, la historia del pueblo griego, al que bajo la proteccién de las Iegiones romanas le correspondié un periodo de paz de casi doscientos afios, y es, por otra parte, la historia del espiritu griego, que eché raices de forma firme y duradera en las provincias del Imperio, Ciertamente lo que el mundo griego gand por el lado del Oeste se perdié para la cultura griega por el lado del Este: el despertar del mundo oriental, el auge del iranismo en el Reino Parto y sobre todo en el Reino neopersa de los Sasdnidas (desde 224 d. de C.) causaron graves retro- cesos en el Este a la cultura griega, de los que ya nunca pudo restablecerse. El centro propio del ambito cultural griego no fue ya la antigua Hélade, que a consecuencia de la cambiante situacién del mundo hacia tiempo que ha- bia sido desplazada a la periferia, sino como antes, en el siglo vi a. de C., la parte occidental de Asia Menor y especialmente las grandes ciudades de la costa Oeste que de nuevo disfrutaron de un alto florecimiento espiritual y ma- terial bajo la proteccién de emperadores romanos filhelénicos, sobre todo en el siglo 1 d. de C, Ademés, gracias al filhelenismo de Adriano y de los Antoni nos, la cultura griega se convirtié decididamente en cultura mundial, cuyo lazo unié del mismo modo a las personas cultas de todos los paises del Imperio Romano. Sdlo los horrores de la revolucién permanente del siglo m d. de C. y la reaccién del romanismo en el reinado del délmata Diocleciano causaron el brusco fin del creciente desarrollo de la cultura griega. 390 El mundo griego en el Imperio Romano Sin embargo la poblacién griega siguié viviendo hasta el siglo vi d. de C. con su estructura escasamente cambiada. La marcada conciencia cultural de la clase superior griega impidié la fusién profunda de los griegos con los otros pueblos del Imperio. Fue escasa la influencia romana en los territorios que estaban habitados preferentemente por griegos; la influencia més fuerte se pro- dujo en Macedonia, donde la penetracién de la lengua latina a costa de la griega muestra de modo inequivoco los progresos de la romanizacién. Por lo demas, los emperadores romanos reconocieron totalmente la posicién especial de los griegos en el Imperio, también por ello los decretos de los principes y los edictos de los magistrados casi siempre iban acompafiados en el Oriente que hablaba la lengua griega de una traduccidn oficial en esta lengua. Por otra parte, el elemento griego sélo poco a poco tomé parte en la administracién del Imperio. La elevacién de libertos griegos a los puestos més altos en el gabinete imperial es ciertamente caracteristica en el gobierno de los emperado- res Claudio y Nerén, pero sdlo en el siglo m y sobre todo en el m entraron los griegos en gran mimero en el estamento de los funcionarios imperiales supe- riores. La historia del mundo griego dentro del Imperio Romano es la historia de un pueblo sin un Estado nacional propio, sin un centro politico y sin un poder politico y militar. La importancia de la historia griega en la época que va desde Augusto hasta Justiniano se basa unica y exclusivamente en el alto nivel de la cultura griega, en la que era cultivado y transmitido el legado de un pasado incomparablemente grande. Naturalmente, la abismatica contraposi- cidn entre el pasado y el presente no ha dejado de afectar al sentimiento nacio- nal y al cardcter del pueblo griego. La pérdida de todo tipo de actuacién politi- ca, la limitacién en este campo politico a cuestiones estrictamente comunales, la dependencia ante las érdenes de los gobernadores imperiales y la desmesura en los honores concedidos a los romanos reforzaron conjuntamente los aspec- tos sombrios del cardcter griego, en especial su inclinacién a la adulacion. Sin embargo, por encima de estos rasgos insatisfactorios no pueden pasarse por alto los positivos, en especial merece el mayor reconocimiento la dedicacién claramente abnegada de los griegos al servicio del bien comin, en la que duran- te la época imperial no fueron superados por ningun otro pueblo. En el progresivo desplazamiento del punto de gravedad del mundo griego desde la madre patria a la costa occidental de Asia Menor y desde alli a los Estrechos, al Bésforo, se-desarrollan procesos de importancia para la historia universal; este fendmeno se puso de manifiesto ante el mundo con la fundacién por Constantino I de una nueva capital del Imperio Romano, Constantinopla, en el lugar de la antigua Bizancio. El mundo griego de los romaioi, salido de la poblacién griega y de la helenizada de los paises balcanicos y de Anatolia, alcanzé una vez mas en el Estado bizantino una importancia de magnitud his- térica universal. 1, EL MUNDO GRIEGO DESDE AUGUSTO HASTA MARCO AURELIO. La victoria de Octavio sobre Antonio en Accio (2 de septiembre del afto 31 a. de C.) puso fin a una época de sufrimientos, de casi veinte afios, de los griegos en la madre patria, en Asia Menor y en todo el Oriente. Sobre todo, Grecia quedé arruinada por los casi dos decenios de las luchas ince- santes de la Guerra Civil; todas las grandes batallas decisivas (Farsalia, Filipos, Accio) se libraron en suelo griego. Asi, pues, en lineas generales esta bien ajus- tado a la situacién del pais el cuadro pesimista de Grecia que nos transmite Estrabén, aunque sea exagerado en algunas particularidades. En tres lugares se concentraba la nueva vida: en Nicdpolis, que fundé Octavio en recuerdo de su victoria naval en Accio por medio de un sinecismo (para poblar la nueva gran ciudad tuvieron que enviar fuertes contingentes los acarnanes y los eto- lios); en la colonia cesariana de Corinto (Laus Iulia Corinthiensis), situada en el punto de confluencia de las comunicaciones entre el Este y el Oeste, y en la industriosa Patras. Los antiguos centros culturales de Grecia pasaban cada vez mas a segundo plano frente a estos lugares florecientes. Atenas vivia de la gloria de su gran pasado. La relacién de Augusto con los atenienses se man- tuvo fria, las estancias de éste en la ciudad fueron de poca duracién: no les olvidé su entusiastica adhesién al bando de Antonio. Por el contrario Atenas hizo todo lo posible para reconciliarse con él: se edificd en la Acropolis un templo dedicado a Augusto y a Roma (el primero desde la construccién del Erecteon) y es probable que se sintiera orgullo de que el princeps, como antes Sila (y como posteriormente la mayor parte de los emperadores romanos hasta Cémodo), se hiciera iniciar en los misterios eleusinos. Es improbable, aunque se haya aceptado asi, una reconciliacién oficial de Atenas con Augusto, en el afio 19 a. de C. Mas afortunada que Atenas fue Esparta. Su tirano Euricles habia luchado, quiz solo él entre todos los griegos, del lado de Octavio, y éste le habia recompensado con largueza al darle como posesién personal la isla 392 El mundo griego en el Imperio Romano de Citera. Sin embargo, la «Liga de los Laconios Libres», en total veinticuatro ciudades laconias y mesenias, continuo siendo independiente frente a Esparta. Por lo demas C. Julio Euricles —asi se llamé después de recibir la concesién de la ciudadania romana—, todavia en vida de Augusto, tuvo que comer el pan del destierro, pero sus sucesores gobernaron Esparta con interrupciones hasta el tiempo de Nerén, Durante el gobierno del tirano Euricles y de sus sucesores volvié a regir en Esparta, en cuanto al nombre, la antigua Constitu- cién de Licurgo: los éforos, la apélla, la gerousia, incluso las syssitiai y la antigua educacién espartana de la juventud, la agogé. Por lo demas, se mantu- vo en Esparta hasta el siglo m d. de C. un cierto bienestar, ¢ igualmente en Argos. Entre los lugares sagrados de Grecia, habia sufrido mucho Delfos (Es- trab6n lo cita como un «santuario pobre»); por otra parte, Augusto organiz6é de nuevo la Anfictionia Délfica, pero la cosa quedé aqui en medidas a medias, pues toda una serie de regiones fue excluida de la mancomunidad; hasta Adria- no no cambio aqui la situacion. Por el contrario, Oli m pia se repuso pronto; contribuyeron a ello esencialmente el renacimiento de la agonistica en la época imperial y, en no menor medida, las sefiales de proteccién de miembros de la familia del primer princeps romano. Augusto se sintié estrechamente unido a Tesalia; esto se manifiesta en la situacién de preferencia del Koinén Tesalio en la Anfictionia Délfica (disponia de seis votos, como Nicdpolis y Macedonia), asi como por el hecho de que Augusto en el aio 27/6 a. de C. revistio la dignidad de presidente (estratego) tesalio. Desde el afio 27 a. de C., Grecia con el nombre de « Acaya», estaba organizada administrativamente, como provincia propia (senatorial), a la que también pertenecian, entre otros territorios, algunas zonas del sur del Epiro, las Islas Jonicas y las Ciclades. El representante del gobierno imperial era un procénsul con rango de pretor, que residia en Corinto. No habia fuerza de ocupacién. Mas que en la esquilmada y arruinada madre patria griega, la influencia benefactora del gobierno de Augusto se hizo sentiren Asia Menor.La politica de urbanizacién del Imperio, iniciada por César con sus fundaciones de colonias, fue continuada con gran éxito por su hijo adoptivo y heredero. Sobre todo en el interior de Anatolia, se constituyeron durante el gobierno de la familia Julia-Claudia nuevas ciudades con las que la cultura y las costum- bres griegas se extendieron incluso a los territorios de Anatolia que hasta en- tonces no habian entrado en contacto con la helenizacion, o lo habian hecho superficialmente. En los siglos 1 y 1 d. de C. la helenizacién de amplias zonas de Asia Menor alcanzé de modo incuestionable su punto culminante. La pobla- cién indigena seguia viviendo en el campo, afectada sdlo levemente por el pro- ceso de helenizacién, aunque sus idiomas nativos fueran arrinconados por el griego y sdlo resurgieran en época imperial muy tardia. Los beneficios de la paz de Augusto favorecieron especialmente a las ciudades griegas de la costa occidental: Efeso, Pérgamo y Esmirna. Efeso poseia un punto de atraccién Desde Augusto a M, Aurelio 393 de primera categoria en su templo de Artemis, muy venerado desde tiempos antiguos; Pérgamo habia sido declarada capital oficial de la provincia romana de Asia, y a Esmirna hay que considerarla como la metrdpoli de la vida espiri- tual griega en el siglo n d. de C. En el reinado de Caligula la provincia de Asia fue dividida en un total de trece diécesis (conventus iuridici), mimero que estuvo sometido a numerosas variaciones en época posterior. Estimuladas por los romanos, las asociaciones de caracter sacral vivieron un nuevo renacimiento; a su cabeza estaba la «Co- munidad de los Griegos de Asia» y junto a ella la Liga de Ciudades Ilias, Jonias y Carias; en cambio la «Comunidad de los Panamareos» era sdlo una asociacién local en el territorio de la ciudad de Estratonicea. No se puede ha- blar de una oposicién que merezca tal nombre contra la soberania romana. Lo mismo que en Grecia, también en Asia Menor los romanos se apoyaban en los grupos de poblacién acaudalados: toda la administracién local y comu- nal les fue confiada a los notables griegos. Aunque Roma no fue mezquina en las concesiones de ciudadania a los griegos —Antonio sirvié de ejemplo—, no se pretendié una romanizacién consciente del pais. La contraposicién de los sentimientos de identidad de griegos y romanos y la de sus culturas no se podian eliminar de un plumazo, y ademas el griego que recibia la ciudadania romana continuaba siendo habitante de su propia comunidad igual que antes. Lo mismo que el territorio de la madre patria, también la Provincia de Asia, formada por los territorios de Misia, Jonia, Lidia, Caria, Frigia y las islas de la costa occidental de Asia Menor, desde el afio 27 a. de C., fue una provin- cia senatorial, cuyo gobierno estaba en manos de un procénsul de rango consular. Sobre la situacién de los griegos en Cirenaica y sus relaciones con los romanos han proyectado clara luz los edictos de Augusto, encontrados en el Agora de Cirene (también el llamado senatus consultum Calvisianum), del aiio 7/6 y del 5/4 a. de C. En virtud de su derecho de inspeccion superior, incluso sobre las provincias senatoriales, Augusto en estos edictos contuvo la influencia romana en los tribunales provinciales y ordend Ia participacién en ellos del elemento griego. El concepto de «griegos» que aparece en los docu- mentos cirenaicos de Augusto abarca evidentemente a todos los que eran parti- cipes de la educacién griega, es decir, a los ciudadanos que habian pasado por el gimnasio y por Ia institucién de la efebia, sin considerar, seguin parece, su pertenencia legal a una ciudad griega de Cirenaica o a otra comunidad grie- ga fuera de la provincia. Hay que admitir que en la comunidad griega de Cire- naica entré el elemento libio en cantidad no escasa precisamente ya desde los comienzos de la colonizacion griega pero en especial en época mas tardia, en el periodo helenistico. Por lo demas, se mantenia en Roma, ahora como antes, la ficcién de un foedus con la comunidad cirenaica, aunque desde hacia mucho tiempo este tratado no tenia valor practico alguno. La comunidad griega de Cirene no tomé parte en la activa vida cultural del mundo griego en los prime- ros tiempos de la época imperial. Sin embargo, Cirene participaba, como otras 394 El mundo griego en el Imperio Romano comunidades griegas de Africa y de Asia Menor, en el panhellénion a donde enviaba dos sinedrios. En los ultimos aitos del siglo 1v y los primeros del v d. de C., Cirene produjo en la persona del neoplaténico Sinesio (nacido en 370 d. de C.), posteriormente obispo, una personalidad cultural de elevado rango. Tampoco econdémicamente en la época imperial estaba ya el pais, desde hacia mucho tiempo, en un alto nivel. La produccién del silfion, fuente de su riqueza, decayé de un modo inexplicable, pero hay constancia de ella atin en tiempos de Sinesio. En la alta época imperial, la romanizacién del pais hizo rapidos progresos, al comienzo del siglo m d. de C. casi la mitad de la pobla- cién se componia de cives romani, en su mayor parte inmigrados de Italia y de las provincias occidentales del Imperio. Junto a los elementos de pobla- cién comprendidos bajo el concepto de «griegos», existian en las ciudades de la Pentapolis importantes comunidades judias que, como en el Egipto tolemai- co, estaban organizadas como politéumata. Por lo demas, seguian existiendo las antiguas instituciones de las pdleis: ahora como antes, Cirene tenia como magistrado epénimo al sacerdote de Apolo, los mas altos funcionarios de la polis eran, como hacia siglos, los estrategos. Siguiendo la via de Cirenaica, pero también por influencia inmediata de la madre patria, la cultura griega eché profundas y duraderas raices en la parte occidental del norte de Africa, en la provincia romana y en el Estado cliente de Mauritania. En la primera época imperial fue el griego la lengua que enten- dian todas las personas cultas desde Tripoli hasta Tanger. El principe Tuba Il de Mauritania (reiné desde el 25 a. de C. hasta el 23 d. de C.), que se destacé como escritor extraordinariamente fecundo, aunque poco original —Felix Jacoby lo Ilamé el «rey compilador»—, se gané el mas alto mérito en la difusién de la cultura griega en su pais, con lo que, ya en la hora ultima, abrié a la cultura griega una nueva provincia importante. La frase lapidaria de Augusto en sus Res gestae (c. 27): «Aegyptum imperio populi Romani adieciy no reproduce con completa precision la posicién de Egipto enel Imperio Romano. Segiin la voluntad del primer princeps, el antiguo pais de los faraones tenia una posicién especial, no era una provincia sino un dominio del Emperador que éste hacia administrar por medio de un praefectus Alexandreae et Aegypti, de rango ecuestre. Las personas del esta- mento senatorial asi como los equites iliustres no podian entrar en el pais sin el permiso del princeps. El comienzo de la soberania romana representa un corte importante en el pais del Nilo y ciertamente en todos los campos. Mas atin que para los Tole- meos el interés fiscal en el territorio y en su economia era decisivo para los emperadores romanos; el grano egipcio era verdaderamente inestimable para el aprovisionamiento de Roma. En contraste con la soberania de los Tolemeos, cuya politica econémica, a pesar de todas las debilidades patentes u ocultas, finalmente revertia al menos en parte en beneficio del pais, la politica romana se enfocé, en interés del Imperio, exclusivamente en la explotacién de los ricos Desde Augusto a M. Aurelio 395 recursos de Egipto. En lugar de la jerarquia de funcionarios tolemaicos no podian los romanos colocar nada mejor, y aceptaron ésta casi sin modificacio- nes. Una de las pocas innovaciones fue el establecimiento de tres epistrategias, por las que se centralizaron en distritos mas amplios las tres circunscripciones de Alto Egipto, Egipto Medio (la llamada Heptanomia) y el Delta, con lo que continué inalterado dentro de cada una de las circunscripciones (ndmoi) el anti: guo sistema administrativo. Desde el comienzo, la administracién romana se esforz6 en eliminar numerosas anomalias que se habian producido en tiempos de los ultimos Tolemeos. Fueron reconstruidos canales y diques, y ya en el reinado de Augusto experimentaron un notable crecimiento los productos del fructifero pais. También la economia y el comercio, especialmente el de la In- dia, vivieron un nuevo florecimiento. En el Ambito popular la soberania romana agudiz6 mas las oposiciones exis- tentes. La supresién por parte de Augusto de importantes privilegios a la pode- rosa casta sacerdotal egipcia aumento las tensiones internas. También eran muy grandes los enfrentamientos internos en la capital, Alejandria. En ella con gran frecuencia los ciudadanos se encontraban en enconada enemistad con los que carecian del derecho de ciudadania, sobre todo con el gran grupo de judios alejandrinos. Portadora de la cultura griega en Egipto era una clase politica privilegiada, cuyos miembros se llamaban con orgullo «los del gimnasio». De esta clase superior se tomaban los funcionarios municipales sobre cuyas espaldas carga- ban sobre todo las /iturgias. Bajo dominio romano el gimnasiarca se convirtié en la magistratura ms importante de Alejandria. En la gran capital cosmopoli- ta asi como en las cabeceras de los distritos en el campo, las metrépolis, fue también en adelante el gimnasio el centro de la vida cultural y social griega. Sin embargo, los gimnasios no se introdujeron en las poblaciones menores has- ta aproximadamente la época del nacimiento de Cristo —sin duda, por la vo- luntad del gobierno romano, que queria centralizar la vida cultural griega en las grandes localidades del pais, para poder controlarla mejor. A partir de esta situacién se agudizo sensiblemente la contraposicién entre la ciudad y el cam- po, en el que la poblacién nativa fue pronto indiscutiblemente dominante. Para separarse de ella, los griegos se reunicron en Fayiim, que antes habia sido el centro de los asentamientos de clerucos tolemaicos, en numerus clausus: son éstos los «seis mil cuatrocientos setenta y cinco griegos de Arsinoites». Por lo demas, hacia el alo 37 d. de C. también la poblacion de Alejandria