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ESTUDIOS MES DE NOVIEMBRE

UNIDAD III: MAYORDOMÍA CRISTIANA INTEGRAL.


RESPONSABILIDAD DEL CRISTIANO

Estudio 1: Mayordomía de Dones, Talentos y Capacidades


Estudio 2: Mayordomía de los Bienes y Recursos
Estudio 3: El Diezmo como Expresión de Mayordomía
Estudio 4: Administración Responsable del Cristiano

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UNIDAD III

MAYORDOMIA CRISTIANA INTEGRAL.

ESTUDIO 1

MAYORDOMÍA DE DONES, TALENTOS Y CAPACIDADES.

OBJETIVOS:
1. Reconocer la responsabilidad de cada creyente por el
crecimiento de la Iglesia.
2. Reconocer la necesidad de colocar los dones, talentos y
capacidades al servicio de la Iglesia para el crecimiento de la
misma, siendo nuestra motivación el amor.

BASE BÍBLICA: Génesis 1:26; Salmo 139:14; Romanos 12:5; 1


Corintios 12:4-7; Efesios 1:23; 2:10; 4:7; 4:11-14; 1 Pedro
4:10; 1 Corintios 13:13
VERSÍCULOS CLAVE: Efesios 4:11 – 14; 1 Pedro 4:10; 1 Corin-
tios 13:13.

INTRODUCCIÓN:
En el Nuevo Testamento hay una palabra que denota los
dones espirituales, es carismata, de la que se deriva el
adjetivo carismático. En el griego antiguo caris es la palabra
que se utiliza para decir “gracia”. En el griego clásico significa
“hermosura, encanto, atracción” y por extensión “favor,
bondad”.
Carisma, nombre sustantivo en forma singular que tiene sus
raíces en caris, significa literalmente “don de gracia”.
Representa todas las dotaciones espirituales dadas por Dios a
los creyentes. Carismata, la forma plural de carisma significa
“dones de gracia”. Pero a cada uno de nosotros se nos ha
dado gracia en la medida en que Cristo ha repartido los dones
(Efesios 4:7).
En consecuencia, los dones espirituales (carismata), son dados
por Dios a los creyentes a través del Espíritu Santo. Son una
prueba de la presencia del Espíritu Santo en cada creyente (1
Corintios 12:4-6), tienen una utilidad práctica, son dones de
servicio (1 Co 12:7; 1 Pedro 4:10).

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A diferencia de los dones espirituales, los talentos y capacida-
des son concedidos a todos los hombres independientemente
de su condición espiritual. Puesto que todos fuimos creados a
imagen y semejanza de Dios (Génesis 1:26). Recordemos las
palabras del salmista al referirse al ser humano como a una
creación maravillosa (Salmo 139:14). Los talentos y capacida-
des naturales, pueden ser desarrollados para fines egoístas,
puesto que el hombre tiene libre albedrio.

Al mirar a nuestro alrededor, no cabe ninguna duda de la


diversidad y variedad de talentos y capacidades dados al
hombre, basta recordar que hemos pisado la Luna, hay sondas
espaciales, telescopios, se han desarrollado vacunas,
descubierto curas para enfermedades, se han desarrollado las
telecomunicaciones, se han construido grandes edificaciones,
se han desarrollado procesos industriales, entre otros. Es
asombrosa la capacidad que Dios le ha dado al hombre y el
hombre natural la ha desarrollado muy bien, independiente-
mente de su condición espiritual, y de una u otra forma ha
servido para el beneficio del resto de la humanidad, como
también para su perjuicio. Sin embargo, los dones espirituales
son especiales, marcan una diferencia, han sido concedidos a
quienes han recuperado su identidad completa, a quienes han
vuelto a tener comunión espiritual con su Creador. Cristo nos
ha hecho seres completos a través de Su Obra. Cada uno de
nosotros está completamente capacitado para cumplir los
propósitos de Dios, tenemos el Espíritu Santo de Dios en
nosotros. Por ello, todos y cada uno de nosotros hemos sido
capacitados por Dios, para servir en Su Obra. Su Palabra
nos lo confirma (Efesios 2:10).

Ahora bien, así como los talentos y capacidades naturales se


perfeccionan por medio de la instrucción y la práctica, también
los dones espirituales adquieren mayor efectividad a medida
que los vamos desarrollando. “Es rarísimo que un don surja
plenamente desarrollado”1. Por tanto es responsabilidad de la
Iglesia que cada uno de sus miembros descubra sus dones y
los desarrolle para el bien común. Así como es responsabilidad
de la Iglesia el crecimiento integral de cada uno de sus
miembros, para alcanzar la madurez. Recordemos que la
iglesia es un cuerpo, nada más y nada menos que el cuerpo de
Cristo (Romanos 12:5; 1 Corintios 10:16; 1 Corintios 12:27;
Efesios 1:23) y se nos ha confiado la responsabilidad de que

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alcance su plenitud (Efesios 4:11-13).

PASAJES BÍBLICOS:
Para el desarrollo de esta lección se ha considerado que los
pasajes más significativos son Efesios 4:11-13, 1 Pedro 4:10
y 11, junto con 1 Corintios 13:13, en función de los objetivos
propuestos.

Efesios 4: 11-13 Y el mismo concedió a unos ser apóstoles y a


otros profetas, a otros anunciar el evangelio y a otros ser
pastores y maestros. Así preparó a los del pueblo santo para
un trabajo de servicio, para la edificación del cuerpo de Cristo
hasta que todos lleguemos a estar unidos por la fe y el conoci-
miento del Hijo de Dios, y alcancemos la edad adulta, que
corresponde a la plena madurez de Cristo.

