Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
Órganos linfoides
Síntesis realizada por:
www.quimicaclinicauv.blogspot.com
Julio 2009
Órganos linfoides
Los órganos linfoides primarios son donde las células del sistema inmune se
diferencian a partir de células madre, proliferan y maduran hacia células con
capacidad efectora. En estos órganos linfoides adquieren sus receptores
antigénicos específicos, y también aprenden a discriminar entre autoantígenos,
que serán tolerados y antígenos extraños que serán atacados (Fig. No. 2).
Los órganos linfoides primarios son los lugares en los que se produce
mayoritariamente la linfopoyesis. En ellos, los linfocitos se diferencian a partir de
las células madre linfoides, proliferan y dan lugar, finalmente, a células maduras
funcionales. En los mamíferos, las células T maduran en el timo, mientras que las
células B maduran en el hígado del feto y en la médula ósea.
En los lobulillos del timo se pueden distinguir al menos tres tipos diferentes de
células epiteliales, de acuerdo con su distribución, estructura, función y fenotipo.
Son las células epiteliales nodriza de la corteza externa, las células epiteliales
corticales, que forman la red epitelial, y las células epiteliales medulares, que se
suelen disponer en forma de agregados. En los lobulillos del timo también se
encuentran células dendríticas interdigitantes (CDI) y macrófagos (ambos
procedentes de la médula ósea) especialmente en la zona limítrofe entre la
corteza y la médula.
Los linfocitos T más inmaduros llegan a la corteza del timo a través de los vasos
sanguíneos. Los precursores de los Linfocitos T llegan por vía arterial llegan a la
corteza y a través de los capilares pasan a la médula, de la médula salen por los
capilares venosos. Los linfocitos se diferencian en el trayecto de la corteza a la
médula. La diferenciación consiste en la presentación por parte de las células
epiteliales de sus proteínas HLA sucediendo la llamada selección positiva.
Después las células dendríticas y los macrófagos enseñan a los timocitos los
antígenos HLA con péptidos propios en su hendidura (selección negativa).Con
esta selección se eliminan el 95 % de los posibles linfocitos T. La selección
positiva (elimina linfocitos T con receptores poco apropiados) se realiza en la
corteza y en la selección negativa (médula) se eliminan los linfocitos que
reconocen elementos propios del organismo.
El timo de los mamíferos experimenta una involución a lo largo del tiempo. En los
seres humanos, la atrofia comienza en el momento de la pubertad, y prosigue a lo
largo de toda la vida del individuo. La involución timica se inicia en la zona cortical,
que puede llegar a desaparecer totalmente, aunque sigan persistiendo restos
medulares. La atrofia cortical está relacionada con la sensibilidad de los timocitos
corticales a los esteroides. Sin embargo, es posible que durante la vida adulta se
sigan produciendo linfocitos T en el timo, aunque en pequeñas cantidades.
Los órganos linfoides secundarios son el bazo, los ganglios linfáticos y los tejidos
asociados a mucosas (TLAM), entre los que se encuentran las amígdalas y las
placas de Peyer del íleon. Los órganos linfoides secundarios proporcionan a los
linfocitos un entorno en el que éstos pueden interaccionar entre sí, con las células
accesorias y con los antígenos. Una vez concluido el desarrollo de los linfocitos
en los órganos linfoides primarios, dichas células migran hacia los tejidos
periféricos secundarios (Fig. No. 6).
El bazo responde ante los antígenos transportados por la sangre, mientras que los
ganglios linfáticos protegen al organismo frente a los antígenos que transporta el
sistema linfático, procedentes de la piel o de superficies internas. En ambos casos,
las respuestas frente a los antígenos consisten en la secreción de anticuerpos
hacia la circulación y en respuestas locales mediadas por células.
El sistema de mucosas ejerce una protección frente a los antígenos que penetran
directamente en el organismo a través de los epitelios mucosos y en él se produce
el primer encuentro (iniciación) entre el antígeno que penetra por las superficies
mucosas y las células inmunes. Así, se suelen encontrar tejidos linfoides
asociados a las superficies que recubren el tracto intestinal (tejido linfoide
asociado al intestino, o TLAI), el tracto respiratorio (tejido linfoide asociado a los
bronquios, o TLAB) o el tracto genitourinario. En estos casos, el principal
mecanismo efector es la secreción directa de IgA (IgAs) sobre la superficie del
epitelio mucoso en cuestión.
El bazo
La pulpa blanca está formada por tejido linfoide, la mayor parte del cual está
dispuesto alrededor de una arteriola central, y que se denomina capa linfoide
periarteriolar. La CLP contiene zonas de células T y zonas de células B; las
células T se encuentran situadas alrededor de la arteriola central; las células T se
encuentran situadas alrededor de la arteriola central; las células B se pueden
encontrar organizadas en forma de folículos primarios «no estimulados»
(agregados de células B vírgenes) o folículos secundarios «estimulados» (en los
que aparece un centro germinal con células de memoria).
La pulpa roja, es un tejido está formado por sinusoides y cordones celulares, que
contienen macrófagos residentes, eritrocitos, plaquetas, granulocitos, linfocitos y
numerosas células plasmáticas. Además de las funciones inmunitarias que
desempeña, el bazo constituye también un reservorio de plaquetas, eritrocitos y
granulocitos. El bazo es el lugar en que son destruidos las plaquetas y los
eritrocitos envejecidos, en un proceso que se lleva a cabo en la pulpa roja y se
denomina «hemocatéresis» (Fig. No. 8).
