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“…Eco, eco, ocupando de a poco

El espacio de mi abrazo hueco”

Jorge Drexler- Eco

Desde otro tiempo- María C.

Frío día, entre la tormenta y el sol, inestable e


indescifrable. Ni feo ni lindo, ni viento ni quietud, ni
salado ni dulce. Un mar que no se sume en calma ni en
caos, orilla empapada de arena salada y ella corta el aire
con su andar. Música en sus oídos, música, musicaliza,
música; rompa el aire y llene espacios, transpórtela hacia
otras realidades que ella imagina en su cabeza. Y es que
dentro de su cabeza la arena ya es dulce y el mar ya es
cálido, el cielo ya la protege y el viento ya juega con
ella: realidades aparte, real en su imaginación,
inexistencia en su presente. Pero, ¿por qué escapa ella
así? Escapar hacia adentro, escapar hacia adentro hasta
que sus propias profundidades la dejan. Como esa playa tan
sosa en apariencia, ella es inmensa por dentro y si se
descuida quizás se pierde; nadie quiere perderse. Luego
camina, continúa caminando pues el movimiento externo pone
en movimiento su interior: su imaginación es inquieta,
espíritu profundamente lúdico y dinámico cuyo vuelo nunca
es tan alto como para perder toda conexión con el mundo
real. De modo que ella camina, a veces corre, salta, se
detiene y continúa, siempre nutriendo ese bosque que vive
en su infinidad interior. Toma arena, toma viento, toma
mar y toma cielo; imagina, viaja y de pronto es la dueña
de un país nuevo, de un continente y de una mansión, es
grande y acaso no lo es. Sin embargo, dije, nadie quiere
perderse y ella estaba nadando en un océano demasiado
ancho y demasiado profundo, debía retornar desde donde sea
que se encontrara vagando. Y consigue volver rápido, se
había convertido en una experta en la materia. Vuelve y ya
se sienta, decidida a tomarse unos minutos, arrancar
girones de reflexión, inspirarse tal vez y luego volver a
zambullirse en sus interiores. Ay ese mar, lo mira y le da
tristeza. Y piensa, comienza a pensar: eso también
resultaba peligroso, casi tan peligroso como deambular sin
juicio por su imaginación. Pues el viento le traía
recuerdos salados y con perfume a mar, recuerdos de doble
filo. Ella piensa en todas y cada una de las cosas que se
fueron sucediendo en su vida, raconto emocional, duro e
imposible de ignorar. Son postales, son amores y odios que
no viven del todo pero que tampoco han muerto; latentes,
reflotan y se resignifican. Y ahora ella no sabe qué
siente, no sabe qué es lo que debería sentir. Los quiere
dejar, los quiere enterrar recuerdos, pero ni bien
comienza a cavar su fosa se arrepiente y los salva;
intenta no perderlos, intenta decorarlos quizás adornarlos
para regalárselos a las personas que los protagonizan,
intento desesperado por revivir cosas que ya no podrían
ser ciertas. Y no entiende por qué es que están todas esas
cosas hermosas tan lejos de sí misma ahora, y por qué no
puede ver lo que el presente le pone en el camino.
Entiende que son sentimientos y no recuerdos, o bien son
recuerdos envestidos de sentimientos que de algún modo se
han fosilizado. Ella no logra comprenderlos con claridad,
los tiene que desempolvar e investigar en su laboratorio
imaginario; aunque quizás, reflexiona, no sea necesaria su
comprensión mas sí lo es la famosa decisión. Nuevamente se
pregunta qué hacer, se debate en una batalla cruel que
enfrenta a todos los afectos que conviven en sí misma. Ya
siente el suave recorrer de agridulces lágrimas por sus
mejillas, ya deja de sentir frío o calor. Descubre que
tiene ganas de encontrar una caricia, un abrazo, cariño,
contención… en realidad alguien que decida por ella.
Intenta escaparse nuevamente a sus adentros pero de algún
modo las puertas de su propia interioridad se le cierran
en la cara. Una nueva ráfaga de entendimiento le golpea
con fuerza en el pecho; son ecos desde otro tiempo esos
recuerdos que vuelven como el yodo, las botas rotas, las
botellas, los tesoros y las porquerías que escupe el mar.
Y ese dolor, ese amor, ese vacío y esa saciedad son lo
mismo. Ella se arma de valor y sin piedad arranca esos
ecos de sí. Se para, respira profundo y continúa
caminando… esta vez siendo en su interior una hermosa
mariposa.

21 de Julio, 2009.

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