1 Pedro 4:10 y 11 Como buenos administradores de los


diferentes dones de Dios, cada uno de ustedes sirva a los
demás según lo que haya recibido. Cuando alguien hable, sean
sus palabras como palabras de Dios. Cuando alguien preste
algún servicio, préstelo con la fuerza que Dios le da. Todo lo
que hagan, háganlo para que Dios sea alabado por medio de
Jesucristo, a quien pertenece la gloria y el poder para siempre.
Amén

1 Corintios 13:13 Ahora, pues, permanecen estas tres


virtudes: la fe, la esperanza y el amor. Pero la más excelente
es el amor.

Al analizar estos pasajes, encontramos que no cabe duda que


los dones espirituales han sido dados para servir a la iglesia,
ahora bien, ¿cuál es el propósito de ese servicio?:
1. Que todos alcancemos la plena madurez de Cristo, si hay
una palabra para describir esa plena madurez, es
OBEDIENCIA a DIOS. Si analizamos el ejemplo de vida
que nos dejó nuestro Señor Jesucristo, encontramos un
aspecto bien significativo, el Señor obedeció a su Padre
en todo, no hizo nada que no fuera la Voluntad de Dios
(Juan 4:34; 5:19; 6:3). Otra enseñanza importante de
nuestro Señor, es que su obediencia fue por amor; por
ello nuestra motivación a obedecer debe ser el amor
(Juan 13:34).
Por lo tanto hablar de madurez es hablar de Obediencia
a Dios, como manifestación de amor.
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2. Que todo lo que hagamos tenga como finalidad que Dios
sea alabado por medio de Jesucristo. ¿Cómo podremos
lograrlo? Únicamente si obramos conforme a la Voluntad
de Dios, y para ello es preciso obedecerle.

3. 1 Corintios 13:13 nos recuerda la importancia de


nuestra motivación, el análisis exhaustivo que realiza el
apóstol Pablo a lo largo de todo el capítulo, acerca de
cuál es la única motivación válida para servir. No deja
lugar a dudas, de que el amor es lo que prevalecerá.

Ahora bien, para llevarlo a la práctica, es necesario que


seamos humildes, reconociendo que todos los talentos, capaci-
dades, dones espirituales son un regalo de Dios, por tanto,
nadie puede jactarse de nada (Romanos 12:3; 1 Corintios
4:7). Reconociendo la necesidad que tenemos los unos de los
otros como cuerpo en Cristo que somos (Romanos 12:4 y 5).
Teniendo presente que solamente poniéndonos al servicio los
unos de los otros, motivados por el amor, vamos a lograr la
edificación de una iglesia saludable, que crece y por supuesto
se edifica en amor. Reconociendo la autoridad de Cristo como
cabeza de la Iglesia y la autoridad de la Palabra, ministrándola
con fidelidad (2 Timoteo 3:16 a 4:13) guiados por el Espíritu
Santo.

PARA CONCLUIR:

La Gracia de Dios nos permite participar de Su Obra. Y


participar en la edificación de la iglesia. Dios no ha escatimado
nada, su amor inmerecido se ha manifestado plenamente a
través de Jesucristo. Nos toca a nosotros corresponderle en
amor, asumiendo nuestra responsabilidad de servicio como un
acto de amor. El Señor nos bendiga.

Bibliografía:
[1] http://wesley.nnu.edu/espanol/losdones/losdones02.htm

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UNIDAD III

MAYORDOMIA CRISTIANA INTEGRAL.

ESTUDIO 2

ADMINISTRACIÓN DE BIENES Y RECURSOS

OBJETIVOS: 1.- Reconocer que el derecho de propiedad de


Dios sobre todos los bienes y recursos del hombre, hace que
el hombre sea responsable ante Dios por el uso que haga de
los mismos.
2.- Reconocer que los bienes y recursos son parte de las
bendiciones dadas por Dios para satisfacer las necesidades de
sus hijos.

BASE BÍBLICA: Deuteronomio 8: 7 -18; Proverbios 13:22;


Mateo 6:19 - 21; Lucas 12: 15 - 21; Lucas 16: 10 - 12; Lucas
16: 10 - 12; Lucas 16:13; 2 Corintios 12:14; Santiago 1: 16;
1 Juan 3:17.
VERSÍCULOS CLAVE: Deuteronomio 8: 7-18; Lucas 16: 10 – 12;
Santiago 1:16

