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LA IMPORTANCIA DE LA PARTICIPACIÓN DE LOS PADRES EN LA

EDUCACIÓN DE SUS HIJOS

Los caminos de la docencia me han llevado actualmente a ser directora

del Harvard School, Colegio de Aplicación de la Universidad Cesar Vallejo

Filial Piura. En el poco tiempo que llevo en el cargo he podido observar

que existen diversos obstáculos que afectan el desarrollo institucional y

el proceso educativo, entre ellos hay uno que preocupa sobre manera:

La poca participación de los padres de familia en la educación

de sus hijos.

En algunas zonas rurales donde el nivel económico es muy bajo,

donde las familias sobreviven con lo que cosechan de sus huertas o lo

que buenamente pueden vender de sus productos agrícolas, es triste

pero comprensible que la participación de los padres en la educación sea

mínima. Es estos casos importa más que las familias dejen asistir a sus

hijos al colegio pues se enfrentan a la decisión de cuál es el mejor uso

del tiempo del niño, las actividades como la asistencia a la escuela, el

cuidado de otros hermanos (en el caso de las niñas) o el empleo en

actividades que produzcan ingresos para la familia.

La escasa participación de los padres en los temas escolares es

mucho más preocupante cuando se da en las zonas urbanas donde la


situación económica no es tan penosa como en las zonas más pobres,

aún más cuando se trata de colegios particulares. Hay que reconocer

que en la mayoría de estos hogares los dos padres también trabajan

pero eso no debe ser justificación para dejar de involucrarse en las

actividades educativas de sus hijos. Pero no podemos acusar de falta de

interés a los progenitores ya que influyen diversas variables que

conforman el núcleo del problema. Es por esto que trataremos de

reflexionar sobre cuáles son las causas que potencian este problema y

también qué estrategias pueden servir para lograr que la contribución

de los padres de familia en las actividades e iniciativas que el colegio

organiza sea lo más activa posible.

La Participación de la Familia y su Importancia

Estudios de investigación educativa muestran que cuando las madres y

los padres tienen un rol participativo en las escuelas de sus hijos, los

niños obtienen mejor calificaciones, tienen mayor autoestima, por ende

tendrán mayor promedio de graduación y podrán asistir a mejores

universidades, así como gozar de mayor éxito en la vida general. Esto

ocurre porque los niños ven que la escuela es importante para sus

padres, así que llega a ser importante también para ellos.


Así que es primordial hacer entender a los padres de familia que a

pesar de que están muy ocupados con sus trabajos y demás

responsabilidades tienen que hacerse tiempo para asistir a las reuniones

con los profesores de sus hijos porque ésta es una oportunidad

importante para conversar con ellos y también para mostrar a los hijos

que no solamente se limitan a dar dinero para su educación sino que

también se considera importante lo que está sucediendo en su vida.

Estrechemos los Lazos

A veces es muy útil ponerse en los “zapatos” de los padres de familia es

por eso que es bueno ver las cosas desde su óptica. Quién no ha

escuchado a amigos o familiares comentar o hasta uno mismo, sin temor

a equivocarme, ha dicho la famosa frase: ¡Ese colegio sólo sirve para

pedir plata! Esta típica frase es parte de un círculo vicioso de

desconfianza entre la familia y el colegio. Es que si los padres sienten

que en la escuela sólo les exige contribuciones, las relaciones entre la

familia y el colegio se limitan y se genera desconfianza. Por el contrario,

en un clima de confianza y reciprocidad en el que padres y educadores

mantienen relaciones estrechas basadas en mutuo respeto y beneficio,

la participación de padres en actividades de apoyo a la escuela lejos de

crear tensiones puede ayudar a crear mayores vínculos de confianza

entre los participantes.


Si la meta es logar que las relaciones familia-colegio se estrechen

en lugar de que estos dos elementos tan importantes se repelan hay que

hacer participes y demostrar la importancia de los padres como

colaboradores fundamentales en la tarea que realizan los docentes, y

esto va más allá de la contribución monetaria. Como decíamos si las

familias perciben crecientes demandas por parte de la escuela exigiendo

apoyo pero no perciben o son conscientes a través de su participación

en los beneficios para sus hijos, entonces pueden no encontrar

justificación alguna para contribuir a la escuela.