se constituia en ntimero cerrado: ciento ochenta mil. Lo mismo que bajo los Tole- meos, también bajo los romanos les falté a los griegos de Egipto ambiente para su actividad politica; a la larga esto hubo de tener consecuencias clara- mente negativas. Ofrecia una cierta compensacién la activa vida cultural que continuaba latiendo en el pais. Los hallazgos de innumerables papiros literarios son testimonios incorruptibles del interés de amplios estratos de la poblacién por las fuentes de la educacion griega, cuyos fundamentos, ahora como antes, 396 El mundo griego en el Imperio Romano se encontraban en el gimnasio. En Alejandria siguié existiendo el Museo bajo el patronato del Emperador romano. Entre sus eruditos, en el tiempo de Augusto, hay que citar sobre todo a Didimo, poligrafo de férrea disciplina y prodi- giosa capacidad de lectura, testimoniada en sus comentarios de casi todos los poetas griegos y de los discursos de Deméstenes. Didimo se encuentra al térmi- no de un gran periodo de la ciencia alejandrina. Traté de conservar, transmi- tiéndolo a la posteridad, lo que sus predecesores habian creado. La simiente esparcida en el Museo cayé en terreno fértil. Al final del siglo m d. de C., surgié aqui la escuela apologética cristiana de Panteno, Clemente y Origenes. Esta escuela puso al servicio de la causa cristiana la ciencia griega que a ella le transmitia el genius loci. En tanto que los gobiernos de Augusto y de Tiberio permiten reconocer una manifiesta tendencia romana —en oposicién a la aspiracién helenistica de César y de su epigono M. Antonio—, los principados de Gayo (Caligula) (37-41 d. de C.), de Claudio (41-54 d. de C.) y de Nerén (54-68 d. de C.) se encuen- tran bajo el signo del helenismo que avanzaba y que entonces por primera vez inundaba la sede del Imperio. La deificacion imperial, de origen helenisti- co, de Caligula, el gobierno de gabinete de Claudio, formado segiin modelos helenisticos, la elevacién de mujeres de la familia imperial hasta Hegar a la corregencia, como en el caso de Agripina, la madre de Nerén, la grecomania del ultimo emperador de la familia Julia~Claudia, todo esto reunido da testimo- nio de un renacimiento en la corte imperial romana de ideas y modelos griegos, especialmente helenisticos, en el campo del derecho constitucional. La intensificacién del régimen autocratico por parte de los sucesores de Tiberio puso inevitablemente en actividad a las fuerzas contrarias; se formé una oposicién abierta no sélo en el circulo de los senadores romanos sino, sobre todo, en el Oriente. Eran representantes de esta oposicién los intelectua- les, es decir, los fildsofos y las gentes cultas griegas, para cuyo elevado senti- miento de la dignidad personal era tan incompatible la actitud de los empera- dores como lo era para la idea de la /ibertas, que la oposicién senatorial roma- na habia inscrito en sus banderas. Son testimonio de la enconada oposicién griega, que aparece por primera vez en tiempo de Caligula, en primer término unos documentos en papiros, especialmente los que Adolf Bauer Ilamé Actas de martires paganos, En forma de protocolos oficiales, los documentos descri- ben procesos celebrados ante el princeps romano, en los que influyentes griegos de Alejandria tenian que responder a causa de su actitud hostil contra los ju- dios alejandrinos, 0 de los desérdenes antisemiticos en la capital del Nilo. Las actas no son auténticas, pero reproducen, segtin parece, protocolos verdaderos. En conjunto, son un producto de la propaganda antigua que se solia utilizar especialmente en tiempos de agitacién politica; parece que estas «actas» se sa- caban siempre que se producian enfrentamientos entre griegos y judios en Ale- jandria, es decir, hasta fines del siglo m d. de C. Es ciertamente asombrosa la naturalidad con que se comportan ante el Emperador los ciudadanos de Desde Augusto a M. Aurelio 397 Alejandria mientras echan en cara al todopoderoso princeps las verdades mas desagradables. En estas Actas de madrtires, celebra todavia un triunfo tardio, aunque quizd sdlo sobre el papiro, el discurso politico libre de la pdlis griega clasica, que no existid ya en Alejandria bajo la soberania de los emperadores romanos y que tampoco habian permitido los Tolemeos. El que precisamente Ale jandria se convirtiera en un baluarte de la oposicién griega contra el dominio romano se explica, sobre todo, por la postergacién politica a que los emperadores romanos sometieron a la antes tan poderosa metrépoli del Nilo. No es un hecho casual que la poblacion de Alejandria, acostumbrada desde siglos a albergar reyes dentro de sus muros, agasajara entusidsticamente al «principe heredero» Germénico, en su inespera- do viaje a Egipto. Los alejandrinos lucharon con especial obstinacion para obtener el «Consejo» de la ciudad, simbolo del gobierno auténomo de la pdlis griega. Parece que fue Octavio el que abolié este «Consejo» alejandrino. Fracasaron todos los intentos de los habitantes de Alejandria ante los empera- dores romanos; incluso Claudio dio tratamiento dilatorio a la peticién de una embajada alejandrina que pedia un «Consejo», que sdlo Septimio Severo con- cedié nuevamente a los ciudadanos de la antigua capital, en el afio 199/200 d. de C. Lo mismo que Alejandria, también la antigua residencia seléucida de Antioquia del Orontes tuvo que sentir de modo especialmente amargo su postergacién por los romanos. Tanto mas felices se sintieron en la metrépoli del norte de Siria, cuando en los afios 17-19 d. de C. Germanico, como gobernador general del Este con poderes maximos, gobernaba el Oriente desde Antioquia. De este tiempo data una intensa actividad constructora que continud el extravagante Gayo (Caligula), hijo de Germanico. En tanto que los emperadores Tiberio y Claudio por medio de un régimen acusadamente patriarcal intentaron por todos los medios elevar el bienestar en el Imperio, incluido el Oriente griego, la situacion cambié bajo Nerén, a pesar del entusiasmo del princeps por todo lo griego. Durante su gobierno se produjo en Egipto una fuerte depresion econémica que afecté también a las restantes provincias. El filhelenismo de Ner6n tuvo su fruto en la famosa declaracién de libertad para Grecia, es decir, la provincia de Acaya, el 28 de noviembre del 67 d. de C. Con ella se cambid el nombre del Peloponeso por el de «Isla de Neron». A la declaracién de libertad iban unidos considerables beneficios materiales para los griegos de la madre patria, en especial todas las comunidades de Grecia quedaron libres de los agobiantes tributos que habia que pagar a Roma. Por lo demas, el modelo para Nerén fue la declaracion de libertad de Quincio Flaminino en los Juegos Istmicos de 196 a. de C. La imitacién fue tan lejos que los griegos tuvieron que jrepetir la celebracion de los Juegos {stmicos en el invierno del afio 67! Los griegos agradecieron al origi- nal amigo de Grecia su «inesperado regalo» de la libertad con honores exagera- dos, entre otros se levanté un altar al Emperador como «Zeus Liberador». 398 El mundo griego en el Imperio Romano La elevacién de Vespasiano a Emperador (69 d. de C.) fue, segiin parece fuertemente fomentada y saludada con jubilo por las poblaciones de las dos antiguas metrépolis orientales, es decir, Antioquia y Alejandria. Sin embargo, si alguien habia sofiado que traeria consigo un renacimiento politico para los griegos del Este, se vio amargamente desencantado. Sucedié exacta- mente lo contrario. Si la actitud de los emperadores de la familia Julia-Claudia se habia caracterizado por un amplio apoyo hacia el mundo griego, esta ten- dencia cambié bruscamente bajo la soberanfa de los Flavios; para sus principes era preocupacién preferente el oeste del Imperio y contribuyeron de modo im- portante a su romanizacién. Los griegos tuvieron que sentir muy profundamen- te este cambio radical de la politica oficial de los emperadores tras la fiebre prohelénica de Nerén, y no hay que extrafiarse de que, precisamente en Orien- te, impostores con la mascara de un Nero redivivus encontraran gran acepta- cién. Ya en los primeros aftos de Vespasiano (reiné del 69 al 79 d. de C.) se produjeron verdaderos tumultos en la mitad griega del territorio del Impe- rio, entre otros lugares en Alejandria. Fueron dominados ciertamente con poco esfuerzo, pero tuvieron serias consecuencias para los que participaron en ellos. Grecia (la entonces provincia de Acaya), Licia, Rodas, Bizancio y Samos per- dieron durante el gobierno del primer Flavio su «libertad» (libertas) y a la ver la exencin del pago de tributos (immunitas) y fueron colocadas bajo el mando directo de los gobernadores. El hecho de que entre los rebeldes se en- contraran importantes ciudades comerciales ¢ industriales permite suponer que las agitaciones probablemente provinieran de problemas sociales; en efecto, es algo muy caracteristico de esta época la lucha del proletariado sin recursos contra el dominio de clase, favorecido por los romanos, del acaudalado estrato social superior. El gobierno romano liquidé sin esfuerzo las agitaciones en el Oriente griego. Mucho mas peligrosa para los emperadores romanos fue la oposicién de amplios circulos de intelectuales griegos, en particular filésofos, contra un principado que habia degenerado, en opinion de ellos, en una verda- dera «titania». Ya Vespasiano no supo hacer otra cosa que desterrar de Roma y también de toda Italia, en el afio 74 d. de C., con el propésito de silenciar la oposicion creciente, a los fildsofos que se le enfrentaban —con la tinica excepcién de Musonio Rufo—. Segiin parece, esta oposicién estaba atizada so- bre todo por los filésofos cinicos de los territorios griegos del Imperio. Pero todo esto no fue mas que el prélogo. El verdadero drama comenz6 con el gobierno de Domiciano (81-96 d. de C.), el dominus et deus, el tinico de los Flavios que no disimulé su filhelenismo. Un testimonio de la creciente oposicién de los filésofos y de las personas cultas contra las tenden- cias autocraticas de Domiciano es la vida de Dién de Prus a (aproxi- madamente 40-120 d. de C.). A este célebre fildsofo y orador, que habia tenido amistad con Vespasiano, le cupo la suerte del destierro por parte de Domicia- no, quizé en relacién con la caida de Flavio Sabino. Tuvo que huir de Roma y de Italia y tampoco pudo regresar a su patria, Bitinia. Disfrazado y con El mundo griego desde Augusto a M. Aurelio 399 nombres falsos, el refinado y rico griego recorri6, desde ahora como filésofo cinico mendicante, el nordeste del Imperio y visit6, entre otras, la ciudad griega de Olbia del Bug y el campamento permanente romano de Viminacium, en la Mesia. No menos de catorce afios vivid Didn oculto, y atizé por todas partes el odio contra Domiciano, el opresor. A pesar de las privaciones materiales y de que se vio obligado a ganarse la vida con el trabajo de sus manos, se mantuvo firme en la decisién que habia tomado. Apenas se puede exagerar sobre el efecto que en tiempo de Domiciano ejercieron naturalezas indomables del tipo de Dién. Con una admirable capacidad de adaptacién, el espiritu grie- go emprendié aqui una elevada misién politica y la cumplié a despecho de todas las resistencias. Sin duda, los efectos no habrian sido tan profundos si no hubiera existido precisamente en el Oriente griego una oposicién de amplios sectores contra el gobierno de los emperadores romanos y de sus gobernadores. Si la figura de Domiciano esta dibujada con colores tan sombrios por la tradi- cidn posterior se debe, sobre todo, a la oposicién de los filésofos griegos. Los hombres de la palabra y de la pluma se vengaron de su opresor, del mismo modo que antes lo habian hecho con Tolemeo VIII Evérgetes II los eruditos expulsados de Alejandria (v. pags. 371 y sig.). A pesar de su hostilidad contra los filésofos, el gobierno de los Flavios, especialmente el de Vespasiano, coloca un hito en la historia de la educacion antigua y con ello en la historia del mundo cultural griego. En su aio de cen- sor, el 27 de diciembre del 74 d. de C., por un edicto concedié Vespasiano a los rétores y gramaticos —en la redaccién griega del edicto estén ambos com- prendidos bajo el término de paideutat (educadores)—, e igualmente a los mé- dicos, privilegios importantes, por ejemplo, exencidn de la opresiva carga de alojamiento de tropas, exencién de impuestos, proteccion ante detencién ilegal, y finalmente derecho a constituir agrupaciones basadas en asociaciones de cul- to. El edicto de Vespasiano, del que se ha encontrado en Pérgamo una copia en piedra destinada al Oriente griego, ha sido llamado «carta de privilegio de las Universidades antiguas» (R. Hertzog). Se comprende que el decreto guarde silencio sobre los filésofos, pues por su oposicién habian caido en desgracia. EI modelo para la concesién de privilegios a los eruditos pudo haber sido la organizacién del Museo de Alejandria, que Vespasiano habia conocido en el afio 69 d. de C., durante su estancia en la capital egipcia. De todos modos encierra un interés especial que la categoria de médicos llamados iatraleiptas («médicos practicos de gimnasio») fuera colocada en nivel de igualdad con los otros médicos, lo que se explica muy bien partiendo de la situacién alejan- drina. Debajo del edicto de Vespasiano, la piedra de Pérgamo contiene un decreto de Domiciano (escrito en latin), del afio 93/94 d. de C., que prohibe expresamente la instruccién de los esclavos en la ciencia. Los privilegios de los emperadores romanos favorecieron en primer término al Oriente griego. Para este Oriente amanecid una época nueva, mas feliz, con los gobiernos de Trajano (98-117d.deC.)yde Adriano (117-138). 400 El.mundo griego en el Imperio Romano Si Grecia y los paises del Este habitados por griegos estaban en un segundo plano respecto al Occidente romano en la época de los Flavios, esto cambio ahora de forma radical. Sobre todo con Adriano, el sol de la gracia imperial dirigié todos sus rayos sobre la madre patria griega, tan rica en reminiscencias clasicas. El mundo griego experimenté un renacimiento cultural y material, a cuyo lado no se puede colocar nada aproximadamente comparable en toda la época imperial. Las premisas para el’florecimiento del Oriente griego las crearon las guerras de Trajano contra los dacios y los partos. Ellas abrieron al-Imperio, a su comercio y a su economia amplios espacios nuevos, y con ello colocaron la vida de sus habitantes sobre bases nuevas. Junto a los negotia- tores itdlicos, grupos de comerciantes griegos acudieron en masa al territorio del Norte y del Este, recién abierto en la cuenca de los Cérpatos, a Mesopota- mia y Armenia y al pais de los nabateos, convertido en colonia romana en el alo 106 d. de C. La consecuencia fue un periodo de bienestar material tal como el Oriente griego no lo habia vivido desde los tiempos de Alejandro Mag- no, y que duré casi dos generaciones completas hasta la aparicion de la gran peste en el reinado de Marco Aurelio. Tuvieron una participacion importante en la prosperidad econdmica, sobre todo, las ciudades griegas del Oeste de Asia Menor, y de ellas, en primera linea, Efeso, Esmirna y Pérgamo, pero también participaron las comunidades bitinicas de Nicomedia, Nicea y Prusa, en situacién especialmente favorable para las comunicaciones con Occidente, las ciudades del Ponto occidental y finalmente las antiguas grandes metropolis comerciales sirias de Antioquia, Laodicea del Mar y Berito, también la ciudad de Palmira, lugar de encuentro de las caravanas, la Petra nabatea y otras mu- chas. Ya desde Trajano, el proceso de urbanizacién en avance continuo se aco- modo a la ampliacién del Imperio en el Norte y en el Oeste y se manifesté con firmeza sobre todo en los territorios, hasta entonces con escasas ciudades, de Tracia, Mesia y del interior de Anatolia, en parte también en Siria. Como anteriormente la Macedonia de Alejandro con su conquista del Reino Persa y con las fundaciones de ciudades habia abierto amplios espacios nuevos a la cultura griega, asi también la obra de Trajano y Adriano sefiala un progreso importante en la helenizacién, precisamente el mayor que se registra en el Este desde los dias de Pompeyo. El esfuerzo de las energias militares y econémicas del Imperio bajo Trajano produjo ciertamente con frecuencia pesadas cargas en el bienestar de los diez mil habitantes en buena situacién en el Oriente griego. Los bien acomodados de las comarcas y ciudades afectadas gemian profundamente ante la construc- cién de los caminos necesarios para los movimientos de las tropas, ante los incesantes alojamientos de soldados y ante la entrega del abastecimiento (anno- na) exigido para el ejército. Continuamente los ciudadanos acaudalados tenfan que estar en la brecha en ayuda de su comunidad, adelantando el dinero nece- sario 0 incluso pagandolo de su propio bolsillo, como lo atestiguan inscripcio- nes de Macedonia (Berea), de Bitinia, Licia y Galacia. Que el gobierno imperial Desde Augusto a M. Aurelio 401 se preocupaba de aliviar en lo posible la suerte de las comunidades lo demues- tra la misién a Bitiniade Plinio el Joven, que como legatus Augusti consulari potestate desarrollé aqui (110-112 6 111-113 d. de C.) una actividad muy beneficiosa, plenamente dentro de la linea de pensamiento del emperador Trajano, El espiritu que alentaba la actividad de este legado imperial esta vivo atin hoy para nosotros en la maravillosa carta (Plin., Cartas, VII, 24) d a Maximo, amigo del filésofo Epicteto, al que Trajano habia enviado a la provincia de Acaya como corrector ad ordinandum statum civitatum libera- rum. Aunque se tome la posicién que se quiera con respecto a la personalidad de Plinio, y aunque se admita que la carta est fuertemente impregnada del pensamiento ciceroniano, el escrito se presenta como un brillante documento del humanismo antiguo, Ileno de sincero y profundo respeto por las grandes © imperecederas realizaciones del mundo griego clasico. Con el advenimiento de Adriano al gobierno (117 d. de C.), pasé el Imperio a la defensiva como antes bajo el primer princeps, Augusto. En las provincias orientales, Adriano puso fin a la gran guerra contra los partos y sofocé la ultima resistencia de los judios sublevados. Sus viajes, casi ininte- rrumpidos, le permitieron mantener una relacién particularmente intensa con las provincias del Imperio. Pero su preferencia especial y su admiracién estu- vieron dirigidas a los griegos. Adriano fue el primer filheleno verdadero en el trono de los césares y a la vez también el mas grande de ellos, sobre cuyas huellas se movieron Galieno en el siglo ut y Juliano, en el rv. Bajo el gobierno de Adriano el espiritu griego se convirtié no en una fuerza sino claramente en la nica fuerza cultural del Imperio —victoria tardia pero tanto més completa sobre el vencedor romano. Fue de importancia decisiva el ejem- plo del Emperador. El gobierno de Adriano fue para Atenas el comienzo de un nuevo florecimiento. En tres ocasiones se alojé el Emperador dentro de los muros de la ciudad (124/25, 128/29, 131/32 d. de C.), y con su primera estancia (septiembre de 124) empieza una nueva era en Atenas. Por la construc- cién de la espaciosa ciudad de Adriano en el Sudeste se convirtié el Emperador en el segundo fundador de la