INTRODUCCIÓN:
Cuando hablamos de bienes y recursos, evidentemente
estamos haciendo referencia a las posesiones de cada
persona, bien sea materiales ó intelectuales. Puesto que los
recursos intelectuales fueron estudiados en el capítulo
anterior, para objeto de este estudio se tomarán en cuenta
solamente las posesiones materiales.
Es útil conocer el concepto de bien que aplica desde el punto
de vista legal y económico, sin entrar en profundidades para
no desviarnos del tema, puesto que como administradores del
tiempo presente, es necesario conocer qué es lo que vamos a
administrar directamente.
Concepto de Bien: es todo aquello que puede ser objeto de
apropiación; por tanto, que tiene un valor económico; esto es,
que se encuentra dentro del comercio. Susceptible de
satisfacer necesidades humanas. Ahora, el conjunto de bienes,
integra el patrimonio de las personas. Entre los bienes
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podemos señalar: una casa, un automóvil, dinero, muebles,
entre otros. La palabra de Dios nos confirma que Él es el dueño
de todo “porque todas las cosas proceden de Él y existen por Él
y para Él (Romanos 11:36)”, incluso de nuestros bienes,
vivienda, vehículo, dinero, entre otros; puesto que Él nos ha
dado la capacidad para adquirirlas (Deuteronomio 8: 17 y 18).
La comprensión de esta realidad es fundamental para el
entendimiento del significado bíblico de la propiedad. El hombre
es un administrador responsable ante Dios por su mundo
material.
El hombre es un “propietario” solo si entiende que Dios es el
propietario absoluto y final. Algunas citas bíblicas afirman la
propiedad divina:
P Toda la vida animal pertenece a Dios (Salmo 50: 10 y 11 )
P La Tierra y el mar pertenecen a Dios (Salmo 95: 4 y 5)
P Todos los metales preciosos pertenecen a Dios (Hageo 2:8)
P Todas las cosas pertenecen a Dios (Job 41:11)
P Dios está a cargo de todo (Isaías 66:1)
Los tratados de Dios con Israel al darles la tierra e instruirles en
su uso, constituyen una teología valiosa sobre el uso y la
posesión de la tierra. Esta teología se mantiene como un legado
del pasado para guiar en la actualidad a los hombres en cuanto
al uso de las posesiones.
Dios estableció la idea de propiedad individual, así como sus
limitaciones. Estos principios son válidos para todas las épocas.
Po lo tanto, el derecho de propiedad es un encargo que Dios le
da al hombre junto con el deber de conocer y de cumplir con los
deseos de Dios. La capacidad del hombre de ser propietario
responsable proviene del hecho de que fue creado a la imagen
de Dios.

Cualquier pensamiento sobre el derecho de propiedad exclusiva


que beneficia a unos pocos privilegiados desafía a Dios y viola
el encargo sagrado que tiene el hombre. Cualquier ley que
desafía el designio de Dios de dar derecho a todos los hombres
debe ser reexaminado. La Biblia no prohíbe la idea de la
propiedad privada. La propiedad de la familia era importante
para Israel. Los límites de la propiedad de la familia eran
usados como las líneas fronterizas (Deuteronomio 19:14). La

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identidad de muchas familias hebreas estaba unida a su
propiedad. La historia de Nabot ilustra la importancia de la
propiedad. Aunque su tierra era pequeña era una fuente de
orgullo para él (1 Reyes 21:3). Las leyes de la herencia del
Antiguo Testamento también indican la importancia de la
propiedad (Números 27: 7-11; 36:6-9).

PASAJES BÍBLICOS:
DEUTERONOMIO 8: 7-18 Porque el Señor los va a llevar a una
buena tierra, a un país lleno de arroyos, fuentes y manantiales
que brotan en los valles y en los montes; es una tierra donde
hay trigo, cebada, viñedos, granados, olivos y miel. En ese
país no tendrán ustedes que preocuparse por la falta de
alimentos, ni por ninguna otra cosa; en sus piedras
encontrarán hierro y de sus montes sacarán cobre. Pero
después de que hayan comido y se sientan satisfechos, deben
alabar al Señor su Dios por la buena tierra que les ha
dado.
Tengan cuidado de no olvidarse del Señor su Dios. No dejen
de cumplir sus mandamientos, decretos y leyes que les he
ordenado hoy. Cuando hayan comido y estén satisfechos, y
vivan en las buenas casas que hayan construido, y vean que
sus vacas y ovejas han aumentado, lo mismo que su oro y su
plata y todas sus propiedades, no se llenen de orgullo ni se
olviden del Señor su Dios, que los sacó de Egipto donde
eran esclavos… No se les ocurra pensar: ¨Toda esta riqueza la
hemos ganado con nuestro propio esfuerzo”. Deben
acordarse del Señor Su Dios, ya que ha sido Él quien les
ha dado las fuerzas para adquirirla, cumpliendo así la
alianza que antes había hecho con los antepasados de
ustedes.
PROVERBIOS 13:22 El hombre de bien deja herencia a sus
nietos; las riquezas del pecador se quedan para los justos.
MATEO 6:19-21 No amontonen riquezas en la tierra, donde la
polilla destruye y las cosas se echan a perder, y donde los
ladrones entran a robar. Pues donde está tu riqueza
también está tu corazón.

LUCAS 12: 15-21 Cuídense ustedes de toda avaricia; porque la


vida no depende de poseer muchas cosas. Entonces les contó
esta parábola: “Había un hombre rico, cuyas tierras dieron
una gran cosecha. El rico se puso a pensar: ¿Qué haré no
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tengo donde guardar mi cosecha? Y se dijo: ya sé lo que voy a
hacer. Derribaré mis graneros y levantaré otros más grandes,
para guardar en ellos toda mi cosecha y todo lo que tengo.
Luego me diré: Amigo, tienes muchas cosas guardadas para
muchos años; descansa, come, bebe, goza de la vida. Pero
Dios le dijo: ´Necio esta misma noche perderás la vida, y lo
que tienes guardado, ¿para quién será? Así le pasa al hombre
que amontona riquezas para sí mismo, pero es pobre delante
de Dios.

LUCAS 16: 10-12 El que se porta honradamente en lo poco,


también se porta honradamente en lo mucho; y el que no
tiene honradez en lo poco, tampoco la tiene en lo mucho. De
manera que si con las falsas riquezas de este mundo ustedes
no se portan honradamente, ¿quién les confiará las verdade-
ras riquezas? Y si no se portan honradamente con lo
ajeno, ¿quién les dará lo que les pertenece?
LUCAS 16:13 Ningún sirviente puede servir a dos señores;
porque odiará a uno y querrá al otro, o será fiel a uno y
despreciará al otro. No se puede servir a Dios y a las riquezas.

