Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
-Iré a ver que necesitan y volveré, te aseguro que será rápido… -se
acercó hasta ella y deposito un suave beso en sus labios, mientras
enredaba una de sus manos en el cabello suelto de la chica.
Ella no respondió, ni a las palabras ni al beso. Eso era una muy mala
señal, y fue peor cuando la puerta fue azotada nuevamente por el
puño de los AMBU que estaban fuera.
-¿Y?...
-tienes que averiguar que busca. –le aclaró uno de los ninjas.
-la ultima vez que vi a Sasuke tenia doce años, y de eso ya pasaron
cuatro años… -les miró con fastidio, ¿Acaso esos imbéciles creían que
él hacia magia o milagros?
Se vio obligado a ir a la torre de la Hokague, y pasar ahí las
siguientes horas en búsqueda de una respuesta. Las posibilidades
variaban desde una posible trampa de Akatsuki, hasta un ajuste de
cuentas con alguien de la aldea… pero si no era con Naruto,
¿entonces con quién?
-dijo que vendría en cuanto pudiera –avisó Sai. –Yo mismo la llamé –
aclaró.
Le había cortado el teléfono a Sai lo más rápido que pudo, sabia que
era muy difícil que alguien tan poco entendido sobre las actitudes
humanas se diera cuenta de que estaba demasiado nerviosa, o quizás
asustada, pero no podía arriesgarse.
-podrías soltarme –pidió un tanto insegura. –No creo que pueda pedir
ayuda sin que me detengas antes –aseguró, completamente
convencida de ello.
-hm… no lo sé, tal vez porque el criminal mas buscado anda suelto en
la aldea, o quizás porque…
-Es mas factible encontrarme aquí –dijo sin esperarse que eso le
molestara tanto. -¿A que has venido, Sasuke? –inquirió, aunque ya
tuviera sus sospechas a causa de la actitud que el había adoptado
dentro de su departamento, igual le era difícil creer que lo obvio que
el demostraba fuera cierto.
Ella arqueó una ceja, sin poder más que ser incrédula. Sasuke
Uchiha, tirado sobre su sillón, diciendo como si nada que había
venido a buscarla.
Sakura abrió tanto sus ojos, que el pudo fascinarse con sus hermosos
iris verdes y darse cuenta de que nunca los había visto desde tan
cerca.
La única diferencia era que esta parecía no recordar lo que sentía por
él, eso no simplificaba la tarea de llevársela por propia voluntad.
-ese rincón es muy incomodo –le dijo, mientras miraba otra vez hacia
el sofá, que ahora le parecía pequeño para todo lo que quería hacerle
a Sakura.
Lo oyó reír ante tan desesperada confesión, y ahí fue cuando supo
que seria capaz de abandonar a la aldea entera con tal de oír de
nuevo aquello, su risa. Lo que siempre había anhelado y él nunca
jamás le concedió, una risa suave, y cariñosa.
-por supuesto…
-hacia allí –dijo luego de darse cuenta que Sasuke la estaba alzando,
y señaló el pequeño pasillo que los llevaría a su habitación.
Sasuke sonrió, caminando lenta y tortuosamente hasta el cuarto de
ella, y la deposito sobre la gran cama del centro. La miró satisfecho,
cuando ya la tuvo donde quería, y olvido por completo que toda la
aldea lo estaba buscando, como también dio por perdidos sus planes
de marchar esa misma noche.
Estaba lista, podía sentirlo entre sus dedos cada vez que la
acariciaba, pero por algún motivo quería lograr que esos instantes
fueran eternos. Quería cumplir con todas las expectativas que
hubiese tenido Sakura para ese momento, y ni siquiera supo que ya
las había sobrepasado, y por mucho.
-Sasuke-Kun… -su voz era tan sufrida y suplicante, que era difícil
contenerse al instinto de abalanzarse sobre ella como un animal
salvaje. –por favor… Sasuke-Kun…
Él tomó con una mano sus caderas, mientras que con otra mantuvo
sus rostros en cercanía, y comenzó a moverla hacia su cuerpo a
medida que aumentaba de a poco el ritmo de sus embestidas,
sintiendo como eso le regalaba espasmos de placer a ambos cuerpos.
El día que Itachi mató a todos los de su clan, por orden de los
ancianos, Sasuke sobrevivió porque su vida era más importante para
su hermano, que la de todos los aldeanos de la hoja. ¿Era más
importante para ella Sasuke Uchiha, que todo Konoha?
-ahora que tenemos todo el tiempo del mundo, nunca más volveré a
rechazarte –le aseguró, apoderándose nuevamente de sus labios.
Luego de unas horas, cuando ella por fin tuvo el total manejo de su
cuerpo nuevamente, sobre todo de sus piernas, Sasuke tomó un
pequeño auricular que tenia en su bolsillo y dio la ordeno al resto de
Taka para que distrajeran tanto a los aldeanos, como a los ninjas. Y
sus compañeros, que habían procurado mantener la distancia que el
había indicado como necesaria, se hicieron cargo de darles tiempo
para la huida.
Y tal vez ella podría enseñarle a perdonar, sin que él se diese cuenta
siquiera.
Y|Ç