ciudad, un nuevo Teseo. A ninguna otra ciudad como a Atenas obsequié la gracia imperial con tantos edificios. Adriano termi- né el Olimpieon (en el que no se habia construido desde el seléucida Antioco IV Epifanes) ¢ hizo edificar el templo de Hera, el Panteén, la Stoa con una biblioteca, un gimnasio, un acueducto, un nuevo Pompeon y finalmente el Pan- helenion, templo dedicado a Zeus Panhelenio. Segiin la voluntad de Adriano, Atenas debia volver a ser el centro ideal de todo el mundo griego. El pensa- miento que principalmente constituyé la base para la fundacién del Panhele- nion, fue el de una Liga a la que debian pertenecer todas las ciudades de lengua griega bajo la direccién de Atenas. A la cabeza de esta asociacién, cuyos repre- sentantes se reunfan anualmente en Atenas, habia un «Arconte de los Panhele- hos», que con frecuencia revestia al mismo tiempo la funcién de sacerdote de Adriano Panhelenio. La fundacién de los Panhelenia en Atenas, juegos que HISTORIA DE RECIA. — 26 402 El mundo griego en el Imperio Romano se celebraban cada cuatro aiios, estaba destinada a mantener vivo el sentimien- to comin helénico y.a perpetuar el recuerdo de la creacién de Adriano. Bajo el gobierno de Adriano, y ciertamente por iniciativa suya, los Misterios eleusia- hos se convirtieron en una institucién panhelénica. Todas las ciudades pertene- cientes a la Liga Panhelénica pagaban un tributo a Deméter y a Core, de modo que se crearon bases econémicas nuevas para el culto eleusino. Los griegos de Asia Menor tampoco quisieron quedarse atras: Adriano lleva el titulo de «Panionios» en inscripciones de Efeso, Mileto y Teos. Las comunidades jonias manifestaban con este honor que se continuaban sintiendo un grupo especial- mente ilustre dentro de la comunidad panhelénica. Para los griegos de todo el mundo a unificacién bajo la conduccién de Atenas fue un gran paso hacia adelante en la «autonomia cultural» griega. Por primera vez desde que los griegos habian caido bajo la soberania romana, y aunque sdlo fuera en el campo de la educacién y de la cultura, alcanz6 el helenismo el reconocimiento oficial del Emperador y, considerado como un estrato privilegiado quedé puesto bajo la proteccién personal de Adriano. Ca- racteriza la amplia vision politica de este emperador el que evitara dotar al Panhelenion con derechos politicos: no se habfan olvidado las desagradables consecuencias de la declaracin de libertad de Nerén. La alta estimacién del Emperador por la cultura griega se manifiesta también en que mantuvo la pre- ferencia del Museo de Alejandria sobre todas las otras instituciones semejantes del Imperio, incluso cuando éI mismo en el afio 135 d. de C. fundé en Roma el Athenaeum segiin el modelo griego. Centro de la floreciente vida cultural griega en Asia Menor fueron los museos de Efeso y de Esmirna; gramaticos, rétores y médicos de gran prestigio ejercieron aqui su actividad docente ante numerosos alumnos procedentes de todo el mundo griego. En lo que se refiere a la fundacién de ciudades en el Imperio, Adriano continué enérgicamente la politica de su antecesor inmediato. Su fundacién mas famosa fue la ciudad griega de Antinodpolis en Egipto, fundada en la orilla oriental del Nilo, frente a Hermépolis, en recuerdo de su favorito Anti- noo, ahogado en el Nilo en el afio 130 d. de C. La nueva ciudad griega recibié sus leyes de Naucratis, los colonos griegos vinieron de Tolemaide, en el Alto Egipto, y de Fayim. El nombre oficial de los ciudadanos era Antinoets Neol Héllenes. Tenian como privilegio el conubium con los egipcios nativos, lo que es ciertamente un signo de que la mezcla de griegos con los indigenas del pais abarcaba ya amplios circulos. En Asia Menor fueron fundaciones del Empera- dor, entre otras ciudades, Adrianuteras y Estratonicea Adrianépolis, en Tracia existe todavia hoy la antigua Adriandpolis (bajo el nombre turco de Edirne). Para el conjunto del Imperio, pero sobre todo para el Este, el gobierno de Adriano trajo, tras las duras guerras de Trajano, un sensible restablecimien- to econdmico que favorecié especialmente a las amplias capas sociales de los débiles econdmicamente. La proteccién de los humiliores frente a los abusos de los honestiores fue el principio fundamental de conducta del empefador Desde Augusto a M. Aurelio 403 adoptivo; principio que se refleja tanto en los edictos de Adriano como en la literatura contempordnea. El Euboico del sagaz filésofo y viajero constante Dién de Prusa, discurso que ciertamente corresponde a la época de Trajano, es una de las fuentes ms valiosas sobre el estado de Grecia en Jos primeros decenios del imperio adoptivo, aunque los perfiles estén trazados en él en oca- siones con mds fuerza que la que correspondia a la realidad. La despoblacin del pais, que tuvo como consecuencia una sensible escasez de brazos en el cam- po hasta el punto de que grandes terrenos laborables quedaron sin cultivar, fue el resultado del cambio en Ja situacién del mundo, en virtud del cual el pequefio territorio-de Grecia habia perdido toda su importancia. El que querfa conseguir algo debia marchar al extranjero, a Roma o al Oriente, donde la espada de Trajano habia abierto espacios nuevos al comercio y a las comunica- ciones. Que Ia situacién econémica y social estaba, sin embargo, muy lejos de una crisis grave lo demuestra, entre otras cosas, la descripcién del mismo Dién, inigualada en su género, de una familia de cazadores, un idilio literario en el que aparecen de modo brillante los lados luminosos de la vida griega, la sobriedad, el esfuerzo y el enraizado sentido de la familia en gentes sencillas. En el mismo tiempo en que Dién escribia sus discursos vivia en la pequefia localidad beocia de Queronea el gran erudito Plutarco (hacia 46-123 d. de C,). Su vida se desenvolvié dentro de un reducido circulo de amigos, pero fue un simbolo de la potencia del espiritu griego que hacia examen de concien- cia de su gran pasado, sin olvidar por ello las exigencias del presente. Los principios que regian la politica social de Adriano tuvieron aplicacin en las conocidas ordenanzas del Emperador para los atenienses con la prohibi- cién de la exportacién ilimitada del aceite y con la del comercio por intermedia- rios del pescado, tan extraordinariamente importante para la alimentacién de la gran masa de la poblacién més pobre. La parcelacién del gran latifundio 4tico de Hiparco, que se habia hecho inmensamente rico durante el gobierno de Domiciano, siguié la misma linea que se manifiesta también en otras medi- das semejantes de Adriano en Egipto, Espafia y otros lugares. EI cenit indiscutible de la vida cultural griega en toda la época imperial romana lo marca el periodo de los Antoninos (138-180 d. de C.). Con Herodes Atico (su nombre completo era Vibulio Hiparco Ti. Claudio Atico Herodes) de Atenas (101-177 d. de C.) y con su gran discipulo Elio Aristides (117-189 d. de C.), nacido en Adrianuteras, en Misia, ofrece Ja elocuencia griega dos nombres de fama mundial. En los discursos pomposos de la segunda sofistica se unia el orgullo del gran pasado griego con una consu- mada habilidad formal, adquirida con mucho trabajo, que imitaba a Isdcrates y a Deméstenes y suscitaba en las personas cultas de la época un entusiasmo ilimitado. Sin duda, no era ciertamente muy grande el ntimero de los que sobre la base de su formacién tenian una comprensién plena de la obra de arte retéri- ca, pero precisamente el éxito dependia de éstos, de su aprobacién, de su reconocimiento. No era sélo la aristocracia de las péleis helénicas en Grecia, en 404 El mundo griego en el Imperio Romano Asia Menor, en Siria y en Egipto, también pertenecian a ese grupo numerosos romanos entusiastas del mundo griego y a su cabeza el propio Emperador: Herodes Atico fue el preceptor de los principes Marco y Lucio. También el mundo griego iba por delante en el campo de la historiografia. Coincide con el tiempo de Adriano y de los Antoninos Ia actividad del eminente Flavio Arriano nacido en Nicomedia de Bitinia (hacia 95-175 d. de C.). No fue sélo un excelente experto, en el Ambito administrativo y militar (con Adriano desempefié el cargo de /egatus pro praetore en Capadocia y rechazé alli un ataque de los alanos). Su Andbasis de Alejandro, a pesar de todo su entusias- mo por el Gran Rey, es una obra histérica eminentemente critica. El vivo inte- rés por el gran pasado de la madre patria griega se puede reconocer en la Periegesis de Grecia escrita por Pausanias hacia 150 d. de C, Mucho més profundo que la historia de Alejandro de Arriano es la Historia de Roma del griego A piano de Alejandria, aparecida hacia 160 d. de C. La guerra de Marco Aurelio y Lucio Vero contra los partos produjo una multitud de obras contempordneas que, sin embargo, por su mezcla poco satisfactoria de arcaismo y retérica provocaron la burla de Luciano de Samosata. Los griegos reconocieron siempre con agradecimiento el fomento de su vida cultural en el siglo ud. de C., impulsado por la mas alta persona del Imperio. Después de que subieron al trono un amigo declarado de los griegos, en la persona de Adriano, y un filésofo, discipulo de Epicteto, en la de Marco Aure- lio, enmudecié la larga oposicién de los fildsofos contra el régimen de los em- peradores. La imagen del tirano imperial empez6 a transformarse en la del dirigente y guia del Estado, segin lo manifiesta el Discurso @ Roma de Elio Aristides, afio 143 d. de C. Es mérito de Michael Rostovtzeff haber descubierto en este discurso del famoso griego minorasidtico una valiosa fuente histérica sobre la situacién en el Imperio. En el Discurso a Roma, el Imperio aparece como una federacién de ciudades-estado. Aristides recuerda con grati- tud el gran servicio de los romanos, que han integrado todo el mundo civiliza- do en una unidad interna: el mundo (ecimene) se ha convertido en cierto modo en una sola ciudad-estado (pélis). Esta administrada por los mejores, por los romanos y por Ia aristocracia griega. Pero la soberania de Roma, gracias al filo de su espada, ha asegurado al mundo lo més precioso que posee, la paz, sobre la que descansa el bienestar del Imperio y, sobre todo, la gran prosperi- dad de las ciudades griegas dentro de él. La época de los emperadores adoptivos, y dentro de ella especialmente la de los Antoninos, es infinitamente rica en documentos sobre beneficencia pri- vada, de la que da noticia un mimero inmenso de inscripciones honorificas, procedentes de todo el mundo griego. En ninguna otra época ha sido tan cons- ciente la aristocracia griega de las obligaciones para la comunidad que genera la riqueza personal. Los mismos emperadores fueron por delante con su mejor ejemplo: asi Antonino Pio dispensé su ayuda a los rodios cuando se emprendié la reconstruccién después del terremoto del afio 155. A la cabeza de los bene- Desde Augusto a M. Aurelio 405 factores privados se encuentra el famoso rétor Herodes Atico, que con generosidad verdaderamente regia hizo uso de su fortuna inteligentemente adquirida. Es caracteristica del espiritu de la época la actitud panhelénica de Herodes. Sus fundaciones se encuentran, ademas de en Atenas, donde constru- yo el Estadio y el Odeon que Hevan su nombre, también en Alejandria de la Tréade, en Corinto, en Delfos y en Olimpia. Por lo demés, casi todas las ciudades griegas tenian su benefactor propio. En Prusa, en el siglo 1 d. de C., el abuelo de Dién Criséstomo, se arruiné a causa de sus abundantes gastos para la comunidad, Efeso se embellecié con suntuosos edificios gracias a la munificencia de los Vedios, del sofista Flavio Damiano y de C. Vibio Salutari, la pequefia poblacién licia de Rodidpolis tuvo al riquisimo Opramoas. Donde hay mucha luz hay mucha sombra. Todo el esplendor exterior con que se rodeaban en el siglo 1 d. de C. las ciudades griegas mas destacadas no podia ocultar que las tensiones internas dentro de sus murallas se habian hecho més grandes que lo eran en el pasado. Era el problema social sin resolver el que levantaba amenazante su cabeza. La desgarradura cruzaba por el medio de la poblacién de las pdleis griegas: un gran nimero de gente pobre, incluso muy pobre, se enfrentaba a un numero reducido de personas acaudala- das. Aquellas no tenian participacién alguna en el alto vuelo del espiritu griego ni los magnificos edificios significaban para ellos un alivio de las fatigas de su existencia. Lo que la masa anhelaba era pan y espectaculos, el interés por el bien comtin habia desaparecido completamente en estos circulos, la vida se habia convertido en un problema de alimentacién; cada mala cosecha, cada escasez y encarecimiento del grano conducia con certeza a desérdenes en los que con frecuencia la multitud maltrataba a los ricos. El titulo de «alimentador de la ciudad» se convirtié en uno de los principales honores municipales. Para el desarrollo de la vida ciudadana en el Imperio, sobré todo en la parte del Oriente griego, fue una verdadera calamidad que a la agudizacién de las tensiones sociales se uniera un incremento de las liturgias que, partiendo de Egipto, emprendieron una devastadora marcha victoriosa, en el curso del siglo md. de C., en especial por los territorios de cultura urbana griega. Cierta- mente form siempre parte del principio fundamental de la ciudad-estado grie- ga el concepto de que el rico esta obligado, en la medida de sus posibilidades, a prestaciones especiales para la colectividad. Lo que en la época imperial se sintié como especialmente opresivo no fue el sistema de /iturgias en las pdleis, fueron mas bien las prestaciones obligatorias generale, como los servicios de trabajo y transporte en los viajes del Emperador y de los altos funcionarios, fue la responsabilidad colectiva, y posteriormente personal, en la recaudacién de los impuestos que las comunidades debian entregar al Imperio, fue final- mente la obligacién de tomar forzosamente en arrendamiento terrenos en bar- becho y otros mas. Este sistema coercitivo, del que no habia evasion para los ricos, arruiné totalmente a la clase superior griega en Oriente en el siglo 1 d. de C. de modo paulatino pero por ello tanto mas seguro. ;Qué 406 El mundo griego en el Imperio Romano utilidad tenia que esta o aquella persona, como el rétor Elio Aristides, pudiera librarse de la prestacién forzosa por un favor especialisimo? Las cargas que se imponjan a los demas eran en consecuencia tanto mayores. En iiltimo térmi- no, fue la incapacidad del gobierno romano la que favorecié este procedimien- to que contribuy6 decisivamente en el siglo m d. de C. al ocaso del antiguo orden social y de la civilizacién antigua. Atin mds contraproducente que la extensién progresiva de un Estado de prestaciones forzosas a todo el Imperio fue otra gangrena existente en los terri- torios habitados por griegos: la falta completa de responsa- bilidad politica. Ciertamente los habitantes de las fundaciones hele- nisticas en Siria-y en Egipto —con la notable excepcién de Alejandria— esta- ban acostumbrados a esta situacién en lineas generales desde los tiempos de’ los diddocos. Era distinto para los griegos de la madre patria y para los de Asia Menor. En lugar de la autonomia y la libertad, a las que la libre ciudad- estado griega consideraba como su paladion, establecieron los romanos la s brogacién de la administracién auténoma municipal, que qued6 expuesta a mul bernadores y de comisarios especiales. En esta linea se encuentra el hecho d que el gran emperador Trajano, el vencedor de los dacios, considerara conve niente prohibir a la ciudad de Nicomedia de Bitinia el establecimiento de vigilancia contra incendios por el temor de que pudiera convertirse en célt de una asociacién politica. Asi los griegos, un pueblo con un pasado politico grande y de caracteristicas inicas, se vieron obligados a la limitacién de todas sus fuerzas ¢ ideas y ocuparse de asuntos puramente municipales. Poco a poco perdieron la fe si mismos y en su destacada capacidad politica. Solo la extraordinaria elastici- dad espiritual de los griegos pudo atin evitar por el momento el completo rrumbamiento de la vida publica en las pdleis. habia un vacio politico y religioso, hizo su aparicién el cristianismo. Por hecho de que la doctrina cristiana no se dirigia a los justos, sino a los pe griegas. Ciertamente al fin del siglo m estaba todavia el cristianismo muy de la victoria, pero con la perseverancia de muchos martires habia demostré la firmeza interna de su fe y de su organizacién. En amplios circulos de g nio de ello es el escrito del académico Celso, Palabra verdadera (apar hacia 180 d. de C.); en él hace de los cristianos «una nueva raza de hombpes sin patria» y les reprocha sobre todo su completa indiferencia politica, al de hecho tiene que llenar de profunda inquietud a todos los verdaderos patti tas. Sin embargo, hay que explicar el crecimiento y extensién del cristianis Desde Augusto a M. Aurelio 407 —cuyas comunidades a finales del siglo m d. de C. se encuentran ya en el vasto espacio que va desde Palestina hasta Espafa y el norte de Africa— por la comunién de las ideas cristianas con el espiritu del helenismo. El Cristianismo pudo echar raices en los paises del Este, 0 bien habitados por griegos o en los que el griego era, al menos, la lengua de las personas cultas, porque en su predicacién se servia de la lengua griega, la koiné, y arraigd especialmente en las comunidades judias de la diaspora helenizada entre las que ademas la koiné era la lengua del culto. Se convirtieron en patria de la nueva doctrina, sobre todo, la costa occidental de Asia Menor y también las ciudades del inte- rior de Anatolia, los grandes centros de comunicacién de Grecia y de Macedo- nia y ademés las ciudades de Siria, de Mesopotamia y de Egipto, sobre todo del Bajo Egipto. Estimulé fuertemente la difusion del cristianismo en los paises de lengua y de cultura griegas la similitud del pensamiento cristiano con las ideas de algunos postulados filoséficos helenisticos, en especial con los de los estoicos y los cinicos, similitud que, por ejemplo, se manifiesta en la idea de una comunidad que abarque a la humanidad entera. Con los predicadores cris- tianos, en primer lugar con el Apdstol de los Gentiles, Pablo de Tarso, judio helenizado de la diaspora, se trasladé la lengua griega del Oriente al Occidente del Imperio, a Roma, a la Galia, al norte de Africa y fortalecié alli el helenis- mo frente al romanismo que ganaba terreno poderosamente en el Ambito de la vida estatal, de la administracién, de la milicia y del derecho. Cuando por primera vez el cristianismo, hacia finales del siglo u, se manifesto también lite- rariamente lo hizo con ropaje griego y asi continué mucho tiempo, hasta que, a finales del siglo rv, el gran principe de la Iglesia Ambrosio de Milan presté su ayuda a la reaccién nacional romana en Italia y en el Oeste para una victoria completa sobre el helenismo. 