2 CORINTIOS 12:14 Después de todo no son los hijos los que


deben ahorrar para los padres, sino los padres para los hijos.
SANTIAGO 1:16 Queridos hermanos míos, no se engañen:
todo lo bueno y perfecto que se nos da, viene de arriba, de
Dios, que creó los astros del cielo. Dios siempre es el mismo;
en él no hay variaciones ni oscurecimiento.
1 JUAN 3:17 Pues si uno es rico y ve que su hermano necesita
ayuda, pero no se la da, ¿cómo puede tener amor de Dios en
su corazón? Hijitos míos, que nuestro amor no sea solamente
de palabra, sino que se demuestre con hechos.
A través de los pasajes seleccionados encontramos varios
aspectos sobre los cuales reflexionar:
1. Dios bendijo abundantemente a su pueblo con posesio-
nes materiales. Las cuales tenían como propósito
satisfacer las necesidades de cada quien (Deuteronomio
8: 7 al 18). En la actualidad Dios, nuestro Padre también
conoce nuestras necesidades y está dispuesto a suplirlas
(Mateo 6:32).

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2. La herencia es parte de la justicia divina (Proverbios
13:22).

3. Las posesiones materiales no deben ocupar el centro de


atención en la vida del hombre (Mateo 6: 19 - 21), sino
el Reino de Dios y su justicia (Mateo 6:33).

4. El Señor Jesucristo nos advierte acerca de cuidarnos de


la avaricia, puesto que al ocuparnos por amontonar
riquezas podemos perder de vista el significado de la
verdadera riqueza, y dejar de servir a Dios (Lucas 12: 15
al 21; 16: 10 al 22; 23).

5. Pablo nos recuerda nuestra responsabilidad como padres


en cuanto a la provisión material para nuestros hijos (2
Corintios 12:14).

6. Santiago nos reafirma que todo cuanto tenemos


proviene de Dios (Santiago 1: 16 y 17).

7. Juan nos enseña que el suplir las necesidades de


nuestros hermanos haciendo uso de nuestros bienes es
un acto de amor (1 Juan 3:17).

PARA REFLEXIONAR:
Nuestra estadía en este mundo temporal requiere de la
satisfacción de ciertas necesidades, tales como la comida, el
abrigo, un techo para resguardarnos, y dependiendo de
nuestra cultura y el lugar de habitación habrá otras
necesidades, tales como vehículos para desplazarnos,
calefacción, entre otros, y Dios nos ha dado la capacidad para
suplir nuestras necesidades. Además que en la creación Dios
ha dispuesto de los recursos naturales para que haciendo uso
de ellos podamos suplir dichas necesidades. Sin embargo, es
importante tener presente, que la posesión de bienes no
puede ser un fin en la vida del cristiano, sino un medio para
un desempeño óptimo en la Obra de Dios.

La honradez o falta de ella, con que hacemos uso de nuestros


bienes, es conocida por Dios, en todo momento estamos
rindiendo cuentas ante Él, porque Él conoce nuestros
corazones. La Palabra también nos recuerda que debemos

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proveer para nuestra descendencia, las leyes dadas
originalmente al pueblo de Dios, así lo confirman.
Sin embargo, cuando se hace de la riqueza un fin en sí misma,
el amor a Dios y el amor al prójimo son imposibles. Al
reconocer la Gracia de Dios en nuestras vidas, y reconocer las
posesiones materiales como bendiciones de Dios, nos libera de
ser dominados por dichas posesiones. Esta libertad nos
permite servir conscientes de nuestra responsabilidad ante
Dios y con el prójimo, buscando en todo tiempo hacer la
voluntad de Dios.
Ante la pregunta hasta donde debo guardar y qué debo
compartir, cada uno tiene que buscar la respuesta en su
relación personal con Dios; es cierto que estamos llamados a
velar por los pobres y a ayudar a los hermanos necesitados.
Sin embargo, la medida en que cada cristiano está llamado a
compartir sus posesiones con el prójimo, dependerá de los
propósitos que Dios tiene para cada uno. Así como el
momento histórico que le corresponda vivir. Como ejemplo,
tenemos el testimonio de los cristianos del primer siglo, que
debido a las necesidades tan grandes que había en el pueblo
de Dios, algunos decidieron vender todas sus propiedades y
ponerlas a disposición de la iglesia para satisfacer las
necesidades de sus hermanos en la fe (Hechos 4:32). También
tenemos el testimonio de los macedonios, quienes a pesar de
no ser ricos, ofrendaban generosamente, incluso más allá de
sus posibilidades para satisfacer las necesidades del pueblo de
Dios (2 Corintios 8: 1 al 4)… ¿Quién viendo a su hermano
pasando necesidad se atrevería a negarle ayuda?

Esto en lo individual, sin embargo, también como iglesia


somos administradores de bienes y recursos, nuestras
instalaciones, las ofrendas y diezmos, el mobiliario de la
iglesia, entre otros. Son responsabilidad nuestra en cuanto a
su uso y mantenimiento.

PARA CONCLUIR:
Solamente la dirección de Dios nos va a permitir hacer un uso
adecuado de nuestros bienes y posesiones.

