Perfil - Sábado 29 de agosto de 2009
mente que hacen a la esencia
del espectáculo; pero dentro
de ellas suelen desarrollarse
unos cuerpos extraños –“ba-
rras bravas”– que, como cán-
ceres invasivos, lo carcomen
todo y acaban arruinando el
espectáculo.
Como el sistema tiende a
funcionar mal, tolera y muchas
veces alienta a esos cuerpos
destructivos y de ese modo se
va destruyendo a sí mismo.
A veces, la salvación provie-
ne de la firmeza de la autori-
dad regulatoria; otras veces,
de ese público genuinamente
interesado y comprometido
con el fútbol que busca recu-
perar el control de sus clubes y
mejorar la calidad administra-
tiva de las asociaciones.
También se asentó en el sis-
tema del fútbol otra industria
de larga vida en el mundo, el
juego.
Por un lado, lo contaminó, y
por otro lado, siendo un buen
negocio, llevó a los actores
protagónicos del sistema del
fútbol a reclamar regulacio-
nes que reconozcan su parte
en el valor agregado total de la
industria del juego vinculada
a ese deporte. Comprensible,
pero complicado de instru-
mentar.
El negocio hoy. Los negocios
Suponer que alguien
puede cambiar sus
preferencias políticas
porque le “regalan”
fútbol por TV implica
que las que tenían
formadas antes de eso
estaban relacionadas
con el mismo hecho,
lo que es un absurdo
de la cadena del fútbol pasaron
a organizarse sobre otros com-
ponentes que los conocidos
hace cincuenta o cien años.
Los jugadores en la cancha
siguen siendo veintidós indivi-
duos que saben jugar al fútbol;
los espectadores que asisten
a los partidos siguen alentán-
dolos, les infunden moral o los
desmoralizan, y hacen posible
la identidad del club que los
cobija.
Pero el negocio no lo sostie-
nen ni unos ni otros de esos ac-
tores; lo sostiene la televisión.
¿Cuánto puede valer jugar bien
al fútbol delante de unos cien-
tos o miles de espectadores?
Lo que se quiera, pero no mu-
cho más que el valor más alto
imaginable que se computa
sobre la base de una hora de
actuación calificada.
Vale inmensamente más que
eso porque existe la televisión
y existe un mercado global.
Si vale lo que hoy se paga es
algo que está en discusión; es
posible que estemos ante una
de tantas burbujas que mueven
el mundo hacia arriba y hacia
abajo; pero, en definitiva, eso
es lo que se paga.
Administrar los negocios
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t
poco publico. La cámara del sector no tiene aún una cifra precisa, pero la tendencia es que cae el consumo de fin de semana.
Los dueños de los cafés dicen
fines de semana distintos
que la gente se queda en casa
pedro ylarri
Veinte horas de fútbol por te-
levisión no es algo habitual,
menos aún si no hay que pa-
gar de más para verlas. Así
transcurrió la primera fecha
de la máxima división de fút-
bol, que ya empezó a marcar
nuevos hábitos de compor-
tamiento de los argentinos.
Más hombres y jóvenes en
sus casas, menos presen-
cia en bares y confiterías, y
amas de casa sin potestad
sobre el control remoto son
las flamantes postales del
estilo de vida que llevamos
durante el fin de semana, y
que está cambiando.
A una semana del inicio
del campeonato, los dueños
de bares y cafés comienzan
a armar los balances de la
primera fecha y, al menos
por ahora, las cifras no son
tan negativas. “Es cierto que
hubo menos gente en bares,
muchos dejaron de ir para
verlos en sus casas, pero
no sucedió con los lugares
temáticos especializados en
fútbol y tampoco con los que
se ubican en barrios como
Núñez, La Boca o Almagro”,
explicó a PERFIL Manuel
Novo, titular de la Cámara
de Cafés y Bares.
Sucede que en barrios
con gran concentración de
hinchas de algún club, los
locales son un “lugar de en-
cuentro social”, aclara Novo.