2. EL MUNDO GRIEGO DESDE MARCO AURELIO HASTA FINALES DEL SIGLO III D. DE C. Durante el gobierno del emperador Marco Aurelio (161-180 d. de C.) entré el Imperio Romano en una crisis externa e interna que iba a durar més de cien afios. Invasiones de pueblos barbaros, agitaciones internas, luchas de pretendientes y dificultades econémicas son los rasgos externos de un perio- do en el que se produjo la decadencia del antiguo mundo romano. Pesaban con especial dureza sobre el Imperio y sus habitantes las constantes guerras en el Este, primero contra los partos, después (desde 224 d. de C.) contra los neopersas, dirigidos por los sasdnidas que enlazaban, con plena conciencia de ello, con la elevada tradicién del Imperio Aqueménida, dominador del mun- do, y no reconocian ya la supremacia de los romanos. En el siglo m d. de C. comienza finalmente el gran enfrentamiento cultural entre «helenismo» e «iranismo» que configura la imagen espiritual del fin de la Antigiiedad hasta la legada de los arabes. En esta época, y sobre todo desde aproximadamente 235 hasta que comien- za el gobierno de Diocleciano (284 d. de C.), sufrié el mundo griego los més graves retrocesos y pérdidas de toda su historia. Repetidas y devastadoras epi- demias y carencias de viveres redujeron considerablemente la poblacion, espe- cialmente en la propia Grecia pero también en Asia Menor. Los estratos socia- les portadores de la cultura griega fueron a la ruina, en tanto que en muchos lugares se extinguié la vida cultural bajo los horrores del peligro barbaro y las inquietudes de la vida de cada dia. En Atenas terminan los catalogos de efebos en el afio 266/67 d. de C.; rodeados por el peligro de los hérulos, tenian que realizar algo mas urgente que hacer perpetuar en piedra los nombres de los efebos. De una manera general, nada muestra mas eficazmente la creciente dificultad de la existencia que la enorme disminucién de las inscripciones en el ambito lingiiistico griego (también en el latino) del Imperio, fendmeno que se puede reconocer claramente hacia la mitad del siglo m. En este sentido ha- Desde M. Aurelio hasta finales del siglo IIT d. de C. 409 blan tanto mas claramente los papiros procedentes del desierto egipcio; junto con las inscripciones de Asia Menor son ellos las fuentes auténticas mas impor- tantes para la época de la gran revolucién econémica y cultural del siglo m1. Lo que perdia el Estado romano lo ganaba la Iglesia cristiana que en el siglo m d. de C. aventajé ampliamente a todas las religiones herma- nas de Oriente. Basiindose en el modelo laico y avanzando desde el Este hacia el Oeste, impulsé de modo decisivo, precisamente en este periodo, la estructura y la realizacién de su organizacién, a pesar de las duras persecuciones. En tanto que el Estado coercitivo romano ahogé sisteméticamente las iniciativas de todos sus habitantes, la Iglesia se apoyd en su propia organizacién, que se estructuraba sobre cada comunidad y que se extendia poco a poco a todo el mundo, especialmente con la ayuda activa de la poblacién grecohablante del Imperio. Es dificil apreciar debidamente la entrega, el sacrificio espontaneo y la capacidad de adaptacién de que dieron prueba los griegos en esta dificil tarea. Este positivo servicio merece la admiracién ilimitada de la posteridad en la misma medida en que la merece, por ejemplo, la estructura de la adminis- tracién gricga en los territorios de Oriente, creada por Alejandro y por los diddocos. Ya durante el gobierno de Marco Aurelio comenzaron los’ sufrimientos de los griegos en las comarcas del Este. Cuando en Efeso se celebraba con un monumental friso, segtin el modelo de la Gigantomaquia del Gran Altar de Pérgamo, la campafia de Lucio Vero contra los partos ya se habia cobrado muchas victimas la peste venida de Oriente. Toda la ciencia médica se mostré impotente frente a la epidemia; es significativa, a este respecto, la huida de Roma del gran médico griego Galeno, en el aio 166 d. de C. Por primera vez unos barbaros, los costobocos (ciertamente un pueblo emparentado con los dacios), en audaces expediciones saquearon desde el mar las costas y el interior de Grecia. En Elatea se les enfrentaron los griegos en violentos comba- tes, pero el santuario de Eleusis se deshizo entre las llamas, acontecimiento que encontré vivo eco en el Eleusinio del sofista Elio Aristides (170 d. de C.). Por primera vez amenazaron los bastarnos la costa occidental de Asia Menor: eran los precursores de las grandes expediciones de barbaros que atacaron en la mitad del siglo ut. Con la insurreccién del legado de Siria A vidio Casio, que se apoderé del trono ante la falsa noticia de la muerte de Mar- co Aurelio, en el aio 175 d. de C., aparecieron por primera vez los rasgos de una separacin en el Imperio —ciertamente por completo efimera— que abarcaba los territorios helenizados de Oriente y que incluia también a Egipto. Bajo el reinado de C 6 mod o (180-192 d. de C.) indigno hijo de Marco Aurelio, volvieron a darse en gran parte las situaciones que habian dominado con Domiciano. El exaltado régimen de fuerza del autécrata desperté de nuevo la primero secreta y enseguida abierta oposicin de los circulos cultos, especial- mente de los filésofos. Se produjeron desérdenes en el Imperio, por ejemplo, en Egipto y en Alejandria, desérdenes que quizd estuvieran en relacién con 410 El mundo griego en el Imperio Romano la persecucién de los partidarios de Avidio Casio. Las Actas de los martires paganos nos informan sobre los interrogatorios de ciudadanos griegos de Ale- jandria ante el tribunal del princeps. Cémodo fue el primer emperador que abrié la puerta ampliamente a las divinidades orientales: la Magna Mater, Séra- pis, el sirio Baal, Jupiter Doliqueno, Mitra, la diosa capadocia Ma-Bellona alcanzaron todos la proteccién del extravagante Emperador. Al incrementar el culto de Heracles, idolo de la corriente cinico-estoica, continud ciertamente las tradiciones de la monarquia ilustrada de los Antoninos, pero ofendié la sensibilidad de las personas cultas al identificarse él mismo con Heracles. Con Cémodo se inica la orientacién de la politica antiaristocratica de los emperado- res romanos, que distancié a los grupos de la aristocracia, especialmente de Oriente, es decir, precisamente los circulos que hasta entonces habian sido el més firme apoyo de la soberania romana en Oriente y en Grecia. Naturalmen- te, a pesar de todo, las ciudades griegas continuaron ofreciendo al Emperador los honores acostumbrados: asi revistié Comodo el arcontado en Atenas, y la emperatriz Crispina, el sacerdocio epénimo en Bizancio; honor que en otra época le habia correspondido a Domiciano. Bajo el reinado de Septimio Severo (193-211 d. de C.), proce- dente de Leptis Magna, no fue facil la suerte de los propietarios y personas cultas, en especial la de los ciudadanos griegos acaudalados. El Emperador necesitaba dinero para sus guerras y para sus soldados, y lo tomaba de donde podia sacarlo. Cuando la rica ciudad de Nic6polis del Istros le ofrecié un pre- sente de setenta mil denarios, el Emperador los acepté sin hacer cumplimien- tos. En el Oriente helénico del Imperio el centro de gravedad militar y econémi- co se desplazaba cada vez mas en direccion a la linea del Eufrates. El Empera- dor y su esposa, la siria Julia Domna, dedicaron especial atencién al territorio de antigua cultura situado entre el Mediterraneo y el Eufrates. Sin embargo, aplicé castigos despiadados a las ciudades que, obligadas por la necesidad, se habian unido a Pescenio Niger: la floreciente Antioquia fue degradada durante algtin tiempo a ser una kdme (aldea) de su rival Laodicea y, al dividirse la provincia de Siria en Celesiria y Fenicia, quedé despojada de su posicién pree- minente; hasta entonces se habia mantenido como un débil reflejo de los dias en que los Seléucidas gobernaron el Asia anterior desde Antioquia. En suelo europeo, la poderosa Bizancio, cuyo sometimiento le costé al Emperador un largo asedio, perdi igualmente sus privilegios (finales de 195). Otras ciudades griegas se pusieron a salvo de este temor; no tuvieron otra cosa mas urgente que hacer que destacar, celebrandolo en inscripciones, su «parentesco» con la familia del Emperador. Por razones desconocidas, tam- bién Atenas tuvo que sufrir el disfavor del Emperador. Perdié el ultimo resto de apariencia de autonomia, desde Septimio Severo residieron casi regularmen- te los comisarios imperiales dentro de los muros de la ciudad. Si posteriormente el Emperador revisd su actitud respecto a Atenas, esto debe atribuirse a la intercesién del sofista Antipatro de Hierdpolis (Siria) que disfrutaba de muy Desde M. Aurelio hasta finales del siglo III d. de C. 411 alta consideracion ante el Emperador y durante algun tiempo tuvo el cargo de jefe de la cancilleria griega («ab epistulis Graecis»). La culta emperatriz Julia Domna, protectora del mas famoso de los Fildstratos, era venerada en Atenas por medio de su inclusién en el culto de Atena Poliade. La transformacién del sistema municipal de liturgias, en especial el de la institucién del decurionado (dekaproteia), en una institucin coercitiva, basada en la responsabilidad personal, tuvo como consecuencia, junto con otras desgra- cias de esta época, una fuerte modificacion social. Segun parece, este cambio se produjo en tiempos de Septimio Severo y de sus sucesores inmediatos. Este proceso nefasto que afecté también de modo decisivo a la vida de los particula- res sefiala el fin de la ciudad-estado griega basada enel principio dela prestacién voluntaria. Lasca- pas sociales griegas acomodadas fueron afectadas muy duramente, segtin mues- tra la curva de las fundaciones privadas, que en el siglo m desciende brusca- mente. Documentos del territorio egipcio de mediados y de fines de este siglo nefasto dan testimonio de los intentos desesperados de los ciudadanos griegos acomodados para librarse del lazo estrangulador de las innumerables prestaciones personales. La renuncia a la propiedad, la huida y la resistencia abierta estaban a la orden del dia; se solia dirigir al oraculo la pregunta de actualidad, a saber, si la aceptacién forzosa de cargos municipales no Ilevaria a la miseria. En su esfuerzo por ampliar el circulo de personas capaces de liturgias, permitié Septi- mio Severo en casos aislados que para las prestaciones de las pdleis se hiciera participar a los habitantes del territorio afectado. Servia al mismo fin la pro- gresiva municipalizacién de las metrépolis egipcias, es decir, las cabezas de distrito. Las dificultades econémicas aumentaron considerablemente con la in- flacién en continuo crecimiento desde los dias de Marco Aurelio. Bajo el gobierno de M. Aurelio Antonino (Caracalla) (211-217 d. de C), hijo y sucesor de Septimio Severo, las cosas fueron atin mucho peor. El Emperador tenia una constante necesidad de dinero. Debe ser considerada preferentemente desde el punto de vista fiscal la concesién de la ciudadania romana a todos los habitantes del Imperio con la unica excepcion de los dediticii (grupo que todavia no se ha conseguido caracterizar con preci- sién): al Emperador habian de llegar fuertes ingresos, por ejemplo, el del im- puesto sobre la herencia. De hecho, la Constitutio Antoniniana significaba el comienzo de un gran proceso de nivelacién, en cuyo curso las capas sociales inferiores de los provinciales ganaron sin duda mas que los ciudadanos bien acomodados de las ciudades, que con frecuencia, como era el caso de la aristo- cracia griega de Oriente, ya poseia la ciudadania romana. E] verdadero senti- miento de la poblacién griega del Imperio lo revelan los desérdenes producidos en Alejandria, en el afio 215 d. de C., que fueron aplastados por Caracalla con inhumana dureza. Como ya habia sucedido en tiempo de Tolemeo VIII, también en esta ocasién se vieron afectados por el castigo en primer término los circulos de ciudadanos griegos destacados, y de modo especial los efebos. 412 El mundo griego en el Imperio Romano El Emperador quité las asignaciones a los eruditos griegos del Museo, y con ello dejé completamente paralizado el trabajo de la Academia cientifica alejan- drina. A pesar de la hostilidad cultural de circulos aislados, la potencia del espiritu griego no se extingue en modo alguno en el siglo m. Para esta época, es carac- teristico el progreso de zonas periféricas, sobre todo de Siria. Pero también en Egipto, como muestran los hallazgos de numerosos papiros literarios de esta época, se siguié atendiendo a la antigua educacidn helénica, sobre todo en las escuelas griegas. El escrito del sofista Filéstrato (E/ Gimndstico) es, junto con algunas inscripciones, una prueba de que el antiguo ideal de la educacién griega y del modo de vida griego continuaba encontrando todavia un vivo eco en amplios circulos. Bajo el régimen militar del barbaro tracio Maximino (235-238 d. de C.), alcanzo su punto mis alto la pobreza de las ciudades del Este y del Oeste. Puesto que el Emperador tenia que hacer todo para, dando ricas pagas a los soldados, mantener contento al ejército, del que dependia su soberania, no se rompi6 ya la cadena de las confiscaciones. En efecto, el Emperador puso sus manos no solo en la propiedad de los ricos, sino, sobre todo, en el dinero de las ciudades. Ni los fondos del teatro, ni las fundaciones publicas, ni las ofrendas sagradas, ni las estatuas de los dioses estaban libres de la intervencion de sus comisarios. Todo el metal noble que se requisaba pasaba al horno de fundicién. Con razén se dijo que la riqueza reunida durante siglos por la clase rica no podia agotarse de una vez; tanto més seguro es que la insensata conducta del soberano y de sus sucesores, que pensaban como él, asesté un golpe terrible al sentido de comunidad de las clases superiores. Un sistema de espionaje de amplias redes, organizado y fomentado por el Estado, iba uni- do a la exaccién financiera. El que amaba su vida y su libertad guardaba silen- cio ante la injusticia que se producia en todos los lugares del pais. La inseguri- dad general se manifesté perturbadoramente en el comercio y las comunicacio- nes. El Imperio no podia ya pagar el elevado importe de las mercancias de lujo; de este modo quedé paralizado el comercio entre Egipto y la India, que habia sido muy floreciente en los dos primeros siglos de la época imperial. En muchas ciudades griegas, por ejemplo Panticapeon, situada en posicién ex- puesta en el Bésforo cimerio (Kerch), se manifestaron claros indicios de un empobrecimiento creciente. Las monedas permiten hacer correcciones esenciales al cuadro som- brio, incluso verdaderamente deprimente, disefiado sobre la base de inscripcio- nes y papiros. Ellas nos ensefian que el proceso de helenizacién de Asia Menor —a pesar de todas las dificultades de la época— no se detuvo tampoco en el siglo m, Sélo en esta época quedaron comprendidas en este proceso regiones como el Ponto Oriental, Isauria y el territorio montafioso de Licaonia. Sdlo se puede explicar por razones econémicas que las acufiaciones de moneda de Ffeso, Tarso y Nicea (en Bitinia) muestren un fuerte incremento en el siglo Desde M. Aurelio hasta finales del siglo III d. de C. 413 m. Parece que el alto florecimiento econdmico de la época de los Antoninos sélo se manifesté verdaderamente en muchos lugares ya en el siglo siguiente. ‘Ademés, el deterioro de las monedas de plata imperiales tuvo como consecuen- cia una considerable subida del valor de las acufiaciones en cobre de las ciuda- des de Asia Menor, en parte la moneda de cobre municipal tomé abiertamente el caracter de moneda imperial. Hay que evaluar no menos positivamente el aumento en numero de las acufiaciones de la homonoia de las comunidades minorasiaticas en la segunda mitad del siglo 1 y en el siglo m. Las acufiaciones son una sefial de que, a pesar de las dificultades y de la guerra, el comercio y las comunicaciones continuaban manteniéndose en Anatolia a un nivel consi- derable. Ya en la mitad del siglo m comenzaron las incursiones de los ger- manos orientales en el territorio habitado por griegos en la Peninsula Balednica y en la costa norte y oeste de Anatolia. Si al principio las expediciones de saqueo se limitaban todavia a lejanos puestos griegos situados en la orilla norte del Mar Negro y en el curso inferior del Danubio, esto cambié radicalmente a partir de la grave derrota de los romanos y de la muerte del emperador Decio en la Batalla de Abrito, en la Dobrucha (251); desde entonces no hubo lugar seguro ante las audaces incursiones de los pueblos nérdicos. En el afio 253 aparecieron por primera vez las naves de los godos, los burgundios, los carpos y los boranos (probablemente un pueblo sdérmata) en las aguas de Asia Menor; las expediciones de este tipo se repitieron a partir de entonces todos los afios. En el 256 d. de C., fueron gravemente afectadas Nicomedia, Nicea y Prusa, florecientes comunidades de Bitinia; siguid, seis alos mds tarde, una gran incursién de godos contra Jonia, la Tréade, Lidia y Frigia. En el aiio 267 bandas de saqueadores e incendiarios hérulos penetraron en el Peloponeso; ocuparon Atenas y devastaron Corinto, Esparta y Argos. Con una pequefia tropa de dos mil atenienses —la ciudad no pudo levantar mayor nimero—, Herenio Dexipo les hizo frente y consiguié la victoria sobre una parte de su ejército. No es extrafio que en estos tiempos tempestuosos las ciudades del Imperio, precisamente las de Oriente, se protegieran con fuertes murallas y que algunas se transformaran en verdaderas fortalezas. En Mileto se construyd la muralla de la ciudad en el afio 263, en Nicea en los afios 261-269; los graba- dos de las monedas de las ciudades griegas de Tracia y de Mesia, como Nicopo- lis, Trajanépolis, Marcianépolis y Bicie hacen alarde de sus importantes puer- tas construidas en esta época. Con los intranquilos afos sesenta del siglo m coincide un peculiar renacimiento griego caracterizado por dos nombres: Plotino (204-270 d. de C.) y el emperador Galieno (soberano unico desde 260 hasta 268). Ambos estaban profundamente influidos por los misterios eleusi- nos, que vivian entonces un periodo de alto florecimiento. El Emperador hizo incluso grabar en las monedas su imagen en forma de Deméter con la leyenda Gatuiena Aucusta. La asimilacién de un soberano con una divinidad femeni- 414 El mundo griego en el Imperio Romano na, no infrecuente en la época helenistica, ya no era comprendida en aquel tiempo. Durante el gobierno de Galieno numerosos griegos ocuparon altos pues- tos en la administracién del Imperio; la emperatriz Salonina, griega procedente de Bitinia, particip6 activamente en los afanes filhelénicos de Galieno. Bajo ja proteccién del Emperador cred Plotino en Roma un sistema filoséfico, el ultimo en las postrimerias de la Antigiiedad. El influjo del neo- platonismo se extiende ampliamente mas alla de la Edad Antigua hasta penetrar profundamente en la historia de la cultura occidental. Con el neoplatonismo, que reunié en un sistema grandioso todo lo que atin tenia valor en el pensamiento antiguo, la filosofia griega se despidié del mundo. La inespe- rada muerte del emperador Galieno (268 d. de C.), apasionado por lo griego, destruyé los planes de altos vuelos del circulo neoplaténico —Plotino tenia la intencién de crear para la comunidad de sus discipulos un centro en una ciudad en ruinas de Campania y darle el nombre de Platondpolis. En la perse- cucién de Aureliano, el grupo de discipulos de Plotino se dispersé en todas direcciones; muchos de ellos encontraron una nueva patria en Siria, bajo la proteccién de Zenobia de Palmira. Numerosos sirios pertenecian al circulo neo- platénico: Porfirio de Tiro, discipulo y bidgrafo de Plotino, el famoso filésofo Casio Longino y el sofista Calinico de Petra, que entre otras obras escribié una historia de Alejandria dedicada a la nueva Cleépatra, es decir a Zenobia. En su posicién favorable al Estado y a la vida estatal, los neoplaténicos enlaza- ban con Platén. Casio Longino fue consejero politico de Zenobia. Fue ajusti- ciado por orden del emperador Aureliano, como principal responsable de que la rica ciudad de las caravanas se separara de Roma. Cuando Plotino andaba reuniendo a su alrededor a sus discipulos estaba ya quebrantada la ilimitada soberania del espiritu griego en Oriente y Occiden- te. En Roma, el sabio Hipdlito (muerto hacia 236 d. de C.) fue el ultimo obis- po cristiano que usé en sus escritos la lengua griega. En el Este, ya en los afios del cambio de siglo a siglo, el sirio Bardesanes habia elevado la lengua de su patria al rango de lengua literaria. La penetracién de la lengua siria se refleja entre otras cosas en que en la sede del obispo de la Pérside, en Rew-Ardashir (al norte del Golfo Pérsico) se construyeron hacia 260 d. de C. dos iglesias, de las que una debia servir para el servicio divino de los que hablaban griego, la otra para el de los cristianos que solo entendian la lengua siria. Mientras que, por una parte, la sinagoga erigida hacia 245 d, de C. en Dura-Europos (en el curso medio del Eufrates) por sus representacio- nes figurativas esta claramente influida por el helenismo (en otra sinagoga mas antigua descubierta debajo de los cimientos de ésta se observa rigurosamente, por el contrario, la prohibicién de las imagenes); por la otra parte, al término del enfrentamiento secular entre helenismo y Oriente dentro del mundo del judaismo, se produce finalmente la victoria del Talmud babilénico sobre los Setenta helenisticos, acontecimiento de transcendencia mundial, que dio forma definitiva para todos los tiempos al rostro espiritual del mundo judio. Desde M. Aurelio hasta finales del siglo III d. de C. 41s Con la elevacién al trono del dalmata Diocleciano (284d. de C.) llegé a su fin la permanente revolucién de cincuenta afios en el Imperio Roma- no. En lugar de establecer la nueva estructura del Imperio desde abajo, desde las comunidades, creé Diocleciano una burocracia imperial, a cuya inspeccién estaba sometida cada una de las ciudades. La nueva ordenacién de Diocleciano representa Ia liquidacién de un desarrollo politico milenario: 1a pd/is ha dejado de existir como creacién auténoma que se administra asi misma. Conello fue llevada a la tum- ba la idea de que el Imperio Romano fuera una Liga de innumerables ciudades del mundo del Mar Mediterraneo, idea con la que en otro tiempo se habian entusiasmado las personas cultas de la época de los Antoninos. No fue casual que hacia el final del accidentado siglo mi tuviesen que poner fin a su trabajo las innumerables cecas locales del Oriente griego, de Asia Menor, de Siria y también de Alejandria; el proceso de nivelacién que abarcaba a todo el Imperio no se detenia ya a las puertas de las ciudades. Este fue el fin de la polis griega que habia conformado la vida del Estado y el pensamiento de Occidente, e influido sobre ellos como ninguna otra insti- tucién politica. Pero, a pesar de todas las catastrofes, el pueblo griego sobrevi- vio durante siglos a la ruina de la pélis, lo mismo que el espiritu griego, que encontré un hogar nuevo en el seno de la Iglesia cristiana. 3. PERSPECTIVA: DESDE CONSTANTINO A JUSTINIANO En la historia del Imperio Romano y del mundo griego de la época tardia el gobierno de Constantino I marca una época. Anuncian ese comienzo de un tiempo nuevo los-acuerdos sobre 1a equiparacién del Cristianismo con las otras religiones, aprobados por Constantino y Licinio en el afio 313 en Milén, y también la fundacién de la ciudad de Constantinopla en el Bésforo. De este modo eché Constantino los cimientos del posterior Imperio Bizantino, que se bas6 sobre la idea romana del Estado y sobre el pueblo y la cultura griegos. Una vez més, gracias a Constantino, la primacia politica y cultural del Occi- dente pasé a Oriente. El cambio producido en Ia situacién del mundo tuvo como consecuen- cia un considerable crecimiento econémico en los territorios de la Propén- tide, especialmente en las ciudades bitinias. En los Estrechos se encuentra el niicleo del posterior Imperio Bizantino. Las otras regiones de lengua griega: Grecia (Acaya), Macedonia, Anatolia central y oriental van perdiendo im- portancia paulatinamente en el siglo rv. Para la evolucién de Siria y de Egipto es algo muy caracteristico la creciente oposicién de los pueblos nativos con- tra la cultura mundial helenistica. La soberanfa del griego, exclusiva hasta entonces, quedé quebrantada incluso claramente eliminada por el hecho de que las Ienguas de los indigenas, el sirio y el copto, se habian convertido en lenguas literarias por la via de los escritos religiosos. Fue éste un pro- ceso de una imprevisible transcendencia civilizadora, que preparé lo que la conquista arabe Ievé a témino. Por otra parte, en algunas comarcas de Asia Menor las lenguas verndculas se conservaron hasta el siglo vi, por ejemplo, en Isauria, Licaonia, Capadocia, Frigia e incluso en Bitinia; sélo la intensiva predicaci6n cristiana, que aleanzé bautizos masivos de paganos, hizo desaparecer poco a poco esas lenguas. En una medida mayor ain que en los tiempos del principado, en la época posterior a Constantino el mundo griego y su cultura eran una cuestion propia Desde Constantino a Justiniano 417 de las ciudades, especialmente de las grandes ciudades. Entre ellas sobresalie- ron destacadamente las antiguas metropolis de Antioquia y Alejandria junto a la recién fundada Constantinopla, embellecida con numerosas obras de arte arrebatadas de todos los lugares del mundo griego. La época de la pdlis griega libre habia pasado para siempre. La idea de la pdlis griega se habia desvanecido hacia ya tiempo: ya no se hablaba de ciudadanos politicamente responsables; la dificil situacién econdmica y el gobierno autocratico de los funcionarios im- periales pusieron cadenas irrompibles a la vida propia de las ciudades y ahoga- ron por completo las iniciativas de sus habitantes. Poca ventaja aporté que un emperador como Juliano tratara de quitar car- gas a los curiales (dekdprotoi) y con ello contribuir a un nuevo auge de las ciudades-estado. La gangrena se encontraba en la burocracia imperial, que con frecuencia estaba corrompida; las patéticas quejas del sirio Libanio sobre la pobreza de los decuriones, sobre los funcionarios venales y los exactores esta- ban muy fundadas. Ofrece un amplio claro de luz sobre la situacién de las que fueron tan florecientes comunidades jonias el decreto del afio 370/71 del emperador Valente sobre la tierra comunal. Después de que se privara a las ciudades de los terrenos que les pertenecian, quedaron éstas en la ruina finan- ciera. Sin embargo, la fuerza econdmica de las ciudades se habia basado desde siempre, en gran parte, en los ingresos que provenian del arriendo del terreno comunal. Valente intent6, segin el modelo de Juliano, corregir en cierta medi- da el mal, asignando a las ciudades jonias una parte al menos (1/3) de los ingresos de la antigua tierra comunal —significativamente la asignacién era para la restauracién de las murallas y de otros edificios publicos que habian quedado destruidos a causa de los terremotos de 358 y de 365. No menos transcendental fue la transformacién interna del mundo griego en el siglo 1v d. de C. La aparicién de un gran nimero de nombres nuevos entre las familias dirigentes muestra que, con frecuencia, las antiguas habian desaparecido o se habian empobrecido. Con la decadencia de la antigua aristo- cracia griega murié también la tradicién antigua. El intento de Juliano (361-363 d. de C.) de despertar a una vida nueva los antiguos dioses de los griegos fue un anacronismo; la verdad era que la religién griega carecia desde hacia tiempo de su genuino contenido. Lo que Juliano consideraba griego era una mezcolanza de ideas filosdficas, sobre todo neoplaténicas, de creencias en divi- nidades orientales y de representaciones de espiritus que estaban entonces muy extendidas. No hay discusién alguna: la religién griega murié en el siglo v de muerte natural, no sobrevivid al fin de la pdlis griega. La ruptura entre la época antigua y la nueva se manifiesta en el siglo 1v en todos los ambitos de la vida griega. Desaparecié la efebia, que, favorecida por el creciente bienestar de las comunidades griegas, habia vuelto a tener un poderoso florecimiento en el siglo 1 d. de C. Un papiro egipcio del aiio 323 d. de C. hace mencién del iltimo agdn de los efebos de Oxirrinco. Ya los hijos de Constantino habian establecido varias veces castigos a la practica MISTORIA DE GRECIA. — 27 418 El mundo griego en el Imperio Romano del culto pagano. Teodosio I puso término a este proceso al prohibir el 8 de noviembre de 392, en todo el Imperio, el culto de los dioses paganos y sus sacrificios. El ultimo agén olimpico se celebré en el afio 393; por lo demas, las Olimpiadas desde hacia tiempo se habian convertido en un lugar de exhibi- cidn de atletas profesionales de todo el mundo; la participacién de los griegos en la fiesta panhelénica habia ido en disminucién desde hacia tiempo. En las listas de vencedores se encuentran, sobre todo, egipcios, licios y lidios; esta registrado incluso un fenicio; el olimpionica de la Olimpiada 291 (afio 385 d. de C.), el tiltimo vencedor cuyo nombre conocemos, fue el principe armenio Varzdates. Se produce en el siglo 1v el ultimo florecimiento de la retérica griega en la Antigiiedad. De entre el gran mimero de rétores sobresalen especialmente el sirio helenizado Libanio de Antioquia (314-hacia 393) y el paflagonio Temistio (hacia 317-388). Su actuacién excede ampliamente la esfera lite- raria, Libanio tenia gran amistad con el emperador Juliano, su gigantesca co- rrespondencia abarcaba todo el mundo griego. En él toma cuerpo una vez més, en las ultimas horas, la fuerza modeladora de la educacion griega que él subra- y6 con orgullo, inchiso frente a todo cardcter romano. Atenas, Nicea, Nicome- dia, Constantinopla y Antioquia marcan las etapas de una vida pobre en inci- dentes pero comparativamente tanto més rica en valores internos, vida que fue glorificada por el respeto de sus contempordneos y discipulos entre los que se encuentran hombres como Juan Criséstomo, Basilio el Grande, Gregorio de Nacianzo yelhistoriador Amia- no Marcelino. Las patrias de sus discipulos indican hasta donde se extendi6 la influencia de Libanio: Tracia y Asia Menor estan tan representadas aqui como Arabia, Egipto y Armenia: la educacién griega se habia convertido en la sal de toda la tierra. A diferencia del sabio sirio, la vida de su contempordneo Temistio transcu- rrié durante mucho tiempo entre los problemas politicos de la corte de Cons- tantinopla. Supo asegurarse el favor de todos los emperadores desde Constanti- no II hasta Teodosio, Ilegando este tiltimo a confiarle la educacién del principe Arcadio. Los discursos de Temistio no tienen solo el valor literario, sino que tienen también el eminentemente politico como por ejemplo, De Clementia, pronunciado en Ancira ante el emperador Constancio IT, en el ato 350, y el discurso de gratulacion, compuesto siete afios mas tarde para el mismo empera- dor. En estos discursos se refleja la imagen antigua del soberano, ciertamente con muchos rasgos convencionales tomados de los «espejos de principes» de tiempos anteriores, pero también con formulaciones nuevas muy caracteristicas que sdlo han sido valoradas adecuadamente por la investigacion moderna. Por lo demas, ambos, Libanio y Temistio, se sentian fildsofos, sobre todo el ultimo, que destacé como comentador de escritos aristotélicos y se esforz6 en tomar las normas filoséficas como pauta de la vida politica. Para llevarlo a cabo le dio oportunidad su posicién de Prefecto de la ciudad de Constantino- Desde Constantino a Justiniano 419 pla (383-384). No le falté la admiracion de sus contempordneos; Gregorio de Nacianzo Io llama el «rey de la oratoria» y el Ordculo de Delfos, antes de enmudecer para siempre, le reconocié el titulo de «el mas sabio de todos los griegos», titulo con el que anteriormente habia distinguido a Socrates. Ambos oradores eran fieles de la antigua religién, también en este aspecto su mirada se dirigia al pasado. La profundidad con que el «helenismo», la educacién griega, estaba arraigado incluso en el cristianismo de Asia Menor se puede reconocer en el famoso discurso del capadocio Basilio el Grande Advertencia a la juventud sobre cémo se puede sacar provecho de la literatura griega (es decir, pagana). Es éste un escrito impregnado de espiritu genuinamente huma- nistico que ha adquirido importancia imperecedera para la valoracién de la fuerza moral de la cultura griega. En el curso del siglo rv d. de C. se prepara la profunda transformacion del espiritu griego y del hombre griego, que anuncia, con més claridad que otra cosa cualquiera, que se esta iniciando una nueva época. En aquellos dias en que la Iglesia ganaba terreno constantemente, los poetas griegos se convirtie- ron en tedlogos; los hombres dedicados a la vida ptiblica, en obispos y patriar- cas; los fildsofos, en monjes. El que queria conseguir algo tenia que seguir la carrera eclesidstica. Aqui el honor, la gloria y el poder que el Estado burocratico imperial no podia conferir ya mas que a unos pocos escogi- dos, y la ciudad griega a ninguno, enviaban sus sefiales de atraccién a todo el que dedicaba su capacidad a la superior carrera eclesidstica. Junto a las grandes decisiones politicas, indicaron el camino para la evolucién del Oriente griego los Concilios ecuménicos de Nicea (325), Serdica (,342?), Constantino- pla (381), Efeso (431) y Calcedonia (451). En ellos no se discutié sélo sobre la fe verdadera, sino también sobre cuestiones de poder. Desde el principio se mezclaban con los problemas dogmaticos las ambiciones de orgullosos prin- cipes de la Iglesia, en especial las pretensiones de primacia de las metrépolis orientales de Alejandria y Antioquia. La lucha por el predominio que antes se libraba por objetivos politicos se trasladé ahora al dmbito de la fe y al de la constitucién de la Iglesia. Hombres como el gran obispo alejandrino Atanasio (muerto en 373 d. de C.) y el patriarca Cirilo (muerto en 444) encarnan el nuevo tipo de tedlogo griego batallador. Su actuacién fue importante para la historia mundial. En el Concilio de Efeso (431), Cirilo de Alejandria obtuvo la condena del sirio Nestorio, patriarca duofisita de Cons- tantinopla, y se convirtié, aunque sélo por poco tiempo, en el soberano sin corona de las almas de todo el Oriente griego. El conflicto entre la Constanti- nopla duofisita y Egipto y Siria, vinculados al monofisismo, fue de transcen- dencia politica maxima: separ6 los territorios orientales de sus antiguos circulos culturales y ayud6 al separatismo nacionalista de los habitantes indigenas en su ruptura definitiva con las antiguas zonas de cultura. El reforzamiento del sentimiento nacional, que en los paises de Oriente, sobre todo, fue apoyado por el monacato, estuvo unido a un fuerte retroceso 420 El mundo griego en el Imperio Romano de la cultura griega, especialmente de la educacién griega. Ya en el siglo 1v d. de C. se habian producido con frecuencia alborotos hostiles de la pobla- cién de Alejandria, conducida por los monjes, contra los eruditos del Museo. en el aio 391, la multitud fanatizada destruyé el Serapeon y la imagen de culto de Sérapis. Sin embargo, se mantuvieron hasta entrado el siglo v el Mu- seo de Alejandria y la Academia de eruditos unida a él. Todavia en tiempo de Justiniano se leian las obras de la literatura griega incluso en aldeas del territorio egipcio. Papiros procedentes de Afrodito, en la Tebaide, ponen ante nuestros ojos la figura del erudito egipcio Didscoro (final del siglo v1), que no sélo sabia componer versos cuantitativos griegos sino que también poseia una erudicién asombrosa en géneros literarios griegos menos corrientes; forma- ban parte de sus lecturas, las Anacrednticas y Nono, asi como Menandro e incluso Eupolis. Ciertamente Didscoro era una excepcién. En efecto, desde el comienzo del siglo vi se esta extinguiendo 1a cultura griega en el interior. Ni siquiera los obispos dominaban ya la lengua culta y el griego incorrecto en que estan escritos los textos liturgicos, los himnos, las oraciones y los conju- ros permite abrigar dudas sobre si el que los habia escrito entendia, aun en lineas generales, lo que estaba escribiendo. Lo que todavia era viable de la ciencia griega en Alejandria lo adoptaron los arabes después de la conquista de Egipto (639) y lo transfirieron a Damasco y a Bagdad; desde aqui la heren- cia griega volvid de nuevo a Occidente a través de Espafia. Una gran cantidad de términos griegos administrativos en el Egipto de los arabes asegura con cer- teza que éstos fueron déciles alumnos de los griegos también en el campo de la administracién. A comienzos del siglo vir se extinguié la vida espiritual griega en el antiguo territorio cultural de Siria. Aqui las ciudades habitadas por griegos habian sido siempre s6lo oasis dentro de un territorio poblado preferentemente por orientales. Ya en el siglo m se infiltraron desde el exterior tribus arabigas en el pais. Las grandes calamidades de la guerra en la época de Justiniano, cuyas victimas fueron las ciudades de Antioquia y Berea (Alepo), y ademas la mala administracion de los funcionarios imperiales, habian maltratado tan atrozmente al pais que en el afio 636 se recibié a los arabes claramente como a liberadores. En Grecia, la época de Justiniano representa la ruptura definitiva. En el afio 529 prohibié el Emperador la ensefianza impartida por maestros paganos, retiré los subsidios a los profesores que practicaban la antigua reli- gion y confiscé el patrimonio fundacional de la Universidad de Atenas. Con ello puso el punto final a la historia de la educacién de un milenio completo. En la época de Justiniano se producen las primeras grandes penetraciones de eslavos en Grecia. Seria muy equivocado hablar de una rapida y amplia eslavi- zacién de Grecia, pero tiene gran importancia la entrada de un nuevo elemento étnico que nunca habia participado en la antigua cultura griega. Portadora de la continuidad de la educacién griega fue entonces, y continud siéndolo, la poderosa fortaleza del Bésforo, Constantinopla: Su Desde Constantino a Justiniano 421 Universidad, el Capitolio, continué la tradicién de la Academia de eruditos de Alejandria y la de la Universidad de Atenas. Pero el helenismo emigré desde las aulas de las Universidades a los cuartos de estudio de los grandes filélogos, del patriarca Focio, de Aretas, del emperador Constantino Porfirogéneto, del arzobispo Eustacio. A su aplicacién y a su celo hay que agradecer en primer término que se haya salvado al menos una parte de Ja literatura griega y que, de este modo, se haya mantenido para la humanidad occidental. Todo lo que aiin era viable en el helenismo, Bizancio lo reunié, lo reformé y le dio desarro- Ilé ulterior. En la historia del Imperio Bizantino, permanecié viva para todos los tiempos la idea de la educaci6n griega y con ella el gran ejemplo del pasado griego. 