Que el Amor del Padre y la Gracia del Espíritu Santo derrama-


da sobre nosotros nos guíen para hacer uso adecuado de
nuestras posesiones individuales y de aquellas que como
iglesia nos han sido encomendadas para administrar.
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UNIDAD III

MAYORDOMIA CRISTIANA INTEGRAL.

ESTUDIO 3

EL DIEZMO COMO EXPRESIÓN DE MAYORDOMÍA

OBJETIVO: Reconocer que el Diezmo es una expresión de


Adoración a Dios y de Servicio a la Iglesia.
BASE BÍBLICA: Génesis 14:18-20; Génesis 28:22; Números
18:21 y 26; Deuteronomio 12:5 y 6; Deuteronomio 14:22;
Deuteronomio 14: 28 y 29; Deuteronomio 26:16; 10:12 - 14;
2 Crónicas 31:5; Nehemías 12:44; Malaquías 3:10; 2 Corintios
8:8 y 9; 2 Corintios 9:7 y 8; 12 y 13; 1 Corintios 16:2;
1 Corintios 9: 13 y 14; Hechos 20:35

VERSÍCULOS CLAVE: Deuteronomio 10:12-14; Deuteronomio


26:16; 2 Corintios 8:8 y 9; 2 Corintios 9:7 y 8; 12 y 13.

INTRODUCCIÓN:
Los escritores del Nuevo Testamento se ocupan muy poco del
diezmo. Se hace mención al diezmo en nueve pasajes
únicamente, de las cuales seis están en Hebreos (He 7:2-9), y
tres en los Evangelios donde Jesús hace una referencia crítica
a las prácticas de los fariseos (Lu 18:12; Mat 23:23 y
Lu 11:42).

En el Antiguo Testamento se hace mención al diezmo en más


de cuarenta pasajes, indicando inicialmente una práctica
universal y después una exigencia de la ley de Moisés. Los
pueblos de todo el mundo siempre ofrecieron dádivas a sus
dioses.
El porcentual de la ley de Moisés no es exclusivo de los judíos.
Hay registro del pago de diezmos en la historia de los egipcios,
griegos y de los pueblos de Mesopotamia; siempre en forma
de dar sustento a los cultos y al sacerdocio.

PASAJES BÍBLICOS:
GÉNESIS 14:18-20 También Melquisedec, que era rey de Salem
y sacerdote del Dios altísimo, sacó pan y vino y bendijo a
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Abraham con estas palabras:
“Que te bendiga el Dios altísimo, Creador del cielo y de la tie-
rra; y alabado sea el Dios altísimo que te hizo vencer a tus
enemigos.”
Entonces Abraham le dio a Melquisedec la décima parte de lo
que había recogido.
GÉNESIS 28:22 Esta piedra que he puesto como pilar, será
casa de Dios; y siempre te daré oh Dios, la décima parte de lo
que tú me des.

NÚMEROS 18:21 Y 26 A los levitas les doy como propiedad esa


décima parte que los israelitas deben entregar de sus produc-
tos, en pago del servicio que prestan en la tienda del encuen-
tro… Diles a los levitas que cuando reciban de los israelitas esa
décima parte de sus productos que yo les he dado como su
propiedad, deberán reservar un décimo de ella para ofrecér-
melo a mí.

DEUTERONOMIO 12:5 Y 6 Entre las tribus de ustedes, el Señor


escogerá un lugar como residencia de su Nombre, y a ese
lugar podrán ustedes ir a adorarlo. Allí sacrificarán y
quemarán animales en su honor, y le llevarán sus diezmos,
contribuciones, promesas voluntarias, así como las primeras
crías de sus vacas y ovejas.

DEUTERONOMIO 14:22 Cada año sin falta, deberán ustedes


apartar la décima parte de todo el grano que cosechen.
DEUTERONOMIO 26:16 El Señor tu Dios te manda hoy que
pongas en práctica estas leyes y estos mandamientos;
cúmplelos de todo corazón y con toda tu alma.
DEUTERONOMIO 10:12-14 Y ahora israelitas, ¿qué pide de uste-
des el Señor su Dios? Solamente que lo honren y que sigan
todos sus caminos, que lo amen y lo adoren con todo su
corazón y con toda su alma, y que cumplan sus mandamientos
y sus leyes, para que les vaya bien. Tengan en cuenta que del
Señor su Dios son los cielos y lo más alto de los cielos, la
tierra y todo lo que hay en ella.
DEUTERONOMIO 14: 28 Y 29 Cada tres años deberán ustedes
apartar la décima parte de su cosecha del año, y almacenarla
en su ciudad, para que cuando vengan los levitas, a quienes
no les ha tocado tener su propia tierra, o los extranjeros que

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viven entre ustedes, o los huérfanos y las viudas, puedan
comer hasta quedar satisfechos. Así el Señor su Dios los
bendecirá en todo lo que hagan.
2 CRÓNICAS 31:5 Y cuando la orden se difundió, los israelitas
dieron con gran generosidad lo mejor de su cosecha de trigo,
vino, aceite, miel y toda clase de productos del campo. Tam-
bién llevaron la décima parte de todos sus productos, en gran
cantidad.
NEHEMÍAS 12:44 Por aquel tiempo se nombraron personas
encargadas de los depósitos de los tesoros, de las ofrendas,
de los primeros frutos y de los diezmos, para almacenar en
ellos lo que conforme a la ley llegaba de los campos de cada
ciudad para los sacerdotes y levitas; porque los de Judá esta-
ban contentos con los sacerdotes y levitas que estaban en
servicio.
MALAQUÍAS 3:10 Traigan su diezmo al tesoro del templo, y así
habrá alimentos en mi casa. Pónganme a prueba en eso, a ver
si no les abro las ventanas del cielo para vaciar sobre ustedes
la más rica bendición.