Figura No.9. Estructura de la pulpa blanca del bazo. La pulpa blanca se separa por la
vaina periarteriolar linfoide (PALS) rodeada de células B. Dentro de cada folículo primario
existe un grupo de células foliculares dendríticas (FDC). El (BC) se cree que representan
las zonas por las que linfocitos entran y salen de la pulpa blanca.
Los ganglios linfáticos forman parte de una red que filtra los antígenos contenidos
en el líquido intersticial de los tejidos y en la linfa durante el transporte de estos
líquidos desde la periferia hasta el conducto torácico y los restantes conductos
colectores principales. Los ganglios linfáticos se suelen encontrar situados en los
puntos de ramificación de los vasos linfáticos.
Existen determinadas zonas que drenan regiones superficiales y profundas del
organismo, como el cuello, las axilas, las ingles, el mediastino y la cavidad
abdominal, en las que se observa una acumulación estratégica de ganglios
linfáticos. Los ganglios linfáticos que protegen a la piel son superficiales, y se
denominan ganglios subcutáneos. Los ganglios linfáticos profundos, que protegen
a las mucosas respiratoria, digestiva y genitourinaria, se denominan ganglios
viscerales o profundos.
Cuando la linfa fluye desde los vasos aferentes hasta los eferentes, estas células
fagociticas capturan las partículas antigénicas contenidas en las misma y las
transportan hasta el tejido linfoide del ganglio linfático. El córtex contiene
agregados de células B, formando folículos primarios o secundarios, mientras que
las células T se encuentran situadas principalmente en el paracórtex. Por tanto,
cuando una zona de la piel o de una mucosa se ve expuesta a un antígeno
dependiente de células T, las células T del paracórtex de los ganglios linfáticos
que drenan dicha zona proliferan activamente.
Los centros germinales están rodeados por un manto de linfocitos. Las células B
de esta capa contienen grandes cantidades de IgM e IgD de superficie. En la
mayor parte de los folículos secundarios, este manto o corona se encuentra
engrosada en dirección a la cápsula del ganglio. Los folículos secundarios
contienen, CPA dendríticas foliculares, algunos macrófagos y escasos linfocitos T
CD4 que interaccionan con las células dendríticas del centro germinal. Parece que
todas estas células, junto con los macrófagos especializados de los senos
marginales, desempeñan un papel en las respuestas de las células B y,
especialmente, en el desarrollo de las células B de memoria, que probablemente
es la función principal de los centros germinales.
Linfocitos de mucosas
Estos linfocitos están situados en el tejido conjuntivo que forma la lámina propia y
en el seno del tejido epitelial. Los linfocitos de la lámina propia (LLP) son
principalmente células T activadas, pero también se observa la presencia de
numerosas células B activadas y células plasmáticas. Estas células plasmáticas
secretan principalmente IgA, que atraviesa las células epiteliales y es liberada a la
luz del conducto en cuestión.
Los linfocitos intraepiteliales (LIE) son principalmente células T, que presentan
características fenotípicas diferentes de las de los LLP. La mayoría de las células
T LLP y LIE pertenecen a la subpoblación CD45RO de células de memoria. Se
sabe que los LIE liberan citocinas, entre las que se encuentran el IFNy e IL-5. Se
ha sugerido que los LIE pueden estar encargados de la detección de células
propias mutantes o infectadas por virus.
Una vez que alcanzan los tejidos secundarios, los linfocitos no se limitan a
permanecer allí; muchos de ellos se desplazan de un órgano linfoide a otro a
través de la sangre y de la linfa.
Se cree que entre los linfocitos y las células endoteliales se establecen varias
interacciones receptor-ligando diferentes, que sirven para dirigir los linfocitos hacia
los órganos diana. Estas interacciones se producen mediante unas «adresinas»
expresadas por las células endoteliales, como MadCAM-1 presente en los
endotelios en el tejido intestinal o VCAM-1 de otras células endoteliales.
Una de las diferencias entre el sistema TLAM y los órganos linfoides sistémicos es
que las células linfoides asociadas a mucosas circulan principalmente a través del
sistema linfoide de mucosas. Así, las células linfoides estimuladas de las placas
de Peyer atraviesan los ganglios linfáticos regionales y son vertidas al torrente
circulatorio, pero retornan rápidamente a la lámina propia del intestino. Esta
recirculación específica es posible debido a que las células linfoides reconocen
moléculas de adherencia de tipo «adresinas» expresadas específicamente por las
células endoteliales de las vénulas poscapilares de la mucosa, y que no se
encuentran presentes en las VEA de los ganglios linfáticos. Por ello, la
estimulación antigénica en una zona de la mucosa induce una respuesta de
anticuerpos que afecta, predominantemente al TLAM.
Bibliografía:
ü Reina E. Mebius and Georg Kraal. Strucrure and function of the spleen.
Nature Reviews Immunology, Vol, 5, August 2005.
ü Ulrich H. von Andrian and Thorsten R.Mempel. Homing and cellular traffic in
lymph nodes. Nature Reviews Immunology. Vol,3, November 2003.
ü Gerd Muller and Martin Lipp. Concerted action of the chemokine and
lymphotoxin system in secondary lymphoid-organ development. Current
Opinion in Immunology 2003, 15:217 224.