2.* mitad del 4.° milenio hasta la 1." mitad del 3". milenio. mitad del 3°". milenio hacia 2300-1900 2200 hacia 2000 hacia 1900 (lo més tarde hacia 1600) hacia 1900-1550 hacia 1700 siglo xvi hacia 1550 siglo xv TABLA CRONOLOGICA Cultura neolitica en Grecia (la llamada Cultura de Sesklo), especialmente en Tesalia y en la zona de Corinto La llamada Cultura de Dimini Helidico Antiguo («Urfirniskeramik»), especialmente en Te- salia, en Grecia central y en el norte del Peloponeso Comienzo del Minoico Antiguo III; primer florecimiento del arte cretense Comienzo del Minoico Medio I: cultura cortesana en Cre- ta central Inmigracién de los indoeuropeos en Grecia Heladdico Medio en Grecia (cerdamica minia) Hammurabi de Babilonia; establecimiento de la soberania de los hiksos en Egipto; hundimiento de la primera gran cultura cretense (por un terremoto?) Nuevo gran florecimiento de la cultura cretense (Cnosos, Festos, Malia) Comienzo del llamado Heladico Reciente (poca micénica) en Grecia: las tumbas de pozo Periodo de paralizacién cultural en Grecia 424 Historia de Grecia desde hacia 1500 hacia 1400 hacia 1350 siglos xv y xm mediados del siglo xv hacia 1200 alrededor de 1200 finales del siglo xu alrededor de 1100 alrededor de 1000 (?) antes de 1000 siglo x 0 siglo x siglo 1x 0 siglo var 883-859 2.* mitad del siglo x 814/13 lo més tarde hacia 800 siglo vu 776 Comienzo de las tumbas de béveda Ruina de la talasocracia minoica «Tesoro de Atreo»: Puerta de los Leones de Micenas Expansién de los griegos micénicos, particularmente en la cuenca del Mediterraneo oriental (hallazgos en Ras Shamra, Minet-el-Beida y Biblos), invasion de Creta Abhijawa en las tablas cuneiformes hititas Comienzo de la Gran Migracién (Migracién Egea 0 Déri- ca), desencadenada por los ilirios; los dorios y los grie- gos del Noroeste Ilegan a Grecia Caida de Troya VII A (por los traci del Reino Hitita 2); hundimiento Formacién del Imperio Asirio Medio (Tiglatpilesar I) y del Reino Frigio, Auge de las ciudades fenicias (apogeo ha- cia 1000-800) Comienzo de la Edad de Hierro en Grecia Las primeras expediciones de los etruscos Megan a Italia Colonizacién de la costa occidental de Asia Menor por los gtiegos (jonios, eolios) Adopcién por los griegos de la escritura fenicia Formacién de los poemas homéricos Asurnasirpal, rey de Asur: primera culminacién de la po- tencia asiria Auge de Urartu (entre los lagos Van y Urmia) Fundacion de Cartago Creacin de Esparta por sinecismo Se hace efectiva la unificacion del Atica, Formacién de la tetrarquia tesalia Comienza Ia lista de olimpionicas (vencedores olimpicos) Tabla cronologica 425 754 mediados del siglo vim alrededor de 735 inales del siglo vin mM alrededor de 700 hacia 700 comienzos del siglo vit 1. mitad del siglo vi alrededor de 688 hacia 675 hacia 660 desde alrededor de 650 desde 650 mediados del siglo vir 2. mitad del siglo vn 636 6 632 alrededor de 630 hacia 624 612 Comienza Ia lista de los éforos de Esparta Comienzo de la Gran Colonizacién Griega. Fundacién de Cumas (Kyme) en Campania; de Sinope y Trapezunte, en el Ponto Fundacion de Naxos junto al Etna Primera Guerra Mesenia: hilotizacién de los mesenios por los espartanos Primera citacién de los griegos (lamdni=jonios) en fuen- tes asirias Fundacién de Tarento Hesiodo de Ascra Los macedonios penetran desde la montafa en Ja lanura del Haliacmén (rey Perdicas 1) Auge de! Reino Lidio bajo los Mérmnadas (Giges). Guerra Lelantina en Grecia Fundacién de Gela por los rodios; (hasta 680): coloniza- cién de Tasos por los parios Incursiones de los cimerios.en Asia Menor Primera batalla naval entre griegos (Corinto y Corcira) Introduccién de la tirania: Cipselo de Corinto Cerémica griega en el Delta del Nilo Gran levantamiento de los hilotas en Mesenia: la llamada Segunda Guerra Mesenia. Fidén de Argos Fundacion de Naucratis. Viaje del samio Coleo a Tartesos Golpe de Estado de Cilén en Atenas Fundacion de Cirene Dracén, primer legislador de Atenas Caida de Ninive, fin del Imperio Asirio 426 Historia de Grecia cerca de 600 hacia 600 594/3 582-580 561/60 559-530 347 después de 540 539 530-522 528/27 525 hacia 522 522-486 514 513/12 (2) SLI/10 510 508/07 506 Fundacién de Olbia en el Hipanis (Bug) Fundacién de Masalia por los foceos. Alceo de Lesbos. Periandro, tirano de Corinto Soldn, arbitro entre las clases sociales en Atenas: aplica- cién de la reforma («liberacién de los labradores»). Es tablecimiento de la timocracia Damasias, arconte de Atenas Comienzo de la tirania de Pisistrato Ciro II el Grande Caida de Sardes; fin del Reino Lidio; Creso, prisionero de Ciro I Batalla naval de Alalia, en Corcega (cartagineses y etrus- cos contra los foceos). Fundacién de Fanagorea Ciro II conquista Babilonia Cambises, rey de los persas Muerte de Pisistrato de Atenas. Comienzo de la tirania de Hipias y de Hiparco ‘Cumas en lucha con Ios etruscos, los umbrios y los ‘dau- nios. Tirania de Aristodemo Fin de la tirana de Policrates de Samos Dario I, rey de los persas Asesinato de Hiparco en las Grandes Panateneas de Atenas Campafa de Dario I contra los escitas Destruccién completa de Sibaris por Crotén Hipias, derribado en Atenas Comienzo de las reformas de Clistenes en Atenas Victoria de los atenienses sobre los beocios y los calcidios Tabla cronolégica desde alrededor de 505 500 (499)-494 498 497 494. 494-476 493 492 desde 491 (2) 490 489 488 (2) 488/87 487/86 486 desde 483 482 481 480 480 427 Cleandro, tirano de Gela en Si La insurreceién jonia Ocupacién de Sardes por los jonios Reconquista de Chipre por los persas Caida de Mileto. Batalla de Sepea (derrota de los argivos frente a los espartanos) Anaxilao, tirano de Region Temistocles, arconte Expedicién de Mardonio a Tracia Geldn, tirano de Gela Expedicién por mar de Datis y Artafernes contra Eretria y Atenas. Destruccién de Eretria; (septiembre): Batalla de Maratén (primavera): Expedicién fracasada de Milciades contra Paros Muerte del rey espartano Cleémenes 1; su sucesor, Leénidas Guerra entre Atenas y Egina Reforma de la Constitucién en Atenas: el arcontado se con- vierte en magistratura designada por sorteo. Auge de los estrategos Muerte del rey persa Dario I. Le sucede Jerjes (hasta 465/64) Preparativos persas para la expedicién contra Grecia jocles Comienzo de la construccién de la escuadra por Ter Proclamacién de una paz general en Grecia (pleno verano): Batallas de las Termépilas y (por mar) de Artemision (fin de septiembre): Batalla de Salamina. Batalla de Himera 428 Historia de Grecia 479 479/78 478 478/77 477 476 476/75 475 474 473 472 471 comienzo de la decena de los sesenta 467 (2) 465 464 462 461 460 (verano): Insurreccién en Babilonia; Atenas evacuada por segunda vez por sus habitantes. (otofio): Batallas de Pla- tea y de Micale. Defeccién de los jonios ante los persas Construccién de la muralla de Atenas Muerte de Gelén. Hieron, tirano de Siracusa (hasta 466). Pausanias en Chipre y en Bizancio (recibe orden de re- gresar en 477) Comienzo de la Liga Maritima Delo-Atica Leotiquidas en Tesalia Pausanias expulsado de Bizancio Ocupacién de Eyén, punto de apoyo persa en el Estrimén Cimén conquista Esciros y Caristo Victoria de Hierén sobre los etruscos en Cumas (Kyme) Derrota de Tarento y de Region en lucha contra los yapiges Los Persas de Esquilo Ostracismo de Temistocles Batalla de Eurimedonte. Muerte de Pausanias Campania de Cimén contra el Quersoneso Tracio. Defec- cin de Tasos Derrota de los atenienses en Dabresco. Terremoto en Es- parta. Capitulacién de Tasos. Comienzo de la Tercera Guerra Mesénica (verano): Efialtes (muerto en 461) reforma la Constitucién de Atenas. Cimén en Mesenia. (otofio): Ruptura de la Alianza Espartano-Ateniense Fin de la tirania en Sicilia (Mesana-Region) icin ateniense a Egipto: conquista de Menfis Tabla cronolégica 429 alrededor de 460 459 459/58 457 456 455 454 453 (2) 451 (2) 451/50 450 449. 448-447 (0 después del 446) 447 446/45, 444/43 443 440-439 435 En el Peloponeso: Batalla de Enoe. Nacimiento de Hipé- crates en Cos (primavera): asedio de Egina por las fuerzas atenienses Fin de la Tercera Guerra Mesénica Batallas de Tanagra y Enéfita Capitulacién de Egina. Victoria del persa Megabizo sobre egipcios y atenienses que quedan sitiados en Prosopitis, isla del Nilo Momento culminante del poderio ateniense durante toda la Pentecontecia Fin de la expedicién ateniense a Egipto. (verano): Se trans- fiere a Atenas desde Delos la caja de la Liga Maritima Tregua (por cinco afios) entre Atenas y Esparta Paz de treinta afos entre Argos y Esparta Ducecio, caudillo de los siculos Victoria naval de los atenienses sobre los persas en Salami- na (Chipre) (primavera): Tratado entre atenienses y persas: Paz de Calias Congreso Panhelénico proyectado por Pericles (verano?): Derrota de los atenienses en Coronea. Forma- cién de la Liga Beocia Paz de Treinta Afios entre Atenas y Esparta Fundacién de Turios Ostracismo de Tucidides, hijo de Melesias Insurreccién de Samos Batalla de Leucime: los corintios son derrotados por los corcirios 430 Historia de Grecia 434 433 432 431-421 431 430 429 428 428/27 427 426 425 424 424/23 Decreto econdmico de Calias (pleno verano): Batalla naval en las islas Sibota: los corin- tios vencen a la escuadra de Corcira. Pericles exige a Potidea la expulsién de los epidamiurgos Pséphisma de Mégara Guerra Arquidamica Ataque inesperado de los tebanos contra Platea. Primera invasion de los espartanos, mandados por Arquidamo, en el Atica. Pericles destierra a los eginetas. Alianza de Atenas con Sitalces (verano): La «peste» en Atenas; (otofio): Destitucién de Pericles (primavera): Capitulacién de Potidea. Rehabilitacién de Pe- ricles que muere en-el otofto. (verano): Derrota de los atenienses en Espartolo. (otofio): Expedicién de Formién La isla de Lesbos se separa de Atenas Embajada de Gorgias de Leontinos a Atenas (verano): Capitulacién de Mitilene. La revolucién oligdr- quica de Corcira dominada con la ayuda ateniense. (oto- fio): Capitulacin de Platea. Laques es enviado a Sicilia con una escuadra (la llamada Primera Expedicién Sici- liana de los atenienses) Fundacién y ocupacion por los peloponesios de Heraclea Tracia Desembarco de Deméstenes en Pilos de Mesenia. Capitu- lacién de los espartanos encerrados en Esfacteria (agosto) Reorganizacién por Cleén del pago de los tributos de los miembros de la Liga Maritima (la llamada tasacion de ‘Cleén). Ocupacién de Citera por Nicias. (otofio): Mar- cha de Brdsidas sobre la Calcidica. Derrota de los ate- nienses en Delion. Congreso de Gela Renovacién de la Paz de Calias entre Atenas y Persia (Tra- tado de Epilico) Tabla cronoldgica 431 423 422 421 421/414 421 420 418 47 416 41s 414 413 412 4ll Tregua de Laques Muerte de Cleén y de Brdsidas en Anfipolis (abril): Paz de cincuenta afios entre Atenas y los lacedemo- nios: Paz de Nicias La época de la Paz de Nicias Alianza defensiva Atico-espartana por cincuenta aflos (primavera): Conclusién de una alianza entre Esparta y Beo- cia. (verano): Pacto defensivo ateniense con Argos, Man- tinea y Blide Batalla de Mantinea: Derrota de los argivos y de la Liga Separada de peloponesios frente a los espartanos (rey Agis) Ostracismo de Hipérbolo. Nicias en Tracia Los atenienses esclavizan a la neutral Melos. Alcibiades en Olimpia. Embajada de Segesta (Sicilia) a Atenas (verano): Partida para Sicilia de la escuadra ateniense man- dada por Nicias, Lamaco y Alcibiades. (otofio): Prime- ros combates ante Siracusa (mayo): Comienzo del asedio de Siracusa. (verano): Resta- blecimiento de la situacién de guerra entre Atenas y Esparta (Guerra Decélica y Jonia hasta 404) (primavera): Ocupacién de Decelia por los espartanos (rey ‘Agis). (pleno verano hasta el otofio): Fracaso de la ex- pedicién de los atenienses a Sicilia (verano): Tratado de Esparta con Persia. Derrumbamiento de la soberania ateniense en Quios, Lesbos (Mitilene, Metimna) y en Mileto. Dificultades financieras en Atenas Renovacién por Tisafernes y Farnabazo del tratado espartano-persa. (mayo-junio): Derrumbamiento de la democracia ateniense, establecimiento de una oligarquia extremista (dictadura de los Cuatrocientos). (verano): Constitucién de Teramenes: compromiso entre las ten- dencias democratica y oligérquica: el gobierno en ma- 432 Historia de Grecia 410 408 407 40s 405/04 404 404/403, 403 402-400 401 401 400-394 nos de los Cinco Mil. (finales); Batallas navales de Ci- nosema y Abido (mayo): Victoria naval de Alcibiades en Cicico. (julio): Cai da del gobierno de los Cinco Mil en Atenas, restable: miento de la antigua democracia. Decisién de codificar el derecho vigente Tregua de Atenas con Farnabazo. Destruccién de Himera y Selinunte por los cartagineses (junio): Entrada de Alcibiades en Atenas. Su nombramien- to como generalisimo. Ciro el Joven, virrey en Sardes (primavera): Victoria naval de Lisandro en Notion. Caida de Alcibiades (verano): Conén bloqueado en el puerto de Mitilene. (agos- to): Victoria naval de las Arginusas. (otofio): Proceso de las Arginusas. Punto culminante del poder cartagi- nés en Sicilia. Envio de una embajada ateniense a los cartagineses en Sicilia. Dionisio I estratego con plenos poderes en Siracusa (406/05) (pleno verano): Batalla de Egospétamos Paz entre Siracusa y Cartago (marzo o abril): Capitulacién de Atenas. (verano): Someti- miento de Samos por Lisandro Gobierno de los Treinta en Atenas (finales): Trasibulo en File. Separacién de Egipto del Rei- no Persa Amnistia general en Atenas (arcontado de Buclides). (fina- les): Caida de Lisandro Guerra entre Esparta y Elide Reunificacién de Eleusis con Atenas Expedicién de los Diez Mil. Batalla de Cunaxa. (otoiio): Muerte de Ciro el Joven La Guerra espartano-persa: Tibrén en Asia Menor (hasta 399) Tabla cronologica 433 399 397 396 395 394 393 392 392-386 392 389 388 387 386 385 382 380 379 HISTORIA DE GRECIA. — 28 Muerte de Sécrates Comienzo de la Segunda Guerra contra los cartagineses en Sicilia. Tregua en Asia Menor Agesilao a Asia Menor. Condn sitiado en Caunos. Crisis de la guerra en Sicilia: desembarco de Himilcén en Pa- normo, asedio de Siracusa Combate junto a Sardes. Timécrates como embajador per- sa en Grecia. Comienzo de la Guerra de Corinto. (oto- flo): Batalla de Haliarto y muerte de Lisandro Batallas junto al torrente de Nemea y en Coronea, Batalla naval en Cnido. Fin de la soberania naval espartana Conén en Atenas Paz entre Dionisio I y Cartago Doble Estado corintio-argivo Negociaciones de paz entre Atenas y Esparta. Envio de Antalcidas a Sardes: Congreso de la Paz bajo la presi- dencia de Tiribazo Exitos de Trasibulo en el ambito de la antigua Liga Maritima Muerte de Trasibulo. Victoria de Dionisio I en el rio Eléporo Negociaciones de Paz en Susa Paz del Rey (llamada Paz de Antalcidas). Capitulacién de Region: Dionisio I en posesién del Estrecho de Sicilia Diecismo de Mantinea Guerra entre Esparta y Olinto: ocupacion de la Cadmea tebana por el espartano Fébidas. Los espartanos divi- den Grecia en distritos militares Panegirico de Isécrates Capitulacién de Olinto, disolucién del Estado calcidico. Li- beracion de Tebas, la guarnicién espartana obligada a la retirada 434 Historia de Grecia 378/77 377 y 376 316 375/4 374/73 (6 373/72) 372 371-362 a1 370 369 368 367-357 367 367/66 366 365 364 362 362/61 Fundacion de la Segunda Liga Maritima Un ejército espartano en Beocia mandado por Agesilao y Cleémbroto Victoria naval del ateniense Cabrias sobre los peloponesios en Naxos. Congreso de la Paz en Esparta Destruccién de Platea por los tebanos Unificacin de Tesalia por Jasén de Feras (muerto en 370) Hegemonia de Tebas (verano): Paz entre Atenas y Esparta. Batalla de Leuctra. Segundo Congreso de la paz en Esparta Fundacién de la Liga Arcadia. Primera expedicién de Epa- minondas al Peloponeso (segunda: 369, tercera: 367, cuarta expedicin: 362) (primavera): Creacién de un Estado mesenio independien- te. Ocupacién de Larisa, en Tesalia, por el rey de Ma- cedonia Alejandro II (asesinado en 369/68) Congreso de la Paz de Delfos Dionisio II, soberano de Siracusa Negociaciones en Susa: tratado entre persas y beocios (Pelépidas) La Liga Etolia es citada por primera vez Paz separada en Tebas entre los beocios y los Estados del norte del Peloponeso Timoteo conquista Samos para Atenas Expedicion de Epaminondas con la escuadra. Muerte de Pelopidas en un encuentro en Cinoscéfalas Batalla de Mantinea: muerte de Epaminondas Paz general en Grecia (sin Esparta) Tabla cronoldgica 435 361/60 359 358 357 357-355 356 354 353 352 350 349-348 349 347 346 344 343 343/42 El ateniense Calistrato en Macedonia Perdicas III, rey de Macedonia, cae en combate contra los ilirios Filipo II vence a los ilirios El Areopagitico de Isécrates. Filipo se apodera de Anfipo- lis y (invierno de 357/56) de Pidna Guerra Social Ateniense Conquista y destruccién de Potidea por Filipo. Nacimien- to de Alejandro (Magno). Presentacién de acusaciones en Delfos contra los focidios Conquista de Metone por Filipo. Batalla de Neén (muerte de Filomelo). Eubulo de Atenas, presidente de la caja del theoricén Victoria del focidio Onomarco sobre Filipo de Macedonia (primavera): Filipo II vence a Onomarco en el «Campo del Azafran». El rey de Macedonia en las Termépilas. Cares restablece la soberania dtica en el Quersoneso Tra- cio. (fin de 352 0 ya 351): Expedicién de Filipo a Tra- cia hasta Hereon Teicos Conquista y destruccién de Estagira Guerra Olintica (348, destruccién de Olinto) (primavera): Primera Filfpica de Deméstenes Muerte de Platon Paz de Filécrates. Fin de la Tercera Guerra Sagrada. Fili- Po, carta abierta de Isécrates Filipo en Iliria (batallas contra Pleurato). Filipo, arconte de los tesalios (quizd sélo en 342); Timoledn en Sicilia (verano): Pacto de amistad y no agresién entre Macedonia y Persia (invierno): Artajerjes II Ocos reconquista Egipto 436 Historia de Grecia 342 341 340 339 338 337 336 336 335 334 334/33 333 332 331 Formacién de la Tetrarquia Tesalia y de la «provincian Tracia Tercera y Cuarta Filipicas de Deméstenes. Victoria de Ti- moleén en Crimiso sobre los cartagineses (comienzos): Formacién de una Liga Helénica por iniciati- va de Deméstenes. (otofio): Declaracién de guerra de Atenas contra Filipo Expedicién de Filipo II contra los escitas. (entrado ya el otofio): Filipo recibe el encargo de dirigir la Guerra Anfictiénica. (finales): Filipo en Elatea. Paz de Ti- moleén con los cartagineses. El Panatenaico de 1s6- crates Muerte de Arquidamo III en Italia (Mandonion). (2 de agos- to): Batalla de Queronea. (invierno): Asamblea consti- tuyente de la Liga Panhelénica en Corinto (institucién de una koiné eiréne). Muerte del rey persa Artajerjes II Ocos (primavera): «Sesion de guerra» del Congreso de Corinto: se decide la guerra contra los persas (primavera): Parmenién y Atalo en suelo de Asia Menor: comienzo de la guerra contra los persas. (verano): Ase- sinato de Filipo II en Egas Renovacién de la Liga de Corinto por Alejandro Alejandro en el curso inferior del Danubio; disturbios en Grecia. (otoho): Destruccién de Tebas (primavera): Alejandro cruza el Helesponto; (mayo/junio): Alejandro vence en Granico. Alejandro el Moloso pasa a Italia Alejandro pasa el