2 CORINTIOS 8:8 Y 9 No les digo esto como un mandato; solo


quiero que conozcan la buena disposición de otros, para darles
a ustedes la oportunidad de demostrar que su amor es verda-
dero. Porque ya saben que nuestro Señor Jesucristo, en su
bondad, siendo rico se hizo pobre por causa de ustedes, para
que por su pobreza ustedes se hicieran ricos.
2 CORINTIOS 9:7 Y 8; 12 Y 13 Cada uno debe dar según lo que
haya decidido en su corazón, y no de mala gana o a la fuerza,
porque Dios ama al que da con alegría. Dios puede darle a
ustedes con abundancia toda clase de bendiciones, para que
tengan siempre todo lo necesario y además les sobre para
ayudar en toda clase de buenas obras… Porque al llevar esta
ayuda a los hermanos, no solamente les llevamos lo que les
haga falta, sino que también los movemos a dar muchas gra-
cias a Dios. Y ellos alabarán a Dios, porque esta ayuda les de-
mostrará que ustedes obedecen el evangelio que profesan, al
evangelio de Cristo. También ellos honrarán a Dios por la ge-
nerosa contribución de ustedes para ellos y para todos.
1 CORINTIOS 16:2 Los domingos, cada uno de ustedes debe
apartar algo, según lo que haya ganado, y guardarlo para que
cuando yo llegue no tengan que hacer colectas.
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1 CORINTIOS 9: 13 Y 14 Ustedes saben que quienes trabajan al
servicio del templo, viven del templo… De igual manera, el Se-
ñor ha dispuesto que quienes anuncian el evangelio vivan de
ello mismo. (Ver Mateo 10:10 y Lucas 10:7)
HECHOS 20:35 Siempre les he enseñado que así se debe tra-
bajar y ayudar a los que están en necesidad, recordando
aquellas palabras del Señor Jesús: Hay más dicha en dar que
en recibir.

SIGNIFICADO DEL DIEZMO:


A continuación algunas reflexiones acerca del significado del
diezmo, extraídas de los pasajes bíblicos seleccionados:

1. En primer lugar, encontramos que el diezmo es anterior


a la ley, en Génesis 14:18-20 y Génesis 28:22. Estos dos
pasajes nos muestran que el diezmo es una expresión
de adoración a Dios y reconocimiento de que todo lo que
tenemos lo hemos recibido de parte de Él.
2. En los pasajes correspondientes a la Ley de Moisés,
Números 18:21 y 26; Deuteronomio 12:5 y 6; 14:22;
26:16; 10:12 al 14; 14: 28 y 29, encontramos al diezmo
como expresión de adoración a Dios. En reconocimiento
de que Él es el dueño de todo y con un propósito utilita-
rio, el sostenimiento del sacerdocio levítico y de ayuda a
los más necesitados.
3. En 2 Crónicas 31:5 y Nehemías 12:44; se pone de
manifiesto la utilidad práctica del diezmo para el
sostenimiento del templo.
4. En Malaquías 3:10; Dios mismo le demanda a su pueblo
el cumplimiento del diezmo para el sostenimiento del
templo.
5. En el Nuevo Testamento, el modelo es Cristo, tal como lo
expresa Pablo (2 Corintios 8:8 y 9). Por lo tanto ya no
estamos hablando de entregar únicamente el diezmo,
sino de dar según lo que cada uno “haya decidido en su
corazón, y no de mala gana o a la fuerza, porque Dios
ama al que da con alegría”, como muestra de amor,
dando testimonio de obediencia al evangelio que
profesamos y para que Dios sea honrado (2 Corintios 9:
7 y 8).

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6. En 1 Corintios 9: 13 y 14, Pablo nos recuerda nuestro
compromiso de sostener económicamente a aquellos que
proclaman el evangelio, recordándonos que el mismo
Señor Jesucristo así lo dispuso.
En base a lo antes expuesto y recordando las palabras de
nuestro Señor Jesucristo (Mateo 5:17). El diezmo como
expresión de Adoración a Dios, es la base para un compromiso
responsable en cuanto a la administración de los bienes
materiales que Dios nos ha confiado. Por lo tanto, cada uno de
nosotros a medida que va creciendo en amor y confianza en
Dios, abundará también en la gracia de dar, más allá del
diezmo.

SERVICIO A LA IGLESIA A TRAVÉS DEL DIEZMO:


En cuanto al servicio que prestamos a la iglesia a través del
diezmo, a continuación se hace referencia, a la utilidad del
mismo para el sostenimiento de nuestra iglesia. Tomando en
cuenta de que las iglesias Bautistas locales, por su gobierno
congregacional, dependen exclusivamente del aporte
económico de sus miembros para su sostenimiento.

En el caso específico de la Primera Iglesia Bautista de


Valencia, los diezmos son utilizados, para la elaboración del
presupuesto de los distintos departamentos que la componen:
Proclamación y Misiones, Educación Cristiana, Mantenimiento,
Adoración y Servicios. Este último genera parte de los
ingresos para su sostenimiento a través del consultorio
médico. Pago de sueldos y salarios al personal que labora en
la PIBV, secretaria, conserje, vigilante. Pago de sueldo al
Pastor, entre otros. Pago de servicios de nuestras
instalaciones: luz, agua, teléfono, entre otros.