La Cámara se mantiene ex-
pectante, ya que una baja en
la cantidad de comensales se
notará en “partidos impor-
tantes” y podría dañar aún
más la desgastada economía
de los cafés y bares, que co-
menzó con la crisis y siguió
con la gripe A. El saldo, por
ahora, es una caída en ventas
que no superaría el 10 por cien-
to, aunque “no hay cifras defi-
nitivas”.
Si aún los bares no ven una
merma importante en sus ga-
nancias, las amas de casa sí
notaron una mayor presencia
de los hombres y jóvenes en
el hogar. Así lo expresaron los
miembros del consejo directi-
vo de la Liga de Amas de Casa
en una entrevista con PERFIL.
“Qué se puede decir, están cho-
chos”, dijo una de ellas.
La presidenta de la Liga, Irma
Muñoz, comentó a PERFIL que
“mientras antes los hombres
iban a la cancha o al bar, aho-
ra están más tiempo en casa, y
eso hay que aprovecharlo”. En
especial, explicó: “Con los chi-
cos, que en vez de ir a tomar
cerveza ahora en casa están
con amigos; lo que sí tendrán
que ayudarnos”.
Vanesa Cruz, una joven pre-
sente en la entrevista, dice en
sorna que durante la primera
fecha del Apertura “mi padre
y mi madre casi se separan”;
pero no reniega del fútbol, y
cambio. Los dueños confían en saber adaptarse a la realidad.
colabora los fines de semana
en un club barrial que tiene a la
pelota como actividad principal.
El fútbol, según su versión, tam-
bién es para todos, sin importar
el sexo.
“Volvamos a la reunión fa-
miliar, a cosechar amistades”,
concluyeron las amas de casa.
Para ellas, por unanimidad, la
ruptura del contrato entre Tor-
neos y Competencias, el Grupo
Clarín y la AFA tuvo un impac-
to inmediato en las costumbres
hogareñas de los días libres.
Los datos de rating lo con-
firman. El domingo a las 18, el
partido de River con Banfield
midió 20,3 puntos entre los dos
canales que lo televisaron; es
decir, fue visto por 2,3 millones
personas. El promedio de todos
los canales en el mismo horario
no suele superar 1 punto, según
la consultora Ibope.
El cambio también se evi-
denció en la Web. En Twitter,
donde los usuarios responden
en 140 caracteres a la pregunta
“¿qué estás haciendo?”, la pla-
tea masculina comentó el fin de
semana pasado hasta los goles
el observador - 55
fotos: santiago cichero
y pormenores de partidos
que hasta hace poco eran
intrascendentes. Muchos
registran decenas de co-
mentarios desde las dos de
la tarde hasta el atardecer,
que permanecerán guarda-
dos como testigos de un día
de locura futbolera.
También Facebook, la
popular red social, tuvo du-
rante gran parte del fin de
semana un tono masculino,
con miles de mensajes sobre
“fútbol para todos” o “free
fútbol”, en grupos sobre el
tema o las llamadas “actua-
lizaciones de estado”, que
sirven al igual que Twitter
para revelar qué está hacien-
do uno, o al menos muestran
qué dicen las personas que
están haciendo.
Un profesor universitario,
por ejemplo, se pregunta:
“¿Qué hace la Presidenta
mirando fútbol... no tiene
una agenda un poco más
seria?”. Otro usuario subió
una columna de opinión de
Clarín, y acusó al kirchneris-
mo de usar el deporte “para
reconstruir su desmejorada
imagen”. A las pocas horas
difundía su alegría por la
red: “Bueno, ya estamos...
se viene Chacarita-Tigre”.
La fiebre futbolera de sá-
bado por la tarde parece ha-
ber sido demasiado alta in-
cluso para los desprevenidos
fanáticos del deporte. Tal el
caso de un periodista de la
agencia DyN, quien después
de tan maratónica seguidilla
de partidos concluyó en su
cuenta en Facebook: “Ahora
que se terminó el monopolio
del fútbol, el fútbol monopo-
lizó la tele”. Parece que tam-
bién al fin de semana. n