invierno en Gordion (primavera): Muerte de Memnén en el asedio de Mitilene. (noviembre): Batalla de Isos (agosto): Conquista de Tiro (comienzos): Fundacion de Alejandria en Egipto. (prima- vera): Expedicién al Oasis de Siwa. (1 de octubre): Ba- Tabla cronoldgica 437 331/30 331 330 330-27 330 327-25 326 325 325 324 323 323 323/22 321 319 talla de Gaugamela. Alejandro toma el titulo de «Rey de Asia» Asesinato de Alejandro el Moloso en Pandosia El rey Agis de Esparta es vencido en Megalépolis por Antipatro (primavera): Incendio de Persépolis: fin de la «Guerra de Venganza» panhelénica, licenciamiento de los contin- gentes griegos. (julio): Muerte del aqueménida Dario Ill Luchas en el Iran oriental contra Besos y Espitamenes (otofio): Calamitosa muerte de Filotas, muerte de Parmenién Campana de Alejandro en la In (mayo/junio): Batalla contra Poro en el Hidaspes (julio): Alejandro en Patala (Haiderabad) (septiembre): Salida de Nearco del Delta de! Indo; (diciem- bre): Encuentro de Nearco con Alejandro cerca de Ormuz (comienzos): Alejandro en Pasargadas; (primavera y vera- no): Matrimonios masivos en Susa, Alejandro pide la apoteosis a los griegos. Decreto sobre la repatriacion de los desterrados griegos. Amotinamiento de Opis. Hér- palo en Atenas (10 de junio): Muerte de Alejandro (verano): Decisiones tomadas en Babilonia: nueva division de las satrapias bajo la direccién de Perdicas La Guerra Lamica; (verano de 322): Batalla naval de Amor- gos. (invierno de 322): Muerte de Deméstenes Perdicas es asesinado durante la campaiia de Egipto. Cra- tero muere en Asia Menor. Ordenacién acordada en Tri- paradiso: Antipatro, «regente del reino»; Antigono Mo- noftalmo, estratego de Asia (verano): Muere Antipatro. Poliperconte es nombrado re- gente del Reino 438 Historia de Grecia 318-316 317 317-307 316 315 315-311 312 3 310 310-309 309 307 307-304 306 305 305-304 302 Eumenes, general del Reino en Asia (muerto en 316) Atenas se pasa al lado de Casandro; Destitucién de Poli- perconte; Agatocles toma el poder en Siracusa como estratego plenipotenciario Demetrio de Falero hombre de confianza de Casandro en Atenas Ajusticiamiento de Olimpiade Antigono Monoftalmo anuncia en Tiro que ha asumido la regencia del Reino. Fundacién de la Liga de los Nesiotas Primera Guerra de Coalicién (Casandro, Lisimaco, Tole- meo y Seleuco contra Antigono) Batalla de Gaza: Demetrio, hijo de Antigono, es derrotado por Tolemeo. Regreso de Seleuco a Babilonia Conelusién de la paz (excluido Seleuco) Agatocles desembarca en Africa Casandro manda matar a Alejandro IV y a Roxana Muerte de Ofelas, soberano de Cirene Demetrio Poliorcetes se apodera de Atenas La «Guerra de los Cuatro Aftos» en Grecia. Exitos de Casandro Victoria naval de Demetrio sobre Tolemeo en Salamina (Chipre). Antigono y Demetrio toman el titulo de rey Paz entre Agatocles y Cartago Tolemeo, Casandro, Lisimaco y Seleuco toman el titulo de rey Agatocles toma el titulo de rey. Asedio de Rodas por Demetrio (primavera): Liga Panhelénica de Corinto; Antigono y De- metrio nombrados hegemones Tabla cronoldgica 439 301 299/98 298 (?) 294 292 289 287 286 285 283 282 281 281 280 280 280-279 279 278 (verano): Batalla de Ipsos: muerte de Antigono Monoftalmo Matrimonio en Rosos: Seleuco I se casa con Estratonice (hija de Demetrio Poliorcetes) Muerte de Casandro. Agatocles conquista Corcira (primavera): Demetrio Poliorcetes reconquista Atenas (per- dida por él desde 301) y llega a ser rey de Macedonia (294-287) Demetrio conquista Beocia Muerte de Agatocles Pirro y Lisimaco se reparten Macedonia. (verano): libera- cién de Atenas por Olimpiodoro. Demetrio en Asia Menor Demetrio cae prisionero de Seleuco 1 Tolemeo I designa corregente a su hijo Tolemeo Il Muerte de Demetrio y de Tolemeo I. Lisimaco manda ma- tar a su propio hijo Agatocles Guarnicién romana en Turios Curupedion: muerte de Lisimaco (verano avanzado): Asesinato de Seleuco I por Tolemeo Cerauno (comienzo): Pirro en Italia (verano): Pirro vence a los romanos en Heraclea del Siris. Fundacién de la Liga Aquea Luchas entre Tolemeo II y Antioco I: Guerra de Sucesién siria Batalla de Ausculo. Irrupcién de los celtas en Macedonia y Grecia. Muerte de Tolemeo Cerauno Desembarco de Pirro en Sicilia (Tauromenion). Los celtas atraviesan el Helesponto 440 Historia de Grecia an 276 215 275/74-215 (214) 274-271 272 271/70 270 267-261 (2) 263/62 hacia 260 260-253 255 253 253/52 (2) 251 247 246-241 243 242-228/27 Victoria de Antigono Gonatas sobre los celtas en Lisimaquia Antigono Gonatas, rey de Macedonia (hasta 239) Batalla de Malevento (més tarde llamada Benevento). Pi- rro retorna al Epiro Hierén I, rey de Siracusa Primera Guerra Siria: Tolemeo II contra Antioco I Muerte de Pirro en Argos. Tarento conquistada por los romanos Fiesta de la victoria en Alejandria: Pompé de Tolemeo II. Muerte de Epicuro Region en poder de los romanos. Muerte de Arsinoe II (9 de julio) Guerra Cremonidea (Tolemeo II, Areo de Esparta y Ate- nas contra Antigono Gonatas) Atenas capitula y recibe una tropa de ocupacién macedo- nia (hasta 229). Muerte de Zenén de Cition Formacién del Reino de la Gran Capadocia bajo Ariarates Segunda Guerra Siria (Tolemeo II contra Antioco II y An- tigono Gonatas) Paz separada entre Tolemeo I y Antigono Gonatas Paz entre el Reino de los Tolemeos y el de los Seléucidas EI virrey Alejandro hace defeccién de Antigono Gonatas Arato libera Sicién (primavera): Comienzo de la era partica Tercera Guerra Siria (Tolemeo III contra Seleuco II): Gue- tra Laodicea Arato conquista Acrocorinto Antioco Hiérax en Asia Menor Tabla cronolégica 441 241 240 239 229-228 hacia 228-223 221 227 (6 226) 224 223 222 222/21-179 221-217 220-217 220 219 217 215 215-205 213 Muerte del rey reformador Agis IV de Esparta. La Sicilia cartaginesa cae en poder de Roma Primera representacién de una comedia griega en Roma (Livio Andrénico) Muerte de Antigono Gonatas Primera Guerra Iirica: Roma contra Teuta Expansién pasajera de Atalo I por toda el Asia Menor se- leticida a este lado del Tauro. Punto culminante de! po- der etolio en Grecia Establecimiento de Sicilia como provincia romana. Expe- dicién de la escuadra de Antigono Dosén a Caria. Gol- pe de Estado de Cleémenes III en Esparta Terremoto en Rodas Liga Helénica de Antigono Dosén Destruccién de Mantinea por Antigono Dosdn. Subida de Antioco III al trono del Reino Seléucida (hasta 187) (verano): Batalla de Selasia Filipo V, rey de Macedonia Cuarta Guerra Siria: Antioco Ill contra Tolemeo IV Fildpator. Guerra Social en Grecia Antioco III sofoca el levantamiento de Molén Antioco III ocupa Seleucia de Pieria. Segunda Guerra Ili- rica de los romanos Batalla de Rafia Alianza de Anibal y Filipo V Primera Guerra Macedénica Prision y ejecucién de Aqueo en Sardes 442 Historia de Grecia 212-206 212-205 212 205 204 203/02 202 201 200-197 197 196 195 (2) 195 192-188 190 6 189 189 188 187 después de 184 Los etolios en lucha contra Filipo V La «andbasis» de Antioco III en el Este Conquista de Siracusa por los romanos (M. Marcelo). Muer- te de Arquimedes Paz de Fenice (en Epiro) Muerte de Tolemeo IV Filopator (invierno): Tratado secreto entre Filipo V y Antioco III sobre la raparticién del reino de los Tolemeos Filipo V toma Lisimaquia Invasién de Antioco Ill en el sur de Siria (Quinta Guerra Siria), batalla de Quios: Filipo V contra Atalo 1, los rodios, Bizancio y Cicico. Embajada a Roma de los rodios y de Atalo I Segunda Guerra Macedénica de los romanos Batalla de Cinoscéfalas Declaracién de libertad de T. Quincio Flaminino. Antioco III en Europa: reconstruccién de Lisimaquia Paz entre Antioco III y Tolemeo V Epifanes (verano): Anibal en Efeso junto al rey Antioco IIT Guerra de los romanos contra Antioco III (fin de 190 0 bien comienzo de 189): Batalla de Magnesia (del Monte Sipilo) Ocupacién de Ambracia por M. Fulvio Nobilior. Paz de los romanos con los etolios Paz de Apamea Muerte de Antioco III en Susa Establecimiento de la soberania griega en el Noroeste de la India por Demetrio, hijo de Eutidemo Tabla cronoldgica 443 183 179 175-164 (?) 171-168 170 (2)-168 168 167 desde 166 164 164 (2) 163 155 hacia 150 149-148 148 146 145 145-116 145/44 141 140/39 Muerte de Filopemén (y de Anibal) Muerte de Filipo V. Perseo rey de Macedonia (hasta 168) Antioco IV, soberano del Reino Seléucida Guerra de los romanos contra Perseo Sexta Guerra siria (22 de junio): Batalla de Pidna, Humillacién de Antioco IV por los romanos a las puertas de Alejandria (diciembre): Punto culminante del helenismo en Jerusalén Luchas de los Macabeos Conquista de Jerusalén por Judas Macabeo Muerte de Antioco IV en Gabai (Isfahan) Division del Reino de los Tolemeos: Tolemeo Filométor re- cibe Egipto y Chipre, Tolemeo el Joven recibe Cirenaica Publicacién del testamento de Tolemeo el Joven por el que se declara heredera a Roma Primeros grandes éxitos de los partos bajo Mitridates 1 Anexién de Media Levantamiento de Andrisco («Pseudo-Filipo») en Macedonia Macedonia, provincia romana. Comienzo de la era macedénica La Guerra Aquea. Destruccién de Corinto Tolemeo VI Filométor proclamado «rey de Asia». Su muerte en Siria Tolemeo VIII Evérgetes 11 Expulsién de Alejandria de los sabios y cruditos griegos Avance de los partos hasta Mesopotamia Demetrio II Nicétor cae prisionero de los partos 444 Historia de Grecia 133 Muerte de Atalo ITI de Pérgamo que en su testamento de- j6 como heredera a Roma 132-129 Levantamiento de Aristénico en Asia Menor 131 Tolemeo VIII Evérgetes II es obligado a abandonar Alejandria 129 Derrota de Antioco VII Sidetes en la campafa contra los partos. Final de la posicién de gran potencia del Reino Seléucida 127 Tolemeo VIII recupera Alejandria 121/20-63 Mitridates VI Eupator, rey del Ponto 117 @ 116) Descubrimiento de la ruta maritima directa de Egipto a la India aprovechando los monzones 116 Muerte de Tolemeo VIII. Nuevas luchas por el trono en Alejandria 104 y 100 Revueltas de esclavos en el Atica alrededor de 100 96 88 86 83-69 80-51 75-73 74 Divisién del antiguo Reino Tolemaico en tres Estados: Egip- to, Chipre y Cirenaica Muerte de Apion de Cirene: los romanos declarados herederos «Visperas de Efeson: asesinato de ochenta mil italicos. Es- talla un levantamiento de indigenas en la Tebaide Victorias de Sila en Queronea y Orcémeno sobre Arque- lao, general de Mitridates VI. Sila conquista Atenas Siria (y Cilicia oriental) provincia del reino armenio de Ti- granes I Desérdenes causados por Sila en la sucesién del trono en Egipto Tolemeo XII Neodioniso (llamado «Auletes»), rey de Egipto C. Escribonio Curién penetra hasta el curso inferior del Danubio Expedicién de M. Antonio el Mayor contra les piratas. Nicomedes IV deja Bitinia en herencia a los romanos a a Tabla cronoldgica 445 74-67 72-70 67-49 67 63 61 58 49 48 48/47 47 42 41 41/40-33 37-36 36 34 31 30 27 25 a. de C. hasta 23 d. de CG Tercera Guerra Mitridatica. Las ciudades griegas del Pon- to gravemente afectadas Liiculo conquista las ciudades griegas del Ponto Periodo de paz para el mundo griego Pompeyo organiza la provincia de Cilicia Fin de la dinastia seléucida en Siria. Pompeyo establece la provincia de Siria C. Antonio Hibrida es derrotado por los bastarnos en Istros Los romanos se incorporan Chipre Masalia pierde su autonomia Batalla de Farsalia. Pompeyo es asesinado en Egipto La Guerra Alejandrina de César Embajada del Quersoneso (Crimea) a Roma Batalla de Filipos Cleépatra VII ante Antonio en Tarso Nicias, tirano de Cos por el favor de M. Antonio Antonio regala a Cledpatra VII el reino de Calcis en el Libano Fracaso de la expedicién de Antonio contra los partos Donaciones de Antonio en Alejandria (2 de septiembre): Batalla de Accio (1 de agosto): Caida de Alejandria. Muerte de Cleépatra Grecia queda constituida en provincia senatorial con el nom- bre de «Acaya» Yuba II, rey de Mauritania 446 1/6 y 5/4 d. de C. 17-19 d. de C. 67 69 4 101-102 105-106 106 108/109 110-112 6 111-113 113-117 alrededor de 120 124/25 128/29 131/32 130 135 143 hacia 150 165 170 175 177 Antioquia (28 de noviembre): Acaya declarada libre por Nerén Vespasiano en Alejandria Los filésofos expulsados de Roma por Vespasiano (27 de diciembre): «Carta de privilegion de Vespasiano para las Universidades antiguas Guerra de Trajano contra los dacios La regién de los nabateos constituida en provincia de Arabia Historia de Grecia El Decreto Cirenaico de Augusto Germanico, gobernador general de Oriente con sede en Maximo enviado como corrector de Acaya Plinio el Joven, gobernador de Bitinia y del Ponto Guerra de Trajano contra los partos Muere Dién Criséstomo de Prusa i Adriano en Atenas Fundacién de Antinodpolis en Egipto acai Adriano funda el Ateneo en Roma Discurso a Roma de Elio Aristides 4 La Periegesis de Grecia de Pausanias La peste procedente del Este penetra en el territorio del Imperio Romano Los costobocos invaden Grecia. El Eleusinio de Elio Aristides El usurpador Avidio Casio en Oriente Muerte de Herodes Atico Tabla cronolégica hacia 180 189 195 199-200 212 21s 235-238 hacia 236 desde 253 256 260-268 262 267 270 284-305, 323 324 373 383-384 447 Palabra verdadera de Celso Muerte de Elio Aristides (finales): Capitulacién de Bizancio que queda privada de sus privilegios El emperador Septimio Severo (193-211) concede a Alejan- dria el funcionamiento de un Consejo La Constitutio Antoniniana del emperador Caracalla Des6rdenes en Alejandria: medidas de Cacaralla contra los efebos Maximo Tracio, emperador: la crisis de las ciudades en su punto mas alto Muerte de Hipélito, obispo de Roma ({ltimo obispo roma- er re eh fe race er Incursiones de los pueblos germanos en cl territorio del Imperio (Asia Menor y Grecia) Saqueo de las ciudades de Bitinia Renacimiento griego en tiempo del emperador Galieno Los godos invaden Asia Menor Los hérulos invaden Grecia. Victoria del ateniense Herenio Dexipo Muerte de Plotino Gobierno de Diocleciano; fin de las ciudades-estado grie- gas auténomas Ultima referencia del agdn de los efebos de Oxirrinco en Egipto Comienza la construccién de Constantinopla Muerte de Atanasio de Alejandria Temistio, prefecto de la ciudad de Constantinopla 448 391 alrededor de 393 393 395-396 529 636 639 Historia de Grecia Destruccién del Serapeon de Alejandria Muerte de Libanio de Antioquia Ultimos Juegos Olimpicos Devastacién de Grecia por Alarico Justiniano clausura la Universidad de Atenas Los arabes en Siria Comienzo de la conquista arabe de Egipto INDICE DE NOMBRES Y MATERIAS HISTORIA DE GRECIA. — 29 NOTA. Los nombres propios griegos que se encuentran en el texto aleman han recibido la grafia que llevan en esta traduccién partiendo siempre de su forma griega y translite- randolos. De una manera general se han seguido las indicaciones magistralmente anali- zadas y clasificadas por M. Fernandez Galiano, La transcripcién castellana de los nom- bres propios griegos, Madrid, 1969. Las escasas diferencias que aqui se puedan encon- trar no suponen discrepancia de criterio. Estas son tan pocas que quizé no hubiera sido necesario indicarlas, pero en honor al lector sefialamos no alguna aislada, que puede haberla, sino las que se agrupan en algin pequefto subsistema. 1) La -s del nominativo de los temas en -o- se admite, no sdlo para las islas del Egeo, sino para todos los bisilabos; aqui se ha escrito Pilos, Cnosos, Sestos, Cios, Tios, etc., en lugar de «Pilo», «Cnoso», «Sesto», «Cio», «Tio», etc. Como queda di- cho, afecta esta norma s6lo al subsistema de los bisilabos. Este uso s6lo puede producir alguna confusién enfrentado con las escasas forma de plurales, escasisimas en bisilabos, como es el caso de Solos, Turios, etc. 2) Los nombres propios neutros de temas en -o- conservan su -n, aunque pueda parecer una incoherencia frente a la escritura habitual de los correspondientes neutros latinos. Como en la transliteracién castellana estas formas no deben llevar acento en la tiltima, no se pueden confundir jamas con las terminaciones -dn de temas en conso- nante, Deben quedar eliminadas algunas formas en que se admite -n a cambio de una acentuacién incorrecta como «Sunién», «Delién», «Dipilén», «llin», etc., en favor de Sunion, Delion, Dipilon, Ilion, ete. Con el objeto de mantener la unidad del sistema, se conserva también la -n para los nombres de los templos: Olimpieon, Teseon, Didimeon. 3) En relacién con la colocacién del acento, se ha mantenido (salvo error) la rigu- rosidad que consideramos exigible para la permanencia de una norma. Se ha intentado acentuar siempre teniendo en cuenta la cantidad de la vocal de la anteultima silaba en griego: «Aristides», «Arquimedes», ete., estdn escritos sin acento; es decir, Aristides, Arquimedes, etc. El lector no debe considerar errata la grafia Esquilo. Cualquier conce- n al uso tradicional o a la forma con la que los nombres de persona de origen griego aparecen en el santoral es hipotecar la posibilidad de una norma segura para la escritura en espaol de los nombres propios que se ofrecen en la historia griega antigua. Deben convivir en nuestro uso Aristides, para la persona que tiene ese nombre en el Registro 452 Historia de Grecia Civil, y. Aristides, para el politico ateniense. Parece ineludible la aceptacién de este doble cédigo, puesto que no hay otra solucién para que exista una norma. Fuera del campo del acento tenemos ya parcialmente este doble cédigo; nadie inscribe a un hijo suyo con el nombre de Filipo, ni llama Felipe II de Macedonia al padre de Alejandro. Nos ha faltado decisién para aplicar la norma de acentuacién a los nombres en que la vocal breve de la antetltima silaba va seguida del grupo formado por oclusiva més liquida. Hemos conservado la incongruencia habitual en la oposicién Temistocles frente a Agatocles que se extiende a unos pocos nombres usados frecuentemente. Se trata de un subsistema reducido que deberia regularizarse. Sin embargo, no hemos sido capaces de sostener la oposicién de Antipatro frente a «Cleopatra»; hemos acentuado regularmente Cleépatra. Abandonando ya la escritura de los nombres propios, el texto aleman contiene nu- merosos términos griegos, unas veces transliterados y otras veces adaptados al aleman. Por ejemplo, docenas de veces el autor introduce en la frase la palabra ekklesia en lugar de asamblea; con menor frecuencia lo hace con numerosas palabras. No podia el traductor alterar la intencién del autor traduciendo del griego los términos que en el texto original aparecen en lugar de los correspondientes alemanes por eleccién del autor. Para los términos técnicos se ha mantenido en general una transliteracién rigurosa. Para otros términos usados por el autor para dotar de sabor griego a la frase nos hemos servido de la acepcién de la palabra «transcripcién» que da Fernandez Galiano (op. cit., pag. 21). Como consecuencia de ello, una palabra como «symmachia» (usada con frecuencia por el autor mas bien como miembro de la frase que como término técnico) esta escrita simmaquia. El lector espafiol puede reconocer asi el contenido «lu- cha en comtin», «alianzan, por poca conciencia analitica que tenga de su propia lengua. Se ha procurado eliminar aqui todos los resultados de transcripcién en la acepcién indi- cada que habrian contenido -ch-, elemento poco asimilable para los lectores que no conocen el griego y posible origen de pronunciaciones