PARA REFLEXIONAR:
A continuación se transcriben algunas reflexiones interesantes,
acerca de lo que NO ES una sana interpretación del diezmo,
con el propósito de aclarar algunas dudas que se puedan tener
con respecto a la naturaleza del diezmo.
P El diezmo no es una contribución para cumplir una
exigencia legal, un acto de exoneración, ni un medio de
obtener gracia delante de Dios.
P Ser diezmero no es hacer negocio con Dios. No puedo

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dar a Dios los diezmos a cambio de bendiciones de Dios,
porque los diezmos que están en mis manos son
propiedad de Dios.
P El diezmo no es un medio para tener estatus delante de
la iglesia, no es una forma de obtener prestigio.
P El diezmo no es un medio por el cual el creyente pague
para que otros den testimonio de Cristo en su lugar o
hagan beneficencia en su lugar.
P El diezmo no compra nuestra ociosidad en el reino de
Dios. Mucho más que nuestros diezmos, Dios nos quiere
a nosotros.

P El diezmo no es un medio de sobornar la justicia de Dios.


P El diezmo no es un lujo de quien tiene más, no es una
aplicación razonablemente ética para el excedente, no es
algo superfluo.

PARA CONCLUIR:
El diezmo es una expresión de adoración a Dios, necesaria
para el sostenimiento de la misión de la iglesia. Los creyentes
deben efectuar esta mayordomía de modo sistemático y
proporcional, con alegría y generosidad.

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UNIDAD III

MAYORDOMIA CRISTIANA INTEGRAL

ESTUDIO 4

ADMINISTRACIÓN RESPONSABLE DEL CRISTIANO

OBJETIVO: Reconocer que todo cuanto tenemos nos ha sido


dado por la Gracia de Dios, lo que nos hace responsables de
administrarlo conforme a sus planes y propósitos.

BASE BÍBLICA: Génesis 1:26-28; Salmo 8:6-8; Marcos 10:42-


45; Juan 13:13-17; Lucas 10:33-35; 1 Corintios 4:7; Mateo
10:8; Salmo 40:8.

VERSÍCULO CLAVE: Lucas 10:33-35

INTRODUCCIÓN:

La administración responsable no es una idea reciente. Tiene


su fundamento en el relato de la creación y en el encargo
inicial de Dios al hombre (Génesis 1:26-28). Hay una estrecha
relación entre la idea de que Dios creó al hombre a su imagen
y al mismo tiempo le dio dominio (Salmo 8:6-8). Esto quiere
decir que el hombre tiene tanto la capacidad como la
responsabilidad de ocuparse del mundo material que Dios
hizo. Desde el principio el hombre ha tenido libertad para
decidir, pero siempre ha sido responsable por su decisión. Le
recuerda al cristiano que tiene que enfrentarse con las
necesidades del día presente en la conservación de la tierra,
en la crisis de la energía y en los problemas de la contamina-
ción tanto en la tierra como en el aire, la falta de alimento, el
abuso de la tierra, además de la administración doméstica.

Recordemos que Dios creó un planeta maravilloso dotado de


un sinfín de recursos naturales, los cuales deberían ser
aprovechados conscientemente para garantizar el sustento de
las futuras generaciones. Resulta alarmante revisar las
noticias relacionadas con los niveles de contaminación, la
escasez de agua y alimentos a nivel mundial, la extinción de
especies animales y vegetales, así como el calentamiento
global del planeta. Tal vez cause asombro encontrar estas

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línea en un material eclesial, sin embargo, es necesario tomar
consciencia de que nuestra responsabilidad como mayordomos
trasciende las fronteras de nuestros bienes, recursos, tiempo,
dones y talentos, llegando a tener responsabilidad sobre algo
tan complejo como la conservación del planeta. Debido a la
multiplicidad de aspectos a considerar respecto a este tema,
no se hará mayor énfasis para los propósitos de esta lección.
Sin embargo, es necesario que cada uno de nosotros vaya
tomando conciencia al respecto y se vaya documentando, a
través de los diversos artículos que frecuentemente salen
publicados en la prensa, o cualquier otro medio de
información, para que cada uno, pueda realizar ajustes en su
estilo de vida para alcanzar un uso consciente de recursos
naturales y contribuir a la conservación del planeta. Por
ejemplo, aprender a reciclar, no utilizar productos en espray
que contengan CFC (compuestos “clorofluorocarbonados”) que
son altamente contaminantes puesto que ocasionan el
deterioro de la capa de ozono, uso consciente del vehículo
para no desperdiciar gasolina, lo cual redunda en dos
beneficios, uno la disminución de gases contaminantes que
son lanzados a la atmósfera, y por otro lado contribuye a la
conservación del petróleo que es un recurso natural no
renovable.

Es nuestra responsabilidad estar conscientes de la realidad


que nos rodea, participar del aquí y el ahora, sabemos que
este mundo es temporal, la Palabra nos garantiza que cuando
el Señor venga habrá un cielo nuevo y una tierra nueva
(Apocalipsis 21:1); sin embargo, no sabemos cuánto falta
para su venida, y como el tiempo es de Dios, si nosotros no
tomamos conciencia respecto a la conservación del planeta,
será responsabilidad de nosotros y no de Él, que las últimas
generaciones vivan sobre un planeta desolado, en una especie
de desierto globalizado, donde no habrá ni lo indispensable
para satisfacer las necesidades del ser humano, obviamente
no lo vamos a ver, pero ese será nuestro legado a las genera-
ciones futuras, incluyendo a nuestros bisnietos, tataranietos,
etc. … Que no se nos olvide.

