Sei sulla pagina 1di 2

El simbolismo del fuego

Fecha Jueves, 18 junio 2009, a las 00:30:00


Tema Opinión

Opinión

Michael A. Galascio Sánchez (*)

• Si profundizamos un poco más, comprendemos inmediatamente, que el fuego es


símbolo de una verdad de proporción mística. De ahí, todo el ritual o psicodrama
que rodea a las diversas religiones o credos, que valiéndose del fenómeno, a la vez
esconden el ardoroso deseo del Ser espiritual del hombre, por alcanzar lo más
elevado y fundirse con los poderes que los trascienden

Con el tiempo, a través de las interminables vigilias y estudios,


vamos dándole significado a esos elementos comunes dentro de
nuestra vida cotidiana, nuestra historia, leyendas y creencias. Las
fuentes son diversas, manuscritos, cuentos, poemas, novelas,
diálogos con personas bien preparadas, y por supuesto, la tradición
oral. Estas formas de transmisión cultural, han sido sin lugar a dudas,
esenciales para preservar un conocimiento sobre la importancia que
Michael A. Galascio le daban los antiguos a los símbolos vitales como el fuego y el agua,
Sánchez
que le han acompañado desde los albores de la Humanidad.

El fuego siempre ha fascinado al Ser humano. Desde la perspectiva religiosa es


purificador y protector. No debemos olvidar que nuestros ancestros, creían que su virtud
nos protegería de demonios y fantasmas.

Claro está, que si seguimos retrocediendo en el tiempo, advertimos que también era
protección frente a los animales salvajes, y en la oscuridad de la noche gélida, donde
reinan los depredadores, nos daba el "calor divino", sustituyendo al "Sol Creador de
Vida".

Si existen símbolos que representan con precisión la esencia de la "Sociedad Humana",


y a la familia como núcleo básico de la misma, los conceptos de "hogar" y "hoguera",
deberían estar a la cabeza.

Sin embargo, el simbolismo del fuego es aún más profundo. ¡Tanto!, que los narradores
experimentados de las grandes tradiciones orientales y occidentales lo utilizan como
ventana, desarrollando sus historias para contagiar a los presentes a través de ese portal
hacia un mundo extraordinario, rodeado de la oscuridad ambiental de la noche, mientras
nuestros ojos están fijos en las llamas y escuchamos el relato sin pestañear. Si
profundizamos un poco más, comprendemos inmediatamente, que el fuego es símbolo
de una verdad de proporción mística. De ahí, todo el ritual o psicodrama que rodea a las
diversas religiones o credos, que valiéndose del fenómeno, a la vez esconden el
ardoroso deseo del Ser espiritual del hombre, por alcanzar lo más elevado y fundirse
con los poderes que los trascienden.

En nuestros días, no es extraño encontrarnos con velas en algunos hogares, con el


propósito de adornar ciertas reuniones, crear un clima específico en determinadas
ceremonias e incluso con finalidades religiosas, un tanto oscuras, como si del fuego
dependieran las fuerzas del Universo.

Tal vez, esta necesidad aunque no es mística, se deba a una memoria más antigua del
"Ser humano". ¿Alguna vez han visto como ciertas personas se quedan embelesadas
frente a una chimenea? Es como si de pronto, abandonaran esta realidad y se quedaran
suspendidos en su interior.

Por supuesto, que tiene una explicación lógica, y es que la llama se convierte en un
punto focal que nos atrapa. Apresa nuestro pensamiento de tal modo, que nos es más
fácil concentrarnos y meditar. Inclusive entrar con más facilidad en nuestro
subconsciente. Quizás, de ahí, heredamos el concepto de "iluminación", que en algún
momento discutiré en profundidad.

(*) Licenciado en Ciencias Políticas, doctorando en Psicología de la Salud y Clínica

Potrebbero piacerti anche