ridiculas en castellano. No es posible ir mas lejos ni dar explicaciones mas ‘amplias en una nota de este tipo. — Et TRabucToR Abdera, 67, 87, 179, 344 Abido, 66, 117, 180, 241, 249, 251, 352, 432 Abrito, Batalla de, 413 Abu Simbel, 68 Abusir-el-Meleq, 225 Academia de Alejandria, 412, 420, 421 Academia de Atenas, 182, 186, 224, 240, 347 academias, 338 académicos (filésofos platénicos), 349 Academo, héroe, 186 Acanto, 168 acarnanes, Acarnania, 57, 67, 110, 163, 164, 171, 201, 206, 306, 312, 315, 352, 359 Acaya: regién del Peloponeso, 30, 31, 150, 161, 163, 172, 210; provincia senato- rial romana, 242, 392, 397, 398, 401, 416, 445, 446 Acaya, ciudadela de Yaliso (Rodas), 26 Acaya Fuidtide, region de Tesalia, 311 Accio, Batalla de, 376, 377, 382, 384, 391, 445 Acesines (Chenab), rio, 261, 262 Acilio Glabrién, M., 356 Acoris, rey egipcio, 197 Acradina, 129, 175 Acragante, acragantinos, 6: 213, 292, 295, 307 Acras, 63 Acrocorinto, 244, 306, 440 Acrépolis de Atenas, 56, 57, 92, 94, 97, 120, 143, 144, 189, 265, 344, 391 Acrépolis de Sardes, 107 3, 76, 130, 155, Actas de mértires paganos, 39, 397, 410 Achaién Akté, factoria micénica en Chipre, 26 ‘Ada, dinasta caria, 253, 269 ‘Aden (Arabia Feliz), 332 Admeto, rey moloso, 139 Adramiteon, 373 Adria, 213 Adriano, 181, 389, 392, 399, 400-404, 446; Patedn de —, 23 Adrianépolis, 402 Adrianuteras, 402, 403 Adridtico, Mar, 11, 215, 239, 262, 308, 314, 378 Adulis, 304 aedos, 39 Afea, diosa, 27, 28 Afganistan, 346 Afidna, 202 Africa, 67, 96, 262, 331, 357, 394, 407, 438 Afrodito, 420 Agamenén, 24, 193, 223, 243 Agarista, hija de Clistenes, 75 Agatocles, rey de Siracusa, 215, 285, 287, 288, 291-297, 319, 336, 438, 439 Agatocles, hijo del anterior, 293 Agatocles, hijo de Lisimaco, 288, 289, 439 Agaton, poeta, 229 Agelao, politico etolio, 313 Agesilao, rey de Esparta, 187, 193-195, 200, 202, 204, 209, 433, 434 Agiadas, 77 454 Historia de Grecia Agirion, 216 Agis IL, rey de Esparta, 172, 175, 182, 431 Agis III, 265, 437 Agis LV, 306-307, 441 agogé, educacién espartana, 78, 392 agén, referido a la competicion entre efebos en los juegos, 417, 447 agonistica, 392 Agora de Atenas, 136, 144 Agora de Cirene, 393 Agrielici, 113 Agripina, madre de Nerén, 396 agroikoi, 85 Abbiia (Alhiiawa), 26-27, 424 Abura Mazda, 88 aisymnétes, magistrado elegido para resol- ver una situacién, 75, 81 “Ayal, AxaFoi, 26 Akkerman, vid. Tiras Akkon, 310 akmé, punto mas alto o de mayor intensi- dad de algo, 150 akié, prolongacién de! terreno, pequefia pe- ninsula, 54, 56, 85 Alalia, 65, 87, 96, 426 alanos, 404 Alarico, 448 Alashia, 32; vid. Chipre Albania, 248 Alceo de Lesbos, 45, 68, 426 Alcetas, rey moloso, 203 Alcibiades, 185, 172-175, 178-181, 431, 432 Aleman de Sardes, 79 Alemednidas, 80, 84, 92, 97, 110, 111, 114, 123, 139, 162 Alejandria (Egipto), alejandrinos, 52, 225, 255, 267, 270, 279, 301, 303, 304, 308, 318, 320-323, 329-349, 359, 362, 363, 365, 370, 371, 383, 389, 395.399, 406-409, 411, 414, 415, 417, 436, 440, 443-448; Consejo de —, 397, 447; Guerra Alejandrina, 383, 445 Alejandria de Aracosia (Kandahar), 259, 270 Alejandria de Area (Herat), 259, 270 Alejandria Escate [0 Alejandria del Yaxar- tes] (Khodjend), 259, 270 Alejandria de Ia Tréade, 405 Alejandria del Yaxartes, vid. Alejandria Escate Alejandro 1 Filheleno, rey de Macedonia, 123, 228, 229, 231 Alejandro I de Macedonia, 208, 434 Alejandro III el Grande, 91, 108, 124, 159, 222, 223, 225-229, 232, 243, 246-283, 287-291, 294, 298, 300, 310, 317-323, 330, 333, 337-344, 359, 377, 379, 381, 384, 400, 404, 409, 435-437 Alejandro IV, 277, 278, 321, 438 Alejandro Balas, 367, 371 Alejandro de Feras, tirano de Tesalia, 208, 209 Alejandro Helio, hijo de Antonio y Cleépa- tra VII, 384 Alejandro el Moloso, 240, 245, 266, 291, 436, 437 Alejandro, hijo de Casandro, 286, 287 Alejandro, virrey de Corinto (hijo de Cra- tero II), 306, 334, 440 Alejandro, hijo de Pirro, 294, 295 Alejandro, gobernador de Persia (hermano de Molén), 309 Alejandrépolis de Tracia, 247 Alepo (Berea), 420 Aléuadas, 92, 111, 125, 208, 234 Alexandreta, 253 “Alexandris», nave de Hieron II, 341 alfabeto: — de Calcis, 63; — cuneiforme, 89; — etrusco, 38; — fenicio, 38; — griego, 38; — de Ras Shamra, 37-38 Alfeo, 11, 207 Allates, rey de Lidia, 49, 75 Al6pece, demo del Atica, 111, 202 Aloro, 208, 230 Alpes, 65, 259 Allia, afluente del Tiber, 299 Amiadoco, principe tracio, 235, 236 Amano, 253, 380 Amasis, faradn egipcio, 58, 87, 94 Amastris, segunda esposa de Lisimaco, 286, 381 Ambracia, 67, 161, 248, 311, 344, 358, 442 Ambrosio de Milan, 407 América, 271 Amiano Marcelino, 418 Indice de nombres y materias 455 Amiclas, amicleos, 18, 54, 77-79 Amilear, 130, 213 Aminandro, rey de Atamania, 357 Amintas I, rey de Macedonia, 95, 228 Amintas 11, padre de Filipo Il, 245 Amintas III, rey de Macedonia, 201, 203, 208, 229, 230, 248 Amintas, hijo de Perdicas U1, 230 Amirteo, principe egipcio, 149, 151, 191 Amiso, 65, 378, 379, 381, 382 Amén, 51, 67, 158, 190, 255 amonitas, 339 Amorges, dinasta cario, 177 Amorgos, Batalla de, 275, 276, 346, 437 «anabasis» de Antioco III, 310, 324, 369, 441 Anacreonte, poeta, 45, 94 Anacreénticas, 420 Anactorion, colonia corintia, 171 Anagnia, ciudad del Lacio, 295 Anahita, culto de, 346 Anatolia, anatolios, 13, 15, 21, 26, 27, 29, 32, 34, 35, 36, 48, 51, 54, 62, 68, 91, 107, 186, 193, 200, 252, 253, 278, 281, 282, 301, 304, 309, 318, 323, 325-327, 335, 346, 354, 357, 379, 390, 392, 400, 407, 413, 416; mitologia —, 47, 49, 327; Reino Anatolio, 15 Anaxagoras de Clazémenas, 145, 153 Anaxilao, tirano de Siracusa-Region, 128, 129-130, 154, 427 Anaximenes de Lampsaco, 247 Ancianos, Consejo de —, vid. gerousia. Ancira, 253, 309, 418 Ancona, 215 Andécides, 196 Discurso de ta Paz, 196 Andrdgoras, satrapa de Partia, 305 Andrisco (Pseudo-Filipo), 373, 443 Androcién, orador, 82 Andrémaco, tirano de Tauromenion, 216 Andros, una de las islas Ciclades, 146 Andréstenes de Tasos, trierarca de la escua- dra de Nearco, 342 Anfiarao de Oropo, héroe, 341 anfictiones, 59, 242, 360; Consejo de los —, 233, 237; Guerra Anfictiénica, 242, 436 anfictionta, asociacién religioso-politica al- rededor de una divinidad tutelar: — de los jonios, 35; — de Antela, 57, 59; — Délfica, 57, 59, 125, 233, 237 241-242, 248, 392 anfilocos, Anfiloquia, 163, 311, 358 Antipolis, anfipolitas, 146, 168, 169, 171, 204, 208, 209, 230, 231, 240, 277, 325, 361, 431, 435 Anfisa, 233, 241, 242 Anibal, 213, 259, 294, 310, 314, 344, 349, 352, 355, 356, 441, 442, 443; Guerra Anibélica, 308 Relacién de hechos, 349 Anicio, L., pretor romano, 361 Ankara, 253 annona: entre los romanos, aportacién re- gular en especie, 400 Ano Egliano, 20 Anquialo, 363 Antalcidas, 195-198, 208, 433 Antela, 57, 59 Antemunte, 228, 232 Anticira, 382 Antifonte, orador dtico, 178, 179 Antifonte, dramaturgo, 223 Antigonea, nombre dado a Mantinea des- pués de Antigono Dosén, 312 Antigonea del Orontes, 278, 353 Antigonia, tribu dtica, 280 Antigénidas, 239, 298, 299, 319, 320, 322, 325, 333; Reino de los —, 318, 333 Antigono Dosén, rey de Macedonia, 308, 309, 311-314, 334, 441; Liga Heléni- ca de —, 441 Antigono Gonatas, hijo de Demetrio Polior- cetes, 224, 294, 296, 298, 299-303, 306-307, 319, 320, 333-335, 348, 440, 44t Antigono Monoftalmo, 252, 269, 273-283, 286, 288, 300, 301, 320, 323, 327, 437-439 antigrapheus, funcionario tolemaico, 328 456 Historia de Grecia Antiménidas, hermano de Alceo, 68 Antinoeis Neoi Héllenes, nombre oficial de los ciudadanos de Antinodpolis, 402 Antinoo, favorito de Adriano, 402 Antinoépolis, 402, 446 Antioco I, 290, 294, 298, 299, 301, 309, 322-326, 344, 439, 440 Antioco II, 303, 440 Antioco III, 289, 309-310, 311, 316, 320, 322-325, 351-365, 441, 442 Antioco IV Epifanes, 362, 363, 365, 366, 368, 370, 401, 443 Antioco VII Sidetes, 367, 368, 444 Antioco I de Comagene, 322, 379, 380 Antioco, tirano de Farsalo, 92 Antioco Hiérax, hermano de Seleuco II, 305, 309, 324, 440 «antioquenos» comunidad helenistica de Je- rusalén, 366 Antioquia del Orontes, 303, 304, 320, 322, 325, 338, 365, 371, 380, 397, 398, 400, 410, 417-420, 446, 448 Antipatro, general de Alejandro M., 237, 247-249, 265, 268, 273-277, 300, 437 Antipatro, hijo de Casandro, 286, 287 Antipatro Etesias, sobrino de Casandro, 299, 300 Antipatro de Hierdpolis, sofista, 410-411 Antipatro de Tarso, fildsofo estoico, 348 antitagma, formacién militar equivalente, 268 Antonino Pio, 404 Antoninos, 389, 403, 404, 410, 413, 515 Antonio, M., triunviro, 376, 377, 381-383, 391, 393, 396, 445 Antonio, M., el Mayor, 378, 444 Antonio Hibrida, C., 381, 445 Aoo, rio, 353 Aorno (Pir-sar), 261 Apame, esposa de Magas, 301 Apamea del Orontes, 288, 325, 335, 342, 442 Apaturio, asesino de Seleuco III Séter, 309 Apélla, Asamblea del Ejército Espartano, 77, 78, 162, 392 Apeninos, Peninsula de los, 15, 29, 160 Aperantia, region de Etolia, 358 Apiano de Alejandria, 404 Historia de Roma, 404 Apio Claudio, censor, 295 Apién de Cirene, 372, 444 apoikia (apoikias), emigracion con el obje- to de fundar una colonia indepen- diente, 61, 65-67, 146 Apolo, 35, 46, 47, 108, 112, 134, 319, 370, 394; — de Amiclas, 79; — Déifico, 49, 118, 156; — de Pitio, 74; — Trio- pio, 35 Apolonia, 66, 67, 314, 353, 356, 363, 381 Apolonio, general de Alejandro, 256 Apolonio, dioikerés de Tolemeo II, 328, 332 Apolonio de Perge, matematico, 340 apoteosis, 264, 266, 271, 321, 437 Apulia, 13, 61 agaiwasha, pueblo anatélico, 27 Aquea: Colonizacién —, 60; Guerra —, 373, 443; Guerra Social de la Liga —, 334, 441; Liga —, 306, 311, 312, 334, 335, 353, 354, 358, 373, 439 Aquémenes, satrapa, 149 Aqueménidas, 88, 89, 91, 95, 116, 139, 177, 191, 245, 250, 255-258, 263, 268-271, 302, 305, 318, 320, 323, 328, 330, 368, 377, 437; Imperio de los —, 47, 88, 91, 105, 116, 125, 191, 209, 222, 240, 241, 250, 252, 254, 256, 257, 258, 264, 266, 269, 270, 300, 317, 318, 369, 408; vid. Imperio Persa Aqueo, virrey de Asia Menor, 309, 310, 324, 441 aqueos, 26, 32, 33, 35, 54, 57, 64, 201, 222, 306, 311-315, 335, 336, 349, 354, 356, 358, 362, 373; dialecto —, vid. ar- cadio-eolio; Liga de los —, 335; Rei- no — (hipotético), 25 Aquileon, 81 Aquiles, 229, 247, 251; escudo de —, 39 Aauilio, M., cénsul romano, 374 Arabes, Arabia, 256, 267, 271, 332, 342, 345, 369, 408, 416, 418, 420, 446, 448; ci- vilizacién —, 272; dioses 327; Ara- bia Feliz (Aden), 332; Peninsula Arabiga, 262 Indice de nombres y materias 487 Araco, navarco espartano, 182 Aracosia, 262, 279, 369 Arados, 254 Arae Philaenorum (Gran Sirte), 96 arameo, lengua, 270, 326, 328, 344, 369, 380; — imperial, 89 Arato de Sicién, 224, 306, 312, 440 Arbelitis, ciudad asiria, 50, 90, 256 Arcadia, arcadios, 30, 41, 55-57, 129, 139, 147, 201, 207-211, 222, 248, 311; Li- ga —, 207, 209, 434; dialecto arcadio- eolio, 14, 15 Arcadio, hijo de Teodosio, 418 Arcagato, nieto de Agatocles, 293 arcontado, arcontes: en Atenas, 70, 80, 83, 84, 110, 114, 134, 140, 141, 239, 410, 426, 427, 432, 435; — en Tesalia, 239; — de los panhelenos, 401; — ep6- nimos, 85, 110 archagétai, los reyes de Esparta en la Gran Rhetra, 77 arché: — de Atenas, 152, 157; — esparta- na, 185 archegeta, ordenador, fundador, 224 archon, designacién oficial para los prime- ros magistrados de Atenas, 70 Arderica, aldea préxima a Babilonia, 112 Ardis, rey lidio, 49 Area, regién del centro del Iran, 269 Arco II, rey de Esparta, 302-303, 336, 440 Are6pago, 72, 84, 140, 231 Aretas, discipulo de Focio, 421 Argéadas, 228, 239, 274, 275, 277, 332, 333 ‘Argeo, pretendiente del trono de Macedo- nia frente a Filipo, 231 Arginusas, 181; Batalla de las —, 432; Pro- ceso de las — 181, 432 Argironesi, isla, 119 argivos, vid. Argos Argélide, 13, 14, 15, 22, 24, 25, 30, 31, 54, 195, 201 Argonautas, leyenda de los, 62 Argos, argivos, 22, 41, 54-56, 93, 107, 110, IIL, 117, 139, 149, 151, 162, 163, 169, 171-173, 189, 194-197, 207, 228, 235, 244, 296, 311, 354, 392, 413, 425, 427, 429, 431, 433, 440; Golfo de —, 56 Ariarates, fundador del Reino de la Gran Capadocia, 304, 440 Ariarates V Eusebes Filépator, 379 Ariaratia, 380 Ariobarzanes, sdtrapa de Pérside, 208, 209, 257, 379 arios, 88, 89 Aristagoras, tirano de Mileto, 106-108 Aristarco, fildlogo, 339 Aristarco de Samos, fisico, 342-343 Aristides de Alépece, 111, 114, 121, 123, 124, 134, 202 aristocracia, aristécratas, 70, 72, 99, 111, 141, 179, 204, 404, 410, 417 Aristocrates de Orcémeno, rey arcadio, 5S Aristodemo, tirano de Cumas, 97, 426 Aristéfanes, 158, 166, 197 Pluto, 197 Arist6fanes de Bizancio, 339 Aristogitén, 94, 280 Aristémenes, guerrero mesenio, 55-56 Aristénico, 374, 375, 444 Aristoteles, 71, 81, 84, 178, 179, 185, 224, 247, 249, 260, 342 Alejandro 0 Sobre la Constitucidn, 247 Constitucidn de los atenienses, 81, 179, 224 Politica, 71 Sobre la monarquia, 247 Armenia, 51, 90, 192, 253, 304, 335, 400, 418; Pequela —, 326 Arquelao 1, rey de Macedonia, 223, 228-229, 231 Arquelao, hijo de Amintas IIL, 230 Arquelao, general de Mitridates VI, 378, 444 Arquidamo I, rey de Esparta, 164, 430; Guerra Arquidémica, 430 Arquidamo III, rey de Esparta, 217, 265, 291, 436 Arquiloco de Paros, 45, 58, 60, 67, 74 Arquimedes de Siracusa, 339, 340, 442 Sobre conoides y esferoides, 340 Arriano, 248, 259, 262 Indiké, 262 458 Historia de Grecia Arrideo, hermanastro de Filipo II, 236 Arrideo, vid. Filipo 111 Arsaces, rey parto, 269, 305, 310 Arsdcidas, 368, 380 Arsés, hijo de Artajerjes III, 245 Arshak, vid, Arsaces Arsinoe I, hija de Lisimaco, 302 Arsinoe II, hija de Tolemeo 1, 286, 289, 302, 319, 320, 321, 440 Arsinoite, 395 Arsites, sétrapa de la Frigia helespéntica, 241, 251 Artabazo, sétrapa, 234 Artafernes, sdtrapa de Sardes, 99, 106, 427 Artafernes, hijo del anterior, 112 Artajerjes 1, rey persa, 139, 149, 151, 169, 177 Artajerjes Il, 191, 192, 198, 208 Artajerjes II] Ocos, 239, 240, 245, 251, 254, 264, 435, 436 Artajerjes (Besos), sdtrapa de Bactriana, 258 arte: cretense, 423; — figurativo, 46-47, 126, 131; — helenistico, 338; — natura- lista en Creta, 18 Artemis, diosa, 27, 49, 134, 393; — Leuco- friene, 374; — Ortia, 79 Artemisia, hermana de Mausolo de Halicar- naso, 223, 225 Artemision de Efeso, 47, 49 Artemision (norte de Eubea), Batalla de =, 119-121, 427 Arthashastra de Kautilya, 279 Arvad, 32 Asamblea, 106; — atica, 140, 159, 161, 166, 173, 237, 275; — del Ejército Mace- donio, 77, 229, 231, 260, 262, 273, 276, 277, 285, 287, 299, 322, 371; — de la Liga Arcadia, 207 Asandro, satrapa de Lidia y Jonia, 252 Asarhadon, rey asirio, 51 Asclepio, dios de la salud, 341, 382 Ashdod, 51 Ashoka, soberano indio de Mauria, 346 Asia, asidticos, 12, 13, 15, 47, 48, 50, 51, 53, 60, 62, 66, 90, 106, 124, 125, 194, 222, 234, 256, 260, 262, 265, 266, 268-270, 273, 275, 276-278, 282, 283, 287, 288, 290, 298, 304, 309, 310, 317, 318, 322, 325-327, 334, 337, 338, 344, 355, 356, 358, 366-369, 374-379, 393, 410, 437, 438, 443; Imperio Asidtico, 259, 268, 269, 273, 276 Asia Menor, 11, 14-17, 20, 29, 32, 35-38, 40, 47-49, 53, 58, 61, 73, 87, 89, 91, 94, 105, 107, 110, 125, 134, 135, 136, 151, 157, 164, 17, 188, 190-198, 200, 209, 222, 225, 237, 240, 241, 249-256, 269, 270, 275, 276, 278, 281-283, 286-289, 301, 304, 305, 308, 309, 310, 318, 323, 324, 335, 341, 345, 346, 353-357, 363, 365, 374-385, 389-394, 402, 403, 406-409, 412, 413, 415, 416, 418, 419, 424, 425, 432, 433, 436-441, 447; colonizacién de = 34 asideos, 336 Asinaro, rio de Sicilia, 176 Asiria, asirios, 50-53, 62, 79, 91, 318; ins- cripciones —, 53; arte —, 37; Impe- tio —, $0-53, 62, 89, 256, 425; Im- perio — Medio, 32, 48, 50, 424 asmoneos, 367, 369 Asopo, rio, 124 Asos, 224, 343 Aspasia, 145, 153 Aspromonte, 65 Assit, 329 Astiages, rey medo, 86 astragalo, ofrenda de bronce con esta for- ma procedente de Didima, 108 Asur, dios asirio, 53 Asur, 32, 50, 52, 62, 424 Asurbanipal, rey asirio, $1 Asurnasirpal, 50, 424 Asurubalit, 52 asylia, proteccién de la libertad y la propie- dad, sancionada religiosamente, 306, 368 Atilidas, 309, 318, 320, 334, 335, 343, 360; Reino de los —, 357 Atalo, dinasta de Paflagonia, 379 Indice de nombres y materias 459 Atalo, general de Filipo I, 245, 248, 436 Atalo 1, rey de Pérgamo, 309, 315, 318, 351-353, 357, 374, 441, 442 Atalo II, rey de Pérgamo, 374, 444 Atamania, regién del Epiro, 358 Atanasio, obispo de Alejandria, 419, 447 Atargatis, diosa siria, 345 Atarneo, ciudad de Asia Menor, 240 Atena, 27, 93, 251; — Calciecos, 139; — Ito- nia, 57; — Palade, 286; — Poliade, 144, 147, 411; — Prémaco, 145; — Silania, 77 Atenas, atenienses, 22, 47, 56-57, 61, 69, 70, 72-16, 80, 81, 85, 92, 93, 97-99, 107, 110-115, 117, 120-126, 129-140, 142- 153, 157-199, 201-210, 213, 214, 223-225, 227, 230-244, 248, 249, 251, 265, 275, 276, 279, 280, 286, 288, 300, 302, 303, 311, 314, 334, 346-348 352, 353, 362, 366, 372, 377, 380, 381, 401, 403, 405, 408, 410, 411, 413, 418, 420, 421, 426-440, 444, 446, 448; Consejo de —, 140, 141, 178, Constitucién de —, 178 (Dra- c6n, 81; Terémenes, 179, 180, 431; Reforma de 487/486, 114, 427; Re- forma de Efialtes, 140, 141); Guerra Social Ateniense, 231, 435 Ateneo, 301 Ateneo de Roma, 402, 446 Atenién, filésofo, 378 Atica, 11, 14, 15, 27, 31, 35, 56-57, 61, 80, 94, 98, 99, 112, 120, 164, 175, 182, 185, 186, 190, 281, 334, 374, 424, 430, 444; cultura —, 152; sociedad —, 146; dialecto —o, 145, 152; Im- perio —o, 168, 177, 181-183; Liga Maritima: Primera, 83, 125, 131, 133-138, 144-153, 157, 161-163, 170, 171, 177, 182, 185, 188, 192, 202, 428, 429, 430, 433; Segunda, 200-206, 209, 210, 230, 231, 235, 243, 434; Re- publica —, 142 Aticies, sétrapa de la Gran Frigia, 251 atimia, pérdida de los derechos ciudadanos por sentencia judicial, 139, 249 Atintania, atintanes (comunidad epirota), 314, 315 Atos, 93, 109, 115, 116, 343 Atreo, Tesoro de , 23, 424 Augusto, emperador romano, 45, 226, 320, 321, 390-396, 401; vid. Octavio; De- creto Cirenaico de —, 446 Res gestae, 394 Aulide, localidad de Beocia, 193 Aureliano, 414 Ausculo, 295; Batalla de —, 439 Autofradates, sétrapa de Lidia, 197, 209 Avidio Casio, 409-410, 446 Axios, rio, 228 dxones, 84 Baal, 345, 410 Babel, Reino de, 121 Babilonia, babilonios, 17, 18, 45, 47, 50, 51, 53, 68, 87, 88, 90, 91, 116, 121, 125, 150, 192, 250, 256, 264, 266, 267, 269, 271, 273, 277-279, 281, 283, 309, 310, 318, 323-326, 338, 343, 349, 366, 368, 423, 426, 427, 437, 438; babild- nico, lengua, 89; Reino Neobabiléni- co, $2, 53, 87, 88, 89 Bactra (Zariaspa), capital de la Bactriana, 259, 272 Bactriana, bactrianos, 90, 149, 258, 269, 270, 275, 305, 323, 325, 327, 349, 359, 367, 369, 370 Bagdad, 420 Bagoas, eunuco al servicio de Dario III, 245 Balcanes, Peninsula de los, 11, 15, 235, 245, 246, 289, 298, 314, 381, 390, 413 Baltico, Mar, 12 Baquiadas, 70, 75 Baguilides, 154 barbaros, 67, 202, 227, 260, 272, 279, 299, 377, 408, 409 Barca, 67 Bardesanes, fundador de una secta cristia- na que usaba la lengua siria, 414 Bardya, hijo de Ciro, 88 Bargullum, ciudad de Iliria, 315 460 Historia de Grecia Bariaxes, usurpador medo, 264 basiletis: jefe electo de la Liga Jonia, 35; dig- nidad de uno de los arcontes de Ate~ nas, 70; titulo de autoridad, 295 Basilidas, familia noble de Efeso, 70 basilinna, esposa del basilesis, 70 Basilio el Grande, 418, 419 Advertencia a la juventud sobre cémo se puede sacar provecho de la literatu- ra griega, 419 bastarnos, 381, 409, 445 «

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