Además de lo dicho anteriormente, hablar de mayordomía


responsable, es reconocer que estamos aquí para servir,
poniendo en práctica el ejemplo de nuestro Señor Jesucristo
(Marcos 10: 42 al 45; Juan 13:13 al 17). Por tanto el uso del

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tiempo, los recursos, dones y talentos, entre otros tiene que
estar alineado a los propósitos de Dios; para lograrlo es
necesario que cada uno de nosotros reflexione acerca de sus
prioridades, donde está su corazón. Una mayordomía
responsable es sinónimo de una vida responsable, la cual se
vive, cuando estamos en sintonía con Dios y su Voluntad
para nosotros y procuramos servirle conforme a sus planes y
propósitos. Por ello, hablar de mayordomía responsable es
hablar de calidad de vida en Cristo.

PASAJE BÍBLICO:

EL BUEN SAMARITANO Y LA MAYORDOMÍA

Se escogió la parábola del buen samaritano, para ejemplificar


algunos aspectos relacionados con la mayordomía
responsable, haciendo énfasis en nuestra calidad de
servidores.

LUCAS 10:33-35 Pero un samaritano, que iba de camino, vino


cerca de él, y viéndole, fue movido a misericordia; y acercán-
dose, vendó sus heridas, echándoles aceite y vino; y ponién-
dole en su cabalgadura, lo llevó al mesón, y cuidó de él. Otro
día al partir, sacó dos denarios, y los dio al mesonero, y le
dijo: cuídamele; y de todo lo que gaste de más, yo te lo
pagaré cuando regrese.

ANÁLISIS DEL PASAJE:

P ECHÁNDOLES ACEITE Y VINO; Y PONIÉNDOLE EN SU CABAL-


GADURA: El samaritano invirtió sus bienes, las cosas con
que contaba, no escatimó recursos para ayudar al
hombre. La Biblia dice que todo lo que tenemos lo hemos
recibido: “Porque, ¿quién te distingue? ¿O que tienes que
no hayas recibido? Y si lo recibiste, ¿por qué te glorías
como si no lo hubieras recibido? (1 Corintios 4:7)”. Así
que si lo hemos recibido de gracia, demos también de
gracia: “… de gracia recibisteis, dad de gracias (Mateo
10:8)”

P LO LLEVÓ AL MESÓN, Y CUIDÓ DE ÉL: El samaritano invirtió


su tiempo para cuidar al hombre, de acuerdo con el
pasaje estuvo con él por el resto del día y durante toda

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la noche. Es decir, el samaritano puso sus prioridades en
segundo lugar, dándole prioridad a las necesidades del
prójimo.

P SACÓ DOS DENARIOS, Y LOS DIO AL MESONERO, Y LE DIJO:


CUÍDAMELE; Y DE TODO LO QUE GASTE DE MÁS, YO TE LO
PAGARÉ CUANDO REGRESE: El samaritano tampoco
escatimó su dinero para cuidar del prójimo, el estaba
dispuesto a utilizar los recursos que fueran necesarios
para que el prójimo se recuperara. Es decir, puso sus
bienes al servicio del prójimo.

Ahora surge la pregunta ¿cuál fue la motivación del


samaritano?... La respuesta es clave para entender la sana
motivación en un cristiano, el texto comienza diciendo…. Pero
un samaritano, que iba de camino, vino cerca de él, y
viéndole, fue movido a misericordia. Ser movido a
misericordia es una cualidad que refleja el hecho de que
somos una creación de Dios a su imagen y semejanza. En la
Biblia encontramos numerosos pasajes que hablan de la
misericordia de Dios, así como de la misericordia de Jesús,
haciendo referencia de que éste fue movido a misericordia…
ante algunas situaciones y personas.

Recordemos que el samaritano no era un creyente, no tenía el


Espíritu Santo, sin embargo, actúo en sintonía con lo que Dios
esperaba que hiciera, sencillamente cumplió la voluntad de
Dios. Es necesario que reconozcamos que nosotros como
creyentes en Cristo, tenemos un privilegio, contamos con la
presencia del Espíritu Santo en nosotros. Obraremos conforme
a la voluntad de Dios cuando permitamos que el Espíritu Santo
nos dirija.

Por lo tanto, no hay fórmula, ni pasos a seguir a la hora de


compartir lo que Dios nos ha confiado y con lo cual nos ha
bendecido, lo más importante es revisar la motivación,
preguntarnos ¿por qué lo estoy haciendo?, ¿qué me mueve a
hacerlo? Estar seguros si realmente se cumple en nosotros lo
que dice el salmista “A mí me agrada hacer Tu Voluntad, Dios
mío; ¡llevo tu enseñanza en el corazón! (Salmo 40:8)”.

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PARA CONCLUIR:

La mayordomía es la expresión consecuente con nuestra


adoración. Con ella se reconoce que Dios es el Creador, Señor
y Dueño de todo. Somos responsables de ejercer una
mayordomía integral, administrando para la gloria de Dios y el
bienestar de toda la creación: aptitudes, tiempo, bienes,
oportunidades, recursos naturales y todo lo que Dios nos
confió en su infinito y generoso amor, providencia y sabiduría.
Las Escrituras nos enseñan que una expresión necesaria para
el sostenimiento de la misión de la iglesia en el mundo
consiste en la entrega voluntaria de diezmos y ofrendas. Los
creyentes deben efectuar esta mayordomía de modo
sistemático y proporcional con alegría y generosidad.

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