Contribuye también con estas confusiones el que los padres

consideren que su participación en la educación de sus hijos y su

relación directa con el colegio se resume a los asuntos institucionales,

por ejemplo la Asociación de Padres de Familia. Debemos hacer

entender que involucrarse en la educación de sus hijos significa también

las iniciativas de los educadores en busca de mejoras en sus prácticas

familiares o interacción con sus hijos en el hogar. Muchas veces los niños

o adolescentes llegan del colegio con ideas nuevas para poner en

práctica pero no reciben mucho apoyo en sus hogares; démonos cuenta

que si esto es así, su hijo pensará dos veces la próxima vez que quiera

hacer partícipe a la familia en un emprendimiento que puede ser


positivo en su educación pero más aún en su propia autoestima al

sentirse más importante.

Lo Que Podemos Hacer

Los docentes que llevan buen tiempo ejerciendo saben lo

frustrante que es tratar de involucrar a la familia en los proyectos

escolares y no recibir la respuesta esperada. Hay que tener en cuenta

que esto no significa que a los padres no les importa participar en la

educación de sus hijos, la mayoría está interesada y le gustaría aprender

a establecer una alianza con el docente. Pero también es cierto que

algunos padres simplemente no saben cómo participar y ayudar o

simplemente se sienten incapaces de hacerlo. Es por eso que los

docentes deben tomar la iniciativa y capacitar a los padres para que

participen en el entorno escolar.

De acuerdo al grado de instrucción y orientación que los maestros

brindan a los padres en relación a la supervisión de trabajos y tareas se

generará una reacción positiva con el tiempo que los padres dedicaran a

ayudar a sus hijos. Sin duda alguna todas las iniciativas que busquen

mejorar el rendimiento académico de los alumnos deben tener en

consideración el entrenamiento de los padres en el apoyo y supervisión

de prácticas de estudio y tareas.


La capacitación de los padres no es suficiente para lograr

resultados importantes, se necesita también el entrenamiento de los

profesores y directores del plantel educativo. El modelo de formación de

maestros del Proyecto de Investigación de la Familia de la Universidad

de Harvard señala que intervenciones basadas en la participación de

padres en la toma de decisiones requieren que los maestros y directores

reciban entrenamiento para poder tomar decisiones de manera

compartida con los padres (Davies, en Shartrand, 1997). Este modelo va

más allá y concibe a los padres de familia como actores capaces de

colaborar en la elaboración de los planes educativos, y para esto es

necesario que los maestros reciban también capacitación para poder

colaborar y tratar a los padres como sus iguales cuando se trate de la

toma de decisiones.

Por otra parte, la Comunicaciónes un elemento importante en la

relación entre el docente y el padre de familia. Es preciso que las dos

partes se comuniquen a través del cuaderno de avisos, pero también a

través de correos electrónicos, llamadas telefónicas, reuniones o visitas

al hogar. La escuela de padres de familia de ser un espacio donde éstos

puedan reunirse y recibir la capacitación que sea necesaria. Lo que se

busca es que los padres comprendan la misión de la escuela y el papel

que juegan en el proceso educativo.


Es en un ámbito escolar receptivo para los padres donde estos

podrán encontrar un lugar que les invite a la participación. Muchos

padres sólo necesitan un lugar donde estar lo suficientemente cómodos

y es más que seguro que ellos solos tomarán la iniciativa de difundir sus

talentos y con la colaboración de los profesores encontrar la manera en

que pueden ser incorporarlos a la vida educativa.

Directores, profesores y padres debemos dejar de lado las ideas

preconcebidas, no es necesariamente cierto que los padres no colaboran

en las iniciativas del colegio porque no quieren, la escuela no busca

sacar hasta el último centavo con el fin de llenar sus arcas, los directores

y personal administrativo también tienen que aprender y colaborar en el

fomento de las relaciones entre la familia y el colegio. Si podemos hacer

esto habremos dado el primer paso hacia el fortalecimiento de las

instituciones educativas en nuestro país, que es al fin y al cabo un gran

salto en el fortalecimiento de la familia y la sociedad.

Referencias

• Shartrand, A., H. Weiss, H. Kreider and M.E. Lopez. (1997). New

Skills for New Schools: Preparing Teachers in Family Involvement.


Harvard Family Research Project Harvard Graduate School of

Education.

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